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Lorena Ramírez

La luciérnaga sin luz


Había una vez, una luciérnaga que estaba triste porque todas
las demás prendían su luz brillante por las noches, pero ella no podía,
y no entendía por qué.

Ella buscaba por todos lados.... ¿En sus alitas estaría esa luz?
¿O en su panza tal vez? No encontraba el botón que prendiera esa
luz... y todas las noches se quedaba solita en su casa, le daba
vergüenza salir, ¿que iban a decir si ella no era igual a las demás?
Además, tenía miedo, porque sin su luz se sentía desprotegida.

Una noche, desde su casita vio pasar a 2 niños, que parecían estar
perdidos y asustados. Se acercó y les dijo: - hola! ¿Están paseando
por aquí solos?

- No, dijo uno de ellos. Estábamos con mamá y papá, pero nos
metimos a jugar en el bosque y nos perdimos. Yo soy Facu, y
ella es Cami, mi hermana. Estamos muy asustados. ¿Nos
podrías ayudar a volver con nuestros padres?
- ¡Oh cuanto lo siento! - Respondió la luciérnaga. ¡Yo me llamo
Lola, y por supuesto que voy a ayudarlos! ¡Quédense conmigo,
juntos vamos a encontrar a sus padres, y de paso pueden
acompañarme también, que estoy en una búsqueda, ¡no
encuentro mi luz por ningún lado!
- ¡Si! Nosotros podemos ayudarte también, respondió Camila.
Entre los tres será más fácil encontrar lo que buscamos

Y así emprendieron el viaje los tres juntos. Un viaje que no se


imaginaban todas las aventuras que estaban por vivir.

En ese momento, paso una oruga, los saludo y les dijo: - ¡Hola!,
sin querer escuche lo que dijiste Lola, ¿cómo es eso que no
encuentras tu luz?
- Es que yo tengo una falla… dijo la luciérnaga. No tengo luz
como las demás luciérnagas

La oruga le sonrió y le dijo: - “Quizá eso es lo que tú crees... Que no


la veas no significa que no la tengas”

Y prosiguió: - ¿Me creerías si yo te dijera que mañana ya no seré


más una oruga? ¿Qué me transformaré en otro ser con alas y podré
volar? Yo creo en mí y sé que así será, porque ese es mi destino.

- Eso es imposible, le respondió la luciérnaga. Yo veo que eres una


oruga, imposible que puedas volar porque no veo que tengas alas.

La oruga, antes de marcharse le dijo: - Nunca olvides esto: “No te


quedes solo con lo que tus ojos ven. Mira en tu interior. Escucha a tu
corazón. Allí están las respuestas”

Los saludo a los tres y siguió su camino.


Facu, Cami y Lola se miraron. No entendían nada, estaban muy
sorprendidos. La saludaron y le agradecieron por su consejo.

La luciérnaga se quedó pensativa: - “no entiendo lo que quiso


decirme la oruga… ¿Dentro de mi corazón? ¿Qué significa eso?”
Facu y Cami le dijeron que no se preocupe, que seguro con el tiempo
lo entenderían.

Al ratito de estar caminando decidieron sentarse a descansar bajo la


sombra de un árbol, que los saludo y le dijo a la luciérnaga:

- “si quieres, yo puedo ayudarte a encontrar tu luz” – “Me encantaría!,


respondió. ¿Cómo tengo que hacer?

- Quizás si me imitas, puedas sentirte como yo, estar en equilibrio,


porque estoy unido con mis pies a las raíces de la tierra, y unido
al cielo por mis grandes ramas con sus hojas. Siendo fuerte y
seguro como yo quizá encuentres tu luz, y ustedes a sus padres”
Los tres hicieron la postura del árbol. Se sintieron muy fuertes como
él y le agradecieron mucho por su ayuda.

Luego de caminar un rato vieron un hermoso jazmín que se abría y


mostraba sus flores junto a muchas mariposas y abejitas que
cantaban y bailaban a su alrededor

- ¡Oh! ¡Qué hermoso es!! Dijeron los tres, mirándolo con asombro
- Muchas gracias, dijo el jazmín. Si quieren puedo mostrarles como
me muevo, como abro mis flores para que las abejas puedan tomar
mi néctar y así hacer juntos una danza muy hermosa.

Para que me entiendan, necesito que se pongan en pareja, espalda


con espalda y les iré diciendo como ser como yo

- Siii!!! ¡Nos encantaría!!!! Dijeron Facu y Cami muy entusiasmados


con hacer las posturas del jazmín
- Mi postura los ayudara a relajar su columna. A estirar y fortalecer
todo su cuerpo, a tener más confianza y concentrarse mejor en su
búsqueda. Ayuda abrir el corazón a esta nueva experiencia que
están viviendo. ¡Van a ver lo bien que les hará!

- Sentados en postura de loto, sentimos la espalda del compañero, y


respiramos juntos un rato. Nuestra mano derecha toma nuestra
rodilla izquierda y nuestra mano izquierda toma la rodilla derecha de
nuestro compañero. Respiramos juntos por detrás del hombro
abriendo el pecho. Hacemos lo mismo del otro lado, invertimos la
postura
- “¡Muy bien! ¡Excelente!”, Dijo el jazmín
Ahora sigan de espaldas. Mi compañero se apoya sobre mí, le
tomo las manos y lo llevamos bien para atrás para que se estire.
Respiramos juntos, abrimos el pecho. Hacemos lo mismo, pero al
revés. Yo me apoyo sobre mi compañero y el mes estira a mí.
Respiramos juntos

- “¡Aplausos!! “¡Dijo la luciérnaga!!!


- “¡Son unos genios!!”, dijo el jazmín!!
- ¡Muchas gracias por tu ayuda jazmín! Dieron muy felices los tres.
Nos estas ayudando mucho porque nos sentimos mucho mejor,
más relajados, estirados y fortalecidos para seguir con nuestro
propósito
Y continuaron su camino, mientras el jazmín los saludaba con su
aroma y su belleza moviendo todas sus hojas y flores

Siguieron su caminata por el bosque y se toparon con dos perritos


que venían corriendo. Estaban jugando y riendo. Se saludaron, y les
contaron que se habían encontrado con una oruga, después con un
árbol, y luego con un jazmín, pero que todavía la luciérnaga no podía
encontrar su luz y los hermanos sin encontrar a su familia, y estaban
tristes porque seguramente mama y papa estarían muy preocupados.

Los perritos les dijeron que podían ayudarlos, pero antes le pidieron
un favor: quizá ellos podían ayudarlos también, a ver dónde habían
escondido su hueso.

- “Claro! “¡Dijo la luciérnaga!

- “¡Si!” ¡Dijeron Facu y Cami! ¡Entre todos sería fácil encontrarlo!”


¡Hasta que la luciérnaga vio allá a lo lejos, junto a un tronco, había
un pozo y de arriba se veía el hueso que ellos habían escondido!

- “Eres una genia Lola!” ¡Dijeron los perritos! ¡Es que nunca
recordamos donde escondemos los huesos! Y se largaron a reír
todos a carcajadas

- “Les mostraremos como es la postura del perro, quizá así, sintiendo


más fuerza en sus brazos y pantorrillas Lola podría encontrar su luz,
y Facu y Cami encontrar a su familia”
- “Que linda esta postura!” dijeron los tres. Se sintieron muy
bien y agradeciéndoles a los perritos, siguieron su camino.

La luciérnaga dijo – “veo un lago a lo lejos”. Tendremos que cruzarlo


para ir al otro lado del bosque. Estoy segura que allí estarán sus
padres porque veo autos en la carretera. Y seguramente allí debe
haber mucha gente buscándolos

- “Y como lo cruzaremos?” Dijo Cami

- “Veo un barco allá a lo lejos”, dijo Facu. Seguro nos podrá llevar
hasta la otra orilla

Cuando llegaron efectivamente estaba el barco, que los saludo, y los


invito a subirse en él. Además, les enseño como hacer la postura del
barco. Les dijo que iban a fortalecer toda su espalda y su abdomen
con esta postura. Además, les daría fortaleza mental y concentración,
y esto los ayudaría muchísimo con su búsqueda
- “Excelente”, dijo el barco! ¡Mi postura les salió muy bien!
- “Muchas gracias por llevarnos”, dijo la luciérnaga.
- “Y por esta hermosa postura que nos enseñaste” dijeron Facu
y Cami
- “De nada”, ha sido un placer para mí, dijo el barco

Habían remado bastante, y estaban muy cansados, así que


decidieron sentarse un ratito bajo la sombra de un árbol

- “Hola!”, se escuchó una voz bajita


- “¿Escucharon eso? - dijo la luciérnaga
- “Sí, pero no sé de donde viene”, dijo Cami
- “¡Viene de acá abajo, miren! – dijo Facu. ¡Es una semillita!
Miren que pequeñita es!
- ¡Hola semillita! Dijeron los tres
- “¡Por fin me vieron! Hace un ratito que los estoy llamando”
Quiero enseñarles mi postura para que puedan descansar un
rato antes de seguir. Los invito a respirar desde la panza, les
haré sentir una hermosa relajación y además les voy a cantar
mi canción preferida:
“Semillita, semillita
Semillita, semillita
En la tierra se cayó
en la tierra se cayó.
Dormidita, dormidita
Dormidita, dormidita
En la cama se quedó,
en la cama se quedó”

Los tres hicieron la postura de la semilla escuchando tan


hermosa canción. Quedaron completamente relajados

- “Muchas gracias semilla” – dijeron Facu y Cami. ¡Quedamos tan


relajados! ¡Y esa canción nos encantó! ¡Gracias por ayudarnos a
poder seguir nuestro camino!
- “Fue un enorme gusto conocerlos” dijo la semilla. Nunca olviden que
por más difícil que parezca un problema, nunca hay que darse por
vencido. Hay que tomar un descanso, y siempre seguir. Jamás
rendirse.

- “¡Eso haremos!” dijo la luciérnaga. ¡Muchas gracias!!!

Y siguieron su búsqueda, mucho más animados y descansados

A unos pocos metros, la luciérnaga dijo: - “Esperen, quédense muy


quietos. ¡Peligro!

Cami y Facu, se quedaron quietos

- ¿Qué pasa Lola? – dijo Facu. Nos estas asustando

- “Veo una cobra que se está acercando hacia nosotros”- dijo la


luciérnaga

- “Efectivamente”- dijo la cobra, pero no teman. Vengo para


ayudarlos. La oruga me conto de su búsqueda. Y creo que puedo
darles una mano

- “Te pido perdón”- dijo la luciérnaga. Es que siempre me dijeron que


las cobras son malas, y su veneno es mortal

- “No te preocupes” dijo la cobra, se de mi fama, es lógico que quieras


proteger a tus amigos. Se nota que los quieres mucho. Yo no vengo
a hacerles daño, al contrario, les quiero mostrar como es mi postura,
que abre el pecho, para sacar el enojo, la tristeza y para abrirnos a
nuevas oportunidades, además fortalece la columna y les dará
mucha flexibilidad también. Mucho gusto. Mi nombre es Rita
- “Muchas gracias Rita”, dijo Facu. Nos encantó hacer tu
postura. ¡Nos ayudará mucho!
- “De nada”, dijo la cobra. Si desean, los invito a tomar un té a
mi casa, que está aquí, debajo del árbol. Los veo un poco
cansados, también tengo unas masas secas y una tetera que
quiero presentarles. Es mi mejor amiga
Los tres se miraron atónitos. ¡Todavía no podían creer que
habían hablado con un árbol, con muchos animales y con un
barco!!!
- ¡Lo único que falta es hablar con una tetera!, pensó Cami
- “Puedo leer tus pensamientos”, le dijo la cobra. Sé que les
parece increíble. Pero en el mundo de los cuentos y de los
sueños, todo es posible. Les aseguro que este sueño,
ustedes lo harán realidad. Y encontrarán lo que busca cada
uno. Confíen en mí, pasen, esta es mi casita.

Se sentaron todos en la mesa, era una casa muy linda y


colorida. Y la tetera, que era una señora muy elegante y
paqueta, les sirvió él te y les enseño su postura.
Les dijo: – “Uno hará el personaje de tetera y el otro de taza.
Van a ver como estiran sus hombros y su pecho con mi postura.
Además, van a fortalecer las piernas y tobillos, eso los ayudara
a seguir caminando hasta encontrar lo que buscan. Además,
mejoraran su concentración y equilibrio. ¿Qué van a tomar?
- “Yo quiero un té de limón con 2 cucharadas de azúcar por
favor” – dijo Cami
- “Y yo, un té de manzana, con 1 de azúcar por favor”, dijo Facu
- “¡Muy bien!” Aplaudieron la luciérnaga, la cobra y la tetera.
- “Muchas gracias”, dijeron muy contentos Cami y Facu. Nos
encantó hacer tu postura, tetera
- Debemos irnos, dijo la luciérnaga. Muchas gracias por estas
ricas masitas y él te estuvo riquísimo
- “De nada” dijo la cobra. Un gusto que hayan venido a mi casa,
y que conozcan a mi amiga. Les deseamos un buen viaje y
que muy pronto encuentren lo que buscan

Lola se posó sobre una flor, y justo en ese momento un sapito dio un
brinco tan alto que la asustó.
- “Ups! Perdón”, le dijo el sapo. No quise asustarte. Es que me
encanta saltar en el estanque. Hola a todos, yo soy Pepe, el
sapo
- “No hay problema”, respondió la luciérnaga. Y los hermanos
lo saludaron con una sonrisa
- “¿Tu podrías ayudarnos?” Dijo la luciérnaga. Yo estoy
buscando mi luz, y ellos, a sus padres. Encontramos muchos
amigos que nos han ayudado, pero estamos un poco tristes,
porque falta poco para que caiga el sol, y aún yo no logro
encontrar mi luz y estos pequeños hermanitos siguen
perdidos. Va a llegar la noche y todas las demás luciérnagas
prenderán sus hermosas luces, y yo, otra vez me quedare
sola y triste, sin luz. Y ellos, una noche sin su familia que debe
estar muy preocupada, buscándolos
- “No se aflijan” – respondió el sapo. Yo les enseñare mi
postura. Me ayuda a fortalecer las caderas y las rodillas.
¡Quizá eso les demás fuerzas para seguir! ¡Nunca se den por
vencidos!
- “¡Los invito a que saltemos y juguemos un rato, como si todos
fuéramos sapitos! ¿Qué les parece?,” dijo el sapo
- “¡Siiiii!!” ¡Respondieron todos! Y empezaron a saltar y saltar,
poniendo cara de sapo inflando bien los cachetes. ¡Que
divertido!!!
- “¡Gracias sapito!!!” Dijo la luciérnaga. Nos diste mucha alegría
y ganas de seguir con nuestro camino

“Adiós”” dijo el sapo. Me alegro mucho haberlos ayudado, y se fue


brincando por el estanque
En un momento, Lola mira para arriba y dice- “¡Oh! Alcen su vista.
Miren que espectacular! Es un águila enorme y muy hermosa”

- “Wow”- dijeron Facu y Cami mirando al cielo asombrados por


semejante belleza. El águila les mostraba su majestuoso
vuelo, y fue bajando hasta posar sus garras en la tierra
- “Buenas tardes” – les dijo, haciendo una reverencia con una
de sus alas. He venido a tomar un poco de agua, tengo mucha
sed”
- “Hola” dijeron al unísono, Facu, Cami y Lola. Maravillados por
semejante criatura, y les contaron de su larga caminata, aun
sin resultado en su búsqueda.
- “¿Así que tu buscas tu luz, y ustedes buscan a sus padres?”
dijo el águila. Creo que yo podría ayudarlos. Les voy a
enseñar mi postura, que fortalece y estira los tobillos y las
pantorrillas. Además, estira los muslos, las caderas, los
hombros y la espalda. Los va a ayudar a concentrarse en su
búsqueda, mejorar su equilibrio y además a sentirse libres,
poderosos, ¡que todo lo pueden! Abran sus alas, las de su
interior, y continúen con fe y perseverancia. Yo sé que cada
uno de ustedes encontrará lo que busca.
- ¡Gracias Águila! Dijeron los tres, e hicieron su postura.
Realmente se sintieron poderosos, concentrados y muy
fuertes
El águila dijo: - “los invito a dar un paseo que jamás olvidarán. Solo
tienen que subirse en mi espalda, y volaremos juntos a un lugar muy
bonito. No tengan miedo. Confíen en mí”

Los tres se miraron sorprendidos. Luego sonrieron y aceptaron la


invitación. No todos los días se tiene la oportunidad de volar por el
cielo sobre un águila, ¿no?

El viaje fue muy hermoso, podían ver desde arriba como todo se
hacía más pequeño. Los árboles, las flores, las casas…El cielo era
más azul y casi podían tocar a las nubes. Era como estar dentro de
un sueño.

En un momento el águila se posó en la cumbre nevada de una


montaña. Era tan grande y tan hermosa que Lola, Facu y Cami
quedaron sin palabras. Estaban muy conmovidos por semejante
belleza de la naturaleza.

Mientras el águila se puso a descansar, escucharon una voz que les


dijo –“ya se todo sobre su búsqueda, y estoy dispuesto a ayudarlos,
si ustedes me lo permiten”
- “Quien dijo eso” – dijo Cami
- “No lo sé, no veo a nadie aquí, estamos en la cima una
montaña gigante” – contesto Facu
- “Me parece que la que nos habla es la mismísima montaña”,
dijo la luciérnaga
Y así era. La montaña les estaba hablando. - ¿Las montañas
también hablan? Dijeron los hermanos
- “Todo es posible, siempre que así lo crean” – respondió la
montaña, y prosiguió:
Les propongo hacer un ejercicio: para que puedan relajarse y
luego tomar más fuerza para seguir con su búsqueda.
Escuchen atentamente:
- “Cierren los ojos e imaginen que uno de ustedes es una
montaña, igualito a mí. Se pueden quedar quietitos, así como
yo. Imaginen que sus raíces están muy firmes, sobre la tierra,
y eso los hace muy fuertes, nadie los puede tumbar, son muy
poderosos. Uno de ustedes puede hacer de montaña, y el otro
hará de cuenta que es la nieve, y le hará masajitos al otro, luego
será la lluvia que cae despacito y luego más fuerte, porque se
hizo tormenta, pero nada derrumba a una montaña ni le da
miedo. La montaña esta relajada, tranquila, quieta y fuerte, bien
arraigada a la tierra. Luego imaginen que son un rio que baja
por la montaña, y pueden con unas plumitas hacerle suaves
caricias al otro que hace de montaña. Luego vendrán
animalitos: pajaritos, ciervitos, unos perritos, podemos hacer
los ruiditos, los pasos de ellos que van bajando. Nada distrae a
la montaña. Sigue concentrada, fuerte y muy relajada.
Van a ver como se sentirán mucho mejor y podrán retomar su
viaje mucho más relajados y confiados en que lograrán su
objetivo “
Facu y Cami hicieron la postura de montaña y los diferentes climas y
animales. ¡Esta relajación había sido tan hermosa! Tenía razón la
montaña. Ahora se sentían mucho más relajados, confiados y más
fuertes, y ya no tenían miedo, porque sabían que iban a encontrar lo
que buscaban. Solo era cuestión de tiempo, confianza y seguir
buscando sin rendirse

Le dieron un fuerte abrazo a la montaña y les agradecieron mucho


este ejercicio de relajación, que decidieron, iban a seguir haciéndolo
en su casa, antes de irse a dormir, o quizá en algún momento cuando
volvieran a sentirse nerviosos, con miedo o inseguros.

Subieron al lomo del águila que los volvió a dejar en el bosque, le


dieron un beso y un brazo muy fuerte de agradecimiento. Había sido
un gran aprendizaje. Ella los saludó y partió a las alturas, abriendo
sus enormes alas.

Mientras seguían su viaje, vieron un gatito que estaba muy estirado


y se movía mucho.

- “Hola” dijeron los tres amigos

- “Hola” Respondió el gatito

- “Que son esos movimientos raros que estás haciendo?”

- “No son movimientos raros, los hago cuando estoy contento y


también cuando estoy enojado, me ayuda mucho a liberar el estrés,
a calmarme cuando estoy nervioso, también me ayuda a flexibilizar
toda mi columna cuando estoy muy tenso”

Lola, Facu y Cami se miraron asombrados. – “¿Nos enseñarías esos


movimientos? Nos vendría muy bien en nuestra búsqueda. Estamos
bastante tensos y nerviosos, ya que seguimos sin encontrar lo que
buscamos”

- “Por supuesto que sí!, respondió el gato. Es muy fácil, apoyen sus
rodillas en el piso como si armaran una mesita. Luego deben arquear
su espalda para arriba y para abajo, en movimientos lentos. Cuando
estamos contentos sonreímos y miramos para adelante. Cuando
estamos enojados nos miramos el ombligo y erizamos todos los pelos
- “¡Que linda la postura del gato” – dijo Cami, me encanta!

- “Que bueno que te guste”, dijo el gatito.

- “Les propongo un juego que es muy divertido! ¡Es un juego


sorpresa! Tengo unas pinturas y pinceles, les haré unos bigotes,
unas orejitas y los convertiré en gatitos. ¿Qué les parece? Luego
todos jugaremos a ser gatitos, cantamos, bailamos, hacemos
miauuuu y nos estiramos como gatitos, y cuando yo digo “ESTATUA”
nos quedamos todos quietos poniendo cara de de gato, luego de
sapo inflando los cachetes, y así con todos los animales. También
haremos el juego de “estatua de emociones”, cuando yo diga “estatua
enojada” paramos de bailar, nos quedamos quietitos y ponemos cara
de enojados, y así con las caras se sorpresa, de alegría, etc. ¿Les
gustaría? Este juego los ayudará a soltar sus emociones y aprender
que ninguna emoción es mala. Solo hay que aceptarlas, sentirlas y
luego dejarlas ir, sin rechazarlas. Esto nos ayuda a calmarnos
cuando estamos nerviosos o tristes. A conocernos y querernos más
a nosotros mismos.

- “Me encanta la idea!!” – dijo Cami


-¡Estatua !” – dijo el gato

- “Oh! ¡Quedaste hermosa!”, dijeron Lola y Facu. Jugaron al


juego de las estatuas de animales y de emociones, bailaron y
cantaron tanto que no se dieron cuenta de la hora
- “¡Tenemos que irnos! ¡Se hará de noche!” – dijo la
luciérnaga.
- “Es verdad, dijo el gato, pero ahora están muy exhaustos de
tanto bailar. No van a poder dar ni un paso en este estado.
Tengo otro juego que los hará relajarse y reponer energía
para seguir su camino. Será solo un ratito y los dejará
renovados, ya verán.
Y prosiguió: - Me gusta coleccionar piedritas de colores. Y con
ellas hago un juego con mandalas
- “Que es eso?” – dijo Lola
- Los mandalas, son círculos sagrados. Significa rueda o
circulo en sanscrito y tienen su origen en la India.
Ayudan a sacar nuestra esencia divina al exterior, también nos
ayudan a concentrarnos más, a ser más creativos, a desarrollar
la paciencia, a estar más serenos y tranquilos, y además nos
da más confianza y seguridad en nosotros mismos.
Les propongo hacer mandalas porque esto funciona como una
meditación activa, y estoy seguro que los ayudara para estar
más confiados y seguros en su búsqueda. ¡No se den por
vencidos! Y les entregó un montón de piedritas azules, verdes
y blancas

- Hagan lo que les diga el corazón, déjense llevar, dijo el gato


- “Quedo un mandala súper gigante y hermoso!” – Dijo la
luciérnaga
- “Wow”, dijo Facu, ¡quedó muy lindo! ¡Gracias gatito! La verdad que
nos encantó este juego de meditación y nos sentimos mucho más
descansados, confiados y con mas energía para poder seguir.
¡Muchas gracias por tu ayuda!
- De nada, respondió el gato. Subiendo a un árbol y saludándolos
desde una rama

Más adelante, se encontraron con 2 tortugas, una al lado de la otra,


Facu y Cami dijeron – “¿serán hermanas como nosotros?”

– “¡Hola!”, respondieron. ¡Sí! ¡Somos hermanas!! ¡Nos encanta


tomar sol juntas!

La luciérnaga les conto de su búsqueda, que ya venía todo el día


volando y sus amigos caminando, pero no lograban hallar lo que cada
uno buscaba, había sido un día agotador.

Las tortugas les contaron que podían enseñarles su postura, y que


no importa el tiempo que tardemos, que siempre que tengamos un
sueño, debemos luchar por él. Que solo debemos tener fe en
nosotros y nunca rendirnos. Que todos los sueños se hacen realidad,
siendo valientes y pacientes.

Así, se metieron en su casita y les aconsejaron descansar un poco,


como hacían ellas. Que esta postura los iba a ayudar a relajarse y
pensar en todo lo que hoy habían logrado, que se habían conocido y
se hicieron grandes amigos gracias a esta aventura, que se habían
ayudado entre ellos al acompañarse en esta búsqueda, y además
hicieron muchos amigos nuevos que les enseñaron muchas cosas.
Sobre todo, a siempre ayudar a quien lo necesite, y a no rendirse
nunca.

- “Sin esta dificultad, jamás hubieran aprendido tantas cosas, ni


conocido a tantos buenos amigos, ¿no?” Dijeron las tortugas
- “Así es, muchas gracias”, respondieron los tres. Y se relajaron en
la postura de la tortuga.

Ya que están más relajados, dijeron las tortugas, los invitamos a que
se recuesten boca arriba. Con las manos para arriba y los ojos
cerrados. Si escuchan atentamente van a hacer una meditación muy
hermosa, para que puedan descansar muy profundo y mañana
tengan sus energías renovadas y positivas.

- ¡Qué buena idea!, dijo la luciérnaga. Se pusieron en postura de


savasana y escucharon atentamente la meditación:
- “Les recordamos que respiren inflando la panza como si fuera un
globo al inhalar, y lo desinflen al exhalar. Les vamos a pedir que
imaginen una luz blanca en su corazón, brillando. Va iluminando
todo el cansancio, los pensamientos negativos, etc. Esa luz va
creciendo, creciendo, llena desde el ombligo hasta la garganta.
Luego sigue creciendo y los cubre desde los pies hasta la cabeza,
llenando el cuerpo con una luz blanca muy linda y tranquilizante.
Sigue creciendo, brillante hasta que cubre sus pies y va por encima
de su cabeza.
Ahora van a hacer un par de respiraciones, van a sonreír, y se van a
repetir interiormente “yo soy capaz de lograr todo lo que me
proponga, soy inteligente, y puedo hacer realidad todos mis sueños.
Lo que busco está muy cerca. Solo debo tener fe y paciencia y nunca
rendirme “
- “Muchas gracias tortugas”- dijeron Facu y Cami. Nos sentimos muy
relajados y confiados. Estamos seguros que papa y mama están
muy cerca
- “Si” dijo la luciérnaga. Yo tengo un presentimiento, quizá mi luz
también este muy cerca
- “Por supuesto que sí”, dijeron las tortugas. Ahora descansen, que
mañana será un día muy especial. Verán que a pesar de las
dificultades vale la pena el esfuerzo que uno haga para lograr sus
sueños
- “¡Adiós tortugas! ¡Gracias!”, dijo el trío alejándose
- “Adiós”, dijeron ellas, metiéndose lentamente en su caparazón.

Facu, Cami y Lola descansaron varias horas. Estaban agotados de


tanto caminar.

La luciérnaga fue la primera en despertar. Todavía era de noche y


notó que algo en ella había cambiado, porque miró por fín en su
interior y vio una luz violeta dentro suyo, muy intensa. No podía
creerlo. ¡Había conocido su luz!

Esa noche salió a volar feliz, las demás luciérnagas le dijeron - ¡Te
extrañamos mucho! ¡Por fin volviste a alumbrarnos con esa luz tan
especial, tan única que tienes!

Allí comprendió todo. Ella siempre había tenido esa luz que tanto
buscaba. Todos podían verla menos ella. Fue cuando decidió
escuchar a su corazón y creer en sí misma, que pudo ver lo que
siempre tuvo en su interior.

Entendió que ella no tenía que ser como nadie. Ni como el árbol, ni
como el perro, ni como el sapo o las tortugas, ni como ningún otro
animal.

Sus nuevos amigos la ayudaron a darse cuenta que todos somos


seres especiales, que podemos ofrecer nuestro amor y ayuda a los
demás y que cada uno es un ser único e irrepetible.

- “¡Despierten!” Les dijo a Facu y a Cami, que seguían


durmiendo. Les conto todo y les mostro su luz brillante
- “Wowww” dijeron los hermanos, que hermosa eres Lola! Nos
alegramos mucho que hayas encontrado tu luz
- “¡Tenemos que buscar a sus padres! ¡Sé que hoy los encontraremos!
Y también tengo que encontrar a la oruga, ¿se acuerdan? Dijo la
luciérnaga. ¡Ella me dio ese mensaje y yo no lo entendí en ese
momento!”
- “Siiii!!” Dijeron Facu y Cami. Seguro esta por aquí, ¡vamos a buscarla!

Buscaron y buscaron…. Pero no la encontraron por ningún lado....


¿Cómo puede ser si ayer estaba por aquí? - dijo la luciérnaga. ¡Me
gustaría tanto agradecerle!

Una voz cercana le respondió – “Que no la veas no significa que no


esté aquí”

- “Esa voz me resulta conocida”, dijo Lola

Se dio vuelta y vio una bellísima mariposa, sus alas eran de color
azul, verde y celeste, era tan hermosa que se quedó boquiabierta, no
podía creerlo
Hasta que recordó las palabras de la oruga: - “No te quedes solo con
lo que tus ojos ven. Mira para adentro. Escucha a tu corazón”

Y pudo comprenderlo. Ella no era más una oruga. ¡Se había


transformado en mariposa!

¡Todos hicieron la postura de mariposa moviendo las piernas como


si fueran alitas, que lindo!

La luciérnaga le agradeció y le pidió perdón por no haberle creído. La


mariposa le dijo: - “No tengo nada que perdonarte. Lo importante es
que tú te perdones y nunca más dudes de ti. Lo imposible no existe”

- “¡Ahora que veo mi luz tan brillante los podré ayudar mucho
más a buscar a sus padres iluminando el camino! dijo Lola, y
con un chiflido llamo a todas sus amigas luciérnagas que
vinieron al instante y se formó una nube enorme de luces,
parecía un arco iris en el medio de la noche, eran miles de
luciérnagas alumbrando el bosque. Como millones de
linternas luminosas. Entre todas, todo será más fácil- dijo.
Facu y Cami sonrieron agradecidos.

Volaron y alumbraron cada rincón del bosque, y no se dieron por


vencidas, hasta que vieron a lo lejos, que venía mucha gente y
entre ellos estaban los papas de Cami y Facu.
¡Por fin los encontramos!!

- “¡Gracias querida amiga Lola! ¡Gracias a todas por su gran


ayuda! “Dijeron los hermanitos, saludándolas con un beso y
un abrazo a cada una, y fueron corriendo a encontrarse con
mama y papá que ya estaban a unos pasos, emocionados por
reencontrarse con sus hijos.

Desde ese día la luciérnaga siempre está alumbrando los caminos


más oscuros donde quizá alguien pueda necesitarla. Porque sabe
que de nada sirve ser luz si no podemos iluminar el camino de otro.

Y colorín colorado, la luz violeta se fue para otro lado.

FIN

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