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EL APRENDIZAJE
Introducción
El aprendizaje es una de las capacidades básicas del ser humano. Gran parte de nuestro comportamiento
es aprendido. Aprender origina cambios en nuestra manera de percibir, actuar, sentir y pensar. Los
psicólogos consideran que el aprendizaje es un cambio de la conducta producido por la experiencia.
Aprender es una constante en nuestras vidas. Aprende el niño en la escuela y el joven en la universidad,
aprende el trabajador en la realización de sus tareas y el deportista en la práctica de su actividad. Algunas
cosas las aprendemos sin esfuerzo aparente, casi de forma inconsciente, otras cuestan más esfuerzo.
Vivimos en la sociedad del aprendizaje permanente, que se caracteriza por la necesidad de «aprender a
aprender» y adquirir nuevas capacidades y competencias. Hemos pasado del aprendizaje reproductivo
(basado en la repetición) a un aprendizaje constructivo (basado en la comprensión). Ahora en la era
digital se concibe el aprendizaje como un proceso continuo que dura toda la vida.
El aprendizaje es una actividad personal, en la que cada estudiante compromete sus aptitudes psicofísicas
e intelectuales, utiliza diversos procedimientos (habilidades, técnicas y estrategias) y procura comprender
los contenidos (cognitivos, procedimentales y actitudinales) que contribuyen a su formación humana e
intelectual.
A este mundo venimos a aprender. Un aprendiz es un ser abierto en interacción con su ambiente; de él
obtiene conocimientos que integra en su esquema mental para utilizarlos después. No es un simple
autómata, porque en el proceso de aprendizaje transforma los datos y los reordena; su visión del mundo
no deja de enriquecerse al adquirir nuevas ideas o habilidades. Todo aprendizaje supone una
transformación, ya sea aprender una lengua nueva, a tocar el violín o un programa de ordenador.
Enseñar y aprender son dos caras de la misma moneda. El auténtico maestro es también un aprendiz g es
transformado por la relación. Un maestro cerrado puede llenar de información a sus alumnos, pero estos
son privados de participar y de manifestar su disposición para el cambio por quien debe facilitarles su
crecimiento personal. Por el contrario, un maestro abierto anima al aprendiz para que escuche y obedezca
a su voz interior, respeta su autonomía, le ayuda a descubrir relaciones entre los hechos y actúa de
«comadrona de sus ideas», como hacía Sócrates en la Grecia Clásica.
Generalmente confiamos en aquellos educadores que no dudan en someternos a tensiones siempre que lo
necesitamos, porque el esfuerzo es esencial a cualquier aprendizaje. A veces, las personas que nos
quieren tienen que empujarnos cuando estamos listos para volar. Un maestro blando refuerza el deseo
natural de retirada, de no arriesgar nada o aventurarse en la búsqueda de nuevos conocimientos y
habilidades. Nadie debe privarnos de nuestros propios aprendizajes, ni siquiera en nombre del cariño.
2. ¿Qué es el aprendizaje?
El aprendizaje influye en todos los seres vivos, permite a los animales y a los seres humanos adaptarse a
las variaciones ambientales para poder sobrevivir.
Asociamos el aprendizaje con la adquisición de una conducta nueva (aprender a tocar el piano), pero
también supone una disminución o pérdida de la conducta, como no hacer ruido cuando visitamos un
museo.
Además, los cambios de conducta pueden deberse a otros procesos distintos del aprendizaje, como la
fatiga, la maduración o el estado fisiológico del organismo. La fatiga produce un cambio en la conducta
durante poco tiempo. El esfuerzo realizado por un deportista puede debilitar su respuesta porque esté
cansado. Pero el declive de la respuesta desaparece con el descanso. El aprendizaje conlleva un cambio
más estable.
La maduración consiste en la aparición de conductas que dependen del desarrollo del organismo y del
sistema nervioso. Un bebé de nueve meses no puede controlar sus esfínteres porque su cerebro y su
cuerpo no han madurado lo suficiente.
El estado fisiológico del organismo es otra fuente de cambios temporales en la conducta que no se
considera aprendizaje. El hambre y la sed inducen respuestas que no se observan en otros momentos, y el
clima puede alterar nuestro estado de ánimo.
El aprendizaje se ha definido de forma diferente según la corriente psicológica. Para los psicólogos
conductistas el aprendizaje es un cambio de conducta causado por los sucesos del ambiente, y para los
psicólogos cognitivos es un cambio en los procesos mentales y en el conocimiento.
La capacidad para aprender de la experiencia y de responder a las diversas situaciones ambientales está
programada en la estructura genética de las especies. Tanto los animales como los seres humanos poseen
comportamientos innatos que incrementan su adaptación al ambiente. Habitualmente, los
comportamientos innatos comprenden los reflejos y las pautas fijas de acción (instintos).
3.1. Reflejos
La conducta refleja forma parte de la programación genética de una especie determinada. Un reflejo
consiste en una respuesta innata, automática e involuntaria que se produce como reacción a estímulos
ambientales; por ejemplo, la irritación de las vías respiratorias produce estornudos. La respuesta es
generalmente de tipo motor y se manifiesta en un movimiento reflejo de un músculo o un miembro del
cuerpo.
Los reflejos son comportamientos o respuestas ante estímulos ambientales que proporcionan un ajuste
rápido de la conducta y facilitan el bienestar del organismo. Un ejemplo de estímulo incondicionado (EI)
es el rayo de luz, que provoca la contracción de la pupila (RI), que es un comportamiento reflejo.
La secuencia EI-RI constituye el reflejo incondicionado y se produce sin necesidad de que el individuo
experimente un proceso de aprendizaje. Es un reflejo innato, determinado por la herencia biológica,
inherente a la especie y que aguda a la supervivencia individual.
Los reflejos son muy necesarios en la conducta de los bebés, cuya vida depende de las reacciones innatas
a los estímulos, porque no han aprendido a responder a los estímulos ambientales. Uno de los más
importantes es el reflejo de succión del pecho materno.
Los seres humanos poseen distintos tipos de reflejos:
• Salivar (RI): al acercar la lengua a un trozo de pastel (El).
• Flexionar la pierna (RI): cuando te golpean en la rodilla (El).
• Sobresaltarse (RI): ante un ruido extraño (El).
La conducta refleja es variable; las respuestas no ocurren siempre de la misma manera cada vez que se
presenta el estímulo. Una de las características llamativas de la conducta es su plasticidad.
Muchos psicólogos consideran que los humanos no poseen pautas fijas de acción o instintos, sino que
nacen con un cierto número de reflejos, un programa madurativo y una gran capacidad de aprendizaje.
A. Habituación y sensibilización
Todos los animales y los seres humanos están «bombardeados» por muchos estímulos y reaccionan a los
eventos que tienen lugar en su entorno. Realizan conductas no asociativas, como la habituación y la
sensibilización, que están vinculadas a la supervivencia y están presentes en todas las especies.
La habituación significa que nos acostumbramos a algo por la presencia repetida de un estímulo. Es un
descenso de la respuesta a un estímulo después de presentaciones repetidas. Por ejemplo, la gente se
sobresalta con los primeros fuegos artificiales en las fallas de Valencia, pero cuando avanza el día se va
acostumbrando progresivamente al ruido.
El aprendizaje es un proceso básico en el ser humano y en los animales. La teoría del aprendizaje explica
la conducta como un fenómeno de adquisición que sigue unas leyes, las del condicionamiento clásico,
condicionamiento operante, aprendizaje social y aprendizaje cognitivo. A continuación veremos las
características de cada uno de ellos.
En la vida se presentan muchas situaciones en las que un organismo no tiene ningún control sobre los
estímulos o acontecimientos con los que se enfrenta (desastres naturales, atentados terroristas). La
habituación, la sensibilización y el condicionamiento clásico son mecanismos mediante los cuales los
estímulos ponen en funcionamiento las respuestas.
En el condicionamiento clásico se produce un aprendizaje de las relaciones entre estímulos. Permite a los
animales y a los seres humanos aprender la secuencia ordenada de los sucesos ambientales; por ejemplo,
aproximarse a señales de comida, reacciones de miedo o la aversión a ciertos sabores.
Gran parte de la conducta humana se adquiere a través de este aprendizaje. Cuando una persona tiene una
experiencia aterradora, como puede ser un accidente de coche, tal vez volver a conducir le produzca
temor. En este caso está implícito el principio de asociación: aquellos acontecimientos que se producen
juntos o de forma secuencial quedan asociados en nuestra mente.
Para verificar esta hipótesis ideó un experimento: antes de presentar la comida a los perros hacía sonar
una campana. Al principio, los perros solo segregaban jugos gástricos al ver la comida. Al repetirse de
forma constante la secuencia «sonido de la campana-presentación de la comida», los perros comenzaron
a segregar jugos gástricos al oír la campana antes de ver la comida. Pavlov demostró que no todos los
reflejos son innatos, sino que mediante los mecanismos de asociación se pueden establecer nuevos
reflejos a los estímulos. La asociación entre el sonido de la campana y la salivación se denomina
condicionamiento clásico.
Cuando no se observa, se crean estereotipos, con los que juzgamos a los demás no por lo que son, sino
por su pertenencia a un grupo. La generalización es importante porque sirve para formar conceptos, sin
los cuales no podríamos pensar, pero abusar de ella hace que renunciemos al pensamiento y repitamos lo
que otros dicen y hacen creer.
Cuando reaparece una conducta después de una extinción, se le llama recuperación espontánea. Esto
explica por qué las personas que han sufrido un accidente necesitan varios viajes tranquilos antes de que
su miedo se extinga.
El condicionamiento operante se refiere al comportamiento voluntario y nos permite explicar cómo y por
qué se aprenden nuevos comportamientos. Muchos hechos dependen de nuestra conducta, como estudiar
idiomas para viajar al extranjero o hacer el bien para sentirse feliz.
Se llama condicionamiento operante porque el organismo opera, actúa o interviene para obtener un
refuerzo. También se denomina instrumental, puesto que la respuesta del organismo es un medio para
lograr una meta.
B. Frederic Skinner defiende que la tarea del conductismo consiste en identificar y aislar los factores
ambientales que influyen en la conducta. Si la conducta está conformada por sus consecuencias, hay que
administrar recompensas para promover conductas deseables. Cualquier sujeto puede controlar la
frecuencia de la respuesta y determinar la cantidad de reforzamiento.
A diferencia del condicionamiento clásico, donde los comportamientos son las respuestas biológicas
naturales a la presencia de estímulos, como el alimento, el agua, el dolor, etc., en el condicionamiento
operante, un organismo opera en su ambiente y efectúa respuestas voluntarias para producir un resultado
deseable.
Un refuerzo es cualquier estímulo que aumenta la probabilidad de una conducta. El refuerzo puede ser
tanto un estímulo apetitivo que aparece, como un estímulo aversivo que desaparece. Una consecuencia
placentera se denomina estímulo apetitivo y una consecuencia molesta se denomina estímulo aversivo.
Podemos distinguir entre reforzadores primarios y secundarios:
• Refuerzos primarios. Son estímulos biológicamente importantes porque son innatos:
comida, agua o la actividad sexual.
• Refuerzos secundarios. Son estímulos cuyas propiedades reforzantes se deben a su
asociación con los refuerzos primarios; por ejemplo, el dinero, las notas escolares o las medallas
obtenidas en una competición.
A. Refuerzo positivo
Es un objeto, premio o conducta que incrementa la frecuencia de la respuesta. Ejemplos de refuerzos
positivos son la comida y el dinero. Es el mecanismo más efectivo para que los animales y los seres
humanos aprendan.
La efectividad del refuerzo positivo depende de estas variables:
• Cuanto mayor es la cantidad de recompensa, mayor es el esfuerzo realizado. Si
modificamos el tipo de recompensa, se produce una variación en la conducta. No es igual trabajar por un
salario que por otro. Las alabanzas, las notas, etc., también ejercen un efecto positivo en los estudiantes.
• Entre el refuerzo y la conducta reforzada tiene que haber una proximidad temporal. Si se
demora la entrega del refuerzo, se reduce la ejecución de la conducta.
• El nivel de motivación es fundamental en el aprendizaje. Si colocamos a dos ratas, una
hambrienta y otra saciada, en un laberinto con un trozo de carne en la meta, la primera recorrerá el
camino, mientras que la segunda se dedicará a curiosear.
B. Refuerzo negativo
Se produce cuando la realización de una conducta elimina un estímulo aversivo o desagradable. Existen
dos procedimientos:
• Condicionamiento de escape. En esta situación el estímulo aversivo se presenta continuamente,
pero se puede interrumpir si se da la respuesta instrumental. Podemos escapar de un aburrido
programa televisivo desenchufando la televisión.
Aprendizaje de evitación. El estímulo aversivo se programa para ser presentado en el futuro, y
la respuesta lo impide. Muchos estudiantes trabajan para evitar una mala nota en el futuro, o
hacerse un chequeo médico para prevenir enfermedades.
C. Entrenamiento por omisión
Se produce cuando la respuesta operante impide la presentación de un reforzador apetitivo o de un hecho
agradable, como hacen los padres al no dejar salir a su hijo al cine o no realizar el viaje prometido.
D. Castigo
Una madre impide a su hijo mayor salir de casa por pegar a su hermana más pequeña. Un profesor envía
a un alumno que no deja dar clase al jefe de estudios para que lo expulse del centro durante tres días. Un
bombero llega tarde a su trabajo y recibe una reprimenda de su jefe. Cada una de estas situaciones es un
ejemplo de castigo. El castigo es el precio que se paga por una conducta no deseada y sirve de amenaza
para conseguir la adhesión a ciertas normas. El castigo provoca la disminución de una conducta porque el
suceso que la sigue es un estímulo aversivo.
El castigo tiene un gran inconveniente: informa de lo que no hay que hacer, pero no enseña lo que se
debe hacer. Por otra parte, los psicólogos distinguen entre castigo positivo y castigo negativo:
• Castigo positivo: Consiste en administrar un estímulo indeseado, por ejemplo, el jefe que
critica a un trabajador por llegar tarde.
• Castigo negativo: Implica retirar un estímulo deseado por el sujeto, por ejemplo, retirar el
carné de conducir a una persona que ha bebido alcohol y coge el coche.
El castigo hace que desaparezca temporalmente la conducta, pero puede aparecer posteriormente. Las
consecuencias secundarias que genera (frustración, agresividad, etc.) pueden hacer que se detenga el
proceso de aprendizaje. Por eso es necesario reforzar conductas alternativas a la castigada.
Hay cuatro programas básicos de reforzamiento. Dos programas se basan en las respuestas del sujeto (RF
y RV) y los otros dos en el tiempo (IF e IV). En los primeros, la entrega del refuerzo se da después de un
número determinado de respuestas; en los últimos, se entrega el refuerzo después de un determinado
periodo de tiempo.
• Razón fija (RF). Un refuerzo se obtiene después de un número fijo de respuestas. Con
este programa la frecuencia de respuestas es muy alta y estable. Por ejemplo el trabajo a destajo de
alguna fábrica se cobra por el número de piezas realizadas.
• Razón variable (RV). Es semejante al programa RF, excepto que el número de respuestas
necesarias para obtener un reforzador varía aleatoriamente. La tasa de respuestas es alta, ga que
responder con rapidez supone recibir el refuerzo antes. Los jugadores de tragaperras no saben cuántas
partidas necesitan para obtener la combinación ganadora.
• Intervalo fijo (IF). El refuerzo se entrega al sujeto por la primera respuesta que da
transcurrido un tiempo. Incentivamos a un niño a que estudie en su habitación sin distraerse y cada 30
minutos le dejamos descansar 10 para que salga a jugar.
• Intervalo variable (IV). El refuerzo está disponible después de un tiempo que varía
aleatoriamente. Cuando llevamos el coche al garaje, el mecánico nos impone un programa de intervalo
variable, porque no sabe cuánto tiempo tardará en arreglarlo o la espera en la consulta del médico.
6. Aprendizaje social
El psicólogo Albert Bandura considera que no todo el aprendizaje se debe a la experiencia directa;
también aprendemos por observación o imitando la conducta de otros. Si todo el aprendizaje fuera
resultado de las recompensas y castigos, nuestra capacidad de aprender sería muy restringida.
El aprendizaje observacional (por imitación) sucede cuando el sujeto observa la conducta de un modelo,
aunque se puede aprender una conducta sin necesidad de que se lleve a cabo. Este aprendizaje consta de
los siguientes procesos:
• Atención: El sujeto observa un modelo y reconoce los rasgos característicos de su
conducta.
• Retención: Las conductas del modelo se almacenan en la memoria del observador.
• Ejecución: Si el sujeto considera que la conducta del modelo es apropiada y tiene
consecuencias positivas para él, reproduce dicha conducta.
• Consecuencias: Imitando el modelo, el individuo puede ser reforzado por la aprobación de
otras personas.
Este aprendizaje es más complejo que el condicionamiento clásico y operante, porque siempre implica
algún tipo de actividad cognitiva, como la atención y la memoria.
La imitación de un modelo es mayor cuanto más atractivo, éxito y poder tenga el modelo. Mientras que
en las sociedades más tradicionales tenían más influencia los modelos cercanos y conocidos de nuestro
entorno, actualmente los medios audiovisuales transmiten patrones de pensamiento, actitudes y nuevos
comportamientos.
Los modelos son más eficaces si las palabras y las acciones son consecuentes. Muchas veces las personas
dicen una cosa y hacen otra. Muchos padres se rigen por el principio: «Haz lo que yo digo, no lo que yo
hago.» Cuando los hijos escuchan estos mensajes aprenden qué es la hipocresía.
Los seres humanos aprenden haciendo y viendo lo que otros hacen. Mediante la observación se aprenden
estilos de vida positivos (el altruismo) o negativos (la violencia). Este aprendizaje es importante en la
infancia y en la vida adulta, pero los niños aprenden más viendo el comportamiento de los adultos que
por los mensajes orales que reciben de ellos. Siempre es una suerte contar con personas que enseñen y
muestren con su ejemplo lo mejor y lo deseable.
7. Aprendizaje cognitivo
Los psicólogos conductistas han estudiado el aprendizaje asociativo, cómo se asocian estímulos y
respuestas y los mecanismos asociativos (la contigüidad, la repetición y la contingencia). A partir de
diversas investigaciones establecieron dos tipos de aprendizaje asociativo: el condicionamiento clásico y
el operante, que el ser humano comparte con otras especies animales.
El condicionamiento clásico implica el aprendizaje de una relación entre dos estímulos, mientras que el
condicionamiento operante implica el aprendizaje de una relación entre un estímulo y la conducta del
organismo. Cualquier conducta que aporte un beneficio se aprende fácilmente.
A partir de los años sesenta del siglo xx, los partidarios de la psicología cognitiva reconocen que
aprendemos de la experiencia. En función de su propia organización cognitiva interna, el sujeto
interpreta la realidad.
La psicología cognitiva se ocupa de describir, explicar y comprender los procesos cognoscitivos por los
que las personas adquieren, almacenan, recuperan y usan el conocimiento.
David Ausubel es uno de los representantes del cambio de orientación sobre el aprendizaje. Para Ausubel,
el aprendizaje cognitivo significa que lo que aprendemos es el producto de la información nueva
interpretada desde lo que ya sabemos. No se trata de reproducir información, sino de asimilarla e
integrarla en nuestros conocimientos anteriores.
Ausubel resalta el papel de los conocimientos previos en la adquisición de otros nuevos y el valor
fundamental que el lenguaje posee en el aprendizaje. El significado del aprendizaje se comprende más
fácilmente cuando los contenidos están organizados, tienen una estructura y están relacionados entre sí.