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Caso 2. Subculturas.

En India se ha desarrollado una subcultura entre empleados de los centros internacionales de


llamadas establecidos por las corporaciones multinacionales. Para atender a los clientes de
Estados Unidos y Europa, los jóvenes que trabajan allí deben hablar muy bien inglés. Pero
las corporaciones que los emplean exigen más que fluidez en una lengua extranjera; esperan
que los empleados indios adopten hábitos de trabajo y valores occidentales, como las
agotadoras jornadas que dan por hecho los trabajadores en Estados Unidos. A cambio, ellos
ofrecen gratificaciones como cenas de estilo occidental, bailes y codiciados bienes de
consumo.
De manera significativa, permiten a los empleados tomarse el día solo cuando hay días
festivos en Estados Unidos, como el Día del Trabajo y el Día de Acción de Gracias, y no en
India, como el Diwali, el festival de las luces hindú. Mientras que muchas familias celebran
en casa, los empleados del centro de llamadas solo se ven entre sí; cuando tienen el día libre,
nadie más está disponible para socializar con ellos. Como resultado, estos empleados han
formado una subcultura muy unida, basada en el trabajo arduo y el gusto por los bienes de
lujo y los pasatiempos occidentales.
Cada vez más los trabajadores de los centros de llamadas son objeto de crítica de los indios
que viven estilos de vida más convencionales centrados en la familia y la tradición de
festividades. En respuesta a esta opinión pública negativa, el gobierno del Estado indio
donde se encuentran los centros de llamadas, prohibió a las escuelas la enseñanza del inglés
en lugar del kannada, el idioma local. A comienzos de 2008, cerca de 300,000 estudiantes se
vieron afectados por la medida (Chu, 2007; Kalita, 2006).
Otra característica compartida entre algunos empleados de los centros de llamadas en India
es su displicencia hacia los clientes. Debido a este trabajo monótono y repetitivo que hacen
cada día, cientos de miles de estos trabajadores han llegado a ver a los estadounidenses
anónimos que atienden como unos clientes lentos y a menudo descorteses. Como se
describe en el libro Una noche en el centro de llamadas, los nuevos aspirantes aprenden
rápidamente la “regla 35 = 10”, que significa que el CI de un estadounidense de 35 años
equivale al CI de un niño indio de 10 años. Tales interpretaciones compartidas corroboran
esta subcultura emergente (Bhagat, 2007; Gentleman, 2006).

Empleadas de un centro internacional de llamadas en Simla, India, comparten después de


un turno de siete horas en el teléfono. Estos empleados, quienes se aíslan de los demás
indios por su adhesión a los días festivos occidentales y horas de trabajo diferentes, han
formado una subcultura muy unida, basada en parte en su inclinación por los bienes de
consumo de estilo occidental.

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