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SENTID
Desde sus inicios, el ser humano ha contado con medios para adaptarse a su entorno. Dispone
de herramientas biológicas que tiene integradas a su cuerpo y le permiten reaccionar. Estos
OS
medios son los sentidos. Sentido es la capacidad para percibir estímulos internos y externos
mediante el empleo de órganos específicos. Cada sentido está formado por un grupo de
células especializadas que detectan sensaciones por medio de receptores. Por lo general, se
considera que los seres humanos contamos con cinco sentidos los cuales son:
1- GUSTO
2- OÍDO
3- OLFATO
4- TACTO
5- VISTA
Los cinco sentidos clásicos:
GUSTO:
El gusto es uno de los 5 sentidos del ser humano. Es la capacidad de detectar
sustancias a través de los receptores gustativos, el sentido corporal que
permite la detección de sustancias químicas disueltas en la boca,
procedentes generalmente de los alimentos. El sentido del gusto depende de
la estimulación de los botones gustativos, los cuales se encuentran en las
papilas gustativas situadas en la lengua, órgano musculoso ubicado dentro
de la boca o cavidad oral. El sabor se define como la sensación que causa un
alimento u otra sustancia al introducirse en la boca. En el sabor influye el
sentido del gusto, pero también el olfato y la textura. [cita requerida] Los
sabores primarios conocidos con los que se identifica a los alimentos son
dulce, salado, ácido y amargo, a los que desde principio de siglo se ha
añadido el umami ("sabroso", en japonés). El gusto se percibe por el contacto
de las sustancias químicas solubles con los quimiorreceptores situados
principalmente en la lengua. El sentido del gusto puede considerarse una
fuente de placer, pero su función consiste en permitir seleccionar aquellas
sustancias más adecuadas para la nutrición y evitar en gran medida las que
pueden representar un peligro para la vida por ser tóxicas o por encontrarse
en estado de descomposición.
ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DEL GUSTO:
El sentido del gusto es posible gracias a los botones gustativos, también
llamados corpúsculos gustativos. En un adulto humano existen alrededor de
10 000, la mayor parte de los cuales se encuentran en la superficie de la
lengua. Cada botón gustativo tiene forma ovalada y está constituido por un
conjunto de células, entre las cuales se encuentran las células gustativas que
disponen de cilios que entran en contacto con las sustancias disueltas en la
boca por la saliva. Los botones gustativos se agrupan en estructuras mayores
llamadas papilas gustativas que son las que proporcionan a la lengua una
superficie rugosa. cuando una sustancia se disuelve en la saliva y entran en
contacto con la membrana celular de las células gustativas, se produce la
liberación de moléculas neurotransmisoras que desencadenan impulsos
nerviosos que se transmiten al cerebro principalmente a través del nervio
facial y glosofaríngeo.
PAPILAS GUSTATIVAS:
Las papilas gustativas se encuentran en la superficie de la lengua y le dan a
este órgano un aspecto rugoso. Cada papila contiene numerosos botones
gustativos, que son receptores sensoriales que reciben y transducen una
señal química en un potencial de acción. Para que las papilas sean
estimuladas, las sustancias deben diluirse en la saliva y así entrar en contacto
con la membrana de las células sensoriales. Según su forma, se distinguen
cuatro tipos de papilas:
-Papilas fungiformes: tienen forma de hongo y se encuentran distribuidas en
la parte anterior del dorso y bordes laterales de la lengua. Hay hasta 5
botones gustativos por papila fungiforme que suelen estar ubicados en la
parte superior de la papila.
-Papilas circunvaladas o caliciformes: tienen bases de forma de cáliz o copa y
se distribuyen cerca de la base de la lengua formando una V. Las grandes
papilas circunvaladas contienen cada una hasta 100 botones gustativos.
-Papilas filiformes o cónicas: tienen forma de filamento y se encuentran en la
punta y bordes laterales de la lengua. A diferencia de las papilas fungiformes
y caliciformes no tienen función gustativa y carecen de botones gustativos,
solamente son receptores táctiles y captan la temperatura.
-Papilas foliáceas o foliadas: Su forma recuerda la hoja de un árbol. Se
encuentran a ambos lados en la región posterior de la lengua.
BOTONES GUSTATIVOS:
Los botones gustativos son corpúsculos sensoriales para el gusto que se
encuentran en las papilas gustativas. Tienen forma ovoide, cada uno de ellos
está constituido por 3 tipos de células, células basales, células de sostén y
células receptoras gustativas. Estas últimas hacen conexión sináptica con las
fibras nerviosas sensoriales y disponen de microvellosidades receptoras que
se proyectan hacia el poro gustativo, un orificio en el epitelio lingual. Los
cuellos de estas células se encuentran conectados entre sí de manera que la
única parte del receptor gustativo que está expuesta a los líquidos de la
cavidad oral es la corona apical de microvellosidades. Cada botón gustativo
está inervado por cerca de 50 fibras nerviosas y a la inversa cada fibra
nerviosa recibe información en promedio de 5 botones gustativos. Las células
basales tienen su origen en las células epiteliales que rodean los botones
gustativos; estas células se diferencian en nuevas células receptoras y los
receptores antiguos son remplazados continuamente con un periodo
aproximadamente diez días. En el ser humano los botones gustativos se
localizan principalmente en las papilas fungiformes y circunvaladas de la
lengua, existen algunos en el paladar blando, cara interna de las mejillas,
faringe y epiglotis.
VÍAS GUSTATIVAS:
Las fibras nerviosas sensoriales que provienen de los botones gustativos de
los tercios anteriores de la lengua viajan por la cuerda timpánica, que es una
rama del nervio facial; mientras que las que provienen del tercio posterior
llegan al tallo cerebral por el nervio glosofaríngeo y las fibras de otras áreas
distintas de la lengua llegan a través del nervio vago. En ambos lados, las
fibras de estos tres nervios se unen en el núcleo del fascículo solitario en el
bulbo raquídeo; ahí estas fibras hacen sinapsis con neuronas de segundo
orden; luego termina en los núcleos de relevo sensoriales específicos del
tálamo, junto con fibras que llevan información de contacto, dolor y
temperatura. Desde aquí, los impulsos son conducidos al área de proyección
cortical para el gusto, situada en la base de la circunvalación poscentral del
cerebro.
OÍDO
OÍDO MEDIO
El oído medio es una cavidad llena de aire que está separada por el tímpano
del conducto auditivo externo y entra en comunicación con el oído interno a
través de dos pequeños orificios: la ventana oval y la ventana redonda. En el
interior del oído medio se encuentra una cadena de huesecillos unidos entre
sí por articulaciones de tipo sinovial, son los huesos más pequeños del
cuerpo y reciben el nombre de martillo, yunque y estribo. El oído medio está
conectado con la nasofaringe por un conducto de reducidas dimensiones que
se llama trompa faringotimpánica o trompa de Eustaquio.
El tímpano o membrana timpánica es de aspecto transparente y
separa a la cavidad timpánica del conducto auditivo externo. Tiene
forma oval y un diámetro de alrededor de 1 cm. En la membrana
timpánica se diferencian dos porciones; la Pars Tensis o porción tensa
(o estirada) y la Pars Laxus o porción laxa. Se compone de tres capas:
-Capa intermedia: compuesta por un tejido fibroconectivo conformado en
semitotalidad a la membrana timpánica, compuesta por colágena además
de fibras elásticas y fibroblastos.
-Estrato córneo: es piel que recubre la superficie exterior de la membrana
timpánica careciendo de pelos y glándulas, compuesta por epidermis que se
posa sobre una capa de tejido conectivo subepidermiana.
-Mucosa: reviste a la superficie interior de la capa intermedia de tejido
conectivo, con un epitelio de características plano simple.
La cavidad timpánica es un pequeño espacio lleno de aire que está
ubicado en el hueso temporal, en su interior se encuentra una cadena
de huesecillos que transmiten las vibraciones generadas en el tímpano
al oído interno. Está recubierta por mucosa y una lámina epitelial de
tipo plano simple en su parte posterior, pero en el anterior se aprecia
un epitelio de tipo cilíndrico ciliado pseudoestratificado con células
caliciformes. La cavidad timpánica, también llamada caja timpánica,
está formada por 6 paredes, una externa que corresponde a la
membrana timpánica, una pared interna que está en relación con el
promontorio, una pared posterior que comunica con la mastoides, una
pared anterior que comunica a través de la trompa de Eustaquio la
nasofaringe, una pared superior o techo y una inferior relacionada con
la vena yugular, todos estos detalles son importantes en la cirugía de
oído medio.
Los huesecillos del oído son tres diminutos huesos denominados
martillo, yunque y estribo, en algunos textos se citan cuatro huesos al
considerar la apófisis lenticular del yunque como hueso
independiente. Las vibraciones generadas en el tímpano se transmiten
mediante la cadena de huesecillos desde la membrana timpánica
hasta la ventana oval. En la ventana oval la cabeza del estribo presiona
sobre el fluido contenido en el oído interno; de esta forma el tímpano
y la cadena de huesecillos actúan como un mecanismo que transforma
las vibraciones del aire en vibraciones del fluido.7
La trompa de Eustaquio pone en comunicación la cavidad timpánica
con la nasofaringe, mide en el ser humano adulto unos 4 cm de largo.
Se compone de una porción ósea y otra cartilaginosa, posee una
lámina epitelial compuesta por epitelio nasofaríngeo o epitelio
cilíndrico ciliado pseudoestratificado con abundantes células
caliciformes. Sirve para igualar la presión a ambos lados del tímpano.
OÍDO INTERNO:
El oído interno o laberinto está ubicado en el seno del hueso temporal del
cráneo. Existe un laberinto óseo y un laberinto membranoso. El laberinto
óseo no es más que la cápsula ósea que rodea al laberinto membranoso, y
este último consiste en un sistema de conductos huecos que contiene en su
interior un líquido que se llama endolinfa. En el espacio que queda entre el
laberinto óseo y el laberinto membranoso se encuentra la perilinfa.
El oído interno se divide en dos porciones diferenciadas. La primera está
destinada al mantenimiento del equilibrio y se encuentra formada por el
vestíbulo y los conductos semicirculares. La segunda tiene como función la
audición y está constituida por la cóclea o caracol.8 El vestíbulo se divide en
dos sectores que se llaman utrículo y sáculo, mientras que la cóclea o caracol
contiene el órgano de Corti responsable de transformar la energía mecánica
de las ondas sonoras en impulsos eléctricos que posteriormente se
transmiten al cerebro a través del nervio auditivo o nervio vestíbulococlear.
ANATOMÍA:
El sentido del olfato, se asocia en el habla cotidiana con la nariz, pero más
exactamente está relacionado con las fosas nasales que se encuentran detrás
de ella.
El esqueleto de la nariz se compone de hueso y cartílago hialino. El tabique
nasal óseo divide la nariz y la fosa nasal derecha de la izquierda, este tabique
está conformado por la lámina perpendicular del hueso etmoides que forma
la parte superior y el hueso vómer que forma la porción posteroinferior.
El área olfatoria de la mucosa olfatoria,1 antiguamente llamada pituitaria
amarilla, corresponde a la mucosa de la porción superior de cada fosa nasal y
contiene el epitelio olfativo.
Los dos nervios olfatorios se originan en las dendritas de las neuronas
receptoras olfativas y se dirigen luego de un trayecto de pocos milímetros,
hacia adentro del cráneo, al bulbo olfatorio del cerebro.2Los axones de las
células olfativas entran en el cráneo, a través de micro-orificios ubicados en
la lámina cribosa del etmoides y alcanzan el bulbo olfatorio, situado en la
región anterior del cerebro. Estos axones finalizan en las estructuras
llamadas glomérulos olfatorios, pequeñas terminaciones de células olfativas
de forma esférica donde se procesan las señales aromáticas que luego son
conducidas por células receptoras especiales.
La información llega al sistema límbico y al hipotálamo, regiones cerebrales
filogenéticamente muy antiguas que son fundamentales en el procesamiento
de la memoria y la información emocional. A través de otras conexiones, la
información olorosa alcanza la corteza cerebral en las regiones temporal y
frontal, con lo que se vuelve consciente.3
RECEPTORES OLFATORIOS:
Los receptores olfatorios se encuentran en el bulbo olfatorio. La mucosa que
recubre el interior de las fosas nasales se llamaba antiguamente pituitaria y
se dividía en: la inferior recibía el nombre de pituitaria roja y la mucosa
superior o pituitaria amarilla. Esta última es la región responsable del sentido
del olfato y cuenta con células especializadas que contienen receptores
olfatorios.
Para estimular los receptores olfatorios es necesario que las sustancias sean
volátiles, han de desprender vapores que puedan penetrar en las fosas
nasales, y que sean solubles en agua para que se disuelvan con la mucosidad
y lleguen a las neuronas receptoras olfativas. Estas transmiten un impulso
nervioso al bulbo olfatorio y de este a los centros olfatorios de la corteza
cerebral, que es donde se interpreta la sensación de olor.
El genoma de los animales mamíferos contiene una gran cantidad de genes
relacionados con la olfacción. Cada uno de ellos codifica una proteína que
actúa como receptor específico de una sustancia odorífera. Se cree que un
mamífero puede expresar alrededor de 1000 receptores diferentes de este
tipo, por lo que la familia de proteínas que actúan como receptores
odoríferos es una de las mayores en el genoma. El reconocimiento de un olor
determinado viene dado por la estimulación simultánea de varios receptores,
por lo que el número de posibles combinaciones es enorme.4 5 En 1991 se
descubrieron los primeros genes de las proteínas receptoras del olor. Estas
moléculas receptoras residen en la membrana de células sensoriales, que
retienen un aroma y envían el mensaje correspondiente al cerebro a través
de una cadena de reacciones químicas. En 1996 fue caracterizado el primer
receptor olfativo humano.
Se han realizado numerosos intentos para clasificar los diferentes olores que
el ser humano es capaz de detectar. En una de las más recientes se
establecen 10 categorías básicas: fragante/floral, leñoso/resinoso, frutal no
cítrico, químico, mentolado/refrescante, dulce, quemado/ahumado, cítrico,
podrido y acre/rancio. No obstante probablemente ninguna de las
clasificaciones realizadas sea satisfactoria, dado que en realidad los aromas
que percibimos son la suma de una mezcla de diferentes olores primarios,
cada uno de los cuales corresponde a una sustancia química diferente con
una fórmula concreta. El número de olores primarios es altísimo y está
determinado por la existencia de receptores celulares específicos para cada
uno de ellos.
TACTO:
El sentido del tacto es aquel que permite a los organismos de percibir
cualidades de los objetos y medios como la presión, temperatura, textura y
dureza. En la piel se encuentran diferentes clases de receptores nerviosos
que se encargan de transformar los diferentes tipos de estímulos del exterior
en información susceptible para ser interpretada por la mano. La piel se
divide en tres capas: epidermis, que es la capa superficial, la dermis y la
hipodermis que es la capa más profunda. La epidermis está constituida por
tejido epitelial y en su estrato basal o germinativo encontramos la
denominada melanina, que es el pigmento que da color a la piel, y la dermis
por tejido conjuntivo. En esta capa encontramos los anejos cutáneos que son
las glándulas sebáceas, las glándulas sudoríparas, el pelo y las uñas y la
hipodermis formada por tejido conjuntivo adiposo. Debemos tener en cuenta
que, aunque principalmente el sentido del tacto se encuentra en la piel,
también lo encontramos en las terminaciones nerviosas internas del
organismo, pudiendo percibir los altos cambios de temperatura o el dolor.
Por lo que es el más importante de los cinco sentidos permitiéndonos
percibir los riesgos para nuestra salud tanto internos como externos. La parte
que gobierna el tacto en el cerebro es el lóbulo parietal.
VISIÓN:
Se llama visión a la capacidad de interpretar el entorno gracias a los rayos de
luz que alcanzan al ojo. La visión o sentido de la vista es una de las principales
capacidades sensoriales de los humanos y de muchos otros animales. El Día
Mundial de la Visión se celebra el segundo jueves del mes de octubre.
RETINA:
La retina posee diez capas. La luz debe atravesar casi todas estas capas para
llegar hasta donde se ubican los conos y los bastones, que son las células
especializadas en la recepción de los estímulos visuales y de la
transformación de estas señales en impulsos nerviosos que a través del
nervio óptico llegaran al cerebro para ser procesados y construir imágenes,
formas, colores y movimientos.
La retina posee una compleja red de neuronas. Los conos y los bastones
próximos a la coroides establecen sinapsis con las células bipolares y estas
con las ganglionares, cuyos axones convergen y salen del ojo para conformar
el nervio óptico. El nervio óptico sale del globo ocular en la zona posterior del
ojo junto con los vasos retinianos en un punto conocido como papila óptica,
en donde no existen receptores visuales, por lo que constituye un punto
ciego.
Por el contrario, también existe un punto con mayor agudeza visual
localizado cerca del polo posterior del ojo, denominada mácula lútea, de
aspecto amarillento, y en la cual se encuentra la fóvea central, que es una
pequeña porción de la retina carente de bastones pero con mayor densidad
de conos. Al fijar la atención visual en un objeto determinado, la luz del
objeto se hace incidir sobre la fóvea, que es lugar de la retina con máxima
sensibilidad.
CÉLULAS RECEPTORAS:
Las células receptoras son los conos y los bastones. Los conos se relacionan
con la visión en colores y la visión diurna, y los bastones con la visión
nocturna. En el ojo humano existen más de 120 millones de bastones y cerca
de 6 millones de conos.
Cada bastón se divide en un segmento externo y uno interno, el que a su vez
posee una región nuclear y una región sináptica
En el segmento externo se encuentran unos discos que contienen
compuestos fotosensibles en sus membranas, que responden a la luz y
provocan una serie de reacciones que inician potenciales de acción.