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Editor Responsable
Pablo Maas
Coordinación editorial/MATERIABIZ
Federico Ast
Giselle Ungar
Circulación
Gabriel Bater
Marketing
Juan Gujis
Verónica Zanaria
diseño y diagramación
Mariano Nuñez Freire
Fernando Romei Seeber
IlustraciOnES
Kalil Llamazares
Fernando Glionna
ISBN 978-987-07-0703-5
V. Emprendedores
Conocimientos y herramientas para complementar la pasión por hacer
VI. Estrategia
Del análisis a la implementación, para que no quede guardada en el cajón
VII. Finanzas
Para quienes no son directores financieros
VIII. it y operaciones
Un recorrido por la cocina de la empresa
X. Inventando el futuro
El mundo de los negocios en el año 2020
¿Lo estoy
haciendo bien?
Manuel Sbdar
Director de MATERIABIZ.
Director Executive Education ESADE
Business School, campus Buenos Aires.
¿Lo estoy
haciendo bien?
10 CAPITULO 1
Recursos humanos, ¿estoy gestionando bien a mi gente?
1.1) Nuestro Departamento de RRHH,
¿Oficina de Personal o socio estratégico del negocio?
1.2) ¿Está correctamente diseñado mi esquema
de compensaciones y beneficios?
40 CAPITULO 2
¿Soy un buen jefe?
62 CAPITULO 3
¿Tengo una organización creativa e innovadora?
3.1) ¿Tengo una organización innovadora?
3.2) ¿Tengo buenas prácticas de desarrollo de productos?
82 CAPITULO 4
¿Estoy gestionando correctamente mi marketing?
4.1) ¿Está correctamente formulado mi plan de marketing?
4.2) ¿Estoy fijando correctamente los precios de mis productos?
102 CAPITULO 5
Tengo una idea, ¿será negocio?
110 CAPITULO 6
Estrategia, ¿tengo claro mi negocio y sus tendencias?
6.1) ¿Me estoy haciendo las preguntas estratégicas correctas?
6.2) ¿Estoy ejecutando correctamente mi estrategia?
132 CAPITULO 7
¿Estoy desarrollando correctamente la gestión
financiera de mi empresa?
146 CAPITULO 8
¿Tengo buenos procedimientos de prevención
y detección de fraudes?
CAPÍTULO 1 ¿Qué es recursos humanos? | 9
10 | Master EN NEGOCIOS Finanzas
Capitulo 1
Recursos humanos,
¿estoy gestionando
bien a mi gente?
Nivel Categoría
1 Sin impacto en el negocio
3 Neutral
2 Para más información, ver el capítulo 5, Ejecutando la estrategia, del tomo 6, Estrategia.
3 Para más información, ver el capítulo 2, Liderazgo, del tomo 2, Habilidades Gerenciales.
Una vez que hemos completado el cuestionario de autodiagnóstico, debemos sumar los
resultados alcanzados en cada una de las ocho mejores prácticas evaluadas.
Practica Puntaje
Práctica 1: Excelencia operacional
Práctica 2: Estrategia de capital humano
Práctica 3: Medición de la gestión de RRHH
Práctica 4: Profesionalización del área
Práctica 5: Gestión del cambio
Práctica 6: Alineamiento de las personas
Práctica 7: Desarrollo del liderazgo
Práctica 8: Gestión del talento
TOTAL
En función del total alcanzado a partir de la sumatoria de los resultados parciales, el Área
de Recursos Humanos de nuestra organización tendrá las siguientes características:
Administrador del Personal (entre 128 y 210 puntos): El Área de Recursos Humanos
todavía dedica una porción importante de su tiempo y recursos a tareas operativas y
transaccionales como administración de la nómina, control de asistencia, pago de suel-
dos, y gestión de beneficios. Las personas aún no son percibidas como un activo clave
para la ejecución de los planes de negocio. Prácticamente no existen políticas ni prácticas
extendidas para la evaluación y gestión del desempeño. Las acciones de capacitación y
desarrollo son vistas como gastos necesarios, pero que aportan poco valor al negocio.
La actuación de los profesionales del área es, en general, reactiva y en función de los
pedidos de las unidades de negocio (“necesito que me contrates/capacites/despidas
a…”). El Departamento de Recursos Humanos es percibido meramente como un área
de soporte, cuyo presupuesto puede recortarse en época de crisis sin menoscabar la
capacidad productiva de la organización.
Gestor de los Recursos Humanos (entre 211 y 420 puntos): La función de recursos
humanos ha asumido diversas funciones asociadas con la formación, el desarrollo pro-
fesional, la cultura empresarial, los valores y el compromiso. A partir de la utilización
de un modelo por competencias, se diseñan las prácticas de gestión del desempeño,
capacitación y desarrollo, y planes de carrera y sucesión.
El Departamento de Recursos Humanos comienza a ser percibido como un área que
aporta valor al negocio, aunque este valor no haya podido ser demostrado aún en forma
contundente. Los directivos de recursos humanos y su contraparte del negocio comien-
zan a percibir a las personas y los procesos que las gestionan como inversiones que
redundarán en beneficios en el largo plazo.
Sin embargo, las prácticas de recursos humanos aún representan “gastos que podemos
darnos el lujo de tener cuando todo va bien”. Aún falta un largo camino por recorrer
para que el área asuma completamente el rol de socio estratégico del negocio.
Socio Estratégico del Negocio (entre 421 y 640 puntos): La empresa ha logrado llevar
su función de recursos humanos a la posición de socio estratégico y ha comenzado a
focalizar el área en las prácticas de gestión del talento, compensación total, gestión del
cambio y desarrollo del liderazgo. Estas prácticas de recursos humanos se han incluido
en la estrategia corporativa, ya que, al igual que la producción, las ventas o la logística, las
personas tienen una influencia directa en la competitividad de la organización. Incluso,
durante situaciones de desaceleración o crisis la empresa considera al personal y a los
sistemas que lo gestionan como esenciales para la supervivencia y el crecimiento futuro.
La organización ha logrado ir mas allá de la retórica habitual que afirma que las “per-
sonas son el activo más importante de la empresa” para demostrar en forma clara y
contundente su contribución al éxito del negocio.
Una vez realizado el diagnóstico, es probable que tengamos una mayor claridad sobre
el posicionamiento actual de nuestra Área de Recursos Humanos. Ahora, el siguiente
paso consiste en implementar los cambios necesarios para llevarla al siguiente nivel
de desarrollo.
Pero, ¿por dónde empezar? Sin duda, debemos comenzar por reformar aquellas prác-
ticas donde se registró una mayor brecha. Sin embargo, también debemos considerar
aquellas prácticas que hayamos indicado como claves para el crecimiento futuro de
nuestra empresa.
A continuación, presentaremos una guía para comenzar a pensar los cambios a imple-
mentar en función de las 8 mejores prácticas identificadas:
4 Para más información, ver el capítulo 5, Ejecutando la estrategia, del tomo 6, Estrategia.
7) Conclusiones
5 Para más información, ver el capítulo 5, Gestionando la diversidad, del tomo 2, Habilidades Gerenciales.
Bibliografía
Losey, Mike; Ulrich, Dave & Meisinger, Sue editores (2005). The Future of Human Re-
source Management: 64 Thought Leaders Explore the Critical HR Issues of Today and Tomo-
rrow. Wiley.
Ulrich, Dave & Brockbank, Wayne (junio 2005). The HR Value Proposition. Harvard Bu-
siness School Press.
Kaplan, Robert & Norton, David (2000). The Strategy-Focused Organization. Harvard
Business School Press.
Kotter, John (2005). Lo que de verdad hacen los líderes. Clásicos de Liderazgo de Harvard
Business Review.
Hatum, Andrés (agosto 2009). El caos del talento. Harvard Business Review, Edición
América Latina.
3) Los bonos
Los bonos son montos de dinero que se suelen otorgar al final del ejercicio para premiar
la gestión de un empleado frente a los objetivos que se plantearon para el período.
Suelen estar alineados con los objetivos de la estrategia del negocio, fijando metas en
4) Beneficios y emolumentos
7 Para más información, ver el capítulo 3, Los dilemas de la compensación ejecutiva, del tomo 9, Gobierno
Corporativo.
Plan médico: Para definir el plan médico, debemos tener en cuenta los aportes que
exige la ley, los diferentes planes que ofrecen las obras sociales y las empresas de me-
dicina prepaga, la edad y composición familiar de nuestros empleados, la evolución
del consumo de medicina del grupo y su disposición a financiar un eventual déficit que
pudiera surgir para brindar el plan médico más adecuado.
Seguro de vida adicional: Aquí debemos considerar las cotizaciones de diferentes com-
pañías de seguros, lo que estará determinado por las edades de nuestros empleados y
los montos que deseemos asegurar (que suelen definirse en términos de cantidad de
salarios de nuestros empleados). Eventualmente, podremos considerar la inclusión de
coberturas indemnizatorias (como indemnización por enfermedades terminales).
Plan de pensiones: En este punto, debemos definir qué personal será elegible para este
beneficio, su edad, sexo, composición familiar, el tipo de plan, los tiempos para la adqui-
sición de derechos, el vehículo de financiación del beneficio y el costo de administración
del plan.
5) Capacitación y desarrollo
Si percibimos que la mayoría de los empleados estaría en desacuerdo con estas afir-
maciones, deberíamos analizar la posibilidad de implementar acciones que logren una
mejor satisfacción con el entorno de trabajo y con el balance entre la vida personal y
profesional10. Algunas opciones a explorar son las siguientes:
• Horarios flexibles
• Horario reducido de verano
• Semanas de trabajo comprimidas
• Trabajo remoto (desde el hogar) con provisión de infraestructura adecuada
• Asistencia en adopción
• Guardería para niños con espacio reservado para amamantar
• Programas de soporte para bebés, niños en edad escolar y padres
• Licencias adicionales a las legales por maternidad y paternidad
• Vacaciones adicionales a las legales
• Vacaciones en compensación por el trabajo realizado
• Eventos para los empleados y sus familias (día del niño, fiesta de fin de año, etc.).
• Programas de ayuda para la educación de los hijos
• Programas de entretenimientos para hijos de empleados (por ejemplo, provisión
de entradas para espectáculos)
9 Para más información, ver el capítulo 2, ¿Soy un buen jefe?, del presente tomo.
10 Para más información, ver el capítulo 7, Conciliación vida personal y vida laboral, del tomo 1, Capital Humano.
Paso 1: Misión, visión y valores. Desarrollar y comunicar la misión, la visión y los valores
de la empresa para ir instalando una cultura propia que fomente el compromiso de los
empleados.
Paso 2: Identificar las personas que gestionarán el cambio. Es importante identificar una
persona confiable y capacitada (puede ser un miembro de la empresa o un consultor ex-
terno) para que confirme nuestras percepciones, desarrolle las herramientas adecuadas
y consiga la información necesaria para iniciar una gestión profesional de las compensa-
ciones y beneficios. Si es de la empresa, debemos asegurarnos de capacitarla para que
su gestión sea exitosa. Si es externa, debemos asegurarnos de que esté técnicamente
capacitada para conducir la gestión y que su perfil personal encaje con la cultura de la
compañía. Para lograr el cambio, esta persona deberá gozar de un sólido y permanente
respaldo de la alta dirección.
Paso 3: Encuesta de clima. Conducir una encuesta de clima y compromiso formal que
permita confirmar o descartar nuestras percepciones iniciales.
Paso 4: Plan de acción. A partir de los resultados de la encuesta de clima, es necesario es-
tablecer un plan de acción que vaya corrigiendo los diferentes emergentes de la encuesta,
de acuerdo con su importancia y gravedad.
Paso 6: Corregir los desvíos más importantes. Debemos apresurarnos en corregir rápida-
mente los desvíos más importantes, especialmente de posiciones críticas o de personal
talentoso.
Paso 7: El plan médico. El plan médico suele ser el beneficio más crítico para los emplea-
dos. Así, una de nuestras prioridades debería ser revisarlo y adaptarlo, de acuerdo con las
mejores prácticas señaladas anteriormente.
Paso 11: Ajustar sueldos para diferenciar el desempeño y corregir desvíos frente al
mercado. En base a la información de nuestro sistema de evaluación del desempeño,
podremos vincular las compensaciones al rendimiento de los empleados, potenciando
la equidad interna (los empleados con mejor rendimiento obtienen una compensación
superior).
Paso 12: Plan de bonos. En este punto, deberíamos desarrollar un plan de bonos orien-
tado a resultados (de la compañía, del área, del equipo, del individuo). El plan debe ser
desafiante pero alcanzable sobre la base de indicadores de resultados transparentes.
Paso 13: Seguir mejorando los beneficios. Revisar el resto de los beneficios e ir mejo-
rándolos de acuerdo con las posibilidades
En todo momento, debemos comunicar y reforzar adecuadamente los cambios que va-
yamos introduciendo, para que la mejora quede internalizada en nuestros empleados.
DAR MOTIVAR
DIRECCIÓN Y
CLARA RECONOCER
COACHEAR
Y
DESARROLLAR
• Supervisa el progreso de los demás y reorienta los esfuerzos cuando las metas
no se están cumpliendo
• Motiva e inspira a los miembros de su grupo para lograr y superar sus metas
• Da reconocimiento y celebra
En el apartado anterior, hemos observado los tres ejes de los líderes de equipos de
alto rendimiento. Ahora bien, ¿dominamos las competencias clave para desarrollar
estos equipos? ¿Cuáles son nuestros ejes más fuertes y débiles? El siguiente auto-
diagnóstico nos ofrece un marco para diferenciar cuáles son los comportamientos
que más dominamos y aquellos en los que debemos mejorar para lograr excelentes
resultados y la satisfacción de nuestros colaboradores.
Comportamiento Frecuencia
unca Pocas A Casi Siempre
N
veces veces siemp.
1 2 3 4 5
1 ¿Mantengo a mi equipo enfocado en las metas
y objetivos?
Autodiagnóstico desarrollado por Paula Molinari para el Programa de Desarrollo de Líderes de WHALECOM
TABLA DE RESULTADOS
A B C
01: 02: 03:
04: 05: 06:
07: 08: 09:
10: 11: 12:
13: 14: 15:
16: 17: 18:
19: 20: 21:
22: 23: 24:
Total: Total: Total:
Ahora, volquemos los totales en el siguiente gráfico. Aquí podremos apreciar si están equili-
brados e identificaremos el eje donde donde deberíamos enfocar nuestro desarrollo.
TOTAL: ………………..
(RESULTADO DE
LA COLUMNA A)
TOTAL: ………………..
(RESULTADO DE
LA COLUMNA B)
DAR MOTIVAR
DIRECCIÓN Y
CLARA RECONOCER
COACHEAR
Y
DESARROLLAR
TOTAL:………………….
(RESULTADO DE LA
COLUMNA C)
Finalmente, marquemos los puntajes más bajos de nuestra tabla de resultados. Ex-
traigamos el promedio, dividiendo por 24 el total general. Los comportamientos don-
de obtengamos un puntaje por debajo del promedio son aquellos donde debemos
mejorar. Así, este diagnóstico nos ha permitido conocer el eje donde se encuentran
nuestras principales fallas y los aspectos específicos donde deberíamos concentrar
nuestros esfuerzos.
Eje a desarrollar:
1
2
3
4
5
EJE 1: PROVEO
DIRECCIÓN CLARA
Momentos de reconocimiento
de contribuciones individuales.
Autodiagnóstico desarrollado por Paula Molinari para el Programa de Desarrollo de Líderes de WHALECOM.
A continuación, definamos los cuatro aspectos donde se registre una mayor brecha
entre el tiempo que deberíamos dedicar y el que actualmente estamos asignando:
1
2
3
4
En base a esta información, podremos diseñar un plan de acción para cerrar la brecha.
En los años 60, Robert Blake y Jane Mouton destacaron que los mejores resultados en
términos de liderazgo se obtenían cuando los jefes equilibraban el foco en las personas
con el foco en las tareas. Si sólo ponemos énfasis en la producción y en los resultados,
olvidándonos de las personas, quizá logremos cumplir con los objetivos, pero tendre-
mos problemas de motivación, de compromiso, de clima y de retención. La situación
ideal se presenta cuando somos capaces de sostener un adecuado equilibrio entre la
dedicación a la gente y a los resultados, logrando cumplir las metas pero alcanzando
En los apartados anteriores, hemos presentado el modelo de tres ejes para liderar
equipos de alto rendimiento. Ahora bien, ¿por qué algunas personas dominan aquellos
factores mejor que otras? Cuando buscamos respuesta a este interrogante, caemos
inevitablemente en el concepto de inteligencia emocional. En efecto, las habilidades de
un líder que obtiene buenos resultados por parte de su equipo están relacionadas di-
rectamente con su nivel de inteligencia emocional, la capacidad de manejar con eficacia
tanto a nosotros mismos como a nuestras relaciones con los demás.5
La inteligencia emocional comprende cuatro familias de habilidades: la autoconciencia,
la autogestión, la conciencia social y las habilidades sociales.6 El Autodiagnóstico 3 pre-
tende sondear estas capacidades, para reflexionar sobre nuestros aspectos de mejora.
Autoconciencia
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
Conozco cuál es el impacto de mis emociones en mis relaciones con los otros.
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
4 Para más información, ver el capítulo 2, Liderazgo, del tomo 2, Habilidades Gerenciales.
5 Goleman, Daniel (1998). Liderazgo que Obtiene Resultados, Harvard Business Review.
6 Inventario desarrollado por WHALECOM para los participantes del PDL, Programa de Desarrollo de
Líderes, 2008
Autogestión
Tengo capacidad para mantener bajo control las emociones negativas y los impulsos
disruptivos.
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
Los demás me perciben como confiable. Actúo con honestidad, integridad y trasparencia.
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
Me fijo mis propios estándares de excelencia y poseo un fuerte impulso por alcanzarlos.
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
Conciencia Social
Tengo habilidad para captar las emociones de las otras personas: colaboradores, pares,
clientes.
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
Habilidades Sociales
Tengo habilidad para inspirar una visión e influir sobre los demás, utilizando un reperto-
rio de tácticas persuasivas.
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
Poseo destreza para generar nuevas ideas y liderar a las personas hacia esa dirección.
1. Completamente Falso
2. Bastante Falso
3. En parte Verdadero, en parte Falso
4. Bastante Verdadero
5. Verdadero
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
Poseo habilidad para construir equipos y hacer que trabajen colaborativamente en pos
de un objetivo.
1. Nunca
2. Raramente
3. Ocasionalmente
4. Habitualmente
5. Siempre
Ahora, transportemos los puntajes totales de cada grupo, considerando que el máximo
puntaje para autoconciencia y autogestión es 25, para conciencia social es 20 y para
habilidades sociales, 30.
Entre 61 y 79 puntos: Al igual que la mayoría de las personas, aún nos quedan algunos
aspectos por mejorar. Probablemente nuestros colaboradores nos perciban como fuer-
tes en algunas áreas pero desearían que mejorásemos en otras. Entonces, deberíamos
establecer un plan de mejora en los aspectos donde hemos identificado nuestras prin-
cipales debilidades. Una buena práctica para mejorar consiste en buscar referentes y
analizar sus conductas.
Para obtener buenos resultados, no es suficiente ser un buen líder de equipo. Para mo-
vernos en las organizaciones, también necesitamos la capacidad de influir sobre los
demás. Podemos comprender este punto a través de la siguiente definición: “El líder
estratégico es aquel que piensa, actúa e influencia a los otros de forma tal que genera
PUNTAJE
Comprendo el impacto de mis acciones, expresiones
y narraciones en los demás, y cómo afectan la calidad
del trabajo de los otros.
FUENTE: Adaptación del inventario que se encuentra en: Hughes & Blatty (2005). Becoming a Strategic
Leader. Center for Creative Leadership.
7 Hughes & Blatty (2005). Becoming a Strategic Leader. Center for Creative Leadership.
Los aspectos con puntajes de 1 a 3 pueden constituirse en frenos para nuestra carrera.
Es decir, podríamos ser excelentes en todos los otros aspectos. Pero nuestras falencias
en estas habilidades podrían perjudicarnos seriamente en nuestra trayectoria dentro de
la organización. Por lo tanto, estos aspectos ameritan una atención inmediata.
Uno de los procesos clave en los que debe enfocarse el líder de cara al siglo XXI con-
siste en saber gestionar el desempeño, es decir, la contribución de los colaboradores,
que está compuesta por sus resultados y por el repertorio de comportamientos que
despliegan para lograrlos.
La gestión del desempeño no es simple. Lleva implícita un serie de acciones interrela-
cionadas. Los subprocesos involucrados son los siguientes:
La fijación de objetivos: Dice un viejo refrán: “si no sabes cuál es el norte, ningún viento
es bueno”.
El seguimiento: Los buenos jefes ponen foco en detectar los desvíos antes de tener que Observar
remediar un impacto negativo y aprovechan todas las situaciones de aprendizaje que a los colaboradores
Un jefe que conoce las
se les presentan. capacidades de sus cola-
boradores, las dificulta-
La evaluación: Cuando un proceso ha terminado o se ha cumplido un período estable- des que enfrentan en sus
cido, es necesario formalizar un juicio sobre lo ocurrido. tareas, lo que les gusta y
lo que les disgusta, podrá
El feedback: Es la base para el aprendizaje de los colaboradores y para alinear la per- ayudarlos a mejorar.
cepción que ellos tienen de su desempeño con la del jefe/empresa.
El plan de mejora a futuro: El mejor jefe es el que se ocupa del desarrollo de sus cola-
boradores.
Marquemos con un círculo nuestro comportamiento más frecuente, eligiendo en cada afirma-
ción una de las dos opciones.
Genero reuniones con mis colaboradores para hacer un seguimiento de sus avances.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Hablo frecuentemente con cada uno de mis colaboradores sobre sus avances y logros,
haciéndoles notar que los estoy siguiendo.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Me reúno con cada uno de mis colaboradores para acordar los objetivos del próximo
período.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Planteo momentos en el año para revisar y redefinir objetivos, más allá de los procesos
formales.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Comunico claramente a cada colaborador cuáles son las brechas entre su desempeño
actual y el esperado.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Cuando alguno de los miembros supera las expectativas en algún tema, doy reconoci-
miento público.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Converso con mis colaboradores sobre qué los motiva y qué no.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Me ocupo de plantear, para cada colaborador, objetivos relacionados con sus inte-
reses.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Reviso, con cada colaborador, lo que se espera de él y cuáles son sus resultados, más
allá de los procesos formales.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Cuando acordamos el plan de mejora, apoyo los puntos débiles en los puntos fuertes.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Aprovecho cada uno de los encuentros con los colaboradores o con el grupo, para dar-
les feedback.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Cuando un colaborador se destaca, busco cuáles son las alternativas para que se sienta
reconocido.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Me aseguro que los objetivos de cada colaborador sean desafiantes pero alcanzables.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Soy un recurso para que mis colaboradores puedan mejorar cada día su desempeño.
_____ Casi siempre _______ Casi nunca
Traslademos los resultados globales del cuadro anterior al siguiente gráfico. Aquí po-
dremos detectar en qué momento del ciclo debemos mejorar. Tengamos en cuenta que
un aspecto débil en el ciclo afecta a los demás.
5 = Fortalezas.
4 = Es un aspecto que dominamos, pero aún podemos mejorar.
3 = Oportunidad de mejora.
2 = Es un aspecto que necesitamos mejorar. Afecta otros momentos del ciclo.
1 = Debilidad. Afecta fuertemente otros momentos del ciclo.
La intervención del jefe en los momentos del ciclo de gestión del desempeño.
Observación
=
Reconocimiento Seguimiento
= =
Feedback Evaluación
= =
5: Siempre
4: Casi siempre
3: A veces
2: Casi nunca
1: Nunca
NA: No aplica
8 Para más información, ver el capítulo 6, La gestión del desempeño, del tomo 1, Capital Humano.
Autodiagnóstico desarrollado por WHALECOM para el PDL, Programa de Desarrollo de Líderes, 2008
Resultados
• Contrastar dichas fortalezas y debilidades con nuestro objetivo o meta, para identi-
ficar las brechas
Fortalezas:
Son nuestra columna vertebral, nuestros aspectos destacados. Debemos mantenerlas
y seguir desarrollándolas. Para esto, podemos plantearnos los siguientes interrogantes:
¿Qué es lo que me destaca?
¿Qué es lo que hago mejor que otros?
FD
¿Qué es lo que los otros valoran en mí?
¿Qué aspectos me hacen sentir seguro?
OA
Debilidades:
A lo largo de los diagnósticos, seguramente hayamos detectado diversas oportunidades
de mejora. Reconocerlas es un aspecto de fortaleza de nuestra inteligencia emocional. En
efecto, sólo si conocemos nuestras debilidades podremos actuar sobre ellas. Entonces,
para completar la matriz FODA podemos plantearnos los siguientes interrogantes:
Matriz FODA
¿Cuáles son los aspectos en los que me siento más débil? Permite sintetizar,
¿Qué es lo que me hace sentir más inseguro? identificar, contrastar
¿Qué aspectos de mejora me marcan más frecuentemente? nuestras fortalezas con
nuestro objetivo o meta,
Oportunidades: para identificar
Las oportunidades se encuentran vinculadas con nuestras fortalezas, nuestros aspec- las brechas.
tos destacados, nuestros intereses y motivaciones. Son aquellas cosas que nos gustará
hacer, que no nos exigirán mucho esfuerzo pero que nos darán reconocimiento y nos
permitirán diferenciarnos.
Amenazas:
Existen aspectos en los que somos vulnerables que podrían convertirse en frenos de
carrera. Para identificar las amenazas, podemos plantearnos las siguientes preguntas:
¿Tengo debilidades que podrían frenarme en mi camino?
¿Posee algunos aspectos débiles que, precisamente,
son los aspectos fuertes en la cultura en la que estoy inserto?
¿Cuáles son los obstáculos que me impiden avanzar?
Fortalezas Debilidades
Oportunidades Amenazas
Bibliografía
Lussier, Robert & Achua, Christopher (2005). Liderazgo. Thomson.
Lazzari, Santiago (2000). Management del Cambio y del Desempeño. Ediciones Macchi.
Welch, Jack (2005). Winning. Ed. Vergara.
Bossidy, Larry & Charan, Ram (2002). El arte de la ejecución en los negocios. Ed. Aguilar.
Michaels, Ed y otros (2002). La Guerra por el Talento. Ed. Norma.
Goleman, Daniel (1998). Liderazgo que Obtiene Resultados, Harvard Business Review.
Más información
1 Para más información, ver el capítulo 3, Creando una cultura de la innovación en la empresa, del tomo 3,
Creatividad e Innovación.
Nuestra visión
Nuestra estrategia
2 Para más información, ver el capítulo 2, Definiendo el negocio, del tomo 6, Estrategia.
3 Para más información, ver el capítulo 2, Técnicas de pensamiento creativo, del tomo 3, Creatividad e
Innovación.
4 Para más información, ver el capítulo 4, Coaching organizacional, del tomo 2, Habilidades Gerenciales.
Los siguientes interrogantes nos permitirán revisar el estatus actual del proceso de
toma de decisiones de nuestra organización:
4) Factores organizacionales
Si las respuestas nos sumergen en dudas, es buena práctica revisar nuestros procesos
y estructuras de innovación en función de nuestra intención estratégica. Será necesario
detectar cuáles son los roles y cómo interactúan a lo largo de una serie de etapas: la
Si las respuestas no son favorables, es importante revisar los niveles superficiales, me-
dios y profundos de la cultura de nuestra organización: los artefactos que se revelan
en la superficie, los supuestos valorativos en que éstos se basan y las creencias en las
cuales se asientan. Sobre esta base, será necesario trabajar con los supuestos de la alta
dirección, para permear sus creencias hacia el desarrollo de un modelo mental perti-
nente a los desafíos culturales que requiere la innovación.6
6) Las personas
5 Para más información, ver el capítulo 2, Gestionando los procesos de la organización, del tomo 8, IT &
Operaciones.
6 Para más información, ver el capítulo 3, Creando una cultura de la innovación en la empresa, del tomo 3,
Creatividad e Innovación.
Si nuestras respuestas manifiestan una brecha en este aspecto, necesitamos tomar in-
mediatamente cartas en el asunto y convertirlo en nuestra prioridad. Para empezar,
es clave involucrar a la alta dirección en el descubrimiento del valor que la creatividad
puede aportar al negocio, e intentar reformar los modelos mentales para abrirlos a la
creatividad. Como dice el colega J.A. Baker: "Si es flexible en los paradigmas, lo que
escucha serán oportunidades, pero si se tiene parálisis paradigmática, lo que escucha
le parecerán amenazas".
8) Conclusiones
A lo largo de este capítulo, hemos presentado una serie de interrogantes para diagnos-
ticar las capacidades y políticas de innovación en nuestra organización. Como advierte
Zygmunt Baumann en Modernidad Líquida: “La duración deja de ser un valor y se con-
vierte en un defecto; lo mismo puede decirse de todo lo grande, sólido y pesado... lo que
obstaculiza y restringe los movimientos. El advenimiento de la instantaneidad lleva a la
cultura y a la ética humanas a un territorio inexplorado, donde la mayoría de los hábitos
aprendidos para enfrentar la vida han perdido toda utilidad y sentido”.
7 Para más información, ver el capítulo 5, Gestionando la diversidad, del tomo 2, Habilidades Gerenciales.
Así, por analogía entre la tipología del hombre ideal y la organización innovadora, pode-
mos identificar tres condiciones claves para abordar el desafío de crecer y desarrollarse
en esta época:
1) La evidencia
Las siguientes preguntas están planteadas desde el punto de vista de lo que el CEO
debería analizar para entender si su función de innovación está trabajando correcta-
mente y produce buenos resultados. Entendemos esto último en términos de generar
productos acordes a la estrategia (si es que ésta existe y se usa), rentables, con buen
nivel de éxito en el mercado, en forma eficiente y con un mínimo nivel de conflictividad
dentro de la organización.
Una vez presentadas las preguntas que nos permiten identificar la evidencia de nues-
tro fracaso en materia de desarrollo de productos, plantearemos una serie de interro-
gantes para determinar las causas raíz, es decir, aquellas que provocan estos graves
problemas y la pobre performance. Así, los factores que logremos detectar a través
de las siguientes preguntas serán los que los líderes de la organización deberán evitar,
modificar o implementar para mejorar los resultados de los procesos de desarrollo.
8 Aquí no debemos confundir desorden como norma con las típicas marchas y contramarchas, las
equivocaciones y la exploración hasta llegar a algo aceptable como alternativa, que son naturales al
proceso de innovación. Este es un proceso naturalmente iterativo porque trabaja sobre la creación de
algo que no existía anteriormente.
9 Para más información, ver el capítulo 6, ¿Me estoy haciendo las preguntas estratégicas correctas?, del
presente tomo.
Conocer el nicho
de mercado 2.1.4) ¿La alta gerencia respalda adecuadamente el desarrollo de productos?
Es importante que el
portafolio de productos
surja de entender qué • ¿El respaldo (sponsorship) de la alta gerencia para con esta actividad y para
quiere, hacia dónde va los proyectos específicos es el adecuado?
el nicho de mercado
objetivo y cómo ve
a la organización.
Se entiende, en este caso, por adecuado el otorgamiento de total respaldo y empower-
ment a las personas que lideran los equipos multidisciplinarios de proyectos y a los
integrantes de éstos últimos. Esto involucra asistirlos con los recursos necesarios para
resolver los problemas que se presenten y generar la estructura necesaria para susten-
tar esta función.
10 Para gestionar adecuadamente el portafolio, cada propuesta de nuevo desarrollo debería analizarse,
al menos, con las siguientes categorías: 1) Indicadores financieros o económicos; 2) Vinculación con
la estrategia de negocios de la empresa; 3) Métodos de scoring; 4) Checklists.
11 Para más información, ver más adelante en este capítulo.
Estas preguntas nos han permitido diagnosticar nuestras prácticas vinculadas con las cues-
tiones humanas del desarrollo de productos. Este es un tema crítico, pues los proyectos
de desarrollo exigen una interacción permanente entre individuos de diferentes perfiles. Y
sin esa interacción no hay proceso de desarrollo que pueda producir resultados. Así, si no
consideramos las necesidades de la gente que trabaja para innovar, cualquier esfuerzo de la
alta gerencia será una mera expresión de deseos. En última instancia, poco o nada podrá ser
llevado a la práctica y difícilmente logremos alcanzar la excelencia en nuestros productos.
12 Para más información, ver el capítulo 2, ¿Soy un buen jefe?, del presente tomo.
13 En este punto, debemos destacar que no es recomendable designar a los Gerentes de Producto en
tan sensible y demandante tarea. En efecto, el tiempo y habilidades necesarias no son compatibles
con la gran dedicación que requieren estos ejecutivos para la gestión de sus líneas de producto.
14 Para más información, ver el capítulo 5, Gestionando la diversidad, del tomo 2, Habilidades Gerenciales.
Los procesos y metodologías dan orden y organizan. Así, son muy útiles para facilitar
la tarea de los participantes en los procesos de desarrollo, minimizando los conflictos y
favoreciendo las interacciones entre las personas. Entonces, si aún no disponemos de
metodologías de desarrollo, deberíamos empezar a introducirlas por etapas. Probable-
mente, empezaremos a notar mejores resultados al poco tiempo de haber incorporado Desayuno de trabajo
algunas herramientas básicas. Al finalizar el proyecto,
es importante realizar
Para empezar a introducir métodos de desarrollo, es importante que una persona con
una reunión donde
capacidad y habilidades de coordinación de personas, comience a: se converse sobre lo
que se hizo bien y lo
que se podría haber
• Analizar, discutir y consensuar con todos los involucrados para documen- hecho mejor.
tar un proceso de desarrollo de productos básico (que incluya un mínimo
número de gates de aprobación) que deberá ser fielmente seguido para los
proyectos (por el líder y el equipo multidisciplinario básico ya formado).
• Definir, en consenso, reuniones del equipo y su líder con una frecuencia
semanal o quincenal para coordinar actividades y problemas y revisar el
avance de los proyectos.
• Definir un documento básico de requerimientos del producto que se fije al
inicio del proyecto. Una vez que este documento haya sido consensuado,
todos los cambios deberán basarse en una necesidad fundamentada.
• Celebrar una reunión de cierre de cada proyecto (puede ser un desayuno o
un almuerzo) donde se festeje (si el producto salió al mercado exitosamen-
te) y se converse sobre lo que se hizo bien y lo que se podría haber hecho
mejor, para luego aplicar las lecciones aprendidas en futuros proyectos.
3) Conclusiones
A lo largo de este capítulo, hemos ofrecido una serie de interrogantes para evaluar
nuestras prácticas de desarrollo de productos. A través de nuestras respuestas, hemos
logrado identificar las principales falencias que deberíamos corregir para mejorar nues-
tros resultados.
Ahora bien, ¿por dónde empezar? ¿Cuáles son las primeras medidas para generar un
cambio veloz en nuestras prácticas y mejorar nuestros resultados en un corto plazo? Para
esto, deberíamos concentrarnos en 4 o 5 cuestiones básicas y mantener la coherencia en
su ejecución, liderando con el ejemplo. Las pautas a considerar son las siguientes:
¿Estoy gestionando
correctamente mi
marketing?
Toda empresa tiene, con mayor o menor nivel de formalidad, un plan de marketing. Así,
lo primero que debemos hacer es evaluar si está dando resultados. A continuación, se-
ñalaremos los indicadores críticos que debemos observar para evaluar la consistencia y
efectividad de nuestro plan, así como la forma en que está siendo implementado.
Esto podremos averiguarlo comparando algún indicador clave de cada segmento de inte-
rés (cantidad de clientes, facturación, etc.) antes y después de la acción realizada. De esta
forma, podremos conocer el impacto de cada acción que hayamos implementado.
Supongamos, por ejemplo, que nuestra empresa de distribución realiza una serie de
acciones comerciales consecutivas y que nuestros objetivos son aumentar la compra
promedio de nuestros pequeños clientes, captar nuevos clientes y ampliar el área de
influencia de nuestra red.
En este caso, podremos analizar el impacto de las acciones analizando la variación de cada
Segmento 1 Segmento 2
Cantidad Facturación
clientes luego posterior a la
de la acción = Índice de acción = Índice de
variación variación
Cantidad inicial Facturación
de clientes inicial
Relación entre el alta de nuevos clientes y el total de clientes: Nos permite medir el
impacto de nuestras acciones comerciales, conociendo la tasa de nuevos clientes que
se incorporan en virtud de la acción.
Relación cliente por producto / relación producto por segmento: Esto nos permite sa-
ber qué productos se venden más, según el segmento o cliente. Por ejemplo, podremos
analizar la venta de nuestros productos o servicios en forma segmentada, ya que una
acción puede no ser exitosa con un grupo de clientes, aunque sí con otro. Esto permite,
entre otras cosas, realizar acciones específicas como el cross-selling, que implica ofrecer
un determinado producto a un grupo de clientes que ya consume otro.
1.2) ¿Son consistentes nuestras acciones con el segmento al que estamos apuntando?
Cada acción del plan de marketing está dirigida a un determinado segmento, es decir, a
un grupo de consumidores con ciertas características comunes que los hacen compor-
tarse de determinada manera y elegir ciertos productos.
Así, nuestras acciones deberían ser consistentes con el segmento al que estamos apun-
tando. En caso contrario, el mensaje pasará desapercibido y la acción será un desper-
dicio de recursos.1
Casi cualquier producto o servicio tiene diferentes formas y modos de uso, dependien-
do del tipo de cliente al que llegue. De la misma manera, la imagen de estos productos
o de la empresa es comprendida y recibida de diferente forma por diversos clientes.
Es de vital importancia que cada acción del plan se ajuste a esa concepción y a las
costumbres del segmento en cuestión. Por ejemplo, un servicio como el acceso a
Internet será diferente según se trate de una empresa (que busca velocidad y estabi-
1 Para más información, ver el capítulo 2, Conociendo al mercado, del tomo 4, Marketing Total.
• ¿Tenemos presente cuáles son los mejores canales para nuestros productos
(distribudores, mayoristas o comercios) y cuáles son los preferidos
por nuestros clientes?
En este aspecto, el costo de operación por canal (costo generado por usar un determinado
canal) y la trazabilidad de productos por canal (seguimiento de los productos a lo largo
del canal) son dos indicadores críticos que debemos considerar atentamente. En efecto,
éstos permiten identificar el volumen de facturación y la oportunidad de migrar accio-
Determinar la red nes hacia uno u otro canal de acuerdo a los márgenes de rentabilidad de cada uno.
de ventas adecuada Para elegir el canal adecuado, debemos evaluar la situación actual de cada uno,
Los datos sociodemográfi-
cos, de tráfico, de
considerando un proceso referente (similar a la acción comercial que se haya rea-
perfil de cliente, de lizado con anterioridad y que posea características similares a las desarrolladas
hábitos de consumo y de actualmente). Esto nos permitirá detectar problemas en los procesos operativos y
ubicación de la compe- elaborar propuestas para solucionarlos. Asimismo, podremos validar el calendario
tencia son cruciales para de acciones de acuerdo a la capacidad por canal para el período de desarrollo de
determinar si la red de cada una, evaluar su factibilidad y tomar decisiones de outsourcing de actividades
ventas es adecuada para
si fuera necesario.
el modelo de negocio.
Supongamos que deseáramos realizar una acción en los puntos de venta de nuestro
producto que incluya material gráfico y cupones de participación en un sorteo. Para
anticiparnos a cualquier eventualidad, podríamos tomar como proceso referente alguna
acción similar que hayamos realizado previamente (por ejemplo, posibles inconvenien-
tes en la distribución de los cupones en forma proporcional a la mercadería entregada).
Finalmente, en base a esta información, podremos evaluar las posibilidades de cober-
tura de nuestro material gráfico en los puntos de venta, diagramar un plan de acciones,
un calendario e hitos de control para cada etapa.3
1.4) ¿Es adecuada la ubicación de nuestra red de ventas para nuestro modelo de
negocio?
Los datos sociodemográficos, de tráfico, de perfil de cliente, de hábitos de consumo y
de ubicación de la competencia son cruciales para determinar si nuestra red de ventas
es adecuada para nuestro modelo de negocio. Aquí, algunos interrogantes fundamen-
tales son los siguientes:
Para optimizar nuestra gestión en este aspecto, debemos considerar algunos indicado-
res clave:
4 Para más información, ver el capítulo 4.2, ¿Estoy fijando correctamente mis precios?, del presente tomo.
Definir los procesos de una acción nos permitirá dimensionar cada tarea e identificar las
tareas principales, los tiempos de ejecución, la interacción de las áreas y las actividades
críticas sobre las que tendremos que poner especial atención para no comprometer los
tiempos planificados. En un call center, por ejemplo, la asignación de tareas por franja ho-
raria muestra la distribución de la capacidad de atención de un área durante el día, según el
proceso definido. Esto permite administrar los recursos según los horarios de mayor volu-
men de pedidos. Para gestionar esto, debemos tener en cuenta los siguientes indicadores:
5 Para más información, ver el capítulo 8, CRM, construyendo una organización centrada en el cliente, del
tomo 8, IT & Operaciones.
Algunos indicadores que miden el grado de satisfacción de los clientes son el volumen de
reclamos y quejas, el volumen de devolución de productos, el volumen de aceptación de campa-
ñas comerciales y la rotación de clientes (clientes nuevos/clientes totales).6
La metodología de Mystery Shopping (enviar un “comprador encubierto” para conocer la
experiencia de un cliente cualquiera en determinada situación de compra, servicio o con- Comprador
sulta) podrá ayudarnos a identificar problemas en los momentos de contacto con el cliente, encubierto
La metodología de
sobre los que una vez detectados es posible trabajar mediante capacitación, motivación o Mystery Shopping
comunicación hacia el personal. Asimismo, las encuestas o la organización de focus groups sirve para conocer
(grupos de 8 a 10 personas donde podemos discutir temas relacionados con nuestra em- la experiencia de un
presa) nos permitirán conocer la opinión de los compradores y mejorar nuestro servicio. cliente cualquiera en
determinada situación
1.9) ¿Conocemos a la competencia? de compra, servicio
o consulta.
Cada producto o servicio está compuesto por sus especificaciones y un precio, es ofre-
cido en un determinado canal y promocionado por una acción comercial que impulsa
la oferta, interactuando en un mercado con otros productos, de otras marcas de otras
empresas que finalmente definen el resultado final en cuanto a volumen de ventas. Así,
es importante conocer la forma en que nuestro producto se posiciona en relación con
los de nuestros competidores:
6 Un valor elevado en este indicador podría señalarnos que estamos teniendo problemas en fidelizar
a nuestros clientes.
• ¿Contamos con un proceso para definir los públicos objetivos, los mensajes
y los canales?
• ¿Contamos con un proceso para definir el diseño de las piezas publicitarias y
la selección y contratación de medios en función de nuestro público objetivo?
• ¿Disponemos de indicadores de performance de los avisos y objetivos
definidos para cada uno respecto al impacto, la recordación, la valoración
y la alineación con los valores de la marca?
7 Para más información, ver el capítulo 7, Convirtiendo los datos en decisiones, del tomo 8, IT & Operaciones.
Hasta este punto, hemos presentado los aspectos clave para diagnosticar la forma en que
estamos gestionando nuestro plan de marketing. Así, habremos podido descubrir una se-
rie de aspectos puntuales de mejora. Lo cierto es que, en muchas organizaciones, el plan
de marketing se formula de una manera intuitiva, que no responde a las mejores prácticas
actuales. Así, no debe sorprendernos que muchos de estos planes finalmente no den los
resultados esperados. Entonces, si la lectura del apartado anterior nos ha revelado fallas,
deberíamos considerar las pautas que presentaremos a continuación.
En primer lugar, debemos comprender que un plan de marketing se compone de una se-
rie de etapas que comienzan con el análisis, sigue con la formulación del plan y termina
con su comunicación. Luego, podremos extraer una serie de lecciones aprendidas que
nos permitirán ir mejorando gradualmente nuestro desempeño.
8 Para más información, ver el capítulo 5, Ejecutando la estrategia, del tomo 6, Estrategia.
Es recomendable encarar este análisis a través de una comparación entre las acciones
que habían sido planificadas y las que finalmente fueron ejecutadas, evaluando el resul-
tado comercial de cada una de ellas. Esto nos permitirá utilizar a cada proceso pasado
como referente de una acción comercial y nos permitirá trabajar para identificar mejo-
ras en la implementación de las próximas acciones.
Los estudios de comportamiento del segmento asimilan los patrones de consumo pro-
pios del segmento objetivo e identifican la mejor oferta de productos de acuerdo esos
consumos. Por ejemplo, si analizamos un determinado grupo de personas que utilizan
una tarjeta de crédito podríamos inducir cuáles son las preferencias del grupo: ¿Qué
proporción gasta en restaurantes? ¿En qué tipo de hoteles se aloja? ¿Cuántas compras
realiza en el exterior?
En las marcas de ropa, por ejemplo, las estaciones del año condicionan las temporadas
y las colecciones. Las fechas especiales (como el día de la madre, del padre y del niño)
son tenidas en cuenta para las campañas de promoción. En empresas del sistema fi-
nanciero, por su parte, las fiestas de fin de año y los recesos escolares de invierno y de
verano son excelentes oportunidades para lanzar servicios que brinden facilidades de
financiación a los clientes.
El siguiente cuadro resume los procesos que nos permitirán realizar un relevamiento
del mercado durante la etapa de análisis, para generar la información necesaria para la
formulación de nuestro plan comercial:
DESCRIPCIÓN
Elaboración
Una vez finalizado el relevamiento, se debe compilar
del Informe y estructurar la información de tal forma que sea factible
de ser analizada en la etapa de Armado de la Oferta.
9 Para más información, ver el capítulo 9, Formulando el plan de marketing, del tomo 4, Marketing Total.
1) Los costos
2) Los clientes
10 Este es el resultado que se obtiene restando al precio que figura en la factura de venta, todos los
conceptos aplicados con posterioridad a la facturación, como descuentos extra, deducciones y ajus-
tes. Para más información, ver el capítulo 4, Fijación de precios, del tomo 4, Marketing Total.
Precios en dos o más partes: Es una forma de segmentar según la cantidad comprada.
Consiste en cobrar un cargo fijo inicial, más uno o varios tramos de cargos variables,
de acuerdo al consumo. Este mecanismo implica que los compradores pagan un precio
promedio que varía con la cantidad comprada. Se aplica con frecuencia en los servicios
públicos, como agua, electricidad y gas.
Precios por paquete (Bundling): Consiste en la fijación de un precio único por un con-
junto de productos diversos, menor que el precio de los mismos productos adquiridos
independientemente. Es muy útil para movilizar la venta de productos que, de mane- 10%
ra separada, tendrían menor atractivo. Microsoft, por ejemplo, vende sus aplicaciones
Office como un paquete, estimulando la venta de algunos programas que difícilmente Cupón de descuento
serían comprados por separado por muchos clientes. Recortarlo y presen-
tarlo es un obstáculo
para el comprador. El
Precios por líneas de productos: Consiste en ofrecer, a cada segmento de mercado, vendedor lo premia
una línea de productos cuyo precio se acerque a su disposición a pagar. Las segundas ofreciéndole un precio
líneas son un ejemplo orientado al segmento del mercado más sensible al precio. más bajo.
11 Para más información, ver el capítulo 3, Proyectando la demanda y planificando la producción, del tomo
8, IT & Operaciones.
3) Los competidores
12 Para más información, ver el capítulo 3, Analizando el negocio y el entorno, del tomo 6, Estrategia.
13 Para más información, ver el capítulo 4.1, ¿Está bien formulado mi plan de marketing?, del presente tomo.
4) El canal de ventas
La definición de una política de precios para el canal de ventas está asociada a la de-
terminación de las condiciones de venta para todos los niveles de la cadena. Esto
incluye la categorización de los miembros del canal en función de criterios como zona
geográfica, segmento de clientes objetivo, y volumen de ventas, entre otros. Esta
categorización nos permitirá asignar diferentes condiciones de venta, tales como
niveles de descuento, plazos de pago, y otros beneficios y obligaciones comple-
mentarias.
En los casos más simples, el canal de ventas tendrá solamente una categoría para
cada nivel de la cadena. En situaciones más complejas existirán múltiples categorías.
Por ejemplo, en el mercado de IT es habitual que cada nivel de canal tenga diferentes
categorías (por ejemplo, Gold, Silver y Bronze), lo que implica diferentes descuentos,
así como beneficios y obligaciones adicionales.
Una vez establecida una estructura de precios que provee los incentivos adecuados
a todos los niveles del canal de ventas, existen diversas herramientas y mecanismos
de control, para asegurar su cumplimiento. Si bien en muchas jurisdicciones existen
restricciones legales a una intervención directa del fabricante en los precios cobrados
por otros miembros del canal, existe la posibilidad de brindar guías o señales, de
modo de preservar la rentabilidad en la cadena. Entre las alternativas utilizadas se
encuentran:
5) La organización
6) Conclusiones
A lo largo de este capítulo, hemos presentado una serie de interrogantes clave que
nos han permitido identificar la calidad de nuestras decisiones de precios. Gracias a la
información que nos brinda este diagnóstico, podremos diseñar planes de acción para
incorporar las mejores prácticas de precios y aprovechar las oportunidades detectadas.
Estos planes deberán incluirse en un cronograma de tareas ordenadas según el impacto
estimado en los resultados y según los recursos necesarios para su implementación.
Para aquellas empresas que deseen ir más allá de “agregar un margen sobre los cos-
tos” y quieran emprender el camino de la profesionalización de las decisiones de pre-
cios, a continuación se enumeran sintéticamente algunas pautas básicas para orien-
tar las acciones:
• Adoptar una visión integradora de las variables clave de los precios (Costos,
Clientes, Competidores y Canal de Ventas), evitando enfoques parciales.
• Utilizar los costos sólo para conocer el piso de las decisiones de precios.
• Explorar oportunidades de segmentación de precios, en los casos en que se
cobre un precio único a todos los clientes.
• Identificar competidores relevantes y monitorear precios para cada segmen-
to del mercado, de manera de anticipar conductas y posibles reacciones.
• Coordinar y monitorear las decisiones de precios en toda la cadena comercial,
para evitar conflictos y mantener el interés de todos en la venta del producto.
• Designar un responsable de decisiones de precios dentro de la empresa,
que cuente con el aval de la dirección.
1) La viabilidad comercial
Una idea se transforma en negocio cuando logra detectar una necesidad insatisfecha o
crear una alternativa diferente a satisfacer. Así, lo primero que debemos investigar es la
potencialidad comercial, es decir, la factibilidad de encontrar un conjunto de personas que
puedan estar interesadas en nuestro producto o servicio, que dispongan del ingreso sufi-
ciente para adquirirlo y que, además, estén dispuestas a pagar un precio rentable por él.
Este conjunto de personas debe ser lo suficientemente grande para generar una deman-
da capaz de asegurar una rentabilidad y retorno de la inversión planificada, dentro de un
mercado competitivo con otras organizaciones pugnando por una porción del mercado.
En resumen, el análisis de viabilidad comercial debe brindarnos la información nece-
saria para definir la potencialidad del proyecto en términos de volumen esperado de
ventas, y su correlación en el horizonte temporal de análisis.
A continuación, presentamos ciertos interrogantes que podrían servir como guía para
el análisis:
• ¿Existe una necesidad insatisfecha real que podamos cubrir con nuestra
idea de negocio?
• ¿Podremos generar, a través de la idea de negocio, un atributo de diferen-
ciación perceptible por los potenciales clientes?
• ¿Qué tipo de soluciones aspiramos a cubrir con nuestra idea de negocio?
• ¿Qué es nuestro producto?
• ¿Qué no es nuestro producto?
• ¿Podemos identificar con claridad el perfil genérico de los clientes a los
cuales destinaremos nuestra oferta?
• El tamaño estimado de mercado, ¿es suficiente para proyectar un volumen
de venta que cubra nuestros objetivos de rentabilidad?
Estos interrogantes nos servirán para relevar información del mercado, previo a realizar
un análisis integral de nuestra idea. En efecto, conocer el mercado al que pensamos
ingresar nos permitirá estimar la capacidad de nuestra idea de generar ingresos futuros
así como proyectar el nivel de inversión necesario y la estructura que debería tener
nuestra organización.
Ideas brillantes desde la visión técnica o desde la cobertura social no necesariamente
son negocios potenciales. Gran parte de los emprendimientos mueren o deben modifi-
carse en cuanto a su concepción original al llegar a este punto en el que se determina
una proyección de ingresos, que vienen de la mano de una participación razonable de
un mercado a un precio competitivo y “creíble”.
En esta instancia, deberíamos ser capaces de observar la realidad con una visión obje-
tiva, es decir, apartando momentáneamente el entusiasmo por nuestra idea. Para evitar
costosos errores, deberíamos ser críticos y realistas al momento de la proyección de la
demanda potencial.
2) La viabilidad técnica
En la anterior etapa del análisis, hemos concluido que nuestra idea posee un mercado
suficiente y que tiene la capacidad de generar ingresos y rentabilidad. Ahora debería-
mos evaluar la factibilidad real de producir en tiempo y forma las cantidades que, según
nuestras estimaciones, serán demandadas. Para ello, debemos plantearnos algunas
preguntas técnicas que nos movilicen a pensar sobre las dificultades productivas o de
aprovisionamiento:
Lo importante, en esta etapa del análisis, es estudiar la factibilidad real de conseguir las ma-
terias primas para el proceso productivo así como las maquinarias y herramientas necesa-
rias para llevar adelante el proceso. No debemos, en esta fase, confundir nuestra capacidad
de producir con nuestra capacidad de vender. Un error común en muchos proyectos consis-
te en “forzar” las estimaciones de ventas en función de la potencialidad de producción.
Así, no deberíamos estimar que utilizaremos permanentemente al 100% nuestra capa-
cidad instalada. Aquí debemos tener en cuenta los tiempos muertos en nuestros proce-
sos productivos, tanto por razones técnicas (reparaciones, mantenimiento), como por
motivos de estacionalidad.
Hasta este punto, hemos establecido que nuestra idea tiene mercado y potencialidad
de generar ingresos, y hemos determinado que seremos capaces de producir al ritmo y
la calidad demandados, con las maquinarias y herramientas necesarias. Ahora debería-
mos detenernos a pensar la forma en que esta idea se transformará en hechos reales, y
preguntarnos por los requerimientos desde el punto de vista de los recursos humanos
y los medios para la gestión.
En efecto, en el tomo Emprendedores de esta colección señalábamos que cinco de
cada diez emprendimientos no llegan al año de vida. Nueve de cada diez se extin-
guen antes del quinto año. Y cuando analizamos las razones de esta elevada tasa
de fracasos, nos encontramos con dos factores recurrentes: falta de planificación y
errores en la ejecución.1
Es muy frecuente que buenas ideas de negocios fracasen por errores en los procedi-
mientos o por subestimar la importancia de los recursos humanos. Muchas veces, la
teoría no coincide con la realidad en momentos de la ejecución, en que el factor de la
gestión cumple un rol crucial, casi tan determinante como un buen análisis previo.
Por lo tanto, un aspecto fundamental a indagar se vincula con nuestra capacidad de
disponer de los recursos humanos y las técnicas de gestión para implementar exitosa-
mente el proyecto. Para esto, podemos formularnos los siguientes interrogantes:
1 Para más información, ver el capítulo 2, El plan de negocio, del tomo 5, Emprendedores.
4) La viabilidad financiera
Hasta este punto, nuestro análisis se ha desarrollado desde un punto de vista cualitati-
vo. Ahora es momento de convertir todo esto en números, para evaluar sobre una base
más sólida la factibilidad de generar resultados positivos en el tiempo (lo suficiente
para recuperar la inversión inicial y generar la rentabilidad que esperamos). Aquí, todos
los discursos sobre las bondades de la idea deben plasmarse en una planilla de cálculo
y demostrar que ésta es capaz de producir utilidades. En este punto, deberíamos plan-
tearnos los siguientes interrogantes:
Con estos números, deberíamos tener una visión más clara del nivel de riesgo en la
puesta en marcha de nuestro proyecto, y de la factibilidad real de obtener los benefi-
cios que inicialmente imaginábamos. En esta fase, podríamos llegar a conclusiones muy
diversas: desde la emoción de ver que realmente nuestra idea puede generar un gran
negocio hasta una desilusión por encontrar que el proyecto conlleva serios riesgos que
no habíamos considerado inicialmente.
Así, este paso nos permitirá decidir si seguir adelante, si replantear la idea original o
si directamente desestimarla (al menos, para el entorno y la realidad para la cual se
realizó el análisis). Cualquiera de estas tres opciones es igualmente importante. Es tan
válido decidir la inversión en caso de que los números sugieran las posibilidades de éxi-
to como abortar el proyecto a tiempo, antes de incurrir en gastos de dudoso retorno.3
Recapitulemos brevemente las conclusiones a las que hemos arribado a esta altura
del análisis: 1) La idea tiene mercado y potencialidad de ventas futuras; 2) Es factible
2 Para más información, ver los capítulos 3, Armando el equipo emprendedor, y 7, Los dilemas de las
empresas familiares, del tomo 5, Emprendedores.
3 Para más información, ver el capítulo 3, Evaluación de proyectos de inversión, del tomo 7, Finanzas.
Es posible que, a través de todas las etapas anteriores, hayamos determinado que nues-
tra idea de instalar un club nocturno puede ser un fabuloso negocio. No obstante, si
nuestra familia y nuestro entorno social se opusieran fervientemente, posiblemente nos
encontraríamos con serias dificultades.
En los últimos años, el desarrollo de una conciencia ecológica a nivel mundial y la actua-
ción de diversos organismos han creado la necesidad de analizar el impacto ambiental
de nuestro proyecto y tomar todas las precauciones pertinentes. En caso contrario, es
probable que, durante la puesta en marcha, encontremos ciertas trabas o costos ocul-
tos que no hayamos previsto.
Omitir un análisis de impacto ambiental podría generarnos inconvenientes futuros para
la explotación o la comercialización de nuestros productos y hasta afectar gravemente
la imagen de nuestra empresa (pensemos, por ejemplo, en el caso de las papeleras).4
4 Para más información, ver el capítulo 5, El fenómeno de la Responsabilidad Social Empresaria, del tomo
9, Gobierno Corporativo.
7) La viabilidad personal
Todo proyecto o idea de negocio debe considerar el componente personal del empren-
dedor, aquellos aspectos que tienen como escenario al ser humano frente a la decisión
de iniciar un nuevo proceso o una nueva actividad. Por ello, como corolario de un aná-
lisis integral de factibilidad de la idea, debemos plantearnos algunos cuestionamientos
sobre este aspecto:
Los principales impulsores de las ideas (ya sea de negocios o en cualquier ámbito) son
la pasión y el disfrute. Grandes personalidades como Miguel Ángel, Leonardo Da Vin-
ci, Beethoven, o muchos emprendedores exitosos jamás habrían logrado trascender si,
para ellos, lo que hacían era “una carga”. Un factor clave de su éxito radicó en que goza-
ban y se emocionaban con sus logros y avances.
8) Conclusiones
A lo largo de este capítulo, hemos presentado los interrogantes cruciales que debería for-
mularse un emprendedor a la hora de evaluar la puesta en marcha de una idea de negocio.
Las ideas de negocios surgen de la intuición, del olfato empresario, de la lectura inte-
ligente del entorno, del descubrimiento de nuevas opciones y necesidades y de estar
atentos y listos para emprender. No obstante, siempre debemos tener en cuenta que no
necesariamente cada idea es un buen negocio. Por lo tanto, la intuición debe apoyarse
sobre el análisis y los estudios preliminares que nos permitan proyectar el potencial de
éxito o fracaso y fijar un camino lógico a seguir. Así, el marco de análisis que hemos pre-
sentado en este capítulo es una gran herramienta para, en caso de seguir adelante con
la idea, diseñar un plan de negocio que nos ayude en la puesta en marcha del proyecto,
minimizando los riesgos inherentes a la actividad emprendedora.
Estrategia, ¿tengo
claro mi negocio y
sus tendencias?
1) El modelo PEST
El modelo PEST fue concebido para analizar el entorno político, económico, social y
tecnológico en el que se desenvuelve la empresa y determinar de qué manera ese
entorno puede afectar su desempeño. Por ejemplo, si esperamos que la economía
empeore y que se resienta el poder adquisitivo de los consumidores, podremos pen-
sar en el desarrollo de una segunda marca que nos permita disminuir el impacto de
dicha tendencia.
Pero no todas las variables afectan por igual a cada industria y empresa. Un cambio en
el entorno político seguramente afectará, en mayor medida, a una firma energética (ha-
bitualmente sometida a regulaciones públicas) que a una puntocom. Así, la energética
deberá asignar prioridad a esta variable, monitorear de cerca su evolución y preparar
medidas que tiendan a contrarrestar esta tendencia (en caso de que sea negativa).
Entonces, al responder a las preguntas sobre las tendencias, debemos asignar el
efecto esperado de cada una de ellas sobre la performance de nuestra industria y de
nuestra compañía. De este modo, tendremos la posibilidad de anticiparnos, cambiar
nuestra estrategia y disminuir el impacto negativo.
1 Para más información, ver el capítulo 3, Analizando el negocio y el entorno, del tomo 6, Estrategia.
2 Para más información, ver el capítulo 7, Las tendencias del retail en América Latina, del tomo 10, Inven-
tando el Futuro.
3 Para más información, ver el capítulo 3, Los negocios verdes, del tomo 10, Inventando el Futuro.
1.5) ¿Cuáles son los factores sobre los que debemos fijar nuestra atención?
4 Para más información, ver el capítulo 4, El negocio de los dispositivos móviles, del tomo 10, Inventando el Futuro.
5 Es decir, tecnologías que podrían volver obsoleto nuestro modelo de negocios por satisfacer la mis-
ma necesidad a un costo significativamente inferior. Por ejemplo, las computadoras sobre el negocio
de las máquinas de escribir.
El Modelo de las Cinco Fuerzas de Michael Porter sirve para determinar la rentabilidad
promedio de una industria y, por lo tanto, su atractividad para la empresa. De esta forma,
nos brinda información muy útil para decidir en qué industrias entrar y de cuáles salir. El
modelo de Porter también nos permitirá tomar decisiones de integración y diversifica-
ción, aspectos tácticos de la decisión estratégica de estar en una industria determinada.
Una pregunta general, para empezar a aplicar el modelo, es la siguiente: ¿Qué empresas
producen sustitutos cercanos a los nuestros?
Responder a esta pregunta nos permitirá definir la industria en la que estamos partici-
pando. Luego, el modelo sostiene que la rentabilidad de un sector industrial (y, por lo
tanto, buena parte de su atractivo) depende de cinco fuerzas competitivas: la rivalidad
competitiva existente en el sector, el poder de negociación de los proveedores, el poder
de negociación de los clientes, la amenaza de productos y servicios sustitutos y la ame-
naza de los potenciales entrantes al sector. Nuestras preguntas, pues, deberán estar
enfocadas en estos aspectos.
6 Para más información, ver el modelo de producto/mercado, más adelante en este capítulo.
7 Para más información, ver el modelo de competencias clave, más adelante en este capítulo.
Si el poder de negociación de los clientes es alto, podemos intentar buscar otros canales
de distribución, diversificar nuestra cartera de clientes utilizando técnicas de desarrollo
de mercado o de producto para tener otras propuestas de valor, incrementar los costos
de intercambio de proveedor, aumentar nuestro nivel de integración con los procesos
del cliente o los gastos de publicidad para tener una mayor diferenciación.
Por el contrario, si nuestros clientes tienen un bajo poder de negociación, deberíamos ase-
gurarnos de que sigan así: construir barreras de movilidad por la creación o incremento de
costos de intercambio de proveedor o el nivel de integración con nuestros clientes.
Las barreras de entrada constituyen una paradoja. Cuando estamos fuera de una in-
dustria, deseamos que sean bajas para poder entrar. Pero cuando ya hemos ingresado,
esperamos que sean lo más altas posible para impedir la entrada de competidores. Esa
paradoja se resuelve de la siguiente forma: las barreras deben ser bajas para nuestra
empresa, pero altas para todas las demás.
8 Por ejemplo, los costos de intercambio son casi inexistentes para alguien que abandona el mate y
empieza a tomar té. Lo único que necesita es comprar té en saquitos. Pero estos costos son más
elevados si la persona quisiera tomar café expreso. En este caso, debería comprar una cafetera.
3) La matriz de producto/mercado
PRODUCTO
EXISTENTE NUEVO
MERCADO
Si la respuesta estas preguntas fuera afirmativa, podríamos seguir esta estrategia para
incrementar nuestras ventas. De hecho, esta debiera ser la estrategia a utilizar antes que
9 Para más información, ver el capítulo 2, Técnicas de pensamiento creativo, del tomo 3, Creatividad e
Innovación.
10 Rumelt, R. (1991). How much does industry matter? Strategic Management Journal, Vol. 12.
Ruefli, T. & Wiggins, R. (2003). Industry, Corporate and Segment Effects and Industry Performance: A
Non Parametric Approach. Strategic Management Journal, Vol. 24.
En base a las respuestas, podremos decidir si es conveniente optar por una estrategia
de desarrollo de mercados. Aquí debemos considerar, sin embargo, que antes de lan-
zarnos en esta alternativa deberíamos considerar seriamente si hemos agotado todas
nuestras posibilidades en materia de penetración de mercado y desarrollo de produc-
tos. En efecto, el desarrollo de mercados es una estrategia que entraña mayores ries-
gos. Entraremos en un mercado que no conocemos bien y donde ya hay competidores
establecidos que no se mantendrán pasivos, mientras observan cómo les robamos a
sus clientes. Por lo tanto, antes de decidir una estrategia de desarrollo de mercados,
deberíamos complementar nuestro análisis con un estudio de la probable reacción de
los competidores.
11 Para más información, ver el Modelo de las Cuatro Esquinas, más adelante en este capítulo.
El Modelo de las Cuatro Esquinas es una herramienta muy útil para estimar las es-
trategias que podrían utilizar nuestros competidores. El análisis se compone de cua-
tro factores (de ahí su nombre): objetivos, supuestos, estrategia y capacidades. Los
objetivos y supuestos definen lo que la competencia quiere hacer. La estrategia y ca-
pacidades, por su parte, establecen lo que puede hacer. Así, a través del análisis de
estos factores, una organización puede prever el curso de acción más probable de su
competidor.
SUPUESTOS: OBJETIVOS:
Los supuestos de nuestro competidor son factores que determinan fuertemente su ac-
cionar. En efecto, en base a ellos, sus directivos estiman aquello que es alcanzable como
objetivo y las estrategias factibles. De esta forma, conocer los supuestos de nuestro
competidor nos permitirá predecir con mayor precisión sus posibles estrategias.
• ¿En base a qué cree nuestro competidor que los clientes toman sus decisio-
nes de compra?
• ¿Cuál cree que es su posición relativa en la industria?
• ¿Qué expectativas tiene el competidor con respecto al crecimiento de la in-
dustria y su rentabilidad?
• ¿Cuáles cree que son los factores clave del éxito en la industria?
• ¿Cuáles son las estrategias tabú? (estrategias que no se persiguen porque van
contra las creencias de la dirección)13
5) El modelo de BCG
El modelo de BCG, desarrollado por Bruce Henderson (fundador del Boston Consulting
Group), fue concebido para administrar el flujo de fondos y para asignar recursos entre
distintos productos, distintas unidades de negocios o distintas compañías de un mismo
grupo. Se trata, pues, de un modelo de gestión de portafolio que nos brinda orientación
12 Por ejemplo, nuestro competidor podría aspirar simultáneamente a una alta rentabilidad y a un
elevado crecimiento de las ventas. Pero estos dos objetivos, en muchos casos, son incompatibles.
13 Por ejemplo, si la alta dirección de nuestra competencia piensa que el mercado decide por precio,
podemos tener certeza de que no lanzarán una marca de alto precio.
Entonces, la primera pregunta que debemos formularnos es: ¿Tiene importancia la curva
de la experiencia en el negocio que estamos analizando?
Una vez respondidas estas preguntas, podemos ubicar a cada producto/unidad de ne-
gocio/empresa en la célebre matriz de BCG.
Estrellas Signos de
Interrogación
ALTO
TASA DE CRECIMIENTO
DEL MERCADO
Uso de efectivo
Vacas lecheras Perros
BAJO
14 La curva de la experiencia es fundamental en este modelo, ya que éste supone que el líder de mercado posee
una ventaja en costos, derivada de su mayor experiencia, que luego se traslada a la generación de fondos.
En caso contrario es posible que las conclusiones necesiten un análisis más profundo,
ya que uno de los supuestos del modelo es que se cumple el ciclo de vida. Si el ciclo de
vida no se cumple, entonces es posible que nos encontremos ante un incremento tran-
sitorio de las ventas (y no frente a un aumento de largo plazo). Por lo tanto, debemos
analizar cuidadosamente la situación antes de tomar una decisión apresurada.
Normalmente, los negocios y productos nacen como interrogantes (al principio, ningún
competidor tiene demasiada participación), luego se convierten en estrella por las in-
versiones realizadas por la empresa, para finalmente pasar a ser una vaca lechera, desde
donde luego podrán llegar a migrar a ser un perro.
6) Competencias Clave
Las competencias clave son las tecnologías y habilidades que permiten a una empresa
tener una ventaja por sobre sus competidores, al brindar beneficios superiores a sus
BCG
Modelo para invertir
El modelo de BCG es
clientes. El concepto de competencias clave postula que la compañía debe manejarse sumamente útil para
más como un portafolio de competencias que como un portafolio de productos o uni- decidir cómo invertir
dades estratégicas de negocio (como se la analizaba en la matriz BCG). De acuerdo los recursos financieros
a este concepto, la empresa compite en tres niveles: el de competencias clave, el de de una empresa o
holding.
productos clave (componentes o productos intermedios que son clave para el des-
empeño de los productos finales) y el de productos finales. Las competencias clave
sirven para determinar las industrias y mercados donde debe participar la empresa.
Por ejemplo, la competencia clave de Honda en motores le permite ser líder en auto-
móviles, motocicletas, camiones o máquinas de cortar el césped. La miniaturización
de Sony, por su parte, le ha permitido producir walkmans y reproductores de mp3.
Así, para aplicar este modelo en nuestra empresa, podríamos plantearnos los siguien-
tes interrogantes:
15 Sin embargo, también es cierto que algunas empresas han convertido perros en vacas lecheras. Para
más información, ver el capítulo 3, Analizando el negocio y el entorno, del tomo 6, Estrategia.
16 Para más información, ver el capítulo 5, Financiando la empresa, del tomo 7, Finanzas.
7) Conclusiones
17 Para más información, ver el capítulo 5, Ejecutando la estrategia, del tomo 6, Estrategia.
18 El enfoque presentado en este capítulo se basa en la obra: Kaplan, Robert & Norton, David (2008).
The Execution Premium. Ediciones Gestión 2000, España.
19 Para más información, ver el capítulo 2, Definiendo el negocio, del tomo 6, Estrategia.
20 Para más información, ver el capítulo 3, Analizando el negocio y el entorno, del tomo 6, Estrategia, y el
capítulo 2, Técnicas de pensamiento creativo, del tomo 3, Creatividad e Innovación.
Hasta este punto, hemos definido nuestra estrategia. Es decir, nos hemos planteado
una visión a futuro y hemos delineado los pasos que debemos dar para alcanzarla. Sin
embargo, por el momento, todo sigue en un plano relativamente abstracto. Ahora, lle-
ga el momento de definir qué es exactamente lo que deben hacer los miembros de
nuestra organización en su trabajo cotidiano para ejecutar la estrategia que nos hemos
planteado. Asimismo, debemos establecer los objetivos a cumplir, los indicadores que
utilizaremos para medirlos y las iniciativas que desarrollaremos. Por lo tanto, un paso
fundamental para la ejecución consiste en traducir la estrategia en términos operacio-
nales. Y, para esto, deberíamos plantearnos los siguientes interrogantes:
Hasta este punto, ya hemos definido nuestra estrategia y hemos determinado las ac-
ciones operativas que deben realizarse para ejecutarla. Ahora debemos alinear a todos
los niveles de la organización (áreas y personas) para que pongan en marcha dichas
acciones. Esto implica responder a los siguientes interrogantes:
21 Para más información, ver el capítulo 5, Ejecutando la estrategia, del tomo 6, Estrategia.
Tras haber alineado a toda la organización, debemos conectar la estrategia con la ope-
ración. Aquí necesitamos asegurarnos de que poseamos las capacidades operativas
para alcanzar los resultados previstos por la estrategia. Y, en caso de que no las tenga-
mos, analizar lo que deberíamos mejorar para lograrlo. Así, en este punto, podríamos
plantearnos los siguientes interrogantes:
Una vez identificadas nuestras principales falencias operativas, podemos aplicar di-
versas herramientas para generar las capacidades que necesitamos para una ejecu-
ción exitosa:
Six Sigma: Es una metodología que aspira a entregar productos y servicios libres de
defectos el 99,9997% de las veces, asegurando la satisfacción del cliente.24
22 Para más información, ver el capítulo 2, Gestionando los procesos de la organización, del tomo 8, IT &
Operaciones.
23 Para más información, ver el capítulo 4, Gestionando la calidad, del tomo 8, IT & Operaciones.
24 Para más información, ver el capítulo 6, Six Sigma, mejorando los procesos de la organización, del tomo
8, IT & Operaciones.
Para asegurarnos de que la estrategia se está ejecutando según lo previsto, las reunio-
nes desempeñan un rol fundamental. A través de un calendario de reuniones con una
agenda específica, los directivos podrán hacer un seguimiento de los indicadores clave
y corregir a tiempo los desvíos que se observen respecto de los objetivos establecidos.
En este punto, podemos distinguir entre dos tipos de reuniones:
Reuniones de análisis estratégico: En estas reuniones, donde participan los altos direc-
tivos, se discute y se toman decisiones sobre la estrategia de la empresa. Es buena prác-
tica que los altos ejecutivos se reúnan entre cuatro y ocho horas, una vez al mes, para
revisar el desempeño y ajustar la estrategia y su ejecución. La agenda debe enfocarse
en temas de estrategia y es importante evitar que se discutan asuntos operativos.
A lo largo de este capítulo, hemos presentado una serie de interrogantes clave para
analizar la ejecución de nuestra estrategia. Este sistema de gestión desarrollado por
Kaplan & Norton, los creadores del célebre Balanced Scorecard, propone un proceso
para definir, implementar y adaptar la estrategia de forma continua.
En la mayoría de los casos, la desconexión entre la formulación de la estrategia y su
ejecución se debe a que las actividades se realizan de manera aislada, sin ser guiadas
por la estrategia global del negocio. Precisamente, como hemos visto en un capítulo
anterior, la metodología del Balanced Scorecard tiene por objetivo cerrar esta brecha.
Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que se cumplan estos procedimientos que nos
permiten una adecuada gestión de nuestra estrategia?
Muchas organizaciones han establecido una nueva área a nivel corporativo denomi-
nada Oficina de Gestión de la Estrategia (OSM, por sus siglas en inglés), liderada por el
Chief Strategy Officer (CSO). Veamos algunas de las responsabilidades fundamentales
de la OSM y la manera en que pueden ayudar a una ejecución exitosa.
Alinear todos los niveles de la organización: Una adecuada ejecución exige que las es-
trategias de las distintas unidades de negocios y de las funciones de apoyo se encuen-
tren alineadas con la estrategia global. Las OSM deben ayudar a toda la empresa a tener
una visión consistente de la estrategia y a gestionar sistemáticamente la alineación
organizacional, supervisando el proceso de desarrollo de los Balanced Scorecards y
desplegándolo hacia los distintos niveles de la compañía.
Revisar la estrategia: Una función central de la OSM consiste en gestionar las reun-
iones de revisión estratégica, monitorear su desarrollo y realizar un seguimiento ulterior Comunicar los
para asegurarse de que las decisiones allí tomadas realmente se apliquen. mensajes del CEO
La Oficina de Gestión
de la Estrategia debe
Comunicar la estrategia: La OSM debe ser la encargada de elaborar los mensajes del ser la encargada de
CEO y lograr que todos los empleados conozcan la estrategia de la organización. Como elaborar los mensajes
parte de sus responsabilidades de comunicación, la OSM debe cooperar con el Área de del CEO y lograr que
Recursos Humanos para que el mensaje realmente movilice y motive a los empleados. todos los empleados
conozcan la estrategia
de la organización.
Gestionar las iniciativas estratégicas: Las iniciativas estratégicas (como un programa
de Calidad Total o la instalación de un software de CRM) son programas que ayudan
a las empresas a alcanzar sus objetivos estratégicos. En general, la responsabilidad de
gestionar estas iniciativas debería recaer en la unidad de negocios que la está imple-
mentando. La OSM sólo debería intervenir cuando una iniciativa exceda su plazo, su
presupuesto, o no cumpla con los resultados previstos.
En definitiva, estas son algunas de las funciones cruciales que debe desempeñar una
oficina de gestión de la estrategia. Para mantener vivo el proceso de gestión estratégica,
es necesario que alguien esté pendiente de él. Y esto significa asignar recursos para la
creación de una oficina especial para estos fines.
¿Estoy desarrollando
correctamente la
gestión financiera
de mi empresa?
Diego Fainburg
Ingeniero: “3,999999”
Físico: “4,0004 +/- 0,0006”
Matemático: “Espere, sólo unos minutos más. Ya he probado que la solución existe y es
única, ahora la estoy acotando...”
Filósofo: “¿Qué quiere decir cuando dice ‘2+2’?”
Lógico: “Defina las características de la operación ‘+’ y le responderé”.
Contador Público: Cierra las puertas y las ventanas. Luego, pregunta en voz baja: “¿Cuán-
to quiere que sea el resultado?”
Los chistes suelen esconder algunas verdades. Y los chistes de contadores los enca-
sillan en el estereotipo de personas aburridas, apáticas, estructuradas y capaces de
reflejar una realidad distorsionada en sus informes. Ahora bien, ¿por qué comenzar
este capítulo sobre gestión financiera hablando sobre contadores? Precisamente, por-
que ellos son quienes registran los hechos económicos que suceden a lo largo de la vida
de una empresa, para producir los Balances (Estados Contables) que serán la materia
prima con la que los empresarios y ejecutivos realizarán un análisis financiero.
Un Balance se compone de cuatro Estados Básicos, un cuerpo de Notas Complementa-
rias y Cuadros y Anexos.
Estado de Resultados: Aquí se observan los ingresos y egresos así como los diferentes
resultados de la entidad (operativos, financieros, netos de impuestos, etc.).
Estado de Evolución del Patrimonio Neto: Nos muestra cómo varían las cuentas de
capital, reservas y resultados de un período a otro.
Estado de Flujo de Efectivo (Cash Flow): Nos indica las causas de variación del efec-
tivo, segregadas por las diferentes actividades que las generan (operativas, financieras
o de inversión).
Los contadores han hecho su trabajo de medición durante el proceso de confección del
Balance. Ahora, es nuestro turno de interpretarlos para lograr que los Estados Conta-
bles nos “hablen” sobre la situación de nuestro negocio. A lo largo de este capítulo, a
Estadística partir de datos de nuestro Balance, presentaremos los indicadores clave que nos ser-
Según estadísticas del virán para diagnosticar la situación financiera de nuestra empresa y tomar decisiones
Registro Mercantil de para la mejora de nuestra gestión.
Empresas Españolas,
6 de cada 10 empresas 1) ¿Es adecuada la estructura de financiamiento de nuestra empresa?
que quiebran lo hacen
por problemas
Según estadísticas del Registro Mercantil de Empresas Españolas, 6 de cada 10 empre-
financieros.
sas que quiebran lo hacen por problemas financieros. Adicionalmente, muchas de estas
compañías terminan en bancarrota en épocas de fuerte crecimiento y no de problemas
económicos. Para evitar que esto ocurra en nuestro negocio, debemos revisar nuestra
estructura de financiamiento, es decir, evaluar los instrumentos financieros que esta-
mos utilizando para sostener nuestras inversiones. Principalmente, debemos evaluar la
relación entre deuda de corto plazo y deuda de largo plazo con los activos que tiene la
empresa. Esto implica encontrar la respuesta a tres interrogantes fundamentales:
Ahora bien, aquí debemos aclarar que no existe una estructura de financiamiento
“ideal” válida para todos los casos. En realidad, ésta deberá adaptarse al tipo de activi-
dad que desarrolle nuestra compañía. Un financiamiento adecuado debe buscar cohe-
rencia entre nuestras inversiones (Activos) y nuestras fuentes de financiación (Pasivos
y Patrimonio Neto).
En general, una empresa industrial tendrá mayor cantidad de Activos No Corrientes (edi-
ficios, maquinarias, automóviles, etc.) y menor cantidad de Activos Corrientes (materias
primas, productos en proceso, productos terminados, cuentas por cobrar y disponibilida-
des). Una compañía de servicios, por su parte, tendrá una estructura de activos opuesta.
Si nuestra empresa tiene una alta proporción de activos de largo plazo (Activos No
Corrientes) debería financiarse con instrumentos cuya tendencia a la exigibilidad sea
igualmente larga. Si, por el contrario, nuestros activos tienden muy rápidamente a la
liquidez, podríamos financiarnos con fuentes de corto plazo.
Así, la regla a seguir sería la siguiente: Debemos elegir una estructura de deuda que resulte
coherente con la estructura de inversiones de nuestra empresa.
Desde la perspectiva de la estructura financiera adecuada, no tiene mayor relevancia
si nos financiamos con fondos propios o de terceros. Lo relevante es cuándo se deben
cancelar estas obligaciones, es decir, la correlación entre la exigibilidad de las deudas y
la capacidad de la empresa de generar liquidez a partir de sus activos.
Así, por el lado del financiamiento, podremos utilizar fondos propios (es decir, finan-
ciarnos con Patrimonio Neto), o recurrir a fondos de terceros (bancos, proveedores,
el Estado, etc.). En el Balance, las deudas con terceros se dividen según su plazo de
su exigibilidad. Aquellas que deben cancelarse en el corto plazo se denominan Pasivos
Corrientes. Las que se pagarán en el largo plazo, por su parte, se agrupan dentro de los
Pasivos No Corrientes.
1 Es importante aclarar, sobre todo en la Argentina, que si bien la estructura de financiamiento debería
ser diseñada por el Director Financiero, en muchos casos es impuesta por la realidad del mercado.
2 Para más información, ver el capítulo 5, Los mercados financieros, del tomo 7, Finanzas.
Estas preguntas pueden contestarse a partir de información del Balance. Las ventas de
productos terminados pueden obtenerse del Estado de Resultados de la compañía. El
stock de cuentas por cobrar figura en el Activo Corriente del Balance.
• ¿Cuál fue la venta de productos terminados (al costo) en el último año? ¿Cuál es el
stock de productos terminados que tuvo la empresa durante el último año?
Estas preguntas pueden contestarse a partir de información del Balance. Las ventas
de productos terminados al costo pueden obtenerse del Costo de Mercadería Vendida
(CMV) del Estado de Resultados. El stock de productos terminados puede encontrarse
en el Activo Corriente del Balance.
• ¿Cuál fue la utilización de materias primas durante el último año? ¿Cuál es el stock
de materias primas que tuvo la empresa durante el último año?
• La tecnología disponible
• El contexto macroeconómico
• La eficiencia particular de la empresa
Los primeros dos factores son comunes al sector en que opera nuestra compañía. Así,
una buena forma de medir nuestra eficiencia consiste en comparar nuestros indica-
dores con aquellos de empresas que operan en las mismas condiciones que nosotros.
Y, para esto, necesitaremos los Balances de nuestros competidores. En la Argentina,
las empresas están obligadas a presentar anualmente sus Balances en la Inspección
General de Justicia (IGJ). Los Balances son información pública. Así, en ese organismo,
podremos solicitar los Balances de cualquier competidor. A partir de los mismos, po-
dremos calcular los días que demora en realizar las mismas tareas.
El último factor es específico de nuestra compañía. Una buena forma de evaluar la efi- Presentación
ciencia es calcular los días de cada uno de estos procesos a lo largo del tiempo. Así, de Balances
En la Argentina, las
si durante una época de estabilidad macroeconómica y sin cambios tecnológicos lo- empresas están obliga-
gramos reducir los días de alguna de estas etapas, significa que estamos logrando au- das a presentar anual-
mentar la eficiencia de nuestros procesos (ya sea porque hayamos aplicado políticas mente sus Balances en
específicas o porque, en el trabajo cotidiano, hayamos aprendido a hacerlo mejor). la Inspección General
de Justicia.
2.3) Un plan de mejora: ¿Cómo podemos ser más eficientes?
En los puntos anteriores, hemos presentado los indicadores a analizar para evaluar
nuestra eficiencia. Ahora bien, ¿cómo mejorar? ¿Cómo podemos incrementar nuestra
eficiencia y reducir nuestras necesidades de financiamiento de corto plazo? Afortuna-
damente, existen políticas específicas para reducir los stocks necesarios para nuestra
operación. Veamos, a continuación, el modelo de Toyota.
Toyota comenzó a desarrollar su célebre sistema Just in Time (JIT) a finales de los años
30 e hizo progresos sustanciales en las décadas del 50 y 60. Durante estos años, la
firma producía menos automóviles que su principal competidor, Nissan, y era menos
capaz de ofrecer una amplia gama de productos con eficacia de costos. El sistema idea-
do por Taiichi Ohno le permitió superar las desventajas inherentes a su menor tamaño.
Ohno escribe: “El sistema de producción de Toyota nació de la necesidad de fabricar
automóviles de muchas clases diferentes en pequeños volúmenes con el mismo proce-
so”. En efecto, si Toyota hubiese intentado producir una mayor variedad con su anterior
proceso, probablemente se habría “ahogado” por el aumento de los costos.
Así, en la década del 50, uno de los objetivos inmediatos de Ohno consistió en reducir el
tiempo que se necesitaba para pasar la producción de una pieza de un modelo de otro.
Si este tiempo podía reducirse sustancialmente, los cambios podrían hacerse con mayor
frecuencia. Así, podrían fabricarse más modelos, con menores longitudes de las series,
stocks mínimos y trabajadores con menos tiempo ocioso. A través de una mejor utiliza-
El objetivo fundamental para el accionista de una organización con fines de lucro con-
ROE
siste en maximizar el retorno que está obteniendo sobre su inversión. Y, para que
éste se sostenga en el tiempo, es importante evaluar cuáles son las áreas que están
contribuyendo positivamente y cuáles no, de forma de poder realizar ajustes donde
sea necesario.
Retorno sobre Para realizar esta medición, es necesario contestar a las siguientes preguntas con la
el capital información de nuestro Balance:
Es un indicador muy
importante para el
accionista, ya que le in- 3.1) ¿Cuál es nuestro retorno sobre el capital?
dica cuál es el retorno El Resultado Neto figura en la última línea del Estado de Resultados del Balance. El
que ha obtenido por el Patrimonio Neto, por su parte, se obtiene a partir del Estado Patrimonial de la empresa.
dinero invertido en la Con estas cifras, podremos calcular nuestro retorno sobre el capital o Return on Equity
empresa. (ROE) utilizando la siguiente fórmula:
El ROE es un indicador muy importante para el accionista, ya que le indica cuál es el re-
torno que ha obtenido por el dinero invertido en la empresa. Desde luego, cuanto mayor
sea esta cifra, mejor para el accionista.5
Esta cifra nos indica cuál es el retorno que aporta la actividad principal a la empresa. La
4 Para más información, ver el capítulo 2, Gestionando los procesos de la organización, del tomo 8, IT &
Operaciones.
5 Para más información, ver el capítulo 5, Financiando la empresa, del tomo 7, Finanzas.
Con la información obtenida hasta este punto, podremos construir el modelo desarro-
llado por Antoni Pares.
Impuestos 77
En nuestro ejemplo, el ROE es de 24%. Esto significa que el accionista obtiene un 24%
sobre el capital invertido. El modelo de Pares nos permitirá comprender cómo se ob-
tiene este resultado. Aquí observamos que el ROA contribuye con 31% del 24% de
retorno que obtienen los accionistas.
Esta relación nos permite saber cuán rentable es el producto o el servicio de nuestra
empresa. La diferencia entre las ventas y el resultado es determinada por el costo de
producción. De esta forma, el margen se verá afectado siempre que logremos aumentar
el valor unitario de venta o que logremos reducir el costo unitario de producción. La me-
dición del margen a lo largo del tiempo nos permitirá analizar cómo se está moviendo
la empresa en este aspecto.
El indicador de rotación permite evaluar cuán rápido estamos vendiendo el stock que
tenemos disponible. Cada vez que logremos aumentar el índice de rotación, obtendre-
mos mayores resultados económicos. El índice de rotación se incrementará si logramos
aumentar nuestras ventas manteniendo constante el stock, o vendiendo lo mismo con
un menor stock.
Plazo Medio de Cobro = (Cuentas por Cobrar / Ventas más IVA) * 365
Reducir los días en cualquiera de estas cuatro etapas (trabajando en disminuir los
stocks) nos permitirá incrementar la rotación del activo. Es decir, si pudiéramos redu-
cir los días de fabricación manteniendo la estructura de costos constante (margen) se
incrementaría el retorno generado por la operación de la empresa (ROA) y, por consi-
guiente, el accionista vería incrementarse su propio retorno sobre la inversión (ROE).
De esta forma, comprendemos que en el mundo empresarial adquieran cada día mayor
relevancia las políticas de reingeniería de procesos, con el objetivo de reducir los días
6 Para más información, ver el capítulo 4, Fijación de precios, del tomo 4, Marketing Total.
4) Conclusiones
7 Para más información, ver el capítulo 5, Ejecutando la estrategia, del tomo 6, Estrategia.
8 Para más información, ver el capítulo 5, Financiando la empresa, del tomo 7, Finanzas.
¿Tengo buenos
procedimientos de
prevención y detección
de fraudes?
Diego Cano
En el campo de la lucha contra el fraude, los riesgos operativos son todos aquellos ries-
gos que surgen en los procedimientos habituales de la empresa (compras de materias
primas, productos y maquinarias; contratación de los servicios necesarios para llevar a
cabo las actividades; gestión de cuentas de clientes y proveedores, etc.), y que afectan
al patrimonio de la firma, ya sea que se trate de dinero en efectivo, cheques, valores de
todo tipo, mercaderías, maquinarias, y bienes en general.
Es ya un estándar, para las grandes empresas, contar con códigos que establecen la
política en materia de compras y contrataciones, licitaciones, operaciones con clien-
tes y demás aspectos cruciales de la actividad cotidiana. No obstante, en empresas
pequeñas, y especialmente en aquellas que han crecido desde esta condición hasta
alcanzar un volumen considerable de operaciones, muchas veces la forma de realizar
estas actividades es la establecida por la costumbre y no se encuentra compilada en un
código de procedimientos.
Esta situación genera un espacio de oportunidades para que, por negligencia, desco-
nocimiento o intencionalmente se produzcan acciones que afecten negativamente el
patrimonio de la organización.
Consideremos, por ejemplo, el flujo de dinero. Si el procedimiento habitualmente
seguido por la empresa permite que los empleados encargados de manejar la caja
tengan acceso simultáneamente al control físico del dinero y a su registración, existe
la posibilidad de que alguien con intención de defraudar se apropie de una parte
de ese efectivo y oculte el faltante modificando el registro. Aún sin intención de
defraudar, podría ocurrir que un error genere un faltante de efectivo y que, al tener
la persona responsable la capacidad de modificar el registro, esta situación nunca
llegue a conocerse.
El área de las compras y contrataciones es otro terreno fértil para la discrecionalidad.
Si no existe un procedimiento claro de la manera de llevar a cabo estas operaciones
(con un esquema de autorizaciones y un control de los resultados) se crea la opor-
tunidad de realizar compras desfavorables para la empresa, ya sea por simple negli-
gencia, o de acuerdo con el proveedor para beneficiarlo a cambio de una retribución
El establecimiento de este tipo de códigos es una práctica extendida entre las gran-
des empresas. A través de su adopción, las empresas medianas y pequeñas podrían
encontrar una oportunidad para pensar de qué manera se están desarrollando las
actividades en los distintos sectores. Así, probablemente encontrarían puntos donde
podrían introducirse modificaciones que aumenten la eficiencia y la seguridad del
patrimonio.
El Código de Ética, en particular, es una buena forma de comunicar a los empleados y a
todas las personas vinculadas comercialmente con la empresa, cuáles son las expecta-
tivas de la organización con respecto a cuestiones relacionadas con la transparencia de
las actividades, el uso de los recursos, el compromiso exigido a todos los miembros con
sus intereses y objetivos, y el comportamiento esperado en términos éticos.
• ¿Se implementa algún programa, aunque sea mínimo, de gestión del fraude?
Un buen programa de gestión del fraude debe ser el resultado de una evaluación de los
riesgos que amenazan a la empresa, para desarrollar un sistema de controles e incorpo-
rar buenas prácticas en los procedimientos.
En ocasiones, sin llegar a establecerse un programa de este tipo, las empresas incorpo-
ran algunas medidas como la separación de las tareas de autorización y registro de las
operaciones, o la utilización de controles de acceso al sistema de información. Un pro-
grama de gestión del fraude (aun uno que no incluya un sistema integrado de controles
y monitoreo) debe tener siempre presente la amenaza que el fraude representa y estar
vigilante. Si estas prácticas no son consideradas desde este punto de vista (sino como
simples tareas agregadas a las "realmente necesarias"), no estamos ante un programa
de gestión del fraude.
Conocer la ruta que recorren los fondos de la empresa nos permitirá encontrar los
Ruta de los fondos puntos donde es necesario introducir controles para evitar que se produzcan acciones
Conocer la ruta que indebidas. Este aspecto es particularmente delicado en aquellas empresas que ven-
recorren los fondos de
la empresa permitirá
den productos o que brindan servicios directamente al público y que tienen un flujo de
encontrar los puntos efectivo importante.
donde es necesario
introducir controles • ¿Los responsables de la custodia física del efectivo son los mismos que los encarga-
para evitar que se dos del registro?
produzcan acciones
indebidas.
Ante un activo tan fácilmente apropiable como el dinero, la custodia física es un aspec-
to crucial, y todas las empresas tienen una forma de asegurarla. Sin embargo, siempre
se puede considerar si esa forma es la más adecuada o la más efectiva.
Otro aspecto ineludible es la separación de la custodia física y la tarea de registro. Es
recomendable contar con un sistema que contabilice el ingreso de dinero de manera
inmediata, y que ninguna suma pueda salir de la caja sin generar un registro. El control
de la correspondencia entre la existencia física y los registros es una tarea que nunca
debe estar en manos de los encargados de la custodia.
• ¿Los encargados de emitir los cheques están también facultados para autorizar los
pagos?
En una empresa suele haber personas habilitadas para firmar los cheques. Si bien
ellas son las responsables legales por aquello que firman, no son las que efectiva-
mente confeccionan los cheques. La rutina de las actividades de la organización sue-
le llevar a que las personas que firman tengan poca oportunidad de verificar la exac-
titud y validez de los cheques. Por eso, es necesario que los encargados de completar
los cheques lleven un control de los mismos y que quede constancia de los motivos
que los originan.
• ¿Se realiza periódicamente una conciliación bancaria? ¿Los encargados de esa con-
ciliación están sujetos a algún tipo de control?
El control de los fondos bancarios es un punto clave en la prevención de los fraudes por
apropiación de activos. La conciliación bancaria debe realizarse periódicamente y no Prevención
como un simple trámite. La realidad nos muestra que, en ocasiones, esta práctica está El control de los fondos
destinada simplemente a ajustar los saldos de los registros de la empresa con los co- bancarios es un punto
rrespondientes al extracto emitido por el banco. Mucho más allá de esto, la conciliación clave en la prevención
permite monitorear el correcto funcionamiento de los controles en la emisión de cheques, de los fraudes por apro-
piación de activos.
para lo cual debe incluir un control cruzado con la evolución de las cuentas de proveedo-
res y clientes.
Para garantizar la efectividad de la conciliación, es necesario que se realice un control
de la misma. Es aconsejable que el encargado de la conciliación produzca un informe
que sea puesto a consideración de los encargados de control, que pueden ser directa-
mente los directores/propietarios. Toda discrepancia debería ser analizada antes de
cualquier modificación.
El control físico del inventario es una práctica básica para las empresas cuya actividad
principal es la comercialización. Las personas encargadas del mismo deben conocer su
responsabilidad y llevar un control sistemático de todos los ingresos y egresos, exigien-
do la documentación correspondiente en ambos casos, pero mucho más cuidadosa-
mente cuando se trata de salida de mercaderías. Una práctica adicional de control es la
restricción del acceso al lugar en el que se encuentran los bienes a toda persona que no
se encuentre entre los responsables de su custodia.
• Los encargados de autorizar pagos a proveedores de bienes o servicios, ¿son los mis-
mos que registran esas operaciones en las cuentas correspondientes?
Una vez más, la cuestión clave aquí es la separación de tareas, en este caso entre
la autorización de pagos y el control de las cuentas que generan obligaciones. La
coincidencia de ambas tareas en una misma persona genera la oportunidad de au-
torizar pagos por montos que difieren de los facturados por los proveedores, o que
directamente no corresponde a ninguna operación efectivamente realizada por la
empresa.
Incluso, existen numerosos casos en los que se generan cuentas ficticias de proveedo-
res con datos falsos, con el objeto de crear obligaciones inexistentes para la compañía.
Si la persona que lleva el control de estas obligaciones está facultada para autorizar pa-
• ¿Existe un control de los niveles superiores sobre las autorizaciones? ¿Existe una
constancia de esos controles?
Este punto se refiere a un aspecto general: el de las autorizaciones. Debe existir una
política de autorizaciones claramente establecida por escrito y conocida por todos los
empleados para toda acción que pueda comprometer el patrimonio de la empresa. Para
verificar que esta política se cumpla efectivamente, debe existir un control de las auto-
Identificación rizaciones por parte de los directores/propietarios.
Como todas las empresas
utilizan varias compu- 2) Riesgos en el sistema de información
tadoras para realizar su
trabajo, es fundamental Las amenazas a la información abarcan un amplio espectro: desde el robo de infor-
que se identifique a las
mación por parte de personas ajenas a la empresa (hackers) hasta su destrucción por
personas autorizadas
para acceder al sistema negligencia de empleados, pasando por la alteración o manipulación con el objeto de
de información y evitar cubrir un fraude o para hacerlo posible.
así el ingreso de intrusos. Este último aspecto es el que tomaremos en consideración, debido a que cuando se
está cometiendo o se ha cometido ya un fraude contra la empresa, la forma más usual
que tiene el responsable de ocultar las pruebas y evitar ser descubierto es modificando
el sistema de información o atentando contra él. Las siguientes preguntas nos permiti-
rán realizar un rápido análisis de los peligros a los que se encuentra expuesto nuestro
sistema de información:
• ¿Están claramente definidas las personas que tienen acceso al sistema de infor-
mación?
Hoy en día, todas las empresas utilizan varias computadoras para realizar su trabajo. En
principio, esto convierte a cada terminal en una vía potencial de acceso al sistema. Así,
es fundamental que se identifique a las personas autorizadas para acceder al sistema
de información y evitar así el ingreso de intrusos.
Muchas empresas optan por el control físico. Es decir, ubican en una oficina separada a
los empleados encargados de trabajar con el sistema. Pero esto no siempre es posible.
Lo más usual y práctico es que cada una de las personas autorizadas posea un código
de acceso.
Una vez que hemos identificado a las personas autorizadas para acceder al sistema de
información, es importante establecer distintos niveles de autorización.
El encargado de facturación, por ejemplo, no necesita tener acceso a las altas y bajas de
clientes, ni al control de inventarios. Si tuviera esos permisos, correríamos el riesgo de que
se produzca un fraude, a través de la manipulación de esa información para generar una
operación ficticia.
Para garantizar la eficacia de una política de este tipo, es necesario incluir un mecanis-
mo de control de los accesos, de manera que cada vez que alguien entra a una parte
del sistema y realiza una modificación, quede una constancia del momento en el que se
hizo, y la clave identificatoria de la persona que lo hizo.
• Los que tienen acceso, ¿pueden modificar la información a la que acceden? ¿Pue-
den realizar cualquier modificación de esa información? ¿Existe una forma de blo-
quear automáticamente modificaciones indebidas?
Aun habiéndonos asegurado de que sólo personas autorizadas puedan acceder al siste-
ma de información, es necesario considerar el riesgo potencial que encierran las modi-
Un riesgo que puede ser fatal para las actividades de la empresa es el de perder la tota-
lidad o una parte considerable de su información. Siempre hay que hacer un backup de
la información de manera que pueda recuperarse ante cualquier imprevisto. Adicional-
mente, existen operaciones que requieren de una documentación en formato papel, que
debe ser debidamente archivada y protegida, a salvo de modificaciones, destrucción
total o parcial.
Es imprescindible que exista un control periódico del sistema para asegurarse de que Control de acceso
no haya habido ningún atentado contra la información de la empresa (ya sea modifi- El uso de claves per-
cación indebida, destrucción de archivos o falta de registros). Al mismo tiempo, la au- sonales es una forma
habitual de control
ditoría debe considerar el funcionamiento de los mecanismos de control, los sistemas
de acceso a la informa-
de claves de acceso, bloqueos y demás, de manera de estar seguros de que nuestra ción y autorización
información está a salvo. En la mayoría de los casos, es recomendable que, al menos de operaciones.
una vez al año, se lleve a cabo una auditoría a cargo de una firma externa, especializada
en estas cuestiones.
De acuerdo con las respuestas dadas a las preguntas anteriores, es posible ofrecer un
conjunto de buenas prácticas que garantizan la minimización del riesgo de fraude.
Separación de tareas: Siempre se debe evitar que una misma persona tenga bajo su
control la totalidad de una operación. Por ejemplo, nunca debemos permitir que un mis-
mo empleado sea el encargado de cobrar las deudas de los clientes, de llevar el registro
de control de esas cuentas y de depositar lo cobrado. En toda operación, en la medida
de lo posible, deben separarse las tareas de autorización, ejecución, registro y cuidado
de la documentación.
Para ilustrar esta situación, tenemos el ejemplo de una pequeña empresa familiar don-
de el propietario había contratado a una sobrina para que se encargara de tareas “sensi-
bles”: cobranzas, pagos a proveedores y control de las cuentas bancarias. En apariencia,
todo funcionaba a la perfección. Estas tareas estaban relacionadas. Así, parecía ideal
Linea antifraude que una persona de confianza se encargara de todas ellas.
Una herramienta A partir de un incidente con un cheque, se inició una breve investigación que llevó a la
de gran difusión conclusión de que la sobrina había defraudado a la empresa durante aproximadamente
en los últimos tiempos
dos años y medio, lo suficiente como para poner en riesgo la continuidad de las activi-
es la instalación de
una línea telefónica dades. Esto había sido posible porque ella misma era la que se encargaba de autorizar
para recoger denuncias los pagos, emitir los cheques y registrar la operación.
anónimas de fraude. Si bien muchas veces estos esquemas parecen simplificar el trabajo (y además aumen-
tar la tranquilidad de los propietarios cuando ubican en ese punto a alguien “de confian-
za”) siempre es bueno recordar un viejo lema de los auditores: “En Dios confiamos, todo
lo demás lo auditamos”.
Hot line: Se encuentra entre las herramientas de mayor difusión en los últimos tiem-
pos entre las empresas preocupadas por reforzar su política de ética y lucha contra el
fraude. Se trata de una línea telefónica o una dirección electrónica destinada a reco-
ger denuncias acerca de fraudes de manera anónima. Según informes de organizacio-
nes dedicadas a la lucha contra el fraude, como la ACFE, el papel de los denunciantes
en el descubrimiento de fraudes es muy importante. Para aumentar la eficacia de este
mecanismo, en muchos casos la responsabilidad de monitorear la línea y reportar las
denuncias está a cargo de un grupo especializado ajeno a la empresa.
De esta manera, se incorpora un elemento más que hace a la transparencia de los
controles, al evitar que las denuncias sean interceptadas por personas de nivel in-
termedio, que podrían estar involucradas en el fraude, antes de llegar a los niveles
correspondientes.
Formación permanente: Nos hemos referido brevemente a ella al considerar los riesgos
contra el sistema de información. En un sentido más amplio aún, la cuestión de la lucha
contra el fraude debe formar parte integral de la capacitación de los empleados de la
empresa. La difusión de la importancia de una conducta ética es fundamental para la
construcción de una cultura empresarial.
4) Conclusiones
A lo largo de este capítulo, hemos ofrecido una serie de preguntas críticas para diagnos-
ticar los riesgos de fraude en nuestra empresa. A través de nuestras respuestas debe-
ríamos estar en condiciones de determinar si estamos considerando todos los posibles
riesgos, sólo algunos de ellos o ninguno en absoluto.
Si realmente hemos caído en la cuenta de la importancia de la prevención y detección
temprana del fraude, el siguiente paso debería ser la búsqueda de asesoramiento de
especialistas para encarar una evaluación en profundidad de los riesgos específicos que
afectan a nuestra compañía, que dependerán del tipo de actividades que realicemos y
de nuestro contexto.
De esta forma, podremos determinar nuestros puntos débiles y los sectores de mayor
riesgo, de manera de pasar a una segunda etapa: la construcción de un sistema de
controles internos.
Este sistema debe incluir un conjunto organizado de medidas de prevención y detección
del fraude que respondan a las necesidades surgidas del diagnóstico obtenido con la
evaluación de riesgos. Muchos peligros pueden reducirse significativamente sin incurrir
en grandes costos ni en transformaciones profundas de la compañía.
En ocasiones, basta con ajustar la forma en que organizamos nuestras actividades. Mu-
chas de las medidas implicarán simples cambios en la forma de ejecutar o registrar las
operaciones, o el agregado de procedimientos mínimos montados sobre los ya exis-
tentes, que no deberían afectar la operatividad y eficiencia de nuestra empresa. Y, en
1 Para más información, ver el capítulo 4, Prevención y detección de fraudes corporativos, del tomo 9,
Gobierno Corporativo.