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SIGNIFICADO QUE LE DAN LOS PADRES AL USO DEL MALTRATO

FÍSICO INFANTIL

Salazar Ariana C.I:27.081.414, Vargas Luis C.I: 26.798.312

UNIVERSIDAD CENTROCCIDENTAL “LISANDRO ALVARADO”

LPS372: PROYECTO I

Prof.: Lic. Anderson Jiménez

LICENCIATURA EN

PSICOLOGÍA

27 de marzo de 2022
Aproximación al fenómeno de Estudio

El maltrato infantil, usualmente es un fenómeno que tiene lugar en el marco de la crianza


de los hijos, principalmente en lo que se refiere a la implementación de pautas
disciplinarias (Metángolo, 2019). Del mismo modo, Greve (2014), coincide al afirmar que
“actualmente el maltrato hacia los niños es considerado en un continuo de pautas de
crianza que están culturalmente definidas” (pág.11), así pues, las acciones que constituyen
maltrato o castigo físico, pueden ser consideradas por algunos padres, una forma de
disciplina aceptable, pero para otros no, ya que cambia de acuerdo a los valores y
costumbres de una sociedad particular (Greve, 2014).

Por su parte, el maltrato físico infantil se sitúa dentro de las tipologías de maltrato
en la infancia (García, 2006) y es definido como “cualquier acción no accidental por parte
de los padres o cuidadores que provoque daño físico o enfermedad en el niño o le coloque
en grave riesgo de padecerlo” (De Paúl et al., 1996, citado en García 2006, pág. 51). El
maltrato físico infantil es un fenómeno que proviene de los padres o cuidadores del niño, y
debido a ello el interés de estudiarlo no solo a partir de quien lo experimenta, sino desde la
forma en que los padres infligen maltrato hacia sus propios hijos (Whitus 2006, señalado
por Greve 2014, pág 11).

En cuanto a lo que hay detrás de la acción de maltrato físico infantil por parte de los
padres, los planteamientos desde la perspectiva psicológica existentes hasta el momento,
sugieren “aspectos individuales relacionados con la historia temprana de los padres, sus
habilidades y capacidades cognitivas, su historia de crianza y los mecanismos psicológicos
utilizados para la resolución de problemas” (Soriano, 2008, pág. 164).

Asimismo, Metángolo (2019), tras una revisión del estado del arte de la
problemática del maltrato infantil, argumenta que:

Aquellos adultos que han sufrido distintas formas de maltrato en su


infancia tienden a reproducirlas sobre sus hijos, de modo que se
refuerza la idea de que las pautas de crianza son, en gran medida,
aprendidas a partir de la propia experiencia del cuidador (pág. 1).
Por su parte, otra develación del maltrato físico infantil, plantea que una “cantidad
desconocida de abuso físico se produce en el contexto de la disciplina (…) un padre
maltratador puede justificar el maltrato como una forma legítima de disciplina o
justificar aquellos comportamientos que tienen inicialmente como objetivo la disciplina
(…)” (Bensley et al., 2004, señalado por Greve 2014, pág 12).

Aunado a esto, Greve (2014), aporta que:

Los padres que maltratan físicamente a sus hijos en el contexto de


la crianza parental presentan un estilo parental menos efectivo,
más cercano al estilo autoritario de crianza, perciben menos
apoyo parental, muestran mayor disfuncionalidad familiar y un
estilo relacional más rígido y centrífugo que los padres que no
usan este tipo de castigo (pág 5).

Finalmente, nuestro propósito como investigadores para estudiar el fenómeno del


maltrato físico infantil desde el significado que le dan los padres, se ha fundamentado en el
hecho de que para poder “detectar, prevenir y atender el maltrato físico infantil, se debe
tener un común entendimiento del fenómeno y sus causas” (Caicedo, 2007, pág 73). De
este modo, lograr una comprensión del significado que le dan los padres al uso del maltrato
físico infantil, representa una de las alternativas para interpretar el fenómeno,
proporcionando esto una base para el posterior diseño de estrategias y/o abordajes que
permitan atender y prevenir el maltrato infantil, persiguiendo y garantizando una mejor
calidad de vida para los infantes; teniendo en cuenta, además, que el maltrato físico infantil
ha incrementado en nuestro país a causa de la pandemia por COVID-19 y las deficiencias
existentes en las políticas generales del Estado para tomar medidas y responder (Cecodap,
2020).

De allí que surgen las siguientes interrogantes: ¿Qué significa para los padres el maltrato
físico infantil?, ¿ Como comprenden los padres el maltrato físico infantil de sus hijos?,
¿Cómo conciben los padres de familia el hecho de usar el maltrato físico infantil en sus
hijos?
Para ello, nos regiremos por el enfoque cualitativo, porque dentro de sus particularidades es
el que permite al investigador “indagar en situaciones naturales, intentando dar sentido o
interpretar los fenómenos en los términos del significado que las personas les otorgan”
(Vasilachis 2013, sección ¿Qué es la investigación cualitativa?, párrafo 5) De este modo,
llevaremos a cabo la investigación en Barquisimeto, estado Lara, teniendo como versionantes a
personas Barquisimetanas, que tengan uno o varios hijos

Propósitos

 Conocer el significado que le otorgan los padres el maltrato físico infantil.

 Comprender el significado que motivan o no a los padres a hacer uso del maltrato físico
en sus hijos.

 Interpretar la concepción que le dan los padres al uso del maltrato físico infantil en la
crianza.
Momento II

Referentes

Teóricos

El maltrato infantil es un problema multicausal, en el que interceden las


características del agresor, el agredido, el medio ambiente que les rodea y un estímulo
disparador de la agresión (Ramírez, citado en Francia, 2003). Los padres utilizan
determinadas estrategias de socialización para regular la conducta de sus hijos; estas
maniobras se expresan en estilos educativos parentales y su elección depende de variables
personales tanto de los padres como de los hijos (Ceballos et al. 1998, citado en Izzedin et
al., 2009). El castigo físico ha sido usado, y aún lo es, como método educativo y
disciplinario (Suarez, 2001). En ese sentido, algunas formas de maltrato infantil pueden
entenderse como el extremo al que un padre puede llegar en la disciplina que emplea con
sus hijos (Gracia, 2002).

Esta investigación, persigue comprender el significado que le dan los padres al uso
del maltrato físico infantil, por lo tanto, en este apartado presentaremos la
conceptualización de una serie de términos, cuyo conocimiento es necesario para la
comprensión total del fenómeno, los fundamentos teóricos bajo los cuales se ha
estudiado el maltrato físico infantil a lo largo del tiempo, así como las investigaciones
previas relacionadas con el tema, con el fin de conocer el estado actual de nuestro
fenómeno de estudio, de acuerdo al contexto histórico y cultural.

Maltrato infantil

Según Díaz (2001), el maltrato infantil (MI) suele conceptualizarse como el


“tratamiento externadamente inadecuado que los adultos encargados de cuidar al niño le
suministran y que constituye un grave obstáculo para su desarrollo” (pág.143). Se destaca
que el MI es un constructo socio-histórico y como tal, responde a la visión de época a la
que se circunscribe (Jackson, citado en Matángolo, 2019). Este no se presenta de forma
aislada, sino que implica una gran variedad de factores biopsicosociales (Francia, 2003)
Maltrato físico infantil

Actualmente no existe una forma clara de conceptualizar el maltrato físico infantil, sino
que varias disciplinas aportan un concepto distinto, en primer lugar la medicina lo define
como un síndrome, las ciencias jurídicas lo abordan como un delito para el perpetrador y
debe ser castigado, para la psicología es una conducta no deseable que puede generar daños
en sus esferas de funcionamiento, para las ciencias sociales es una creencia relacionada con
el poder patriarcal (López, 2005 citado en Cortés, 2020).

El maltrato físico infantil es el principal fenómeno más estudiado entre los diferentes
tipos de maltrato infantil porque, se puede identificar mejor y genera consecuencias más
evidentes (Cortés, 2020).

Por su parte, Ji et al. (2015), citado en Matángolo (2019) describen el maltrato físico
infantil como:

Toda agresión física no accidental, sea o no mediada por un objeto,


incluyendo golpes con la mano, los puños, patadas, empujones,
ahogamientos, mordeduras, dejar caer al niño, entre otras acciones que
pueden desencadenar en lesiones intencionales o semi-intencionales
(sección, tipos de maltrato infantil, párrafo, 2).
En cuanto a la delimitación de las edades en las que la práctica anterior descrita,
se considera maltrato físico infantil, la OMS (2020) establece que “la violencia contra los
niños incluye todas las formas de violencia contra los menores de 18 años, infligida por
sus padres o por otras personas que les cuiden (…)” (sección de datos y cifras, párrafo 1).

Permanencia histórica del maltrato físico infantil

Cortés, (2020) expone que:

El maltrato físico en la infancia ha estado presente siempre y ha sido


subestimado en muchas ocasiones, dada la tradición de castigar
físicamente aquellos comportamientos que son considerados
inadecuados o molestos (…) Investigaciones y exploraciones
antropológicas han podido concluir que el maltrato físico como castigo es
una práctica arraigada desde la antigüedad, se concibió como un método
de educación y la crianza de los hijos en diversas culturas, siendo
inevitable este suceso en la vida infantil de todos los tiempos, algo
aceptado sin ser puesto a discusión (pág. 36-37-38).
Paternidad

“Tradicionalmente se ha ubicado al padre como figura de autoridad, de respeto, el


que imputa la ley, el que sabe o aparentemente sabe, el que resguarda, el que provee, el
que propone seguridad por su mayor fortaleza” (Aray, 1992 citado en Arvelo 2004). Lo
que antes eran roles estereotipados y patriarcales basados en factores biológicos, como
el sexo de las personas, ahora han sido reformulados y se ha llegado, en gran medida
gracias al trabajo sociológico e histórico, a un consenso de que los comportamientos,
valores y actitudes que se han atribuido a hombres son construidos socialmente (Doherty
et al. 1998, citado en Torres, 2004).

Según Oiberman 1998, citado en Nieri (2012) la paternidad involucra un:

Proceso psicoafectivo por el cual un hombre realiza una serie de


actividades en lo concerniente a concebir, proteger, aprovisionar y criar a
cada uno de sus hijos jugando un importante y único rol en el desarrollo
del mismo, distinto al de la madre (sección, Transición hacia la
paternidad, párrafo. 2).

Maternidad

Molina ,2006 citado en López et al., (2014), define la maternidad como:

Un conjunto de creencias y significados en permanente evolución,


influidos por factores culturales y sociales, que han ido apoyándose en
ideas en torno a la mujer, a la procreación y a la crianza, como vertientes
que se encuentran y entrecruzan en la interpretación (pág. 31-32).

Crianza

Según Eraso et al., (2006) citado en Izzedin et al., (2009), la crianza:

Se refiere al entrenamiento y formación de los niños por los padres o por


sustitutos de los padres. También se define como los conocimientos,
actitudes y creencias que los padres asumen en relación con la salud, la
nutrición, la importancia de los ambientes físico y social y las
oportunidades de aprendizaje de sus hijos en el hogar (...) La crianza del
ser humano constituye la primera historia de amor sobre la que se edifica
en gran parte la identidad del niño y se construye el ser social (párrafo 2).

La crianza según Izzedin & Pachajoa, (2009) implica tres procesos psicosociales: Las pautas de
crianza: se relacionan con la normatividad que siguen los padres frente al comportamiento de los
hijos siendo portadoras de significaciones sociales. Cada cultura provee las pautas de crianza de
sus niños.
Las prácticas de crianza: es el contexto de las relaciones entre los miembros de la familia
donde los padres juegan un papel importante en la educación de sus hijos.
Las creencias acerca de la crianza: hacen referencia al conocimiento acerca de cómo se
debe criar un niño, a las explicaciones que brindan los padres sobre la forma como encausan
las acciones de sus hijos.

Estilos de crianza

Los modelos de crianza o estilos educativos parentales acuñados por Baumrind


(1967,1971), precursora de la investigación en el tema, son el estilo autoritario, el estilo
permisivo y el estilo democrático.

El estilo autoritario o represivo es disciplinado, en este modelo la obediencia es


una virtud. Los padres con este estilo educativo benefician la disciplina en
exceso, proporcionando mucha importancia a los castigos y poca al dialogo y la
comunicación con los hijos limitando de este modo la autonomía y la creatividad
en el niño (Baumrind (1978), citado en Izzedin et al., 2009).

Asimismo, en el estilo permisivo o no restrictivo, Baumrind, (1997) citado en Izzedin et


al., (2009) propone que:
Refleja una relación padre e hijo no directiva basada en el no control
parental y la flexibilidad. Los niños de este modelo crecen
sobreprotegidos con escasa disciplina y no se tienen en cuenta sus
opiniones (sección, Estilos Educativos Parentales y Socialización,
párrafo, 2).

Castigo físico
Straus y Mathur, (1996) lo define como “un acto de un padre u otro cuidador que tiene
la intención de causar dolor físico, pero no lesiones, con fines de corrección o control
(sección definición de castigo corporal, párrafo 2)

Por otro lado, Greve (2014), señaló la definición de castigo físico de Litzow et al.,
(2008) como “el daño físico causado intencionalmente por parte de los padres o
cuidadores con el propósito de disuadir o evitar el comportamiento no deseado del niño”
(pág. 12).

En cuanto a la aplicación del castigo físico, Graziano et al., (1996), citado en Sauceda
(2007) asegura que “la mayor parte de los padres acepta que los actos cotidianos de
violencia contra sus hijos –tales como golpes leves, pellizcos, palmadas, etc.– son actos
apropiados de disciplina en beneficio de los pequeños” (sección Introducción, párrafo 10).

Del mismo modo, Sauceda et al., (2007) postula que:

Son las madres quienes más aplican castigos físicos, tal vez porque ellas
tienen a su cargo la mayor parte de las labores de crianza. Y los
progenitores de nivel sociocultural más bajo tienden a poner en práctica
medidas disciplinarias más duras (sección Introducción, párrafo 8).

Modelos teóricos sobre el maltrato infantil

Perspectiva psiquiátrica psicológica


Originariamente, las causas del maltrato infantil, se estudiaron desde el enfoque
psicopatológico, centrándose en las características psicológicas, así como en la existencia
de psicopatologías en los padres maltratadores ((Kempe y Helfer, 1972; Spineta y Rigler,
1972; Helfer, 1973 señalado en Soriano, 2008)

Respecto a este modelo Soriano (2008) explica lo siguiente:

Este modelo destaca la presencia de ciertas características en los padres


que maltratan, tales como síntomas de tipo depresivo, ansiedad y bajo
nivel de autoestima, antecedentes de abusos, impulsividad (…), falta de
previsión de las consecuencias en la toma de decisiones, poca tolerancia
ante situaciones de tensión, escasa capacidad empática (…). Estos
trastornos podrían llegar a bloquear, distorsionar e incluso impedir el
desempeño adecuado del rol de padres, pudiendo generar situaciones de
maltrato hacia los hijos. (pág. 163)
No obstante, actualmente este enfoque es cuestionado, porque se ha evidenciado que el
“10% de los casos de maltrato infantil son causados por personas con problemas
psicopatológicos o psiquiátricos y el 90% restante es obra de padres que, según los
estándares, deberían ser tildados de normales” (Centro Reina Sofía para el estudio de la
violencia; Gracia y Musitu, citado en Soriano 2008, pág. 163).

De este modo, la poca asertividad del modelo psiquiátrico, llevó a desarrollar el de


carácter psicológico, que al igual que el psiquiátrico es intraindividual y unifactorial;
basado de acuerdo con Soriano (2008):

En el supuesto de que los padres maltratadores son personas


caracterizadas por su nivel de inmadurez, el cual pone en marcha formas
y mecanismos de reacción ante determinado tipo de estímulos generados
por los hijos, que se caracterizan por la impulsividad y el poco control
(pág. 164).

Perspectiva Sociológica

Es un modelo multifactorial, que considera los factores socioeconómicos, así como


los valores y prácticas culturales que sostienen y justifican el uso de la violencia.

Korbin (1980), citado en Soriano (2008), postula que condiciones sociales como la
pobreza, el desempleo o el aislamiento social, resultan estresores para los padres, alterando
su capacidad de control, haciéndolos más propensos a la puesta en práctica de conductas
maltratantes hacia sus hijos.

Perspectiva Ecológica - Ecosistemática

Debido a las limitaciones de los modelos anteriores, se desarrolló una nueva


perspectiva, que recoge las aportaciones más importantes de cada una de ellas. De este
modo, Belsky (1980), señalado por Soriano (2008) parte del modelo ecológico del
desarrollo humano de Bronfenbrenner y considera el Maltrato infantil como un
fenómeno cuya causa se encuentra en la interacción de los diferentes niveles ecológicos
(individual, familiar y ambiental), y “entiende que las fuerzas ambientales, así como las
características del cuidador y del niño, actúan de manera dinámica e interactiva en la
génesis del maltrato” (Soriano, 2008, pág. 165)

Por tanto, desde el modelo ecológico-escosistemático, el maltrato infantil, de acuerdo a


lo expuesto por Soriano (2008):
Es entendido como la expresión de una disfunción en el sistema padres-
niño- ambiente, y no exclusivamente, como se sostiene desde otros
posicionamientos consecuencia de los rasgos patológicos de la
personalidad parental, de un elevado nivel de estrés ambiental o de unas
características particulares de los menores (pág. 165)
Aunado a esto, Belsky (1980) también adopta el desarrollo ontogénico propuesto por
Tinbergen (1951) y contempla “la herencia que los padres arrastran consigo, considerando
las variables relacionadas con su historia personal, así como el resto de elementos
que llegan a configurar su personalidad. (Soriano 2008, pág 165).

Investigaciones previas

Cortés (2020), realizó un estudio titulado Significados del Maltrato Físico Infantil
desde la Perspectiva del Padre de Familia como Víctima, el cual tuvo lugar en el
Municipio de Chiquinquirá (Colombia). El diseño empleado en esta investigación fue de
tipo fenomenológico, la muestra estuvo conformada por 5 padres de familia víctimas de
maltrato físico en su infancia, a quienes se les aplicaron entrevistas a profundidad. Las
conclusiones de esta investigación, arrojaron la existencia de una correlación entre que el
maltratador fue anteriormente maltratado y que sea maltratador en la actualidad;
seguidamente conciben que el maltrato físico infantil como una forma de conducta
naturalizada efectiva y que ejerce control disciplinario sobre los hijos, además de ser la
única herramienta de aprendizaje que era conocida en la época, por lo tanto, era
socialmente aceptada e incluida por las familias como un método de crianza.

Tobón Berrío, (2020) realizó una investigación titulada El castigo físico desde la
narrativa de padres y madres ordinarios. Entre tradición, ciencia y derecho, llevada a cabo
en la ciudad de Barranquilla (Colombia); el objetivo fue exponer el entramado de
pensamiento social donde residen los elementos ideológicos que actualizan la vigencia del
castigo físico en el cotidiano familiar de padres y madres ordinarios desde la narrativa de
sus experiencias parentales. El diseño utilizado fue el cualitativo crítico, los datos fueron
recolectados a través de 80 entrevistas semiestructuradas, la guía fue elaborada siguiendo la
propuesta de funciones esenciales de las representaciones sociales de Moliner y Guimelli
(2015). El contacto con los participantes se produjo por medio del sistema de bola de nieve
y de informante clave; los participantes estuvieron representados por 41 madres y 39
padres. Este estudio develó cómo los padres emplean las enseñanzas recibidas durante su
infancia y las extrapolan para el beneficio de educación de sus hijos, creando una herencia
educativa, llegando a elaborar pautas educativas propias.

Herrera Rivera, Bedoya Cardona, y Alviar Ruiz (2019) realizaron un estudio


titulado Crianza contemporánea: formas de acompañamiento, significados y
comprensiones desde las realidades familiares. El objetivo del estudio fue identificar
formas de acompañamiento en los procesos de crianza de 21 familias de la ciudad de
Medellín (Colombia), con niños entre 1 y 13 años de edad. Bajo el diseño cualitativo y la
epistemología constructivista se realizaron 15 entrevistas a profundidad y tres grupos
focales con padres, madres, abuelos y cuidadores, quienes representaron 21 familias y se
pudo evidenciar significativas diferencias entre la manera en que fueron criados por sus
padres o cuidadores, y la manera actual en que intentan criar a sus hijos y cómo el uso del
castigo físico no es el principal método al momento de modular una conducta.
Momento III Vía Metodológica

Naturaleza de la Investigación

La presente investigación se llevará a cabo bajo el paradigma interpretativo, el cual contempla


bajo sus axiomas, que “las realidades son múltiples, holísitcas y construidas” (Lincoln et al., cf.
también Guba et al., citado en Monteagudo, 2001, pág. 228). Partiendo de ello, el paradigma
interpretativo, resulta el ideal para aproximarnos a nuestro fenómeno de estudio, porque son sus
fundamentos los que permiten “estudiar el tema desde la perspectiva de los actores, tratando de
comprender el marco de referencia de quien actúa” (Noreña et al., 2012, pág.156).

Así mismo, nos basaremos en el enfoque cualitativo, el cual se desprende del paradigma
interpretativo, y es definido como “un conjunto de procedimientos o técnicas para recoger datos
descriptivos sobre las palabras habladas y escritas y sobre las conductas observables de las
personas sometidas a la investigación.” (Bogdan at al., citado en Diseño y Dinámica de la
Investigación, pág.158).

De acuerdo con Vasilachis (2013) el proceso de investigación cualitativa supone:

a) la inmersión en la vida cotidiana de la situación seleccionada para el


estudio, b) la valoración y el intento por descubrir la perspectiva de los
participantes sobre sus propios mundos, y c) la consideración de la
investigación como un proceso interactivo entre el investigador y esos
participantes, como descriptiva y analítica y que privilegia las palabras
de las personas y su comportamiento observable como datos primarios
(sección, ¿Cuáles son las características de la investigación cualitativa,
párrafo 4),

Así, pues, partiendo del presupuesto de que la “investigación cualitativa (…) puede estár
basada en distintas tradiciones metodológicas -la biografía, la fenomenología, la teoría
fundamentada en los datos, la etnografía y el estudio de casos (…)” (Creswell, citado en
Vasilachis, 2013, sección ¿Qué es la investigación cualitativa, párrafo, 4), para nuestros fines
investigativos, utilizaremos el método fenomenológico-hermenéutico, el cual concibe a la
persona “como un ser para quien las cosas tienen significado” (Castillo 2000), siendo así, el más
idóneo para aproximarnos a nuestro fenómeno de estudio, basado en conocer y comprender el
significado que le dan los padres al uso del maltrato físico infantil.
En una forma más detallada, el método fenomenológico es el que “busca descubrir los
significados de los fenómenos experimentados por individuos a través del análisis de sus
descripciones, su principal enfoque se centra en la atención en la experiencia vivida de una
persona y obtiene similitudes y significados compartidos” (Solano, 2006). Por su parte, la
hermeneútica “asume que los humanos experimentan el mundo a través del lenguaje y este
lenguaje nos proporciona la comprensión y el conocimiento de las personas” (Solano, 2006).

La aproximación epistemológica de nuestro estudio, estará basada en los fundamentos


fenomenológicos-hermenéuticos antes expuestos, tomando como premisa lo expuesto por
Martínez citado en Diseño y Dinámica de la Investigación (pág.158,), el cual afirma que “en la
investigación interpretativa (…) el conocimiento es el fruto o resultado de una interacción, de una
dialéctica o diálogo entre el investigador y el objeto o sujeto investigado”.

Proceso y fases de la investigación

“Toda investigación cualitativa (…) debe ser guiada por un proceso continuo de decisiones y
elecciones del investigador”. (Pitman et al., 1992 citado en Rodríguez et ál. 1996, pág. 63).

La fase de Preparatoria

Esta es la fase inicial de una investigación cualitativa consta de dos etapas, la reflexiva y el
diseño (Rodríguez et ál., 1996). En la etapa reflexiva nos basamos en el hecho de que el maltrato
físico infantil es un fenómeno que responde a diversas causas, entre ellas el significado que
puedan estar manejando los padres respecto a él y que dicho significado puede condicionar el uso
o no uso del maltrato físico en la crianza, ¿por qué los padres lo utilizan en su método de
crianza?, ¿cómo lo perciben? entre otras premisas. En la siguiente etapa indagamos en un diseño
que se adaptara a nuestro fenómeno de estudio y seleccionamos, el paradigma interpretativo el
cual se adecua perfecto a nuestra investigación por las razones explicadas previamente.

El Trabajo de Campo

Rodríguez et ál., (1996) respecto al trabajo de campo, propone lo siguiente:

El investigador ha de ser meticuloso, cuidando cualquier detalle, sobre


todo en lo que se refiere a la recogida de información y su archivo y
organización. Debe tener una buena preparación teórica sobre el tópico
objeto de estudio. (…) Situados con esta disposición, el investigador tiene
que enfrentar en esta fase de la investigación decisiones relativas al
acceso al campo, la recogida productiva de datos y el abandono del
campo. (pág. 72)
Tomando en cuenta la anterior consideración, para poder llevar a cabo esta fase, nos
encargamos de realizar una revisión teórica exhaustiva sobre el estado del arte de nuestro
fenómeno a estudiar y las respectivas teorías que lo explican, para posteriormente seleccionar
a nuestros versionantes y aseguraros de realizar una recogida productiva de datos.

Participantes

Para seleccionar a nuestros versionantes o actores sociales, utilizaremos el tipo de muestro


por conveniencia, el cual consiste en “seleccionar aquellos casos accesibles que acepten ser
incluidos. Esto, fundamentado en la conveniente accesibilidad y proximidad de los sujetos para el
investigador”. (Otzen et al., 2017, pág.230).

Para ello, nos dirigiremos al Servicio de Pediatría del Hospital Dr. Luis Gómez López en
Barquisimeto, estado Lara, y procederemos a seleccionar un total de tres voluntarios, que
correspondan con los siguientes criterios:

- Ser padre o madre.


- Edad de los hijos comprendida entre 1 y 17 años.
- Tener disposición para participar en el proceso de investigación.

Técnicas e instrumentos de recolección de información

La técnica de recolección de información que utilizaremos, será la entrevista a profundidad, la


cual Varguillas y Ribot (2007), definen de la siguiente manera:

Es una conversación personal larga, no estructurada, en la que se persigue


que el entrevistado exprese de forma libre sus opiniones, actitudes, o
preferencias sobre el tema objeto estudio. De esta manera se concibe
como una interacción social entre dos personas en la que se va a generar
una comunicación de significados; una va a explicar su visión del tema el
entrevistado y la otra va a tratar de comprender o interpretar esa
explicación (pág. 250)
Cabe destacar ciertas particularidades a tomar en cuenta en la entrevista cualitativa acuñadas
por Taylor y Bodgan In Métodos Cuantitativos Aplicados 2 (2008):
Las entrevistas en profundidad siguen el modelo de una conversación
entre iguales, y no de un intercambio formal de preguntas y respuestas.
Lejos de asemejarse a un robot recolector de datos, el propio investigador
es el instrumento de la investigación, y no lo es un protocolo o formulario
de entrevista. El rol implica no sólo obtener respuestas, sino también
aprender qué preguntas hacer y cómo hacerlas (pág. 194)
Finalmente, el instrumento de recolección de datos a utilizar, estará representado por el guion
de entrevista y para registrar y almacenar la información, se utilizará la grabadora de un teléfono
celular junto con un formato digital para realizar anotaciones respectivas a cada entrevista.

Método de análisis

Procesaremos la información a través de la técnica del análisis de contenido, la cual “se


basa en la lectura (textual o visual) como instrumento de recogida de información, lectura que a
diferencia de la lectura común debe realizarse siguiendo el método científico, es decir, debe ser,
sistemática, objetiva, replicable, y valida” (Andréu, 2018, pág 2).

Siguiendo este orden de ideas, llevaremos a cabo el análisis de contenido comenzando con
la descripción de la información del fenómeno de estudio suministrada por los actores sociales,
realizaremos una transcripción textual del verbatum de nuestros versionantes y enumeraremos
cada una de las líneas contenidas en la entrevista, con el fin de facilitar la ubicación y el proceso
de análisis de la información más distinguida.

Posteriormente categorizaremos la información; para Marín et ál. (2016) el proceso de


categorización “consiste en “ponerle nombre” y definir cada unidad analítica. Dentro de cada
categoría se pueden definir subcategorías. La categorización puede realizarse de dos maneras
distintas pero complementarias: deductiva o inductivamente” (párrafo 1 sección Categorización y
codificación). Asimismo, procederemos a codificar cada categoría, lo cual consiste en asignarle
un número o letra a las categorías para una mejor administración de la información (Marín et ál.
2016)

Después de haber establecido las categorías y la codificación, procederemos a triangular


los datos. Según Okuda y Gómez (2005). se refiere al uso de varios métodos, de fuentes de datos,
de teorías, de investigadores (…) y comprende el uso de varias estrategias al estudiar un mismo
fenómeno. De esta forma se le dará una conceptualización teórica a cada una de las categorías.
Legitimización

Finalmente, como en toda investigación, es necesario asegurarse sobre “la precisión con
que los hallazgos obtenidos reproducen efectivamente la realidad empírica y los constructos
concebidos que caracterizan realmente la experiencia humana” (Hansen, citado en Pérez Serrano,
1998 pág. 80).

La credibilidad, según Corral (2014) “se refiere a cómo los resultados son verdaderos para
aquellas personas estudiadas y para otras que han experimentado o estado en contacto con el
fenómeno investigado” (pág. 27). Es por esto, que luego de transcribir el verbatum de nuestros
versionantes, así como al completar la investigación, procederemos a solicitar su constatación,
con la finalidad de confirmar que reproduzca fielmente su experiencia sobre el fenómeno
estudiado.
Referencias

Andréu, J. (2018). Las técnicas de Análisis de Contenido: Una revisión actualizada.


Sociología Universidad de Granada.

Angie Marín, E. H. (2016). METODOLOGÍA PARA EL ANÁLISIS DE DATOS


CUALITATIVOS EN INVESTIGACIONES ORIENTADAS AL APROVECHAMIENTO
DE FUENTES RENOVABLES DE ENERGÍA. KOINONIA.

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Berelson, B. (1952). Content Analysis in Comunication Research . Glencoe: Free


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