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PERSELLO, Ana Virginia, Historia Del Radicalismo (Cap. I y II)
PERSELLO, Ana Virginia, Historia Del Radicalismo (Cap. I y II)
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Capítulo 1
Los orígenes
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Consriwción. La supresión del derec ho elecro ral y su reemplaw por la acción Ambos se proponían como partidos ele principios, y si bien estaban lejos de
de los gobiernos se reali zaba a través d e lo que en la época recibía el nombre poder ser cónsiderados partidos orgánicos en el sentido más moderno del rér-
de máquina. Esa máquina comenzaba a funcionar a partir de la consuucción mino promovieron la constitución de identidades políticas diferenciadas, lo
del pa¿lrón de elecrores a cargo del Minisrerio del interior, seguía con el acapa- cual no impidió los tránsitos de un club a orro ni la lucha facciosa. E ran agru-
ram iento ele libretas, la confección de las listas de candidaros y el control de los paciones laxas cuya principal acr iv idacl se circunscribía a la realización ele los
electores el día del com icio. Fi nalm ente, el fun cionami ento del sistema esraba trabajos electorales (Sábato, 1998). No diferían d emasiado en cuanto a sus ba-
garanrizado por el recurso a las inrervenciones lederalcs que se urilizaban para ses y prácricas; sin embargo, durante mucho tiempo la hisroriografía los asi -
desplaza r, reponer o reconsrruir autor idades cjecurivas, legislat ivas o jLrdi cial es. miló a la dicoromía ent re orden y libertad, rradición patricia y corriente po-
"Recurso ordinario de unificación elecro ral", como las ca racte ri zaba Conzález, pular, la "genre bien" y las masas. Con Adolfo Al si na - propon e Á] varo Yunque
actuaban no sólo cfecriva sino prevemivan1e nt t:. El temo r a la im ervención dis - ( 1984)- estaba "el subu rbio , el pobrerío arrasrrado por sus marones de pulpe-
c ipl inaba a los gobernadores provin cia les. En símesis, esrc diagnósti co desc ri - ría, re ñideros de gallos, com ités y boliches, gente c ruda, capaz de ganar elec-
bía la subversión de los principios republi cano , rcprescmarivo y fcdcnll in sc rip- ciones a tiros y puñaladas", en cambio el mitrismo reunía a "la geme bien,
11 t,lS en la Consritución de 1853. En tér111inos d e ' li.di o Halperín Donghi, "el do ctores, grandes hacendados y latifundisras". La lucha política incluía la
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r~)quismo era la suprema e ncarna ción de la república pos ible" y fu e prccisa- co mpete ncia, las negociaciones y las rebeliones.
1¡ En 1874, la sucesión presidencial ele Domingo E Sarm iento presentó ca-
menre por ello que "había colocado ya en el orden d el día los problemas de la
¡·~ pübl ica verdadera" ( 1987). ra clcrfsticas ,nu evas. La ca ndidatura de Nicolás Avellaneda surgió del acuerdo y
Ahora bien , si en la visión de los inrel ec ruales y políricos qu e remprana- d apoyo de Jos gobern adores provinciales y su triunfo provocó el levantamien-
me iHC con1en?.aron a oponerse al régim en, y de alguna manera tambi én en to de Mirre justificado co mo derecho, deber y necesidad frente a gobiernos que
c ierra recuperación hisroriográfica posre ri or, predominamn las reFe rencias a la no res petaban la libertad de sufragio, consigna, por orra parte, sosten ida tam-
unanim idad, la,deserción cívica y la .aparía, esra imagen ha sido luego revisa- bién por muchos de los clubes políticos vinculados al Partido Autonomista. En
cta. Los acuerdos de cúpulas no implicaron ausencia de di se nso, d e part icipa- 1877, el presidente Avellaneda institucionalizó un nuevo mecanismo político ,
ción polír ica o inmovili smo. Fue, en rodo caso, la perpewación de un círcu lo la conciliación, qu e implicaba acuerdos electorales y la inclusión en el gobierno
gobername la que engend ró conf1icros y di vis ion es que no só lo se produj eron de mirrisras y alsinistas. Lea nclro A.em, Arisrcíbulo del Valle, Bernardo de
por la ocupación ele espacios de poder sin o por el modo de co nce bir el régi- Irigoyen, Carlos Pellegrini, entre otros, se opusieron al acuerdo y co nstituyeron
men político y de conci li ar la norma co n el Funcionam ie n to de las instirucio- una efímera agrupación política, el Partido Republi cano. En 1880, la Liga de
nes .. La oposición a ese orden se tradujo en 1890 en un movimiento revolu- Gobernadores de la que surgió el Partido Autonomista Nacional catapulró al
¡;ionario que proponía simu lráneamcnrc una ru ptura y una vuelta arrás. La poder al general Julio A Roca y en 1886 a su sucesor, Miguel Juárez Cclman,
Itcvo lución del Parque impugnó el monopolio de l poder en manos del quienes intentaron romper con ese pasado de luchas facciosas qu e será reivindi -
J>ar\ido Autonomista Nacional (PAN), la unanimidad, la hegemonía d e go- cado en 1890 como momento idealizado de competencia ab ierta.
l:l iernos electores )' al mismo riempo se propuso como un movimiento rege- En agosto de 1889, un artícu lo aparecido en el diario La Nación, "Tu
nerador y restaurador del suFragio uni ve rsa l, de la existe ncia de agrupaciones quoque juvenrud. En tropel al éxito", firmado por Francisco Barroetave ña, un
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f?o líti cas y de la comperencia por el poder. abogado enrrerriano, reaccionaba contra la renuncia a la vida cívica acriva y a
D esp ués de la unificación de Buenos Aires y la Co nfede ración, el esce na- la libertad política manifestada por un grupo de jóvenes que en un banquete
rio políti co bonaeren se había estado dominado por la emergencia del Partido polírico había declarado su adhesión incondicional a Juárez Cdman; denun -
[ .ibc ral pr es idido por Lhrrolorné Mitre, del CU<li se escindieron en 1864 algu- ciaba el unicato: "Designación del jefe úni co del Partido Nacional, hecha en
nos sccrores liderados p<n Adolfo Alsina. Así, el Club del Pueblo (mitrista) dio la persona del presidente de la República, que constitucionalmente no puede
or ige n al !\mido Na c ionalisra y el C lub Liberrad (alsinista) gestó al Partido ser jefe de parrido" y enumeraba los que consideraba sínromas de d ecadencia
ÁLitollO illi sta. Los se paraba el prob l cm~ de la ca pirali ·1.ación de Buenos Aires. cívica y retroceso moral: docilidad del Congreso, provincias sometidas y su-
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18 HISTORIA DEL RAD ICALISMO i VIRGINIA PERSELLO 19
pn.:sión del sistema elecwral. Esa nota, que congregó a descomemos y exclui-
1 conferencias y fundar periódicos. El C lub de Belgrano y el de la Concepción
d s del círculo en el poder, comenía los tópicos que a panir de allí se wrna- fueron los primeros de los quin ce que lograron formar entre septiembre y di-
r:in recurrentes en el discurso oposiwr y constimirán el programa de la-Unión ciemb re, cuando se decidió avanzar en la es tructura o rganizativa co nstituyen-
C ívica de la Juventud que se reunió en septiembre en el Jardín Florida. Ajó- do un comité ce ntral que ejerciera la d irección po lítica de la Unión Cívica,
venes sin pasado político como Manuel Montes de Oca, Emilio Gouchón, formado por un a junta co nsultiva in tegrada po r perso najes pres tigiosos, entre
~,;hu·ce lo T de Alvear, Damián Torino , Tomás Le Bretón se sumaron Ariscó- ellos Mitre; una junta ejecutiva q ue reuni<.:ra a los presidentes honorarios de
bulo del Valk Vicente F López, Delfín Gallo , Pedro Goyena y Leandro Alem las parroquias, pres idida po 1· Leandro Alcm, y una comisión de propaganda.
que ya habían tenido actuación en diversos clubes políticos. Finalmeme, la juma co nSLLl riva no se organ izó. En abril de 1890, en el
Alcrn, que pn:sidirá el movimiento, había militado en las filas del auw- Fromón Buenos Aires, 1 cívi os vo lvieron a reunirse. Mitre abrió la lista de
nomismo; en 1868 estuvo emre los fundado res del C lub Igualdad; en 1870, oradores caracte ri zando a la Un ió n ívi ca como una asociación de volunta-
j Ltl1 w a Arisróbulo del Valle, Carlos Pellegrini y No rbertO Quimo Costa, ha- des encaminada a lograr la co nci li ació n del hecho con el derecho. Alem, en
bía o rganizado el C lu b 25 de Mayo, y en 1878 fundó el Partido Republicano camb io , reiv indicó a los part ido cuyas rivalidades y disentimientos, ley de la
en oposición a la coalición entre Avellaneda y Alsina. La Cámara de democracia, engrendrarfan buenas instituciones.
Diputados bonaerense lo había contado entre sus miembros entre 1872 y Después de un período de gran prosperidad, la crisis eco nómica hacía
1880. Después de aprobarse la federalización de Buenos Aires, a la que se sentir sus efectos perturbadores. El aumento del gasto público, los emprésti-
opuso tenazmente, renunció prediciendo, a partir de su puesta en vigencia, un tos wmados sin control y la ley de Bancos Garantidos que habilitaba a las en-
futuro de centralización y avasallamiemo de las libertades. tidades financieras provinciales a emitir moneda y tomar préstamos en el ex-
En rodas sus intervenci ones parlamemarias, Alem insistió en la necesidad terior habían aumentado la deuda interna y externa. El aumento del precio
de limitar, dividir y descen rralizar el poder, en la búsqueda de mecanismos pa- -del oro y la decisión del presidente de cerrar la Bolsa de Comercio provoca-
ra que quien lo detemara no se quedara con wdo y en no gobernar demasia- ron resistencias en el propio gobierno y ampliaron las filas de la oposición. En
do. Co nsideraba que la intervención excesiva del Estado eliminaba la iniciati7 el Senado, Aristóbulo del Valle denunció emisiones clandestinas. Pero los ora-
va individual. Entendía que la auwnomía del individuo garamizada en wdas dores del Fromón, en abril de 1890, no se refi rieron a la crisis sino marginal-
sus manifestaciones y la participación ciudadana en el municipio, las asocia- meme en tanto sus efectos eran considerados producto de la mala política.
ciones y los panidos, junto con la supremacía parlamentaria, constituían los Según Juan Balestra (1986), habría también que atribuirlo a que "en tales
frenos a la centralización asociada a la ausencia de despotismo y al irr.perio de tiempos no era de práctica hablar en público de imereses materiales" pero de
la democracia, a la uniformidad, al impedir y no al hacer. La descentraliza- su incidencia daba cuenta la presencia, jumo a la tradición, la universidad, la
ción, por el contrario, implicaba movimiemo y esfuerzo individual. prensa, el foro, los clubes sociales y el clero, de "millares de propietarios, bol-
Posmlaba, además, que la soberanía residía en el Parlamento y que el :nej~r sistas y comerciantes en vías de arru inarse".
régimen era el federal porque estaba inscripw en el punto de partida de la En el mensaje al C ongreso pro nun cia lo cuando se abriero n las sesiones
Arge ntina como república independi enre <-¡ue no era la unidad, sino la diver- en 1890 el presid ente Juárez elma n dio cue nta le la formac ión de un parti-
sidad . En su planteo, la nación era un res ultado. En 1889, entre los o rado n;s d cuyo pro grama era la p sició n al go bi ·rn e i nte m ó a Aoj ar las tensiones
del Jardín Flo rid a, describió un prese nte <-¡ue había ami ci¡ ado : autonomías , nun ciancl o la pres~:nmc i ó n de un pr yecro d<.: ¡·c.:Fc rma a la l<.:y elecroral que
co nculcadas, libenades reprimidas, una nimidad , un progreso L!Ll <.: er. ta n SÓ· n.:e mrl..·,.arf;:¡ lrt li sta comp leta por l:~s el ·ccion <.:s un in om in ales para impedir
lo material y <-¡ue engend raba co rrupció n. La propu<.:sta S<.: rt:S LIIllf:l <.: 11 In lib~.: r q ue w 1 .~o l p~rri 1 abs rbi ~.: r a la r~.:pr·s ' IIL. ·ió n. <.:~p ués de su caída fue
tad de sufragio, único modo de le ririm ar ~.: 1 g )bi cm , d · mor:1li za 1· la polfc ica , probado en 1 iruc:1 los y r "c h ~7.:tdo po1· el S~.: n, do. Sl: san cionó recién en
y dep urar las finanzas. !( 02 y Sil vi '11 ·ia 110 f¡¡ · rn. s all:i d · lus d ·ccion<.:s de.: l904.
Fue también en el Jardfn Flo1·id:1 do nc.k Fr:t 1H.:isw lla i'I 'O •tnvt 1a nnun ·i C uando ·1anun cio s· l?rO lujo l:t n:vo lu ·i6 11 h:t ·fa ti<.:mp que estaba en
el plan de los cívi os , q ue CO il~isrfn <.: 11 o r · ~111i '!.~ 1· li ~~ s pn11 i1 ti<.:as, pn 1\llll i:u· m:u·cha . 1 ~ 1 ~Ó 1· ju lio los insul'l' ·cws s · 1.:01\ ·c; n raron e n el Parque de Arti-
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llería. Los sublevados eran, según los cálculos de Alem, entre trescientos y cua-
1 En agosto de 1890, Alem le escribía al presidente de la Unión Cívica de
trocientos civiles y cinco cuerpos militares (el Batallón de Ingenieros, el 5°, el Mendoza, Agustín Álvarez, que aunque la revolución hubiera derribado al
9o, el 1oo de Infantería y el 1o de Artillería; la Compañía del 4 o de Línea de presidente, "la máquina opresora y corruptora del oficialismo" persistía en las
Guardia en la Casa de Gobierno y los cadetes mayores de Palermo). Un total provincias y había que desmontarla pieza por pieza, y en septiembre,
de mil rrcscicncos hombres según los más opcimistas. Después de tres días de Bernardo de Irigoyen se dirigía al salteño Domingo Güemes en términos pa-
combare, las fuerzas del gobierno -alrededor de cinco mil homb res- los do- recidos concluyendo que no era posible admitir que los gobernadores, diputa-
blegaron, pero independiemememe de su fracaso, la experiencia del Parque dos y senadores siguieran recibiendo su diploma del presidente de la Re-
adquirió con d correr del tiempo la categoría de un acontecimi ento mítico, pública. Preparaban de ese modo la Convención que debía reunirse en enero
de ruptura, aunque de hecho se propuso como reacción contra los gob iernos de 1891 en Rosario. Allí, delegados provinciales en número igual al de su re-
electores y la unanimidad pmducro de la supres ión de la lucha cívica para presentación en el Congreso nacional electos por asambleas compuestas de re-
conservar los principios inscriptos en la Const itució n ele 1853; co mo restau- presentantes de los clubes seccionales por voro secreto y sistema de mayoría ab-
ración de las insticuciones y ele la actividad política y co mo movimientO de re- soluta eligieron la fórmula Bartolomé Mitre-Bernardo de Irigoyen para las
generación de las costumbres y las prácticas. elecciones presidenciales que debían realizarse en abril de 1892. La
El presidente Juárcz Celman fue desplazado de su cargo y el vicep resi- Convención reemplazó a las asambleas de notables. El sistema comportaba to-
denrc, Carlos Pellcgrini, asumió el gobierno. Tres de los cinco ministros da una novedad.
eran mitristas: Y. E López ocupó la cartera de Finanzas, Ed uardo osta la Los sucesos son conocidos. En marzo retornó Mitre de Europa y llegó a
de Relaciones Exteriores y Juan M. Gutiérrez la de Ed ucación. Julio A. un acuerdo con Roca. En junio se reunió el Comité Nacional de ia Unión
Roca, desde el Ministerio del Interior, comenzó un pro ceso de recuperació n Cívica y después de varias reuniones se concretó la división. Los acuerdistas
de su influencia en el interior sin demasiado éxito. En Córdoba d go berna- constituyeron la Unión Cívica Nacional presidida por Bonifacio Lastra y los
dor Marcos Juárez, hermano del presidente depuestO, fue ree mplazado por antiacuerdistas, la Unión Cívica Radical (UCR), liderada por Alem. En agos-
el vicegobernador Garzón; en Tucumán , el juarista Silvano Bores fue suce- to, la UCR eligió una fórmula de reemplazo, Bernardo de Irigoyen-Juan M.
dido por el mirrista Próspero García; en Sama Fe, el recién elecro goberna- Carro, y en septiembre Alem inició una gira por las provincias de Córdoba,
dor Juan M. Cafferata se puso bajo la égida de Roca. En la mayoría de los Mendoza, Tucumán, Salta y Jujuy para poner al partido en condiciones elec-
casos, el nuevo entramado de relaciones de fuerz a reproducía lo que ocurría torales. Lo acompañaron los dirigentes Guillermo Leguizamón, el ex gober-
a nivel nacional, es decir, incluía a los cívicos. Ésws rechazaron un ministe- nador de Tucumán Juan Posse, Martín Yrigoyen, Francisco Barroetaveña,
rio y rres jefaturas políticas en Santa Fe; en Tucumán participaron de la coa- Delfor del Valle, Marcelo T. de Alvear, Remigio Lupo y Lisandro de la Torre.
lición 4ue apoyó a García; en Mendoza, Julián Barra4uero aceptó un minis- En noviembre, el Comité Nacional hizo pública una declaración de prin-
terio en el gobiern() de Guiñazú y cuando éste debió renunciar y fue cipios con un diagnóstico de la situación imperante en donde se responsabi-
reem¡J!azado por Pedro No! asco Oniz, wda la cúpula de la Unión Cívica lizaba al régimen vigente por la dilapidación de bienes y dineros públicos,
formó parte del gobierno: el jefe de Artillería en la Revolución del Parque, quiebras bancarias, emisiones sin garantía que junto con el encarecimiento de
Ricardo Day, y Manuel Olascoaga ocuparon ministerios; AgustÍn Álvarez y la vida paralizaban la llegada de inmigrantes y capitales, y tierras públicas ena-
Julián Barraquero se convinieron en asesores del gobernador; el comandan- jenadas que se concentraban en una sola mano. Y concluía que el mal se ha-
re Torn:s ocupó la jefatura de policía y José Nésror Lencinas, que acaudilla- bía producido por "exceso de oficialismo" puesto que los bancos oficiales ope-
ba el Club Cívico de los Artesanos, la municipalidad de la Capital. raban como agentes activos ele la ruina uansformados en medios políticos
finalmente, la imervención nacional desplazó a los lencinistas (Lacoste, sujetos a las pasiones partidistas. Consignaba después "en fórmulas concretas"
1990). El orden posrevolucionario mostraba la heterogeneidad tanto de las las reformas que intentaría en caso de acceder al gobierno: supresión absolu-
fuerzas que se habían coaligado en el Parque como de las que apoyaban al ta de la injerencia oficial en la actividad bancaria y en las Bolsas de Comercio;
gobierno. límites a la política de emisiones que sólo podían aceptarse para ampliar el ca-
HI STO RfA D EL RADfCALI M
En 1890, d mismo Alem sosruvo la necesidad de la revolución como reac- y los radicales, estos últimos bajo las órdenes de Juan C. Belgrano e Hipólico
ción frcme a los desbordes de la au wridad , como instancia regeneradora, co- Yri goycn, presidente del Comité de la provincia desde 1891. En los tres ca-
mo impugnación a los gobiernos ilegírimos, sin aracar los fu ndamenros mis- sos, los gobernadores fuero n desplazados y sustituidos por gobiernos provisio-
mos del régim en po lírico. La propuesra de los revol ucio narios del Parque no nales presididos por Teófilo Saá en San Luis, Mariano Candioti en Santa Fe y
era modificar sus prin cip ios sin o co rregit· sus transgresiones . Es la misma idea Juan C. Belgrano en Buenos Aires, que anunciaron la reorgani zación de la jus-
que la UCR sosruvo en 1893. tici a, la confección de n uevos padro nes y la convocatori a a elecciones.
En lJCtubre de 1R'J 1 Mi rre renu nció a encabezar la fórmula presidencial Ari stóbulo del Valle permaneció treinta y seis días en el Ministerio de G uerra.
y el cand idaro gue finalmente se impuso en ab ril de 1892 fue Luis Sáenz Su reemplazo por Manuel Quintana cambió el rumbo de las revoluciones
Pei1 a, electo para fren ar a su hijo Roque , candidaro del Parrido Modernista. provinciales.
Los rad icales se abs tuvieron. Unos días antes , la denuncia de una conspiración A fi nes de julio, el Poder Ejecurivo nacional pidió auro ri zación al
Co ngreso para intervenir las provincias rebeldes amparado en los artículos )
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El suicidio de Alem en 1896 profundizó la crisis inrerna en la medida en ballos, marcando el punro de parcida de la indisciplina y el d esprestigio de los
que abrió un debate por la suct:sión que se cerró al año siguieme cuando, en panidos de oposición. En esa coyunrura consolidó al Partido Nacional y de-
abril , se reunió la Convención y eligió presideme a Bernardo de Irigoyen. És- bilitó las bases de sustemación del miuismo. Después de 1890, la política del
te.:, al igual que ames lo había hecho Arisróbulo del Valle, propiciaba la reun i-
acuerdo desorganizó a los radicales, en u egó la vida política al Parcido
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ficación de la Unión Cívica. Los motivos eran dos: lograr un acuerdo electo- Nacio nal, "legión militante", y al partido mirrisra, su "auxilio espirimal" En
rál y quitarle peso a Yrigoyen en la definición de la relación de fuerzas en el 1901 , M iguel Romero acusaba al acuerdo de haber subvertido la vida públi-
ca generando desalienro e indiferencia Y un año después, en la Cámara de
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partido. El escenario político esraba sumamente frag mentado. Mienuas Roca
pretendía prescindir de los cívicos nacionales, Pellegrini propiciaba un ace rca- D iputados, cuando se debatía la sanción de la reforma a la ley electo ral,
m iento a Bernardo de Irigoyen; c.:n tanto éste había concretado negociacio nes Joaquín Castellanos colocaba en esa dinámica de funcionami enro enue go-
con Mitre que implicaban el manrenimie n ro de organizaciones separadas bierno y oposición la supresión de la lucha y el imperio del fra udé .
coi ncidie nd o en una fórmula común, la llamada por Pellegrini "po líri ca de las A esa altura el partido radical estaba disperso y muchos de sus dirigentes
paralelas". Yrigoyen, desde su basrión en la provincia de Buenos Aires, se ne- o se habían retirado de la vida política o habían engrosado las filas de otras
gó a rarificar el acuerdo. Cuando en septiembre se reunió la C onvención, los agrupaciones, en general desprendim iemos del PAN, que, ecli psada la in-
acucrdisras eran mayoría: sesenra y cinco vo ros conrra veintidós lo rarificaron. fluencia de Roca, pasó por un proceso de fragmentaci ón. Pellegrini, enfrenta-
Una nora del Comiré bonaerense al presidente del C omité Nacional plamea- do con éste, fundó en 1903 el Partido Autonomist a, al qUe se sumaro n los ra-
ba su disolución en función de que el partido "ha resudw mod ificar la ley dicales de Bernardo de Irigoyen. Un proceso similar se produjo en la UCN.
Fundamenta l de su existencia". Algunos comités de la apiral lo siguieron Barco lomé Mi ere abandonó su dirección en 1901 y surgieron dos fracciones,
aduciendo inmoral idad y agregando que "la popularidad de l partido se sostie- una liderada por Manuel Quinrana y otra por Emilio M itre, el Partido
ne en la bandera de la imrans igen cia" . Rep ublicano. Pedro C. Molina, el dirigente radical cordobés, se constituyó en
Durante d desarrollo de la C onven ción, los fund amenros esgrimidos por presidente honorario de la rama local de este último. Julio Deheza, Agustín
Lisandro de la Torre al prc.:semar su renuncia - después de la cual no sólo nun- Garzó n Agulla, Elpidio González y orros jóvenes radicales se adhirieron en un
ca volverá al partido radical sino qLte se co nvertirá en uno de sus más fuertes primer momento para renunciar cuando el partido proclamó la fórmula José
impugnado res- dejaron en claro las resisrencias que provocaba Hipóliw E. Uriburu-Gu illermo Udaondo para las elecciones de 1904. En 1906, para
Yrigoyen. Se rdlrió a "una influencia hostil y perturbadora'' que uabó la mar- la elección de diputados nacionáles por la Capital Federal, los republicano s se
cha del partido; "oculta y perseverance", "negativa pero rerrible", a la que le aliaron a los pellegrinistas formando la Coalición Popular.
arribuyó haber hecho abortar los planes revolucionarios en 1893 y oponerse
a la coalición "anteponien do a las conveniencias del país y a los anhelos del
partido semimienro s pequeños e inconfesables", y a la que caracterizo como El partido
"afán oscuro de proselitismo sin horizonres" actuando por inrermediarios. De
bechu, Yrigoyen impidió el acuerdo cuando anunció que se presentaría a las Hilda Sábaro recupera la revol ución de 185 2 como un momento de refunda-
elecciones en la provincia de Buenos Aires provocando el retiro de la UCN. ción política que instala a los partidos, "redes de vinculación y movilizació n
F~nalmc.:nre, en 1898, Roca accedió a la presidencia y Bernardo de Ingoye;, electorales por fuera del aparato oficial, aúnqlie ' encoB.uaron ~n él sopo.!"~-;
apoyado por Pellegrini, a fa gobernación bonaerense, El pare ido . radi~al c~ materiales- p~r_a su" funcionami ento", pero admite que la noción de partido
n1en.zó su"declinación y sus fuerzas comenzaron a dispersarse. ''r~s~l ub~ cuan~o menos incómoda"- (1999). Efeje~plo más acabad~ -de - ~sta
En diciembre de ese mismo afio, Estanislao Zeballos condenaba el acuer- perspectívá es el decreto sancionado en 1861 por el gobernador de la provin-
do como principio, "política de promiscuida d de los partidos" que consolidó cia de Salta, José M aría Todd , sancionand o la unanimidad : " D ada la
el utilitarismo y la aparente unanimidad . La polírica de conciliación iniciada Constitució n nacional cesaro n y debieron desaparecer para siempre los parti-
por Avellaneda en 1877 como "recurso supremo" se desnaruralizó, dirá Ze- dos o bandos políticos que sembraron la discordia y causaron la desunión, el -
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30 HI STO RIA DEL RADI CALISMO VIRG INlA P ERSEL LO ~1 . .·
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atraso y los mayores desastres de los que el país h a sido víctima. Por eso de- 1 La organizació n de los partidos come nzó a se r un imperativo que demar- 1 )
crew: Anículo 1o_ Se prohíbe en la provincia de Salta la existencia de los par- caba un a lí nea diviso ria co n las ::tgrupacioncs de notab les. En 1896 los el -
tidos políticos. ArtÍculo 2°- Debiendo ser los ciudadanos, codos constitucio- Parrido Soci; Jisra no só lo fo rmal.i'l.ó un~ o r·ganiz:it:i"o ns iño-qüe hizo de -eirü··
nales, sumisos a la Constitución que nos rige y hemos jurado, el que de hoy Lt11::t ba ndera dc pro¡ngonda.. Se ~:sr r· ucw r6 sc parando funcionalmente cuadros
en adelanre proclame algún bando o se titule del panido liberal será repura- y bases, un com ité cjt.:cur ivo tl e sictt.: m icmb ros entre los cuales se el egí~_::l _se..:
. do sedicioso y esrará bajo la vi gilancia de la policía" 9 En el momenro de co n- crecario gt: ncral y St: renovaba cada dos ari os, di r· igía d parriJ o y contemplaba
-~ solidación del Estado nacional, para los hombres del 80, la unanimi dad apa- corn icó provi nciales que 110 c<: n(an tlt.: nr as iado p~:so d adas las caracte rísticas
;.ecía como su co ndi ción de posibilidad, no era "lo opuesto sino l'! premisa del cas i locales d e un parrido circun scri1: ro ~~ l:1 Ca pital Federal donde p rolifera-
pluralismo" y, de hecho, inherente al concepro parlamentaris~~_lj~eral que re- ban las agr up acio nes barri ales o cirCLII1SCrip cion aks. El voro de los afiliados,
chaz;-Íba a los partidos (Eiías Palti, 1999) . Una de las consecuencias -de 1~ re- su}ero al pago de una cuoca tTi t.: n su ~d , sc l ~.:cc io n.a ba rt.:p t·cscnran res a los con-
volu ción de l 90 fue el proceso de formac ión de panidos nuevos así como la gresos o rd inar ios q ue se rt.:t.tt1 (an c~d;t dos ~t tt OS y I'Cso lv fan sobre la marcha del
¡ n:: Jdi ni ció n de las condiciones de funcionamiento de f~s~;.:¡"~t~~t-és y la gra- partido, reformas estatuta ri as y l~ n) g ¡·a m rt. Se prcvcf:t, además, la re unión de
- dual aceptación de su legi timidad. congresos ext rao rdinari os en circunscan (;ias cspt.:dfl cas (!3erenztein, 1991) .
El sistema norteamericano basado en la organización de convenciones y Juan B. Jusco, su máx imo dir ige nte, hab(a c.:scado ~.: n ~.: 1 Parque.
comités aparecía como una superación de las prácticas vigentes en el PAN, y También Lisandro de la To rre se concó en m.: los revo lucio narios del 90.
las dos fracciones de los cívicos lo adoptaron argumentando la necesidad de Alejado desde 1897 del radicalismo, en 1908 c.li rigrn la Liga del Sur, agrupa- r
erradicar los personalismos. Cuando Francisco Barroetaveñ~ se refirió a la for- ción samafesina cuyo gobierno estaba form ado po r u.n :t. junta ejecutiva; una \/
( malización de la organización de la Unión Cívica con el dictado de una carta junta consultiva y una comisión de hacienda. Se trató de una o rgani zación la- ',
/
r' orgánica planteó que el proyecto implicaba un inmenso progreso en la histo- xa que admitÍa que sus miembros pertenecieran a otras ag rltp acio nes políticas \
ria de los partidos, que hasta ese momento tenían gobiernos dictatoriales u y, en ese sentido, se proponía como una liga y no co mo un partido, distan- (
1
1 oligárquicos ejercidos por personalidades prominentes, prestigiosas o temidas,
ciándose de ese modo del resto del es pectro par tidario y de la CO l1110 tación ne- )
' o comités centralistas formados caprichosa e irregularmente para encumbrar g~Í:iva que todavía imelic~~a el término partid~-:.. Sin embargo, marchaba P.E?- (
( a determinadas personas elegidas de anremano. La dirección discrecional y g~~sivar;)e'~(~-p~rcl c~i~o de la instirucional~ión~En "l9l L dic~ó...una
centralizada que relegaba a las provincias y a los municipios sería reemplaza- car[a orgiru¿~q~e pau:-tó una estructura de comi tés y co nvenciones de d ist r.i:-
da en b nueva organización po r prácticas democrático-representativas. Que- t~ -y-crepartamenra.les c~rrando~ l_a ¡;¡;·;¡mide un co:niré cenera! y un a con.ve.~:.
daban así planteadas las dos cuestiones que se plasmaron en los estatutos: el c;i6n·.~ gf11915 se disolvió para integrarse al Partido Demócrata Progresista,
impersonalismo y la estructura federat iva con base en los clubes locales que cuya estructura estuvo déb ilmente articulad a dado que los partidos provincia-
~ás tarde adoptarán el nombre de comités. La Convención Nacional, consti- les que convergiero n en su form ación lo hiciero n manteni endo sus pro p ias ca-
tuida por el mismo número de delegados que cada provincia enviaba al racterís ticas organizativas in ternas .
Congreso, ejercía la autoridad superior del partido. Emre sus atribuciones es- Ya en el tránsito del siglo predo minaba la op inió n de que los partidos . ,,.,';
taban dictar el programa, modificar la cana orgánica y elegir los candidatos a eran necesarios para el go bierno repub li cano, se evaluaba su ausencia como un .. e<c,\;v"
-~·- -· .. . . -···· .., .... y
presidente y vicepresidente de la Nación veinticuatro horas después de sancio- síntoma de atraso po lítico y se ponderaba su fo rmació n y permanencia, lo
nado el programa, ¡;n sesión pública, por voro secreto hasta obtener mayoría ab- cual no!iñpl[cab~ -qÜe.. fiübl.eran.Jesapi~~c ido las objecio i1es qué se -es.grl.mÍ<;n
soluta. En las convenciones provinciales se designaban los candidatos a diputa- ~~ -defe.~s; d~Tit~d}viduo -éo.;no bas·e ~e la rep re::sencació n y d.~ .!~ ielib_!Oració~
dos nacionales, a la gobernación, a la Lcgistaluta provincial, elecrores de como fo rma más ajustada ·de la ro ma de:: decisio nes. La prensa se hizo eco de
presidente y vice, de gobernador y los delegados a los organismos superiores la discusión. En diciem bre de 1899 un artku lo llrmado por Rafael Igarzábal,
del panido. El Comité Nacional, compuesto por sesenta miembros, cuatro miembro del Partido Nac io nal, aparecido en d diar io La Nación, abordaba la
por cada provincia, ejercía la dirección del partido. cuestión de los partidos po lí ticos vin culada al tema de la deliberación. La afir-
32 HISTORIA DEL RADICALISMO VIRGJNIA PERSELLO 33
~
mación fuen:c era que el mandato no se correspondía con el sistema represen- 1 fe_i~arri~~ .r_:i_Eatronazg~, desvir~!;!_ab..~n__ r:l_s_i_s_rer~~: -~u propuesta era un
tativo y violaba la Constitución . El ejemplo que lgarzábal invocaba era los Sistema bipanidisra basado en partidos permanentes, estables y de princi-
Estados U11idos, donde la preponderanc ia de los partidos desnaturalizab á el pios, rorándose en el poder, y un Parlamento disciplinado como modo de
sostener el régimen rep ublicano 12
gobierno ideado por los constiwcional istas. La existenci a de un partido libe-
ral v otro proteccionista suprim iría el debate cuando y donde era necesario, El artículo de Gallo era una respuesta a Bernardo de lrigoyen, quien en
una carta abierta a Esta nislao Zeballos sostenía que había su bido al gobierno
en el Congreso. Una vez ganadas las elecciones, la tendencia triunfante se con-
sideraría legitimada para imponer "un mand aro incompatible con roda discu- por el voto de dOs partidos, el radical y el nacional, y sin embargo dominaba
sión posterior, por ilustrada y conveniente que fuera". La idea era que el régi- en algunos "el extraviado criterio de que el gobierno reside en los comités",
"r~ría subve¡·siva" que implicaba que éstos do minaban so bre los rres poderes
men de disciplina partidista podía sofocar la espontaneidad de la deliberación
y la toma de dec isio nes podía quedar reducida a "un acto mecánico de vota-
y le negaban al gobernador la facultad consrirucional de elegir a los ministros.
ción po r cons igna política" . El ParlamentO debía dar emrada a representantes El gobernador de Buenos Aires se estaba refiriendo a un documento, produc-
to del 1nrenro de unificación de las dos fraccion es radicales, que declaraba que
que por su posición y vinculaciones pudie ran prescindir de "las arad uras de la
disciplina partidista" y superar " las opiniones en boga" y "los lugares comu - los leg¡s]adores de ese secror ajustarían su conducta, en cuestiones políticas, a
10 las reso luciones del Com.iré dire ctivo del partido, lo que lo llevaba a preaun-
nes y parciales que suelen erigirse en doctrinas de gobierno" . . o
En el mismo momento el despliegue del argumento opuesto, es decir, rarse, pnmero, st esos comités eran elegidos por el pueblo, y segundo: "¿Qué
defensa del sometim iento de los legisladores a las reglas de la discip lina objeto ha ten 1do la Consrirución al rodear de prerrogativas y de inviolabilida-
la
de parti do como un modo de superar el personalismo imperame en la vida des a hombres que van a dictar las leyes con sujeción a las instrucciones alu-
didas1". Esras ideas, concluía, son propias de épocas de perturbación. .,.,
política argentina, lo encontramos en numerosos pub li cistas y legisladores
La forma partido como instancia de orcranización del elccrorado seouía
¡)ara los cuales los ejemplos a segu ir son los Estados Unidos e Inglaterra. " o
~ndo_derracrores pero gra~ualmeme iba imponi ~n dose, ~l~s _agr._~p_a.ciones
.
Vicente C. Gallo era uno de ell os. Admiraba la inst itució n de l club políti-
surgtdas después de la revolución del 90 la adoptaron aun con resistenci.as in-
co inglés, lugar en el que se tomaban las decisiones qu e se tras ladaban lue-
ternas.
go al Parlamento y que operaba impidiendo la indisciplin a. Y si bien recu-
peraba las objeciones posibles fre nte al traslado de una institución
semejante al sistema político argentino concl uía que sería beneficioso para
La causa
superar las prácticas imperantes. A la primera objeción, que el legislador era
un rep rescntame del pueblo y por ende soberano en el ejercicio de su man-
Algunos miembros del partido radical, de los que hemos actuado en
dato, respondía Gallo plameando que el pueblo no podía ser concebido más
la Capital y en la provincia de Buenos Aires, permaneciend o volun-
q Lte organizado en partidos. Ilustraba su arg,u mento sosteniendo que si los
tariamente alejados del movimiento polírico en los últimos años, he-
librecambistas elt:gian a un representante és te no podía pasarse al campo de
mos cambiado ideas sobre la conveniencia y la oportunidad de vol-
los proteccion istas. La segunda objeción alu día al régimen, que en la Ar-
ver a la lucha activa, reorganizandó el partido en toda la república U
gentin a era presidencialis ta y en Inglaterra, parlamentario . En ese caso, el
eje m pio a seguir era los Es tados Unidos, donde los representantes sentían la
Esta cana, llamado a reunir las fuerzas dispersas, fue escrira por Vicente C.
acción del partido a través de L~IUc_:é commi~t~r;./El referente era el publicis-
ta americano James Bryce. Y concluía que las consecuencias funestas de la Gallo en 1903 y recibida por Pedro C. Molina en Córdoba, Eugenio Méndcz
ausencia de partidos organizados, de pn¿gramas.f OJDJtnes, de may:o.r.iaS-~sta
Y Pedro G. Sal en Tucum án, Pelagio Luna en La Rioja, Ramón Gómez en
bles , de líderes, podía observarse en Fran cia l l. También Estanislao Zeballos Santiago del Estero y el coronel Ángel Blanco en Corrientes. En septiembre
¿~;;~~·ab~ .. ~u áná lisis en el caso norreameric~no y citaba a Pulirzer para refe- se consriruyó el Comité de la Capital que presidió Santos Arévalo secundado
por Fernando Saguier, José C. Crorro y Vicente Gallo.
rir que allí dos influencias no previstas por los legisladores, el presidente je-
34 HISTO RJA DEL RADICALISMO f·,.· VIRGINIA PERSE LLO 35
En febrero de 1904 se conformó el Comité Nacional, eligió pres id ente a versión de los hechos escrita mucho~ años d es pué · de a o m ecidos, que descri-
Pedro C. Molina y publicó un manifiesco rarificándose en su posición amia- 1 be a los invo lucrad os en Rosari o:
cuerdista. El acuerdo que había permitido a sus afiliados o b tener pos iciones 1
o fi ci al es -dice- no corrigió abusos ni produjo mejo ras, po r el contrario, arrai- Rep rese ma m es le la industri a, de l al co co m ercio , de los selcccos cír-
gú al régimen, '·cuya co participación se proclamó como med io lento pero se- culos socialc.:s, de l::t t·i ¡ut:za, ju nto a los no m b res de los pr incipales
"uro de cxrin,arlo": la so beranía popular se d esconoce, la au to n d ad es rmpo- emp leados de las grandes casa~ imporcndoms y ..:xp r rado ra~, a los de
~ición; el vo t.o, un co m ercio bajo , la ad m inis tración p ública, patr imonio de los crabaj~dores de los viejos co rral<.:s, de lo · encargad s ele los trans-
Lll1 partido; un ce ntrali smo absorbente conculca las au tonom ías provinciales; pones de m ercad erías y haci<.: ndas y de los com po nentes d el n um e-
ana lfabetismo , retracció n de la inmigració n , rep resión y leyes d e excepc ió n roso gre mi o d el ca bo taje cr io llo.
cont ra el m ovimie nto obrero , o b ras públicas tan innecesarias co m o impro-
ductivas, criterios poco claros en la reforma del ejército y voracidad frscal. Y en Sam a Fe: todas las catego rías de emp leados d cl Ferrocarr il y viejas fami-
Tampoco puede esperarse nada - sostuvo- de las agru pacior1es políticas re- lias crio llas d e tradició n fed eral. E l én fas is del rdaro de aball e ro está puesto
ciencemcme organ izad as. El Parrido Re p ublicano uansg red ió sus proclamas en demostrar que en todo el país participaro n d iscincos s -ceo res so ciales y que
reivindicacu rias de las instituciones aceptando el concurso de elemenros del ré- los involucrados eran los verdad eros de positari d<.: la d octrin a y d e la fe des-
gimen con fines elecwrales y el Partido Autonomista cuenca entre sus elemen- pués de las d efeccio nes de quienes habían parti ipado en los go biernos de mr-
ws co n los có mplices en la obra de corrupción. Concluye afirmando que la no, y que la revolución esmvo suped itad a a su d irec i n civ il, q ue dependía
UCR es la ún ica fuerza fiel a ;us ¡xincipios y en función de ellos decreta la abs- de Hipóliro Yrigoyen. En su perspectiva, el cará te r d e co nspiración cívico-
te nción . militar se de bió a que organizar un a acció n excl usivam ente pop ular era im-
M ient ras esto ocurría H ipóliw Yr igoyen, d esde su tradicional bastión en pensable: "Los armamentos que los gobiernos poseen e n el presente los po-
la p ro vinc ia de Bue nos Aires, convocaba a las fuerzas que participarían del es- nen, por desgracia, a cubierto de los asaltos deses perad os d e las mulritudes
tal!ido revo lu ciona rio de febre ro de 1905 cultivando su peculiar estilo basado enardecidas por un ideal o acicateadas por la m iseri a'' (C aballero, 195 1).
~ n las re lac iones inre rpe rso nales. i\.1 igual que la revolución de 1893 en Pero no todos los radicales estaban convencidos de q ue la revo lució n era
BuL:nos Ain;s , la prL:p;mH.:ió n de este m ovim ientO lo fij ará en la imagen del la mejor estrategia posible. Lo demuestra un imercamb io d e carcas en 1903
t.:Oi iSpira lo 1· y se k :ttribllirá habe r r.:o nv..:n..: id o a cad a uno de los involucrados entre el mismo Caballero y el dirigeme co rdobés Pedro C. Mo li na, inv itado a
pcrs > n a ln1 ~ ncc.: . jos ~ Mar i ~ ! \amo~ ML:jb en w1 tex t pu bli..:ado en 191 1 en el reincorpo¡arse a las filas. Este último sostenía que las arm as a esgrirn irse co n-
d iario Sflrmiento lo c:rraccc.;r i;¡:tl a co n1o ''u n m isio nero que ha puesco el alm a era el gobierno eran la prensa, la tribuna y la cá ted ra, a lo q ue e l p rime ro res-
al scrviciv de:: Ltn a co ncepció n polí tica'', y si no Fu<; ra por esa idea que sirve de pondió que no bastaban cuando la prensa era "pura combatividad p o lf tica'' , la
moto r a su impulso pod ría ser co m ado como "un s<.:r.:co. riu , Ltn mo rfi nóman o .• tribuna estaba "muda, amordazad a por las com po nend as y las co m placen-
pll lítico" y afi rmaba qu e su tt·abajo era sicmpr<.: p..:rso n:1 l, conq uistaba uno por cias", y la enseñanza era un inscr um emo de corrupció n en m anos de "polfti-
LUlO a los que lo seg uían. En 1922, "ari os R ddgLrc:t. arrct<J rL:Jl riéndose a la cos traficantes y tornadizos" . La tiran ía no só lo se as ienta "en la tri nid ad q ue
owani zación de la revolució n de 1905 co inci lió con l\:u11 s Mc.:j fa al p r· po- usted enun cia, sino tam bién y p ri ncipalmente, en las bayo netas de sus merce-
ne~ q ue Yrigoyen sed ucía y cateq ui zaba. mano a rn ano co n ~ ~~ o¡:¡ i ~d cs . só lo nari s" . Co ntraponía revo lució n a evolució n. Es ta últim a co n taba entre sus
él tenía codos los h ilos de la tram a y rara vez delegaba tarL:as, cm una t.:o ns:t· 1art ida1·ios a los oli garcas (Caballero, 1957). Las ideas p rcpa r::tn el te rreno pe-
<>ración absoluta, una verdadera loc ura" (VY.AA., 198 3) . ro la revo lució n ex terio riza su pod er. Sin emb arg , d ·sp ués de l fracaso d e la
b .
La revolución estalló en feb rero d e 1905 en ap rtal I;L:d ·r·al, lltL!I1 >S n.:vo luci n y ya en M o ntevid eo, Ma li na, p res idente del C om ité Nacional y
Ai res , Córdoba, Mendo za y Sanc a Fe y fue ráp id am ente sofocada. Su 1 rep:J.· n!Í ·mlwo d · 1~ junm civ il de l mov imi en to l'L:VO ilJCionario, le dirigi un a carca
ración se había ini ciado en 1903 articulada a la decisión de , bsn.:m:rs<.: de l L:S· púb li ·n al p1· · ·idl.!ntc M ·tnud uintana L!n la qLrc Jdc nd!a la revo lu ció n co-
ccnario electoral. Le debemos a Ricardo C aballero , d irigente sancafi::~ i no , Lll1:\ mo d ·rr.:cho, d ·b •¡· y nl.!c sidnd , la ins ribfa 1.!11 l:t tr:td ición !.e Mayo , negaba
36 HISTORIA DEL RADICALISMO
1
VIRGINIA PERSELLO 37
que pudiera ser juzgada como delico en la medida en que era una remativa de ción del partido y las frases enigmáticas reemplazando a los programas.
reivindiu.ción de las libenades y sosrenía que tenía una idea, el principio q ue Reclamaba que se cumpliera con la carta orgánica puesto que el Comité
consrimía la bande1·a del panido radical, "la fó t'mula redenwra de su libera- Nacional co nstiruido en 1904 no se había renovado y la Convención no se reu-
ción, la del gobierno de sí mismo" (Pueblo y gobierno, 1956). nía desde 1897. Estaba en cuestión, además, la estrategia abstencionista del
Un manificsro radical que se daría a conocer si el movimiemo triunfaba parr ido . En diciembre de 1909 se constiruyó el nuevo Comité Nacional presi-
caracterizaba a la ¡·evolución en .los mismos términos esgrimidos en 1890 y en dido por JoséCamilo Crorro y se reun ió la Convención ratificando la postura
1893: sin liben:ad electoral no hay mandato ni autoridad sino usurpació n. El abstencionista. En esa coyuntura, ya se hablaba de "las altas autoridades parti-
objetivo era redimir, restam ar. Desp ués del fracaso, atribu ido a "la delac ió n )' dari as", q ue ejercían su poder por encima de los comités y las co nvenciones,
la perfidia" , un nuevo documento proponía que " las revolu ciones escán en el parl referirse al liderazgo ejercido por Yrigoyen.
orden mor:tl de las sociedades" y las reparaciones sólo pueden ser tan ampl ias E m re se ptiembre de 1909 y enero de 191 O, Yrigoyen y Molina inrercam-
co mo las causas que las engendran. La revolución no había atentado comra el biaro n una serie de cartas que co nstituyen el documento más reievanre para
o rden sino que había tendido a restab lece rlo , era conservado ra, en el ve rdade- an alizar las te nsiones que atravesaban en esa coyuntura al radicalismo. En
ro significado q ue este tér mino implicaba. ellas, Yr igoye n dejó plasmada la dicoromía causa-régimen . Cada uno de esos
La apelación al antiacuerdismo y a la revolución se inscrib ía en los oríge- cam pos estaba cerrado, no admitía contaminaciones. Las infidencias, perfi-·
nes de la agrupación. Sin embargo, había cambiado la concepción de l parti- dias, defeccio nes, deslealtades y traiciones a la causa nutrían al régimen, y los
do. El manifi es to del Comité Nac ional de 1904 :1firmaba q te la UC R, "sin elementos del régimen que decidían integrar la causa eran conversos . La iden-
autoridades y sin disciplin a de partido , ha subsistid o co mo tenden cia y se ha tidad radical se co nstruía exacerbando la diferencia. El régimen, en palabras
acc.:: nr uado com o anhelo co lectivo". El maniflc:sro <.k 1 ~0 5 la definí a como de Yr igoye n, e ra un Esrado morboso, sumiso y abyecw, procaz y agresivo ,
'·una co njun ció n de fuerzas" a las que no las vinculaban incc nri vos materiales vandálico; ten dencia inepta y pervertida que corrompía y subyugaba y que
sino idenritari os : "Sus afi li ad os saben de anrc rnan que no va n a recib ir bene- "siendo el deliro su origen, la delincuencia es lo que enseña, y el crimen co-
ficios ni conquistar pos iciones, sino a prestar st.:rv icio ' t: n la plena irradiación mún en rodas las formas, una de sus lógicas derivaciones". La causa, por el
de su personalidad". El esrilo de Yr igoycn había comemad a imponerse. En contrario, era santa y su unidad derivaba de su misión. Las ideas particulares
1906 se in ició la reo rgani zación y los co rnirés se desplegaron por todo el re- que dividían a sus miembros debían acallarse y subsumirse para privilegiar la
rriro rio. Estanislao Zeballos, que: seguí a dirigiendo la Revista de Derecho, construcción de la nación. La defensa de la intransigencia ya no se fundaba
Historia y Letras desde su ap:ui ció n en 1898, se co ngra rulaba. "Se han salva- en la diversidad, tal como había sido propuesta por el mismo Yrigoyen en
do -dice- porque rinden cul to fervoroso a dos prin ci pios fundamenrales en 1893. En 1909 la referencia a la multiplicidad de las ideas como fundamen-
política: el fdcal y la Moralid ad." Y si el idt:al al que sirven tal vez esté coma- to del orden republicano se localizaba en el interior del partido, en cuyo seno
minado de pe rso nalismo , "se d imina en la distribución de las venrajas" y "se "son compatibles( ... ) todas las creencias en que se diversiftcan y sinrerizan las
confunde co n la necesaria disciplina para alcanzar el anhelado Bien" 14 actividades sociales". La causa era la nación y no necesitaba definiciones pun-
Causa y partido , reli gión cívica y máquina, apelación al todo y referencia ruales sobre problemas concretos l 5.
a la parrc wcxisrían. El radi calismu, en discursos pronunciados por Vicenre Molina era el emergente del malestar que es ra concepción provocaba. Se
Gallo .:n 1908, era "rendencia, idea, pasión y convencimienw" y "fuerza polí- separó del radicalismo a partir de un artículo aparecido en La RepúbLica, pe-
tica disciplinada"; "partido impersonal y dc.::mocrárico" que agrupaba "soldados riódico partidario editado por el círculo que rodeaba a Yrigoyen. La nora sos-
de una causa fu ndamcnral" . Pero la coexistencia era co nfl ictiva. En julio de tenía que el tratado comercial con Chile auspiciado por el presidem e Figueroa
1909 Pedro C. Molina renunció a la dirección del partido. En septiembre apa- l\Jcorra acordando franquicias a los vinos chilenos perjudicaba a la industria
reció un manifiesto disidente encabezado por l.eopoldo Melo y algunos diri- nacional. Adujo enconces que no podía permanecer en un partido cuyo ó rga-
gcnres, en su mayo ría merropoliranos, presidentes de comités parroquiales y no oficial defendía el proteccionismo económico siendo que era defensor de
m iemh ros de organismos de dist rito cuestionando el pc.:: rsonal ismo en la direc- la libertad económica, posición esra que Barroetaveiia había ado ptado en los
38 HI STORIA DEL RADICALISMO
1 VIRGINIA P ERSEL LO 39
debates sobre aranceles aduaneros realizados en el Congreso en 1894 (Alonso,
2000). Ya en 1905, en la carta al emonces presideme Quiman a cirada anre -
1'
'
cereses obre ros y su defe nsa se sin n.: ci zaba t:: n la jo rn ad a de ocho horas, la abo-
lición de los i rnp ue;:scos i ndi reccos y el iITi fl t.u.:s co p rogl'(.:s ivo y direcro so bre la
riormeme, sostenía que la libertad de cambio era u n derecho natural inh eren - renca, den t ro de la p<..: rs p~.:cri va rn~\s g~:ne ra l de q u~: :dcam.a t· el socialismo obii-
te a la propiedad de la persona y que las rasas proteccionistas eran d iezmos pa- craba a uesa rro ll ar hasta sus úlci m as COnSC..: CUl.: J1Cias d c:tp imlismo. La Liga, por
gados al vendedor protegido por un comprador despo jado, un robo en el que "su paree , p ropo n fa refo rm as insci t·u.cin naks CO tt Cr<. : t~s c.; n ..:1 ám bi ro p rovincial
e! Estado desempeñaba el doble rol de expoli ado r e imermediario para cmre- sant:t.fesino cc nc radas bás ica mence 1: 11 ¡;j ¡·~g irn c n co n tun ~ l. Fn 191 4 cuando se
g;a r a sus protegidos lo robado. Y de allí derivaba un "program a'' que aunque organizó el Partido Demócrata Prng~;s i s l' ~\ ¡·¡;d~ cró Ut1 r rogra ma que sos tenía el
según reconocía no había sido exp resado oficialmente por el partido estaba proteccion ismo en mace t·ia cco nó 111 it.::t, ~.: 1 lltll l'll :tl i ,~ m o y el coope ra tivismo en
conrcn ido en el principio que constituía su bandera. Contra el régim en de vo- políti c.;a social , la de mocracia co mo régi m ~: n d e gnh i<.:rno y !~ desce ntralización
racidad fiscal proponía imp uesros proporcionales limitados a las verdad eras administrativa y polí tica. Carlos 1ba t·gun:n. ;¡ 't~Li c.: 1 1 sc.; le arri bLtye su factu ra,
necesid ades del gobierno; al comunismo de Esrado oponía el imperio absolu- narra en sus memori as q Lte m icnrras Ju an ll..:ttt H'l 11 V id :tl, .~cnado r co rremino
tO del régim en d e propiedad; postulaba la necesidad de una moneda san a a por el Partido Auconomisra y p rcsid cn L<.: dd bloqw.: p:t rl nm c.; nca ri o q ue apoya-
pa rrir de la ¡·ed ucción de los gastos públicos, del crédito, del servicio de la ba a la democracia progres ista, m ani F(;sw hn l:t tt c..:ccs id nd d e..: ddi nit· un candi-
deuda y de las em isiones; defendía la libertad de enseñanza en contraposición dato sin p rogram a, la cúpu la d el partido se c m p ~.; n nbn ~.: n dabo rarlo respo rr-
al monopolio oficial y el reclmamiento por comraro para evitar el servicio mi- diendo a lo que consideraba un im pe rativo ( t b ~1 1'gttl'i.; l\ , 1V54.).
litar obligatorio. Esta "gran causa" , concluía, comprende y beneficia a rodas La UCR, en la perspectiva d e Yr igoyc n , no dcb(n snn cio nar un progra-
las clases y a rodos los imereses legítimos. ma. Son corrocidas sus expresio nes ven idas en t:s~o: Sl.:lteido ¡; n las carcas públi-
Las ideas, decía Molina en sus cartas de 1909, no entraban en las deter- cas dirigidas a Malina. En la p ri me ra afir mó quc.; "( no) se C.:lmc..:iberr ni justifi-
minaciones de la UCR, que sólo estaba unida por la animadversión al adver- can las tendencias partidarias, ni las p ro pens io nes si.ngu larcs", los intereses
sario y la sumisión incondicional a su jefe. Entendía que el partido no ajusta- particulares deben callarse "volviendo rodos so b re los dt: la n:1ció n.". En la úl -
ba su organización a las bases estipuladas en su carta orgánica, no había entre tima llamó "extraviados" a los que reclam aban u n p rogr::un a a la "ca usa re ivin-
sus miembros unidad de convicciones ni orientación ni disciplina. Yrigoyen dicadora"; "mandatario pidiendo rendi ció n de cucn t:'l.S :ti manda n te o el reo
ejercía una dirección clandestina: enviaba delegados y decidía la formación de imerrogando y juzgando al juez". Exigir un progr::u n :1 c.; ra "prcrcndcr el ejer-
comités sin asumir directa ni ostensiblemente la jefatura sino por medio de cicio de instituciones que no se han fun dado o la ~tp li cac i ó n de una
emisat·ios, de mensajes, de órdenes dadas personalmente a quienes represen- Constitución que no se ha hecho"; es "levanra r m u ros so b re as i(; n cos de lo do".
ta ban su influencia en las provincias. Su liderazgo reemplazaba la ausencia de La reparación insrirucional era la causa.
ideas, de programa. Años más carde, Ricardo C aballe ro caracterizó la po lé mica como un en-
Cuando se produjo el intercambio de cartas entre Yrigoyen y Malina ya • frenramiemo emre el liberalismo económico susre ncado po r Mo li na y la " idea
la necesidad de partidos orgánicos, permanentes y programáticos formaba par- trascendente del o ri gen divino d e la personali dad hum an3" d<..: la que der iva-
re del deber ser que desde el tránsito de siglo se asociaba a los cambios propues- ba la doctrina de la solidaridad so cial, pro puesta po t· Yri goyen. P(; rO e n el mo-
tos en la ingeniería institucional jumo con la reforma a las condiciones en que mento en que és ra se produjo , m ientras Mo li na insisda en q l.t<..: leva nrar como
se sustanciaba él sufragio. Y el Partido Socialista y la Liga del Su r se p ropo- programa la Co nstitució n imp licaba d d ende t· d lil)(,:ralism o , Yr igoye n nada
nían como partidos de principios. El primero elaboró un programa mínimo de dijo sobre es to, excepto enfaci zar su resiste ncia a circu nsct·ib ir la causa repara-
reformas políticas para la democratización del sistema que incorporaba la re- dora a un program a <.le gobierno.
presentación de las minorías, la naturalización de los extranjeros, la supres ión La operació n realizad a po r Cabal le ro es la m isma li LL~o: 1 ~ e f~..: ccuada por mu-
del Senado, el parlamemarismo y el derecho de iniciativa, el referéndum y la chos de sus biógrafos - H.o racio . Oyhananc, Albc..: t·co IZrki n, Manuel G álvez,
revocawria, ia separación de la Iglesia y el Estado y la supresión del ejército per- Carlos J. Ro dríguez- , qui enes tJ·acaban u..: insc rib ir a Yri goyc n en alguna tradi-
manente. Por otro lado, el partido se proponía como representame de los in- ción de pensa mi ento y ocorgarlc; envergadu ra f·l losó fka a SLtS id eas para co ns-
40 HISTORIA DEL RAD ICALI SMO ~
rruir, desde allí, una ducnina de la UCR. La fueme más transitada para expl i-
1
1
VIRGINIA PERSELLO 41
De hecho, durante la campaña elecroral, los radicales que ocuparon la
car su panicular co ncepción de la misión reparadora son los pensadores krau- - tribuna o utilizaron las páginas de la prensa y las revistas se esforzaron por res-
siseas v enue ellos, fundamemalme m e, Ti berghien. El punro de llegada es li 00nder al que aparecía como el principal cuesrionamiemo de sus adversarios:
idcmiÉ!cación orgánica de las personas y la nación co n su propia namraleza a la ausencia de ideas de go bierno codificadas en un programa . As í, José Luis
uavés del sufrag io libre, no como uno más de los dere chos a conquisrar si no Camilo sosrenía LJ 'lé el rad icalismo no se diferenciaba esencialmeme de la vi-
como d ccmro ~de las libertades cívicas. Su esrableci mienw legitimaba la revo- sión que ]all}e~ Bryce transmi tía de los partido~ amer icanos o ingleses.
lución y requería la intransigencia. Pero Yrigoye n no reconoció fil iaciones con Republicanos y demócrara~ en los Esrado~ Unidos o liberales y co nservadores
ninguna rradic ión de pensam icmo; en sus escriros no hay ci ras, exce pro algu- en Inglate rra no presemaban diferencias demasiado perceptibles y aun en el
na referencia a Plarón, Fenelón y Bnssuer, una recurrenrc invocació n a "las im- imerior de ellos las ideas y los imereses no eran siempre homogéneos. Por ello
perecederas docrri nas del Evangel io" y una apelación a acrua.r "en armonía con consideraba que los partidos absolutamente impersonales, homogé neos y se-
los mandaws de la Divina Providencia" . bki n sostiene que co ncemraba e im- parados nerame me unos de otros consriw ían un a noción purameme reóri-
p rimía dinam ismo a ideas e imuiciones "q ue vagaban en los espacios popula- ca18. El dirigeme em rerriano Amonio Sagarna, m iemras reivindicaba la ela-
res", el radicalismo enronces representaría un estado de la conciencia colectiva boración de una plataforma electoral en su provincia, sostenía que no eran los
(Erkin , 1928). Carlos Sánchez Viamonre plantea algo semejame pero ororgán- programas los que determinaban la emergencia y la razón de ser de los partidos
dolc comen ido nega ri vo: Yrigoyen exp resa al pueblo-mulrimd como resab io sino "la madurez de un es tado ele conciencia colectiva determinada y orientada
ancestral, es un "rezagado" de la generac ión del RO, rece pwr y o rgan izador de po r necesidades nuevas o viejas insatisfechas". En ese semido, el radicalismo
un dcsconrt:mo vago y difuso, es el último ca ud illo Ui~í nchez Viamome, 1956). "riene razón de ser cal como es y no como cal o cual doctrinario prerencla que
Molina no fue el úni co que r cs i~rió la m:gariva de Yri goyen a sancionar sea". La indeterminación o la vaguedad podían ser un defecto, ral como plante-
un programa. C:n l ')09, los dir igemes rad icales co rrcminos Juan Ramón 1 aban sus adversarios, pero también eran "la razón de su fuerza y de su eficien-
M:mrilla y Ángel Acuiía, delegados al Co m ité Nacio nal, elabo raro n un a pla- f cia" en la medida en que dejaban a sus seguidores un margen de autonomía in-
raf(mlla de carácrer provincial y un ca p~ru lD de_cuestio ne_s m á~ gene ral es pro- dividual, no los absorbían ni les exigían renunciamiemos personales 19 .
puestas pa~a el nrvel nacw,n al, que 111 d~ra la,ddensa del regrmen federal, la~e-
1
.!
pn:semaciOn de las m111onas, la narura lrLacr on Je los exrran¡ eros, la separaCion J
de la Iglesia y el Estado, el divorcio, el monopolio estatal de la instrucción pú- 1 La cuestión electoral
blic_a: la nacio,nalización de los fer rocarril es, ell ibre cambio co_mo pri~cipio ~e ~
polmca ccono m!Ca, el fomenro de las mdusn ras que elaboraran matenas p11- ~ El surgimienro del partido radical se asocia a la demanda por la libenad de
mas dd país y de w das aquell as q ue p.udicran sostenerse con vemajas sob re la 1 sufragio que, de hecho, no era nueva cuando se prod ujo la revolución del 90.
co mpetencia cxrranjera sin el aux ilio de la protecció n del Esrado, la reforma i Ya Mitre en 1874 había justificado la revolución co mo derecho, deber y ne-
del sistema impositivo a rravés del impuesto a la rema y el progresivo sob re las "i,
cesidad cuando los gobiernos cerraban los comicios a la opo~ición . También
herencias, la supresión de im puestos internos y legislación del trabajo 16 En fo rmaba parte del programa de muchos de los cl ubes políti cos vinculados al
1') 14 la C onvención emrerri ana, a propues ta del presideme del partido, Partido Autonomista y había es tado entre los fundamenros de la creación del
Miguel Laurcnccna, y de los dirigenre~ Amo nio Sagarna y Luis Etcheveherc, Panido Republicano. Sin embargo, fue a parti r del 90 q ue la cuestión electo-
ra mb ié n sancionó un programa 17 . Y en 191 G, en la Co nve nción Nacional que ral se definió en el campo político e imelecwal vinculada a un debate más am-
proclamó la t(i rmula para la futura presidencia, lsaías Amado, un dirigeme plio que involucraba a la ingeniería institucional en su conjumo, y resolverl a
l)()n ac:reJtse avalado por d salteño José Saravia, sostuvo que, si como él creía, fue gradualmeme ganando adepws en wdos los secro res aun que im plicó po-
la UC:R era un parrido polírico y no ''un¡¡ aspiración", debía sancionar un pro- siciones encontradas en cuamo a su oporrunidad, las dimensiones del cuerpo
gr<tma . No hacerlo sería abdicar de su función y delegar en el fiHuro presiden- electoral y el sistema o conj unw de procedimienws que permitiría convenir
re Ll!la facultad ilimitada y discrecional. los voros en cargos.
J
42 HISTORIA DEL RADICALISMO
por Sáem Peña no sólo ap untaba a incorporar al partido que desde 1898 se
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fragio, hacia principios de siglo el debate se vinculó a la imposibilidad de j mantenía en la abstención y había acompañado es ta decisión política con el
los grupos opositores al gobierno de incidir en el resultado de las elecciones, movimiento revolucionario de 1905 sino a los secrores auroexcluidos.
a la falta de recambio en el interior de la élire y a la presencia dentro de los En cuanto a los modos de convertir los votos en bancas los argumentos :
elencos gobernantes de personajes que carecían de prestigio social y capaci- enfrentaron el sistema mayoritario y el de represemación propot-cional y dos '
dad para e] gobierno, a la degradación de !a clase gobername. En esta pers- maneras de e,legir a los candidaros: el voto uninominal o el voro pot· lista, que
pectiva los excluidos eran "el elemento pensante y la masa de los ricos", "el a su vez implicaban modos diferemesCieco;1ceb ir la representaCión de ·ias mi~
ciudadano conscienre, a pro, conservado r, instruido", "verdadero y único vo- norías. En relación a la lista es necesario aclarar que la p rác tica y las sucesivas ,'
tanre de las dcmocracias'' 20 , que desenaba del comicio producto no de la au- sanciones legislativas no implicaron su ob ligatoriedad. La p roclamación de '
sencia de disenso, sino de los acuerdos y componendas entre camarillas. candidatos era libre y en caso de que hubiera listas eran abiertas, es decir, el ·
Por orra pane, en los momemos en que el Parlamento discutió y sancio- elector podía modificarlas suprimiendo candidatos y reemplazándolos por
nó reformas a la ley electoral, surgió claramente de los debates, ramo dentro otros o~~m biagQo_ ej orden e11 que e~t_a~an propuest()§. <._
como fuera del Congreso, la reserva en torno a la capacidad del electorado -- Hasta 1912, con excepción de los años 1903 a 190 5 en que se utilizó el ·
que, paradójicamente, nunca se tradujo en la calificación del sufragio. En sisre~~ uninominal por-~i~~~r:~~ripciones, las elecciones ~e resolví~!l j)_()~_e! /
¡1902, cuando Joaquín V González, entonces minisrro del Interior, propuso sisrema_l1am~~~ deljst~ :oTP~~~~ -e:~_.sl_¡:c_ir~ el g?:nado_r se ll ~y~_¡J)_<!__tQ_doJ;;f!._C_?.:- ¡
i al Congreso la reforma de la ley electoral sostuvo que el sufragio no podía ser d:J. reforma electo ral, o debate en romo a su oportunidad y necesidad, la p¡j/
\ t·esrringido -"como república sincero, pienso que todo hombre que vi'ene á mera cuestión a resolver era si ese sistema que consagraba el gob ierno de la
este mundo tiene derecho á romar parte en la deliberación de la soberanía á mayoría excluyendo la representación de las minorías podía seguir siendo
, que pertenece"-; sin embargo, seguía pensando que el gobierno le correspon- sostenido. De hecho, el sistema de lista completa tenía sus defensores. Los
día a los "hombres superiores" por "selección natural", que las clases dirigen- argumentos a favor se fundaban, en primer lugar, en que era el único que la
,..res de bían tutelar "á los que saben ó pueden menos" 21 . Con argumentos se- Constitución permitía desde que establecía que los resultados electo ral es se
mejantes otros legisladores se opusieron a la reforma: el electorado era en su dcllD:í~n "a simple pluralidad de sufragios", y en segundo lugar, en que la ~a~
mayoría ignorante, pobre, inconsciente, y los sectores social y económicamen- yoría-tenía de.recho a la totalidad de la representació n y cualquier otro sisre- /
te dominantes habían caído en la indiferencia cívica 22 . iñaTi despojaría de esap~tesrad. Por su part~, las críri~;~---s~· apoyaba~ -~;:;-·;¡
En 19 J 1, el rema de la incapacidad del electorado volvió a estar presen- ftincionam!erií:o-·conc.réto -de[ s-istema que según planteaba Enrique de Vedia
~.
te cuando se trató de excl uir del padrón a los analfabetos e impedir que se san- en el Congreso "conduce fataln;!.~.I1~<:~).2§. . pad.am.c;;_oros._unáni.rru:s.~de.tJ:ás _ddo.s
cion ara la ob li gato riedad del voto. David Zambrano, diputado por Salta, jus- cuales está siempi·el.';_-p~ot~;·ta de los excluidos, pronta a traducirse en agita- /
tificó la exclusió n de las dos terce ras partes del electorado, que según sus .-ciones y conmociones revolucionarias".
cálculos eran los qu e no sabían leer y escribir -"masas de campesinos que sin Quienes defendían la representación de las minorías se dividieron propi-
tener instrucción primari a no tie nen la más mínima independencia perso- ciando algún sistema de prorrateo electoral, que en 1902 se tradujo en el vo-
nal"-, en nombre de la realizaci 6n del ideal republicano y de la democracia, to uninominal por circunscripciones y en 1912 en la lista incompleta que fi-
dado que se eliminaba de ese modo la acción del propietario del latifundio, ifba J.~ ree_¡:~s~-m~<?-~n <:!_e la minoría en el tercio_. La diferencia entre estos dos
que <:ra el que en última instan cia decidía el voro de esos "niños grandes" que sistemas estriba en el modo en que conciben la organización del electorado y
respo ndían "a la masa crí ti ca de sus insrimos" 23 En cuanto a la obligación, se la representación . El voto uninominal por circunscripciones responde a la
sosmvo que si era un d erecho no podía obligarse su ejercicio y si era una fun- idea de que la representación es una t·elación de confianza, y así lo dice
ció n requería idoneidad, lo cual imponía cal ifi cació n. Uno de los argumentOs Joaquín V. González -remedando-~ Ednwnd Burke- cuan do funda su pro·-
de lndalecio Cóm ez, el ministro del lnterior del presidemc Sáem Peña que yecw. La rep resemación es mucho más inmediata, mucho más pura, en tan-
propuso la reforma, fue eliminar el abstencioni smo. L:~ re fo rm a pwpiciada ro se suprimen los inrermedi.arios: el Co mité, los recluradores de vows, lo~
lt
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HISTORIA DEI RADICALISMO V IRGINIA PERSELLO 47
definir "la síntesis de codas las abominaciones", para sostener después que una co nvocó a último momento a vo tar a radi cales y se absruvo en el resro de los
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cósa era el acuerdo de te ndencias y opiniones cuyo móvil fuera el bien públi- • disuiros. O bruvo la mayoría en C apiral !~c dc ral (ocho diputados) y en Santa
co y ocra muy diferente el compromiso de agrupaciones a las que acercaba la Fe (cuatro) y la minoría en Córdo ba y Entre Ríos (un di pmado en cad a ca-
im po rencia y que no tenían ocro móvil que los éxicos locales sub alternos. Y so). En la renovación de la Cám ara en 19 14 se abs ruvo en La Rioja, Salta y
terminaba recom endando: "Acuerdos, esrá bien" pero "con ge nre de mejor la- Sanriago del Es tero y obruvo la mayo rí a en Emre Rí os (seis d iput ados), Santa
,, 1S
ya - .
Fe (cinco) y Jujuy (uno) y la mino rí a en Bu enos Ai res (cuatro), Ca pital
C uando el radicalismo ya escaba en el gobierno, un arrículo aparecid o en Federal (tres) y Córdoba (uno) . Tam b ién tr iunfó en las elecciones gubernati-
el mis mo mawrino, referido a la revolución de 1905 y fim ardo por Carlos vas de Entre Ríos con la fórmula Laurencena-Erc hevehe re, y a fm es del año
Rodríguez Larrera, se imerrogaba sobre el crecimienro del parrido enr re el siguieme en las de Córdoba, donde as umi ó la go be rn ac ió n el b inomio
mnvimi cnro revo lucionario y las elecciones de 1916. La revolució n, decía, es- Eufrasio Loza-Juan Carlos Borda.
r:!l ló sin pt·epararivos populares, "no se senría agiración al gun a en la Repú- La decisión de no circunscribir los límires de la rgan i?..ació n sancionan-(
bli ca" ; cómo ex pli car, enronccs, el munfo elecroral, "¿el ¡JLte blo era rad ical sin do un--prog.rama)Ia~~on.Srruc.ción efe ~~; vast~ red d e com i rés arnalgirriados \)
,,e ¡· revo lucio nario 1 ", "¿ la mayo d a de 1916 existía ya en 190 5 o se fo rmó en el
po-r la lealrada Yrig?ye~~:cili ta~~::__ una ta~rea d_e re el u tam icnro ~u e superó los \.
rransc urso de los afi os que medi aron emre una y orra fec ha?". Y concluía: marcos regu:lnafes. Los comités locales, cuyas dmgenc1as se elegtan anualmen- (
"¿ N o se ll enaron de p ronro los cuadros rad icales cuando la po lítica de Sáenz te_c .o n él t oncurso de los afiliados, arraigaron al parrido a rravés de un smnú- '-,
[Jc ii a produjo en ro da la Nac ión el ' ho rro r al vacío''"· La hipóresis de
mero de actividades que excedían la propaganda, el reparro de vo lantes y los ( g 'l.-,
Rodrí guez Larrera co incide, en codo caso , co n el arr iculisra de La Nación, que mítines públicos. OavwRock 0977}, en. sü-Ilor·o- ya cl~si éo solJreeCraaicali.S~ / \JJl1 ¿'''
0
propon ía que la inco rp o ra ció n al radi calis mo de d.esgajam ienros de parridos ~ ~mó, recupera ~d~- ¡; publicación partidaria El Radical la descripción de la labor \; . r;,•- 0
provin ciales lo prod Ltj o la im pote ncia frente a la novedad q ue im plicaba un de los comités bonaerenses, que incluía la <:;:~ció_~_<:!_e:.__c:_ill:~l!l.<!S_ógrafos it-¡_fa~:: ( ~L
clccro t·ad.o amp liado. Exp li cació n a la q ue ·e sum aría la perspectiva de algu- riles, la organización de conciertos, la particip~c;ión en la ~~le:;bració~_A!:_lo_s. (
nos publi cistas, tal el cJso J¡; Esta ni s l ~l O Zc ballos, q ue atrib uyero n el criunfo c~rnavalespero, además, la incorporació11__de ceneros de salud , de asistenCia ¡
radi cal a la impos ib il ida 1 de las " fLIC1'7.::tS conservadoras" para constituir un jurídlca.ySIEiíotecas y la venta de alimentos a bajo precio, Uno de los .ej.e m- '
panid o ca pa·¿ de movili za r :.1 l1 s nuevos decco res, tarea a la que lasinstaba·d~s ¡ifos que registra es el Comité. de Balvanera Sur en el que en 1915 durante
de la Revista de Derecho, 1-/istorirt y Letras. Entre mayo de 191) ~fjunio de ueinta y siete días se distibuyó pan, se revisaron ciento setenta y dos as untos
!."9l' l, ..Zc ball s es ·r[b i<S Llll:t s~.: r i c dt: :mículos con el título "La futura presi- legales, se imprimieron mil ci~culares, seis mil panfletos y se pegaron siete m il
de nci:.¡". Los subdcu los iban marcando paso a paso los avarares del intento cuatrocientos carteles.
~~iftcado-;- cu n eje CJl el Parcid o e mócraca Progresista. "Expectativa" en ma- Eric Hobsbawm (1989) refiriéndose a la transformación de los partidos
yo; " lnc<;rti d um bre" en jtmic; "Anarq uía" en julio; "Disolución" ei)~s·r-;;J,
ingleses producto de la ampliación del sufragio plantea q~~r:.~12r_::~~~~aban ~~ 8.:.
~.: 1 Cd ti m o , " 'o /Llción 1 ad. id ".
visión crlobal del mundo -nacionalismo, democraCia, socuhsmo- y que era
..-· ¡.fi Zi<.:rro <.:s q u · L/ 11 :\ v ·;, 1 u~.:s ca en vigencia la ley Sáenz Peña, el radica-
li sm o se d i< · u~;nt:t d · qw.: St: ~~'? fa co nvertido en un partido capaz de movi-
ejQ; ffils_ i~e ~CPiQgra!Il_a é~!~~i~9 co_ng~~<:l' ~esp_e~igc;o z. r~ vez ~~I?IJ.Í?n_t~;'J~
que para sus miembros y partidarios consiruía a]go similar a la rehg1~.n CIV!-
liz: u· c k: cw n.:s: lo mn~¡ Lt in a se hab ía co nsolidado . Después del rriunfo de la fÓr- éa": y acrrecra que la veneración a la figura de sus líderes -Gladstone o Bebel-
lll id ~ M:tn,, c;l Mcn cha<.:n- Ricardo abafiei:o en las elecciones de 1912 para b ~ ''
que se expresaba en retratOs pegados en las paredes de las casas modestas re-
r<.:nova r el l>odcl' [jccut ivo so. ntafes ino, en las legislativas nacionales de ese presentaba, más que d hor~Ere en sí mismo, la causa que unía a sus seguido-
mi smo al'\ o ~.: 1 pan i l > e< mp itió en Ca pital Federal, Córdoba, Entre Ríos, res''~-~ Salvando otras diferencias y
distancias, no es difícil reconocer en esa
SaJHa F<.:, >rri<.:nr<.:.~ y l.a Rio ja, prov inc ias en las que suponía contaba con descripción algunas de las caracrerísticas del radicalismo, que se adaptó más
m ~1 yores garan tías y había avanzad o más e n los rrabajos de organización. En
exiwsamenre q ue sus oponentes a las nuevas condiciones impuesras ¡~o rJ~re----~
Salta, San Ju an, Sa n Luis y ' arama rca, si bien no se presentó form;:fmenre fOrma electoral combinando ~na o rganizaciónque. ib:i. desde c~ ITlité_:; imegr~~ ~
48 HISTORIA DEL RADICALISMO '1. V IRGINIA P ERSELLO IJ
dos al tej ido de la com unidad pasando por los o rganismos provinciales hasta ,_ '' Zeballos, Estanislao. "Congresos y presidentes" , en RDHL, 111, IX, lll iiYO dt• 1111) 1
llegar a las autoridades nacionalt:s con una convocawria cuya clave residía en ~· u Gallo, Vicente. Por la democracia y las instituciones. Proptzganda Clvi/'11 18'i l 1'1 11,
Buenos Aires, Talleres Gráficos L. J. Rosso y Cía., 1921 .
cap italizar grandes cuestiones como el sufragio y la moralidad adininisrraúva,
'" Zeballos, Esranis lao. "Reorganización del Partido Radical", en RACP, X-'<V, 1' ll(l.
es decir, articulando el partido a la religión cívica. La rarea era construir la na-
;; El texto completO de las cartas, en el wmo 11 de Pueblo _Y gobierno, BLLenos Ai res , ¡:,d.
ción en clave democrática, és-e era el nexo, mdepend iememente de los intere- Raiaal. 1956.
ses que representaba. " '"El texto comrlero del programa está transcripto en ;v bdariaga, Eduardo . ·· c audill os y
Alem invocaba el civismo y la viw..1d republicana, Yrigoyen los subsumió programas", en Revisw Hechos e Ideas (He!), ll, IV, 14. septiembre de 1936.
en la i megración de la nación y apeló a ella como elemento cohesivo, agl uti- 17 La plataforma entrerr iana está en Sagarna, Antonio. "Concepto del radical ismo argen-
i
Notas
1
!J
1
~
Gctllo, Vice me. ·• l'orcidus y lcg;isbdorcs", en Revista de Derecho, Historia y Letras ·
(RDHU. 1, 11 1, mayo de 1 8~9. ~
2
[\ unge, Ca rlos. "l'olirico coc iquisca". en Revúta Jurídim y de Ciencias Sociales, XIX. ], l.!
enero-feb re ro de 1902. ·
1
· 'IC> rello, l'ablu. "(;ub ierno republicano, representacivo y fede ral si n municipios au tóno-
mos ... ". en RAC!', Ill. 1~11.
1;
1
' Intervención en b Címora de Diputados de la provincia de Buenos Aires, 15 de sep-
tiemb re de 187'! , én Ale m. Lca ndro. Ohnz parlamemaria, L1 Plata, 1949. •
' Ci mara de Diputados. D iario de Ses iones (CDDS), debate del 30 de julio y 1u de agos- J
to de 189.'1. ~
'' Zd>al los. Lscanislao . "L¡ l'olít ica del acuerdo y la deso rganización de los partidos polí-
ticos" . en IWH!., l. 11, dici embre de J8'JX.
' Romero. Miguel. "Político interna. Esrudio psicológico", en R}C\~ XVI!!, Il, 1901.
' lntetvencil·>n c'n la CDD.\ 27 de noviembre de 1902 .
., C itado por Ali'rcdu l'alacios en Címara de Senadores, Diario de sesiones, 17 de mayo de
19.lH.
1
"l.r1 N.ztió11, 24 de diciembre de 1899.
" (; ,dio. Vi cemc .. . up. cit.
,. ;
4'
Capítulo 2
El partido en el gobierno
a 1928 y nuevamente Yrigoyen desde 1928 hasta 1930) sino que sumó lama- uo de Agricultura en la última etapa del gobierno de Yrigoyen; Vargas Gómez
yoría de las gobernaciones provinciales e incrementó su peso en ambas cámaras. i fue designado ministro de Obras Públicas de Alvear y Jacinto Fernández, jefe
El partido se forraieció en el gobierno puesto que funcionó como canal -~ de policía. Los grupos disidentes encontraban argumentos para resistir resalu-
de selección y promoción de candidaros y funcionarios, creciendo amparado ciones del cuerpo directivo en la no sujeción a las reglas pauradas por la cana
por el manejo de los recursos .
públicos. Esto no implicó su plena insriwcior1a- oraánica
o
y apelaban a la acefalía por caducidad del mandara de sus miembros.
lizacitín. La consuucción de una vasta red cimemada en iealtadespersonales, Después del~ división del partido, Pablo Torello presidió la UCR yrigoyenis-
proccso que se había iniciado de manera visible hacia principios de sigLo.,_s.~ ta hasta 1930 y una juma reorganizadora se hizo cargo de la dirección del an- .
consolidó aunque paralelamente proliferaron las facciones exacerbadas por las tipersonaiismo h.asta que, en 1926, fue elecro el samafcsino Rodolfo Lehmann. >' .
dificultades del reparto de candidaturas y cargos. Se . multiplicaron los grupos Las disidencias en el interior de la UCR, por otra parte, se tradujeron en
·qricse combarían entre sí y que adopraban, por lo general, un color como dis- las e.lecciones, a las que rara vez se arribaba con listas unificadas, y en el
rinrivo y respondían a nombres propios (el de un senador, un diputado o al- Parlamento, donde no siempre los legisladores radicales votaban disciplinada-
gún miembro del gabinete). Cada facción le reservaba ai adversario el lugar menre, y esw fu e así ramo a nivel nacional como en las situaciones provincia-
del "régimen" y le endilgaba la "traición a la causa". Todos los grupos reivin- les, donde eran ¡·ecurTemes los conflictos de poderes cuyo corolario era la in-
<11~;-b;;; la ¡x}sesíón de la vérdaC!eraTeyla aurentícidad de su radicalismo. El rervención federal, aunque esw no implicó, sino en cscasísimos casos, un
resultado fue una organización cuya soldadura dependía de la negociación rerroceso del voro radical.
consrañ"re y cuya'c ifpufa, poco cohesionada, tenía escasísimo peso paracrm::.::
~i~los conflicros internos, que para resolverse dependían , en úlrima instancia,
~Ó de- las autoridades directivas del partido sino de su líder. Por orra parte, las . ' Presidencialistas y disidentes
t~nsiones que lo atravesaban desde su constitución se recrearon alimentadas i
por la necesidad de construir una agenda de gobierno, romar decisiones, op- ~ Cuando la UCR llegó al gobierno, en la perspectiva de aigunos dirigentes ra-
1-:'!
tar emre un rumbo u otro. La demanda por sancionar un programa, desper- .¡ dicales, coincidentes en esro con la oposición, convergían dos aspectos de un
sonalizar el poder y separar al partido del gobierno romó cuerpo y justificó la .¡ mismo problema asociados ai liderazgo yrigoyenisra: el pers.9_naii~_rr:!SJ_f}a__<r~
división, que se formalizó en 1924 entre personaiisras y anripersonalistas, lo s_encia de programa. Un artÍculo aparecido en el diario La Nación un mes an-
cual no implicó la desaparición de la lógica facciosa, ames bien ésta se incor- ;e$(Cé fas elecC;ü;:;~~- presidenciaies afirmaba que si bien nadie discutía en voz
porÓ¡l--<aua una de l~upaciones radicaies. alta la preeminencia de Yrigoyen muchos lo resisrían secretamente diseñando
tl Comité Nacional,' prgano ejecutivo del partido compuesro por sesema a.<!Í dos ~!l_~!':I!S~~ opuestas, una roja y otra azul, una popular y otra conser-
miembms -cuatro por yada uno de los distritos electorales-, de entre los cua- vadoracEl articulista concluía que la función de gobierno irremediablemente
les se elegÍ~- Iimesa.directiva, de acuerdo con los estaruros, debía renovarse .,; provo.~aría la escisión 1.
anualmente. Después de la renuncia de Pedro C. Molina, José Camilo Crorro A fines de 1918, en un acto cívico reunido con el objeto de erigir un mo-
fue su presidente. En 1917 renunció para asumir la gobernación de Buenos Qumento a Leandro Alem, el presidente del Comité Nacional, Rogelio Araya,
Aires y Rogelio Araya, el vicepresidenre 1°, lo reemplazó hasta su renuncia en pronunció un extenso discursoeñ- éfque enfatizó que los maies que había su- .o
1920. Francisa) Beíí'o, -t.fue h-abía sido . vicepresidente 2° de Crorto y 1o de tr~!~o y su(¡Í~ el país venían del olvido de las reglas. De ese olvido -dijo- ,f!}'" ft'
Araya, asumió entonces la dirección del partido hasta 1922. En ese momento, (
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la necesidad de elegir candidaros para las elecciones de renovación presidencial nacen los enriquecidos con los dineros públicos, los ignorantes que
produjo l::t renovación de autoridades. David Luna encabezó la mesa directiva; ocupan los puesros que la Constitución reserva a los más capaces, los
Eufrasio Loza y Eudoro Vargas Gómez ocuparon la vicepresidencia; Santiago incondicionales que en vez de servir los deberes de su puesto sirven
Corvalán y Jacinto Fernández, las secretarías y Carlos M. Catalá, la tesorería. los caprichos de los amos que su servilismo crea, los Liranos que se
Un afio después la mesa estaba desintegrada. Loza se desempeñó como minis- alzan contra la Constitución y las leyes, lo~<:audillos personalistas,
54 HinORIA D EL RADICALISMO
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' cargo y aconsejaron formar causa judicial. ;rw:coaeEist'ema ·presidencialisca. Acerca dé!~; interv~n¿on;; , ~·o~~iJ~;;;:-¡;~-;;·-~~
En esa coyunrura, de los cienro dos dipurados radicales, serenta y ocho q-z¡e-·~ran necesarias y justas. ¡;;~-;;···;·eparar" las ~iruaciones provinciales ampa- '
eran presidencialiscas y veincicuacro disidenres. Entre esros últimos siete re- t rándose en . la s uprem·;;:¡~de 1~ voluntad general . y en la fra~~ .~c_l;lh~~~~por i
prescmaban a la Cap itaTFeJe~·a!" (lJedro Fox, Marías Gil, Anuro Goyeneche, 'Í Yrigoyen d~ que las auronomías eran de los pueblos y no d~ i~s .gQ.b.~p.os. Los 1
Vícror Molina, Roberto Orriz, José Rodeyro y Eduardo Tomasewski); rres disidentes demandaban más legisla_!=ivo y rneno~ cje~~ni~_S,
eran bonaen:nses (Pedro Caracoche, Guillermo O'Reilly y Valenrín Verga- -- A principios de 1922, la dispura por las candidaturas para la fut ura reno- . .c'év
~~
ra); rres entrerrianos (Celestino Marcó, Eduardo Mouesca y Herminio Qui- • vación presid~ncial reunió a muchos de los descomemos en una nueva agru- -e .......:;/
J
rós ) , uos e
sanraresinos (Eugenio Alem an y fu_e.n L. Ferrarorti), dos rucuma- ~ pació n, la~~~i6feí~que justificó su organización en la necesidad de '::,:/'
nos (M iguel Aráoz y Octaviano Ve ra); dos sami~g~eño~s.~(Rod~lfo Arrendó ' propiciar la libre deliberación en la Convención impidiendo la sel,ección en ;/· 'f.(Ln,.
y Absalón Caro!); el cacamarqueño Valenrín Bcrrondo; el dipucado por San las esferas ofic1ales. Carlos Melo, M1guel Laurcnccna, Pedro Larlus, Dame! '
Luis Diógenes Taboada; el sanjuanino Marcial Quiroga, el co rdobés Daniel Fernández, Marcial Quiroga, Js_aq uín.~astell~:i:"~~B~~.;~¡~~Ylil·;r<l!l~' b.Bgrl (J-
Fernández y el jujefio Benjamín Villafañe. En el Senado también estaba ' Acufia, Pedro Caracochc, Manuel J. Guerrero y Rodolfo Arnedo firmaron un
planteada la escisión: Pedro.Numa Soro, Fernando Saguier, Vicenre Gallo, manifiesro que resumía sus críticas al gobierno y a la marcha del partido. Al
[Jedro Larlús , Martín 'Iorino y Juan M. Carro eran anripresidencialístas. primero, en función de la ausencia de programa, lo calificaban de personal y
Una enrrevísra real izada por La Nación a uno de esros úlrimos aclaraba la arb irrario. En cuamo al partido, debía separarse del gobierno para impedir la
posición dd grupo: injerencia de los agentes del presideme en la selección de auroridades y can-
didacos inco rporando el voro direcro por afiliado.
cuando se nos llama "diside mes", se supone que esta denom ina- En agosro de 1921 el Comité Nacional había convocado a elecciones de
ción signifi ca oposic ió n a outrarzce, _sisrcm<Íti ca a la política presi- delegados para constituir las auroridades parcidarias. Estaba en juego la com-
58 HI STORlA DEL RADICALISMO VIRGINIA PERSELLO 59
~ posición d<:: la Convención que elegiría la fórmul a presid<:: ncial. Las disiden- manos de ·u pres ide nte, Elpid io nzákz, a su. vez vicepresidente de la
. cias imernas y la extrema faccionalización que ya imperaba t: n los radi cali smos Rept'rb lica, la facu ltad de constituir la com isi nes intern as. Lo corriente, en
1
provinciales .decerminaron que sólo en cua[l·o disuicos - ap ical Federal, Fun ción de las caracn:rfs<icas de l trabaj parl am emario, era que e n cada comi- _ .. ·t :~f, -
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Buenos Aires, Córdoba y Ccn ri ences- se arriba ra al envío le una ún ica rep re- sió n es wviesen represe ntad as e das las ag rup acion es po lít icas que habían ob-
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sentación. Mendula y S~l r:1 mandaron eres y el ¡·csco de las p 1·ovin cias dos. La tt: nido bancas, en un a pi' po rció n más m ~:: nos ajustada a su núm ero. Gon-
mesa di recciva del C ;Jm icé N acion al dece rmin ó cuál de ell as era la "legírim a" z:ílcz c:xcluy~ de las co misio nes de negocios co nst itu cionales y presupuesto a
y aunqu e se te mía un desdobLun icn co, b escisi ó n no se p roduj o. seJ1adores radi cales que se supo nía dcs::tfccros a la po lí tica del manda tario sa-
C uand o Fin almen te: la C o nvenció n se reunió y proclamó, pr::íccicamence lieñce. El cüé-r[)o, a propuesta de lo · nu eve sc nad lrcs que se s i ht i er~n ~gravia-:_
sin di sid encias, la fó rmula Alvear-Conzákz, la prensa oposicora sentenció en dos, rcspC2ndió refo rm ando el reglamento de modo q ue la facu ltad de su pre-
codos los co nos yuc hab ía sido convocada sólo para llen ar una fó rmula. La im - sidente para designar Ias comision es quedara sup r¡mida. ·-- -~---·--
posiciiÍil de " las aleas esfe ras oficiales" podía percibirse en la ausencia de deba- Los l~gisladores bon ae r~nses emitieron un J< cum-e nto co ndenando la
res, de d iscre pancias y en d !-techo de no habe r necesitado más de una vota- actitud de uno de eJlos, el senador Fern ando Sagu ier, qui en había sido uno
cil,ll1 par::t el egi r a dos candidaws que nunca 1-tubieran podido unirse si no de los prop ulsores de la reforma. Los mreve invo luc rados, a su vez, co mes-
como prodLrcro de una transacción emre tendencias extremas. Alvear, simeti- wron con un manifiesto en el que expresaban q ue la in ten ció n de qu ienes
zaba La Naclón, "no ha estado nunca en la brega de los comités". Elpidio juzgaban su conducta era "quebrar la in depende ncia y m enoscabar la digrii-
Conzálcz, en camb io , "ha n·azado sus perfiles de caudillo con una acción de dad" de quienes cumplían con sus funciones constitucio nales dentro de las
constante proselitismo desarrollada a uavés de muchos años en su provincia, "normas morales" del radicalismo; evidenc iaban , ade m ás, una subversión
y más de una vez ha dejado traslucir en sus declaraciones públicas el voluma-
institucional en tanto que atentaban comra la li berrad de op inión y voro de
-rio somctÍlmenw de su espíritu a la inspiración unilateral y obcecada de su je- los legisladores y pretendían imponer la unanimidad y el inco ndi cion alismo
fe'' ó La fórmula no era homogénea -concluía-, era necesario esperar para sa- como regla de disciplina. Continuaban citando a Alem, referente insoslaya-
ber si sería solidana. ble para todos aquellos sectores que ames y después de es re episodio se procla-
_ Cuando finalmente se realizaron las elecciones de renovación presidencial, maron amiyrigoyenistas, para reafirmarse en el antipersonalismo y sancionar al_,\
1 .
¡ la UCR Principista concurrió con una fórmula propra, Laurcncena-Melo, que unicato. Se declaraban no "asistidos por la inspiración divina d e n ingú~,..¿,
k 1 fue votada por algunas fracciones disidentes: bl~quistas~af]juan~Q~veri~tas apostolado", en clara alusión a Yrigoyen, y finalmente se proclamaban radi~,F
1
l tucumanos y lencinistas mendocinos, obteniendo el 6,69 por ciemo de los su- cales que entendían que la solidaridad no era "sumisión a jefaturas ni abdi- \
i ri·agl~ísT5TB49): sin embargo, sólo los seis electores sanjuaninos la sosmvie- cación a la volumad" 7 . -
i ron en el colegio electoraL El binomio Alvear-González obtuvo trescientos A esa intervención le siguieron orras aunque ninguna f-ue asumida por la
'--rrc:inta y cinco de: los trescientos setenta y seis elecrores. dirección del partido, a esa altura, casi inexistente. El Comité metropolitano d_~
la UCR Principisra avaló el documento de los sen~&,res manifestando que la
cóñcTusTó~ -~ la que arr{baba erala misma que EaEia provoc~crc;·-su~~ep:ar-:a.~i(Sp:- -- ·
El antipersonalismo deq5artiaO:-imperaJJa~npersonalism¿- ;¡;~-;;~¡;~~te. Ca;ios Becú, que había re-
n~ñ~¡;-¿;_;--;;-~~ -b~~;;:·de dip~tad¿-~~ 192o; ~~-,;ió -~;a cana al diario La Nación
La llegada de Alvear a la presidencia agudizó las líneas de fracrura en el parti- en donde expresaba que el manifiesco era "indeciso como definición y rimora-
do. En la medida en que los antiyngoyenistas supusieron que contaban con el to en cuanto a sus conclusiones" y lo definía como una "quejumbrosa homilía"
aval del nuevo mandatario se mostraron dispuesws a provocar la división. que no constituía novedad alguna; una "edición atemperada" y una "glosa ate-
Una de las primcr::ts manifestaciones públicas del conflicto se originó al ini- nuadísima" de lo que él mismo había expresado en 1918 desde el Comité me-
ciarse las sesiones del Senado en 1923. Los sen adores radicales eran quince, de tropolitano y en 1920 cuando dejó su banca. Y se quejaba de que en ese mo-
los cuales nueve eran ami presidencialistas . El ¡·eglamcnco del cuerpo dejaba en mento nadie lo ~~b!~__s_~g_llJd?. Por su p~rre Abraham Molina, el dirigente
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VÍIIt i.il n dl' ¡41lhi (.! l'l10. a los conservadores para pedir la imervención al gobierno de Lencinas.
\•.11 \,1 il.t ~l: d~: la !'r ~t~lll\.: n mc i ó n es taba también ia selección de candidacu- La multiplicación de listas aumentaba en las eleccio nes para renovar las
1,1,,, 1 11 , 1 ,111 ~i:t \jl1e la k y ~.:b.:w r a l no regulaba y que generó Imerminable_s p~ei::_ legislawras proyinciales y, por otra parte, aunque lo graran arribar a una lista
to~ y di v i~io n c:~ dl.: ..:a r:kter local Jando orige n a una mulnplt c1dad de taccl_o- única esto no les garantizaba mantenerse unidos una vez en posesión del go-
lll.:S llll l.: se co mbatían cnrre sí. Los pri meros gob iernos radicales provinciales bierno. Por ejemplo, en 1924, los radicales de Tucumán coinci dieron en ror-
i'LJl.:ron prod uctO dl.: u n parr ido que se presentó unido en las eleccio nes pero a no a ]a candidatura a la gobernación de Miguel Campero. Aparentemente, tal
partir de allí imperó la d ivisió n. En vísperas electorales , ya se tratara deco mi- como comentaba la prensa, unificaron las iglesias pero no pasó lo mismo con
cios 11acion ales o prov in ciales y en el caso de tratarse de estos últimos, para re- la fe, porque en 1926, cuando se realizaron las elecciones para renovar parcial- ·
nov:u el Ejecu tivo o la Legis larura, los o rganismos directivos del partido a ni- mente la Legislatura, lOs liberales triunfaron sobre los radicales fragmentados
vcl nacional imemaban reunir a los desafectos decretando reorga_nizacion~ en ocho listas (oficialistas, rojos, unificados, maradonistas, concentración ra- 1
q ue-:-cñ~geiicral, fracasaba-ñ,: Ji~.;J, obreros radicales, racr;-¿¡r~; üb~er~s ~ yr~g~ye_~Js~_<ts)_:.. Sañtíago del Esi:c·r;;- J¡
-. En las elecciones Íeg!-slativas nacionales realizadas en 1916 en todas las (ambtén constituye uñ ejemplo para ibsuar la lógica facciosa que imperaba ~
~
~
( provincias, menos en Santa Fe donde la UCR era gobierno desde 1912, el ra- en el partido que, por otra parte, no se atemperó a partir de la escisión de
di cal ismo se presentó con listas úni cas. A pa;tir de 19 18 se dispersó en dos o 1·9'24 sino que se reprodujo en cada uno de los radicalismos. En 192'5, en elec-
.1
más, llegando en Tucumán en 1924 a frag mentarse en seis listas. La dispe rsión- ~ ciones co ntroladas por la intervención, triunfó el amipersonalista Domingo ·~
del voto, sin embargo , no incidió mayo rm ente en los res ultados. No sólo el ra- 1 Medina. Su oponente era otro antipersonalista, Gallardo. Un año después en
( dicalis~o lograba imponerse s~no que en algun,os casos el de~do~lamiento le_j la Legislatura coexis.tÍan cinco negros, dos reorganizaci onistas, cuatro gomis- , l
t i
permma obtener representacwn por la mayona y la mmona (Sann ag~ del tas, cuatro personaltstas, cuatro blancos, dos mdependtemes y dos mdefim-
_¡
·~
Estcro en 1920, 1926, 192S y 1930; S.anta Fe en 191 8, 1926] !928 )' En~re .; dos; todos eran radicales. En 1928, en Jujuy, compiti eron por la gobernación
l¡'j
Ríos .:n 1926, 1928 y 1930). Esro expli caría, en parte, que unirse no hub ie- :¡ dos listas radicales, una encabezada por Luis Cuñado y otra por Miguel
1
ra ~pt:rado ctmlO un imperati,;(;. Por otro lado, lª _unidad no le garantizó ~ Tanco, ambos yrigoyenistas. Catamarca fue intervenida en el mismo año a . 1¡·¡
siempre resulodos positivos, como pudo comprobarse en Capital Federal en ,f partir de los conflictos entre el gobernador, Luis Ghirardi, y el vicegoberna- il,
~
1<JL?i);-eñ-T930; o en Salta, Co rrientes y Córdoba donde las agrupaciones .~ dor, Alberto Figueroa. Los personalistas estaban divididos emre ghirardistas y
IU
""--·-.. - -
oposiwras eran ruenes. . , -!f figueroístas . . ~
Las d ivisiones pautaron una. dinámica de enfrentamientos, no solo en .3-4 -·-~ A la disputa,~r.L~ -~-~::?ida.:._uras le_~~_guía,__.t¿J1 ~ v~z e_np,osesiéíP.. de.lgQ~..!.
e¡apalk' sel\:'cc-ioíi de candidaruras si no en la campaña electoral, el momento _¡ bierno, el enfrentamientO_E?! .\!:>scargos público~/. Cuando Yrigoyen accedió ,
de la emisión del voto y d posterior juzgamienw de los rírulos de los legisla- J a la preside:'ñ~;; ~~- se ·~~gisuaron i mp~r~~;;~;~_desJojos de personal en la ad- ~Y1 "'
' i
dores electas. Fue bastante usual que algún grupo del partido se abstuviera en ministración aunque los nuevos nombramientos recayeron en los pani~![ ' d-1
elecciones co nuoladas por ¡sobiernos ta.~bi~n radjcales_p~()-· de _d~stir:~() "c.?- ~ del gobterno-:-EI1Car~1510e;:i'.fas p róviiléias-era uii:a p~I¿r{C'a-7ecurre;~e qu~ 1()_:; __:. P' I')(J¡f¡. e
lOr',....a<ICic!cúdo -:filra de garamías para la em~~ión del VO[Q. Era recurre nte, 1gobernadÓres-des prazarañ' perso nal. y esto fue así no sóf<? ~~~ando se producía ¡. '
además, ene o m ra;se, e ~1;~ eró n Ieas de. la é_poca co ~ den ~ncias de a tro pellos, i cfpas:~C: Cfelíngo~ie:~?--é~rú~~~ador ~-ot~o-;:a¿; ¿~1 si no cuando- Gs-~-z~:~~)~~ sZ-(i.
vJOiencJas y acwac10n sesgada de la poltCla, pres10n ofiCial, fraude Y mam- • dabaentre radicales de dtsnnto color. Independ1entememe de la magmtud ,
p~~~'Í del electorado con prebend~s y car.gos públicos, esgrimi,das por_~~ ' co~faci~l fenómen~-~:J.':~ -~:~l~~a~~~-nt():,._ l<?s no rnb~~~ ien~;()s dab"añ l!,l_- (
l
cales contra radtcales. La prohferac10n de l1stas radicales, ad~mas; ·t-ras l ad-aba gar a conflictos _<=lu_e::_~:=perpuestos a ouos,, fragmenraban a un mas al parte~~~-· (
; el conf1 1cto al Parlamento, sobre roJo cuando estaban en JUego defimc10 nes ' Volvamos a los eJemplos. En 19 16, en Cordo ba, a p()cos meses de asun.11r c:I
1
(¡(¡ HISTO RIA DEL RADICA USMO · .YII<GINIA PERSELLO
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1\liiJi ~,; I' II O md ical, el Comicé local cuesrionó el rwmbramienco deljefe de po- : . dos) al segundo gobierno yrigoyenisra. Todas las provinci as fuero n interveni-
[i d a y pidió su descirución alegando hacer uso del derecho de penc1ón freme1 das -por lo menos una vez, caso es te último de Entre Ríos (1916) , Buenos
;1 los poderes públicos. El gobernado r Eufrasio Loza lo r~mficó en el cargo y a ~·
Aires (1917) , San Luis (1919) y Sama Fe (1929). El ocro extremo lo re presen-
.parci r de all í :;e generaron una serie de conflicros que concluyeron con la d1- ·
can San Juan y Mendoza que lo fueron en cinco oportunidades. Las primeras
vi:;iLÍil del r)arci do. Los rojos "vo lviero n al llano"' elaboraron una !tsra de car-
once inrervenciones enviadas desalojaron gobiernos conservadores, pero las
"'')S conc ra el aobc:rn:1dor v cx¡Ju!saron de la agrupación a codos los mtembros
t) ' 0 ~ V ' restances desplazaron a go bernadores o renovaron legislaturas radicales.
. Jc:l Ejecutivo bajo el cargo de "craición a la causa''. Los legislado res nauona-
Después de dictada la ley Sáenz Peña, cuando el rad icalismo decidió le-
ks que ¡·esrwndian a esa fr acció n vocaron en conua de la incorporación ai
vantar la abstención, demandó al Poder Ejecutivo nacional que rodas las pro-
[larlamemo dd dipurado azul, Enrique lv!arcinez. Los radicales dtstdenres san-
vincias fu eran imervenidas para garantizar los comicios, pedido que sólo se
rafesinm ;,¡cusaban ;,¡1 gobernador Me nchaca de aumemar el presupuesto para
s~-~~E.iLft:._-~~~l9J~, _l]na vez en el poder, el presideme j~stificó su
,lc~re-c:~nrar !a fue rza poJiciaJ V organizar COmiÚ~S presididos por empleados pÚ-
política de mcervencwnes apelando a la Idea de que la auconom1a era del
hli~~~~ Dara monear la máquina elecwral con sus seguidores. Cuando en 1916
pueblo y no del gob~~rl1c<?_-confusión, dirán los opositores, emrc el p rincipio
asumi<\ la gobernación Rodolfo Lcbmann, fueron los radicales ex gubern istas
rep'i:15f!cano y erfelleral- y al mandato que le fuera conferido para dar a los
los (1L1 C rcrxodujeron , sin matices, la misma lista de cargos. También el g~ber- :: pueblos "gobiernos verdaderos", es decir, legítimamenre consti midos. A la
1 ;-1~Tt\r ~Ce---'l1't~c-nosAircs José Camilo Crmco, electo en 1917, ren unció ames Jc ~ acusación de que abusaba del decreto los radicales respondían que no podía
-~ rcrrnin ar su mandaco acusado de traido r a la causa. Encre las objeciones que_~
malograrse el "esfuerzo repararorio'' esperando que d Congreso autorizase in-
· :,e lt: hacün, no ocupó un lugar menor el haber removtdo al personal no m- ~
tervenciones. Como teoría, independientemente de la opinión que les mere- (
h rado pot· la imervención que lo precedió. :[ ciera a unos y a orros, era aplicable a los gobiernos del régimen pero difícil-
l.u cic nL> es qut: ..:n rodas las provincias es posible rasrrear varios núcleos;;:; mente a los de la causa.
que se asumían como r:~dical es, tenían sus propios periódicos, presentaban sus:ff En este úlcimo caso, la incervencíón formaba parte de un parrón de com-
propiJ.s l i st:~s en l:~s elecciom:s y se combarÍ<ln cnuc sí con mucha mayor viru',D portamiento político que puede explicarse a partir de la relación entre gobier-
lcncia, por lo menos verbal, qut: la que empleaban para con las ocras _J. grupa, ~ no y partido. Se iniciaba con la fragmentación del radicalismo, ames y des-
ciones policicas. A los rojoo y azules se sumaron negros y blancos en Sannago ._r, pués de asumir el poder provincial, seguía con el enfrentamiento en el interior
Jel Estero; moriscas (Manu~l Mora y Araujo) y blanquisras (Ángel Blanco) en¡ del gobierno, por lo general emre el gobernador radical y el vicegobernador
Currienr..:s; princip iscas y "'verdaderos" en La Rioja;orgántcos y reaccwnanos ~ también radical, o, lo que era más recurrente, entre el Poder Ejecucivo y el
en Cacamaru. Por otra parte, en casi todas las provmctas, la alternanCia en el;~ Legislativo. Este último pedía juicio político al gobernador y el gobernador lo
d ,.
gohinnu se diu cmre "parees'' del mismo panid~. El ejemplo más acabado __ e ~ clausuraba. Finalmenre, uno u ouo o ambos pedían la imervención federal,
esrZ; ~~Ta ¡_,ro vi ncia de Sama Fe, donde en_~:':_~ 912__y_l_930__:;_<:_s \l(::~~~<:_r_?_~_ cu;~: amplia o ~e~rri ~gida§_<::gt:II1 ias c;racte~í~ri~as del c~1;flic~~~ Decrera<J a esi:·a.~-er
¿:(\ góhcrí1adc Jrcs rad.T~~;¡-;;-y -nin gu rÍo (Í~l los reconocía filiación con el ame· ~ enfrenr;~ien~o · s~ recreaba alrededor de los--man~)¿;s--- d~r-lmervento r que era
río:. En (¡uubrc de 1923, un editorial dcrifiarioTa7Vacióiíplanreaba que-sí~ ~usadq,j_f1-º.eiectiblerneme, de parcialidad por uno de los grupos.
al"uicn quis iera escrib ir una histo ri a de los distimos gobiernos radicales para:f . En algunos casos,-Ta i~-;~~:;;~~~ió~~ -~o-;;~~~~ -~1 'Ejé-cl.trivo.-Eñ-fucumán, en
p~semarlus bajo una lut: desfavorab le, nada snía tan eficaz como recopilar los f· 1917, repuso al gobernador Bascary; en San Ju an, en l 921, a Amable Jones.
juicios Ljll<:: esas admi nis rnci oncs le merecieron a los grupos d!stdenres de su En otros, a la Legislacura, cal co rno en Salta, que desplazó al gobernador
~
rnisu1o partido. Joaquí,1 C astellanos quien había clausu rado la Legislatura aduciendo <lu~en
c.- Durante el período C l \ ( jUC los radicl! .. , cswviero n en el gob ierno se en· ciSiño sistem ático y obs truccioni smo. Ll amó a nuevas elecciones y con absten-
viaron ue inc:1 imcrvcm:ionc:s l·l:dc: ralc:s a [a,, pmvinci::ts de las cuales diL.:cinuc· cióñde la oposició n co nsricuy nu evas cámaras. El dirigeme ¡·adical jujeño
ve (quince por de creco y c uatro pm ky) co tTcspondicron :tl primc.:r goh icrn u Benjamín Vi ll afañe co mparó la situación de Salea con la de su provi n cia. En
de Yri"ovcn, di ez al de Alvca r (s iccc y m: ·, t·cspectivamt: ntc) y wauo (dos Y la primera, Yri goye n desah ogaba su có lera "conrra el mandacario irrreveren-
" '
HISTORIA DEL RADICALISMO VIRGINIA PERSELLO
68 69
re", en la segunda, sosten ía al gobernado r y "pone en la calle a la Legislatura iniciativa que se trad ujo, en septiemb re de ese año, en la constituci ón de la
que trabaja" u El gobernado r salteño era ami presidencialista, el jujeño, Mareo ~ Cor:cemración -~~cJg~~l y, en noviembre, en la ap robación de su carta orgá-
Córdova vrioovenista. La acusación más frecuente entre los parndos de la · f ~~"¡"~; y la elección del tucumano ErnestO Padilla en la p residencia . La Con-
oposición era que la intervención respondía a presiones de a1gunos nuc ' 1eos
J ' ' " '
centración adoptó la fo rma de una f;d;;:;-;c ión. e~ donde las agrupacio nes pro-
del panido en derrimem o de ouos y que el preml.enre Yngoyen desalopba a vinciales conservaban su propio gobierno y o rganizació n y no llegó a elaborar
los mejores para quedarse con los peo res . . ., un programa, limitándos e a exp resar que su objetivo era salvar la democraci.a..
Sin embargo , no siempre las elecciones presididas po r la mtervenc10n de- amenazada por el yrigoyenis mo. La coincidencia estaba en la fó rmula: Nor- ,
te rminaron el rriunfo radical. En Córdoba, a la intervenci ón decretada algo- berro Piñeiro-Rafael Núnez. La democrac ia progresista, invitada a sumarse, .
bierno de Julio Borda, que estaba comp letando el mandaw después de l,a_ re- rechazó la prop uesta pues Lisandro de la Torre sostuvo invariable mente el ar-
nuncia de Loza, le siguieron eres gobernacio nes demócrata s (Rafael N unez, gumento d e que no podían participar de una coalición accidental, electoralis-
:'Julio A. Roca y Ramón Cárcano). En San Luis~ en 19l9: el desplaz~mte~ro ta y carente de programa sin desvirtuar la identidad partidaria. ...-""
1 del uobcrnado r radical
Carlos Al nc dw paso a eJecunvos ltberales (Leon Gw- Nuevamen te, las elecciones presidenciales de l 928 unificaron fuerzas
llet,~'\lberm Arancibia Rodríguez y Laureano Landaburu). En Corrientes, in- ~' dispuestas a competir con el yrigoyenismo. Esta vez se co nstituyó la Con-
rervenida en l9l9, el radicalismo nunca fue gobierno. La forraleza del pacro ~ ~~-d~!_:tLPc~~~,c:h,~:..~lJ~.Pt!-~i~~ró su decislór:: la fórm ula prop ia. La
¡
1
Jibcral-aum nomisra y una ley elecroral que establecta la re presentaeton
' '
pro- l't~ novedad residía en el nuevo realineam ienro de fuerzas. El _triunfo 1eAJ_v.e~f:z
\ porcional por cociente lo im pid ierorl. ~ la escisión del radicalism o habían abierto nuevas perspectivas que modifica-
ron la trama de oposiciones y alianzas. En principio el Partido Socialista, que
"'i al igual que el partido de De la Torre se negaba a pactar, se dividió . En 1927,
Partidos, eleccione s y Parlamen to -1 un grup_<:'_,?i_sj~e_n_te_ ~eL~c!_al?'!-.~_u a.Jt;j_amiento _e n el Cl!eS~~ie~~toalJu~;
te pre'do~Í_I!_i_o de un círculo en el g<2_gjerno de la agrupació n, formó el P<!-~t.i.do, ,
El modo elegido por los refo rmadores del l2 para transforma r los vows en Socialista Independi ente (PSI). El detonante de la escisión fue el debate so bre (
bancas se sustentó en el argumento de que el s istema del_t~;_::_? f_ll~J?~:.':.la , · elproye~i:o ªe imerv~nció[l a la p_r9vi ncia de Buenos Aires ptesef!.t_aP,(l por eJ ) z \.
minmía permitiría la co nso lidación d~ P~.r-~~9~ ..g~a!1~e~_y_c_o.h.t:~l..Onadgs_. El ~~~o ~~l~sta (P~L fundado en la política provincial en relació n al juego ) '7 /
~~~;;¡¡;¡·p;-~idi~~-~ ·¡;:;giés:-- fe~o el proceso q ue se ab rió a partir de
su sanción estu~-;-~;:;;cl:ei-izado por 1~ dispers ión. El panido gobernam e esta-
y apoya~__E<?r los legtsladores conservad ores y anripersonalistas. Cuando
pñrñefOde cidió r-;;ti r~rlo por~;;~eméñara ·e¡ue ·el-gol5ierno-5oñaerense había /
el"
ba fragmenta do, las fu erzas conservadoras provinciales no conformaron un dado señales de revertir sus posiciones, el grupo disidente se alejó. En el es- \,
partido nacional, el socialismo y el Partido Demócrat a Progresista (PDP) te- quema de alianzas estO implicó que mientras el socialismo de la Casa del Pue- (
nían un alcance cas i estr ictam.e me_l9caL .. _ ºLo permaneci ó fiel a su primitiva intransigencia, los independi entes decidieron ";.
Las a<>rupaciones conservadoras provincial es acwalizaban de tamo en
"
tanto la intención de conformar un partido nacional que no llego' a consn-
1
. •
sumarse a la conco:da~ cia_ e~table~!_:i~ entr~- c?~~~~~vadores yanrie_e~so_!l~Í:~
~ para votar una tormüla común que, no sin conflictos, se cristalizó en los nom-
ruirsc, aunque establecier on alianzas en vísperas elecwrales y se unieron para ~ bresae"Le opoldo Melo- y Vicente Gallo. Las dos ramas del socialismo evalua-
vmar en el Parlamento. Emrc 1914 y l916 fracasó el primer tmemo en ese ~ ban de manera diferente el lugar que les correspon día ocupar. El PS conside-
sentido v el Partido Demócrat a Progresista , que debió constituirse en la gran
fuerLa .,~ lí tica para enfrentar al rad icalismo en las primeras elecciones naeto- ~
i raba que la alianza era heterogén ea y difícilmen te podría coincidir con sus
fines. El PSI ponía por encima de cualquier otra considerac ión la evaluación
nalcs c:m la ley Sáenz Peña en vigencia, se desmembr ó aun ames de confor- ·~ de que Yrigoyen era un dictado r; opo nerse a él era un deber para rodo rep u-
marsc v hacia 1928 ya hab ía perdido su rep resentació n en el ParlamentO. A :: blicano que intentara impedir el atropello de las institucion es.
mediados de l92l, ame la inminenci a de las elecciones de renovación del :¡ Por otra parte, no wdos los conservad ores aceptaro n la alianza. AJbe rw
Poder Ejc.:cutivo, fue el Partido Co nservador bonaerense el que encabezó la Viñas, entonces legislador por la provincia de Buenos Aires, argument aba que
70 HJSTORJ A DEL RADJ CALISMO YIRGINJA P ERSELLO
71
incorpor ándose a la Confede ración de las Derechas d partido perdía "perso- Desde su perspectiva, el radicalism o no e.ra un parrido: carecía de orga-i
nalidad" freme al anriperso nalismo, "conglom erado inorgánic o, un despren-
dimi emo que no alcanza a ser cismático , que no deja huella" I4. En Corrienre
·¡ nicidad, principio s y programa , era un co nglo merado de volumad es
unido 1
por un liderazgo personali sta que sustemab a reorías anr ide mocráric
, ¡ Partido Liberal ya estaba dividido y micmras un sector se abswvo de con-
s,- , as -el i
apostolad o, el plebiscito , la intención de mono polizar la rcpresenc ación
del :
curri r a las deccione s, el mro owrgó sus vo ws a la fórmula Yrigoyen pueblo- de cuya apli cación en el gobierno resultaba el avasall amiento
- de las
Martíne'L, que flnalmem e se consagró con ei 80,86 por ciem o de los sufr ins tirucion<::s, la arbirrarie dad, el despotism o y el desqui cio aJminisr
agtos rati vo .
qw: se rradLtjcro n en doscic nms cuare ma y ci nco dccwres. . No se rrataba del gobierno de la ley n i del gobierno de los capaces .
,
!.J din<1mica que se esu.bleci ó entre los parndos Impltco vetosrect procos La democra cia progresis ra se reivindi caba como un parrido program<íti-
" fuertes en frcnrami emos; sin emb argo , el adven imien w del rad1cahsm (
o al co y se definía como liberal democrát ico. Ser demóc ratas e ra creer en la ca
~ohierno los puso e n el centro de la escena. Predom inaba la idea ~e que d go- cidad del pueblo para gobernars<:: a sí mismo y ser progres isra era sostener
pa-
que
hicrnn represent ativo no era posi ble sin ellos. En rodo caso, las cn(lcas se el gobierno debía ser eje rcido por hombres con apricud téc nica. De ese
cen- mo-
traron en que esos partidos no respondía n al deber se r diagrama do por Jo , se diferenci aba de los conserva dores q ut: no eran un partido y tampoco
los re- '
FormisrJs del 12. Por orra parre, lo que ramas veces se ha analizado eran dem ócracas, y de los radicales que simetizab an el "desbord e caó ti co
co mo de las '
rerensión heuemón ica del radicalism o que lo llevaba a circunscr ibir el masas am e las primeras co ncesiones de la libe rrad política".
l1 o
cam-
pode ¡0 legít imo a su propia agrupaci ón idemificad a co~ la nacwn
. ' y,
por en- El Parrido Sociali sta, al igual que el PDP, hacía de la o i·ganicida d y el pro-
de. a negarle en él un lugar al adversan o consntw do ast en enem igo , requie- grama una bandera que le permitía unifi car al resto del espectro partidari
o ba-
re se~ n;atiz:~d, 1 . !'rimero, a panir de la pugna idemitar ia que se estableció jo la categoría Je exponem e de la política crio lla, resabio de un pasado
entre los panidos . Segundo , en relación a las prácticas que ésws desplegar
a su-
on J perar arraigado en la p ersiste-riela ·¿e- -Pr;¡_¿-¡¡~~ co rruptas, y enrrc ellos,
el
en ám bitos co mo las eleccione s y el Parlamcn to. 'fercero, en función de radicaiism o yri goyenista era el ejemplo m ás acabado de lo peor del presente
las ac- • y
rirudcs adoptada s por el go bierno en relació n a la oposición . .
_, f; de la negación de lo recuperab le que tenía el pasado, la selección de los
más I~
La primera cuestión invo lucra el modo en que cada partido se de~niO y, capaces y el progreso logrado. El socialism o, emonces , se pensaba a sí mismo
e u el mismo "esto, caracteriz ó al orro. Las agrupaciO nes provmc1ales -I 4}Q
arndo como el único partido que simetizab a a la c:!..e~ocrac:~_x el progres_i_~l11?·
C 1nservado r bcn Buenos Aires, Demócra ta en Córdoba , Liberal en Tucumán , ~ Los radicales se proponía n como la única fuerza naci~~al-;;~ganizada,
se \:;-,'"(~J
Popubr en Jujuy, Liheral y Auronnm ista en Corriente s, Unión l) rovmci . al b'
reafirmab an como causa frente_~- ré~~L~~?5~.i:?..<l!l a la volumad pop . v"
en •: ular \"V'\/~' (:'
de .~u-
Salta. Concemr ación Cívica en C:uamar ca- planteab an que la ausenCia
~ por sob re las leyes y emendía n ~~oro más fm1!9. rarificaci ón del apoyo
a su r.,flJ "'"'; -"
wridadcs ctnrralcs no les imptdb ser solidarias entre sí y asumían poseer
pírim de panidn". Se considera han la reserva imclectua l y moral del país
es-
Y ar-
t¡ mlsiün c..¡ue, como rraCiuccióÓ de la diversida d de, o~imon~-;~-Re!Víndl"cáf)añ.
pamopa oon -estamos en la cal_Je, en la p~aza p~?!t~~!?--~re las masas
la ~J ('";._
,¡v';.s-'
gumcnra han que la democra cia era el gobierno de los capaces y, en pop u- 1 1/r/a~r<:--;
ese -lares- por 0J?.I::_!~ repie§~ntacwn . Ambwan sus diferenCias a la democra
cia J y•"'-'~ (/~r.
scnrido , aceptar que w dos vo ta ran no implicab a que ro Jos estuviera n _en
.con- que !_~e-~~b.a: en sus fil_~ ·y: ·~;-;;-¡~-;~-;encia de organicid ad que le endilgab
an 1 u-
diciones de ~obcrnar. El :ucnuant e para los gob iernos de lo que el radicalism sus adversarios. Sosrenían que los c~nser:.:.adores 'no cot1srÍ~~Ta~ -~;:;-¡;-~-¡~i
o " do,
caracre ri:~.ab: ~omo régimen era jusramem e que elegían a "ciudada nos rep re- ; eran los restos de una "casra gobernam e" que carecí a de un mod0 de ser
que \
sentarivos'. que, en este c;~so, no se asociaban a legítimos rep resemam es la defmiera; colocaba n a los demócra tas prog res istas en el mismo campo
de la y ;;e ~
volumad popular si nn :~ notables. F.sta idea descansa ba en qu<:: la democraC diferenci aban de los socialistas en rérm inos de su misión histórica : salvar
ia y re-
110
confería, a modo de iniciación mágica, aptitud para el gobierno , Igualdad co nstruir la unid ad espirirual de la nac ió n, armonía y no lucha de clases.
El
imekcrual y mod, po r d conuario , aceptaba la desiguald ad del mérito socialismo era Ltna secta que quería hacer rabl a rasa d e la fam ilia, la patria,
y el las
r:~knw. Se proponía n conserva doras de una o rganización basada en los pnn - msmucio nes .
..:i pios rcpuhlica no, represent ativo y federal. Sostenían encarnar la "reco Todos los parridos aseg uraban se r de moc ráticos y le negaban e;;c arribu-
nc..¡Ltis-
ra insri tucion al" . to a sus adversar ios. Todos part icipaban de la tendenci
a a unificar al resto en
72 HISTORIA DEL RADICALISMO ·· VIRGINIA P ERSE LLO 73
el mismo campo y concebirse como los únicos depositarios de la verdadera fe. si~a=:.. :~_:nit_é_s,r,_:i~:'.~~~-i~~- Y denunciaba a un cura que desdoblaba "su sagra-
¡(Todos coincidían -al menos públicameme- en la irreversibilidad del sufragio C!o mmtsteno cumphendo funCJones de capataz de esa repartición 15_ Ana-
\'¡ uni versal como principio de legitimidad del poder pero encontraban difícil !izando. el crecimiento del aparara estatal puede demostrarse que el número
~ acepur sus ¡·esulrados. Todos se consideraban parte de la civilización y ponían ~k comtsanos Y subcomisarios regionales prácti camente se duplicó. En cuan-
,. al radicalismo en el lugar d e la barbarie. En ese se mido, no es muy diference ro al personal de C orreos YTelégrafos, al que se le atribuye, además de la pro-
la valoració n q ue el radicali smo hacía de sus opositores. paganda electoral Y la participación en manifestaciones políti cas , violar el se-
En cuan ro a la u aducuó n de las red procas negaciones a los espacios don- ere ro de la corres pondencia, creció entre 1914 y l 929 alrededor de un 40 por
de los part idos confrontab:lll por lugares de poder, las prácticas eran menos c~enm (de qumce md a vemncmco mil empleados), lo cual puede explicarse
vi olentas q ue los discursos. El radicalismo era el partid~ predominante y en por el aumenw de la población que se incrementó en ese lapso prácticamen-
muchas situaciones provin cial es ocupaba simultáneamente el lugar del gobier- re en los mtsmos porcemajes Y la instalación de nuevas oficinas en casi codo
no y el de la o posici<'m, pero era indudable que el espacio electoral se había el país. De rodos modos, es llamativa la persistencia de las críticas comra esa
am¡1liado, las elecciones fun cionaban de mane ra competitiva y pese a las mu- repartición.
mas acusaciones el fraud; ·;:;oconsrl tu-yÓÜ-i-i- sisrema. La oposl cr6n~-~-¡:;-~ la !unto a la descripción de los agentes elecrorales recorriendo los pueblos
que se incluye a-fos "r J.Ciicales co y~~~~~-r;;En e m e no oficialistas, en ocasiones re- en VlSperas electorales, las promesas de empleo , los nombramientos en blan-
curría a la abstención y permanemememe apelaba a la presión oficial para ex- co, las suspensiones de capturas, el disimulo de delitos, el encarcelamienco de
\ plicar sus fi·acasos elecrorales. La presión, en el lenguaje de la época, estaba · ~po~ito~~s, los traslados del "elemen_ro antirradical" a obrajes de empresarios (
, l nstitucionaliz;Ja-e n rarna<:¡"lilñá formada por-empleados pú5li~;;~- q~e eraba:. amtgos Y a las obras del ferrocarnl a Huaynquma para aleJarlos del !u<>ar 1
i')al)ái1ac [ivam-en tc -¡:r¡-favór iJeros canalciarOs"C!e[gQ!)}áno. Así, auxili~;es de " donde debían votar eran ~f2::~a~~;. ~S pr~gica~. r~_lJrreQ.ts;m<;_!l.J~_.g:ñª-'_aJ'!§_/
i la- IJeTen sa Antipalúdica, d isrri buidores de aguas de los canales-Cferiego, capa- · P!~a ~~~. '::_lenta ~~inr1':'~.<!:3~n.~s gu_e_~--s~ero y la obligatoriedad del su- ·
.. t;CCS cle() t);.Js" Sanitari a:~; i-nspectores--J e ! ~ puestos IrirernÜs,empleados JeTa ~ ff~gio ~~-~::_ i_I?~~~~~cido para comprar VOto~ ~ · im:p~dirlos .. Ade~~. si ~-~~ (
Adüai}i,"'éá"¡)ai'i!Ces de-rós ferrocarriles del ~stad'o, iíi specrores y directore~ d~-i arenemos a las crónicas regísrrad; s p~r· r;; lit~~atL;ra y la p~c;;s~: -la ~¡¿;le~~i~
l ascsc~J~E~ nacional~s, personal de policía, cuadrill as de peones camineroS," ejercida comra el adversario permeaba rodas las contiendas electorales. No fa!- \
/ rodtis <.:r:lll sindicados "de ser agentes electorales y, entre ellos: los empleados ta~ tam_poc~-~:_r~feren_cia perma;:;e;:;re al_!~~·l!_de-ejercTd-;; -; parci;Tep;;.J;.~~s )
/ cle- la l'Jéfc ñ~~a Agrícola y de: Co rreos y Telégrafos eran los que ocupaban m~~ vtctados, secuestro de libretas;· vuelco de padrones y sustitución de . ~mas : ni {
e-,i
/y"' r ;;pacTo -¡;_~-den-un~ias elevadas en la prensa y el Parl amentÓ. ' el recurso a la abstención por "falta de gáranrías". .
-- [ ,~~Tti cas a la ~iivisit\11 de Defensa ¿\grícola, agencia dedicada_,__~e · Sin embargo, estas críéicas ..y d~n~ncia;:·-~ ~ muchos casos difícilmente ,:-
otras Funcio nes, a combatir las plagas rurales, no eran n uevas. En 1898 se re- comprobables, no bastaban para explicar el apoyo al radicalismo. La oposición, _.,1.• :·· ,,.
gbrne nrcí la extin ción de la langosta para lo cual se formÓ una comisión cen-:~ entonces, recurría al argumento de la incapacidad de un electorado mucho más:~·~; -.
rd , comisiones seccionales y subcomisiones de distrito para cumplir esa ta- p~oclive a adhenr _al sentimiento que a la razón. Era innegable que la UCR ha- ..,-
rc~-~ 1Yl an sill a~··e;:¡e-se "in( ¡rñen((i'!egl sláoor. expres Óe nl a Ckara de Diputados ~:a logrado arratg:¡_rse en la socie_ dad y, a pesar de las disidencias internas, h0
~que se abría la p~rspecti,va de ·~l_a._~~~~:::.!~~g;_:~t:i.JQJ;m:;_;;LmiiQ _pú_blico . .fu1 ~!a. un denominador comú~.<l._~~· definido en té~min~s de causa o de religión _
/ ~-];¡_~:cr:~m~w :~y_aso a dt::pe:1d~:; ª~¡ Mmtsteno ~;_Ag~~~-~ra:_ Dura~~e ~ c:vtca Yno de programa.pohtiSU~-\cr<:t() y espe~tfico, _tdennficaba a sus miem- _· - , ~;
prestden C! a de Y'ngoyen, se aludta a bngadas vol ames o a la otra langosta pa- bros, les aporraba una cosmovtston Y¡ generaba vmculos de lealtad en los votan-~ [4>1 J:.~. ·
ra refe ri rse a lns peones de la L)cfensa Agrkola asignados a la rarea de erradiéar- f~s Por otra parte, a pesar~ de: !~~_!:.~!stencia de caudillos, prácticas cl iente lares, \ :;,...----
ta-: En 1923 Federico Canwni , entonces gobernador de San Juái1, le manifesrá-" ~-~nfluenCJas locales Y ecuacwnes que sólo pueden explicarse en marcos estricta- 1
ha a un periodista que iha ;: cntrevist~rse con el ministro de Agricultura para ,\ ~e~re P 1~ovinciales )o regionales, _se trataba.9t:. ~12 p~rt\do nacio~~!: .. . . .,.-r .
lllhm11ark que: la langosta solo aparccta en su pro:<.!_nt,:ta en el departamento de L En cuanto al [ arlamento , sm duda fue un espaciO sumamence confltcn~
V:llie r értil;·e;; ~] r~~-~() de la provi;Kia los co misarios de·Í·a o;¡-;;;~a Agrícola p~·e- vo. La prensa y los mismos partidos acordaban en que era inoperame pero di -
1
74 HlSTORJA DEL RAD ICA LI SMO
-1
1 VIRGINIA PERSELLO 75
· re rían en las causas a que arribuían su esterilidad legislativa. Por Ún lado, el ra- legitimidad en el ejercici? ~le un poder qu e eo nsiderab:m .. q~te sc .. habia .mrna;. .
d icalismo acusaba a la oposiéión de frenar la "gesta reparado ra" apelando a di - do despótico y arbirrarig.
ferenres tácticas de obstrucción: retirarse del recinto dejando a las cámaras sin ~ ·Las agres io nc~ in rc rcambi adas t: nr re la barra y lm legisladores duramc los
quórum; abusar de los pedidos de votación nominal y de los debates políticos cuarro día · qm: duraro n las de libc r :1.c i o n e~ aporm n clem<: n ros para co mpren-
para enjuiciar al partido gobernante y transform ar las imcrpelaciones en vo- der la co nfli cr iva relac ió n que:: se esmbb.:ió cmre e l ra d icalismo y la oposició n.
cos de censura contra el presidente. Por su pane, la oposici ón sostenía q ue el El mov imi em o se inició cuando Sáneh "t. ' om nJo :~firmó qLIC el presidente de
co nflicto era instirucional pues el presidente desconocía al Parlam enco, no la Repúb l i~a era un di ctador. A los m urmul l o~ . silbacin as y man ifestaciones de
cumplía con la costumbre de abnr las sesiones rransmitiendo su mensaje, im - &sap ro bación q ue desde los p:dcos 1 · la i1.qL1 icrda se diri gían haci a la banca-
pedía que sus ministros concurrieran al recinto para comestar las interpelacio- da de la de recha les siguió el lanzn mi e n ro d l: hLu.:vos, moncdas y papeles. En
nes e intervenía a las provincias por decreto, obligando permanenrememe al uno de es ros últimos, se leía: ''¡ Injuri ar a los pn:si knccs! Só lo a rorpes, sólo a
Congreso a defender sus fueros y prerrogativas. necios, sólo a imbéciles - ocurrírs<: les pudi era c.;o .~ : t igu:\1- ; só lo a in fames mer-
El memorial de cargos que, en 1919, presentó el diputado co nservador caderes -a muñe cos y a bufon c - habi ranres del Pa ngal". El legis lador bo nae-
Matías S;ínchez Sorondo para fundamentar el pedido de juicio polítict? al pre- rense, señalando a la barra, rarificó su afi rma il',n : "¡A lH cst:i la dernosrració n 1
sidente resumía acabadamenre el modo en que la (;posición concebía al go- ·Todos los 16 .
l . ·" .., dictadores
.. .. . tienen
... se rviles!"
"_,.,,.
ETerno en general y, fundamentalmente, a Yrigoyen . Comenzaba refiriéndose · No fue un hecho aislado. La opos ició n pedía rcc urrencern ' nte el desa lo-
a la falta de idom:idad eonstirucional para el desempeñ() .~~~~!.:~go y la funda- jo de la barra, la individualización de agrcso rcs y su proce::sam ie nru y hacía
ha ~~ el COI1C!épto que .e l presiden re tenía de sí mismo, de su función y de la recaer la responsabilidad de "ese es pecriculo dc sumisió n al presidenrc: de la
de los orros poderes. Sosrenía que el apostolado, el dogma, el gobierno ejem- República" provocado por " ho mbres de o mité " pagados por el partido, en
. ,.D~ar, el plcbiscitu , la voluntad exrrahumana, la superioridad i~1tdecrual y mo- el presiderrre de la Cámara que no romaba las medidas necesarias y en la po-
_,. -,:~ ral que Yrigoyen se arribuía lo llevaban a no d":scanar la h1po~eS1S de la locu- licía de la casa que no actuaba porque te mía ser des tituid a. Sos tenían q ue el
, ···,·a. De allí derivaba orros dos capítulos de acusación: los atropellos a los fueros desprecio del Ejecutivo por el Co n gr~ii.Q...~e h;Üll:¡t trasladado a las masas y acu-
-y prerrogativas del Congresoy el avasallamiento de las autonomías provincia-_ saban a los di(2Utados ,;ad,iq.les:-qu~ e.n la c~;:;.;a'fa proces-tabru~ CO ntra los eX-
·les. Por último, alegaba incapacidad para el gobierno basado en una minucio-
ceSOS de la barra_x__:¡:_D].~~'!-"~~n ~.i ~p_l!e~ ros a ace ptar cualquier ~ed i~~<i':l:C:....
;:a ··~numeración de irregularidades adminisrrativas que arravesaban a rodas las ~-rid.iera a ~e~~~~ir la situación, de salir en -,:nañift:staeión a¡ ft:cntt:" de esa mis-
dependencias estatales. ma barra a la que definían como tumultuosa aunqut: regimcnrad a y obedien-
Tamo para Sánchez Sorondo como para el resto de los miembros de la te; utilizaban para caracterizarl a térm inos co mo rurba, sicarios, liberros y cri-
Cámara de Dipurados estaba claro que el juicio polírico no podría sustanciar- ~ minales indultados por el pres idente, jauría de asalar iados, mazo rca, ch usma
se; sin embargo, sirvió para que durante muchas sesiones se dirimieran las di- 1Í venal, y hacían referencia a voces aguard entosas JUe venían de los últimos
- fercncias entre radicales y oposirore~(-~~sostenían que su misión, -r· pantanos a vociferar.
la construcción de la nación encla~e den1ocrática•.eyaba respaldada por lavo- '' No es taba ause nre la inten ció n de di fere nciar <ti Parl amenro radical del
lunrad popular y allí residía la legi~~,>;tr/~O.~h Era, además, lo que yue lo precedi ó. Un di álogo qu e se desarro lló ene re el dipurad;; ¡·~d·¡~·~i'V ícro...r
Gs-cons~it.Úía en causa frente al régimen y los a uro rizaba a propo ner, alterna- ' M¿ lin a y d co nservador Alberto ' a n camarin~1 lo puso de manificsw. El pri-
tivamence, que el radicalismo estaba inscripto en los o1·ígen es de la nacional i- ml.:rO, inrenranclo dem os trar que la violc::ncia era meno r, refirió que estando,
dad y que su acceso al gobierno iniciaba una nueva era. Los seg undos recupe- en aii.os anteriores, 'abocad a la ám a ra a la d iscusión de un problema de -fl-
raban la tradición republicana y asemaban la legitimidad del pode r en el ¡)an<.as co n d minisrro Lópe<., un comandante del ejerci'tó, coí'i úniggs·ae'J"
-~bicrno J~ la ley, el respeto a las in s tit~ci (in és.y a los derecFiü's de las m ino- p~es idcnre de la repúb li ca, aleó d<.: la barra al recinro y con d revólver am¡:~
r-Ías. En todo caso, e:staban dispuestos a accpr:u qu e Yr igoycn no era un usu r- ll:J.'l Ó a los diputados oposiro re::s eo n diso lv<.:rlos a balazos ..A lo que Sanrama-
p_ador e~O li-abfas;Jo Lmgi..ic;p-;;:-~¡-·~0-;-;:) de la maycHÍa , pe rO [~ban ri n~1. respo ndió que ¿se era un nombre y no un a n.2Hl.Jrno 17. ·
l
j t __
76 HISTORIA DEL RADICALISMo-¡ VIRGINIA PERSELLO 77
La crítica de la oposición se inscribía en una doble decepción: la demo- 'i Poder Ejecutivo freme aJ dilema de no gobernar para mamener la armonía de
cracia había adoptado formas plebiscitarias, se había entronizadQel número Y_, los poderes o gobernar para manrener la armonía con las aspiraciones de su
fo·; ;nas plebeyas de acción política y la administración, excesiva e inoperante, pueblo( ... ) debe optar por la última solución"- y reivindicando las fac ultades
se subo~dinaÍ)a al podn político. Los remedios contra la personalización del del Poder Ejecutivo frente al Legislativo: "Si el Poder Ejecutivo rw tiene el de-
poder y la incapacido.d para e! gobierno estaban en la ley. La profesión bde fe recho de conrener los intentos del Legislativo, éste será un poder despótico" !8
republicana se exacerbó y se materializó en proyecros legislativos que cu rían En todo caso, gubernistas y opositores se acusaban mutuamenre de im-
un amplio arco: pedir al Congreso legi~ar pero, inscriptos en una misma lógica, coincidían en
~e érregimen -políti'éo nonecesitaba ser reformado. Los radicales no parecían
reformas a la ley electoral para imponer la representación proporcional Y estar demasiado inreresados en que esto ocurriera a pesar del énfasis con que
eliminar las rns~ancias de segundo grado para la elección de presidente Y instaban a la oposición a abandonar el enjuiciamiemo al Poder Ejecutivo le-
\;icep resid eme, gobernadores y senadores; gislando sobre cuestiones que reformularían las relaciones entre poderes y ha-
~~ regla~entación de las prácticas de selección de candidatos a .:argos re~ ., rían más federal el sistema. Los opositores tendían a coincidir en que el pro-
presenrativo; en er;nterior de los partidos; : blema estaba más en las prácticas y_l_as co,stumbre~ que en la ley. Y, finalmente,
1;- convocatoria automática de las cámaras; # leg~~p()~:fii"!?ªJ~~~;¡~-~}it~ación po._~gue Yrigo)'en se encarga~ía de ve-
- 1; reglamentación de las intervenciones federales y la ampliación del de- ~ rar,· violar o transgredir las leyes.
;:echo del Parlamento a interpelar a los ministros para morigerar el presi- ·¡ - -- -- -· -------·-·---.. --.
dencialismo; .j
- como horizome fururo -dado gue los niveles alcanzados por la cultura cí:~ El gobierno
vica eran insuficientes-, el ;eemplazo del régimen presidencial por el par~~
lamemario; f La llegada del radicalismo al gobierno se produjo en la crítica coyuntura de la
-- iniciativas para racionalizar la administración fundadas en el acceso por] Primera Guerra Mundial y sus consecuencias lo obligaron a enfrentar el do-
-~ concurso, el escal.a!onam ienro y l: estab ilidad para evirar el cliemelismo~
ble desafío de dar respuesta a la crisis económica y al recrudecimiento del con-
-,'{) y el elecroralrsmo despolitiZando el aparato estatal. e~
flicro social. La desaceleración del crecimiemo, la caída del producto interno,
J del comercio exterior y la inversión provocaron la caída del salario, desocupa-
Ninvuno de estos proyecws se sancionó, aun cuando durante el gobierno de:l ción y reducción del consumo. Por su parte, el Estado vio reducidos sus in-
,~- Alve:r fue el mismo Poder Ejecutivo el que propició algunos de ellos Y los le--~ gresos que dependían, mayoritariameme, de las remas de la Aduana. Y si bien
¡ "isladores anriper.~onalistas
unidos a la oposiCIÓn hubieran podrdo hacerlo ..i en 1917 comenzaron a manifestarse síntomas claros de recuperación en la
_:.·b:n principio, el proyecto de rcfor_ma ~~s0_tu_c_ional
pr.esenr:1do en 1Q:?_3--12Qf¡f ewnomía fue esto mismo lo que abrió un período de aguda conflictividad so-
el ministro del Interior José N . Matienzo, que recogía algunas de las deman::_j cial que se prolongó hasta 1922.
~Gs tendientesa evitar el conflicto político tales como el acortamiento del'~ En 1917, los conflictos estallaron en el sector transpones. Los sindicatos
mandatO y la -~J~~~ÍÓn-dÍÍ·ecta de"ft)S Senadores, nunca Se discutió._Igual suer'! que nucleaban a marítimos y ferroviarios multiplicaron las huelgas afectando
te~corrieron las iniciativas para reglamentar el ~-r:~~onamiemo intern_o d¡:_J_QS1 el embarque de los productos de exportación. El gobierno recurrió enro nces
parrTcln:qlülíri"éos· presentadas por José Amuél1ástegui YJoséTamborini con el_J al arbitraje distanciándose de sus predecesores, pero al año siguiente, cuando
p"[()pósiro de pautar la selección interna de autoridades Y candidaros Y los pro-: la huelga afectó el trabajo en los frigoríficos a los que se sumaron los ferroca-
y~ctos para establecer el ingres_o_12.or C<?ll_(;l,l~so_~--~3.~I_ll_i~isuaciónp~bJ~~a. _ 1 rriles, la respuesta fue la represión. El año 1919 fue el más duro de la prime-
-· o-;:;~-;nt~ la últi~a presidencia de Yrigoyen los legisladores que respondían, ra presidencia de Yrigoyen. Se inició con la huelga en los talleres metalúrgicos
/
, al presidente contaban con mayoría y quórum propio Y exacerbaron sus argu- : Vasena y continuó con movilizaciones rurales de arrendatarios v jornaleros.
i memos colocando a la voluntad popular sobre el equilibrio de poderes -"er En 1920 y 1921, los conflicros en el campo afectaron a los obreros de La
1
r-·,
78 HISTORIA DEL RADICALISMO VIRGINIA P ERSELL.O
79
Forcst;tl y a los peones de las estancias patagónicas. Todos ellos fueron dura- que el salario mín imo, como políti ca. superaba la do ct rina de l trabajo-mer-
meme reprimidos. Los represemanres radicales e n el Co ngreso denunciaban ~ cancía y orien taba la economía haci a la mej ra de l3s co ndicio nes de vida y
( Í,, presencia de "agitadores profesionales" en el cam po q ue atentaban co ntra la una más eqLtitaciva red istr ibució n de la ri ]ueza. ' on e l mismo é nfasis pLtesro
' liberrad de tr:tbajo del colo no. Los socialistas argumemaba n q ue el gob ierno en b jusric i:1 distribuciva, Otro radi c:1l, José 1 o<kyro , el vó la p ropuesta hasca
tenía menores co nsideraciones con la huelga agraria que con los conflicros ur- ¡60 pesos mensuales y 6,40 pesos d iar ios. El 1 lo 1u e socia lista, po r su pane,
banos por dos razones fund amentales: las clases dominantes argent in as es ta- t: nfaci/.Ó la c:He,stía y d descenso dc::l nive l d e vi d:1 d e los c rahaj ~ld ll r·cs , apoyán-
ban aradas a la tierra y no exisda imención de lesionar sus mtereses y la ma- dose e n cifras dell3uletín de l Depan:am enw Naci<, n:tl kl .li·:Jb:t jll (DNT ) que
vo ría de los agriculwn:s eran ex tranjeros, por consigu ieme, no vmaban . Jc mosc rarí:in una te nden cia a la ba ja en cl consumo d · prnducros búsicus
En 19 19, m iemras la huelga agr:tria era reprimida, el gobierno envió al (pan, ca rne , azúcar y arroz) . Los sal3r·ios es taban a la 't.:1g: r de lus p recios , dijo
Parl am ento iniciativas que impli caban la modificación de las condiciones de el di[1Utado socialisra D ickmann , echando po r rie rr :< la idea ge neralizada de
los con tratos de arrendamienro , la c reación de jum as arb itrales para d irimir que los salarios incrementaban d costo de vid:1 . Los co nse r·va lores no se opu-
ios con tli cros enr re rerratenie ntes y arrendatarios, el fomento d e las coo pera- sieron a la sa nción; sin embargo , denun cia ron la co mp ere n ·i:l c ntre radicales
ti vas agrícolas y de la colonización agrícola-ganadera a través de la reforma de y socialiscas pur elevar el monro del aum en ro insp irados e n afa nes mer:tmcn-
los esraruros del Banco Hipotecario Nacional para aum entar el crédiro rural. ce clectoraliscas. Negaban la carestía y evalu aban que la ce yu ntu ra marcaba
Só lu se sa ncionó b última. En 1921 , después de una m an ifestació n de chaca- una cendencia a la baja de los precios , lo cual pautar ía una relac ión perversa
reros en Ca pi tal federal que llegó a las puertas del Congreso, se aprobó una :: entre precios y salarios. El supuesto que esraba prc:se nce e r·~ LILIC los aumenros
ley de arrendamienws, la ll.170, que entró en vigencia en 1922 sin la firma ~ salariales p rovocaríii:n aum enros generales que perve rtirían el Fun c ionamiento
de Yrigoyen. .. global dei ; eco nomía. Finalmeme, mdos acordaron y el sal::trio mínimo fue
Los empresarios, po r m parte, cambién imemaron reacomodarse a la co- i fij ado en 1{)() pesos, aunque los rad icales insi stieron en la precariedad finan-
yu mura. Las cransformaciones operadas por la guerra, la ampliación del sufra- .' ciera del Escado; la necesidad de una reforma imposiciva que permitiera aumen-
gio y la novedad del arbiuaje estacal et.l lo~_ .fO t.lf! i_cros .<;o n los obreros losim- :; tar los recursos para cub rir las nuevas erogaciones y la necesidad de con formar
pulsaron a fonalecer s';ls organizaciones. En 191 7 se creó la Confederación ~ co mis iones mixtas de parrones y ob reros que elaboraran un a ley orgánica;
Argen;ina del Comercio, la Industria y la Producción (CACIP); en 1918, la ~ cuestiones q ue ·nuncáTse--s;¡.ncionaron.
Asociación del ·rrabajo y en 1919, la Liga Parri<)tica. Si !_;¡ primera esraba in- ·: '
El di ario La Nación, que en la m ayo ría de los casos coi ncidía co n Jos
tc;:~sada en buscar el modo de incidir en la definición de las polícicas públi- '. planreos conservadores, se hizo eco de la medida rom ~ cla po r la Cámara, de-
cas y la segunda, en la defensa de los imereses patronales frente a los obreros, ·; nunciando inccnciones ~ l ecwral i scas y enca recimie::nro del cosco de vida . dado
la última, bajo l:t advocación del orden y la patria, tendría una injerencia más l que el aLtm enro a los empleados esta tales marcarí:t el nivel de los sala rios ge-
d irecta m la resolución de los conflicws (Marchese, 2000). ., nerales, tras ladán dose a los cosro.1 y, por ende , al co nsumo en una coyuntura~
Sin importar dem as iado cuál fuera la estrategia utilizada por el gobierno en la que, te rminada la guerra, los salario s en el mundo rendían a la baja y el '
-arbitraje, represión o imentos dt: legislar-, la oposición esgrimía elecwralis- ,. cosco de la vida descendía. La so lu.cí ' n pa r:t el diari o e ra redLtc ir el perso1 ~L-o
m o , incompetencia e incapacid:td para sosrencr el orden. Aunque esw no im- burocdcico;~.
pedía algunos co nsensos. En !921 se estableció por ley un aumenw del sala- En d im..: rior del partido radical, no rodus evaluaban la cuestión <>b rera
ri o mínimo de los empleados esratalcs. La Cámara de Diputados discutía, en dd mismo modo, n en rodo c~s o, prevalecía la a mbi güedad. Algttr:Jqs , como
:.:se mnmc:nro. el prcsupuesw para aplicar en los últimos tres meses que resta- el dirigente sa ntafesin o Ri ca rdo C aballero, se manifes tab an>so li d;ris2i:s . Y en
han de ese ari o . El despacho de la comisión de pres upuesto y hacienda, fun - cs~e.caso, so l id ari smo se traduce co mo doccri na de la armonia .. nt;re=:ra:~· clase~
Jamemado por el radical co rdobés Carlos J. Rodríguez, fi jaba un salario mí- y redenc ión económÍc:r de las masas en el marco de los poswlados de la de-
ninw de !30 pesos mensuales y 5,20 pesos diarios. El argumento coyu mural niotracia. En 1928, Ca ballero se hizo ca rgo de la jefa w ra po lí tica de Rosario
csg ri m ido por Rodríguez era la carestía de la v ida y el sup uesto más general, ~-;;~;11edio de una o la de confl ictos sociak:s que in vo lu craron primero a los es-
-l
80 HISTORIA DEL RADICALISMO: r ~VIRGINlA PERSELLO
tibadores del puerro y se extendieron duranre todo el año sumando a casi ro-
cios los gremios. La jefarura manifestó su oposición a usar la fuerza para reprt-· ·~
t ¡Democracia en las escuelas! ¿Acaso los profesores saben lo que sa-
ben por el vaco de los alumnos? ¿Acaso los profesores son nombra-
81
m ir a los obreros en huelga y se consri ruyó en instancia mediadora. La Bolsa · dos como se eligen en los comités o en las urnas los representantes
de Comercio, la Sociedad Rural y la Federación de la Industria y el Comercio del pueblo? ¿Acaso los profesores no deben formarse paso a paso, re-
s~· dirigieron al prcsidcme Yrigoyen para reclamar la ftrralil.ación de un con- cogiendo y acrecenrando sus conocimienws y disciplinándose en el
f1icro que , según planceaban, excedía a las auto ridades locales y se había ex- continuo ejercicio de la cátedra, que representa una de las rareas más
cenJiJo al campo. Caballero sostuvo que las hLtelgas urbanas habían sido me- pesadas y difíciles de todo ciudadano?20
diadas con exico y que el co nflicto agrario no existÍa, a pesar de lo cual el
p rcsidenre envió a Santa Fe fuerzas militares y empleados de la Defensa El argumento de la incapacidad de los radicales para ejercer el gobierno reco-
Agrícola propiciando , según el jefe po lítico, el triu nfo de las clases privilegia- rrió tamb ién la p rensa y el Parlamento fre nte a las decisiones que se romaron
das. A parti r de allí se proJujo el distanciamiento entre Yrigoyen y Caballero. para solucionar el problema de la carestÍa de los productos de primera nece-
Otros mandatarios raJicales, sin teorizar demasiado acerca de la cuestión, sidad que, por otra parte, no eran más que medidas de emewencia resultado
. o -·----- ---.
llevaron adelante programas de reformas que incluían el esrablecimienro del de~la ausencia de un plan global para enfrentar la posguerra. La política azu-
salario mínimo, de la jornada de ocho horas, seguros y reglamenración de las c~ra es un ejemplo. Las leyes y los decretos se fueron modificando ~la pa1:
condiciones de uabajo. Son los casos de los Lencina en Mendoza; los Canto- de la evolución de los precios. En 1918 se importó azúcar libre de derechos y
ni en San Juan y Occaviano Vera en Tucumán. Iodos ellos adscribían a la no- ~ en-1919 se prohibió la exportación. En febrero de 1920 la ley Cl.-002 est:-;:5¡~ ·
ción yrigoyen ista que asociaba a la democracia con "un mínimo de bienestar" ,! ció que hasta diciembre de 1925 el azúc:ar p~ga.!j~ ~¿ A.~r.<ih~- esp~~ífi~~~q~e
para mdos, aunqLtc, paradójicamente, a partir de la escisión del partido se en-_; -~~~í;¡ reducido siempre que en lasprovincia~_P_E?ducro~~s.~~--qc~_§E.'!_ll_llJJevos
columnaron en las filas del anripersonalismo. ~ i~pu~sros. El Ejecutivo sostuvo que la ley "olvida tutelar al consumo de po-
Por ()[ra parte, algunos legisladores radicales se hicieron cargo de presen-J sibles confabulaciones de la especulación tendientes al encarecimienro" y ve-
rar en el Parlamenro, sin éxito, iniciativas que involucraban una rcdefinición ~ tó el artículo 4o por el cual se derogaba la ley 8877 de 1912, que restringía
de las relaciones entre el capital, el trabajo y el Estado. En 1927, Carlos J. ; tanto la importación como la exportación de azúcar en tanto contradecía la
Rodríguez presentó un proyecto de reglamentación del contratO colectivo de ·~ ley 10.349, general de exportación. En mayo, con el mismo criterio, defender
,. .
rrabajo y, en el mismo período legislativo, d
Leopoldo Bar , una propuesta de ~; los derechos del consumidor, Yrigoyen autorizó por decreto la exportación de
organización y funcionamienro de las asociaciones profesionales que funda-J cien mil toneladas de azúcar respondiendo a una presentación de los produc-
metmí en la necesidad de eliminar el privilegio de clases, impedir la expolia-·! rores que consignaron en una nora la existencia de excedentes considerables
ciól1 del obrero por el capitalista y resolver los conflictos de manera armón!- ~ so bre las necesidades del consumo interno considerando que, a pesar de "la
ca p;ua evirar el caoS.J'E_guerra civiL : existencia de una confabulación de inrereses a elevar con maniobras de espe-
1
·· Para la oposición, no sólo la n.:solución de la cuestión obrera mosrraba culación el valor del artículo en perjuicio del consum idor", ha podido conte-
que el principio de autoridad estaba siendo socavado. Enconrearon tamb i én ~ nerse la elevación inmoderada de los precios. El decreto exigía a los exporta- i!¡
una demostración clara de subversión en el apoyo que el gobierno le brinda- ~ dores el correspondiente permiso solicitado ame el Ministerio de Hacienda "
,!
ba a h Reforma Universiraria. Cuando <:n 1919 el dipurado conservador bo- : que, en el caso de elevarse el precio de venta interno, sería denegado y esta- li
'1
naerense Matías Sánchez Sorondo inició el pedido de juicio político al presi- ~ blecía, además, que caJa exportador depositaría en garantía el 30 por cienro
denre, un legislador de su partido, Luis Agote, manifestó en el Parlamento del producto que el Estado, en caso de elevarse el precio, adquiriría a un mí- -~
que las relaciones entablaJas enrre el titular del Poder Ejecutivo y los esru- nimo establecido y vendería a bajo costo. En agosto, un nuevo decreto clau-
dianres era una vergüenza, una manifestación más de la inJisciplina imperan- suró la exportación y entró a la Cámara de Diputados un proyecto de ley que ti¡!
para vender a precio de cos to y una vez realizada esta operació n se permitiría 1¡
,,
'.
--¡-
82 HISTO RIA DEL RAD ICALI SMO .:, VrRGINIA .l?ER.SELLO 83
la libre cxporración. Lo fundamentó en "ia ausencia de una ley previsora ca- comisiones a "corredo res de la influencia ofi cial" y se aplicaron criterios disrin-
¡1az de impedir los acaparamientos de los trusts de artículos virales para la sub- rüs-seglii1quitnTLtese'eTsoTic léái1rc:· Micñci·as Mai:Yás:§iñc!lé-z-Soro ndo-;;-~fari
sistencia" afectando a las fuentes de producción y a las necesidades del consu- za5a que d l ninis-;ro habÍ; ~~:;;:;:¿~:o n fin es de lucro personal, el diputado so-
mo . Un tercer decreto autorizó al Ministerio de H ac ienda a efecriviza r la cialista Antonio de Tomaso aducfa igno rancia, inc:1.pacidad y electoralismo por
venta del azúc:tr procedeme de l 3U por cienw depos itado por los exportado-
res que se realizó a uavés de los gobiernos provinciales y municipales, insriw- encarecer el precio del J.rtícu lo dur;tntt: rn eses y meses, para roJos los
cioncs cooperativas y de caridad, as ociaciones de empleados v obreros y al pú- consum idores de la repúbli ca, desencJ.denando la especulació n, a fin
blico direcramcnrc por intermedio de la policía 21 . de darse el placer patriarcJ.l de rc.: parr ir en las comisarías y mu nici-
La oposición no colocó el eje de la crírica en las medidas co ncre tas sino pios vari as wneladas de a<:úcar a $4. lO qut: representaban algo así
en · la insuumenración que, sostenían, hacía el gobierno de ellas y puso en como el consumo de toda la rcpüb lica dura nte 8 o lO días" 22 .
cucsticín a los m inistros, per:;onirlcación de la incompetencia y, en este caso,
tamb ién de la deshonestidad. Buena parte del período legislativo de 1921 se Medidas semejanres a las que reglan para el azúcar se d ictaron en relació n al
dedicó a procesar a dos de ellos-:-;; l ·d~ Hacienda, Domingo Salaberry, y el d·~ rrigo, dado que "el país se halla t:n presencia de un o de los más complejos pro-
Agncurcur·a ;AlEedo Demarchi, po r acros de corrupción adm inisuativay mal- blemas de lógica econórni ca. La valorización anh elada de su producción trae
_vcmciónJa;)n d ;;~ p~blicos . AI p rim ~I:O se lo acusó de favoritisn~o e~e l oror- como necesaria consecuencia el encarecimientO de los co nsumos" , por lo cual
: ·g~micn~~¡~-¡;Js t;.':.::!...r:i~<J.~ clee_;.::cl~rcac;L?_r:t _~_e §:z~.,:.'l:'"
__ y de (lg_~ener.J?.t.:DS~ ~ era necesario "abaratar el pan si n abaratar el tri go" . En este caso, el proyecro
' para la Casa Salaberry y Bercctche con los frums en tránsim; al segundo, de l dtleyestablecía un impuesto adi cional a la expo rtación de trigo ysus deriva-
:ln;:c¡:;-¿:¡¡·i:ervíí1culils parcidist~s__'!,JQsj·~~;;_ese-s pGbYic~;-;~n la e~1~reg:;tQ.t;_~ -~ -~~~_Para apli_~~ilo al J.bara~amie~to del .~an. ~ as ta"tamo h ley ~e ~a~~i~~~;;·-- j
0cal<:~...Y_E_~~!!-~_F~bl ic_~--~!l__e1c;!~a,cuy r!_¡¡;¡~~n.~~:siuJi~icación, y en cuya tra- ~ se prohibía." la exportación. El tr igo exprop iado por d Esrado fue enrregado a ·
mi ración hab~ia~;--p;~tieipado no sólo hombres vinculados_ al gggjerno sino m los molineros y se procedi ó con la venca de pan a través de los comercios del
pariemes de altos fun_eio ~ari()sHcfclm i rusrer~~) , y de operacio nes pocg_cl.ªns m
23
ramo • Nuevamente fu e el d iputado socialista De ' [( Jmaso quien denunció en
. c'¿)i1Tas·b;)í$;s .para la cosecha. ~ el Parlamemo que se habían perdido alrededor de diez mil toneladas de hari-
La Cámara de Dipmados nomb ró dos com isiones para investigar denun- ~ na por ineficiencia oficial. En rodos los casos , las investigaciones p arlamenta-
cias: una, sobre los permisos omrgados por el Poder Ejecutivo para la exporta- ~- rias y el eco que de ellas h izo la prensa se encaminaron a p rocesar a un gobier-
~'
ción de azúcar y cumplimienw de los requisitos exigidos por el decrero de ma- ~ no que hab ía hecho de la mo ralidad adm inistrativa una de sus pocas banderasfl~3· ·
vo, y otra, sobre procedimientos irregulares detectados en la Aduana en ~ y a fortalecer el diagnósti co de la incapacidad manifiesta de los radicales para'\ :"T
relación a los ti-uros de libre rránsito. En ambos casos, los miembros radicales [ la gestión pública. · .~
de la comisión presemaron despachos absolviendo al minisuo y los legislado- . J ~- En ese sentido, las expectativas que rodearon los inicios del gob ierno de
res conservadores "\-,' social ista:-~ desplegaron cargos pidiendo
V
el enjuician1iento [~
¡!
Alvear fueron otras. El nuevo mandatario no participaba de las teorías yrigo-
..de Salaberry. En relación al azúcar, el despacho de la minoría sostenía que las r ye_~~~ -?.el p l ebis ici~_.':'_l:'~G2.!2-..Q.~t.Q;_§.~. m an i fe~taJ2!L~~.§ p_t;J.l.!9SO..de, 1os.parti- . .
perrurhacioncs SLtfridas por el mercado en deuimemo del consumo se debie- dos y el Parlamemo, elegía a sus ministros entre los "mejores" y se esperabaL.
ron 3 la violación del decrew permitiendo la exportación. No habiéndose cum- que erradicara el clienrelismo. El ministro del [meri or, José N. Marienzo, pro-/
plido con dos de los requisitos establecidos por la normativa, (¡ ue el Poder piciaba reformas c~~~iruci onales para evi tar l o~ cxc~~-;7d~lgobieili9~J?.gsp-:_·
Ejecmivo dent:garía los permisos cuando el precio en plaza excediese un lími- n'al y manifestaba su in_t~~~-¡¿;~...Ü.~~~Ear" la-a~¡:;¡;;:¡~~;;~¡¿·~: Sin embar-
te determinado y q ue se prohibía exportar azúcar de la mteva cosecha, los ex- go, s¡ reem¡¡la~9__¡~or '{t~e.!l_te:.__ g aJlo marcó no sófü un pumo .de inflexión en .
portadores de azúcar no se atrev1eron a arriesgarse pensando q ue les se ría de- le.r..o í~ica .de intervenciones sino -en- l ¿;5'¡I;t~ I1 tos·~;;~¡Q_~;ii~;J~~~~ d~Í ~P~ri~~.-.-~
negado el permiso y fue así como personas ajen as al negocio ::tw c:u cro cstatal. Gallo participaba de la idea de que para competir cor;:t el yrigoyenismo ;
usufructuaron !J siruación. Además, se pagaron fuerces sumas en con cc pw de e~ las conti endas electO rales hab ía que desmomar y ~eemplazar sus base~ i~ --
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~:;/.,/A_ i
il;
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los orecios enfrentaron a los ganadt:ros emre sí y a éstos con los frigoríficos del Banco de la Nación, otro del Banco Hipotecari o Nacional y representan-
que' se negaban a reducir sus propias ganancias. En 192 1 el diputado Manuel : tes de la Sociedad Rural Argentina, la Facultad de Agronomía, la Refinería
Mora y Araujo, radical anripersonalista correntin o y criador de ganado, pre- ~ Hileret, los cañeros y los industriales. Las relaciones enrre los cultivadores de
sermí un proyecm de ley para establecer un precio mínimo de venta. Desde ~ cafía y los dueños de los ingenios sé regularon estab leciendo un sistema de
su perspectiva, la imcrve nció n del Estado pos ibilitaría el libre juego de las ~ cuotas, pero el arbitraje estatal no contempló ni la situación de los peo nes que
fuerzas del mercado . A Enes de 1922 se creó en el seno de la Cámara de Di- " levantaban la cosecha ni la de los obreros que, se suponía, debía ser resuelta
purados una Com isión Especi al de Asuntos Ganaderos con representantes de ec por los primeros.
rodos los partidos. En 1923 Le Bretón elevó al Congreso el proyecto del go- Enrodo caso, las decisiones que el gobierno tomó resolvieron, en mayor
bierno ljUe consistía en el conrrol de los fri goríficos a través de la inspección o menor medida, problemas coyunturales, favorecido por cierto retorno a la
de sus cuentas y su inscripción en registros especiales; la venta sobre la base de prosperidad, sin implicar una redef1nición que se ajustara a las nuevas condi-
un peso liviano y la creación de un fr igorífico nacional, y el anripersonalista ciones que emergían de la posguerra. Por otra parte, en las definiciones pun-
86 HISTORIA DEL RADICALISMO'~ •. ViRGINiA PERSELLO 87 ¡}Y~~(/
,v/
males sobre problemas concrews es difícil señalar diferencias emre las propues-
ras de personalistas y anripersonalistas, no porque no existieran sino porque no ~
mandar, era un di ctador temporal y consrirucional q ue ejercía un mandaro de
la volunrad popular.
1
/
se correspondían con la línea uazada a partir de la división del partido. ~· La bancada mayoritaria desp legó la misma actirud res~ecro de las inre r-
En el úlrimo período parlamenrario , los legislado res personalisras coloca- pelacio nes: 1~~:_~-a.~~-~- -r?.s!"~~~fY;:;;;;:;-;~--;;rp;¡~;;:-g-;;-bier~o-d-;·:y;¡;;;;;l:;
ron en el cenrro del deba te la cuestió n del perróleo y la co nstiruyeron en el eje legislado res rad icales habían apoyado con su voto a la mayoría de ellas, que
de la c:.mpar1a decro ral que le dar b el rriunfo a Yrigoyen. La nacionalización, no se sustanciaron por ausencia de los min isuos. Durame el gobierno de
~t>oci ada al prob lema de la dependencia económica, reun ía en ese momento /Jvear se vo taron afirmativameme las rreinra y siere inrerpelaciones propues-
gran camidad de adhercnrcs. r:rs-yse ·real izaron rrelnta-ycu:mo. Enü e ·¡929 y-·1930, esgrimi crón q~;~por
"reneraC:las y Siste-máticas' impl icaban una imervención permaneme del Poder
Legislativo en el Poder Ejecutivo. Recurrieron , además, al procedimienw de
Del "plebiscito" al golpe de Estado declarar a la Cámara en sesión especial, lo que suponía tratar exclusivamente
una cuestión e impedi r, de ese modo , dar curso a los a..mmos emrados, _po r
/\ partir de 1928, cuando Yrigoyen triunfó en las elecciones presidenciales, e~ara710s pro-yeci()~~-en~iados por el Poder Ejecurivo y n~ - ~a~
los términos del enfrenrarnienro se endureciero n. Había sido "plebiscirado" cionados d uranre el período 1916-1922. Se rraraba de n·eima y ues in iciati-
y el personalismo tenía mayo ría y quórum prop io en la Cámara de '· vas de las cuales algunas, como la reforma de los estatutos del Banco Hi- r.·• ,._ """
Diputados. El objetivo era lograr lo mismo en el Senado revi rtiendo el signo r porec:rio Nacional, ya ~abí~n sido convertidas en ley.
71;~~"~
de los gobi ernos provinciales que no respondían al futuro presidente. Cuan- ¡! En la admm1Stracw n publtca se acumulaban los ex pediemes por falta de é
do llegaba a su rérmino el úlrimo período legislativo del gobierno de Alvear, ;l firma presidencial, innumerables cargos cuyos nombramiemos requerían la/
en septi embre de 1::,)28, bajo pro testa de la opos ición y a puertas cerradas pa- ~ aprobació n dei Senado no podían ser llenados poryue el Ejecurivo no crw'(a-
ra sostener e l quo' rum se voro' una mocwn"' para tratar 1os pe d"d 1 os d e .mter- ¡l~ ba la -~~r:2ina, _i_~P.?_rt~nres r~RªIÜ<;:jQIJ.<:~R~l:iis;_a.~..S:~~-§.Q~.D. .<l<:~.f~!l§ y__~_r:¡_tftJJQ:_
vwción a las provincias de C orrienres, San Luis, Entre Ríos y Santa Fe. Los ~ ~em~!"~- ~_t:__l_2_~ ªyabriL~ J9..49_.se _registraron alrededor de diez mil cesamías
dos primeros casos no hab ían sido tratados por la comisió n y carecían de des- Í de supern_~~~!2.s.s. :-:e rn:P]~_~d?s __!l?mbrados eñ""acuerClos -ck g~bTñere q;?e- ;o
pacho. El argumenro personalista para contestar a lo que la oposición consi- ~ ~ab!~_:;j~_?_ i~~orr.?E~.cios al . presupue~ tó~. Elgobierno ·se prc)pó'iiía:rea üCii:"lo:s-·
dcró "'un nuevo modo repudiable de acción parlamentaria" fue que eran "los • gastos y "reparar" reincorporando al pers,?_:;~_}"l __~-~ ~n parridas globales si no
represemames genuinos, verdaderos, legítimos y responsables de la op inión eñ el__p_:~~-l!fues~~~- eñ~ 1?-~e a la idoneidad y a las ne~~sidad ~s--~d·;;;-;;i~-~;;-;~;~
pública" . d~spués de analizar la fo) á·.-~~_5e~éio:~_e cada ~~~~:J.?s ces~;~-¡:~-;:· r:;-;:;p;-;r··- {
Siendo ya Yrigoyen preside nte, la política de intervenciones generó un " cwn, que desde 1916 vema bregando por despoliti zar el apararo estatal y ra- (
conHicto de. poderes que paralizó al Parlamento por un tiempo prolongado. __ t cio_nalizar la -~dm inisrración , inició una c~m paña en la p. rensa y en el Parla-
El pr<>yecto de intervenció n a Corrientes había sido ap robado y comunicado ~ memo o po me ndose a la medtda. La Nacwn, durame vanos m eses, publicaba
al Senado, que cerró el período legislarivo sin discurirlo. El presidente imervi- ,, periódi cameme__:¡~~~si nforman~o sobre las cesamías y editori alizando el pro- ·
.,. no por decreto cuatro días an tes de que se iniciara el n'::~::-:2_p.:_~~<:?.1~~g_is_lativo ~ blema:A:rg;;:-memaba que los empleados eran demasiados pero las ces·;~~¡;~--~~
""~"'pero no sustanció el envío de la misiónTectcrari{~~~a que, siete meses después, ., respondían a ningún tipo de p lan ificación; la med ida era arbitraria, la amplia-
~ el Senado re ch azó el proyectO. f~ste produjo una declaración desconociendo ;: ~ -------·- -··- ·~ ·-· ~-- ' . -- a
--- -~---~-~-· --- ·------~. ---... ----~~- ...... --~~----~- ~·-
~ó n burocrática h.~J<Ú.>:~PQ.zú:!_i¡:[Q__ inru~~s elecmralisras y los des~
la facul tad del Poder Ejecutivo para decretar intervenciones durante el receso ' miemos implicaban un acto de venganza contra el personal nombrado duran-
del Congreso y la mayo ría radical de diputados comesró con un proyecw de ' re el gobierno de Alvear. tcr7Vueva Repzrv!üa ári caba al"-güoícifú) -·p;-~;
resolución yue consideraba improcedente la actimd del Senado. U n legislador , oponerse al sistema. La subordinación administrativa resulta del "cordó n um-
personalisra. Raúl Marrínez, argumentó que el pueblo tenía, cada seis ·años, la : Di1í:calqué une-a:feTeCromn--el clecwr" 24 . El legisl ador socialista independien-
libertad absoluta de elegir y d preside nte, la libertad también absolu ta de te De Tomaso y el conservado r Alberto Vi 1"1as presentaron pedidos de imer-
88 HISTORIA DEL RAOICALISMQ-::;; -:::- VIRGINIA PERSELLO
89
pelación al ministro de Hacienda que no se sustanciaron. La Liga Nacional de
" sobre ellos el peso del oprobio, la injusticia y el hambre. Las fuerzas arma-
d:s, "lo má~_§!l:ggdo que tiene la nación", están desquiciadas por ra-deSorbi-
Empleados Civiles organizó movilizaciones y mítines que incluyeron serenaras -~.
fl-eme a los ministerios y "los balco nes se llenaron de empleados que, al reco- ..-
nocer en los músicos a viejos compañeros caídos en el inforrunio, empezaron
-~c;~~l?i;-ii\~~-~!-~ ~D~e~~-;"i!üCio; -instaba a _tinós-y 'i ·a rr'~~ a i-esi~~!f:el
'6
despo~l ~2,-_ ·-
o
a arrojarles monedas que los menesterosos recog1an en sus som b reros '"5
o
- . - - A los decepcionados del sufragio Lmiversal ha bían comenzado a sumar-
Las elecciones legislativas de 1930 le restaron votos al partido gobernan-
se aquellos que empezaban a en trever otras perspectivas de ordenamiento so-
te, pe ro no llegaron a modificar la composición del Congreso. En las sesiones
cial, alternativas de recambio para la democracia de partidos. En 1927 había
prepar:trorias del período legislativo, cuando la Cámara se abocó a la discu-
comenzad o la publicación de La Nueva República. Para 1929 ya estaba em-
sión de los diplomas de sus miembros, la oposición propuso el rechazo de los
banderada en un violento amiyrigoyenis mo que no circunscribía sus críticas
diputados elecros por San Juan y Mendoza . Ambas provincias estaban inrer- •
a la subversión institucional que el gobierno representaba. Rodolfo Irazusta,
venidas y la prensa se había hecho eco con fuerza de las denuncias de fraude.
quien desde fines de 1928 tenía fluidos comacro: con el general Uriburu, afir- /1
La mayoría, por su parte, impugnó el diploma del conservador bonaerense
1 Daniel Videb Dorna y la minoría, el aplazamiento de su tratamiento. El di- maba que de todos los absolunsmos eld<:._~_()~~~-era__~~-pe.?.:"'"r_pr:_c:.s~-r:~:~~-1
~~ purado yrigoyenista Raúl Oyhanarte quebró la unanimidad votando con la ~
como principios contradictorio s la voluntad soberana del suTrag10 ~~~:_~~a!J_L
\:l;; oposición, aduciendo que no se podía legalizar la prepotencia del número, y ~
la priñiaéTadela:-rey:''En- m"a yü-ae---T"9-zna'p ü5TiC:-aciüñ -se suspendió por "ne- ·
'L pidió reconciliarse en la legalidad. Í
ceslct;ére;-(fe--!a-;~~ió~''. Los neorrepublica nos utilizaron entonces otros m e-
dios como Criterffi~_reyista. católica inigii_ck en l lJ~_S_,~J_;¡__g_~-'=----~-c_J_l_:J,h~r:_~\2_a_Q_,
Los síntomas de la crisis en el partido radical ya eran claros. En Jujuy se~~ ~ -- --·-·------- ---------- o------ ---
Ernesto Palacio y César!~5.0..:.,__[_~{ Ba(Z!:!lrte, ado~de lr~:;~~~.<:!};i~~~-~!:!S.rl,QS~ ·
disputaron la gobernación dos candidatos personalistas; en Sanca Fe, el diri-±(
(Devoto, 2\)02) .Cuando La Nueva R!J!úb{ic;t~; reapareció en..junio. d~J.2.2_Q.,__§L_
gente Ricardo Caballe~~~~~~:-~ públicam_enre_~~:- disid~n~i_a_s ~_?~~resi----~~ bien todavía no ar;ecía clara~;~;-en sus páginas cómo debía estructurarse
deme; en Catamarca, los parnaariOSC!el v1cego6ernaaor F1gueroa acusaron aL_,
el nuevo régimen político, no quedaban dudas de que !a_ 9~l1_19.C~~(;_Í~~<::!?.Ie~~!.l.~
gobernador Ghirardi de atropellarlos con la r,olicía para impedir que votaran.
tativa debía ser:__r.<:_~J!lplaz;¡_da. Yrigoye-;--r;o.;;--~~~~fdenre, era el ¡_:~oducr~-~~- ---
En la casa de gobierno, el vicepresidente y !6s ministros pujaban por una su- _
;:ms;s;=em~~·f;nesto Palacios reconocía que eran una minoría pero que no pre-
cesión que parecía cercana. El 3 de septiembre, la renuncia del ministro de. !
tendían ser más desde que no as piraban a imponerse por las urnas. Anteponía
Cuerra, general Luis ]_._Q"!lepiane, dejó al descub ierto la_s tensiones~_!i_e l in- R
al caos, al liberalismo , al sensualismo y a la cobardía democrática el orden, la l\
t~ equip~~_E~e~~-~~-t-~y :~~~~~-ergóoiérño_fe~ejér~to. ~ inreliaencia el culto al honor y al heroísmo, virtudes minoritarias que sinreri- /
Un año antes, en septiembre de 1929, el legislador conservador bonae- ~ " ,
zaban la fórmula del buen gobierno: el triunfo de los menos por el bien de los j'
rense Alberto Viñas había presentado un pec!.L~.?- dej~l~io po_lítico al pre:i~en- ~
más. Algunos neq_u.ei'ubiicah~rg_ual que el diputado Vinas, que se enrolará \
te. Los argumentos eran los mismos que había esgrimid9 Sánch~z Sorondo=~·
en las filas de !{Legión de Mayo, ~o~tenían que la solución dependía del ejérci- j
diez años antes con el mismo objetivo. La novedad residía en la coyuntura en ~
ro, pero, en té~mi_fl?sde lra~u_sra; 'fÍo se trataba de des~9:i<rra:''fñgo:erry-r-es~~
la que se planteaba. Laoposición:li.aGT; comenzado a dudar de sus posibilida-· ~
blecer el sistema smo de transformarlo restableciendo el prmCipiO de aurondad_:,_)
des de producir un recambio político en el marco institucional. No fue casual ~
A fines de 1929, la Liga Republicana hizo públ~iln progi'iffii<f"aeac-
que Viñas apelara al pueblo y al ejército. Los pueblos -decía- tienen los go- ~
ción que incluía combatir la corrupción polírica utilizando el recurso de la de-
biernos que se mc~cen_ll_~s__u_e "roleran la desnatur<J.iz~_<:i?E _de la delll_<?_cra~~ ~
nuncia, para lo cual armaron un servicio de informaciones propio para cons-
y la rransgresfc~;-los pril1~}piosconstir~cionak~; ias clases privilegiadas se en-_ ~
tatar vicios, irregularidades y transgresiones. Ocuparon, además, los es pacios
cu'cl1rra~1-~~-;;~~~j;; ¿~;nremplatlVO, la burguesía sólo está preocupada por sus f
públicos co n acros y conferencias preparando a sus adherentes para repeler_
i~Iacfásc -medla- (i~n;; -comi> única afición la burocracia, llora sus ce- ¡ 1
1 posibles agresiones ~e los .partidarios del gobierno. La violencia del enfrenta~ ¡1\
samTá.~--esperai-\J()--que · er pres~;:r~;1te los 1:Cponga~~~s p_ue:~s con~a misma ~
miento ya no era solo verbal. OficialiStas y opositores se d1sputaban la calle, !
aJ¡)trarieJaJ co n que l>s Zl~ó~1ées ylo~~pobres esrán resignados a que caí- r
-------------------- ---- ---------- --~ ·"-·--··
- - ---- . --- --.-~ . ·------- - L el presidente sufrió un atentado; Carlos W. Lencinas, el ex gobenadcr men- i~
'
90 HI STORIA DEL RADICALISMO
:: ~DDS, r~ noviemb~e d~
T. VI, 71, 13 191 9.
CDDS, r. 51 Y )2, 12-1 3 Y 2 ; de dJcJembie de 1929.
91
Notas
1
/.a Nación. 14 de febrero de 191 6.
' /. a N acúín. 28
' f.,¡ N aárin,
de diciembre de l ') 18 .
'í de feb rero ele 1') 1<J.
1
' ldem, 1" de enero de 1~1'! .
' Lr1 Nacúí11. i X de jul io de 1921.
'' La Naciún, 2U de marzo de 1')22.
~
t
· F.! documento com¡,leto esd en la sección "Crónicas y docu men tos", en NA CP, XXVI, ~~
abril-sept iemb re de 1'J2.1. pp. 499-'í03.
'\-!tJiina, Ahraham. " IJ ;nan itlcs.tn Je los senado res y la ca rta dd Or.Bec ú", en I?DHL, -.
XXV, lXXVI, <>ctubre de 192.'3 , pp. 1'50- 161.
., C'Dl.JS. T !TI , r. 24, julio 1X de JlJ2(,, p. 41.
1
" CDDS, T VIL r. 63, octubre lS de 1n 3, p. 592 .
11
CDDS, T VI. r. 66. dici embre 2 1 de 1')26.
1
,.
" (.'D LJ.<;, T. VI, r. 7:1. noviembre 1')de 1919.
' ' Viliabiic, Benjamín. lngovr:n. 1:.1 ti/timo dirrador, Buenos Aires, Moro,Tcllo y C ía. ,
ll) 22 , p. 04 .
1
CDDS, T l. r. 4. iun io g de 1'J2H. l'· S1.
''
1
Entrevista realizada al gobernador dé Sa n Juan, Federiw Cantoni, por un co rresponsal
'