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Unidad de Aprendizaje No 4.

Enlace Químico

Enlace químico: Se considera como la fuerza que mantiene unidos los átomos en
una molécula.
Conceptos importantes para entenderlo:
Electrones de valencia (EV): Son los electrones de la última capa o nivel que está
llenando el átomo.

Representación de los EV´s de acuerdo con las estructuras electrón-punto o


estructuras de Lewis para ciertos átomos:

Es de resaltar que en la estructura electrón-punto de Lewis solo se muestran los


electrones de valencia. El símbolo del elemento representa el “Kernel” o “Core” es
decir el (núcleo + electrones internos).

Descubrimiento del enlace químico: Hacia 1916, G. N. Lewis (USA) y W. Kossel


(Alemania), por separado, reportaron dos descubrimientos muy importantes sobre
las fuerzas de atracción y naturaleza química de la materia, ambos basados en la
estructura atómica y el concepto de electrones de valencia.
Lewis observó que el helio (He) es un gas inerte (muy estable químicamente) y
monoatómico cuyo átomo posee dos electrones alrededor del núcleo (es decir,
configuración electrónica 1s2). Al mismo tiempo, el neón (Ne) también es un gas
inerte, monoatómico y su átomo posee 10 electrones alrededor de su núcleo (es
decir, configuración electrónica 1s22s22p6). Supuso que estos dos elementos deben
tener un arreglo electrónico especial que les confiere tal estabilidad que los hace
químicamente “inertes”.
Sugirió entonces, que los átomos de los demás elementos de la tabla periódica
reaccionan químicamente o se enlazan, básicamente para conseguir dichos
arreglos electrónicos (ó configuraciones electrónicas) estables como el He y el Ne.

En ese sentido, esos arreglos electrónicos se pueden conseguir de dos formas:


(i) Según Lewis: Por transferencia total de electrones de un átomo a otro 
Enlace iónico.
(ii) Según Kossel: Compartiendo pares de electrones entre dos átomos 
Enlace covalente.
El siguiente gráfico muestra las tendencias de un grupo representativo de elementos
del bloque principal, con respecto a su gas noble más cercano.

Regla del “octeto”: Tendencia de los átomos a conseguir la configuración electrónica


del gas noble más próximo. Este concepto ayuda a explicar la formación de los
enlaces químicos. Da una orientación sobre cuántos electrones tiende a ceder,
ganar o compartir un elemento para conseguir la configuración electrónica del gas
noble más próximo. Funciona básicamente para los elementos del bloque principal
de la tabla periódica, con algunas excepciones.
Enlace iónico: Se forma por la transferencia de uno o más electrones de valencia
de un átomo a otro. En consecuencia se genera un par de iones atraídos por fuerzas
electrostáticas.
El átomo que cede electrones (electropositivo) genera la especie positiva (catión),
mientras que el átomo que recibe electrones (electronegativo) genera la especie
negativa (anión). En ambos casos los dos iones adquieren la configuración de gas
noble más próximo (si son de elementos del bloque principal), lo cual les da
estabilidad.
Ej. Mostrar la formación de las siguientes sales (compuestos iónicos): fluoruro de
sodio (NaF) y sulfuro de berilio (BeS).

En el caso del NaF el átomo de sodio (Na) cede su único electrón de valencia para
conseguir la configuración electrónica del Ne en forma del catión sodio (Na +). El
flúor (F) por su parte, acepta el electrón proveniente del sodio para conseguir
también la configuración electrónica del Ne pero en forma del anión fluoruro (F-). De
esta forma ambas especies (Na+) y (F-) adquieren configuraciones electrónicas de
gas noble (cumpliendo con la regla del octeto), y se hacen más estables en forma
de sal NaF. Los dos iones permanecen a una distancia muy cercana el uno del otro
en la sal (pero no se tocan!!), conocida como radio iónico (mínima distancia entre
los dos núcleos), a través de atracciones y repulsiones electrostáticas,
simultáneamente. De otro lado, en la molécula de BeS, el berilio (Be) cede sus dos
electrones de valencia para conseguir la configuración electrónica del He en forma
del catión berilio (Be+2). El azufre (S), acepta los dos electrones, pues le hacen falta
para completar 18 y conseguir la configuración electrónica del Ar en forma del anión
sulfuro (S-2).
Energía de ionización (EI): Es la energía mínima en KJ/mol necesaria para remover
un electrón de un átomo en estado gaseoso y en su estado fundamental. La
siguiente ecuación describe el proceso en el cual se le remueve un electrón al
elemento A, generando como producto el catión A+. Lo mismo se observa
aplicándolo al átomo de litio.

En esencia, la EI es una medida de qué tan fuerte está unido un electrón al átomo.
Cuanto mayor sea la EI más difícil será remover el electrón. Como se requiere
energía para remover el electrón la EI siempre es un proceso endotérmico (absorbe
calor/energía), en ese sentido, todas las EI son positivas ya que por convenio, a los
procesos endotérmicos se les asigna un signo positivo. Ver tabla siguiente.

Los valores de EI tienden a variar con el número atómico del elemento. Por ello, en
la tabla periódica la EI tiende a aumentar de izquierda a derecha en un periodo, es
decir, aumenta con el número atómico. Contrariamente, en un grupo, la EI tiende a
disminuir conforme aumenta el número atómico, es decir disminuye de arriba hacia
abajo.
Es de resaltar los elevados valores de EI para los gases nobles, lo cual está en
concordancia con su marcada estabilidad química, por lo cual se resisten a perder
electrones, es decir, a perder su configuración electrónica que los hace estables.
De otro lado, los metales tienden a tener EI más bajas que los no metales, por lo
cual en los compuestos iónicos el catión lo genera el metal y el anión el no metal.
Afinidad electrónica (AE): Se refiere a la energía que se absorbe o se libera cuando
un átomo en estado gaseoso acepta un electrón para formar un anión. La siguiente
ecuación describe el proceso en el cual se le adiciona un electrón al elemento A,
generando como producto el anión A-. Lo mismo se observa aplicándolo al átomo
de flúor.

Es de resaltar que la mayor AE de la tabla periódica se le asigna al átomo de flúor


(-328 KJ/mol). Es decir que libera 328 KJ/mol cuando recibe un electrón, por lo cual
es un proceso exotérmico (por convención se le asigna signo negativo).
Al igual que la EI, los valores de AE tienden a variar con el Z del elemento. En este
sentido las AE aumentan de izquierda a derecha a lo largo de un periodo, es decir,
aumentan con el número atómico. En un grupo esta variación no es muy marcada.
Es de anotar que en general las AE´s de los metales tienden a ser menores que las
de los no metales.

Propiedades de los compuestos iónicos:

En general, en la tabla periódica, los enlaces iónicos se forman por combinación de


los elementos metálicos y “otros metales” con elementos no metálicos. Es decir,
entre los elementos de los grupos (IA-IIA (1-2), “otros metales” y metales de
transición) con los elementos no metálicos de los grupos IVA-VIIA (o 14-17)
incluyendo el H.

Ej: formación de la red cristalina del NaCl


http://medicina.usac.edu.gt/quimica/enlace/NaCl.gif

Enlace covalente: Se genera por la “compartición” de pares de electrones entre dos


átomos. En la molécula formada los dos elementos adquieren la configuración
electrónica de gas noble (si son elementos del bloque principal) lo que les confiere
estabilidad. Es de anotar que en el enlace covalente los electrones compartidos
pertenecen por igual a los dos átomos que lo forman.
Electronegatividad (X): Es la capacidad que tiene un átomo de atraer el par de
electrones del enlace covalente hacia sí. Los elementos con X alta tienden a atraer
más el par de electrones del enlace covalente hacia sí, que los elementos con X
baja.

Al igual que la EI y AE los valores de X tienden a variar con el Z del elemento. En


este sentido las X´s aumentan de izquierda a derecha a lo largo de un periodo, es
decir, aumentan con el número atómico. En un grupo disminuye de arriba hacia
abajo, es decir disminuye con el aumento del Z. En general, para los elementos del
bloque principal los no metales tienden a presentar mayores X´s que los elementos
metálicos. De hecho, el flúor (no metal) es el elemento más electronegativo de la
tabla periódica. Es de entender que los gases nobles presentan
electronegatividades iguales a cero.
En general, el enlace covalente se genera cuando no hay gran diferencia en
electronegatividades entre los dos átomos que lo forman o cuando la diferencia es
cero.
Polaridad del enlace covalente: De acuerdo a los valores de electronegatividad de
los átomos que lo forman, el enlace covalente puede ser:
(i) No polar (covalente puro) o NP: Si ∆X = 0 (ii) Polar (P): si ∆X  0
Si el enlace es no polar (NP), la distribución o cercanía del par de electrones del
enlace covalente es simétrica entre los dos átomos. Se produce entre dos átomos
del mismo elemento, es decir A-A. Si el enlace es polar (P), la distribución o cercanía
del par de electrones del enlace covalente no será simétrica entre los dos átomos.
Se produce entre dos átomos de elementos distintos, es decir A-B. El par de
electrones estará más cerca del elemento más electronegativo de los dos, es decir
B. Para indicar la polaridad del enlace se puede usar el vector de momento dipolar
() o recurrir a cargas parciales . La cabeza del vector se dirige hacia el elemento
más electronegativo (B). En términos de cargas parciales, el + se ubica sobre el
elemento menos electronegativo (A) y el - sobre el elemento más electronegativo
(B).

En general, en la tabla periódica, los enlaces covalentes se forman por combinación


entre elementos no metálicos, es decir, entre los elementos de los grupos IVA-VIIA
(o 14-17) incluyendo el H.
En general, en términos de electronegatividad se puede resumir lo siguiente:
(a) Si 0  ∆X  1.7  Enlace covalente (b) Si ∆X  1.7  Enlace iónico
Debido a que la electronegatividad es una propiedad semi-empírica, existen algunas
excepciones a esta generalidad. Ej. HF, LiI, entre otras.

Tarea: Consultar sobre el enlace covalente coordinado

Propiedades de los compuestos covalentes:


Otros tipos de enlace:

Enlace metálico: Es un enlace químico muy fuerte que mantiene unidos los átomos
(unión entre núcleos y los electrones de valencia), de los metales entre sí. Estos
átomos se agrupan o empaquetan de forma muy cercana unos a otros, lo que
produce estructuras tridimensionales muy compactas, que reciben los nombres de:
hexagonal, cúbica centrada en las caras, cúbica centrada en el cuerpo, entre otras.

Este enlace es propio de los elementos metálicos y suele formarse entre elementos
de la misma especie, lo cual les da algunas propiedades características que los
diferencian de los demás materiales. Suelen ser sólidos a temperatura ambiente,
excepto el mercurio, y poseen altos puntos de fusión. Su empaquetamiento
tridimensional hace que los núcleos de sus átomos queden rodeados de nubes de
electrones de valencia libres, los cuales son responsables de que los metales
presenten una elevada conductividad eléctrica y térmica, que presenten brillo y sean
dúctiles y maleables.
Enlace o puente de hidrógeno: Es una fuerza inter- o intramolecular (de tipo dipolo-
dipolo), electrostática y atractiva entre un átomo electronegativo y un átomo de
hidrógeno unido covalentemente a otro átomo electronegativo. Generalmente, se
da cuando el átomo de hidrógeno está unido a un átomo de nitrógeno, oxígeno o
flúor, (de allí el nombre de "enlace de hidrógeno"). No debe confundirse con el
enlace covalente ya que es más débil y de tipo intermolecular e intramolecular. El
puente de hidrógeno es el responsable del estado líquido del agua, su relativamente
alto punto de ebullición, así como de las estructuras tridimensionales enrolladas de
biomoléculas como el ARN y ADN, entre otros.

Estructura del hielo


Geometría de las moléculas: Se refiere a la disposición tridimensional de los átomos
en una molécula. La geometría afecta diversas propiedades químicas y físicas de
las moléculas como el punto de fusión, punto de ebullición, densidad y el tipo de
reacciones en que pueden participar, entre otras.
Para sugerir/predecir cómo trazar la geometría de una molécula a partir de su
fórmula molecular se han propuesto varios métodos o teorías:
(a) Teoría de las repulsiones de los pares de electrones de la capa de valencia
(RPECV): Se basa en los electrones de valencia del átomo central representados
en estructuras de Lewis, y explica la distribución geométrica de los pares
electrónicos que rodean dicho átomo en términos de la repulsión electrostática entre
dichos pares.
En este modelo, para una molécula poliatómica donde hay dos o más enlaces entre
el átomo central y los átomos que lo rodean, la repulsión entre los diferentes pares
de electrones hace que los enlaces se mantengan lo más alejado posibles unos de
otros. De esta forma, la geometría resultante es aquella en la que la repulsión entre
átomos/enlaces es mínima (los ángulos adecuados). Es de resaltar que pares de
electrones no enlazados, así como, dobles y triples enlaces, también influyen en el
arreglo geométrico de la molécula resultante.
(b) Teoría del enlace de valencia (EV): Se basa en principios mecánico-cuánticos
del átomo y supone que los electrones de una molécula ocupan orbitales atómicos
(OA´s) de los átomos individuales. En esta teoría la formación de un enlace
covalente se genera por el “solapamiento” de dos orbitales atómicos. Se entiende
por solapamiento como una región común del espacio molecular compartida por los
dos OA´s, con la participación de un par de electrones.
Esta teoría supone que antes de la reacción entre dos átomos A y B, cuando ellos
se encuentran espacialmente alejados, la energía potencial del sistema es igual a
cero pues no hay interacción entre los mismos.
En la medida que los dos átomos se acercan uno al otro, un electrón en un OA del
átomo A es atraído por el núcleo (positivo) del átomo B y viceversa. Al mismo
tiempo, con la aproximación, los dos electrones empiezan a repelerse entre sí al
igual que los dos núcleos de A y B.
Finalmente, la aproximación se dará hasta alcanzar un máximo de atracción
(núcleo-electrón) y un mínimo de repulsión (electrón-electrón y núcleo-núcleo). En
este punto, la energía potencial del sistema alcanza su valor negativo más bajo,
configurándose así el enlace químico. Por lo tanto, la energía potencial del sistema
final (átomos enlazados) será menor (mayor estabilidad) que la energía del sistema
inicial (átomos separados), menor estabilidad  ∆H  0.
(A)
(B)

En las figuras (A) y (B) se muestra cómo los OA´s 1s de dos átomos de hidrógeno
se van acercando. Cuando están separados su energía potencial es mayor, pero
cuando están en su máximo solapamiento, la energía potencial del sistema alcanza
un mínimo, justamente allí es cuando se configura entonces el enlace químico y se
forma la molécula de H2.
Adicionalmente, esta teoría implementó el concepto de “hibridación de orbitales
atómicos” para ayudar a explicar con mayor exactitud el trazado de la estructura de
ciertas moléculas específicas. Esta teoría en general se adapta mejor a moléculas
formadas por enlaces covalentes.
En la figura siguiente se muestra las estructuras (geometrías) de las moléculas del
amoníaco (NH3), trifluoruro de boro (BF3), metano (CH4) y cloruro de berilio (BeCl2)
obtenidas por el solapamiento de los orbitales atómicos (OA´s) de los elementos
que las forman.

(c) Teoría del orbital molecular (OM): También se basa en principios mecánico-
cuánticos del átomo y propone la formación de orbitales moleculares (OM’s) a partir
de los orbitales atómicos (OA´s) de los átomos libres. Describe el enlace covalente
en término de OM´s, como el resultado de la interacción de OA´s de los átomos que
se unen. Los OM´s están involucrados o envuelven a la molécula entera y no solo
una parte de la molécula como en (RPECV y EV).
En esta teoría, la interacción de dos OA´s generan dos OM´s. Uno de ellos llamado
OM de “enlace”, de menor energía y mayor estabilidad que los OA´s iniciales. El
otro se llama OM de “antienlace”, de mayor energía y menor estabilidad que los
OA´s iniciales. En este sentido, para que se forme un enlace covalente estable, el
par de electrones provenientes de los OA´s iniciales tenderán a acomodarse en el
OM de enlace y no en el de antienlace.
La siguiente figura muestra cómo se forma la molécula de H 2 a partir de la
combinación de los orbitales atómicos 1s de los dos átomos de hidrógeno. Cada
átomo de hidrógeno aporta un electrón en su OA 1s. Su combinación genera dos
OM´s, el de enlace 1s (sigma 1s) (de menor energía) y el de antienlace *1s (sigma
asterisco 1s) (de mayor energía). Subsecuentemente, los dos electrones (con sus
espines antiparalelos) provenientes de los dos átomos de hidrógeno ocuparán el
OM de enlace 1s, por ser de menor energía, generando de esta forma la molécula
de H2. Obviamente, el OM de antienlace *1s quedará vacío en la molécula. En este
sentido, mientras el OM de enlace 1s genera una interacción constructiva, el OM
de antienlace *1s genera una interacción destructiva, como se observa en la figura.

Finalmente, es de anotar que ninguna teoría, por sí misma, explica perfectamente


todos los detalles del enlace químico, pero cada una contribuye a la comprensión
de muchas de las propiedades fisicoquímicas de las moléculas, que se observan
experimentalmente.

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