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4.1.
En esta primera clase abordaremos la utilización del juego en la TCC con niños y
adolescentes, así como el uso de metáforas en la práctica clínica.
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4.2.
La TCC-BJ de Knell (1999) utiliza un entorno lúdico como medio para involucrar a los
niños de dos años y medio a seis años en el tratamiento y particularmente a los
“juegos de representación” como medios para la evaluación e intervención
terapéutica.
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El método central de la TCC-BJ es el modelado, donde el paciente aprende a través
de la observación de otros. El terapeuta puede usar una marioneta o animales para
modelar estrategias de cambio cognitivo.
Ejemplo Clínico
Junto a Gabriela, una niña de 6 años que padecía mutismo selectivo, el terapeuta usó
una marioneta para identificar sus creencias desadaptativas, discutirlas y proveer
auto-verbalizaciones de afrontamiento para “esta marioneta a la que le costaba
hablar cuando sentía vergüenza”.
Role Playing: Otra forma común de intervención es el juego de roles (role playing), a
partir del cual el niño practica habilidades o estrategias y recibe el feedback del
terapeuta. Algunos niños muy pequeños no pueden beneficiarse del role playing
directo. En esas situaciones es posible usar una técnica de modelado en la que los
muñecos completan el role playing y el niño aprende observando al modelo
mientras practica habilidades.
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¿Cuál es la diferencia entre la TCC-BJ y otras terapias de juego?
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Ejemplo Benjamín
A los 6 años recién cumplidos, Benjamín debe afrontar una separación de sus padres en
malos términos. En la evaluación inicial queda claro que el niño es receptor del cruce de
acusaciones entre Gerónimo y Liliana, y que a su vez está expuesto a versiones
contradictorias referentes a las causas de los conflictos parentales. Frecuentemente,
cuando el niño presencia alguna discusión familiar, sufre crisis de angustia en las que
manifiesta dificultades para respirar y mareos. En el consultorio, Benjamín elige a
Gervasio como su marioneta terapéutica preferida. El muñeco le cuenta cuánto le cuesta
superar las sensaciones de mareo y las dificultades para poder respirar cuando se pone
nervioso. Paulatinamente, le enseña al niño una técnica de respiración profunda que
resultará útil para ambos en las situaciones de afrontamiento.
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4.3.
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• Durante el tratamiento, las metáforas pueden servir para explicar
determinadas estrategias y volverlas más atractivas para el niño y/o
adolescente, logrando así una mayor adherencia a las mismas.
• Por último, en la fase de cierre del tratamiento apuntan a lograr una mayor
consolidación de las técnicas y estrategias adquiridas por el paciente.
• Rol del terapeuta: Kendall (2000) afirma que el terapeuta cognitivo infanto-
juvenil cumple la triple función de educador, entrenador y consultor. El
desafío consiste en pensar cómo podemos transmitir la complejidad de este
rol en forma sencilla, intrigante y divertida. "Entrenadores en valentía”',
''Doctores anti-miedo” son nominaciones que permiten al niño comenzar a
representarse la situación clínica, su interlocutor y objetivo aún antes de la
primera entrevista. Cuando los padres le transmiten al niño esta situación de
manera clara, guardando una relación evidente con los problemas a tratar, se
tiende a aumentar la motivación del paciente para asistir a consulta.
• Rol de los padres: puede explicársele al paciente que tanto sus padres como
otros familiares y allegados forman parte de un equipo de aliados dispuestos
a atrapar y enfrentar los problemas en los contextos usuales donde estos se
hacen presentes. De acuerdo con Friedberg y McClure (2002), las figuras
significativas del niño son para la TCC “co-capitanes del equipo terapéutico”,
en tanto aseguran la continuidad del tratamiento y fortalecen la adherencia a
las intervenciones. Se ilustra la interacción entre estos recursos metafóricos en
el siguiente ejemplo:
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Ejemplo Clínico:
Una madre pregunta al finalizar la primera entrevista en la que se pauta que la próxima
sesión sería con su hijita de 8 años:
- “¿Qué le digo a Camila? ¿Que vamos a ver un amigo, a un psicólogo?”
- “Podría decirle que va a ver a un Dr. especialista en pelear contra los miedos, que va a
conversar con ella para ver si tiene alguno y, si es así, que van a ver juntos formas
divertidas para combatirlo”.
• Zapping mental: imaginar, por ejemplo, que se posee un control remoto para
cambiar la forma de pensar una misma situación. “Desde ahora puedes contar
con una serie de botones para alternar tu forma de pensar: Canal 1, el de las
malas noticias (pensamientos negativos o catastróficos). Canal 2, el de las
buenas noticias (pensamientos alternativos)”.
Durante la preadolescencia (10-11 años, este rango varía de acuerdo con las
capacidades intelectuales y el entorno sociocultural del niño), en los albores del
pensamiento formal, algunos niños pueden desarrollar una verdadera actitud
científica, logrando tratar los pensamientos como teorías cuestionables a un nivel
más abstracto.
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y McClure, 2002). Necesariamente, al participar en este juego ensayan el
modo de razonamiento hipotético-deductivo en la búsqueda de pistas y
pruebas para los pensamientos y creencias disfuncionales que los afectan:
“¿Qué pistas tengo de que mis compañeros no me quieren?”.
• Freezer del enojo: una vez que los pacientes reconocen las señales de la
activación emocional disfuncional, es posible entrenarlos en la producción de
auto verbalizaciones y otras estrategias que “enfríen la calentura” (Bunge,
Gomar y Mandil, 2008).
• La escalera del valiente: diseñar conjuntamente una escalera para graduar los
pasos de una jerarquía de exposición ayuda al niño a comprender la idea del
afrontamiento gradual y progresivo, fomentando ideas de “avance” y
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“crecimiento” a medida que sube cada peldaño (Bunge, Gomar y Mandil,
2008).
Ejemplo Clínico
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Gráfico 1. El ring del aburrimiento según Fernando.
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REFERENCIAS
• Bunge, E., Gomar, M., y Mandil, J. (2008). Terapia Cognitiva con niños y
adolescentes. Aportes técnicos. Buenos Aires: Akadia.
• Kendall, P. (2000) Child and adolescent therapy. New York: The Guilford
Press.
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• Real Academia Española. (2007). Diccionario de la Lengua Española,
Vigésima Segunda Edición. Tomado de la web el 25 de julio de 2007.
http://buscon.rae.es/draeI/
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