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Te has preguntado ¿por qué, a pesar de tener una gran idea o propósito, no logras
concretar tus metas? ¿Por qué tus proyectos no tienen el impacto esperado? ¿Por qué
las actividades que realizaste no tienen efectos en el futuro? Es porque te hace falta
planeación.
¿Tienes una fantástica idea o proyecto que quieres hacer realidad? Entonces no puede
faltarte un plan de acción. Utilizar correctamente las herramientas a tu disposición
puede significar el éxito rotundo de tu proyecto.
Desarrollar una gran idea siempre implica un gran esfuerzo, por eso es imprescindible
que realices el mejor seguimiento, teniendo una guía al alcance.
Además, es claro que dejar ideas en el aire no te llevará a los resultados esperados, por
eso debes implementar una estrategia eficaz, que te ayude a encaminar los proyectos a
tus metas.
Recuerda, una buena planificación trae consigo resultados favorables. Trazar los
objetivos de forma concreta y práctica es sin duda uno de los principales factores en el
desarrollo de un plan.
Pero ¿qué es un plan de acción? Es una fantástica herramienta de gestión que será la
pieza clave para el correcto funcionamiento de tu proyecto, pues identifica un problema
o situación, un objetivo y una solución.
Por lo tanto, una vez que traces un plan de acción, este se convertirá en la guía perfecta
para dar continuidad a tus actividades y lograr la consecución de las metas propuestas,
haciendo de tu idea un éxito en el futuro.
Así como un antiguo reloj depende del correcto funcionamiento de un engranaje, tu plan
de acción cuenta, con lujo de detalle, todas las acciones y actividades que son
necesarias para que tu producto o idea sean llevadas a cabo a la perfección.
Dentro de este proceso se designan actividades y espacios, los cuales producen una
gran cadena y establecen relaciones o vínculos. Por ejemplo, se designan tareas, se
identifican los recursos disponibles, además de ofrecer una imagen esquematizada del
proceso, entre muchas otras tareas.
Principalmente responderá a cuatro preguntas: Qué, quién, cuándo, y cómo o con qué.
Es decir, qué acción es necesaria y por qué, quién es el responsable de llevarla a cabo,
cuándo se realizará y cómo o con qué recursos o materia.
Una vez que has trazado la meta, debes establecer el tiempo que tardarás en alcanzarla,
de nuevo, es importante que seas realista y te propongas un lapso de tiempo razonable.
Los indicadores son marcadores que nos permiten dar retroalimentar la efectividad del
plan de acción. Estos se crean a partir de la relación entre los atributos y componentes,
es decir, ¿es pertinente, confiable y preciso? Siempre desde la vista de la meta.
Un indicador propone una forma de control útil y ágil para mejorar procesos, reducir
costos, buen funcionamiento de la administración, entre otros. Siempre serán decididos
durante la planeación, aunque realmente es en la ejecución donde se observa su
funcionamiento.
Durante esta tarea se espera un registro e informe de manera constante acerca de los
procesos realizados y el cómo. ¿Se hizo en tiempo y en forma? ¿Hubo algún error?
¿Cumple su propósito? Esta evaluación es importante ya que podría esclarecer la
necesidad de una reestructuración.