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La libertad de prensa está reconocida en el art.14 cuando afirma que todos los
habitantes de la Nación tienen el derecho de publicar sus ideas por la prensa
sin censura previa. También en el art. 32 prohíbe al Congreso Nacional dictar
leyes que restrinjan la libertad de imprenta. También este derecho se encuentra
regulado en tratados internacionales con jerarquía constitucional.
Se comprende no solo la libertad de dar y transmitir información sino también
la de recibirla, es esencial en un Estado democrático. Permite informar y
criticar lo que suceda en el ámbito del poder público; facilitando la opinión
pública y el control de los actos de gobierno.
Se extiende a la protección de toda idea, en cualquier tipo de comunicación
masiva, sea por prensa escrita, radio, teatro, televisión e incluso internet.
Ningún derecho es absoluto, todos son relativos. Si bien la censura previa se
encuentra prohibida, no implica sostener la impunidad de la prensa. Se
prohíbe la censura previa, pero puede caber una responsabilidad ulterior si se
determina que hubo un ejercicio abusivo o imprudente del deber de informar,
afectando de algún modo derechos personalísimos como el honor, intimidad,
imagen… que también se encuentran en la Constitución. Hay un
enfrentamiento de derechos de rango constitucional. Resolver cuál de estos
derechos ha de ser preferido, teniendo en cuenta que gozan de igual jerarquía,
dependerá de las circunstancias concretas del caso.
Diversos supuestos de responsabilidad:
1) Difusión de noticias inexactas. Afectación al derecho del honor: Los
medios periodísticos dan a conocer noticias que, en algunos casos, pueden
presentar alguna que otra inexactitud. Puede haber sido intencional por parte
del órgano de prensa que la difunde, también pudo haber sido producto de la
rapidez con la que las noticias han de ser difundidas, lo que de alguna manera
imposibilita corroborar con absoluta certeza la veracidad de la información
antes de ser transmitida. Estas inexactitudes o falsedades pueden comprometer
el honor o el buen nombre de las personas involucradas, sean particulares o
funcionarios públicos.
Teoría de la responsabilidad objetiva: sostiene que por la sola
inexactitud publicada, que afecte el honor de una persona, el medio que
la transmitió resulta responsable. Se la critica ya que no favorece a la
libertad de prensa debido a que algunas cosas no pueden ser conocidas
con verdadera certeza y nos encontraríamos en una especie de
“autocensura”, limitándose el acceso a la información porque aquello de
lo que no se tiene certeza no sería publicado para evitar una
responsabilidad ulterior.
Entonces se considera que para que un medio sea responsable, se
deberá probar que la inexactitud publicada, que causa un daño al
honor de otra persona, fue consecuencia de un obrar imprudente o
negligente del medio en cuestión. Se le exigirá un factor subjetivo, ya
sea culpa o dolo
¿Cómo probar el obrar culposo de la prensa? Hay pautas para
determinarlo, doctrinas “Campillay” y de la “Real malicia”
Doctrina “Campillay”: para eximirse de responsabilidad, los medios deben:
a) indicar la fuente de la que emanaba la noticia
b) utilizar un tiempo de verbo potencial
c) reservar la identidad de la persona involucrada.
Doctrina de la real malicia: tiene su origen en la corte de EEUU. Esta
doctrina pretende brindar una protección aun mayor hacia la libertad de
expresión, cuando la noticia en cuestión involucra a un funcionario público o
bien a particulares, pero en temas que resultan de interés general. Exige para
comprometer la responsabilidad del medio, que la persona afectada pruebe no
solo que la noticia lo involucra es falsa sino, además, que el medio de prensa
obro a sabiendas de la falsedad de la noticia o bien con una absoluta
despreocupación en torno a la averiguación de la verdad.
2) Difusión de noticias ciertas pero que importan invasión a la intimidad:
Cuando a pesar de que la información sea verídica, la prensa invade
indebidamente (ya sea por las imágenes con que se transmite la noticia o bien
por el contenido de lo difundido) el derecho a la intimidad o privacidad de las
personas (art. 19 CN).
Art. 1770: El que arbitrariamente se entromete en la vida ajena y publica
retratos, difunde correspondencia, mortifica a otros en sus costumbres o
sentimientos, o perturba de cualquier modo su intimidad, debe ser obligado a
cesar en tales actividades, si antes no cesaron, y a pagar una indemnización
que debe fijar el juez, de acuerdo con las circunstancias. Además, a pedido
del agraviado, puede ordenarse la publicación de la sentencia en un diario o
periódico del lugar, si esta medida es procedente para una adecuada
reparación.
Artículo 14 (Pacto de San José de Costa Rica): Toda persona afectada por
informaciones inexactas o agraviantes emitidas en su perjuicio a través de
medios de difusión legalmente reglamentados y que se dirijan al público en
general, tiene derecho a efectuar por el mismo órgano de difusión su
rectificación o respuesta en las condiciones que establezca la ley.