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Ion o de la poesía

En el diálogo de Platón “Ion o de la poesía” hay dos actores principales,


Sócrates e Ion. Ion era un rapsoda de oficio, bastante bueno en ello cosa que se
puede vero por el hecho de que acababa de ganar un premio por su gran
interpretación de Homero.
Sócrates lo ve venir feliz con el ego en alto así que comienza a cuestionarlo
(sin malicia quiero creer) de tal manera que despoja a Ion de su papel de artista,
oscureciendo su papel a uno de menor valor que el del esclavo que pastorea
ovejas (cosa que ya era bastante decir por el contexto de la época) solo para
después ensalzarlo al final como divino, reduciendo la participación del artista si
no es que despojando al arte de la participación humana.
Durante todo el dialogo se crea una teoría sobre la naturaleza de la poesía
que puede ser aplicable al arte en general.
Sócrates cavila en como la creación está sujeta a la divinidad, dándolo por
palabra divina, como en un ejemplo que pone a Ion sobre él mismo, que es bueno
para hablar sobre Homero con maestría pero no es así con otros artistas inclusive
si tocaran los mismos temas que en la obra de Homero se tratan, esta no es una
particularidad única de Ion, fenómenos de naturaleza similar son citados por
Sócrates que guían naturalmente su conclusión hacia el siguiente entendimiento:
La poesía es obra divina, palabra de los dioses, aquellos a quienes se les
otorga el don divino de compartir dicha palabra se les llama poetas quienes son
confundidos como creadores por las personas sobre quienes se comparte la obra,
los rapsodas, quienes comparten y difunden la obra son los encargados de
interpretar lo que el poeta ha querido decir buscando en el pensamiento del poeta
el entendimiento total de la obra.
Se crea así una cadena en donde la palabra divina expresada por el poeta
está en el centro, esta palabra crea una atracción que no es más que la
admiración del humano por lo divino ejerce así una fuerza equivalente al
magnetismo del imán atrayendo al metal. El siguiente eslabón es el rapsoda,
aquel que distribuye más ampliamente la palabra, conectando así con el tercer
eslabón que es la gente común.
Esta capacidad de sentirse conmovido, de mover emociones y anhelos, que
lleva al oyente a un estado más elevado y que conecta cada eslabón es pues la
divinidad resultando ajeno a lo humano.
En mi entendimiento esta es una visión joven de platón sobre el arte y el
artista, él que bosquejaba cierto humanismo en sus obras entendía al arte como
ajeno y maligno ya que mostraba a la gente una visión deformada de la realidad.
En el dialogo de Ion esta visión del artista que podría llamarse patética tiene un
fuerte toque del nacimiento de su ideología.
Recordemos que Sócrates no escribió nada y que los diálogos son la
interpretación de platón usando a su maestro como un personaje, las situaciones
reales o ficticias fueron interpretadas bajo su pincel con su entendimiento único,
impregnándolas de su ideología. Esto es relevante porque si bien la conclusión a
la que Sócrates (Como personaje) llega puede parecer inofensiva o incluso
positiva poniendo a las bellas artes en un estatus divino, al poner dicha conclusión
en el contexto ideológico platónico encontramos cierta burla al artista,
deshumanizándolo y poniéndolo como una mera herramienta, despojándolo de
logros y el reconocimiento ganado.

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