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Salario

Se entiende por salario la remuneración, provecho o ventaja, cualquiera fuere su


denominación o método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en moneda de
curso legal, que corresponda al trabajador o trabajadora por la prestación de su
servicio y, entre otros, comprende las comisiones, primas, gratificaciones,
participación en los beneficios o utilidades, sobresueldos, bono vacacional, así
como recargos por días feriados, horas extraordinarias o trabajo nocturno,
alimentación y vivienda.

Todo trabajador o trabajadora tiene derecho a un salario suficiente que le permita


vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades materiales, sociales
e intelectuales. El salario se estipulará libremente garantizando la justa distribución
de la riqueza. En ningún caso será inferior al salario mínimo fijado por el Ejecutivo
Nacional conforme a la Ley, cualquier demora en su debido pago genera
intereses.

El salario se podrá estipular por unidad de tiempo, por unidad de obra, por pieza o
a destajo, por tarea y por comisión. La forma de cálculo del salario no afecta la
naturaleza de la relación de trabajo, sea ésta a tiempo indeterminado o
determinado.

El salario deberá pagarse en moneda de curso legal. Por acuerdo entre el patrono
o la patrona y el trabajador o la trabajadora, podrá hacerse mediante cheque
bancario o por órgano de una entidad de ahorro y préstamo u otra institución
bancaria, conforme a las normas que establezca el Reglamento de esta Ley.

Jornada laboral

Se entiende por jornada de trabajo, el tiempo durante el cual el trabajador o la


trabajadora está a disposición para cumplir con las responsabilidades y tareas a
su cargo en el proceso social de trabajo. El patrono o patrona deberá fijar
anuncios relativos a la concesión de días y horas de descanso en un lugar visible
del establecimiento.

Durante los períodos de descansos y alimentación los trabajadores y las


trabajadoras tienen derecho a suspender sus labores y a salir del lugar donde
prestan sus servicios. El tiempo de descanso y alimentación será de al menos una
hora diaria, sin que puedan trabajarse más de cinco horas continuas.

La jornada de trabajo no excederá de cinco días a la semana y el trabajador o


trabajadora tendrá derecho a dos días de descanso, continuos y remunerados
durante cada semana de labor. El límite diario es no más de 8 horas laborales y no
más de 40 horas a la semana.

Vacaciones

Cuando el trabajador o la trabajadora cumpla un año de trabajo ininterrumpido


para un patrono o una patrona, disfrutará de un período de vacaciones
remuneradas de quince días hábiles. Los años sucesivos tendrá derecho además
a un día adicional remunerado por cada año de servicio, hasta un máximo de
quince días hábiles.

Las vacaciones que se interrumpan por hechos no imputables al trabajador o a la


trabajadora, se reactivarán al cesar esas circunstancias.

Durante el periodo de vacaciones el trabajador o la trabajadora tendrá derecho a


percibir el beneficio de alimentación, conforme a las previsiones establecidas en la
Ley que regula la materia.

Durante el período de vacaciones no podrá intentarse ni iniciarse algún


procedimiento para despido, traslado o desmejora contra el trabajador o la
trabajadora.

Prestaciones sociales

Todos los trabajadores y trabajadoras tienen derecho a prestaciones sociales que


les recompensen la antigüedad en el servicio y los ampare en caso de cesantía. El
régimen de prestaciones sociales regulado en la presente Ley establece el pago
de este derecho de forma proporcional al tiempo de servicio, calculado con el
último salario devengado por el trabajador o trabajadora al finalizar la relación
laboral, garantizando la intangibilidad y progresividad de los derechos laborales.
Las prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad inmediata. Toda
mora en su pago genera intereses, los cuales constituyen deudas de valor y gozan
de los mismos privilegios y garantías de la deuda principal.
Utilidades

Las entidades de trabajo deberán distribuir entre todos sus trabajadores y


trabajadoras, por lo menos, el quince por ciento (15%) de los beneficios líquidos
que hubieren obtenido al fin de su ejercicio anual. A este fin, se entenderá por
beneficios líquidos, la suma de los enriquecimientos netos gravables y de los
exonerados conforme a la Ley de Impuesto Sobre la Renta. Esta obligación
tendrá, respecto de cada trabajador o trabajadora como límite mínimo, el
equivalente al salario de treinta días y como límite máximo el equivalente al salario
de cuatro meses. Cuando el trabajador o trabajadora no hubiese laborado todo el
año, la bonificación se reducirá a la parte proporcional correspondiente a los
meses completos de servicios prestados. Cuando la terminación de la
relación de trabajo ocurra antes del cierre del ejercicio, la liquidación de la parte
correspondiente a los meses servidos podrá hacerse al vencimiento del ejercicio.

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