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ALTERNATIVAS A LA SANCIÓN PENAL

GRADO EN CRIMINOLOGÍA

Curso 2022/2023

LA JUSTICIA RESTAURATIVA

Nombre: Francisco Javier Martínez Hernández

DNI: 20966713M

Curso: 4º Criminología
Francisco Javier Martínez Hernández
Grado en Criminología

LA JUSTICIA RESTAURATIVA

1. Concepto de justicia restaurativa


La justicia restaurativa es un modelo de justicia complementario al tradicional
sistema penal. Se trata de un modelo de resolución de conflictos a través del cual las
diferentes personas implicadas en el proceso (víctima, victimario y comunidad) se
reúnen para resolver el problema ocasionado por el delito cometido, con el propósito de
reparar el daño causado a la víctima mediante la cooperación e interacción entre ellos, y
para reestablecer la paz social. Lo que se pretende es que se resuelvan de manera
efectiva las diferentes necesidades de las partes implicadas, con la reparación de la
víctima y la toma de responsabilidades por parte del infractor.
La justicia restaurativa está compuesta por tres ideas principales.
Por un lado, la persona afectada por el delito ha de tener un papel importante en el
sistema de justica penal, y participar activamente.
Por otro lado, se ha de tener como propósito principal la reparación del daño
originada por la comisión del delito. No solo hablamos de la reparación económica, sino
también de la emocional, que es desde mi punto de vista la más importante. Por ello, a
través de este sistema se produce una interacción entre víctima y victimario, donde este
último explicará a la víctima los motivos que le llevaron a cometer la infracción,
asumirá su culpabilidad, y que tales hechos no volverán a suceder. Además de esto,
también cobrará importancia para el victimario el perdón de la víctima.
Y, por último, el procedimiento primordial de actuación de la justicia restaurativa
es la mediación. El objetivo de la mediación es impulsar el consenso, diálogo y acuerdo
entre las partes que componen el proceso.

2. Principios fundamentales de la justicia restaurativa


En primer lugar, tenemos el principio de voluntariedad. Víctima y victimario han
de presentarse voluntariamente en el proceso. Ambos han de conocer cual es el
procedimiento que se va a llevar a cabo, y sus posibles consecuencias, así como el
reconocimiento de que existe un problema entre ellos, pudiendo así comenzar el proceso
de mediación. Existe la posibilidad de desistir de tal tramitación en cualquier momento.
En segundo lugar, se trata de un proceso que es gratuito, es decir, la financiación
le corresponde al Estado. Al no haber ni abogados ni procuradores los gastos son
menores, debiendo solo pagar los honorarios del mediador.
En tercer lugar, es necesario hablar de la confidencialidad. Todo aquello que se
trate en este procedimiento no podrá ser filtrado al proceso, y no ser del conocimiento
del juez. De esta manera, si la mediación falla, no se verá vulnerado el principio de
presunción de inocencia del delincuente, así como su derecho a defenderse.
En cuarto lugar, el mediador ha de ser una persona totalmente imparcial, e
independiente del sistema de justicia penal. Su objetivo es que haya una interacción
entre las partes, y que ambas determinen una solución.
Y, por último, para que la mediación penal se lleve a cabo de manera adecuada, es
necesario que esté contemplada en una norma que regule sus actuaciones, donde se
explique que temas se consideran el en el acuerdo, eficacia y cumplimiento del mismo,
posibles consecuencias de su incumplimiento, etc.

3. La justicia restaurativa en España.


A nivel nacional, el modelo de justicia restaurativa lo vamos a encontrar en la LO
5/2000, de la responsabilidad penal del menor, y en el caso de los adultos, podremos
encontrarla en la LO 1/2015.
A diferencia de otros países de la Unión Europea donde el uso de este modelo está
más extendido, en nuestro país, los proyectos de justicia restaurativa son bastante
infrecuentes.
En la práctica, no existe una distinción manifiesta entre justicia restaurativa y
mediación, lo que puede producir una limitación a otras opciones de este modelo de
justicia.
En la LO 5/2000, la justicia restaurativa va a estar compuesta por dos fases. Por
un lado, tenemos la fase de antes de que se lleve a cabo la condena, y por otro lado,
tenemos la fase de ejecución.
En la primera fase, que es la fase de instrucción, es donde se va a realizar la
mediación. Los principios de intervención mínima y de reeducación del menor van a
tener un papel importante, pues a través del art 19 de la presente ley existe la posibilidad
de sobreseimiento del expediente por conciliación o reparación del daño entre el menor
que ha cometido el delito y la víctima (esto no existe en caso de delitos graves). El
principio de oportunidad adquiere una gran importancia, además, la víctima ostentará un
mayor protagonismo.
Esta ley ha obtenido bastantes críticas acerca de que los delitos graves no entren
dentro de este artículo 19. Pues es necesario que se valoren las circunstancias que
ocurren alrededor de cada caso, y que se tenga siempre en cuenta el interés superior del
menor.
En cuanto a la fase de ejecución, esta se prevé en el art 51.3 de la presente ley, y
está dirigida a que aquellas medidas adoptadas por el juez puedan ser reemplazadas por
otras más apropiadas. Aquí, no existe ningún impedimento para la aplicación en
cualquier tipo de delito, independientemente de su gravedad.
En la justicia restaurativa, aunque víctima y victimario puedan solventar sus
problemas antes de acudir al proceso penal, es necesario que el Juez o el Ministerio
fiscal tengan conocimiento acerca del caso, lo valoren, y les dejen actuar por ese
procedimiento.
Esta ley se orienta hacia el menor como sujeto que comete delitos, persiguiendo
fines educativos, así como, su reeducación. Si lo vemos de esta manera, no se cumplen
del todo los principios de la justicia restaurativa, pues según estos principios víctima y
victimario han de tener gran importancia, así como recibir igual atención.
Por otra parte, en lo referido a la justicia restaurativa en el proceso penal de
adultos, en nuestro país, son pocos los programas que se han llevado a cabo. Pienso que
este modelo de justicia se ha incorporado tímidamente, y quizás es porque no se adhiera
correctamente al principio de legalidad de nuestro ordenamiento jurídico.
Para que ello pudiera funcionar adecuadamente en el procedimiento de adultos,
sería necesario que se produjese una modulación del principio de legalidad, puesto que
en el proceso penal el ejercicio del ius puniendi en materia jurisdiccional lo realiza de
manera exclusiva el Estado. Además, el principio de oportunidad debería adquirir un
papel más importante.
Las diferentes garantías que rodean el principio de legalidad suponen un claro
impedimento para el desarrollo de la justicia restaurativa en el proceso penal de adultos.
Sin embargo, debemos seguir remando a favor de la instauración de instrumentos
restaurativos en nuestro país, pues de esta manera se podría llevar a cabo un proceso de
recuperación de la víctima, así como de los fines victimológicos del Derecho Penal.
4. Conclusión
A mi parecer, es necesario que, en España, la justicia restaurativa adquiera cada
vez más importancia. Es un sistema complementario que puede llegar a ser muy útil en
nuestro sistema de justicia penal. A través de este sistema, se le otorga a la víctima un
mayor protagonismo en el procedimiento, los juzgados no acumularían tantos casos
(congestión de los juzgados por delitos de escasa gravedad), y existe un especial interés
por reparar, tanto psicológica como económicamente, el daño originado por el delito.
Además de esto, fomenta que se individualice la aplicación del sistema penal, y
que el delincuente, asumiendo los hechos que ha cometido, sea favorable a la
rehabilitación. Considero también, y por lo comentado con anterioridad, que puede ser
un instrumento que favorezca y mejore la prevención especial.
Hablamos de un modelo de justicia que está extendido en numerosos países a
nivel internacional, y que es un instrumento revolucionario, diferenciado del tradicional
sistema de justicia penal. Con esto no quiero decir que sea un método que deba sustituir
por completo al vigente sistema de justicia, sino que actúe como un medio
complementario de resolución de conflictos, evitando de esta manera muchos de los
problemas que se producen por el hecho de tener que pasar por el proceso penal (por
ejemplo, la victimización secundaria).
Por todo ello, considero que sería bastante eficaz que en España actuase
complementariamente la justicia restaurativa, sobre todo la mediación penal, modulando
en cierta medida el actual sistema de justicia, y dejando fuera aquellos delitos en los que
la desigualdad entre víctima y victimarios es evidente.
5. Bibliografía
 Riesco Conde, T. (2016). La Justicia Restaurativa como método alternativo de
resolución de conflictos y su implementación en España.
 AYLLÓN GARCÍA, Jesús Daniel (2019): “La Justicia Restaurativa en España y
en otros ordenamientos jurídicos”, Ars Boni et Aequi, Año 15, N° 2, pp. 9-29.
 Prada, I. F. (2015). Algunas reflexiones sobre la justicia restaurativa en el
sistema español de justicia penal. Riedpa: Revista Internacional de Estudios de
Derecho Procesal y Arbitraje, (2), 2-45.

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