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Giovanni Rionero

EL EFECTO SUSPENSIVO
DEL RECURSO DE APELACIÓN
INTERPUESTO CONTRA
EL AUTO QUE ACUERDA LA
LIBERTAD DEL IMPUTADO
Análisis de los artículos
374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal

3ra. Edición
Prólogo
María Inmaculada Pérez Dupuy





Caracas –Venezuela –Valencia


2016
Giovanni Rionero
El efecto suspensivo del recurso
de apelación interpuesto contra
el auto que acuerda la libertad
del imputado
ISBN: 978-980-212-579-1

1ra. Edición: Julio, 2013


2da. Edición: Junio, 2014

© Copyright 2013, Giovanni Rionero

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ISBN: 978-980-212-579-1

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EL EFECTO SUSPENSIVO
DEL RECURSO DE APELACIÓN
INTERPUESTO CONTRA
EL AUTO QUE ACUERDA LA
LIBERTAD DEL IMPUTADO
Análisis de los artículos
374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal
Giovanna y Giorgina, las amo irracional.

–7–
Hay cosas que no son producto de la casualidad
ni de la causalidad, sino de la divinidad.
A Jesucristo Misericordioso.

–9–
PRÓLOGO
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

El Código Orgánico Procesal Penal (COPP), antes de


ser objeto de reforma, al estatuir el régimen de los recur-
sos en cuanto a los medios de impugnación, estableció
los siguientes: recurso de revocación, apelación de autos,
apelación contra la sentencia definitiva y el recurso de
casación, contemplando para cada uno de ellos el tipo
de decisión objeto de impugnación, trámite en específico
y un elenco de motivos para la apelación de la sentencia
definitiva y el recurso de casación, normas con las cuales
se desarrolla el principio de impugnabilidad objetiva.
Una reforma parcial del COPP insertó en el régimen de
los recursos un nuevo medio de impugnación, conocido
como apelación con efecto suspensivo, que generó en el
ámbito forense problemas de interpretación, de aplicación,
trámite a seguir y fuertes cuestionamientos sobre los pro-
blemas de inconstitucionalidad del artículo 374 del COPP,
lo cual condujo a algunos jueces a desaplicarlo por vía del
control difuso, por estimar que era contrario a la garan-
tía contenida en el artículo 44.5 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. Los profesionales del
Derecho, por su parte, atacaban las decisiones por vía de
la acción de amparo constitucional; otros jueces, en cam-
bio, hicieron desaplicaciones del artículo 439 del COPP.
Todo lo anterior condujo a que en el ámbito forense
tuviéramos los siguientes problemas: desconocimiento del
trámite a seguir por parte de los jueces en funciones de
Control y por los Jueces de Apelaciones; subversión o des-
orden procesal al interponerlo en la audiencia y después
fundamentar; desconocimiento del carácter de norma de
excepción establecida para aprehensiones en flagrancia y
su extensión a otros supuestos en los que el Juez acorda-
ba libertad como en los casos de audiencia preliminar o
en la oportunidad de dictar sentencia definitiva; erradas
interpretaciones del artículo 439 del COPP.
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Giovanni Rionero

Muchos de estos problemas fueron conocidos por la


Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
por medio de las acciones de amparo que resolvió direc-
tamente o por vía de apelación, así como a través de la
revisión constitucional de decisiones relativas al control
difuso del artículo 439 y 374 del derogado COPP, todo
lo cual permitió que la Sala Constitucional desarrollara
una doctrina sobre el efecto suspensivo de los recursos y
la naturaleza del medio de impugnación contenido en el
artículo 374 del COPP.
La doctrina de la Sala Constitucional sobre el efec-
to suspensivo del recurso, regulado en el artículo 439
del derogado COPP, podemos resumirla en los siguientes
aspectos: 1.- La apelación de autos es en un solo efecto
y constituye una excepción a lo previsto en el art. 439
del COPP, por lo que no se suspende la ejecución de la
decisión interlocutoria apelada. 2.- La medida cautelar
otorgada en la audiencia preliminar debe ejecutarse in-
mediatamente sin que le fuera aplicable el efecto del ar-
tículo 374 del COPP1. 3.- Conforme a la ley, al otorgarse
una medida cautelar sustitutiva procede la restitución
inmediata de la libertad. 4.- Lo dispuesto en el artículo
439 del COPP no es contrario a la Constitución porque la
excepción legal de la apelación de autos permite que se
ejecute la libertad.
En cuanto a la naturaleza del artículo 374 del COPP,
la doctrina de la Sala Constitucional lo califica como un
especial medio para impugnar decisiones de un juez en
funciones de Control ante quien se presenta un apre-
hendido en situación de flagrancia y para quien el Fiscal
del Ministerio Público solicitó una medida privativa de
libertad y el juez ordenó la libertad.

1
Con la nueva regulación contenida en el artículo 430 del vigente COPP, sí procede
la apelación con efecto suspensivo de la orden de libertad

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EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

De las sentencias de la Sala Constitucional N° 592 del


25 de marzo de 2003 y Nº 742 del 5 de mayo de 2005, se
extraen los siguientes aspectos relacionados con el medio
de impugnación regulado en el artículo 374 del COPP:
1.- El efecto suspensivo de la ejecución de la libertad tiene
lugar durante la audiencia del presentación del imputado
hasta que lo resuelva la Corte de Apelaciones en un lapso
no mayor de cuarenta y ocho (48) horas al recibo de las
actuaciones. 2.- El efecto suspensivo no procede en caso
de apelación de autos que está sujeto a trámite y lapsos
especiales. 3.- El efecto de la interposición del recurso con
efecto suspensivo es suspender la orden de libertad ex-
pedida por el juez mientras se resuelve el recurso. 4.- El
carácter instrumental y provisional de la suspensión deriva
de la eficacia en el tiempo que queda sujeta a que la Corte
de Apelaciones confirme o revoque la decisión de control.
5.- No es contraria la suspensión a los derechos del im-
putado por cuanto el COPP prevé expresamente el efecto
suspensivo en referencia, a fin de asegurar la posibilidad
de aplicar, posteriormente, la sanción privativa de liber-
tad en caso de que se revoque la decisión impugnada;
ello, a objeto de garantizar la aplicación de la Ley penal
y, por tanto, tutelar los bienes jurídicos que a través de
ella se protegen. 6.- La acción de amparo constitucional
contra la suspensión de la ejecución de la libertad resulta
inaccesible en derecho toda vez que tal acción no puede
ejercerse contra medidas instrumentales. 7.- No se tra-
ta la suspensión de un supuesto de privación ilegítima
de libertad porque el artículo 374 del COPP contiene un
principio general relativo a que suspende la ejecución de
la decisión que otorgó la libertad o una medida sustitutiva
de la privativa de libertad.
Como se observa de los párrafos precedentes, los pro-
blemas suscitados en el ámbito forense con la entrada en
vigencia del artículo 374 del COPP, permitió un amplio
desarrollo jurisprudencial en cuanto al efecto suspensivo

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Giovanni Rionero

de los recursos y la naturaleza de la apelación con efecto


suspensivo de la ejecución de libertad otorgada por el
juez.
El COPP de 2012 efectuó reformas importantes en
los artículos 374 y 439, fijando un nuevo régimen para
este medio especial de impugnación. En el artículo 374
se establece como regla que la decisión que acuerde la
libertad del imputado es de ejecución inmediata fijándose
las excepciones en dos planos: uno, en cuanto a diversas
especies de delitos con independencia de la pena prevista
en la escala penal; y el otro, en cuanto a la pena del delito
con independencia de la especie de delito según el bien
jurídico objeto de tutela penal.
Por su parte, el artículo 430 del COPP mantiene el efec-
to suspensivo del recurso, incorpora un nuevo parágrafo
en el que reitera la regla de que la decisión que otorgue
la libertad al imputado se ejecuta de manera inmediata,
aún y cuando se interponga el recurso de apelación, pero
fija unas excepciones en dos planos: uno, relacionado con
las especies de delitos y el bien jurídico objeto de tutela;
y el otro, en atención a presupuestos de orden procesal
de que la decisión que acuerda la libertad se dicte en
audiencia y que el Fiscal del Ministerio Público apele de
manera oral y se escuche a la defensa.
Es así que nos encontramos frente a una regulación
novedosa de la apelación de una decisión que acuerda
la libertad del imputado, y el Ministerio Público, no solo
muestra disconformidad con la decisión, sino que además
pretende se suspenda la ejecución de dicha resolución
para impedir la libertad del imputado. Esta nueva regu-
lación generará otros problemas de interpretación y apli-
cación, tales como: cuál es el tipo de decisión que puede
ser objeto de apelación por este especial medio recursivo;
cuál es el acto procesal en que se aplica; presupuestos de
procedencia; determinación de los delitos; trámite proce-
dimental a seguir, entre otros.
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EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

En la obra “El efecto suspensivo del recurso de apela-


ción interpuesto contra el auto que acuerda la libertad del
imputado”, su autor, Giovanni Rionero, partiendo de la
Teoría General de los Recursos y apoyándose en sentencias
de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
nos introduce en este novedoso e importante trabajo para
dar solución a los problemas advertidos en el ámbito forense
con la aplicación del artículo 374 del COPP derogado; en el
primer capítulo, da respuesta a una serie de interrogantes
que se plantea, haciendo gala del dominio del marco nor-
mativo procesal relacionado con el tema abordado, para
sostener la vigencia de la apelación con efectos suspensi-
vos. En el capítulo segundo, examina las dos modalidades
de apelación con efecto suspensivo, señalando los criterios
diferenciadores de los supuestos del artículo 374 respecto
al artículo 430 del COPP, y planteándose supuestos o casos
prácticos en cuanto a inobservancia del trámite procedi-
mental a seguir y sus consecuencia procesales.
En el capítulo tercero examina detalladamente los pre-
supuestos de procedencia de ambas modalidades de ape-
lación con efecto suspensivo, en cuanto al acto procesal,
forma de interponer el recurso, legitimación, destacando
la recurribilidad por este medio especial de impugnación
de las medidas cautelares sustitutivas dictadas en el acto
de la audiencia preliminar.
El capítulo cuarto, relativo al examen de los delitos que
validan la aplicación de ambas modalidades de apelación
con efectos suspensivos, constituye a mi juicio uno de los
aportes más importantes de la obra, ya que el autor logra
penetrar y conocer el hipertrófico ordenamiento jurídico
penal venezolano, para extraer de él las posibles moda-
lidades delictivas que pueden subsumirse dentro de las
expresiones genéricas o amplias, utilizadas por el legisla-
dor en los artículos 374 y 430 del COPP, para consagrar
los delitos configurativos de las excepciones en las que la
apelación suspenderá la ejecución de la libertad.
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Giovanni Rionero

Los aspectos desarrollados en el capítulo cuarto serán


de gran ayuda para el intérprete, sea juez, fiscal del Mi-
nisterio Público, defensor, no sólo en la determinación del
delito de que se trate para la procedencia del recurso, sino
para la interpretación de otras disposiciones del COPP en
la que existe mención de delitos. Igualmente, ayudará a
estudiantes y estudiosos del Derecho penal a introducir-
se en ese universo inmenso que representa la legislación
penal colateral, que como dijimos está caracterizada por
un desarrollo hipertrófico.
El capítulo cinco hace referencia a la improcedencia
de la apelación con efecto suspensivo de la decisión que
acuerde el arresto domiciliario, para lo cual se basa en el
desarrollo jurisprudencial de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, sobre la naturaleza de esta
medida de coerción personal.
El capítulo sexto se refiere al problema de la impro-
cedencia de este medio especial de impugnación en el
Sistema Penal de Responsabilidad del Adolescente, soste-
niendo el autor una postura contraria a lo sostenido por
la Sala Constitucional.
Convencida estoy que esta obra constituye un aporte
muy valioso del autor, no sólo desde el punto de vista de
la investigación normativa y jurisprudencial, sino por lo
novedoso del trabajo y la utilidad práctica para el intér-
prete independientemente del rol que ocupe como juez,
fiscal o defensor.
MARÍA INMACULADA PÉREZ DUPUY

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ÍNDICE
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

PRÓLOGO................................................................................... 11
PRIMER CAPÍTULO
VIGENCIA DEL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE
APELACIÓN INTERPUESTO CONTRA LA DECISIÓN QUE ACUERDA
LA LIBERTAD DEL IMPUTADO ................................................... 27

SEGUNDO CAPÍTULO
LAS 2 MODALIDADES DE EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO
DE APELACIÓN INTERPUESTO CONTRA LA DECISIÓN QUE ACUERDA
LA LIBERTAD DEL IMPUTADO.................................................... 43

TERCER CAPÍTULO
PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA DE LAS DOS MODALIDADES
DE EFECTO SUSPENSIVO (ARTÍCULOS 374 Y 430 DEL CÓDIGO
ORGÁNICO PROCESAL PENAL)................................................... 61
I. EL EFECTO SUSPENSIVO DEL ARTÍCULO 374 DEL CÓDIGO
ORGÁNICO PROCESAL PENAL.............................................. 61
a) En cuanto al acto procesal............................................... 61
b) En cuanto a la forma de interposición del recurso de
apelación......................................................................... 62
c) En cuanto a la legitimación para ejercer el recurso de
apelación con efectos suspensivos................................... 63
d) En cuanto al contenido de la orden judicial impugnada.... 63
e) En cuanto a la cualidad de los delitos.............................. 65
II. EL EFECTO SUSPENSIVO DEL ARTÍCULO 430 DEL CÓDIGO
ORGÁNICO PROCESAL PENAL:............................................. 66
a) En cuanto al acto procesal............................................... 66
b) En cuanto a la forma de interposición del recurso de
apelación......................................................................... 67
c) En cuanto a la legitimación para ejercer el recurso de
apelación con efectos suspensivos.................................... 70
d) En cuanto al contenido de la orden judicial impugnada.... 70
e) En cuanto a la cualidad de los delitos.............................. 71

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Giovanni Rionero

CUARTO CAPÍTULO
LOS DELITOS QUE VALIDAN LA APLICACIÓN DE LAS DOS
MODALIDADES DE EFECTO SUSPENSIVO (ARTÍCULOS 374 Y 430
DEL CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL)............................. 75
a) Homicidio intencional............................................................ 75
b) Violación............................................................................... 80
c) Delitos que atentan contra la libertad, integridad e indemnidad
sexual de niños, niñas y adolescentes.................................... 82
d) Secuestro.............................................................................. 86
e) Delito de corrupción.............................................................. 91
f) Delitos que causen grave daño al patrimonio público y la
administración pública.......................................................... 92
g) Tráfico de drogas de mayor cuantía....................................... 98
h) Legitimación de capitales....................................................... 104
i) Delitos contra el sistema financiero y delitos conexos............ 105
j) Delitos con multiplicidad de víctimas..................................... 108
k) Delitos de delincuencia organizada........................................ 113
l) Violaciones graves a los derechos humanos........................... 115
m) Lesa humanidad................................................................... 119
n) Delitos graves contra la independencia y seguridad de la nación...... 123
o) Crímenes de guerra............................................................... 124
p) Delitos con una pena privativa de libertad que exceda de los
doce (12) años en su límite máximo....................................... 127

QUINTO CAPÍTULO
¿PROCEDEN LAS DOS MODALIDADES DE EFECTO SUSPENSIVO
CUANDO SE TRATE DEL ARRESTO DOMICILIARIO DEL
IMPUTADO?................................................................................ 131

SEXTO CAPÍTULO
PROCEDENCIA DEL EFECTO SUSPENSIVO EN EL SISTEMA PENAL
DE RESPONSABILIDAD DE ADOLESCENTES Y EN EL JUZGAMIENTO
DE DELITOS DE GÉNERO........................................................... 137

BIBLIOGRAFÍA........................................................................... 149

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EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Las normas que regulan el proceso penal y las argu-


mentaciones dogmáticas que orientan su comprensión,
son una suerte de laboratorio (teórico y práctico) que nos
permite calibrar el sentido epistemológico de instituciones
y dogmas procesales que por sí solos considerados no
tendrían mayor complejidad o incentivo académico. Ello
nos obliga a asumir el proceso penal como una necesidad
normativizada en el que bajo sus bondades y deficiencias
debemos desenvolvernos y aportar las soluciones racio-
nales que la praxis jurídica demanda.
En ese contexto, es claro que aún son abundantes los
institutos procesales que no han sido advertidos -o por
lo menos desarrollados- por la doctrina venezolana. Uno
de ellos es el efecto suspensivo del recurso de apelación
interpuesto contra la orden que acuerda la libertad del
imputado, tópico que, en principio, sólo pareciera recon-
ducirse al examen puntual de los artículos 374 y 430 del
Código Orgánico Procesal Penal, pero que en realidad nos
obliga a pasearnos por cada una de las fases estructurales
que componen el vigente modelo procesal.
En esta sumaria obra no pretendemos defender ver-
dades absolutas ni irrefutables. Todo lo contrario, los
aportes transcritos infra sólo son corolario de las múlti-
ples inquietudes que genera la revisión detenida de este
instituto, de los criterios difusos que han sido reproduci-
dos por la jurisprudencia y de los tropiezos prácticos que
fiscales y abogados soportan en el ejercicio cotidiano del
Derecho penal. Digerido de esta manera nuestro compro-
miso con el lector, hemos decidido asumir una estrategia
científica completamente atípica: cada capítulo agotará
el examen de un aspecto central o polémico del efecto
suspensivo del recurso de apelación interpuesto contra
la orden que acuerda la libertad del imputado; incluso,
en ocasiones los capítulos seleccionados se intitularán a
– 23 –
Giovanni Rionero

modo de interrogante con el único propósito de desnu-


dar las frecuentes preguntas que invaden el desempeño
corriente de los litigantes. Así pues, este libro no es un
manual ni mucho menos un estudio copioso de los me-
dios de impugnación -y de sus respectivos efectos- en el
proceso penal venezolano; sólo hemos abordado consultas
prácticas que bajo un marco científico servirán de refe-
rencia a todos los operarios del Sistema de Justicia Penal.

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PRIMER CAPÍTULO
VIGENCIA DEL EFECTO SUSPENSIVO
DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA LA DECISIÓN QUE ACUERDA
LA LIBERTAD DEL IMPUTADO
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Cuando se invoca el efecto suspensivo del recurso


de apelación interpuesto contra la orden que acuerda la
libertad del imputado, nos asaltan varias preguntas ini-
ciales: ¿Tiene que existir un recurso interpuesto de modo
previo? ¿Qué tipo de recurso? ¿Quién es el legitimado
para interponer el recurso? ¿Qué es lo que se suspende?
Pues bien, hablar del efecto suspensivo de una deci-
sión judicial es abordar nociones generales de los recursos
y de los efectos que subyacen a su interposición. Ya VÁS-
QUEZ advertía que dada la posibilidad de injusticia de las
decisiones judiciales, surgen los medios de impugnación
como vías a través de las cuales se procura mantener el
control de esas decisiones en aquellos casos en que se
han verificado violaciones legales o procedimentales2. El
medio de impugnación por excelencia son los recursos3;
éstos detentan dos características capitales en función
de su naturaleza jurídica: (i) los recursos combaten o
contradicen decisiones judiciales que no han adquirido
firmeza4; y, (ii) los recursos necesariamente implican la
observancia de un procedimiento específico que regule
su interposición, admisión, sustanciación y resolución.
2
VÁSQUEZ GONZÁLEZ, Magaly. Nuevo Derecho Procesal Penal Venezolano. UCAB.
Caracas, 1999. Página 197.
3
La diferencia esencial entre los medios de impugnación y los remedios procesales
(entendidos en un sentido amplio), radica en que éstos últimos son una facultad atri-
buida a las partes para oponerse a las actuaciones de la parte contraria o del órgano
jurisdiccional. Así pues, remedios procesales serían, por ejemplo, la oposición a la
incorporación de un medio de prueba, la recusación, las solicitudes de nulidad, entre
otros. Los medios de impugnación, en cambio, están dirigidos a refutar exclusivamente
decisiones jurisdiccionales. Vid: PÉREZ SARMIENTO, Eric Lorenzo. Los Recursos en
el Proceso Penal Venezolano. Vadell Hermanos Editores. Caracas, 2004.
4
Técnicamente, la revisión de una sentencia firme (artículo 462 del Código Orgánico
Procesal Penal) no es un recurso sino un medio de impugnación -previsto exclusi-
vamente en beneficio del condenado- que implica la aplicación de un procedimiento
especial y extraordinario dirigido a rebatir una decisión judicial que ha alcanzado la
autoridad de cosa juzgada. GÓMEZ COLOMER aclara que la revisión es un medio
de impugnación extraordinario que ataca la cosa juzgada y que, en resguardo de la
legislación alemana, se tramita como una solicitud especial del condenado (GÓMEZ

– 27 –
Giovanni Rionero

Básicamente, la simple interposición de un recurso


colige dos efectos naturales: (i) el efecto devolutivo: la
causa se traslada a un tribunal superior al que dictó la
decisión impugnada; y, (ii) el efecto suspensivo: la eje-
cutabilidad de la resolución o decisión judicial queda
suspendida mientras dure la sustanciación del recurso.
En materia penal, cuando la causa compromete a varios
imputados, el Código Orgánico Procesal Penal endilga al
recurso un eventual efecto extensivo, es decir, “el recur-
so interpuesto en interés de uno de ellos se extenderá
a los demás en lo que les sea favorable, siempre que se
encuentren en la misma situación y les sean aplicables
idénticos motivos”5,6.

COLOMER, Juan Luís. El Proceso Penal Alemán. Introducción y Normas Básicas.


Editorial Bosch. España, 1985. Página 188). PÉREZ SARMIENTO aduce que mien-
tras los recursos corrigen el rumbo de un proceso no terminado aún, la revisión es
un procedimiento especial que busca la anulación de una sentencia con fuerza de
cosa juzgada (PÉREZ SARMIENTO, Eric Lorenzo. Los Recursos en el... Página 253).
En sentido contrario, VÁSQUEZ afirma que la revisión del Código Orgánico Procesal
Penal es el único recurso procedente contra la sentencia firme (VÁSQUEZ GONZÁLEZ,
Magaly. Nuevo Derecho Procesal… Página 221. Asimismo, ver: GONZÁLEZ FERNÁN-
DEZ, Arquímedes. Código Orgánico Procesal Penal con Práctica Forense. Editorial El
Guay. Caracas, 2001. Páginas 690 y 691). En todo caso, la revisión de la sentencia
firme es incluida en el Código en su Libro Cuarto como una categoría recursiva y de
esa manera ha sido reconocida por la jurisprudencia: “resulta necesario precisar que
todos los procesos penales concluidos en virtud de sentencia firme poseen el efecto de
cosa juzgada; esto quiere decir que el asunto no podrá ser objeto de un nuevo examen
o debate, ni en ese proceso ni en uno posterior; sin embargo, existe una excepción
a este principio y consiste en la posibilidad que tiene el penado de intentar en todo
tiempo y únicamente a su favor, el recurso de revisión establecido en el artículo 470
del Código Orgánico Procesal Penal, contra la sentencia firme que lo condenó (…) El
Código Orgánico Procesal Penal ha concebido como otro medio de impugnación, el
llamado recurso de revisión. Este recurso es el único procedente contra la sentencia
firme, esto es, aquella que ha pasado por la autoridad de cosa juzgada y procede en
todo tiempo y únicamente a favor del imputado”. (Sentencia de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 07 de noviembre de 2005, N° 3401).
5
Artículo 429 del Código Orgánico Procesal Penal.
6
Sobre el efecto extensivo de los recursos, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, en sentencia suscrita en fecha 03 de diciembre de 2003 (N° 3386), adujo
expresamente: “…la defensa del ciudadano Oliver Eduardo Cova García denunció la
violación de los derechos de su representado a la igualdad ante la ley, a la libertad y
seguridad personal y al debido proceso que acogieron los artículos 21, 44 y 49 de la
Constitución de la República, que supuestamente fueron vulnerados por el Juzgado
Sexto de Primera Instancia en funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área

– 28 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

El efecto devolutivo es la consecuencia por excelencia


de los recursos; la idea es que una instancia judicial su-
perior revise los fundamentos de la decisión impugnada.
De hecho, el Código no prevé ninguna norma que insista
en la vigencia del efecto devolutivo pues se entiende que
la sola interposición del recurso deduce por antonomasia
la remisión del expediente a un tribunal revisor distinto7.
Diferente sucede con los efectos suspensivo y exten-
sivo de los recursos. Ambos encuentran amparo en los
artículos 430 y 429 del Código Orgánico Procesal Penal,

Metropolitana de Caracas, cuando negó la solicitud de revisión de la medida privativa


de libertad que cumple el imputado y declaró improcedente la aplicación del efecto
extensivo de la medida cautelar sustitutiva que había dictado al co-imputado Mohamed
Hernández Perdomo. La Sala N° 8 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas declaró sin lugar la pretensión de amparo pues, a
su juicio, la juez de la causa actuó dentro de los límites de su competencia y no con-
culcó derecho constitucional alguno, ya que el decreto de las medidas sustitutivas de
la privativa de libertad, que le fueron otorgadas al co-imputado Mohamed Hernández
Perdomo, fue sustentado en la verificación de una serie de circunstancias subjetivas
que no pueden extenderse al quejoso u otros co-imputados y que garantizan, en este
caso específico, la realización del juicio en estado de libertad. (…) Respecto de la ar-
gumentación de la defensa del quejoso, la Sala estima pertinente la precisión de dos
cosas: Primera: las medidas cautelares sustitutivas de la privativa de libertad deben
ser dictadas después del examen de las circunstancias particulares de cada uno de los
imputados, independientemente del delito o las circunstancias de comisión del hecho
punible que se les imputa. De modo que la procedencia o no de medidas de coerción
personal, dependerá de las circunstancias y condiciones personales de cada imputado.
Segunda: la norma que preceptúa el efecto extensivo, se refiere a los recursos que se
encuentran desarrollados en el Libro Cuarto del Código Orgánico Procesal Penal; a
saber, la revocación (artículos 444 al 446), la apelación de autos (artículos 447 al 450),
la apelación de la sentencia definitiva (artículos 451 al 458), el de casación (artículos
459 al 469) y la revisión (artículos 470 al 477)…”.
7
La única excepción es el recurso de revocación (artículo 436 del Código Orgánico
Procesal Penal). A pesar de ser un recurso propiamente dicho, su resolución es enco-
mendada a la misma autoridad que expidió el auto de mera sustanciación impugna-
do. Dice PÉREZ SARMIENTO que el recurso de revocación “sólo tiene en el COPP la
finalidad de llamar la atención de la autoridad que dictó un auto para que recapacite
sobre su decisión y lo revoque si encuentra de justicia hacerlo” (PÉREZ SARMIENTO,
Eric Lorenzo. Comentarios al Código Orgánico Procesal Penal. Vadell Hermanos Edi-
tores. Caracas, 2007. Página 557). Con respecto al objeto del recurso de revocación, la
jurisprudencia ha advertido que los autos de mera sustanciación son aquellos que no
“contienen decisión de algún punto, bien de procedimiento o de fondo, y que tienden
a ejecutar las facultades otorgadas al juez para la dirección y control del proceso”.
(Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 01
de diciembre de 2003, N° 3283).

– 29 –
Giovanni Rionero

respectivamente. Por regla general, la interposición de un


recurso suspenderá la ejecución de la decisión impugnada
salvo que expresamente el Código disponga lo contrario.
Por ejemplo, el último aparte del artículo 240 ejusdem
señala que la interposición del recurso de apelación no
suspende la ejecutabilidad del auto que resuelve la priva-
ción judicial de libertad del imputado8. De igual manera,
la parte in fine del artículo 278 del Código advierte que
la resolución que rechaza la querella es apelable por la
víctima “sin que por ello se suspenda el proceso”9. Ambos
casos son excepciones expresas al efecto suspensivo que
se endosa comúnmente a los recursos.
En el entendido de que la regla general es que la in-
terposición del recurso suspende el cumplimiento de la
decisión impugnada, el Código ha previsto en su artículo
374 un supuesto específico de efecto suspensivo del re-
curso interpuesto contra la orden que acuerda la libertad
del imputado, el cual está redactado en los siguientes
términos:
“Artículo 374. La decisión que acuerde la libertad del
imputado es de ejecución inmediata, excepto, cuando se
tratare delitos de: homicidio intencional, violación; delitos que
atenten contra la libertad, integridad e indemnidad sexual de
niños, niñas y adolescentes; secuestro, delito de corrupción,

8
El artículo 240 del Código reza textualmente: “La privación judicial preventiva de
libertad sólo podrá decretarse por decisión debidamente fundada que deberá contener:
1º. Los datos personales del imputado o imputada, o los que sirvan para identificarlo;
2º. Una sucinta enunciación del hecho o hechos que se le atribuyen; 3º. La indicación
de las razones por las cuales el tribunal estima que concurren en el caso los presu-
puestos a que se refieren los artículos 237 o 238 de este Código; 4º. La cita de las
disposiciones legales aplicables; 5º. El sitio de reclusión. La apelación no suspende
la ejecución de la medida”.
9
Dispone el artículo 278 del Código Orgánico Procesal Penal: “El Juez o Jueza admitirá
o rechazará la querella y notificará su decisión al Ministerio Público y al imputado
o imputada. La admisión de la misma, previo el cumplimiento de las formalidades
prescritas, conferirá a la víctima la condición de parte querellante y así expresamente
deberá señalarlo el Juez o Jueza de Control en el auto de admisión. Si falta alguno de
los requisitos previstos en el artículo 276 de este Código, ordenará que se complete
dentro del plazo de tres días. Las partes se podrán oponer a la admisión de el o la
querellante, mediante las excepciones correspondientes. La resolución que rechaza la
querella es apelable por la víctima, sin que por ello se suspenda el proceso”.

– 30 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

delitos que causen grave daño al patrimonio público y la


administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía,
legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos
conexos, delitos con multiplicidad de víctimas, delincuencia
organizada, violaciones graves a los derechos humanos, lesa
humanidad, delitos graves contra la independencia y seguridad
de la nación y crímenes de guerra, o cuando el delito merezca
pena privativa de libertad que exceda de doce años en su límite
máximo, y el Ministerio Público ejerciere el recurso de apelación
oralmente en la audiencia, en cuyo caso se oirá a la defensa,
debiendo el Juez o Jueza remitirlo dentro de las veinticuatro
horas siguientes a la Corte de Apelaciones.
En este caso, la corte de apelaciones considerará los alegatos
de las partes y resolverá dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes contadas a partir del recibo de las actuaciones”.
(Negrillas nuestras).
De igual manera, el artículo 430 del Código dispone
en su parágrafo único lo siguiente:
“Artículo 430. Efecto suspensivo. La interposición de un
recurso suspenderá la ejecución de la decisión, salvo que
expresamente se disponga lo contrario.
Parágrafo único: Excepción
Cuando se trate de una decisión que otorgue la libertad al imputado,
la interposición del recurso de apelación no suspenderá la ejecución
de la decisión, excepto cuando se tratare de delitos de: homicidio
intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad,
integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes;
secuestro, delito de corrupción, delitos que causen grave daño al
patrimonio público y la administración pública; tráfico de drogas de
mayor cuantía, legitimación de capitales, contra el sistema financiero
y delitos conexos, delitos con multiplicidad de víctimas, delincuencia
organizada, violaciones graves a los derechos humanos, lesa
humanidad, delitos graves contra la independencia y la seguridad
de la nación y crímenes de guerra y el Ministerio Público apele en
la audiencia de manera oral y se oirá a la defensa.
La fundamentación y contestación del recurso de apelación se
hará en los plazos establecidos para la apelación de autos o
sentencias, según sea el caso”.
Un examen integral del Código Orgánico Procesal Pe-
nal pone en evidencia que el tratamiento que el legislador

– 31 –
Giovanni Rionero

dispensa al otorgamiento de la libertad en audiencia es


radicalmente distinto a la previsión de los artículos 374
y 430. Veamos: el artículo 348 del Código prevé que la
sentencia absolutoria en juicio comportará la libertad del
acusado independientemente de la firmeza de la decisión
(en este caso, la libertad deberá otorgarse en la propia
sala de audiencias). En similar sentido, el artículo 450
ejusdem, al regular las consecuencias decisorias del re-
curso de apelación de sentencias definitivas, prescribe que
cuando por efecto de la decisión del recurso deba cesar
la privación de libertad del acusado, la Corte de Apelacio-
nes ordenará su libertad y ésta deberá hacerse efectiva
en la misma sala de audiencias si el acusado se encon-
trare presente. Y con respecto al recurso de casación, el
artículo 461 ibídem dispone que el Tribunal Supremo de
Justicia ordenará inmediatamente la libertad del acusado
“cuando por efecto de su decisión deba cesar la privación
de libertad”.
Es claro que la libertad es un derecho fundamental que
el legislador ha cuidado celosamente en todas las fases
del proceso penal10. También parece claro que cualquier
decisión judicial que resuelva la libertad del imputado
deberá materializarse inmediatamente en función de lo
dispuesto en el artículo 44.5 constitucional, el cual ad-
vierte que “ninguna persona continuará en detención des-
pués de dictada orden de excarcelación por la autoridad
competente”. No obstante, en nuestro criterio la suspen-
sión de la libertad del imputado que colige el recurso de

10
“La libertad constituye la esencia de la dignidad del ser humano, sin libertad no
le es posible a la mujer y al hombre llevar una existencia que pueda llamarse huma-
na en el más amplio sentido de la palabra. Después de la vida no hay un bien más
preciado que la libertad porque es en ese ámbito que podemos desarrollar nuestras
potencialidades y hacer realidad nuestras metas, de allí que si algún derecho se puede
percibir inmediatamente como fundamental es precisamente el de la libertad” (SIL-
VA DE VILELA, María Trinidad. El Derecho a la Libertad y el Efecto Suspensivo del
Recurso de Apelación interpuesto por el Ministerio Público en contra de la Orden de
Excarcelación del Imputado. Artículo publicado en: IX Jornadas de Derecho Procesal
Penal. UCAB. Caracas, 2006. Página 197).

– 32 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

apelación interpuesto por conducto de los artículos 374


y 430 del Código, es un reflejo legítimo del efecto genérico
de suspensión que acompaña la interposición de cualquier
recurso en el proceso11 y, por tanto, sólo debe ser conce-
bido como un escenario muy particular que aplica bajo
específicos parámetros que analizaremos infra.
La regla general es que la interposición de un recurso
suspende la ejecución de la decisión impugnada y, en
función de ello, los artículos 374 y 430 del Código sólo
son una reproducción complementaria de esa premisa
legal. La redundancia de normas se justifica -en nuestro
criterio- por la entidad del derecho fundamental compro-
metido (la libertad); no obstante, en puridad de términos
la simple interposición del recurso de apelación debería
colegir la suspensión de la ejecutabilidad del decreto ju-
dicial de libertad del imputado.
En principio, entonces, podríamos sostener que: (i) el
efecto suspensivo del recurso interpuesto contra la orden
que acuerda la libertad del imputado es una reiteración

11
Bajo una óptica distinta, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia,
en sentencia suscrita en fecha 4 de julio de 2007 (N° 370), invocó la inconstituciona-
lidad del artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal en los siguientes términos:
“De allí que si la autoridad judicial acordó la libertad de una persona aprehendida,
no existe una orden de privación de libertad que sustente la privación material o
corporal de esa persona, por lo que, mantener la privación por el efecto suspensivo
de la apelación contra el auto que acuerda la libertad previsto en el artículo 374 de la
ley pena adjetiva, sería colocar el derecho a la impugnación por encima del derecho
fundamental a la libertad, protegido constitucionalmente. Considera la Sala, que el
Juez de Control, garante de los derechos y garantías constitucionales, como órgano de
la administración de justicia, tiene la facultad y la capacidad de dictar la decisión que
acuerde o niegue la libertad del justiciable, sustentado en las leyes, y la parte que se
encuentre en desacuerdo con dicha decisión tiene el derecho a impugnar, no obstante,
no puede ser conculcado el derecho a la libertad, acordado en virtud de orden judicial,
sea por el derecho a la impugnación, sea por las finalidades del proceso, por cuanto
el Estado en su función jurisdiccional, tiene amplias potestades para la persecución
penal y ello incluye, evidentemente, la capacidad de aprehender nuevamente a una
persona que haya sido previamente liberada y que con ocasión de un recurso de ape-
lación sea acordada nuevamente la restricción de su libertad”. Dicha decisión no fue
un criterio reiterado del Tribunal Supremo de Justicia y, hoy por hoy, se reconoce por
jurisprudencia la constitucionalidad del efecto suspensivo del recurso de apelación
ejercido contra el auto que acuerda la libertad del imputado en audiencia.

– 33 –
Giovanni Rionero

del efecto genérico de suspensión que genera la presen-


tación de cualquier recurso; y, (ii) no regirá el efecto sus-
pensivo de los recursos sólo cuando ello sea expresamente
dispuesto en la ley.
Sin embargo, en fecha 31 de julio de 2009, la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia suscribió
una decisión que vale la pena comentar sumariamente
en este apartado12. La sentencia invocada se valió de los
siguientes antecedentes fácticos:
a) El Juzgado Segundo de Control del Circuito Judicial
Penal del Estado Trujillo, en plena audiencia de
presentación de aprehendidos -celebrada en virtud
de lo establecido en el 250 [ahora 236] del Código
Orgánico Procesal Penal-, sometió a los imputados al
cumplimiento de las medidas cautelares sustitutivas
previstas en los numerales 3 y 6 del artículo 256 [ahora
242] ejusdem. Ello quedó asentado en un respectivo
auto judicial motivado.
b) En ese propio auto el Tribunal desaplicó por control
difuso de la constitucionalidad el enunciado genérico
del efecto suspensivo que prescribe el artículo 439
[ahora 430] del Código Orgánico Procesal Penal, con el
objeto de ejecutar de inmediato las medidas cautelares
sustitutivas acordadas y evitar que la interposición
fiscal del recurso de apelación suspendiera la eficacia
de la orden judicial de libertad expedida en beneficio
de los imputados.
Sobre la base de lo anterior, la Sala Constitucional del
Máximo Tribunal concluyó lo siguiente:
“En todo caso y sin perjuicio de las razones que puedan ser
expresadas a favor de la constitucionalidad del artículo 439 del
Código Orgánico Procesal Penal, la Sala estima que es pertinente,
para efectos futuros, la expresión de la advertencia de que, en el

12
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 31
de julio de 2009, N° 1068.

– 34 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

proceso penal que se examina, dicha disposición legal no era


impeditiva de la ejecución inmediata del decreto judicial de
sometimiento de los imputados a medida cautelar sustitutiva
de la de privación de libertad personal. En efecto, dicha norma
admite expresamente excepciones al principio general de que, en
el procedimiento penal, la interposición de un recurso suspende
la ejecución de la decisión que, mediante aquél, sea impugnada.
(…)
2.2.2. Del texto legal que acaba de ser transcrito, resulta la
incontrastable conclusión de que la antes citada disposición
legal no constituye una regla absoluta porque la misma admite
expresamente excepciones, una de las cuales es, justamente, la
que, en materia de apelación contra autos, preceptuó el mismo
Código Orgánico Procesal Penal, en su artículo 449.
(...)
2.2.3. En relación con la apelación contra autos, la Sala, de
manera reiterada y pacífica, ha sostenido su doctrina de
interpretación del artículo 449 del Código Orgánico Procesal
Penal, en el sentido que dicha impugnación debe ser elevada
a la Alzada sólo en el efecto devolutivo. Así, por ejemplo, esta
juzgadora se expresó, a través de su fallo n.° 1878, de 15 de
octubre de 2001:
En el caso, que ahora ocupa la atención de esta Sala, se observa
que la decisión impugnada por vía del amparo es un fallo
interlocutorio y, por tanto, apelable, conforme al procedimiento
descrito en los artículos 439 y siguientes del Código Orgánico
Procesal Penal. Se trata de una decisión que es apelable en solo
un efecto, porque ésa es la regla general que se desprende del
contenido del artículo 441 eiusdem y, respecto del caso presente,
no existe excepción legal expresa.
El criterio que acaba de ser transcrito ha sido ratificado por esta
Sala, como lo hace en la presente oportunidad, a través de actos
decisorios tan recientes, como, entre otros, el n.° 158, de 26 de
febrero de 2008, oportunidad cuando dicho órgano jurisdiccional
se expresó en los siguientes términos:
(…)
6.1. En relación con la denuncia que se examina, la Sala observa
que, en materia de apelación contra autos, dicho recurso
debe ser oído en un solo efecto, tal como lo preceptúa el
artículo 449 del Código Orgánico Procesal Penal y como, en

– 35 –
Giovanni Rionero

ese mismo sentido, lo ha establecido esta Sala, en fallos tales


como el n.° 1878, de 05 de octubre de 2001:
(…)
6.3. En relación con el alegato que se explicó en el aparte que
precede, la Sala observa que no le asiste la razón a la accionante;
ello, porque, sin perjuicio de las consideraciones que serían
pertinentes, en relación con la competencia jurisdiccional
para la decisión de la solicitud de nulidad en referencia,
resulta incuestionable que el hoy supuesto agraviante actuó
conforme a derecho en relación con la prosecución de la
causa, la cual, salvo disposición legal en contrario (como,
verbigracia, las de los artículos 374 y 483 del Código Orgánico
Procesal Penal), no debía ser paralizada o suspendida como
consecuencia de la referida apelación, ya que la misma tenía,
como objeto de impugnación, una decisión interlocutoria
(auto), razón por la cual dicho recurso era oíble en un solo
efecto, tal como deriva claramente del penúltimo párrafo
del artículo 449 de nuestra ley procesal penal fundamental
y conforme a la interpretación que, en relación con la norma
que el mismo contiene, hizo esta Sala, a través de fallos como
el que se invocó supra.
2.2.4. Las precedentes razones conducen a la conclusión
de que, dentro de la causa penal dentro de la cual recayó el
acto decisorio cuya revisión fue planteada ante esta Sala, no
había impedimento legal alguno -ni siquiera el que impone
el artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal- para la
inmediata ejecución de la predicha medida cautelar sustitutiva
que el hoy remitente Juez de Control decretó a través del
acto jurisdiccional que es el objeto de la referida revisión;
por consiguiente, que, de conformidad con la propia ley, la
restitución de los encausados al efectivo ejercicio de su derecho
fundamental a la libertad personal pudo ser ejecutada en el
mismo acto dentro del cual se hizo dicho pronunciamiento, razón
por la cual, la Sala estima que no había antinomia constitucional-
legal que tuviera que ser dirimida, de lo cual se deriva que, aun
cuando no hubiera declarado el vicio que dio lugar a la declaración
de nulidad que se narró supra, tendría, de todos modos, que
haber sido pronunciada la improcedencia del control difuso que
se examina. Así se declara”. (Negrillas y subrayado nuestros).
Pues bien, de la sentencia transcrita debemos rescatar
algunas premisas capitales:
– 36 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

a) En primer término, para la Sala Constitucional el


artículo 439 (ahora 430) del Código Orgánico Procesal
Penal no acoge una regla absoluta; es decir, el efecto
suspensivo de los recursos no aplica en todos los
casos pues -según la propia Sala- la norma admite
excepciones.
Esta primera aserción en realidad no nos deja mucho;
hemos asentido supra que el vigente artículo 430 del
Código advierte que “la interposición de un recurso
suspenderá la ejecución de la decisión salvo que
expresamente se disponga otra cosa”. Para nosotros la
excepción a la regla es evidente en los artículos 240, 278
y 279 del Código Orgánico Procesal Penal, pues dichas
normas dejan claro que en esos casos la interposición
del recurso de apelación no suspende la ejecutabilidad
de la decisión judicial impugnada. La excepción a la
regla de la suspensión es innegable en tales preceptos
y el legislador no concede espacio a dudas.
b) Luego dice la Sala Constitucional que la excepción
a la regla del efecto suspensivo de los recursos es
justamente la que en materia de apelación contra
autos preceptuó el mismo Código Orgánico Procesal
Penal en su artículo 449 (ahora 441). Para la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, el
recurso de apelación de autos sólo debe ser oído en un
solo efecto (entiéndase: el efecto devolutivo), pues de
conformidad con el penúltimo párrafo del artículo 441
del Código Orgánico Procesal Penal, en la apelación
de autos “sólo se remitirá [a la Alzada] copia de las
actuaciones pertinentes o se formará un cuaderno
especial para no demorar el procedimiento”. Esa última
coletilla es entendida por la Sala Constitucional como
una licencia legal para afirmar que el efecto suspensivo
no aplica en el recurso de apelación de autos, lo cual,
colegiría dos consecuencias forzadas: (i) el efecto
suspensivo no opera en la apelación de autos; y, (ii)
– 37 –
Giovanni Rionero

sólo la apelación de sentencias definitivas puede ser


conocida en ambos efectos (suspensivo y devolutivo).
Aunque no lo haya dicho expresamente la Sala
Constitucional en su decisión, es lógico que en
algunos casos la apelación de un auto no pueda colegir
la suspensión de la resolución judicial acordada.
Pongamos como ejemplo el auto que acuerda contra
el imputado su prohibición de salida del país (artículo
242.4 del Código Orgánico Procesal Penal); en este
caso no puede pretenderse que el ejercicio del recurso
de apelación suspenda la ejecutabilidad de la medida
impuesta pues, de ser ello así, favoreceríamos la
evasión del imputado so pretexto del efecto suspensivo
endilgado a los recursos. A pesar de que el escenario
propuesto no está regulado en el Código como una
excepción expresa del efecto suspensivo (como sí
sucede por ejemplo con el auto de privación de
libertad)13, no sería cónsono con el propósito de las
medidas cautelares supeditar su ejecutabilidad a
la resolución de un eventual recurso de apelación
interpuesto contra dicho auto. Al igual que ocurre con
el auto de privación de libertad, la ejecutabilidad del
auto que impone la prohibición de salida del país del
imputado no puede suspenderse a propósito de su
impugnación. Ambas son decisiones de cumplimiento
obligatorio e inmediato cuya ejecución es inaplazable
y, a pesar de estar sometidas a un control recursivo,
su impugnación no puede deducir la suspensión de
la medida adoptada.
c) Por último, la Sala Constitucional adujo finalmente
que el auto mediante el cual se otorga una medida
cautelar sustitutiva en beneficio del imputado -en la
audiencia de presentación de aprehendidos- es una
decisión que debe cumplirse de manera inmediata

13
Vid parte in fine del artículo 240 del Código Orgánico Procesal Penal.

– 38 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

pues su eventual apelación sólo puede ser conocida


por la Alzada en efecto devolutivo, “y ni siquiera la
aplicación del artículo 374 del Código Orgánico
Procesal Penal” supeditaría la restitución inmediata
de la libertad del imputado. Esta última afirmación de
la Sala Constitucional sí es mucho más delicada pues
desconoce los efectos endosados por el legislador al
artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal.
En nuestro criterio, el efecto suspensivo del recurso
de apelación interpuesto contra la orden que acuerda
la libertad del imputado es una institución con plena
vigencia que no puede ser obviada por los órganos
jurisdiccionales. Si el juez acuerda en audiencia14 la
libertad plena del imputado o su sometimiento a una
medida cautelar sustitutiva, y el Ministerio Público
apela oralmente de dicha resolución, se suspenderá
la ejecutabilidad de la decisión hasta tanto la Alzada
resuelva el recurso interpuesto. Así las cosas, es falso
que “ni siquiera la aplicación del artículo 374 del Código
Orgánico Procesal Penal” condicione la restitución
inmediata de la libertad del imputado acordada en
audiencia. Por mandato de los artículos 374 y 430 del
Código, la interposición oral del recurso de apelación en
audiencia suspende la ejecución del auto que acuerda
la libertad del imputado y, por tanto, no pueden los
órganos jurisdiccionales soslayar discrecionalmente
la vigencia o aplicación del instituto en comentario.

14
Tal y como se verá infra, el efecto suspensivo del recurso de apelación interpuesto
contra la orden que acuerda la libertad del imputado sólo puede ser invocado por el
Ministerio Público en audiencia.

– 39 –
SEGUNDO CAPÍTULO
LAS DOS MODALIDADES DE EFECTO SUSPENSIVO
DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA LA DECISIÓN QUE ACUERDA
LA LIBERTAD DEL IMPUTADO
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Bajo la vigencia del Código Orgánico Procesal Penal del


4 de septiembre de 2009 (G.O. Extraordinario N° 5.930),
la institución del efecto suspensivo reposaba en el artículo
374 en los siguientes términos:
“Artículo 374. Efecto suspensivo. Cuando el hecho punible
merezca una pena privativa de libertad menor de tres años en
su límite máximo y el imputado o imputada tenga antecedentes
penales; y, en todo caso, cuando el hecho punible merezca
una pena privativa de libertad de tres años o más en su límite
máximo, el recurso de apelación que interponga en el acto el
Ministerio Público contra la decisión que acuerde la libertad del
imputado o imputada, tendrá efecto suspensivo. En este caso,
la Corte de Apelaciones considerará los alegatos de la defensa,
si ésta los expusiere, y resolverá dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes contadas a partir del recibo de las actuaciones”.
Sólo esa norma regulaba el efecto suspensivo como
un escenario específico de no ejecutabilidad de la orden
judicial que acordaba -en audiencia- la libertad del im-
putado aprehendido15. Hoy, en cambio, luego de la vi-
gente Reforma del Código Orgánico Procesal Penal (G.O.
Extraordinario N° 6.078, de fecha 15 de junio de 2012),
puede advertirse que el legislador tipificó dos supuestos
de efecto suspensivo del recurso de apelación interpuesto
contra la decisión que acuerda la libertad del imputado,
los cuales aparecen regulados en los artículos 374 y 430
del Código, siendo discriminados en función de las etapas
procesales que admiten su interposición y del procedi-
miento que rige la sustanciación y resolución del recurso
de apelación en el proceso penal.
Visto así, no es correcto afirmar que los artículos 374
y 430 del Código Orgánico Procesal Penal estatuyen la
15
Hablamos de “imputado aprehendido” porque bajo la vigencia del Código Orgánico
Procesal Penal de 2009, sólo en las audiencias de presentación se admitía la proce-
dencia del efecto suspensivo de la apelación ejercida contra el auto que acordaba la
libertad del imputado (entiéndase: artículos 373 y 250 -ahora 236- del Código Orgá-
nico Procesal Penal).

– 43 –
Giovanni Rionero

misma institución del efecto suspensivo sin ningún tipo


de distinciones o diferencias. Por alguna razón, el legis-
lador ubicó al artículo 374 como una pauta aplicable en
el procedimiento para la presentación de aprehendidos
en condiciones de flagrancia, y al artículo 430 como un
principio general en materia de recursos. La ubicación
sistemática de ambos artículos en el Código delata que
se trata de dos modalidades distintas de efecto suspen-
sivo que operan en diferentes etapas del proceso penal.
Yerran, en consecuencia, aquellos que piensan que los
artículos 374 y 430 del Código son una simple reiteración
de normas en materia de efecto suspensivo. Es cierto que
ambos preceptos regulan la institución del efecto suspen-
sivo del recurso de apelación interpuesto contra la orden
que acuerda la libertad del imputado, pero cada artículo
tiene cabida en diferentes fases del proceso.
Vamos a partir de la premisa, entonces, de que los
artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal
albergan dos modalidades distintas de efecto suspensivo.
Ambas condicionan la ejecución inmediata de la decisión
que acuerda la libertad del imputado en audiencia, no
obstante, cada una tiene sus particularidades y presu-
puestos procesales. Veamos cada escenario por separado:
A) El primer escenario lo encontramos en el vigente
artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal:
“Artículo 374. Recurso de apelación. La decisión que acuerde
la libertad del imputado es de ejecución inmediata, excepto,
cuando se tratare delitos de: homicidio intencional, violación;
delitos que atenten contra la libertad, integridad e indemnidad
sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro, delito de
corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio público
y la administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía,
legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos
conexos, delitos con multiplicidad de víctimas, delincuencia
organizada, violaciones graves a los derechos humanos, lesa
humanidad, delitos graves contra la independencia y seguridad
de la nación y crímenes de guerra, o cuando el delito merezca

– 44 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

pena privativa de libertad que exceda de doce años en su límite


máximo, y el Ministerio Público ejerciere el recurso de apelación
oralmente en la audiencia, en cuyo caso se oirá a la defensa,
debiendo el Juez o Jueza remitirlo dentro de las veinticuatro
horas siguientes a la Corte de Apelaciones.
En este caso, la corte de apelaciones considerará los alegatos
de las partes y resolverá dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes contadas a partir del recibo de las actuaciones”.
(Negrillas nuestras).
Este primer supuesto de efecto suspensivo únicamen-
te puede ser invocado en las audiencias de presentación
de aprehendidos, en consecuencia, sólo procederá en los
siguientes casos:
(i) Delitos flagrantes: cuando con ocasión de la comisión
de un delito en condiciones de flagrancia el imputado
sea conducido ante el Juez de Control por conducto
de lo dispuesto en el artículo 373 del Código Orgánico
Procesal Penal. Recordemos que en materia de
flagrancia el Código determina la celebración de una
audiencia de presentación del aprehendido ante el Juez
de Control con el propósito de definir el procedimiento
aplicable (abreviado u ordinario) y la procedencia
o no de alguna medida de coerción personal. Si el
aprehendido es puesto en libertad o sometido a una
medida cautelar sustitutiva16, el Ministerio Público
podrá ejercer oralmente el recurso de apelación en la
audiencia y solicitar la suspensión de la ejecutabilidad
de la resolución judicial. En los casos de flagrancia,
entonces, procede el efecto suspensivo del artículo
374 del Código Orgánico Procesal Penal. Por algo la
institución del efecto suspensivo fue incluida en el Título

16
Por vía de jurisprudencia se ha reconocido que el recurso de apelación con efecto
suspensivo procede no sólo cuando el juez de la presentación acuerda la libertad plena
del ciudadano aprehendido sino también cuando éste es sometido a una medida cau-
telar sustitutiva. Más adelante revisaremos con detalle los requisitos de procedencia
de las dos modalidades de efecto suspensivo que hemos advertido en los artículos 374
y 430 del Código Orgánico Procesal Penal.

– 45 –
Giovanni Rionero

que regula la eventual aplicación del procedimiento


abreviado en los supuestos de delitos flagrantes.
(ii) Orden de aprehensión: cuando con ocasión de la orden
judicial de aprehensión acordada contra el imputado
(artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal),
éste sea conducido a audiencia para su presentación
ante el juez competente a los efectos de mantener
la medida privativa impuesta o sustituirla por otra
menos gravosa. A pesar de que el efecto suspensivo
fue regulado en el artículo 374 del Código como un
mecanismo de aseguramiento del imputado para
los casos de delitos flagrantes, la jurisprudencia
ha consentido su aplicación en la audiencia de
presentación que prescribe el artículo 236 ejusdem.
Así, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en sentencia suscrita en fecha 25 de marzo
de 2003 (N° 592), adujo:
“…cuando el juzgador acuerde la liberación del imputado y
el Ministerio Público ejerza el recurso de apelación contra tal
decisión, la misma se suspenderá provisionalmente, mientras se
tramita el conocimiento del caso en alzada. Así, es posible afirmar
que se trata de una medida de naturaleza instrumental y provisional,
cuya eficacia está limitada en el tiempo, por cuanto la suspensión
se extingue al dictarse la decisión de alzada, sea que confirme o
que revoque la providencia apelada. De esta forma, y sin que ello
contraríe el carácter garantista de los derechos del imputado y del
acusado que caracteriza al Código Orgánico Procesal Penal, éste
prevé expresamente el efecto suspensivo en referencia, a fin de
asegurar la posibilidad de aplicar, posteriormente, la sanción
privativa de libertad, en caso de que se revoque la decisión
impugnada; ello, al objeto de garantizar la aplicación de la Ley
penal y, por tanto, tutelar los bienes jurídicos que a través de ella
se protegen”. (Negrillas nuestras).
Dicho precedente ha sido ratificado por las Salas Cons-
titucional y de Casación Penal del Máximo Tribunal 17.
17
Vid: Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha
05 de mayo de 2005 (N° 742), y Sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia, de fecha 15 de marzo de 2011 (N° 099).

– 46 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Consecuencialmente, el efecto suspensivo no ha sido asu-


mido como una institución exclusiva del procedimiento
abreviado para los delitos flagrantes, sino que también ha
sido admitido en las audiencias de presentación realizadas
en resguardo de lo dispuesto en el artículo 236 del Código
Orgánico Procesal Penal. En el entendido de que el efecto
suspensivo del recurso de apelación busca suspender la
decisión judicial que acuerda la libertad del imputado o su
sometimiento a una medida cautelar sustitutiva, se acepta
entonces que pueda ser alegado por el Ministerio Público
para prolongar los efectos de la orden de aprehensión en
la audiencia de presentación. Está claro que el artículo
374 del Código Orgánico Procesal Penal está ubicado en
el Título que regula el procedimiento abreviado, no obs-
tante, ello no ha sido óbice para justificar su invocación
en la audiencia de presentación que prescribe el artículo
236 del Código.
En conclusión, tanto la audiencia dispuesta para la
presentación de aprehendidos en flagrancia como la au-
diencia prevista para la presentación de imputados con-
ducidos por una orden de aprehensión, son escenarios en
los cuales el juez competente puede acordar la libertad
del imputado o la imposición de una medida cautelar
sustitutiva. En ambos casos, el Ministerio Público puede
ejercer el recurso de apelación contra dicha resolución e
invocar el efecto suspensivo del artículo 374 del Código
Orgánico Procesal Penal, pues, en definitiva, el propósito
es el mismo: suspender la ejecución de la decisión que
acuerda la libertad del imputado para que un juez de Al-
zada revise y considere el mantenimiento de la privación
de libertad del imputado.
Adicionalmente, es importante dejar claro que en am-
bos escenarios la fundamentación y contestación del re-
curso de apelación deben efectuarse oralmente en la pro-
pia audiencia de presentación. Esta primera modalidad de
efecto suspensivo debe ser alegada por los representantes
– 47 –
Giovanni Rionero

fiscales del mismo modo en que operaba la institución


antes de la última Reforma del Código Orgánico Procesal
Penal, es decir, si el juez acuerda la libertad plena del
imputado en audiencia o lo somete a una medida cautelar
sustitutiva, el Ministerio Público podrá apelar de la reso-
lución judicial y alegar el efecto suspensivo; la defensa
deberá contestar el recurso de apelación -oralmente- en
la propia audiencia y el Juez de Control remitirá las ac-
tuaciones en un plazo de veinticuatro horas a la Corte de
Apelaciones18. En este caso, es claro que el imputado que-
dará privado de libertad en la audiencia de presentación
y corresponderá a la Corte de Apelaciones -dentro de las
cuarenta y ocho horas siguientes al recibo de las actua-
ciones- decidir si mantiene o no los efectos de la medida.
No podrá el juez de la presentación, por tanto, subrogarse
en los poderes de las Cortes de Apelaciones y decidir él
mismo sobre la procedencia o no del efecto suspensivo
que ejerce el fiscal contra la orden que acuerda la libertad

18
Según la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, mientras trans-
curre el plazo dispuesto para que la Corte de Apelaciones resuelva el recurso de
apelación, el imputado no podrá impugnar la suspensión de la orden que acuerda su
libertad por conducto de la acción de amparo constitucional: “Por lo tanto, cuando el
juzgador acuerde la liberación del imputado y el Ministerio Público ejerza el recurso
de apelación contra tal decisión, la misma se suspenderá provisionalmente, mientras
se tramita el conocimiento del caso en alzada. Así, es posible afirmar que se trata
de una medida de naturaleza instrumental y provisional, cuya eficacia está limitada
en el tiempo, por cuanto la suspensión se extingue al dictarse la decisión de alzada,
sea que confirme o que revoque la providencia apelada. De esta forma, y sin que ello
contraríe el carácter garantista de los derechos del imputado y del acusado que carac-
teriza al Código Orgánico Procesal Penal, éste prevé expresamente el efecto suspensivo
en referencia, a fin de asegurar la posibilidad de aplicar, posteriormente, la sanción
privativa de libertad, en caso de que se revoque la decisión impugnada; ello, al objeto
de garantizar la aplicación de la Ley penal y, por tanto, tutelar los bienes jurídicos
que a través de ella se protegen. Ahora bien, esta Sala observa que el presente amparo
constitucional se ejerció contra la decisión de aplicar el efecto suspensivo previsto en
el artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal; por lo tanto, visto que dicho efecto
tiene un carácter meramente provisional, mientras se resuelve el mérito del asunto,
y visto además que corresponderá a la Corte de Apelaciones que conozca en alzada
la ratificación o revocatoria de tal suspensión, esta Sala debe concluir que el amparo
solicitado resulta inaccedible en derecho, toda vez que tal acción no puede ejercerse
contra medidas instrumentales”. (Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, de fecha 25 de marzo de 2003, N° 592).

– 48 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

del imputado. En el entendido de que esa es una decisión


que compete enteramente a las Cortes de Apelaciones, si
el Juez de Control niega en la audiencia de presentación
la admisibilidad o procedencia del efecto suspensivo del
recurso de apelación, estaría actuando fuera del ámbito
de sus competencias e invadiría atribuciones que sólo
corresponden en estos casos a la Alzada.
Así pues, reiteramos que ni los fiscales ni la defensa
deben fundamentar por escrito la interposición y contes-
tación, respectivamente, del recurso de apelación. Todos
los alegatos deberán ser expuestos oralmente por las par-
tes ante el Juez de Control que acuerda la libertad del
imputado. Sobre el particular, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia19 sostuvo lo siguiente:
“Visto de esta forma, el efecto suspensivo del recurso de apelación
ejercido en el acto -durante la audiencia oral de presentación del
imputado- por el Ministerio Público, contra la decisión dictada
por el Juez de Control que ordene la libertad del imputado,
conlleva la suspensión de la ejecución del fallo hasta la resolución
del mismo por el Tribunal de Alzada, en un lapso no mayor de
cuarenta y ocho (48) horas al recibo de las actuaciones.
Del estudio de la causa, se evidencia que ello no ocurrió así
en el presente caso, pues la representante fiscal se opuso a
la medida dictada, solicitó el efecto suspensivo, anunció el
recurso de apelación contra la decisión dictada el 10.1.02, por
el Juzgado Segundo de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Lara, interpuso el recurso de apelación el 22 de enero de
2002, por lo que se colige que la impugnación anunciada y
ejercida por el Ministerio Público fue el recurso de apelación
de autos, previsto en el artículo 447 del Código Orgánico
Procesal Penal, ya que, en todo caso, si hubiere sido el caso
del recurso de apelación previsto en el citado artículo 374,
el representante fiscal debió ejercerlo durante la audiencia
de presentación y exponer sus alegatos de forma oral, de
manera que pudiese constar en el acta de audiencia, al igual que
los argumentos esgrimidos por la defensa”. (Negrillas nuestras).

19
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 06
de mayo de 2003, N° 1046.

– 49 –
Giovanni Rionero

Visto así, pudiesen darse dos situaciones en la práctica:


• Si el Ministerio Público no ejerce oralmente el recurso
de apelación con efecto suspensivo en la audiencia
de presentación, y, con posterioridad, impugna por
escrito la decisión que acuerda la libertad del imputado
o su sometimiento a una medida cautelar sustitutiva,
el recurso interpuesto deberá tramitarse en función de
lo establecido en el artículo 442 del Código Orgánico
Procesal Penal. En este caso ya no podrá alegarse
el efecto suspensivo contra la orden que acuerda la
libertad del imputado pues, tal y como lo advierte el
Código, éste sólo opera cuando el recurso es ejercido
“oralmente en la audiencia”. Al haberse interpuesto
el recurso de apelación por escrito con posterioridad
a la audiencia de presentación, se entiende que
el recurrente ha decidido someterse a las pautas
dispuestas por el legislador para la sustanciación del
recurso de apelación de autos, por tanto, no aplicarían
en este escenario los plazos del artículo 374 del Código
Orgánico Procesal Penal (entiéndase: 24 horas para la
remisión del expediente a la Corte de Apelaciones y 48
horas para la resolución del recurso de apelación). En
este caso, el recurrente deberá interponer el recurso
por escrito “ante el tribunal que dictó la decisión
dentro del término de cinco días” (artículo 440 del
Código) y su sustanciación se tramitará en resguardo
de lo dispuesto en el artículo 442 del Código.
• También podría pasar que el Ministerio Público
ejerciera oralmente el recurso de apelación con efecto
suspensivo en la audiencia de presentación, y luego
-por descuido o falta de confianza- ratifique por escrito
el recurso ante el órgano jurisdiccional. En el acta que
recoge los pormenores de la audiencia de presentación
debe quedar asentado expresamente que el Ministerio
Público interpuso oralmente la apelación con efecto
suspensivo contra el auto que dispuso la libertad del

– 50 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

imputado. Si es así, se entiende que el imputado ha


quedado privado de libertad por conducto del recurso
ejercido por el Ministerio Público en la audiencia de
presentación y, por tanto, el trámite aplicable será
el dispuesto en el artículo 374 del Código Orgánico
Procesal Penal. La idea es que la Corte de Apelaciones
resuelva lo antes posible el recurso y decida sobre la
libertad del imputado. La resolución del recurso oral
ejercido en la audiencia de presentación supondrá
al mismo tiempo la resolución del recurso que fue
interpuesto por escrito con posterioridad.
B) La segunda modalidad de efecto suspensivo la
encontramos en el parágrafo único del artículo 430
del Código Orgánico Procesal Penal en los siguientes
términos:
“Artículo 430. Efecto suspensivo. La interposición de un
recurso suspenderá la ejecución de la decisión, salvo que
expresamente se disponga lo contrario.
Parágrafo único: Excepción
Cuando se trate de una decisión que otorgue la libertad al
imputado, la interposición del recurso de apelación no suspenderá
la ejecución de la decisión, excepto cuando se tratare de delitos
de: homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra
la libertad, integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y
adolescentes; secuestro, delito de corrupción, delitos que causen
grave daño al patrimonio público y la administración pública;
tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de capitales,
contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con
multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones
graves a los derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves
contra la independencia y la seguridad de la nación y crímenes
de guerra y el Ministerio Público apele en la audiencia de
manera oral y se oirá a la defensa.
La fundamentación y contestación del recurso de apelación se
hará en los plazos establecidos para la apelación de autos o
sentencias, según sea el caso”. (Negrillas nuestras).
Este segundo escenario de efecto suspensivo puede ser
invocado en la celebración de cualquier audiencia -excepto
– 51 –
Giovanni Rionero

las audiencias de presentación de aprehendidos como


hemos visto supra- en la cual se disponga judicialmente
la libertad del imputado o acusado. Como ya se dijo an-
tes, si se trata de la presentación de un aprehendido -por
flagrancia o por conducto de una orden judicial- el efecto
suspensivo del recurso de apelación que se interponga
contra la orden que acuerda la libertad del imputado debe-
rá tramitarse en función de lo dispuesto en el artículo 374
del Código Orgánico Procesal Penal. En cambio, la moda-
lidad de efecto suspensivo del artículo 430 del Código es
admisible en cualquier audiencia distinta a las audiencias
de presentación de aprehendidos. Lo importante es que si
se acuerda judicialmente la libertad del imputado en au-
diencia y el Ministerio Público ejerce oralmente el recurso
de apelación, se suspenderá la ejecutabilidad de la decisión
y corresponderá a la Alzada pronunciarse al respecto.
Adicionalmente, este escenario impone que el impu-
tado esté sometido previamente a una medida privativa
de libertad y que el tribunal competente, en la audiencia
respectiva, decida su libertad plena o su sometimiento a una
medida de coerción menos gravosa. Si, en cambio, el imputado
ha estado en libertad durante el desarrollo del proceso penal
-y la solicitud del Ministerio Público de privarlo de libertad
es rechazada judicialmente-, el recurso de apelación que se
interponga contra dicha decisión no podrá alegarse con efec-
to suspensivo, pues la inteligencia de esta institución opera
precisamente en sentido contrario, es decir, el imputado debe
estar privado de libertad para que la interposición del recurso
de apelación pueda colegir la no ejecutabilidad inmediata de
la orden que resuelve su libertad o su sometimiento a una
medida cautelar sustitutiva. Así pues, un presupuesto del
efecto suspensivo del recurso de apelación es que el imputado
esté privado de libertad de modo previo y que el juez modifique
dicha situación en su beneficio.
En fin, la invocación de esta segunda modalidad de
efecto suspensivo puede darse en los siguientes casos:
– 52 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

(i) Audiencia de juicio20: procede el efecto suspensivo del


recurso de apelación cuando el acusado sea absuelto
en juicio en resguardo de lo prescrito en el artículo
348 del Código Orgánico Procesal Penal:
“Artículo 348. Absolución. La sentencia absolutoria ordenará
la libertad del absuelto o absuelta, la cesación de las medidas
cautelares, la restitución de los objetos afectados al proceso que
no estén sujetos a comiso, las inscripciones necesarias y de ser
el caso, fijará las costas.
La libertad del absuelto o absuelta se otorgará aun cuando la
sentencia absolutoria no esté firme y se cumplirá directamente
desde la sala de audiencias, para lo cual el tribunal cursará
orden escrita”. (Negrillas nuestras).
Aunque la norma transcrita advierte que la libertad
del absuelto “se otorgará aun cuando la sentencia
absolutoria no esté firme”, lo cierto es que el artículo
430 del Código admite la posibilidad de que la apelación
interpuesta oralmente por el Ministerio Público en
audiencia suspenda la ejecutabilidad de la decisión.
Eso sí, la apelación tiene que ejercerse oralmente
en el propio juicio para que pueda alegarse el efecto
suspensivo del recurso; si el Ministerio Público, en
cambio, interpone el recurso de apelación en función
de lo previsto en el artículo 445 del Código Orgánico
Procesal Penal, la libertad del absuelto deberá cumplirse
inmediatamente en la audiencia de juicio. Así pues,

20
Incluso antes de la Reforma de 2012 del Código Orgánico Procesal Penal, la Sala
de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia ya había admitido la procedencia
del efecto suspensivo del recurso de apelación en fase de juicio: “Por lo tanto, la Sala
concluye, que estando el efecto suspensivo previsto en la ley, como una medida de
carácter provisional dirigida a garantizar la aplicación de la ley penal y sin menoscabo
de los derechos y garantías del acusado (artículos 44 y 49, ordinal 6° de la Consti-
tución de la República Bolivariana de Venezuela), el auto dictado por el Tribunal de
Primera Instancia Mixto en Funciones de Juicio N° 1 del Circuito Judicial Penal del
Estado Lara y confirmado por la Corte de Apelaciones del mismo circuito judicial, que
dejó sin efecto la boleta de excarcelación librada contra el acusado Jesús María Peña
Pernalete, se encuentra ajustado a derecho, en virtud de lo cual, debe declararse sin
lugar, de mero derecho, la solicitud de avocamiento propuesta por el abogado Alirio
Echeverría. Así se decide”. (Sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Su-
premo de Justicia, de fecha 13 de julio de 2010, N° 274).

– 53 –
Giovanni Rionero

lo único que condiciona la ejecutabilidad inmediata


de la orden que acuerda la libertad del absuelto es
la interposición oral en audiencia del recurso de
apelación con efecto suspensivo. Si la apelación solo
se ejerce mediante escrito fundado en el plazo de los 10
días que establece el artículo 445 del Código Orgánico
Procesal Penal, no podrá el Ministerio Público solicitar
la suspensión de la libertad del absuelto.
Hemos advertido en la práctica que algunos fiscales,
al momento de absolverse al acusado en juicio, han
apelado de dicha decisión -con efecto suspensivo- con el
objeto de mantener la privación de libertad del encartado
mientras se resuelve la procedencia o no del recurso.
En estos casos, tendríamos dos decisiones judiciales
completamente distintas: (i) por una parte, el auto que
acuerda el mantenimiento cautelar de la privación de
libertad del absuelto; y, (ii) por otra parte, la propia
decisión de fondo que resuelve sobre su absolución.
En nuestro criterio, ambas decisiones deberían ser
recurridas por el fiscal de modo independiente, es decir:
(i) por un lado, el fiscal deberá interponer el recurso de
apelación de autos contra la decisión judicial que ordena
la libertad del absuelto; y, (ii) por otro, deberá apelar por
separado de la decisión definitiva que se pronunció con
respecto a su no responsabilidad penal. No es lógico que
ambas decisiones sean impugnadas por el fiscal mediante
un solo recurso de apelación, pues, de procederse así,
la privación de libertad podría mantenerse hasta que la
Alzada ratifique o no la sentencia de instancia.
La idea es que si la Corte de Apelaciones no comparte
los argumentos fiscales para mantener la vigencia de
la medida privativa de libertad, tenga la posibilidad
de pronunciarse sobre ello con antelación a cualquier
decisión de fondo sobre los hechos objeto del proceso.
En cambio, si la Alzada declara con lugar el recurso
de apelación con efecto suspensivo interpuesto por
– 54 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

el Ministerio Público contra la decisión que ordenaba


la excarcelación del acusado, decretará su detención
cautelar, la cual, podrá prolongarse hasta que la propia
Corte de Apelaciones resuelva con posterioridad la
apelación ejercida contra la sentencia de juicio.
(ii) Audiencia de apelación: tal y como trasciende del
artículo 447 del Código Orgánico Procesal Penal, el
recurso de apelación de sentencia definitiva deberá ser
resuelto en audiencia. Y según el artículo 450 ejusdem,
“cuando por efecto de la decisión del recurso deba
cesar la privación de libertad del acusado, la Corte
de Apelaciones ordenará su libertad y ésta se hará
efectiva en la propia sala de audiencia”. Es admisible,
en consecuencia, que un sujeto condenado en primera
instancia pueda salir en libertad con posterioridad por
efecto de la decisión de la Alzada que resuelve el recurso
de apelación. En estos casos la interposición del recurso
de casación por parte del Ministerio Público nunca
podrá colegir la suspensión de la decisión que ordena
la libertad del acusado. Recordemos que el artículo 430
del Código sólo consiente el efecto suspensivo como
corolario del recurso de apelación interpuesto de manera
oral en audiencia (tanto es así que el último aparte de
la norma in comento advierte que “la fundamentación
y contestación del recurso de apelación se hará en
los plazos establecidos para la apelación de autos o
sentencias”). No existe, por tanto, recurso de casación
con efecto suspensivo de la orden de la Alzada que
resuelve la libertad del imputado en audiencia21. Si el
acusado es absuelto por la Corte de Apelaciones en
21
En ese sentido se pronunció la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, en sentencia suscrita en fecha 20 de febrero de 2003 (N° 69): “…el artículo
250 establece la procedencia de la privación de libertad del imputado, y el artículo 374
contempla el efecto suspensivo del recurso de apelación, interpuesto por el Ministerio
Público en contra de la decisión que acuerde la libertad del imputado. Ambas normas
se encuentran previstas dentro del Libro Primero y Tercero del Código Orgánico Procesal
Penal, respectivamente, por lo que su aplicación es procedente en la etapa del proceso pe-
nal, es decir, por los Tribunales de Instancia, más no así por las Cortes de Apelaciones”.

– 55 –
Giovanni Rionero

audiencia, deberá acordarse su libertad inmediata y


el ejercicio del recurso de casación no supeditará la
ejecutabilidad inmediata de dicha resolución.
(iii) Revisión de las medidas de coerción personal 22: el
artículo 250 del Código Orgánico Procesal Penal
permite al imputado solicitar al órgano jurisdiccional
la revocación o sustitución de la medida privativa
de libertad las veces que lo considere pertinente. La
potestad judicial de revisión de las medidas de coerción
no es una atribución exclusiva de los jueces de control
sino que, dependiendo de la fase procesal en la cual
transite la causa, el juez competente podrá decidir
sobre el mantenimiento o no de la medida privativa
de libertad 23,24. Aunque es claro que el artículo 250
22
La Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, antes de la Reforma
de 2012 del Código Orgánico Procesal Penal, también había admitido que el efecto
suspensivo del recurso de apelación fuese invocado con ocasión de la revisión de una
medida privativa de libertad instada en fase de juicio: “…El 23 de enero de 2008, el
Ministerio Público ejerció recurso de apelación contra la decisión dictada el 22 de enero
de 2008 por el Tribunal Décimo Séptimo de Primera Instancia en Funciones de Juicio
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, mediante la cual revisó
la medida privativa decretada contra el imputado José Rafael Ramírez Córdova y la
sustituyó por las medidas cautelares contenidas en los numerales 3 y 9 del Código
Orgánico Procesal Penal. Asimismo, solicitó ‘…se suspenda la ejecución dicha medida
cautelar sustitutiva de libertad decretada a favor del ciudadano José Rafael Ramírez
Córdova (…) y en su lugar se mantenga la medida de privación judicial preventiva de
libertad hasta tanto sea decidido el presente recurso, en la Corte que haya de conocer
y así lo solicitamos…’. Al efecto, el referido Tribunal de Juicio decidió lo siguiente:
‘…Visto el recurso interpuesto por el Ministerio Público, contra la decisión dictada
por este Tribunal en fecha 22 de los corrientes, de conformidad con lo establecido en
el artículo 438 del Código Orgánico Procesal Penal, se declara con lugar la solicitud
de la representación Fiscal y en consecuencia se acuerda suspender la ejecución de
la Decisión ya referida con la cual se ejerció el Recurso, de esta forma se entiende
que esta decisión da lugar al efecto suspensivo ya que ella contra la cual recurrió la
vindicta pública’…”.(Sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, de fecha 11 de agosto de 2008, N° 447).
23
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ha reconocido la facultad de
los jueces de juicio para sustituir una medida privativa de libertad por una medida cautelar
sustitutiva. Vid: 1) decisión de fecha 13 de agosto de 2008, N° 1337; 2) decisión de fecha
08 de agosto de 2008, N° 1072; y, 3) decisión de fecha 26 de noviembre de 2007, N° 2199.
24
La propia Sala Constitucional ha sostenido que afirmar que la imposición y revisión
de las medidas cautelares corresponde con carácter de exclusividad al Juez de Control
sería una conclusión apresurada y exageradamente formalista (decisión de fecha 04
de marzo de 2004, N° 283).

– 56 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

del Código no exige la celebración de una audiencia


judicial para resolver la revisión de la privación de
libertad del imputado25, es perfectamente posible que
éste solicite en audiencia preliminar, en la celebración
del juicio oral, o en cualquier otra audiencia (como
por ejemplo, la audiencia de imputación que dispone
el artículo 356 del Código Orgánico Procesal Penal en
el procedimiento especial para el juzgamiento de los
delitos menos graves), la revocación o sustitución de la
medida privativa de libertad. Ello nos obliga a asumir
las siguientes consideraciones:
• Si la revisión de la medida privativa de libertad se solicita
en audiencia (entiéndase: audiencia preliminar, juicio
oral o cualquier otra audiencia estatuida en el Código
Orgánico Procesal Penal) y el juez competente resuelve la
libertad del imputado o su sometimiento a una medida
cautelar sustitutiva, el Ministerio Público podrá apelar
de la decisión y alegar el efecto suspensivo dispuesto
en el artículo 430 del Código. Recordemos que dicha
norma sólo exige para alegar el efecto suspensivo que
“el Ministerio Público apele en la audiencia de manera
oral”, por tanto, en estos casos el recurso interpuesto
suspenderá la ejecutabilidad de la decisión judicial
y obligará al Ministerio Público a fundamentar la
apelación en función del plazo dispuesto en el artículo
440 del Código Orgánico Procesal Penal. Así pues, si la
revisión de la medida privativa de libertad se resuelve
en audiencia en beneficio del imputado, el Ministerio
Público podrá apelar de la decisión e invocar el efecto
suspensivo del auto que acuerda la libertad.
• Si la revisión de la medida privativa de libertad no es
solicitada en audiencia y el juez competente resuelve la
libertad del imputado o su sometimiento a una medida

25
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 22
de julio de 2008, N° 375.

– 57 –
Giovanni Rionero

cautelar sustitutiva, el Ministerio Público podrá apelar


de la decisión en resguardo de lo prescrito en el
artículo 439.5 del Código Orgánico Procesal Penal. Sin
embargo, en este caso el fiscal no podrá alegar el efecto
suspensivo del artículo 430 ejusdem pues, tal y como
se adujo supra, la consideración del efecto suspensivo
depende de que el Ministerio Público apele en audiencia
de manera oral. Así pues, si el juez acuerda la libertad
del imputado o su sometimiento a una medida cautelar
sustitutiva como corolario de la revisión -no solicitada
en audiencia- de la medida privativa de libertad, la
eventual apelación del Ministerio Público no tendrá
efecto suspensivo y, por tanto, no podrá invocarse
la aplicación del artículo 430 del Código Orgánico
Procesal Penal.

– 58 –
TERCER CAPÍTULO
PRESUPUESTOS DE PROCEDENCIA DE LAS
DOS MODALIDADES DE EFECTO SUSPENSIVO
(ARTÍCULOS 374 Y 430 DEL
CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL)
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

En el capítulo anterior hemos diferenciado las dos mo-


dalidades de efecto suspensivo del recurso de apelación
interpuesto contra la decisión que acuerda la libertad del
imputado (regulados en los artículos 374 y 430 del Código
Orgánico Procesal Penal). Ahora nos corresponde definir
los presupuestos de procedencia de cada modalidad:

I. EL EFECTO SUSPENSIVO DEL ARTÍCULO 374 DEL CÓDIGO


ORGÁNICO PROCESAL PENAL:
“Artículo 374. Recurso de apelación. La decisión que acuerde
la libertad del imputado es de ejecución inmediata, excepto,
cuando se tratare delitos de: homicidio intencional, violación;
delitos que atenten contra la libertad, integridad e indemnidad
sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro, delito de
corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio público
y la administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía,
legitimación de capitales, contra el sistema financiero y delitos
conexos, delitos con multiplicidad de víctimas, delincuencia
organizada, violaciones graves a los derechos humanos, lesa
humanidad, delitos graves contra la independencia y seguridad
de la nación y crímenes de guerra, o cuando el delito merezca
pena privativa de libertad que exceda de doce años en su límite
máximo, y el Ministerio Público ejerciere el recurso de apelación
oralmente en la audiencia, en cuyo caso se oirá a la defensa,
debiendo el Juez o Jueza remitirlo dentro de las veinticuatro
horas siguientes a la Corte de Apelaciones.
En este caso, la corte de apelaciones considerará los alegatos
de las partes y resolverá dentro de las cuarenta y ocho horas
siguientes contadas a partir del recibo de las actuaciones”.
a) En cuanto al acto procesal: Como hemos insistido
supra, esta primera modalidad de efecto suspensivo
es admisible en: (i) la audiencia dispuesta para la
presentación de aprehendidos en condiciones de
flagrancia (artículo 373 del Código); y, (ii) la audiencia
prevista para la presentación de imputados conducidos
por una orden de aprehensión (artículo 236 del

– 61 –
Giovanni Rionero

Código). Ambos son escenarios en los cuales el juez


competente puede acordar la libertad del imputado o
la imposición de una medida cautelar sustitutiva, y,
por vía de consecuencia, en ambos casos el Ministerio
Público puede ejercer el recurso de apelación contra
dicha resolución invocando el efecto suspensivo del
artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal.
b) En cuanto a la forma de interposición del recurso
de apelación: También advertíamos supra que en
esta primera modalidad de efecto suspensivo, la
fundamentación y contestación del recurso de apelación
deben efectuarse oralmente en la propia audiencia de
presentación. En otras palabras, el artículo 374 del
Código debe ser alegado por los representantes fiscales
del mismo modo en que operaba la institución del
efecto suspensivo antes de la última Reforma del Código
Orgánico Procesal Penal, es decir, si el juez acuerda la
libertad plena del imputado en audiencia o lo somete a
una medida cautelar sustitutiva, el Ministerio Público
podrá apelar de la resolución judicial y alegar el efecto
suspensivo; la defensa deberá contestar el recurso de
apelación en la propia audiencia y el Juez de Control
remitirá las actuaciones en un plazo de veinticuatro
horas a la Corte de Apelaciones. En este caso, es
claro que el imputado quedará privado de libertad
en la audiencia de presentación y corresponderá a la
Corte de Apelaciones -dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes al recibo de las actuaciones- decidir
si mantiene o no los efectos de la medida. No podrá
el juez de la presentación, por tanto, subrogarse en
los poderes de las Cortes de Apelaciones y decidir él
mismo sobre la procedencia o no del efecto suspensivo
que ejerce el fiscal contra la orden que acuerda la
libertad del imputado. En el entendido de que esa es
una decisión que compete enteramente a la Corte de
Apelaciones, si el Juez de Control niega en la audiencia

– 62 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

de presentación la procedencia del efecto suspensivo


del recurso de apelación, estaría actuando fuera del
ámbito de sus competencias e invadiría atribuciones
que sólo corresponden en estos casos a la Alzada.
Así pues, reiteramos que ni los fiscales ni la defensa
deben fundamentar por escrito la interposición
y contestación, respectivamente, del recurso de
apelación. Todos los alegatos deberán ser expuestos
oralmente por las partes ante el Juez de Control que
acuerda la libertad del imputado26.
c) En cuanto a la legitimación para ejercer el recurso
de apelación con efectos suspensivos: Del artículo
374 del Código se desprende que sólo tendrá efecto
suspensivo el recurso de apelación que interponga
el Ministerio Público contra la decisión judicial que
acuerde la libertad del imputado (o su sometimiento
a una medida cautelar sustitutiva). Los fiscales son
los únicos legitimados para interponer el recurso de
apelación e invocar la no ejecutabilidad inmediata de
la orden que resuelve la libertad del aprehendido, en
consecuencia, la víctima no sólo carece de legitimación
para interponer oralmente en audiencia el recurso de
apelación27, sino que la suspensión de la orden que
acuerda la libertad del imputado es una institución
que puede ser alegada únicamente por los fiscales.
d) En cuanto al contenido de la orden judicial
impugnada: Por vía de jurisprudencia se ha
reconocido que el recurso de apelación con efecto

26
Vid: Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha
06 de mayo de 2003, N° 1046.
27
Ello no excluye la posibilidad de que la víctima, en resguardo de lo dispuesto en
el artículo 439.5 del Código Orgánico Procesal Penal, pueda interponer -por escrito
y en el plazo de cinco días - el recurso de apelación de autos contra la orden judicial
que acuerda la libertad plena del imputado o su sometimiento a una medida cautelar
sustitutiva. Reiteramos que la víctima sólo carece de legitimación para intentar oral-
mente el recurso de apelación en la propia audiencia de presentación y alegar el efecto
suspensivo de la decisión que dispone la libertad del aprehendido.

– 63 –
Giovanni Rionero

suspensivo procede no sólo cuando el juez de la


presentación acuerda la libertad plena del imputado
sino también cuando éste es sometido a una medida
cautelar sustitutiva. En efecto, aunque el artículo
374 del Código pareciera sólo consentir -en términos
literales- el efecto suspensivo del recurso de apelación
interpuesto contra la decisión que acuerda la libertad
plena del imputado, en sentencia suscrita en fecha 5
de mayo de 2005 (Nº 742), la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia argumentó lo siguiente:
“…conforme el principio general del efecto suspensivo que
establece el artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal, la
interposición del recurso de apelación suspende la ejecución de
la decisión que otorgó la libertad o una medida sustitutiva de
la privativa de libertad, con la sola excepción de que el hecho
punible que se impute merezca…”28.
A pesar de que el acuerdo de una medida cautelar
sustitutiva no colige la libertad plena del imputado
sino su estricta sujeción a un mecanismo de coerción
personal, la jurisprudencia ha validado que la
interposición en audiencia del recurso de apelación
también suspende la ejecución inmediata de la medida
sustitutiva, y prolonga los efectos de la privación de
libertad. Ello no deja de ser curioso pues se supone que,
en función de lo dispuesto en el artículo 242 del Código
Orgánico Procesal Penal, el acuerdo de una medida
cautelar sustitutiva depende de la acreditación de los
mismos presupuestos que condicionan la privación
judicial de libertad del imputado. Visto así, debería
entenderse que cuando el juez de la presentación somete
al aprehendido a una medida cautelar sustitutiva,
no sólo está ratificando la verificación objetiva de los
presupuestos del artículo 236 del Código, sino que
está convencido de que los supuestos que motivan
la privación de libertad “pueden ser razonablemente
28
En igual sentido, sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de
Justicia, de fecha 11 de agosto de 2008 (Nº 447).

– 64 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

satisfechos con la aplicación de una medida menos


gravosa”. Consecuencialmente, si hemos admitido que la
privación de libertad y las medidas cautelares sustitutivas
son subespecies de las medidas de coerción personal,
y que, además, su adopción en el proceso depende de
idénticos presupuestos, deberíamos concluir entonces
que el efecto suspensivo del artículo 374 del Código sólo
debería ser tolerado cuando el juez de la presentación
dispone en audiencia la libertad plena del imputado.
e) En cuanto a la cualidad de los delitos: Aunque este
apartado lo abordaremos profusamente en el capítulo
cuarto de la presente obra, debemos advertir que la
ejecutabilidad inmediata de la orden que acuerda la
libertad del imputado será suspendida -por conducto
del recurso de apelación previsto en el artículo 374 del
Código- en dos escenarios específicos:
• Cuando el delito atribuido al imputado -en audiencia-
merezca pena privativa de libertad que exceda de los
doce (12) años en su límite máximo.
• Cuando se trate de los siguientes delitos: homicidio
intencional; violación; delitos que atenten contra la
libertad, integridad e indemnidad sexual de niños,
niñas y adolescentes; secuestro; delito de corrupción;
delitos que causen grave daño al patrimonio público y
la administración pública; tráfico de drogas de mayor
cuantía; legitimación de capitales; delitos contra
el sistema financiero y delitos conexos; delitos con
multiplicidad de víctimas; delitos de delincuencia
organizada; violaciones graves a los derechos humanos;
lesa humanidad; delitos graves contra la independencia
y seguridad de la nación; y, crímenes de guerra.
Será en el próximo capítulo cuando calibremos el al-
cance normativo y operativo de los delitos que justifican
el efecto suspensivo del recurso de apelación interpuesto
contra la orden que acuerda la libertad del imputado.

– 65 –
Giovanni Rionero

II. EL EFECTO SUSPENSIVO DEL ARTÍCULO 430 DEL CÓDIGO


ORGÁNICO PROCESAL PENAL:
“Artículo 430. Efecto suspensivo. La interposición de un
recurso suspenderá la ejecución de la decisión, salvo que
expresamente se disponga lo contrario.
Parágrafo único: Excepción
Cuando se trate de una decisión que otorgue la libertad al
imputado, la interposición del recurso de apelación no suspenderá
la ejecución de la decisión, excepto cuando se tratare de delitos
de: homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra
la libertad, integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y
adolescentes; secuestro, delito de corrupción, delitos que causen
grave daño al patrimonio público y la administración pública;
tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de capitales,
contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con
multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones
graves a los derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves
contra la independencia y la seguridad de la nación y crímenes
de guerra y el Ministerio Público apele en la audiencia de manera
oral y se oirá a la defensa.
La fundamentación y contestación del recurso de apelación se
hará en los plazos establecidos para la apelación de autos o
sentencias, según sea el caso”.
a) En cuanto al acto procesal: Hemos advertido antes
que los artículos 374 y 430 del Código albergan dos
modalidades distintas del efecto suspensivo endosado
al recurso de apelación interpuesto contra la orden que
acuerda la libertad del imputado. El efecto suspensivo
del artículo 430 puede ser invocado en la celebración
de cualquier audiencia -excepto las audiencias de
presentación de aprehendidos como hemos visto
supra- en la cual se disponga judicialmente la libertad
del imputado. Si se trata de la presentación de un
aprehendido -por flagrancia o por conducto de una
orden judicial- el efecto suspensivo del recurso de
apelación que se interponga contra la orden que
acuerda la libertad del imputado deberá tramitarse en
función de lo dispuesto en el artículo 374 del Código

– 66 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Orgánico Procesal Penal. En cambio, la modalidad


de efecto suspensivo del artículo 430 del Código
es admisible en cualquier audiencia distinta a las
audiencias de presentación de aprehendidos, como lo
son, por ejemplo, las audiencias de juicio o la solicitud
de revisión de la medida privativa de libertad instada
en la audiencia preliminar o en el debate oral y público.
Adicionalmente, apuntábamos antes que en esta
modalidad se requiere que el imputado esté sometido
previamente a una medida privativa de libertad y que
el tribunal competente, en la audiencia respectiva,
decida su libertad plena o su sometimiento a una
medida de coerción menos gravosa. Si, en cambio, el
imputado ha estado en libertad durante el desarrollo
del proceso penal -y la solicitud del Ministerio Público
de privarlo de libertad es rechazada judicialmente-, el
recurso de apelación que se interponga contra dicha
decisión no podrá alegarse con efecto suspensivo pues
la inteligencia de esta institución opera precisamente
en sentido contrario, es decir, el imputado debe estar
privado de libertad para que la interposición del recurso
de apelación comprenda la suspensión de la orden que
resuelve su libertad o su sometimiento a una medida
cautelar sustitutiva. Así pues, un presupuesto del
efecto suspensivo del recurso de apelación es que el
imputado esté privado de libertad de modo previo y
que el juez modifique dicha situación en su beneficio.
b) En cuanto a la forma de interposición del recurso
de apelación: Cuando estamos en fase de juicio,
el artículo 348 del Código advierte que la sentencia
absolutoria colegirá la inmediata libertad del acusado
y dicha resolución deberá cumplirse perentoriamente
desde la sala de audiencias. En estos casos, para que
la interposición de la apelación suspenda la orden que
resuelve la libertad del absuelto, el recurso deberá
ejercerse oralmente en el propio juicio. En cambio, si

– 67 –
Giovanni Rionero

el Ministerio Público interpone (con posterioridad) el


recurso de apelación conforme el trámite del artículo
445 del Código Orgánico Procesal Penal, la libertad
del absuelto deberá cumplirse directamente en la
audiencia de juicio y la presentación del recurso no
suspenderá su ejecutabilidad. Lo único que condiciona
(e impide) la ejecución inmediata de la orden que
acuerda la libertad del absuelto es la interposición oral
en audiencia del recurso de apelación. Si la apelación
se ejerce mediante escrito fundado en el plazo de 10
días que establece el artículo 445 del Código Orgánico
Procesal Penal, no podrá el Ministerio Público solicitar
la suspensión de la libertad del acusado.
Hemos advertido en la práctica que algunos fiscales,
al momento de absolverse al acusado en juicio, han
apelado de dicha decisión -con efecto suspensivo-
con el objeto de mantener la privación de libertad del
encartado mientras se resuelve la procedencia o no del
recurso. En estos casos, tendríamos dos decisiones
judiciales completamente distintas: (i) por una parte,
el auto que acuerda el mantenimiento cautelar de
la privación de libertad del absuelto; y, (ii) por otra
parte, la propia decisión de fondo que resuelve sobre
su absolución.
En nuestro criterio, ambas decisiones deberían ser
recurridas por el fiscal de modo independiente, es decir:
(i) por un lado, el fiscal deberá interponer el recurso
de apelación de autos contra la decisión judicial que
ordena la libertad del absuelto; y, (ii) por otro, deberá
apelar por separado de la decisión definitiva que se
pronunció con respecto a su no responsabilidad penal.
No es lógico que ambas decisiones sean impugnadas
por el fiscal mediante un solo recurso de apelación,
pues, de procederse así, la privación de libertad podría
mantenerse hasta que la Alzada ratifique o no la
sentencia de instancia.
– 68 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

La idea es que si la Corte de Apelaciones no comparte


los argumentos fiscales para mantener la vigencia de
la medida privativa de libertad, tenga la posibilidad
de pronunciarse sobre ello con antelación a cualquier
decisión de fondo sobre los hechos objeto del proceso.
En cambio, si la Alzada declara con lugar el recurso
de apelación con efecto suspensivo interpuesto por
el Ministerio Público contra la decisión que ordenaba
la excarcelación del acusado, decretará su detención
cautelar, la cual, podrá prolongarse hasta que la propia
Corte de Apelaciones resuelva con posterioridad la
apelación ejercida contra la sentencia de juicio.
Cuando no se trate de una sentencia absolutoria sino de
la solicitud de revisión de la medida privativa de libertad
en audiencia (entiéndase: audiencia preliminar, juicio
oral o cualquier otra audiencia estatuida en el Código
Orgánico Procesal Penal -como por ejemplo, la audiencia
de imputación que dispone el artículo 356 del Código
Orgánico Procesal Penal en el procedimiento especial
para el juzgamiento de los delitos menos graves-), y el
juez competente resuelva la libertad del imputado o
su sometimiento a una medida cautelar sustitutiva, el
Ministerio Público podrá apelar de la decisión y alegar el
efecto suspensivo dispuesto en el artículo 430 del Código.
Recordemos que dicha norma sólo exige para alegar el
efecto suspensivo que “el Ministerio Público apele en la
audiencia de manera oral”, por tanto, en estos casos
el recurso interpuesto suspenderá la ejecutabilidad de
la decisión judicial y obligará al Ministerio Público a
fundamentar la apelación en función del plazo dispuesto
en el artículo 440 del Código Orgánico Procesal Penal
(entiéndase: 5 días). Consecuencialmente, si la revisión de
la medida privativa de libertad se resuelve (en audiencia)
en beneficio del imputado, el Ministerio Público podrá
apelar (en audiencia) de la decisión e invocar el efecto
suspensivo del auto que acuerda la libertad.

– 69 –
Giovanni Rionero

c) En cuanto a la legitimación para ejercer el recurso


de apelación con efectos suspensivos: También con
respecto al artículo 430 del Código debemos advertir que
sólo tendrá efecto suspensivo el recurso de apelación
que interponga el Ministerio Público (y no la víctima)
contra la decisión judicial que acuerde la libertad
del imputado. En estos casos, la víctima carece de
legitimación para interponer oralmente en audiencia
el recurso de apelación, lo cual, nos permite afirmar
que sólo los fiscales pueden ejercer en audiencia la
apelación contra la decisión que otorga la libertad del
imputado e invocar su consecuente suspensión.
d) En cuanto al contenido de la orden judicial
impugnada: En fase de juicio es obvio que la sentencia
absolutoria deduce la libertad plena del acusado, es
decir, el absuelto en juicio no puede ser sometido a
una medida cautelar sustitutiva pues se entiende que
su absolución es simplemente una reivindicación del
principio de inocencia que lo acompañó a lo largo del
proceso penal. En estos casos, el efecto suspensivo del
recurso de apelación que ejerce el Ministerio Público en
audiencia buscará precisamente impedir la ejecución
de la decisión que resuelve estrictamente su libertad.
No es posible que el acuerdo de una medida cautelar
sustitutiva suceda con posterioridad a una absolución
reconocida en juicio.
En cambio, la revisión de la medida privativa de
libertad en audiencia (audiencia preliminar, juicio
oral o cualquier otra) sí puede ocasionar que el juez
competente la sustituya por otra menos gravosa, o que
disponga, incluso, la libertad plena del imputado. Valen
también aquí los asertos de la sentencia suscrita por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
en fecha 5 de mayo de 2005 (Nº 742), mediante la cual
se reconoció que el recurso de apelación con efecto
suspensivo procede no sólo cuando el juez acuerde la

– 70 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

libertad plena del imputado sino también cuando éste


sea sometido a una medida cautelar sustitutiva.
e) En cuanto a la cualidad de los delitos: También el
artículo 430 del Código dispone que “cuando se trate
de una decisión que otorgue la libertad al imputado, la
interposición del recurso de apelación no suspenderá
su ejecución”, excepto cuando la investigación gravite
sobre alguno de los siguientes delitos: homicidio
intencional; violación; delitos que atenten contra la
libertad, integridad e indemnidad sexual de niños,
niñas y adolescentes; secuestro; delito de corrupción;
delitos que causen grave daño al patrimonio público y
la administración pública; tráfico de drogas de mayor
cuantía; legitimación de capitales; delitos contra
el sistema financiero y delitos conexos; delitos con
multiplicidad de víctimas; delitos de delincuencia
organizada; violaciones graves a los derechos humanos;
lesa humanidad; delitos graves contra la independencia
y seguridad de la nación; y, crímenes de guerra.
Podemos notar que, a diferencia de lo que ocurre con el
artículo 374 del Código, el hecho de que el delito atribuido
al imputado merezca una pena privativa de libertad que
exceda los doce (12) años en su límite máximo, no es una
hipótesis que legitime la procedencia del efecto suspensivo
del recurso de apelación interpuesto contra la orden que
resuelve la libertad del imputado. Así pues, en un plano
operativo, pudiera darse el caso de que nos topáramos
con un delito cuya pena excediera los doce (12) años en
su límite máximo, y, sin embargo, no encajare en el in-
ventario de delitos que hemos reseñado con anterioridad
(como, por ejemplo, la extorsión). Ante esa coyuntura el
fiscal no podría solicitar la suspensión de la ejecutabi-
lidad de la orden que resuelve la libertad del imputado,
pues el quantum de la pena no es un presupuesto que
valide la procedencia del efecto suspensivo en el contex-
to del artículo 430. La suspensión de la ejecución de la
– 71 –
Giovanni Rionero

libertad sólo aplicará con respecto a los delitos aducidos


supra; cualquier otro delito que escape de ese inventario
(sin importar la pena asignada) no podrá ser alegado para
invocar la modalidad de efecto suspensivo que reposa en
el artículo 430 del Código.
En todo caso, nuevamente advertimos que será en el
próximo capítulo cuando precisemos la connotación típica
de cada uno de los delitos mencionados en los artículos
374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal.

– 72 –
CUARTO CAPÍTULO
LOS DELITOS QUE VALIDAN LA APLICACIÓN DE LAS
DOS MODALIDADES DE EFECTO SUSPENSIVO
(ARTÍCULOS 374 Y 430 DEL
CÓDIGO ORGÁNICO PROCESAL PENAL)
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Como vimos en el capítulo anterior, los artículos 374


y 430 del Código Orgánico Procesal Penal comparten un
catálogo de delitos que validan la suspensión de la orden
que acuerda la libertad del imputado como un efecto del
recurso de apelación interpuesto por el Ministerio Públi-
co en audiencia. También apreciamos antes que sólo el
artículo 374 establece una pauta adicional que soslaya la
ejecución inmediata de la decisión que resuelve la liber-
tad del imputado en aquellos casos en los cuales el delito
atribuido merezca una pena privativa de libertad superior
a los doce (12) años en su límite máximo.
Ahora bien, ese inventario de delitos compartido por
los artículos 374 y 430 del Código es el siguiente: homi-
cidio intencional; violación; delitos que atenten contra la
libertad, integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y
adolescentes; secuestro; delito de corrupción; delitos que
causen grave daño al patrimonio público y la administra-
ción pública; tráfico de drogas de mayor cuantía; legiti-
mación de capitales; delitos contra el sistema financiero
y delitos conexos; delitos con multiplicidad de víctimas;
delitos de delincuencia organizada; violaciones graves a
los derechos humanos; lesa humanidad; delitos graves
contra la independencia y seguridad de la nación; y, crí-
menes de guerra. Pues bien, calibremos el alcance y la
connotación típica de los delitos que validan la aplicación
de las dos modalidades de efecto suspensivo:
a) Homicidio intencional: Hablar de un homicidio
intencional es hablar de un homicidio doloso, es
decir, aquel en el cual el agente tiene conciencia y
voluntad de realizar el hecho tipificado objetivamente
en la figura delictiva de homicidio 29. El que mata

29
BERDUGO GÓMEZ, Ignacio; ARROYO ZAPATERO, Luís; GARCÍA RIVAS, Nicolás;
FERRÉ OLIVÉ, Juan Carlos; y, SERRANO PIEDECASAS, José Ramón. Lecciones de
Derecho Penal. Parte General. Editorial La Ley. España, 1999. Página 196. También

– 75 –
Giovanni Rionero

dolosamente no sólo debe conocer las circunstancias


objetivas del hecho típico sino que debe exteriorizar
la voluntad de realizarlo (entiéndase: en el homicidio
el agente <debe saber que mata a otra persona> y
<debe querer matarla>). Asimismo, en algunos casos
los elementos cognoscitivos y volitivos del dolo suelen
exteriorizarse con distinta intensidad y la combinación
de esas variantes nos permite diferenciar entre: (i) dolo
directo; (ii) dolo eventual; y, (iii) dolo de consecuencias
necesarias. Así pues, el dolo eventual es dolo y también
deduce la intencionalidad del agente30. Ceñidos a ese
concepto de dolo típico, hablaremos de un homicidio
intencional en las siguientes hipótesis delictivas:
• Homicidio simple (artículo 405 del Código Penal)
• Homicidio calificado (artículo 406 del Código Penal)
• Homicidio agravado (artículo 407 del Código Penal)

para MIR PUIG y MUÑOZ CONDE el dolo típico exige conocimiento y voluntad del hecho
típico (Vid: MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte General. Editorial Reppertor S.L.
España, 2004. Página 261; y, MUÑOZ CONDE, Francisco y GARCÍA ARÁN, Mercedes.
Derecho Penal. Parte General. Editorial Tirant Lo Blanch. España, 1996. Página 284).
30
En sentencia suscrita en fecha 12 de abril de 2011 (Nº 490), la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia advirtió: “…siendo que en definitiva el dolo eventual
es dolo, es un contrasentido evidente y contrario a los principios de primacía de la
realidad y de racionalidad señalar que, por ejemplo, el dolo eventual es una ‘mixtura
de dolo y culpa’, o un ‘dolo informado de culpa’, pues ello es tanto como decir, que en
el homicidio doloso sustentado en el dolo eventual el sujeto conocía y quería matar y,
en tal sentido mató, pero que también ese mismo comportamiento fue paralelamente
imprudente por no haber querido el agente provocar la muerte sino por haberlo hecho
por infringir el deber de prudencia; lo cual daría lugar a pretender sustentar la res-
ponsabilidad subjetiva por ese mismo hecho en el dolo y en la culpa a la vez, no sólo
apartándose del ordenamiento jurídico y violando derechos fundamentales asociados
a las nociones de legalidad, debido proceso, seguridad jurídica, nom bis in idem y
tutela judicial efectiva, sino alejándose de forma irremediable de la propia realidad y
de la lógica jurídica. Siendo que el dolo eventual es dolo, el mismo implica conocer y
querer realizar la conducta típica objetiva o, desde otra perspectiva, conocer (y aceptar)
que se está realizando la acción -lato sensu- típica y seguir actuando a pesar de ello
(conformarse con el resultado típico o siéndole indiferente su producción); a diferencia
de la culpa, que excluye ese concepto y que, por el contrario, sencillamente involucra
lesionar o poner en peligro el interés penalmente tutelado de forma imprudente, es
decir, sin conocer -de antemano- que con ese obrar se realizaría el comportamiento
típico o, desde otra perspectiva, sin conocer, querer, aceptar, incluir en su plan o
asumir tal circunstancia, pues su intención carece de relevancia penal”.

– 76 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

• Homicidio concausal (artículo 408 del Código Penal)31


• Duelo y riña cuerpo a cuerpo (artículo 422 del Código
Penal)
• Complicidad correspectiva (artículo 424 del Código
Penal)
• Muerte de víctima de violación o rapto (artículo 392
del Código Penal)32
• Femicidio (artículos 57 y 58) Ley Orgánica sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia)
Cuando el proceso penal tenga por objeto algunos de
los delitos aducidos supra, será viable la suspensión
de la orden que acuerda la libertad del imputado como
un efecto del recurso de apelación interpuesto por
conducto de los artículos 374 y 430 del Código Orgánico
Procesal Penal. También es necesario advertir que no
estaremos en presencia de un homicidio intencional
cuando el delito inquirido se identifique con alguno de
los siguientes tipos penales:
• Homicidio culposo (artículo 409 del Código Penal)
• Homicidio preterintencional (artículo 410 del Código
Penal)
• Aborto (artículos 430, 431, 432, 433 del Código Penal)
• Muerte del trabajador (artículo 131 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo)
En el homicidio culposo no hay intención de producir
el resultado. En términos generales hemos reconocido que

31
Dice GRISANTI AVELEDO: “…existe homicidio concausal cuando el agente tiene la
intención de matar al sujeto pasivo, pero la acción u omisión del agente, considerada
aisladamente, es insuficiente para causar la muerte del sujeto pasivo; es preciso,
entonces, que a la conducta positiva o negativa del sujeto activo se asocie una con-
causa preexistente o superveniente, para que de la asociación de aquella conducta y
la concausa se derive el resultado fatal”. GRISANTI AVELEDO, Hernando. Manual de
Derecho Penal. Parte Especial. Vadell Hermanos Editores. Caracas, 1998. Página 39.
32
El homicidio tiene que ser doloso. La norma no aplicará si, en cambio, el homicidio
es imprudente (en este caso, el fiscal tendrá que recurrir a los postulados del concurso
real, es decir, imputar los delitos de violación y homicidio imprudente).

– 77 –
Giovanni Rionero

en los delitos imprudentes se produce un resultado social-


mente dañoso mediante una acción evitable que implica
una infracción del deber de cuidado y que supera el riesgo
permitido33. Así, <el no haber previsto el resultado dañoso
en concreto> es una premisa que nos permite distinguir el
homicidio culposo del doloso34; mientras que <el no haber
podido prever el resultado dañoso> es la fórmula que nos
hace diferenciar el hecho azaroso de la culpa. Ya en doc-
trina nacional CHIOSSONE enseñaba que en el homicidio
culposo el agente sólo tiene voluntad de realizar un hecho
(imprudente, negligente, imperito o desobediente) que pro-
duce un evento dañoso previsible35. Esa lectura dogmática
no es exclusiva del homicidio culposo del artículo 409 del
Código Penal, sino que, a decir de SAÍN, también el artí-
culo 131 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente de Trabajo, ostenta la misma naturaleza
típica36. En fin, matar culposamente no es matar de modo
intencional, por ello los artículos 409 del Código Penal y
131 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Me-
dio Ambiente de Trabajo, quedan excluidos del inventario
de delitos que validan el efecto suspensivo del recurso de
apelación interpuesto contra la orden que decide sobre la
libertad del imputado en audiencia.
33
LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Tratado de Derecho Penal. Parte General.
Editorial Civitas. España, 2010. Página 522.
34
“Si definimos el dolo como conocimiento del peligro concreto y la culpa como au-
sencia de dicho conocimiento, parece que esto implicaría que toda culpa ha de ser
inconsciente. Por ello, y aunque aceptando tales afirmaciones, no obstante, puede
admitirse que en la imprudencia consciente el sujeto desconoce el peligro concreto,
pero conoce el peligro abstracto”. LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo. Tratado de…
Página 529.
35
CHIOSSONE, Tulio. Manual de Derecho Penal Venezolano. Universidad Central de
Venezuela. Caracas, 1992. Página 412.
36
“[En el artículo 131 de la Lopcymat] no puede haber tentativa porque estamos frente
a la estructura de un delito culposo tanto para el homicidio como para las lesiones del
trabajador… Cuando el legislador habla [en el tipo penal] de violaciones graves o muy
graves a la normativa de seguridad laboral, está haciendo alusión a la estructura de
la culpa o lo que es conocido hoy en día como el tipo imprudente”. SAÍN, José Tadeo.
Análisis del Artículo 131 de la Lopcymat. Muerte y Lesiones del Trabajador. Artículo
publicado en: I Jornada sobre la Investigación Penal en Materia de Salud y Seguridad
Laboral. Ministerio Público. Caracas, 2011. Páginas 90 y 91.

– 78 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

El homicidio preterintencional, por su parte, se da


cuando a consecuencia de unas lesiones dolosas, cau-
sadas sin intención de matar, se produce la muerte del
agredido37. También aquí es claro que el resultado (muer-
te) no es intencionado pues el agente realiza la acción sólo
con el propósito de causar unas lesiones a la víctima38.
En el aborto, en cambio, la producción del resultado sí es
intencional; la acción material del agente está dirigida a
producir la muerte o destrucción del feto. El problema es
que un aborto no es un homicidio en términos dogmáticos.
Mientras que en el homicidio el objeto material es una
persona -una vida humana independiente-, en el aborto
el objeto material es “el producto de la concepción que se
halla anidado y posee viabilidad para seguir formándose
y llegar a nacer convirtiéndose en una persona”39. El feto
no es persona -es una vida prenatal, dependiente o en
formación- y ello excluye un elemento del tipo objetivo
del delito de homicidio. En un contexto procesal, la im-
putación del delito de aborto no justificará la suspensión
de la orden que acuerda la libertad del imputado en los
términos de los artículos 374 y 430 del Código Orgánico
Procesal Penal.
Con respecto al aborto consentido es necesario precisar
que el artículo 431 del Código Penal agrava la pena cuando
sobreviene la muerte de la mujer como consecuencia del
aborto y de los medios empleados. Lo mismo sucede en el
aborto sufrido del artículo 432 ejusdem. Sin embargo, en
estos casos la muerte de la mujer debe ser forzosamente
imprudente o culposa, pues de ser dolosa, tendremos que
recurrir a un concurso real entre el homicidio intencional
de la mujer y el aborto del feto. Así pues, asumiendo que

37
MUÑOZ CONDE, Francisco. Derecho Penal. Parte Especial. Editorial Tirant Lo
Blanch. España, 2004. Página 44.
38
SUÁREZ-MIRA RODRÍGUEZ, Carlos; JUDEL PRIETO, Ángel; y, PIÑOL RODRÍGUEZ,
José Ramón. Manual de Derecho Penal. Parte Especial. Tomo II. Editorial Thomson
Civitas. España, 2005. Página 62.
39
Ob. Cit. Página 80.

– 79 –
Giovanni Rionero

la muerte de la mujer es un resultado imprudente en función


de los requerimientos típicos de los artículos 431 y 432 del
Código Penal, tampoco procederá en estos casos el efecto
suspensivo del recurso de apelación interpuesto contra la
decisión que resuelve la libertad del imputado en audiencia.
b) Violación: Algunos podrían pensar que los delitos de
violación del Código Penal (artículos 374 y 375) son los
únicos que deberían ser subsumidos bajo el vocablo
violación que aparece mencionado en el listado de
delitos que consienten el efecto suspensivo del recurso
de apelación interpuesto contra la decisión que resuelve
la libertad del imputado en audiencia. Esa percepción
reducida y errada es defendida por aquellos que
consideran que el examen de los delitos enumerados
en los artículos 374 y 430 del código adjetivo debe
conducirse bajo la observancia literal de los nomen
iuris utilizados eventualmente por nuestro legislador
para identificar -mediante nombres referenciales- los
hechos punibles tipificados en Venezuela.
Lo cierto es que lo que debe entenderse por violación
no es un problema de nomen iuris sino de interpretación
de la conducta material que calibra e inspira su connota-
ción típica. Antes de 2005, por ejemplo, el Código Penal
concebía la violación como la utilización de violencias o
amenazas para constreñir a alguna persona a un acto
carnal. El sujeto pasivo podía ser de uno u otro sexo, por
tanto, era aceptado “tanto el ayuntamiento carnal, según
natura entre un hombre y una mujer por la vía ordinaria,
como el concúbito anti natura por la vía rectal sobre un
sujeto pasivo varón o mujer”; no obstante, era inadmisible
comprender el coito oral como violación40. Luego de abril
200541 el legislador amplió de tal manera la acción material
del delito de violación que, en función de lo dispuesto en

40
GRISANTI AVELEDO, Hernando. Manual de Derecho Penal… Página 410.
41
G.O. Extraordinario Nº 5.768, de fecha 13 de abril de 2005.

– 80 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

el vigente artículo 374 del Código Penal, su consuma-


ción depende ahora de que el agente emplee violencias o
amenazas para constreñir a una persona, de uno u otro
sexo, a un acto carnal por vía vaginal, anal “u oral, o [la]
introducción de objetos por alguna de las dos primeras
vías, o [que] por vía oral se le introduzca un objeto que
simule objetos sexuales”.
Simular fórmula es utilizada por el legislador vene-
zolano para tipificar el delito de abuso sexual a niños y
niñas (artículo 259 de la Ley Orgánica para la Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes)42 y el delito de violencia
sexual (artículo 43 de la Ley Orgánica sobre el Derecho
de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia)43. Podemos
afirmar, entonces, que la conducta material del delito de
violación del Código Penal es reproducida en similares
términos por el legislador en otros preceptos penales que,

42
El artículo 259 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes
(G.O. Extraordinario Nº 6.185, de fecha 08 de junio de 2015), reza: “Quien realice actos
sexuales con un niño o niña, o participe en ellos, será penado o penada con prisión
de dos a seis años. Si el acto sexual implica penetración genital o anal, mediante acto
carnal, manual o la introducción de objetos; o penetración oral aún con instrumentos
que simulen objetos sexuales la prisión será de quince a veinte años. Si el o la culpable
ejerce sobre la víctima autoridad, Responsabilidad de Crianza o vigilancia, la pena
se aumentará de un cuarto a un tercio. Si el autor es un hombre mayor de edad y la
víctima es una niña, o en la causa concurren víctimas de ambos sexos, conocerán los
Tribunales Especiales previstos en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia conforme el procedimiento en ésta establecido”.
43
El artículo 43 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre
de Violencia (G.O. Nº 40.551, de fecha 28 de noviembre de 2014), dispone: “Quien
mediante el empleo de violencias o amenazas constriña a una mujer a acceder a un
contacto sexual no deseado que comprenda penetración por vía vaginal, anal u oral,
aun mediante la introducción de objetos de cualquier clase por alguna de estas vías,
será sancionado con prisión de diez a quince años. Si el autor del delito es el cónyu-
ge, concubino, ex cónyuge, ex concubino, persona con quien la víctima mantiene o
mantuvo relación de afectividad, aun sin convivencia, la pena se incrementará de un
cuarto a un tercio. El mismo incremento de pena se aplicará en los supuestos que el
autor sea el ascendiente, descendiente, pariente colateral, consanguíneo o afín de la
víctima. Si el hecho se ejecuta en perjuicio de una niña o adolescente, la pena será
de quince a veinte años de prisión. Si la víctima resultare ser una niña o adolescente,
hija de la mujer con quien el autor mantiene una relación en condición de cónyuge,
concubino, ex cónyuge, ex concubino, persona con quien mantiene o mantuvo relación
de afectividad, aún sin convivencia, la pena se incrementará de un cuarto a un tercio”.

– 81 –
Giovanni Rionero

a pesar de no compartir idéntico nombre jurídico, sí englo-


ban los elementos típicos (normativos y descriptivos) que
caracterizan la consumación del acto carnal o violación en
los términos del Código Penal. Sobre ese contexto, en una
interesante decisión suscrita en fecha 26 de noviembre de
2010 (Nº 497) por la Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia, se adujo expresamente que:
“…los elementos que conforman la descripción del tipo penal
contemplado en el artículo 374.1 del Código Penal respecto al
delito de violación son los mismos que aparecen previstos en
la norma del artículo 259 de la Ley Orgánica para la Protección
del Niño, Niña y Adolescente respecto al delito del Abuso Sexual
a Niño”. (Negrillas nuestras).
Visto así, no sólo los delitos de violación tipificados en
los artículos 374 y 375 del Código Penal legitiman la sus-
pensión de la orden que acuerda la libertad del imputado
como un efecto del recurso de apelación interpuesto por
conducto de los artículos 374 y 430 del Código Orgánico
Procesal Penal, sino que similar consecuencia debe ser
endosada al recurso cuando el proceso tenga por objeto
la investigación de los delitos de abuso sexual a niños y
niñas (artículo 259 de la Ley Orgánica para la Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes) y violencia sexual (artículo
43 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a
una Vida Libre de Violencia).
c) Delitos que atentan contra la libertad, integridad e
indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes:
Esta categoría sí nos trae mayores problemas de
interpretación. En principio, hay dos maneras de ver
el asunto:
1. Podemos asumir, primeramente, que el adjetivo ‘sexual’
delimita el alcance y significado de los sustantivos
‘libertad’, ‘integridad’ e ‘indemnidad’; es decir, cuando
el legislador habla de los ‘delitos que atentan contra la
libertad, integridad e indemnidad sexual’, a lo que hace
alusión en realidad es a los ‘delitos que atentan contra

– 82 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

la libertad sexual, integridad sexual e indemnidad


sexual’. Así pues, lo ‘sexual’ informaría la significación
normativa de toda la categoría. Si, por ejemplo,
la investigación penal gravitase sobre la privación
ilegítima de libertad un niño de 8 años (entiéndase:
libertad ambulatoria), ese delito no podría ser alegado
como fundamento del efecto suspensivo del recurso
de apelación interpuesto con ocasión de los artículos
374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal. Bajo
esta primera lectura, el vocablo ‘sexual’ es el apellido
obligado de los nombres propios ‘libertad’, ‘integridad’
e ‘indemnidad’ y, por tanto, la ‘libertad sexual’, la
‘integridad sexual, y la ‘indemnidad sexual’ serían los
bienes jurídicos a los que aludiría el legislador en los
artículos 374 y 430 del Código.
2. Una segunda interpretación mucho más amplia nos
podría llevar a pensar que la suspensión de la orden
que acuerda la libertad del imputado en audiencia
procede cuando el delito vulnera: (i) la libertad de
niños, niñas y adolescentes; (ii) la integridad de niños,
niñas y adolescentes; y, (iii) la indemnidad sexual
de niños, niñas y adolescentes. Bajo esta lectura: (i)
sólo la expresión ‘indemnidad sexual’ abarcaría a los
delitos que, de una u otra manera, atentan contra el
“ejercicio libre de la propia sexualidad y la disposición
del propio cuerpo”44 de niños, niñas y adolescentes;
y, (ii) las expresiones ‘libertad’ e ‘integridad’ serían
reflejo de otros bienes jurídicos sin trasfondo sexual
que permitirían, por ejemplo, que el efecto suspensivo
de los artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal
Penal se fundase en delitos como la privación ilegítima
de libertad, el trato cruel o la tortura de niños, niñas o
adolescentes. Eso sí, sólo los niños, niñas y adolescentes
podrían ser sujetos pasivos bajo este contexto; si la

44
MUÑOZ CONDE, Francisco. Derecho Penal. Parte Especial… Página 175.

– 83 –
Giovanni Rionero

privación ilegítima de libertad recayera, por ejemplo,


sobre un hombre de 25 años, no procedería el efecto
suspensivo (de la orden que acuerda la libertad en
audiencia) en función de esta categoría.
En un orden normativo podríamos decir que ambas
interpretaciones son coherentes y gramaticalmente sos-
tenibles. En un orden práctico, en cambio, asumir que lo
‘sexual’ no es un agregado valorativo que vincula la lectura
de toda la categoría nos llevaría a escenarios inconvenien-
temente restrictivos que limitarían la aplicación de otras
instituciones procesales que son fundamentales para no
someter al imputado -y al Estado- a la prosecución íntegra
del proceso. Dicho en palabras sencillas, si asumimos que
esta categoría abarca los delitos que transgreden: (i) la li-
bertad de niños, niñas y adolescentes; (ii) la integridad de
niños, niñas y adolescentes; y, (iii) la indemnidad sexual de
niños, niñas y adolescentes, tendríamos que admitir, por
ejemplo, que el agente de unas lesiones dolosas leves cau-
sadas a un adolescente de 15 años no podría someterse ni
al procedimiento especial para el juzgamiento de los delitos
menos graves45 ni a la suspensión condicional del proceso46
como fórmula alternativa de terminación anticipada de la
causa. Lo anterior es contrario al principio de interpretación
restrictiva que inspira la valoración de cualquier tipo penal,
y a las premisas de celeridad y descongestión procesal que
inspiraron la última reforma del Código en 2012.
Esto no quiere decir que seamos indulgentes ante la
comisión de delitos que vayan contra la libertad o inte-
gridad de niños, niñas o adolescentes. Todo lo contrario,
creemos que la protección de cualquier bien jurídico es
mucho más sensible y necesaria cuando su titular es un
sujeto vulnerable. Sin embargo, pensamos que lo ‘sexual’
es un adjetivo que subyace e informa a toda la catego-
ría, por tanto, la suspensión de la orden que acuerda la

45
Artículo 354 del Código Orgánico Procesal Penal.
46
Artículo 43 del Código Orgánico Procesal Penal.

– 84 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

libertad del imputado en audiencia sólo procederá cuan-


do el delito afecte la libertad sexual, integridad sexual o
indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes. Bajo
esta lectura, conductas como la privación ilegítima de
libertad o las lesiones contra niños, niñas y adolescentes
no sólo están excluidas del listado de delitos que validan
la aplicación del efecto suspensivo de los artículos 374 y
430 del Código Orgánico Procesal Penal, sino que admiten
la aplicación del principio de oportunidad y de la suspen-
sión condicional del proceso en beneficio del imputado. En
todo caso, fiscales y jueces deberán esforzarse por cono-
cer los delitos que nuestro ordenamiento jurídico tipifica
y asume como un agravio sexual contra niños, niñas y
adolescentes47. Los artículos 4848 y 4949 de la Ley Orgá-
nica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento
al Terrorismo, por ejemplo, son preceptos penales que a
pesar de no estar descritos en la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, son reflejo de
conductas que comprometen la indemnidad sexual de los
no adultos. Igual sucede con los artículos 2350 y 2451 de
la Ley Especial contra los Delitos Informáticos.

47
Vid: RIONERO, Giovanni y MILA, Frank. Manual de Delitos y Faltas en Venezuela.
Vadell Hermanos Editores. Segunda edición. Caracas, 2013.
48
Artículo 48. Quien como parte integrante de un grupo de delincuencia organizada
utilice a niños, niñas o adolescentes o su imagen, con fines o en espectáculos exhi-
bicionistas o pornográficos, tanto públicos como privados, o para elaborar cualquier
clase de material pornográfico, cualquiera que sea su soporte, o financiare cualquiera
de estas actividades, será sancionado con prisión de veinticinco (25) a treinta (30) años.
49
Artículo 49. Quien como parte integrante de un grupo de delincuencia organizada
produzca, venda, distribuya, exhiba o facilite la producción, venta, difusión o exhibición
por cualquier medio de material pornográfico en cuya elaboración hayan sido utiliza-
dos niños, niñas o adolescentes, aunque el material tuviere su origen en el extranjero
o fuere desconocido, será penado con prisión de veinte (20) a veinticinco (25) años.
50
Artículo 23. El que por cualquier medio que involucre el uso de tecnologías de
información, exhiba, difunda, transmita o venda material pornográfico o reservado a
personas adultas, sin realizar previamente las debidas advertencias para que el usuario
restrinja el acceso a niños, niñas y adolescentes será sancionado con prisión de dos
a seis años y multa de doscientas a seiscientas unidades tributarias.
51
Artículo 24. El que por cualquier medio que involucre el uso de tecnologías de
información, utilice a la persona o imagen de un niño, niña o adolescente con fines
exhibicionistas o pornográficos, será penado con prisión de cuatro a ocho años y multa
de cuatrocientas a ochocientas unidades tributarias.

– 85 –
Giovanni Rionero

d) Secuestro: Siempre fue común entender que la


acción de secuestrar a una persona consistía en
privarla ilegítimamente de su libertad personal con
el propósito de obtener un beneficio por su rescate52.
Esta definición sintetizaba los elementos normativos
del delito de secuestro: (i) la afectación de la libertad
ambulatoria53 del secuestrado; y, (ii) la finalidad del
agente de conseguir un precio por su libertad.
Antes de la vigencia de la Ley contra el Secuestro y la
Extorsión, el artículo 460 del Código Penal disponía que
el precio (lucro o rescate) exigido por el agente debía co-
rresponderse con la obtención de “dinero, cosas, títulos o
documentos que produjeran un efecto jurídico cualquiera
en favor del culpable o de otro sujeto que éste indicare”.
Hoy, el tipo básico de secuestro (artículo 3 de la Ley contra
el Secuestro y la Extorsión) no sólo admite que el rescate
signifique la demanda de “dinero, bienes, títulos, docu-
mentos, beneficios, acciones u omisiones que produzcan
efectos jurídicos o que alteren de cualquier manera los
derechos [del secuestrado] a cambio de su libertad”, sino
que incluso advierte que el delito de secuestro se perfec-
cionará “aún y cuando el [agente] no haya solicitado a la
víctima o terceras personas u obtenido de ellas dinero, bie-
nes, títulos, documentos, beneficios, acciones u omisiones
que produzcan efectos jurídicos o que alteren de cualquier
manera los derechos” del secuestrado. Esta nueva valo-
ración del delito de secuestro pone un acento especial en

52
Para la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia: “…el [secuestro] se perfec-
ciona desde que se priva a la persona de su libertad, por cuanto, es a partir de allí
que se realiza la acción para procurar las condiciones necesarias para sustraer a la
víctima de su entorno, mantenerla privada de su libertad con graves amenazas a su
vida y obtener un beneficio, sin que sea necesaria para la consumación del delito que
el secuestrador consiga el precio o rescate que ha fijado para restituir la libertad a la
persona secuestrada”. (Sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo
de Justicia, de fecha 13 de octubre de 2009, N° 506).
53
Entiéndase por libertad ambulatoria la capacidad del hombre de fijar por sí mismo
su situación en el espacio físico (MUÑOZ CONDE, Francisco. Derecho Penal. Parte
Especial… Página 149).

– 86 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

la privación ilegítima de libertad del secuestrado (núcleo


del tipo) y no escatima en ampliar conceptualmente lo
que debe entenderse por precio o rescate a los efectos de
la configuración del delito. Así pues, esa posibilidad de
que el secuestro se consume aún y cuando el agente no
haya exteriorizado su voluntad de pedir un precio por la
libertad de la víctima, seguramente traerá múltiples difi-
cultades probatorias a la hora de diferenciar la privación
ilegítima de libertad como delito autónomo (artículo 174
del Código Penal) y el secuestro propiamente dicho. No
extrañe, incluso, que un plano dogmático estemos obli-
gados a valorar ese escenario a la luz de un inminente
concurso aparente de normas penales54.
Aunque en nuestro criterio las nuevas modalidades de
secuestro tipificadas en la Ley contra el Secuestro y la Ex-
torsión superan los criterios ortodoxos y dogmáticos que
habían sido utilizados corrientemente por la doctrina para
definir el delito en cuestión, lo cierto es que el legislador
las ha tipificado como variantes fácticas del secuestro y
así las ha calificado en la ley especial. Es difícil explicar
cómo el secuestro para causar alarma (artículo 5)55 o el
secuestro para canje de personas (artículo 8) son hipótesis
que se corresponden con el concepto básico de secuestro
que aducíamos al inicio de este apartado, no obstante, así
han sido tipificadas por la Ley y sobre esa base debemos
promover cualquier interpretación.
54
“Se habla de concurso de leyes cuando uno o varios hechos son incluibles en varios
preceptos penales de los que sólo uno puede aplicarse, puesto que su estimación
conjunta supondría un bis in ídem. Ello sucede siempre que uno de los preceptos
basta por sí solo para aprehender todo el desvalor del hecho o hechos concurrentes.
Concurre entonces un solo delito”. MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte Gene-
ral… Página 646.
55
“Este secuestro no se perpetra con la finalidad de obtener un rescate a cambio de
liberar a la persona aprehendida, sino para crear alarma en la colectividad y alterar
el orden público, casi siempre con un fin de orden político. Por tanto, el mal llamado
secuestro por causar alarma debería denominarse delito de privación ilegítima o in-
debida de la libertad para causar alarma. Este delito es complejo porque ofende dos
bienes jurídicos, ninguno de los cuales es la propiedad: el bien jurídico de la libertad
y el bien jurídico del orden público”. GRISANTI AVELEDO, Hernando. Manual de
Derecho Penal… Página 295.

– 87 –
Giovanni Rionero

Consecuencialmente, en cuanto corresponde al delito


secuestro, la suspensión de la orden que acuerda la liber-
tad del imputado como un efecto del recurso de apelación
interpuesto por conducto de los artículos 374 y 430 del
Código Orgánico Procesal Penal, procederá cuando la in-
vestigación penal tenga por objeto alguno de los siguientes
hechos punibles:
• Secuestro simple (artículo 3 de la Ley contra el
Secuestro y la Extorsión)
• Simulación de secuestro (artículo 4 de la Ley contra
el Secuestro y la Extorsión)
• Secuestro con fines políticos, conmoción o alarma
(artículo 5 de la Ley contra el Secuestro y la Extorsión)
• Secuestro breve (artículo 6 de la Ley contra el Secuestro
y la Extorsión)
• Secuestro en medios de transporte (artículo 7 de la
Ley contra el Secuestro y la Extorsión)
• Secuestro para canje de personas (artículo 8 de la Ley
contra el Secuestro y la Extorsión)
• Secuestro como alistamiento forzoso (artículo 9 de la
Ley contra el Secuestro y la Extorsión)
• Secuestro agravado (artículo 10 de la Ley contra el
Secuestro y la Extorsión)
Con respecto al secuestro agravado, el artículo 10.7 de
la Ley contra el Secuestro y la Extorsión56 aumenta con-
siderablemente la pena cuando sobrevenga la muerte de
la víctima como causa del propio secuestro. En atención
al principio de proporcionalidad entendemos que la muer-
te del secuestrado debe ser provocada intencionalmente
por el secuestrador57. En efecto, si consideramos que el
56
Gaceta Oficial Nº 39.194, de fecha 05 de junio de 2009.
57
En similar sentido opinó la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Jus-
ticia al interpretar el (derogado) parágrafo segundo del artículo 460 del Código Penal.
Dicha norma también agravaba la pena del delito de secuestro cuando la persona

– 88 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

legislador ha castigado el tipo básico de secuestro con


una pena de veinte (20) a treinta (30) años de prisión, y
que, adicionalmente, el secuestro agravado colige un au-
mento de la pena en una tercera parte, es claro entonces
que conforme al tipo agravado de secuestro el agente po-
dría ser sancionado con una pena de treinta (30) años de
prisión. No sería proporcional ni sensato que el secuestro
agravado dedujera indiferenciadamente una misma pena
ante la muerte intencional o culposa de la víctima. Para
que exista una coherencia sistemática entre nuestros tipos
penales y sus respectivas penas, el secuestro agravado
debería aplicar cuando el secuestrador mata dolosamente
al secuestrado; si la muerte, en cambio, fuere imprudente
(la víctima muere asfixiada por el paño que tapaba com-
pletamente su cara), estaríamos ante un concurso real
de delitos entre el secuestro del rehén y su consiguiente
homicidio culposo58. Así pues, lo importante es la reso-
lución intencionada del secuestrador de matar al sujeto
pasivo. Aunque esta hipótesis comprende un homicidio

secuestrada moría durante el cautiverio o a consecuencia del secuestro. Sobre el


particular, en sentencia suscrita en fecha 06 de diciembre de 2012 (Nº 525), la Sala
de Casación Penal adujo con redacción poco feliz: “En lo que se refiere al artículo 460
del Código Penal que incrimina el delito de secuestro y muy específicamente en su
segundo parágrafo cuando prevé la muerte de la víctima y al respecto dispone: ‘Si la
persona secuestrada muere durante el cautiverio o a consecuencia de este delito, se
aplicará la pena máxima’, el hecho de imputar estos tipos penales (Robo Agravado,
Homicidio calificado por alevosía y Secuestro) además de aplicar una doble penalidad
por el mismo hecho a los imputados, con esta acción de calificar como robo y homicidio
la muerte de la víctima en el curso del secuestro quedaría derogado este parágrafo,
porque se le quitó valor a ese artículo y a ese delito pues, al manifestar dentro de los
hechos que la muerte de la víctima durante el secuestro es homicidio alevoso y la
desposesión de las pertenencias es robo agravado, se elimina una conducta típica que
ya contiene la descripción de la conducta criminosa constitutiva de secuestro, esto
es como indica expresamente el referido artículo: ‘Si la persona secuestrada muere
durante el cautiverio o a consecuencia de este delito, se aplicará la pena máxima’, se
desnaturalizó la ‘voluntas legislatoris’…”.
58
Las normas concursales aparecen reguladas en los artículos 88 y siguientes del
Código Penal. De aplicarse un concurso real entre el secuestro agravado y el homicidio
imprudente, el invocado artículo 88 advierte: “Al culpable de dos o más delitos cada
uno de los cuales acarree pena de prisión, sólo se le aplicará la pena correspondiente
al más grave, pero con el aumento de la mitad del tiempo correspondiente a la pena
del otro u otros”.

– 89 –
Giovanni Rionero

intencional en el contexto de los artículos 374 y 430 del


Código Orgánico Procesal Penal, el legislador ha subsu-
mido la muerte del secuestrado en el tipo de secuestro
agravado dispuesto en el artículo 10.7 de la Ley contra el
Secuestro y la Extorsión, por tanto, independientemente
de su valoración (entiéndase: homicidio intencional o se-
cuestro agravado) la conducta material de ambos delitos
valida de igual manera la aplicación de las dos modali-
dades de efecto suspensivo que estatuye el Código como
corolario del recurso de apelación interpuesto contra la
orden que resuelve la libertad del imputado en audiencia.
Como un dato curioso advertimos que la extorsión
no aparece mencionada en el listado de delitos de los
artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal.
Ello no deja de ser llamativo si consideramos que tanto
el secuestro como la extorsión son delitos que fueron ti-
pificados conjuntamente por el legislador en una misma
ley especial. El hecho es que esa omisión legal así como
la no posibilidad de tildar a la extorsión como un delito
de delincuencia organizada59, parecieran permitir ahora
que la orden que resuelve la libertad del extorsionador en
audiencia tenga ejecutabilidad inmediata y no pueda ser
suspendida en resguardo de la interposición del recurso
de apelación. Esa aparente regla tiene una excepción en
la modalidad de efecto suspensivo del artículo 374 del
Código Orgánico Procesal Penal, pues, tal y como se adujo
supra, dicha norma tolera el efecto suspensivo en aquellos
casos en los cuales el delito imputado mereciere una pena
privativa de libertad que exceda de los doce (12) años en

59
Cosa que sí ocurría bajo la vigencia del artículo 16 de la derogada Ley Orgánica con-
tra la Delincuencia Organizada (G.O. Extraordinario N° 5.789, de fecha 26 de octubre
de 2005). Dicha norma advertía: “Artículo 16. Se consideran delitos de delincuencia
organizada de conformidad con la legislación de la materia, además de los delitos
tipificados en esta Ley, los siguientes: …13. La extorsión”. Eso sí, en estos casos era
necesario que el delito fuese atribuido a una organización de delincuencia organizada,
es decir, a un grupo constituido por tres o más personas asociadas por cierto tiempo
(artículo 2 de la derogada Ley).

– 90 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

su límite máximo. En el entendido de que todos los tipos


especiales de extorsión de la Ley contra el Secuestro y la
Extorsión tienen asignada una pena superior a los doce (12)
años en su límite máximo, debemos concluir entonces -a la
luz de lo defendido en el capítulo segundo de este libro- que
el efecto suspensivo del recurso de apelación sólo procederá
contra el extorsionador cuando su libertad sea decidida por
el juez en: (i) la audiencia dispuesta para la presentación
de aprehendidos en condiciones de flagrancia (artículo 373
del Código); y, (ii) la audiencia prevista para la presentación
de imputados conducidos por una orden de aprehensión
(artículo 236 del Código). En cambio, el quantum de la pena
no fue un presupuesto considerado para la modalidad de
efecto suspensivo del artículo 430 del Código, por ello, la
extorsión escapa de su ámbito de aplicación.
e) Delito de corrupción: El legislador habla expresamente
en los artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal
Penal del “delito de corrupción”. En nuestro criterio,
es un error deducir que esa expresión comprende
todos los tipos penales contenidos en la Ley contra
la Corrupción 60. En resguardo de los principios de
tipicidad e interpretación restrictiva de los tipos
penales, creemos que esta categoría sólo se refiere a los
delitos de corrupción impropia61 y corrupción propia62
60
Gaceta Oficial Extraordinario N° 6.155, de fecha 19 de noviembre de 2014.
61
“Artículo 63. El funcionario público que por algún acto de sus funciones reciba
para sí mismo o para otro, retribuciones u otra utilidad que no se le deban o cuya
promesa acepte, será penado con prisión de uno (1) a cuatro (4) años y multa de has-
ta el cincuenta por ciento (50%) de lo recibido o prometido. Con la misma pena será
castigado quien diere o prometiere el dinero, retribuciones u otra utilidad indicados
en este artículo”.
62
“Artículo 64. El funcionario público que por retardar u omitir algún acto de sus
funciones, o que por efectuar alguno que sea contrario al deber mismo que ellas
impongan, reciba o se haga prometer dinero u otra utilidad, bien por sí mismo o
mediante otra persona, para sí o para otro, será penado con prisión de tres (3) a
siete (7) años y multa de hasta el cincuenta por ciento (50%) del beneficio recibido o
prometido. La prisión será de cuatro (4) a ocho (8) años y la multa de hasta el sesenta
por ciento (60%), si la conducta ha tenido por efecto: 1. Conferir empleos públicos,
subsidios, pensiones u honores, o hacer que se convenga en contratos relacionados
con la administración a la que pertenezca el funcionario. 2. Favorecer o causar algún
– 91 –
Giovanni Rionero

dispuestos en los artículos 61 y 62, respectivamente,


de la Ley contra la Corrupción. Y ello es coherente si
observamos que en el catálogo de delitos que validan
la suspensión de la libertad en los artículos 374 y 430
del Código, inmediatamente después de mencionarse
el delito de corrupción, se alude expresamente a
los delitos que causan un grave daño al patrimonio
público y a la administración pública. Parece claro
que el legislador quiso hacer una mención puntual
del delito de corrupción y prefirió no incluirlo en la
categoría de delitos que coligen un atentando contra
la fidelidad y rectitud de la administración pública63.
f) Delitos que causen grave daño al patrimonio
público y la administración pública: En términos
generales la doctrina ha concebido al patrimonio público
como la totalidad de bienes, derechos y obligaciones
de los que el Estado es propietario y que sirven para
el cumplimiento de sus atribuciones conforme a la
legislación positiva64. En Venezuela, HADDAD sostiene
que no es patrimonio público el que abarca derechos y
obligaciones, sino el conformado por activos o bienes
públicos que pertenecen a la nación, a los estados, a
las municipalidades, a los establecimientos públicos
y demás personas jurídicas, y que, en función de las

perjuicio o daño a alguna de las partes en procedimiento administrativo o juicio penal,


civil o de cualquier otra naturaleza. Si el responsable de la conducta fuere un juez,
y de ello, resultare una sentencia condenatoria restrictiva de la libertad que exceda
de seis (6) meses, la pena de prisión será de cinco (5) a diez (10) años. Con la misma
pena en cada caso, será castigada la persona interpuesta de la que se hubiere valido
el funcionario público para recibir o hacerse prometer el dinero u otra utilidad, y la
persona que diere o prometiere el dinero u otra utilidad indicados en este artículo”.
63
Decimos <administración pública> y no <patrimonio público> porque entendemos
que los delitos de corrupción impropia y corrupción propia no afectan el patrimonio del
Estado. En ambos casos el agente recibe retribuciones o utilidades que no pertenecen
al patrimonio público; el verdadero atentando es contra la probidad y honradez que
deben guardar los funcionarios públicos en el desempeño de sus funciones.
64
CARRILLO BALLLESTEROS, Jesús María. Del Patrimonio Público. Una Aproxima-
ción al Concepto y a su Contenido. Artículo publicado en: Revista Derechos y Valores.
Volumen IX. Número 17. Colombia, 2006. Página 23.

– 92 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

normas de derecho privado, no pueden tildarse de


bienes privados o pertenecientes a los particulares65.
Lo cierto es que el artículo 4 de la Ley contra la Co-
rrupción no define expresamente lo que es patrimonio
público; no obstante, sí enumera un conjunto de entida-
des (públicas y privadas) que no sólo custodian bienes o
activos públicos sino que además dirigen o administran
recursos para la consecución de finalidades de utilidad
pública66. Esos bienes públicos o los recursos estatales
administrados por esas entidades calibran la noción mate-
rial de patrimonio público. Además, no es imprescindible
que el daño patrimonial al cual alude esta categoría se
corresponda obligatoriamente con una suma de dinero;
sólo basta que el perjuicio sea estimable en términos
dinerarios o económicos.
65
ARTEAGA SÁNCHEZ, Alberto; DÍAZ CHACÓN, Freddy José; HADDAD, Beltrán;
HARO, José Vicente; y, MORENO BRANDT, Carlos. Comentarios a la Ley contra la
Corrupción. Vadell Hermanos Editores. Venezuela, 2003. Páginas 116 y 117.
66
El artículo 4 de la Ley contra la Corrupción reza: “Se considera patrimonio público
aquel que corresponde por cualquier título a: 1. Los órganos y entidades a los que in-
cumbe el ejercicio del Poder Público Nacional. 2. Los órganos y entes a los que incum-
be el ejercicio del Poder Público Estadal. 3. Los órganos y entes a los que incumbe el
ejercicio del Poder Público en los distritos y distritos metropolitanos. 4. Los órganos a
los que incumbe el ejercicio del Poder Público Municipal y en las demás entes locales
previstas en la Ley Orgánica de Régimen Municipal. 5. Los órganos y entes a los que
incumbe el ejercicio del Poder Público en los territorios y dependencias federales. 6.
Los institutos autónomos nacionales, estadales, distritales y municipales. 7. El Banco
Central de Venezuela. 8. Las universidades públicas. 9. Las demás personas de Derecho
Público nacionales, estadales, distritales y municipales. 10. Las sociedades de cualquier
naturaleza en las cuales las personas a que se refieren los numerales anteriores tengan
participación en su capital social, así como las que se constituyen con la participación
de aquéllas. 11. Las fundaciones y asociaciones civiles y demás instituciones creadas
con fondos públicos o que sean dirigidas por las personas a que se refieren los nume-
rales anteriores, o en las cuales tales personas designen sus autoridades, o cuando los
aportes presupuestarios o contribuciones efectuadas en un ejercicio presupuestario
por una o varias de las personas a que se refieren los numerales anteriores represen-
ten el cincuenta por ciento (50%) o más de su presupuesto. Se considera igualmente
patrimonio público, los recursos entregados a particulares por los entes del sector pú-
blico mencionados en el artículo anterior, mediante transferencias, aportes, subsidios,
contribuciones o alguna otra modalidad similar para el cumplimiento de finalidades de
interés o utilidad pública, hasta que se demuestre el logro de dichas finalidades. Los
particulares que administren tales recursos estarán sometidos a las sanciones y demás
acciones y medidas previstas en esta Ley y en la Ley Orgánica de la Contraloría General
de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal”.

– 93 –
Giovanni Rionero

En función de esas pautas es evidente que delitos


como el peculado (artículos 52, 53 y 54 de la Ley contra
la Corrupción) o la malversación (artículos 56 y 57 de la
Ley contra la Corrupción) son hechos punibles que causan
un daño grave al patrimonio público. Lo mismo ocurre
con los siguientes delitos de la Ley contra la Corrupción:
• Sobregiros presupuestarios por gastos o compromisos
ilegales (artículo 59 de la Ley contra la Corrupción)
• Utilidad ilegal en cualquiera de los actos de la
administración pública (artículo 72 de la Ley contra
la Corrupción)
• Enriquecimiento ilícito (artículo 73 de la Ley contra la
Corrupción)
• Aprovechamiento por actos fraudulentos o simulados
de fondos públicos (artículo 74 de la Ley contra la
Corrupción)
• Expedición, forjamiento o alteración de certificados
(artículo 77 de la Ley contra la Corrupción)
• Orden de pago por obras o servicios no realizados
(artículo 80 de la Ley contra la Corrupción)
• Apertura y manejo indebido de cuentas bancarias
(artículo 81 de la Ley contra la Corrupción)
En cambio, la concusión (artículo 60 de la Ley contra
la Corrupción) o el tráfico de influencias (artículo 71 de la
Ley contra la Corrupción), a pesar de estar tipificados en
la Ley contra la Corrupción, no son delitos que dañan al
patrimonio público. Igual pasa con los siguientes hechos
punibles:
• Evasión de procedimientos de contratación (artículo
58 de la Ley contra la Corrupción)
• Corrupción impropia y propia (artículos 61 y 62,
respectivamente, de la Ley contra la Corrupción)
• Utilización de información de carácter reservado
(artículo 66 de la Ley contra la Corrupción)
– 94 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

• Abuso genérico de funciones (artículo 67 de la Ley


contra la Corrupción)
• Abuso de funciones con fines electorales (artículo 68
de la Ley contra la Corrupción)
• Exacciones ilegales (artículo 69 de la Ley contra la
Corrupción)
• Tráfico de influencias (artículo 71 de la Ley contra la
Corrupción)
• Falsificación u ocultación de datos contenidos en la
declaración jurada de patrimonio (artículo 76 de la Ley
contra la Corrupción)
• Suposición de valimiento (artículo 79 de la Ley contra
la Corrupción)
Aunque varios de esos tipos penales no coligen un
atentado contra el patrimonio público, sí son delitos que
corrompen las premisas de integridad y probidad que
informan el desempeño de la Administración Pública.
Ya veremos infra que también los delitos que afectan a
la Administración Pública validan la procedencia de las
dos modalidades de efecto suspensivo que establecen los
artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal.
También es una falacia considerar que sólo la Ley
contra la Corrupción tipifica los delitos que generan un
perjuicio contra el patrimonio público. La defraudación
tributaria (artículo 116 del Código Orgánico Tributario)67
y el contrabando (artículo 7 de la Ley sobre el Delito de
Contrabando)68, por ejemplo, son atentados intolerables
contra el fisco nacional y de igual manera se subsumen
en esta categoría. Lo mismo observamos de los daños
ocasionados a los bienes públicos del Sistema Eléctrico
Nacional (artículo 107 de la Ley del Sistema y Servicio

67
Gaceta Oficial Nº 37.305, de fecha 17 de octubre de 2001.
68
Gaceta Oficial Extraordinario Nº 6.017, de fecha 30 de diciembre de 2010.

– 95 –
Giovanni Rionero

Eléctrico)69, o como veremos infra, de los delitos tipificados


en la Ley de Ilícitos Cambiarios70.
Decíamos supra que este apartado también incluye
a los delitos que causan un grave daño a la administra-
ción pública. Concebida la administración pública bajo
la acepción de la organización administrativa del Esta-
do, concluimos que ella abarca “no sólo a los órganos
administrativos nacionales, sino también a los estadales
y municipales; y dentro de los nacionales, no sólo a los
que forman parte de los órganos del Ejecutivo Nacional en
sentido clásico, sino también a todas las administraciones
nacionales que tienen autonomía funcional y a la Adminis-
tración Nacional descentralizada funcionalmente”71. Ese
concepto amplio de administración pública nos permite
afirmar que delitos como la concusión (artículo 60 de la
Ley contra la Corrupción) o la falsificación de documentos
69
Gaceta Oficial Nº 39.573, de fecha 14 de diciembre de 2010.
70
Gaceta Oficial Extraordinario Nº 6.150, de fecha 18 de noviembre de 2014.
71
De los artículos 136 y 273 constitucionales se desprende que la Defensoría del
Pueblo, el Ministerio Público y la Contraloría General de la República forman parte del
Poder Público Nacional y son órganos del Poder Ciudadano. Estas instituciones tam-
bién integran el concepto orgánico de administración pública. BREWER-CARIAS, bajo
la vigencia de la Constitución de 1961, nos decía: “…existen órganos administrativos
que no encuadran en la clásica ‘separación orgánica’ de poderes. En efecto, la misma
separación orgánica que recoge la Constitución y que a nivel nacional establece una
distinción entre el Congreso; la Corte Suprema de Justicia y demás Tribunales; y los
diversos órganos que configuran el Ejecutivo Nacional, no es una separación absoluta
y exclusiva, pues constitucionalmente han venido apareciendo otra serie de órganos
que, realmente, no pueden ubicarse, en sentido clásico, ni dentro de los órganos que
ejercen el Poder Legislativo, ni dentro de los órganos que ejercen el Poder Ejecutivo, ni
dentro de los órganos que ejercen el Poder Judicial, y que sin embargo, forman parte
de la organización administrativa de la Administración del Estado, y en general, de
lo que se conoce como Administración Pública Nacional. Es el caso, por ejemplo de la
Fiscalía General de la República: se trata de un órgano que tiene a su cargo el control
de la observancia de la Constitución y la vigilancia porque se respeten los derechos y
garantías individuales. El Fiscal General de la República es nombrado por el Congreso,
pero no es un órgano dependiente del órgano legislativo, ni es su mandatario. Este
órgano, en efecto, tiene autonomía funcional en el ejercicio de sus funciones y,
precisamente, en virtud de esa autonomía funcional, es que puede actuar, realmente,
como un contralor público de la constitucionalidad de la de la actuación de los órga-
nos del Poder Ejecutivo, del Poder Judicial y del propio Congreso”. BREWER-CARIAS,
Allan R. Principios del Régimen Jurídico de la Organización Administrativa Venezolana.
Editorial Jurídica Venezolana. Caracas, 1994. Páginas 12, 13 y 18.

– 96 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

públicos (artículo 319 del Código Penal), son verdaderos


atentados contra los principios de fidelidad y rectitud que
conducen a la estructura administrativa estatal.
Lo inquietante es que en nuestro ordenamiento jurí-
dico existe un sinfín de tipos penales que perfectamen-
te pueden ser interpretados como un perjuicio dirigido
contra la Administración Pública. Póngase por ejemplo
los delitos de resistencia a la autoridad (artículo 218 del
Código Penal), la simulación de hecho punible (artículo
239 del Código Penal)72, el encubrimiento (artículo 254 del
Código Penal), o, incluso, la fuga o evasión de detenidos
(artículo 258 del Código Penal). Todos son delitos que
hacen mella en la organización administrativa del Estado
y, por tanto, todos ellos validarían la procedencia de las
dos modalidades de efecto suspensivo que establecen los
artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal.
Lamentablemente el legislador no previó que una ca-
tegoría redactada en términos tan generales nunca podría
compaginar con un ordenamiento jurídico-penal caracte-
rizado por la descodificación y la cada vez más acentuada
creación de tipos penales. Como un simple dato curioso,
en Venezuela existen aproximadamente 1668 hechos pu-
nibles distribuidos en poco más de 73 leyes (penales y no
penales)... ¿Cuántos de esos delitos podrían ser interpre-
tados como un grave daño a la Administración Pública?
Lo preocupante no es que obtengamos una referencia
numérica abultada, sino que en función de la última

72
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en decisión suscrita en
fecha 09 de agosto de 2005 (N° 2570), pone de manifiesto cómo el delito de simulación
de hecho punible afecta el funcionamiento operativo de la Administración Pública:
“…para precisar en el presente caso la cualidad de víctima, es necesario aclarar que
el delito de simulación de hecho punible, es un delito contra la administración de
justicia, pues puede causarle enormes daños a ésta, ya que órganos o autoridades
judiciales se ponen en movimiento al tener conocimiento de la perpetración de un
hecho punible que resulta ser falso, constituyendo una burla a tales autoridades y
originando incluso procesos judiciales sobre los irreales hechos, con el consecuente
perjuicio económico, de tiempo y de trabajo para el Estado”.

– 97 –
Giovanni Rionero

reforma del Código Orgánico Procesal Penal, dichos deli-


tos: (i) admitirán el efecto suspensivo del recurso de ape-
lación interpuesto contra la orden que decide la libertad
del imputado en audiencia; (ii) no podrán ser juzgados en
resguardo del procedimiento especial para los delitos me-
nos graves73; (iii) no admitirán la aplicación del principio
de oportunidad74; y, (iv) no permitirán que el imputado
se someta en audiencia preliminar a la suspensión con-
dicional del proceso75. Esas categorías tan ambiguamen-
te redactadas por el legislador no sólo conspiran contra
la sana aplicación de criterios de proporcionalidad en el
proceso penal sino que poco contribuyen con el desarro-
llo de un sistema procesal que ha puesto el acento en la
celeridad y la descongestión de causas.
g) Tráfico de drogas de mayor cuantía: Lo curioso de
esta categoría es que en Venezuela no existe un delito
con ese nomen iuris; es decir, sí existe el delito de
tráfico en la Ley Orgánica de Drogas76 pero el legislador
nunca discriminó la pena en función de la cantidad de
droga comprometida en la comisión del delito. La única
manera de interpretar coherentemente este género es
revisando precisamente los componentes típicos del
artículo 149 de la Ley Orgánica de Drogas:
“Artículo 149. Tráfico. Él o la que ilícitamente trafique,
comercie, expenda, suministre, distribuya, oculte, transporte
por cualquier medio, almacene o realice actividades de corretaje
con las sustancias o sus materias primas, precursores, solventes
y productos químicos esenciales desviados a que se refiere esta
Ley, aún en la modalidad de desecho, para la producción de
estupefacientes o sustancias psicotrópicas, será penado o penada
con prisión de quince a veinticinco años. Si la cantidad de droga
no excediere de cinco mil (5000) gramos de marihuana, mil (1000)
gramos de marihuana genéticamente modificada, mil (1000)

73
Último aparte del artículo 354 del Código Orgánico Procesal Penal.
74
Último aparte del artículo 38 del Código Orgánico Procesal Penal.
75
Último aparte del artículo 43 del Código Orgánico Procesal Penal.
76
Artículo 149 de la Ley Orgánica de Drogas (Gaceta Oficial Nº 39.546, de fecha 05
de noviembre de 2010).

– 98 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

gramos de cocaína, sus mezclas o sustancias estupefacientes a


base de cocaína, sesenta (60) gramos de derivados de amapola
o quinientas (500) unidades de drogas sintéticas, la pena será
de doce a dieciocho años de prisión.
Si la cantidad de droga excediere de los límites máximos previstos
en el artículo 153 de esta Ley y no supera quinientos (500)
gramos de marihuana, doscientos (200) gramos de marihuana
genéticamente modificada, cincuenta (50) gramos de cocaína,
sus mezclas o sustancias estupefacientes a base de cocaína, diez
(10) gramos de derivados de amapola o cien (100) unidades de
drogas sintéticas, la pena será de ocho a doce años de prisión.
Quien dirija o financie las operaciones antes mencionadas, con
las sustancias, sus materias primas, precursores, solventes o
productos químicos esenciales desviados, a que se refiere esta
Ley, aun en la modalidad de desecho y drogas sintéticas, será
penado o penada con prisión de veinticinco a treinta años”.
De esa norma podemos discernir 3 escenarios típicos:
1) Serán castigados con pena de prisión de quince (15)
a veinticinco (25) años los que trafiquen cantidades
de droga que excedan de cinco mil (5000) gramos
de marihuana, mil (1000) gramos de marihuana
genéticamente modificada, mil (1000) gramos de
cocaína, sus mezclas o sustancias estupefacientes a
base de cocaína, sesenta (60) gramos de derivados
de amapola o quinientas (500) unidades de drogas
sintéticas.
2) Serán castigados con pena de prisión de doce (12)
a dieciocho (18) años los que trafiquen cantidades
de droga que excedan de quinientos (500) gramos de
marihuana, doscientos (200) gramos de marihuana
genéticamente modificada, cincuenta (50) gramos de
cocaína, sus mezclas o sustancias estupefacientes
a base de cocaína, diez (10) gramos de derivados de
amapola o cien (100) unidades de drogas sintéticas;
pero que no sobrepasen los cinco mil (5000) gramos
de marihuana, mil (1000) gramos de marihuana
genéticamente modificada, mil (1000) gramos de cocaína,

– 99 –
Giovanni Rionero

sus mezclas o sustancias estupefacientes a base de


cocaína, sesenta (60) gramos de derivados de amapola
o quinientas (500) unidades de drogas sintéticas.
3) Serán castigados con pena de prisión de ocho (8)
a doce (12) años los que trafiquen cantidades de
droga que excedan de dos (2) gramos de cocaína y
sus derivados, compuestos o mezclas, veinte (20)
gramos de marihuana, cinco (5) gramos de marihuana
genéticamente modificada y un (1) gramo de derivados
de amapola; pero que no sobrepasen los quinientos
(500) gramos de marihuana, doscientos (200) gramos
de marihuana genéticamente modificada, cincuenta
(50) gramos de cocaína, sus mezclas o sustancias
estupefacientes a base de cocaína, diez (10) gramos de
derivados de amapola o cien (100) unidades de drogas
sintéticas.
En algunas decisiones de instancia77 hemos notado
que nuestro tercer escenario ha sido denominado micro-
tráfico o distribución de pequeñas cantidades de droga. Ese
nombre jurídico tampoco aparece en la Ley Orgánica de
Drogas, no obstante, ya es una idea común admitir que
cuando el tráfico de drogas no supera los quinientos (500)
gramos de marihuana, doscientos (200) gramos de mari-
huana genéticamente modificada, cincuenta (50) gramos
de cocaína, sus mezclas o sustancias estupefacientes a
base de cocaína, diez (10) gramos de derivados de amapola
o cien (100) unidades de drogas sintéticas, se trata de un
microtráfico en términos habituales y el agente responde
con una pena de ocho (8) a doce (12) años de prisión.
Esa benignidad en el nombre que se le ha endosado
al microtráfico es la única referencia semántica y cuanti-
tativa que podría servirnos para afirmar que sí existe un
77
Vid la versión digital de esas sentencias en: http://jca.tsj.gov.ve/decisiones/2011/
septiembre/636-26-KP01-D-2011-001028-S-N.html; http://jca.tsj.gov.ve/decisio-
nes/2011/febrero/635-28-KP01-D-2011-000256-S-N.html; y, http://lara.tsj.gov.ve/
decisiones/2012/mayo/636-14-KP01-D-2012-000175-S-N.html.

– 100 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

tráfico de drogas de baja entidad o de menor cuantía. En


palabras distintas, si admitimos que existe un “tráfico de
drogas de mayor cuantía” en los términos de los artículos
374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal, también
deberíamos aceptar que existe un “tráfico de drogas de
menor cuantía” que se corresponde con el quantum de la
droga involucrada en la comisión del delito. Ese “tráfico
de drogas de menor cuantía” no puede ser otro que el
microtráfico, en consecuencia, del artículo 149 de la Ley
Orgánica de Drogas debemos deducir dos conclusiones
obligadas: (i) el tráfico de mayor cuantía compromete can-
tidades de droga que exceden los quinientos (500) gramos
de marihuana, doscientos (200) gramos de marihuana
genéticamente modificada, cincuenta (50) gramos de co-
caína, sus mezclas o sustancias estupefacientes a base
de cocaína, diez (10) gramos de derivados de amapola o
cien (100) unidades de drogas sintéticas; y, (ii) el microtrá-
fico es el único escenario que no puede ser tildado como
“tráfico de drogas de mayor cuantía” en el contexto de los
artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal.
Reiteramos que a pesar de que el microtráfico también
está tipificado en el artículo 149 de la Ley Orgánica de
Drogas como una subespecie del tráfico de drogas, su
nomen iuris informal y atenuado es el único criterio que
nos permite imprimirle alguna coherencia semántica a
la categoría de “tráfico de drogas de mayor cuantía” que
utilizan los artículos 374 y 430 del Código. Insistimos en
que ni el microtráfico ni el tráfico de drogas de mayor cuan-
tía son nombres referenciales utilizados por el legislador
para tipificar el tráfico de drogas como hecho punible. Sin
embargo, lo cierto es que el “tráfico de drogas de mayor
cuantía” es una categoría utilizada por el Código para
validar la suspensión de la orden judicial que decide so-
bre la libertad del imputado en audiencia, y, en virtud de
ello, debe dársele una interpretación que compagine con
nuestro inventario de tipos penales.

– 101 –
Giovanni Rionero

El hecho de asumir que el microtráfico no es un “trá-


fico de drogas de mayor cuantía” debería llevarnos a la
forzosa deducción de que el microtráfico es uno de los
escenarios típicos que no admiten la procedencia de las
dos modalidades de efecto suspensivo del recurso de ape-
lación. Sin embargo, esa conclusión es truncada por la
misma redacción de los artículos 374 y 430 del Código
Orgánico Procesal Penal, pues del catálogo de delitos que
prescriben ambas normas para validar la suspensión de
la orden que acuerda la libertad del imputado como un
efecto del recurso de apelación, se lee con posterioridad
que también los delitos de lesa humanidad justifican la
no ejecutabilidad inmediata de la orden que resuelve la
libertad del imputado en audiencia.
Lo que debe entenderse por delitos de lesa humanidad
será un capítulo que desarrollaremos infra, sin embargo,
sí conviene precisar ahora que en decisión suscrita en
fecha 26 de junio de 2012 (N° 875), la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia adujo textualmente lo
siguiente:
“Ahora bien, ciertamente la Sala ha catalogado el delito de
tráfico de sustancias estupefacientes y psicotrópicas en
forma genérica, como en sus distintas modalidades, como lo
consideró la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Estado Miranda, como de lesa humanidad -ver sentencias
números 1712/01, 1776/01 y 1114/06, entre otras- y por
disposición propia del constituyente, no gozarán de beneficios
que conlleven a su impunidad, conforme lo establece el artículo
29 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
el cual no hace distinción entre procesados y penados por esos
tipos penales, por lo que se entiende, que deben afrontar el
proceso, en sus distintas fases, incluyendo la fase de ejecución,
privados de libertad; así como tampoco hace distinción entre
los tipos de beneficios que les está negado aplicar a los jueces
a quienes se encuentren incursos en este supuesto, pues de su
contexto se desprende que abarca tanto los previstos dentro
del proceso de juzgamiento como los establecidos en la fase de
ejecución”. (Negrillas nuestras).

– 102 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

En criterio de las Salas Constitucional y de Casación


Penal78 del Tribunal Supremo de Justicia, el delito de
tráfico de drogas, en todas sus modalidades, es un delito
de lesa humanidad. Estemos o no de acuerdo con esa
afirmación, lo cierto es que ambas Salas han sostenido
el mismo criterio de manera permanente y pacífica, y esa
valoración ha sido asumida incluso por nuestra juris-
prudencia de instancia79 sin reserva alguna. Visto así,
es claro que estamos sumidos en un silogismo normativo
que parte de las siguientes premisas y arriba a una con-
clusión obligada:
Premisa mayor: el delito de tráfico de drogas es un delito
de lesa humanidad.
Premisa menor: el microtráfico es una modalidad del
delito de tráfico de drogas.
Conclusión: el microtráfico es un delito de lesa humanidad.
Aunque el microtráfico no podemos subsumirlo en la
categoría de “tráfico de drogas de mayor cuantía”, sí es
un delito de lesa humanidad (según el Tribunal Supremo
de Justicia) que igualmente justifica la no ejecutabilidad
inmediata de la orden judicial que resuelve la libertad del
imputado en audiencia. Esa lectura pone al descubierto
que el legislador fue redundante cuando incluyó las ca-
tegorías de “tráfico de drogas de mayor cuantía” y “lesa
humanidad” en el mismo catálogo de delitos que prescri-
ben los artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal
Penal para validar el efecto suspensivo del recurso de
apelación. Así pues, si en definitiva el tráfico de drogas
es un delito de lesa humanidad sin importar el quantum
de la droga involucrada en la comisión del delito, no era

78
Vid: Sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia,
suscrita en fecha 26 de abril de 2007, N° 179.
79
Vid algunas decisiones en: http://monagas.tsj.gov.ve/decisiones/2013/
febrero/1672-21-NP01-P-2012-004548-.html; y, http://lara.tsj.gov.ve/decisio-
nes/2013/enero/629-3-KP01-P-2008-008422-.html.

– 103 –
Giovanni Rionero

necesario, entonces, incluir el “tráfico de drogas de mayor


cuantía” como una categoría independiente a los efectos
de la procedencia de las dos modalidades de efecto sus-
pensivo. A tales propósitos, la mención de los “delitos de
lesa humanidad” en los artículos 374 y 430 del Código
era suficiente para entender incluido el delito de tráfico
de drogas en todas sus modalidades (entiéndase: el tráfico
de mayor cuantía y el microtráfico).
h) Legitimación de capitales: En nuestro criterio,
esta categoría no tiene mayor complejidad. El delito
doloso de legitimación de capitales está tipificado en el
artículo 35 de la Ley Orgánica contra la Delincuencia
Organizada y Financiamiento al Terrorismo 80,81 ,
mientras que el artículo 36 ejusdem prescribe su
modalidad imprudente o culposa 82 (de sujeto activo
calificado). A diferencia de lo que sucede con el delito de
homicidio, los artículos 374 y 430 del Código Orgánico
Procesal Penal invocan en términos llanos el delito
de legitimación de capitales (sin hacer distingo entre el
80
Gaceta Oficial Extraordinario Nº 39.912, de fecha 30 de abril de 2012.
81
El tipo doloso de legitimación de capitales está redactado en los siguientes términos:
“Artículo 35. Quien por sí o por interpuesta persona sea propietario o poseedor de
capitales, bienes, fondos, haberes o beneficios, a sabiendas de que provienen directa
o indirectamente de una actividad ilícita será castigado con prisión de diez a quince
años y multa equivalente al valor del incremento patrimonial ilícitamente obtenido. La
misma pena se aplicará a quien por sí o por interpuesta persona realice las actividades
siguientes: 1. La conversión, transferencia o traslado por cualquier medio de bienes,
capitales, haberes, beneficios o excedentes con el objeto de ocultar o encubrir el origen
ilícito de los mismos o de ayudar a cualquier persona que participe en la comisión de
tales delitos a eludir las consecuencias jurídicas de sus acciones. 2. El ocultamiento o
encubrimiento de la naturaleza, origen, ubicación, destino, movimiento, propiedad u
otro derecho de bienes. 3. El ocultamiento, encubrimiento o simulación de la naturaleza,
origen, ubicación, disposición, destino, movimiento o propiedad de bienes o del legítimo
derecho de éstos. 4. La adquisición, posesión o la utilización de bienes producto de algún
delito. 5. El resguardo, inversión, transformación, custodia o administración de bienes
o capitales provenientes de actividades ilícitas. Los capitales, bienes o haberes objeto
del delito de legitimación de capitales serán decomisados o confiscados.
82
El tipo imprudente de legitimación de capitales sólo alcanza a los directivos o em-
pleados de los sujetos obligados por la Ley Orgánica contra la Delincuencia Organizada
y Financiamiento al Terrorismo: “Artículo 36. Los directivos o empleados de los sujetos
obligados, que por imprudencia, impericia, negligencia, favorezcan o contribuyan a
la comisión del delito de legitimación de capitales y financiamiento al terrorismo, sin
haber tomado parte en él, serán sancionados con pena de tres a seis años de prisión”.

– 104 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

tipo doloso y el tipo imprudente), consecuencialmente,


procederá el efecto suspensivo del recurso de apelación
cuando los hechos objeto del proceso se correspondan
con los artículos 35 y 36 de la Ley Orgánica contra la
Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo.
i) Delitos contra el sistema financiero y delitos
conexos: En términos generales concebimos al
sistema financiero como el conjunto de instituciones
y mercados, públicos y privados, que se encargan de
canalizar el ahorro que generan los prestamistas hacia
los prestatarios, fomentando la circulación eficiente
del dinero y del sistema de pagos. La complejidad del
régimen financiero venezolano nos permite afirmar que
éste no se agota en el examen del sector bancario83;
es decir, el sector bancario sí forma parte del sistema
financiero pero no es su único componente. Es por eso
que el legislador incluyó en esta categoría a los delitos
bancarios, financieros y cualesquiera otros delitos
conexos que pudiesen asociarse con el fenómeno de
la intermediación financiera y circulación del dinero.
Así, de todas las leyes penales y no penales que tipifi-
can hechos punibles en Venezuela, existen varios delitos
que, además de atentar contra la regularización y fun-
cionamiento del tramo bancario, afectan otras instancias
financieras que también encuadran dentro de esta cate-
goría. Póngase por ejemplo el delito de actos violatorios
contra las obligaciones del fideicomiso (artículo 31 de la
Ley de Fideicomisos)84 o el delito de capitalización de en-
tes mediante suscripción simulada o recíproca de acciones
(artículo 44 de la Ley de Mercado de Valores)85. Lo mismo
pudiera decirse de los siguientes hechos punibles:
83
El Diccionario de la Real Academia Española asocia el tema financiero con: (i) la
hacienda pública; (ii) las cuestiones bancarias y bursátiles; y, (iii) los grandes negocios
mercantiles. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA. Real Academia Española.
Decimonovena edición. España, 1970.
84
Gaceta Oficial Nº 496, de fecha 17 de agosto de 1956.
85
Gaceta Oficial Nº 39.489, de fecha 17 de agosto de 2010.
– 105 –
Giovanni Rionero

• Operaciones de seguros sin autorización (artículo 304


de la Ley de la Actividad Aseguradora)86
• Información financiera falsa (artículo 305 de la Ley de
la Actividad Aseguradora)
• Oferta engañosa en la actividad aseguradora (artículo
306 de la Ley de la Actividad Aseguradora)
• Actos en perjuicio de la actividad aseguradora (artículo
307 numerales 1, 4 y 5, de la Ley de la Actividad
Aseguradora)
• Reposición o aumento de capital no materializado
(artículo 308 de la Ley de la Actividad Aseguradora)
• Intermediación financiera o captación indebida (artículo
214 de la Ley de Instituciones del Sector Bancario)87
• Apropiación indebida de créditos (artículo 215 de la
Ley de Instituciones del Sector Bancario)
• Apropiación o distracción de recursos (artículo 216 de
la Ley de Instituciones del Sector Bancario)
• Información financiera falsa (artículo 217 de la Ley de
Instituciones del Sector Bancario)
• Simulación de reposición de capital (artículo 218 de
la Ley de Instituciones del Sector Bancario)
• Fraude de auditores externos (artículo 219 de la Ley
de Instituciones del Sector Bancario)
• Fraude de los peritos evaluadores (artículo 220 de la
Ley de Instituciones del Sector Bancario)
• Información falsa en el fideicomiso (artículo 222 de la
Ley de Instituciones del Sector Bancario)
Podría pensarse que esta categoría también comprende
los delitos de la Ley del Régimen Cambiario y sus Ilícitos88;
86
Gaceta Oficial Nº 5.990, de fecha 29 de julio de 2010.
87
Gaceta Oficial Nº 39.627, de fecha 02 de marzo de 2011.
88
RIONERO, Giovanni. Comentarios jurídico-penales de la Ley para la Defensa de
las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (LEDEPABIS) y de la Ley Contra los
Ilícitos Cambiarios (LIC). Vadell Hermanos Editores. Caracas, 2009.

– 106 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

ello no es descabellado si hemos asumido por concepto


que el sistema financiero involucra los intereses de la
hacienda pública. Sin embargo, creemos que los delitos
que comprometen el régimen de adquisición y comercia-
lización de divisas son una afrenta directa contra la ad-
ministración pública, y que, en función de lo dispuesto
en los artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal
Penal, igualmente justifican el efecto suspensivo del re-
curso de apelación interpuesto contra la decisión judicial
que resuelve la libertad del imputado en audiencia.
Adicionalmente, en el campo de la casuística podría
darse el caso de un fraude en el cual el agente utilizare un
cheque falso para engañar a su acreedor. Recuérdese que
el cheque es una herramienta de crédito mediante el cual
se libra contra una institución bancaria el pago de una
determinada cantidad de dinero a beneficio de un terce-
ro. En un contexto objetivo, la falsificación de un cheque
también está dirigida a engañar al órgano financiero que
supuestamente lo emitió. Puede que los números corre-
lacionados que cada banco asigna a estos títulos en la
actualidad, aunado a los controles de seguridad y tecno-
logía que últimamente los caracterizan, impiden en gran
medida que pueda consumarse un perjuicio económico
en su contra, sin embargo, es evidente que el falsificador
no vacila en querer burlar la confiabilidad que los ban-
cos imprimen a estas herramientas de crédito. Así pues,
nuevamente la redacción genérica y ambigua de las ca-
tegorías invocadas en los artículos 374 y 430 del Código
Orgánico Procesal Penal, podría llevarnos a pensar que
la falsificación de un cheque es un atentando contra el
sistema financiero que validaría el efecto suspensivo del
recurso de apelación.
El problema es decidir cómo vamos interpretar lo que
debe entenderse por “delitos contra el sistema financie-
ro”, es decir: (i) los asumimos como el atentando dirigido
de modo independiente contra alguno de los órganos o
– 107 –
Giovanni Rionero

instituciones del régimen financiero; o, (ii) interpretamos


al sistema financiero como un todo y sólo incluimos en
esta categoría aquellos delitos que pueden perjudicar su
funcionamiento u operatividad sistemática apreciada en
conjunto. Es evidente que esta segunda opción contribui-
ría con la interpretación restrictiva de los tipos penales y
limitaría el ámbito de procedencia del efecto suspensivo
del recurso de apelación. La primera lectura, en cambio,
nos forzaría a aceptar que la simple falsificación de un
cheque ofende a un órgano particularizado del sistema
financiero y, en consecuencia, no sería necesario valorar
si ese hecho en concreto tuvo o no impacto en la opera-
tividad global del sistema.
En nuestro criterio, lo sano sería apreciar al sistema
financiero como un ente cohesionado y sólo admitir en
esta categoría a aquellos delitos que desafían al siste-
ma considerado como un todo. El agravio particularizado
e independiente dirigido contra uno de los órganos que
conforman el sistema financiero no debería ser licencia
para justificar la no ejecutabilidad inmediata de la orden
judicial que resuelve la libertad del imputado en audien-
cia. Recordemos que consentir ésta última interpretación
nos obligaría a aceptar que la aislada falsificación de un
cheque sería un delito que: (i) validaría la invocación del
efecto suspensivo del recurso de apelación; (ii) no podría
ser juzgado en resguardo del procedimiento especial para
los delitos menos graves; (iii) no admitiría la aplicación
del principio de oportunidad; y, (iv) no permitiría que el
imputado se sometiera en audiencia preliminar a la sus-
pensión condicional del proceso. Aunque no deje de ser
un juicio de valor especulativo y poco comprobable, no
creemos que esa lectura se corresponda con la intención
que tuvo el legislador en la última Reforma de 2012 del
Código Orgánico Procesal Penal.
j) Delitos con multiplicidad de víctimas: Algunos han
entendido que esta categoría aplica cuando existen

– 108 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

simplemente dos o más víctimas en la comisión del


delito. Esa valoración es inconveniente en términos
prácticos pues, en nuestro criterio, extendería
inconvenientemente el ámbito de aplicación del efecto
suspensivo del recurso de apelación.
Supongamos que Pedro Pérez conduce su vehículo a
140 kilómetros por hora y, como corolario de su conduc-
ta imprudente, colisiona con otro automóvil y provoca la
muerte de dos pasajeros. Sabemos que en un contexto
objetivo, Pedro debería responder por homicidio impru-
dente en concurso real. También sabemos que a la luz del
listado de delitos dispuesto en los artículos 374 y 430 del
Código Orgánico Procesal Penal, sólo el homicidio inten-
cional o doloso valida la no ejecutabilidad inmediata de
la orden judicial que resuelve la libertad del imputado en
audiencia; es decir, en el caso de homicidios culposos o
imprudentes no procede el efecto suspensivo del recurso
de apelación. Si asumimos que los delitos con multipli-
cidad de víctimas son aquellos en los cuales existen dos
o más víctimas involucradas en la comisión del delito,
deberíamos aceptar entonces que, en el caso planteado
supra, cualquier orden judicial que decretara la libertad
de Pedro en audiencia pudiese ser suspendida como coro-
lario del recurso de apelación interpuesto por el Ministerio
Público contra dicha resolución. Esa conclusión ampliaría
desproporcionadamente los escenarios de procedencia del
efecto suspensivo del recurso de apelación y, en realidad,
no creemos que eso haya sido lo buscado por el legislador
con esta categoría.
En nuestro criterio, los “delitos con multiplicidad de
víctimas” se corresponden en doctrina con los denomina-
dos delitos masa. El Código Penal español89 alberga a los
delitos masa -como una variante del tipo de continuidad-
en su artículo 74.2:

89
Ley Orgánica 10/1995, de fecha 23 de noviembre de 1995.

– 109 –
Giovanni Rionero

“Artículo 74. [Concurso de hechos punibles]


1. No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, el que, en
ejecución de un plan preconcebido o aprovechando idéntica ocasión,
realice una pluralidad de acciones u omisiones que ofendan a uno
o varios sujetos e infrinjan el mismo precepto penal o preceptos
de igual o semejante naturaleza, será castigado como autor de un
delito o falta continuados con la pena señalada para la infracción
más grave, que se impondrá en su mitad superior, pudiendo llegar
hasta la mitad inferior de la pena superior en grado.
2. Si se tratare de infracciones contra el patrimonio, se
impondrá la pena teniendo en cuenta el perjuicio total
causado. En estas infracciones el Juez o Tribunal impondrá,
motivadamente, la pena superior en uno o dos grados, en
la extensión que estime conveniente, si el hecho revistiere
notoria gravedad y hubiere perjudicado a una generalidad
de personas.
3. Quedan exceptuadas de lo establecido en los apartados
anteriores las ofensas a bienes eminentemente personales, salvo
las constitutivas de infracciones contra el honor y la libertad e
indemnidad sexuales que afecten al mismo sujeto pasivo. En estos
casos, se atenderá a la naturaleza del hecho y del precepto infringido
para aplicar o no la continuidad delictiva”. (Negrillas nuestras).
La norma transcrita delata que el delito masa es
una modalidad (de índole patrimonial) del tipo de
continuidad que va dirigido contra escenarios de fraude
colectivo. En ese contexto, la doctrina sostiene que son
dos los elementos capitales de los delitos masa: (i) en un
orden normativo, son dogmáticamente delitos contra el
patrimonio; y, (iii) en un orden subjetivo, van dirigidos
contra una generalidad de personas90. Adicionalmente,
por ser una variante del delito continuado, en los
delitos masa existe: (i) unidad de resolución criminal
o fin defraudatorio; (ii) varias conductas materiales del
agente; y, (iii) unidad del precepto penal -de naturaleza
patrimonial- violado.
90
MAGRO SERVET, Vicente. Excesos ante los Intentos de Consumidores de Resolución
Unilateral en los Contratos de Prestación de Servicios o Suministro de Productos de
Tracto Sucesivo. Artículo publicado en el portal digital español: http://www.elderecho.
com/civil/Excesos-consumidores-resolucion-unilateral-prestacion_11_360430001.html.

– 110 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

La “multiplicidad de víctimas” es una expresión uti-


lizada por el legislador que, en nuestro criterio, debe ser
interpretada restrictivamente por los operarios de justi-
cia. Considerando que el efecto suspensivo del recurso de
apelación incide directamente sobre la libertad personal y
ambulatoria de los ciudadanos, no es sano para el proceso
penal que sus consecuencias alcancen desproporciona-
damente a un universo distendido de tipos penales. Ya
el listado de delitos de los artículos 374 y 430 del Códi-
go Orgánico Procesal Penal es lo suficientemente amplio
como para consentir que, por conducto de otros criterios
de interpretación, se extienda la aplicación del efecto sus-
pensivo del recurso de apelación. Así pues, bajo la óptica
de un Derecho penal proporcional, razonable y restrictivo,
consideramos que un “delito con multiplicidad de víctimas”
no es otra cosa que un simple “delito masa”; aunque es
cierto que el legislador venezolano no ha tipificado a los
delitos masa como una categoría típica e independiente,
ello no es óbice para reconocer sus efectos dogmáticos en
nuestro ordenamiento jurídico-penal. Recordemos que ins-
tituciones como el dolo eventual o la comisión por omisión
tampoco han sido tipificadas expresamente en la legislación
venezolana y, sin embargo, su existencia es defendida por
la doctrina y jurisprudencia nacional.
En fin, en el entendido de que los delitos con multipli-
cidad de víctimas deben ser asociados con los delitos masa
en un plano dogmático, el efecto suspensivo del recurso de
apelación procederá cuando el Ministerio Público acredite
que: (i) el delito investigado es de naturaleza patrimonial; (ii)
el delito investigado está dirigido contra una generalidad de
personas; y, (iii) concurran los elementos típicos del tipo de
continuidad del artículo 99 del Código penal venezolano91.

91
El artículo 99 del Código penal venezolano reza textualmente: “Se consideran como
un solo hecho punible las varias violaciones de la misma disposición legal, aunque hayan
sido cometidas en diferentes fechas, siempre que se hayan realizado con actos ejecuti-
vos de la misma resolución; pero se aumentará la pena de una sexta parte a la mitad”.

– 111 –
Giovanni Rionero

Bajo el alcance de los delitos masa, un delito patri-


monial colige un atentando directo contra el patrimonio
de una persona. Al patrimonio debe interpretársele desde
una perspectiva tanto económica como jurídica, por tan-
to, éste no es más que el conjunto de bienes y posiciones
económicamente valorables de una persona que gozan de
licitud y protección jurídica92. Los delitos masa se asocian
por antonomasia con fraudes patrimoniales colectivos.
Póngase, por ejemplo, las famosas estafas inmobiliarias
que fueron noticia en Venezuela a finales del año 2010,
o los casos de “ventas programadas de vehículos” que
también han sido asumidas como estrategias de fraude
comercial generalizado.
El contenido patrimonial de los delitos masa no incluye
los hechos punibles que protegen intereses colectivos o
difusos de naturaleza económica. El bien jurídico tutelado
por esos delitos no es patrimonial sino que gravita sobre el
propio sistema económico y las posiciones concretas que
ocupa el individuo dentro de ese orden93. Es por ello que
delitos como la especulación (artículo 56 de la Ley Orgá-
nica de Precios Justos)94,95 o el acaparamiento (artículo
59 ejusdem), no son delitos masa, y, en consecuencia, no
validan el efecto suspensivo del recurso de apelación in-
terpuesto contra la orden judicial que acuerda la libertad
del imputado en audiencia. Por lógica, tampoco son delitos
masa los hechos punibles que resguardan llanamente
92
FIGUEROA ORTEGA, Yván y BELLO RENGIFO, Carlos Simón. Ley sobre el Hurto
y Robo de Vehículos Automotores Comentada. Ediciones Paredes. Venezuela, 2008.
Página 65.
93
SERRANO GONZÁLEZ DE MURILLO, José Luís. Delitos contra los Intereses Eco-
nómicos de los Consumidores y la Estafa. Artículo publicado en: Revista Estudios
Penales y Criminológicos. Volumen XXXI. España, 2011. Página 595.
94
Gaceta Oficial Extraordinario Nº 6.156, de fecha 19 de noviembre de 2014.
95
El delito de usura (artículo 65 de la Ley Orgánica de Precios Justos), en cambio,
sí creemos que es un delito de naturaleza patrimonial. Claro está, para que la usura
pueda ser interpretada -en un caso concreto- como delito masa, es necesario no sólo
reconocer su índole patrimonial, sino que debe estar dirigida contra una generalidad
de personas en el marco de los componentes típicos del delito continuado (artículo
99 del Código penal).

– 112 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

intereses colectivos o difusos sin naturaleza económica,


como serían, por ejemplo, los delitos ambientales o los
delitos relacionados con el tráfico de drogas96.
k) Delitos de delincuencia organizada: Existen dos
criterios que nos permiten saber cuándo estamos en
presencia de un delito de delincuencia organizada:
Bajo un plano objetivo, todos los delitos tipificados en
la Ley contra la Delincuencia Organizada y Financiamien-
to al Terrorismo, son delitos de delincuencia organizada.
En este caso no hay espacio a dudas. Si el hecho punible
está tipificado en esa ley especial, se tratará de un delito
de delincuencia organizada y admitirá, por tanto, la pro-
cedencia del efecto suspensivo del recurso de apelación.
Aquí el criterio es puramente formal.
Desde un plano subjetivo, el artículo 27 de la Ley con-
tra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terro-
rismo, advierte que son delitos de delincuencia organizada
todos aquellos contemplados en el Código penal y demás
leyes especiales, cuando sean cometidos por grupos de-
lictivos organizados o de delincuencia organizada. Tales
grupos son aquellos que, en función de lo dispuesto por el
artículo 4 numeral 9 ejusdem, se encuentran conformados
por tres o más personas, asociadas por cierto tiempo, con
la intención de cometer los delitos establecidos en dicha
Ley y obtener, directa o indirectamente, un beneficio eco-
nómico o de cualquier índole para sí o para terceros. Bajo
esta concepción, los grupos de delincuencia organizada
dependen de cuatro elementos: (i) deben traducirse en una
asociación de tres o más personas. Si se trata de dos per-
sonas, podría configurarse un agavillamiento97 pero nunca
de un grupo de delincuencia organizada; (ii) dicho grupo
96
El delito de tráfico de drogas no es un delito masa, no obstante, tal y como vimos
supra, sí es un delito que valida la procedencia del efecto suspensivo del recurso de
apelación dispuesto en los artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal.
97
Siempre y cuando se satisfagan los presupuestos típicos del artículo 286 del Código
penal vigente.

– 113 –
Giovanni Rionero

deberá existir con anterioridad a la comisión del delito; (iii)


el ánimo de asociación deberá girar en torno a la intención
de cometer delitos de delincuencia organizada; y, (iv) esa
asociación delictiva deberá buscar un beneficio económico
o de cualquier otra índole para sí o para terceros.
Si esos grupos comenten hechos punibles tipificados
en el Código penal u otras leyes especiales, la simple vi-
cisitud fáctica de la asociación -a la luz de lo dispuesto
en el artículo 27 de la Ley contra la Delincuencia Or-
ganizada y Financiamiento al Terrorismo- transforma el
delito investigado en un delito de delincuencia organiza-
da. No obstante, reiteramos que lo importante es que el
Ministerio Público acredite en la investigación los cuatro
elementos -vistos supra- que caracterizan a estas asocia-
ciones. Aquí el acento no se pone en la ley que tipifica al
hecho punible sino en el carácter colectivo del grupo que
lo consuma. Así pues, si un grupo delictivo organizado
provoca en un particular unas lesiones dolosas menos
graves (artículo 413 del Código penal), ese daño físico se
convertirá automáticamente en un delito de delincuencia
organizada en virtud del carácter asociado del agente. Ello
trae como consecuencia que en resguardo de lo dispuesto
en el artículo 28 de la Ley contra la Delincuencia Organi-
zada y Financiamiento al Terrorismo98, la pena del delito
de lesiones dolosas menos graves se incremente en un
cincuenta por ciento. Eso sí, en función de los elementos
que singularizan a un grupo de delincuencia organizada,
las lesiones provocadas deben reportar algún beneficio
económico o de otra índole para la asociación delictiva; de
no ser ese el caso (por ejemplo, las lesiones fueron produ-
cidas con el único propósito de lastimar al agraviado), el
Ministerio Público imputará el delito de lesiones dolosas

98
Dicha norma reza: “Cuando los delitos previstos en la presente Ley, en el Código
Penal y demás leyes especiales sean cometidos por un grupo de delincuencia organi-
zada, conforme a lo dispuesto en esta Ley, la sanción será incrementada en la mitad
de la pena aplicable”.

– 114 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

menos graves pero no operará el aumento de pena del


artículo 28 de la Ley contra la Delincuencia Organizada
y Financiamiento al Terrorismo.
Adicionalmente, este criterio subjetivo no debe con-
fundirse con el alcance del tipo autónomo de asociación
-dispuesto en el artículo 37 de la propia Ley contra la De-
lincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo-, el
cual, alberga un delito de mera actividad que se consuma
por el hecho independiente de asociarse.
A modo de colofón, ambos criterios (objetivo y subjeti-
vo) categorizan a los delitos de delincuencia organizada y
delimitan -en este supuesto- el ámbito de aplicación del
efecto suspensivo del recurso de apelación.
l) Violaciones graves a los derechos humanos: Por una
parte, el encabezamiento del artículo 29 constitucional
determina que el Estado deberá investigar y sancionar
todos los delitos cometidos por las autoridades contra
los derechos humanos; y por otra, el primer aparte
de esa misma norma dispone que las acciones para
sancionar las violaciones graves a los derechos
humanos son imprescriptibles. Ya en la redacción
de ese precepto constitucional pareciera hacerse
una distinción cualitativa entre los delitos contra los
derechos humanos y las violaciones graves contra los
derechos humanos, es decir, a priori podríamos decir
que existen “delitos graves” y “delitos no graves” contra
los derechos humanos.
Adicionalmente, el artículo 271 de la Constitución de
1999 resuelve textualmente que no prescribirán las accio-
nes judiciales dirigidas a sancionar los delitos contra los
derechos humanos. Fíjense que la premisa de la impres-
criptibilidad de los delitos contra los derechos humanos es
una idea común en los artículos 29 y 271 constituciona-
les, no obstante, el problema es que en el primer artículo
se habla expresamente de “violaciones graves contra los

– 115 –
Giovanni Rionero

derechos humanos” mientras que en la segunda norma se


invocan llanamente los “delitos contra los derechos hu-
manos”. Esa redacción del artículo 271 de nuestro texto
fundamental nos cambia enteramente el panorama pues
podría entenderse ahora que no existen “delitos graves”
y “delitos no graves” contra los derechos humanos; es
decir, en realidad todos los delitos contra los derechos
humanos son atentados graves contra esta categoría, e
independientemente de la trascendencia del bien jurídico
involucrado en la comisión del delito, la acción penal en
esos casos es imprescriptible.
Es claro que toda esa exégesis constitucional nos pone
en una disyuntiva incómoda: o (i) reconocemos que existen
“delitos graves” y “delitos no graves” contra los derechos
humanos; o, (ii) no hacemos ningún tipo de distinción y
simplemente interpretamos que todos los delitos contra los
derechos humanos son violaciones graves contra ese género.
Para ahondar aún más en el problema, nos topamos
con una reciente sentencia de la Sala de Casación Penal,
suscrita en fecha 29 de marzo de 2011 (N° 112), en la cual
se adujo expresamente lo siguiente:
“De allí que el Derecho Penal reconoce los bienes fundamentales
y valiosos de la persona humana y de la sociedad, elevándolos a
la condición de jurídicos a los fines de que sean objeto de tutela
por parte del Estado; entre ellos, se encuentran los denominados
derechos humanos.
Sin embargo, la presencia de esa sola condición, de manera
aislada (conducta que atente contra un derecho humano),
no configura de manera automática la existencia de un
delito de los denominados contra los derechos humanos
en los términos descritos en los artículos 29 y 271 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
De acuerdo a los criterios establecidos precedentemente, para
que una acción (en sentido amplio) pueda calificarse como
delito de lesa humanidad o contra los derechos humanos, a
los fines de determinar la aplicabilidad del artículo 29 del texto
constitucional, requiere de diversas condiciones. Tal como lo han
sostenido la Sala Constitucional y la Sala de Casación Penal en
sus decisiones, entre otras condiciones, resulta necesario que
– 116 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

exista una trasgresión a los bienes jurídicos calificados como


derechos humanos; que dicha trasgresión esté dirigida a
ocasionar daño, lesión o agravio al ser humano, no sólo como
entidad individual, sino como ser social, parte integrante de
la especie humana, del género humano; que sea cometida
por el Estado a través de sus autoridades o por personas
que aun sin ser autoridades, actúen con el consentimiento
o la aquiescencia del Estado; que el agravio del Estado
se cometa con intencionalidad específica, que presupone
el conocimiento del acto dirigido al ataque hacia el bien
jurídico; etc. Son estas propiedades particulares de los delitos
de lesa humanidad o contra los derechos humanos, la que los
individualiza y determina como tales”. (Negrillas nuestras).
De la lectura íntegra de la decisión se desprenden las
siguientes consideraciones:
• Son las personas provistas de autoridad las que, en
principio, pueden incurrir en violación de los derechos
humanos, pues la investidura de funcionario (su
potestad) es el hilo conector entre la acción del agente
y la responsabilidad del Estado99.
• Existen actos atentatorios contra la dignidad humana
que son cometidos por personas desprovistas de
autoridad, y que por contar con la simple tolerancia del
Estado, deben ser considerados como delitos contra
los derechos humanos.
• Para que exista un delito contra los derechos humanos,
la conducta del agente debe estar dirigida (dolosamente) a
ocasionar un daño, lesión o agravio al ser humano como
parte integrante del género humano; es decir, su intención
debe atentar contra la humanidad como bien jurídico.
• No todos los delitos cometidos por funcionarios policiales
constituyen delitos contra los derechos humanos; en
esos casos, no aplicará la imprescriptibilidad de la
acción penal.

99
Vid: Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fe-
cha 21 de mayo de 2012 (N° 645), y Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, de fecha 06 de marzo de 2008 (N° 315).

– 117 –
Giovanni Rionero

Coincidimos con la sentencia en que los delitos con-


tra los derechos humanos deben reunir los siguientes
requisitos: (i) el delito debe ser doloso o intencional (no
imprudente); (ii) el agente debe actuar en el ejercicio de
sus funciones o en resguardo de la potestad de imperio del
Estado; y, (iii) el delito puede ser cometido por particulares
que actúen con el consentimiento o la aquiescencia del
Estado. Sin embargo, no creemos que los delitos contra
los derechos humanos sólo sean aquellos que colijan un
daño, lesión o agravio dirigidos contra el género humano.
Si ello fuese así, esta categoría sólo alcanzaría hechos pu-
nibles como el homicidio, las lesiones o las desapariciones
forzosas de personas, y dejaría por fuera delitos como las
amenazas o las violaciones no justificadas de domicilio
perpetradas por funcionarios del Estado.
En lo que no hace distingo el constituyente tampoco
debe hacerlo el legislador o los intérpretes de la ley. En la
Constitución de 1999 se utilizaron indistintamente las ex-
presiones “delitos contra los derechos humanos” y “viola-
ciones graves contra los derechos humanos” para resolver
-en esos casos- la imprescriptibilidad de la acción penal.
En nuestro criterio, la entidad del bien jurídico afectado
no condiciona la existencia o no de un delito contra los
derechos humanos. Dicho en otras palabras, no existen
“delitos graves” y “delitos no graves” contra los derechos
humanos; en realidad todos los delitos contra los dere-
chos humanos son violaciones graves de este género y la
naturaleza del bien jurídico afectado no condiciona dicha
valoración. Visto así, incluso una amenaza proferida por
un funcionario policial en el ejercicio de sus funciones
sería una violación grave contra los derechos humanos y
su persecución penal sería imprescriptible.
En definitiva, los delitos contra los derechos humanos
(graves o no) validan la procedencia del efecto suspensivo
del recurso de apelación de los artículos 374 y 430 del
Código Orgánico Procesal Penal.
– 118 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

m) Lesa humanidad: En fecha 09 de diciembre de 2002, la


Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia
suscribe una interesante decisión (Nº 3167) en la cual
delimita el concepto de los delitos de lesa humanidad:
“[Los delitos de lesa humanidad] fueron definidos por primera
vez en un tratado internacional cuando se aprobó el Estatuto de
Roma de la Corte Penal Internacional, del 17 de julio de 1998,
el cual fue suscrito por Venezuela.
¿Qué distingue los delitos ordinarios de los crímenes de lesa
humanidad?
El Estatuto distingue los delitos ordinarios de los crímenes de lesa
humanidad respecto de los cuales la Corte tiene competencia,
sobre la base de los siguientes criterios:
1) Los actos que constituyen crímenes de lesa humanidad, como
el asesinato, tienen que haber sido cometidos como parte de
un ataque generalizado o sistemático. No obstante, el término
‘ataque’ no denota una agresión militar, sino que se puede
aplicar a leyes y medidas administrativas como la deportación
o el traslado forzoso de población.
2) Deben afectar una población civil. Por lo tanto, quedan
excluidos los actos aislados o cometidos de manera dispersa
o al azar. La presencia de soldados entre la población civil no
basta para privar a ésta de su carácter civil.
3) Su comisión responderá a la política de un Estado o de una
organización. Sus ejecutores pueden ser agentes del Estado o
personas que actúen a instigación suya o con su consentimiento
o aquiescencia, como los llamados ‘escuadrones de la muerte’.
Dentro de las mencionadas organizaciones se incluye a los
grupos rebeldes.
Dentro de los elementos subjetivos del tipo penal, el Estatuto
de Roma de la Corte Penal Internacional no prevé un elemento
discriminador sui generis, en el sentido de que el ataque o acto
dañoso esté dirigido a una población civil por motivos nacionales,
políticos, raciales o religiosos, lo cual ha sido confirmado por la
jurisprudencia del Tribunal Penal Internacional, al dictaminar
la ausencia de necesidad de un elemento discriminatorio como
aspecto esencial de la mens rea de la figura de los crímenes de
lesa humanidad, así como la irrelevancia de los motivos de su
comisión. Sin embargo, este elemento resulta necesario en el
caso concreto del delito contemplado en el artículo 7, numeral

– 119 –
Giovanni Rionero

1, inciso h, que prevé la persecución de un grupo o colectividad


con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales,
nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género definido.
También se requiere para su debida subsunción en el tipo, la
llamada intencionalidad específica que presupone su comisión
con conocimiento de acto o actos contra el bien jurídico protegido,
por ejemplo, la vida, la integridad física y moral, de allí que se
les atribuya un mayor grado de gravedad moral, es decir, lo que
transforma un acto individual en un crimen de lesa humanidad
es su inclusión en un marco más amplio de conducta criminal,
por lo que resultan irrelevantes los motivos personales que
pudieran animar al autor a su consumación.
En fin, se trata de delitos comunes de máxima gravedad que
se caracterizan por ser cometidos en forma tendenciosa y
premeditada, con el propósito de destruir, total o parcialmente
un grupo humano determinado, por razones de cultura, raza,
religión, nacionalidad o convicción política. Se reconocen,
además, por ser delitos continuos que pueden exteriorizarse en
forma masiva.
De acuerdo con el artículo 7 del Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional, los delitos de lesa humanidad consisten
en actos de cualquier especie que se cometan como parte de un
ataque generalizado o sistemático contra una población civil
y con conocimiento por parte de su autor (o autores) de dicho
ataque. Así se consideran de lesa humanidad, siempre que sean
generales y sistemáticos, actos como: a) asesinato; b) exterminio;
c) esclavitud; d) deportación o traslado forzoso de población;
e) encarcelación u otra privación grave de la libertad física en
violación de normas fundamentales de derecho internacional;
f) tortura; g) violación, esclavitud sexual, prostitución forzada,
embarazo forzado, esterilización forzada u otros abusos sexuales
de gravedad comparable; h) persecución de un grupo o colectividad
con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales,
nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en
el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos como
inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión
con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con
cualquier crimen de la competencia de la Corte; i) desaparición
forzada de personas; j) el crimen de apartheid; k) otros actos
inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente
grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad
física o la salud mental o física de los que lo sufran
– 120 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Los delitos de lesa humanidad, según el Estatuto de


Roma, sólo son aquellos que: (i) se traducen en un ata-
que generalizado o sistemático (no aislado o azaroso); (ii)
dirigido contra una población civil; y, (iii) cometidos en
resguardo de una política de Estado. Esos son los elemen-
tos típicos de los delitos de lesa humanidad y cualquier
conducta que escape de esa configuración típica, podrá
ser un hecho punible autónomo e independiente en un
orden jurídico-penal interno, pero nunca un delito de lesa
humanidad.
En Venezuela, las conductas que tipifica el Estatuto
de Roma como delitos de lesa humanidad no han sido ab-
sorbidas penalmente por nuestro ordenamiento jurídico.
Es decir, el legislador no ha previsto en el Código penal
venezolano -ni en ley especial alguna- un inventario de
hechos punibles que reúnan las exigencias típicas de esta
categoría de delitos. Algunos podrían pensar que cuando
el artículo 7 del Estatuto de Roma tipifica la violación o
la desaparición forzada de personas como delitos de lesa
humanidad, se está refiriendo a los mismos delitos de vio-
lación o desaparición forzosa de personas que el legislador
venezolano previó en los artículos 374 y 180-A, respec-
tivamente, del Código Penal. Esa percepción es errónea
pues no estamos ante un problema de nomen iuris; aquí
lo medular es que los delitos de lesa humanidad -indepen-
dientemente de su nombre típico- coligen la realización de
“actos de cualquier especie que se cometan como parte de
un ataque generalizado o sistemático del Estado contra una
población civil”. Esa es la verdadera esencia conceptual que
rige la interpretación de los delitos de lesa humanidad. Si
no se cumple con esos requisitos, reiteramos que podrá
existir un hecho punible autónomo, aislado e independien-
te pero nunca un delito de lesa humanidad.
Entendemos que sigue siendo una deuda de la Asam-
blea Nacional incorporar en nuestro orden jurídico-penal
un catálogo de delitos que satisfagan la naturaleza típica
– 121 –
Giovanni Rionero

de los delitos de lesa humanidad. Mientras ello no ocu-


rra, los operarios de justicia seguiremos obligados a ape-
lar a las figuras típicas de nuestro orden interno y a las
consecuentes normas concursales que inciden sobre el
cómputo de las penas. A título de ejemplo, en Venezuela
no existe actualmente el delito de exterminio -que invoca
el artículo 7 del Estatuto de Roma- como un ataque ge-
neralizado o sistemático del Estado contra una población
civil. De ocurrir algún día ello, las hipotéticas muertes
que fueren provocadas bajo esa política estatal sólo po-
drían ser subsumidas en los tipos penales de homicidio
que dispone nuestros orden interno, en resguardo, ade-
más, de las normas concursales que deberían aplicar ante
la concurrencia de hechos punibles. Es claro, entonces,
que en Venezuela no existen delitos que se traduzcan en
actos cometidos por el Estado como parte de un ataque
generalizado o sistemático contra una población civil, y,
mientras ello sea así, técnicamente no podremos hablar
de delitos de lesa humanidad.
A pesar de lo transcrito supra, decíamos antes que las
Salas Constitucional y de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia, han venido afirmando, de manera
reiterada, insistente y pacífica, que el delito de tráfico
de drogas, en todas sus modalidades, es un delito de
lesa humanidad. Estamos convencidos de que esa lectu-
ra, más que una solución técnica y acertada del asunto,
sólo responde a una urgencia operativa y a desacertados
criterios de política criminal. El tráfico de drogas no es un
delito de lesa humanidad; podrá afectar en abstracto a la
colectividad, podrá obrar en perjuicio de la salud pública,
pero no es una conducta cometida en forma tendenciosa
y sistemática con el propósito de destruir, total o parcial-
mente, a un grupo humano determinado por razones de
cultura, raza, religión, nacionalidad o convicción política.
En todo caso, lo cierto es que ambas Salas del Tribu-
nal Supremo de Justicia han sostenido que el tráfico de
– 122 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

drogas es un delito de lesa humanidad, y esa valoración


ha sido defendida inclusive por nuestros tribunales de
instancia. Estemos o no de acuerdo con ello, actualmente
el único delito de lesa humanidad que existe en Venezuela
-creado por la jurisprudencia y no por la ley- es el tráfico
de drogas en todas sus modalidades; en consecuencia,
sólo el tráfico de drogas valida el efecto suspensivo del
recurso de apelación en función de esta categoría (entién-
dase: lesa humanidad).
n) Delitos graves contra la independencia y seguridad
de la nación: Esta categoría se asocia forzosamente
con todos los delitos del Título I del Libro Segundo
del Código Penal vigente. Como bien es sabido,
dicha sección se denomina “De los delitos contra la
independencia y la seguridad de la nación”, por tanto,
no hay dudas sobre la homogeneidad de los bienes
jurídicos involucrados. Así pues, todos los delitos
tipificados en el Título I del Libro Segundo del Código
Penal, validan la procedencia del efecto suspensivo
del recurso de apelación de los artículos 374 y 430
del Código Orgánico Procesal Penal. Adicionalmente,
esta categoría también comprende los hechos punibles
previstos en los artículos 54, 55 y 56 de la Ley Orgánica
de Seguridad de la Nación100.
Por otra parte, en el campo de la denominada juris-
dicción militar, el Código Orgánico de Justicia Militar101
dispuso en su artículo 592 que las normas procedimen-
tales de los Libros Segundo, Tercero, Cuarto y Quinto del
Código Orgánico Procesal Penal, aplicaban de igual mane-
ra en el juzgamiento de los delitos militares. Esa misma
disposición sólo dejó por fuera de la jurisdicción militar
a los procedimientos especiales para: (i) el juzgamiento
del Presidente de la República u otros Altos Funcionarios

100
Gaceta Oficial Nº 37.594, de fecha 18 de diciembre de 2002.
101
Gaceta Oficial Extraordinario Nº 5.263, de fecha 17 de septiembre de 1998.

– 123 –
Giovanni Rionero

del Estado; (ii) la persecución de las faltas; y, (iii) la admi-


sibilidad del régimen de extradición. En función de esas
consideraciones, el efecto suspensivo del recurso de ape-
lación -interpuesto contra la orden judicial que acuerda
la libertad del imputado en audiencia- es una institución
que opera perfectamente en la jurisdicción penal militar.
Decimos esto porque en los Capítulos I y III del Título III
del Código Orgánico de Justicia Militar, se tipifican varios
delitos relacionados con la “integridad, independencia y li-
bertad de la nación”; consecuencialmente, el bien jurídico
defendido por esos hechos punibles también se asocia con
el alcance de la presente categoría, y justifica, por tanto,
el efecto suspensivo del recurso de apelación.
o) Crímenes de guerra: El artículo 29 de la Constitución
de 1999 también declara imprescriptibles las acciones
para sancionar los crímenes de guerra. Sin embargo,
tal y como ocurre con los delitos de lesa humanidad,
los crímenes de guerra son una categoría que sólo
reposan actualmente en el artículo 8 del Estatuto de
Roma102, y no tienen ninguna correspondencia típica
102
“Artículo 8. Crímenes de guerra. 1. La Corte tendrá competencia respecto de los
crímenes de guerra en particular cuando se cometan como parte de un plan o políti-
ca o como parte de la comisión en gran escala de tales crímenes. 2. A los efectos del
presente Estatuto, se entiende por "crímenes de guerra": a) Infracciones graves de los
Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber, cualquiera de los siguientes
actos contra personas o bienes protegidos por las disposiciones del Convenio de Gi-
nebra pertinente: i) Matar intencionalmente; ii) Someter a tortura o a otros tratos
inhumanos, incluidos los experimentos biológicos; iii) Infligir deliberadamente grandes
sufrimientos o atentar gravemente contra la integridad física o la salud; iv) Destruir
bienes y apropiarse de ellos de manera no justificada por necesidades militares, a
gran escala, ilícita y arbitrariamente; v) Obligar a un prisionero de guerra o a otra
persona protegida a prestar servicio en las fuerzas de una Potencia enemiga; vi) Privar
deliberadamente a un prisionero de guerra o a otra persona de sus derechos a un
juicio justo e imparcial; vii) Someter a deportación, traslado o confinamiento ilegales;
viii) Tomar rehenes; b) Otras violaciones graves de las leyes y usos aplicables en los
conflictos armados internacionales dentro del marco del derecho internacional, a
saber, cualquiera de los actos siguientes: i) Dirigir intencionalmente ataques contra
la población civil en cuanto tal o contra civiles que no participen directamente en las
hostilidades; ii) Dirigir intencionalmente ataques contra objetos civiles, es decir, ob-
jetos que no son objetivos militares; iii) Dirigir intencionalmente ataques contra per-
sonal, instalaciones, material, unidades o vehículos participantes en una misión de
mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria de conformidad con la Carta de
– 124 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a la protección otorgada a civiles u
objetos civiles con arreglo al derecho internacional de los conflictos armados; iv) Lan-
zar un ataque intencionalmente, a sabiendas de que causará pérdidas de vidas, le-
siones a civiles o daños a objetos de carácter civil o daños extensos, duraderos y
graves al medio natural que sean claramente excesivos en relación con la ventaja
militar general concreta y directa que se prevea; v) Atacar o bombardear, por cualquier
medio, ciudades, aldeas, pueblos o edificios que no estén defendidos y que no sean
objetivos militares; vi) Causar la muerte o lesiones a un enemigo que haya depuesto
las armas o que, al no tener medios para defenderse, se haya rendido a discreción;
vii) Utilizar de modo indebido la bandera blanca, la bandera nacional o las insignias
militares o el uniforme del enemigo o de las Naciones Unidas, así como los emblemas
distintivos de los Convenios de Ginebra, y causar así la muerte o lesiones graves; viii)
El traslado, directa o indirectamente, por la Potencia ocupante de parte de su pobla-
ción civil al territorio que ocupa o la deportación o el traslado de la totalidad o parte
de la población del territorio ocupado, dentro o fuera de ese territorio; ix) Los ataques
dirigidos intencionalmente contra edificios dedicados al culto religioso, las artes, las
ciencias o la beneficencia, los monumentos, los hospitales y los lugares en que se
agrupa a enfermos y heridos, siempre que no sean objetivos militares; x) Someter a
personas que estén en poder del perpetrador a mutilaciones físicas o a experimentos
médicos o científicos de cualquier tipo que no estén justificados en razón de un tra-
tamiento médico, dental u hospitalario, ni se lleven a cabo en su interés, y que causen
la muerte o pongan gravemente en peligro su salud; xi) Matar o herir a traición a
personas pertenecientes a la nación o al ejército enemigo; xii) Declarar que no se dará
cuartel; xiii) Destruir o confiscar bienes del enemigo, a menos que las necesidades de
la guerra lo hagan imperativo; xiv) Declarar abolidos, suspendidos o inadmisibles ante
un tribunal los derechos y acciones de los nacionales de la parte enemiga; xv) Obligar
a los nacionales de la parte enemiga a participar en operaciones bélicas dirigidas
contra su propio país, aunque hubieran estado a su servicio antes del inicio de la
guerra; xvi) Saquear una ciudad o una plaza, incluso cuando es tomada por asalto;
xvii) Veneno o armas envenenadas; xviii) Gases asfixiantes, tóxicos o similares o cual-
quier líquido, material o dispositivo análogo; xix) Balas que se abran o aplasten fácil-
mente en el cuerpo humano, como balas de camisa dura que no recubra totalmente
la parte interior o que tenga incisiones; xx) Emplear armas, proyectiles, materiales y
métodos de guerra que, por su propia naturaleza, causen daños superfluos o sufri-
mientos innecesarios o surtan efectos indiscriminados en violación del derecho hu-
manitario internacional de los conflictos armados, a condición de que esas armas o
esos proyectiles, materiales o métodos de guerra, sean objeto de una prohibición
completa y estén incluidos en un anexo del presente Estatuto en virtud de una en-
mienda aprobada de conformidad con las disposiciones que, sobre el particular, figu-
ran en los artículos 121 y 123; xxi) Cometer ultrajes contra la dignidad de la persona,
en particular tratos humillantes y degradantes; xxii) Cometer actos de violación, es-
clavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, definido en el apartado f) del
párrafo 2 del artículo 7, esterilización forzada y cualquier otra forma de violencia
sexual que constituya una violación grave de los Convenios de Ginebra; xxiii) Apro-
vechar la presencia de civiles u otras personas protegidas para que queden inmunes
de operaciones militares determinados puntos, zonas o fuerzas militares; xxiv) Dirigir
intencionalmente ataques contra edificios, material, unidades y vehículos sanitarios,
y contra personal habilitado para utilizar los emblemas distintivos de los Convenios
de Ginebra de conformidad con el derecho internacional; xxv) Provocar intencional-
mente la inanición de la población civil como método de hacer la guerra, privándola
de los objetos indispensables para su supervivencia, incluido el hecho de obstaculizar
– 125 –
Giovanni Rionero

intencionalmente los suministros de socorro de conformidad con los Convenios de


Ginebra; xxvi) Reclutar o alistar a niños menores de 15 años en las fuerzas armadas
nacionales o utilizarlos para participar activamente en las hostilidades; c) En caso de
conflicto armado que no sea de índole internacional, las violaciones graves del artí-
culo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, a saber,
cualquiera de los siguientes actos cometidos contra personas que no participen direc-
tamente en las hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan
depuesto las armas y los que hayan quedado fuera de combate por enfermedad, le-
siones, detención o por cualquier otra causa: i) Actos de violencia contra la vida y la
persona, en particular el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos
crueles y la tortura; ii) Los ultrajes contra la dignidad personal, en particular los
tratos humillantes y degradantes; iii) La toma de rehenes; iv) Las condenas dictadas
y las ejecuciones efectuadas sin sentencia previa pronunciada por un tribunal cons-
tituido regularmente y que haya ofrecido todas las garantías judiciales generalmente
reconocidas como indispensables. d) El párrafo 2 c) del presente artículo se aplica a
los conflictos armados que no son de índole internacional, y por lo tanto no se aplica
a situaciones de disturbios o tensiones internos, tales como motines, actos aislados
y esporádicos de violencia u otros actos de carácter similar. e) Otras violaciones gra-
ves de las leyes y los usos aplicables en los conflictos armados que no sean de índole
internacional, dentro del marco establecido de derecho internacional, a saber, cual-
quiera de los actos siguientes: i) Dirigir intencionalmente ataques contra la población
civil como tal o contra civiles que no participen directamente en las hostilidades; ii)
Dirigir intencionalmente ataques contra edificios, material, unidades y vehículos
sanitarios y contra el personal habilitado para utilizar los emblemas distintivos de los
Convenios de Ginebra de conformidad con el derecho internacional; iii) Dirigir inten-
cionalmente ataques contra personal, instalaciones, material, unidades o vehículos
participantes en una misión de mantenimiento de la paz o de asistencia humanitaria
de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, siempre que tengan derecho a
la protección otorgada a civiles u objetos civiles con arreglo al derecho de los conflic-
tos armados; iv) Dirigir intencionalmente ataques contra edificios dedicados al culto
religioso, la educación, las artes, las ciencias o la beneficencia, los monumentos, los
hospitales y otros lugares en que se agrupa a enfermos y heridos, a condición de que
no sean objetivos militares; v) Saquear una ciudad o plaza, incluso cuando es tomada
por asalto; vi) Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada,
embarazo forzado, definido en el apartado f) del párrafo 2 del artículo 7, esterilización
forzada o cualquier otra forma de violencia sexual que constituya también una viola-
ción grave del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra; vii) Reclutar o
alistar niños menores de 15 años en las fuerzas armadas o utilizarlos para participar
activamente en hostilidades; viii) Ordenar el desplazamiento de la población civil por
razones relacionadas con el conflicto, a menos que así lo exija la seguridad de los
civiles de que se trate o por razones militares imperativas; ix) Matar o herir a traición
a un combatiente enemigo; x) Declarar que no se dará cuartel; xi) Someter a las per-
sonas que estén en poder de otra parte en el conflicto a mutilaciones físicas o a expe-
rimentos médicos o científicos de cualquier tipo que no estén justificados en razón
del tratamiento médico, dental u hospitalario de la persona de que se trate ni se lleven
a cabo en su interés, y que provoquen la muerte o pongan gravemente en peligro su
salud; xii) Destruir o confiscar bienes del enemigo, a menos que las necesidades de
la guerra lo hagan imperativo; f) El párrafo 2 e) del presente artículo se aplica a los
conflictos armados que no son de índole internacional, y, por consiguiente, no se
aplica a situaciones de disturbios y tensiones internas, como motines, actos aislados

– 126 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

en nuestro orden interno. Si partimos de la idea de que


conceptualmente los crímenes de guerra responden a
una política concertada a gran escala por el Estado
contra un grupo humano, no tenemos otra opción
sino concluir que el legislador venezolano aún no
ha tipificado internamente tales presupuestos. Así
pues, en nuestro país no existen crímenes de guerra,
y mientras ello sea así, cualquier delito cometido en
Venezuela que se asocie con algunos de los escenarios
que el Estatuto de Roma atribuye a esta categoría,
sólo podrá ser subsumido y castigado en función de
los tipos penales previstos en nuestro ordenamiento
jurídico-penal.
p) Delitos con una pena privativa de libertad que
exceda de los doce (12) años en su límite máximo:
Tal y como lo advertimos en el capítulo tercero de
este libro, el quantum de la pena es un presupuesto
que aplica diferenciadamente en los artículos 374 y
430 del Código Orgánico Procesal Penal, para validar
la procedencia del efecto suspensivo del recurso
de apelación. Así pues, sólo la modalidad de efecto
suspensivo del artículo 374 del Código, admite su
procedencia cuando el delito atribuido al imputado -en
audiencia- merezca una pena privativa de libertad que
exceda de los doce (12) años en su límite máximo. Esa
circunstancia no opera, en cambio, cuando se trate
de la modalidad de efecto suspensivo del artículo 430
del Código Orgánico Procesal Penal.
A título de ejemplo, pudiéramos toparnos con un delito
cuya pena excediera de los doce (12) años en su límite

y esporádicos de violencia u otros actos de carácter similar. Se aplica a los conflictos


armados que tienen lugar en el territorio de un Estado cuando existe un conflicto
armado prolongado entre las autoridades gubernamentales y grupos armados orga-
nizados o entre tales grupos. 3. Nada de lo dispuesto en los párrafos 2 c) y d) afecta-
rá a la responsabilidad que incumbe a todo gobierno de mantener y restablecer el
orden público en el Estado y de defender la unidad e integridad territorial del Estado
por cualquier medio legítimo”.

– 127 –
Giovanni Rionero

máximo, y, sin embargo, que no encajare en el inventario


de hechos punibles que hemos estudiado a lo largo de
este capítulo103. En ese escenario, sólo procedería la mo-
dalidad de efecto suspensivo del artículo 374 del Código
Orgánico Procesal Penal, siempre y cuando estuviéramos
en presencia de: (i) la audiencia dispuesta para la pre-
sentación de aprehendidos en condiciones de flagrancia
(artículo 373 del Código); o, (ii) la audiencia prevista para
la presentación de imputados conducidos por una orden
de aprehensión (artículo 236 del Código).
Si se tratara, en cambio, de una audiencia distinta a
las audiencias de presentación de aprehendidos (como por
ejemplo, las audiencias de juicio o la solicitud de revisión
de la medida privativa de libertad instada en la audien-
cia preliminar o en el debate oral y público), el fiscal sólo
podría recurrir a la modalidad de efecto suspensivo del
artículo 430 del Código Orgánico Procesal Penal; no obs-
tante, como esa misma norma no se refirió al quantum de
la pena como un presupuesto que validara la procedencia
del efecto suspensivo, el fiscal no podría forzar su aplica-
ción alegando que el delito tiene atribuida una sanción
privativa de libertad que excede de los doce (12) años en
su límite máximo. Consecuencialmente, la modalidad de
efecto suspensivo del artículo 430 del Código Orgánico
Procesal Penal sólo procederá cuando se trate de alguno
de los delitos que revisamos taxativamente en este capítu-
lo, y el quantum de la pena -sin importar su gravedad- no
podrá ser invocado para justificar su aplicación.

103
Entiéndase: homicidio intencional; violación; delitos que atenten contra la libertad,
integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro; delito de
corrupción; delitos que causen grave daño al patrimonio público y la administración
pública; tráfico de drogas de mayor cuantía; legitimación de capitales; delitos contra el
sistema financiero y delitos conexos; delitos con multiplicidad de víctimas; delitos de
delincuencia organizada; violaciones graves a los derechos humanos; lesa humanidad;
delitos graves contra la independencia y seguridad de la nación; y, crímenes de guerra.

– 128 –
QUINTO CAPÍTULO
¿PROCEDEN LAS DOS MODALIDADES
DE EFECTO SUSPENSIVO CUANDO SE TRATE
DEL ARRESTO DOMICILIARIO DEL IMPUTADO?
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Anotábamos supra que por vía de jurisprudencia se


había reconocido que el recurso de apelación con efecto
suspensivo procedía no sólo cuando el juez acordaba la
libertad plena del imputado sino también cuando éste era
sometido a una medida cautelar sustitutiva104. Decíamos
que esa valoración era extraña en un contexto literal,
pues los artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal
Penal sólo reconocían la no ejecutabilidad inmediata de
la decisión que resolvía la libertad del imputado en au-
diencia; sin embargo, también advertíamos que las Salas
Constitucional y de Casación Penal del Tribunal Supremo
de Justicia habían considerado reiteradamente que ese
efecto era propio igualmente de la apelación interpuesta
contra el acuerdo de una medida cautelar sustitutiva.
Del conjunto de medidas cautelares sustitutivas que
enumera el artículo 242 del Código Orgánico Procesal
Penal, nos interesa a los efectos del presente capítulo
aquella que colige la detención domiciliaria del imputado
“en su propio domicilio o en custodia de otra persona,
sin vigilancia alguna o con la que el tribunal ordene”.
Como bien es sabido, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia ha sostenido repetidamente que la
detención domiciliaria debe equipararse a la medida de
privación preventiva de libertad pues ambas suponen una
restricción cautelar de la libertad ambulatoria del impu-
tado y sólo difieren con respecto a su centro de reclu-
sión105. Visto así, la detención domiciliaria ya no sería una
medida cautelar sustitutiva sino que debería asimilarse

104
Vid: Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de
fecha 05 de mayo de 2005, N° 742.
105
Vid: Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha
14 de junio de 2005, N° 1212; sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, de fecha 28 de mayo de 2007, N° 974; y, sentencia de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 10 de agosto de 2009, N° 1145.

– 131 –
Giovanni Rionero

a una medida privativa de libertad; es decir, cuando el


imputado es detenido domiciliariamente, debe asumirse
que está siendo sometido a la medida cautelar más gra-
vosa que dispone el Código, o dicho en otras palabras,
se lo somete al mismo perjuicio restrictivo que deduce la
medida privativa de libertad del artículo 236 del Código
Orgánico Procesal Penal.
Si la detención domiciliaria es, en definitiva, una me-
dida privativa de libertad, nos preguntamos: ¿Procede el
efecto suspensivo del recurso de apelación contra la orden
judicial que resuelve en audiencia la detención domiciliaria
del imputado? Algunos han dicho que el efecto suspensivo
del recurso de apelación sí procede en esos casos pues la
equiparación de la detención domiciliaria con la medida
privativa de libertad sólo ha sido considerada por el Tribu-
nal Supremo de Justicia en dos escenarios: (i) a los efectos
del plazo dispuesto en el artículo 236 del Código Orgánico
Procesal Penal para la presentación del correspondiente acto
conclusivo106; y, (ii) a los efectos del plazo de dos (2) años
que, de conformidad con el principio de proporcionalidad,
limita el mantenimiento de la medida privativa de libertad107.
Sin embargo, lo cierto es que la Sala Constitucional de
nuestro Máximo Tribunal, desde sentencias muy remotas,
no sólo ha asimilado en términos operativos la detención
domiciliaria con la privación cautelar de libertad, sino
que ha resuelto expresamente que el efecto suspensivo
del recurso de apelación no procederá cuando el impu-
tado sea detenido domiciliariamente. Sobre el particular,
valgan las siguientes anotaciones:

106
El tercer aparte del artículo 236 del Código Orgánico Procesal Penal, dispone: “…Si
el Juez o Jueza acuerda mantener la medida de privación judicial preventiva de libertad
durante la fase preparatoria, el o la Fiscal deberá presentar la acusación, solicitar el
sobreseimiento o, en su caso, archivar las actuaciones dentro de los cuarenta y cinco
días siguientes a la decisión judicial…”.
107
El primer aparte del artículo 230 del Código Orgánico Procesal Penal, reza: “…
En ningún caso [la medida de coerción personal] podrá sobrepasar la pena mínima
prevista para cada delito, ni exceder del plazo de dos años…”.

– 132 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

“…el análisis de las actuaciones que componen la causa penal en


referencia, se evidencia que el 10 de enero de 2002, el Juzgado
Segundo de Primera Instancia de Control del Circuito Judicial
Penal del Estado Lara, decretó medida cautelar de detención
domiciliaria, de conformidad con lo establecido en el artículo 256,
numeral 1 del Código Orgánico Procesal Penal, por la presunta
comisión del delito de hurto calificado, tipificado en el artículo 455,
ordinal 4º del Código Penal. Asimismo, acordó la aplicación del
procedimiento abreviado, de acuerdo con lo previsto en el artículo
248 eiusdem, y acordó mantener al imputado en la Comandancia
de la Policía, en virtud de que la Fiscal Séptima del Ministerio
Público, se opuso a la medida dictada, anunció el ejercicio del
recurso de apelación contra dicha decisión en la oportunidad
correspondiente y solicitó el efecto suspensivo del mismo.
En este sentido, se evidencia en el acta de audiencia oral, la
petición realizada por la representante fiscal con relación al efecto
suspensivo: ‘... en este estado la fiscal se opone a la medida cautelar
y solicita el efecto suspensivo y ejercerá el recurso de apelación
en su oportunidad legal de conformidad con lo establecido en el
artículo 374 del COPP y primer aparte del art. 256 del COPP...’.
Posteriormente, el 22 de enero de 2002, el Juzgado de Control
antes señalado recibió el recurso de apelación interpuesto
por la Fiscal Séptima del Ministerio Público contra la decisión
dictada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Control
del Circuito Judicial Penal del Estado Lara, el 10.1.02, en el
cual consta lo siguiente: ‘... Estando dentro del lapso legal
establecido en el artículo 448 del Código Orgánico Procesal Penal,
y habiéndose ejercido el efecto suspensivo a que se contrae el
artículo 374 eiusdem, interpongo Recurso de Apelación...’.
Ahora bien, la defensora del imputado Nogar Rafael Moreno Yajure,
interpuso acción de amparo constitucional contra la abstención del
citado Juzgado de Control de ejecutar la medida cautelar sustitutiva
de detención domiciliaria impuesta a favor del mencionado ciudadano,
por violación de los derechos constitucionales establecidos en los
artículos 26 y 49 de la Constitución Nacional.
(…)
En este orden de ideas, la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Estado Lara consideró que la omisión asumida
por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Control del mismo
Circuito Judicial Penal, infringió los derechos constitucionales a
la tutela judicial efectiva y al debido proceso consagrados en los

– 133 –
Giovanni Rionero

artículo 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela, cuando suspendió la ejecución de la medida cautelar
de detención domiciliaria impuesta al ciudadano Nogar Rafael
Romero Yajure, por tanto ordenó la ejecución de la medida
acordada inicialmente por el Juez de Control.
(…)
… la Sala ha sostenido que la medida cautelar de detención
domiciliaria otorgada a los imputados por el Juez de Control, de
conformidad con lo establecido en el artículo 256, numeral 1 del
Código Orgánico Procesal Penal, es privativa de libertad, pues
sólo involucra el cambio del centro de reclusión preventiva, y
no comporta la libertad de los mismos. (Ver sentencia de la esta
Sala Constitucional nº 453 del 4.4.01, caso: Marisol Josefina
Cipriani Fernández y Yamila de Gil).
Por las consideraciones precedentes, esta Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia considera que la omisión
asumida por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de
Control el Circuito Judicial Penal del Estado Lara cercenó
con su conducta los derechos a la tutela judicial efectiva y
al debido proceso del imputado Nogar Rafael Romero Yajure.
En consecuencia, confirma la sentencia consultada dictada
por la Sala Accidental de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Estado Lara, el 2 de julio de 2002, y así
se decide…”108. (Negrillas nuestras).
Inspirados por las pautas que impone el principio de pro-
porcionalidad, y sujetos a los criterios acertados que ha sus-
crito reiteradamente nuestra jurisprudencia, no sólo consi-
deramos que la detención domiciliaria sí debe equiparse en
términos prácticos con la medida privativa de libertad, sino
que estamos convencidos de que no procederán las modali-
dades de efecto suspensivo del recurso de apelación -de los
artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Penal- cuan-
do el imputado sea sometido a su detención domiciliaria109.

108
Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha
06 de mayo de 2003, N° 1046.
109
Si el juez admite el efecto suspensivo del recurso de apelación interpuesto contra la
decisión que resuelve la detención domiciliaria del imputado, contra ese auto procede
la acción de amparo constitucional. Sobre el particular, ver nuevamente: Sentencia
de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 06 de mayo de
2003, N° 1046.

– 134 –
SEXTO CAPÍTULO
PROCEDENCIA DEL EFECTO SUSPENSIVO
EN EL SISTEMA PENAL DE RESPONSABILIDAD
DE ADOLESCENTES Y EN EL
JUZGAMIENTO DE DELITOS DE GÉNERO
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

I. E L E F E C T O S U S P E N S I V O E N E L S I S T E M A P E N A L D E
RESPONSABILIDAD DE ADOLESCENTES:
Hemos insistido en que las dos modalidades de efecto
suspensivo del recurso de apelación están reguladas en
los artículos 374 y 430 del Código Orgánico Procesal Pe-
nal. Es decir, la posibilidad de suspender la ejecutabilidad
inmediata de la orden judicial que acuerda la libertad
del imputado -o su sometimiento a una medida cautelar
sustitutiva-, por conducto del recurso de apelación in-
terpuesto por el Ministerio Público en audiencia, es una
institución propia del Código Orgánico Procesal Penal y
no encuentra reflejo en otros esquemas de procesamiento
penal en Venezuela.
El sistema penal de responsabilidad de adolescentes
no es la excepción. Dicho régimen especial está regula-
do a lo largo de todo el Título V de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes 110, y tiene
por objeto, a propósito de lo dispuesto en su artículo
526, definir o determinar la responsabilidad penal de los
adolescentes que incurran en la comisión de hechos pu-
nibles. En dicha ley se han previsto sustanciales pautas
procedimentales que se caracterizan por su celeridad y
su aplicación diferenciada con respecto al juzgamiento
ordinario de personas adultas. No en vano la propia ley
advierte que la responsabilidad penal de los adolescentes
dependerá de una jurisdicción especializada y sólo estará
sujeta a sanciones penales no comunes.
Antes de la Reforma del año 2015, la Sección Quinta
del Capítulo II del Título V de la Ley Orgánica para la Pro-
tección de Niños, Niñas y Adolescentes, prescribía siete
normas muy puntuales que desarrollaban sumariamente
el régimen recursivo del sistema penal de responsabilidad

110
Gaceta Oficial Extraordinario Nº 6.185, de fecha 08 de junio de 2015.

– 137 –
Giovanni Rionero

de adolescentes. El recurso de apelación aparecía tipifica-


do en el artículo 608 de la ley en los siguientes términos:
“Artículo 608. Apelación.
Sólo se admite recurso de apelación contra los fallos de
primer grado que:
a) No admitan la querella.
b) Desestimen totalmente la acusación.
c) Autoricen la prisión preventiva.
d) Pongan fin al juicio o impidan su continuación.
e) Decidan alguna incidencia en fase de ejecución que conlleve a
la modificación o sustitución de la sanción impuesta”. (Negrillas
nuestras).
La norma transcrita era visiblemente estricta en la re-
dacción de su encabezamiento. A priori, daba la impresión
de que el legislador había querido definir taxativamente
cuáles eran las decisiones judiciales que podían ser objeto
del recurso de apelación en el sistema penal de responsa-
bilidad de adolescentes. Si ello se asumía así, solo podía
concluirse que cualquier decisión que no encajare en ese
inventario predefinido y cerrado, sencillamente no podía
ser apelada bajo este esquema de procesamiento penal.
A título de ejemplo, si el juez de la presentación acorda-
ba la libertad absoluta del adolescente aprehendido, esa
decisión escaparía a todas luces del catálogo de fallos
que el artículo 613 de la ley admitía como apelables; y lo
mismo sucedería si el adolescente aprehendido era some-
tido a una medida cautelar sustitutiva en la audiencia de
presentación.
En nuestro criterio, esa lectura rigurosa e inflexible
podía ser convenientemente mitigada por el artículo 613
de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, el cual disponía (y dispone) que la “apela-
ción, la casación y la revisión se interpondrán, tramita-
rán y resolverán conforme lo dispone el Código Orgánico
Procesal Penal, y procederán por los motivos y tendrán
– 138 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

los efectos allí previstos”. Esa norma es un reflejo de los


criterios de interpretación y aplicación supletoria que,
en resguardo de lo dispuesto en el artículo 537 de la ley,
validan la utilización de todas aquellas pautas del Código
Orgánico Procesal Penal que pudiesen servir para sub-
sanar o solucionar las eventuales lagunas procesales no
previstas por el legislador especializado.
Así pues -y también a modo de ejemplo-, el artículo
439.4 del Código Orgánico Procesal Penal permite la ape-
lación de aquellas decisiones que declaren la procedencia
de una medida cautelar sustitutiva contra el imputado;
y en la praxis, igualmente se ha admitido que el artículo
439.5 ejusdem reconoce al Ministerio Público la posibili-
dad de apelar de la orden judicial que acuerda la libertad
absoluta del imputado en las audiencias de presentación
o por conducto del mecanismo de revisión de las medidas
de coerción personal. Si tolerábamos la aplicación suple-
toria de esas normas en el sistema penal de responsabi-
lidad de adolescentes, podíamos concluir que los fallos
enumerados en el artículo 608 de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, no eran los
únicos que podían ser apelados, y debíamos reconocer,
en consecuencia, que existían otras instituciones del ré-
gimen recursivo del Código Orgánico Procesal Penal que
perfectamente podían trasladarse al juzgamiento especial
de los adolescentes. Dentro de esas instituciones ubica-
ríamos, lógicamente, al efecto suspensivo del recurso de
apelación interpuesto contra la decisión que acuerda la
libertad del imputado en audiencia o su sometimiento a
una medida cautelar sustitutiva (artículos 374 y 430 del
Código Orgánico Procesal Penal).
Gracias a la última Reforma de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (2015), esos
problemas de interpretación fueron, en nuestro criterio,
completamente disipados. Hoy por hoy, su artículo 608 (li-
terales “c” y “g”), permite la apelación de cualquier fallo de
– 139 –
Giovanni Rionero

instancia que “acuerde una medida cautelar sustitutiva” o


“cause un gravamen irreparable”, lo cual, haría admisible
la procedencia del efecto suspensivo en el sistema penal
de responsabilidad de adolescentes.
Claro está que la aplicación supletoria del efecto sus-
pensivo en este régimen de juzgamiento se toparía con
algunos límites que previó el legislador especializado. Por
ejemplo, el parágrafo segundo del artículo 628 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescen-
tes, advierte que la privación de libertad sólo podrá ser
empleada, como sanción o como medida cautelar, cuando
el adolescente esté incurso en la comisión de los delitos de
homicidio doloso, lesiones gravísimas dolosas, violación,
robo agravado, robo y hurto de vehículos automotores,
secuestro y tráfico de drogas. Es decir, sólo esos delitos
-y no otros- validan en el sistema penal de responsabili-
dad de adolescentes la adopción de la medida privativa
de libertad como sanción definitiva o como mecanismo de
aseguramiento cautelar del imputado111.
Visto así, si un adolescente fuere presentado en fla-
grancia por la comisión del delito de extorsión, y el juez
de la presentación acordare su sometimiento a una me-
dida cautelar sustitutiva, de nada valdría que el Ministe-
rio Público apelara en audiencia con efecto suspensivo de
esa decisión, pues es claro que el delito imputado no es
de aquellos que el legislador especializado previó cerrada-
mente en el parágrafo segundo del artículo 628 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
Se ve entonces que las modalidades de efecto suspensivo
del recurso de apelación (artículos 374 y 430 del Código
Orgánico Procesal Penal) sólo podrían aplicarse cuando
el delito atribuido al adolescente se correspondiera con
algunos de los hechos punibles previstos en dicha norma.

111
Vid: Sentencia de la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, de
fecha 15 de diciembre de 2008, N° 688.

– 140 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

Así pues, la última Reforma de la Ley Orgánica para la


Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, permite que el
Ministerio Público apele con efecto suspensivo: (i) cuando
se someta al adolescente a una medida cautelar sustitutiva
de la libertad (artículo 608.c)112; o, (ii) cuando se resuelva
la libertad plena del adolescente en audiencia (artículo
608.g). Sin embargo, reiteramos que en ambos casos la Al-
zada sólo podría acordar cautelarmente la medida privativa
de libertad cuando el adolescente estuviere incurso en la
comisión de alguno de los hechos punibles invocados en
el parágrafo segundo del artículo 628 de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes.
No obstante, por ética académica y por el compromiso
asumido con el lector, transcribimos la doctrina asentada
por el Tribunal Supremo de Justicia, en decisión suscrita
en fecha 08 de junio de 2011 (Nº 896)113, mediante la cual
la Sala Constitucional rechazó la aplicación del efecto
suspensivo del recurso de apelación en el sistema penal
de responsabilidad de adolescentes:
112
Vid: Sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de
fecha 15 de abril de 2004, N° 579.
113
Dicho criterio fue reiterado en decisión suscrita por la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en fecha 08 de marzo de 2012, N° 234. También la Sala de Casación
Penal de nuestro Máximo Tribunal, en sentencia signada en fecha 08 de junio de 2011
(N° 896), apuntó: “Así pues, los operadores de justicia deben considerar la aplicación
de otras normas, de manera supletoria, cuando la legislación especial no reglamente
expresamente una determinada situación. Ahora bien, aprecia esta Sala que la Corte de
Apelaciones de la Sección de Responsabilidad Penal de Adolescentes del Circuito Judicial
Penal del Estado Anzoátegui hizo uso de artículos del Código Orgánico Procesal Penal
para la admisión y tramitación del recurso de apelación que interpusiera el Ministerio
Público, a pesar de que esa situación está expresamente regulada por la ley especial. En
el caso concreto, el artículo 608 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes preceptúa expresamente cuáles son las decisiones recurribles en apelación
y no establece que la que imponga una medida cautelar sustitutiva de prisión preventiva
sea impugnable a través de ese recurso… De la transcripción que antecede se desprende
cuáles son los fallos que admiten recurso de apelación en el proceso para establecer la
responsabilidad penal de un adolescente. Así, la decisión que impone una medida cautelar
sustitutiva de libertad no es recurrible, por cuanto no está dentro del catálogo legal. Por
ello, no podía la Corte señalar que la decisión era recurrible y a tenor de lo que preceptúa
el artículo 447.4 en concordancia con el artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal,
puesto que los veredictos recurribles en materia de proceso penal de adolescente están
expresa y taxativamente numerados en el artículo 608 de la ley Especial”.

– 141 –
Giovanni Rionero

“La Defensa Pública ante la Sala Constitucional, en representación


del adolescente cuyo nombre se omite por disposición de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes,
indicó como lesivo, el acto jurisdiccional que expidió la Corte
de Apelaciones de la Sección de Responsabilidad Penal de
Adolescentes del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui
el 8 de febrero de 2010, que revocó la decisión del Juzgado de
Municipio Simón Rodríguez del Estado Anzoátegui, el cual actúa
en función de Control de la Sección de Responsabilidad del
Adolescente, que impuso dos medidas cautelares sustitutivas
de la privativa de libertad al adolescente en la audiencia de
presentación.
La parte demandante fundamentó su solicitud de tutela
constitucional en el hecho de que, cuando los jueces de alzada
admitieron el recurso de apelación contra la decisión que había
impuesto dos medidas cautelares sustitutivas de la privación de
libertad, la revocaron e impusieron medida preventiva privativa
de libertad, se extralimitaron en sus funciones y violaron
el principio de legalidad, toda vez que ‘la referida Corte de
Apelaciones decretó tal detención aplicando una norma que no
es aplicable al Proceso Especial de Adolescentes’.
Sobre el particular, la representación del Ministerio Público indicó
que la imposición de la medida preventiva privativa de libertad no
vulnera los derechos constitucionales del adolescente imputado,
puesto que la Corte fundamentó su decisión en la aplicación
supletoria del Código Orgánico Procesal Penal, específicamente
en los artículos 374 y 447.4; además, la detención preventiva
se impuso para asegurar la comparecencia del imputado a
la audiencia preliminar, conforme al artículo 559 de la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes,
bajo la observancia de que los delitos que se le precalificaron
son pluriofensivos.
Para la decisión esta Sala observa:
Dispone el artículo 537 de la Ley Orgánica para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, lo siguiente:
‘Las disposiciones de este Título deben interpretarse y aplicarse
en armonía con sus principios rectores, los principios generales
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, del
derecho penal y procesal penal, y de los tratados internacionales,
consagrados en favor de la persona y especialmente de los o las
adolescentes.

– 142 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

En todo lo que no se encuentre expresamente regulado en este Título,


deben aplicarse supletoriamente la legislación penal, sustantiva y
procesal y, en su defecto, el Código de Procedimiento Civil’.
Al respecto, estima esta Sala que el precepto que se citó debe
analizarse de acuerdo con el espíritu, propósito y razón del
legislador, así como aplicarse en su integridad, puesto que
contiene la forma de interpretación y aplicación de la norma
adjetiva penal para los adolescentes en conflicto con la ley penal.
De la referida disposición normativa se desprende que los jueces
tienen dentro de sus facultades aplicar las leyes sustantivas
y adjetivas penal ordinaria o de derecho común para aquellas
situaciones que no estén reguladas en el proceso penal
del adolescente. Así pues, los operadores de justicia deben
considerar la aplicación de otras normas, de manera supletoria,
cuando la legislación especial no reglamente expresamente una
determinada situación.
Ahora bien, aprecia esta Sala que la Corte de Apelaciones de la
Sección de Responsabilidad Penal de Adolescentes del Circuito
Judicial Penal del Estado Anzoátegui hizo uso de artículos del
Código Orgánico Procesal Penal para la admisión y tramitación
del recurso de apelación que interpusiera el Ministerio Público,
a pesar de que esa situación está expresamente regulada por
la ley especial.
En el caso concreto, el artículo 608 de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes preceptúa
expresamente cuáles son las decisiones recurribles en apelación y
no establece que la que imponga una medida cautelar sustitutiva
de prisión preventiva sea impugnable a través de ese recurso.
En efecto, reza la ley:
‘Artículo 608. Apelación.
Sólo se admite recurso de apelación contra los fallos de primer
grado que:
a) No admitan la querella.
b) Desestimen totalmente la acusación.
c) Autoricen la prisión preventiva.
d) Pongan fin al juicio o impidan su continuación.
e) Decidan alguna incidencia en fase de ejecución que conlleve
a la modificación o sustitución de la sanción impuesta’.

– 143 –
Giovanni Rionero

De la transcripción que antecede se desprende cuáles son los


fallos que admiten recurso de apelación en el proceso para
establecer la responsabilidad penal de un adolescente. Así, la
decisión que impone una medida cautelar sustitutiva de libertad
no es recurrible, por cuanto no está dentro del catálogo legal.
Por ello, no podía la Corte señalar que la decisión era recurrible
y a tenor de lo que preceptúa el artículo 447.4 en concordancia
con el artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal, puesto
que los veredictos recurribles en materia de proceso penal de
adolescente están expresa y taxativamente numerados en el
artículo 608 de la ley Especial.
(…)
De lo anterior se colige que la Corte de Apelaciones de la Sección de
Responsabilidad Penal de Adolescentes del Circuito Judicial Penal
del Estado Anzoátegui, cuando declaró con lugar el recurso de
apelación y revocó el fallo del Juzgado de Municipio Simón Rodríguez
del Estado Anzoátegui que impuso al adolescente dos medidas
cautelares sustitutivas de la privativa de libertad en la audiencia
de presentación, incurrió en abuso de poder y se extralimitó en sus
funciones, puesto que admitió, tramitó y declaró con lugar el medio
recursivo contra una decisión que no es recurrible en apelación,
con lo cual desconoció el principio de impugnabilidad objetiva que
regula el proceso penal, en perjuicio del adolescente imputado.
En virtud de las consideraciones que se expusieron, esta
Sala Constitucional declara con lugar la pretensión de tutela
constitucional que se invocó contra la decisión que dictó el 8 de
febrero de 2010, la Corte de Apelaciones Sección de Responsabilidad
del Adolescente del Circuito Judicial Penal del Estado Anzoátegui,
la cual se anula. En consecuencia, queda firme la decisión dictada
el 27 de enero de 2010 por el Juzgado del Municipio Simón
Rodríguez, actuando en funciones de Control de Responsabilidad
Penal de la Sección de Adolescentes del Circuito Judicial Penal del
Estado Anzoátegui, extensión El Tigre. Así se decide.
Igualmente, visto el oficio del 8 de abril del presente año que fue,
consignado por el Ministerio Público en este acto, se insta a dicho
Juzgado a que, dentro de su competencia, proceda a revisar el
cumplimiento de las condiciones para el mantenimiento de las
medidas cautelares sustitutivas que fueron acordadas el 27 de
enero de 2010, para garantizar la continuación del proceso que
se le sigue al adolescente en la causa principal. Así, igualmente
se decide”.

– 144 –
EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

En nuestro criterio, los asertos asumidos supra por


las Salas Constitucional y de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia, sólo eran admisibles antes de la
Reforma de 2015 de la Ley Orgánica para la Protección
de Niños, Niñas y Adolescentes. Actualmente, tanto la or-
den judicial que acuerda la libertad plena del adolescente
como su sometimiento a una medida cautelar sustituti-
va, son decisiones que pueden ser apeladas en función
de lo previsto en el artículo 608 de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. Bajo esta
nueva visión, las modalidades de efecto suspensivo del
recurso de apelación de los artículos 374 y 430 del Código
Orgánico Procesal Penal, tienen plena cabida en el sistema
penal de responsabilidad de adolescentes.

II. EL EFECTO SUSPENSIVO EN EL JUZGAMIENTO DE LOS DELITOS


DE GÉNERO:
En materia de género no sólo damos por reprodu-
cidos los argumentos de aplicación e interpretación
supletoria que hemos expuesto supra para validar la
procedencia del efecto suspensivo en otros sistemas
de juzgamiento distintos a los dispuestos en el Código
Orgánico Procesal Penal, sino que la propia Sala Consti-
tucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia
suscrita en fecha 02 de mayo de 2016 (N° 331), adujo
literalmente lo siguiente:
“Visto entonces que el hecho generador del amparo sub lite gira
en torno a la falta de aplicación de la excepción prevista en
el artículo 374 del Código Orgánico Procesal Penal; esto es la
libertad condicional otorgada, mediante una medida cautelar
sustitutiva, al ciudadano Pedro José Lara Arrieta, quien fue
imputado en la audiencia oral de calificación de la flagrancia;
esta Sala declara que en los procedimientos por la comisión de
los delitos de violencia contra la mujer, es aplicable la señalada
disposición al procedimiento en flagrancia, previsto en el artículo
96 de la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a Una
Vida Libre de Violencia.

– 145 –
Giovanni Rionero

Así también, resulta pertinente para esta Sala Constitucional


declarar también aplicable la excepción a la libertad, prevista
en el artículo 430 del Código Orgánico Procesal Penal, en los
procedimientos seguidos en fase de juicio por la comisión de
delitos de violencia contra la mujer, a tenor de lo previsto
en la parte in fine del artículo 67 de la Ley Orgánica Sobre
el Derecho de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia,
que prevé la aplicación supletoria del ordenamiento penal
ordinario”.
Consecuencialmente, en resguardo de la previsión de
supletoriedad que prevé el artículo 67 de la Ley Orgá-
nica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre
de Violencia, las dos modalidades de efecto suspensivo
dispuestas en los artículos 374 y 430 del Código Orgá-
nico Procesal Penal, son perfectamente aplicables en el
juzgamiento de delitos de género.

– 146 –
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EL EFECTO SUSPENSIVO DEL RECURSO DE APELACIÓN INTERPUESTO
CONTRA EL AUTO QUE ACUERDA LA LIBERTAD DEL IMPUTADO

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