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El documento discute el rol de la alimentación en la conducta alimentaria. Las emociones afectan la elección, calidad y cantidad de alimentos ingeridos, y las emociones negativas intensas pueden aumentar la ingesta de alimentos altos en azúcares y grasas. Una dieta equilibrada y variada, con un control del consumo de azúcar, puede influir positivamente en los pensamientos y decisiones, mientras que una deficiencia de nutrientes como ácidos grasos Omega-3 puede producir alteraciones en la conducta.
El documento discute el rol de la alimentación en la conducta alimentaria. Las emociones afectan la elección, calidad y cantidad de alimentos ingeridos, y las emociones negativas intensas pueden aumentar la ingesta de alimentos altos en azúcares y grasas. Una dieta equilibrada y variada, con un control del consumo de azúcar, puede influir positivamente en los pensamientos y decisiones, mientras que una deficiencia de nutrientes como ácidos grasos Omega-3 puede producir alteraciones en la conducta.
El documento discute el rol de la alimentación en la conducta alimentaria. Las emociones afectan la elección, calidad y cantidad de alimentos ingeridos, y las emociones negativas intensas pueden aumentar la ingesta de alimentos altos en azúcares y grasas. Una dieta equilibrada y variada, con un control del consumo de azúcar, puede influir positivamente en los pensamientos y decisiones, mientras que una deficiencia de nutrientes como ácidos grasos Omega-3 puede producir alteraciones en la conducta.
Rol de la alimentación en la conducta alimentaria , Palomino Pérez Ana María.
Rev Chil Nutr 2020; 47(2): 286-291.
Una mejor calidad de la dieta se relaciona con un mayor volumen en el tejido
cerebral. La regulación de las emociones nos ayudaría a alimentarnos mejor, nuestro cerebro es lo que comemos, y esto inicia desde el feto. Si la madre come mas comida chatarra los hijos son más propensos a la agresión y rabietas. Por otra parte la deficiencia de ácidos grasos y Omega 3, produce alteraciones en la conducta como miedo agresión. Se requiere de una alimentación variada y equilibrada. La alimentación puede influir en nuestros pensamientos y decisiones. Debemos controlar el consumo de azúcar, ya que el poder del azúcar es semejante al poder de una droga, ya que tiene un potencial adictivo muy alto. La microbiota es un mediador entre la comida y el cerebro. Las emociones repercuten en la elección, calidad y cantidad de alimentos ingeridos. Las emociones dependen de la cultura alimentaria.Los alimentos se utilizan como mecanismo disfuncional para afrontar las emociones negativas (ira, apatía, frustraciones), utilizando alimentos “reconfortantes” como aquellos altos en azucares y grasas. Las emociones determinan la elección, calidad y cantidad en la ingesta de alimentos.Considerando que las emociones son un fenómeno conductual complejo que involucra varios niveles de inteligencia neuronal y química que afecta la respuesta alimentaria a lo largo de todo el proceso de ingestión. Las emociones negativas que aumentan la ingesta son: ira, apatía, frustración, estrés, miedo, pena,ansiedad, inquietud, soledad y aburrimiento. A mayor intensidad de la emoción experimentada, mayor inhibición del control alimentario. 1) Las emociones afectan la elección de los alimentos, altos en grasas (organolépticos) 2) Las emociones de alta intensidad (estrés muy intenso) suprimen el comer. 3) Las emociones de excitación e intensidad moderada, aumenta la ingesta por deterioro del control cognitivo. El “comer emocional” es un término que refiere al uso de los alimentos como un mecanismo disfuncional de afrontamiento de las emociones negativas. Como estrategias de regulación tenemos la reevaluación cognitiva y la supresión expresiva. Debemos controlar los estados de ánimo para poder lograr un autocontrol en la conducta alimentaria. Un aumento de estrés crónico provoca aumento de conductas alimentarias, menos saludables.