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Jung
Licenciado en filosofía por la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR) y Sociólogo por
la Universidad Central de Venezuela (UCV), cursando postgrado en antropología social por
el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) docente universitario en el
área de metodologías cualitativas de investigación social, teorías sociales y culturales,
antropologías filosóficas y sociología de la religión en la Universidad Católica Santa Rosa,
Escuela de Filosofía y en la Universidad Bolivariana de Venezuela, Programa de Grado
Gestión Social del Desarrollo Local. Líneas de investigación: Religiosidades y
espiritualidades populares, socio-antropologías de la religión, psicología profunda y
hermenéutica filosófica.
almasperdidas2020@gmail.com
jmatos007@hotmail.com
Hermenéutica y sentido
Pues el símbolo da primero que vivir, alimenta al que se abra a él, capta al lector mediante
una sensibilidad que informa llevándole a dimensiones de lo real que se le escapaban. Lo
sensible y la imagen son portadores de sentido, nunca plenamente identificable a lo que se
ha asimilado (…) Pero si da que pensar es porque primero da que vivir, por la mediación de
las imágenes que tocan a cada uno en lo más propio y singular uniéndole con otros que
también fueron tocados en su propia sensibilidad7.
La propia actividad hermenéutica puede ser entendida como una sensibilidad abierta
a la compresión del sentido de las cosas. Ciertamente, “una postura hermenéutica nos
4
Durand, Gilbert, La imaginación simbólica, Amorrotu, Buenos Aires, 2000, p. 118.
5
Ricoeur, Paul, El conflicto de las interpretaciones. Ensayos de hermenéutica, Fondo de Cultura Económica,
México, 2008.
6
Durand, Gilbert, La imaginación simbólica, Ob. cit., p. 78.
7
Valadier, Paul, Un cristianismo de futuro. Por una alianza entre razón y fe, PPC, Madrid, 2001, pp. 137-
138.
enseña que no se puede vivir sin sentido”8. Aunque ciertas filosofías alegan el sinsentido de
la existencia, se reconoce cada vez más que estamos constantemente en la búsqueda del
sentido. De hecho, cambiamos las cosas porque carecen de sentido; igualmente,
examinamos nuestra vida, para reflexionar sobre la direccionalidad del sentido que
deseamos. En esa labor la hermenéutica cumple una función de mediación dadora y
transmisora de sentido. En esto, el planteamiento junguiano es esclarecedor al exponer la
creación simbólica como una facultad mediadora entre la libido o energía psíquica
inconsciente y su transformación simbólica, posibilitando la actividad creadora de sentidos
y el camino constante de la individuación.
Hermenéutica junguiana
El abordaje del símbolo en Jung difiere de la reducción analítica del signo que
representa algo oculto comúnmente conocido, “en cambio al verdadero valor del símbolo,
corresponde a su valor y su sentido aplicarle una interpretación hermenéutica” 9. La
hermenéutica junguiana apreciaría la potencialidad de la imaginación-simbólica puesta al
servicio de la vida y no exclusivamente como expresiones patológicas. Ciertamente Gilbert
Durand (2000) ha expresado que la imaginación-simbólica procura restablecer equilibrio
vital al posibilitar una reacción defensiva a favor de la vida y un equilibrio psicosocial al
dosificar dinamismo a la sociedad. También un equilibrio antropológico instituyendo un
humanismo o “ecumenismo universal del alma humana”. En el planteamiento de Jung, un
proceso simbólico clave que procura la vitalidad de la psique y su dinamismo es el
denominado “proceso de individuación”, una manera de referenciarlo fue ejemplificarlo en
el mito del héroe
El verdadero héroe, para Jung es el sujeto que se pone a la escucha de la voz interior que le
llama a emprender el gran camino de aventuras que constituye la vida humana como
realización de sí-mismo, esto es, cómo llegar a actualizar, en sí, las potencialidades humanas
inscritas en el código genético del homo sapiens, en una individualidad, paradójicamente
singular y universal a un tiempo; con una conciencia diferenciada y una soberana capacidad
de sentirse centrado en sí-mismo10.
8
Grondin, Jean, Del sentido de la vida, Herder, Barcelona, 2005, p. 281.
9
Jung, Las relaciones entre el yo y el inconsciente, Ob. cit., p. 306.
10
Vásquez Fernández, A., “Psicología Profunda” en Diccionario de hermenéutica, Universidad de Deusto,
Bilbao, 2006, p. 459.
En términos generales, el “proceso de individuación” corresponde a una expansión
gradual de la conciencia, al integrar componentes conscientes e inconscientes, a la par,
impulsa la expresión: Llega a ser el/la que eres. Este proceso es progresivo e implica un
transcurso simbólico complejo.
Un ensayo exegético que sopese fríamente los distintos puntos de vistas y preste una
cuidadosa atención a cada detalle, sino exponer una reacción subjetiva. Con ello se dará
curso a una voz que hable en nombre de esas otras muchas personas que están animadas por
similares sentimientos, se permitirá tomar la palabra a la conmoción causada por la visión
desenmascarada de la ferocidad y la desconsideración divina12.
En tal sentido, Jung al indagar textos sagrados como la Biblia no realiza una
exegesis exclusivamente histórica y teológica, sus intereses radican en una compresión
sobre los efectos que la experiencia numinosa inmediata tienen en la actualidad. Aborda las
problemáticas religiosas como auténticos “mitologemas vivientes” que se mantienen en el
tiempo y, a su vez, se renuevan y sufren transformaciones. Al respecto, en Respuesta a Job
un mitologema central en el drama de Job y Yahvé son las relaciones de interdependencia
entre lo humano y lo sagrado. En ese aspecto, se presenta una paradoja, mientras más se
encuentra el ser humano consigo mismo en una profundad sensación de abandono y
desamparo de su condición humana, emerge lo divino en lo humano. Liberados de las
obsesiones sociales y de las habituaciones implantadas, en la soledad con el sí-mismo,
acontece el encuentro con lo divino.
10. Valadier, Paul (2001). Un cristianismo de futuro. Por una alianza entre razón y fe,
PPC, Madrid, 2001.