El vínculo entre la dieta y la inmunidad, la adecuada estimulación, proliferación y diferenciación de
los mecanismos del sistema inmune guardan una estrecha relación con el estado nutricional de las personas. Las deficiencias nutricionales alteran la respuesta inmune y conllevan a infecciones severas y frecuentes que resultan en aumento de la mortalidad, especialmente en niños. También se ha asociado la deficiencia de ciertos nutrientes en la alteración del proceso de cicatrización. La deficiencia de nutrientes afecta la respuesta inmunitaria, ya que reduce la cantidad y la calidad de la respuesta de los linfocitos T, linfocitos B y mecanismos efectores de eliminación de los agentes patógenos, como son los fagocitos y el sistema del complemento. La relación que existe entre la respuesta inmune y el estado nutricional se aprecia claramente en estados de malnutrición, como marasmo y kwashiorkor. En especial en la malnutrición proteica predominan las anormalidades de la respuesta de la inmunidad innata, principalmente la reducción en la producción de citocinas, fagocitosis, la discontinuidad en la integridad de barreras y reducción de componentes del sistema del complemento como C3 y C5. Actualmente se busca la optimización de la nutrición para ayudar al sistema inmune en la reparación de heridas. Estos avances tienen un efecto directo en los campos médico y quirúrgico, y en los costos por cuidado de las heridas. Muchos nutrientes tienen efectos sobre el mantenimiento de la función del sistema inmune, como lo son las vitaminas liposolubles (vitamina A, E y D), las vitaminas hidrosolubles (vitamina C, B6, folato, B12), minerales (zinc, selenio, hierro) y ácidos grasos. La glutamina, modula la inflamación, la respuesta al estrés oxidativo y puede mejorar la respuesta inmune celular. La malnutrición disminuye la respuesta humoral y mediada por células, aumenta el riesgo de infecciones, afecta la cicatrización y no se revierte con la renutrición. La inmunonutrición proporciona aminoácidos que contienen sulfuros, ácidos grasos omega 3, vitamina y algunos minerales. Un estado de malnutrición es común en pacientes con cáncer gastrointestinal. En éstos, la desnutrición es un signo de enfermedad; puede reflejar la gravedad y también puede aumentar la morbilidad y mortalidad perioperatoria. La identificación de estos pacientes y su tratamiento puede disminuir las complicaciones. Además, la malnutrición limita otros tratamientos como son radioterapia y quimioterapia. Hay evidencia que apoya el concepto que el soporte nutricional óptimo reduce los resultados adversos en la cirugía oncológica, el efecto del tratamiento varía según la población, la intervención, la metodología del estudio y frecuentemente la ausencia en el estudio de biomarcadores relacionados a malnutrición. En pacientes con cáncer de esófago y gástrico, reportan que la inmunonutrición mejora la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos por las células NK (natural killer), sobre expresa KNG2D y CD16, aumenta el nivel de NK- CD56, células T helper tipo 17 (Th17). Reporta el uso de «dieta enteral inmunonutricional», se le proporciona a los pacientes arginina (12.8 g/L), ácidos grasos omega 3 (4.1 g/L), aminoácido, (1.29 g/L) de manera preoperatoria, y concluye que la inmunonutrición modula la inmunidad mediada por células T y NK.21 La inmunonutrición proporcionada a pacientes con cirugía de cáncer gastrointestinal está basada en un nivel de evidencia A; este tipo de cirugía se relaciona con mayor morbimortalidad postoperatoria y fuertemente relacionada con infección. Mariette C22 reporta que la inmunonutrición se debe dar a todos los pacientes que requieren cirugía de cáncer digestivo, oral de cinco a siete días antes de la cirugía; y sin considerar el estado nutricional del paciente, debe continuarse parenteral, en la fase postoperatoria en pacientes desnutridos de cinco a siete días o hasta que recuperen la vía oral, y debe cubrir el 60% de sus requerimientos. Klek S y colaboradores reportan 776 pacientes que requirieron cirugía gastrointestinal por cáncer, (gastrectomía, pancreatoduodenoectomía, parcial o total), los cuales recibieron nutrición o inmunonutrición enteral o parenteral. Se determinaron complicaciones postoperatorias, estancia hospitalaria, función de órganos vitales, mortalidad; hubo mejores resultados en los grupos de inmunutrición enteral y parenteral. La nutrición es un proceso por el que el cuerpo incorpora alimentos y los usa para crecer, mantenerse sano y reemplazar los tejidos. La buena nutrición es importante para la buena salud. Una alimentación (dieta) saludable incluye alimentos y líquidos que contengan los nutrientes importantes que el cuerpo necesita (vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas y agua). Una alimentación que se enfoque en alimentos de origen vegetal y que se acompañe de ejercicio regular ayudará a los pacientes de cáncer a mantener un peso saludable, conservar la fuerza y disminuir los efectos secundarios durante el tratamiento y después de este. Es más probable que se presenten problemas de alimentación cuando hay tumores que afectan la cabeza, el cuello, el esófago, el estómago, los intestinos, el páncreas o el hígado. Los efectos del tratamiento del cáncer hacen que para muchos pacientes sea difícil comer bien. Los siguientes tratamientos contra el cáncer afectan la nutrición: Quimioterapia. Terapia con hormonas. Radioterapia. Cirugía. Inmunoterapia. Trasplante de células madre. El cáncer y los tratamientos contra el cáncer a veces afectan el gusto, el olfato, el apetito y la capacidad de comer suficiente o de absorber los nutrientes de los alimentos. Es posible que esto cause desnutrición, una afección por falta de nutrientes esenciales. El abuso de bebidas alcohólicas y la obesidad aumentan el riesgo de desnutrición. La desnutrición hace que el paciente se sienta débil, cansado e incapaz de combatir infecciones o de completar el tratamiento contra el cáncer. En consecuencia, la desnutrición puede disminuir la calidad de vida del paciente y es potencialmente mortal. La desnutrición suele empeorar cuando el cáncer crece o se disemina. La caquexia es una afección que se caracteriza por debilidad, pérdida de peso, grasa y músculo. Es frecuente en los pacientes con tumores que afectan la alimentación y la digestión. Se presenta en pacientes de cáncer que se alimentan bien, pero que no almacenan grasa ni músculo debido al crecimiento del tumor. Algunos tumores cambian la manera en que el cuerpo utiliza ciertos nutrientes. Es posible que el cuerpo cambie la forma en que usa las proteínas, los carbohidratos y las grasas cuando hay tumores en el estómago, los intestinos o la cabeza y el cuello. Aunque parezca que el paciente come suficiente, el cuerpo no logra absorber todos los nutrientes de los alimentos. La quimioterapia y la terapia con hormonas afectan la nutrición de formas diferentes. La quimioterapia afecta las células de todo el cuerpo. La quimioterapia es un tratamiento contra el cáncer en el que se usan medicamentos para interrumpir la formación de células cancerosas, ya sea mediante su destrucción o al impedir su multiplicación. También destruye las células sanas que normalmente se forman y multiplican rápido. Estas células son, entre otras, las células de la boca y el tubo digestivo. La terapia con hormonas añade, bloquea o elimina hormonas. A veces, se usa para retrasar o detener el crecimiento de ciertos cánceres. Algunos tipos de terapia con hormonas producen aumento de peso. La quimioterapia y la terapia con hormonas causan problemas nutricionales diferentes. Los efectos secundarios de la quimioterapia tal vez afecten la capacidad de comer y la digestión. Cuando se administra más de un medicamento de quimioterapia, es posible que cada uno produzca efectos secundarios diferentes o que, cuando causen los mismos efectos secundarios, estos sean más intensos. Son comunes los efectos secundarios siguientes: Pérdida de apetito. Náuseas. Vómitos. Boca seca. Úlceras en la boca o la garganta. Cambios en el sabor de los alimentos. Dificultad para tragar. Sentirse lleno después de comer solo un poco. Estreñimiento. Diarrea. Los pacientes que reciben terapia con hormonas quizás necesiten cambiar su alimentación para prevenir el aumento de peso. Radioterapia: La radioterapia destruye las células cancerosas en el área de tratamiento. La radioterapia destruye las células cancerosas y las células sanas en el área de tratamiento. La gravedad de los efectos secundarios depende de los siguientes aspectos: La parte del cuerpo que se trata. La dosis total de radiación y la manera en que se administra. Es posible que la radioterapia afecte la nutrición. La radioterapia dirigida a cualquier parte del aparato digestivo tiene efectos secundarios que causan problemas nutricionales. La mayoría de los efectos secundarios surgen dos o tres semanas después de empezar la radioterapia y desaparecen unas semanas después de que termina. Algunos efectos secundarios continúan durante meses o años después de que termina el tratamiento. Los siguientes son algunos de los efectos secundarios más comunes: A causa de la radiación dirigida a la cabeza y el cuello Pérdida de apetito. Náuseas. Vómitos. Boca seca o saliva espesa. A veces se administran medicamentos para tratar la boca seca. Dolor en la boca y encías. Cambios en el sabor de los alimentos. Dificultad para tragar. Dolor al tragar. Incapacidad de abrir la boca por completo. A causa de la radioterapia dirigida al tórax Pérdida de apetito. Náuseas. Vómitos. Dificultad para tragar. Dolor al tragar. Sensación de ahogarse o dificultad para respirar por cambios en la parte superior del esófago. A causa de la radioterapia dirigida al abdomen, la pelvis o el recto Náuseas. Vómitos. Obstrucción intestinal. Colitis. Diarrea. La radioterapia también causa cansancio que, a su vez, lleva a una disminución del apetito. Cirugía La cirugía aumenta la necesidad del cuerpo de nutrientes y energía. El cuerpo necesita más energía y nutrientes para cicatrizar heridas, combatir infecciones y recuperarse de una cirugía. Si el paciente está desnutrido antes de la cirugía, tal vez tenga problemas durante la recuperación, como una mala cicatrización o una infección. La terapia nutricional para estos pacientes quizás se inicie antes de la cirugía. A veces, la cirugía en la cabeza, el cuello, el esófago, el estómago o los intestinos afecta la nutrición. La mayoría de los pacientes de cáncer se tratan con cirugía. Las cirugías en las que se extirpan partes de ciertos órganos u órganos completos afectan la capacidad del paciente para comer y digerir los alimentos. Los problemas nutricionales que causan las cirugías son los siguientes: Pérdida de apetito. Dificultad para masticar. Dificultad para tragar. Sentirse lleno después de comer solo un poco. Inmunoterapia La inmunoterapia a veces afecta la nutrición. Los efectos secundarios de la inmunoterapia son diferentes para cada paciente y dependen del tipo de inmunoterapia. Los problemas nutricionales comunes son los siguientes: Cansancio. Fiebre. Náuseas. Vómitos. Diarrea. Trasplante de células madre Los pacientes sometidos a trasplante de células madre tienen necesidades nutricionales especiales. La quimioterapia, la radioterapia y los medicamentos que se usan antes y durante un trasplante de células madre a veces producen efectos secundarios que impiden que el paciente coma y digiera los alimentos como de costumbre. Los efectos secundarios comunes son los siguientes: Úlceras en la boca y la garganta. Diarrea. Los pacientes sometidos a un trasplante de células madre tienen riesgo alto de infección. La quimioterapia o la radioterapia que se administran antes del trasplante disminuyen el número de glóbulos blancos que combaten las infecciones. Es importante que estos pacientes aprendan sobre la manipulación segura de los alimentos y que eviten los alimentos que pueden causar infecciones. Después de un trasplante de células madre, los pacientes tienen riesgo de presentar enfermedad de injerto contra huésped (EICH) aguda o crónica. La EICH afecta el tubo digestivo o el hígado y cambia la capacidad del paciente para comer o absorber nutrientes de los alimentos. Cuando los efectos secundarios del cáncer o el tratamiento contra el cáncer afectan la alimentación normal, se pueden hacer cambios para ayudar al paciente a obtener los nutrientes necesarios. El consumo de alimentos ricos en calorías, proteínas, vitaminas y minerales es importante. Se deben planificar las comidas para satisfacer las necesidades de nutrición del paciente y sus preferencias alimentarias. Los siguientes son algunos de los síntomas más comunes causados por el cáncer y el tratamiento contra el cáncer, así como algunas formas de tratarlos o controlarlos. Anorexia Las siguientes medidas tal vez ayuden a los pacientes con anorexia (pérdida del apetito o deseo de comer): Consuma alimentos con contenido alto de proteínas y calorías. Las siguientes son opciones de alimentos ricos en proteínas: Frijoles. Pollo. Pescado. Carne de res. Yogur. Huevos. Añada más proteínas y calorías a los alimentos, por ejemplo, consuma leche enriquecida con proteína. Consuma los alimentos ricos en proteínas en la primera comida del día cuando tiene más apetito. Tome solo pequeños sorbos de líquido durante las comidas. Beba licuados, batidos, jugos o sopas si no desea consumir alimentos sólidos. Coma alimentos que tengan un olor agradable. Pruebe alimentos y recetas nuevas. Trate de beber licuados con alto contenido de nutrientes (primero consulte con el médico o especialista en nutrición). Náuseas Las siguientes medidas tal vez ayuden a los pacientes de cáncer a controlar las náuseas: Escoja alimentos que le gusten. No se obligue a comer alimentos que le produzcan náuseas. Evite comer sus alimentos favoritos cuando tenga náuseas para que no los asocie con sentirse mal. Coma alimentos ligeros, blandos y que sean fáciles de digerir en lugar de comidas pesadas. Coma alimentos secos como galletas, palitos de pan o tostadas durante todo el día. Consuma alimentos suaves para el estómago, como tostadas de pan blanco, yogur natural y caldos claros. Comer tostadas o galletas secas antes de levantarse si tiene náuseas en las mañanas. Ingiera los alimentos y bebidas a temperatura ambiente (ni muy calientes ni muy fríos). Tome sorbos durante todo el día. Vómitos Las siguientes medidas tal vez ayuden a los pacientes de cáncer a controlar los vómitos: No consuma alimentos y bebidas hasta que deje de vomitar. Beba cantidades pequeñas de líquidos transparentes después de que pare el vómito. Cuando logre tomar líquidos transparentes sin vomitar, beba líquidos como sopas coladas o batidos que sean suaves para el estómago. Coma 5 o 6 platos pequeños de comida por día en lugar de 3 platos grandes. Siéntese derecho e inclínese hacia adelante después de vomitar. Boca seca Las siguientes medidas tal vez ayuden a los pacientes de cáncer que tienen la boca seca: Escoja alimentos que sean fáciles de tragar. Humedezca los alimentos con salsa, jugo de carne o aderezo para ensaladas. Coma alimentos y bebidas que sean muy dulces o agrios como limonada, para estimular la producción de saliva. Mastique chicle o chupe dulces duros, helados de agua o trocitos de hielo. Beba sorbos de agua a lo largo del día. Úlceras en la boca Las siguientes medidas ayudan a los pacientes que tienen llagas en la boca: Consuma alimentos blandos y fáciles de masticar, como licuados, huevos revueltos y natillas o cremas. Cocine los alimentos hasta que estén blandos y tiernos. Corte los alimentos en trozos pequeños. Use una licuadora o procesador de alimentos para suavizar los alimentos. Chupe trocitos de hielo para entumecer y aliviar la boca. Coma los alimentos fríos o a temperatura ambiente. Los alimentos calientes pueden herir la boca. Beba con un tubito plástico (pajilla, popote o sorbeto) para que los líquidos no pasen por las partes de la boca que le duelen. Use una cuchara pequeña para comer bocados más pequeños, que son más fáciles de masticar. Evite los siguientes alimentos: Alimentos cítricos, como naranjas, limones y limas. Comida picante. Tomates y salsa de tomate. Alimentos salados. Verduras crudas. Alimentos cortantes y crocantes. Cambios en el gusto Las siguientes medidas tal vez ayuden a los pacientes de cáncer con cambios en el gusto: Coma carne de ave, pescado, huevos y queso en lugar de carne roja. Añada especias y salsas a los alimentos (marine los alimentos). Coma la carne con algo dulce, como salsa de arándano, jalea o puré de manzana. Pruebe alimentos y bebidas ácidas. Use caramelos de limón sin azúcar, chicle o pastillas de menta si tiene un gusto metálico o amargo en la boca. Use utensilios de plástico y no beba directamente de recipientes metálicos si los alimentos tienen un sabor metálico. Pruebe comer sus alimentos favoritos si no siente náuseas. Pruebe alimentos nuevos en los momentos en que se sienta mejor. Busque recetas sin carne y ricas en proteínas de comida vegetariana o china. Mastique durante más tiempo para prolongar el contacto con las papilas gustativas si los alimentos son insípidos, pero no le resultan desagradables. Inflamación de garganta y dificultad para tragar Las siguientes medidas tal vez ayuden a los pacientes de cáncer con inflamación de garganta y dificultad para tragar: Coma alimentos suaves que sean fáciles de masticar y tragar, como licuados o batidos, huevos revueltos, avena u otros cereales cocidos. Coma alimentos y bebidas ricos en proteínas y calorías. Humedezca los alimentos con jugo de carne, salsas, caldos o yogur. Evite los siguientes alimentos y bebidas que pueden quemar o dañar su garganta: Alimentos y bebidas calientes. Comida picante. Alimentos y jugos con mucho ácido. Alimentos cortantes y crocantes. Aumento de peso Las siguientes medidas tal vez ayuden a los pacientes de cáncer a prevenir el aumento de peso: Consuma muchas frutas y vegetales. Consuma alimentos ricos en fibra, como panes, cereales y pastas integrales. Escoja carnes magras, como la carne de res magra, la carne de cerdo sin grasa o la carne de aves (como pollo o pavo) sin piel. Escoja productos lácteos bajos en grasa. Coma menos grasa (ingiera solo cantidades pequeñas de mantequilla, mayonesa, postres y alimentos fritos). Cocine con métodos bajos en grasa como asar, cocinar al vapor, asar a la parrilla o a la brasa. Ingiera menos sal. Coma alimentos que disfrute y lo hagan sentir satisfecho. A un paciente que no logra consumir por la boca la cantidad apropiada de calorías y nutrientes tal vez se le alimente mediante uno de los siguientes métodos: Nutrición enteral: los nutrientes se administran a través de una sonda que se coloca dentro del estómago o los intestinos. Nutrición parenteral: los nutrientes se infunden en el torrente sanguíneo. El apoyo nutricional puede mejorar la calidad de vida de un paciente durante el tratamiento del cáncer, pero a veces causa problemas que se deben considerar antes de tomar la decisión de usarlo. La nutrición enteral proporciona al paciente nutrientes líquidos (fórmula) a través de una sonda que se coloca en el estómago o el intestino delgado. Hay distintos tipos de sondas de alimentación: La sonda nasogástrica se introduce por la nariz y se pasa hacia abajo por la garganta hasta el estómago o el intestino delgado. Esta sonda se usa cuando la nutrición enteral es necesaria solo por pocas semanas. La sonda de gastrostomía se coloca en el estómago o se introduce una sonda de yeyunostomía en el intestino delgado a través de una abertura en la parte exterior del abdomen. En general, esta sonda se usa para administrar la nutrición enteral por un tiempo largo o cuando no es posible colocar una sonda por la nariz y la garganta. El tipo de fórmula que se usa depende de las necesidades específicas del paciente. Hay fórmulas para pacientes con afecciones especiales, como la diabetes, o que tienen otras necesidades, como regímenes de alimentación determinados por la religión o aspectos culturales. La nutrición parenteral se usa cuando el paciente no se puede alimentar por la boca ni con alimentación enteral. La nutrición parenteral no usa el estómago ni los intestinos para la digestión de los alimentos. Los nutrientes se administran de manera directa en la sangre del paciente a través de un catéter que se introduce en una vena. Estos nutrientes incluyen proteínas, grasas, vitaminas y minerales. El catéter se coloca en una vena del tórax o el brazo. Se coloca un catéter central de acceso venoso debajo de la piel y se dirige hacia una vena grande de la parte superior del tórax. Un cirujano se encarga de colocar el catéter. Este tipo de catéter se usa cuando es necesaria la alimentación parenteral durante un tiempo largo. Se coloca un catéter venoso periférico en una vena del brazo. El catéter venoso periférico solo lo debe colocar el personal médico capacitado. Por lo general, este tipo de catéter se usa cuando la nutrición parenteral se administra por poco tiempo en pacientes sin un catéter central de acceso venoso. Se examina el paciente a menudo para determinar si tiene infección o sangrado en el lugar donde el catéter entra en el cuerpo. Dietas Es posible que los pacientes de cáncer prueben regímenes de alimentación o dietas especiales para hacer que el tratamiento funcione mejor, prevenir efectos secundarios del tratamiento o tratar el cáncer en sí. Sin embargo, para la mayoría de las dietas especiales, no hay pruebas que demuestren que funcionan. Dieta vegetariana o vegana No se sabe si seguir una dieta vegetariana o vegetariana estricta (vegana) ayuda a aliviar los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer o el pronóstico del paciente. Si el paciente ya sigue una dieta vegetariana o vegana, no hay datos probatorios que demuestren que debe cambiar su alimentación. Dieta macrobiótica Una dieta macrobiótica es una alimentación a base de plantas, con muchos carbohidratos y pocas grasas. No hay estudios en los que se demuestre que este tipo de alimentación ayuda a los pacientes de cáncer. Dieta cetógena En una dieta cetógena se limitan los carbohidratos y se aumenta el consumo de grasas. El objetivo de esta dieta es disminuir la cantidad de glucosa (azúcar) que las células tumorales pueden usar para madurar y multiplicarse. Es una dieta muy difícil de mantener porque se necesitan cantidades exactas de grasas, carbohidratos y proteínas. No obstante, la dieta no es perjudicial. Algunos pacientes de cáncer consumen suplementos alimentarios. Un suplemento alimentario es un producto que se añade a la alimentación. Por lo general se toma por la boca, y a menudo tiene varios ingredientes nutricionales. Los pacientes de cáncer quizás consuman suplementos nutricionales para aliviar los síntomas o tratar el cáncer. Vitamina C La vitamina C es un nutriente que el cuerpo necesita en cantidades pequeñas para funcionar y mantenerse sano. Ayuda a combatir infecciones, cicatrizar heridas y mantener la salud de los tejidos. La vitamina C se encuentra en las frutas y los vegetales. También se consume como suplemento alimentario. Probióticos Los probióticos son microorganismos vivos que se usan como suplementos alimentarios para ayudar a la digestión y al funcionamiento intestinal normal. También ayudan a mantener el tubo digestivo sano. En los estudios se observó que consumir probióticos durante la radioterapia y la quimioterapia tal vez sirva para prevenir la diarrea que causan estos tratamientos. Esto aplica para los pacientes que reciben radioterapia dirigida al abdomen. Es posible que los probióticos ayuden a los pacientes de cáncer que reciben radioterapia dirigida al abdomen o quimioterapia que se sabe produce diarrea. De la misma manera, en los estudios se evalúan posibles beneficios de tomar probióticos para los pacientes con cáncer que reciben inmunoterapia. Melatonina La melatonina es una hormona producida en la glándula pineal (un órgano diminuto ubicado cerca del centro del encéfalo). La melatonina ayuda a controlar el ciclo de sueño del cuerpo. También se produce en el laboratorio y se consume como suplemento alimentario. En varios estudios pequeños se observó que quizás sea beneficioso tomar un suplemento de melatonina durante la quimioterapia o la radioterapia para el tratamiento de tumores sólidos. Esto a veces disminuye los efectos secundarios del tratamiento. Al parecer, la melatonina no tiene efectos secundarios. Glutamina oral La glutamina oral es un aminoácido que se estudia para el tratamiento de la diarrea y la mucositis (inflamación del revestimiento del aparato digestivo, que a menudo se observa como úlceras en la boca) causadas por la quimioterapia o la radioterapia. La glutamina oral quizás ayude a prevenir la mucositis o disminuya su gravedad. Los pacientes de cáncer que reciben radioterapia dirigida al abdomen tal vez se beneficien al tomar glutamina oral. La glutamina oral puede disminuir la gravedad de la diarrea. Esto ayuda a los pacientes a continuar con su plan de tratamiento.