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Lisselot polanco Suarez 1215865.

Una vez que las personas reciben un Mensaje, además de las habilidades y
competencias necesarias para decodificarlo, pondrán en juego su capacidad
para percibir y discernir situaciones; es decir, asimilarán el mensaje que han
recibido y en base a su experiencia, conocimiento de la materia, creencias,
emociones, etc., asumirán una actitud (reaccionarán) ante el emisor y el
mensaje mismo.
Es por esto, que, a la hora de entablar un Proceso de Comunicación, resultan
tan importantes aquellas cosas que no se dicen, pero que pueden percibirse
de manera tácita en el contenido del mensaje y/o en el lenguaje no-verbal del
Emisor; originando que el proceso de retroalimentación, tan importante para
valorar como eficaz una comunicación, no se realice.
Para que la Comunicación sea considerada como eficaz, necesita reunir las
siguientes características:
Claridad: exponer ideas concretas con un lenguaje común.
Concisión: utilizar palabras precisas.
Coherencia: construir un mensaje de manera lógica y ordenada.
Sencillez: En las palabras y la forma de construir el mensaje.
Naturalidad: Expresar de manera espontánea, teniendo una debida
preparación.
Cuando se cumplen estas características, se logra:
• Que el mensaje que se desea comunicar llegue a sus destinatarios
oportunamente.
• Que el mensaje genere una reacción o asimilación en el receptor.
• Que el proceso sea bidireccional, de tal manera, que estimule la
retroalimentación.
• Que exista coherencia entre el lenguaje verbal y el corporal.
• Que exista una correspondencia adecuada entre el momento, las palabras y
la actitud de los interlocutores.
Recuerde que la Comunicación ha resultado efectiva, no cuando usted haya
recibido la respuesta que esperaba; sino cuando haya recibido una respuesta
cualquiera.
De igual manera, la Comunicación Eficaz debe cumplir con una serie de
Principios, que son:
Principio 1: Lo verdadero no es lo que dice el Emisor, sino lo que entiende
el Receptor.
Principio 2: Cuando el “Receptor” interpreta mal el mensaje, el culpable es
siempre el “emisor”. Es decir, la responsabilidad de la comunicación correcta
es del “emisor”.
Principio 3: No es posible la no comunicación. Todo comunica: un sonido,
una imagen, un dibujo, una señal, una palabra.

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