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TEMA 15. NECESIDADES DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA..


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Las necesidades de la infancia y la adolescencia.

¿Qué necesita un niño para estar bien?, ¿qué es el bienestar infantil?,¿qué son las
necesidades esenciales en la infancia? ¿qué es lo que tenemos que proteger cuando
hablamos de protección de menores?

Cuando hablamos de necesidades queremos decir que el niño es un proyecto que


para cumplirse necesita de determinadas condiciones, que en definitiva necesita
unas cosas y no otras. Estas necesidades son de naturaleza biológica y psicosocial y
deben ser consideradas como características de las especia humana.
Estas necesidades pueden ser definidas de muchas formas.
Debe entenderse al niño como un agente activo en las conductas que le afecten y
en todas las actividades de interacción con los demás. Desde pequeño, en la medida
de sus posibilidades deben tenerse en cuenta sus peticiones, hacerle participe de las
decisiones que le afectan y conseguir que sea un agente activo que contribuya a
satisfacer sus propias necesidades y las de las demás.

El niño está preprogramado para desarrollarse, y tiene unas necesidades concretas


y son tanto biológicas como sociales y son específicas de la especia humana.
La preprogramación no niega la individualidad ni el contexto social si no que trata
de la herencia compartida.

El desarrollo es el resultado de una interacción entre el individuo y la sociedad.


Desde la Teoría de las Necesidades de Félix López (1995), se basa en un modelo
explicativo interactivo, en el que la biología y la cultura son considerados factores
necesarios para entender la evolución. En concreto el modelo de Bandura (1986)
propone la reciprocidad triadica entre el individuo, el ambiente y la conducta:

ENTORNO
PERSONA

CONDUCTA

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Este modelo nos permite comprender que la conducta no es solo un resultado de la


interacción entre los otros dos factores, sino que interactúan con ellos
introduciendo cambios en la persona y en el entorno. Entre estos factores hay
interacción mutua.

El problema de este modelo es que aplicado en la infancia, muestra la debilidad del


entorno, es decir, hay una especial asimetría entre lo que el niño tiene capacidad
para hacer y lo que el entorno de una u otra manera le permite o fomenta.

Teoría del apego

1.El psicoanálisis y el conductismo clásicos han afirmado desde principios de siglo


que los intereses afectivos por los demás son aprendidos., que no hay una
motivación afectiva original que impulse a los individuos a vincularse con los demás.
2.Estas teorías han sido puestas en cuestión puesto que algunos psicoanalistas
encontraron contradicciones en el estudio de los afectos. Los niños sin familia
mostraban graves deficiencias en el desarrollo a pesar de que fueran bien atendidas
sus necesidades biológicas.
Las pruebas empíricas muestran que el trato recibido durante la infancia se vincula
con el estilo narrativo de la edad adulta.

Van Ijezendoorm y Sagi (1991) de forma muy útil sintetizan los hallazgos de la teoría
del apego en cuatro encabezamientos:

1. La universalidad de la Hipótesis. En todas las culturas conocidas las criaturas


humanas se apegan a uno o mas cuidadores especificos.
2. La normatividad de la hipótesis. Alredededor del 70% de los menores
establecen apegos seguros, los restantes establecen apegos inseguros:
evitativos, ambivalentes y desorganizados. Los que tienen apegos seguros se
reestablecen con mas facilidad para el estrés.
3. La sensibilidad de la hipótesis. La seguridad del apego depende de los
cuidados sensibles y responsivos.
4. La hipótesis de la competencia. Las diferencias en la seguridad del apego
conducen a diferencias en la competencia social; los niños con apego seguro
presentan mas probabilidad de relacionarse satisfactoriamente con sus
compañeros y profesorado y son menos propensos a ser maltratos y a
maltratar.

Colmes añade otros tres:

5. La hipótesis de la continuidad. Los patrones de apego en la infancia


producen efectos de largo alcance en las habilidades relacionales y en las
representaciones mentales en la vida adulta.
6. La hipótesis de la mentalización. El apego seguro se basa y conduce a la
capacidad de reflexión sobre los estados mentales de uno mis mo y de los
demas.

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7. La hipótesis de la competencia narrativa. El apego seguro durante la infancia


se refleja en la vida adulta a través de la forma en que las personas hablan de
la propia vida, su pasado en particular, de sus relaciones y problemas
mentales asociados.

Según Félix López, podemos establecer un catalogo para el

NECESIDADES DE CARÁCTER FÍSICO-BIOLÓGICO


Necesidades Indicadores de satisfacción Indicadores de deficiencias
Alimentación Adecuada alimentación de la madre
durante el embarazo y lactancia.
Alimentación suficiente, variada,
secuenciada en el tiempo, adaptada a la
edad.
Ingestión de sustancias que dañan al
feto. Desnutrición o exceso de
alimentación (obesidad). Alimentación
no apropiada a la edad.
Temperatura Condiciones de vivienda y de vestido
adecuadas.
Frío en la vivienda; humedad; falta de
calzado; falta de vestido.
Higiene Higiene corporal, de vivienda, de
alimentación, de vestido, de entorno.
Suciedad; contaminación del entorno;
gérmenes infecciosos; parásitos y
roedores.
Sueño Ambiente espacial protegido y silencioso,
suficiente según edad, con siestas si el
niño/a es pequeño/a.
Inseguridad; contaminación de ruidos;
interrupciones frecuentes; insuficiente
tiempo; sin lugar y tiempos de descanso
diurnos.

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Ejercicio positivo del rol parental y adquisición de habilidades y competencias


necesarias para una adecuada atención en esas necesidades.

El proyecto de mejora en la competencia parental se enmarca dentro de las políticas


de apoyo a la familia, teniendo como referencia fundamental la Constitución de
1978.
Normativa internacional

 En la Carta Social Europea y la Carta Social Europea revisada se describe la


familia como una unidad fundamental de la sociedad que tiene derecho a
recibir una protección social, jurídica y económica apropiada, al mismo
tiempo que se respeta plenamente la autonomía del ámbito privado
(Consejo de Europa, 2007).

Recomendación Rec. (2006) alienta a los estados a reconocer la importancia que


revisten las responsabilidades de los padres y la necesidad de prestar a los padres
suficiente apoyo para cuidar a sus hijos. Se recomienda a los estados miembros que
adopten todas las medidas legislativas, administrativas y financieras adecuadas, con
objeto de crear las mejores condiciones posibles para la parentalidad positiva. La
Recomendación se propone conseguir que los Estados miembros del Consejo de
Europa sean conscientes de la necesidad de proporcionar a los padres y las madres
los mecanismos de apoyo suficientes para cumplir sus importantes
responsabilidades en la crianza y educación de sus hijos e hijas. Concretamente, los
Estados miembros están llamados a apoyar a los padres y madres en sus tareas
educativas a través de:
(a) las políticas familiares adecuadas que proporcionen las medidas legislativas,
administrativas y financieras para crear las mejores condiciones posibles para la
educación positiva,
(b) la prestación de servicios de apoyo para padres y madres tales como servicios
de asesoramiento locales, líneas telefónicas de ayuda y programas psicoeducativos
grupales para padres y madres,
(c) proporcionar servicios especializados para los padres y madres en situación de
riesgo para prevenir el desplazamiento innecesario de los niños del hogar familiar
motivado por situaciones de maltrato. Crear las condiciones adecuadas significa
también tomar medidas para eliminar los obstáculos a la parentalidad positiva,
como son las políticas para promover una mejor conciliación de la vida familiar y
laboral, fomentar servicios y entornos laborales favorables para la familia, o
sensibilizar a las comunidades para que creen redes de apoyo para las familias.

Normativa nacional
La Constitución Española (1978) garantiza la protección a la familia y así, en su
artículo 39.1 determina que “Los poderes públicos aseguran la protección social,
económica y jurídica de la familia”. La aplicación práctica de este principio que
fundamenta la política social y económica corresponde a los distintos niveles de la
Administración del Estado (central, autonómico o local) en sus respectivos ámbitos
de competencia.

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Competencias parentales
Según las define Rodrigo (2009) las competencias parentales son el conjunto de
capacidades que permiten a los padres afrontar de modo flexible y adaptativo la
tarea vital de ser padres, de acuerdo con las necesidades evolutivas y educativas de
los hijos e hijas, y con los estándares considerados como aceptables por la sociedad,
y aprovechando todas las oportunidades y apoyos que les brindan los sistemas de
influencia de la familia, para desplegar dichas capacidades.
Las competencias parentales son el resultado de un ajuste entre las condiciones
psicosociales en las que vive la familia, el escena rio educativo que los padres o
cuidadores han construido para realizar su tarea vital y las características del menor
Rodrigo (2009) (pp. 113-120).

Según Barudy (1998) el concepto de competencias parentales es una forma


semántica de referirse a las capacidades prácticas que tienen los padres para cuidar,
proteger y educar a sus hijos, asegurándoles un desarrollo suficientemente sano.
Parentalidad positiva
Se refiere a un comportamiento de los padres que respeta el interés superior del
niño y sus derechos, tal como prevé la Convención de Naciones Unidas sobre los
Derechos del Niño (Consejo de Europa, 2007), convención que también contempla
las necesidades y los recursos de los padres.

Un/a padre/madre positivo es el/la que atiende, potencia, guía y reconoce a sus hijos
como personas de pleno derecho. La parentalidad positiva no es permisiva y
conlleva el establecimiento de los límites necesarios para que los niños puedan
desarrollar plenamente su potencial. Ejercer la parentalidad de forma positiva
significa respetar los derechos de los niños y educarles sin recurrir a la violencia
(Consejo de Europa, 2007) “como el conjunto de conductas parentales que
procuran el bienestar de los niños y su desarrollo integral desde una perspectiva de
cuidado, afecto, protección, enriquecimiento y seguridad personal, de no violencia,
que proporciona reconocimiento personal y la orientación necesaria que lleva
consigo la fijación de límites a su comportamiento, para posibilitar su pleno
desarrollo en el ámbito familiar, académico, con los amigos y en el entorno social y
comunitario” según la definición de Rodrigo (2010).

El Consejo de Europa ha propiciado una línea destinada a promover formas de


apoyo al buen ejercicio de las responsabilidades parentales. Este organismo,
consciente de la importancia de la familia y del buen desempeño de las
responsabilidades parentales, ha promovido la Recomendación Rec(2006), sobre
Políticas de Apoyo al Ejercicio Positivo de la Parentalidad. La parentalidad positiva
se refiere “al comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del
niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrecereconocimiento y
orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan elpleno desarrollo
del niño” (p. 3).

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Según ésta, el objetivo de la tarea de ser padres es el de promover relaciones


positivas entre padres e hijos, fundadas en el ejercicio de la responsabilidad
parental, para garantizar los derechos del menor en el seno de la familia y optimizar
el desarrollo potencial del menor y su bienestar existen una serie de principios de
actuación generales, don de se sustenta el ejercicio de la parentalidad positiva y
responsable.
Rodrigo (2010) hace referencia a estos principios enumerándolos como a
continuación se indica:
 “Vínculos afectivos cálidos, protectores y estables”.
 “Entorno estructurado que proporciona modelo, guía y supervisión”.
 “Estimulación y apoyo al aprendizaje cotidiano y escolar para el fomento de
la motivación y de sus capacidades”.
 “Reconocimiento del valor de sus hijos e hijas, mostrar interés por su mundo,
validar sus experiencias, implicarse en sus preocupaciones y responder a sus
necesidades”.
 “Capacitación de los hijos e hijas, potenciando su percepción de
competencia y posibilidad para cambiar las cosas”.
 “Educación sin violencia, excluyendo toda forma de castigo físico o
psicológico degradante”

En Castilla y León, se lleva a cabo el Programa “Educar en familia”.

El contexto psicosocial de las familias usuarias de los servicios sociales se caracteriza


por la presencia de factores de riesgo y de factores de protección. Lo más frecuente
es que nos encontremos con un continuo de tipos de familia que presentan en
menor o mayor medida una composición desequilibrada entre factores de riesgo y
de protección ya que predominan más los primeros sobre los segundos. Por ello, lo
que se pretende al llevar a cabo en la intervención con estas familias es minimizar la
presencia de dichos factores de riesgo y fomentar la aparición de factores de
protección (Garbarino, 1997; Garbarino y Gantzel, 2000). Los factores de riesgo son
aquellas condiciones biológicas, psicológicas o sociales que aumentan la
probabilidad de que aparezca una determinada conducta, situación o problema que
comprometen en menor o mayor medida el ajuste personal y social de las personas.
Los factores de protección son aquellas influencias que modifican la respuesta de
una persona ante algún riesgo en una dirección más positiva que la que cabría
esperar. Mientras que los factores de riesgo implican la presencia de estresores que
complican la tarea de ser padres, la presencia de factores de protección permite
dotar a la familia y a los padres de recursos y capacidades para hacer frente a dichos
estresares.

Modelo de cambio que se pretende propiciar y poner a prueba en el Programa


“Educar en Familia”.
Según este modelo, el objeto directo de la intervención no es trabajar directamente
con las teorías implícitas de los padres, haciendo que reflexionen sobre ellas,
cambiar sus conductas diciéndoles directamente cuáles son o cambiando sus

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actitudes y percepciones sobre su rol todo ello de modo directo. Esto es lo que se
pretende pero a través del análisis y la reflexión sobre episodios de la vida cotidiana.

El programa “Educar en familia” se inscribe dentro de un enfoque psico-educativo y


comunitario que es el que adoptan la mayor parte de los programas de educación
parental (Martín, Máiquez, Rodrigo, Byrne, y Rodríguez, 2009; Rodrigo et al., 2008).
El eje de este enfoque es el trabajo en prevención y promoción que es el que suele
quedar obviado en muchos planteamientos de trabajo con familias. La prevención y
la promoción nos permiten incrementar las habilidades y capacidades de las
personas y de las familias para que puedan satisfacer sus necesidades, resolver sus
situaciones problemáticas y movilizar los recursos personales y sociales necesarios
para poder mejorar el control de la propia vida (Rodrigo, Martín, Cabrera y Máiquez,
2009).
Trabajar en prevención y promoción supone poner en marcha medidas orientadas a
minimizar la influencia de los factores de riesgo y potenciar la influencia de los
factores de protección del entorno de las familias, tal como hemos señalado más
arriba.
El Programa “Educar en familia” es un buen recurso complementario a la
intervención individualizada que se realiza desde los Servicios Sociales Municipales
para la parentalidad en situación de riesgo psicosocial. Entre sus objetivos generales
están los siguientes:
• Cambiar las teorías implícitas de los padres y las madres sobre el desarrollo y la
educación que respaldan sus actuaciones en la vida diaria;
• Promover un amplio repertorio de pautas educativas adecuadas (inductivas) que
vayan reemplazando las inadecuadas (permisivo-negligentes y coercitivas);
• Reforzar la percepción positiva de sus propias capacidades como padres y
madres;
• Fomentar un funcionamiento autónomo y responsable en el afrontamiento de la
vida familiar y de sus relaciones con el entorno
• Mejorar el apoyo social y el uso de los recursos municipales
Las características del programa son las siguientes:
a) Está basado en el modelo experiencial
b) La metodología fomenta la participación activa de los miembros del grupo
c) Se trata de un programa flexible
d) Combina la información con el apoyo.
e) Parte de episodios reales de la vida cotidiana, que facilitan la transferencia
f) El profesional se convierte en mediador o facilitador del proceso.
g) Cuenta con un diseño de evaluación

Se han elaborado seis módulos de habilidades parentales que pretenden dar


respuestas a las necesidades de los padres y de los menores, y las problemáticas
familiares que más inciden en el ejercicio de la parentalidad. Cada módulo contiene,
entre 4 a 7 sesiones, siendo 30 el total de sesiones de las que consta esta parte

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Cada una de estas sesiones se realiza semanalmente, con una duración de hora y
media; de esta manera, el programa se puede llevar cómodamente a cabo a lo largo
de un curso escolar. Estos módulos son:

1.Organización de las actividades cotidianas


2.Los padres y las madres ante los problemas del desarrollo
3.Comunicación y resolución de conflictos en la familia;
4.El afecto en la familia;
5. Situaciones que cambian la vida familiar;
6.Educar en la adolescencia.

Programas y técnicas de intervención en el maltrato infantil intrafamiliar.


Objetivos en cada uno de los programas y finalidad integradora.

METER TECNICAS DE INTERVENCION DE JOSE LUIS GONZALO LIBRO


VINCULATE

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