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Mundial
La Segunda Guerra Mundial llegó a su fin con la rendición de Alemania el 8 de mayo y la
rendición de Japón el 14 de agosto de 1945. Ninguna guerra en la historia ha alterado tan
profundamente y a gran escala las realidades políticas, económicas, sociales y culturales del
mundo entero. Tras seis años de duras batallas, quedaron muchas víctimas al mismo tiempo
que otros se beneficiaron. Así que los efectos fueron múltiples y contradictorios a la vez
porque la guerra permitió a algunos países obtener más poder o mayor libertad, mientras que
para otros fue el inicio de nuevos sufrimientos y problemáticas para enfrentar.
Consecuencias políticas
Al terminar la Segunda Guerra Mundial no hubo una verdadera paz. El panorama político
internacional era totalmente nuevo. El orden político se diseñó por los aliados en distintas
conferencias internacionales: Teherán (1943), Yalta y Potsdam (1945) no pudo solidificar
una paz mundial porque en la práctica las naciones victoriosas, la URSS y especialmente
los Estados Unidos, se enfrascaron en una lucha para demostrar la superioridad de sus
ideologías, modelo económico y organización social.
Teherán
Yalta
Postdam
La consecuencia más importante de la guerra fue el desmantelamiento de los
totalitarismos, la persecución de los colaboradores y la construcción de nuevos regímenes
en Alemania, Italia y Japón.
En el continente asiático ocurrió algo similar. Aunque Japón fue exclusivamente por
fuerzas estadounidenses, se llevó a cabo una ocupación compartida de Corea y su división
alrededor de la 38° paralela. Aquí los estadounidenses temían el crecimiento del
comunismo en China en contra de Chiang Kai-Shek y la ocupación de Manchuria por parte
de los soviéticos.
El afán estadounidense por imponer su voluntad tensó las relaciones con la Unión
Soviética, generando nuevos conflictos que inició una “Guerra Fría” en el continente
europeo. Tras la Segunda Guerra Mundial el capitalismo fue rechazado por muchos
integrantes de la sociedad y el comunismo se consideró una buena alternativa política,
liberadora y limpia de toda asociación con la crisis del capitalismo y del liberalismo
democrático de los años 1930 o con la barbarie del fascismo (Asa Briggs, p.355). Así, hubo
bastante aceptación hacia el comunismo, además del reconocimiento del esfuerzo
humano de los soviéticos en la Segunda Guerra Mundial. Europa del este, poco a poco, se
hizo “socio” de la Unión Soviética y se unieron al socialismo soviético. Para 1948, Polonia,
Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia, Albania, Rumania y Alemania Oriental se definieron
como “democracias populares”.
Contrariamente a las tensiones políticas los aliados fundaron con la Carta de San
Francisco (26 de junio 1945) una nueva organización supranacional dedicada a la
promoción de la paz, la cooperación y los derechos humanos – la Organización de las
Naciones Unidas (ONU). Este tratado internacional estipula (retóricamente) que los
estados miembros deben de resolver sus disputas por medios pacíficos. Aparentemente
esta regla no se aplicaba para estados miembros (E.U.) con no-miembros (URSS).
Funciones de la ONU
La crisis en los estados europeos estimuló además los movimientos de liberación en las
colonias africanas y asiáticas –el llamado “proceso de descolonización”- y en las décadas
siguientes nacen más de 90 estados nuevos. El resultado del debilitamiento general de
Europa fue que el mundo quedó dominado por dos nuevas superpotencias: los Estados
Unidos de América y la Unión Soviética.
Consecuencias económicas
Los daños materiales en Europa, África y Asia fueron inmensos: gran parte de las
ciudades, de los puertos, de las plantas industriales y los campos de cultivo quedaron
totalmente arruinados y/o paralizados. La guerra móvil y mecanizada, al igual que los
bombardeos, provocaron la destrucción total de ciudades como Rotterdam, Dresde,
Berlín, Hiroshima, Nagasaki. En muchas ciudades más del 50% de los edificios eran
inhabitables y la falta de cobijo se agudizó en el invierno. En los años posteriores a 1945
esas infraestructuras tuvieron que reconstruirse al igual que la vida de los hombres. Se
estima que veinte millones de toneladas de buques de acero tocaron el fondo del mar y 3
millones de edificios fueron destruidos.
Al igual que en 1919, los Estados Unidos, salieron como la potencia más beneficiada de la
guerra gracias a su infraestructura económica intacta, el declive de las potencias europeas
y la creciente exportación de productos económicos y culturales hacia las zonas ocupadas
de Europa y Japón. En 1945, los Estados Unidos producían más de la mitad de los bienes y
servicios del mundo y desplazaban así las potencias europeas en el mercado mundial.
Para dar un soporte estructural a su dominio económico los E.U. diseñaron nuevas
instituciones financieras y comerciales y trazaron las reglas de la economía internacional
con la creación de organismos como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario
Internacional (FMI) en Bretton Woods (1944). Para reconstruir a Europa y aumentar su
influencia en el continente los E.U. idearon el Plan Marshall y en el caso de Japón se
consideró que la ocupación directa fuera la mejor solución para asegurar sus intereses
económicos.
Consecuencias socioculturales
El costo humano fue igualmente sin precedentes: alrededor de 60 millones de muertos
(cinco veces más que en la Primera Guerra Mundial) y 50 millones de personas expulsadas
de sus hogares por el avance de los ejércitos, sobre todo en la Unión Soviética. Por la
naturaleza del conflicto participaron en ella un número importante de mujeres (900 mil de
los efectivos militares o el 8% del ejército soviético) y niños lo que elevó
considerablemente el costo de la guerra, siendo las principales víctimas Polonia que
perdió el 22% de su población (Messenger, p.44) y la URSS con 25 millones de bajas.
TOTAL: 60,000,000
Es significativo que en esta guerra el número de civiles muertos superó claramente a los
militares. Se calcula que alrededor de 17 a 20 millones fueron soviéticos, mientras que las
pérdidas proporcionales de Polonia, Yugoslavia y Alemania fueron aún mayores (Asa
Briggs, p.349). El régimen nazi decretó la aniquilación física de los judíos europeos y en el
Holocausto perecieron más de 5 millones de ellos. La deportación por motivos étnicos y el
traslado de prisioneros de guerra y mano de obra forzada dieron lugar a muchos millones
de muertos más. Es importante considerar que gran parte de los caídos eran hombres
jóvenes en edad productiva lo que obligó a muchos países a establecer políticas
inmigratorias para compensar el déficit poblacional y la escasez de mano de obra.
Sobrevivientes de un campo de concentración
Al mismo tiempo la economía de guerra posibilitó la destrucción a escala masiva como fue
el caso de los campos de concentración que requirió de una logística y recursos
materiales considerables para permitir la locura nazi del Holocausto o Shoah. En el verano
de 1940 empezó la concentración y deportación organizada de los judíos europeos a
guetos en Polonia, donde los obligaron a realizar trabajos forzados o fueron exterminados
directamente como en el caso de las mujeres y de los niños.
En enero de 1942, tras la Conferencia de Wannsee, los dirigentes nazis decidieron realizar
el exterminio mediante cámaras de gas y millones fueron trasladados en trenes de
mercancías hacia Auschwitz-Birkenau, Treblinka y Sobibor.
El fin de la guerra no significó el adiós definitivo a los sufrimientos: se estima que en 1946
más de 100 millones de europeos subsistían con una dieta de sólo 1,500 calorías diarias,
mientras que los alemanes en la zona de ocupación británica y norteamericana sólo les
correspondían entre 900 y 1000 calorías (Briggs, p.350). Además, mientras que en América
del norte los efectos sociales eran mínimos, los aliados calcularon que en toda Europa
había 25 millones de “personas desplazadas” (10 millones en Alemania) entre los cuáles
destacaron los refugiados, los integrantes de los ejércitos y los liberados de los campos de
concentración –la gran mayoría judíos, así como gitanos, homosexuales y presos políticos.
También aproximadamente 7 millones de japoneses provenientes de China, Corea y
Taiwán regresaron a su país.
Debido a esta crisis social filósofos e historiadores, entre otros, empezaron a cuestionar la
sociedad moderna. La obra filosófica de la época fue “Dialéctica de la Ilustración” de los
filósofos alemanes de origen judío Horkheimer y Adorno. En esta obra señalan que la
sociedad moderna fracasó debido al racionalismo extremo, el individualismo y el
capitalismo.
Por otro lado, es importante señalar que durante la guerra, tanto en el bando del Eje
como de los Aliados hubo grandes avances en la ciencia y la tecnología aplicada a la
industria bélica, la medicina, la industria y la producción de alimentos. El progreso
científico-tecnológico cambió el funcionamiento y organización de las sociedades.
A partir de entonces la ciencia dejó de ser el fruto del trabajo individual y casi aislado de
algunos científicos para convertirse en un proceso masivo en las universidades, así como
en laboratorios industriales y gubernamentales. Así, por ejemplo, en la Universidad de
Oxford, Howard Florey y Ernst Chain, desarrollaron con base en los trabajos de Alejandro
Fleming el primer antibiótico para humanos y animales y en 1942, con el apoyo de los
gobiernos en guerra, se inició con la producción a escala industrial de los antibióticos,
evitando así la muerte de muchas personas.
Entre los medios de transporte y comunicación nuevos se cuenta con el desarrollo del
Volkswagen (1938) o vocho, el desarrollo de aviones pesados con cuatro motores, de
satélites y proyectiles, de la televisión, del radar y de las computadoras. Fue la guerra que
dio el empujón final para convertir a las primeras calculadoras mecánicas en ordenadoras
para hacer tablas de artillería, descodificar códigos y realizar cálculos a gran escala.
Los mayores avances se dieron en el desarrollo de armas de destrucción masiva como los
cohetes, misiles (V-1 y V-2 alemán) y la bomba atómica cuyos mecanismos permitieron los
viajes espaciales en las décadas posteriores. Fue el italiano Enrico Fermi, quien entró a
trabajar en 1938 en el Proyecto Manhattan tras huir del fascismo, el responsable de crear
una reacción nuclear controlada en cadena en 1942; sentando así las bases de la bomba.
La supercomputadora Colossus
ACTIVIDAD: Observa con atención los siguientes mapas, y a partir de
la información que hay en cada uno de éstos y de la información que
revisaste, haz una descripción de los cambios políticos y territoriales
en Europa en 1945. Escribe lo que se te pide en los siguientes
recuadros.
Mapa 2