En qué consiste el método educativo

Decroly
31 de julio de 2018

Eva Cebollero Pardina

Licenciada en Pedagogía por la Universidad de Barcelona. Título de Técnica en
Educación Infantil cursado en el IOC. Profesora del curso de Técnico en
Educación Infantil de CEAC.

La escuela tradicional es un modelo educativo que actualmente, más que nunca,

ha quedado obsoleto. Por este motivo, son muchas las escuelas que están
incorporando en sus aulas metodologías innovadoras que logran que el
aprendizaje del alumnado sea significativo, poniendo al niño/a como protagonista
activo del mismo.

Muchos de los métodos utilizados hoy en las aulas se presentan como

innovaciones cuando, en realidad, estos fueron planteados por pedagogos y
pedagogas de finales del siglo XIX y de principios del XX.

Durante dicha época, muchos profesionales de la educación se dieron cuenta del

aburrido modelo de escuela que estaba instaurado entonces. Debido a esta
motivación, surgió un movimiento educativo denominado Escuela Nueva. De este
surgieron varias de las pedagogías que hoy en día son tan conocidas como, por
ejemplo, la de María Montessori (conocida por sus materiales naturales
diseñados para trabajar las ciencias y las matemáticas, por fomentar la autonomía
en los niños y las niñas, etc.).

En el artículo de hoy nos centraremos en describir en la metodología que diseñó

un pedagogo, psicólogo, médico y docente belga, pues hablaremos del modelo
educativo de Decroly.

«La escuela ha de ser para el niño, no el niño para la escuela» es una de las citas
más célebres del autor, idea de la que parte el Método Decroly.

El método Decroly se fundamenta en:

1. Su principal objetivo es el aprendizaje para la vida, es decir, prepara al
alumnado para enfrentarse a ella. Para ello, se basa en enseñar a cubrir las
 principales necesidades que tenemos las personas: comer, beber,
vestirnos, etc.
2. Se debe fomentar en el alumnado un buen hábito de estudio, basado en
lograr que el temario sea más atractivo y que este esté basado en la
educación a través de los 5 sentidos.
3. La función del docente es la de presentar, hacer observar, analizar,
manipular, experimentar, etc. En definitiva, la de hacer pensar al alumno
para lograr un aprendizaje significativo.
4. Se debe respetar la libertad del niño/a para lograr una mayor satisfacción
de sus necesidades de acción y movimiento.
5. Todos los espacios de la escuela son educativos, por tanto, debemos
aprovechar las posibilidades que nos ofrecen las diferentes espacios de la
misma: la cocina, el comedor, al patio o jardín, etc.
6. La enseñanza debe proporcionar unos métodos de trabajo adecuados,
por tanto, se les tiene que enseñar a buscar información de forma
autónoma. En la época en la que Decroly desarrolló su método tan sólo
existían los libros, por tanto, guiaba a su alumnado a la hora de organizarse
para seleccionar la información más adecuada de la biblioteca. No
obstante, hoy en día, se puede añadir otras fuentes informativas como es
internet.
7. Cuando se trabaja el lenguaje, el único objetivo deja de ser la adquisición
de vocabulario para pasar a pensar en la realidad que hay detrás de las
palabras y, de esta forma, fomentar el pensamiento filosófico.
8. Los estudios del alumnado seguirán una secuencia cronológica, por
tanto, se revivirán los conocimientos de forma sucesiva.

Para Decroly el fin principal de la escuela es preparar al alumnado para la vida

social y debe ser iniciado en el conocimiento de sí mismo y en el conocimiento
del medio en el que vive.

De estos dos núcleos generales se extraen 4 temas en particular:

 El ser vivo en general

 El hombre en particular
 La naturaleza
 La sociedad

Para finalizar este texto sobre el método Decroly, nombraré los tres puntos
principales en los que se basa su procedimiento de aprendizaje
de: Observación (su objetivo es acostumbrar al niño o niña a hacerse cargo de los
cosas mientras las observa, es decir, a analizar su entorno a través de la
misma), asociación (su fin es relacionar entre sí los aprendizajes adquiridos
durante la observación para, de esta forma, llegar a una serie de conclusiones)
y expresión (su pretensión es comprobar los conocimientos adquiridos durante las
dos fases anteriores).
Resulta cuanto menos «curioso» que en la actualidad, cuando hablamos de
«metodologías innovadoras», muchas fueron pensadas y puestas en prácticas
hace más de un siglo. Debemos reflexionar sobre lo que está pasando en los
centros educativos de nuestro país y velar porque el cambio en estos sea real,
tenga «sentido» y se ponga en práctica, sobretodo, pensando en hacer de las
escuelas un lugar donde los niños aprendan, sobretodo, a ser felices, conocerse a
sí mismos y a saber desenvolverse en nuestra sociedad actual, la que está
siempre en constante cambio.