Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Emociones y alimentación
Es bastante común que a veces, podamos refugiarnos en la comida para que
nos ayude a calmar emociones desagradables. Pero cuando ésta es nuestra
única estrategia, y por lo tanto, se convierte en un hábito, el riesgo puede ser
demasiado alto.
Depender totalmente de la comida para llenar vacíos o evitar sentir
emociones, puede volverse en nuestra contra. Lo que resultó adaptativo en un
momento muy determinado de nuestras vidas, ahora puede traernos muchas
consecuencias negativas como por ejemplo, aumento de peso, colesterol,
diabetes, culpa, obsesiones y sentimientos negativos, entre otros.
Hablamos de hambre emocional, para referirnos a una conducta
desadaptativa, cuyo motor son las emociones. La comida, pasa a ser un
refuerzo de corto plazo con el fin de dejar de sentir estrés, ansiedad, miedo,
aburrimiento…
Después de dicha conducta, aparecen sensaciones negativas (culpa,
malestar…) de forma que volvemos a recurrir a la comida para sentirnos
mejor. Creamos así, un círculo vicioso que nos lleva una y otra vez a gestionar
las emociones de la misma manera, sin tener la oportunidad de construir
estrategias propias. Es entonces cuando la ayuda de un profesional experto
es imprescindible.