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SEBASTIAN FUSTER PERELLO

MISTE,RIO TRINITARIO
Dios desde el silencio y la cercanía

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SAN l.ls'l't1RAN - FIDIBESA
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O Javier Blanco y Juan M. Almarza, para la cubierta
O Sebastián Fuster Perelló
O Editorial San Esteban, 1997
Aparlado 17 - 37080 Salamanca (España)
Teléfonos: 34 I (9)23 I 21 50 00 - 26 47 8l
Fax: 34 I (9)23 I 26 54 80

EDIBESA, 1997
Madre de Dios, 35 bis
2801ó Madrid
Teléfono: 34 I (9)l I 345 19 92
Fax: 34 I (9)l / 350 50 99

ISBN: 84-8260-030-3 (San Esteban)


ISBN: 84-897 6l-93-0 (Edibesa)
Depósito legal: S. 157 -1997

Imprenta Calatrava, Soc. Coop.


Políg. El Montalvo. Tel. y Fax 923 I 19 02 13 - 370011 Sll¿uniu¡t':r
rl r

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El objeto del presente capítulo no es ofrecer una doctrina teo-


lógica sobre la Trinidad. Tampoco se trata de acudir a la Biblia para
e ncontrar allí "argumentos" que justifiquen la teología posterior. Se
En la Biblia no se encuentra una doctrina trinitaria si por tal se
entiende unateología sistentática en la que larazón intente explicar trata de acudir con oios limpios a la Sda. Escritura, de escuchar a
y razonar el misterio (lo que llamaremos "Trinidad ontológica"); los mejores exegetas y de releer toda Ia historia salvífica. Sin duda,
pero sí hay una doctrina trinitaria si por tal se entiendela realidad" se encontrarán así los "fundamentos" de la teología posterior.
trinitaria, es deci4 la revelación progresiva de Dios como Padre,
como Hijo y como Espíritu (lo que llamaremos "Trinidad econó-
mico-salvífica"). l. L¿ Rr,vr,lacloN DEL "Paon¡,"
Bajo esta perspec[iva, Ia realidad trinitaria viene a ser el miste-
Cuando los cristianos invocan a "Dios", ¿'qué contenido tiene
rio clave de toda la historia de la salvación. Así lo entiende el con-
csta palabra? ¿A quién invocan? ¿Quién es ese "Dios"? ¿Es alcuteN
cilioVaticano II: en "Dei Verbum" 6. a) presenta toda la revelación () es ALGo? ¿Es alguien personal, o no pasa de ser una cosa imper-
como un despliegue progresivo de la Trinidad, como el misterio
sonal y neutra? ¿Se tlata del "Primer Ser", consecuencia lógica de
decisivo para la salvación del hombre; en "Lumen Gentium" (nn. 2-
trnas vías filosóficas? ¿Se trata de una "esencia" sin ninguna
4), frente a la visión sociológica que se venía dando, entiende que
|e I'erencia a alguien viviente? ¿Es una palabra vacía, no-significan-
la Iglesia "es un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y
tc? No es fácil imaginar la emoción de los catecúmenos de los pri-
del Hijo y del Espíritu" (n. 4). Es decir: si la Iglesia es signo e ins-
nreros siglos cuando, por vez prinrera, próximos a ser bautizados,
trumento de reconciliación universal lo es precisamente porque en
rccitaban el "Padre nuestro". El bautismo los situaba en una digni-
el origen se da un misterio de unidad-pluralidad. La humanidad
tllcl insospechada que hacÍa cambiar de rumbo todo su estilo de
entera forma una misteriosa unidad cuya raiz, originaria y ontoló-
vivir. Cristo había hablado de Dios como de "su Padre" y de "nues-
gica, hay que descubrirla en el misterio revelado de Dios Padre-
lrrr Padre".
Hijo-Espíritu Santo.
A. Torn¡,s Ouptnuca, Creo en Dios Padre, Sal Terae, 1986; El Dios de
VanIos, La kinidad en la Biblia, Set, Salamanca, 1972; A. W. WaI¡r-
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64
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crlslo, Salamanca, 1985, 170-17l; S. Sanuoar, Abb¡:... I"aoraciút del tu Dios te llevaba como un hombre lleva a su hijo" (i, 30); "Yahvéh
Señor, BAC, 1985.
tu Dios te corregía como un hombre corrige a su hijo" (8, 5); "Hijos
sois para Yahvéh vuestro Dios" (14, 1)...
1.1. Antiguo kstantento De nuevo los profetas (s. VIII Ac y ss. ) utilizan la imagen de
Dios como padre para recriminar al pueblo sus corrupciones y
urgirle al amor (Is 63, B. 1,6; 64, 7-9; Jr 3, 19-20). Uno de los más
1 .1.1. Padre de los hombres
poéticos es quizás el de Os 11, 1-8. El profeta comienza evocando
a. La toma de conciencia de la paternidad divina por parte de el recuerdo del Exodo: Israel era entonces como un niño, alimen-
Israel supuso un largo proceso, debido en parte al politeismo de los tado y protegido por Dios a través del desierto (cf. Os 2, 16; Jr 2,2).
pueblos colindantes. La designación de Dios como "padre" no es Pero Israel se portó como un hijo ingrato, olvidó el cariño paterno
exclusiva del AL Se encuentra en todo el Antiguo Oriente. Se y se volvió hacia los ídolos (cf. Is 1,2;30,1-9; Jr 3, 19). Dios siente
remonta a épocas ancestrales. Constituye uno de los fenómenos la tentación de abandonarle en castigo de su ingratitud. Pero,
originarios de la historia de las religiones. Es conocida sobre todo ¿podría un padre olvidar a su pequeño, al hiio de sus entrañas?.
en el mundo griego. Homero (s. VIII Ac) presenta a Zeus como Dios no puede tratar a su primogénito como a cualquiera. Ante el
padre genealógico de la familia de los dioses. La filosofía platónica solo pensamiento, el corazón de Dios se conmueve y se inflama de
y la estoica asumieron a su modo esta idea y lenguaje. compasión (cf. Jr 31 , 20; Is 49, 14).
Hay sin embargo una diferencia fundamental entre la noción
de Dios-Padre del AT y las de Ios pueblos extrabíblicos. Coinciden c. En una segunda fase, Dios se manifiesta como padre no sola-
en que al Dios-Padre se le atribuyen dos características principales, mente del pueblo-colectividad, sino también de cada uno de los
a sabe¡, la autoridad y Ia misericordia. La autoridad expresa una individuos. Aunque ya insinuado anteriormente (cf. Is ó4, 8; Dt 32,
superioridad incondicionada e inviolable por parte de Dios, que 6) llega a pleno esclarecimiento después del exilio, a partir del s. VI
lleva consigo la exigencia de una obediencia por parte del hombre. Ac.: "¿No tenemos todos un solo padre? ¿no nos creó un mismo
La misericordia se refiere a la bondad, solicitud y ayuda que pres- Dios? ¿por qué uno traiciona a su hermano" (}1.al2, 10); "Si mi
ta a la humanidad. Se di rencian radicalmente porque la visión del padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá" (Sal 27,
antiguo Oriente es muy antropológica (con sus connotaciones 10); "padre de huérfanos, defensor de viudas" (Sal ó8, 6); "como un
sexuadas); en cambio, para la Biblia, Dios no es nunca el antepa- padre siente cariño por sus hijos, siente el Señor cariño por sus fie-
sado natural. La novedad radical consiste en un acto histórico: les" (Sal 103, l3); "el Señor reprende a los que ama como un padre
Yahvéh elige con plena libertad, "adopta", establece alianza toman- al hijo preferido" (Prov 3, ll-12). - Esta paternidad divina adquie-
do él la iniciativa. Se trata, pues, de un acto salvador por parte de re unos rasgos de mayor relieve al hablarse de los iustos (cf. Tb 13,
Dios, que Israel experimenta en su historia. 4; Sb 2,13; 5, 1ss; Eccl 4, 10) y del futuro Mesías (cf. 2 Sam 7, 3-
14; Sal 2,7)'.
b. Las primeras revelaciones coinciden con la época mosaica
(h. 1250 Ac). Yahvéh aparece como padre del pueblo en sentido 1 .1.2. Padre del Mesías
colectivo. El "hijo primogénito" es el pueblo en su conjunto. La
apelación de "primogénito" equivale a "hijo amado", marca la pre- El título de "Hijo" se atribuye de un modo particular al herede-
dilección de Dios sobre Israel: "Y dirás al Faraón: Así dice Yahvéh: ro de David, en términos tales que vienen a profetizar secretamen-
Israel es mi hijo, mi primogénito..." (Ex 4, 22).La misma idea luego lc ¿r Cristo. Ve¿rnros dos textos reconocidos como "mesiánicos".
en el Deuteronomio. Considerando que muchos no h¿rbí¿rn visto l¿rs
obras de Dios en Egipto, Moisés se las tr¿rc ¿rh<¡r'¿r ¿r I¿r nlcntoriu rr l. Att.¡t':r rlt'los ¡losib['s llsl)cct()s Icrncninos dc la figura del "Padre", ver el
,:r¡rílttl,, V, tr. 2.

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a) 2 Sam 7, 3-14 (cf. 1 Cro 17, 3-14). - Se trata de una profecía b) Salmo 2, 7 (cf . Sal 89, 27). - "Voy a anunciar el decreto de Yah-
elaborada a base de una contraposición: no será David quien edifi- véh: él me ha diclrc 'Tú eres tni hijo; yo te he engendrado hoy"'.
que una casa (templo) a Yahvéh (v. 5), antes será Yahvéh quien En su sentido directo, el texto no se refiere ni a una generación
levante únacasa (dinastía) a David (v. 11). El claroscuro de la pro- humana (sexual), ni tampoco a una generación ab aeterno (trinita-
fecía deja entrever un descendiente privilegiado en quien Dios se ria), nisiquiera a una generación milagrosa. El sentido directo hace
complacerá. E,s el primer eslabón de las profecías sobre el MesÍns referencia a la entroniz.ación del rey t. El sentido mesiánico se des-
hijo de David (Is 7 , 14; Mi 4, 14). prende de que Hb 1, 5 luego toda la tradición y la liturgia- lo
El sentido literal del texto parece ser el siguiente: "El descen- aplican directamente a-y Cristo, tanto que "no pocos autores creen
diente de Isai es 'hijo de Dios' a título de una elección única y de que en la expresión del salmo hay una insinuación de una verda-
una función privilegiada... Si es'hijo de Dios'lo es por una elec- dera filiación divina del Mesías en sentido natural. Así dice el P.
L

ción, por una especie de adopción, no por naturaleza, y nunca será Lagrange: "El Mesías será Hijo de Dios en sentido natural»a.
el rey divinizado, jamás se convertirá en Dios, a diferencia de las
monarquías en la mayor parte de los otros paises de Oriente... 1.2. Nuevo Testamento
(Con todo) es el primer elegido de Yahvéh, el primero de los ser-vi-
dores de Dios, el único ungido y, por eso, el hiio de Dios en un sen-
tido singular"'.
1.2.1. Padre de los hombres
El sentido mesiánico parece desprenderse a la luz de otros pro- a. Los primeros contactos de Jesús con el pueblo están marca-
fetas y, sobre todo, por el hecho de que en el NT el texto es aplica- dos por la preocupación de poner de relieve que el Yahvéh-Dios del
do directamente a Cristo. AT es "su Padre" y "nuestro Padre". Basta leer el Sermón de la mon-
taña (Mt cc. 5-7) para observar la redundancia del Señor.
En cuanto a los profetas, ver p. ej. : "De tí (e. d. de Belén, de las des-
cendencia de David) ha de salir aquél que ha de dominar en Israel"
(Mi 5, lss. ); "Así dice Yahvéh Sebaot: He aquí un hombre cuyo b. También Pablo, desde su conversión, recuerda con insistencia
¿rl"Padre de nuestro Señor Jesucristo" (Ef 1 , 3; Ga 1 , 1; Col 1, 3) que
nombre es Gerrnen: debajo de é1 habrá germinación (y él edificará
"cs Dios bendito por siempre" (Rm l, 25). De esta filiación de Jesús
el Templo de Yahvéh). El edificará el Templo de Yahvéh; él llevará
las insignias reales, se sentará y dominará en su trono (Zac 6, 12- ¡rarticipa el creyente: "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
l3); "Mirad que vienen días de Yahvéh- en que suscita- .lesucristo... por cuanto nos ha elegido en él desde antes de la crea-
-oráculo
ré a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el ción del mundo... para ser sus hijos adoptivos" (Ef 1, 3-5). "En efec-
derecho y la justicia" (Jr 23,5). El nombre Germen es otra for-rna de t«¡, todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de
referirse al Mesías (Za 3, 8; 6, 12). l)ios. Pues no recibisteis un espíritu de esclavos para recaer en el
lcmor; antes bien, recibisteis un espÍritu de hijos adoptivos que nos
En el NT, san Pedro lo aplica expresamente a Cristo en su discurso Irace exclamar: ¡Abbá, Padre! El Espíritu mismo se une a nuestro
de Pentecostés: "Pero como é1 (David) era profeta y sabía que Dios cspíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios" (Rm 8, 14-
le habÍa asegurado con juramento que se sentaría en su trono un
l6; cf. Ga 4,4-6). Si Pablo utiliza aquí el término "adopción" es para
descendiente de su sangre, vio a lo lejos y habló de la resurrección
rlistinguir nuestra filiación de la de Cristo. Jesús es Hijo de Dios por
de Cristo" (Hc 2,30). Cf. también Lc 1,32-33 "Y el Señor Dios lc
I dará el trono de David su padre" rurturaleza. Nosotros lo somos en cuanto participamos de la misma,
¡iurcias al EspÍritr-r que nos es comunicado. Pero también en nues-
t11) caso Ia patcrnidad de Dios es algo real, ontológico, y no una
rrrt'r'¿r f icciírn.jLrr'ídica como ocurre en las adopciones humanas.

2. G.Auzou, l,oslibrosdeSanurcl,Fax,M¿rchicl, 1971r,278-279, t'l..1.C.Ttrr<¡<o, I ( 1. ll. .1. Kti¡rs, /,o.s.§¡¿/l¿o.s, Sí1trrr:rnc:, Salantarrca, 1993,195-213.
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480.

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Pues bien, cuando un día se le acercan los discípulos pidiéndo-


c. Por su parte, el evangelista san Juan habla de un amor que
procede de Dios nace del corazón humano- y transforma al le les enseñe a orar, Jesús les responde: "Cuando oréis, decid
irombre hasta
-no
endiosarle. En efecto, "a cuantos creyeron dióles el "Abbá"... Padre nuestro..." (Lc 11, 1ss). La misma palabra con que
poder de hacerse hiios de Dios" (Jn l,12). "Mirad qué amor nos ha él se dirige a Yahvéh es la que indica debemos usar nosotros. Bien
para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!" (1 Jn que haya una diferencia. El dirá "padre mio": intimidad especial,
ienido el Padre
3, l-2). No es una filiación metafórica, sino real: Lo "somos". Y lo única, trascendente, "nadie conoce al Padre sino el Hijo" (Mt 1i,
27). Nosotros diremos "Padre nuestro", como hermanos adoptivos,
somos, porque hemos recibido una vida nueva, porque "hemos
hechos partícipes de su filiación, hijos en el Hijo (Mt 5,45; 6, 1; Rm
nacido de Dios" ( 1 Jn 3, 9; 4, 7;5, 1; 5, 18; etc. ). Una vida con enti-
dad propia, distinta a la meramente humana, surgida al soplo del 8, t6-t7).
Espiiitu(ln 3, 6-8), que implica un nuevo nacimiento de arriba (cf . Llamar "papá" a Dios es un atrevimiento. Una osadía. Una
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"blasfemia" (Mt 26,65). Todavía hoy, en la Eucaristía, en la moni-
I ñ 1, 2;2, 14;2 Jn 1,9). Para expresar esta nueva relación del cre-
yente con Dios, san Juan emplea un término muy denso: "koino- ción que precede a la oración dominical, se escucha "nos atreve-
mos a decir". En alguna liturgia oriental se expresa aún con mayor
nía", que supone participación enla misma vida divina, comunica-
I
da gratuitamente por Dios a los hombres (1 Jn 1, 3; cf. Jn t5, 1'-6; exigencia: "atrevámonos a decir". En el primitivo cristianismo, el
t7, 2t-26). Padre-nuestro era uno de los más sagrados tesoros de la Iglesia y
estaba reser-vado a quienes eran plenamente miembros de ella. Los
d. Hay en el vocabulario de Jesús una palabra que lo sintetiza catecúmenos eran invitados previamente a salir.
todo maravillosamente'. "abbá", que es mucho más que "padre"'
Abbá era una palabra infantil. La que balbucea el nene apenas es 1.2.2. Padre de Jesús, el Cristo
destetado. Es nuestro término "papá", pero dicho por un niño
pequeño, que se abandona confiadamente en brazos de su padre, Gracias a la experiencia post-pascual, alaluz de Pentecostés, la
sin que por un asomo se le pueda ocurrir pensar que su padre primitiva comunidad cristiana fue comprendiendo cada vez con
pueda engañarle. Es de los pocos vocablos que conserva el NT sali- nrayor profundidad cómo Yahvéh, el Dios del AT, era "el Padre de
áos de los mismos labios de Jesús. Una palabra tan sagrada que ni .lesús", a quien había resucitado de entre los muertos constituyén-
suele traducirse y, así, se nos ofrece en su original arameo. Jamás rlole "Señor" de la historia.
a un judío se le hubiera ocurrido invocar a Dios con este término.
Es la expresión de una total confianza, de una intimidad plena, de a. En los Sinópticos, Jesús hace comprender que Dios es su
una identificación radical. una gozosa necesidad que Jesús sentía l'¿rdre en un sentido único, por su manera de distingutr "tti Padre"
y manifestaba. y "vuestro Padre"; por Ia forma de presentarse a veces como "el
I li.lo" o "el Hijo amado"; y, sobre todo, de expresar la conciencia de
Así oraba Jesús a Yahvéh. Lucas cuenta que "sintiéndose inun-
dado de gozo en el Espíritu Santo, dijo "Yo te alabo, Padre, Señor rrn¿r unión tan estrecha entre los dos, hasta el punto que solamen-

del cielo y de la tierra..." (Lc 10, 2l).Y, ante la tumba deLázaro, It: él penetra en los secretos del Padre y es el único que los puede
"levantó los ojos y dijo: Abbá, te doy gracias por haberme escucha- rt'velar.
do" (Jn 1I,41). También en el huerto de Ios olivos, caído en tierra,
"suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora. Y decía: Mi Padre: Mt 7 , 21ill , 27; Lc 2, 49; 22, 29 .
Vuestro Padre: Mt 5, 45; 6, 1;7, 1l1, Lc 12, 32.
Abbá, todo es posible para ti, aparta de mí este cá1i2..." (Mc 14, 36)' El Hijo: Mc 13, 32.
Se adivina en esta invocación todo el insondable misterio de la El Hijo antado: Mc 12,6.
relación Padre-Hijo: Jesús manifiesta su conciencia de ser el
"Hijo". Se le acusará y condenará precisamente por esto, por haber [Jno cle los lrasajes más interesantes de los Sinópticos, y el más
declarado que Yahvéh, el Dios del AT, era sLr paclt'e (Jn -5, l7; 8, 38; cx¡rlít'it<> r:n cl Icnr¿r dc las rel¿rciones de] Padre con el Hijo es el de
10,22-38). lt' 10, 2 /-22 y str ¡:rirralc,lo c'n Mt 11, 25-27. No sólo aparece Dios

70 7t
como "Padre" de Jesús, sino que se alude a una igualdad entre c. San Juan va tr¡davía más lejos. Subraya el carácter único y
ambos. Aunque se trata de dos textos aislados en los sinópticos, no especialísimo de la Paternidad que corresponde a esta filiación:
Jesús es el Hl¡o de Dios y 1o es en un sentido eminente, único, no
dejan de tener máxima importancia.
como se dice que todo bautizado es hijo de Dios: "El Padre ama al
b. san Pablo. La idea de los sinópticos se halla más desarrolla- Htro y ha puesto todo en su mano" (3, 35); "EI Hijo no puede hacer
da en Pablo, quien identifica a Dios Yahvéh del AT- con el nada por su cuenta, sino 1o que ve hacer al Padre" (5, 19); "Porque
-el
'Padre de Jesús', o piensa en'el Padre' cuando dice sencillamente esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que vea al Hijo y crea
"Dios" (O Theos). E. d., Ia expresión'O Theos' (con artículo) alude en é1..." G, aO); cf. B, 35; 14, 13; 17,l; elc. - En sus cartas le llama
no a la divinidad, sino al PRpRe (primera persona trinitaria)
s' expresamente "Hiio del Padre": "Y nosotros estamos en comunión
con el Padre y con su Hijo Jesucristo" (1 Jn 1, 3); "La gracia,la mise-
o Padre ile N. S. Jesttcrislo: "Para que unánimes, a una voz, glorifi- ricordia y la paz, de parte de Dios Padre y de Jesucristo, el Hijo del
quéis al Dios y Padre de n. s. J' " (Rm 15, 16); "¡Bendito sea el Dios Padre" (2 Jn 3). .- Hay, sobre todo, una expresión característica de
y fud." de n. s. J, Padre de las misericordias..." (2 Co 1,3); "El Dios Juan: "Hijo Ut{IcÉNrro" (1, 14; 1, 18; 3, 16. 1B; l.Jn 4, 9) Ia cual acen-
y Padre del S. J., ¡bendito sea por todos los siglos!, sabe que no túa con especial insistencia la singularidad de esta filiación divina.
miento" (2 Co 11, 31); "Bendito sea el Dios y Padre de n' s' J', que
nos ha bendecido..." (Ef 1, 3). aa. Tan singular es esta filiación que Jesús-Htto es tcu¡L al
'- "O Theos" = Padre.-"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Ptone, si bien en san Juan se perciben las huellas de una pedago-
Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros" (2 gía progresiva. Al final de su vida, Jesús habla con mayor claridad
Co 13, l3); "Os suplico, her-rnanos, por n. s. Jesucristo y por el amor de su propio misterio:
del Espíritu Santo, que luchéis juntamente conmigo"' rogando a
Dios por mí" (Rm 15, 30); "Y es Dios el que nos confbr-ta juntamen- Jn 5, 18-26. Fiesta de la Pascua. Jesús responde a los judíos "lla-
te con vosotros en Cristo y el que'.' nos dio en arras el Espíritu" (2 mando a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios" (v. 18). La
Co l,2l);"Hay diversidad dc carismas, pero el Espíritu es el mismo; unidad de voluntad, de acción y de poder de ambos; el conocimien-
diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo; diversidad de to perfecto que tienen el uno del otro; y el mutuo amo4, la imposi-
operaciones, pero es el mismo el Dios que obra todo en todos" (1 Co bilidad de separarlos en el honor... aparecen cieltamentc con un
12, 4-6). Cf. Rm l, 1-3; 8, 3; Ga 4, 4-5; eÍc. relieve extra-ordinario.
Jn 8, 42ss. Fiesta de los Tabernáculos. En el mes de octubre está de
También cuando habla del "propio Hiio de Dios" situándolo nuevo Jesús en Jerusalen. Se suscitan violentas discusiones sobre su
con referencia a Ios "hijos adoptivos" y atribuye al "Hijo muy cualidad de Mesías. Durante las fiestas, Jcsús se muestra bastante
reservado (Jn 7). Teri¡inadas las mismas, desvanece todos los equí-
amado" la obra misma de la creación, supone que hay en Dios un vocos: "Quien me glorifica es mi Padre, el mismo de quien vosotros
misterio de paternidad trascendente y eterna: decís que es vuestro Dios... Os aseguro que antes que Abraham
naciera, existo yo" (Jn 8, 54. 58).
"Recibisteis un espÍritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar:
Jn 10, 22-42. Fiesfa de la Dedicación. Cuando en diciembre vuelve
¡Abbá, Padre!... Pues a los que de antemano conoció, también
los
perdonó a la Ciudad Santa, los judíos argumentaban con firmeza: "Te ape-
predestinó a reproducir la imagen de su Hiio... El que no
dreamos por la blasfemia, porque tú, siendo hombre, te haces Dios"
.ri u .r', propio Hijo, antes bien le entregó por todos nosotros""' (Rm (v. 33). No obstante, responde Jesús, no hay blasfemia alguna por-
8, 15.29.32); "Cristo, según Ia carne, el cual está por encima de quc Ia verdad cs "que el Padre está en mÍ y yo en el Padre" (v. 38) y
todas las cosas, Dios bendito por los siglos" (Rm 9, 5); "Tras habcr cst«r hasta tarl punto de que "el Padre y yo somos uno" (v. 30). En lo
abandonado los ídolos para serwir a Dios vivo y verdader<l, y espe- succsivo, Jesús se dcsignará a sí mismo como el Hijo de Dios ( 1 1 , 4)
rar así a su Hijo Jesús que ha de vcnir de los cielos..'' (1 Ts 1, 9-11)' y Marta no dudará de ello (11,27). Sus adversarios, en cambio, le
- Leer Col l, 13-20; Ga 4, 4-6.
Iranin cnrcil'icetr "porquc ha querido hacerse pasar por Hijo de
l)ios" (19, 7).
.5- Cf.K.R¡r¡Nrn,TheosenclNtrcw¡Ti,slatttt t¡lo'. lr.stritosl,()j l,67; [;.X. I)trl<l<-
wgrt., Nueslro Prirlrz, Sígtlcrllc, S¿tl¿tltl¿ttrclr, l9()0, l5 20.

12
Jn cc. 13-18. Jueves Santo. En el discurso de la última cena volverá inagotable cle su confianza. Dios es el Padre de Jesús, nuestro PadIe,
a insistir sobre el tema de sus relaciones con el Padre (y con el EspÍ- el Padre del hombre... Por encima de todas las sospechas y por deba-
ritu) con una claridad como sólo se habla a los amigos: "En ade- jo de todas las crisis, el cristiano en é1, de algún modo, todo hom-
lante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce los secre- bre- podrii confesar la
-y
experiencia: 'Creo en Dios Padre"' ' .
tos de su amo. A vosotros os llamo amigos porque os he dado a
conocer los secretos de mi Padre (15, 15) [cf. infra n. 52].
,,HIJO,,
2. LA REVELACION DEL
bb. Ahora bien, aún siendo igual, Jesús-Ht¡o es »tprnp.Nre al
P¡onr. Todo 1o que el Hijo es, lo ha recibido del Padre y mantiene En el AT pueden observarse dos cosas: por una parte, que se alude
l
con EI una cierta relación de dependencia. Es el Padre quien a Cristo; por otra, que no lo dibuja con claridad. Sólo alaluz del NT
"e\vía" al Hijo y éste no hace sino transmitir las palabras que ha llegarán a comprenderse ciertas alusiones vetero-testamentarias.
recibido del Padre. El Hijo es el Enviado; "Mi alimento es hacer la
voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra" @,3a); 2.1. El Angel de Yahvéh
"Yo hago siempre lo que le agrada a El" (8, 29); "Yo no he hablado
por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha man- Los Padres pre-nicenos (Clemente de Alejandría, Justino, Orí-
I
dado lo que tengo que decir y hablar" (12, 49). Cf. 12,50; 15, 10; genes, Cipriano, etc. ) interpretaron como referido al Hijo, o segun-
il
17, l-2, etc. áa Persona trinitaria, las apariciones del AT en que se presenta el
Hay un texto que preocupó a los Padres de la Iglesia: "El Padre "ángelde Yahvéh" y que a veces se llama a sí mismo "Yahvéh", por
111 es mayor que yo" (Jn 14,28). Lo interpretan generalmente no por lo que parece ser diverso e idéntico alavez. - En la polémica con-
Logos podía apare-
una interioridad del Hijo respecto al Padre, sino por la relación de
origen del Hijo-enviado-en-carne con respecto al Padre que lo
tra el abuso arriano de esta explicación
-si el
cerse y el Padre no, ello era argumento de la superioridad del Padre
envía. El Hijo-encarnado es, al mismo tiempo, hornbre-y-Dios: "Si frente al Hijo- fue abandonada la interpretación trinitaria, enten-
el Hijo dice 'el Padre es mayor que yo' quiere decir: el Padre es el diéndolo más bien como mensajero bondadoso o como r-tna gracia
origen; el Hijo, la derivación" 0. personificada de Dios. Cf. Gn 16, 7ss; 21, 17ss22,15; 31, 11ss; Ex
3, 2ss; Jc 2, I ss.
cc. En todo caso, es evidente que san Juan, pese a lo elevado de
su doctrina, no ofrece el sentido propio de la palabra- espe-
-en
culaciones religioso-filosóficas sobre la vida intra-trinitaria de la 2.2. La Sabiduría
I
divinidad. El habla del Hijo en cuanto que "lo hemos oído, lo Los pensadores de Israel l-rablan de una sabiduría creada, natu-
hemos visto con nuestros propios ojos, lo hemos tocado con nues-
ral, humana; pel'o, poco a poco, la trascienden, buscando en LIn
tras manos" ( 1 Jn 1, 3-4). El Hijo-encarnado es un hecho. Se nos ha
ulterior esfuerzo el más allá divino de los fenómenos sensibles o
manifestado. Ahora bien, ¿cómo es su r¡ida intra-trinitaria? Este es
internos que les preocupan y llegan a hablar de una sabiduría divi-
un problema que está al margen de la concepción joánica. Aún así,
na que parecen "personificar".
en su evangelio encontrará la Iglesia muchos fundamentos de sus
posteriores refl exiones.
2.2.1.En el libro deJob es donde primero aparece una Sabidu-
"En definitiva, la confesión de Dios como Padre no se apoya, ni se r'ía que pre-existe a la creación, divina, inaccesible a los mortales:
I

apoyó nunca, en razones teóricas, sino en la inütación de Jesús y c-n 15, 7-8; 28, 12-28.
el ejemplo vivo de su experiencia. Desde el principio... la conciencia
cristiana descubrió aquÍ el fundamento radical de su fic- y Ia luenlc 2.2.2. El libro de Baruc se hace eco del de Job' La Sabiduría
irp¿rrcce como algo divino, impalpable, pero que desciende hasta
rl
6. S. Ar,rNlsto, Orat. Ariatt. 3, 3: Il. l'. 160. 716. 1 . A. 'l o¡tlrlts ()t rlttt<t lr;,r, r¡. ¿ . I06.

7'4 7\
estar entre los hombres y conversar con ellos, manifestándose en la In Palabra reveladora, en: EI Mensaje central del Nuevo
J. Jnnr,nÍes,
obra de la creación y en la acción providente de Dios, y de un modo Testamento, Sígueme, Salamanca, 1966, 83-103; M. E.Botsuano,.E/
especial en la ley judía. Es, en suma, la presencia eterna de la ley prólogo de san Juan, Fax, Madrid, 1967; W. EIcrnoor, Dios y el
de las cosas en el pensamiento de Dios. Cf. principalmente del 3, 9 mundo, en: TeologÍa del Antiguo Testamento, Cristiandad, Madrid,
al4, 4. 1975; R. BnowN, El Evangelio según san luan, Cristiandad, Madrid,
I, 1979; R. ScuNacr¡,NBURG, El evangelio según sart Jttan,III, Her-
t.
2.2.3. Los Proverbios (cc. 8-9), el Eclesiástico (c. 24) y el libro de{, 1980; Mm¡os-Barnsro, E/ Evangelio de Juan, Cristiandad,
de la Sabiduría (cc. 7-8) desarrollan de un modo admirable, en Madrid, 2 ed., 1982; A. JausBnr, El Evangelio según san Juan,Yerbo
forma poética, el tema en su doble aspecto de la sabiduría en Dios Divino, Estella, 1981;J. Gelor, La génération étendle du Fils: Gre'
gorianum 4(1990)657
y de su misión entre el pueblo elegido. Leyéndolos, no es posible
dejar de pensar en cristo. El autor personifica la sabiduría. Es fácil
creer que cuando el E. s. inspiró estos capítulos iba preparando los 2.3.1 . Concepto vetero-testamentario de "PAIABRA"
ánimos para la aceptación del misterio trinitario. De hecho, el NT
interpretará como referida a Cristo la "sabiduría" del AT. En líneas generales, la "palabra" (=dabar) tenÍa para los anti-
guos una importancia extraordinaria. A una palabra pronunciada
2.2.4. En efecto, san Juan tiene múltiples imágenes tomadas de con una fuerte y expresa decisión cle la voluntad, se le reconocía
los pasajes anteriorrnente citados. Para él, "Sabiduría" y "Cristo" son trna fuerza eficaz propia, que duraba y se prolongaba más allá del
ténninos equivalentes. Confróntense, p. ej., los siguientes textos: tiempo en que era pronunciada. Según esto, para el hombre del AI
tiene un carácter específico propio: Dios, revelándose y aportando
Jn 1, 1 Sab 9,4-9 la salvación, actua en Ia historia de su pueblo precisamente a tra-
Jn 1,3 Sab 7, 21;8,6;7,12;9,9; prov 8,30 vés de su Palabra. La palabra de su Dios está presente de manera
Jn l, 4 Sab 7, 10;7,22-23 srrmamente eficaz en la historia de la salvación.
Jn 3, 13 Sab 9, 10 Para mejor entenderlo, es bueno distinguir los variados aspec-
los que puede ofrecer el término "palabra". En síntesis:
2.2.5.Igualmente san Pablo. Basándose en el tema de la Sabi-
duría, desarrolla una verdadera teología trinitaria. Ensalza la per- a. palabra interior = pensamiento (concepto) = Locos (griego)
sona de cristo con términos sacados de los libros sapienciales,
identificando a "Cristo" con la "sabiduría" de que habla el AT: b. palabra exterior, que puede ser a su vcz doble:
aa. Expresión exterior de un pensamiento (aspecto noético) =
Col 1, 13 Sab 8, 3;7,28 cultura occidental.
Col 1, 15; 2Co 4,4 Sab7,26 bb. Expresión exterior de la voluntad, de un querer (aspecto
Col l, 16 Sab 8, 6;7, t2 dinámico) = cultura hebrea
Hb 1, 3 Sab 7,25-26
En la cultura hebrea, el término DABAR (=Palabra) abarca
2.3. La "Palabra". El "rogos" ;unl>os aspectos, el noético y el dinámico. Sin embargo, el primero
('s L:omo secundario y poco advertido, mientras que el segundo es
El uso de la expresión Locos en san Juan ha sido ampliamente nru.y perceptible y vivo. Para el AI, la Palabra es principalmente la
discutida. - Hoy parece claro que confluyen en él dos corrientes dis- t'lir'¿rcia inter:na que actúa hacia afuera; o, quizás mejor, la eficacia
tintas de pensamiento: por una parte, el concepto vetero-testa- t'rlt'r'r.r¿r de un querer interno. En este sentido, la "Palabra" aparece
mentario de paresRA (=oasAR); por otra, el concepto griego de ( ()lll():
Locos.
" li¡t't'zrt crt'ttrlt¡rrt: Sal 33, 6; 147,4. 8. l8; Is 40,26;48, 13; Eccl 39,
22 21; 12, 1.5; Sb 9, l; Grr l, 3-6.

76 't7
* fuerza mensajera: Sal 147, 15; Is 55, 10-l 1; Sb 18, 14-18. como una causa extrínseca y ordenadora, debe entenderse como
"* fierza curatiya, sanadora, salvadora: Sal 107, 20; Sb 16, 12. 26; una ley necesaria, inmanente..." '. Pasa luego por Platón a la filoso-
18, 8. f'ía estoica, a la filosofÍa religiosa judía y al neoplatonismo de Filón.
o fuerza reveladora: Sinaí es, así, el monte donde Yahvéh pronuncia Para la interpretación del logos en san Juan hay que tener en
"las Palabras", base de Ia alianza: Ex 20, l;24,3. 4. 8;34,27-28.
cuenta principalmente la línea estoica. En ella logos significa la
razón del mundo que es omnipresente y se individualiza en cada
En esta misma línea vetero-testamentaria es usado con fre- hombre, de forma que el alma individual es una parte, una chispa,
cuencia el término LoGoS en el Nuevo Testamento: dela razón universal.
En H¡,cnos se usa doce veces en sentido de "buena noticia", Esta doctrina viene a ser casi la misma idea platónica de que en
mensaje de salvación, Evangelio. Dios envía su "logos" (su palabra) cada ente y en el universo se realiza un sentido. Platón ve garanti-
y anuncia la paz por medio de Jesús: 5, 20; 7 , 38 10, 36; 13, 26. tado el sentido de las cosas individuales y del universo en el hecho
También sAN PABLo utiliza a veces "logos" para designar el men- de que cada ser es representación de una idea. Cada cosa apunta
saie del Evangelio: 1 Ts 1, 6.8;2,13. por encima de sí misma hacia una idea universal, hacia un arque-
Igualmente sAN JuAN. Con este mismo significado aplica el tér- tipo que se manifiesta en ella. Todas las cosas son sombras de esas
mino "logos" a Cristo. Cristo-Logos es: f-iguras arquetípicas. La verdadera realidad son los arquetipos. Las
o palabra creadora: "todas las cosas fueron hechas por El" (1, 3) cosas visibles son imitaciones imperfectas. Todas las ideas están
o palabra salvadora: "a cuantos le recibieron, dióles el poder de lle- rrnidas en una totalitaria, a la que Platón llama nIEN.
gar a ser hijos de Dios" (1, 12). Lo que Platón llama eIsN sería lo que los estoicos llaman Locos.
*- palabra reveladora: "era la luz verdadera que viniendo a este El logos es el resumen de todas las ideas y arquetipos cuyos perfi-
mundo ilumina a todo hombre" (1, 4-9. 14: lln 1, 1). lcs vemos en las cosas singulares. En él está dado el sentido último
cle lo que significan los entes particulares. Las cosas no hacen más
En el Evangelio de Juan se percibe como un eco de Isaías: "La c¡ue ofrecer en múltiples deformaciones y amenguamientos lo que
Palabra de mi boca no vuelye a ntí vacía" (Is 55, 10-11). El tema de vive en el Logos como arquetipo suyo. El Logos tiene también una
que Jesús salió del Padre y vuelve a El es resaltado con frecuencia: irrragen de cada hombre. Es como la idea, \a razón, la mente del
"Salí del Padre y vine al ntundo; de nuevo deio el ntundo y me voy al rnundo. La filosofía estoica está lejos de concebir esta Razón o
Padre" (Jn 16, 28); "Sabiendo que el Padre había puesto en sus Mente que dirige el cosmos como "alguien" y ni siquiera como una
manos todas las cosas y que había salido de Dios y a El se volvía" "l'uerza exterior de alguien": se trata de algo impersonal e inma-
(Jn 13, 13). Según esto, Cristo ocupa el lugar de la "Palabra". Algo r)cnte, que lo envuelve todo, que lo abarca todo. Algo así como el
parecido cuando se dice que Jesús cumple su misión y hace lo que "clestino" que, desde dentro, todo lo ordena y todo lo reduce a una
quiere el Padre: llntoniosa unidad (visión panteista).

'" estaba en Dios pre-existiendo; l, l-2;8, 24ss; 10, 30ss 2.3.3. Concepto de "rocos" en san Juan
'" vino al mundo: 1,9-14;3, 19;9,39; 12,46.
o vuelve al Padre: l, 18;7,33; 8,21; 12,35; 13,3; 16, 5; 17, 11.
San Juan usa el mismo término griego, pero le da un sentido
rrrlrs profundo y más personal. Engarzándolo con el significado
2.3.2. concepto griego de "Locos" lrílrlico de Palabra, y eliminando cualquier posible vestigio panteis-
la, vc cn el "Logos" no ya una idea abstracta, o una razón universal,
Esta segunda corriente de influencia comienza con Heráclito sirr«> Alguien real y personal. Tampoco ve en el Logos algo inferior a
para quien "la causa última de todas las transformaciones del cos- l)ios, clc quicn EsLe se serviría como instrumento (eon), sino a Dios
mos y de la armonía universal que de ellas resulta es una razón eter'-
na (rocos) que rige y gobierna todas las cosas y csth pr-cscnte cn
todas ellas... Más que como r-rna inteligcnci¿r pcrs()nal y srr¡-xrlarlu, <r ¡t. (;. l;ttAtt t, , lli.stot.itt tlr ltr l:iltt.solirt, Illrc, Mlrrllicl , 1946, 137

78 J\)
rt
-* en la tercera, el verbo "ser" desempeña el papel de simple "cópu-
mismo que se hace presente en la historia. Es como si Juan dijera a
los filósofos griegos: eso que vosotros queréis decir con "Logos", yo la", que señala laidentidad entre el sujeto y el predicado (Logos =
Io he visto, lo he experimentado en Cristo, en el Logos-hecho-carne, Di<¡s).

de un modo que trasciende todas vuestras intuiciones. Yo Io he visto


(lJn 1, 1;Jn 1, 1B). Existiendo ya en el principio (Jn 1, 1), vino a los Esta diversidad de matices resalta mejor cuando se colocan los
suyos (Jn i, I 1) y habitó entre nosotros (Jn l, 14). diferentes términos de cada frase en el mismo orden lógico:
De esta forma, Juan usa el término Logos como título de la pre-
En el principio
existencia de Cristo. Cristo es la "palabra interior", el pensamiento
la Palabra ya existía;
de Dios. Este título aparece solamente en el Prólogo, que es un y la Palabra estaba junto a Dios;
himno de confesión de fe en el misterio de Jesús, un himno que y la Palabra era Dios.
resume todo el Evangelio. Ya no aparecerá más, porque "logos" no
es un título histórico, sino pre-histórico, en el sentido de antes-de- Sin embargo, Juan ha conseguido evitar la monotonía de estas
la-historia, e. d. eterno, a-temporal. En cambio, la historia de Jesús construcciones idénticas. Y lo ha logrado engarzando entre sí las
es la historia del Logos-hecho-carne. diversas frases, según un procedimiento frecuentemente empleado
entre los semitas: la primera palabra de la segunda y tercera frase
Glosa exegético-teológica de Jn I , I repite la última palabra de la frase anterior:

Cada proposición consta de tres términos: sujeto, verbo y pre- En el principio existía la Palabra
dicado. El sujeto permanece idéntico: es el tocos, el Verbo, la Pala- y la Palabra estaba junto a Dios
bra, del que va describiendo Jn sus diversos estados. y Dios era la Palabra

Original griego: EN anxe EN o Locos, KAr o Locos EN pRos roN zEoN, De esta suerte, da Ia impresión que el pensamiento se va ele-
KAI ZEOS EN O LOGOS.
vando con fuerza, como en un vuelo circular (Por eso, desde san
Vulgata lalina: In principio erat Verbum, et Verbum erat apud Deum
lreneo, se atribuye a san Juan el simbolismo del águila en pleno
ct Dcus cr¿rt Vcrbum.
Nácar-CrtlLtttgr.r.. Al principio era el Verbo y el Verbo estaba cn Dios,
vuelo, subiendo a Io alto). Y así es, en efecto. Parece que las pala-
y cl Vcrbo cr¿r Dios. bras apenas cambian de una proposición a otra. Sin embargo, el
Biblia Jerusalén: En el principio la Palabra existía y la Palabra esta- pensamiento se va elevando de forma progresiva. Y en un «cres-
ba con Dios, y la Palabra era Dios. cendo, digno de atención, el Evangelista afirma sucesivamente tres
Nueva Biblia Española: N principio ya existía la Palabra, la Palabra (:osas: lapre-existencia del Logos, anterior a la creación; su existen-
se dirigÍa a Dios y Ia Palabra cra Dios. t:i¿r eterna iunto a Dlos (unto al Padre, alavez que su dislinción
Biblia Interconf-esional: Cuando todas las cosas comenzaron, ya rlcl Padre); y suidentidad conDios. Veámoslo con algo más de dete-
existía aquél que es la Palabra. Y aquél que es Ia Palabra vivía junto rrimiento.
a Dios y era Dios.

El verbo de cada frase sigue siendo aparentemente el mismo, a lin el principio existía la Palabra
saber: ERA. Pero, de hecho, tiene un matiz diferente en cada pro- "Al usar la expresión al principio, enlaza Jn su evangelio con el
posición: rcl¿rto de la creación del mundo (Gn 1, 1), ofreciendo ya una línea
-* en la primera, entraña un fuefte significado
de existir (El Logos rlc intcr-pretación de su escrito. Lo que en él va a narrarse está en
era = existía); lt'l¿rci<in con l¿r obra creadora de Dios.
*- en la segunda, este sentido queda atenuado al añadirle un com- .l rr clccl¿rr¿r la existencia de una realidad anterior al principio

plemento circunstancial (El Logos era = estaba, e. d., sc cncon- tlt'st'¡'ilo ¡ror cl Gn: "Al principio creó Dios el cielo y la tierra" (1, 1).
traba junto a)', I'rtt't'rlit'ncl«r ¿r la ct'c¿rciírn nrisma, existía una Palabra divina que

L/.6fr4'
tio ¡il
[tu, ,,,, ''.
había de guiar y realizar la creación entera. Asume Jn la idea expre- Ahora bien, en los profetas, el verbo se usa en indefini do: fue
sada en el libro de los Proverbios, refiriéndose a la Sabiduría: "El dirigida: freron palabras ocasionales. Aquí, en cambio, se emplea
Señor me estableció como principio de sus caminos para realizar en imperfecto: se dirigía, es deci4 se trata de una palabra perma-
sus obras, me constituyó al principio, antes que existiera el tiempo, nente, de una interpelación contínua.
antes de crear la tierra" (8, 22-24). "Cuando colocaba el cielo, allí El agente activo es aquí la Palabra. Dios aparece como término
estaba yo con é1" (8, 27). Según este libro, la Sabiduría precedió a pasivo. No es Dios quien dirige Ia palabr:a, antes es la palabra quien
la creación y acompañaba a Dios en su obra, hasta terminarla con se dirige a é1. Es deci4 ya antes de la creación, Dios no estaba sólo.
la existencia de los hombres (8, 31)" '. TenÍa jtrnto a sí la Palabra, Ia cual se dirigía permanentemente a El.
"La existencia de la Palabra precede, por tanto, a la del princi- La idea que el evangelista quiere remarcal'no es tanto la de la pro-
pio. La traducción apr:opiada es, por consiguiente: al principio ximidad con Dios, clranto la de la distinción.
(referido al del Génesis) ya existía la Palabra. Esta, en cuanto pro- Más arriba [en el n. 1221b) indicamos que en el vocabulario de
yecto formulado, es anterior al "principio"; en cuanto palabra cre- san Pablo, O Tnaos designa de ordinario a la persona del pa<Ire
adora, le da origen" '0. dentro del seno de la Trinidad. Igual podríamos decir de san Juan:
Existía: en imperfecto. El imperfecto indica nornalmente la
duración de una acción. Se opone al aoristo (pretérito indefinido) que el prólogo de la primera carta es muy similar al prólogo del
indica el tiempo ya pasado, el momento preciso en que se realizó la
- Evangelio. Pues bien, ahÍ se dice expresamente "padre": ,,... y
acción. El Evangelista quiere decir que la Palabra duraba en el se¡' en nosotros 1¿r hemos visto, damos testimonio y os anunciamos la
vida eterna, la que estaba junto al padre" (l Jn 1, l-2).
el existir: estaba existiendo. Su existir era algo presente y eterno.
en el mismo prrilogo del Evangelio, al final, se lee: "A Dios nadie
Tenemos, pues, afirmada la pre-existencla. No es que la inten- - lc ha visto jamás: el Hijo único, el que está cn el seno del padre,
ción de Juan sea afirmarla directamente. Lo que él quiere subrayar él lo ha conlado" (Jn 1, 18).
es que ese Logos (que preexistía y que actualmente está en el seno ver también Jn 7, ZB: "yo no he venido de mi mismo. El que me
del Padre) se encarnó para conferir la filiación a quienes creyeran - ha enviado es verAz y vosotros no lc conocéis. yo sí le conozco,
en él (w. 12-13). Esto es el centro de interés. Lo demás lo da por porque estoy juttto a F,l". Jn pone indistintamente en boca de
supuesto. Por ello mismo, el teólogo encuentra aquí un fundamen- Jesús las cxpresiones "he venido de Dios" o "he venido del
to bíblico para afirmar la pre-existencia eterna de Cristo-Logos. Padre":
"Cuando Jn habla del Logos (proyecto / palabra) Io supone conoci- " "Yo he salido de Dios y he venido al mundo" (Jn 8, 42)
do de sus lectores, quienes de hecho han podido contemplarlo en "' "Yo he salido tlel Padre y venido al mundo" (Jn 16,28)
su llegada histórica" 'r. En la Palabra encarnada se ha manifestado
plena y definitivamente la esencia de la Palabra de Dios. Y el Logos era Dios

En un cierto sentido, el Logos es distinto de Dios. pero, en otro


Y el Logos estaba iunto a Dios sentido, también es idéntico: es Dios. Aquí, la palabra "Dios" está
Mateos traduce se dirigía ltacia Dios. La preposición PROS ten- r-rsada sin artículo. No se trataya del Padre, sino de DIOS, sin pre-
dría sentido direccional: hacia, en paralelismo con el modo como cisar las personas.
en el AT se expresa la alocución de Dios a un profeta: "fue dirigida "El v. I c ha sido objeto de largas discusiones, pues se trata de
la palabra de Dios a..."(cf.1 R 13,20; Miq 1, 1;Ag 1, 10). Poreso, rrn texto capital en relación con la divinidad de Jesús. No hay artí-
podría traducirse también, como lo hace la versión ecuménica de culo def ante de theos, al revés de Io que ocurría en I b. La tiaduc-
la Biblia, vuelto hacia Dios. ción "la Palabr:a era Dios" resulta completamente con'ecta. Esta lec-
tur'¿r sc .cf'rrcrza si recordamos que en el evangelio, tal como noso-
lrrrs l<r Lronoccnros, la afirmación de 1, l tiene casi con certezala
9. MArEos-BARREro, El Evangelio de JtLan,l. c. 52 irrlcnci<in rlc foln'r¿rr una inclusión con 20,28, donde, al final del
t0. L. c. 41 .'vrrnr¡t'lio,'Iir¡u¿is conf ic:s¿l a Jcsús c()n-lo "Dios rnío" (ho tlrcos ntou).
11. L. c. 53

82 i.i l
Itr

3.1. Antiguo kstamento


Estas expresiones representan la respuesta joánica afirmativa a las
acusaciones dirigidas contra Jesús en el sentido de que no tenía
razóttal hacerse igual a Dios (10, 33; 5, 18). Admitimos, a pesar de 3.3.1. Acepciones de la palabra "RIAH" en el AT.
todo, que entre el "la Palabra era Dios" del Prólogo y la posterior
La raíz verbal semítica de "ruah" significa soplar. Se encuen-
confesión de la Iglesia reconociendo a Jesucristo como "Dios verda-
tra generalmente enfemenino, si bien hay algún texto,
dero de Dios verdadero" (Nicea) media una fuerte evolución en tér-
4, 1,1- donde es masculino. En el término bíblico puede -p. ej.verse
Jer
minos de pensamiento filosófico y una problemática distinta" ".
una borrosa reminiscencia de una noción mitológica muy fami-
i1
liar a las culturas antiguas afines a la Biblia, Ia del "pájaro-vien-
3. La nBvr,I-RcIoN DEL "EsPIpttu SANTo" to": el pájaro que cubre con sus alas las aguas primordiales para
infundirles vida.
llt
M. A. Cur,ve:rrpv, Aliento de Dios, Set, Salamanca, 1982, 25-39; Y. Cuatro acepciones distintas pueden apreciarse en el AT:
Co¡¡cen, Pentecostés, Estela, Barcelona, 1960; El Espíritu Santo,
Herdeq Barcelona, 1983,29-40; X. PIr¡ze, El Espíritu Santo y Jesús, a) Soplo, viento: desde el aliento respiratorio hasta la tempestad
Set, Salamanca, 1982; Hacia una visión de la Trinidad partiendo del o el siroco rr. Por regla general, el soplo o el viento es tenido como
N7, en: "La Trinidad en la Biblia", Set, Salamanca, I973,ll-71, Dios una fuerza o poder misterioso. Más exactamente, como una fuerza
como Espíritu y Persona, Set, Salamanca, 1989; Ch. ScuÜrz, Intro- de vida, ya que el aliento se identifica con la vida y quizás también
ducción a la Pneumatologia, Set, Salamanca, 1991', C. K. Ban¡rr, El porque en Oriente el viento trae la lluvia vivificante (algunas veces
Espíritu Santo en la Tradición sinóptica, Set, Salamanca, 1979; F- se usa en sentido de "nada", como cuando se dice: "esto no es más
CoNrn¡nes, El Espíritu en el libro del Apocalipsls, Set, Salamanca,
que un soplo", sentido habitualmente expresado por hebel = aire
1987; F. Herlt.t, l¿ comprensión bíblica del E. S, en: "Experiencia y
evanescente).
teología del E. S. ", Set, Salamanca, 1978 M. MINcueNs, El Parácli'
/o, Jerusalén, 1963; F. CoNrRenas, El Espíritu en el libro del Apoca-
"Yahveh hizo soplar el solano sobre el pais todo aquel día" (Ex 10,
lepsls, Set, Salamanca, 1987; Venros, El Espíritu Sartto ctyer y hoy,
Set, Salamanca, 1975; Rovt¡.e Bnlroso, El Espíritu Santo en el N. 7., 13). "Yahveh hizo que soplara con gran violencia un viento del
en: "Revelación de Dios, salvación del hombre", Set, Salamanca, mar" (Ex 10, 19; cf. 14,21). "El fondo del mar apareció, y se vie-
1979,261-275', El Misteri de Détt,l. c. 395-430; Gr,nanoo SÁNcsnz, ron los cimientos del orbe, cuando tú, Señor, lanzaste un brami-
Presencia y actuaciótt del Parakletc¡s en la lglesia: Teología Espiritual do, con tu nariz resoplando de cólera" (Sal 17, 16). "Oyeron luego
70(1980)79-118; M. MoRcaNu, Pentecostés, en: "Diccionario de el ruido de Ios pasos de Yahveh Dios que se paseaba por el jardín"
(Gn 3, 8).
Espiritualidad" t. III, 144-146l' G. M. S¿rvarr, Espíritu Santo, en'.
"Diccionario teol. El Dios cristiano", Set, Salamanca, 1992, 478-
493; M. ScutI-sR, Origen, venida y efectos del E. S. en el NT, en: b) fuerza viva "personificada" = poder personal, que dispone de
VARIOS, "Experiencia y teologÍa del E. S. ", Set, 1978; B. J' HIrsp- cierta iniciativa (algo parecido al "daimon" de los griegos). Hay un
r.Arr:., Pneumatología, Herdec Barcelona, 1996. poder personal misterioso actuando en el "ruah" o, si se quiere, el
"ruah" es un poder personal misterioso.

"Vi al Señor senlado en su trono. Todo el ejército celeste estaba


12. R. BnowN, o. c. 175-176. - "El Nuevo Testamento desconoce aún cualquier iunto a é1, a derecha e izquierda, y el Señor preguntó: "¿Quién
doctrina de las dos naturalezas en el sentido del Concilio de Calcedonia. Pero, con podrá engañar a Ajab..? , Unos proponían una cosa y otros otra.
su forma dialéctica o, mejor aún, con su forma histórico-salvífica y graclual de con-
siderar a Jesús como eI verbo eterno de Dios hecho carne (Jn 1, l-14), "nacido de
Ia descendencia de David según la carne, constituido Hijo dc Dios pt>dcroso scgún
el Espíritu de santidad a pañir de la resurrección de cntrc los mucrt()s, (Rm l, 3s) 1.3. "Rrr¿rlr" c()nr)()ta simultáneamente viento suave y tempestad. Por esto, hay
," p.ifilu ya aquel -^..olrr el que se mueve la conl'esi<in clc Cr-isto rlc Nicc:r y C:rl- rut()r'('s (M:rrlirr IIrlx'r'¡r. t:j. ) que tladuccn "el rugido de Dios agitándose sobre la
ceáonia. ia evblución hasta alliestá determin¿¡d¿r cscttci:tlltrctrtc ¡xrt t'l itttt'rtto clc \ut)(,r'l i( i('tlt'l:rs:uru:rs" (cl. F. IInllN, /-a cotrr¡trettsiótt bíblica del.E. .S. en: Experien-
llenarestemarcoydeañicularyprt>l'uncli;l:rllt¡sclivc'r'sos:tsl)('('l()st['l lltislt'ti,rpt't r itr t'tutlttt,.itt tl,'l li. 5., St'1, S:rlturuurc:r, 1978, ltiS-lB9).
sonal de Jesús" (F. Cr¡tlnttl, I)i¡ts, tttttt¡r lrittilarirt, I;.tlit'r'¡r, V;tl,'rrt i:r, l1)()'1, I I 5)

t{5
ri4
Hasta que se adelantó un "ruah", se puso ante Yahveh y dijo: "Yo le
a) Fenómenos naturales
y
engañaré,. Yahveh preguntó: «¿De qué modo?'' Respondió: "Iré En el viento que trae la lluvia como una bendición para los
me har¿ espíritu de mentira... (1 R 22,21-23; cf' 1 Sam 16' 14; I
"" campos, o que seca el "mar de las cañas" para dejar paso a los
Sam 18, l0)
hebreos huyendo del Faraón (2 Sam 22, 16); en el siroco que
quema la tierra (Os 13, 15) o en el huracán devastador (Is 30, 28),
c) fuerza viva en el hontbre = aliento del hombre, principio y
la mentalidad judía ve el Espíritu de Dios en acción.
signo áe vida en el hombrela. Este sentido puede tener diversas "Ruah" es el aliento de Dios por el que da la animación, Ia vida.
matizaciones:
Para el israelita, la vida, tanto de los animales como de los hom-
A veces equivale a principio vital, háliro de vida, soplo de vida bres, incluso en el plano de lo que llamamos "naturaleza", así como
- (igual que "alma" para nosotros)' En este aspecto se emplea cl misterio de su aparición y desaparición, es entendida como Ia
iniluso para los animales: "Escondes tu rostro y se vuelven nada, comunicación de esa fuerza misteriosa que es el "ruah Yahveh", el
Ies retiras tu soplo y expiran y a su polvo retornan' Envía tu aliento, el espíritu de Dios.
soplo y son creados y renuevas la faz de Ia tiera" (Sal 104' 29-
:O). "§i él retirara hacia sí su espíritu, si hacia sí recogiera su *- la misma palabra significa viento y espiritu [cf. supra n. 331, a].
soplo,aunaexpiraríatodacarne,elhombrcalpolvovolvería" " \a creaciót? entera se atribuye al espíritu de Dios, que está incu-
(Job 34, 14). Cf. Gn 6, 1-17; 7, 22; Jb 33' 4;Ha 2' 19' bando sobre las aguas: "La tierra era algo caótico y vacío y tinie-
ll
otras refiere alvigor interior (vitalidad): "El deja sin aliento a
se blas cubrían la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios
- los príncipes, y es temible para los reyes del orbe" (Sal 76' 13)' aleteaba sobre Ia superficie de las aguas" (Gn l, 2; cf. Sal 33,6;Ex
"AI oirlo -lnabla Rajab a los espías)- ha deslallecido nuestro 1s,8-10).
corazóny no se encuentra nadie con aliento para haceros [ren- -* pero, sobre todo, la vida de los animales y del hombre mismo se
te" (Jos 2, l1). relaciona con el Ruah Yahveh, coincidiendo así con nuestro con-
También, con frecuencia, alude alainterioridad rnisma' al tras- cepto occidental de alma: "Entonces Yahvéh... insufló en sus nari-
- fondo del hombre. Hablando de los sueños del Faraón se dice: ces aliento de vida y resultó el hombre ser viviente" (Gn 2,7).
..Aquellamañanacstabainquietosuespírituyenvióallamara
todos los magos y a todos los sabios de Egipto" (Gn 4l' 8)'
lr) fenómenos religiosos
d. Fuerza viva de Dios: el aliento de Dios que comunica vida. Pero son, sobre todo, ciertos fenómenos religiosos los que se
Por ser el aspecto que más afecta a nuestro estudio, se le dedica el l)r'csentan siempre relacionados con el Ruau Yauvrg. Ruah es la
siguiente apartado. lrtcrza viva por la que Dios actúa en Ia historia de los hombres en
orcle n alarealización de sus designios misteriosos en ella: Ia "dyna-
3.3.2" Acepciones del término "Ru¡'ru YAHvP'H" rrris" por la que Dios conduce a su pueblo.

Frente a la experiencia misteriosa de Ia vida, Israel reconoce att. historia.-El hombre israelita tiene fe en el hecho de que las
siempre el soplo (=espíritu) de Dios y no el azar (como harían los ¡rr:c:ir¡nes decisivas más o menos milagrosas de la historia de Israel
modárnos), oel destino (como decían Ios antiguos), o la_interven- Ir¿ul sido o son realizadas baio el impulso del aliento de Dios que
ción de divinidades diversas. Desde esta perspectiva, puede decirse "tlin¿rnriza" a los hombres escogidos.
que la fe isralita relaciona el RuaH Ylnvpn con tres tipos de acon-
tecimientos: naturales, religiosos y mesiánicos' Cl. Moisés y los 70 profetas (Num I 1, 16ss: 11, 29-30); Josue (Deut
34,9); Los héroes de la conquista de Canaán, los Jueces: Jue 3, l0
(Orniel), 6, 34 (Gedeón), 11, 29 (Jefté), 13,25 (Sansón); los reyes
14. Para su comprensión, recordar la'antropologr'4" dcl A'f. EI ltrtt.nl-¡rc rzr.¡
tiene wt espíritu iÁu á ún.r"rpo; el I'rombi.'i.s cspír'ittt (lltr,rll),,rr.t 1]lT'l t<¡rrro S:rrrl (l Sam 10,5-6), David (l Sam 16,30).
" "" (BeSe¡.). Cuando se.dice.qtrt cl Il,rlll5lc t's lrrtsrtl sc cltllcl'c
(Ne'scn), ó ¿.r ca..r"
subravar su carácter p"r"."J".o (-atc|i¿rl). Al clcjcir (lll(' e \ "ll('l('( ll. \(',ln ')lr(' tlc l't'lic-
,;";;';;.üd*i.-Ái;ñr-;;;i¡r" ",,'rl,'' st, rrl.,t¡n.l:r t'¡r str irrltri,rti,l:r,l ¡rrrrlittttl:t.
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r'i7
86
bb. profecía.-Al menos desde el símbolo bautismal de san Ciri- Santidad.-El Espíritu de Dios es atestiguado también como
cc.
1o de Jerusalen (hacia el 348) ya anteriormente en Justi- razón de la santificación de los creyentes: "Crea en mí, oh Dios, un
-aunque corazón puro, renueva por dentro un espíritu firme" (Sal 51, l2);
no e Ireneo- ¡ussf¡2s confesiones de fe presentan al E. S., como
"el que habló por los profetas". Contra la gnosis y contra Marción, "tu espíritu bueno me guía por una tierra llana" (Sal 143, 10). Es el
"ruah" quien transforma los corazones: "Os daré un corazór,
se afirmaba que el Espíritu que hizo concebir a Jesús y que anima
el Evangelio es el mismo que actuaba ya en el AI hablando por los nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de vuestra
profetas. carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Infundi-
ré mi espíritu en vosotros..." (Ez 36,26-28). Como frutos del Espí-
Cirilo de Jerusalen (t 386): "Y en un solo EspÍritu Paráclito, que ritu se presentan, entre otros'. la firnteza, buena voluntad, contri-
habló por los profetas" (Denz 9). - Justino (t 160): "A El y al Hiio, ción, humildad ("Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame
que de el vino... y al EspÍritu profético les damos culto y adoramos" por dentro con espíritu firme; no me arroies lejos de tu rostro, no
(I Apol 6). - Ircneo (l 202): "... la fe en un solo Dios, Padre omni- me quites tu santo espíritu..." [Sal 50, l2aa]); la aceptación del
potente... y en un solo Cristo Jesús, hijo de Dios, encarnado, por querer de Dios y enderezamiento de nuestro caminar ("Enséñame
nucstra salvación; y en el Espíritu Santo, quien por medio de los a cumplir tu voluntad, ya que tú eres mi Dios. Tu espíritu, que es
prof'etas anunció los planes de Dios" (Adv. Haer. I, 10, 1).
bueno, me guíe por tierra llana" [Sal 142, a-10]); rectitud, justicia y
paz ("Al fin será derramado desde arriba sobre nosotros espíritu.
Fuera del ámbito bÍblico, en muchas partes, se atribuyen tam- Se hará de la estepa un vergel, y el vergel será considerado como
bién ciertos estados de trance a la interwención de un poder exte- selva. Reposará en Ia estepa la equidad, y la justicia morará en el
rior, de una divinidad que se posesiona del hombre [Chamanjsmo, vergel; el producto de la justicia será la paz; el fruto de la equidad,
por ejemplo]. En Israel se piensa que se trata de una intervención una seguridad perpetua" LIs 32, 15-17)); conocinliento dela volun-
áe yán"¿t por medio de su aliento (=espíritu)' se tiene fe en el tad divina ("¿Y quién hubiera conocido tu voluntad, si tú no le
hecho de que el aliento de Dios inspira palabras a los profetas; y hubieses dado la sabiduría y no Ie hubieses enviado de lo alto tu
esto, no sóio en los casos extra-ordinarios de exaltación nabítica (i espíritu santo?" [Sab 9, 17]).
Sam 10, 5-6; 19,20-24), sino en los casos ordinarios' Si un hombre
habla con autoridad de parte de Dios, está inspirado por el Ruah
aunque no se perciban signos exteriores de inspiración (Zac 7 , 12; c) fenúneno ttrcsitíuico
Neh-9, 30; Is 59, 21;63, lO;2 Cro t5, l;20, l4s;24,20). Es el espí- será poseido sin línútes por el Espíritu de Dios. Se
1." El "Mesías"
ritu (aliento) de Dios quien ilumina a los profetas y les empuja a trata de textos que han sido interpretados en sentido "mesiánico",
hablar (1 Sam 10, 6; Mi 3, 6-8). El profeta es el "hombre del espíri- tanto por el judaísmo anterior a Cristo, como por los mismos evan-
tu", el hombre del aliento divino, es deci¡, el "inspirado" (Os 9, 7)' gelistas. Ver por ejemplo:
(Samuel a Saul): "Te invadirá entonces el espíritu dc Yahvéh, cntra-
rás en trance con ellos y quedarás cambiado cn otro hombre" (1 Isaias 42, l-4:
Sam 10, 6); "Tendrán vergüenza los videntes y conÍtsión los adivi-
"He aquí a mi siervo a quien yo sostengo, mi clegido en quien se
nos... Yo, en cambio, estoy lleno de fuerza, por el espíritu de Yah-
véh, y de juicio y de bravura, para denunciar a Jacob su rebeldía y complace mi alma. He puesto mi espíritu sobre él: dictará ley a las
a Israel su pecado" (Mi 3, 6-8); "Israel exclama: '¡El prol'eta es un naciones. No vociferaráni alzará el tono, y no hará oir en la calle su
necio, un loc<¡ el hombre del espíritu!"' (Os 9, 7); "El espíritu del voz. Caña quebrada no partirá y mecha mor-tecina no apagará. Leal-
Señor habla por mi, su palabra está en mi lengua" (2Sam 23,2); mcntc hará iusticia; no desmayará ni se quebrará, hasta implantar
,,Penetró
en mi el espíritu micntras me estaba habl¿rndo y mc levan- cn la ticrra cl derecho, y su instrucción aprenderán las islas".
tó en pie y oí al que me hablaba" (Ez 2, 2); "El Espíritu dcl Señor
vino sobre Azarías" (2 Cro 15, 1).

fl()
Itu
Texto que Mateo aplica a Jesús de Nazaret: Ez 36, 25-28:

"Y les mandó enérgicamente que no le descubrieran; para que se "Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vues-
cumpliera el oráculo del pofeta IsaÍas: "He aquí a mi sier-vo'.' etc' " tras manchas y de todos vuestros ídolos os purificaré. Y os daré un
(Mt 12, 16) corazón nuevo, infundiré en vosotros un espÍritu nuevo, quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de car-ne.
Isaias 61, 1-2: Infundiré mi espíritu en vosotrros y haré que os conduzcáis según
mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas..." (cf' Ez 11,
"El espÍritu del Señor Yahveh está sobre mí, por cuanto que me ha 19-20 donde repite las mismas ideas).
ungido Yahvéh. A anunciar la buena nueva a los pobres me ha
enviado, a vendar Ios corazones rotos; a pregonar a los cautivos la Ez 37: visión de los "huesos secos":
liberación, y a los reclusos la libertad; a pregonar año de gracia de
Yahvéh". "Entonces me dijo: Hijo de hombre, estos hues<¡s son toda Ia casa de
Israel" (v. 1 1) = "Por eso, profetiza. Les dirás: Yo voy a abrir vuestras
Texto que Lucas aplica a Jesús: tumbas... Infundiré mi espíritu en vosotros y viviréis; os estableceré
en vuestro suelo y sabréis que yo, Yahveh, lo digo y lo hago..."
"Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre... Le
entregaron el libro del profeta Isaias, y desenrollando el volumen, Is 44, 2-4:
halló el pasaje donde estaba escrito: uEl Espíritu del Señor está
sobre mí...,, comenzó a decirles: Esta escritura que acabáis de oí4 "Así dice Yahvéh... No temas, sierwo mio... Derramaré agua sobre el
se ha cumplido hoy" (Lc 4,21) sediento suelo, raudales sobre la tierra seca. Derramaré mi espíritu
sobre tu linaje, mi bendición sobre cuanto de tÍ nazca. Crecerán
2." I-a época mesiánica será una era de intensa efusión del Espí- como hierba en medio del agua, como álamos junto a corrientes de
agua".
ritu de Yahveh. Los profetas prometen para los "últimos tiempos"
una efusión del "ruah Yahveh": sobre el pueblo entero; efusión que
Pues bien, san Pedro ve realizada ya"la promesa" el día de Pen-
Será Como una nueva Creación, por cuanto renovará los corazones.
tecostés: "No están éstos borrachos, como vosotros suponéis... sino
Leer por ejemplo:
que es lo que diio el profeta [y cita a Joel 3]" (Hc 2, l7). Y luego
añade que "la Protnesa es para vosotros y para vuestros hijos y para
" Sobre todos: Joel 3, 1:
todos los que están lejos" (Hc 2, 39). "Los de lejos" somos nosotros,
"Yo derramaré mi espíritu sobre toda carne. Vuestros hijos y vues- los que en un tiempo no éramos pueblo y ahora somos el pueblo de
tras hijas profetizarán. Vuestros ancianos soñarán sueños y vues- Dios (Ef 2, 13).
tros jóvenes verán visiones. Hasta en Ios siervos y las siervas derra-
maré mi Espíritu en aquellos días..." 3." La creación entera y la sociedad serán renovadas por el "Rualt
Yav eh" (espíritu cósmico).
'r- Renovación de corazones, nueva creación:
"Serán vecinos el lobo y el cordcro, y el Ieopardo se echará con el
Jer 31, 32: cabrito, el novillo y el cachoro pacerán juntos y un niño pequeño
l<¡s conducirá. La vaca y la osa serán compañeras, juntas acostarán
"He aquí que vienen días, oráculo de Yahveh, en que yo pactaré con sus crÍas" (Is I 1, 6); "Al final será derramado desde arriba sobre
la casa de Israel (y con la casa de Judá) una alianza nueva; no como n()s()trr)s cspíritu. Sc hará la estepa un vergel y el vergel será consi-
la alianza que pacté con sus padres, cuando les tomé dc la mano clcr'¿rclo sclv:t. Rcposará en la estepa la equidad y la justicia morará
para sacarles de Egipto..' Pondré mi ley en su intcri<>r y sobrc sus ,.'rr cl r,crgcl; cl producto de la iusticia será la paz, cl fruto de la equi-
corazones la escribiré..." tlrtl, r¡nl sc1¡ttt'iclrtcl pcl'pctLl¿r" (Is 32, 15). "Trazaré caminos en el

()(
() I
)
mar y veredas en aguas impetuosas. ¿No os acordáis de lo pasado, Los pre-socráticos (antes s. V aC) entienden la realidad como
ni caéis en la cuenta de lo antiguo? Pues bien, he aquí que yo lo algo material, pero como primer principio buscan un cuerpo que sea
renuevo. Ya está en marcha, ¿no 1o reconocéis? Sí, pongo en el
desierto un camino, senderos en el páramo"(Is 43, 16).
lo más inmaterial posible. Señalan elementos ligeros, sutiles, móvi-
les, capaces de transforrnarse fácilmente y de revestir las fornas más
diversas. Con ligeras variantes, todos coinciden en asignarle como
DrcREsróN: caracteres el ser eterno, ilimitado, moülísimo, ligerísimo, penetran-
te, sutilísimo, inextinguible, transforrnable y casi incorpóreo. Es el
PNa,um¿, EN EL MUNDI GRTEGI (extra-bfulico) principio del movimiento y de la vida (respiración) de todos los
seres. Y de él se pueden formarse infinitos seres e infinitos mundos...
Laraíz verbal de donde se deriva PNEuI¿R tiene la misma signi- Los presocráticos, en general, conciben el mundo como un gran ani-
ficación de la que se deriva Ruas, es decir: soplar. mal viüente y diüno dotado de respiración (hilozoismo) 'ó.
Támbién Platón (I 347 aC) y Aristóteles (f 322 aC) habian del
Pneuma como de una especie de "aire" que todo lo penetra y
a. Pneunta = soplo, viento, aliento de vida
anima. Notemos bien que no es el aliento de un dios suce-
de en la mentalidad y perspectiva hebraica- sino un -como
soplo que
EI primer sentido del sustanLivo neutro PNBulr¿R es muy pareci-
do al de Ruau (soplo, viento, aliento de vida, aliento respiratorio), aparece como un elentento natural dotado de una virtud propia ".
sólo que los griegos lo entienden no como una "dynamis" (fuerza), Pero es, sobre todo, el estoicismo (desde el 300 aC hasta el 200
sino como una "sustancia" que tiene Ia sutilidad del aire. Pneuma dC) que llega a una sistematización. Los estoicos explican que el
no es nunca algo puramente espiritual: queda ligado a un sustrato PNauua o soplo que designan también con el nombre de rocos
corporal y es incluso algo material, aunque sublimado. Es una o razón -al
es una sustancia que tiene la sutilidad del aire sin iden-
tluerza natural, intramundana, vital, impersonal, ínsita en el orga- tificarse -con é1, que se parece también al fuego y que, sobre todo,
nismo del cosmos y en todas sus partes. Es como la materia invisi- es el principio divino de los cuatro elementos clásicos: el aire, el
ble y delicada del aire que, moviéndose, origina los procesos atmos- fuego, el agua y la tierra. Es como la quinta essentiats.
féricos e incluso la vida del mundo.
Dentro de este significado, hay que subrayar la perspectiva cós- b. Pneuma = fuerza viva "personificada"
mica. Pneuma es el principio de la vida del mundo; el aliento origi-
nal que infunde la vida al mundo. Esta perspectiva cósmica ha teni- El empleo de Ia palabra PNr,uu¿, para designar un poder perso-
do entre los griegos un doble desarrollo: mitológico y filosófico. ttal, ün buen o un mal "demonio" ("daimon" griego, sin connota-
ciones morales) sólo apárece tardíamente y parece ser que se pre-
Mitológico.-Aristóteles decía que el mito es ya una forma pri- scnta primero en los textos judÍos de lengua griega. Para que su uso
mitiva de filosoffa (I Met 2, 98). Pues bien, en la cosmogonía órfica sc haga común hay que esperar a los siglos I-IV dC.
religioso que floreció en el s. VI aC, influyó en Pitá-
-movimiento
goras y tuvo una renovación al principio de la era cristiana- el 1ó. G. Fn,lrut, Historia de la Filosofía, Bac, 1,956,1, 104
huevo original es fecundado por el vientors. 17.
,l8. L. c. 337
Cf. Fn¡rrs, o. c. 589. - "El Pneuma penetra toda la realidad, no solamente
los ll<¡mbres, los animales y las plantas, sino inciuso las piedras y toda cosa cxisten-
Filosófico.-(Este desarrollo filosófico no se encuentra entre It'. Constituye csta rcalidad, la anima y hace así del universo un gigantesco orga-
los hebreos, de una inteligencia más práctica y moral). rrisr¡r<r. Est¿r conccpción dcl pnetuna como aninta ntundi es uno dc los componen-
Ics cscncialcs dcl pensamicnto cstoico, que es un panteismo monista donde toda la
¡rr:rlcli¿r cstli ¿rninr¿rda por-una fuerza divina que la orienta y la determina rigurosa-
nr('f rt("' (Ctnrvnt-urrr, o. c. 44). "EI Pneuma cs los estoicos- como un tipo de
1 5. "Pcro los órficos dicen quc Ia Noche de alas negras, diosa por la que inclu- -paraelementos de Ia tien-a (es la quin-
so Zeus sentía un temor reverente, fuc corlejada por el Viento y puso Lln huevo de ¡rlirrt'i¡rio gcrrninal dcl qrre provienen los diversos
l:r t'st'nt'i;r) v t:s :rl nrisnro licmpo cl alma qrre mantiene r¡nido al organismo de este
piata en el scno de la Oscuridad; y que Eros, a quien algunos llaman F¿ines, salió clc t osfnos" (l'¡xn¿n, o. c. 2l). Vc¡' Scllurz, o. c. 203 donde explica cómo "el universo
ese huevo y puso el Univcrso en rnovimicnto" (R. Gr<rrvEs, Lt¡s Mitr¡s lri¿tos, Ali¿u.r-
za editorial, Madlid, 1991, I, 3-3).
¡rrrst'r'irrlt'li11t'nt'i:r". Iin lil liter-iltur'¿r contcrlpor-hnca prrcclc vcrsc también csta con-
r r'¡rlir»r r ct r»rl;u ¡t. ci t Sirlrltrrtltt <lc IIcl r¡l¿rrln I Icssc.

()2 () I
c. Pneunta = fuerza vit¡a en el hontbre d. Pneuma = fuerTa viva de Dios

En el dominio antropológico, la diferencia de uso entre Ruan y En el mundo griego no hay nada que corresponda al Ruas Y¡'n-
PNs,uua es considerable. Así como la antropologÍa hebraica habla- vEH en el sentido de"fuerza viva de un Dios personal" . La expresión
ba del ruah (espíriit), nefech (alma) y basar (cuerpo) como un tri- pneuma Zeou (espíritu de Dios), que se encuentra a veces, apenas
ple punto de vista sobre el hombre único, la antropología griega es si se distingue de otras como pneuma theion (espíritu divino),
básicamente dualista y opone PNsunra a soMA (cuerpo) ''. donde el adietivo "divino" indica la naturaleza del pneuma en el
Si se deia de lado la visión de AnaxÍmenes (t 524 aC), quien sentido de algo que viene de arriba, del plano supra-humano.
define al hombre desde e\ pneunta, y la perspectiva cstoica que con- Lo que se acerca más a la noción de "hálito de Dios" en el sen-
sidera al pneuma como el alma que mantiene vivo al organismo tido de intervención de un dios personal es el pneuma enthusiasti-
cósmico, la verdad es que la antropología griega no se ha desarro- kon, el pneuma de posesión que hace que el hombre esté entheos,
llado partiendo de la imagen del aliento (pneuma), sino más bien e. d. habitado, poseido, por la divinidad. En este caso, pneuma se
en la perspectiva de la luz que patentiza la esencia de las cosas convierte en expresión de una energía supra-humana, divina: es la
como forma (eidos = lo que se ve). Por eso, el hombre es ante todo inspiración entusiasta que arrebata al poeta, el poder que arrastra
Nous (=¡¡snte, razón, pensamiento) o facultad que entiende las al adivino descubriéndole lo oculto del misterio. Pertenece al plano
ideas y penetra en el plano superior de lo divino, concebido como del éxtasis sagrado. Cuando el hombre es poseido por este "entu-
eternidad y principio de las formas. Es la fuerza del hombre con la siasmo", trasciende el orden racional, se enajena, se extraña res-
que éste se posesiona del mundo; lo entiende y domina con su pen- pecto de sí mismo, se pone en trance. Y, sin embargo, aún en este
samiento. caso, el pneuma de los griegos es menos hálito de un dios que ele-
mento divino comunicado por el dios. Los griegos piensan el pneu-
ma según la categoría de sustancia: como un se4 con toda la sutili-
Obsérvé§é la diferencia entre Nous y PNeuul dad que se quiera; como una cosa, como la "materia invisible"'0.
:

. La Nous se entiende a modo de cimiento inmaterial y


permánenté,de la vida hümana; es él principió rádical del pen- e. Pneunta = condiciones sicológico-sociales
samiento, que conocé la hondura dé las cosas y penetra hasta
el umbial y hásta 1a estanCia en la qué habita lo diüino. En Hay en el griego un sentido que no se encuentra en la palabra
cuanto rzoers-, el homb-re alCánza lo divinó; participa de lo eter- Runs hebrea. Pneuma viene a significar las condiciones psicológi-
no, nunca muere. cas, como cuando nosotros decimos, de una manera que recuerda
. EI PNeuue se entiende más bien como soplo inspirado,r, cxcepcionalmente el origen de nuestro vocabulario románico: "el
cspíritu que soplaba en la Soborna en mayo del 68"''.
como entüsia§mo pasajero qüe próviené de§dé fuera, désde
arribá (desde lo supiá-humano) Í qüé penetiá dé' máneia
transformante en lá§,personás elegida§ de poetás, sacerdotes, 3.2. Nuevo kstamento
adivinos. Nó pertenecé al núcleo estable del:sef del hombre (no
es de:lá eiéncia del hombre). Es iómo aliénto que le llená También en el NT, el "Espíritu" es descrito muchas veces
desde fuerá, que le saca de sí mismo y le transforma, hacién- tinuando las representaciones vetero-testamentarias- -con-
como
dóIe..é§cücháiypioclamáicésásextráoidináiias. ucción de Dios, como fuerz,a transformadora, como aliento divino.

20. Iin l:r pcrspectiva hebrea se trata más bien de la fuerza viva de un Dlos
19. Aristóteles introduce una trilogía cuerpo (soma), alnta (psyjó) y enÍendi- l,('tso,tol. Rccord¿rr p. ci. cl nabitistno. La originalidad delnabí israelita consiste en
ntiento (nous)... El hombre tendría una doble alma: una, más o n-rcnos innlaterial, l:r , l:r¡ rt tlist:rr¡ci¿r y tlistinci<in cntrc Dios y el hombre. Siendo distintos, Dios invade
que se urle al cuerpo y lo actúa como fbrma, y que se corl-ompc.itttlto con ó1, cr¡n¡<> rrl lr,rrrrlr¡c to¡r stt ¿rlit:nto (lR 3, 1-5; Ez 8, 3). - Al final de la revelación neo-testa-
lás de ft¡s animalcs (psylé); y otra superior; cspilittral, clivin¿r, rk: ¡rtrrt't'tlt'rtr'irr ct:lc's- ¡¡lr'rrl;u i:r llt'llrrllr :r :rl)iu('('('r'cortto .4/qltlt'll t¡ttc ltctÍt:i ¡rrlr sí mismo.
tc,quevicncclefircr'¿rvtltrt'csirtcolttr¡rtiblct'irt¡ur¡r'lrtl(rrorrs)ltf. Irlrrilt'1.t'4761. ?1. ( 1. ('ulv¡r rir( r). (. .12.

().+
Só1o a medida que progresa la revelación parecen destacarse ras- rnomentos: resurrección (Pascua), glorificación (Ascensión) y don
gos personales de este "Espíritu". Ahora bien, parece claro que sólo clel Espíritu (Pentecostés). San Juan une los tres momentos en un
después de Pentecostés, bajo Ia experiencia post-pascual, los cris- sólo día, y sitúa el don del Espíritu a los apóstoles el domingo
tianos llegaron "a entender todas estas cosas" (cf. Jn 14,26; 16, 13). ¡.lrismo de Pascua (Jn 20,21). San Lucas separa los tres momentos,
aunque los reune en el curso de un único ciclo pascual. Para é1, el
¿rcontecimiento del día cincuentavo (Pentecostés) está estrecha-
3.2.1. Sinópticos (San Lucas)
rrente vinculado con el dÍa primero (Resurrección) y con el cua-
1. San Lucas entiende con frecuencia al Espíritu Santo, en la rentavo (Ascensión): la efusión del E. S. es, en definitiva, una
misma línea que el AT, como inspiración profética o como soplo de ¿rcción de Cristo resucitado y glorificado. En efecto, durante cua-
santidad. lenta días el Resucitado "hablaba a sus discípulos del Reino de
En los primeros capítulos de su evangelio (Lc 1,15. 17.41.67; Dios" (Hc 1, 3). Después, durante la comida que precede a la Ascen-
2, 25-26) habla del "espíritu de Dios" que anima a Juan, aZacarías sión, les encarga "aguardar la Promesa" sin dejar Jerusalén (Hc 1,
y a Simeón, como animaba a los antigttos profetas. Lucas muestra 4). Les explica que esta espera es distinta de Ia del Reino final y que
así, que el AT está dando aluz al Nuevo. La profecía es uno de los la efusión del Espíritu inaugurará para ellos una nueva etapa: la del
medios privilegiados que emplea en estos capítulos preliminares "testimonio" (Hc 1, 6-8). Entonces pasan diez días en que el grupo
para transmitir las claves del misterio de Jesús que no se manifes- cle los discÍpulos (Hc 1, 14-15), reunido en torno al colegio de los
tará plenamente hasta Pentecostés. Doce reagrupado de nuevo en vistas a ser testigos el
-(nótese
"hace falta" del v.21)- espera en la oración el acontecimiento
En los siguientes capítu.los, los "profetas" dejan paso al "Profe-
ta". Se habla del Espíritu como fenómeno ntesiánico. Jesús puede ¿rnunciado (Hc 1, 14).
decir "El Espíritu del Señor está sobre mi, porque El me ha ungi- Lucas ve en el descenso del Espíritu la realización de lo que
do para anunciar Ia Buena Noticia" (4, 16-21). Está llamado, pues, lepetidamente llama "la promesa" (Hc l, 4; 2,33. 39). Se trata de
para cumplir en plenitud la función profética diseñada por IsaÍas. "los últimos tiempos"(Hc 2, 17), pero, aún siendo los tiempos del
f inal, es todavía un tiempo significativo de la historia de la salva-
Es decil el espíritu profético se concentra en Jesús. También en el
libro de los Hechos, Jesús será presentado como "el Profeta seme- ción: el período de la predicación "hasta los confines del mundo".
iante a Moisés" primero por Pedro (Hc 3, 22-23) y luego por Este- Ils el si, pero todavía no, el "tiempo penúltimo". Tiempo en que el
ban (7,37). Scñor nos ha deiado para trabajar en su viña hasta que vuelva de
Según el mismo libro de los Hechos, toda la comunidad cris- nuevo. Tiempo animado por el "poder" (dynamis) del Espíritu que
tiana se vio invadida en Pentecostés por el "espíritu de profecía". conduce a la comunidad creyente. El libro de los Hechos es la
Recordar la cita de Joel que Pedro hace (Hc 2,17) y que recuerda vivencia de una comunidad que se dejó conducir por el Espíritu.
a Nm 11,29: "Oialá todo el pueblo del Señor fuera profeta y reci- No es que fuera una comunidad perfecta. Hubo en ella muchas
biera el espíritu del Señor". clebilidades (cf. Hc 5, 3; 1Co 5, 1). Lucas mismo coloca unos pen-
Lucas presenta, además, al Espíritu Santo como la dynanús tccostés sucesivos, como dando a entender que fue preciso un pro-
(fuerza) que vivifica a Ia Iglesia y la conduce a través del tiempo. c:eso y nuevas intervenciones: en Jerusalén (c. 2), en Samaría (c. B),
En efecto, el mismo EspÍritu que suscitó a Jesús en el seno de crn Cesarea (c. l0), en Efeso (c. 19). Es el Espíritu quien conduce
María (Lc 1, 35), que le condujo al desierto (Lc 4, 1) y que le forta- ¡rrimero a Felipe (Hc 8, 29) y después a Pedro (Hc 10, 19ss) a evan-
Ieció para proclamar la Buena Noticia (Lc 4, 14. IB), es el que ¡¡clizar a los paganos. Fue preciso el soplo del Espíritu para que la
ahora desciende sobre la comunidad reunida en su nombre lglcsia se abriera al mundo y no quedara enclaustrada en los con-
"todos juntos" (Hc2,1) y "unánimes" (Hc l,14)-y le ernpu.ia a dar - lines de Palestina. Es el Espíritu quien hace comprender a la comu-
testimonio de lo que han visto y vivido "desde Jerusalén hasta los rriclacl la conveniencia de enviar a Bernabé y a Pablo en misión (Hc
confines de la tierra" (Hc 1, 8). 13,2) v c¡uicn hace determinar a Pablo contra de sus previ-
El comienzo de esta historia es Pcntccostós. Pcntccostós es
-en
si«¡lrcs ¡-lcrsotralcs- a "¡tasar a Macedonia" e introducir el Evange-
como el acabamiento dcl ciclo ¡rascrtr¿rl, c'it'lo t¡ttt' ittlt'1-ltrt tt'cs lir¡ t'n l'.rrrrr¡rrr (l Ir' I 6ss).

()(t r l'l
2. Ahora bien, ¿supera Lucas la visión vetero-testamentariaT Mt 28, l8-20. Con todo, el texto más importante de los Sinópticos
¿Ofrece rasgos personales del Espíritu? Congar responde: "No es el de Mt 28. El hecho de que er texto
originar intercale Ia con-
podemos atribuir a Lc la profesión expresa del dogma del segundo .junción KAI (= y) entre el padre y el HijJ y
concilio ecuménico (Constantinopla 381), pero Lc sobrepasa el muestra que se confiere igual dignidad y categor¡a "l E.;íritu Santo,
á ros tres. En
estadio vetero-testamentario donde es "Dios" quien da su soplo. En g.iego, como en castelano, ra conjunción y elártícuro
son signos
diversos momentos, el Espíritu mismo es quien actú.a... El libro de de distinción igualdad. EI Hij; y el EspÍrit" .on puestos al
.e. padre,
mismo nivel del es decit, de Dios. úolveremos sobre este
los Hechos permite apreciar un progreso notable hacia la persona-
texto en el c. III, ficha 131.
lización del EspÍritu Santo, progreso que sobrepasa la simple per-
sonificación literaria. La atribución constante al Espíritu de una
serie bien determinada de intervenciones importantes parece indi-
j.2.2. San Pablo
car que es concebido como sujeto de atribución divino y diferente,
1' La pneumatología de san pablo es inmensamente
en alguna manera, de Yahvéh"'r. rica y enri-
r¡uecedora. Aquí solo presentamos unas rápidas pir."luáa..
Lc 1, 35 (la Anunciación). Razones lingüÍsticas aconsejan interpre-
tar el "pneuma agion" del texto original más como un nombre gené-
" Nadie puede considerarse cristiano si no se deja guiar del
l'l'spíritu, pues "el que no tiene el Espíritu de cristo,
rico ("la potencia divina") que en sentido personal, ya que no lleva éIte no le
artículo. A veces, Lc utiliza artÍculo (lo pneuma: 2,27;4, 14, etc. ) y, Pcrtenece" (Rm 8, 9). Nadie, en efecto, ,,puede nJesús
en ocasiones, el doble artículo (/o pneuma /o agion: 2,26;3,22; 10,
t's Señor, si no es bajo la acción del Espíritu "r.tu*o.
Santo,, (1 Co 12,3).
21;12,10; etc. ), en cuyos casos quedan más destacados los rasgos Se puede vivir "según la carne,, (es deci¡
personales.
" «a lo humano», de
tt'ias. abajo, juzgando racionalmente los acontecimiá"iárl
Lc 3, 21-22; Mt 3, 16-17 (Bautismo de Jesús). Parece más explícito, V ,"
aunque se trate de una teofanía semejante a las del AT. Se da un ¡rrrede vivir "según el Espíritu,, (o sea, ua lo divinor, á"i"ir,
cierto parangón entre la voz del Padre que habla, el Hiio presente
lr¡r, según criterios "*i_
de fe). euien juzga la vida "u l" fr"rjuno. _
como hombre, y la presencia del Espíritu en forma de paloma. La l)()r'fiuy honrado y noble que sea- no puede entender las cosas
distinción personal del Padre y del Hijo es clara. El Hijo ya no es lla- rlt' Dios: "son necedad pai.a é1, no prr"d.
"o-pr..rd".iu.,,. B,
mado PAIS (=siervo) como mera reminiscencia del Siervo de Yah- ' ;rrrrbio, el hombre espiritual arcanziuna "sabiduría esconcrida,,
I véh de IsaÍas, sino o ulos MoN (=hijo mío) o AGApEros (=muy queri-
do). EI Espíritu Santo aparece colocado en idéntico plano de los dos
lf],:Col"-permite
(l 2, l4).
juzgar de toclo, aunque a él nadie le entienda

y es el mismo que luego lleva a Cristo al desierto (Lc 4, I ) y ratifica


su misión (Lc 4, 18-21)13. " vivir al aire del Espíritu es la auténtica alternativa a la frus_
Lc 12, l0; Mt. 12,31-32; Mc 3,28-30 (la Blasfemia contra el Espíri- Ir'¿rt:ión de tantos humanos. La mayoría experimenta
la incomuni-
tu). Leerlo a la luz de Hb 6,4-6 y 10, 20-3 1. Además del parangón , :r.irin, el bloqueo, la inhibición, ei resentimiento, ,,frutos
de la los
que se da entre el Hijo y el Espíritu, hay que tener en cuenta esta (Ga 5, 19). Acorralado por estos ..demonios,,,
( .rt¡¡1-¡"
doble anotación: 1") la blasfemia, tanto en el lenguaje vulgar como
,rro ,o p,r"a"
r.rrliz¿rrse como persona y, en estas circunstancias,
suele caer o en
en el bÍblico, es siempre contra Alguien, contra una persona; 2") la rl ttlxttintiento ("no hay nada que hacer") o en ra reberión (,.todo
blasfémia, en el lenguaie bÍblico, es solamente contra Dios. - Todcr .rlii Para Pablo, la verdadera arternativa es ra vida.,según
ello parece insinuar que el E. S., contra quien se blasfema, es per- I
'ral").
ir¡rÍr'i trr": el i

sona y es divina.
'- En t.da situ¿rción es posibre ser ribres, pues aunque es verdacr
22.
El Espíritu... l. c.75 c¡uc cl ambicnte domina y escraviza, también
lo es que el EspÍri-
23.
AquÍ "queda delineada su personalidad divina", escribc Vrncns-Daltr¡u
I (Dios revelado por Cristo, Bac, Madrid, 1976,91). "EI EspÍritr-r Sanlo aparece cokr- ' trr prrrclucc rl-utos cre amo¡, alegrÍa, torerancia, dáminio
lllis¡r.1r... hasta cr punto dc colocar ar homb¡e po...r.i-u
de sÍ
cado en el mismo orden de los dos; es, por tanto, también pers()n¿r , ¿rlirrnzL la E,nci- d" lo.
clopedia de la Biblia (vol. VI, 1 I l0). Cf. C. Cnrrx.qlro, [:l lruttt istt tt¡ la .lcsús en sat t t'ir.t'ur¡slrrr.lc.ius .y lursta dc las lcycs (Ga 5,
Antbrosio de Milán, en: "El E. S. cn la tcolrgía p:rtr'ísticir", Sí¡,rrt.rrrt',.Slrlirnr¿rnc:r, B_2a);
t987 , 226-239.

()
ti
En toda ocasión es posible orar porque,aún cuando nosotros no buye acciones tan específicas que, evidentemente,
- sabemos cómo hacerlo, el Espíritu mismo viene en ayuda de simple personalización literaria. congar puede
se supera una
escribir: ,.para san
nuestra flaqueza e intercede por nosotros con gemidos inena- Pablo, el EspÍritu no es una simple fuérza;es
Dios mismo en cuan-
rrables (Rm 8, 2ó). Es el EspÍritu quien nos perrnite Llamar abbá to comunicado, presente y activo en otros.
Es Dios como amor acti_
(papá) a Dios (Rm 8, l5; Ga 4,4-6); vo en nosotros" (p. 69).
En toda circunstancia es posible amar y comprometerse por los
- otros porque, aún cuando nosotros seamos egoístas, el Espíritu . a. En ocasiones, el Espíritu Santo es colocado en el mismo
plano divino que el padre y Hi;o, atribuyéndosere
"inunda de amor nuestros corazones" (Rm 5, 5) y "nos empuja" "l funciones simi-
lares. He aquí algunos ejemplos:
(2 Co 5, 14) a contagiar el mundo de amor;
En todo tiempo y lugar es posible ser optintisfa.s porque "si Dios
- está con nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros?" (Rm 8,
2Co 13, 13: "La gracia del SEñon Jesucn:sro,
(Dios) y la comunión der EspÍnuu S^Nro".
el amor del p¿on'
28-38). Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de quie- He aquí ,rru ,..,,,,rlu t.i_
nitaria, probablemente de origen litúrgico (cf. Mt
nes le aman. Y nada ni nadie podrá impedir que Dios nos ame. ZA, f éi q"" ti"."
eco en diversos pasajes paulinos, p. e¡.:-,,Uabeis
sido ú"uáol, 's"no.
frubei.
sido santificados, habéis srdo
¡usiifilacros en ,o-u." á"i -
" El Espíritu anima a vivir en cofttunidad. Es como el alma, la Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios,, (1 "t Co 6, l1).
fuerza, la energÍa, la "dynamis". Las comunidades cristianas son Rm 5, 5: "Estamos_en paz con Dros (pannr) por nuestro
Señor J¡su_
por sí mismas pruebas de la presencia de Dios, precisamente por- cRrsro... porque el amor de Dios (padre) ha
sido derramado en
que son portadoras del Espíritu. "Sois mi carta credencial, escrita nuestros corazones por el Esrfnlru SaNro,,.
con el EspÍritu de Dios vivo" (2 Co 3, 3). Cada uno es como una pie- 2k 2, 13: "Nosot.os debemos dar gracias en todo tiempo a Di.s
por
dra viva del edificio que se está construyendo (i Co 3, 3. 16; 7 P 2, vosotros, hermanos, amados del Seño4 porque
Dros (padre) os ha
escogido desde el principio para Ia salvacián
5; Ef 4, 1-1ó). El Espíritu del Señor resucitado une a los creyentes *"aiu"t" lu acclon
santificadora der EspÍ*ru. para esto os ha ,amado p".
y los vivifica llevándolos a servirse unos a otros en la fe y el amor. nuestro Evangelio para que consigáis la gloria
..*ái. a"
Sólo los que se dejan guiar del Espíritu llegan ser hijos de Dios y de .ruestro SENon
JrsucBrsro".
hermanos en el Hiio (Rm 8, 15). Tit 3, 4-7: "Mas cuando se manif.estó la bondad
de Dlos (paonr)
* De esta forma, ser cristiano es un "hacerse". Somos aprendi- nuestro salvador y su amor a los hombres, El
nos ;1";,;" po.
ces de cristianos. Vivir al aire de Jesús, según un "espíritu nuevo",
obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros,
sino según su
misericordia, po. medio der baño de regeneración y
supone una lucha constante, una opción clara entre dos posibles de reno-vación
del Señon JssucRrsro que El derramó ,áb." .ro.otá.
formas de existencia. El cristiano se encuentra como en el inter- por medio de Jpsucnlsro nuestro salvador,,.
;;^ñr.r^
medio. Está salvado, pero sólo en esperanza. Tiene las arras del Ef 1, 3-14: "Bendito sea el Dros-y-peonn de nuestro
EspÍritu, pero gime y llora, hasta con dolores de parto, anhelando Señor Jesucris-
1o... que nos ha elegido de antemano a ser
sus hijos udopti.,o, po.
la liberación definitiva. Es un sí, pero todavía mo (Rm 8,23). El cris- medio de J¡sucnrsro... y nos selró con el EspÍ*rru
So*roáálá p.o-
tiano se sabe impelido a luchar de contínuo consigo mismo, con mesa.
sus tendencias materialistas y con el "espíritu del mundo": "No os Rm 8, l4-17: "Todos Ios que son guiados por el EspÍritu
de Dios son
acomodéis a los criterios de este mundo" (Rm 12, 2); "Aunque el hiios de Dios. pues norecibisteiJun espiiitu de
esclavos pu*.".u-
hombre exterior se desmorone, el interior se renueva de día en día" c. cn er temor; antes bien, recibisteis un espÍritu de
hijos acroptivos
quc nos hace exclamar:
(2 Co 4, t6). ¡Arne, peonr!. El ÉspÍnrru _i._"."ir.r. u
rlucslro espÍritu para dar testimonio ile que somos
hijos de Dios,,
lCo 12, 4-6: "Hay diversidacl de carismas, pero el EspÍprru
2. Ahora bien, ¿hasta qué punto puede decirse que san Pablo ve es el
mísmr; divcrsidad de ministerios, pero el S¡ñon.,
al Espíritu cotno persona? Eljuicio de conjunto lleva a afirmar que _i.*á; ai.,re._
ir
siclacl dc opcraciones, pero es el mismo "l
el Dros (pua."j qí- U.u
también é1, como Lucas, trasciende el estadio vetero-tesl-amentario. lr¡rlr¡ cn lr>clo.s".
Lo presenta a veces como f.tterza, como energía, conro alicnto de
llr Dios. Otras, 1o pone tan al nrismo nivc¡l clcl Paclrc y clcl Il iio y lc atri-

l(x) loI
Ef 4, 4: "Un solo cuerpo y un solo Espfnlru, como una sola es la divinidad en propiedad?2'. y San Gregorio N¿crauceNo: "No puedo
esperanza a que habéis sido llamados. Un solo S¡,ño¡., una sola fe, creer que la salvación me sea producida por un igual.
¡si el Espíri-
un solo bautismo, un solo Dtos-y-Paone de todos" tu Santo no es Dios, que primero se haga Dios y lr"go'u".rgu a dei_
ficarme a mí, su igual¡"r,.
b. En estos y otros pasages, se atribuyen al Espíritu acciones
específicas, como si fuera un sujeto autónomo y libre, que actúa d. san Pablo hace uso también de una serie d.e fórmulas en las
por propia iniciativa. Se dice, por ejemplo que el Espíritu: escudri- que están en paralelo cristo y el Espíritu. siendo distintos,
sus ope-
ña (l Co 2, l0); viene (Ga 4, 6); enseña (1 Co 2, 10-74); unifica (2 raciones parecen ser idénticas 26.

Co 13, l3); testifica (Rm 8, 16); grita (Ga 4, 6); defiende (Rm 8,26);
etc. justificados en Cristo justificados en el EspÍritu
Ga 2,7 1Coó,1i
c. Aunque nunca se le llame "Dios", entre las funciones que se
le atribuyen, al menos algunas son divinas. En efecto, los fieles son santificados en Cristo santificados en el EspÍritu
1 Co 1,2 Rm 15, l6
llamados indistintamente "templos de Dios" (1 Co 3, 16) y "templos
del EspÍritu" (1 Co 6, 19). Estos dos textos tienen una importancia sellados en Cristo sellados en el Espíritu
digna de destacarse. Ef 1, 13 Ef4,30
En primer lugar, porque según la mentalidad antigua, el Tem-
plo era siempre morada de la divinidad, no un simple lugar de circuncidados en Cristo circuncidados en el Espíritu
reunión cultual. Por eso, al afirmar que somos templos del E. S. Col 2, 1l Rm 2,29
se afirma indirectamente que somos morada de la divinidad.
Pablo apela a esta doctrina como a una verdad muy conocida: se mantenerse en Cristo mantenerse en el Espíritu
sorprende de que puedan ignorarla (2 Co 6,15-16; 1 Co 6, 19) y Ft4,1 F] L, 27
alude explícitamente a las promesas mesiánicas de una presencia
particular de Dios (cf. Lv 26, 17;Ez 37,27;Is 52, 1L; Jr 51, 45), participar en Cristo participar en el Espíritu
promesas que se han cumplido en Jesucristo (Ef 2, ll-22). Expre- 1Co1,9 2 Co 13,13; Fl 2. 1.
san la dignidad del templo vivo d. de los cristianos- cuando
afirma que Dios habita (enoikei)-e.
en medio de ellos. Habitar indi-
ca una presencia estable y habitual, e incluye además la posesión
del domicilio por parte del que lo habita (cf. Mt 12, 45). La apli-
l
cación de las promesas mesiánicas a los fieles demuestra que se
trata de una presencia especialÍsima, que va unida con la nueva
alianza.
ill 24. Atl Eunonúwtu pG 29,732.
En segundo lugar, según 1 Co 6, 19 quien mora en nosotros es 25. Oratio 34, 12: PG 32, 52.
el Espíritu Santo; según 1 Co 3, 16 quien mora es Dios. De ahí 26. un texto fámoso.y amoliamente debatido es el de 2Co 3, l7:..porque er
podría deducirse que ei Espíritu Santo es Dios. No se afirma de y_ esrá el Espír.itu dei Scnor aili esra-ta iii",rri,,. r-o qu.
un ll:
r

:.j::l:,1
¡r(rl, s('.ir P:fl,
.:':,.:l cs 9gr,gé
cnuncra<ro.de.experiencia; enunciado en el sentido de una.,expe_
forma explícita, pero es fácil deducirlo. De hecho, los Santos r l.rt i¿r t'xislcncial", como si dijerá: el señor es
Cristo r"r"iitrá"; st ,inlia", i{p,
Padres se apoyaron en este texto para defender el carácter divino ¡ttt,ttlt:rilt¡. Dcspuós de pascua tiene una L"*""iá.a-t."";i;;^?;. EiÉ. s. qr"
Irluv() r)lcscntc cn la concepción de-Jesús, le proclamó abr..tu"i""G ¡r¿"or,
del Espíritu. San B¡suo escribe contra Macedonio: "Tú pretendes R,11.1ismo,v, alrora, en la pascua, te consriruye
Jesús, que "r, "r
pasó
que el Espíritu es aieno por naturaleza al Padre y al Hiio. Penr ¡rrr .l ,rrrrtl, c,)rlo .rn hombre más, en todo igual n.o.oi.or,Se»o¡..
::l::,::1.::l:1.:lill
ahora-ás ílo-r.ifiiado
r,rr r, lrr¡,:rr¡itl:rrl, dc lb¡.ma qqe riene rrna lri"r""iáál"rpi'.i1"ái1.ái'".."*ia,
observa cómo hace hijos de Dios a los que él santilica. ¡Qué! ¿Tír tc .rrl{'r'ir¡¡('nt(: ¡ro. su condicitin diün¿r. El término y .""tá"-iála"l.;;;:
F;n¡1i1",
conviertes en hijo de Dios por el Espíritu, y el Espír'ittt es extrañtr ::ll.i:,: lJ:]',¡,..i:.:rrr,,Lisir.,
t-<,n.s¡ i1¡¡y¡...Jcsús','(Criiio *, trü-aniaaa c.JIif¡cada)
(.r(' l rrl() rrt' r)i-s.rrr ¡rrtrt'r'", t'. la prcna
"n cuaridad de Krrros. Lo pene-
I

iiil
al Hijo? ¿Es por el Espíritu que tú er-cs clios, sin tcr.rt'r'cl Iis¡rír'ittr ll li".r:l
,rr ,;r(i.'1,1,j,.,,,,.
(. (t(. (.t l¡, Itttt,tt,t. :.txtfttit¡,,, tt, x,r c.spirif u¿11 (cf. CONGAR, o. c. 6gj.
'
l

t02 lol
3.2.3. San Juan'1 3. Función.-Cada pasage expresa un tema central, precisado
por los verbos y las preposiciones. En este prime.o, predominan
De todos los escritos del NT, los textos que con mayor claridad los
de "perrnanencia", "habitación",',comuni8 n,,,, pre,s)ncia',
atestiguan la personalidad del Espíritu Santo son las palabras del :

sermón de la Cena y concretamente los cc. 14-16 de Juan. Lo que La primera preposición _,,está corr (lrr,ra) vosotros,, equivale a
hasta ahora era llamado "Espíritu" (Pneutntt, generalmente en neu- - lo que conocemos como indicadora de lo propio y ditintivo de
tro) aparece ahora como "Paráclito" (en masculino) y se le atribu- Yah,eh: "ad-sum" (cf. Ex 3), ,,estr_ry con vosotros,, no me pregun-
ye un papel de "abogado", "defensor", "consolador", cosas que no tes mi nombre, te basta saber que estoy contigo, que te acompa-
pueden referirse sino a alguien personal. En 1Jn 2, 1, se llama a ño = es una presencia de acompañamiento (inter_comunión,
Jesús "Paráclito" en el sentido de abogado de los pecadores ante el simultaneidad).
Padre; en el Evangelio es Jesús mismo quien habla de "otro Pará- La segunda --junto a vosotros (ran)- i,dica la estabiridad de
- esta presencia = estoy con vosotros perrnanentemente, en un
il clito", de Otro que en su ausencia hará sus veces. Y es claro que las
contÍnuo presente. Recordar el prólogo de Jn: La palabra estaba
lt acciones que se atribuyen a este "Otro Paráclito" son acciones per- junto al padre.
sonales. Vamos a analizar brevemente los cinco textos referentes al La tercera significa intimidad
- vosotros está-: estar dentro
rl
Espíritu Santo en los cc. 14-16. -en
de. El Parakletos habita en Ia comunidad y en el c.razón de cada
miembro de la comunidad.
aa. Primer lexto = ln 14, 1 6- 17
bb. Segtndo texto = Jn j 4, 26
l.
Calificación. - El Espíritu es llamado P.qRArI-Bros. La signifi-
cación de este título es polivalente y de difícil reducción a un sólo l. Calilicación.-Se identifica,,paráclito,, con,,Espíritu Santo,,.
I término castellano. Originariamente, Paráclito es "aquel que es lla- singularmente instructiva es esta segunda sentencia porque el
mado en ayuda de alguien en un tribunal de justicia". En el mundo Evangelista empieza por hablar de o panaxlEros explicando inme-
rl extra-bÍblico era usado principalmente en Ia vida jurídica bajo la diatamente después esa expresión acuñada, con la expresión "Espí-
il acepción de: abogado, patrocinador, intercesor... Juan recoge la ritu Santo", común al cristianismo primitivo.
expresión ya acuñada por el uso cargándola de un nuevo y más rico
l
contenido. Las Biblias modernas lo traducen por: abogado (Nácar- 2. origen.-El Paráclito ha sido etwiado por er padre, exacta-
Colunga, Mateos 1" versión); consolador (Varela, Torres Amat, Isi- igual que lo había sido Cristo. Tiene una función semejanre:
dro Gomás, Scio); Valedor (Mateos); Defbnsor (Lagrange); Protector lr:,"t:
t¿r
"mlsión". Juan considera
el envío der Espíritu como una piolon-
l
(Montserrat); Paráclito (transcripción simple: Vulgata, Bover, BJ, ¡¡ación del envío del Hijo'8. El paráclito es enviado .'en nombre de
llll Regina). En todo caso, es importante observar que en Jn no tiene .lcsúrs", lo cual equivale a dos realidades complementarias: por
los
nunca un significado pasivo (alguien que es llamado a defender o t'ucgos de Jesús y para continuar la obra de Jisús. No se tráta,
sin
auxiliar), sino un valor activo (alguien que por propia iniciativa t',bargo, de dos funciones que se suceden en el tiempo. Más bien
acude a defender o apoyar). - Obsérvese también que "Paráclito" se s<¡n simultáneas, pero de forma diferente. El paráclito
garantiza en
identifica aquí con "Espíritu de la Verdad". lrr ¿rctr-ralidad la presencia de Cristo.

2. Origen.-El Espíritu es dado por el Padre a ruegos de Jesús. 3. Fttnció,.-La función central es doble: "enseñar" y "recordar".
Y es dado "para hacer las veces" = "otro" Paráclito. Si hay otro es Enseñar' EI Parakletos enseña. Esto quiere decir que actúa en
porque hay un primero. El primero es Jesús. l:r r:«¡r-rrrnidad conro Maestro. Jesús fue J Maestro por el
l'¡rrl'.. Un¿r nrisl.na actividad. pero, ¿de qué manera"r,iiudo
clesarrolla su
27. En esta explicación sigo de cerca a Gerardo Sánchez (Prcscncizr y actua- ;r.livirl¿rrl rlr>ccnte el Espírittr? De dos formas: interiortnente, en
el
ci<in del Par-akletos en la Iglesia: Teología Espiritrral 70 (1980) 79-l ltt) y u Rovir.ir
Belloso (Revelación de Dios..., Set, Sal¿r¡r¿u.rc'.¡, 1979,261-275. Iil Mistclio tlc Diu,
Herdel Barcelona, 1 994, 402-41 4). ( f (i;r.1, (r \/ I l) l. l2

I04 Io5
corazón de la persor¡a; y a través de los profetas y otros ministerios
docentes de la comunidad.
Recordar. El Parakletos recuerda. El recuerdo no es un simple cld. Cuarto texto = Jn 16, 7-11
memorizar las palabras dichas en el pasado para que no seolviden'
Se trata, más bien, de hacer presente, de "actualizar" lo dicho ante- l. Calificación.-Aquí aparece sólo la calificación de "Paráclito".
riormente. EI recuerdo pr".,
alavez'. una actitud defidelidad a
y"r, actitud de creatividad et la perpetua 2. Origen.-Yuelve a repetirse que "El Hijo envía al Espíritu".
las palabras de Jesús una
actuación de sus Palabras. Pero hay un detalle de valor inapreciable y es que el Paráclito es
presentado con carácter tan personal que aparece como "el" (ExEI-
Nos), en masculino. "Con el uso de este pronombre masculino se
cc. krcer texto = ln 15, 26-27
subraya en esta perícopa el carácter personal del Espíritu Qtneunta,
l. Calificación.-Igual que en el primero, se le califica como neutro)"'o (Cf. Jn 16, 8. 13. 14).
"Paráclito" y como "Espíritu de la verdad".
3.Función.-La función básica del E. S. según este fragmento
2. Origen.-Procede del Padre y procede también de Jesús' ya cs la de "argüir al mundo". Por tanto, aquí el Paráclito no sola-
i

que El lo"envía desde su situación de viviente glorioso (de iunto al rnente es el Abogado defenso4 sino el Acusador, el Fiscal en el pro-
ceso del mundo. Al Parakletos se le asigna latarea de "revisar" todo
1

Éadre). Notar que, en todo caso, no se refiere a la "procesión inma-


nentei' (o intra-trinitaria, visión ontológica), sino de la "misión cl proceso que el mundo realizó contra Jesús. "El mundo o sistema
in justo se ha erigido en juez de Jesús y lo ha condenado como a un
temporal" (extra-trinitaria, visión económico-salvífica)'
t:r'iminal... Ahora, el EspÍritu, que es la fuerza de Dios, va abrir de
3.Función.-Ei tema central es el "testimonio". El tema del tes- nuevo el proceso para pronunciar la sentencia contraria. Los que
timonio es muy frecuente en los evangelios, pero lo es de una se hicieron jueces son los culpables; el condenado tenía razóny, en
('onsecuencia, el sistema que se atrevió a cometer semejante injus-
forma particulai en Jn. El término "marturein" es usado por 'Tn 76
veces, io qr" representa la mitad de las veces de todo el NT' Juan licia está condenado por Dios" 3'.
presenta el Evangelio (y concibe la historia) como un gran proceso '" "Reducirá al silencio al mundo en lo referente al pecado": el
tontra Jesús, quien upár"." como la Palabra que trae la libertad (Jn ¡rccado del mundo es su incredulidad (Jn 8, 2 1 . 24 . 46; 1.5 , 22) . Fue
8, 31). Los poáeres
-El del mundo se enfrentan contra él y contra sus rcchazado por "pecador", "endemoniado", "blasfemo". La acción
discípulos. Espíritu testifica que verdaderamente es la Palabra tlcl Paráclito consiste en hacer comprender al mundo que el peca-
liberadora. Parece, pues, evidente que en este logion Ia acción del tlo consiste precisamente en el rechazo de este Jesús histórico en
Paráclito como Testigo se inscribe en la Iínea de la persecución que t¡rricn Dios estaba presente revelándose.
el cristiano tendrá que sostener por mantenerse fiel a Cristo- Testi- '" "Reducirá al silencio al mundo en lo referente a la
monio y persecución van enttelazadas; hay una cierta estructura iusticia (BJ)
,, « la inocencia (NBE): El E. S. demostrará el derecho que tenía
concéntrica entre 15, 26 Y 16, 15:.
.lt'sírs a llamarse el "Hijo de Dios" (cf. Jn 10, 33; 19,7). Y la prueba
.lt'cllo será el "paso" de Jesús al Padre (13, 1; 20, 17), que demos-
-LamisióncomotestimoniodelE.s.ydelosdiscípu|os:15,26-27.
Persecución de los discípulos:16,l,4a' Irrr'ír su origen y su ser celeste. Jn recupera la verdad tradicional
- la marcha de Jesús: 16,4b-7 rlt'sclc ls¿rias (Is 11, 2;42, I-4) según la cual el Espíritu es el don
- Necesidad de
'
Respuesta del E. S. a Ia persecución: 16, 8-1 1' ¡rrrr¡rio clel Mesías que "lleva la justicia a las islas sin desfallecer ni
-
Ayuda del Espíritu en la misión;16,12-15'o' ,¡rrt'clur'¿rb¿rticlo, pero sin quebrar Ia caña quebrada y sin apagar la
-
29. cf. Merros-BARRETO, El Et'angclir¡ dc Jtttttt, c¡'istiantlarl, M¿rtllitl,2 etl., 10. Mn¡l,os-llrrttltt,:rtt, l. c. 674
\ .
1 Mn¡r.os-llrrtr¡<t,;t'), l. t-. 6tl2; O. SÁNcllltz, l. c. 106-107
1982, 677.

l07
I06
mecha humeante". En la era mesiánica, este don será derramado
"sobre toda carne" (Joel 3, 1). "El rrrundo considera a Jesús como , En definitiva, es el "intérprete definitivo,,. O, mejor: .,el con_
ductor de la historia". Este logron no es ra repetición á"1 ,"g,rrrdo,
un usurpador que actúa enfrentándose a la voluntad de Dios y no cuyo objeto era "enseñar" y "recordar". Alrí, rá acción del paráclito
según justicia; el Paráclito hará comprender que Jesús era el Envia- miraba al pasado: lo que Jesús había dicho. En este,
do de Dios puesto que él vuelve al Padre que Ie había enviado" ". ro: "lo que está por venir". Marcan dos momentos de la -i.u ur rrtr-
historia de
"Reducirá al silencio al ruundo en lo referente a «¡uicio" (BJ), la salvación.
"
,rcondent, (BInt), «porqlrc probará que hay sentencia"" (NBE): El A la luz de este logion er E. s. actúa como concructor cre ra
his-
mundo creía haber cumplido y haber terminado condenando a toria, como quien marca el camino de la comunidad hacia
el cora_
Jesús. Y creía actuar coherentemente. Pero ¡se equivocó! En el r'ó-n de la verdad (Jn 8, 31-32). Er E. s. orienta
hacia el fururo, cra-
momento de su muerte, Jesús ha inaugurado su Reino glorioso, ya .ificando qué cosa es seguir a Jesús y continuar su misión y qué
que la muerte fue su exaltación a la derecha del Padre. En contra cosa es arqueología, refracción ideorógica o reducción
der Evan-
de las apariencias, Jesús "fue levantado y exaltado". Jn entiende y gelio. En un mundo contradictorio, el E. s. ., er ímpetu
clarifica-
utiliza este verbo con dos sentidos inseparables: ser elevado en la dor que permite superar las contradicciones, .r"u.rdo camino a
crvz y ser elevado a la gloria: crucifixión-exaltación. Quien ha sido través del mar y de las selvas. Hay quienes apagan ra fuerza
del
derribado y perdido su dominio es el Príncipe de las tinieblas (cf. IJvangelio porque al dejarse guiar por el miedt, ,o po.
quedan anclados en el pasado. ,,para acertar
! Espi
"t .o.r_
Jn 12,31; Apoc 12, lO). 'itu, io qr"
La comunidad se siente juzgada y hasta condenada por 'el viene, han de estar abiertos, por una parte a la vida"., y a laiistoria
mundo' (16, I-4) pero el testimonio del Espíritu le hace ver qLre es .y, por otra, alavoz del Espíritu que se la interpretu,i:r
[cf. infi:a c.
ella quien puede juzgarlo, acusándolo de deicidio. Así, a pesar de la V n.31.
persecución no se siente culpable ni se acobarda, tiene la certeza
del Espíritu y siente el apoyo del Padre. La prueba de que Jesús ¡t. Tp,op¿uÍns vETERo-TESTAMENTARTAS3a
fenía razón será la acogida del Padre, de la que la comunidad ten-
drá plena conciencia a través de la experiencia del Espíritu que de
él va a recibir (15,26).
La concepción vetero-testamentaria está marcada por un
Se ha invertido así el juicio dado por el mundo.
entendido tan rigurosamente que pensar en un Dios-
'r<¡noteismo
trino superaba las posibilidades mentales der-pueblo judío. sin
('¡lrbargo, el AT va preparando la revelación
del ñt y ., .o-o .,ru
ee. Quinto texto = Jn 16, 12-15 rorrbra de la nueva alíanza (1 Co 10, 11; Ga 3,24;HL 10, 1).
Según
('sto, se puede conjeturar que no carece
l. Calificación.-"Espíritu de la verdad" de preparación án er AT
t¡rra verdad tan fundamental e importante como
es la Trinidad. De
lrt'cho, aparece en escena el MesÍai, aunque no se descubre
2. Origen.-Se añade la precisión de que el Espíriu recibe 1o pro- con cla-
r irl¿rd ni su misión ni su divinidad.
pio de Jesús, así como Jesús lo ha recibido todo del Padre (v. 15). Igualmente, con respecto ai mis-
l.r'io trinitario, desde una mirada retrospectiva, puedán verse
-sólo alu-
3. Futción.-En este texto aparece como una triple función, 'rr¡res, insinuaciones, alumbramientos, dislernibles a la luz
,l<, l¿r revelación hecha en Cristo.
pero que en realidad se resume en una: "intérprete definitivo de los
acontecimientos salvíficos":
-' el Espíritu conducirá hasta la verdad plena;
" el Espíritu permitirá leer el porwenir;
" el Espíritu glorificará a Jesús. I1.
l l.
Mnrlir¡s-l]Aru<ltro, /. c. 6g4.
.S,rb|t l:r sir¡oirie:rci<i¡r cle l¿rs "tcr¡l¿rnías" bíblicas puede
f rt'.r lf r rr r r, li'r
consultarse: p. veN
32. G. SÁNcrl..z, l. c. 109. 1,,1,i¡¡ ,i,.1 Attriqtr,, Ii,.,t,rtttlit,,,"it i ü,,¡, ij, i.r69,-19ó_ié;;'t¡. Co*.io
| | rl,frt r¿rf. li r'1,¡,,,.,, tl,. l,t )lil¡litt, Il:rr. l. .3,t,1 it)2

lOrt
lo()
Etoutu.-Algunos SS. PP. explicaron como alusión al mis-
4.1. 5. Fónuures rRrNrrARrAS pN rr N. T.
terio trinitario el hecho de que Dios hablara de sí mismo en plural,
cf. p. ej. Gn l, 26; 3, 22; 71, 7; Is 6, 8, así p. ej. san IRENEo, Tunru- 5.1. Fórmulas trinitarias en los Sinópticos
LIANo y san AcusrÍN3s. Sin embargo este plural se explica hoy exe-
géticamente desde un punto de vista puramente gramatical. Origi- Lc 1,35 = Anunciación
nariamente era un simple apelativo con el que se designaba a todos Lc 3,21-22 = Bautismo de Jesús
los dioses y diosas, después se hizo un nombre propio sustituyen- Mt 28, 18-20 = Fórmula bautismal cristiana
do a menudo al de "Yahveh". Aun teniendo forma plural, en la
Biblia suele tener significación de singular', y así se le construye con 5.2. Fónnutas trütitarias en san Juan
un verbo en singular cuando se refiere al Dios de los hebreos (Gn
28, 4; 3I,24; 1Sm 77 , 26.36). Aunque a veces ha sido interpretado Ver principalmente los cc. 14 y 16. - En el c. 14 puede apreciar-
como un vestigio de politeismo, es entendido en general como un se este proceso:
plural mayestático o, mejor, de intensidad. Es una forma de
recalcar la idea numénica y misteriosa de la divinidad. l-7
vv. por Cristo lB-Zl
8-14 al Padre 22-24
4.2. Et oe Mtupna-Algunos Padres, Agustín por ejem-
ENCINAR 15-17 en el Espíritu 25_26
plo'u, no dudaron en ver también una alusión trinitaria en el pasa-
ge de los tres jóvenes junto al encinar de Mambré (Gn c. 18). Ahora Igual en el c. 1ó, aunque en un orden inverso:
bien, el carácter divino de los tres personajes quienes el texto
-a
llama Yahvéh, dudando por Io demás entre el singular y el plural; y r.v. 5-15 el Paráclito
a quienes Abraham se dirige en singular- es indiscutible. No obs-
16-24 conduce a Jesús
25-33 y Jesús al Padrr
tante, su identidad continúa misteriosa. Todo 1o que puede decirse
es que el texto identifica a los tres con Yahvéh, en singulal y que
Abraham, a pesar de su pluralidad aparente, les rinde una adora- 5.3. Fórmulas trinitarias en san pablo
ción única. En Gn 19, 1 son considerados simplemente como
"ángeles". 2 Co 1,21-22 Ga 4,6
2 Co 13,13 Ef t, 3
4.3. Trusrcro.-Otros creyeron ver una insinuación de las tres lCo 6,ll 8f1,13
1 Co 12, 4-6 Ef 2, tB
divinas personas en la triple bendición sacerdotal de Nm 6, 23ss, o
en el trisagio de Isaías (Is 6, 2-3), p. ej. san AraNeslo 3'. Con todo,
Rm 1,1-4 Ef 2,21
Rm 8, 8-11 Et 4, 4-6
hay que tener en cuenta que en el lenguaje del AT triplicar una Rm 8, 14 Col 1,3
expresión es un modo de subrayar el superlativo y, por esto, el texto Rm 15,301 Ts 1,3-5
posiblemente no tiene más alcance que el de resaltar Ia "suprema y
suma santidad de Dios". Quizás uno de los más significativos sea Ef l, r.-r4. La estructura
llinit¿rrio-eclesiológica del texto es indiscutible. Así, al menos, lo
irrlt'r'preta el vaticano II (LG 2-4), aunque la liturgia de vísperas lo
r.tlrzca a un sentido cristológico. En este pasage, ctnstituidá por un
llinrn<¡ o acción de gracias, se habla de la peculiar interven.io, d"
, rrtlir trn¿r de las Personas en la constitución y santificación
de la Igle-
35. Inr.Npo, Adv. Haer. [V,20, 1; Tp,nrult¡No, Adv. Pra.r. i2; AcusrfN, In Islll, ri¡r, tr,rt<¡ c. l. que atañe al puN, referido al pton¡ (w. 3-4); como a
ó, 8. lt tttti('u('tóN cl.l Pl¿rn, rcl'e.iclo al Hl¡o (w. 5-12); como a la comunica-
36. SAN AGUSTÍN, De Trhitate I 1, 10: BAC v, 235. BAC V, 237 .

37. De ltrcanrutir»ta Dei Varl¡i c. 10 r ii¡rr rlt' l,s l.vlrro.s rlt'csrc plar, r'clcriclo al Espfnlru saxro (w.
13-14).

Ilo lll
5.4. Fórmulas trinitarias en sln Pedro c) Cristo promete y envia al Espíritu Santo de parte del Padre.
El Espíritu hará sus veces durante el curso de la historiay actuará
1 P 1, 1-6: "Pedro Apóstol de Jesucristo, a los elegidos de Dios, como maestro interior que enseñará y hará comprender las cosas
a vosotros, objeto del designio amoroso de Dios Padre, consagra- que Jesús nos ha dicho y, al mismo tiempo, conducirá a la Iglesia
dos por medio del Espíritu para que sigáis a Jesucristo"
38. hasta la plenitud de la verdad.

d) El Espíritu conduce a Jesús. Solo bajo la guia del ES somos


capaces de decir "Jesús es el Señor". Sólo El ilumina el corazón del
6. SÍNrrsIs DE TEoLoGÍA BÍBLICA TRINITARIA
creyente hasta el acto de fe. De esta forma, ser cristiano supone una
Resumiendo este capítulo, tenemos que en la Sda' Escritura no experiencia del Espíritu. "Quien no tiene el Espíritu de Cristo, éste
se encuentra una doctrina sobre la Trinidad, en el sentido de una no es de Cristo" (Rm 8, 9)
especulaciór¿ (reflexión racional) o de un dogmatismo (fórmulas
e) Por Cristo, se tiene ctcceso al Padre. Una vez que, guiados por
fijas) sobre la misma. El dognu trinitario quedará formulado doc- el Espíritu, uno llega a ser cristiano, es deciq a identificarse con
trinalmente en los concilios de Nicea (a. 325) y Constantinopla (a. Cristo, se llega a descubrir hijo en el Hijo, hijo del Padre, hermano
380). En cambio, puede decirse que sí hay una doctrina trinitaria en
de todos los hombres, hermano menor de Cristo el Primogénito,
el sentido de expresión de una fe y de una vivencia que implica una coheredero con El del Reino.
enseñanza. El dogma se formuló posteriormente en función de los
términos metafÍsicos griegos y latinos; pero todo el fundamento
está en las enseñanzas bíblicas y en la tradición apostólica. La fe y
la vivencia trinitaria nacieron con el cristianismo mismo. Desde el
primer momento, los cristianos creyeron en el Padre, en el Hijo y
en el Espíritu. La doctrina trinitaria representa la elaboración
humana y sistemática de una realidad previa. La realidad de la Tri- Los diséfpulo§,,téhían muliitud de pie§üñiás qúe háéér,,áaeica
:

nidad no depende de las doctrinas. El Padre, el Hijo y el Espíritu de Dios.


estuvieron siempre presentes. En sÍntesis, la Biblia nos ofrece el Les dijo el Maestro: "Dios es el Desconocido
siguiente "modelo trinitario": y el Incognoscible. Cualquier afirmación
acerca de El, cualquier respuesta a nuestras preguntas,
a) Cristo es "el Señor", la Palabra acampada entre nosotros, el no §eiá,UáS que üna,distóisión dé la:Veidád".
"Logos" encarnado, el Hijo eterno, enviado al mundo para la vida tos diSélpülo se quedáron perpléjos :,"Ent¿,n ces,
de todos. Toda la historia se concentra en Cristo.
lr¿Y,poi qué- eanta el pájaro?'|, respondió:::::
se atreve a llamar
b) Cristo nos revela al Padre. Por una parte,
"abbá" al Dios todopoderoso del AT; por otra, enseña a sus discípu- E1 baj áio,,,no. óántá nor4üe, ténga, üná, áfirmáii On qu e hacei
los a invocarle con el mismo nombre. Manifiesta Ia conciencia de canta 011wé tiéne un cantó Que exp'-* .r:
una unión tan estrecha entre El y el Padre, que solamente El puede
penetrar los secretos del Padre y el único que puede revelarlos. I;;ir'r:; ¡l¿

38. M. M¡,txNrnrz, Tbología del Nuevo kstantento, Fax, Madrid, 1966, 539,
hace un análisis dei carácter irinitario de este texto, haciendo ver cómo toda la
exposición siguiente de san Pedro consiste en vincular el acontccimicnto salvífico
con el Padre,lon su Hijo Jesucristo y con el Espíritu. Idéntico signilicado en BCB
vII, 103: "Es digno de notarse que en este v. 2 son mencionadas l¿rs trcs clivin:.rs per-
sonas. A1 Padre-se atribuye la predcstinación; al Espíritu, la santil'ic¿tcitirr; y al l{i.io,
la redención".

ll2 lll

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