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Pero si, por sí misma, la correalidad no engendra ningún recurso, puede haber
entre los coestipulantes o entre los copromitentes otras relaciones susceptibles
de crearlo. Hablemos primeramente de los coestipulantes; después, de los
copromitentes.
En Roma los medios de extinción de las obligaciones eran: unos de derecho
civil y otros de derecho pretoriano. Los primeros extinguían las obligaciones
ipso jure y los segundos por vías de excepción. Los modos del derecho civil
eran: El pago, la novación, la aceptilacion, el mutuo disentimiento, la pérdida de
la cosa debida, confusión.
En nuestro país y en virtud del artículo 1234 del Código Civil Dominicano las
obligaciones se extinguen por:
a) El pago,
b) La novación,
c) La quita o perdón de la deuda;
d) La compensación;
e) La confusión;
f) La pérdida de la cosa;
g) La nulidad o rescisión;
h) La condición resolutoria; y
i) La prescripción.
Evolución histórica
Desde fines de la República se ha determinado el número de los contratos, y
se distinguen cuatro clases de ellos, según las formalidades que deben
acompañar a la convención: l. Los contratos verbis se forman con la ayuda de
palabras solemnes. No citaremos aquí más que el principal: la estipulación; 2.
El contrato litteris exige menciones escritas; 3. Los contratas re no son
perfectos sino por la entrega de una cosa al que viene a hacerse deudor. Son
el comodato o préstamo de consumo, el comodato o préstamo de uso, el
depósito y la prenda; 4. Por último, los contratos formados solo consensu, por
el solo acuerdo de las partes son: la venta, el arrendamiento, la sociedad y el
mandato. Toda convención que no figura en esta enumeración no es un
contrato; es un simple pacto que no produce en principio obligación civil.
Parece que las dos maneras más antiguas de obligarse que han estado en uso
entre los romanos fueron primeramente el nexum, que tenia por causa un
préstamo de dinero; después, la sponsio. Sin duda, se practicaron desde su
origen otras operaciones indispensables aun en una sociedad naciente. Pero
unas, tales como la venta y el cambio, se hicieron desde luego al contado; las
demás, como el depósito y el mandato, quedaban fuera de la esfera del
Derecho y hallaban su sanción en las costumbres.
El nexum se realizaba por medio del cobre y de la balanza, per aes el libram.
En una época en que los romanos ignoraban aun el arte de acuñar la moneda,
la cantidad de metal dada en préstamo se pesaba en una balanza tenida por un
libripens, investido, sin duda, de un carácter religioso, en presencia de cinco
testigos ciudadanos romanos.
Al lado del nexum, los ciudadanos romanos parecen haber empleado pronto la
Sponsio como medio de dar fuerza jurídica a las convenciones destinadas a
producir una obligación. Desde el siglo v, la sponsio consiste en una
interrogación del acreedor seguida de una respuesta hecha por el deudor por
medio del verbo apondere. Pero es difícil saber lo que era la sponsio primitiva y
cuál fue su origen. Unos la hacen proceder de una simplificación del nexum,
pues la nuncupatio habría llegado a ser suficiente para obligar. Pero, si era así,
¿por qué se habla suprimido la solemnidad del aes el libro, mientras que se
conservaba a título de símbolo en la mancipatio? Después la nuncupatio
emana del acreedor solo; en la sponsio, hay una pregunta y una respuesta: es
ésa una diferencia muy importante para que se pueda admitir entre esos dos
contratos una relación de filiación.
- LA CONTRATACIÓN EN ROMA
El contrato era entre los romanos toda convención destinada a producir
obligación, aunque el derecho natural reconocía que si el objeto de la
convención era lícito, aquel que se había comprometido libremente, estaba
obligado, porque toda convención lícita era legalmente obligatoria, pero el
derecho romano jamás admitió ese principio de forma absoluta y aun en la
época de Justiniano, por los días finales del imperio, el simple pacto, no
bastaba para crear la obligación civil.
Contratos no formales:
Aquellos que no era necesaria la aplicación de un modelo formal para su
celebración: Los contratos Consensuales, los Reales.
Según el origen
IURIS CIVILIS: Estos contratos eran exclusivos de los ciudadanos romanos.
IURIS GENTIUN: Este tipo de contratos solo podían ser celebrados entre
extranjeros.
Según su calificación
CONTRATOS NOMINADOS: Son aquellos que tienen como características el
objeto mismo y se considera que están reglamentadas en leyes generales
además tiene la característica de lo que son obligaciones de dar, en este
sentido, es necesario acudir a las observaciones que a este respecto hizo Gayo
en su obra Las Institutas, ya que poseía esta tal exactitud para aquel entonces
que llegó incluso a otorgársele la categoría de norma en el año 426 d.C. siendo
este un manual de derecho más que una ley consideraba a los contratos en
cuatro categorías y entre ellas están:
La compra-venta era por tanto entre los romanos un contrato no formal cuya
finalidad era el cambio de cosas por dinero y del cual surgían obligaciones para
las dos partes, para el vendedor entregar la cosa y procurarle la posesión
pacifica de ella al comprador, y para este la de pagar el precio.
• Precio o Pretium: para que la venta fuera valida, era necesario que
consistieran dinero y que fuera cierto y serio; y en el derecho justinianeo se
exigió además que fuera justo.