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INSTITUTO EDUCACION SUPERIOR TECNOLÓGICO PRIVADO

“NAZARET”
CARRERA PROFESIONAL ENFERMERÍA

PRESENTADO POR:
Nayely Mary Chambi Parí
TEMA: OTITIS MEDIA AGUDA
ASIGNATURA:
DOCENTE:
SEMESTRE ACADEMICO: IV “C”
2022
INTODUCCION

Para el presente trabajo se considero los principales conceptos de la otitis


media aguda, la cual daré a conocer como se le cataloga y que ocasiona en
pacientes siendo así catalogada como infección bacteriana más frecuente del
tracto respiratorio y el principal proceso patológico para el que se prescriben
antibióticos en la infancia.

Un pediatra de atención primaria visualiza los oídos de una media de 30 niños


al día. Pese a la experiencia que ello confiere, no es infrecuente encontrarnos
con cuadros que no somos capaces de definir con claridad con los medios de
que disponemos. En otras ocasiones, debido a las características anatómicas
del propio paciente o a la presencia de cerumen, resulta imposible observar el
tímpano. Si esta dificultad en el diagnóstico ha sido una constante a lo largo de
la práctica pediátrica, en la actualidad hay que añadir nuestra indecisión, como
consecuencia del gran número de artículos que abogan por el mejor abordaje,
cuando nos encontramos ante una OMA evidente.
1. DEFINICION: La otitis media aguda es una enfermedad infecto-
contagiosa aguda que afecta al aparato respiratorio, cuyo síntoma típico
es una tos en accesos o paroxismos. Aproximadamente el 70% de los
niños han tenido algún episodio de otitis media. Afecta a todos los
grupos de edad, pero es más frecuente es el comprendido entre los 0 y
los 7 años. La otitis media (OM) es uno de los diagnósticos más
comunes en pediatría y constituye la indicación más frecuente de
prescripción de antibióticos en la infancia. Para el diagnóstico de la otitis
media aguda (OMA) se tienen en cuenta hallazgos de la otoscopia,
diversos signos clínicos y el tiempo de evolución de los síntomas
principales. La decisión de iniciar antibioticoterapia debe
fundamentarse en la estratificación de riesgo del paciente. La
espera vigilante como alternativa a la antibioticoterapia inmediata en
casos seleccionados reduce el uso de antibióticos sin aumentar el riesgo
de daño al paciente y ha demostrado ser una medida costo-efectiva. El
fármaco de elección para el tratamiento empírico de la OMA es la
amoxicilina. Otras alternativas frecuentemente utilizadas son las
cefalosporinas, macrólidos o combinaciones con de β-lactamasas.

El Streptococcus pneumonia es resistente a la penicilina se considera la


causa principal de fracaso terapéutico de los antibióticos en la OMA.
Con la introducción de la vacuna antineumocócica conjugada heptavalente
se han observado cambios en la frecuencia de determinados serotipos de
Streptococcus pneumoniaey un en el aislamiento de Haemophilus influenza
en las muestras de fluido del oído medio de paciente con OMA. Estudios
recientes han evidenciado el aumento en la prevalencia de agentes
productores de β-lactamasas en pacientes con OMA.

Figura 1: fuente Google imágenes


1.1. HUESPED CONCEPTO

Este se define como la presencia de 3 o más episodios de otitis media


aguda en 6 meses, o más de 4 en 1 año, con mejoría total entre eventos y
sin exudado entre los episodios. Es más frecuente en niños menores de 36
meses. Cada recurrencia debe tratarse individualmente con antibióticos y
las recurrencias tienden a disminuir con la edad. Esta característica se
denomina predisposición a la otitis y está asociada a múltiples factores
como: deficiencias inmunológicas subclínicas, alteraciones en la síntesis de
IgA secretora nasofaríngea o IgG específica sistémica, colonización
bacteriana de la nasofaringe, e incluso alergias alimentarias, siendo así que
Las intervenciones para evitar la recurrencia incluyen la timpanostomía y los
tubos de ventilación timpánica. En una revisión de MBE se mostró una
disminución promedio de 1.5 eventos de OMA hasta 6 meses post
colocación de tubos de ventilación y una franca mejoría en la calidad de
vida de estos pacientes. Otra recomendación son las inmunizaciones contra
la influenza, el Neumococo y Hemophilus influenza. La vacuna conjugada
para Neumococoha demostrado una disminución de 6.7% de los episodios

Figura 2, fuente: Google

1.2. ETIOLOGIA: La causa más frecuente de OMA es viral, siendo los


patógenos más comunes el virus respiratorio sincicial, el adenovirus, el
rinovirus, entre otros. Dentro de la OMA de causa bacteriana, destacan
organismos como: Streptococcus pneumoniae (SP), Haemophilus
influenzae no tipificable (Hint), Moraxella catarrhalis (MC) y
Streptococcus pyogenes o estreptococos del grupo A (SGA) El
proceso infeccioso normalmente se inicia a partir de la obstrucción al drenaje
del oído medio a través de las trompas de Eustaquio, provocado por una
infección respiratoria de vías altas (habitualmente catarral). La obstrucción del
drenaje natural del oído medio facilita el acúmulo de las secreciones
producidas por la cubierta mucosa del oído medio, excelente medio de cultivo
para una infección o coinfección por virus y bacterias que habitualmente
colonizan la vía aérea superior.
 Para demostrar la etiología son necesarios cultivos o técnicas de
detección de ácidos nucléicos (PCR) a partir de aspirados obtenidos
por punción del oído medio, y tienen menos valor los realizados de
muestras obtenidas de conducto auditivo externo tras perforación
espontánea. Con técnicas avanzadas, hasta en un 92% de muestras
se detectan bacterias, en un 70% virus y en un 62% coinfección por
ambos.
 Entre las bacterias, Streptococcus pneumoniae y Haemophilus
influenzae no tipables son las principales responsables de la OMA en
la infancia.
 En tercer lugar, aparece Moraxella catarrhalis, pero en estudios en
nuestro medio parece bastante menos prevalente, incluso teniendo
mayor presencia Streptococcus pyogenes (hasta un 4%). En los años
inmediatos a la introducción de la vacuna antineumocócica
conjugada heptavalente, se produjo una disminución de otitis
causadas por neumococo (previamente las más frecuentes) e incluso
en varias series aparecía H. influenzae como principal responsable
de esta etiología. Pero en sucesivos años, cepas de neumococo no
incluidas en dicha vacuna (y principalmente el serotipo 19A) han
vuelto a colocar a los neumococos como principal causa de OMA
bacteriana. Todavía no sabemos la repercusión que está teniendo la
vacuna tridecavalente sobre la etiología de la OMA, pero sí
disponemos ya de estudios en portadores nasofaríngeos tras la
introducción de la vacuna, y parece que nuevos serotipos de
neumococo no incluidos en esta ocupan el lugar de los anteriores. De
momento no se ha podido establecer si estos nuevos serotipos
tendrán la misma penetración como causantes de OMA ni su perfil de
resistencias.

Figura 3; fuente articulo generalidades antibióticas

2. FACTORES DE RIESGO: El desarrollo de OMA se ve favorecido por la


falta de lactancia materna, especialmente en menores de 3 meses de edad.
Es más frecuente en niños que utilizan objetos de distracción oral como el
chupón y en aquellos que acuden a la guardería. Existe una asociación
directa entre la exposición al humo del tabaco (en la mayoría por
tabaquismo de los padres) y el desarrollo de otitis media y su recurrencia
como se observa en la tabla.

Figura 4, fuente: articulo enfoque clínico terapéutico

En algunas anormalidades craneofaciales se desarrolla OMA y en niños con


paladar hendido se observa casi de manera universal. El reflujo
gastroesofágico y el síndrome de Down se asocian al desarrollo de OMA. Una
pequeña cantidad de pacientes que sufren OMA coexiste con anormalidades
del sistema inmunitario, como la deficiencia de inmunoglobulinas, neoplasias
malignas, tratamiento inmunosupresor y síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (sida). Otros factores de riesgo incluyen edad menor a 2 años,
antecedentes familiares de OMA y nivel socioeconómico bajo.

3. FISIOPATOLOGIA OTITIS MEDIA AGUDA: El oído medio consiste de una


cavidad ubicada en la porción petrosa del hueso temporal limitada
lateralmente por una membrana que lo separa del conducto externo y
medialmente se comunica con la faringe a través de la trompa
faringotimpánica (TFT), o de Eustaquio. La membrana timpánica es un
tejido compuesto de ectodermo, mesodermo y endodermo que está
inervada en su parte externa por el V nervio craneal, mientras que la
inervación interna depende del IX par. La trompa faringotimpánica parece
tener un papel central en la patogenia de todas las modalidades de otitis
media, posiblemente con excepción del colesteatoma. Las actividades
fisiológicas de la trompa de Eustaquio son: mantener la presión dentro de la
hendidura del oído medio a un nivel aproximado al de la presión
atmosférica, prevenir el reflujo del contenido de la nasofaringe hacia el oído
medio, y eliminar secreciones del oído medio mediante el transporte
mucociliar y una “acción de bomba” de la trompa de Eustaquio. La falla de
cualquiera de estas funciones normales de TFT puede resultar en el
desarrollo de un cuadro de OMA. Tanto la obstrucción anatómica como
funcional de la trompa de Eustaquio producen una falla de la regulación
normal de la presión del oído medio. La obstrucción anatómica está
ocasionada en su mayor parte por inflamación de la mucosa de la TFT por
tabaquismo pasivo, alergias o infecciones virales en la vía aérea superior
(VAS), o compresión extrínseca por un tumor o adenoides grandes.

Figura 5. Fuente: Google imágenes


3.1. CUADRO CLINICO: CUADRO CLÍNICO Antes del inicio de los
síntomas de la OMA, es frecuente que el paciente presente síntomas de
una infección de VAS. Los niños mayores con frecuencia se quejan de
otalgia que interfiere con las actividades normales del paciente, mientras
que los lactantes se vuelven irritables y tiran del oído afectado. El cuadro
puede incluir síntomas sistémicos de infección, como hiporexia, vómito,
alteraciones del sueño y diarrea, y con frecuencia la fiebre alta está
presente. La otoscopía muestra una membrana timpánica hiperémica
engrosada clásica, e inmóvil a la otoscopía neumática.

4. DIAGNOSTICO: Los criterios de diagnóstico clínico de certeza para OMA


incluyen: el inicio súbito de los síntomas, líquido en oído medio y signos y
síntomas específicos de inflamación del oído medio. Los síntomas no
específicos de OMA, como fiebre, cefalea, irritabilidad, tos, rinitis, anorexia,
vómito y diarrea son comunes en infantes y niños pequeños. La aparición
de otalgia tiene una relación directamente proporcional con la edad: es
menos frecuente en niños menores de 2 años y más común en
adolescentes y adultos.6 Una adecuada semiología acompañada de una
exploración juiciosa es esencial para integrar el diagnóstico de OMA. La
inspección y exploración por otoscopía del conducto auditivo externo, del
tímpano y, a través de sus defectos, de la caja del tímpano, brindan datos
esenciales para el diagnóstico. Para la correcta realización de la otoscopía
es preciso sostener el mango del otoscopio con la mano que coincida con el
lado del oído explorado. Por ejemplo, al explorar el oído derecho del
paciente, se sostiene el otoscopio con la mano derecha y a su vez, con la
mano contraria, enderezar el conducto auditivo externo por medio de una
tracción del pabellón hacia arriba y atrás para la introducción del otoscopio.
En el lactante y en el niño pequeño se desplaza el pabellón auricular hacia
abajo y hacia atrás para poder rectificar el conducto auditivo e introducir el
otoscopio. Se deben utilizar espéculos acordes con el tamaño del conducto
auditivo. El uso de la otoscopia neumática es el método diagnóstico de OMA
más eficiente, aunque en ciertos casos y en ausencia de otoscopio
neumático, se puede optar por otoscopía simple en combinación con
timpanometría o refractómetro. Los hallazgos otoscópicos que sustentan el
diagnóstico de OMA son abombamiento y enrojecimiento de la membrana
timpánica, sin embargo, el hallazgo de líquido en el oído medio por
otoscopía es la clave para establecerlo.

Figura 6, fuente: articulo enfoque clínico terapéutico

5. TRATAMIENTO: Existen 2 metas en el tratamiento de la OMA: la primera


es la resolución de los síntomas, en donde el dolor es el síntoma más
relevante y la segunda, la reducción de las recurrencias. La mayoría de los
pacientes tienen resolución espontánea en un periodo de 7 a 14 días, sin
embargo, los antibióticos no se deben prescribir rutinariamente, ya que sólo
se justifica su uso en niños menores de 2 años con compromiso bilateral y
en pacientes con otorrea. El manejo del dolor es importante en los primeros
2 días posteriores al diagnóstico; las opciones incluyen paracetamol e
ibuprofeno. Se pueden usar en forma tópica y sistémica, aunque el uso
tópico por sí solo no ha demostrado resultados superiores al tratamiento
concomitante. Se sugiere que, si el dolor se asocia con fiebre, el
paracetamol o el ibuprofeno oral son suficientes para aliviar el dolor en las
dosis de control de fiebre. Los antibióticos a usar nos permiten el efecto de
este sobre el dolor no tendrá lugar, cuando menos, hasta 24 horas después
del inicio (RR de reducción del dolor en primeras 24 horas entre tratamiento
antibiótico y no tratamiento antibiótico en OMA: 0,89; IC 95%: 0,78-1,01).
Es, por tanto, absolutamente necesario hacer terapia efectiva del dolor en
estos pacientes. Parece que el dolor es, además, particularmente duradero
en los niños más pequeños (menores de dos años), en los que el síntoma
dolor y la fiebre pueden superar los tres días de duración en un 30% de
casos.
Los analgésicos/antiinflamatorios ayudan a controlar de forma inmediata el
dolor. Diferentes tratamientos han sido utilizados, pero hay pocos estudios.
Por su efecto antiinflamatorio, parece más adecuado recomendar
ibuprofeno, pero el paracetamol también se ha mostrado efectivo. Un
ensayo clínico aleatorizado (ECA) del año 1996 comparó tratamiento
analgésico con ibuprofeno (en dosis de 10 mg/kg/día), paracetamol
(también en dosis de 10 mg/kg/día) o placebo en niños menores de seis
años de edad y que, además, recibieron tratamiento con antibiótico. Al
segundo día del episodio, un 7% de niños tratados con ibuprofeno tenía
dolor, frente a un 10% de los tratados con paracetamol o a un 25% de los
que recibieron placebo. Hay que hacer constar que las dosis recomendadas
como tratamiento del dolor agudo en la OMA son mayores de las analizadas
en este estudio (15-30 mg/kg/día para ibuprofeno y 60-70 mg/kg/día para
acetaminofeno).

Figura 7, fuente: Google imágenes Figura 8, fuente: Google imágenes

Administrar antibióticos en la OMA infantil en niños con riesgo de


complicaciones, que incluiría los siguientes grupos:
- Menores de seis meses de edad.
- Menores de dos años de edad con OMA bilateral.
- Cualquier edad cuando debutan con otorrea.
- No mejoría tras 72 horas de tratamiento exclusivamente sintomático.
- Otorrea no resuelta espontáneamente tras siete días.

6. PREVENCION: Hay coincidencia en señalar que existen algunos factores


predisponentes a la OMA que pueden ser controlados o evitados. De la
misma forma, existen factores evitadores que deberían ser promovidos. Un
listado breve de ellos (protectores y favorecedores), con algún comentario,
se expone a continuación:

• Promover la lactancia materna es una manera efectiva de prevenir la OMA y


la OMA de repetición. Lactancias maternas predominantes por encima de los
tres meses, y lactancias maternas que superen los seis meses de edad, han
mostrado claramente que protegen de esta infección. El efecto es, además,
dosis dependiente y la protección aumenta cuando la lactancia materna
predominante es hasta los seis meses.

• Jarabes o chicles que contengan xilitol (un alcohol de azúcar de cinco


carbonos). Este tema ha sido valorado por una revisión Cochrane de 2011,
cuya conclusión es la siguiente: "Hay pruebas claras de que la administración
profiláctica de xilitol entre los niños sanos que asisten a guarderías reduce en
el 25% la ocurrencia de OMA. Este metaanálisis es limitado, ya que los datos
provienen de un escaso número de estudios, principalmente del mismo grupo
de investigación". Más efectivo en forma de chicles que en jarabe, debería ser
administrado de tres a cinco veces al día, y diariamente durante toda la
temporada otoño-invernal. No obstante, antes de recomendar su utilización
debería establecerse la dosis óptima, la distribución de dosis en el día, los
beneficios a largo plazo, y descartarse una serie de efectos adversos todavía
no bien ponderados.

• Vacunación antineumocócica: en escaso porcentaje, pero ha mostrado reducir


la frecuencia de OMA (para la heptavalente se estableció una reducción de
entre un 6 y un 8% de OMA). Sí se muestra efectiva para reducir la OMA por
serotipos incluidos en la vacuna, pero es un efecto transitorio por el reemplazo
de nuevos serotipos. Todavía no ha podido ser valorado el efecto que la
vacuna tridecavalente está teniendo en el global de OMA y en su etiología. De
menor implantación, la vacuna decavalente conjuga los polisacáridos
neumocócicos con la proteína D de H. influenzae, y parece tener una mayor
efectividad para la prevención de la OMA (23 a 33,6% episodios menos). Su
indicación se podría plantear para niños no vacunados o vacunados con
tridecavalente y con OMA de repetición, aunque ninguna guía de las
comentadas hace una recomendación explícita en este sentido.

• Vacunación antigripal: aunque la nueva guía de la AAP la recomienda, lo hace


principalmente para la vacuna de virus vivo atenuado intranasal, no disponible
en nuestro medio. No obstante, su eficacia es similar a placebo en menores de
24 meses, edad en la que más útil podría ser el efecto protector. La efectividad
de estas vacunas contra la gripe, infección muy frecuentemente complicada
con OMA, en niños está estimada en un 36% (IC 95%: 31-40). Con objetivo de
prevenir la OMA, podría ser planteada en niños mayores de dos años con OMA
de repetición.

Figura 9, fuente: Google imágenes


Figura 10, fuente: Google imágenes

CONCLUSION
En conclusión, se observó mediante la siguiente monografía que la otitis media
aguda es una patología con amplia distribución mundial y en nuestro medio no
es la excepción; se presenta principalmente en pacientes pediátricos debido a
que posee, entre otros factores, una relación íntima con otras infecciones de
vías aéreas superiores, por lo tanto, su diagnóstico, clasificación y tratamiento
deben ser del dominio del médico de primer contacto. En el tratamiento de esta
patología se deben tener presentes varios factores relacionados entre sí, como
los posibles agentes etiológicos, la edad del paciente, el estadio clínico, el
tiempo de evolución y si existe tratamiento previo, ya que del análisis de estas
variables dependerá la adecuada selección del manejo inicial, que puede ser
desde el conservador “esperar y ver”, hasta la referencia al otorrinolaringólogo,
pasando por el uso de una amplia variedad de antimicrobianos, así mismo
Actualmente, para el diagnóstico de OMA se requiere de síntomas agudos y
signos otoscópicos de inflamación del oído medio, más la presencia de efusión
en el oído medio documentada mediante otoscopia neumática o timpanometría.
Tras el diagnóstico correcto de OMA el tratamiento con antibioticoterapia de
forma inmediata no es siempre justificado. Esto debido a que la espera vigilante
es una alternativa segura y costo-efectiva, que puede ser implementada en
pacientes con OMA no severa unilateral en menores de 2 años o
independientemente de la lateralidad en pacientes mayores.
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