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PARTE II (REFLEXIÓN CRÍTICA)

He elegido a Juan que representa un cambio en la vida que ha afectado a muchas


familias debido a la crisis del 2008, pese a que no tenían un nivel económico alto,
podían llevar el día a día con dignidad, y de golpe lo pierden todo. Aparte del impacto
moral, sienten entre vergüenza y culpa por su situación, provocando una
deshumanización del individuo, deja de tener ilusiones, iniciativa o proyectos,
generando una espiral de negatividad que lo va hundiendo, siendo cada vez mal difícil
salir.
Juan, ya no es una persona autónoma e independiente, pasa a ser sujeto en exclusión
social, no está costumbrado a esa situación y le cuesta pedir ayuda, que además
deniegan, aunque esa ayuda sólo es un parche.
Existe una jerarquización del poder, donde los sujetos de conocimiento son los
expertos ( ostentan el saber y son los encargados de recoger la información y preparar
la intervención) y objeto de intervención ( Juan), que tiene su experiencia personal y
sabe lo que está sufriendo, pero no tiene voz, delegando en los que saben la defensa
de sus derechos, sin relación de reciprocidad e igualdad entre ellos ( Avila, Cassián,
García y Pérez, 2017), Juan no puede solucionar nada sino que depende de otra
persona, que además no está en relación de reciprocidad ni igualdad. Al final el estado
es quien decide sí Juan tiene ayuda, con los datos aportados por los expertos.
Basándonos en las bases del gobierno liberal, donde el principio básico es la
producción activa de relaciones de competencia como norma y principio reguladores
del campo social ( Avila, Cassián, García y Pérez, 2017), el dar una ayuda se
convierte en una suma de "méritos" sin valoración de casos individuales, sino que
todos son denominados personas con riesgo de exclusión social, desnaturalizándose
el individuo.
Nerea Suarez, pregunta ¿Le estamos dando el poder de ayudar a personas que no
quieren ver lo que es pasarlo mal?, yo no creo que se nieguen, sino que no les llegan
las voces de las personas que lo pasan mal, por dos motivos, como indico en mi
intervención, Juan no tiene voz, siendo los expertos los que recogen y preparan la
información, teniendo la gente que tiene poder, una cadena de expertos antes de que
les llegue la información, siendo esta reducida y sesgada, nunca les llega de forma
directa de la persona implicada, como nos indica Raquel Pérez: “Nos encontramos en
un sistema de gobierno muchas veces rígido y delimitado en el que se establecen
requisitos y criterios de actuación que en ocasiones no se ajustan a las necesidades
poblacionales” o como indico una suma de “méritos”, y el segundo motivo es que
tampoco quieren “ bajar al barro” y ver las cosas con sus propios ojos.
Hasta que personas como Juan no puedan expongan directamente su caso a las
personas de poder, nunca van a poder saber lo que está pasando, quedándose sus
casos, dentro de una larga cadena de burocracia, siendo sólo un número de
expediente.

NUMERO DE PALABRAS: 500


BIBLIOGRAFIA:

Ávila, D., Cassián, N., García, S. y Pérez, M. (2017). El campo de la evaluación y la


intervención social. En Cassián Yde ( coord.). Evaluación e intervención psicológica.
Barcelona: FUOC.

Ávila, D., Cassián, N., García, S. y Pérez, M. (2017). La intervención social hoy:
tensiones y posibilidades. En Cassián Yde ( coord.). Evaluación e intervención
psicológica. Barcelona: FUOC.

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