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Introducción a la unidad

Tirso de Molina nació en 1583 y murió en 1648, natural de Madrid, Tirso de Molina
es el seudónimo de Gabriel Téllez, ingresó en la orden de la Merced (1600)
profesando al año siguiente y residiendo breves temporadas en Galicia y Portugal,
estancias estas que se manifiestan en sus obras. Pasa en 1614 a Aragón, desterrado
probablemente por sus sátiras contra la nobleza, y luego a Santo Domingo,
regresando a España en 1620. En 1625 la Junta de Reformación decide amonestarle
y sancionarle incluso con destierro de la Corte y excomunión por el escándalo que
provoca un fraile metido a autor de comedias profanas. Esta decisión debió llevarse
a la práctica, pues en 1626 encontramos a Tirso en Salamanca: desde entonces
hasta su muerte solo una obra de teatro conocemos de asunto histórico. De 1632 a
1648 entregó toda su actividad a la Orden, de la que fue cronista. Además de la
dramaturgia cultivó la historia, escribió Historia general de la orden de la Merced y
la novela Los cigarrales de Toledo y Deleitar aprovechando

El burlador de Sevilla y convidado de piedra.

Con el burlador llega por primera vez a las tablas la famosa leyenda de don Juan. A
partir de la obra de Tirso el personaje será bautizado para siempre con un apelativo
común: “don Juan” y su conducta recibirá el de “donjuanismo” del mismo modo
que a partir de Fernando de Rojas, la alcahueta cobrará universalmente el apelativo
de “celestina”.

Resulta innegable que para Tirso lo esencial del burlador era el aspecto teológico.

La dramaturgia universal se dio cuenta enseguida del rico botín de posibilidades


que había en el don Juan y los dramaturgos lo manejaron de diversas formas, pero
conservó el marco español y las notas esenciales de que lo dotó Tirso: La variación
del desenlace es totalmente accesoria; así Zorrilla, en una época romántica, lo salva
gracias al amor; Zamora, anterior a Zorrilla, deja incierto el final de don Juan. Tirso,
desde su época, desde su religión y desde su teología, como defensor rígido del
dogma, tiene que condenarlo.

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