Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Túnica mucosa.
Túnica submucosa.
Túnica muscular.
Los tramos del tubo digestivo que se encuentran por debajo del diafragma
presentan una cuarta capa, de naturaleza serosa, que rodea externamente a la
capa muscular y está formada por el peritoneo.
b) Glándulas anejas al tubo digestivo que están situadas fuera de dicho tubo,
pero vierten en él los jugos digestivos que producen a través de canales
secretores. Estas glándulas son: glándulas salivales, hígado y páncreas.
1. Boca
Pared anterior: está constituida por los labios, que son dos repliegues
musculofibrosos, uno superior y otro inferior. Ambos se unen en sus
extremos para formar las comisuras de los labios (derecha e izquierda).
Al estar unidos entre sí circunscriben un orificio llamado orificio bucal,
que puede abrirse y cerrarse; cuando está cerrado no es más que una
hendidura transversal denominada hendidura bucal. Los labios están
compuestos por cuatro capas superpuestas; de delante a atrás son: la piel,
la capa muscular, la capa submucosa que contiene en toda su extensión
las denominadas glándulas labiales y la capa mucosa.
Pared inferior: está formada, en su mayor parte, por la lengua y por una
estructura muscular sobre la que se asienta este órgano, denominada
suelo de la boca.
Pared superior: está constituida por la bóveda palatina o paladar duro,
que está formado por un esqueleto óseo recubierto en su parte inferior
por la mucosa bocal.
Boca propiamente dicha: está limitada por delante y a los lados por
las encías y los dientes.
La lengua está tapizada en su mayor parte por la mucosa lingual, que presenta
en su superficie unas pequeñas elevaciones llamadas papilas linguales.
Existen fundamentalmente tres tipos: papilas caliciformes, papilas
fungiformes y papilas filiformes. Formando parte de las papilas gustativas
se encuentran los botones gustativos o corpúsculos del gusto; éstos no se
hallan en todas ellas, sino únicamente en dos variedades: calciformes y
fungiformes, que se encuentran distribuidas por la punta de la lengua, bordes
y cara dorsal; por ello en estas zonas está localizado el sentido del gusto.
Las células gustativas son quimiorreceptoras y, por tanto, son estimuladas por
sustancias químicas, pero éstas se deben encontrar disueltas; de esta misión se
encarga la saliva, que al disolver los alimentos permite que se aprecie su
sabor.
3. Faringe
La laringe está constituida por tres capas que, de dentro a fuera son:
Capa mucosa.
Capa fibrosa.
Capa muscular, que está formada por dos láminas de músculo
estriado. La lámina externa está constituida por fibras circulares y la
interna por fibras longitudinales.
4. Esófago
La capa muscular del esófago está constituida por dos tipos de fibras: fibras
externas o longitudinales y fibras internas o circulares. Histológicamente la
capa muscular del esófago se compone de músculo estriado y de músculo
liso. El tercio superior está formado por fibras estriadas, tanto en la capa
circular como en la longitudinal. Los dos tercios inferiores están constituidos
por fibras lisas. La musculatura del esófago lleva a cabo una serie de
movimientos contráctiles en forma de onda que tienen como finalidad
impulsar el bolo alimenticio hacia el estómago y reciben el nombre de
movimientos peristálticos.
Las lesiones del esófago, recorren toda la gama patológica; desde los cánceres
con mortalidad alta hasta los trastornos neuromusculares, inflamaciones y
anomalías vasculares que amenazan en menor modo la vida.
a) Lesiones inflamatorias del esófago
Son hallazgos muy frecuentes en las autopsias, pero es raro que sean
causa de sintomatología clínica. La mayor parte de los casos representa
cambios de la mucosa que aparecen en los últimos días de vida y que
posiblemente manifiestan la debilidad intensa del trastorno de regulación
de los esfínteres, en la unión cardioesofágica. Se advierte inflamación de
importancia clínica en diversas circunstancias dependiendo de la
intensidad y de la causa. Pueden llegar incluso a producir la muerte.
Las varices esofágicas sea cual sea la causa que produce un aumento de la
vena porta, va a provocar que se origine una inversión del flujo venoso
retrocediendo la sangre a las venas coronarias y de ahí a las venas
esofágicas. Esto produce una dilatación de las venas del esófago
“varices”. Las causas del aumento de presión a nivel de la vena porta la
produce la cirrosis.
Macroscópicamente, se aprecian venas dilatadas y tortuosas. Cuando se
rompen como consecuencia de erosiones a ese nivel o por la acción de
ácido clorhídrico producen hemorragias muy intensas que generalmente
ponen en peligro la vida del paciente.
d) Otros trastornos
e) Tumores esofágicos
5. Estómago
El estómago es una bolsa muscular que presenta dos orificios: el cardias, que
lo comunica con el esófago y el píloro, que lo comunica con el intestino
delgado. Este último orificio está rodeado por un esfínter muscular llamado
esfínter pilórico; cuando este esfínter se relaja se abre el orificio pilórico, y
cuando se contrae, se cierra. Por lo tanto, su misión es regular el paso de
alimentos del estómago al intestino.
Cuerpo del estómago: está situado debajo del fondo, tiene forma de
cilindro aplastado y representa la mayor parte del estómago.
a) Gastritis
Infecciones graves.
Accidentes cerebrovasculares.
Una úlcera péptica es una herida bien definida, circular u oval, causada
porque el revestimiento del estómago o del duodeno ha sido lesionado o
erosionado por los ácidos gástricos o los jugos duodenales. Cuando la
úlcera es poco profunda recibe el nombre de erosión.
6. Intestino delgado
Por tanto, en la segunda porción del duodeno se vierte la bilis procedente del
hígado y el jugo pancreático procedente del páncreas.
Las vellosidades presentan una capa periférica formada por un epitelio que es
igual al del resto de la mucosa intestinal que es igual al del resto de la mucosa
intestinal; se halla constituido por dos tipos de células: las células cilíndricas,
que son responsables de la absorción, y las células caliciformes, que secretan
un mucus que se deposita sobre la mucosa intestinal y la protege. Las células
cilíndricas presentan en su superficie una serie de pequeñas prolongaciones
que constituyen un ribete en forma de cepillo y son las denominadas
microvellosidades; éstas miden aproximadamente 1 mm de longitud. La parte
central de la vellosidad contiene un vaso sanguíneo y un vaso linfático;
también presenta fibras musculares lisas que son las responsables de los
movimientos de las vellosidades.
a) Anomalías congénitas
b) Lesiones vasculares
d) Síndromes de malabsorción
Los trastornos que impiden una adecuada emulsión de los alimentos con
el jugo gástrico y con las enzimas digestivas pueden interferir con la
digestión. Tal emulsión inadecuada puede ocurrir en personas a las que se
les ha extirpado parte del estómago. En algunos trastornos el cuerpo
produce una escasa cantidad de enzimas, las cuales son necesarias para la
digestión
SÍNTOMAS DE LA DEFICIENCIA DE NUTRIENTES
Nutriente Síntomas
Hierro Anemia
e) Neoplasias del ID
7. Intestino grueso
Las paredes del intestino grueso no son lisas, sino que presentan unas
dilataciones llamadas “haustras”, separadas entre sí por unos surcos; a éstos
se les denomina válvulas semilunares.
Las fibras circulares son más profundas que las anteriores y se disponen
perpendicularmente a ellas formando un plano continuo.
Tenesmo rectal.
Anorexia.
Astenia.
Fiebre.
Al explorar al enfermo aparece dolor a la palpación abdominal. Se debe
realizar un tacto rectal.
Datos de laboratorio:
Aumento de la VSG.
Déficit de electrolitos.
Ausencia de haustras.
Presencia de úlceras.
Presencia de pseudopólipos.
Datos endoscópicos: la sigmoidoscopia y la colonoscopia permiten
visualizar las lesiones anatomopatológicas. El estudio se completa con
biopsia.
Cáncer vegetante
Cáncer ulcerante
Dolor abdominal.
Astenia.
Anorexia.
En la exploración física del enfermo se puede palpar una masa
abdominal. Se debe practicar un tacto rectal.
Datos de laboratorio:
Aumento de la VSG.
Anemia hipocrómica.
c) Hemorroides
Parótidas
Son las más voluminosas. Situadas detrás de la rama ascendente del maxilar
inferior, junto al conducto auditivo externo. Los conductos excretores de estas
glándulas reciben el nombre de conductos de Stenon; cada uno de ellos
desemboca junto al segundo molar superior.
Submaxilares
Se encuentran situadas junto a la cara interna del maxilar inferior, por delante
del ángulo de la mandíbula. Sus conductos excretores son los conductos de
Wharton; cada uno de ellos desemboca a un lado del frenillo de la lengua.
Sublinguales
Son de menor volumen. Están situadas en el suelo de la boca a cada lado del
frenillo de la lengua y cubiertas por la mucosa bucal. Presentan varios
conductos excretores denominados conductos sublinguales (rivinus), que
desembocan en el suelo de la boca.
Las glándulas salivales tienen como función secretar la saliva. Esta secreción
presenta la siguiente composición:
Agua (98%).
Mucus.
Electrolitos.
Pialina o amilasa salival; esta enzima interviene en la digestión del
glucógeno y el almidón.
a) Inflamaciones (sialoadenitis)
Sialoadenitis agudas:
Síndrome de Sjögren
Sialodenosis:
Consiste en un aumento de la glándula salival, no neoplásico y no
inflamatorio, producido por hipertrofia e hiperplasia de las células
acinares. Es un trastorno que suele afectar a la parótida, es bilateral y
crónico y no se asocia ni a fiebre ni a dolor.
Quistes:
Neoplasias benignas
Adenoma pleomórfico:
Adenoma Oncocítico:
Tumores vasculares:
Hemangioma capilar: es el tumor benigno más frecuente que
se da en niños. A veces es congénito y afecta a la parótida.
Microscópicamente está constituido por vasos finos de tipo
capilar anastomatoso entre sí, localizados entre los conductos y
acinos de la glándula. Estos tumores no se malignizan y suelen
regresar espontáneamente.
Tumores malignos
Tumores epiteliales
Carcinoma mucoepidermoide:
Carcinoma ductal:
Adenocarcinoma:
Carcinoma indiferenciado:
Tumores no epiteliales
Linfomas
Metástasis
1. Hígado
a) Alteraciones postmortem
c) Alteraciones circulatorias
Anemia: se da en sujetos que mueren por hemorragia aguda, el hígado se
caracteriza por palidez.
Infarto hepático: los infartos del hígado son poco frecuentes, quizá por
el riego sanguíneo doble que describimos. Que ocurra infarto suele
significar que había disminución del riego sanguíneo del hígado, por
obstrucción de la vena porta o por insuficiencia circulatoria. El cuadro
macroscópico es semejante al del infarto anémico en otros sitios. Cuando
hay ataque de las ramas portales, el infarto suele tomar la forma de una
zona hemorrágica pequeña, a veces llamado infarto de Zahn.
d) Necrosis e inflamaciones
e) Tumores
a) Colecistitis
4. Páncreas
Es un órgano que desarrolla una doble función ya que actúa como glándula
exocrina y endocrina.
El páncreas tiene forma alargada y se encuentra situado en la parte superior y
media del abdomen, detrás del bazo. Se extiende desde el duodeno hasta el
bazo por lo que se localiza en el epigastrio e hipocondrio izquierdo. Es un
órgano retroperitoneal, es decir, se encuentra situado detrás del peritoneo,
que tapiza su cara anterior.
Tripsina
Quimiotripsina
Carboxipeptidasa
Pancreatitis
Quistes
Tumores epiteliales
1. Anatomía
2 riñones.
2 uréteres.
La vejiga urinaria.
La uretra.
a) El riñón
El riñón es un órgano con forma de judía. Hay dos, uno a cada lado. En
su parte interna presentan una hendidura, el hilio, que es donde se
localizan las estructuras que entran o salen del riñón.
El riñón izquierdo se relaciona por arriba con el bazo, por delante con la
cola del páncreas, con el colon transverso y el ángulo cólico izquierdo.
Los uréteres son dos largos conductos formados en la pelvis renal que
descienden hasta alcanzar la vejiga urinaria. Su función es conducir la
orina del riñón hasta la vejiga.
Las paredes de los uréteres tienen tres capas. De dentro a afuera son:
Capa mucosa.
c) La vejiga
d) Uretra
Túnica mucosa.
El orificio inferior, o meato urinario, se abre por arriba del clítoris. Sus
paredes tienen dos túnicas:
2. Fisiología
Donde:
En condiciones normales:
Agua 90-95%.
Malformaciones:
Nefropatías vasculares:
Hidrofrenosis:
Tumores renales
b) Vejiga urinaria
1. Útero
Tumores uterinos:
2. Trompas y ovarios
Piosalpinx: acúmulo de pus en el interior de las trompas de Falopio.
Generalmente se trata de una inflamación ascendente o por contigüidad
(apendicitis, diverticulitis intestinal), que invade las trompas.
Cáncer de las trompas de Falopio: es el cáncer más raro de todos los del
aparato reproductor femenino. Los síntomas son un cierto malestar
abdominal y ocasionalmente una secreción acuosa teñida de sangre que
proviene de la vagina. En general, se detecta una masa de gran tamaño en la
pelvis y el diagnóstico se realiza después de su extirpación.
Teratoma: tumor mixto derivado de las tres hojas blastodérmicas con zonas
de tejido diferenciado (tumor adulto) y otras desdiferenciadas (tumor
embrionario). Es un tumor constituido por diversos tipos de tejidos, ninguno
de los cuales suele aparecer normalmente junto a los otros o en el lugar de
asiento del tumor. Se distinguen:
Alteraciones postmortem
Hemorragias suprarrenales:
Glándulas suprarrenales
El peso de las glándulas es muy importante, este peso varía según la edad.
En el nacimiento son voluminosas y pesadas en relación con el resto del
cuerpo (de 4 a 8 g). Después de los 10 a 15 años deben pesar en estado
normal de 7-8 g en la mujer y de 8-9 g en el hombre. Su color es amarillento
o pardo amarilleado. Existen tres zonas:
a) Glucocorticoides (cortisol)
Funciones fisológicas:
Aumentan la glucemia.
b) Mineralcorticoides (aldosterona)
Funciones fisiológicas:
c) Andrógenos (testosterona)
Efecto masculinizante.
2. Hormonas de la médula
a) Catecolaminas
Efectos cardiovasculares.
Efectos metabólicos.
Suprarrenales ectópicas:
Cuadro clínico
Atrofia:
Hiperfunción mineralcorticoide:
Hiperaldosteronismo primario.
Hiperaldosteronismo secundario.
Hiperfunción glucocorticoide:
Síndrome de Cushing.
Hiperfunción mineralcorticoide:
Hiperaldosteronismo primario:
Hipopotasemia:
Alcalosis metabólica.
Debilidad muscular.
Hipernatremia:
Hipertensión arterial.
Diagnóstico:
Hiperaldosteronismo secundario:
d) Hiperfunción glucocorticoide
Síndrome de Cushing
Clasificación
Independiente de ACTH
Cuadro clínico:
Gónadas
Diagnóstico:
Formas congénitas.
Formas adquiridas.
Cuadro clínico:
Diagnóstico:
Se ha de demostrar la secreción aumentada de catecolaminas mediante
los análisis hormonales correspondientes. Se pueden hacer
determinaciones en sangre y orina.
Morfología:
Morfología:
Mamas
Están formadas por 15-20 lóbulos de tejido glandular, con forma radiada. Los lóbulos
excretan en varios conductos galactóforos que confluyen en el pezón. Internamente se
ramifican disminuyendo su calibre hasta formar los llamados lobulillos (ULDT), que
contienen las células secretoras. Los conductos galactóforos se engrosan debajo de la
areola, formando los senos lactíferos. Los lobulillos de la mama en reposo están
formados por una serie de ramificaciones del conducto lobulillar terminal (ULDT), que
acaban en fondos de saco.
El drenaje de linfa del miembro superior y de la mama atraviesan los ganglios dispuestos
irregularmente en las siguientes regiones:
Pectorales, a lo largo del músculo pectoral menor.
La mama drena, en su mayor parte, a través de este sistema hasta el tronco linfático
subclavio que se une al sistema venoso en la unión de las venas subclavia y yugular
interna. La parte interna de la mama drena los ganglios paraesternales que continúan en
los vasos torácicos internos, y son mucho menos accesibles desde el punto de vista
quirúrgico. El cáncer supone un bloqueo del sistema linfático; en este caso la linfa de una
mama drena en la mama opuesta y sus ganglios o por debajo de la misma, a lo largo de la
pared abdominal inferior, hasta los ganglios inguinales.
Histología
Lobulillos de la mama: el epitelio de los componentes tubulares de la mama en reposo (no
lactante) está formado por dos capas de células:
Control hormonal
Adulto: Estrógenos
La lesión suele ser bilateral, con más presencia en una de las mamas.
Tumores de la mama
Tumores benignos
Fibroadenoma:
Es una de las lesiones más frecuentes, sobre todo en edades comprendidas entre los 20 y
los 30 años. Frecuentemente son tumoraciones de un diámetro no superior a 3 cm,
nódulos únicos y bien delimitados, de forma esférica y ovoide, que carecen de cápsula.
Adenoma tubular:
Es una variante del fibroadenoma con distinta apariencia macroscópica. Tamaño máximo 4
cm. En este tipo la proliferación se da tanto en el tejido epitelial como en el conectivo. Su
aspecto parece normal, pero sin lobulillos.
Papiloma intraductal:
Tumores malignos
Invasores (infiltrantes):
Carcinoma ductal infiltrante (sin otra especificación)
Carcinoma medular
Carcinoma tubular
La invasión local de las estructuras vecinas produce fijación del tumor, retracción del
pezón y formación de hoyuelos en la piel. Cuando existe invasión de los vasos linfáticos,
puede haber metástasis en los ganglios, lo mismo que cuando afecta a la piel; aspecto de
piel de naranja.
Vías de diseminación:
A los ganglios linfáticos de la axila, los supratabiculares o a los ganglios mamarios internos.
Pared torácica
Las alteraciones más características de la pared Torácica son:
Alteraciones morfológicas: las más frecuentes son las que afectan al esternón y como
consiguiente a la pared anterior del tórax.
Pextum excavatum o tórax embudo: se caracteriza por una concavidad posterior del
esternón cuya profundidad máxima se encuentra antes de la apófisis xifoides.
Pextum carinatum o tórax en quilla: se caracteriza por una convexidad hacia fuera del
esternón.
Pared abdominal
Patología infecciosa: a nivel de la pared distinguimos la:
Onfalitis del recién nacido o infección del cordón umbilical: los microorganismos más
frecuentes son el Staphylococcus y el Streptococcus. El proceso se manifiesta por enrojecimiento,
calor e hinchazón, acompañándose de mal estado general del recién nacido. Suele aparecer pus en
los pliegues umbilicales y puede evolucionar a peritonitis.
Onfalitis del adulto o inflamación del ombligo en el adulto: puede cursar de forma crónica y ser
benigna. Suele asociarse a una falta de higiene. No suele ocasionar peritonitis.
Los tumores benignos suponen el 60% de las neoplasias a nivel abdominal. El más frecuente es
el lipoma, seguido de los menangiomas y de los fibromas.
Los tumores malignos más frecuentes son los rabdomiosarcomas y los más generales los
sarcomas. Los más comunes son los que proceden del estómago, útero, riñón, mama y colon
sigmoide. Son secundarios o metastásicos.
Cavidades serosas
Introducción
Las serosas son tres membranas que tapizan tres estructuras:
Obtención y conservación
Se realiza solamente cuando es muy necesario para el diagnóstico y el tratamiento.
Conlleva un riesgo importante, por lo que es necesario solicitar el permiso al paciente o
familiares. La obtención la debe realizar el cirujano vascular. El paciente debe estar
sedado y se suele utilizar anestesia local.
El líquido se obtiene por aspiración con jeringa y aguja estéril, recogiéndose generalmente
tres tubos con tapón estéril. Cada uno debe contener entre 2 y 4 ml de este líquido y cada
uno tendrá unas condiciones específicas:
3er tubo: sin ningún aditivo para el análisis bioquímico, inmunológico y macroscópico.
Prevención de errores
Para que no haya errores debe realizarse el análisis lo antes posible, en especial cuando
se trata de un cultivo (2º tubo). Cuando no puede hacerse así, debe conservarse en el
frigorífico a una temperatura entre 4-8ºC; también se puede congelar.
En condiciones normales este líquido es claro, de color amarillo pálido y más bien
transparente.
En condiciones patológicas puede aparecer de color rosado o rojo debido a un derrame
hemorrágico, que puede producirse en una amplia variedad de procesos entre los que se
incluyen:
Enfermedades reumáticas.
Hay que destacar que pueda producirse el derrame hemorrágico al realizar la extracción.
En este caso el color rosado debido a la hemorragia irá disminuyendo desde el 1er tubo al
último.
Pericarditis
La inflamación del pericardio suele ser secundaria a enfermedades miocárdicas o
endocárdicas, o bien a lesiones en otros sitios que se extienden al pericardio por vía
sanguínea o linfática. La pericarditis primaria es rara.
Serosa.
Serofibrinosa.
Fibrinosa.
Supurada.
Hemorrágica.
Pericarditis crónica: no existen pericarditis crónicas sino una etapa curada de cualquiera de
las formas de inflamación pericárdica. El cuadro consiste en la formación de placas epicárdicas
(semejantes a perlas), engrosadas, no adherentes. O adherencias delgadas que reciben el nombre de
pericarditis obliterante difusa o focal según el cuadro que adopten. Normalmente no se trastorna la
función cardíaca. Las pericarditis curadas más frecuentes son: la mediastinopericarditis adhesiva y la
pericarditis constrictiva.
Los tumores secundarios son más frecuentes, suelen llegar a la serosa por extensión
directa de tumores en otras capas del corazón o en diversas estructuras del tórax, o por
diseminación metastásica de una neoplasia distante. Los tumores que más a menudo
invaden el pericardio son los linfomas de los ganglios mediastínicos o traqueobronquiales,
el carcinoma broncógeno del pulmón y los carcinomas de la mucosa esofágica. La
metástasis a distancia por vía sanguínea o linfática pueden ser de cualquier cáncer del
cuerpo.
Derrames pleurales
Como derrame pleural se entiende un aumento del líquido en el espacio pleural.
Aspirar lentamente con una jeringuilla o recoger el líquido directamente mediante goteo en
dos tubos.
Uno de los tubos debe contener un anticoagulante; éste se utilizará para el análisis
químico e inmunológico.
Al ser, la obtención de líquido pleural, una técnica invasiva es necesario el permiso por
escrito del paciente o los familiares.
Aspecto Macroscópico
Normal:
Patológico:
Piotórax o empiema. Un líquido claro y turbio puede ser debido a grandes cantidades de
leucocitos, se le denomina piotórax o empiema. Está asociado a una inflamación séptica (neumonía o
tuberculosis, etc.) o no séptica (fiebre reumática).
Quilotórax. Un líquido pleural con aspecto lechoso debido a la presencia de grasa que se
denomina quilotórax. Puede aparecer en una hiperlipemia de un enfermo con insuficiencia hepática o
renal.
Patología de la pleura
Pleura: vamos a diferenciar la patología secundaria de la primaria pleural.
Patología secundaria
Es la más frecuente y normalmente está localizada a nivel del pulmón.
Pleuritis hemorrágicas: los exudados hemorrágicos son raros y su origen suele estar
relacionado con las alteraciones de la coagulación de la sangre y con la metástasis neoplásica de la
cavidad pleural.
Tumores pleurales
Las peritonitis bacterianas secundarias (secundaria a una apendicitis, una perforación del
intestino…)
Cirrosis hepática.
Hepatomas.
Insuficiencias renales.
Se introduce un catéter de diálisis peritoneal, a través de una pequeña incisión entre las
dos hojas del peritoneo. La aspiración del líquido se realiza con jeringuilla o se puede
obtener también mediante goteo.
El primer tubo debe de contener anticoagulante; éste se utilizará para el análisis citológico y
microbiológico.
Cada uno de los tubos debe contener, por lo menos, 1 ml de líquido ascítico.
Transporte y conservación
Llevar inmediatamente al laboratorio con cuidado de no verter. Si no se va a realizar
inmediatamente el análisis se puede refrigerar entre 4-8ºC.
Prevención de errores
Para evitar que se produzcan deben considerarse cuidadosamente las indicaciones a la
hora de extracción de la muestra. Una vez extraída ésta debe remitirse rápidamente al
laboratorio y a continuación seguir las técnicas correctamente para la buena identificación
de los resultados.
Se utiliza también para aliviar los síntomas en pacientes con cirrosis hepática, hepatoma e
insuficiencia cardíaca congestiva y renal
Sustancias analizables
Análisis macroscópico
Normal
Patológico
Opaco: el líquido opaco turbio puede ser debido a peritonitis bacterianas espontáneas o
perforaciones intestinales.
Lechoso: puede ser debido a un derrame quiloso. Éstos pueden estar causados por una
lesión o bloqueo de los capilares linfáticos, debido a linfomas (tumores de linfocitos).
Peritonitis aséptica producida por bilis: la perforación o rotura del sistema biliar, origina
importantes peritonitis, que en etapas tempranas pueden limitarse al hipocondrio derecho. El
exudado peritoneal estará teñido de bilis.
Existe otra peritonitis aséptica producida por enzimas pancreáticas; se caracteriza por
hemorragia y necrosis del páncreas. Se acompaña de salida de enzimas pancreáticos
hacia la cavidad peritoneal provocando inflamación del peritoneo. Estos enzimas provocan
reacciones y digieren el tejido adiposo.
En esta primera etapa hay acumulación escasa de líquido de aspecto seroso a turbio;
posteriormente, y si el origen es bacteriano, el exudado se vuelve cremoso y purulento.
Muchas veces está localizado en el epiplón y vísceras, en una zona pequeña de la cavidad
restringida, como ocurre en la apendicitis, o puede generalizarse. En la peritonitis
generalizada, el exudado puede acumularse por arriba o por debajo del hígado, dando
lugar a abscesos subdiafragmáticos o subhepáticos.
Quistes mesentéricos
Suelen ser únicos. Varían desde nódulos pequeños de 1 a 2 cm, hasta formaciones de 15
a 20 cm. Estos quistes no provienen de ninguno de los órganos definitivos del cuerpo. La
mayor parte no son neoplásicos y suelen ser bastante móviles; a veces están unidos pero
de forma laxa. El tratamiento de elección es el quirúrgico, que logra la curación.
Tumores primarios: son muy raros y casi exclusivo es el mesotelioma. Crecen como
lesiones de células fusiformes.
Tumores secundarios: son más habituales ya que en casi todas las formas de cáncer
avanzado suele haber propagación a las serosas. También aparecen a menudo las metástasis a
peritoneo. El tumor más frecuente que metastatiza en el peritoneo es el tumor ovárico y el
pancreático.
Introducción
Estructura normal de los ganglios linfáticos: son estructuras numerosas ovales de pequeño
tamaño que filtran la linfa, contribuyen a la defensa contra las infecciones y en ellas se
forman linfocitos, monocitos y células plasmáticas. Los ganglios linfáticos tienen un tamaño
muy variable, algunos son tan pequeños como las cabezas de alfiler y otros tienen el
tamaño de una nuez (1 o 2 cm). Se encuentran recubiertos por una cápsula y están
constituidos por una porción cortical de color más claro y otra medular más oscura que
alberga linfocitos, tejido conjuntivo reticular trabeculado y tres clases de senos:
subcapsulares, corticales y medulares.
La linfa penetra en el ganglio a través de los vasos linfáticos aferentes que desembocan en
los senos subcapsulares. Los vasos linfáticos eferentes se originan en los senos
medulares y emergen a través de un pequeño hilio periférico que también reciben los
vasos sanguíneos. Los senos y las redes de fibras reticulares retrasan el flujo de linfa, a la
que se añaden los linfocitos procedentes de los centros germinales del ganglio donde se
multiplican por mitosis. La mayoría de los ganglios linfáticos se encuentran agrupados en
determinadas zonas como la boca, cuello, antebrazo, axila e ingle.
También puede aparecer linfoma: que es una neoplasia de tejido linfoide, en algunos
casos benigna, pero por lo general de naturaleza maligna. Existen diversos tipos de
linfomas que se distinguen por su contenido celular y el grado de diferenciación de sus
células, pero las manifestaciones son similares en todos ellos. Suele aparecer un ganglio
linfático o un grupo de ganglios aumentados de tamaño, indoloros, en la región del cuello,
acompañados de debilidad, fiebre, pérdida de peso y anemia. Cuando la afectación
linfática es importante, pueden aumentar también de tamaño el bazo y el hígado y
aparecen trastornos gastrointestinales, malabsorción y lesiones óseas. Este tipo de
tumoraciones son más frecuentes en el hombre y su tratamiento consiste en radioterapia y
quimioterapia. Entre los diferentes tipos destacan el Burkitt, linfoma de Hodgkin, linfoma
folicular gigante, linfoma histiocítico y linfoma maligno de células mixtas.
En los estadios avanzados se observan necrosis amarillentas y/o esclerosis de color gris.
Estructura de la piel
Epidermis: es la más externa, formada por tejido epitelial y carece de vasos sanguíneos y
terminaciones nerviosas.
Estrato basal o germinativo: en él se forman las células nuevas, que se van aplanando a
medida que se acercan a la superficie, donde sustituirán a las células descamadas.
Dermis: es una capa gruesa de tejido conjuntivo. Contiene vasos sanguíneos y linfáticos,
terminaciones nerviosas, glándulas sebáceas y sudoríparas, y folículos pilosos.
Dermis papilar: presenta unos salientes, o papilas, que se corresponden con los de la
epidermis. Tienen una disposición característica en cada persona.
Dermis reticular: más profunda que la anterior, contiene densas redes de colágeno.
Lesiones primarias
Origen vascular:
Mácula eritematosa: mancha de color rojo ocasionada por una congestión local de los vasos
de la dermis.
Lesiones sólidas:
Pápula: lesión circunscrita y elevada sobre la superficie cutánea, de color variable y
diámetro inferior a 1 cm.
Ampolla: lesión semejante a la vesícula, pero de mayor tamaño (diámetro mayor de 0,5 cm).
Lesiones secundarias
Algunas de las enfermedades más frecuentes, clasificadas por su etiología, o por las
estructuras que se afectan son:
Infecciones de la piel
Foliculitis: infección bacteriana causada por Staphylococcus aureus, donde los folículos pilosos
de la barba y de las piernas se ven afectados. Se manifiesta por la aparición de una pápula o nódulo
alrededor del folículo.
Forúnculo: infección bacteriana aguda de uno o más folículos pilosos. Aparece preferentemente
en zonas sometidas a presión, fricción o sudoración (glúteos). Se manifiesta por la aparición de un
nódulo inicial que se transforma en pústula con exudado purulento.
Herpes simple: infección producida por virus que se localiza en los labios y la boca. Se
caracteriza por la aparición de eritema y vesículas que se acompañan de escozor y sensación de
quemazón. Se manifiesta por la producción de vesículas sobre una base eritematosa, de forma
aislada o en grupos.
Herpes zóster: se cree que aparece por activación del virus de la varicela en situaciones de
inmunodepresión, lo que hace que este virus se desplace por los nervios periféricos de la piel dando
lugar a eritema, dolor muy intenso en el recorrido del nervio y exantema.
Acné vulgar: aparece en la pubertad, y puede mantenerse con recidivas hasta los 30 años
aproximadamente. En su etiología se combinan factores genéticos, hormonales y bacterianos. Se
localiza en zonas ricas en glándulas sebáceas como la cara, el pecho y la espalda. Cursa con una
erupción cutánea polimorfa, caracterizada por la presencia de comedores abiertos (puntos negros),
comedores cerrados (puntos blancos), pápulas, pústulas, nódulos, quistes y cicatrices.
Benignos:
Verrugas: tumores epiteliales causados por un virus. Se dan con mayor frecuencia en los
niños. Suelen aparecer alrededor de las uñas de los pies y manos, en codos, rodillas, cara, cuero
cabelludo y planta de pie.
Angiomas: se originan por hiperplasia de los vasos sanguíneos o linfáticos. Suelen ser
congénitos. Se les conoce vulgarmente como “antojos” y se manifiestan por manchas rojo-vinosas o
azuladas.
Malignos:
Melanoma maligno: es un tumor invasivo de los melanocitos. Parece que deriva de los
nevos. La mayoría de los casos aparecen en adultos de aproximadamente 30 años de edad y buena
complexión física, siendo más comunes en mujeres, en las que suele mostrarse en el tercio inferior
de la pierna. Suelen presentar hiperpigmentación intensa con crecimiento rápido y ulceración, con
infiltración de tejidos adyacentes y metástasis a otros tejidos a distancia.
Puede dividirse en tres porciones: gónadas, vías de conducción de las células sexuales y
órganos copuladores.
Testículos
Los testículos son órganos pares situados fuera de la cavidad corporal, en una bolsa de
piel altamente especializada, denominada escroto, lo que significa que se mantienen a una
temperatura alrededor de 2-3 grados por debajo de la temperatura corporal; esta
temperatura más baja es esencial para la espermatogénesis normal.
Son unos órganos pares que se alojan en las bolsas escrotales. En el período fetal ambos
testículos descienden hasta su posición definitiva, atravesando el conducto inguinal. Están
envueltos en una membrana llamada albugínea, que en su mitad anterior presenta un
espesamiento denominado cuerpo de Highmore. De él parten tabiques que dividen el
testículo en lóbulos (250 a 300 por testículo). Cada lóbulo contiene de uno a
cuatroconductillos seminíferos, y entre todos ellos forman una apretada red de la que se
desprenden entre 8 y 15 conductos eferentes.
Son glándulas tubulares arborescentes separadas por estroma, constituidas por tejido
conectivo laxo. Se estructuran en lóbulos separados por tejido fibroso.
La glándula está constituida por una membrana basal sobre la que se asienta el epitelio
germinativo, que va a dar lugar a los espermatozoides mediante el proceso de la
espermatogénesis. Entre las células germinales, en el epitelio, se encuentran también
células de sostén denominadas células de Sertoli.
Los túbulos seminíferos permanecen como cordones macizos hasta la pubertad, en la que
se transforman en conductos.
Vías espermáticas
Presentan una estructura tubular formada por una serie de segmentos sucesivos que
forman un conducto único y bilateral, que se extiende desde el testículo a la uretra:
Red testicular: agrupa a los tubos rectos por debajo del cuerpo de Highmoro.
Tanto los túbulos rectos como la rete testis están revestidos por un epitelio simple de
células cúbicas o columnares bajas, que tienen microvellosidades en su superficie luminal.
La rete testis es una compleja organización de conductos interconectados, situados en el
mediastino del testículo, e inmersos en una estroma fibrosa que está en continuidad con la
túnica albugínea.
Los conductos de la rete testis se fusionan para formar aproximadamente una docena de
conductillos eferentes que salen por el extremo superior del mediastino testicular, penetran
en la túnica albugínea y entran en la cabeza del epidídimo. Allí se fusionan gradualmente
hasta originar un único tubo, que es el conducto epididimario.
Los conductillos eferentes están revestidos por un epitelio mixto de células columnares
ciliadas altas y células cúbicas o columnares bajas no ciliadas, con microvellosidades en
su superficie luminal. El movimiento de los cilios está orientado hacia el epidídimo e
impulsa los espermatozoides hacia delante, mientras que las células no ciliadas absorben
parte del líquido testicular, que es el medio de transporte para los espermatozoides
inmaduros y aún inmóviles.
Los conductillos eferentes son muy contorneados y tienen una estrecha vaina de células
musculares lisas circulares intercaladas con fibras elásticas; las contracciones peristálticas
de este músculo intensifican la progresión de los espermatozoides.
El epidídimo puede dividirse en cabeza, cuerpo y cola, de forma que los conductillos
eferentes entran por la cabeza y el extremo distal del conducto epididimario sale por la
cola para convertirse en el conducto deferente.
El conducto epididimario está revestido por un epitelio columnar alto con numerosas
microvellosidades atípicas muy largas, que son en gran parte inmóviles y a las que se
denomina incorrectamente estereocilios; estas estructuras no contienen las formaciones
microtubulares internas de los cilios ni actúan como tales. Las células poseen también
vesículas revestidas de membrana y lisosomas, retículo endoplásmico rugoso y un aparato
de Golgi prominente y tienen las siguientes funciones absortivo-fagocitarias y de secreción:
Además de las células columnares altas, hay una población de células redondas
pequeñas, con una proporción núcleo/citoplasma elevada, que están situadas sobre la
membrana basal epitelial y se cree que son las precursoras de las células altas.
Todo el conducto epididimario está rodeado por una delgada vaina muscular circular
similar a la existente en los conductillos eferentes. En la cola hay también una capa
muscular longitudinal por dentro de la circular, y otra capa longitudinal externa.
Todas las capas musculares sufren un engrosamiento en la cola del epidídimo y adquieren
mayor tamaño a la salida de lo que será el conducto deferente.
El conducto deferente es un tubo recto con un trayecto vertical ascendente por detrás del
epidídimo, dentro del cordón espermático; contiene arterias, venas, linfáticos y nervios. Las
venas forman un complejo plexo anastomosado denominado plexo. Externamente el
cordón espermático contiene fibras longitudinales de músculo estriado voluntario, que
forman el músculo cremáster.
El conducto deferente tiene una pared muscular gruesa formada por una capa circular
media y dos capas longitudinales, externa e interna. Por dentro de la capa interna hay una
lámina propia fibroelástica revestida por epitelio columnar alto, casi idéntico al del
epidídimo, pero con pliegues longitudinales producidos por la lámina propia, que
determinan una luz estrellada pequeña. El peristaltismo de la pared muscular gruesa
impulsa a los espermatozoides hacia delante durante la emisión.
Cada conducto deferente entra en la cavidad pélvica a través del conducto inguinal
correspondiente y luego sigue un trayecto descendente y en dirección medial hasta la base
de la vejiga urinaria. Cerca de su extremo distal, junto a la base de la vejiga, cada
conducto deferente presenta una dilatación (la ampolla), en la que la capa muscular se
hace más delgada; la capa mucosa de la ampolla tiene un aspecto más grueso porque los
pliegues, algunos de los cuales están ramificados, son más altos.
En el extremo distal de la ampolla, cada conducto deferente se une con un conducto corto
procedente de las vesículas seminales.
Vesículas seminales: son dos, situadas a los lados de la próstata. Vierten su contenido al
conducto deferente.
La mucosa de la vesícula seminal está constituida por una lámina propia fibroelástica que
forma unos pliegues complejos altos y estrechos, revestida por células epiteliales
columnares altas y no ciliadas y por una población de células redondas basales no
especializadas, similares a las que se observan en los conductos y conductillos
proximales. Las células altas tienen las características de células secretoras, con vacuolas
de secreción grandes cerca de la superficie luminal y un retículo endoplásmico rugoso
abundante; pueden contener también pequeños gránulos de lipofucsina de color amarillo-
pardusco.
La complejidad de los pliegues mucosos origina una gran superficie de secreción. El 70-
80% del material de eyaculación humano es una secreción espesa, amarillo cremosa, de
las vesículas seminales. Esta secreción contiene abundante fructosa y otros azúcares,
prostaglandinas, proteínas, aminoácidos, ácido cítrico y ácido ascórbico. La fructosa es el
principal nutriente de los espermatozoides.
Cada conducto eyaculador tiene sólo 1 cm de longitud y está revestido por un epitelio de
células columnares altas y células redondas pequeñas idénticas a las de la ampolla; no
hay músculo liso en su pared. Los conductos eyaculadores derecho e izquierdo
transcurren a través de la próstata y desembocan en la uretra prostática en el utrículo
prostático.
Pene
El pene está formado por un tejido eréctil dispuesto en dos cilindros dorsales (cuerpos
cavernosos) y un cilindro central ventral más pequeño (cuerpo esponjoso), a través del
cual transcurre la uretra peneana. Cada uno de los cilindros está rodeado por una vaina
fibrocolagenosa densa, la túnica albugínea, que los mantiene también unidos.
La irrigación arterial del pene procede de las arterias dorsales y profundas. En las arterias
profundas tienen su origen las arterias que irrigan la túnica albugínea y las arterias
helicinas, que aportan la sangre al tejido eréctil.
Las arterias helicinas reciben este nombre porque son espirales en el pene fláccido, pero
durante la erección se dilatan y adoptan un trayecto recto, llenando de sangre los cuerpos
del pene.
Este efecto de llenado se debe en parte al cierre de los cortocircuitos arteriovenosos que
existen entre las arterias helicinas y las venas profundas y constituyen la vía normal del
flujo sanguíneo de las arterias helicinas en el estado de flaccidez.
Las descargas nerviosas parasimpáticas provocan el cierre ,que desvía la sangre de las
arterias helicinas hacia los espacios cavernosos, al tiempo que el aumento de presión en
los cuerpos comprime las paredes finas, impidiendo su vaciado.
Durante la erección, los dos cuerpos cavernosos están más turgentes que el cuerpo
esponjoso. La presión que ejerce el cuerpo esponjoso a la uretra que pasa por él no es
suficiente para impedir el paso del semen, que es impulsado con fuerza por una
contracción del músculo liso, pero sí suele ser suficiente para impedir una micción
indolora.
El componente eréctil del pene está rodeado por una piel que tiene un tejido subcutáneo
muy laxo, que le permite desplazarse considerablemente durante el acto sexual.
En el extremo distal del pene, el cuerpo esponjoso termina en el glande, que está cubierto
por un epitelio escamoso no queratinizado que contiene glándulas sebáceas. La uretra
peneana se abre al exterior en el meato situado en el centro del glande.
El extremo del pene está cubierto normalmente por una extensión de la piel del pene (el
prepucio), en el que hay abundantes fibras elásticas que permiten que se retraiga sobre el
glande durante el acto sexual.
Próstata
Fisiología
Espermátides-Espermatozoides.
La división celular ocurrida en cada paso se realiza por mitosis, excepto el paso de
espermátides o espermatozoides.
Tejido intersticial: es un tejido conjuntivo muy vascularizado, localizado entre los conductos
seminíferos, donde se encuentran las células intersticiales de Leydig, productoras de
hormonas sexuales masculinas.
Tumores del pene: a pesar de que el cáncer de piel puede aparecer en cualquier parte del
pene, suele aparecer en el glande. Los varones circuncisos rara vez presentan cáncer de piel en el
pene. Inicialmente se manifiesta como un área rojiza con llagas que no se curan en varias semanas
pero que, en general, son indoloras. Habitualmente este cáncer es un carcinoma de células
escamosas. Otros cánceres de piel en el pene mucho menos frecuentes son la enfermedad de Bowen
y la enfermedad de Paget. El cáncer se extirpa junto con una pequeña área de tejido sano que lo
rodea.
Otras tumoraciones del pene pueden estar causadas por infecciones. Ejemplo: la sífilis o
herpes simple. En muy raras ocasiones, las ampollas, que con el tiempo forman pequeñas
úlceras, pueden estar causadas por el chancro blando (infección bacteriana).
Priapismo: es una erección dolorosa, persistente, que no está acompañada de deseo sexual.
Se produce por el uso de fármacos o por motivos desconocidos.
Cáncer de próstata: es muy frecuente, aun cuando su causa exacta es desconocida. Cuando
se examina al microscopio el tejido prostático obtenido de una intervención o autopsia, se encuentra
cáncer en el 50% de los hombres mayores de 70 años y prácticamente en todos los mayores de 90.
La mayoría de estos cánceres casi nunca presentan síntomas porque crece muy lentamente; sin
embargo, algunos cánceres de próstata si crecen de forma agresiva y se extienden.
Los huesos
Los huesos son estructuras duras, blanquecinas, que constituyen la parte rígida de nuestro
organismo; unidos entre sí mediante las articulaciones forman el esqueleto.
Actúan como órganos de sostén de las partes blandas, sirviendo de palanca a las masas
musculares que se insertan en su superficie, constituyendo así la parte pasiva del aparato
locomotor. Además dan protección a órganos vitales (corazón, cerebro, etc.).
Así como el cuerpo depende del esqueleto para su estabilidad estructural, y para
responder y contribuir a los cambios de valores sanguíneos de calcio, el esqueleto
depende del cuerpo para su sostén. Para ello necesita:
Dieta con un contenido adecuado de minerales y vitaminas.
Un metabolismo de calcio que, a su vez, depende del tubo digestivo, riñones, glándulas
parattiroideas y tiroides.
Tejido óseo
Es el que constituye los huesos. Tiene los siguientes componentes:
Células:
Matrices:
Matriz orgánica. Llamada osteína u osteoide, es una sustancia proteica formada por los
osteoblastos.
Matriz inorgánica. Son sales minerales que se depositan sobre la matriz orgánica y le
confieren la dureza. Estas sales minerales son principalmente de fósforo y calcio.
El tejido óseo compacto está formado por laminillas óseas dispuestas unas contra otras,
sin cavidades intermedias. Se encuentran en los huesos planos y en la diáfisis de los
huesos largos.
Periostio.
Endostio.
Tejido óseo.
Médula ósea
Todos los huesos están recubiertos externamente por una membrana llamada periostio.
La cavidad medular está recubierta por otra membrana llamada endostio.
La médula ósea ocupa la cavidad medular y los espacios intertrabeculares del tejido óseo
esponjoso. Puede ser: amarilla o roja. La médula ósea roja tiene la función de formación
de células sanguíneas o hematopoyesis.
La epífisis está formada por tejido óseo esponjoso que son pequeñas celdillas, formadas a
su vez por tejido óseo compacto llamadas trabéculas, que se encuentran llenas de médula
ósea.
Huesos cortos. En ellos no predomina ninguna dimensión sobre las demás. Son hueso de
forma más o menos cúbica. Ejemplo, los del carpo. Son masas de tejido óseo esponjoso envueltas
por tejido compacto.
Huesos planos. Son aquellos en los que dos dimensiones, longitud y anchura, predominan
sobre la tercera; por lo tanto son delgados. Ejemplos, las escápulas, el frontal. Formados por dos
láminas de tejido óseo compacto, denominadas tabla interior y externa. Entre ambas tablas se
encuentra el tejido óseo esponjoso que se denomina diploe.
Diartrosis o articulación móvil. Las dos cabezas óseas están dotadas de amplios movimientos:
ejemplo, codo, rodilla.
Superficies articulares.
Articulaciones
planas o Intercarpianas,
Artrodias (planas) ligeramente curvas Deslizamiento intertarsianas
Una superficie
cónica de un hueso
Trocroides (en se articula con la Radio-cubital en su
pivote) depresión de otro Rotación porción proximal
Cóndilo ovalado de
un hueso que
encaja en una
Condíleas cavidad elipsoidal Radio-carpiana
(elipsoidales) de otro Biaxiales huesos del carpo
Dos superficies
Encaje recíproco cóncavo-convexas Carpo-metacarpo
(silla de montar) de ambos huesos De todo tipo del pulgar
Superficie convexa
Enartrosis de un hueso con la En todos los planos
(esferoidales) concavidad de otro y de rotación Hombro, cadera
Anfiartrosis o articulación semimóvil. Sólo son posibles ligeros movimientos entre las dos
cabezas articulares; ejemplo, la columna vertebral, sínfisis del pubis…El grado de movilidad, por lo
tanto, está limitado.
Fibrosas: los huesos se unen mediante tejido fibroso o cartilaginoso. Ejemplo; huesos que
forman la bóveda craneal.
Cartilaginosas: ambos huesos se mantienen unidos mediante cartílago hialino o fibroso; por
ejemplo, sínfisis del pubis.
Sinoviales: las que presentan las siguientes partes; cartílago articular y aparato cápsulo-
ligamentoso.
El líquido sinovial es un dializado del plasma con ácido hialurónico que se localiza en la
cavidad articular, donde actúa como lubricante y como portador de nutrientes para el
cartílago. El análisis del líquido sinovial es de gran utilidad en la valoración de diversas
patologías de las articulaciones, al producirse alteraciones físicas y químicas.
Prevención de errores
Los mismos que en las de otros líquidos; en cuanto a extracción y preparación de la
muestra.
Viscosidad. Es un líquido muy viscoso en condiciones normales. Puede llegar a ser tan
espeso que dificulte su extracción. En los derrames de tipo inflamatorio la viscosidad disminuye. En
la artrosis es muy viscoso.
Músculos
Los músculos son órganos que tienen la propiedad de contraerse, por tanto aseguran la
ejecución de todos los movimientos del cuerpo. Son estudiados por la miología.
El tejido muscular está formado por células musculares que se denominan fibras, ya que
son alargadas; el ser alargadas en lugar de redondeadas las hace más eficaces para
acortarse cuando se contraen.
Mención especial merece el músculo cardíaco, que está constituido por tejido muscular
estriado pero es un músculo involuntario.
Una parte roja, blanda, contráctil, llamada vientre, que es el músculo propiamente dicho.
El músculo propiamente dicho está formado por fibras estriadas de longitud variable que
se agrupan en fascículos primarios; éstos a su vez, se agrupan en fascículos secundarios,
luego terciarios y hasta cuaternarios.
Anomalías congénitas
Tipo Lobstein: tardía, las fracturas óseas se producen después del parto; el crecimiento en
grosor se encuentra inhibido.
Síndrome de Marfan
Trastorno hereditario caracterizado por defecto en la formación de fibras elásticas. Por
consiguiente se afectan esqueleto, arterias de grueso calibre (aorta y arteria pulmonar),
ligamentos suspensorios del cristalino y cápsulas articulares. Es de etiología hereditaria,
de carácter autosómico dominante. El tórax se presenta infundibuliforme, paladar alto y
arqueado, extremidades largas y dedos en forma de araña.
Discondroplasia
Es un trastorno caracterizado por crecimiento cartilaginoso excesivo. Es una enfermedad
hereditaria que afecta al 50% de los descendientes cuando un progenitor la sufre.
Acondroplasia
Enfermedad hereditaria de transmisión autosómica dominante, que se caracteriza por
insuficiente proliferación de células cartilaginosas y cierre prematuro de las placas de
crecimiento de los huesos preformados en cartílago. Los huesos de la cara, cráneo y
tronco no están afectados por estar formados por membranas.
Osteosclerosis
Es una alteración opuesta a la osteoporosis, que consiste en aumento de la trabeculación
y engrosamiento de las estructuras óseas, debido a formación, reestructuración o necrosis
ósea. También se llama enfermedad de Albers-Schönberg, o huesos marmóreos, pues es
característico el crecimiento excesivo y esclerosis de hueso. Este hueso es frágil y se
fractura con facilidad.
Suelen ser atacados raquis, coxales y costillas, pero también cualquier hueso, aunque no
los intramembranosos, como los del cráneo. Según la duración y la gravedad de la
enfermedad, la cavidad medular está disminuida de calibre, y en los casos muy avanzados
completamente obturada. Por otra parte no hay acortamiento de los huesos por lo que el
sujeto tiene talla normal.
Osteoporosis
Es la atrofia, localizada o generalizada, del esqueleto óseo. Puede ser de origen primario
(idiopática) o secundario (enfermedades metabólicas), y que se produce por un
desequilibrio entre la destrucción y la formación del hueso. Es una reducción de la masa
ósea, y aparece en edades avanzadas y con mayor prevalencia en mujeres
posmenopaúsicas (déficit de estrógenos).
Osteomalacia
Proceso anormal del hueso laminar, caracterizado por pérdida de calcificación de la matriz,
que da lugar a un reblandecimiento del hueso, y que se acompaña de debilidad, fracturas,
dolor, anorexia y pérdida de peso. Es consecuencia de una cantidad inadecuada del calcio
y fósforo disponible en la sangre para la mineralización de los huesos. Esta deficiencia
puede estar causada por una dieta pobre en estos minerales o en vitamina D, por una falta
de exposición a vitamina D, o por un trastorno metabólico que produce una malabsorción.
Los huesos son más blandos y frágiles que los normales, como ocurre en la osteoporosis.
Y, al igual que en aquélla, son frecuentes las fracturas, sin embargo se diferencia por las
deformidades óseas.
La mayoría de los casos son asintomáticos o sintomáticos leves, no obstante, el dolor óseo
es el primer síntoma.
Neoplasias
Son tumoraciones que afectan a los huesos y que pueden ser de carácter benigno o
maligno.
Fibroma osteogénico: neoplasia benigna del hueso, de crecimiento lento, que se da con
mayor frecuencia en los maxilares, en especial en el inferior. Se compone de hueso desarrollado en
el interior del tejido fibroso.
Condroblastomas: son tumores poco frecuentes que crecen en los extremos de los huesos.
Afectan a personas entre 10 y 20 años de edad. La lesión puede contener áreas dispersas de
calcificación y necrosis. También se denomina tumor de Codman.
Estos cánceres tan malignos casi siempre se presentan aislados, en huesos largos. En
orden decreciente de frecuencia afectan fémur, húmero, tibia, ilion, maxilar inferior y
costillas.
En la variante osteolítica tiende a ser más voluminosa, porque crece con más rapidez. La
neoplasia tiene consistencia más carnosa y áreas de hemorragia, está necrosada y tiene
un reblandecimiento quístico. Hay mayor destrucción del hueso cortical y participación más
extensa en tejidos blandos adyacentes.
Tumor de Ewing (sarcoma de Ewing): afecta con más frecuencia a varones que a mujeres
y su incidencia es mayor en personas entre 10 y 20 años de edad. La mayoría de estos tumores se
desarrollan en los brazos o las piernas, aunque pueden hacerlo en cualquier hueso. Los síntomas más
frecuentes son el dolor y el hinchazón. Los tumores pueden llegar a ser bastante grandes, e incluso
afectar a todo el hueso.
Los tumores nacen en focos centrales y únicos, aunque a veces hay lesiones múltiples.
Los huesos cilíndricos largos son el sitio de origen en el 50% de los casos, y los coxales el
20%. El origen del tumor es la metáfisis del hueso, aunque cuando se obtiene la muestra
anatomopatológica, el tumor ya abarca grandes áreas del hueso, incluso la médula. Se
presenta como un tejido blando, gris, con frecuencia quístico, que causa erosión y
expansión de la médula. En el tejido neoplásico son frecuentes las hemorragias y la
necrosis. La corteza puede ser perforada y después ocurre la expansión subperióstica
difusa, incluso con penetración en tejidos blandos. La neoformación forma capas
concéntricas en tela de cebolla alrededor del tumor.
Histológicamente los tumores son muy indiferenciados y son láminas de pequeñas células
redondas, ovales o fusiformes, en las que se destacan los núcleos.
Mecánicas.
Espondilitis anquilosante
Enfermedad inflamatoria crónica, de etiología desconocida, que afecta principalmente a la
columna vertebral y estructuras próximas, y por lo general evoluciona hasta la fusión final
(anquilosis) de las articulaciones afectadas. En casos extremos, el enfermo presenta una
flexión de la columna hacia delante denominada “columna vertebral rígida” o “columna en
caña de bambú”. La enfermedad afecta principalmente a los varones menores de 30 años
y, por lo general termina tras una evolución de 20 años. Existe tendencia hereditaria.
Además de la columna se ven afectadas las articulaciones de las caderas, hombros,
cuello, costillas y mandíbula. Cuando se afectan las articulaciones costovertebrales, el
enfermo tiene dificultad para respirar. La espondilitis anquilosante es una enfermedad
general que afecta frecuentemente a los ojos y corazón.
En resumen:
Inflamación en: los sitios de inserción ósea de los ligamentos, la cápsula articular, las fibras
del anillo fibroso del disco intervertebral.
Se denomina también artritis reactiva porque la inflamación articular parece ser una
reacción a una infección originada en una zona distinta del cuerpo. Este síndrome es
frecuente en varones de edad comprendida entre 20 y 40 años.
El síndrome de Reiter posee dos variantes: una de ellas se manifiesta en caso de
infecciones de transmisión sexual y la otra en caso de infecciones gastrointestinales.
Después de la exposición a estas infecciones, las personas que desarrollan este síndrome
tienen una predisposición genética a este tipo de reacción relacionada con el mismo gen
hallado en personas que padecen espondilitis anquilosante.
Los síntomas comienzan entre los 7 y 14 días después de la infección. El primer síntoma
es, generalmente, una inflamación en la uretra. Por otra parte, la conjuntiva (membrana
que reviste el párpado y cubre el globo del ojo) puede enrojecerse e inflamarse. El dolor y
la inflamación articulares pueden ser leves o severos. Las articulaciones que normalmente
resultan afectadas son: rodillas, articulaciones de los dedos del pie y las zonas donde los
tendones se unen a los huesos (talones). En casos graves la columna vertebral también
puede afectarse.
Artritis psoríasica
Esta enfermedad es una forma de artritis que se da en personas con psoriasis. Un 5% de
las personas que presentan psoriasis, manifiestan esta artritis.
Gota
La inflamación articular puede volverse crónica y deformante tras ataques repetidos. Casi
el 20% de los afectados de gota desarrollan cálculos renales. Los valores de ácido úrico
aumentan de forma anormal cuando los riñones no pueden excretarlo en cantidad
suficiente. Por otra parte, el organismo también puede producir gran cantidad de ácido
úrico, a causa de una anormalidad enzimática hereditaria o de una enfermedad como el
cáncer de la sangre. Algunas enfermedades del riñón, así como ciertos fármacos,
deterioran la capacidad de los riñones para excretar ácido úrico.
Aunque se desconoce su etiología se relaciona con otras enfermedades, como las que
cursan con valores anormalmente altos de calcio en sangre, a consecuencia de un
aumento en la producción de la hormona paratiroidea, una cifra anormalmente alta de
hierro en los tejidos (hemocromatosis) o cifras anormalmente bajas de magnesio.
Esta enfermedad se manifiesta por una proliferación benigna de la sinovial. Puede ser
localizada, formando un nódulo que contiene células gigantes y grupos de histiocitos con
abundante hemosiderina.
Ganglión
Bursitis
La bursitis es la inflamación con dolor de una bolsa (un saco aplanado que contiene líquido
sinovial y que facilita el movimiento normal de algunas articulaciones y músculos,
reduciendo la fricción).
Las bolsas están localizadas en los puntos de fricción, especialmente donde hay tendones
o músculos que pasan por encima del hueso (prominencias óseas). Aunque una bolsa
contiene muy poco líquido, si se lesiona puede inflamarse y rellenarse de más cantidad.
La bursitis puede originarse por el uso excesivo de una articulación de manera crónica, de
heridas, gota, pseudogota…; aunque los hombros son los más propensos a la bursitis,
también se inflaman frecuentemente las bolsas de los codos, las caderas, la pelvis,
rodillas, dedos del pie y talones.
La bursitis causa dolor y tiende a limitar el movimiento, pero los síntomas van a depender
de la localización de la bolsa inflamada.
Patologías de los músculos
Distrofias
Es un grupo de enfermedades genéticas caracterizadas por atrofia progresiva de los
músculos esqueléticos simétricos, sin evidencia de afectación del tejido neural. En todas
las formas de distrofia muscular existe una pérdida insidiosa de fuerza con incapacidad y
deformidad progresivas, aunque cada tipo difiere en los grupos de músculos afectos, la
edad del comienzo, la rapidez de progresión y el tipo de herencia genética. Se desconoce
su etiología, pero parece radicar en un error congénito del metabolismo.
Cursan con debilidad muscular que impide a estos músculos la realización correcta de
movimientos de contracción y relajación, lo que lleva a incapacidad completa.
Miopatías metabólicas
Trastornos musculares desencadenados por la utilización por el músculo de la glucosa y
ácidos grasos como fuentes de energía.
Producen un síndrome agudo de mialgia, miólisis y mioglobinuria, que se acompaña de
debilidad muscular crónica y progresiva. Pueden dar lugar a la aparición de calambres.
Miastenia grave
Trastorno inmunológico caracterizado por fatiga anormal de los músculos esqueléticos,
que se asocia a una deficiencia de los receptores de acetilcolina en la placa terminal, lo
cual altera la conducción del impulso nervioso hacia las fibras musculares. Puede ser de
carácter generalizado o afectar a grupos de músculos como los faciales, motores del ojo,
laringe, faringe y respiratorios. Es normalmente progresivo y origina parálisis respiratoria.
Miositis
Lesión de las células musculares producidas por bacterias, virus, parásitos u hongos.
Puede afectar a uno o más músculos, y en los músculos enfermos puede presentarse en
forma de lesiones focales o disfusas; en los focos suele haber infiltración de células
inflamatorias.
Estas lesiones se presentan como masas unicéntricas, de color gris blanco, duras, no
encapsuladas, de contornos vagos, que varían desde nódulos de 1 a 2 cm de diámetro
hasta 15 cm.
Mioblastoma:
Estos tumores suelen ser nódulos bien circunscritos, redondos, de color gris a amarillo, y
de 2 a 3 cm de diámetro. Histológicamente son grandes células redondas o poligonales
dispuestas en masas difusas o cordones; las células aisladas poseen abundante
citoplasma acidófilo y rosáceo, y núcleos pequeños.
Rabdomiosarcoma
Tumor muy maligno, derivado de las células primitivas del músculo estriado; de
localización preferente en cabeza y cuello, tracto genitourinario, extremidades, paredes del
organismo y retroperitoneo. En algunos casos se manifiesta a raíz de un traumatismo. Los
síntomas de inicio dependen de la localización del tumor y son indicativos de destrucción
tisular en el órgano en cuestión; pueden ser disfagia, metrorragia, hematuria y obstrucción
del flujo urinario.
Pleomórfico adulto.
Alveolar embrionario.
Botrioide embrionario.
Necrosis fibrinoide: a consecuencia de una reacción celular que termina en una esclerosis.
Fiebre reumática
Artritis reumatoide
Espondiliosis anquilopoyética
Se caracteriza por degeneración fibrosa del tejido conjuntivo de la piel, de los pulmones y
los órganos internos, especialmente el esófago y los riñones.
Los síntomas iniciales más frecuentes son alteraciones cutáneas de la cara y los dedos de
las manos. También se produce un fenómeno de Raynaud con endurecimiento gradual de
la piel e hinchazón de las porciones distales de las extremidades.
En las fases iniciales esta enfermedad puede confundirse con la artritis reumatoide.
La esclerodermia puede ser benigna si no son afectados los órganos viscerales. Además
se puede producir esclerodactilia con acortamiento de las falanges distales de los dedos
y retracción cutánea en las yemas de los dedos.
Todas las células de los tejidos están bañadas por la sangre arterial; ésta les
proporciona los elementos necesarios para su nutrición y funcionamiento y
recibe de ellos los productos de desecho. De esta forma, la sangre arterial, a
medida que pasa por los tejidos, cede O2 y recibe CO2, transformándose en
sangre venosa, que al contener poco O2 y mucho CO2 ha perdido las cualidades
necesarias para mantener el normal funcionamiento del organismo. El aparato
respiratorio, mediante su función, es el encargado de restituirle sus primitivas
cualidades. Para ello se produce el intercambio gaseoso entre la sangre venosa y
el aire atmosférico; éste cede O2 a la sangre venosa y a su vez le pasa CO2.
Gracias a este intercambio la sangre venosa se transforma en sangre arterial.
Los órganos esenciales del aparato respiratorio son los pulmones, ya que en ellos
se realiza el intercambio gaseoso. El resto de los órganos respiratorios son tubos
aéreos cuya misión es conducir el aire atmosférico hasta los pulmones. Reciben
el nombre de vías respiratorias y están constituidas por los siguientes órganos:
fosas nasales, faringe, laringe, tráquea y bronquios.
- Fosas nasales
Las fosas nasales son dos corredores muy sinuosos que se dirigen de delante a
atrás, y se hallan separados uno del otro por un tabique medio o tabique nasal;
se extienden desde las ventanas de la nariz hasta las coanas. Las primeras
comunican la parte anterior de las fosas nasales con el exterior, y las segundas
son unos orificios que comunican la parte posterior de las fosas con la faringe.
En cada fosa nasal distinguimos cuatro paredes:
Pared superior o bóveda: está formada de delante a atrás por los siguientes
huesos:
Huesos nasales.
Frontal.
Etmoides.
Esfenoides.
Pared inferior o suelo: está constituida por el paladar duro. Esta estructura
ósea se interpone entre las fosas nasales y la cavidad bucal, por lo que
constituirá el suelo de las primeras y el techo de la segunda.
Pared externa: está formada por varios huesos. Desde ella se proyectan
hacia el interior unas estructuras óseas con forma de lámina enrollada que
son los cornetes; se distinguen tres: superior, medio e inferior (los dos
primeros son parte del hueso etmoides y el tercero es un hueso
independiente). Entre cada cornete y la pared externa de la fosa nasal queda
un espacio que recibe el nombre de meato. Como hay tres cornetes habrá
también tres meatos: superior, medio e inferior; en este último desemboca el
conducto lacrimonasal, que comunica las fosas nasales con el saco lagrimal.
Por lo tanto, este conducto sirve de vía de salida para las lágrimas.
- Faringe
- Laringe
Es un órgano situado en la parte antero-superior del cuello. Es un corto tubo que
une la parte inferior de la faringe con la tráquea. Sirve para que pase el aire de la
respiración, pero también es el órgano de la fonación.
1. Constitución
2. Cavidad laríngea
Se divide en tres partes: una zona superior o supraglótica, una zona media o
glótica y una zona inferior o infraglótica.
La fonación:
- Tráquea
1. Estructura
El conducto traqueal está compuesto por dos capas. Una capa externa que es
fibrocartilaginosa y una capa interna que está formada por mucosa.
- Bronquios
- Pulmones
Vasos linfáticos.
Nervios.
Cada pulmón está envuelto por una doble membrana serosa llamada pleura; hay,
por lo tanto, dos pleuras, una derecha y otra izquierda, que son totalmente
independientes. Cada pleura está formada por dos hojas: una hoja visceral y una
hoja parietal. La hoja visceral cubre la superficie del pulmón y se adhiere
íntimamente a ella; esta hoja rodea todo el pulmón, excepto el hilio, donde se
refleja sobre sí misma para continuarse con la hoja parietal. La hoja parietal
reviste la cavidad donde se halla alojado el pulmón; por lo tanto, tapiza la cara
interna de la pared torácica, la cúpula diafragmática y órganos del mediastino.
Entre ambas hojas existe una cavidad virtual, la cavidad pleural, que contiene
una pequeña cantidad de líquido pleural. Este líquido mantiene húmedas las
hojas pleurales y así favorece el deslizamiento de una sobre otra. Gracias a la
existencia de la cavidad pleural se puede llevar a cabo este deslizamiento que
facilita el movimiento de los pulmones.
1. Respiración
Ventilación
Volúmenes
2. Difusión
3. Perfusión
Tos:
Esputo:
Disnea:
Estructuras pleuropulmonares.
Estructuras cardiovasculares.
Hemoptisis:
Cianosis:
a) Edema laríngeo: este edema aparece sobre todo a nivel del repliegue
aritenoepiglótico. Está producido por un acúmulo de líquido en el tejido
conjuntivo. Existe hinchazón y enrojecimiento de la epiglotis y del citado
repliegue. El tejido es gelatinoso y elástico. Cuando es seccionado
aparece un líquido claro. El edema del glotis sólo se observa en el edema
laríngeo grave y el edema de glotis postmortem no se observa debido a
que la deshidratación va a hacer que desaparezca éste, por lo que la única
señal de edema que va a quedar tras la muerte es una mucosa rugosa y
plegada.
Las causas del edema de glotis son: las alergias, el edema angioneurótico
y procesos inflamatorios importantes.
Enfriamientos.
Edad
Clínica: el principal síntoma es la tos; al principio es una tos seca,
después de unos días se convierte en productiva con expectoración
mucopurulenta. Esto se acompaña de malestar general, fiebre no muy
elevada y ligeras molestias en región retroesternal.
Infección.
Tabaco.
Inhalación de irritantes.
Tos.
Expectoración.
c) Asma bronquial:
Estos accesos de disnea pueden ser debidos a muchas causas, pero entre
ellas la más frecuente es la causa alérgica.
Patología macroscópica:
d) Bronquiectasias:
Patología macroscópica:
a) Enfisema:
Bronquitis crónica.
Patología macroscópica:
Según su morfología:
b) Atelectasia:
Es un cuadro opuesto al anterior. Se define la atelectasia como
desaparición del aire alveolar. Esto provoca que las paredes de los
alveolos se unan.
Tuberculosis.
Tumores bronquiales.
Cuerpos extraños.
Patología macroscópica:
c) Neumonías:
Son inflamaciones del pulmón casi siempre causadas por infección. Se
conocen vulgarmente como pulmonías. Puede afectar a una zona más o
menos amplia del pulmón, la forma más común afecta a todo un lóbulo
pulmonar (neumonía lobar aguda). Son más frecuentes entre niños y
ancianos, y en personas con defensas disminuidas.
Clínica: depende del agente que las produce. Generalmente cursan con:
Fiebre elevada.
Escalofríos.
Dolor torácico.
Disnea, etc.
Clasificación de las neumonías:
Deficiencias alimentarias.
Evolución de la tuberculosis:
Patología macroscópica:
e) Pleuritis:
Seca.
Exudativa.
f) Neumotórax:
Patología macroscópica:
Esto ocasiona:
En sistema nervioso:
Cefaleas.
Somnolencia diurna.
Ideación lenta.
Cambio de carácter.
En aparato circulatorio:
Taquicardia.
Hipertensión arterial.
Sudoración.
Cianosis.
En aparato respiratorio:
Tos.
Disnea.
1. El corazón
2. Cavidades cardíacas
Aurícula derecha.
Aurícula izquierda.
Ventrículo derecho.
Ventrículo izquierdo.
Válvulas:
El nódulo sinusal actúa como marcapasos, es decir, como rector del ritmo
cardíaco.
El corazón está irrigado por las arterias coronarias, derecha e izquierda, que
nacen de la aorta nada más salir ésta del ventrículo izquierdo.
5. Vasos sanguíneos
a) Arterias
Sus paredes constan de tres capas: interna, que es una capa fina de tejido
epitelial y se denomina endotelio; media, que es una capa de músculo
liso y externa o adventicia, que está formada por tejido conjuntivo.
Principales arterias del organismo:
Del ventrículo izquierdo sale la arteria aorta, que primero se dirige hacia
arriba (aorta ascendente), luego se flexiona sobre sí misma en forma de
cayado (cayado aórtico) y finalmente desciende por delante de la
columna vertebral (aorta descendente). La aorta descendente tiene una
parte torácica (aorta torácica) y otra parte abdominal (aorta abdominal).
La aorta torácica ocupa la parte más profunda del mediastino y termina
en el orificio diafragmático, al que atraviesa. La aorta abdominal se halla
contenida en el abdomen. De cada tramo de la aorta nacen diferentes
ramas que van a irrigar a todo el organismo.
Comprenden:
El tronco celíaco, del que se originan:
Espermática en el hombre.
Útero-ovárica en la mujer.
b) Capilares
Los capilares son conductos muy finos, como cabellos, de ahí su nombre.
Tienen una importancia enorme ya que, a través de sus paredes, tiene
lugar el intercambio entre la sangre y las células del organismo. Sus
paredes están constituidas fundamentalmente por una capa de células
endoteliales.
c) Venas
Las venas son conductos encargados de llevar la sangre de los capilares
al corazón.
Los capilares se reúnen entre sí para formar vasos cada vez más
voluminosos, dando origen a las venas.
Las paredes venosas son más delgadas que las paredes arteriales. Tienen
tres capas:
6. Ciclo cardíaco
a) Diástole
b) Sístole
8. Tensión arterial
La tensión arterial es la presión ejercida por la sangre sobre la pared arterial.
Está determinada por dos factores:
1. Arritmias
Principales arritmias
2. Malformaciones
Representan alteraciones en la constitución del corazón que aparecen durante
el período de desarrollo, en los tres primeros meses del embarazo, durante la
formación de los tabiques y rotación del corazón arterial.
b) Ectopia. El corazón se presenta sobre la pared libre del tórax, con o sin
pericardio.
3. Hipertrofia y malformación
La hipertensión arterial.
La estenosis aórtica.
La estenosis del istmo de la aorta.
Las lesiones en los vasos coronarios originan falta de riego del propio tejido
cardíaco, ocasionando enfermedades que se engloban bajo el término de
cardiopatía isquémica.
Angina de pecho
Infarto de miocardio
Consumo de tabaco.
Hipertensión.
Diabetes.
Obesidad.
a) Angina de pecho
b) Infarto de miocardio
Aumento de transaminasas.
c) Paro cardíaco
La causa más frecuente de paro cardíaco, y por consiguiente de muerte
súbita, es la enfermedad coronaria.
Se manifiesta con:
Pérdida de conciencia.
Ausencia de pulso.
Cuando se dan estos signos lo primero que hay que hacer es dar un
golpe fuerte sobre el pecho. Si tras esto no se produce el latido cardíaco
debe procederse a:
Masaje cardíaco.
Respiración artificial.
d) Valvulopatías
Estenosis mitral.
Estenosis aórtica.
Estenosis tricúspide.
Insuficiencias:
Consiste en un cierre imperfecto de las válvulas cardíacas. Se
produce insuficiencia mitral, aórtica y tricúspide. La insuficiencia
pulmonar es muy rara.
5. Endocarditis
Trastorno que afecta al endocardio y las válvulas cardiacas y responde a
múltiples causas. Entre los distintos tipos que presenta destaca la
endocarditis abacteriana, la endocarditis bacteriana y la endocarditis de
Libman-Sacks.
b) Endocarditis bacteriana
c) Endocarditis de Libman-Sacks
d) Endocarditis reumática
6. Miocarditis
7. Pericarditis
8. Insuficiencia cardíaca
Causas:
Arritmias.
Valvulopatías.
Consecuencias:
Tos.
Interna o íntima, constituida por endotelio que está en contacto directo con
la sangre.
Media, que lleva fibras musculares lisas y permite a las arterias contraerse o
dilatarse según las necesidades del momento.
Arterioesclerosis
Hipertensión arterial
2. Arterioesclerosis
Consiste en la pérdida de elasticidad de las arterias. Se vuelven rígidas y
duras y reducen su luz. Es más frecuente en el hombre, y aumenta con la
edad.
Favorecen su aparición:
Diabetes.
Obesidad.
Sedentarismo.
Tabaco.
Somnolencia.
Pérdida de memoria.
Trastornos digestivos.
Patología macroscópica:
3. Hipertensión arterial
Cefaleas matutinas.
Hemorragias nasales.
Palpitaciones.
Congestión de la cara.
Hormigueos.
- Las venas
Son los conductos encargados de llevar la sangre desde los tejidos al corazón.
Están constituidas, al igual que las arterias, por tres capas, y se diferencian de
éstas en que son mucho más distensibles y van provistas de válvulas semilunares
que impiden el retroceso de la sangre. Las válvulas semilunares son muy
abundantes en las extremidades, sin embargo en el tórax y en el abdomen no
suele haberlas.
Varices.
Trombosis venosas.
1. Varices
Síntomas:
Sensación de pesadez.
Dolor.
Picores.
Cansancio.
Lentitud circulatoria.
Alteraciones sanguíneas.
Flebotrombosis.
Tromboflebitis.
3. Flebotrombosis
4. Tromboflebitis
La función del tiroides puede ser inhibida por diversos agentes químicos,
denominados en conjunto biógenos. Dado que suprimen la síntesis de T3 y T4,
el nivel de TSH aumenta, siguiéndose por el consiguiente agrandamiento
hiperplásico de la glándula (bocio). Entre estos compuestos, los más importantes
son ciertos fármacos empleados en el tratamiento de hipertiroidismo. Los
agentes antitiroideos, tioureas y mercaptoimidazol, inhiben la oxidación del
yoduro y bloquean la producción de las hormonas tiroideas. Esto se sigue por
disminución de la retroalimentación negativa sobre la hipófisis e hipotálamo,
provocando un aumento en los niveles de TSH y TRH, que da lugar a una
hiperplasia y agrandamiento tiroideo. El yoduro, cuando se administra a
pacientes con hiperfunción tiroidea, también bloquea la liberación de hormonas
tiroideas, pero a través de mecanismos diferentes. Los yoduros a grandes dosis
inhiben la proteólisis de la tiroglobulina. De este modo, la hormona tiroidea es
sintetizada e incorporada aumentando la cantidad de coloide, pero no es liberada
a la sangre. Tras el tratamiento con tiourea, la glándula rezuma coloide de
tiroglobulina y es con tiroglobulina y se comprime la vascularización del
estroma, creanso el aspecto de una glándula inactiva.
Las enfermedades del tiroides son de gran importancia porque la mayor parte
son susceptibles de manejo médico o quirúrgico. Se manifiestan principalmente
como tirotoxicosis (hipertiroidismo), hipotiroidismo y agrandamiento difuso o
focal de la glándula (bocio). No existe una correlación simple entre las lesiones
morfológicas y las manifestaciones clínicas resultantes. Un bocio multinodular,
por ejemplo, en su caso, puede asociarse con una función tiroidea normal, en
otro con hiperfunción y aun en otro con hipofunción. Por ello, es mejor
presentar, al principio, los síndromes clínicos de hipertiroidismo e
hipotiroidismo y, a continuación, tratar las diversas lesiones tiroideas, haciendo
referencia a cada uno de sus posibles significados clínicos.
- Tirotoxicosis (hipertiroidismo)
Comunes:
Infrecuentes:
La tirotoxicosis puede estar causada por diversos trastornos. Las tres causas más
comunes son responsables en conjunto de casi el 99% de los casos. Entre ellas,
la enfermedad de Graves es la más frecuente, especialmente en pacientes
menores de 40 años de edad; ella sola da cuenta del 85% de los casos. Esta
enfermedad, que es el hipertiroidismo verdadero, se conoce también como
hiperplasia tóxica difusa para diferenciarla de la tirotoxicosis relacionada con el
bocio nodular tóxico, ya se trate de un nódulo solitario (presumiblemente un
adenoma) o multinodular. Otras causas raras de hipertiroidismo sólo merecen un
breve comentario. El carcinoma tiroideo bien diferenciado metastásico, puede
elaborar, en ocasiones, suficientes hormonas tiroideas para causar
hipertiroidismo. De igual forma, la tiroiditis aguda o subaguda durante la etapa
de lesión celular activa puede asociarse con una liberación de hormonas
almacenadas suficiente para inducir manifestaciones transitorias de
hipertiroidismo. Los coriocarcinomas y las molas hidatidiformes pueden
producir no sólo gonadotropina coriónicas sino, también, a veces, un material de
tipo TSH. El aumento de niveles de hormonas tiroideas puede ser producido, en
raras ocasiones, por tumores hipofisiarios secretores de TSH o estimulación
hipofisiaria por liberación hipotalámica excesiva de TRH. La hiperfunción
tiroidea puede ser inducida también por un exceso de la ingesta excesiva de
yoduro en pacientes con diversos trastornos tiroideos. Este patrón se conoce
como enfermedad de Jodbasedow. La ingesta de yoduro permite la síntesis de
T3 y T4, y precipita la tirotoxicosis; igualmente, raras veces los pacientes
sometidos a tratamientos con hormona tiroidea para un hipertiroidismo o por
otras razones (intentos mal dirigidos de controlar el peso) pueden desarrollar un
hipertiroidismo iatrogénico. En todos se produce el mismo síndrome
hipermetabólico.
- Hipotiroidismo
Del desarrollo.
Ablación quirúrgica.
Tiroiditis de Hashimoto.
Tiroiditis de Hashimoto.
Supratiroideo:
- Mixedema
- Tiroiditis
Existen muchas formas de tiroiditis. Algunas están mal definidas y otras son
bastante raras. Una forma menos común es la tiroiditis supurativa o infecciosa,
producida por la siembra microbiana del tiroides. Casi siempre la infección es
primaria en cualquier otra parte, y los agentes son de origen hematológico, raras
veces hay una siembra traumática directa de la glándula.
Etiología y patogenia
Morfología
Curso clínico
- Enfermedad de Graves
Etiología y patogenia
1. Características
b) Defecto de la organificación.
c) Defecto de la deshalogenasa.
2. Curso clínico
Protocolo de apertura
Se colocará la cabeza fuera del extremo de la mesa apoyada en un zócalo o en posición de Roser
(colgando), con la finalidad de que el cuello quede en posición de hiperextensión.
Se realizará una primera incisión que discurrirá desde la apófisis coracoides derecha hasta la
izquierda, al nivel de las articulaciones externas extraclaviculares.
Partiendo de esta incisión, y sobre la línea media, se practicará otra, que irá desde la primera
incisión, bordeará el ombligo por la parte izquierda del cadáver y llegará hasta la raíz del pene en el
hombre y hasta la comisura anterior de los labios mayores de la vagina en la mujer.
A partir del esternón (tanto para la técnica de Virchow como para la técnica en T), se corta sobre
el esternón hasta el hueso. En los niños no hay que apretar demasiado para no incidir en el propio
hueso. Mientras que vamos cortando por encima del esternón, con la mano izquierda tensaremos la
piel y, cuando llegamos al final del mismo, hay que levantar la presión del bisturí para evitar cortar
el peritoneo, ya que éste se trabajará posteriormente.
Cuando vamos acercándonos al ombligo, se abandona la línea media y se dirige el corte hacia la
izquierda unos 3 o 4 cm, para volver a recuperar aquélla pasado ya el ombligo. El corte de la piel
acaba en la raíz del pene o en la comisura de los labios mayores de la vagina.
El peritoneo se incide en un segundo tiempo. Se vuelve el corte debajo del apéndice xifoides
(final del esternón) y con cuidado se incide el tejido adiposo preperitoneal, después se secciona el
peritoneo haciendo un ojal (incisión pequeña); si existiera líquido ascítico conviene extraerlo
inmediatamente con un cucharon y se vierte en un vaso de precipitado graduado, para que nos
permita determinar el volumen y sus características.
Observaremos si hay salida de gases del abdomen, para ello, antes de incidir el peritoneo
conviene despegar el tejido subcutáneo utilizando los dedos formando un uso (hueco
alargado).
Hecha esta primera apertura de ojal de la capa serosa peritoneal, se introduce el índice y corazón
de la mano izquierda con la punta de los dedos empujando hacia arriba, apretando así la pared
abdominal cuanto más mejor. Mientras, con la mano derecha y el bisturí, se va abriendo la pared
abdominal, teniendo cuidado de no hacer daño a ninguna víscera. Esta es la maniobra más habitual,
pero hay otra manera que es la de meter el enterótomo, abriendo la pared abdominal hasta llegar al
pubis.
Para evitar la tensión de la pared abdominal, como consecuencia de la propia rigidez de la pared
muscular del abdomen, conviene realizar cortes a ambos lados abdominales. Se coge con la mano
izquierda la pared abdominal y se tira fuertemente de ella junto al reborde costal (hacia arriba y
hacia fuera). Se incide sobre la última costilla de los tejidos en todo su grosor hasta el hueso, desde
la base de la apófisis xifoides, hasta la línea media axilar posterior.
Luego, se toman los tejidos blandos por el borde anterior de la incisión mencionada, y se tira
con fuerza hacia arriba y hacia fuera y al mismo tiempo con el cuchillo se va rasando el hueso para
descarnarlo para que así no quede adherido el músculo a la superficie costal.
Para arrancar el plastrón se debe ante todo resecar (cortar) las inserciones inferiores de
los esternocleidomastoideos y se desarticula la clavícula. A continuación se cortan los
cartílagos costales al nivel de la unión del cartílago con la costilla.
Hecho esto se tira hacia arriba de la clavícula, de modo que sobresalga su extremo
izquierdo, de tal forma que se vea bien la superficie articular, y se practica la incisión de la
misma. Seguidamente tiramos de la clavícula hacia arriba y se procede a realizar con el
costótomo los cartílagos costales, desde el segundo hasta el séptimo. A continuación se
corta el diafragma y, para ello, levantamos con la mano izquierda el ángulo izquierdo
inferior del plastrón pasando por debajo de él el bisturí. Se hace igual en el lado derecho.
Después se coge el plastrón por la parte superior, con la mano izquierda, y con el bisturí
se van separando de las partes blandas de la parte posterior del esternón. Una vez
extraído el plastrón, se examina su cara posterior, se observan las arterias mamarias y se
comprueba la existencia del timo. Luego se procede al examen de la cavidad pleural y de
las vísceras torácicas y los bordes anteriores de los pulmones. También se comprueba si
los órganos pulmonares están libres o adheridos a la pared, y si hay líquido pleural, si es
así se recoge y se gradúa.
Esta técnica es muy común dentro de la medicina forense española. La apertura de tórax y
abdomen se hace simultáneamente mediante una incisión única, elipsoidea y oval, que
abarca la pared anterior de ambas cavidades (métodos de Leutelle, Thoinot y Mata).
Una vez terminada la incisión, con un bisturí fino se desarticula la extremidad interna de la
clavícula o la articulación esternoclavicular (de ambos lados), después se seccionan las
costillas, como en la técnica en forma de T, siguiendo la línea de corte cutáneo. Se levanta
el colgajo formado, se secciona el diafragma y el ligamento redondo del hígado. Por último
se completan en profundidad las incisiones laterales del abdomen evitando lesionar las
asas intestinales. Se levanta y se reclina sobre los músculos del cadáver el colgajo
constituido por la pared torácico-abdominal anterior, por lo que quedan abiertas ambas
cavidades de tal forma que se tiene una visión completa de las relaciones topográficas de
todas las vísceras esplácnicas.
Para la apertura del cuello, lo que hacemos es volver con el bisturí a la región cervical,
realizando una incisión desde la apófisis mastoides derecha en sentido caudal,
discurriendo por la superficie lateral cervical hasta llegar a la región coracoides derecha y
contactar con la primera incisión que hicimos. De igual forma hacemos con el lado
derecho.
A continuación, y con una pinza y un bisturí, iremos separando la piel desde abajo hasta
llegar a la mandíbula, siendo extremadamente cuidadosos de no lesionar piel y sobre todo
vísceras, músculos y paquete vasculonervioso.
En la línea media del paladar blando y en la proximidad del límite con el paladar duro, se
clava el bisturí con el filo vuelto a la izquierda, asegurándonos de que la punta del mismo
llegue hasta el hueso. Se incide en los tejidos blandos hasta el borde izquierdo del paladar,
luego se vuelve al punto inicial, para que con el filo vuelto hacia la derecha y en este lado
hacer una incisión análoga a la que se le ha practicado en el lado izquierdo.
A continuación se pasa el bisturí entre la laringe y el esófago al ras de este último aislando
los tejidos blandos, descendiendo luego con el bisturí por detrás del esófago por delante
de los cuerpos vertebrales.
Los pasos a seguir para la apertura del cráneo son los siguientes:
El cadáver debe encontrarse en decúbito supino y su cabeza estará sujeta gracias a la colocación
de un zócalo con una excavación central.
Se realizará una incisión en los tejidos blandos, en la unión de las dos apófisis mastoides (detrás
de la oreja), pasando por el vértice del cráneo y terminando en la otra apófisis mastoides. Con unas
pinzas robustas de dientes se coge el colgajo anterior, se tira de él hacia arriba y se separan las
adherencias entre el tejido subcutáneo y el plano óseo. A nivel de los músculos temporales, se
secciona la aponeurosis temporal y ambos músculos temporales se separan de su inserción en la fosa
temporal con una legra.
Las partes blandas se liberan hasta los arcos orbitarios. Cuando se ha desprendido cierta porción
del cuero cabelludo, se deja la pinza y se coge con la mano, o mejor ayudándose de un paño para que
no resbale el colgajo cutáneo y se tira hacia el mentón del cadáver.
Para liberar el colgajo posterior del cuero cabelludo retiraremos el zócalo y vamos volviendo la
cabeza a derecha y a izquierda para desprender el tejido subcutáneo hasta la región occipital. Se
vuelve a colocar el zócalo.
Se comienza a serrar por el hueso frontal hasta que se advierte haber llegado al interior de la
cavidad. Luego se vuelve la cabeza hacia uno de los lados para aserrar el temporal y el parietal hasta
llegar a la línea media del occipital. Entonces se gira la cabeza hacia el lado opuesto y se practica el
mismo corte teniendo cuidado de que coincidan a nivel occipital. Se procurará no herir la duramadre
teniendo en cuenta que a nivel del temporal la calota es más delgada.
Se trata ahora de arrancar la calota, para esto se introduce en la línea aserrada el extremo
cortante del martillo o del escoplo en forma de T, y se imprime a éste un movimiento de torsión de
derecha a izquierda. Por el ruido que produce se advierte cuándo la calota está completamente
distendida. Se introduce a nivel frontal el gancho del mango del martillo y, fijando bien con la mano
izquierda la cabeza del cadáver, se tira hacia atrás de la calota, poco a poco, con pequeñas sacudidas
para evitar que salga rodando por el suelo. Una vez liberada, la miramos y se observa la
transparencia para ver si hay algún tipo de lesión traumática.
Apertura de la duramadre
Se comienza por abrir el seno longitudinal superior, que sigue la línea media de la duramadre de
delante a atrás, desde la región frontal hacia la occipital, examinando su contenido, y si hay coágulos
se recogen.
Se secciona la duramadre mediante dos cortes de tijera paralelos al seno longitudinal superior,
muy poco por fuera y cercano a él, y otros dos perpendiculares, formando así cuatro colgajos.
Queda al descubierto la superficie externa del cerebro recubierto por la piamadre. A causa de
inflamaciones (aracnoiditis, paquimeningitis crónica) pueden existir adherencias entre la superficie
de la duramadre y la superficie externa de la piamadre.
Se separa suavemente hacia atrás un hemisferio, con lo que se pone al descubierto de forma
tensa la tienda del cerebelo que se corta en su inserción más periférica.
Se seccionan las uniones del cerebro con la base del cráneo siguiendo este orden:
Nervios ópticos.
Arteria carótida.
Nervio trigémino.
Nervio facial.
Nervio auditivo.
Nervio glosofaríngeo.
Nervio vago.
Nervio espinal.
Nervio hipogloso.
La arteria vertebral.
Para terminar se bascula con suavidad hacia atrás y se corta en la profundidad del canal vertebral
de la médula, con lo que quedará libre y se transportará a la mesa auxiliar para su posterior estudio.
Antes de examinar el encéfalo hay que observar la base del cráneo. Para ello, el operador
se coloca delante de ésta y con una pequeña esponja se enjuaga la cavidad craneal. Se
distiende la hoz del cerebro y se examina con la vista y el tacto. Luego se observan las
partes de la base. Se abren los senos venosos estudiando sus paredes y contenido. La
sucesión de los cortes es la siguiente: seno cavernoso, petroso superior, lateral, petroso
inferior y seno occipital. Se secciona la tienda del cerebelo, se incide el seno coronario, el
occipital transverso y el seno recto.
El seno longitudinal superior se explora antes de incidir la duramadre, nada más abierta la
bóveda craneal.
Se sitúa el cerebro sobre la mesa con la base abajo, la convexidad hacia arriba y los polos
occipitales dirigidos hacia el operador. Se completa el examen de la piamadre y de la
superficie exterior. Luego se separan los bordes de la cisura interhemisférica, pasando el
índice por dentro de la misma de delante a atrás y poniendo al descubierto la superficie
superior del cuerpo calloso.
Método de Virchow
Se pone el cerebro con la base hacia abajo, la convexidad hacia arriba y los polos
occipitales dirigidos hacia el operador. Se separan ambos hemisferios con las manos de
modo que quede al descubierto el cuerpo calloso, el cual se pone tenso. Se practican dos
incisiones a lo largo de la línea media, dirigiéndolas hacia arriba y sin profundizar mucho,
con lo que quedan abiertos ambos ventrículos laterales. La incisión se amplía hacia
delante y atrás y se reconoce el tercer ventrículo. Para estudiar los hemisferios cerebrales
se practica un corte oblicuo hacia abajo y hacia afuera, procurando no cortar por completo
la sustancia encefálica.
Se toma el romboencéfalo con la mano izquierda, con la superficie inferior del cerebelo
dirigida hacia el disector. El pulgar izquierdo se dispone debajo de la protuberancia, el
bulbo y la médula. Con el cuchillo se corta de delante hacia atrás y de arriba abajo el
vermis del cerebelo. El hemisferio cerebeloso derecho cae por su propio peso y deja al
descubierto el cuarto ventrículo, que se inspecciona. Se pasa entonces a hacer los cortes
del cerebelo. Se corta el hemisferio izquierdo de delante hacia atrás y de dentro hacia
afuera en la línea media. Se pasa el cuchillo por las superficies de sección y se examina la
sustancia blanca y gris. Hacemos lo mismo con el lado derecho.
Hipertensión craneal
La caja rígida formada por el cráneo y la duramadre protege al cerebro de las lesiones,
pero, en diversos estados patológicos, esto se convierte en una desventaja, al tratarse de
una protección rígida sin capacidad para expandirse. Resulta hipertensión craneal siempre
que el volumen del contenido del cráneo aumenta hasta exceder el pequeño espacio
disponible para la expansión.
Malformaciones
Resultan de anomalías o errores en la complicada evolución embrionaria del sistema
nervioso. La etiología puede ser desconocida, aunque se han demostrado que infecciones
virales, tóxicos, exposición a radiaciones, etc pueden ser causa de malformaciones.
Espina bífida
Defecto congénito del tubo neural que se caracteriza por una anomalía del arco vertebral
posterior de la columna vertebral. Afecta a 10-20 de cada 1000 nacidos. Puede
manifestarse simplemente por una pequeña lámina deformada con una hendidura en la
línea media o caracterizarse por la ausencia completa de las láminas en torno a una gran
zona. La espina bífida rara vez produce signos y síntomas directos, y por lo general se
diagnostica de forma accidental durante una exploración radiográfica realizada por otros
motivos. La espina bífida sin nerviación de las meninges ni del contenido del conducto
espinal rara vez precisa tratamiento. También se denomina disrafia espinal.
Malformación de Arnold-Chiar
Hernia congénita del tronco cerebral y la porción inferior del cerebelo (hernias cerebelosas)
a través del agujero occipital para situarse en el conducto vertebral cervical.
Otras malformaciones
Pueden ser debidas al defecto de migración de los neuroblastos desde el tubo neural
primitivo. Esta patología se caracteriza porque aparecen islotes de sustancia gris
encefálica en medio de la sustancia blanca.
Infecciones piógenas
El origen de estas infecciones son otras infecciones en el organismo, que normalmente
proceden del aparato respiratorio o del circulatorio.
Abscesos cerebrales
Infecciones del parénquima cerebral, cuyo origen reside en siembra directa del germen, en
caso de cirugía o traumatismos, o extensión de microorganismos desde fuera, bien por
procesos adyacentes al sistema nervioso o por diseminación hematógena.
Del cayado de la aorta salen arterias para irrigar ambos lados de la cabeza:
Lado izquierdo:
Lado derecho:
La arteria carótida común: la derecha nace del tronco braquiocefálico, y la izquierda sale
directamente de la aorta. Se bifurcan en el trígono carotídeo (a la altura de la 4ª vértebra
cervical) en dos ramas:
Arteria carótida externa: da sus ramas en su trayecto por el trígono carotídeo y la glándula
parótida. Se ramifican en la cara e irrigan la mayor parte del cráneo óseo y la duramadre.
Las arterias cerebrales, cuando ascienden de las vértebras, tanto la derecha como la
izquierda salen por el orifico magnum y se unen formando la arteria basilar, la cual se
divide en dos ramas: arteria cerebral posterior derecha e izquierda.
Arteria basilar
Encefalopatía anóxica
Se caracteriza por la falta de oxígeno que sufre el tejido. El origen de esta patología es
cualquier proceso que disminuya el aporte de oxígeno al cerebro. Las causas más
frecuentes son la hipotensión arterial, la disminución del gasto cardíaco, la insuficiencia
respiratoria y la depleción de oxihemoglobina.
Infarto cerebral
Área delimitada de necrosis en una zona del cerebro como resultado de la anoxia hística
que sigue a la interrupción del aporte sanguíneo a la zona o, con menor frecuencia, por
estasis debido a la obstrucción del drenaje venoso. Etiológicamente existen factores que
predisponen al infarto; estos son: la hipertensión arterial y la hiperlipemia. La oclusión
completa y brusca de un vaso arterial por un émbolo suele originar el infarto del tejido.
Tumefacción.
Hasta las 48 o 72 horas la necrosis está bien establecida, aparece tumefacción intensa y
existe una disgregación del tejido afectado.
Hemorragia cerebral
Hemorragia de un vaso sanguíneo del cerebro. Para su clasificación se emplean tres
criterios: su localización (aracnoidea, extradural, subdural), el tipo de vaso afectado
(arterial, venoso, capilar) y su origen (traumático, degenerativo). Cada tipo tiene sus
propias características clínicas. La mayoría se producen en la región de los ganglios
basales y se deben a la rotura de una arteria esclerótica por hipertensión. Las roturas
vasculares pueden deberse también a aneurismas congénitos, infarto cerebrovasculares y
traumatismos cefálicos.
Aneurismas cerebrales
Los aneurismas son alteraciones de la pared vascular de una arteria y pueden ser
adquiridos o congénitos. Los más frecuentes son los congénitos que producen una
hemorragia subaracnoidea. Se presentan como dilataciones saculares del Polígono de
Willis, generalmente en las bifurcaciones de éste. La rotura de un aneurisma congénito
puede ocurrir a cualquier edad, pero son muy raros durante la lactancia y la niñez, e
incluso en adultos jóvenes y maduros.
Traumatismos cerebrales
La importancia de los traumatismos en la cabeza está en relación directa con el efecto que
produzca en el cerebro.
Laceración o desgarro cerebral: se define como una lesión traumática que ocasiona
interrupción de la continuidad del tejido cerebral.
Hematoma epidural: la fractura craneal en una localización que dañe la arteria meníngea
origina una hemorragia epidural. Como la sangre no puede difundir por toda la cavidad craneal, se
acumula de manera relativamente localizada provocando tensión a nivel de la duramadre, que va a
comprimir al encéfalo o cerebro.
Hematoma subdural: el hematoma subdural agudo resulta de la laceración del cerebro con
desgarro de la aracnoides, situado de manera que la sangre y el líquido cefalorraquídeo entran en el
espacio subdural.
Tumores cerebrales
Hay dos grupos diferentes de tumores cerebrales:
Neuroma: neoplasia benigna constituida por neuronas y fibras nerviosas que se desarrolla
sobre un nervio. Entre los distintos tipos cabe destacar el acústico, quístico, falso, múltiple,
mielínico, traumático y nevoide. También hay que considerar a los tumores de la región
hipofisiaria.
Introducción
Después de abrir las piezas y haberlas dejadas fijadas en formol se deben hacer lonchas
de 3 mm de espesor de todos los órganos, viscerados o no, para que se introduzcan
después en parafina y hacer todo el proceso de desecación y sustitución por el alcohol.
Otra cosa a tener en cuenta es que se debe rotular la cápsula con lo que vayamos a
introducir. Se rotulan normalmente con lápiz y después se tendrá cuidado de no tocarlo
con los dedos.
Mama
Médula ósea
La autopsia debería finalizar, de forma habitual, con el examen de la médula ósea, si bien,
dado que es una operación engorrosa, no suele en la práctica realizarse.
Por lo general se examina la “médula ósea del fémur”. Para ello debe extraerse el fémur.
La técnica de extracción de este hueso comienza con una incisión profunda que llega a
contactar con éste a lo largo de la cara externa del muslo empezando unos 10 cm por
encima del trocánter mayor; esta incisión se prolonga hasta el cóndilo externo de la
hipófisis inferior del fémur.
La cabeza del fémur está insertada en la cavidad cotiloidea del pubis, unida mediante un
ligamento, que se denomina ligamento redondo.
A continuación se rodea con una incisión semicircular el borde superior de la rótula, y
seccionamos la parte del cuádriceps en ella; se pasa con el bisturí por detrás de la rótula
reclinándola con el colgajo de tejidos blandos sobre la cara anterior de la pierna.
Realizado esto retomamos la primera incisión, practicando una sección en sentido caudal
interno (de fuera a dentro) por la raíz del miembro inferior, hasta llegar al triángulo de
Scarpa (cara interna del muslo). Este corte ha de ser también muy profundo, llegando
hasta el fémur.
Una vez hecho este corte, pasamos a levantar el ángulo formado por las dos incisiones y
continuamos seccionando las estructuras musculares al ras del hueso hasta llegar a su
epífisis inferior.
Una vez extraído el fémur, se pone entre las dos ramas de un torno con los cóndilos hacia
arriba y se introduce para seccionarlo una sierra entre los dos cóndilos, cortando por la
línea media del hueso, y, cuando llegamos a la mitad aproximadamente, le damos la vuelta
y volvemos a meter la sierra por la línea media del hueso para volver a cortar.
Ya tenemos abierto el fémur, pasamos a lavar la superficie de corte con suero fisiológico
isotónico, y con un cuchillo fino seccionamos la médula ósea. Introducimos por debajo la
hoja del cuchillo, la despegamos de su unión con el hueso y la extraemos.
Una vez extraída la médula ósea, se realizarán unos cortes y se introducen en un líquido
fijador.
Secciones óseas
En el epígrafe anterior y en los temas relacionados con la apertura del cadáver hemos
visto que algunos huesos se van a poner al descubierto. También hemos comentado que
durante estas fases se deben palpar los diferentes fragmentos esqueléticos en busca de
lesiones óseas. Una vez extraídos todos los órganos se debe palpar y examinar cada una
de las partes del esqueleto y, en caso de apreciar patología, hay que realizar una
disección cuidadosa de esa zona para dejar al descubierto el fragmento óseo en cuestión
y, en caso de que sea necesario, proceder a su extracción.
En el supuesto caso que necesitemos extraer una vértebra para estudio de alguna
patología se realizará esta operación al final de la autopsia, seccionando los discos
intervertebrales.
Músculo
En general, las incisiones quedan cubiertas con las ropas del difunto y no suelen presentar
problemas, los derrames y las manchas son ofensivos para los familiares, y hay que tomar
precauciones para que no lleguen a aparecer.
Es preciso, por lo tanto, disimular cuanto sea posible todos los signos externos de la
autopsia. Es inútil disponer de los órganos en su asiento primitivo. Así, el encéfalo puede
muy bien colocarse en la cavidad torácica, ya que, n oes nada fácil volverlo a colocar en la
cavidad craneal. Puesta la calota en su lugar primitivo se cubre con el cuero cabelludo y se
cose, con sutura continua o discontinua. Los puntos se pueden dar con dos tipos de aguja:
aguja recta quirúrgica saquera o con aguja curva. Esta sutura se disimula con el pelo.
En el caso de que convenga conservar la calota para estudios posteriores, la caja craneal
se rellena con trapo, papel o algodón, intentando reconstruir la bóveda por donde se
desliza el cuero cabelludo. Si el individuo es calvo, se puede utilizar una gorra para
disimular la sutura.
Los huesos largos si no se van a reponer en el cadáver se pueden sustituir por una
madera.
Terminada la recomposición del cadáver se lava con agua fría, se peina y maquilla.
Por último el cadáver se mete en un sudario limpio, se etiqueta con el nombre, el DNI, etc.,
se introduce en la cámara frigorífica para su conservación y si el cadáver va a superar las
72 horas antes de su enterramiento se procede al embalsamamiento.
Definición y normativa
Debe quedar claro, por tanto, que son muertes sujetas a investigación judicial, y en
consecuencia requieren autopsia médico-legal, las siguientes:
Los casos de muerte violenta, entendida ésta en un sentido amplio, que incluye cualquier
fallecimiento, inmediato o diferido en el tiempo, que tenga su origen en un factor externo al
individuo, ya sea de origen accidental o voluntario. Este concepto engloba todas las
muertes accidentales (de tráfico, caídas y precipitaciones, accidentes laborales,
sumersiones, muertes producidas por factores medioambientales como el calor, el frío, los
rayos, las intoxicaciones, etc.), todos los suicidios y, por supuesto, todos los homicidios.
Muertes debidas a enfermedades profesionales (p. ej., silicosis) en que así se determine
por la legislación.
La recopilación de información es una parte esencial de esta fase del estudio médico-legal
de un cadáver. Es fundamental tener acceso a la documentación de los servicios de
urgencias extrahospitalarios e intrahospitalarios, la historia médica del fallecido a través de
su médico de cabecera, los datos de la investigación policial, etc., todo ello con el fin de
poder orientar adecuadamente el estudio necrópsico posterior.
El examen externo del cadáver debe constar de una descripción general que incluya sexo,
edad, talla, peso y estado nutricional. Asimismo, se describirán y documentarán los
hallazgos (cicatrices, tatuajes, etc.) que puedan permitir una identificación individual.
El estudio minucioso del cadáver en sus caras anterior y posterior en busca de lesiones es
una parte fundamental de la autopsia médico-legal. Hallazgos de escasa relevancia clínica,
como erosiones, hematomas, pequeñas heridas, etc., pueden tener y tienen una gran
trascendencia en el ámbito médico-legal. Las lesiones han de documentarse mediante
fotografía con testigo métrico y debe describirse de qué tipo son, sus dimensiones y la
situación con respecto a puntos anatómicos fácilmente identificables.
Se debe examinar toda la superficie corporal con fuentes de luz adecuada si es necesario,
y recoger los indicios biológicos o de otro tipo que sean eficaces. Igualmente se debe
examinar los orificios naturales y describir cualquier clase de lesión o anomalía detectados
en ellos; en su caso, se recogerán mediante torundas estériles sin medio de conservación
muestras biológicas del ano, la vagina, la boca o los orificios nasales, según los casos.
Aunque nuestra legislación, como otras, permite obviar el examen interno en el caso de
que tras el examen externo del cadáver pueda dictaminarse cumplidamente la causa de la
muerte (excepto en los casos de homicidio), son numerosas las publicaciones que refieren
discrepancias sobre la causa de la muerte entre la valoración prenecrópsica y la
posnecrópsica tanto en el ámbito clínico como en el forense. De hecho, se han publicado
casos de homicidios que inicialmente se habían interpretado como muertes naturales, lo
que justifica la conveniencia de realizar el examen interno de manera obligatoria.
El examen interno debe incluir la evisceración completa de las cavidades del cadáver:
cabeza, cuello, tórax y abdomen. Se recomienda disecar el cuello tras la evisceración del
tórax y el cráneo para evitar artefactos post mortem que pueden dificultar la interpretación
de los hallazgos cervicales. Las heridas deben disecarse capa a capa para identificar
adecuadamente su trayectoria.
Algunas causas de muerte pueden requerir técnicas especiales de autopsia, como ocurre
en casos de embolia gaseosa, localización de trombos en las extremidades en casos de
muertes por tromboembolia pulmonar u objetivación de lesiones subcutáneas no visibles
externamente.
Exámenes complementarios
Una autopsia médico-legal no puede considerarse hoy día completa sin recurrir a una serie
de exámenes complementarios (toxicológicos, bioquímicos, histológicos, criminalísticos y
microbiológicos) más o menos amplios en función de los antecedentes y los hallazgos del
examen externo e interno del cadáver. Los estudios complementarios son más necesarios
y deben ser más completos cuanto más inespecífico es el estudio macroscópico.
En la práctica forense habitual, los estudios más comúnmente solicitados son los
histológicos, hemogenéticos y toxicológicos. Para la recogida de muestras en los primeros
se sigue el procedimiento habitual de las autopsias clínicas, mientras que para los
hemogenéticos se prefiere la sangre con anticoagulante tipo ácido
etilendiaminotetraacético (EDTA), si bien la elección de la muestra idónea está en función
del estado de conservación del cadáver. La recogida de muestras para estudios
toxicológicos requiere un procedimiento sistemático, recogido de forma resumida en la
tabla 1, que hay que conocer y depende en gran parte del tipo de tóxico a analizar.
Objetivos
Para catalogar una autopsia como «blanca» y, por lo tanto, el mecanismo de muerte como
inexplicado (muerte indeterminada), Aguilera y Suárez38 establecen los siguientes criterios
mínimos:
2. Realizar una autopsia completa, con estudio microscópico de todos los órganos, incluido
el estudio del sistema de conducción cardíaco.
Datar la muerte es un problema clásico en medicina legal que supone con frecuencia una
gran dificultad. Cuanto más nos alejamos del momento de la muerte, más difícil resulta
precisar el momento en que se produjo y los resultados se deben establecer siempre en
forma de intervalo. Todos los métodos tienen sus limitaciones y la fiabilidad aumenta con
la utilización sistemática de métodos distintos de forma combinada.
Una muerte es violenta, por tanto, cuando su origen está en un factor externo al individuo.
En función de la intencionalidad en la actuación de ese factor, una muerte será accidental
si el factor externo no es intencional; suicida si el factor externo es intencionalmente
provocado por la misma persona, y homicida si el factor externo es intencional y provocado
por otra persona. La valoración médico-legal de una muerte como homicida sólo significa
que una persona ha matado a otra, con independencia de la valoración jurídica del hecho.
Las muertes cuya causa no puede determinarse porque el estado del cadáver no lo
permite, o porque los hallazgos tras una autopsia completa no permiten un diagnóstico con
un grado de certeza aceptable, deben clasificarse como indeterminadas. Di Maio y
Dana aceptan una sexta categoría que denominan «sin clasificar», definida porque se
conoce la causa de la muerte, pero el estudio de las circunstancias no permite
pronunciarse por una etiología u otra.
En orificios como la nariz, boca, ojos, oídos, vagina, recto, la piel continua en forma de
membrana mucosa, tapizando estas estructuras.
ESTRUCTURA DE LA PIEL
Epidermis: Es la parte más externa. Está formada por tejido epitelial y carece de vasos
sanguíneos y terminaciones nerviosas.
Está más engrosada en las palmas de las manos y plantas de los pies. En ellas se
distinguen varios estratos. Los más importantes son:
Dermis: Es una capa gruesa de tejido conjuntivo. Situada bajo la epidermis. Contiene
vasos sanguíneos y linfáticos, terminaciones nerviosas que recogen las sensaciones de
calor, frío, dolor, presión, etc., glándulas sudoríparas y sebáceas y folículos pilosos.
Dermis papilar: se llama así por sus salientes o papilas, que se corresponden con los de la
epidermis. Es rica en vasos y nervios y en ella encontramos los receptores del tacto.
Dermis reticular: más profunda que la anterior, contiene densas redes de colágeno. En ella
encontramos los folículos pilosos, glándulas sebáceas y sudoríparas.
Está formada principalmente por tejido conjuntivo adiposo, atravesado por bandas de
colágeno para sujetar la piel a partes más profundas del cuerpo. El tejido adiposo
constituye y una almohada que amortigua la presión, los golpes, aísla contra la pérdida de
calor y almacena energía y agua.
COLOR DE LA PIEL
FUNCIONES DE LA PIEL
Protección mecánica: la piel nos protege contra agresiones del medio externo, sobre
todo por la capa córnea, que es más gruesa en las zonas del cuerpo que están en
constante contacto con objetos sólidos del entorno (palma de las manos, planta de los
pies, callos, durezas).
El pelo: acción termoaislante.
Protección contra las infecciones: la piel sana con una capa córnea bien lubricada
constituye una barrera de escasa permeabilidad para las bacterias. La superficie de la piel,
ligeramente ácida, sirve también como defensa, así como las células de Langerhans que
encontramos en ella.
Reservorio de sangre: el 10% del total del volumen sanguíneo está en los vasos
sanguíneos de la piel en condiciones de reposo, incrementándose con el ejercicio.
Síntesis de vitamina D.
ANEJOS CUTÁNEOS
a) Ecrinas: presentes en todo el cuerpo, sobre todo en palmas y planta de los pies. Sus
conductos se abren al exterior mediante un poro. Producen el sudor, claro y acuoso,
compuesto por agua con sales minerales, especialmente cloruro sódico y pequeñas
cantidades de substancias de desecho.
b) Apocrinas: producen una secreción lechosa que se descompone fácilmente por las
bacterias de la piel, despidiendo un olor desagradable. Comienzan a funcionar en la
pubertad. Se localizan en la piel de la axila, en la región genital y en la anal. Estas
glándulas son las responsables del olor típico de un individuo (perro reconoce amo), son
especialmente susceptibles a la infección (abcesos).
En algunos puntos del cuerpo existen glándulas sebáceas libres, independientes de los
pelos: labios, nariz, párpado, areola mamaria, glande, labios mayores y menores.
Pelo: se forma en los folículos pilosos. Es un tallo de queratina en el que se distingue una
corteza externa y médula interna. Consta de bulbo (parte basal en la que se forma la raíz)
y tallo (atraviesa la epidermis y se proyecta al exterior).
Uñas: son láminas córneas que cubren la cara dorsal de la falange distal de los dedos de
manos y pies. Sirven de protección a la punta de los dedos y hacen de contrafuerte a las
yemas de los dedos, facilitando una sensación táctil más discriminativa.
DERMATOPATOLOGÍA
LESIONES DERMATOLÓGICAS
Lesiones sólidas:
1. Vesícula: es una elevación dela epidermis, de pared delgada, que contiene un líquido
transparente, seroso o hemorrágico. De diámetro inferior a 0,5 cm.
ENFERMEDADES DERMATOLÓGICAS
a) Dermatitis específica o típica: son las que poseen rasgos típicos que permiten
identificarlas con precisión, tanto clínica como histológicamente:
• Liquen plano: es una dermopatía inflamatoria que a menudo afecta a la superficie flexora
de antebrazos, muñecas y tobillos. También puede aparecer en tronco y algunas mucosas
como boca, vulva y pene. En la piel, las lesiones son pápulas sobreelevadas y
pruriginosas, de color rojo violáceo, que a veces forman placas planas y brillantes.
Su causa es desconocida y puede persistir meses o años. Al resolverse las lesiones
suelen dejar una zona pigmentada ya que el liquen plano afecta y destruye las células de
la capa basal y también los melanocitos, permitiendo que la melanina se vierta a la dermis.
También se destruyen los folículos pilosos, con posible caída del pelo, siendo una de las
causas de alopecia inflamatoria. En muchos casos no requiere tratamiento.
• Pitiriasis rosada: es una dermopatía frecuente en jóvenes. Una lesión típica consiste en
una placa eritematosa rodeada por una escama. La primera lesión suele ser una gran
placa de hasta 2 cm., pero las lesiones subsiguientes suelen ser de menor tamaño y
todas se caracterizan por una escama que comienza en el centro y se extiende hacia
la periferia a medida que crece la lesión. No es una lesión grave, cura sin ttº, origen
desconocido.
• Dermatitis atópica: es uno de los tipos más frecuentes. A menudo se inicia en el lactante
o en el niño, pero persiste en la vida adulta. Se asocia con antecedentes familiares claros
a hipersensibilidad desencadenada por numerosos alergenos. Las lesiones aparecen por
todo el cuerpo pero son más abundantes en pliegues cutáneos, como codos, muñecas,
cuello, huecos poplíteos. Se caracteriza por la aparición de un eritema con vesículas y
lesiones costrosas, pruriginosas.
• Dermatitis seborreica: la piel enrojecida inflamada está cubierta por una costra
blanquecina. En el niño suele limitarse al cuero cabelludo (costra láctea), mientras que en
el adulto también afecta al rostro.
INFECCIONES CUTÁNEAS
Las infecciones de la piel pueden deberse a virus, hongos o bacterias. Las más frecuentes
son las causadas por virus:
Infecciones víricas: son tres los principales grupos de virus que afectan a la piel
directamente, y producen lesiones con presencia de partículas víricas, a veces en forma
de inclusiones intracelulares.
Los hongos son comensales habituales de la superficie cutánea y pueden dar origen a
dermopatías conocidas con el nombre de micosis.
Las micosis superficiales de la piel son el tipo más frecuente de infección causada por
hongos.
En ocasiones, los hongos proliferan en los folículos pilosos, en cuyo caso la reacción
inflamatoria puede ser más intensa y provocar foliculitis destructiva. Esto es cada vez más
frecuente en pacientes inmunodeprimidos (SIDA).
Las micosis cutáneas más frecuentes son las que a continuación se enumeran:
• Pie de atleta: se localiza en los pies y regiones interdigitales. Los síntomas que aparecen
son: eritema, erosión y costras.
• Tiña del cuerpo: se localiza en cara y tronco y se manifiesta por lesión anular con un
borde escamoso y eritematoso.
• Tiña de la cabeza: se localiza en el cuero cabelludo y se manifiesta por caída del cabello
y formación de escamas.
• Tiña ungueal: se localiza en las uñas de manos y pies y se manifiesta por uñas gruesas y
frágiles.
• Impétigo: lesión muy contagiosa que se extiende rápidamente a otras personas (colegios,
cuarteles). Se caracteriza por la formación de grandes vesículas (ampollas) que pueden
contener un líquido claro o, por el contrario, estar llenas de pus (pústula), que
posteriormente darán lugar a la formación de costras amarillentas.
Son muchas las enfermedades de la piel que cursan con vesículas: dermatitis, varicela,
herpes; o con ampollas: impétigo, pénfigo vulgar: enfermedad en la que aparecen
grandes ampollas sobre la piel enrojecida, en pacientes de mediana edad y ancianos. Las
ampollas surgen espontáneamente en la mucosa oral y en la piel, pero pueden ser
inducidas al frotar piel aparentemente normal (en la diapositiva puede apreciarse cómo la
epidermis ha comenzado a separarse en la zona pálida central). Las ampollas suelen curar
sin dejar cicatriz.
TUMORES CUTÁNEOS
• Carcinoma basocelular superficial: suele aparecer como una placa plana y eritematosa, a
menudo de borde irregular. Es más frecuente en el rostro, pero esta variedad también
suele afectar al tronco. A veces hay áreas sobreelevadas en el tumor, que representan el
desarrollo de un carcinoma basocelular nodular dentro de la lesión superficial preexistente.
Todos los carcinomas basocelulares pueden curarse si se extirpan por completo, aunque
las recidivas causen problemas locales. Los carcinomas basocelulares descuidados
producen una destrucción local considerable de partes blandas y, a veces, de los huesos
de la cara (de ahí su nombre “ulcus rodens”, úlcera que roe).
El otro tipo de displasia presenta atipias epidérmicas, con pleomorfismo y mitosis en todas
las caras de la epidermis, hasta la superficie. Se considera como carcinoma escamoso in
situ (carcinoma intraepidérmico) y, al igual que las queratosis actínicas, aparece en piel
expuesta a la luz, aunque también puede afectar a la que está normalmente cubierta, por
ejemplo en el tronco. Clínicamente las lesiones aparecen como placas pardo rojizas
solitarias, planas o sobreelevadas, a veces con una escama queratinosa superficial y, en
ocasiones, con ulceración focal.
b) Melanoma maligno: es un tumor que afecta, sobre todo, a personas adultas, aunque
también puede aparecer en los niños. Puede surgir a partir de un nevo preexistente o
desarrollarse por sí solo sobre la piel normal. El factor predisponente más importante es la
exposición excesiva a la luz ultravioleta, a la disminución del poder filtrante de la capa de
ozono y al aumento de la costumbre de tomar el sol. Es un tumor infrecuente en razas de
piel oscura (efecto protector de la melanina). Las mujeres está más predispuestas y se
localiza en piernas, mientras que en los hombres lo hace en el tronco, especialmente en la
espalda. También puede aparecer, aunque raramente, en la mucosa oral y nasal.
Son lesiones de mayor tamaño que los nevos (aumento reciente), poseen un contorno
irregular y asimétrico, su pigmentación es variable. Pueden ser planos o presentar lesiones
nodulares sobreelevadas y también pueden estar ulcerados.
El melanoma maligno puede metastatizar por vía linfática o por vía hematógena en otros
lugares de la piel, hígado, pulmón y cerebro, pero puede hacerlo en otras estructuras como
el miocardio, meninges, etc.
Tumores derivados de la dermis: aunque muchas de las lesiones que derivan de células
de la dermis simulan tumores, en realidad son malformaciones. Las más frecuentes son:
• Hemangiomas: son tumoraciones firmes, de color rosa intenso o vino, que suelen
localizarse en tronco, nalgas y miembros. Son frecuentes en lactantes y niños. Algunos
desaparecen espontáneamente pero, con frecuencia, hay que extirparlos pues son muy
frágiles y sangran con facilidad. Otras manifestaciones lo hacen en forma de manchas
rojo-vinosas o azules; suelen ser congénitos y se les conoce vulgarmente como antojos.
Hay muchas lesiones de la piel que son muy difíciles de clasificar debido a que su etiología
y patogenia son desconocidas.
Acné vulgar: es un tipo de foliculitis crónica. Su causa es desconocida pero pueden influir
niveles elevados de andrógenos.
BIOPSIA CUTÁNEA
Normas de tramitación
Los Tribunales, Juzgados o Médicos Forenses comunicarán al Instituto el envío que hayan
efectuado, expresando fecha de la expedición, procedimiento utilizado, nombre del
transportista y breve descripción del paquete y su precintado.
Embalaje
Material absorbente en cantidad suficiente para empapar por completo, en caso de derrame,
el contenido líquido, y que deberá colocarse entre los recipientes primarios y el embalaje secundario.
Si se colocan varios recipientes primarios en un mismo embalaje secundario, los primarios deberán
envolverse individualmente para evitar que haya contacto entre ello, o se manchen o contaminen
mutuamente, incluso exteriormente, en caso de vertidos o roturas.
Recipientes primarios
Se recomiendan los frascos de plástico incoloro de boca ancha y doble tapa. En todo caso
la tapa de rosca debe reforzarse con cinta adhesiva para asegurarse la estanqueidad.
Para los estudios histopatológicos son recomendables los frascos de dos litros de
capacidad, que permiten una mejor fijación y no deforman las piezas.
Los frascos destinados a contener sangre, se deberán secar perfectamente para evitar
hemólisis y llenar completamente, sin cámara de aire, si se han de determinar gases,
alcohol y otras sustancias volátiles.
En cambio, para los restantes fluidos, se debe dejar vacío un espacio suficiente en los
frascos, para evitar fugas y sobrepresiones en su interior.
Una vez cerrados, debe comprobarse que no pierden líquido. Se tienen que acondicionar
de manera que queden fijos y protegidos contra choques, para impedir su rotura o derrame
y controlar sus movimientos dentro del embalaje exterior en condiciones normales de
transporte.
Etiquetado y precintado
Cuando las muestras estén contenidas en varios frascos, todos y cada uno de ellos
estarán provistos de una etiqueta con expresión del contenido, nombre de la víctima,
Juzgado de Instrucción, número de sumario o diligencias y fecha.
Tóxicos desconocidos
En los casos en que se desconozca totalmente la naturaleza del tóxico a investigar en un
cadáver, es necesario remitir al Instituto las muestras que a continuación se detallan:
Un recipiente con estómago y su contenido, y además vómitos y los lavados gástricos que en el
tratamiento de urgencia se hicieran con agua sola.
Alcohol etílico
En sujetos vivos
Instrumental: la extracción de sangre venosa se realizará con jeringa de un solo uso.
Desinfección de la piel: se efectuará con solución acuosa de cloruro mercúrico o mercuro-
cromo, agua con jabón o agua destilada, nunca se empleará alcohol, tintura de yodo u otros
disolventes con fracciones volátiles.
Se procurará que la muestra no reciba calor, manteniéndola en frigorífico siempre que sea
posible. Para su envío posterior introducir el vial en otro envase.
En cadáveres
Debe solicitarse esta determinación, junto con la de drogas, en todos los conductores de
vehículos muertos en accidentes de tráfico, así como en los fallecidos por atropello de
vehículos de motor.
Drogas de abuso
Muertes por drogas
Además de sangre, acondicionada de igual forma que para las determinaciones de alcohol
etílico, orina y muestras de vísceras, no debe omitirse en estos casos el envío de:
Jeringuillas.
Monóxido de carbono
5 ml de sangre, preferentemente obtenida de cavidades cardíacas o del sistema venoso,
se introducen en un tubo, sin cámara de aire. Evítese la aireación de la muestra que pueda
dar lugar a desplazamiento del óxido de carbono por el oxígeno del aire.
No es necesaria la adición de agentes conservadores, ya que el propio monóxido actúa
como tal. Si existe duda sobre su existencia o se desea la investigación de otros tóxicos, la
sangre se acondicionará del modo anteriormente descrito.
Incendios
Muestras a remitir
Muestras de material afectado en el incendio.
Muestras de líquidos, botellas, etc., encontradas en el lugar del siniestro y que pudieron
estar relacionadas con la causa del incendio.
Recipiente
Las muestras deben ser recogidas en frascos o en tubos de vidrio, dependiendo de la
cantidad recogida, sin cámara de aire y herméticamente cerrados.
En el caso de conservas caseras, enviar los restos de comida y otros botes que contengan
más conservas que hayan sido elaboradas de igual manera.
Es de gran interés que se adjunte un informe sobre el cuadro clínico que presenta el
enfermo y tratamiento al que ha sido sometido, principalmente si se le ha administrado
suero antibotulínico y tiempo transcurrido entre la administración y la toma de la muestra.
Intoxicaciones alimentarias
Análisis Microbiológico
Se hará constar siempre la fecha y hora del envasado. No se añadirán agentes
conservantes y se indicará si ha existido algún tratamiento medicamentoso, especialmente
antibióticos.
En aguas de grifo:
Dejar fluir el agua un rato y tomar la muestra sin dejar que grifo y recipiente se toquen. No
interrumpir este paso.
Si el transporte se prevé que dure más de 2-3 horas es necesario colocarlas en un medio
de transporte adecuado (ejemplo: agua peptona).
Setas
Se enviarán ejemplares que estén enteros o en su defecto restos del guiso presuntamente
responsable de la intoxicación, en un frasco hermético cada muestra (evitar bolsas de
plástico), refrigerados y sin conservantes (adjuntar información sobre lugar de recogida,
sintomatología e información de autopsia).
Toxinas
Para investigar la presencia de amanitinas (toxina que puede causar la muerte a partir del
cuarto día de la ingesta), remitir orina en un frasco estéril. Indicar la fecha de la toma de la
muestra.
Plantas superiores
Para su clasificación botánica, la muestra debe ser un espécimen completo, las hojas se
remitirán entre papel de periódico y protegidas con un cartón y los frutos y semillas se
enviarán en un frasco aparte (adjuntar información sobre lugar de recogida, sintomatología
o informe de autopsia).
Determinaciones bioquímicas
Relacionadas con el diagnóstico de intoxicaciones
Acetilcolinesterasa y/o pseudocolinesterasa (intoxicaciones por organofosforados o
carbamatos): se enviará 1 ml de sangre con anticoagulante EDTA Na sólido (1 mg/1 ml de sangre)
o heparina.
Protoporfirina IX (intoxicación por plomo): 1 ml de sangre extraída con heparina (10 ui/ml
de sangre).
Glucosa: si se realiza la valoración en sangre será recogida con fluoruro sódico sólido (10
mg/1 ml de sangre), para evitar glucólisis heparina o EDTA Na sólido (1 mg/1 ml sangre).
Fijación: todas las muestras de objeto de estudio histopatológico deben ser remitidas en formol
al 10%.
Únicamente se mandarán en fresco aquellas muestras que deban ser objeto, además, de
otro tipo de análisis. Por ejemplo: las heridas en que interese estudio criminalístico.
Para la fijación adecuada las piezas deben quedar cubiertas totalmente por el líquido
fijador, colocando éste antes que la muestra. La proporción adecuada es: volumen de la
muestra/volumen del fijador = 1:3.
Muestras:
Órganos sólidos: se deben enviar seccionados en cortes de menos de 2 cm de grosor.
Encéfalo: se debe enviar preferentemente completo. Bien en bloque, en un recipiente grande
y con abundante formol (si se envía nada más realizar la autopsia) o bien tras una fijación del órgano
íntegro de dos semanas de duración, con cortes coronales de 1 cm de espesor. En caso de encontrarse
una hemorragia subaracnoidea, lavar la sangre y luego fijar, para hacer un estudio de posible
malformación vascular.
Vísceras huecas: se deben enviar abiertas y lavado su contenido. El estómago debe abrirse
por su curvatura mayor. El contenido se pondrá en un recipiente aparte, si interesan otros análisis.
Citología: los líquidos deben enviarse en fresco lo antes posible, o bien diluidos en alcohol de
50º, en proporción 1:1.
Intoxicaciones
Se tendrá en cuenta el órgano diana, así como los órganos asociados a la cinética del
tóxico.
Drogas de abuso: pulmón, hígado, corazón, encéfalo, riñón, bazo y piel de la zona de las
punturas.
Asfixias mecánicas
Ahogamiento: pulmón (un fragmento de cada lóbulo de zona hiliar y distal) y otros órganos que
manifiestan signos de hipoxia, así como de corazón.
Ahorcadura y estrangulación: muestreo bilateral del cuello (piel con surco o marcas, músculos
cervicales, carótidas y laringe completa).
Electrocución
El corazón y las marcas sospechosas de entrada o salida de la corriente en la piel.
Nota: en los casos en los que se desee el estudio de una lesión concreta, p.e.: solución de
continuidad en órganos internos, se recomienda el envío de una fotografía de la zona o
bien que se marque la zona de interés (p.e.: un punto de sutura).
Si se trata de un fallecido:
Se disecará la piel de la zona interdigital entre el primer y segundo dedo, cara dorsal y
cara palmar. Se introducirá en botes nuevos por separado especificando de qué mano se
trata, sin conservante alguno.
Pelos
Los pelos pertenecientes al cuero cabelludo se deben tomar de distintas zonas (frontal,
temporal, vértex anterior y posterior y nuca) en número elevado (50 como mínimo).
Si los pelos son de otra región del cuerpo también se tomarán de distintas zonas.
Tierras
Junto con la muestra dubitada se enviará la mayor cantidad posible, tomada del lugar de
los hechos, así como de las zonas próximas a él.
Restos óseos
Es de capital importancia aportar la mayor cantidad de datos referidos a:
Fauna cadavérica
Recogida directamente de los restos cadavéricos tanto de la superficie como del interior, si
hubiera.
Los insectos y/o larvas deben colocarse en cualquier recipiente hermético bien cerrado,
preferentemente de plástico, sumergido en alcohol de 50º.
Durante la realización de estas autopsias, tanto los patólogos como los técnicos están
expuestos a varios riesgos:
Caídas.
Contactos eléctricos.
Sobreesfuerzos.
Caídas
Las caídas durante la realización de autopsias se pueden producir al mismo o a distinto
nivel. Las caídas al mismo nivel son producidas por suelo mojado, como medida
preventiva habrá que construir el suelo con materiales antideslizantes y debe facilitar el
drenaje del agua y de los líquidos y para ello debe tener una pendiente ligera que vaya a
un desagüe; también es importante que el calzado sea antideslizante.
Las caídas también se pueden dar por cables de herramientas o porque las mesas de
autopsias no son regulables y las personas de baja estatura usan plataformas inestables.
Una vez que esta herramienta entra en contacto con el cadáver puede provocar daños de
dos tipos:
La herida en sí
Para evitar el riesgo que provoca la sierra cortante tendremos que comprobar que las
cuchillas no estén dañadas y cuando las cambiemos asegurarnos de que la sierra está
desconectada.
Contactos eléctricos
Esto se produce cando usamos herramientas eléctricas y se ve incrementado cuando hay
presencia de agua.
Otro riesgo eléctrico es si no conocemos el historial clínico del cadáver, este puede llevar
un marcapasos, en este caso debemos llamar a un experto para que lo identifique, la
desactivación la tiene que llevar a cabo el fabricante o una persona experta.
Sobreesfuerzo
Estos sobreesfuerzos van a ser debidos a la movilización del cadáver, y nos afectan
directamente a los técnicos, para evitar esto hay que evitar la movilización manual del
cadáver y hacerla a través de medios mecánicos.
Por lo general al único agente químico al que estamos expuestos durante la autopsia es al
formol, pero excepcionalmente las muertes causadas por una intoxicación de cianuro
pueden originar una exposición a este durante la necropsia. El cianuro produce una serie
de síntomas que son náuseas, vértigos, irritación de las mucosas y dolor de cabeza
repentino.
Hay muy poca gente que pueda detectar el olor del cianuro, por eso es más peligroso, y
como medida preventiva siempre hay que mirar el historial clínico y si se sospecha de
muerte por ingestión de cianuro se debe tomar una serie de medidas, hay que utilizar
protectores respiratorios y realizar la apertura del estómago en una vitrina con filtros
adecuados.
Como medida preventiva hay que mirar la historia clínica, ya que en ella se debe informar
sobre la presencia de dichos implantes. Ante un paciente con implantes debemos de
consultar con los responsables de la protección radiológica del centro para determinar qué
medidas tenemos que adoptar. Por supuesto las mujeres embarazadas o en periodo de
lactancia deben evitar la exposición a radiaciones.
Riesgo de
propagación a la Profilasis o
Nivel de riesgo Riesgo infeccioso colectividad tratamiento eficaz
Puede causar
enfermedad y
constituir un peligro Es poco probable que
2 para los trabajadores se propague Posible generalmente
Provocan una
enfermedad grave y un
serio peligro al No se conoce
4 trabajador Existe riesgo elevado actualmente
Independientemente del nivel de riesgo los organismos patógenos se pueden transmitir por
varias vías de inoculación, por contacto directo con la piel y a través de la piel se absorbe,
salpicaduras sobre mucosas o piel, por inhalación de aerosoles o por vectores (insectos),
de este modo el grupo de riesgo del agente infeccioso y las posibles vías de transmisión
van a determinar las medidas de protección necesarias para controlar el riesgo.
Realizar los procedimientos de manera secuencial, tomando las debidas precauciones para
garantizar la seguridad.
Las áreas de trabajo deben ser suficientemente espaciosas como para poder mantenerse
limpias y ordenadas. El espacio requerido dependerá del volumen de autopsias realizadas.
Las áreas de trabajo deben estar debidamente ventiladas, lo que puede conseguirse mediante
ventilación natural o forzada, o mediante el uso de unidades de aire acondicionado, equipadas con
filtros para el polvo en la entrada de aire.
Las tuberías que transportan líquidos no deben pasar por encima de las superficies de
trabajo, a no ser que estén provistas de un revestimiento herméticamente sellado.
Las paredes, techos, suelos y superficies de trabajo deben ser lisas, de material no
absorbente y fácil de limpiar y desinfectar.
Los armarios, estanterías, equipos y material de laboratorio deben estar colocados de forma
que evite la acumulación de polvo y se facilite su limpieza. Se recomienda el uso de armarios hasta
el techo.
Ausencia de mobiliario, documentos y objetos que no sean los estrictamente necesarios para
la realización de autopsias.
Cuando el trabajo en condiciones estériles sea limitado o tenga lugar sólo ocasionalmente, puede
ser suficiente con utilizar una superficie de trabajo limpia siempre que se apliquen las técnicas
asépticas.
Deberá establecerse un programa de limpieza y desinfección de la sala que tenga en cuenta los
resultados de la vigilancia de las condiciones ambientales y la posibilidad de contaminación cruzada.
La sala debe restringirse al personal autorizado. Cuando existan este tipo de restricciones, el
personal deberá conocer:
Condiciones ambientales:
Las condiciones ambientales no deben invalidar los resultados. La sala de autopsias debe
disponer de un programa adecuado para mantener las condiciones ambientales adecuadas, tanto del
aire como de las superficies de trabajo, con la finalidad de conocer las tendencias en los niveles de
biocontaminación.
La sala debe definir los recuentos máximos de microorganismos que considere aceptables y
disponer de un procedimiento documentado en el que se describan las medidas a tomar para corregir
las situaciones en que se sobrepasen estos límites. Estas medidas incluyen:
También existen otros guantes especiales frente a riesgos biológicos que están formados
por 2 capas externas de un material elástico y que en su capa interna contienen un agente
desinfectante; para realizar la autopsia es aconsejable el uso de estos guantes junto con
otra clase de ellos. El guante nos lo debemos cambiar tras cualquier rotura o perforación.
Protectores oculares:
Estos protegen al usuario frente al riesgo de salpicaduras o biocontaminación por
aerosoles.
Los protectores oculares que existen son las gafas de protección, que se deben de adaptar
perfectamente a la cara para conseguir la hermeticidad.
Otro tipo son las máscaras que van a proteger las mucosas y las vías respiratorias.
Protectores respiratorios:
Protegen de las salpicaduras a la boca y a la mucosa nasal. Tenemos las mascarillas
quirúrgicas o autofiltrantes; ambas deben desecharse cuando sean salpicadas.
La ropa de protección:
Debe ser impermeable y cubrir el cuerpo y la cabeza, en la que nos pondremos siempre un
gorro.
Calzado:
Debe ser antideslizante, cerrado, impermeable, de fácil limpieza y resistente a
desinfectantes.
Una buena opción es el uso de botas altas para que enlace con la ropa que llevamos en
las piernas.
Los aerosoles también se pueden formar cuando abrimos el intestino, por eso se aconseja
abrirlos en un recipiente con agua o cubrirnos la cabeza.
Medidas higiénicas
Estas son no comer, no beber, ni fumar. También se pueden cubrir las lesiones y heridas
de las manos con apósitos impermeables, si esto no podemos hacerlo debemos evitar la
autopsia. Otra es lavarse las manos y ducharse tras la autopsia.
Pueden ser huesos rotos que producen astillas que nos podemos clavar. En cuerpos que
vienen con traumatismos es aconsejable hacer una radiografía.
Otro puede ser elementos punzantes de intervenciones médicas anteriores como prótesis
o agujas en el tejido subcutáneo de drogodependientes.
Sangre.
Tejidos.
Líquidos corporales.
Se tendrá especial cuidado en no pincharse ni cortarse, sobre todo con objetos
contaminados o manchados de sangre.
Precaución con salpicaduras en boca y conjuntiva ocular, pues son puertas de entrada de
los microorganismos. Se extremarán las medidas de seguridad cuando el cadáver sea VIH
positivo; asimismo, los cadáveres sometidos a una prueba serológica donde el resultado
es VIH negativo, serán tratados como positivos, ya que pueden encontrarse en el periodo
ventana.
Las muestras, especialmente de sangre, deben ser recogidas por personal experimentado.
En cuanto a las agujas, deben ser desechadas en contenedores identificados, se aconseja
que la aguja sea separada con pinzas o con algún sistema que evite el riesgo de pinchazo.
Desinfección:
Estudiaremos la muestra. Si es HbsAg (-) no es preciso hacer nada más. Debe realizarse
también el estudio de anticuerpos antivirus de la hepatitis C o anti-VIH.
El accidentado:
Si presenta HgsAg (+) en la muestra tomada en el momento del accidente, no es preciso
hacer nada más. Bien padece ya la enfermedad o la tuvo en el pasado.
Vacunación hepatitis B:
Los grupos de riesgo habitualmente aceptados y cuya vacunación debería ser total
incluyen:
Personal sanitario.
Personas que, no perteneciendo al primer grupo, están en frecuente contacto con los
pacientes.
Priones
Los priones son proteínas víricas causantes de enfermedades. Entre ellas destacaremos la
enfermedad de Creutzfeld-Jacob, encefalopatía fatal y poco frecuente. Afecta a adultos de
edad mediana y los síntomas son demencia progresiva, disartria (dificultad para articular
palabra), pérdida de masa muscular y aparición de diversos movimientos involuntarios. El
paciente empeora de semana en semana y la muerte se produce al cabo de un año. No es
frecuente la transmisión directa, pero se ha observado la aparición de la enfermedad
varios años después de la exposición a agujas, instrumentos quirúrgicos u objetos que se
habían utilizado en cadáveres con esta patología. Como medida preventiva se destruirá o
esterilizará todo material potencialmente infeccioso.
Tuberculosis
Infección granulomatosa crónica producida por un bacilo acidorresistente, Mycobacterium
tuberculosis, que se transmite a través de gotitas de saliva y afecta a los pulmones, si bien
puede darse otras vías de contagio y lugares de infección.
En la sala de autopsias hay que tomar medidas de precaución, pues puede ser transmitida
por inhalación al manipular pulmones infectados en fresco. Habrá que perfundirlos con
formol antes de lonchearlos para prevenir el contagio.
Rabia.
Algunas encefalitis.
Vías de transmisión
Inhalación
Se pueden formar aerosoles:
Al comprimir órganos.
Al seccionarlos.
Extraer vísceras.
Lavar intestinos.
Ingesta
Como en todo laboratorio, en la sala de autopsias está prohibido comer, fumar, llevarse
nada a la boca, tocar con guantes…
La apertura, disección y lavado de las vísceras puede liberar patógenos intestinales como
la Salmonella, Shigella, Escherichia coli… o cualquier enterobacteria.
Mucho cuidado con rotura o cortes en los guantes, pinchazos en la mano, etc.
A través de la conjuntiva
Cuidado ante salpicaduras de sangre, líquidos y tejidos.
La seguridad, como prevención, viene definida por una serie de barreras. Éstas se rompen
por fallos humanos y/o errores mecánicos.
Barreras primarias
Las localizadas en torno al origen del riesgo: contenedores, equipos e instrumental
correcto, y buena práctica.
Aerosoles; salpicaduras.
Cortes; pinchazos.
Cuando se presuma de la existencia de una tuberculosis, es necesario perfundir los pulmones
con formol (tras toma microbiológica y antes del loncheado).
Para lavar vísceras o abrir intestino hay que intentar que el agua no salga a presión, que no
salpique.
Sierra:
Con aspiración.
Desinfectantes
En la sala de autopsias habrá un listado con normas claras de qué es lo que hay que
utilizar en cada caso. A continuación expondremos sus características más importantes, en
cuanto al espectro de actuación, y los inconvenientes que presentan.
Alcoholes
Deben utilizarse siempre después de la limpieza del material, ya que se inactiva en presencia
de materia orgánica.
Compuestos yodados
Es un antiséptico potente, bactericida, virucida y fungicida.
Cloros y derivados
Son bactericidas, virucidas y amebicidas. La mayor parte de las bacterias son sensibles al
cloro en concentraciones inferiores a una parte por millón.
Agua oxigenada
Compuestos fenólicos
Se utilizan para la desinfección de zonas de alto riesgo. Son activos incluso en presencia de
materia orgánica.
Aldehídos
Son activos frente a bacterias, hongos y virus. Son desinfectantes muy potentes.
Barreras secundarias
Localizadas en el círculo del operador. Incluirían la indumentaria, la higiene personal y las
atenciones médico sanitarias.
Indumentaria
Se prestará especial atención en no llevarse nada a la boca, lavarse bien las manos,
extremaremos las precauciones con ropa contaminada y mantendremos en zona limpia
nuestra ropa de calle.
Atenciones médico-sanitarias
En caso de lesión con riesgo de infección se lavará con abundante agua y un antiséptico. Si
hubiera herida dejaremos que sangre para evitar anaerobios (tétanos) y acudiríamos al médico.
Barreras terciarias
Localizadas alrededor del laboratorio: evitan que los riesgos del laboratorio puedan
repercutir en la comunidad. La regla a seguir es que ningún material tóxico o infeccioso
abandone el laboratorio. Su objetivo es prevenir las infecciones para otro personal del
Hospital y de la Comunidad.
Se deberán tomar precauciones con las visitas: médicos del hospital, estudiantes y
observadores, servicios de mantenimiento o aprovisionamiento. Debe haber una línea en
el suelo bien marcada que señale el límite entre las zonas sépticas y asépticas, para que
el personal no autorizado sepa que no debe pasar de allí. Asimismo es recomendable una
galería separada con entrada aparte y barandilla para espectadores.
Los bancos para trabajar con los órganos deben estar provistos de mamparas
transparentes protectoras. No se realizarán demostraciones con órganos frescos en
cadáveres infectados por el VIH, hepatitis B, tuberculosis y enfermedad de Creutzfeld-
Jacob.
Respecto al personal de mantenimiento utilizaremos una serie de medidas preventivas,
como el uso de indumentaria adecuada, y desinfección de todo equipo que vayan a
revisar.
Tratamiento de residuos
Tipo II. Pertenecen a este grupo los residuos sanitarios que no presentan a priori riesgos
de producción de enfermedades infecciosas, ni tampoco peligro de contaminación a la
hora de su eliminación. Son los residuos no específicos. Aquí se engloban los restos
derivados de la actividad del laboratorio como son el papel de filtro, material de un solo
uso, recipientes vacíos de sangre, suero, orina, LCR o cualquier muestra biológica. Estos
se conocen como residuos biológicos.
Tipo III. Se incluyen en este grupo los residuos infecciosos en general y aquellos que, aun
no siendo infecciosos, contienen un alto riesgo de contaminación. Aquí se incluye el
material desechable contaminado de estos laboratorios de patología, también los envases
de citostáticos, agujas, vacunas vivas y atenuadas, cultivos y material contaminado, restos
de animales, así como el material cortante y punzante. Estos son los llamados residuos
de riesgo.
Tipo IV. Son los residuos sujetos a normativas singulares. Son aquellos que tienen que ser
tratados con requerimientos especiales desde el punto de vista higiénico y
medioambiental.
Los residuos del Tipo I se recogen en bolsas de color negro homologadas, de galga 69;
estas bolsas, a su vez, se introducen en otras más resistentes también de color negro y de
galga del tipo 6, según la norma UNE-53-147-85. Las bolsas, una vez cerradas, se
introducen en contenedores normalizados de 120 o 240 litros, similares a los domésticos.
Los del tipo II se recogen en bolsas de polietileno de color verde, con galga 69, que, a su
vez, se introducen en otras más resistentes y más grandes de galga 200 del tipo 6 del
mismo color y que cumplan la norma UNE-53-147-85. Las bolsas pasarán a contenedores
de color verde, salvo que el ayuntamiento de la localidad lo recomiende de otro color.
Tapa que permita la apertura y cierre temporal repetidamente hasta su llenado, una vez lo
cual quedará cerrado herméticamente de una manera definitiva.
Los que no sean cortantes o punzantes se echan en bolsas de polietileno de color rojo
cuando sean de pequeño volumen; en caso contrario, se utilizan contenedores rígidos de
polietileno de alta densidad que permitan cerrarlos herméticamente una vez llenos. Las
bolsas antes mencionadas de color rojo también se introducirán en estos recipientes.
Los contenedores para estos residuos especiales (patológicos y/o infecciosos), cuyas
características vienen definidas en la forma preliminar DIN V 30-379, han de tener las
siguientes características:
No serán transparentes.
Estarán provistos de asas, agarraderos o cualquier otro dispositivo que permita su fácil
arrastre.
La tapa del envase deberá poder abrirse cuantas veces sea necesario hasta su llenado total,
pero de tal modo que no sea posible establecer contacto con el contenido.
Una vez lleno el contenedor podrá ser cerrado con plena seguridad para su transporte; y si se
intenta su apertura posterior deberán quedar claras señas visuales del intento de apertura.
Deberán poder ser incinerados conjuntamente con los residuos que contienen.
Tendrán una capacidad o volumen superior a 70 l.
Transporte y eliminación
La evacuación de los residuos para su posterior eliminación o tratamiento, es realizada
habitualmente por los servicios del Ayuntamiento donde esté ubicado el laboratorio que los
produce. No obstante, la recogida puede hacerse por empresas autorizadas por el
organismo competente: Ayuntamientos y Comunidades Autónomas.
Los residuos del Tipo III requieren un sistema de transporte específico hasta una planta
incineradora, la mayoría de las veces a través de una empresa especializada. El
tratamiento y eliminación de estos residuos y los citostáticos se realizarán teniendo en
cuenta criterios de inocuidad, asepsia y salubridad, con el fin de garantizar la eliminación
de todos los gérmenes patógenos. Estos deben ser incinerados a altas temperaturas para
garantizar su destrucción. En caso de no existir una planta de incineración en el municipio
donde esté ubicado el centro productor, este deberá contar con horno propio para el
tratamiento de estos residuos. Si no hubiera horno crematorio se podrán tratar mediante
autoclave, extremando las medidas de control para una correcta eliminación. Una vez
realizado este proceso se eliminarán como los residuos asimilables a urbanos.
Transporte de muestras
Los contenedores deben ser de plástico, con cierre de rosca y a ser posible desechables.
En algunos hospitales estos contenedores se colocan en el interior de bolsas de plástico
autocerrables para evitar que, si están manchados por fuera, contaminen en el transporte.
El examen necrópsico se realizará en una sala diseñada especialmente, que deberá estar
ubicada convenientemente para facilitar al Anatomopatólogo la realización de sus otras
actividades.
Normalmente las salas de autopsias están en el área del sótano, la cual se puede emplear
siempre y cuando esté bien aislada de todas las áreas de servicio que comparte el sótano,
como el servicio de cocina, lavandería y mantenimiento. Lo ideal es que el servicio de
Anatomía Patológica (salas de autopsias) ocupe un lugar aislado de los demás servicios, o
en un edificio anexo.
Los suelos de estos locales deberán ser impermeables, de fácil limpieza y desinfección, con
la inclinación suficiente para evitar retenciones de agua u otros líquidos y estarán provistos de
desagües con los dispositivos adecuados que eviten olores.
Los paramentos verticales estarán chapados hasta el techo, siendo su color preferentemente
blanco.
Los niveles de iluminación oscilarán alrededor de los 350 a 500 lux, en las zonas de trabajo.
Dispondrán de agua fría y caliente, debiendo existir un circuito específico para cada una de
ellas, con caudal continuo suficiente para cubrir todas las necesidades.
Un sistema de climatización artificial que facilite una rápida y eficaz eliminación de olores.
Que todo debe mantenerse en estado de limpieza por los métodos más apropiados.
Después de cada jornada de trabajo, o cuando sea necesario, se procederá sistemáticamente a la
limpieza y desinfección de todos los materiales empleados (mesa de autopsia, instrumental…)
El operador debe usar pijamas, batas, gorros, delantales de goma, gafas o máscara integral y
guantes con que cubrir las manos, como si se tratara de un cirujano. Esta es la única manera de
defenderse personalmente de accidentes y de evitar la propagación de infecciones fuera del local.
La mesa deberá estar diseñada con unos parámetros determinados: 2,10 m de longitud por 0,75
m de anchura para que pueda albergar cadáveres de todas las tallas. Uno de sus lados puede estar
graduado en centímetros para facilitar la lectura de la talla.
Constará de:
Conexión eléctrica.
Mesita anexa para colocar los distintos objetos que se van a necesitar en el curso de la autopsia,
cuyo tablero sea de metal o de cristal para facilitar su limpieza. También es aconsejable disponer de
otra para practicar los cortes de las vísceras.
Tanto a la autoridad como a la Policía Judicial les va a ser de gran utilidad el conocimiento
de los datos que revele la autopsia, para el esclarecimiento de los procesos judiciales en
donde existe una muerte.
Las características de las salas de autopsias médico-legales y de los espacios anexos, van
a variar sensiblemente de las necesidades de las salas de autopsias clínicas, por las
propias características que rodea a la autopsia judicial.
Salas de autopsia con un tamaño apropiado al número de autopsias que se realicen, con antesala
y vestuario y dotado de anfiteatro.
Diseño
En la construcción de hospitales rara vez es prioritaria la zona de mortuorio y pocas veces
se pide la opinión del patólogo.
Además del bienestar relativo para familiares y funeraria, es muy importante respetar unas
condiciones de construcción para prevenir la extensión de infecciones.
Plan general
El complejo de la zona mortuoria requiere de:
Espacios para:
Recepción de cadáveres desde dentro y fuera del hospital.
Depósito de cadáveres.
Realización de autopsias.
También se requiere de entradas para depósito de cadáveres (ocultas si es posible a la vista del
público), estas entradas deben ser dos:
Otra externa.
Patólogos.
Clínicos.
Personal de funeraria.
Los vestuarios, adyacentes a la zona de disección, sin pasillos, con otra entrada desde el área
limpia. Femeninos y masculinos (ropa protectora, material de ducha).
Barreras físicas: que marquen los límites entre zona limpia y zona sucia, invitando al
personal ajeno a mantenerse en la zona limpia.
Ropa protectora
Gorro que cubra completamente el pelo.
Mascarilla quirúrgica.
Pantalones de quirófano.
Bata larga.
Guantes de látex, con buen refuerzo en la mano no dominante (izquierda o derecha; zurdos).
Depósito de cadáveres
Para unos días se recomiendan 4ºC, si han de estar más tiempo, más frío.
Almacén de piezas
Separados de las otras zonas, para guardar las piezas en formol.
Con sistema de extracción de aire para prevenir aumento de gases de formol (máximo
permitido 2 ppm).
Despacho y teléfono
Línea de teléfono externo con sistema de manos libres, para hablar con clínicos,
funeraria… mientras se realiza la autopsia.
Área de disección
Superficies no porosas de limpieza fácil y con drenaje rápido.
Sistema propio de ventilación y extracción de aire. Drenaje extractor para las mesas de
disección.
Luminosidad intensa adecuada, con capacidad mayor en las zonas de particular interés para
prevención de infecciones o cortes para detección de lesiones sutiles.
Para disección de órganos, tras la extracción del cuerpo, se ha usado una mesa pequeña
sobre la mesa de disección. Lo mejor es una zona más amplia con:
Mesa grande.
Instrumentos mínimos:
Sierra eléctrica para cráneo con aspiración. Atención a los accidentes que se puedan
producir por electricidad (cuidado con el agua).
Costótomo.
Enterótomo.
Sonda acanalada.
Estilete abotonado.
Separadores o erinas.
Cinta métrica.
Área de observación
Médicos clínicos, postgrado, estudiantes de medicina, enfermería, técnicos, pueden observar
las autopsias que se les autorice. Suelen venir con sus ropas de hospital (limpia, pues sería un alto
riesgo de diseminación de infecciones por las salas del hospital).
Zona limpia, separada del área de disección por pantalla transparente y sistema para
comunicación oral. El flujo de aire no vendrá desde la zona “sucia”.
Autopsias con “peligro de infección” conocido
Laboratorios especiales con requisitos para patógenos peligrosos, disponen de una pequeña
sala de autopsias especialmente protegida para evitar la diseminación de la infección en casos
especiales, como HIV, fiebre viral hemorrágica, rabia, encefalitis y otros.
Evitar la frialdad hospitalaria en la decoración, con respeto a todos los credos y culturas.
Mesa de tallado o tabla de cortar, diseñada para que los fluidos viertan directamente al
sumidero.
Equipo fotográfico.
Equipo de rayos X.
Congelador.
Sierra.
Balanza.
Microscopio de disección.
Depósito de formol.
Caja de instrumental.
Estantes.
El material requerido para llevar a cabo una autopsia completa es muy variado. Nos
limitaremos a una enumeración del material básico.
Cuchillo con hoja de 35 cm de longitud, para realizar cortes uniformes de las vísceras.
Mango de bisturí con hojas desechables, para la incisión del cuero cabelludo y para la
separación de la articulación esternoclavicular.
Tijeras con hojas de punta roma y fina, para la apertura de vías biliares y de pequeñas
arterias.
Tijeras con hojas de puntas romas, incluida la utilizada para apertura del intestino
(enterótomo).
El enterótomo se utiliza para apertura de intestinos, estómago o tráquea. Para cortar con el
enterótomo, se mete por el orificio por el que salga luz la punta redondeada y con el filo de la punta
aguda corta. Este instrumento se utiliza para no dañar las paredes de los órganos.
Tijeras de hojas curvas y largas, para cortar la médula espinal y poder extirpar el encéfalo.
Martillo.
Sierra de mano.
Costótomo, para cortar las costillas; este instrumento puede ser sustituido por unas tijeras de
podar.
Instrumentos de presa:
Pinzas de disección, con y sin dientes de ratón.
Clamps.
Separadores.
Instrumentos de medición:
Regla graduada metálica.
Cinta métrica.
Compás de espesor para, por ejemplo, medir el diámetro de los orificios valvulares
cardíacos.
Copa graduada para, por ejemplo, medir los volúmenes de los líquidos orgánicos.
Sonda acanalada.
La sonda tiene un diámetro que oscila entre 1 y 4 mm. Sirve para explorar el conducto de la
uretra, el conducto cístico, las arterias coronarias y el útero.
Material de sutura:
Agujas rectas y curvas.
Hilo de sutura (en el cierre final de las cavidades suele emplearse una aguja recta de
zapatero y bramante).
Grapas.
Asas de platino.
Portaobjetos.
Torundas.
Placas de cultivo.
Material accesorio:
Zócalo de madera para situar debajo de la nuca del cadáver.
Material de protección:
Gorro desechable.
Mascarilla desechable.
Pijama.
Mandil desechable.
Gafas protectoras, visera de protección o pantalla facial que cumplan la norma europea EN
166.
Cubrepiernas impermeable.
Calzas desechables.
Todos los trabajadores de la salud deben utilizar, de manera rutinaria, las adecuadas medidas de
barrera para prevenir la exposición de la piel y las mucosas al contacto con muestras de sangre u
otros fluidos del organismo. Siempre deben usarse guantes para el manejo de muestras orgánicas y
para el contacto directo con la piel y las mucosas de los pacientes, así como cuando se realiza una
venopunción (extracción de sangre). Los guantes deben cambiarse después del contacto con cada
paciente. El uso de mascarillas o gafas protectoras se recomienda cuando se practican técnicas para
la obtención de muestras que incluyen la posibilidad de que salpiquen gotas de sangre u otros fluidos
que pueden contactar con la piel y/o mucosas de la boca, ojos y nariz. Cuando se realizan técnicas
que pueden provocar salpicaduras importantes de líquidos biológicos, deben utilizarse batas o
delantales adecuados.
Todas las muestras de sangre y fluidos biológicos deben colocarse en contenedores con cierre de
seguridad que impidan el vertido durante el transporte. Hay que tener precaución de no contaminar
el exterior del envase cuando se toma la muestra y se rellena el impreso de datos que la acompaña.
Todos los trabajadores deben tomar precauciones para prevenir las heridas causadas por agujas,
escalpelos, hojas de bisturí y otros instrumentos cortantes utilizados para la manipulación de
muestras. Especialmente se aconseja no volver a enfundar las agujas después de su uso. Todos los
instrumentos cortantes o punzantes desechables deben depositarse después de su uso en
contenedores adecuados. El uso de agujas y jeringuillas debe limitarse a las situaciones en las que no
hay alternativa y, en estos casos, minimizar los riesgos.
Para algunos estudios de rutina en infecciosos, como los análisis histológicos o cultivos
microbiológicos, se recomienda el uso de cabinas de seguridad, aunque sólo será imperativo cuando
la muestra que se maneja pueda generar dispersión por gotas o aerosoles. Esto incluye el mezclado y
la agitación.
Para el pipeteo de líquidos de cualquier origen siempre deben utilizarse sistemas mecánicos,
nunca la boca.
Los materiales contaminados utilizados para los análisis, deben descontaminarse antes de ser
reprocesados o, si son desechables, deben ser eliminados en contenedores adecuados para desechos
infecciosos.
El aparataje o equipamiento del laboratorio que haya podido contaminarse con sangre u otras
muestras, debe descontaminarse y limpiarse antes de ser reparado en el laboratorio o de ser
trasladado a talleres o servicios técnicos.
En caso de derrames o vertidos accidentales de sangre o fluidos que contienen sangre, se debe
proceder de la siguiente manera:
Desinfectar la zona con un germicida o con lejía diluida entre 1/100 (para superficies lisas)
y 1/10 (para superficies porosas o sucias). La dilución de lejía no debe tener más de 24 horas.
Cuando el vertido es muy extenso o contiene material punzante o cortante, cubrir primero
todo el vertido con toallas desechables empapadas en germicida o lejía diluida 1/10 y dejar actuar
por lo menos durante 10 minutos. A partir de este momento proceder como se ha descrito
anteriormente.
Una vez que tenemos abierta la cavidad abdominal y antes de cortar los cartílagos
costales y proceder a la retirada del plastrón costal se procede al examen de ésta. Se mide
ante todo la altura del diafragma. Se introduce la mano derecha por debajo del reborde
costal izquierdo y desde aquí se empuja hacia el tórax para llegar a la parte más alta de la
cúpula diafragmática. Se procura poner en contacto la mano derecha con la izquierda a
través de la superficie torácica y se anota a qué espacio intercostal o a qué costilla
corresponde la mano que explora.
Es conveniente examinar in situ y extraer las vísceras abdominales antes que las
torácicas. Únicamente conviene abrir el tórax después de la ablación de los intestinos, en
primer lugar porque éstos, por su situación y volumen ocultan los órganos retroadyacentes.
Estos últimos deben ser estudiados en su asiento después de haberlos puesto al
descubierto, tanto más cuanto que a veces deben ser extraídos del cuerpo en conexión
con órganos próximos o que pertenecen al mismo aparato; y todo esto no sería posible
dejando la masa intestinal en su lugar.
En segundo lugar se abre el tórax antes de extraer estos últimos, las vísceras
subdiafragmáticas descienden y, por consiguiente, sus relaciones mutuas se modifican.
En cambio efectuando la ablación de los intestinos sin abrir el tórax, el hígado, bazo, el
estómago, el páncreas y el duodeno, permanecen perfectamente en su posición y el
estudio de sus relaciones es cómodo.
Separada la madeja ileal hacia el disector, se perfora con las tijeras el mesenterio del
yeyuno, y precisamente de la cara derecha a la izquierda del ligamento, luego se hace en
este último un ojal, cortándolo de 8 a 10 cm a poca distancia del tubo intestinal. Hecho
esto se aplica al asa yeyunal, junto al extremo superior de la incisión hecha en el
mesenterio, un enteróstato, luego, tomando por debajo de éste una asa yeyunal,
apretándola entre el pulgar y el índice y haciendo deslizar los dedos hacia abajo, se
rechaza en esta dirección el contenido intestinal. Vaciado de este modo este tracto de
intestino, se aplica un segundo enteróstato a 3 o 4 cm de distancia del primero.
Inmediatamente se separa la madeja del intestino delgado hacia la izquierda del cadáver y
se busca el extremo distal del íleon, donde éste desemboca en el ciego. En el mesenterio
de esta última asa del intestino delgado se practica una abertura semejante a la primera,
comenzando también aquí a perforar la cara derecha del ligamento y cortando este último
a poca distancia del tubo intestinal, de 8 a 10 cm. También aquí, análogamente a lo que se
ha hecho en el yeyuno, se aplican dos enteróstatos. Si no se poseen tales instrumentos,
se aplican en su lugar dos ligaduras de cordel bastante grueso o dos cintas resistentes. La
sustitución de los enteróstatos por las ligaduras hace la operación no solamente menos
cómoda, sino a veces nociva para el intestino, porque debajo de las ligaduras puede haber
lesiones que se alteran más por la presión de aquellas que por las del enteróstato. Como
cuando se deberá abrir el intestino será más difícil cortar el cordel, el principiante tiende a
eliminar sin más con una incisión la porción ligada, de este modo no se examinan a veces
lesiones importantes localizadas en dichas porciones, y por ello es más aconsejable el uso
de pinzas.
Practicados los dos ojales en el mesenterio y aplicados los enteróstatos, se deja todo el
intestino delgado a la izquierda del cadáver, de modo que el mesenterio quede bien tenso.
Se pasan luego el índice y el medio izquierdo por el ojal superior y se hacen salir por el ojal
inferior. De este modo en su superficie palmar se encuentran todas las raíces del
mesenterio. Con unas tijeras grandes, pasando entre dichos dedos alejados uno de otro,
se corta la raíz del ligamento; luego se reseca el intestino entre los dos pares de
enteróstatos, y todo el intestino delgado así liberado se pone aparte, para ser luego abierto
y examinado cuando se haya extraído también el intestino grueso.
Luego se toma con la mano izquierda el ciego y se examina junto al apéndice. Después
con unas tijeras medianas, se corta el mesociego, y si éste, como a veces ocurre, no
existe, se corta la serosa que lo fija a la pared posterior del abdomen, continuándose la
liberación del intestino, colon ascendente hasta llegar al ángulo derecho hepático formado
por el colon ascendente y el transverso. En este punto se pasan el dedo índice y el medio
de la mano izquierda por debajo del ángulo superior derecho del omento mayor, de modo
que la cara palmar de los dedos esté en contacto con la superficie posterior del epiplón. Se
apartan estos dedos para poner tenso el epiplón y con las mismas tijeras se corta a ras del
estómago hasta llegar al ángulo opuesto. Luego se vuelve al ángulo derecho del colon y se
corta el mesocolon transverso. Al llegar al ángulo izquierdo o esplénico del intestino
grueso, si el meso está bastante desarrollado, se levanta dicho ángulo con el colon y se
reseca su meso, y luego el colon descendente, llegando hasta el ojal que se ha hecho ya
en el mesosigma; se reseca aquí el tubo intestinal entre los dos enteróstatos que se
habían aplicado y entonces todo el intestino grueso, menos el recto, queda libre; extraído
el vientre se coloca junto al intestino delgado. Si, por el contrario, el ángulo izquierdo del
colon, por la cortedad de sus ligamentos, es muy profundo y contrae íntimas relaciones
con el bazo y la cola del páncreas, conviene, al llegar a este punto, no proceder enseguida
a la resección del meso, sino, abandonar de momento el transverso e ir a alcanzar el
sigmoide, resecándolo entre los enteróstatos o ligaduras, luego se corta el mesosigma y se
vuelve a subir cortando desde el meso del colon descendente hasta llegar por este camino
al ángulo esplénico. Cogidas ahora con la mano izquierda las dos porciones del intestino
grueso que se encuentran en el supradicho de ángulo, se estiran hacia arriba y a la
izquierda, y se corta el meso de arriba abajo después de haberlo puesto bien al
descubierto, seguros así de no herir los órganos próximos.
Si las asas intestinales están adheridas entre sí por antiguos procesos de inflamación, se
procura destruir los lazos de tejido conjuntivo neoformado, después de haber extraído el
intestino. Algunas veces las adherencias son tan fuertes que es imposible evitar la lesión
del tubo.
Si hay adherencias entre el intestino y otros órganos, conviene intentar destruirlas antes de
extraer la masa entérica. Si a causa de procesos peritoníticos todo el intestino está
reducido a una sola masa, es necesario extraerlo en conjunto, procurando hacer aberturas
en el mesenterio o en los ligamentos para liberarlo de las paredes.
Si por último, el peritoneo parietal se adhiere a la masa intestinal, se buscan planos de
desdoblamiento para extraer conjuntamente la serosa parietal y el tubo. Luego, en un
segundo tiempo se procurará destruir las adherencias.
Se pasa por detrás del bazo la mano izquierda para saber si hay adherencias entre su
superficie y la pared abdominal, si existen adherencias tenues, se desprenden con los
dedos, si son más fuertes, se cortan con una tijeras de puntas obtusas. Si las adherencias
son fortísimas, conviene extraer juntamente con los tejidos sobre las que se implantan, por
ejemplo una parte del diafragma o bien la pared abdominal. En el manejo de las vísceras
es necesario obrar delicadamente, porque a veces es muy frágil y no conviene
destrozarlas.
Para extraer el bazo, se le sujeta con la mano izquierda, poniendo el pulgar sobre su borde
anterior y los otros dedos sobre el borde posterior, y exteriorizándolo del abdomen, se tira
de él hacia arriba para poner bien al descubierto el hilio. Con unas tijeras de punta roma o
con un cuchillo se corta el ligamento frenoesplénico, que, cuando existe, va del extremo
superior del bazo al diafragma, y luego los ligamentos gastroesplénico y
pancreaticoesplénico; finalmente el esplenocólico que, cuando existe, va del colon al
extremo esplénico inferior. Si en el espesor de los ligamentos o en la proximidad del hilio
hay uno o varios bazos supernumerarios, se sacan con el bazo principal. Al cortar el hilio
se procura no herir la cola del páncreas, que a menudo está muy próxima.
El hígado y el páncreas vierten sus líquidos al duodeno, esto hace que se precise
extraerlos conjuntamente para examinarlos sin lesionar los conductos de estas glándulas
(conducto colédoco; de vesícula biliar a ampolla de Vater y conducto de Winsurg; del
páncreas a ampolla de Vater). Dadas luego las relaciones de continuidad con el duodeno y
el estómago, conviene extraer este órgano en conexión con la primera porción del intestino
delgado. Por esta razón, estómago, duodeno, hígado y páncreas se deben extraer unidos,
respetando las recíprocas relaciones.
Para esto, con los dedos de la mano izquierda se coge el borde anterior del ligamento
suspensor o falciforme del hígado; al mismo tiempo el cadáver es empujado en sentido
craneal, de modo que el ligamento se ponga tenso y bien visible. Con unas tijeras
medianas se corta este ligamento a ras de la superficie del hígado hasta su extremo
posterior, es decir, hasta donde se continúa con la hoja anterior del ligamento coronario.
Se deja entonces el ligamento suspensorio y se coge con la mano izquierda el extremo del
ala izquierda del hígado, y estirando hacia abajo, volviendo a la derecha, se pone tenso el
ligamento triangular izquierdo, que se corta con las tijeras a ras de la convexidad hepática
hasta su vértice.
Luego se continúa seccionando la mitad izquierda del ligamento coronario hasta la cava,
procurando no herirla. Más que cortar conviene aquí aislar el hígado de modo obstuso, con
el extremo de las tijeras cerradas. Luego se baja y se vuelve hacia dentro el extremo
izquierdo del ala derecha, se corta hasta el vértice del ligamento triangular derecho y a
continuación la mitad derecha del ligamento coronario, operando como se hizo a la
izquierda y procurando no dañar la cava inferior. Debe recordarse que las dos hojas del
ligamento coronario no están en contacto con la parte media del borde posterior del
hígado, sino que entre ellas existe un espacio, en el cual el hígado está en contacto directo
con el diafragma, manteniéndose adherido por el tejido conjuntivo bastante laxo. Aquí
conviene que el disector emplee sencillamente los dedos para destruir las adherencias.
Se coloca de nuevo el hígado en su posición; luego con la mano izquierda se reclina hacia
atrás y se le mantiene fijo con la palma de la misma mano. Con las tijeras de punta
redondeada se comienza a aislar, a pequeños golpes, de la suprarrenal derecha de cara
inferior del hígado y de la cava a la que la glándula está muy próxima. Comenzando el
aislamiento, cortando con las tijeras, se continúa con las tijeras cerradas o también con los
dedos, delicadamente, porque es preciso respetar la cava, la cual, si es herida, inunda de
sangre todas las vísceras. Esta operación bastante fácil en los sujetos flacos, es más bien
difícil en los obesos, porque la suprarrenal está oculta en el tejido adiposo del riñón.
Aislada la suprarrenal derecha el hígado sólo se mantiene adherido por la cava, vaso que
se cortará el último.
Se pasa luego al esófago. Con la mano derecha se baja el cardias y con el índice izquierdo
se engancha el esófago de izquierda a derecha, intentando pasar por debajo haciendo un
ojal en el peritoneo, que tapiza su cara anterior, y más profundamente en el conjuntivo,
que se halla entre el esófago y la aorta.
A veces no se logra hacer esta operación, especialmente con las manos enguantadas; en
este caso, con unas tijeras se incide en el peritoneo con un corte paralelo al esófago y se
le desprende; se pasa el índice derecho entre la serosa y el tubo alimenticio, y entonces es
fácil aislarlo pasando el dedo en gancho alrededor del mismo. Se introduce también dentro
del ojal el índice izquierdo, empujándolo hacia el diafragma, mientras que el derecho
empuja los tejidos hacia el cardias. Se aplica uno de los ordinarios enteróstatos a algunos
centímetros por encima del cardías y otro inmediatamente por debajo del diafragma (a
menudo basta con el primer enteróstato, pues de ordinario el esófago está vacío), con las
tijeras se corta el tubo entre las dos pinzas y, si se ha aplicado una solamente, entre ésta y
el diafragma.
Se coge ahora la cola del páncreas y se tira de ella hacia arriba; se corta detrás de ésta y
detrás del resto del cuerpo de la glándula el peritoneo, que después de haber tapizado su
cara anterior, lo fija, aunque laxamente, a la pared posterior de la cavidad abdominal. El
corte debe ser próximo al páncreas para no herir el polo superior del riñón izquierdo y la
cápsula suprarrenal correspondiente que están inmediatamente detrás. Se coge ahora con
la mano izquierda la porción horizontal del duodeno y se tira de ella hacia arriba tendiendo
así el peritoneo, que después de haber pasado por su cara anterior lo aplica a la pared
posterior de la cavidad del abdomen. A medida que se corta el peritoneo, el duodeno se
deja girar completamente. Se corta la arteria mesentérica superior en su punto de origen
en la aorta, junto con el tejido conjuntivo, los linfáticos y los filamentos simpáticos que la
circundan.
Se ha llegado así a la cara posterior del páncreas (el cual precisamente está comprendido
entre la mesentérica superior y el tronco celiaco), que también es reclinado, y se corta el
tejido conjuntivo entre éste, la aorta y la cava. Se corta, finalmente, el tronco celiaco en su
origen (también está envuelto por una capa de tejido conjuntivo por la que discurren vasos
linfáticos) y junto a este punto se cierra.
Se lava bien la cavidad abdominal y se hace una detallada inspección de todo el aparato
urinario, se comprueba la posición de los riñones y se aprecia con la mano su movilidad.
En este momento se examinan, además, los vasos espermáticos (uteroováricos en la
mujer) que cruzan el uréter y que luego, cuando se trata de cortar este último, serán
seccionados. Si se observan anomalías notables, como el riñón en herradura o ectopias
congénitas, es conveniente extraer los riñones junto a una porción de la aorta y de la cava,
examinando luego toda la pieza fuera del cadáver al final de la autopsia; se aíslan los
vasos uno por uno, porque en tales casos son extremadamente frecuentes también las
anomalías vasculares. Conviene notar inmediatamente que, si en el curso de la autopsia
de los riñones se encuentra desdoblamiento del uréter, se debe extraer con los riñones y
con los uréteres la vejiga, también antes de los otros órganos abdominales, si no es
imposible proceder a este complejo examen del aparato uropoyético.
Junto con los riñones conviene hacer la ablación de las suprarrenales, no porque, como es
bien sabido, pertenezcan al sistema urinario, sino porque es más fácil dada su proximidad
al riñón y sus conexiones vasculares con los vasos renales, además de la dificultad de
aislarlas in situ por encontrarse dentro del compartimento en que están alojados los
riñones, que a menudo van con tanta grasa que ocultan los órganos a la vista y al tacto.
Se coge, pues, con la mano izquierda el riñón izquierdo y se tira de él hacia dentro, hacia
la columna vertebral, para poner tensa la cápsula adiposa. Luego, con un cuchillo de filo
curvo se corta esta última desde el polo superior al inferior, llegando hasta los músculos.
Es preciso llegar bastante arriba en el polo superior para no dañar la cápsula suprarrenal.
Hecho esto, la mano izquierda atrae el riñón hacia el disector y hacia dentro para poner al
descubierto la cara posterior del órgano y del hilio. Manteniendo éste tenso, se pasa por
encima la hoja del cuchillo, para eliminar el tejido adiposo que rodea sus componentes, lo
que es fácil. Se ponen así al descubierto la pelvis renal, la arteria y las venas renales y se
estudian. Luego se pasan la hoja entre el peritoneo y el uréter, y se aisla este último hasta
llegar casi a la vejiga, cortando, entre tanto, los vasos espermáticos (o útero-ováricos) que
cruzan al uréter algo por debajo del polo inferior del riñón; luego, volviendo al hilio, se
cortan con el mismo cuchillo los vasos en la proximidad de la aorta y de la cava.
El examen externo del pericardio y sus relaciones con los bordes pulmonares se hizo
cuando se abrió el tórax.
Para abrir el saco pericárdico, se coge una pinza de dientes en su cara anterior y con las
tijeras medianas se hace en ella un ojal. Se comprueba inmediatamente si hay líquido; en
caso de que exista, se extrae con un cucharón pequeño, se mide su cantidad en una copa
graduada y se observa su transparencia.
Se prolonga el corte por la cara anterior del pericardio hasta la punta del corazón y luego
hasta la línea de reflexión del saco sobre el pedúnculo vascular.
Se levanta el corazón con la punta, tomándolo con la mano izquierda de modo que el
pulgar se apoye en la cara posterior. Se observa la cara interna y posterior del pericardio,
así como la correspondiente de la víscera, preparándolos luego para la ablación del
corazón, teniéndolo levantado como se ha dicho.
Para cortar la cava inferior se atrae la punta del corazón hacia arriba y hacia la cabeza del
cadáver, para poner bien tenso el vaso. Luego se tira del corazón hacia la derecha para
poner al descubierto las pulmonares izquierdas, que forman una especie de V, con el
vértice en la base del corazón: se corta primero la inferior y luego la superior, a ras del
pericardio parietal. Se baja luego el corazón, tirando del vértice hacia la derecha y
comunicando un movimiento de torsión al pedúnculo para que el borde izquierdo de la
víscera mire hacia arriba; así se pone al descubierto la arteria pulmonar, que se corta por
debajo del punto de reflexión del pericardio sobre la misma. Levantando ahora la víscera y
tirando de ella hacia arriba, se tiende la cava superior que se corta también a ras del
pericardio.
En este momento el corazón sólo está adherido por las dos venas pulmonares derechas.
Se levanta para poner bien tensos estos dos vasos y se cortan a ras del saco pericárdico.
Si no se obra así, siendo su recorrido intrapericardiaco bastante corto, hay peligro, cuando
están muy próximas, de cortar no los vasos, sino directamente la pared superior de la
aurícula derecha y en lugar de resultar dos abocamientos venosos se obtiene un solo
agujero.
Se reclinan ante todos los tegumentos sobre la línea de sección de las costillas para no
herirse las manos; se pasa luego la mano izquierda alrededor del pulmón izquierdo, para
comprobar si está libre. Si existen algunas adherencias fácilmente destruibles se deshacen
con la misma mano. Si son fuertes, se cortan con las tijeras o con el cuchillo. Si existe una
adherencia pulmonar antigua, es preciso, con las pinzas y el cuchillo o con las tijeras,
encontrar un plano de desdoblamiento entre la pleura parietal y la pared torácica,
desprender esta última con los dedos pasando por debajo poco a poco toda la mano y
liberar el pulmón, hasta el hilio, extrayéndolo con ambas pleuras.
Si el pulmón está libre o las adherencias son fácilmente destruibles, se corta el ligamento
triangular de la pleura; luego se exterioriza la víscera de la cavidad pleural pasando la
mano izquierda por detrás del vértice y llegando al hilio, cogiendo su base con la derecha.
Se apoya así el pulmón sobre la pared torácica del lado opuesto y se mantiene sujeto con
la mano izquierda para poner tenso el hilio, porque es preciso ver las partes que habrán de
cortarse. Con un cuchillo mediano se cortan ahora la arteria, las venas pulmonares y el
bronquio, que están envueltos en una prolongación del ligamento triangular de la pleura.
Se observa el líquido de estos conductos; si próximos a los mismos hay ganglios linfáticos
se extraen para examinarlos.
Para esto se insinúa un boquete debajo del sacro del cadáver, se ponen en flexión las
rodillas y los muslos se alejan tanto como sea posible uno del otro.
La operación de flexionar las articulaciones de las rodillas y de separar entre sí los muslos
del cadáver en estado de rigidez es muy difícil en sujetos musculosos. Con la ayuda de un
asistente se vence la rigidez de la articulación coxofemoral. Para flexionar las rodillas
conviene empujar oblicuamente el cadáver de modo que la cabeza se dirija hacia un
ángulo de la mesa. Entonces se coge el pie que está fuera del plano y se tira de él hacia
fuera hasta que la región poplítea toque el borde de la mesa. En este momento el
operador, empujando hacia abajo el pie, logra flexionar la rodilla. Se repite la operación en
el lado opuesto, poniendo primero el cadáver en la posición oblicua inversa.
Cuando el cadáver está en la posición deseada, con un cuchillo mediano se cortan, desde
el pubis hasta el cóccix, todos los tejidos blandos describiendo con e l corte, primero a la
derecha y luego a la izquierda, un arco de concavidad interna; los dos cortes forman una
elipse y comprenden el pene, las bolsas y el ano.
Hecha una primera incisión, que junto a las nalgas debe ser profunda, se profundizará más
en un segundo tiempo, llegando con el cuchillo hasta la cavidad de la pelvis. Entonces, a
través de la brecha abierta debajo del pubis se introduce el pene, y cogido éste desde
dentro junto con la boca del saco peritoneal que contiene el recto y los otros órganos
pélvicos, se pasa el cuchillo alrededor de todo el estrecho inferior de la pelvis, rasando el
hueso para cortar las últimas adherencias que el bloque de los órganos que se quiera
extraer pueda tener todavía con las paredes de la cavidad.
Cuando hemos examinado la vejiga, con unas tijeras continuamos el corte seccionando
toda la uretra prostática por la parte superior.
Una vez seccionada la uretra, a través del cuerpo esponjoso, se examina en toda su
longitud y se comprueba la existencia de adherencias o de estenosis. A continuación se
vuelve a la próstata haciendo cortes transversales y examinando el parénquima prostático.
Igual se hace con las vesículas seminales y el conducto deferente en el tramo que
desemboca en las vesículas seminales.
Incisiones cutáneas
Se coloca al cadáver en decúbito prono, procurando enderezar las curvaturas normales
anteroposteriores de la columna cervical y lumbar, para lo que se colocan unos zócalos
debajo de los hombros y en la parte inferior del abdomen.
La incisión sigue una línea media y vertical sobre las apófisis espinosas. Se diseca la piel a
uno y otro lado del corte en una extensión de 7 a 8 cm. Se procede a la separación de la
masa muscular de los canales vertebrales mediante dos incisiones paralelas separadas
entre sí unos 5 cm, desprendiendo la masa muscular comprendida entre ellas con ayuda
de un cuchillo. Se repite la operación a ambos lados. Se finaliza poniendo al descubierto
los canales vertebrales con ayuda de una legra.
Sección vertebral
Para el conducto raquídeo hay que seccionar las láminas vertebrales. Se utilizan para ello
diversos tipos de raquimoto y también la sierra eléctrica, con un adaptador para corte de
vértebras.
Terminada la sección, se dan unos golpes de martillo sobre las apófisis espinosas para
movilizar la parte ósea dividida, destruyendo los puentes óseos que hayan podido quedar.
Se corta el ligamento atlantoaxial y se levanta la pared posterior del conducto raquídeo
mediante unas pinzas fuertes de huesos.
Extracción de la médula
Ha quedado a la vista el saco dural que envuelve la médula; ambos han de extraerse
conjuntamente. Para ello hay que seccionar las raíces espinales de forma los más alejada
posible de la meninge, debiendo poner una ligadura en una de ellas para ulterior referencia
topográfica. Se tira del saco dural de abajo arriba, liberando las adherencias que existan, y
por último, se corta la médula perpendicularmente a su eje en su extremo superior, a nivel
de la superficie inferior del atlas.
Examen de la médula
Se corta la duramadre longitudinalmente, tanto por la superficie anterior como por la
posterior, utilizando una tijera y se examina externamente la médula. Para terminar se va
seccionando transversalmente la médula mediante una serie de cortes paralelos entre sí y
perpendiculares al eje medular, distantes 2 cm unos de otros.
Globo ocular
El ojo puede ser extraído por vía intracraneal, extracraneal o por un procedimiento
combinado.
Abordaje intracraneal
Tras retirar el cerebro, se realizan dos cortes de sutura: uno vertical descendente desde la
lámina cribiforme del etmoides y otro medial inmediatamente anterior al extremo lateral del
ala menor del esfenoides. El plato orbital se rompe con un escoplo y un martillo y se retiran
los fragmentos de hueso con la ayuda de unas pinzas para hueso. Hay que llevar cuidado
de no dañar el nervio óptico y otros elementos que se encuentran en el foramen oftálmico.
Para liberar el globo ocular y los músculos asociados a él se utilizan pinzas curvas. El
músculo oblicuo superior se corta cerca del cuerpo del hueso esfenoides y el oblicuo
inferior en la base media de la órbita. Al cortar las uniones entre conjuntiva y limbo hay que
llevar cuidado de no dañar los párpados ni la cámara anterior del ojo. La cápsula de Tenon
es preferible dejarla intacta, lo que evitará el derrame de fluidos en la cuenca vacía. Tras la
enucleación, del tallo óptico cortado sólo emerge una parte de los fluidos que pueden
gotear en la cuenca del ojo por lo que no se estima necesario ligar dicho tallo. La órbita y
la fosa lacrimal deben palparse tras la enucleación para detectar la presencia/ausencia de
alguna anormalidad (por ejemplo un tumor).
Abordaje extracraneal
Los párpados deben mantenerse separados mediante un espéculo palpebral de Weeks.
Las uniones conjuntivales con el limbo se seccionan con tijeras curvas llevando cuidado de
no cortar en los párpados. Procurar dejar la cápsula de Tenon intacta. Los cuatro músculos
rectos se cortan cerca del globo ocular, dejando aproximadamente 55 mm de músculo
adherido al mismo. El músculo oblicuo inferior se secciona entonces. Apoyarse en el
fragmento de músculo cortado que se encuentra en la cara temporal, ayuda a rotar el
globo ocular y permite el acceso de las tijeras de enucleación para cortar el nervio óptico.
Hay que dejar un fragmento largo de nervio óptico unido al globo. La rotación hacia el
temporal del ojo con las tijeras situadas en la pared medial de la órbita, asegura la
obtención de un largo fragmento de la porción intraorbital del nervio óptico.
Procedimiento combinado
Este método consiste en cortar las uniones conjuntivales con el limbo por aproximación
externa, como se ha explicado anteriormente y utiliza el abordaje intracraneal para
exponer el contenido orbital. El ojo con el correspondiente nervio, músculos y grasa
circundante, es liberado de la órbita pero no se seccionan el nervio óptico y los vasos
hasta después del embalsamiento.
Extracción de la córnea para trasplante