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ACTIVIDAD - UNIDAD VI

Alumna: Carol Patricia Schieve

DNI: 24.792.167

Carrera: Abogacía

Cátedra: Derecho Privado Parte General

Facultad: Ciencias Jurídicas

UCASAL - Distancia

DERECHOS PERSONALISIMOS

1.- Lea el fallo y realice una ficha que contenga: los hechos, qué se discute y el resultado final: la
resolución de la Corte.

Nombre del fallo.

Ponzetti de Balbín, Indalia c/ Editorial Atlántida, S.A. s/ Daños y perjuicios. -

Fecha: 11/12/84

Hechos del caso.

La causa se origina en la demanda por daños y perjuicios promovida por la esposa y el hijo del doctor
Ricardo Balbín, fallecido el 9 de setiembre de 1981 contra "Editorial Atlántida S. A." propietaria de la
revista "Gente y la actualidad", Carlos Vigil y Aníbal Vigil, debido a que dicha revista, en su número 842
del 10 de setiembre de 1981, publicó en su tapa una fotografía del doctor Balbín cuando se encontraba
internado en la sala de terapia intensiva de la Clínica Ipensa de la Ciudad de La Plata, la que ampliada
con otras en el interior de la revista, provocó el sufrimiento y mortificación de la familia del doctor
Balbín y la desaprobación de esa violación a la intimidad por parte de autoridades nacionales,
provinciales, municipales, eclesiásticas y científicas. Los demandados, que reconocen la autenticidad de
los ejemplares y las fotografías publicadas en ella, admiten que la foto de tapa no ha sido del agrado de
mucha gente y alegan en su defensa el ejercicio sin fines sensacionalistas, crueles o morbosos, del
derecho de información, sosteniendo que se intentó documentar una realidad; y que la vida del doctor
Balbín, como hombre público, tiene carácter histórico, perteneciendo a la comunidad nacional, no
habiendo intentado infringir reglas morales, buenas costumbres o ética periodística.

Discusión
Se discute la presencia no autorizada ni consentida de un fotógrafo en la situación límite en la que se
encontraba el Dr. Balbín en ese momento y era de carácter privado y la violación del derecho a la
intimidad por lo dispuesto en el art. 1071 bis del Código Civil de Vélez. El fallo en primera instancia fue
favorable para la parte demandante, es por ello por lo que la demandada interpone recurso de
apelación, por lo que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, confirma la sentencia en primera
instancia. La demandada interpone recurso extraordinario y llega hasta la Corte Suprema.

Fallo de la Corte.

La publicación de la fotografía del doctor Ricardo Balbín efectuada por la revista "Gente y la actualidad"
excede el límite legítimo y regular del derecho a la información, toda vez que la fotografía fue tomada
subrepticiamente la víspera de su muerte en la sala de terapia intensiva del sanatorio en que se
encontraba internado. Esa fotografía, lejos de atraer el interés del público, provocó sentimiento de
rechazo y de ofensa a la sensibilidad de toda persona normal. En consecuencia, la presencia no
autorizada ni consentida de un fotógrafo en una situación límite de carácter privado que furtivamente
toma una fotografía con la finalidad de ser nota de tapa en la revista "Gente y la actualidad" no admite
justificación y su publicación configura una violación del derecho a la intimidad.

Por ello, se admite el recurso extraordinario y se confirma la sentencia en lo que fue materia de recurso.

2.- ¿Qué derecho de la personalidad se ve afectado por la parte demandante?


se ven afectados:

Derecho a la Intimidad
El Dr. Ricardo Balbín era una figura pública, con una larga trayectoria
Derecho a la imagen
política. Reconocido y respetado internacionalmente como hombre
Derecho al Honor honorable.

¿Colisionan los derechos de la demandante y demandada?

Si, claro que colisionan, pues la demandante exige su Derecho a la Intimidad fundándose en el Art.
1071bis de Código Civil de Vélez (el actual es el Art. 1770) que dice:” El que arbitrariamente se
entromete en la vida ajena y publica retratos, difunde correspondencia, mortifica a otros en sus
costumbres o sentimientos, o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a cesar en
tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar una indemnización que debe fijar el juez, de acuerdo con
las circunstancias. Además, a pedido del agraviado, puede ordenarse la publicación de la sentencia en
un diario o periódico del lugar, si esta medida es procedente para una adecuada reparación”.

Y la demandada por su parte fundaba su defensa en que el fallo era arbitrario pues viola lo que dicen los
Arts. 14 y 32 de nuestra Constitución, en dónde reflejan Art. 14: Todos los habitantes de la Nación gozan
de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y
ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar,
permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura
previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su
culto; de enseñar y aprender.

Art. 32: El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre
ella la jurisdicción federal. Haciendo alusión en su defensa que el ejercicio sin fines sensacionalistas,
crueles o morbosos, del derecho de información, sosteniendo, que se intentó documentar una realidad;
y que la vida del doctor Balbín, como hombre público, tiene carácter histórico, perteneciendo a la
comunidad nacional, no habiendo intentado infringir reglas morales, buenas costumbres o ética
periodística.

3.- Busque en el Código Civil y Comercial de la Nación en dónde se encuentran regulados los derechos
personalísimos, transcríbalos y marque con color cuál es el artículo que mejor se aplica a los intereses de
la demandante.

CAPITULO 3

Derechos y actos personalísimos

ARTICULO 51.- Inviolabilidad de la persona humana. La persona humana es inviolable y en cualquier


circunstancia tiene derecho al reconocimiento y respeto de su dignidad.

ARTICULO 52.- Afectaciones a la dignidad. La persona humana lesionada en su intimidad personal o


familiar, honra o reputación, imagen o identidad, o que de cualquier modo resulte menoscabada en su
dignidad personal, puede reclamar la prevención y reparación de los daños sufridos, conforme a lo
dispuesto en el Libro Tercero, Título V, Capítulo 1.

ARTICULO 53.- Derecho a la imagen. Para captar o reproducir la imagen o la voz de una persona, de
cualquier modo, que se haga, es necesario su consentimiento, excepto en los siguientes casos:

a) que la persona participe en actos públicos;

b) que exista un interés científico, cultural o educacional prioritario, y se tomen las precauciones
suficientes para evitar un daño innecesario;

c) que se trate del ejercicio regular del derecho de informar sobre acontecimientos de interés general.

En caso de personas fallecidas pueden prestar el consentimiento sus herederos o el designado por el
causante en una disposición de última voluntad. Si hay desacuerdo entre herederos de un mismo grado,
resuelve el juez. Pasados veinte años desde la muerte, la reproducción no ofensiva es libre.
ARTICULO 54.- Actos peligrosos. No es exigible el cumplimiento del contrato que tiene por objeto la
realización de actos peligrosos para la vida o la integridad de una persona, excepto que correspondan a
su actividad habitual y que se adopten las medidas de prevención y seguridad adecuadas a las
circunstancias.

ARTICULO 55.- Disposición de derechos personalísimos. El consentimiento para la disposición de los


derechos personalísimos es admitido si no es contrario a la ley, la moral o las buenas costumbres. Este
consentimiento no se presume, es de interpretación restrictiva, y libremente revocable.

ARTICULO 56.- Actos de disposición sobre el propio cuerpo. Están prohibidos los actos de disposición del
propio cuerpo que ocasionen una disminución permanente de su integridad o resulten contrarios a la
ley, la moral o las buenas costumbres, excepto que sean requeridos para el mejoramiento de la salud de
la persona, y excepcionalmente de otra persona, de conformidad a lo dispuesto en el ordenamiento
jurídico.

La ablación de órganos para ser implantados en otras personas se rige por la legislación especial.

El consentimiento para los actos no comprendidos en la prohibición establecida en el primer párrafo no


puede ser suplido, y es libremente revocable.

ARTICULO 57.- Prácticas prohibidas. Está prohibida toda práctica destinada a producir una alteración
genética del embrión que se transmita a su descendencia.

ARTICULO 58.- Investigaciones en seres humanos. La investigación médica en seres humanos mediante
intervenciones, tales como tratamientos, métodos de prevención, pruebas diagnósticas o predictivas,
cuya eficacia o seguridad no están comprobadas científicamente, sólo puede ser realizada si se cumple
con los siguientes requisitos:

a) describir claramente el proyecto y el método que se aplicará en un protocolo de investigación;

b) ser realizada por personas con la formación y calificaciones científicas y profesionales apropiadas;

c) contar con la aprobación previa de un comité acreditado de evaluación de ética en la investigación;

d) contar con la autorización previa del organismo público correspondiente;

e) estar fundamentada en una cuidadosa comparación de los riesgos y las cargas en relación con los
beneficios previsibles que representan para las personas que participan en la investigación y para otras
personas afectadas por el tema que se investiga;

f) contar con el consentimiento previo, libre, escrito, informado y específico de la persona que participa
en la investigación, a quien se le debe explicar, en términos comprensibles, los objetivos y la
metodología de la investigación, sus riesgos y posibles beneficios; dicho consentimiento es revocable;

g) no implicar para el participante riesgos y molestias desproporcionados en relación con los beneficios
que se espera obtener de la investigación;

h) resguardar la intimidad de la persona que participa en la investigación y la confidencialidad de su


información personal;
i) asegurar que la participación de los sujetos de la investigación no les resulte onerosa a éstos y que
tengan acceso a la atención médica apropiada en caso de eventos adversos relacionados con la
investigación, la que debe estar disponible cuando sea requerida;

j) asegurar a los participantes de la investigación la disponibilidad y accesibilidad a los tratamientos que


la investigación haya demostrado beneficiosos.

ARTICULO 59.- Consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud. El


consentimiento informado para actos médicos e investigaciones en salud es la declaración de voluntad
expresada por el paciente, emitida luego de recibir información clara, precisa y adecuada, respecto a:

a) su estado de salud;

b) el procedimiento propuesto, con especificación de los objetivos perseguidos;

c) los beneficios esperados del procedimiento;

d) los riesgos, molestias y efectos adversos previsibles;

e) la especificación de los procedimientos alternativos y sus riesgos, beneficios y perjuicios en relación


con el procedimiento propuesto;

f) las consecuencias previsibles de la no realización del procedimiento propuesto o de los alternativos


especificados;

g) en caso de padecer una enfermedad irreversible, incurable, o cuando se encuentre en estado


terminal, o haya sufrido lesiones que lo coloquen en igual situación, el derecho a rechazar
procedimientos quirúrgicos, de hidratación, alimentación, de reanimación artificial o al retiro de
medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarios o desproporcionados en relación a las
perspectivas de mejoría, o produzcan sufrimiento desmesurado, o tengan por único efecto la
prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible e incurable;

h) el derecho a recibir cuidados paliativos integrales en el proceso de atención de su enfermedad o


padecimiento.

Ninguna persona con discapacidad puede ser sometida a investigaciones en salud sin su consentimiento
libre e informado, para lo cual se le debe garantizar el acceso a los apoyos que necesite.

Nadie puede ser sometido a exámenes o tratamientos clínicos o quirúrgicos sin su consentimiento libre
e informado, excepto disposición legal en contrario.

Si la persona se encuentra absolutamente imposibilitada para expresar su voluntad al tiempo de la


atención médica y no la ha expresado anticipadamente, el consentimiento puede ser otorgado por el
representante legal, el apoyo, el cónyuge, el conviviente, el pariente o el allegado que acompañe al
paciente, siempre que medie situación de emergencia con riesgo cierto e inminente de un mal grave
para su vida o su salud. En ausencia de todos ellos, el médico puede prescindir del consentimiento si su
actuación es urgente y tiene por objeto evitar un mal grave al paciente.

ARTICULO 60.- Directivas médicas anticipadas. La persona plenamente capaz puede anticipar directivas y
conferir mandato respecto de su salud y en previsión de su propia incapacidad. Puede también designar
a la persona o personas que han de expresar el consentimiento para los actos médicos y para ejercer su
curatela. Las directivas que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas se tienen por no escritas.

Esta declaración de voluntad puede ser libremente revocada en todo momento.

ARTICULO 61.- Exequias. La persona plenamente capaz puede disponer, por cualquier forma, el modo y
circunstancias de sus exequias e inhumación, así como la dación de todo o parte del cadáver con fines
terapéuticos, científicos, pedagógicos o de índole similar. Si la voluntad del fallecido no ha sido
expresada, o ésta no es presumida, la decisión corresponde al cónyuge, al conviviente y en su defecto a
los parientes según el orden sucesorio, quienes no pueden dar al cadáver un destino diferente al que
habría dado el difunto de haber podido expresar su voluntad.

4.- Describa su opinión sobre el caso.

Opino que el fallo no tiene discusión, porque más allá de que una persona sea pública, o no, es
reconocida como tal, es admirada, respetada, honorable, etc. tiene una vida privada que solo le
pertenece a ella y que dentro de su entorno la convierte en una persona vulnerable, con sentimientos,
con debilidades, con sus sufrimientos, con un montón de circunstancias y situaciones que le son propias.
Y que por ende nadie puede ni debe entrometerse en lo más íntimo, privado y profundo de la persona
en cuestión.

Resumen del fallo “PONZETTI DE BALBIN”


“Ponzetti de Balbin, Indalia c/Editorial Atlántida S.A. s/daños y perjuicios”
CSJN, Fallos: 306:1892
11 de diciembre de 1984
Fallo completo en: www.infojus.gob.ar

FALLO DE LA CORTE SUPREMA


Buenos Aires, 11 de diciembre de 1984.
Vistos los autos: “Ponzetti de Balbín, Indalia c/Editorial Atlántida S.A. s/daños y perjuicios”

Considerando:

1°) Que la sentencia de la sala F de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil confirmó la dictada en
primera instancia, que hizo lugar a la demanda que perseguía la reparación de los daños y perjuicios
ocasionados por la violación del derecho a la intimidad del doctor Ricardo Balbín, a raíz de la publicación
de una fotografía suya cuando se encontraba internado en una clínica, sobre la base de lo dispuesto por
el art. 1071 bis del Código Civil. Contra ella la demandada dedujo recurso extraordinario, que fue
concedido. Sostiene la recurrente que el fallo impugnado resulta violatorio de los arts. 14 y 32 de la
Constitución Nacional.
2°) Que en autos existe cuestión federal bastante en los términos del art. 14 de la ley 48, ya que, si bien
la sentencia impugnada se sustenta en el art. 1071 bis del Código Civil, el a quo para resolver la
aplicabilidad de la norma citada efectuó una interpretación de la garantía constitucional de la libertad de
prensa contraria a los derechos que en ella funda el apelante.

3°) Que esta causa se origina en la demanda por daños y perjuicios promovida por la esposa y el hijo del
doctor Ricardo Balbín, fallecido el 9 de setiembre de 1981 contra Editorial Atlántida S.A. propietaria de
la revista Gente y la actualidad'; Carlos Vigil y Aníbal Vigil, debido a que dicha revista, en su número 842
del 10 de setiembre de 1981, publicó en su tapa una fotografía del doctor Balbín cuando se encontraba
in- ternado en la sala de terapia intensiva de la Clínica Ipensa de la Ciudad de La Plata la que ampliada
con otras en el interior de la revista, provocó el sufrimiento y mortificación de la familia del doctor
Balbín y la desaprobación de esa violación a la intimidad por parte de autoridades nacionales,
provinciales, municipales eclesiásticas y científicas. Los demandados, que reconocen la autenticidad de
los ejemplares y las fotografías publicadas en ella, admiten que la foto de tapa no ha sido del agrado de
mucha gente y alegan en su defensa el ejercicio sin fines sensacionalistas, crueles o morbosos, del
derecho de información, sosteniendo, que se intentó documentar una realidad; y que la vida del doctor
Balbín, como hombre público, tiene carácter histórico, perteneciendo a la comunidad nacional, no
habiendo intentado infringir reglas morales, buenas costumbres o ética periodística.

4°) Que en tal sentido, en su recurso extraordinario fs. 223/230 el recurrente afirma no haber excedido
el marco del legítimo y regular ejercicio de la profesión de periodista, sino que muy por el contrario,
significó un modo -quizá criticable pero nunca justiciable- de dar información gráfica de un hecho de
gran interés general fundamentando en razones de índole periodística la publicación de la foto grafía en
cuestión, por todo lo cual no pudo violar el derecho a la intimidad en los términos que prescribe el art.
1071 bis del Código Civil.

5°) Que, en el presente caso, si bien no se encuentra en juego el derecho de publicar las ideas por la
prensa sin censura previa (art. 14 de la Constitución Nacional) sino los límites jurídicos del derecho de
información en relación directa con el derecho a la privacidad o intimidad (art. 19 de la Constitución
Nacional) corresponde establecer en primer término el ámbito que es propio de cada uno de estos
derechos. Que esta Corte, en su condición de intérprete final de la Constitución Nacional ha debido
adecuar el derecho vigente a la realidad comunitaria para evitar la cristalización de las normas y
preceptos constitucionales. Que la consagración del derecho de prensa en la Constitución Nacional,
como dimensión política de la libertad de pensamiento y de la libertad de expresión, es consecuencia,
por una parte, de las circuns- tancias históricas que condujeron a su sanción como norma fundamental,
y por la otra, la de la afirmación, en su etapa artesanal, del libre uso de la imprenta como técnica de
difusión de las ideas frente a la autoridad que buscaba controlar ese medio de comunicación mediante
la censura; de ahí que la reivindicación estuvo referida a la difusión y expresión de los pensamientos y
las opiniones conforme lo estableciera la declaración de los Derechos del Hombre de 1789 y por tanto a
garantizar la libre publicación de las ideas. La prensa pasó a ser un elemento integrante del estado
constitucional moderno, con el derecho e incluso el deber de ser independiente a la vez que
responsable ante la justicia de los delitos o daños cometidos mediante su uso, con la consecuencia
jurídica del ejercicio pleno de dicha libertad. Es así como esta Corte dijo que ni en la Constitución de los
Estados Unidos ni en la nuestra ha existido el propósito de asegurar la impunidad de la prensa. Si la
publicación es de carácter perjudicial, y si con ellas se difama o injuria a una persona, se hace la apología
del crimen, se incita a la rebelión y sedición, se desacata a las autoridades nacionales o provinciales, no
pueden existir dudas acerca del derecho del estado para reprimir o castigar tales publicaciones sin
mengua de la libertad de prensa ... Es una cuestión de hecho que apreciarán los jueces en cada caso
(Fallos: 167:138) y que este derecho radica fundamentalmente en el reconocimiento de que todos los
hombres gozan de la facultad de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa, esto es, sin el previo
contralor de la autoridad sobre lo que se va a decir; pero no en la subsiguiente impunidad de quien
utiliza la prensa como un medio para cometer delitos comunes previstos en el Código Penal (Fallos: 269:
195, con- sid. 5°).

6°) Que, elevado el derecho de prensa a la categoría de un derecho individual autónomo, la legislación
sobre la prensa garantizó su ejercicio estableciendo criterios e inmunidades con el objeto de impedir la
intromisión arbitraria del estado tanto en la publicación como a las empresas que realizaban la
publicación, asegurando la libre iniciativa individual, la libre competencia y la libertad de empresa
considerados elementos esenciales para la autonomía humana.

7°) Que las profundas transformaciones producidas como consecuencia del tránsito de la sociedad
tradicional, de tipo rural y agrícola, a la sociedad industrial, de tipo urbano, y los avances de la ciencia y
de la técnica y el consecuente proceso de masificación, influyeron en los dominios de la prensa toda vez
que las nuevas formas de comercialización e industrialización afectaron el ejercicio de publicar, la
iniciativa y la libre competencia, hasta entonces concebidos en términos estrictamente individuales. El
desenvolvimiento de la economía de la prensa y la aparición de las nuevas técnicas de difusión e
información -cine, radio, televisión-, obligan a un reexamen de la concepción tradicional del ejercicio
autónomo del derecho individual de emitir y expresar el pensamiento. De este modo, se hace necesario
distinguir entre el ejercicio del derecho de la industria o comercio de la prensa, cine, radio y televisión;
el derecho individual de información mediante la emisión y expresión del pensamiento a través de la
palabra impresa, el sonido y la imagen; y el derecho social a la información. Es decir, el derecho
empresario, el derecho individual y el derecho social, que se encuentran interrelacionados y operan en
función de la estructura de poder abierto que caracteriza a la sociedad argentina.
8°) Que en cuanto al derecho a la privacidad e intimidad su fundamento constitucional se encuentra en
el art. 19 de la Constitución Nacional. En relación directa con la libertad individual protege jurídicamente
un ámbito de autonomía individual constituida por los sentimientos, hábitos y costumbres, las
relaciones familiares, la situación económica, las creencias religiosas; la salud mental y física y, en suma,
las acciones, hechos o datos que, teniendo en cuenta las formas de vida aceptadas por la comunidad
están reservadas al propio individuo y cuyo conocimiento y divulgación por los extraños significa un
peligro real potencial para la intimidad. En rigor, el derecho a la privacidad comprende no sólo a la
esfera doméstica, el círculo familiar de amistad, sino otros aspectos de la personalidad espiritual y física
de las personas tales como la integridad corporal o la imagen y nadie puede inmiscuirse en la vida
privada de una persona ni violar áreas de su actividad no destinadas a ser difundidas, sin su
consentimiento o el de sus familiares autorizados para ella y sólo por ley podrá justificarse la
intromisión, siempre que medie un interés superior en resguardo de la libertad de los otros, la defensa
de la sociedad, las buenas costumbres o la persecución del crimen.
9°) Que en el caso de personajes célebres cuya vida tiene carácter público o personajes populares, su
actuación pública o privada puede divulgarse en lo que se relacione con la actividad que les confiere
prestigio o notoriedad y siempre que lo justifique el interés general. Pero ese avance sobre la intimidad
no autoriza a dañar la imagen pública o el honor de estas personas y menos sostener que no tienen un
sector o ámbito de vida privada protegida de toda intromisión. Máxime cuando con su conducta a lo
largo de su vida, no ha fomentado las indiscreciones ni por propia acción, autorizado, tácita o
expresamente la invasión a su privacidad y la violación al derecho a su vida privada en cualquiera de sus
manifestaciones.
10º) Que en caso sub examine la publicación de la fotografía del doctor Ricardo Balbín efectuada por la
revista Gente y la actualidad'; excede el límite legítimo y regular del derecho a la información, toda vez
que la fotografía fue tomada subrepticiamente la víspera de su muerte en la sala de terapia intensiva del
sanatorio en que se encontraba internado. Esa fotografía, lejos de atraer el interés del público, provocó
sentimientos de rechazo y de ofensa a la sensibilidad de toda persona normal. En consecuencia, la
presencia no autorizada ni consentida de un fotógrafo en una situación límite de carácter privado que
furtivamente toma una fotografía con la finalidad de ser nota de tapa en la revista Gente y la actualidad
no admite justificación y su publicación configura una violación del derecho a la intimidad.
Por ello, se admite el recurso extraordinario y se confirma la sentencia en lo que fue materia de recurso.
Con costas. Notifíquese y devuélvanse.

GENARO R. CARRIÓ - JOSÉ SEVERO CABALLERO (según su voto). - CARLOS S.


FAYT - AUGUSTO CÉSAR BELLUSCIO (según su voto). - ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI (según su voto).

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