Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Migraciones del
siglo XIX
Alejandra Marinova
[NOMBRE DE LA EMPRESA]
En el último tercio del siglo XIX las tendencias proteccionistas ligadas al proceso de
industrialización continental, a la teoría de la protección de las industrias nacientes y al
impacto de la Gran Depresión, iniciaron un cambio en la tendencia respecto a la expansión de
librecambismo de mediados de siglo. La migración transoceánica se desarrolló paralelamente a
la dinámica económica cíclica de la metrópolis, de tal manera que fue máxima hasta los años
veinte del siglo XX y descendió a raíz de la Gran Depresión.
Durante el siglo XIX y hasta la Depresión de los años treinta del siglo XX emigraron más de 60
millones de europeos a otros continentes, sobre todo América. Estas personas eran originarias
mayormente de Alemania, Irlanda, Polonia, Reino Unido, Italia, Francia, España y Portugal.
Hubo mucha emigración, aunque hubo una minoría que volvió a su país natal.
Los emigrantes que aumentaron la oferta de trabajo eran sobre todo varones jóvenes y sin
cualificar
Dentro de estas tendencias generales, la diversidad de experiencias es, sin embargo, la norma.
Hay diferencias no sólo en las tasas de emigración nacionales sino también entre las tasas de
emigración regionales. La emigración es un fenómeno que afecta desigualmente a las distintas
regiones, y en todos los países europeos hay grandes diferencias en los comportamientos
migratorios regionales. La elección de destinos estuvo también concentrada según los países
de origen.
Los principales países que acogieron a los emigrantes europeos durante la época de la
emigración masiva tienen las mismas características: poca mano de obra de obra (una elevada
demanda de trabajo), muchos recursos naturales y rápido crecimiento económico por su
inserción en la economía mundial y su capacidad de atracción de capitales y mano de obra
exterior. Así la inmigración, la inversión en infraestructuras (redes de transporte) por las
inversiones exteriores, se convirtieron en un elemento fundamental del intenso crecimiento
económico que experimentaron países como Argentina y Canadá.
Durante la época de las grandes migraciones, los países de destino no pusieron “peros” legales
a que entraran trabajadores extranjeros. En Brasil, a raíz de la abolición de la esclavitud en los
años 80 del siglo pasado y ante el temor de la escasez de trabajadores en el cultivo del café, el
gobierno del estado de Sao Paulo emprendió un programa de inmigración subsidiada de
trabajadores europeos. El gobierno pagaba el viaje a Brasil a familias enteras para trabajar
durante cinco años y tras esos años eran libres para volver a su país o trabajar en otro sector.
Portugueses, italianos y españoles fueron los principales beneficiarios de este modo de
emigración que también se usó para reclutar trabajadores en la construcción del Canal de
Panamá a comienzos del siglo XX y en algunas áreas de plantación. A pesar de la competencia,
Argentina tuvo pocos rivales a la hora de atraer inmigrantes y se convirtió en el principal país
de destino para los emigrantes europeos que se dirigieron a América Latina.
En estas décadas de emigración masiva de finales del siglo XIX y principios siglo XX la mayoría
eran hombres, jóvenes, que viajaban solos y poco cualificados profesionalmente. Al ser
jóvenes eran capaces de maximizar sus ganancias a lo largo de su vida laboral, y emigrando sin
familia los costes de emigración eran más bajos y podían ahorrar más. Para los países
receptores, esta composición de la inmigración determinó unas altas tasas de participación en
el mercado laboral.
-Falta de trabajo
-El desarrollo de transportes y comunicaciones que facilitaron los traslados, haciéndolos más
rápidos y cómodos.
- La modernización del sistema financiero que permitió invertir más fácilmente capitales en
otros puntos del mundo, exportación de capitales
- La internacionalización
-Iban a países que produjesen o que demostraran que pueden producir artículos muy
demandados en Europa como carne de vacuno, trigo, lana… Por ello se fueron a Norteamérica,
Australia y Brasil meridional.
-El hambre, tenían miedo a pasar hambre otra vez así que emigraron a países donde las
hambrunas eran desconocidas
-Alivio de las presiones demográficas en los países de origen, disminuyendo la presión a la baja
en los salarios reales
- Aportó a los países nuevos (tenían muchos recursos, pero poca mano de obra) una fuerza de
trabajo, el salario era más alto que en Europa.
- Las medidas legislativas de los años veinte por el cambio de composición de la emigración
norteamericana, el cambio de circunstancias en el mercado y en la sociedad norteamericana
-Emigración de parte del excedente demográfico europeo, sobre todo hacia Estados Unidos.
La emigración europea fue más intensa donde la población había crecido más rápidamente en
las décadas antes de que se incrementaran las tasas de migración, donde la diferencia de
salarios reales entre orígenes y destinos era mayor, dónde los cambios provocados por la
modernización económica estaban ya en marcha y, por último, donde se habían creado redes
de emigrantes y cadenas migratorias que transmitían información y facilitaban el viaje y la
integración laboral en el país receptor.
Las variables principales que explican los movimientos migratorios son, en la actualidad, las
mismas que se han documentado para las migraciones históricas: la diferencia de renta o
salario entre países ricos y pobres. A medida que crece la renta de los países ricos (se
desarrollan también) la emigración tiende a aumentar. Al aumentar los ingresos de la mayoría
de la población pueden emigrar, o viceversa, en países con niveles de renta muy bajos la
emigración está fuera de las posibilidades de la mayoría de la población pues su nivel de renta
no permite hacer frente a los costes migratorios. También la emigración es y fue selectiva en
cuanto a sexo y edad, ya que la mayoría eran hombres jóvenes.
Ninguno de los inmigrantes europeos tuvo restricciones legales como las de hoy en día al
entrar en países receptores. A pesar de que la preocupación por la inmigración fue creciente,
las sociedades receptoras del pasado tuvieron una actitud favorable a la entrada de
trabajadores extranjeros, y la inmigración histórica tuvo un efecto positivo en las sociedades
de los países receptores.