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Perspectivas

integradoras de
la intervención
psicológica
PID_00274996

Guillem Feixas Viaplana


Livia Jarque Llamazares
© FUOC • PID_00274996 Perspectivas integradoras de la intervención psicológica

Guillem Feixas Viaplana Livia Jarque Llamazares

Profesor titular de Psicoterapia Licenciada en Psicología por la


de la Universidad de Barcelona, Universidad de Barcelona. Máster
donde dirige el máster de Tera- en Psicología forense y criminal
pia Cognitivosocial (www.ub.edu/ por la Fundación Bosch i Gimpe-
tpia_cognitivosocial), el máster de ra. Diploma de estudios avanzados
Trastorno mental grave y el pos- por la Universidad de Barcelona.
grado de Hipnosis clínica. Autor Consultora de la UOC (Terapias
de más de setenta artículos y otras psicológicas y Prácticum). Expe-
publicaciones, de entre las que riencia docente en la Universidad
destacan: Aproximaciones a la psi- de Barcelona (profesora asocia-
coterapia (con M. T. Miró, Paidós), da) y en la Universidad de Alican-
y Constructivismo y psicoterapia te (profesora ayudante). Autora
(con M. Villegas, DDB). de diferentes materiales docentes
(ámbito universitario). Actualmen-
te trabaja en el Instituto de Seguri-
dad Pública de Cataluña y partici-
pa en la selección de aspirantes a
agentes de la Policía y otros pues-
tos de funcionariado.

Cuarta edición: septiembre 2020


© de esta edición, Fundació Universitat Oberta de Catalunya (FUOC)
Av. Tibidabo, 39-43, 08035 Barcelona
Autoría: Guillem Feixas Viaplana, Livia Jarque Llamazares
Producción: FUOC
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del titular de los derechos.
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Índice

Objetivos....................................................................................................... 5

1. Comprensión e interpretaciones posibles del panorama de


la intervención................................................................................... 7
1.1. El problema de la diversidad ...................................................... 7
1.2. El problema de la eficacia diferencial ......................................... 8
1.3. Los factores de cambio ............................................................... 8
1.4. El movimiento integrador en psicoterapia ................................. 10

2. Propuestas de intervención basadas en el eclecticismo........... 13


2.1. Las propuestas eclécticas ............................................................. 13
2.2. Eclecticismo de orientación ........................................................ 14
2.3. Eclecticismo sistemático .............................................................. 15

3. Propuestas de intervención basadas en la integración............ 17


3.1. La integración teórica híbrida .................................................... 17
3.2. La integración teórica amplia ..................................................... 19
3.3. Problemas y perspectivas de la integración en psicoterapia ....... 20
3.3.1. A modo de conclusión .................................................. 21

Bibliografía................................................................................................. 23
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Objetivos

El estudio de este módulo os ayudará a:

1. Estimular la reflexión en cuanto a la existencia de diferentes modelos y los


resultados de la investigación.

2. Conocer las principales propuestas basadas en el eclecticismo.

3. Conocer las principales propuestas basadas en la integración teórica.


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1. Comprensión e interpretaciones posibles del


panorama de la intervención

1.1. El problema de la diversidad

En los primeros módulos de esta asignatura habéis tenido la oportunidad de


conocer diferentes escuelas teóricas. Aun pretendiendo ser una muestra repre-
sentativa de los modelos, no llega a todos los enfoques teóricos que hoy día
nos ofrece la psicoterapia.

En un principio, esta diversidad puede parecer positiva, ya que, seguramente,


cada una de las terapias nos aporta algo nuevo en la práctica clínica. El proble-
ma surge cuando nos damos cuenta de que más que enriquecer la psicoterapia,
lo que pretenden es diferenciarse del resto de las escuelas existentes.

A pesar de que estas escuelas no dejan de tratar los mismos temas, utilizan un
lenguaje diferente que dificulta el diálogo entre sí. Aparte de este hecho, debe-
mos tener en cuenta que cada modelo se fija en diferentes aspectos que con-
cuerdan con sus creencias de funcionamiento del mundo y del conocimiento.

Para poder entender mejor el problema de la diversidad, es necesario captar


que la psicoterapia forma parte de la sociedad, la cual evoluciona con el paso
del tiempo y, por lo tanto, también la psicoterapia. ¿Qué quiere decir esto?
La psicoterapia no sólo ha evolucionado, sino que lo ha hecho rompiendo
con planteamientos anteriores para que a partir de ahí surgiesen otros en un
principio más cercanos a las ideas de cada momento.

Sin embargo, actualmente esta evolución lógica se ha extendido de una mane-


ra incontrolable. Hoy día, se han llegado a contabilizar más de cuatrocientas
maneras distintas de hacer psicoterapia. Si tenemos que pensar que realmente
hay una correcta, también tendremos que pensar que, en ese caso, ¡hay tres-
cientas noventa y nueve incorrectas!

Todo esto comporta algunos problemas. Por ejemplo, la psicoterapia puede


caer en desprestigio si en lugar de esforzarnos por ser eficaces lo hacemos por
ser diferentes de los otros modelos. Una manera de resolver la cuestión de la
diversidad ha sido que dentro de la psicoterapia haya surgido un movimiento
integrador que, al mismo tiempo, ha visto crecer la diversidad dentro de su
propio movimiento.
© FUOC • PID_00274996 8 Perspectivas integradoras de la intervención psicológica

Varios factores (evolución de pensamiento, lenguajes diferentes, presti-


gio, etc.) han propiciado el surgimiento de muchas psicoterapias en un
principio diferenciadas entre sí.

La pluralidad de ideas ha llevado a una serie de problemas, entre los


cuales se encuentra la imagen externa de la psicoterapia.

El movimiento integrador quiere aprovechar esta diversidad con el fin


de hacer más efectiva la praxis de la psicoterapia.

1.2. El problema de la eficacia diferencial

En el módulo "Estudio del eficacia y el proceso de la intervención" ya hemos


citado las dificultades que surgieron cuando se intentó mostrar una eficacia
superior en un modelo que en el resto: no se pudo establecer esta superioridad
en términos globales. Algunos psicoterapeutas, sorprendidos por no poder es-
tablecer un modelo como ganador, se plantearon que la competición entre
escuelas no era el camino más provechoso.

Desde el punto de vista de la integración, creemos que es importante destacar


que los intentos de mostrarse más eficaces que otros enfoques teóricos resta
tiempo a la tarea de encontrar los factores que hacen más eficaz la psicotera-
pia. Lo que la investigación parece sugerir es que la mayoría de las terapias in-
vestigadas poseen componentes eficaces y, por lo tanto, si los incorporásemos
a un modelo integrador podríamos aumentar su eficacia.

Los integradores creen que se debería intentar localizar los factores de cambio
e integrarlos en un solo modelo para aumentar la eficacia de la psicoterapia.
Éste es uno de los objetivos del movimiento integrador. Por desgracia, todavía
hay muchas escuelas que prefieren desprestigiar a las otras o embarcarse en
una "lucha de escuelas" en lugar de colaborar unidas.

La eficacia diferencial en la investigación no ha designado a un vence-


dor absoluto.

Tratar de mostrarse más eficaz que otro modelo, puede hacer que se
pasen por alto los factores comunes de cambio.

A pesar de que ha aparecido el movimiento integrador, hay escuelas que


no siguen esta vía, aunque son las menos.

1.3. Los factores de cambio

Las diferentes escuelas se esfuerzan por mostrar al resto de la comunidad que


sus técnicas son mucho más eficaces que las de las otras, incluso que son las
únicas eficaces. Mientras tanto, los estudios de eficacia no parecen abonar este
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planteamiento. Lambert (1992), teniendo en cuenta los resultados de los estu-


dios disponibles que se han realizado, nos muestra que este planteamiento está
poco fundamentado, ya que se ha observado que en primer término el cliente
es el principal protagonista del éxito de la psicoterapia y que, en segundo tér-
mino, aparecen una serie de factores comunes en las diferentes psicoterapias.

Los diversos experimentos concluyen que los factores de cambio tienen que
ver con el cliente, el psicoterapeuta, la relación que se da entre ambos, el cam-
bio extraterapéutico (remisión espontánea), las expectativas, los factores co-
munes y, finalmente, en menos proporción, las técnicas.

Contribución relativa de los factores de cambio que influyen en el resultado de la psicoterapia (según Lambert, 1992).

Cada uno de estos factores de cambio engloba una serie de aspectos que debe-
mos tener en cuenta. Para entenderlo mejor, y ya que lo hemos mencionado
como el más destacado, hablaremos del factor de cambio que está relacionado
con el cliente.

Como hemos dicho anteriormente, cada sujeto es diferente de los otros (varia- Reflexión
bilidad intraindividual) y actuará de una manera también distinta. Teniendo
Suponiendo que la capacidad
en cuenta este aspecto del ser humano, no creemos que resulte difícil entender de nuestro cliente para hacer
por qué el mismo cliente es un factor de cambio importante. A pesar de la insight sea muy baja, ¿creéis
que la psicoterapia basada en
existencia de diversos estudios que hacen referencia a distintas variables del el modelo conductual puede
irle bien? ¿Cuál es el modelo
cliente, como la edad, el sexo, el nivel cultural, el nivel económico, patología, de psicoterapia que probable-
mente no promovería un cam-
etc., nosotros nos limitaremos a poner un ejemplo que versa sobre la capaci- bio en este cliente?
dad de insight de un cliente (de darse cuenta de sus procesos psicológicos) y la
posibilidad de tener éxito en el cambio o no.

Como todos sabemos, el psicoanálisis valora mucho la capacidad de insight


de sus clientes. Por este motivo, si el cliente tratado tiene poca capacidad de
insight, promover el cambio desde este modelo resultará una tarea difícil. En
cambio, si el modelo de psicoterapia es el conductual, en el cual la capacidad
de insight no posee tanto valor, será más fácil promover el cambio en dicho
cliente.
© FUOC • PID_00274996 10 Perspectivas integradoras de la intervención psicológica

Por otro lado, a menudo hay factores de la misma vida del cliente (sus relacio-
nes afectivas, el trabajo, etc.) que afectan enormemente a su bienestar y que
siguen un ritmo independiente de la psicoterapia.

Ante la falta de eficacia diferencial, algunos investigadores han estudia-


do los factores que propician el cambio.

Según Lambert (1992), los principales factores de cambio son: cambio


extraterapéutico (40%), factores comunes (30%), efecto placebo (15%)
y, finalmente, las técnicas (15%).

Los factores de cambio (sobre todo los que hacen referencia al propio
cliente) hay que tenerlos en cuenta a la hora de aplicar una intervención
(o tratamiento) a un cliente (o paciente), ya que de ellos depende, en
gran medida, la eficacia de la psicoterapia.

1.4. El movimiento integrador en psicoterapia

El desarrollo histórico de la psicoterapia se puede ver como una sucesión de


enfoques terapéuticos basados en visiones diferentes de los problemas huma-
nos y la forma de resolverlos.

Aun así, encontramos a muchos psicoterapeutas que prefieren no identificar-


se plenamente con una escuela concreta. En los resultados obtenidos en en-
cuestas realizadas en Estados Unidos se refleja esta idea, y muchos de los psi-
coterapuetas tienden a definirse como "eclécticos". Smith (1982) encuentra
que el 41% de los cuatrocientos quince psicoterapeutas encuestados se pone
la etiqueta de ecléctico. Sin embargo, en realidad no sabemos qué quiere decir
exactamente esta etiqueta. Podemos estar más seguros de lo que no es (adhe-
sión a un modelo único) que de lo que quiere decir.

Aunque ya en los años treinta se pueden encontrar ejemplos aislados de in-


tentos eclécticos o integradores, el movimiento integrador en psicoterapia no
se formó como tal hasta los años ochenta. Tanto en el anterior módulo como
al principio de éste, se han citado una serie de factores que, según Norcross
(1986), propiciaron el movimiento integrador. Recordemos cuáles han sido:

1) Multiplicidad de terapias. Actualmente, hay un número de psicoterapias


muy elevado, con tendencia a presentarse como nuevas y diferentes del resto,
hecho que, por otra parte, complica su práctica. Se puede llegar al hecho de
que cada profesional haga cosas diferentes (o al menos las presente como tales)
ante un mismo problema. Esta diversidad perjudica a la imagen profesional
del psicoterapeuta ante la sociedad.
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El movimiento integrador propone aglutinar o articular estas psicoterapias con


el fin de mejorar la práctica clínica.

2) Una única manera de hacer psicoterapia no puede ser útil para todas las
personas, dado que diversas formas de psicoterapia pueden ser útiles para pro-
blemas diferentes, o personas diferentes, o en momentos diferentes. No hay,
pues, una forma de psicoterapia que sea útil para todos los problemas clínicos,
ni para todos los clientes (aunque presenten la misma diagnosis), ni en todas
las fases del proceso de cambio.

El movimiento integrador pretende superar esta limitación que implica tener


una única psicoterapia.

3) Ausencia diferencial de efectividad entre psicoterapias. A pesar de la pre-


tendida distinción entre modelos, los resultados muestran una eficacia equi-
valente, al menos globalmente.

La integración acepta este hecho y busca la manera de sacar provecho de él.


Articular diferentes modelos puede aumentar la eficacia de la psicoterapia.

4) Reconocimieto de factores comunes. El punto anterior llevó a la conclusión


de que en los mecanismos de cambio intervenían una serie de de factores que
se encuentran en diferentes enfoques.

La integración se centra en el estudio de estos factores para identificar lo que


funciona en psicoterapia.

5) Énfasis en las características propias del paciente y en la relación terapéutica


como mecanismos básicos para explicar el cambio. Ciertamente, los estudios
de eficacia no otorgan a las técnicas (el elemento distintivo de los modelos) un
papel demasiado central (no más de un 15%) a la hora de explicar el cambio.
Por otra parte, tanto el papel activo del cliente como el de la relación terapéu-
tica que se da es algo que cada vez reconocen más todas las teorías.

Así pues, parece natural que este movimiento encuentre en los citados ele-
mentos un argumento sólido para buscar la integración.

6) Factores sociopolíticos y económicos. Ya hemos dicho que la psicoterapia


avanza en un contexto social y político concreto, y con unos determinantes
económicos cada vez más poderosos.

Por lo tanto, la sociedad influye en la psicoterapia. Sus críticas en referencia


a la falta de coordinación entre escuelas y la imagen dispersa que transmite
esta lucha hicieron que algunos terapeutas valorasen la posibilidad de trabajar
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conjuntamente con el fin de llegar al cliente (sociedad) de una manera una


tanto más unificada, y con el máximo número de recursos terapéuticos a su
servicio.

Como sugieren Feixas y Miró (1993), podemos ver el tema de la integración en Bibliografía
psicoterapia como una evolución desde la pluralidad hacia la exploración de
G. Feixas y M. T. Miró (1993).
un avance común. Otros autores (por ejemplo, Norcross, 1986) entienden la Aproximaciones a la psicotera-
integración en psicoterapia como un reto evolutivo de las psicoterapias hacia pia: Una introducción a los tra-
tamientos psicológicos. Barce-
estadios de desarrollo más maduros, y pasan de un simplismo absolutista y lona: Paidós.
dogmático ("mi enfoque es el mejor, por definición, y el resto está equivoca-
do") a un relativismo ("los enfoques funcionan según los casos").

El movimiento integrador se aglutina en torno de la SEPI, Society for the Ex-


ploration of Psychoterapy Integration, y su equivalente española, la SEIP (So-
ciedad Española para la Integración en Psicoterapia), sociedad que se centra
en "la exploración de la integración" más que en pretender llevar a cabo el
"sueño unificacionista". No se trataría de eliminar la pluralidad y establecer un
modelo único de psicoterapia, sino de aprovechar la rica diversidad actual y la
variedad de perspectivas que nos ofrece. Así pues, el movimiento integrador
se convierte en un marco de diálogo que quiere dejar en segundo término la
"lucha de escuelas" y fomentar un contexto cooperativo orientado a elaborar
propuestas integradoras más evolucionadas que los modelos ya existentes. No
obstante, se debería reforzar y coordinar la investigación sobre los mecanis-
mos de cambio propuestos por los diferentes modelos terapéuticos, aunque
utilicen una terminología diferente.

A partir de algunas críticas provenientes de la sociedad, cierto número


de terapeutas han empezado a valorar la posibilidad de trabajar en clave
integradora según una serie de factores en la psicoterapia: la falta de
eficacia diferencial, la proliferación de enfoques, la consideración de
que todos los clientes responden de la misma manera a la psicoterapia,
el reconocimiento de la existencia de factores comunes en las diferentes
psicoterapias, etc.

La integración es entendida por muchos autores como una evolución


hacia estadios más maduros de entender la psicoterapia y llevarla a la
práctica.
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2. Propuestas de intervención basadas en el


eclecticismo

2.1. Las propuestas eclécticas

Dentro del movimiento integrador podemos encontrar dos tendencias claras:


el eclecticismo y la integración. Tanto la una como la otra poseen diferentes
vertientes. En este apartado os hablaremos del eclecticismo en un sentido más
genérico; y en los dos apartados que siguen, os mostramos dos de los enfoques
teóricos más elaborados.

La tendencia ecléctica, a menudo también llamada eclecticismo técnico, se


basa en la idea de que hay que combinar las mejores técnicas para potenciar
la eficacia de la psicoterapia. No es importante la teoría en la cual se origina
una técnica o procedimiento, lo que importa es su utilidad. Por lo tanto, en
las propuestas eclécticas se combinan técnicas y procedimientos terapéuticos
independientemente de la teoría en que se hayan originado.

El objetivo de esta propuesta es enriquecer la práctica de la psicoterapia incor-


porando una gama de técnicas y procedimientos variada en lugar de intentar
una síntesis teórica, que sería necesariamente complicada.

La cuestión que se platea si optamos por el eclecticismo es con qué criterio


seleccionamos las técnicas. La estrategia que utilizaron los defensores de esta
propuesta hasta los años setenta para elegir la técnica adecuada –y que algunos
psicoterapeutas todavía utilizan hoy día– se basaba en la intuición del psico-
terapeuta, sin más explicaciones. Como comentan Feixas y Miró (1993):

"En esta forma de eclecticismo no hay ninguna base lógica conceptual transmisible, sino
que la decisión respecto a qué técnica se tiene que utilizar radica en su atracción subjetiva,
o en la vivencia o creatividad del terapeuta."

G. Feixas y M. T. Miró (1993). Aproximaciones a la psicoterapia: Una introducción a los tra-


tamientos psicológicos (p. 360). Barcelona: Paidós.

Este tipo de eclecticismo no se ha considerado parte del movimiento integra-


dor porque no aportó una lógica integradora ni ofreció avances conceptuales.
En cambio, las propuestas de eclecticismo técnico que se llevaron a cabo a
partir de los años setenta sí se consideraron parte del movimiento integrador,
puesto que abandonaban este aire intuitivo para pasar a ofrecer formulaciones
explícitas y bastante estructuradas con una lógica integradora.
© FUOC • PID_00274996 14 Perspectivas integradoras de la intervención psicológica

En el movimiento integrador encontramos las propuestas eclécticas y


las de integración.

Las primeras propuestas eclécticas no se puedieron considerar como


contribuciones integradoras, ya que no ofrecían el suficiente rigor en los
criterios de selección de técnicas, ni ninguna aportación de tipo con-
ceptual.

A partir de los años setenta, el eclecticismo técnico abandona la intui-


ción para pasar a utilizar los criterios sistemáticos y planteamientos pro-
pios del movimiento integrador.

2.2. Eclecticismo de orientación

En este tipo de eclecticismo, la selección de técnicas se rige por los criterios


que se establecen desde una teoría concreta; es decir: según una orientación
teórica particular, se combinan técnicas de origen diverso.

Una buena teoría para ejemplificar esta integración es la los constructos per-
sonales propuesta por Kelly (1955, podéis ver también las actualizaciones de
Botella y Feixas, 1998; Feixas y Villegas, 2000). La formulación de este modelo
terapéutico no implica el uso de ninguna técnica específica, sino que se cen-
tra en la conceptualización de los procesos de construcción del cliente. Sus
esfuerzos van dirigidos a describir los procesos de cambio posibles, así como a
trazar mapas que permitan entender dónde se encuentra el cliente, hacia dón-
de quiere ir y el camino más fácil que se puede escoger. Estos mapas indican la
estrategia más adecuada para generar un cambio y la técnica se elige teniendo
en cuenta esta estrategia.

A modo de ejemplo, os presentamos esta tabla en la que se proponen los me-


canismos de cambio descritos en la terapia de los constructos personales como
criterio para seleccionar técnicas (adaptado de Feixas y Villegas, 2000).

Estrategias Técnicas

1)�Cambio�de�polo�del�constructo Uso de la autoridad investida (uso de la in-


fluencia social del terapeuta para despatologi-
zar)
Uso de la experimentación (focalización ver-
bal, dramatización, asignación de tareas)

2)�Aplicación�de�otro�constructo�del�reper- Reformulación del síntoma


torio�del�cliente Reformulación del contexto del síntoma
Técnicas circunspectivas (por ejemplo, la lluvia
de ideas o brainstorming)

3)�Articulación�de�constructos�no�verbales Rotulación
Asociación libre
Focalización temporal (focusing)
Análisis de sueños (interpretación, integración,
autoproducción)
Trabajo artístico creativo
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Estrategias Técnicas

4)�Contraste�de�la�consistencia�interna�del Confrontación
sistema�de�constructos Disputa racional

5)�Contraste�de�la�validez�predictiva�del�sis- Contraste de hipótesis


tema�de�constructos Uso de la experimentación

6)�Variación�del�ámbito�de�conveniencia�de Uso de las metáforas del cliente


un�constructo Reconstrucción metafórica

7)�Alteración�del�significado�de�un�cons- Reconstrucción cognitiva


tructo Cambios en la red de implicaciones semántica

8)�Creación�de�nuevos�ejes�de�construcción Terapia de rol fijo


Análisis existencial

El eclecticismo de orientación propone realizar una selección de técni-


cas que se base en los criterios que se han establecido desde una teoría
específica.

Para poder efectuar una selección de técnicas con una única teoría, es
necesario que disfrute de una buena amplitud teórica.

2.3. Eclecticismo sistemático

En este caso, la selección de técnicas se basa en un esquema sistemático en


el que se indican qué técnicas hay que utilizar teniendo en cuenta el tipo
de cliente con quien tenemos que tratar. Por lo tanto, nos encontramos ante
una selección de técnicas guiada por unos esquemas conceptuales de carácter
genérico sobre la naturaleza del cambio y cómo se tiene que llevar a cabo. La
clasificación de técnicas y clientes está claramente explicitada.

El eclecticismo técnico sistemático de Larry Beutler (1983; Beutler y Clarkin,


1990) es un buene ejemplo de ello. Basa su propuesta en tres ingredientes
extraídos de la revisión de las investigaciones disponibles sobre las variables
influyentes en el éxito terapéutico. Empieza por sistematizar las terapias exis-
tentes en términos de estilos terapéuticos o dimensiones bipolares de inter-
vención (por ejemplo, directiva frente a no directiva, centrada en el síntoma
respecto a centrada en el conflicto). El segundo paso implica una selección de
variables del cliente (por ejemplo, complejidad del síntoma, estilo de afron-
tamiento). El tercer componente de este modelo implica un emparejamiento
de estilos terapéuticos con variables del cliente. Veamos, también a modo de
ejemplo, algunas de las recomendaciones que nos aporta este modelo:

• Las terapias directivas y centradas en el síntoma (por ejemplo, la conduc-


tual y la cognitiva) son indicadas para clientes con baja reactancia y estilo
de afrontamiento externalizador.
© FUOC • PID_00274996 16 Perspectivas integradoras de la intervención psicológica

• Las terapias directivas y centradas en el conflicto (por ejemplo, la gestál-


tica) son indicadas para clientes con baja reactancia y estilo de afronta-
miento internalizador.

• Las terapias no directivas y centradas en el síntoma (por ejemplo, la auto-


ayuda) son indicadas para clientes con alta reactancia y estilo de afronta-
miento externalizador.

• Las terapias no directivas y centradas en el conflicto (por ejemplo, el psi-


coanálisis y la centrada en el cliente) son indicadas para clientes con alta
reactancia y estilo de afrontamiento internalizador.

El eclecticismo sistemático propugna una selección de técnicas basada


en una clasificación previa en la que se tiene en cuenta cómo es el clien-
te y cómo se le puede tratar adecuadamente.

Se tienen en cuenta tanto los estilos terapéuticos como las variables del
cliente.
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3. Propuestas de intervención basadas en la


integración

3.1. La integración teórica híbrida

A diferencia de las anteriores propuestas eclécticas, y como se puede entrever


por su propio nombre, lo que rige esta modalidad es la teoría y no las técnicas,
aunque la integración teórica también comporta la integración de técnicas.

La integración teórica híbrida hace referencia a la integración de dos teorías


que se consideran diferentes, pero que se tratan como complementarias. Lo
que se pretende es combinar estas dos teorías en una nueva propuesta integra-
dora, una especie de híbrido síntesis de las otras dos.

A pesar de que se pueden integrar diferentes teorías, ya desde las propuestas de


los años treinta y cuarenta los intentos de integración teórica se han centrado
en gran medida en la combinación de los enfoques psicoanalítico y conduc-
tual. En la década de los años cincuenta, en el contexto de acercamiento de
algunos psicólogos académicos de Yale hacia el psicoanálisis, se da la prime-
ra aportación significativa en esta línea por parte de Dollard y Miller (1950).
Estos autores presentan un intento ambicioso de sintetizar ambas teorías en
cuanto a su concepción de la neurosis y de la psicoterapia con la meta de ar-
ticular una teoría unificada. En su elaborada propuesta, Dollard y Miller no
sólo explican el principio de placer en términos de refuerzo y la represión en
términos de inhibición de respuesta, sino que formulan una compleja teoría
sobre la dinámica del conflicto y la ansiedad en la neurosis.

Actualmente, el enfoque que representa este planteamiento de integración


teórica híbrida es la psicodinámica cíclica de Paul Wachtel (1987). Discípulo
de Dollard y Miller, se formó como psicoanalista y, posteriormente, tuvo la
oportunidad de observar el trabajo de algunos de los terapeutas de conducta
más reconocidos. Este autor considera que el énfasis en la intuición por parte
de los psicoanalistas como mecanismo de cambio no es suficiente en todos
los casos, y que se tiene que prestar atención a los componentes actuales del
conflicto que también favorecen las fantasías y los conflictos inconscientes.
En lugar de compartir la visión psicoanalítica en que los conflictos infantiles
son la causa de los conflictos actuales, Wachtel defendió una visión cíclica, en
el sentido de que tanto los conflictos como los síntomas son el resultado de
círculos viciosos que se mantienen en la situación actual. Aun centrándose en
los aspectos actuales del círculo vicioso, reconoce que la experiencia precoz
favorece cierta predisposición (y, por lo tanto, aumenta la posibilidad de apa-
rición de determinadas conductas).
© FUOC • PID_00274996 18 Perspectivas integradoras de la intervención psicológica

Extraído de G. Feixas (1995). La psicodinámica cíclica de Wachtel. Manuscrito no publicado. Universitat de Barcelona.

En el esquema (comentado en Feixas, 1995) sobre esta propuesta, podemos


ver tanto sus ingredientes y su interrelación (en forma de ciclo vicioso) como
un ejemplo (sombreado). En este caso, el sujeto tiene fantasías hostiles como
resultado de conflictos inconscientes originados en su infancia. Estas fantasías
le provocan mucha ansiedad y como defensa se genera una formación reacti-
va, que adopta la forma de una actitud tímida y sumisa ante los demás. Esta
actitud hace más probable que se vea inmerso en relaciones en las que es el
sujeto siempre quien cede. Las emociones que le generan estas relaciones (ra-
bia, frustración, enojo, etc.) fomentan, en su vida actual, las fantasías hostiles,
que pueden aparecer en forma de sueños violentos perturbadores.

Así pues, las experiencias vividas anteriormente son el origen de un patrón de


funcionamiento que refleja conflictos no resueltos que influyen en la persona
más allá de la su consciencia; al mismo tiempo, nos llevan a crear precisamen-
te las condiciones actuales que perpetúan el problema. En otras palabras, las
personas que escogemos, nuestas relaciones actuales, pueden confirmar nues-
tras fantasías y la visión del mundo que arrastran desde la infancia. Wachtel
denomina cómplices a las personas significativas que contribuyen a perpetuar
el ciclo.

"[...] este patrón persiste [...] porque la manera de experienciar e interactuar con el resto
tiende a recrear continuamente las viejas condiciones una vez tras otra."

P. L. Wachtel (1977). Psychoanalysis and Behavior Therapy. Toward an Integration (p. 53).
New York: Basic Books.
© FUOC • PID_00274996 19 Perspectivas integradoras de la intervención psicológica

La integración teórica híbrida comporta la síntesis conceptual entre dos


teorías o modelos psicoterapéuticos, como es la propuesta de Dollard y
Miller, que integra la vertiente psicoanalítica y la conductual.

Esta integración teórica también implica la combinación de las técnicas


de cada modelo.

Actualmente, una de las propuestas más representativas de esta moda-


lidad de integración es la psicodinámica cíclica de Paul Wachtel.

En esta propuesta, por un lado, Wachtel considera esenciales las expe-


riencias precoces; por el otro, destaca la importancia de las influencias
interpersonales actuales.

3.2. La integración teórica amplia

Cuando hablamos de integración teórica amplia, hacemos referencia a la in-


tegración de muchas teorías en un esfuerzo por articular diferentes aspectos
del funcionamiento humano, como por ejemplo los emocionales, conductua-
les, cognitivos e interpersonales. Con frecuencia, estas propuestas integrado-
ras se basan en adelantos de la psicología cognitiva y social, lo cual permite
una mayor conexión entre lo que conocemos como psicología académica y
la psicoterapia.

Teniendo en cuenta su complejidad y amplitud, la descripción de algunos de


estos enfoques se escapa de las posibilidades razonables de una descripción
breve. Tan sólo podemos mencionar alguno de ellos y tratar de sintetizarlo
al máximo. Por ejemplo, la propuesta de Gimeno-Bayón y Rosal (2001) cum-
ple los requisitos de integración amplia al combinar aportaciones de autores
tan diversos como Assaglioli, Berne, Von Bertalanffy, Carkhuff, Desoille, Egan,
Feldenkrais, Frankl, Gendlin, Janov, Kelly, Lowen, Maslow, May, Moreno, Perls
y Rogers, entre otros. Su enfoque articula aspectos cognitivos, emocionales y
corporales de la práctica terapéutica.

Ante la pregunta de qué clase de intervención podemos utilizar para ayudar al


cambio terapéutico, los autores deciden realizar una descripción precisa de los
métodos de intervención dependiendo de cuál sea el conflicto que se tenga
que afrontar. De la lista de más de cien problemas que recoge el modelo que
proponen, se concentran en treinta y tres. Para cada uno se hace una descrip-
ción fenomenológica, una interpretación, se dan pistas para su identificación
y, finalmente, se ofrece un abanico de posibilidades de intervención que han
demostrado ser eficaces.

De una manera deliberada, los autores ofrecen propuestas de origen bien di-
verso ante cada problema (procedentes de la tradición gestáltica, psicodramá-
tica, analítico-transaccional, psicocorporal, de fantasía guiada, etc.). Esta va-
riedad tiene como finalidad ofrecer sugerencias variadas para que cada psico-
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terapeuta escoja las que le resulten más adecuadas por sus conocimientos, ex-
periencia o especialización y, sobre todo, porque sirven de estímulo para su
propia creatividad.

La integración teórica amplia integra más de dos orientaciones teóricas.

Gimeno-Bayón y Rosal integran una gran diversidad de teorías teniendo


en cuenta los componentes cognitivos, emocionales y corporales. Iden-
tifican una serie de problemas sobre los cuales se utiliza una variedad
de técnicas fruto de esta integración conceptual.

3.3. Problemas y perspectivas de la integración en psicoterapia

A pesar del considerable esfuerzo que han realizado los integradores, tanto
el movimiento ecléctico como el integrador presentan una serie de inconve-
nientes. El principal problema del eclecticismo es la falta de coherencia entre
las técnicas que utiliza, o la filosofía en que se basan. Por ejemplo, las técnicas
de exposición, además de ser un procedimiento, transmiten unos significados
sobre la naturaleza del problema y cómo se puede solucionar. Esto puede ha-
cerlas difíciles de compatibilizar con técnicas de otro talante, como por ejem-
plo la interpretación. Esta técnica intenta que el cliente se dé cuenta de los
orígenes infantiles de su problema, una concepción muy distinta de la ante-
rior, y la actitud y el tipo de relación terapéutica también es bastante diferente
al aplicar una técnia u otra.

Por su parte, la integración se encuentra con la dificultad de unir teorías que


parten de visiones del ser humano y de sus problemas a menudo muy dife-
renciadas. Si consideramos los problemas como determinados por la dinámica
inconsciente de la infancia, resulta difícil combinarlo con una teoría cognitiva
que considera que son causados por las creencias erróneas o irracionales del
cliente.

Ante estos problemas, algunos autores (Feixas y Neimeyer, 1991) del movi-
miento integrador han efectuado una nueva propuesta: la integración�meta-
teórica. Esta nueva modalidad de integración plantea la posibilidad de aglu-
tinar diferentes teorías psicoterapéuticas bajo un marco común metateórico,
dado que se necesita un marco epistemológico bastante amplio para aglutinar
diferentes teorías. El constructivismo podría cumplir este requisito.

La afirmación constructivista que nos dice que la realidad no se nos presenta


objetivamente, sino que somos los observadores quienes la construimos, ha
tenido bastante repercusión en el ámbito de la psicoterapia. Esta afirmación
nos hace pensar que no hay una verdad ontológica; por lo tanto, no existe
una manera correcta o verdadera de hacer psicoterapia, ni una más eficaz que
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las otras en términos absolutos, puesto que ése sería el sueño objetivista. Re-
nunciar al dogmatismo para ir hacia el relativismo es una prueba más de saber
reconocer que la realidad se puede construir de maneres alternativas.

Feixas y Neimeyer (1991) han concretado su propuesta de integración meta-


teórica basada en el constructivismo en el que denominamos integracionis-
mo�teórico�progresivo (ITP). Tratan, precisamente, de limitar la síntesis teóri-
ca y técnica a los enfoques que sean epistemológicamente compatibles; de esta
forma, se restringe el intercambio y la síntesis conceptual a los sistemas que
poseen principios filosóficos compatibles entre sí. Este intento por incorporar
tan sólo los conceptos y las heurísticas que son congruentes con su propio
núcleo de presuposiciones supera una de las críticas más extendidas realizadas
contra la práctica integradora: la no explicitación de las bases epistemológicas
sobre las cuales se tienen que integrar diversas teorías o terapias (Meser, 1986).
Estos autores afirman que la epistemología constructivista puede ser un marco
teórico idóneo para llevar a cabo esta integración por los motivos siguientes:

a) Se puede observar cierta tendencia constructivista en el seno de diferentes


modelos. Tanto los modelos cognitivos como los sistémicos han evolucionado
hacia el constructivismo. Los modelos siempre han tenido un tinte construc-
tivista, sin ser tan conscientes de ello. Incluso hay algunos psicoanalistas que
se han declarado constructivistas desde el punto de vista epistemológico.

b) Por el alto grado de abstracción y flexibilidad ya citados.

c) El carácter multidisciplinario de la epistemología constructivista, basada


en aportaciones de biólogos, físicos, biocibernéticos, filósofos de la ciencia,
además de psicólogos, sitúa el constructivismo en una buena posición para
realizar esta integración metateórica.

En opinión de los autores, en los últimos ocho años los cambios hacia una
metateoría constructivista ofrecen condiciones favorables para el desarrollo de
un modelo que contenga mejor el cambio psicoterapéutico, que mantenga su
coherencia filosófica y técnica.

3.3.1. A modo de conclusión

Si nos mantenemos en esta vertiente constructivista, podemos ver los modelos


psicoterapéuticos existentes actualmente como construcciones alternativas de
la realidad terapéutica, con un valor relativo en cuanto a su eficacia y efectivi-
dad. El hecho de que sigan existiendo todas, una junto a la otra, como cons-
trucciones parciales sobre la psicoterapia nos dibuja un panorama bastante
fragmentado. Esto encaja con lo que Kelly (1964/1969) denominó fragmenta-
lismo�acumulativo: parece que la psicoterapia ha avanzado y ha "descubierto"
fragmentos de conocimiento útiles y válidos que se han desarrollado de una
manera independiente, compitiendo entre sí, sin un marco que los articula-
se. En contraposición a este fragmentalismo, el alternativismo constructivo de
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Kelly (1964/1969) nos sugiere "apostar" por construcciones alternativas más


ámplias y evolucionadas, que no signifiquen "un modelo más" por acumular.
A pesar de que esta (re)construcción no nos aporte una nueva parcela de "ver-
dad" terapéutica, puede proporcionar una visión alternativa más integrada de
lo que ya hay (Feixas, 1992).

Los eclécticos y los integradores se encuentran con una serie de limita-


ciones en sus propuestas. Por ejemplo, la dificultad que implica combi-
nar técnicas provenentes de diferentes planteamientos conceptuales.

La integración metateórica propone aglutinar las diferentes teorías (y


sus técnicas) bajo un marco filosófico o epistemológico común.

La integración teórica progresiva (ITC) de Feixas y Neimeyer comparte


esta idea de integración y utiliza el constructivismo como marco epis-
temológico.
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