1.12.

SENTIDOS ESPECIALES

1.12.1 EL OJO.

Es una esfera de aproximadamente 24 mm, de diámetro, formado en su parte anterior para

la esclerótica y la córnea.

La cornea es de color transparente, no está vascularizada, se nutre por difusión provenientes

de la periferia y es muy susceptible a las heridas o infecciones. La cornea está altamente
inervada, por lo tanto es muy sensitiva.

La cara interna del párpado es la conjuntiva, está en contacto directo con la esclerótica y la
córnea.
Las partes internas del ojo son: la cámara anterior, el iris, lente, humor vítreo y retina.

La cámara anterior es un espacio ocupado por un fluido llamado humor acuoso.

El iris es una estructura muscular pigmentada que permite a la pupila abrir y cerrar
dependiendo el nivel de iluminación.

La retina es una membrana sensitiva a la luz, y al calor, actúa como lente de una película
excepto que la imagen se forma en el cerebro.

Glándula lagrimal se localiza en la parte baja del ojo y permite la lubricación.

Las cejas y pestañas protegen al ojo de objetos que caen, evitan que el sudor entre al ojo y
dan sombra a los rayos directos del sol.

1.12.2 EL OÍDO
Consta de 3 subdivisiones anatómicas: oído externo, oído medio y oído interno.

OÍDO EXTERNO: Está diseñado para captar ondas sonora y las dirige hacia adentro.

LA OREJA: Es una lámina de cartílago elástico en forma de trompeta, cubierta por piel
gruesa con relativamente pocos receptores cutáneos. El borde del pabellón se llama hélice,
mientras que la parte inferior se le denomina lóbulo.

EL MEATO ACÚSTICO EXTERNO: Es un tubo de aproximadamente 1.5 cms de

longitud que se localizan en el hueso temporal, va desde la oreja hasta el tímpano.
Contiene glándulas ceruminosas que secretan cerumen que evita la entrada de cuerpos
extraños.

LA MEMBRANA TIMPÁNICA: Es una tela delgada y semitransparente de tejido

conjuntivo fibrosos situado entre el meato acústico externo y el oído medio.
Su superficie exterior es cóncava y cubierta de piel y la interior es convexa cubierta por
mucosa.

OÍDO MEDIO: También llamado cavidad timpánica. El oído medio es una cavidad
pequeña, revestida por epitelio enclavada en el hueso temporal. La cavidad está separada
del oído externo por el tímpano y del oído interno por una lámina muy delgada de hueso
que tiene dos aberturas pequeñas, llamada la venta vestibular y la ventana coclear. La pared
anterior de la cavidad tiene una abertura que conduce a la tuba auditiva.

La tuba audita une el oído medio con la nariz y la laringe. La función de esta tuba es
igualar la presión en ambos lados de la membrana timpánica.

Extendiéndose a través del oído medio se encuentras tres huesos extremadamente

pequeños, conocidos como los huesecillos del oído. Se llaman martillo, yunque y estribo,
de acuerdo con su forma.

El manubrio del martillo se une a la porción interna de la membrana timpánica. Su cabeza

articula con la base del yunque. Este es el hueso intermedio de la serie y articula con el
estribo.

El estribo oblitera la pequeña abertura entre el oído medio y el oído interno (ventana
vestibular). Directamente debajo de la ventana vestibular hay otra abertura, la ventana
coclear. Esta abertura separa el oído medio del oído interno.

OÍDO INTERNO: Esta estructura llamada también laberinto en razón de sus complicadas
series de canales, consta estructuralmente de 2 divisiones principales. Laberinto óseo y
laberinto membranoso que se alojan en el interior de la porción ósea. El laberinto óseo está
formado por serie de cavidades en el interior de la porción petrosa del hueso temporal.
Puede dividirse en tres áreas denominadas sobre la base de su forma, el vestíbulo, la cóclea
y los canales semicirculares. El laberinto óseo está revestido por un periostio y contiene un
líquido llamado perilinfa.

Esté líquido rodea el laberinto membranoso formado por una serie de sacos y tubos que
yacen en el interior y tiene la misma forma en general que el laberinto óseo. El laberinto
membranoso está revestido por el epitelio y contiene un fluido denominado endolinfa.

ONDAS SONORAS: Las ondas sonoras producidas por la compresión y descompresión

alternadas del aire. Las ondas penetran al meato acústico externo, golpean la membrana
timpánica. Pasan a través de los huesecillos, golpean la membrana timpánica y aumenta la
presión en la endolinfa.

1.1.3. EL OLFATO
Los receptores para el sentido del olfato están localizados en el epitelio nasal, en la porción
superior de cada cavidad nasal a lado y lado del tabique. El epitelio nasal consta de 2
clases principales de células de soporte y olfatorias. Las células del soporte son células
epiteliales columnarias de la membrana mucosa que reviste la nariz.
Las células olfatorias son neuronas bipolares, cuyos cuerpos celulares yacen entre las
células de soporte. Los bulbos olfatorios se encuentran debajo de los lóbulos frontales del
cerebro. De aquí, los impulsos son conducidos a la porción olfatoria de la corteza cerebral.
En la corteza los impulsos son interpretados como olores y dan origen a la sensación del
olfato. La sensación olfatoria ocurre rápidamente lo mismo que la adaptación a los olores;
por esta razón nos acostumbramos a algunos olores y también somos capaces de soportar
los olores desagradables. La corteza almacena muy bien el recuerdo de los olores y una vez
que se ha olido una sustancia, generalmente reconoce su olor si lo percibe de nuevo.
1.12.4 EL GUSTO
Los receptores calículos gustatorios para las sensaciones gustativas están localizados en las
papilas. Las papilas gustativas son más numerosas en la lengua pero también se encuentran
en el paladar blando y en la faringe. Las células gustativas entran en contacto con los
estímulos del sabor a través del poro gustativo. Las papilas valladas, las más grandes, son
circulares y forman una V. Invertida en la parte posterior de la lengua. Las papilas
fungiformes son elevaciones nodosas que se encuentran principalmente en la punta y en los
bordes de la lengua. Todas las papilas valladas y la mayoría de las fungiformes contiene
calículos gustatorios. Las papilas filiformes tienen estructuras como hilos, cubren los 2
tercios anteriores de la lengua.

Para que las células gustativas sean estimuladas, las sustancias que probamos deben
disolverse en la saliva, de tal manera que puedan penetrar por los poros gustativos a
calículos gustatorios. Básicamente hay cuatro sensaciones de gusto: ácido, salado, amargo
y dulce. Cada sabor se debe a una respuesta diferente a las distintas sustancias químicas,
algunas regiones de la lengua reaccionan más fuertemente que otras a determinadas
sensaciones gustativas.

Los impulsos gustativos son conducidos de las células gustativas en las papilas hacia los
nervios: facial (VII) que inerva 2 tercios de la lengua; el glosofaríngeo (IX) que inerva el
tercio posterior de la lengua y el vago (X) que se distribuye en el área epiglótica de la
faringe. Estos impulsos entran a la médula oblongada, pasan a través del tálamo y terminan
en la corteza del lóbulo pariental.