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| Pre | Ya wi ma a = uw a ws Sé que estas alli Tivol Nectar se so) ip Ie QW Sé que estas alli Lydia Carreras de Sosa EDELVIVES Escaneado con CamScanner UNO Los chicos que caminaban hacia la escuela desde todas las direcciones tenfan la piel tostada, la marcha briosa y, en las risas, restos de vacaciones y holgazaneria feliz. Elsol de marzo todavia calentaba, pero las hojas de los fresnos que bordeaban la calle amarilleaban. Se aproxi- maba el fin del verano. Emesto Moncadas detuvo el auto a una calle de la escuela porque no le gustaban las contravenciones —estacionar en doble fila, aunque fuera por un mi- nuto, seguia siendo una infraccion, después de todo—. Les record6 a sus hijos, Rosendo y Mariane- la, que tendrian que volver solos a casa porque ten- dria un dia complicado con el banco. Les dese6 suer- te en su primer dia lectivo y, como al pasar, saco un. brazo por la ventanilla y sacudi6 los dedos hacia la Escaneado con CamScanner nifia, que, con una mueca de fa, celular. —No sé como se da cuenta —mumurg futiosy Rosendo se rio entre dientes, : —En primer lugar, Stidio, Je tendig 7 Porque sos Previsible, Y des. pués, creo que se amriesga. ¢Para qué lo "AES Si no Jp podés encender en Clase? En la Teuni On dejaron bien claro que los de la Primaria no deby fe Una emer. Seticia y vos, que Yo sepa... —Juliana estg Por iy Invitarme a sy cum, —Y eso, esta claro, » eS una emergencia. ‘0S ojos negros de su abuela liba- Y tenia el pelo oscuro y hubo €Pocas en las teglamentaciones Marianela, POF su parte, tenia e] pelo castay hasta los hombros, sie Alllegar a la esquina se separaron Porque Rosendo estaba en segundo atio y entraba por 'a calle Dortego, 8 ~ Escaneado con CamScanner Marianela, que estaba en el tiltimo afio de la primaria, seguia entrando por la avenida Francia. En el interior del edificio, una galeria ensamblaba las dos areas de la escuela privada, no confesional y mixta General Ma- nuel Belgrano, a la que asistian desde su primer dia en el jardin infantil. " La institucién habia aceptado el ingreso de mujeres hacia pocos afios y, contra todos los pronésticos, la comunidad escolar se habia adaptado bien. Al princi- pio fueron un. puriado. Los varones, desconcertados, se hicieron a un lado para ver qué actitud adoptaban esas revolucionarias de faldas cortas, insurrectas que nunca bajaban la vista. Pero, al cabo de un atio, las diferencias se habian zanjado y comenzaron a perfilar- se algunos noviazgos y muchisimas amistades. Rosendo se dirigié a su aula, la misma del afio an- terior, y saludé a sus amigos con palmadas 0 chocando las manos. A las chicas les dio un beso. Un dia antes, con los discursos, el himno y la cere- monia, no habian tenido tiempo de hablar. Ahora, el apuro por contarse todas las novedades los juntaba en grupos desordenados y bulliciosos. Como si no tuvie- ran nueve meses por delante. Alli estaba Josefina Puntillado, sonriéndole con la dulzura de sus ojos grises y sus pestatias oscuras; alta y bella con su pelo rojo enrulado, atado con una cinta floja. «Evidentemente, ha tomado la decision de volver a sentarse conmigo —pens6 Rosendo— porque ya esta en su lugar. Qué suerte». Escaneado con CamScanner gq A las ocho menos cuarto en punto entro al aula Carlos Maria Torres, el nuevo profesor de Geografig, Un bislogo marino alto, moreno y robusto al que Ila. maban Jacques Cousteau, A sus espaldas, claro, Aun. que de haberlo sabido, probablemente se habria sen. tido halagado, No conocia a nadie, de manera que, medida que iba leyendo los nombres, cada uno levan. taba la mano y se dejaba ofr con formulas del Lipo «Aqui, seniors. Torres se limitaba a mirar a cada alum. no por un segundo, —Rosendo Moncadas. —Presente, sefior. El profesor alz6 la vista rapido. Achicé los Ojos, —jPerdon? —Presente, sefior —repitio el chico, Poniéndose de pie y mirandolo de frente. Tras un breve gesto de duda, Torres volvi6 a la lista. Josefina code6 a su compafiero levemente y los dos inclinaron la cabeza para ocultar una sontisa, Rosendo estaba acostumbrado a que la gente le echara un segundo vistazo sorprendido cuando lo escuchaban hablar por primera vez. Aunque «acostum- brado» no era la palabra. Estaba tesignado, no acos- tumbrado. Tenfa voz de pito, un trastorno de las cuer- das vocales relacionado con la posicién de la laringe, la mutacion de la voz y otras cosas. Su médico le habia dicho que debia esperar a desarrollarse antes de co- menzar cualquier tratamiento, Cada vez que estaba por vivir una situacién en la que su timbre de voz se convertfa en una novedad, se 10 : Bi os a Escaneado con CamScanner —— paraba mentalmente. Llevaba anos haciéndolo pre) \ a partit de los tres 0 cuatro afios hasta las porgue t as de jardin le pedian que se callara, pues su voz macs! «taladraba los ofdos, De modo que Rosendo apren- dioaha ablar solo lo necesario, a no cantar ni las rondas ni los villancicos, & + mimica durante el Himno Nacional y a evitar juegos que requirieran un grito, como el escondite, sin ir mas lejos. En cuanto a las giuaciones mas formales, se defendia bien gracias a un consejo de su abuelo: debia ponerse de pie y mantener ja mirada firme, sin pestafiear, si era posible. También habia leido acerca de hombres famosos con el mismo problema. Manuel Belgrano, por ejem- plo; Napoleon Bonaparte, aunque en un grado menor, y Francisco Franco, el dictador de Esparia, que también tenia voz aflautada cuando perdia los estribos. Pero todo eso no le alcanzaba a Rosendo. ll Escaneado con CamScanner Lucia Prada se miro en el espejo una vez més, se arregls ntas de los dedos y sacudis |, el flequillo con las pu aba los hombros. Se sentia bien melena oscura que le rozi con el conjunto nuevo de pantalon y chaqueta azul marino con una camisa de seda blanca. Quiza fuera buena idea evar un chal. El blanco liviano era, sin ninguna duda, la eleccion adecuada. Para finales de abril, algunas tardes ya eran frescas. Antes de salir de su cuarto se asegur6 de llevar en la cartera todo lo que necesitaria hasta las seis y echo un vistazo a su reloj. Las ocho y media. Apenas el tiempo justo para no llegar tarde a la reunion. ; Desde su separacion de Ernesto Moncadas, hacia tes sbi bch sto ehero para quel PS n disefiadora de moda funcionara. 12 Escaneado con CamScanner | i cierto es que llevaba afios trabajando en el tema pero no gintid la necesidad de dedicarse a ello seriamente hasta que no vio a su marido salir de la casa con dos maletas enormes y toda la amargura del mundo en los ojos. Con respecto a la relacion en sf, se levaba mejor con Ernesto ahora que estaban separados. Cenaban juntos, con los nifios, varias veces por semana. Su ex marido pasaba a buscar a los chicos a la escuela siem- pre que podia, los llevaba de vacaciones en invierno y siempre estaba interesado por las actividades de Ma- rianela y por los rompecabezas y puzles de Rosendo. No se le podia reprochar nada. O casi nada, que para Lucia no era lo mismo, pero mas 0 menos. Mientras bajaba las escaleras oy6 a Juanita movién- dose en la cocina. Como de costumbre, habia despa- chado los nifios hacia una hora con un buen desayuno, una mirada atenta a los uniformes impecables y dos besos soplados desde la puerta de la casa. —Buenos dias, Juanita. —Buenos dias, sefiora Lucia. Como amanecio. Esto tiltimo sonaba asi, sin interrogacion, porque no era una pregunta sino una formula de cortesia aprendida y repetida de manera mecanica, pero que conservaba el respeto y el afecto. Juanita reservaba su «C6mo amanecié» para unos pocos. —Algo livianito para el almuerzo, por favor, que Ros anda otra vez con el tema del estomago. Hay una mancha en la mampara de mi bafio, fijate con qué Puede salir. Al mediodfa te van a traer unas muestras de bolsos para la préxima temporada. 13 Escaneado con CamScanner ndo no se sentia bien esta mahiana tampog . asa este ano. Tiene que ser laescuela ~dij Nost ant Fondo una taza de café y empujando con eae Jos dedos un platito con tarta, : psin sentarse, Lucta tomo un sorbo de café y la miro, —jEscuchaste lo que te dije? —Por supuesto, sefora. —Bueno, de lo otro me encargo yo, que Soy Ig madre. Y me parece que exagers. En la escuela Je Va bien. Ademas, hace un mes y medio que empezaron las clases, ¢qué problemas puede tener? Sera que esta creciendo. Esta semana tenemos cita con el doctor Celoria. El jueves, a las cinco, haceme acordar. Este café esta aguado. —El jueves a las cinco Rosendo se junta con Mar. tin, por los rompecabezas. —Mahana, entonces, después de mis clases de gimnasia. —Tiene Inglés. Lucia la mir6. Estaba tratando de decidir si inicia- pe una de esas conversaciones sobre cudles eran las teen meet una o si, mejor, salia. Definitivamen- ‘arse Yievitar uh conflict, Sin em- bargo, con las 1] mie aves del auto en la mano, cedié a su —Rosel Cosas ri me gustaria saber. Por qué siempre me © conversaci 4 —Se llama Rosenda Y Por qué lo llamas Rosendo. = , Pero le decimogs Ros —Ust i ed es la Unica que Je dice Ros, —Dos cambias di Escaneado con CamScanner ya vos te parece que es un nombre para un a il padre se lo puso, te acordaras muy bien, ast llamaba su padrino, a quien no volvié a és de que cumplié los dieciocho. chico? porque ver despu — entonces? Uno se llama como se llama, sefiora. Eso no se ede cambiar. Lucia calculé qué parte de la majiana estaria ya arruinada con esa charla que no conducia a nada y apost6 por no menos de un sesenta por ciento. —Fsta bien, Juanita, dejemos esto aca. Estaré de vuelta alrededor de las siete, quiza siete y media; yo te llamo. Que Ros ordene su cuarto hoy, apenas llegue del Club del Hobby. —Mafana. —No, que lo ordene hoy. A la mafiana se levanta con el tiempo justo y tiene siempre mucho suefio. —Digo que majiana va al club. Lucia salié dando un portazo. Juanita andaba ya por los sesenta y cinco afios y todavia llevaba el pelo oscuro y largo, siempre anuda- do en un rodete, y la mirada franca. Habia traido a la Casa esos ojos Ilenos de franqueza desde que Lucia estaba embarazada de Rosendo y se le podia confiar absolutamente todo. Sin agenda, Ilevaba en la cabeza la informacion necesaria para que la casa anduviera ae Las comidas se servian a horario, los sibta auedeh Pagaban como era debido, el jardinero ebfa dejar las herramientas en orden antes Escaneado con CamScanner See | de irse y los chicos se dejaban sacar los Piojos Solo con ella. Lucia, por otra parte, habia podido lanzarse de leno a su Proyecto de las carteras — nunca funcionaron— Sracias a que la Juanita lenaba todos los vactos, Mientras encendia el motor, Y a otros que Presencia de = Escaneado con CamScanner TRES del afio anterior, Lautaro habia logrado la Manuel Belgrano porque su padre, poco transparente, o bastan- te transparente, segun se mire, habia alineado a sus cuatro sobrinas en la matricula de la escuela. Las nifias eran hijas de su hermana, con quien, por viejas histo- rias familiares, apenas se hablaba, pero que acepto gustosa la oferta. El colegio todavia estaba en la etapa de recibir alumnas sin poner ningtin problema. No eran muchos los padres que se animaban a dejar a sus hijas perdidas enun curso de treinta y cinco varones, asi que cuatro mujeres en el nivel primario fue una estrategia que el director, Rafael Santillana, advirti6, pero no resistio. Lautaro, sin embargo, tenia un historial que no cuadraba A principios una plaza en. Amadeo Rial, en un gesto 7 Escaneado con CamScanner 4a Jos estindares de excelencia de los que se lana con ad a No solo habfa repetido primer afio, sing e ——e ih habia tenido serias dificultades con i se ser que no estuvieran relacionadas cop aa Su ingreso alercer afio ue en aes para poder avanzar tenfa que aprobar ocho mai erias que atin tenia pendientes. Santillana, como concesion ex. traordinaria, se tomé una semana para considerar J, situacion. ; —Usted comprenderd, sefior Rial. Debo analizar cuidadosamente la excepcién. ; —Lo que haga falta, director —concedié Amadeo Rial con la mano extendida, seguro de que se habian entendido. Al finalizar el plazo, Santillana lo llamo y le explicé que, para admitir a Lautaro, el chico tendria que apro- bar las materias en el colegio del que provenia. Si Consegufa un desemperio satisfactorio en siete de ellas, le permitirian entrar a tercer atio, ya que, en la Manuel Belgrano, los alumnos no podian avanzar de curso si debian mas de una materia, y estaban obligados, ade- més, a saldar la deuda académica antes de julio. Un par de llamadas telefonicas le confirmaron al director lo que un solo gesto del candidato a alumno le habia transmitido mientras todavia esperaba ser atendido. Amadeo Rial habia intentado a Cuello de la camisa con una mano y su hijo lo habfa atajado con un sacudir de hombros y un echarse para atras con gesto brusco, El padre habia dejado caer el brazo con una expresion mitad de hastio, mitad de 18 Escaneado con CamScanner | ppochorno, mient ‘as miraba hacia otro lado, probable- mente para ver si alguien mas habfa advertido la escena, Lautaro era alto, mas que el promedio de los mu- chachos de su edad. Rubio, de ojos celestes, agradable sontisa y hombros anchos. Era flaco y habia algan desgarbo en sus movimientos, pero, observando al padre, se veia que la genética harfa lo suyo en poco tiempo. Elhecho es que aprobé todas las materias. Algunos pensaron —y murmuraron— que los directores del colegio del que provenfa estaban tan contentos de que se fuera que habian sugerido a los profesores bajar un poco el nivel de exigencia. Al respecto, Santillana se limitaba a comentar: «La maledicencia es como la mugre. Esta en todos lados». De manera que Lautaro entré a tercero con dieciséis afios y, a pesar de todos los prejuicios y pronésticos por los que se lo zarande6, no falto en todo el afio, no lleg6 una sola vez tarde y termin6 con un promedio de nueve veinte. Esto, mas una carta conceptuosa escrita de su punio y letra, llevada personalmente hasta el mismo escritorio del director, le valié la admision al tumo de la mafiana para el afio siguiente. El cambio de horario lo alejaba, ademas, de ese mundo escolar vespertino en el que caian marginados los malos estu- diantes, —&Y por qué querés el pase?— le habfa pregunta- do Santillana, —Lamento el tiempo perdido, sefior. Siento que | debo recuperarlo, y levantarme temprano me parece 19 | Mies, | Escaneado con CamScanner ee: | una buena manera de empezar —Iue la juiciosa res. puesta. i no dejaba de argumentar que todo el Santillana >j u mundo necesitaba y merecia una oportunidad en lg vida y que las reglas no podian ser tan estrictas, mucho menos en una escuela. «Después de todo —insistfa—, uno trabaja con seres humanos, no con maquinas, caramba». 20 eel Escaneado con CamScanner CUATRO Rosendo entré al Instituto de Otorrinolaringologia de la calle Corrientes tratando de que no se le nota- ra la ansiedad. Era una casa imponente de principios del siglo pasado donde se atendia todo tipo de tras- tornos de la voz. El turno era para las cinco de la tarde, pero llego con mas de veinte minutos de an- telacin. La sala de espera tenia las butacas tapizadas de rosa viejo, adosadas una a la otra y alineadas con- tra la pared. La mesita tradicional con revistas del mes pasado, flores —demasiadas quizéa— y una mu- sica suave que regulaba la recepcionista desde su escritorio junto a la ventana completaban el pano- rama, La doctora Natalia Bergman despidi a su paciente y la secretaria le tendi6 una nota. 21 Escaneado con CamScanner —Adelante, por favor —dijo levantan, hacia Rosendo. . , Natalia tenfa unos treinta y cinco afios, Era alta delgada. Siempre que estaba en su despacho levy su pelo oscuro recogido en 7 Todete en lo alto de, cabeza con la ayuda de un lapiz rojo. —sQué te trae por ac4? —pregunte Sac; ficha nueva. A Rosendo le agrad6 que no le Preguntara por sus padres. Fue una demostracion de dominio Propio —pens6 el chico—. La doctora era Perfectamente consciente de que los chicos de trece afios No acuden una primera consulta sin su mama o su Papa. El, de cualquier manera, no habia ido exactamente solo. Le habfa costado bastante trabajo convencer a su madre de que lo esperara en el bar de la esquina. La eleccion de la médica, desde luego, la habian hecho entre ella y el padre Por recomendacion del doctor Celoria, su pediatra. —De modo que estas en catorce en junio, nunca has t fonia ni infecciones de larin de amigdalas ni tampoco de —Correcto, —Bien, Rosendo —dijo la doctora apoyando los codos sobre e] €scritorio—, Vos estas, o deberias estar, €n pleno proceso de tautacién de voz debido al cambio hormonal que se esta produciendo, La laringe es un organo, mira, te Io Voy a dibujar aca para que lo en- tiendas, que sube ¥ que baja. Baja con la edad y eso do Ig Visy ‘Ando ung segundo afio, cumplis enido problemas de dis- ge. No has sido operado nédulos, 22 Escaneado con CamScanner produce que la voz, especialmente en los varones, se torte gh 1 laringe todavia esta alta, Las cuerdas yocales, fijate acd, son unos pequefios musculos que ee encUCHUAD dentro de la laringe. Ahora bien, la voz go produce de un modo muy simple. cortiente de aire que sube por un tubo, aca ave. Es como una lo tenés —se Jama traquea—, que de repente se estrecha por las cuerdas vocales y produce una vibracién. La voz surge porlaaccion coordinada de una infinidad de musculos y organos, como el abdomen, el torax, el cuello y hasta Jacara. Estas cavidades de resonancia son determinan- tes para la voz. Vamos a tener que hacer varios estudios antes de determinar cual es tu problema. —jComo se cura? —Hay varias alternativas. Por via quirtirgica, con ejercicios, hormonas, en fin, una serie de recursos a los que se puede recurrir. —Crei que seria mas sencillo. —Lamentablemente, no lo es. Rosendo asintio con la cabeza y pregunto: —O sea que también puede ser que quede asf para siempre? —No es lo mas probable. Es decir, es demasiado pronto para asegurar nada, especialmente porque, como te dije, falta completar el proceso de maduracién. Recién entonces, se intenta bajar el tono. — {Pero puede ser que quede ast para siempre? —se obstiné Rosendo. —Puede ser, si —acept6 finalmente Natalia—, aunque te aclaro que conozco un solo caso. 23 Escaneado con CamScanner —Cuantos afios tiene? —Mas de cuarenta. —iTiene la voz como yo? —Practicamente. — De qué trabaja? —Bueno, locutor no ha sido una opcion, pero tuvo problemas para graduarse como contador, nj a formar una familia; en fin, Para tener una vida ae tamente normal. Pero, Rosendo, te Tepito que sin th &: bateria de examenes mas complejos que esto que = mos hecho hoy no puedo diagnosticar, Sin a ; te adelanto, no para crear expectativas sino para a marte, que hay nuevos tratamientos en este terteng a ha avanzado mucho en los ultimos cuarenta ae Desde luego, me gustari padres, & Sustaria hablar de todo esto con tus Escaneado con CamScanner CINCO Guard. aron la caja del nuevo rompecabezas, un Ravens- burger de dos mil piezas, algo que hasta ese momento solo habian visto en catalogos y que el papa de Martin habia conseguido que un amigo trajera de Europa. Un castillo medieval con murallas, torres, porticos, alme- nas y puentes levadizos con un fondo de amanecer bermellon que, una vez terminado, seria una obra magnifica. Martin Rodriguez tenia el cabello castano, medio destenido por el sol del verano y demasiado largo. Era alto, muy delgado y de manos y pies grandes, Su mé- dico esperaba que creciera, por lo menos, | metro ochenta y seis, ochenta y siete, Tenta la costum- bre de no terminar las frases y Rosendo ya se habia acostumbrado a completarlas sin errar. el 25 Escaneado con CamScanner Se habfan conocido dos atios atras, en el Club de] Hobby, y les gustaba trabajar juntos. Podfan Pasar ho, concentrados, absortos, eligiendo el Tompecabezas_ calculando cuanto tiempo les llevaria y luego, en distin. tas etapas, reuniendo las piezas en pequefios 8tUpos, segtin colores y tonos, siguiendo contornos, descubrien. do formas. Se reunfan tres veces Por semana en casa de Rosendo porque alli habia espacio suficiente, y una vez més en el Club del Hobby, donde estaban armando con otros dos chicos una obra de tres mil quinientas piezas, —Mafiana puedo venir un Tato mas querés —ofrecié Martin, —Seguro. Asi terminamos esta parte del tejado. — Ayer fuiste a ver ala fonoaudidloga? —{Como sabias? —Vos me dijiste la semana {QuéE te dijo? Rosendo se encogio de hombros. —Que con una pastilla se me c! Martin guardo silencio —No me creés, sno? * —Si no tenés ganas de hablar, no hablemos. Después de un rato de silenci con mucho cuidado, Rosen Besto de cansancio: temprano sj pasada que tenjas... ‘ura. Es muy simple. 10 guardando las piezas do volvi6 al tema con un 26 Escaneado con CamScanner e gusto. . . —No Fi ror? fF me gusto, pero yo tenfa la ilusion _jLa do “ una solucion magica. Ya sé que eso ye que Me dieta a sible pero, en el fondo, eso era lo que queria. pes post ' ee " yendes lo que quiero decir? gj, hermano, gcdmo No te voy a ...7 Es feo lo que sa. . : “ ee sabfa cuanto le importaba el tema a su ami- soy que, a veces, era dificil encararlo, pero no queria aor ge mencionarlo como si no existiera. : “_primero me dijeron que a los diez, después que alos doce, que a los trece. ¢Sabés lo que sofiaba cuan- go era chico? Que me transformaba en el Rey Leon y rugia desde la punta del acantilado. Martin, me pasé la vida esperando despertarme un dia con la voz dis- tinta—continué Rosendo—. Y resulta que ahora ten- go que empezar unos estudios para empezar un trata- miento para empezar a esperar de nuevo, y si sigo asi me van a agarrar los veinte con voz de pito. Ya estoy cansado, jviste? Juanita me hace té de ortiga en flor con limon y miel, y, cuando le digo que me dan arca- das, ella dice: «Tragalo que te va a mejorar». Martin se rio para adentro. —Te hace gracia, sno? Bueno, hasta el afio pasado me obligaba a hacer gargaras con té de Jazmin del Pais mezclado con azticar quemada que dejaba al rocfo toda lanoche, Con esto, los dos rompieron a reir hasta que se les saltaron las lagrimas. Después, Martin cambié de tema. | 27 | | Escaneado con CamScanner —jEn la escuela, qué tal? —Bien, todo bien. Un profesor nuevo. Le decimog Jacques, por Cousteau, gte acordas?, el de las tortugas marinas. — (Profesor de...? —De Geografia y Biologia. —Tus materias preferidas. —Si, pero no sé si le gusté. Cuando pasaba lista y dijo: «Rosendo Moncadas», y yo respondt: «Aqui, sefior», él levanté la vista y la miro a Josefina. Ella se sienta al lado mio, jviste? —Creyo que lo estaban... —se rio Martin. —Claro, cargando, pero yo hice lo que me ensefié mi abuelo cuando tenia siete afios. Me puse de pie y repet{: «Aqui, sefior». —Toma —contesté Martin con el brazo flexionado y el punto cerrado—. sY con Josefina, como andamos? —agrego con un guifio. —Igual. Nos seitamos juntos igual que el afio pa- sado. Somos amigos. —Tenés que hablar con ella. Antes de las vacacio- nes de julio. Proponételo, Poco me muero? Rosendo no contest, Martin sacudié6 la cabeza. —Son amigos desde hace tres afios. Ella ya no es- cucha el pito, sme entendés? Igual que yo. Saca de adentro lo que tenés que decirle y mandate. —éY si me dice que no? —Y no me dijo que no Chiara el afio pasado y por Es un tiesgo, hermano. Afrontalo. Escaneado con CamScanner Lautaro Rial tenfa un coeficiente de inteligencia mas alto que el promedio y esa era una de las razones por las que se aburria la mayor parte del tiempo que pasa- ba en la escuela. No le interesaba reunirse a estudiar con sus compafieros, que le parecian nifios inmaduros. Es verdad que, en su clase, todos tenfan un afio menos que él, pero estaba seguro de que esas actitudes infan- tiles no se resolverfan en poco tiempo. El pase al turno de la mafiana habfa sido idea suya: para que lo acep- taran en la escuela Belgrano, sentfa que era imprescin- dible despegarse de las murmuraciones sobre su pro- cedencia y la influencia de su padre. Acerto. En el turno de la mafiana nadie sabfa nada de eso. O lo sa- bian, pero habian decidido dejarlo de lado. Durante las clases habia aprendido a fingir concen- tracion y los profesores crefan que tomaba apuntes 29 Escaneado con CamScanner porque no dejaba de mover el lapiz. En realidad, hacig caricaturas de sus compafieros. Y muy bien. Miraba dibujaba. Cada tanto, levantaba la mano Para hacer una pregunta perfectamente vinculada con el tema o pedia que le repitieran el ultimo comentario, —Disctilpeme, profesor. ;Podria explicarme este ultimo concepto? Luego, agradecia: —Ahora lo veo mas claro, gracias. Y seguia tomando notas. Cuando no estaba en cla- se, se atrincheraba en la cafeteria o en un rincén del patio y desde alli buscaba sus modelos. Era buen ar- lista y totalmente autodidacta, se podia decir, porque ademas de las clases de dibujo que habia tomado en el club de nifios pintores en la escuela primaria, jamas habia recibido una sola indicacion. Todo salfa de sus manos, de sus lapices, plumas, carboncillos 0 lo que tuviera en la mano. Queria dedicarse a las caricaturas, a los dibujos animados, y tenia guardada una serie de personajes creados por él en una carpeta que sofiaba con presentar a alguna revista. La semana anterior habia vuelto a surgir la cuestion, pero la respuesta de su padre habia sido tajante y sin variantes. —Primero, la universidad, Después, te prometo un afio, entendeme bien, Lautaro, un afio en Paris. Te alquilo un. departamento, vas a los museos, al barrio de los pintores y los artistas, pintas, exponés, lo que quieras, lo que se te ocurra. Pero primero, te tenés que graduar. * Escaneado con CamScanner —Yo no quiero ser abogado como vos. No me in- teresa esa clase de vida. —Es una lastima, porque empezar de cero es duro. No hay que desperdiciar el camino hecho, hijo, las conexiones, el estudio con su trayectoria, todo eso de lo que ya hemos hablado, sno? —Cien veces —replicé el chico mirando hacia el techo. —O mis, posiblemente, pero te advierto que, aun- que estoy dispuesto al dialogo, mi respuesta no va a cambiar. Sé lo que es mejor para vos. —Si decis que estas abierto al didlogo, pero de antemano me avisas que no vas a cambiar de postura, no estas abierto. Estas cerrado. No me mientas. —No me faltes al respeto, Lautaro. —Esta bien. Pero vos no podés saber qué es lo mejor para mi porque vos no sos yo. A vos no te gus- ta que yo dibuje por otra cosa... Amadeo Rial se puso de pie con un movimiento enérgico y Lautaro tuvo un momento de duda cuando lo vio cerrar los purios y apretar los labios en un claro esfuerzo por contenerse. La conversacién habia llegado aun terreno peligroso. Los dos sabian que el tema del dibujo tenta un vinculo delicado con el abuelo mater- Ro de Lautaro, ya fallecido y a quien el chico nunca habia conocido. Afios atras, habia descubierto algunos de sus dibujos y se habfa emocionado. El padre se dio vuelta, consciente de que no era el momento de entrar en esa incémoda batalla, y se en- Camin6 hacia la escalera. 2 31 Escaneado con CamScanner 4 —Buenas noches, que descanses —se despidig, dando por terminada la conversacion. Lautaro no estaba dispuesto a ceder y calculé e} momento ideal para asestar el golpe: —Porque el abuelo Julian era pintor. Por eso, Amadeo Rial se detuvo con el pie en el primer pel- danio. Lentamente, se volvié hacia su hijo. —Ese sefior no tiene nada que ver aqui. —Pero ese sefior era pintor —porfio Lautaro—. De los buenos. —Si, ya viste lo rico que se hizo. La gente se pelea por tener uno firmado por él. — Todo tiene que ver con la plata, segiin vos? —Basta por hoy, hijo. Son las once de la noche y estoy muy cansado. Lautaro se aproximo a la escalera. —jTodo? —jLautaro! —sono el grito. Una rabia sorda y profunda invadi6 a Lautaro cuan- do cruz6 la mirada con su padre. Queria hacerle dato. Mucho dao. Podria propinar una buena patada a la mesita de cerezo con las copas de cristal y el teloj de Marruecos que tanto significado parecia tener para él, pero se contuvo y bajé la cabeza hasta escuchar que continuaba subiendo. Apoyado en la baranda, peldafo tras peldano, quince en total, Amadeo pens6 en recordarle a su hijo que solo la ropa que tenfa puesta en ese momento, sin contar las zapatillas ni el dinero que tuviera en el bol- sillo, suponfa una pequeria fortuna. Que el entrenador 32 Escaneado con CamScanner ee de tenis que pasaba a buscarlo todos los martes y jueves tenia un costo exorbitante, aunque, considerando que habia entrenado a los hijos de la princesa de Grecia —o alos nietos, ya ni se acordaba— quizé no lo fuera tan- to. Varias cosas se le pasaron por la cabeza, pero se las callé todas. Esta conversacion ya la habian sostenido varias veces; lo singular era que, en el fondo, no se trataba de si su hijo queria ser artista 0 no, porque, si alguien. tiene auténtica vocacion, terminara por conver- tirse en lo que desea. Para Amadeo estaba claro: lo que discutian ahora, yen todas las ocasiones anteriores, maldita sea, aunque ninguno se atreviera a decirlo, era la ausencia de la madre de Lautaro. 33 Escaneado con CamScanner SIETE Antes de que el estridente timbre que anunciaba el final del recreo dejara de sonar, el grupo de chicos que estaba en la cafeteria comenz6 a desplazarse hacia el patio. Lautaro firmé apresuradamente su dibujo, se acercé a la barra donde Rosendo terminaba su gaseosa, le dejo su caricatura y sali6 sin.decir una palabra. Rosendo miré la hoja con una sonrisa. Todo el turno de la mafiana hablaba del dibujante de cuarto ano. Todos querian ser retratados. ;Por qué lo ha- bria elegido a él? No estaba nada mal, Habia captado el gesto reiterado de ajustarse la corbata estirando el cuello y el remolino en la cumbre de su cabeza. La nariz estaba perfecta, y la expresion bien lograda, Un buen trabajo. Como en toda caricatura, la cara ocupa- ba el mayor espacio. A veces, Lautaro inclufa el cuerpo. Escaneado con CamScanner __ En este caso, Rosendo llevaba puesta la chaqueta del uniforme. __A ver —dijo Josefina mientras subian las escale- yas hasta el salon. __Mird. Lautaro Rial, el de cuarto, me dibujo. La chica se sacé los rulos de la frente y observ6 el dibujo con detenimiento. __Fsta bueno —declaré devolviéndoselo. —;Nada més? Josefina, no seas tacatia. —£st4 bueno, Rosendo, lo que pasa es que no me gustan las caricaturas. Rosendo pens6 que las mujeres a veces eran des- concertantes. «Hermosas pero incomprensibles», decia su abuelo. También pens6 que en eso radicaba parte del encanto de su compafiera de asiento. A Josefina le disgustaba Lautaro Rial. Eso de las caricaturas ya la tenia harta. Veta a todo el mundo posando en los recreos, tratando de llamar la atencion del dibujante, tratando de mostrar su mejor angulo yuna sonrisa encantadora. Todos sabian que Lautaro buscaba con la mirada hasta encontrar el modelo. Hasta los profesores sonreian cuando lo vefan trazar con mano segura los rasgos de sus compafieros. Es- taba convencida de que a mas de uno le habria gus- lado ser elegido, pero también intufa que el artista no €ra tonto y que jugaba a su antojo con los peligros de has caricaturas, desafiando habilmente los limites del tidiculo, 35 Escaneado con CamScanner Le molesté algo que advertia en el dibujo de Ro- sendo. En la manga de la chaqueta del uniforme, Lau- taro habfa reproducido el escudo de la escuela, pero en lugar de la trompeta que sostenfan las dos manos cruzadas en la insignia, aparecia un silbato. Rosendo quiza no habia visto el detalle, y, si lo vio, también podria haberle molestado —concluyé Josefina—. Aun- que no descarté la opcion de que hubiera preferido ignorarlo para no verse obligado a reaccionar. Ella sabia cuanto afectaba a Rosendo su problema y ni se le pasé por la cabeza mencionar el tema. En todo caso, el silbato estaba apenas esbozado. Ademés, ya se sabe, la gente solo ve lo que quiere ver. Varios dias después, en una hora libre de Mate- maticas, Rosendo decidié echar un vistazo al tema de la evaluacion de Geografia que tendria el viernes. Fue a la cafeteria, se compro dos alfajores y una ga- seosa, y se sento en una mesa cercana a la puerta de vidrio. La cafeteria de la General Belgrano era, por razones de infraestructura, tierra de hombres, Cuando la es- cuela decidié admitir chicas, los ingenieros se abocaron a las reformas necesarias y eso incluia modificaciones en los bafios. En los de la cafeteria tropezaron con problemas de catierias viejas y obsoletas y el presu- Puesto super6 sus posibilidades. Se decidié suspender por algunos meses el Proyecto, pues la escuela contaba con un bar-comedor de construccion reciente que si permitio hacer los cambios indispensables sin mayores 36 J Escaneado con CamScanner gificultades. Asi fue que las alumnas comenzaron a utilizar el bar y los varones permanecieron en la cafe- teria. No hubo quejas por esta division ni de parte de Jas nitas ni de los muchachos y asf fue pasando el tiempo. Los varones podfan visitar, sin ningun proble- ma,el pat-comedor, y las chicas también podian entrar ala cafeteria, pero, sin conflictos y de forma sorpren- dentemente natural, cada grupo se qued6 en su zona. La tinica mujer que estaba siempre en la cafeteria era Gabriela. Atendia el mostrador. Tenia unos veinte anos, el cabello largo siempre atado en una cola de caballo y una linda sonrisa de la que se valia en muy contadas ocasiones. Era famosa, ademas, por un buen trasero que los jeans mantenian firme y gracioso, y que llevaba a los varones a lamentar que casi nunca saliera de atras del mostrador. Hablaba poco, atendia rapido, jamas perdia la calma, con una mirada frenaba a los més atrevidos y, sin llegar al punto de ser hosca, no entraba en confianza con nadie. Rosendo observé que Lautaro estaba en la barra con un bloc y varios lapices en la mano. Hacia un dibujo a mano alzada de Gabriela, que preparaba sandwiches sonrojada por la atencion que estaba re- cibiendo, Rosendo pens6 en su propio dibujo y en la reac- cién de Josefina de unos dias atras. Se le ocurrid que quiz4 ella también esperaba su caricatura Probable- mente sentia celos. Las otras tres chicas del curso ya tenfan sus dibujos y ella estaba siendo ignorada. 37 Escaneado con CamScanner y 4 Rosendo fue mas alla en sus conclusiones. Si Lautarg no se habia dedicado todavia a Josefina era Porque queria Hamar su atencion, La estaba Poniendo en ablande, digamos. No le extranaba, y, mientras Pensa. ba en esto con furia, su concentracion se alejaba de las corrientes marinas. Lo sorprendié una mano fuerte sobre el hombro, —jCompatiero! —saludo Lautaro sentandose g la mesa—, como andamos? —Estudio para una prueba, el viernes. Ten libre. gY vos? —Terminé una prueba de Literatura en veinte mi- nutos y me dejaron salir. ;Te gusto el dibujo? No me dijiste nada. —Me gust mucho, gracias. {Cuanto te leva ha- cerlo? 10 hora —Diez minutos en el recreo, veinte en clase mas 0 menos, depende de qué profesor nos toque. Si es de los duros, tengo que levantar la cabeza muy seguido para que crea que lo atiendo. Descubri que les encan- la vernos tomando notas. Miré, aca tengo la del Tano, el melenudo de la coleta de tercer afio. Todavia no se la mostré. No sé qué me va a decir de la nariz. Me salié un poco exagerada. A la salida se la doy. Y recién lehice unaa la chica de la cafeteria. Gabriela, creo que se llama. El dibujante hizo una pausa y agregd en voz mas baja: —Esté esperando que la invite a salir. —éVas a invitarla? 38 Escaneado con CamScanner Lautaro se eché para atrds en su silla y miré hacia el patio. —wNaaa. Tengo otra cosa en vista. —jOtro dibujo? EI otro se volvié para mirarlo por un momento, Sacudio la cabeza, solt6 una risita y se acercé, en un gesto de confidencia. —Otra mina. Rosendo arregl6 un poco los papeles de sus apun- tes y dejo el portaminas encima —jEs de la escuela? —wNo, querido. Tiene veintidos y vamos al mismo gimnasio —dijo restregandose las manos—. {Y vos, como te las arreglas? —susurr6, acercandose un poco mas, con los codos sobre la mesa y guifiando un ojo. —jPara qué? Lautaro miro hacia ambos lados con la cabeza in- clinada y agarré el portaminas plateado con el que estaba trabajando Rosendo. —Con las mujeres. Rosendo estiré la mano para recuperar el portami- nas, pero recibié como respuesta un breve gesto que sugeria paciencia. —Digo, por ejemplo, cuando llamas a una por teléfono, no tenés que decir quién habla, gno? Ni fal- ta que hace —dijo riéndose fuerte y sacudiendo los hombros—. Pero eso puede ser una ventaja, no te creas, Se echo hacia atras de nuevo, tenimiento el portaminas. observando con de- 39 Escaneado con CamScanner ) Sa sei mm —Esta bueno. ;De dénde lo sacaste? —Me lo regalé mi hermana. —Acé dice «Made in France». {Es francés de verdad? —Si, de verdad. Damelo. —Espera, que pruebo cémo escribe —dijo, y mar. cé unas lfneas sobre los mapas de las corrientes mari- nas—. Buenisimo. ;Qué tipo de mina es? —Un grafito especial —manote6 de nuevo enel aire Rosendo, Lautaro sonrié. —Me refiero a qué tipo de mina es la que te gusta a vos. —A vos qué te importa. Dame el Portaminas y dejame tranquil. Lautaro puso cara de ofendido y le acerco el por- taminas lentamente. En el mismo momento en que Rosendo le ponia la mano encima, con un movimien- to Agil lo Hev6 fuera de su alcance. —Me lo quedo en Pago por mi trabajo —anuncio con una sonrisa torcida mientras se levantaba. Rosendo sintié una oleada de calor que le subfa a la cara mientras veta a Lautaro salir de la cafeteria con paso deliberadamente lento, Le parecié que la chica del mostrador lo observaba, pero no se dio vuelta. Tenfa que haber visto que Lautaro se habia quedado con el portaminas. No tobado, ni arrebatado. Simple- mente, lo habia tomado, Tenia que haber visto sus Manoteos intitiles. Probablemente habia escuchado Parte de la conversacién y el resto lo podria imaginar sin dificultad. 40 4 Escaneado con CamScanner Rosendo reunié sus papeles y salié de la cafeteria arrasado de vergitenza. Sentfa la mirada de la chica en su espalda. Desde la puerta de la sala de profesores, Carlos Maria Torres también habia presenciado la escena, 4 Escaneado con CamScanner - OCHO El almuerzo fue una penutia. Lucia, como hecho excep- cional, estaba en casa, pero no seria por mas de media hora, asi que apenas si pico algo sentada de costado en el borde de la silla. Para compensar, no dejé de hacer preguntas del tipo que Marianela y Rosendo clasifica- ban como «todoterreno». —éQué tal estuvo la salida con papa el sabado? —Bien, mami—contesté Rosendo—. Ya hablamos de eso ayer, te acordas? —Ah, si, perdoname. jLe Ilevaste el formulario al ortodoncista para que lo autorice? —Mama —intervino Marianela—, ya te dijo ano- che que falta un mes, —Bueno, pero que no se nos pase por dejarnos estar. Juani, por favor, jme alcanzaria un poco més de jugo? Y Ros, queria preguntarte si +2 Escaneado con CamScanner _No me digas Ros, mama. _Fs mas corto. Y ademiés, asf se llama el héroe de perdidos en la montana, ge acordas. ..? _-Me llamo Rosendo, mama. Tampoco me gusta, sero entre los dos prefiero el mio, Juanita, desde la mesada, sin mirarlo, aprobé con 1» gesto imperceptible. —Esta bien, ya olvidé qué te queria preguntar —suspiré Lucia comprobando la hora—. Apenas me quedan cinco minutos para llegar al banco. Hablamos mas tranquilos a la noche. ut —Te pasa algo —dibuj6 Marianela con los labios, observando con atencion un trozo de carne pinchado en el tenedor. —No me hables como a los sordos, que me pone nervioso. —Bueno, te pasa algo —repitio ella con voz, pero sin quitar la vista del tenedor. —Me cansa un poco cuando me pregunta tantas cosas. Ademas, quiero que hablemos de la fonoaudislo- gay ella me pregunta por el ortodoncista, me entendés? Marianela asintié embocando el tenedor. —Pero yo digo otra cosa. —{Otra cosa qué? —Te pasa otra cosa —le contest6 meneando el ‘enedor, ahora por la punta del mango—. A mi no me engarids, Te conozco como si te hubiera parido. —Tengo examen de corrientes marinas en el Golfo Pétsico el viernes. 43 Escaneado con CamScanner A Marianela dibujo un «no te creo» con los labios, en silencio, y después pregunto en voz alta: —yuani, hiciste flan hoy? —St. Sacalo de la heladera mientras yo Tecojo |g mesa. : Rosendo dijo que preferia comer su potcién a Ja tarde y que tenia mucho que estudiar. Permiso, Buen provecho. Marianela mir6 a Juani con las cejas enarcadas, —Le pasa algo a este y no tiene nada que ver con el Golfo Pérsico. Al dia siguiente, al llegar a la escuela, Rosendo encontré a Lautaro en la puerta del salon, un hombro apoyado contra el marco, un pie cruzado sobre el otro, el zapato de punta. —Te estaba esperando —le dijo mientras le ense- faba el portaminas por el borde de su bolsillo. —Damelo y no me molestes —contesté Rosendo procurando pasar. Lautaro hizo un movimiento rapido con los brazos abiertos para impedirle el paso. —iEeepa!, para qué tanto apuro si no soné el tim- bre todavia. —Dejame pasar —estallo Rosendo probando es- quivarlo, Lautaro lo empujo contra el marco de la puerta ¥ apoyo los brazos de manera que lo cercaba. 44 Escaneado con CamScanner yr _-shhh, shhh —susurré—., No te pongas mal que se te afina mas la voz. Todavia no me dijiste como te las arreglas. : Para que como me las arreglo? {De qué me estas pablando? Lautaro mir hacia arriba con cara de paciencia infinita. _ Vamos a hacer un trato de caballeros, como le sta decir a mi viejo. Yo me guardo tu lapicito hasta que vos me cuentes como te las arreglas con las chicas Y quiero detalles, eh? —Lautaro bajo la voz—. No me yengas con dos boludeces —agreg6 palpandose el polsillo de la chaqueta. —Moncadas —Ilamo la voz tranquila y grave de Carlos Marfa Torres, parado de pronto detras de Lau- taro—. sPasa algo? —wNada, sefior. El profesor los miré a uno y a otro con gesto grave y luego dirigié la vista a la punta de sus propios zapa- tos, moviendo la cabeza como si asintiera impercepti- blemente. —Vaya a su aula, Rial —dijo en tono neutro, sin mirarlo. —Enseguida, sefior. 45 Escaneado con CamScanner NUEVE Carlos Maria Torres Puso todos los examenes en el Portafolios y salio de la clase de segundo atio. Lo que habfa presenciado en la puerta del aula lo habia dejado intranquilo. No era un problema en si mismo, podia en realidad ser nada mas que un tira y afloja pasajero entre dos chicos, un asunto de delimitar territorios, una discusion. Podia ser Cualquier cosa. Sin embargo, algo, y lo peor es que no podia precisar qué exacta- mente, pero algo, quizé una expresion, o el tono de voz de Rosendo 0 un 8esto de imposicion fisica que ejercia Lautaro, lo habia puesto en alerta. Tenfa unos minutos antes de la clase en la Univer- sidad de Biologia Mari Ina y podia decidir entre tomar un café y llamar a su ¢: ‘asa para ver como andaba todo, 0 intentar hablar con Rafael Santillana, 46 4 Escaneado con CamScanner - : * Golped a la puerta de su despacho y le abrio el girectors UC estaba despidiendo a su secretaria con algunas instrucciones. *_Adelante, Torres, un gusto. Discttlpeme un se- gundo, que ya estoy con usted. Cecilia, no quiero e- srs Cartas de papel, sobre y estampilla, gest claro? y no me mire con esa cara. Si es necesario, voy yo mismo al correo y despacho la carta. Luego se dio vuelta hacia el profesor con un gesto de impotencia. Fs inutil. Llegaré un dia en que, si nos descuida- mos, no sabremos como se toma un lapiz. Pidale a cualquier chico que escriba unas lineas sobre un papel sin renglones a ver qué pasa. No reconocen el valor de una coma, de un punto y coma, de una maytscula; no saben las reglas de gramatica basicas, en fin. Esta mis- ma chica, Cecilia, no sabe escribir una carta formal, meterla en un sobre y pegarle una estampilla, gme entiende? Quiza usted se acuerde de que, cuando éra- mos chicos, una de las excursiones escolares del atio era llevarnos al Correo Central a despachar una carta. Dios mio, creo que es una batalla perdida. Tome asien- to, por favor, Torres, y disctilpeme, pero este tema me obsesiona y me vuelvo repetitivo. Usted, de todas ma- neras, vino por otra cosa, asi que olvidese de mis pro- testas y digame. Torres sonrid. —Comparto esta preocupacion suya plenamente, créame. —Me alegro, me hace sentir menos solo. Al Escaneado con CamScanner —Pero vengo porque tengo un alumno, Mejor di. cho, dos alumnos, que me preocupan. Uno esta en segundo y el otro en cuarto. El director se cruz6 de piernas y se llevé la mano a la barbilla en un gesto de atencién. —Estimo que son dos casos separados. —No, en realidad, creo que es el mismo problema, No se trata de rendimiento 0 mala conducta, nada de eso. Estoy hablando de... El profesor dudo. —Siéntase libre de hablar con toda claridad, Totes, por favor. Hace treinta afios que estoy en esta escuela, quince como director, as{ que imaginese. Ya lo he vis- to todo. —Bien, le agradezco. Quiero decir, a veces no sabe uno cémo manejar estas situaciones, pero en fin... Creo que estamos ante un tema de acoso. Santillana carraspe6, enarco las cejas, descruz6 y volvio a cruzar las piernas. —Creo que el alumno de cuarto —continué To- tres— esta acosando al de segundo. He presenciado un par de situaciones en las que esto estaba claro y me atreveria a decir que, si yo he visto eso, es posible que haya més. En fin, crei que era mi deber ponerlo al tanto. —Ha hecho muy bien, claro. Vamos a ver, ¢de qué nifios estamos hablando? —De Rosendo Moncadas, de segundo afio, y..- —Ah, el chico que tiene... —dijo Santillana, Y completo la frase con un dedo en la garganta. 48 De Escaneado con CamScanner | ae _-Un problema en las cuerdas vocales _-Exactamente. zY el otro? " _Lautaro Rial, de cuarto, También sé quién es, Los dos son muy buenos alumnos. En efecto. Lautaro es decididamente brillante y Rosendo esta muy interesado en mis dos materias. Las dos situaciones de las que le hablo tuvieron lugar, — enla cafeteria, y en la puerta del aula, hoy ala manana, Ja otra. —jMe esta hablando de castigo fisico? —No. —De insultos, entonces. —Tampoco. —jCuantos mas habia con Lautaro? __Nadie més. Eran él y Rosendo en las dos situa- ciones. Rafael Santillana se masajeo el menton con fuerza, se sacé los lentes y los limpio. La meticulosidad que aplico a esta uiltima tarea molest6 a Torres, que sintio la obligacion de argumentar con mis claridad. dos ocasiones, algo que me inco- —Hubo, en las mods en la actitud de Lautaro. Creo, eso sf lo vi, que queria devolver. le quité algo a Rosendo y no se lo — Le rob6 algo? —Digamos que s perarlo y Lautaro no se lo devo Santillana descruz6 nuevame clinandose hacia delante, apoyO los cod todillas y las manos bajo e] menton. Era e lo quito. Rosendo intent6 rect- lvid. nnte las piernas ¢, in- los sobre las su posicion 49 Es scaneado con CamScanner de reflexionar y hablar al mismo tiempo, Después 4 unos momentos, decidié que no podia dejar a Tory, . con la impresién de que no se ocupaba de] tema, . olvidaba que toda la planta de la escuela lo habia a ticado, algunos abiertamente, por haber admitido Lautaro Rial con los precedentes que traia a Cuestas y aunque este profesor no estuviera al tanto de esa his. toria, alguien, cualquiera, podia comentarselo, De manera que plantearle la historia desde el Principio, con algunos agregados —no mentiras, de ninguna ma- nera, solo matices importantes—, no estaria de més, —Vera, Torres, le voy a contar algo, digamos, con- fidencial. En su momento fue una situacion delicada que medité mucho antes de resolver, pero creo que se la puedo relatar en confianza porque, después de todo, estamos los dos preocupados por la misma tazén: los chicos, nuestros alumnos, verdad? ‘Torres asintio con la cabeza, aunque presentia que se estaban desviando del tema. —Fue asi: viene en febrero del aiio pasado Amadeo Rial, un padre desesperado, con Lautaro, un chico que esta a punto de repetir segundo afio. Me trae una cat- peta médica con un informe firmado por su pediatra y por un psicdlogo, un diagnostico complicado de estrés agudo —le estoy hablando, fijese, de un chico de quince atios— debido, entre otras cosas, a la ausen- cia de la madre. —Fallecio la madre de Rial? —No. Se fue —contesté Santillana con un gest? ambiguo, y agrego—: ;Qué hago yo, entonces? Lt 50 i Escaneado con CamScanner \ explico al padre que, en cualquier cole rimero que hay que hacer es aprobar | adeuda, como condicién sine qua non, ¥ j pres, que tenfa ocho en marzo, Un, caso enn To- padre me pregunta entonces si, en e| caso de » Serio, E] para todas las materias, nosotros Jo tomatiamecs apro- escuela. Me conmovi6, le aseguro, me partis ry enesta ese hombre. Le dije que si. Flexibilice las re las a casa, por llamarlo de alguna forma, Porque dij le esta mi, si una escuela que tiene la misién de formarehn tos, de educar y preparar para el Tnafiana a estos chicos, les cierra las a haciendo caso omiso de una tra. edia, squé sentido tiene, di é Erich entonces? Baines Ave sentido tene I Se levanto en ese momento del discurso y miré hacia la calle durante unos instantes antes de volverse hacia el profesor. —En el fondo, y le soy totalmente sincero, Torres, no esperaba que Lautaro obrara el milagro y pudiera con todas las materias. Pero la verdad es que, no sé como, lo logré y le acepté la matricula. No tuve pocos problemas con la Comisi6n Directiva y el resto del cuerpo de profesores. No pocos, insisto. Pero defendi mi postura y mantuvimos al chico contenido y contro- lado. Me enorgullezco de los resultados, porque sabra usted que hizo un afio brillante y luego lo pasamos a la mafiana. La verdad es que Torres no esperaba el detalle del prontuario académico de Lautaro Rial, pero era evr dente que el director se habia sentido obligado a dar Bo del pas, ‘4S Materias que 51 Escaneado con CamScanner informacion. Le molestaba el aire de Orgully har en na mientras hablaba. Era como si le diety de Sanit ‘chat ai propia voz Algo olfa mal als Me Pearce que obro muy bien, Santillana, Quie, w dec Serna hablando de un chico que ha Suftide que ha tenido problemas y los ha superado con volun. tad y trabajo, ademas de st inteligencia. Pero me ate. mostrando una nueva faceta woa decir que ahora Una actitud diferente: f —Torres, entiendame, El acoso no tiene ese forma. to, digamos, por ponerle una palabra de moda, Los acosadores son pandilleros, andan en grupos Porque necesitan ser admirados y todo eso. é perfectamente lo que es el acoso. Lo he Vivido en otros colegios. Esto es otro tipo de conducta, con otras caracteristicas, pero, probablemente, con el mis. mo resultado. —Admitamos que, con lo que usted ha visto, no hay elementos para acusar a nadie. —Aunque si para estar atentos. Le agradezco que me haya confiado la historia de este chico. No debe de haber sido facil su vida y lo lamento, créame. Pero no tengo mas remedio que insistir en lo que he visto con mis propios ojos. Rial est4 molestando o acosando a Moncadas, Santillana se puso de pie con un suspiro y dio wna vuelta alrededor de su sillon, —Esa palabra, me refiero a «acoso», esté poi dose de moda. En nuestras €pocas, o en la mia, mejor dicho, porque usted es algo més joven, también habia, 52 Mie Escaneado con CamScanner _ digatmos. esa actitud de molestar al mas petiso 0 al que ysaba anteojos. Y sobreviviamos, Torres. Le aclaro que nome gustan Jas injusticias y que vamos a poner mu- cha atencion sobre esto que me cuenta, porque lejos de mi 4nimo minimizar la situacién, pero no quisiera tomar medidas..., ¢c6mo lamarlas, qué palabra em- | plear? Fuera de proporciones, gverdad? Porque eso nos traerfa necesariamente problemas con los padres que, después de todo, nos dejan a sus hijos para que cuidemos de ellos y no para que les compliquemos la vida. —Disctilpeme que no coincida con usted, Santilla- na, 0 que no coincida plenamente, pero nosotros no les estamos llevando un problema. Se los estariamos solucionando, en todo caso. Tanto a Lautaro como a Rosendo. All{ hay dos conflictos que resolver. Hay dos chicos que se estan enfrentando. Quiero decir, a simple vista pareciera que uno quiere defender a Rosendo, nada més, pero la realidad es que también se trata de ver si Lautaro tiene un conflicto con respecto a la agre- sividad, porque eso también es un tema que necesita atencion. En eso estamos de acuerdo. Y luego, tenemos a Rosendo, en desventaja claramente. Porque es mas chico, tres afios para ser exactos, y porque tiene una traba que lo coloca en inferioridad de condiciones. Y Se me ocurre que Rial se esta aprovechando de eso. El director se rascé la frente suspirando y mened la cabeza, —{Se refiere a que tiene voz de pito? —Exactamente a eso me refiero, si. 53 Escaneado con CamScanner y —Creo que no deberfamos preocuparnos tanto, En, un ato Rosendo cambia la voz, crece diez centimetros yesel diay la noche, Lautaro deja de eee de gl, El noventa por ciento de los problemas de este tipo se solucionan solos. Tengo, si le interesa, un articulo muy interesante que trata este mismo tema en la revista Maestros del mundo. A Torres se le ocurrieron tres cosas claras: que un aito era mucho tiempo, que el hombre que tenia aj frente estaba decidido a minimizar el problema y que habia expresiones mas técnicas que «voz de pito», No era su intenci6n llegar a este punto ni dejarse llevar por sus impulsos, pero estaba francamente irritado, Retroceder ahora le parecia traicionar sus Principios y soltarle la mano al chico. Aunque, pensandolo bien, nadie le habia pedido ayuda. Son6 el teléfono y Santillana extendié un brazo hacia el auricular y una mano abierta hacia el profesor, —Permitame un segundo, por favor. Esta chica no se da cuenta de que estoy ocupado. Si, Cecilia, digame. No, pasemelo ahora Porque después salgo y no regre- so hasta las seis, Volvié la mirada hacia Torres y, cubriendo con la mano el auricular, dijo en voz baja: —Es el presidente del Consejo de Inspecciones. Siempre me llama a esta hora. Luego le alcanzo el at- Uculo, Torres. Y no se Preocupe més por esto, déjelo en mis manos, El profesor se levai nto, salud6 con un movimiento de cabeza y salio del despacho. 54 a Escaneado con CamScanner Ya en la calle, miré la hora con fastidio. Llevaba yeinte minutos de retraso. Rafael Santillana veia llegar la hora del retiro con alivio. A los sesenta y cinco afios ya no tenfa ganas de estar en la escuela. Le molestaban el bullicio de los chicos, el sonido del timbre, la asociacion de padres y Jos inspectores, cada vez mas jovenes, que no hacian més que traerle proyectos que él no tenia deseos de Jlevar adelante. ‘Ademés, los estudiantes habian cambiado. Eran. distintos los codigos de hace treinta afios, veinte, diez también, si lo apuraban un poco. Ahora pocos chicos tenfan una familia convencional, pocos iban a la es- cuela sin celular, aunque estaba prohibido encenderlo, yno habfa forma de impedir que las chicas fueran sin maquillaje ni manera de que sus faldas se alargaran. «Los limites, que fueron siempre mi obsesion, se me han escapado de las manos como pez en el agua», era su conclusion al final de su larga carrera como docente, Reconocia, como no, que se habian transitado afios complejos, turbulencias politicas, tensiones so- ciales, rencores dificiles de conciliar. No se atreveria a defender en ptiblico su postura, pero para él estaba claro que de los censurables extremos del pasado a los de ahora habfa un abismo, yestaba convencido de que, nel tema educativo, la situacion actual no era mejor ‘he ne quedado atras. «;Como puede ser que mega = no encuentre nunca el equilibrio?», se ando un alumno se atrevia a ir a golpear 55 Escaneado con CamScanner 4 la puerta de su despacho para quejarse dela aplicacign de alguna regla. Y lo peor es que no era posible, o no tan facil como le habria gustado, despedir al revoly. cionario asi como asi. No, sefior. Habia que invitarlo a sentarse, y mantener un didlogo y, en ocasiones, llegar aun acuerdo. En fin. Estaba obligado a reconocer ¢] momento en el que la dignidad obligaba a dar un paso al costado. Y darlo, eso sf, en la plenitud de la inteli- gencia, antes de escuchar murmullos por los pasillos 0, peor atin, descubrir sonrisas de burla. Su decision era firme: transitarfa el ultimo afio con la mayor calma posible y luego se dedicaria a viajar y a escribir. 56 Escaneado con CamScanner i — Al dia siguiente, durante el recreo de quince minutos, Lautaro enwr6 al aula de segundo atio y buscé a Rosen- do con la mirada. —Busco al chico que tiene la voz de pito —le dijo al primero que se cruz en su camino, —jA Rosendo? Esta en la biblioteca. Fue a devolver los diccionarios. Apenas se dio vuelta encontré la mirada frontal de Josefina, —Lo busco a... —Si. Ya te of, {Por qué lo llamaste asi? —No me acordaba de su nombre, Tengo que de- volverle algo que me prest6 —explicd innecesariamen- te Lautaro, Josefina asintio en silencio, 57 Escaneado con CamScanner acden su banco 0 darmelo a mi A cyar —Se lo podes de} linda? Mira que es _;Te puedo tenet conti ' Jo que quiet A ‘co dejarte. may importante as y se lo das en mang Mira, si no estis Seguro, vi se dio media vuelta, replicn Joselina y S¢ d Espera, espera tan arisca. {Te puedo _Fspera, espera, : algo? Tamar esta tarde y hacemos algo? / No es una buena idea, perdoname. Josefina salio del aula. Quedaban diez minutos de -9 y ese chico realmente la disgustaba. no seas La biblioteca era un recinto sagrado en la General Jgrano. De hecho, habfa sido creada antes que la es- cla, alla por 1894, y tenia la hemeroteca mas impor- tante del pais: dos niveles, aire acondicionado, escrito- rios para cuatro estudiantes, piso de parqué, lamparas de bronce y a Margarita, una bibliotecaria que hablaba en voz baja aunque no hubiera nadie dentro y que obli- gaba a bajar el tono hasta nivelarlo con el de ella. Interrumpié su charla en el celular solo para son- reirle a Lautaro, que le hacia una pregunta. Le agrada- ba el chico. —Los diccionarios estan en la seccién c, querido, a mano izquierda, estantes dos y tes, Rosendo lo vio antes de que Lautaro lo descubrie- Tay no pudo evitar dar un paso, de manera que que- dlaba detras de la estanteria, No fue lo suficientemente rapido, Lautaro venta Sonriendo y, apenas lo vio esca- bulléndose, achic6 los ojos como quien busca a un nino que se ha escondido, a pesar de saber donde esta. 58 i Escaneado con CamScanner — El juego daba inicio: comer el cuello estirado, las rodi abiertos, las manos en fort N26 a caminar despacio, con las flexionadas, los brazos ; ma de garras, —Rosi —susurrs con voz ror saura, Rosalfa, ¢donde te me has escondido, pilin? Rosendo retrocedié unos Pasos, se escabullé hacia ja hemeroteca, en la seccién D y se oculté detras de unas cajas sin desembalar. —Ya sé que estas aca, bandido, voz de pito. No te me escondas que no te voy a hacer nada. Te quiero devolver el portaminas. Lautaro hablaba entre dientes imitando la misica de suspenso de Misién imposible. Tum. .., tum, tum, tum... Rosendo sintio una opresién en las sienes. Por el cuello de la camisa le corrian gotas de sudor mientras intentaba permanecer inmévil —Hey, creo que te tengo, alli estas, acurrucado como un raton. Un ratoncito insignificante y miedoso. Quiero verte la cara. Que hablemos de tus cosas. Quie- 10 ser tu amigo. Detrds de las cajas, Rosendo lo vio pasar agachado y girando la cabeza hacia todos lados, con movimien- tos pomposos, mascullando nombres y motes, mos- trando los dientes. —Ven, rapaz, mequetrefe, que tengo algo para ti. Yte prevengo antes para que no me digas después que 10 soy Justo. Si no salis por las tuyas, el castigo sera infinitamente peor —susurraba con voz rasposa. eso sintio que las piernas le temblaban, inca- edecer a su cerebro, que le ordenaba salir a nca—. Rosamel, Ro- Pace 59 Escaneado con CamScanner TM de su escondite. Pero quiz4, solo quiza, su cerebro respondia porque la orden no era clara. {Salir de] es. condite, correr hacia la salida y refugiarse entre sus com. pafieros en el aula? gSalir de alli y enfrentar a Lautaro, tan solo unos metros mas alla, saliera lo que Saliese? ¢Cual era la orden? Ante la ambigitedad, sus piernas no sabian ue hacer. No tomarian la decision por si solas. Se limita. ban a temblar como si fueran dos palillos al viento en lugar de dos extremidades terminadas en pies Perfec- tamente normales, calzados y apoyados sobre el Piso, De repente, su cuerpo decidio por él. Cierta sabi- _ duria interior reaccion6 y cruzé los limites a los que Jamas habria podido acercarse de forma consciente, Era esa impredecible reaccion que se activa de forma diferente y ante distintos estimulos en cada persona, Enel caso de Rosendo, el comportamiento de ‘Lautaro habfa sido el detonante. Desperto en la enfermeria. Estaba acostado en la camilla, con su madre sentada a un lado, su padre al otro. El director Santillana, con aspecto serio, estaba mas atras. El médico del se tvicio de emergencias lo observaba con atencion, —No te asustes. Te desmayaste nada mas —le explico mientras le tomaba el pulso—, pero ya estas bien. Descansé un rato y luego te podés ir a casa. No es nada serio —agrego mirando a sus padres alterna- lvamente—, pero convendria que lo hicieran ver por su pediatra, 60 ie Escaneado con CamScanner ~~ a e Qué me paso? ~ No te acordas? —pregunt6 el padre, _No, para nada, _Je encontrd Lautato Rial, un chico de cuarto aio, gaabas en el piso, en la hemeroteca, El le avisé a la isjotecaria y ensegutida te rajeron aca. Menos mal gue estaba ese chico, Te debe de haber bajado la pre- gon, Supongo que esa zona del edificio no tiene sufi- Gente ventilacion. Emesto Moncadas salio de la enfermeria todavia preocupado, conmocionado por la llamada a media manana avisandole que su hijo se habia desmayado en la escuela. No habia sido nada grave, pero tampoco podia decir que se sentia aliviado, como aparenté ante Rosendo y Lucia. Cruz el patio vacio y entré a la cafeteria para pre- guntar donde estaba cuarto afio. —Por la galeria, la segunda aula a la derecha —in- dicé la chica. Estaban en clase, pero igual dio dos golpecitos y entro. La profesora, que no oy ni los golpes ni la en- trada pero siguid la mirada de sus alumnos, se aprest- 16 a recibirlo. — Senor? —inquirio & —Buenos dias, soy Ernest Rosendo, el chico que tuvo un pereanes —Si, estamos al lant pero que 4 1, gracias —Si, mucho mej . pir su clase Un momento, sé que on amabilidad. to Moneadas, el papa de en la biblioteca este mejor. si me permite 0 dle sus interrum| 61 Escaneado con CamScanner alumnos, Lautaro Rial, lo ayud6. Me gustarfa hablay con él un segundo, si fuera posible. —Lo comprendo perlectamente —dijo la profes. ra, y ditigio su mirada hacia la clase. Lautaro se habia puesto de pie de un salto. —Con todo gusto, sefior, y me alegro de que sy hijo ya esté bien. Lautaro no esperaba que las cosas se complicaran, Después de todo, no habia sido mas que un juego de policias y ladrones. El, en honor a la verdad, ni siquie- ta habia tocado a Rosendo. Sencillamente, lo habia encontrado en el suelo, las piernas estiradas detras de unas cajas de carton, la cabeza ladeada, terriblemente palido y, claro, habfa llamado a la bibliotecaria, que ni siquiera estaba en su puesto sino tomando un café en el bar, la muy tramposa. Bueno, mejor para él. Sin embargo, antes de salir corriendo en busca de ayuda, habia manoteado un libro cualquiera. —En primer lugar, te agradezco que hayas ayuda- do a Rosendo tan rapido. Es una suerte que estuvieras alli —dijo Ernesto Moncadas ya en el patio. —No fue nada, aunque, le soy sincero, yo también me asusté —Me imagino. Queria preguntarte si no ofste que tosiera 0 que gritara, no sé, a lo mejor un golpe, 0 que pidiera ayuda. Lautaro comprendié con rapicez que debia tenet cuidado con lo que contestara, 62 dl Escaneado con CamScanner re —Mire, yo estaba buscando un libro y Rosendo, supe después, habia ido a devolver unos diccionarios, asi que Nos separaban unas cuantas estanterfas. —Pero estaban en la misma sala. —Si, en la misma. —Y me dice la bibliotecaria que no habia nadie mas, asi que se me ocurre que, si Rosendo hubiese gritado, por decir algo, 0 pedido ayuda, vos lo habrias oido. —Claro, y la bibliotecaria también. Pero yo no escuché nada. Cuando volvia con mi libro, me topé con Rosendo tirado en el suelo. Moncadas se paso una mano por la frente. Sudaba. —jEstaba inconsciente, con los ojos cerrados? —A ver, bien no me fijé. Creo que me impresioné un poco. Sali a buscar ayuda lo mas rapido que pude. Pero jahora esta bien, cierto? —Si, Lautaro, gracias a Dios, esta perfectamente. Solo que queria hablar con vos; en primer lugar, para agradecerte, como ya te dije, y en segundo, para ver si se nos habfa escapado alguna cosa, algtin detalle. —iEl no se acuerda como fue que se cay6? —No, ya le preguntamos y lo ultimo que recuerda es que se mare6. Entre eso y la enfermeria todo esta en negro. En fin, esta tarde vamos a ir a ver a su médico... Pero seguro que ha sido un bajén de presion. Bueno, campeon, gracias por tu ayuda. Moncadas palmeo al muchacho € dedicé una sonrisa leve y regres6 a laen su hijo ya estaba listo para irse a casa. nel hombro, le fermeria, donde 63 Escaneado con CamScanner ONCE Luefa y Ernesto bajaron a la cocina a tomar una taza de café después de dejar a Rosendo instalado en su cuarto. Los padres habian cancelado todos los com- promisos de ese martes. —wNo creo que sea nada serio —dijo Ernesto—, pero no voy a estar tranquilo hasta que Pedro lo vea. —Llega esta noche de un congreso en Salta. Sere- mos sus primeros pacientes mariana, a las diez. Igual tenfamos una cita esta semana para hablar del tema de la fonoaudidloga, jte acordas? —Esté bien. Los paso a buscar y vamos juntos. A propésito, hablé con el chico que lo encontr6. No vio ni oy6 nada fuera de lo normal. Solo encontré a Ro- sendo tirado detras de unas estantertas y fue por 4¥U" da. Un pibe fantastico, me parecié. Si tengo tiempo: 64 Escaneado con CamScanner 0 luego por la escuela para hablar con la bibliote- ‘a, No creo que tenga nada nuevo para decirme, ero por si acaso. Quiza me diga algo mas. —jComo qué? _No sé, Lucia. Quizé lo vio palido cuando entré 0 recuerda algtin comentario. Cualquier cosa que nos sirva para decirle mafiana al médico. Es muy raro. No digo que esté preocupado, pero tampoco es normal que un chico se desmaye. En fin, lo importante es que aho- raesta bien. Bueno, llamame si pasa cualquier cosa, gsi? —Y agrego, dirigiéndose a Juanita—: Y usted, saqueme pas cari esa cara, que su amado Rosendo no tiene nada que no se cure con uno de sus flanes sanadores. A propésito, yo también hace mucho que no como uno. La mujer, que habia permanecido cerca, pero ca- llada, sonrié agradecida, aunque no se le borr6 la linea de preocupaci6n. A las tres de la tarde el sol pegaba de lleno sobre las ventanas de la biblioteca. Ernesto Moncadas entr6 a la escuela por la calle Santa Fe, que daba acceso di- recto a la biblioteca. Con traspasar el umbral podia ingresar a su infancia y asu adolescencia, transcurridas entre esas paredes. El salon mayor tenia el mismo aspecto desde hacia cuarenta afios. Las reformas tecnoldgicas habian sido Teservadas al segundo nivel y tenfan que ver con los archivos digitalizados, el montacargas eléctrico, la ilu- minacién, las fotocopiadoras, los escaneres, en fin. Pero este espacio habia sido preservado y eso le producta 65 Escaneado con CamScanner placer y una conexion instantanea con sus Memoriag mas entranables. —En qué puedo ayudarlo? : La vor Jo sacd de la ensofiacion Margarita, la bi. bliotecaria, lo miraba con cierta curtosidad, Eta ung mujer menuda que orillaba los setenta, aunque man. tenia porfiada el pelo rubio que debié de haber tenido alos treinta, y un carmin exagerado en los labios, Fy. nesto se presento y le explicé por qué estaba alli, —Recuerdo que Rosendo vino a devolver unos diccionarios que habfan usado en clase. El sabe donde se ubican y le gusta llevarlos personalmente. En reali. dad, reacomodarlos es tarea mfa, pero para mi es todo un triunfo que a un chico le guste manejar los libros, Asi que, si tienen voluntad, yo los dejo como en sy casa. —(Y Lautaro? — calidad que casi nunca tenfa que usar. Apenas si co- sfumando con ligeros toques del dedo meni- la yema de costado para lograr el efecto qregia, ue, solo puseado, el toque maestro. Habta sido gradual, pero de repente habfa com- prendido que ya no necesitaba tener en frente al mo- gelo. Dibujaba de memoria y hasta comenzaba a de- sarrollar sus propios personajes. Al principio los copiaba, pero poco a poco permitié que su imagina- ion hiciera el trabajo. Los rostros y los cuerpos cobra- ron vida, movimiento; las ideas de lo que los llevaba a decir y hacer le llenaban la cabeza de luz. Antes de que llegara su padre guardaba todo. Era mejor evitar dis- cusiones que, de todas formas, no llevaban a nada. Arrancaran por donde arrancaran, terminaban siempre de la misma forma, y él ya habia decidido que acabaria quinto afto y se iria. Ni loco dejaria que lo mandaran auna universidad durante seis afios. Lautaro se entretenia en dibujar a Ernesto Monca- das. Esperaba no tener que volver a hablar con él. Habia pasado un momento muy malo el dia anterior. Parecia que las cosas se le estaban saliendo de las m nos, pero fue sagaz y consiguio Hevarlas por buen cauce. Tenfa la certeza de que Ro: endo no se atreveria a decir nada, No se animarfa a decir lo que paso... 0 lo que no pas6, porque en realidad, nada habia suce- dido. Ni siquiera habian tenido un enfrentamiento cara acara en ningun momento. Si Jo pensaba bien, no tenfa nada en contra de Voz de pito, pero verlo nada més le encendia la llama. Era algo incontrolable y n° 69 | Escaneado con CamScanner ojos asustados, luchando por da, la impotencia, arlo, Ver sus ©) aia detenet! week boca a eta deseo de rodear, a las | rimasy : | conten’ uf uw jrrefrenable e dolor. . n ja rabia, le T de inlligit wis durante Ja primaria, y qui- ardin, les pegaba asus compafietos, Los en les reumones de padres siempre onaba su nombre. Después de el plantel de psiclogos y psico- pedag039s el papa de Lautaro fue invitado a experi- mentar con otro ambiente educativo que pudiese ofre- y las condiciones que él necesitaba y cerle el ambiente bla, bla, bla. Fue asi que cambio dos veces de escuela hasta cumplir doce afios. ‘Ahora no pegaba mas. No necesitaba hacerlo. Sonrié recordando la caceria en la biblioteca. El juego recién empezaba. Solo estaba obligado a tener cuidado. El no era un bully* cualquiera de esos que andan en pandillas. No. Eso era meterse en problemas. Lo que realmente le gustaba era elegir al sujeto con la mirada, acercarse despacio y ponerle la soga en el cuello, pero sin violencia. Habia algo de cazador soli- no y furtivo en esa ceremonia, algo de pasos lentos, Fanon oe ae Nada de golpes ni violencia moronar a x — — = jaan se la més completa sol . Hasta que sintiese el abandono, ‘oledad. Tum... tum, tum, tum. za antes. er le temian ye e mencl * Persona que intimida ae O agrede : r Gideiauied Ost Ee Pe euperioridad fst 70 sail Escaneado con CamScanner DOCE Ala mariana siguiente, Ernesto pasé a buscar a Lucia ya Rosendo para ir a la consulta con Pedro Celoria, su pediatra desde que habfa Ilegado al mundo. Alto, for- nido, habia dejado de preocuparse por su calvicie y se rapaba completamente. Era un médico que se tomaba su tiempo para escuchar y dejaba hablar a partir de pocas pero precisas preguntas. No usaba bata blanca y no se sentaba detras de su escritorio. Pedro revisé despacio a Rosendo. Pecho, espalda, abdomen. Palpo, golpeted, apoyo el oido, las palmas de las manos, hundié las yemas y miro al techo como si alli se produjera la conexion entre su oido y lo que le estaba diciendo el cuerpo del chico. Lo midio, le observo las plantas de los pies, las encias, las orbitas de los ojos. 7 Escaneado con CamScanner —Abri, cerra, inspira... de nuevo... de nuevo, Solté el aire despacio. Eso es. Finalmente, palmed a Rosendo en la espalda, seal para que se vistiese, y acercé una silla para sentarse frente a la camilla. —Acé esta todo perfecto. ¢Cémo te cafste? —No sé. Me mareé y me daba vueltas todo, Cuan. do me desperté, estaba en la enfermeria. — iVeias estrellitas? —Si, creo que si. Todo oscuro y estrellitas, —Recordas si caiste para atras? —No, no me acuerdo de nada. —~Sudabas cuando empezaste a sentirte mal? —Creo que si. Un poco. —Habias tenido algun problema antes de ir a la biblioteca? ;Estabas por tener algun examen? —No. —iUn cigarrillo en el batio, quiza? Lucia estuvo a punto de intervenir, pero lo que fuera que iba a decir no paso de una inspiracion de aire y un gesto apenas dibujado. —No —dijo Rosendo mirandolo a los ojos. Pedro asintié sin hablar. —Bueno, jqué desayunaste hoy? —Solo una taza de té. —Es demasiado poco, pero hoy nos viene bien para hacer unos andlisis, Lucia, te voy a hacer la orden y van al primer piso donde esté el laboratorio, Le dects al doctor De Marcos que necesito los resultados en !2 manana. 2 Escaneado con CamScanner Mientras Rosendo y su madre saltan, Pedro le hi un gesto a Ernesto para que se quedara. = —A ver, ahora contame tu versién, —Pedro, te aseguro que no hay mucho mas, Lo encontré un chico de cuarto que estaba en la bibliote- ca, llamé a la encargada y lo llevaron a la enfermeria. No tengo idea de qué puede haber pasado. —jConocés al chico que estaba con Rosendo en la biblioteca? —No, sé que es un buen alumno, muy correcto, un lindo pibe. Fui a hablar con él ayer mismo. Me gusto su actitud. —Sabés si son amigos Rosendo y él? —No, deben de conocerse, pero amigos no creo que sean. Este chico tiene dieciséis o diecisiete afios y esta en cuarto. —Y con la bibliotecaria? —También con ella hablé. En realidad, no estaba alli cuando Rosendo se cay6, pero el chico fue y la busco inmediatamente. Pedro hacia las preguntas con pausas entre una y otra. Meditaba cada respuesta de Ernesto. —Por qué me preguntas todo esto? —Estos episodios pueden ser aislados y no ninguna significacién. Es més, en la mayoria de los casos es asi. Sin embargo, no hay que dejar de ee les atencion. Puede ser que Rosendo esté atravesan lo = sera contar. El tema de un problema animico que no quiera con a sus cuerdas vocales es un tema que nO eee cuidar. ;Ya fueron a la médica que les recomenc®* tener 73 Escaneado con CamScanner Tea —Si. Rosendo insistié en ir solo la primera ye, luego lo acompafié Lucia. Nos orden6 hacer algunos estudios hormonales y estamos en eso. —Me gustaria verlos cuando tengas los Tesultados, Después me pongo en contacto con ella, VAMOS a tra. bajar juntos en esto. Ademas, queria decirte algo. No debemos hacernos muchas ilusiones, pero en unos dias llega a Buenos Aires un médico especialista en, trastor. nos de la voz en chicos. Smuckler, se llama; un capo, te aseguro. Gracias a un colega, creo que voy a tener contacto con él. Ya le he escrito ¥ vamos a tener ung charla. La verdad, es muy dificil que conceda una en- trevista, pero parece que estamos de Suerte. Le voy a llevar el caso de tu hijo. Emnesto se paso la mano manos. No tenia palabras —Sin expectativas, Emesto, te Tepito. Esperaremos a ver qué nos dice. Por la frente y abrig las —Te agradezco mucho, Pedro. Vos sabés que Lucia Y yo confiamos plenamente en vos. —Gracias. Y contame un poco antes de irte, somo anda Rosendo con su hobby de los rompecabezas? Ernesto apreto los labios en un intento de sonrisa y mene6 la cabeza, —Cada vez mas entusiasmado, no te imaginds. Tiene un compafiero, Martin, tan enloquecido como €l por el tema, Trabajan juntos casi todos los dias. ¥# No sabemos donde mas colgar las obras terminadas. ; i 5 esta —%Por qué me parece que no te apasiona a vo actividad? 14 Escaneado con CamScanner _No es exactamente asi. Pero tengo que serte ho- esto. Me gustaria algtin deporte, algo que lo integra- ra mas aun grupo, gentendés? Con este amigo que te digo se pasan horas encerrados, mirando esas piececi- tas diminutas, ensamblandolas, buscando en internet nuevos modelos, en fin, no sé. Lo importante, supon- go, es que él se sienta feliz con lo que hace. Esa noche cenaron los cuatro juntos en casa. Los resultados de los anélisis habian dado perfectos, tal como esperaban, y Rosendo estaba bien de animo. —Hoy te llamaron varios compatieritos —dijo Juanita mientras colocaba otra fuente de puré sobre la mesa. | —Deci amigos, Juani, no companeritos, que Ro- sendo no est4 mas en la salita azul. Ignorando la ironia, Rosendo pregunto: | —;Te acordas de los nombres, Juani? | —Me acordaria si me los hubieran dicho. La unica que dejé dicho quién era fue una chica: Josefina. —Ah, la colorada —comento Marianela torciendo la cara. —Es mi amiga. —Qué va a ser amiga —murmur6 entre dientes Marianela—. Dale tiempo y vas a ver en qué se trans- forma. Emesto y Lucia se miraron brevemente con un Buitio, —iY en qué se va a transformar, segtin vos? —pre- Bunt Rosendo. 75 ii. ee Escaneado con CamScanner —Va a sacar las uias, nene. Josefina, en caso de que no te hayas dado cuenta, esta detras tuyo. 54 que se sienta otra vez con vos? —Si, jy qué? —No te hagas el inocente. Yo vi como te miraba ¢| afio pasado, cuando cantaba en el coro. —Basta, Marianela —tercio el padre. —Es verdad lo que digo. —Aunque lo sea, no es asunto tuyo. Rosendo paso por encima de su hermana y se dirj- gid otra vez a Juanita. —iMe dejé algo dicho? St. Juanita hizo una pausa, sonrié y transmitio el men- saje: —Que te manda un beso. —{Qué te dije? —bisbiseo Marianela. —Enorme —agrego Juanita. La carcajada de todos contagi6 a Marianela, que termino abrazando a su hermano mientras Lucia ponia otra fuente.de milanesas sobre la mesa 76 Escaneado con CamScanner TRECE No se trataba de que Rosendo no tuviera amigos. Es- taban los chicos del curso, en su mayorfa companeros de la escuela primaria con los que habia compartido excursiones al cerro Champaqui, intercambios colegia- les de basquet, fiestas de cumpleafios y hasta miniva- caciones con padres incluidos. Pero todo eso habia quedado atras. No era que la amistad de los chicos se hubiera terminado, porque se veian todos los dias, pero una en algun momento Rosendo dijo que no it fiesta, que no participaria en un proyecto, que no in- legraria un grupo. No fue un cambio radical, de la noche a la manana, Se trato, mas bien, de un salpicado de situaciones a lo largo de varios meses, quiza un ano, Como resultado, la vida social de Rosendo se redujo casi a cero, Escaneado con CamScanner Cuando Ernesto quiso hablar del tema, Lucfa dijg que aclla la situacion le parecta perfectamente Normal, —{Qué significa normal para vos? —pregunig él ladeando la cabeza. —No me hables como si yo fuera tu hija —replicg Lucia—. Es normal que un chico, especialmente de esta edad, deje de interesarse en algunos TUpos y Jog reemplace por otros que responden mejor a sus inquie. tudes. —Pero Rosendo no reemplaz6 nada. Sencillamen. te, no tiene amigos, Lucia. —No es cierto. Esta Martin, el compatiero de los rompecabezas. —Esté bien, es un buen chico. Pero pasan muchas horas dentro de casa o en el Club del Hobby absorbi- dos por ese tema. —No te olvides que fuimos nosotros los que le sugerimos que fuera a... —Si, pero pensé que formaria un equipo, un grupo de algo, no sé. Vos tendrias que haberte dado cuenta de a donde se dirigia el asunto. De ahi en més, la discusion se repetfa con imple cable monotonia. Cada uno se parapetaba detras de los errores y las carencias —reales 0 imaginarias— ¢el otro, ocultando el dolor que a los dos les products. Muchas veces, cuando Lucia hablaba, Ernesto dirigl la mirada hacia el techo, como si alli fuera a ot la respuesta a lo que consideraba tonterias de su : mujer, o la miraba de frente y parpadeaba — i haciendo la pantomima de quien oye una jerigo 78 Escaneado con CamScanner extrafia. Ella, por su parte, reaccionaba mencionando- Je algunas de las cosas que él, como padre, podria hacer pata mejorar la situacién, y aprovechaba para aclararle que para eso hacfa falta buena voluntad, por- que de mala gana no valfa la pena ni siquiera intentar- Jo, Entonces, Ernesto contraatacaba con preguntas rispidas, molestas, como si el hecho de obligar a Lucia acontestarlas fuera a resolver el problema. Las dos posturas eran injustas, pero no sabfan de qué otra forma actuar. Fatigaban un camino mil veces recortido, solo para llegar a cuestiones que ya habfan explorado otras veces, irresueltas 0 insolubles, y que claramente no guardaban relaci6n con las razones por las que Rosendo se habia quedado sin amigos. El Club del Hobby era una especie de biblioteca municipal devenida en centro de estudiantes, lugar de reunion y promocion de proyectos estudiantiles. El edificio estaba a pocas calles de la casa de Rosendo y él habia decidido ir a buscar clases de ajedrez. Con uno o dos dias por semana dejaria tranquilos a sus padres y, con un poco de suerte, ellos lo dejarian tran- quilo a él. Apenas entr6, se le acercé un hombre de unos se- tenta afios, muy alto, de cabello blanco y bigotes ne- gros, que con una dosis justa de amabilidad y sin quitarse los anteojos de leer, le pregunto si podia serle de utilidad. A Rosendo le gusto la forma adulta con (ue se dirigio a él, sin forzar sonrisas y sin gesto de Sorpresa cuando escuché su voz. 79 ee Escaneado con CamScanner —Quisiera tomar clases de ajedrez. —jCual es tu nivel? —Basico. Una vez hice un taller en la escuela, en i do. quinto gra —Y te gustaba mucho? é ds —Bueno, no tanto. Lo que pasa... —dud6 Rosen. do— es que estoy buscando alguna actividad para la tarde. —Mi nombre es Andrés —se presenté el hombre, cambiando totalmente de conversacion. —Yo me llamo Rosendo. —Te invito a que te des una vuelta por la bibliote- cay mires a la gente trabajando en las distintas aficio- Nes que acd se promocionan. Primer piso y entrepiso solamente. Podés ir, tocar y preguntar todo lo que quieras. — (Clases de ajedrez no dan? —Si, damos. Pero gsabés que el ochenta por cien- to de los que vienen buscando clases de ajedrez ter- mina enganchandose con otra cosa? Te explico, Ro- sendo. Un pasatiempo, cultivado a tu edad, es posible que te acompafie para toda la vida, Por eso aconsejo elegir con cuidado, Una aficion, cualquiera que sea, aga alae aaa una maquina de producir ; > entusiismo, gentendés? Hay gente que llega a constry Tse una habj ara desarro! al lar : itacion para d En rea ne a N realidad, yo basicamente ero sacar y qui a Papa y a 4 de enc : sso de Andree sn a 7 Pens6 Rosendo, El entu- ‘ *recla semejante i: ‘Jante desaire, 80 Escaneado con CamScanner _-Hay gente —continud su anfitrion con fervor— que llega @ levantarse dos horas antes de ir a trabajar ara dedicarle tiempo a su aficion. Con eso te digo todo. Ast que, si estas eligiendo algo que hacer con tu tiempo libre, y me imagino aca que tus padres pueden estar presionando, vale la pena que recorras un poco. Hay mucho para ver. Algunas actividades son comple- jas, otras resultan caras, y hay las que retinen las dos ‘cosas. En fin, tenés de todo. Media hora mas tarde, la voz de Andrés lo sorpren- dio en una sala del entrepiso, absorto, frente a un rompecabezas de mil quinientas piezas que mostraba un castillo, montafias, ovejas y un cielo vasto en es- plendorosa tormenta. Tenia mas de dos metros de largo por uno y pico de ancho y el muchacho que estaba trabajando en él movia con suavidad los diez dedos en el aire como tocando un piano cuyas teclas nadie mas podia ver, sin sacar la mirada del cuadro y enteramente indiferente a la presencia de los dos. Era Martin Rodriguez. Rosendo se dio vuelta lentamente y dijo: —Esto quiero, 81 Escaneado con CamScanner El jueves, dos dias después del desmayo, apenas entrd Rosendo al aula, sus compafieros se arracimaron para preguntarle, palmearlo, animarlo. Lo apreciaban de veras y hasta se permitian hacer- le alguna que otra broma sobre su voz, pero eran bromas que no ofendfan a Rosendo porque las recibia de frente, como Tani, que usaba unos lentes de culo de botella, o el gallego Salvador, con la cara Ilena de granos. Josefina lo miraba con una sonrisa desde su lugar. Se dijo que en cuanto tuvieran un momento, y ya se encargarfa ella de buscarlo, hablarian, Tenia un par de Io on aa ocupaban y que atin no habia comen- Sus dud en medio del revuelo que se armé. Ns dudas tenfan que ver con el dia del desmayo. 82 Escaneado con CamScanner =. la profesora de Matemiticas llevaba diez minutos enel aula y Rosendo todavia no regresaba del recreo. Todos sabian. que habia ido a devolver unos dicciona- yios a la biblioteca, pero nadie en la clase iba a decir una palabra sobre su ausencia, mds porque era un c6digo de comportamiento grupal que porque el hecho no les llamara la atencion. La maestra, por otra parte, apenas si acostumbraba a echar un vistazo al parte de asistencia. Cuando habian pasado veinte minutos, Josefina pidio permiso para ir al bafio y enfilo hacia la biblioteca. Al cruzar el patio, vio a Lautaro abrir la puer- tay saltar los cinco escalones como si fueran uno. El caricaturista lamaba a Margarita. Parecia asustado. Mientras escuchaba a Rosendo esquivar con risas y bromas las preguntas de sus compafieros, se repetia que, en esa historia, las cosas no acababan de encajar. Cuando entr6 el profesor de Lengua, los estudian- tes volvieron a su sitio. Era un hombre de aspecto moderno, de unos treinta y cinco afios, que usaba la creatividad para ensefiar. —De a dos —anuncié mientras escribfa la fecha sobre el pizarr6n— quiero que elaboren conclusiones sobre la pelicula que vimos la semana pasada, La so- ciedad de los poetas muertos. Nada de revolear los ojos, Porque ya habfamos hablado sobre este trabajo. Voy a cried preguntas guia que pueden tomar 0 n0, % , que sea en el orden que prefieran. Dos: Clentas cincuenta palabras con un margen de diez para aniba o para abajo. Tienen cincuenta minutos. No 83 Escaneado con CamScanner 0 c e a las consi jas. Tienen que acostumbrars' | i ucjas. quiero queles: nas. A trabajar, senores. 9 : « 8 a de las chicas a beara mano ala frente Y agrego en tono de | fesor se eee a trabajar ustedes también. —Eraung pbroma que ejercitaban con buen talante. : ; —_En serio, jestas bien? —le pregunto Josefina en voz baja mientras copiaba las preguntas del pizarron, | _Perfectamente. Me dijo Juani que llamaste. Me habian Ilevado al médico, a hacer unos anilisis, qué sé | yo. Perdi el dia entero. Exageran mis viejos. {Qué po- nemos? Doscientas cincuenta palabras es mucho. | —Saca una hoja de las tuyas que yo me quedé sin. Desmayarse no es poca cosa. ¢Vos te habias desmayado antes, alguna vez? —No. Es horrible. Ojala que no te pase nunca. — Dale, ya puse el encabezamiento. Este no nos dijo que iba a pedir un trabajo. Es alta traicion. Nos deja traer pochoclo a la pelicula y después te viene con «Saquen una hoja». —No te preocupes, yo la vi cinco veces. Ahora te dicto, pero antes contestame esta pregunta. ;Qué te que- ria decir Lautaro el otro dia? —jCuando? — te desmayaste, ya sabés de qué te estoy —iComo sabés que me queria decir algo? Te avis? que el profe te esta mirando. Ya se dio cuenta de (4° 84 yy Escaneado con CamScanner mos hablando de cualquier cosa. Dictame el titulo esta aunque sea. a anotdt «Seras lo que debas ser». Y sé que te yerfa decit algo porque vino a buscarte cuando ya te wis ido. Uno de los chicos le dijo dénde estabas. | © _Nada, una pavada me queria decir. Vio el otro dia el portaminas que me regalo mi hermana y quiere | comprarse uno igual. «sSeras lo que debas ser o si no no seras nada?». —No, solo la primera parte. —Bueno, empezé a dictar que si no, no llegamos. —Escribi: «A principios de siglo, algunas clases sociales...». Rosendo, él estaba al lado tuyo cuando te desmayaste? —No, nilo vi. Me encontré desmayado. Segui con lo de las clases sociales, por favor. —«.,, tenfan acceso a determinados establecimien- los educativos, coma, que lejos de...». gY entonces, como sabés que él te queria hablar de eso, del porta- minas? —Porque —aca Rosendo suspiré— ya me lo habia Preguntado el otro dia en la cafeteria y habfamos que- dado en que le averiguaba. Segui, «... que lejos de...». —«.. crear hombres de bien y forjar sus espiri- Us...» s¥ le averiguaste? —iJosefinal St, le averighé. gPor qué me hacés tan- ‘8S preguntas? ~Porque me importa lo que te pasa, Rosendo. Rosendo agaché un poco més la cabeza sobre el Papel y no vio los ojos empamiados de su compariera. 85 > Escaneado con CamScanner QUINCE El viernes a la tarde Rosendo ponta orden en su habi- tacién, bajo pena de no salir en todo el fin de semana. Hacia dos meses habia llegado a un acuerdo con su mama y Juanita. «Nadie entra en mi cuarto y yo me ocupo de todo», era su declaracion. Quedo claro, entonces, que si queria las camisas planchadas y las camisetas limpias, deberia sacarlas él mismo del cuarto. De los restos de comida ni siquiera se llego a hablar porque «ni falta que hace» —habia sentenciado Juanita. —Sos indefendible, porque para que ni siquiett Juanita salga a discutirle a mama... —opiné Matianelt El acuerdo fue sorpresiva y unilateralmente 1010 a e cle su madre. Lo acusaba de incumplir con su pat ita trato. Por un lado, se habia enterado de que Jus 86 Escaneado con CamScanner gacaba todas las mafanas la ropa sucia del cuarto, cosa aver? formaba parte del arreglo, pero, fundamen- almente, porque ella misma habfa encontrado debajo de la cama restos de sandwiches de algo que parecta queso. , _Yos violaste el acuerdo antes. Los encontraste al entrat. ‘ Elargumento de Rosendo para defenderse encontré como respuesta la sugerencia de que, si hubiese tarda- mana mas en entrar, habrian tenido que gesratizar. Su madre agreg6 que, por el momento, se esfumaba la posibilidad de cualquier nuevo acuerdo y ue las pautas las estableceria ella. «Yo sola», habia enfatizado con un gesto absolutista y dictatorial. Asi se gestaban las revoluciones, los golpes de es- tado, el vacfo de derecho, pensaba enfurecido Rosendo. No abrié la boca porque sabia reconocer cuando una situacion estaba al rojo. Se senté en el suelo de su habitacion a observar el caos con desaliento. —jNo sabés por donde empezar? —pregunto Ma- nanela desde la puerta. —Sali de aca, a menos que vengas a ayudar. —Te estas mostrando muy agresivo conmigo. Ast no vas a recibir ayuda, querido. —Sos una mala hermana. ~Tendrias que estar agradecido, porque si no hu- biera sacado yo esa revista asquerosa que tenfas deba- J del colchon, la penitencia iba a ser otra. —(Qué revista? q 87 Escaneado con CamScanner "1 a Marianela se mordié el labio inferior y mits techo. Fst bien. Pero vos, como la encontraste? —Por abnegada, te dirfa. Juanita me pidie que recogiera tus calcetines para lavarlos. —Yo no dejo calcetines debajo del colchon, —No, pero una cosa lleva a la otra y, bueno, as, pasan las cosas. Los grandes descubrimientos se han dado de esa manera. La electricidad, la penicilina, Ja telatividad, gviste? Y ya que estamos, te aconsejo que te pongas a trabajar. —No es justo. Mird lo que es esto —dijo Rosendo con profundo desanimo. En el fondo, estaba buscando un poco de compa- sion. Juanita estaba descartada porque su mamé no le sacaba la vista de encima, pero a Marianela, si tendia los hilos con cuidado, podia llegar a enternecerla. —Te avisé que te iba a pasar —removi6 la herida. Después, agreg6 sin sonido—: Por mugriento. Rosendo, con excelente punteria y un golpe de efecto, lanz6 el almohadon, que salio por la puerta y viro hacia el pasillo, alcanzando de Ileno a Marianela en la cara. —Los CD por orden alfabético —le grité ella antes de encerrarse en su cuarto, Rosendo alcanzaba a escu- char su risa. ‘Tras un par de horas en las que apenas si logré oF ganizar sus pensamientos y algunas camisetas, Juanita lo llamé desde la parte baja de la escalera, anunciando 88 Escaneado con CamScanner - que le pasaba una Hamada al teléfono que estaba en el pasillo. Hola, pichon —susurr6 Lautaro al otro lado de Ja linea—- {Mejorcito? Qué querés? —j Qué modales son esos? No te vi el jueves ni hoy, pero sé que fuiste a la escuela. Querfa saber cémo es- tabas. —Tengo un dia complicado. Bueno, organizate que ahora vas a tener otra tarea. {Te acordas del portaminas que me facilitaste el otro dia? Se me acabé la mina y necesito que me consigas més. Rosendo guards silencio. —Contestame, pichon. Sé que estas alli. No tengo. —No te creo. Pedile a tu hermanita o fijate como podés hacer. Las necesito para el lunes sin falta. Te espero en la cafeteria a las diez y media. No me falles, Rosi. Rosendo corto. Tenia un nudo en la garganta y una piedra en el estomago. Durante el sabado Rosendo se mantuvo ocupado y casi todo el tiempo dentro de su cuarto. No solamente corrié los muebles para barrer detras, cambi6 las , sébanas y sacudié la alfombra en el jardin, sino que Tetir6 todos los CD y libros de la biblioteca, los limpid uno por uno y los volvié a ubicar por orden alfabético como habia sugerido la tonta de Marianela. Encontro 89 Escaneado con CamScanner

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