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DERECHO ROMANO

LOS MODOS DE EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES EN ROMA


(SITUACIÓN DEL DEUDOR Y EL ACREEDOR), HACER UNA
COMPARACIÓN CON LA LEGISLACIÓN ACTUAL
Toda causa que tiende a extinguir la obligación produce un efecto absoluto
para todos los acreedores y deudores, si recae sobre el objeto de la deuda, que
es uno: esto es lo que hemos visto para el pago Por el contrario, no produce
más que un efecto relativo y especial si no interesa más que la persona de un
acreedor o de un deudor, porque hay pluralidad de vínculos y, en este caso,
alcanza a un solo vinculo: así cuando uno de los codeudores es capile minutus,
los demás no quedan menos civilmente obligados por ello.(

Relaciones de los acreedores y de loa deudores correales entre sí.


El pago hecho por uno de los deudores correales les libra a todos, y que, hecho
a uno de los acreedores correales, extingue el derecho de todos. Puede
preguntarse, por consiguiente, si el coestipulante que ha sido pagado no debe
nada a sus coestipulantes, y si el que promete con otros que ha pagado no
tiene recurso contra los que prometieron con él.

En principio, la correalidad no da por si misma ningún derecho de recurso, sea


entre coestipulantes, sea entre copromitentes. Porque el acto en que varios
individuos han figurado reunidos en una estipulación, bien para preguntar, bien
para responder, no crea entre si ningún vínculo que autorice recursos
recíprocos. Sería un error decir que, por eso sólo de que ha pagado, un deudor
ha hecho las cosas de los demás y tiene contra ellos, para hacerse indemnizar,
la acción negotiorum gestorum contraria; porque la deuda que ha pagado era
también la suya.

Pero si, por sí misma, la correalidad no engendra ningún recurso, puede haber
entre los coestipulantes o entre los copromitentes otras relaciones susceptibles
de crearlo. Hablemos primeramente de los coestipulantes; después, de los
copromitentes.
En Roma los medios de extinción de las obligaciones eran: unos de derecho
civil y otros de derecho pretoriano. Los primeros extinguían las obligaciones
ipso jure y los segundos por vías de excepción. Los modos del derecho civil
eran: El pago, la novación, la aceptilacion, el mutuo disentimiento, la pérdida de
la cosa debida, confusión.

LOS MODOS IPSO DE EXTINCION: Estos se efectuaban por el ministerio de


la ley, el magistrado podía en un pleito, instancia in jure, dar por extinguida la
obligación. En estos casos se decía que había un medio de defensa y no
excepción perentoria, lo cual exigía un debate posterior. Conforme al artículo
1625 C.C. Colombiano: “Toda obligación puede extinguirse por una convención
en que las partes interesadas, siendo capaces de disponer libremente de lo
suyo, consientan en darla por nula. Las obligaciones se extinguen además, en
todo o parte:

1) Por la solución o pago efectivo;


2) Por la novación;
3) Por la transacción;
4) Por la remisión;
5) Por la compensación;
6) Por la confusión;
7) Por la pérdida de la cosa que se debe;
8) Por la declaración de nulidad o por la rescisión;
9) Por el evento de la condición resolutoria;
10) Por la prescripción.

En nuestro país y en virtud del artículo 1234 del Código Civil Dominicano las
obligaciones se extinguen por:

a) El pago,
b) La novación,
c) La quita o perdón de la deuda;
d) La compensación;
e) La confusión;
f) La pérdida de la cosa;
g) La nulidad o rescisión;
h) La condición resolutoria; y
i) La prescripción.

CONCEPTO Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL CONTRATO


Concepto
Los contratos en Derecho Romano son unas contenciones que están
destinadas a producir obligaciones y que han sido sancionadas y nombradas
por el Derecho civil.

Evolución histórica
Desde fines de la República se ha determinado el número de los contratos, y
se distinguen cuatro clases de ellos, según las formalidades que deben
acompañar a la convención: l. Los contratos verbis se forman con la ayuda de
palabras solemnes. No citaremos aquí más que el principal: la estipulación; 2.
El contrato litteris exige menciones escritas; 3. Los contratas re no son
perfectos sino por la entrega de una cosa al que viene a hacerse deudor. Son
el comodato o préstamo de consumo, el comodato o préstamo de uso, el
depósito y la prenda; 4. Por último, los contratos formados solo consensu, por
el solo acuerdo de las partes son: la venta, el arrendamiento, la sociedad y el
mandato. Toda convención que no figura en esta enumeración no es un
contrato; es un simple pacto que no produce en principio obligación civil.

Si es difícil precisar en que época se ha hallado definitivamente establecida


esta lista de contratos, es cierto que no data de los orígenes de Roma. En un
pueblo de costumbres sencillas y rudas, como las de los romanos de los
primeros siglos, los procedimientos empleados para ligar a dos partes que
quieren obligarse una con respecto a la otra debían ser poco numerosos y
llenos del formalismo que caracteriza a las legislaciones más antiguas. Lo es
sino por un progreso lento y continuo por lo que las formalidades primitivas de
que estaba rodeada la convención han debido simplificarse y por lo que el
Derecho Romano, sea por el perfeccionamiento de sus propias instituciones,
sea por prestación de los usos comunes de los pueblos vecinos, es decir, el jus
gentium, ha Ilegado a sancionar las cuatro clases de contratos vigentes en la
época clásica. Cuál ha sido el punto de partida de ese desarrollo histórico de
los contratos, y cómo se ha efectuado? Es ésta una cuestión oscura. Sin
embargo, los datos suministrados por los historiadores, ciertas disposiciones de
la ley de las XII tablas, y aun algunos textos de jurisconsultos, han permitido
formar una teoría, en la que la conjetura tiene ancho campo, y sobre la cual
está lejos de llegarse al acuerdo, pero de la que es necesario indicar los
principales rasgos.

Parece que las dos maneras más antiguas de obligarse que han estado en uso
entre los romanos fueron primeramente el nexum, que tenia por causa un
préstamo de dinero; después, la sponsio. Sin duda, se practicaron desde su
origen otras operaciones indispensables aun en una sociedad naciente. Pero
unas, tales como la venta y el cambio, se hicieron desde luego al contado; las
demás, como el depósito y el mandato, quedaban fuera de la esfera del
Derecho y hallaban su sanción en las costumbres.

El nexum se realizaba por medio del cobre y de la balanza, per aes el libram.
En una época en que los romanos ignoraban aun el arte de acuñar la moneda,
la cantidad de metal dada en préstamo se pesaba en una balanza tenida por un
libripens, investido, sin duda, de un carácter religioso, en presencia de cinco
testigos ciudadanos romanos.

Al lado del nexum, los ciudadanos romanos parecen haber empleado pronto la
Sponsio como medio de dar fuerza jurídica a las convenciones destinadas a
producir una obligación. Desde el siglo v, la sponsio consiste en una
interrogación del acreedor seguida de una respuesta hecha por el deudor por
medio del verbo apondere. Pero es difícil saber lo que era la sponsio primitiva y
cuál fue su origen. Unos la hacen proceder de una simplificación del nexum,
pues la nuncupatio habría llegado a ser suficiente para obligar. Pero, si era así,
¿por qué se habla suprimido la solemnidad del aes el libro, mientras que se
conservaba a título de símbolo en la mancipatio? Después la nuncupatio
emana del acreedor solo; en la sponsio, hay una pregunta y una respuesta: es
ésa una diferencia muy importante para que se pueda admitir entre esos dos
contratos una relación de filiación.

-FORMALIDADES DEL CONTRATO DE ACUERDO A SUS ELEMENTOS


BÁSICO.-
Además de las condiciones de validez especiales a cada contrato, hay unos
elementos que les son comunes, y que son esenciales a su existencia. Estos
elementos son: 1. El consentimiento de las partes; 2. Su capacidad; 3. Un
objeto válido.

1.- Del consentimiento.


Consentimiento es el acuerdo de dos o varias personas que se entienden para
producir un efecto jurídico determinado, este es el acuerdo base de todo
contrato. Para que pueda haber un acuerdo valedero, es necesario que la
persona tenga voluntad, el loco ni el niño pueden contratar. Tampoco hay
acuerdo cuando una de las partes ha cometido un error tal que en realidad no
está de acuerdo con la obligación que han querido contraer. Los romanos
consideraban que el error común era exclusivo del consentimiento en las
circunstancias siguientes:

a) Cuando las partes se equivocaban sobre la naturaleza del contrato.


b) Cuando las partes no entienden sobre el objeto mismo del contrato.

Siendo esto principios valederos, sea el contrato de buena fe o contrato de


derecho estricto. También puede ocurrir el error de que una de las partes se
engañe sobre la sustancia, es decir, sobre las calidades especiales que
constituían la naturaleza de una cosa (error in substancia) por ejemplo: vinagre
por vino; cobre por oro etc. En estas hipótesis, el acuerdo falta absolutamente,
pero hay otras donde el acuerdo existe pero adoleciendo de ciertos vicios que
han impedido a la voluntad manifestarse libremente, estos son: El dolo; la
violencia, aunque el derecho civil no los considera un obstáculo a la validez del
contrato.
2.- De la capacidad de las partes.
Para que un contrato sea válido es preciso que esté hecho entre personas
capaces. No debe confundirse la incapacidad con la imposibilidad de consentir.
El loco y el infante no pueden contratar, porque no tienen voluntad y porque no
pueden consentir. Los incapaces, por el contrario, gozan de su libre albedrío, y
pueden manifestar seriamente su voluntad; pero el Derecho civil, por razones
diversas, anula su consentimiento. La capacidad es, pues, la regla; la
incapacidad es la excepción, y no existe sino en la medida en que es
pronunciada por el Derecho. Hay incapacidades especiales en ciertos
contratos. No hablaremos aquí más que de las incapacidades generales. Unas
alcanzan a las personas libres, y tienen por causa, lo más frecuentemente, la
protección del incapaz; son las que derivan de la falla de edad, de la
prodigalidad y del sexo.

3.- Del objeto


El contrato, formado por el acuerdo de personas capaces, debe aún, para ser
válido, tener un objeto que reúna ciertos caracteres. En principio, el objeto de
un contrato consiste en la creación de una o varias obligaciones. Pero si una de
esas obligaciones es nula, por defecto de un objeto válido, el contrato mismo
está afectado de nulidad. Se puede, pues, de hecho confundir sin
inconveniente el objeto del contrato y el objeto de la obligación. Por otra parte,
hemos visto ya que el objeto de la obligación consiste esencialmente en un
hecho del deudor. Para que este hecho pueda ser válidamente el objeto de una
obligación, debe reunir ciertas condiciones.

 Debe ser posible.


 Debe ser lícito.
 Debe constituir para el acreedor una ventaja apreciable en dinero.
 Debe ser suficientemente determinado, pues es necesario que deba ser
preciso para que haya más certidumbre y claridad.

- LA CONTRATACIÓN EN ROMA
El contrato era entre los romanos toda convención destinada a producir
obligación, aunque el derecho natural reconocía que si el objeto de la
convención era lícito, aquel que se había comprometido libremente, estaba
obligado, porque toda convención lícita era legalmente obligatoria, pero el
derecho romano jamás admitió ese principio de forma absoluta y aun en la
época de Justiniano, por los días finales del imperio, el simple pacto, no
bastaba para crear la obligación civil.

El derecho civil solo reconocía la obligatoriedad si esta estaba acompañada de


ciertas formalidades, que dieran fuerza y certidumbre al consentimiento de las
partes, para así evitar pleitos y encerrar los límites precisos de las voluntades.
Estas formalidades consistían en; palabras solemnes, menciones escritas y la
remisión de una cosa hecha por una de las partes a la otra. Aunque con el
paso de los años, con el ensanchamiento del imperio el cual añadía más y más
territorios, ensanchando a su vez sus posibilidades comerciales, muchas de
estas reglas fueron siendo derogadas en beneficio de los negocios practicados
entre los ciudadanos y entre estos y los peregrinos los que lograron así
negociar más fácilmente entre ellos.

-CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS ATENDIENDO A LOS DIVERSOS


CRITERIOS: CONTENIDO, FORMA, SUJETOS OBLIGADOS, ORIGEN,
ONEROSIDAD, CAUSA Y RECONOCIMIENTO.
Según el Desarrollo Histórico:
Contratos formales
Aquellos que para su celebración era necesario ciertas formalidades: Los
Verbis y los Litteris.

Contratos no formales:
Aquellos que no era necesaria la aplicación de un modelo formal para su
celebración: Los contratos Consensuales, los Reales.

Según el origen
 IURIS CIVILIS: Estos contratos eran exclusivos de los ciudadanos romanos.
 IURIS GENTIUN: Este tipo de contratos solo podían ser celebrados entre
extranjeros.

Según sus efectos


 UNILATERALES: En este tipo de contratos solo la obligación nace para una
de las partes vinculadas.
 BILATERALES: las obligaciones eran para ambas partes del contrato.
Ejemplo: La compra-venta.

Según los poderes de apreciación


 Contratos de buena fe: En este tipo de contrato, todo se debía arreglar de
acuerdo a la equidad. Las sanciones para este tipo de convención llevaban un
nombre distinto para cada contrato.
 Contratos de derecho estricto: Proviene del derecho romano primitivo y
revelan un carácter fuertemente religioso. Estos son: el Mutuum, el Litteris y la
Estipulación. Estos tenían por sanción la condictio, para arreciar la medida de
la obligación, el Juez se atenía a la misma letra del contrato, sin considerar
ninguna equidad.

Según su calificación
CONTRATOS NOMINADOS: Son aquellos que tienen como características el
objeto mismo y se considera que están reglamentadas en leyes generales
además tiene la característica de lo que son obligaciones de dar, en este
sentido, es necesario acudir a las observaciones que a este respecto hizo Gayo
en su obra Las Institutas, ya que poseía esta tal exactitud para aquel entonces
que llegó incluso a otorgársele la categoría de norma en el año 426 d.C. siendo
este un manual de derecho más que una ley consideraba a los contratos en
cuatro categorías y entre ellas están:

a) Contratos “Re” o Reales: Iban referidos a las cosa de ahí su denominación


“re”, según este orden de ideas, es necesario entregar la cosa para que el
contrato se efectué. Se consideraba dentro de este aspecto el mutuo, pues
partimos de que para recibir una cosa es necesario entregar otra, es decir,
entregamos una cosa con el ánimo de transferir su dominio para luego recibir
otra de igual naturaleza.
• Mutuum o Mutuo: Es un contrato real, unilateral y de derecho estricto por el
que una persona, llamada mutuario, que ha recibido de otra, llamada mutuante,
una cierta cantidad de dinero o cosas fungibles se obliga a devolver la misma
cantidad del mismo género y calidad. Es un contrato real porque se caracteriza
por la entrega de la cosa. Es unilateral porque únicamente hace surgir
obligaciones a cargo de una de las partes (mutuario) y la obligación que surge
para él es la de devolver al término del contrato en el plazo establecido, la
cantidad recibida. La función económico-social del mutuo es la de ser un
préstamo de consumo. Era de derecho estricto porque estaba protegido por la
actio certae creditae pecuniae cuando era una cantidad de dinero y la condicitio
triticaria cuando se había entregado bienes fungibles. Parece ser que el origen
histórico del mutuum fue el préstamo.
• Comodato: Es un contrato real, bilateral imperfecto, de buena fe y gratuito por
el que una persona, llamada comodante, entrega a otra, llamada comodatario,
una cosa mueble o inmueble para que la utilice y la restituya pasado un
determinado plazo. Es un contrato real porque se caracteriza por la entrega de
la cosa. Es bilateral imperfecto porque hace surgir siempre obligaciones a
cargo de una de las partes, el comodatario, y sólo eventualmente sobre el
comodante. Es de buena fe porque está protegido por una acción de buena fe.
Es gratuito porque desde su origen se basa en relaciones de amistad.
• Deposito: El contrato de depósito es un contrato real bilateral imperfecto
(dominio) y de buena fe por el cual una persona llamada deponente entrega a
otra llamada depositario una cosa mueble con el fin de que la guarde y la
custodie. De ahí que los romanos decían "depondré, commedare, sarvadorum,
custudindum, dare"(el depósito se da para encomendar, guardar y custodiar.
Cabe señalar que el objeto del depósito es precisamente la datio, pero en este
caso no significa transmisión de una cosa , ni convierte al depósito únicamente
confiere la tendencia a través de una interdicción es decir, un juicio de
interdicción, ya que la tenencia real que tiene el depositario únicamente
significa detentar la cosa.
• Pignus o Prenda: Los romanos la denominaron con el nombre de pignus y era
un derecho real sobre cosa ajena en calidad de garantía es decir era una
transmisión que se hacía de una cosa mueble al acreedor de una obligación y
dicho acreedor tenía la facultad de conservar la cosa hasta que fuera
satisfecha la obligación. En cuanto la hipoteca los romanos igualmente le
llamaron pignus en el cual el acreedor tenía derecho de hipotecar bienes
inmuebles de su deudor para garantizar el cumplimiento de una obligación

b) Contratos “Verbis” o Verbales: Es un contrato nominado el cual se celebraba


de manera verbal mediante y se hacía a través de palabras sacramentales las
cuales eran consideradas como el nervio puntual de la doctrina clásica de las
obligaciones es la cual se llevaba de manera verbal mediante una pregunta del
acreedor y una respuesta congruente del deudor. El contrato verbal típico se
conocía como “stipulatio”.
• Fianza: Es un contrato verbis, accesorio y de derecho estricto, en virtud del
cual una o más personas responden de una obligación ajena,
comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o parte si el
deudor no cumple. En sí, es una obligación accesoria por medio de la cual una
persona se obliga a responder con lo suyo por una deuda ajena.
• Senadoconsulto Veleyano: A fines de la República, cuando la mujer adquirió
libertad, a consecuencia de la desaparición de la “manus” y el debilitamiento de
la tutela, las mujeres, según Ulpiano, fueron seducidas y engañadas en
muchos casos por la debilidad de su sexo. El senadoconsulto Veleyano
prohibió a las mujeres obligarse en beneficio ajeno.
• Stipulacion: Es una promesa oral de realizar una prestación, consistía en una
pregunta formulada por el acreedor o estipulante (stipulator) seguida de una
respuesta afirmativa hecha por el deudor o promitente (promissor). Esta
institución más que un contrato era una forma de contratar a la que se recurría
para darle fuerza obligatoria a cualquier obligación que tenía por objeto la
entrega de una suma de dinero. La Stipulatio estaba reservada para solo
ciudadanos romanos y esto se explica por su origen religioso. Esta forma de
solemnidad contractual, fue la más usada en roma por lo menos hasta la época
clásica. Tradicionalmente fue un contrato oral, pero no se impedía que
estuviera acompañado de un documento escrito que serviría como elemento
probatorio. Para finales del imperio (472 d.C.) se convirtió en contrato escrito.
Dentro de este contrato se dio la Adstipultio, que consistía en que se nombraba
un adstipulator que figuraba como un acreedor accesorio que goza de la
confianza del acreedor principal y del cual este se sirve para cobrar el crédito.
El adstipulator era una persona de confianza que podía demandar en justicia al
deudor.
• Nexum: Para la mayor parte de los romanistas en la época arcaica el Nexum
no represento una obligación en sentido técnico-jurídico sino un modo de
vinculación del deudor al acreedor por cuya virtud el deudor se mancipaba o
entrega el mismo en prenda en favor del acreedor. El carácter de vinculo de
sujeción personal que el nexum implicaba fue no obstante abolido por la lex
poetelia papiria del año 326 a.C. El nexum se realzaba mediante el cobre y la
balanza (per cu libram), pues los romanos de ese tiempo no conocían del
acuñamiento de las monedas. Este sistema funcionaba pesando la cantidad del
metal en una balanza sostenida por un "Libripens" quien quizás era alguna
autoridad religiosa, en presencia de cinco testigos, ciudadanos púberes
romanos. Luego de la aparición de la moneda de plata, se hizo innecesario
este sistema, pues la moneda llevaba intrínsicamente su valor impreso. El
nexum solo se libraba mediante un pago especial, acompañado de la
solemnidad "aes et libra" así como también de una nuncupatio.
• Promissio Iurata Liberti: Consistía en una promesa juramentada por medio de
la cual el liberto (esclavo manumitido por justa y legitima, ya por testamento,
vindicta o por censo) se comprometía a efectuar determinadas obras a favor de
su patrono (antiguo amo). Antes de manumitirlo el amo le hacía prestar al
futuro hombre libre un juramento obligatorio, el cual era seguido, luego de la
manumisión, por un segundo juramento, pues se pensaba que el primero,
hecho cuando aún era esclavo, no tenía completa exigibilidad. Se exigía por
medio de la actio operarum.
• Dictio Dote: Se trata de una promesa solemne de dote que podía ser hecha
por la mujer misma que iba a contraer matrimonio, o por un tercero (o un
deudor de ella), o por su pater y estaba dirigida a especificar que bienes
constituían la dote. "La promesa podía ser "ticio la dote que te daré, será de
cien sólidos de oro". Por ser una sola persona la que hablaba, se le
denominaba un contrato Uno Loquente, no hay una pregunta y una respuesta,
sino una enunciación de una formula solemne de un promitente.
c) Contratos “Literis” o Escritos: Eran contratos literis aquellos que se hacían
por escrito, quedando plasmados en un libro especial llamado “codex” que
podían llevar únicamente los ciudadanos romanos, siendo para estos un deber
hacerlo.
• Transcripticium: La transcriptio o namen transcripticium en el contrato literal
de la época clásica de las obligaciones y dicha obligación literal se funda en las
anotaciones que hace el pater familias en su libreta de cuentas llamada Codex
Accepti el Expensi (libro de ingresos y egresos), es decir el pater familias a
manera de comerciante actual anotaba en su Accepti las cantidades que sus
deudores le pagaban y en su Expensi las cantidades que pagaba a sus
acreedores.
• Chirographa y Syngrapha: el “chirographum” era un compromiso del deudor
de pagar una cantidad determinada de dinero, que conservaba el acreedor. El
“syngraphum”, era redactado en dos ejemplares, llevaba el sello del acreedor y
del deudor, y cada una de las partes conservaba un ejemplar.
• Exceptio Non Numeratae Pecuniae: cuando una persona se dirigía en
solicitud de un préstamo de dinero a un banquero o a un prestamista, este le
exigía la promesa de que la suma en referencia le seria devuelta en el plazo
que convinieran, utilizando para esto una estipulación o un contrato litteris, que
realizaban antes de entregarle la cantidad pedida por el prestario.

d) Contratos “Solo Consensus” o Consensuales: Se comprendían en esta


clasificación aquellos contratos en los que se contraían las obligaciones por el
mero consentimiento tal era el caso de la compraventa, las sociedades, etc.

Las obligaciones en estos casos no requerían formulas sacramentales, o


anotaciones especiales, era suficiente que las partes convinieran en hacer el
contrato para que este tuviera validez, aun estando ausentes por medio de
mensajero s o cartas; imposibilidad a la que se encontraban ligados los
anteriores, además aparece el principio de reciprocidad ya que las partes
quedaban obligadas a una prestación en virtud de otra.
• Arrendamiento o Locatio: es un contrato consensual por medio del cual una
persona se obliga a procurar a otra el goce pacífico y temporal de una cosa, a
prestarle sus servicios, o a ejecutar para ella un trabajo, mediante una
remuneración en dinero, llamada “merces”.
Se designaba a este contrato por el nombre de “locatio-conductio”. Pues el
que se obligaba a suministrar la cosa o prestaba el servicio era el “locutor”
(arrendador) y tiene contra la otra parte la acción “locati” o “ex-locato”. El que
debe el precio de alquiler o “merces”, es el “conductor” (arrendatario) y puede
ejercitar contra el locutor la acción “conduciti” o “ex-conducto”.
• Compra-Venta o Emptio Venditio: era un contrato consensual en virtud del
cual una persona denominada vendedor (venditor) se obliga a procurar la
posesión pacífica y duradera de una cosa a otra persona denominada
comprador (emptor), quien a su vez le obliga a transmitirle al primero la
propiedad de una suma de dinero, a la cual se da el nombre de precio.

La compra-venta era por tanto entre los romanos un contrato no formal cuya
finalidad era el cambio de cosas por dinero y del cual surgían obligaciones para
las dos partes, para el vendedor entregar la cosa y procurarle la posesión
pacifica de ella al comprador, y para este la de pagar el precio.
• Precio o Pretium: para que la venta fuera valida, era necesario que
consistieran dinero y que fuera cierto y serio; y en el derecho justinianeo se
exigió además que fuera justo.

El precio no podía consistir en una cosa cualquiera, sino en una suma de


dinero (pecunia numerata). Es esto lo que distingue la venta del cambio o
permuta del cual ha nacido y del cual no es más que una forma especial. En
efecto, cuando la moneda era desconocida cada uno adquiría las cosas que
necesitaba entregando como equivalente otras que no les eran útiles. Pero esta
operación ofrecía el inconveniente de que era difícil encontrar cosas que les
convinieran recíprocamente y por las dificultades de la compensación entre
objetos de distinta naturaleza y valor.
• Sociedad o Societas: es un contrato consensual en virtud del cual dos o más
personas (socios) se obligan recíprocamente a aportar sus bienes o su
industria, con el fin de realizar operaciones comunes y obtener así ventajas
económicas que los beneficie a todos.
• Mandato: era un contrato consensual en virtud del cual una persona
denominada mandatario se obliga gratuitamente con otra, llamada mandante, a
prestarle un servicio o a ocuparse de la gestión total de su patrimonio.
Este contrato era de gran utilidad, ya que permitía a una persona que
estuviera físicamente impedida o ausente de un determinado lugar, realizar los
actos que fueran necesarios a la administración de sus bienes.

2. CONTRATOS INNOMINADOS: Es la convención que se hace obligatoria y


se transforma en contrato cuando una de las partes cumple su prestación; a
partir de este momento la otra parte queda obligada a cumplir con la suya.
Tiene como características un hacer, una prestación de servicios y se
considera que está reglamentada en leyes específicas además también se les
conoce con el nombre de contratos atípicos porque carecen de alguna
legislación, entre ellas están:
a) Permutatio o Permuta: es un contrato por el cual una persona transmite a
otra la propiedad de una cosa, obligándose está a transmitirle a su vez, a la
primera, la propiedad de una cosa diferente. Es el contrato innominado que
consiste en el cambio o trueque de una cosa por otra, pertenece al género de
“do ut des”.

b) Stimatium o Estimación: es el contrato por el cual una persona entrega a otra


una cosa, cuyo precio estima, para que la venda y le entregue el precio fijado, o
se la devuelva intacta si no ha podido venderla. Este contrato que es conocido
en el derecho moderno con el nombre de consignación o comisión, se
perfeccionaba con la entrega de la cosa por parte del comitente al comisionista,
pero la propiedad de la cosa solo se transmitía al comisionista cuando pagaba
el precio producto de la venta.

c) Precarium o Precario: es el contrato por el cual una persona entrega a otra, a


solicitud de esta, la posesión de una cosa determinada en forma gratuita para
ser restituida al primer reclamo.

d) Transactio o Transacción: contrato clásico innominado hago para que hagas


por el cual las partes se hacían concesiones recíprocas a efecto de evitar las
controversias o bien terminar un litigio pendiente, era un medio de extinguir las
obligaciones por un acuerdos de voluntades entre dos o más personas que no
han sido sancionadas por el derecho civil romano y por tanto no entraban en la
categoría de los contratos.

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