Está en la página 1de 30

Clasificación de las obligaciones.

Divisibles e indivisibles

En esta última lectura del módulo, clasificaremos la relación jurídica según si su prestación es divisible o no. Además, estudiaremos una clasificación de las
obligaciones en función del elemento sujeto.

Cuando definimos al sujeto como elemento esencial de la obligación, vimos que en toda obligación deben existir por lo menos dos sujetos y cada uno debe ocupar un
polo de la relación obligatoria. Ahora bien, uno de esos polos —o ambos— puede estar constituido por más de un sujeto, es decir que en la relación obligatoria puede
haber una pluralidad de sujetos. A eso también lo desarrollaremos en esta lectura. Pero a la vez es importante destacar que la divisibilidad o no del objeto de la
obligación está íntimamente relacionada con la pluralidad de sujetos existentes en ella, tal como veremos a continuación.

Clasi cación de las obligaciones. Divisibles e indivisibles

Clasi cación de las obligaciones en relación con los sujetos

Video conceptual

Revisión del módulo

Referencias

Descarga en PDF
LECCIÓN 1 de 6

Clasificación de las obligaciones. Divisibles e indivisibles

Obligaciones divisibles

Concepto. El criterio de divisibilidad

En esta unidad se estudiará la clasificación de las obligaciones según la aptitud del objeto para ser fraccionado (faz estática) y la manera en que la obligación debe ser cumplida

(faz dinámica), que importa la distinción entre obligaciones divisibles e indivisibles, receptadas en el Código Civil y Comercial de la Nación (CCCN)1 en los artículos 805 a
824.

[1] Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

El CCCN, tal como lo hacía el de Vélez Sarsfield2, reglamenta la divisibilidad e indivisibilidad en relación con las obligaciones (arts. 805 y siguientes) y en relación con las
cosas materiales (art. 228), lo que impone realizar una aclaración al respecto.

[2] Ley 430. (29 de septiembre de 1869). Código Civil de la Nación [Abrogado por Ley 26994]. Poder Legislativo de la Nación. Recuperado de http://www.saij.gob.ar/340-nacional-codigo-

civil-lns0002653-1869-09-25/123456789-0abc-defg-g35-62000scanyel

La divisibilidad de las cosas materiales está reglada en el artículo 228:

Son cosas divisibles las que pueden ser divididas en porciones reales sin ser destruidas, cada una de las cuales forma un todo homogéneo y análogo tanto a
las otras partes como a la cosa misma.

Las cosas no pueden ser divididas si su fraccionamiento convierte en antieconómico su uso y aprovechamiento. En materia de inmuebles, la reglamentación

del fraccionamiento parcelario corresponde a las autoridades locales”3.

[3] Art. 228, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Este criterio es uno de los que se tienen en cuenta para determinar si una obligación es o no divisible, pero no el único, tal como analizaremos (art. 806).

La terminología adecuada de acuerdo con Busso (1951, p. 526) no es obligaciones divisibles e indivisibles, sino que lo exacto hubiera sido referirse a obligaciones de prestación
divisible o indivisible, que comprende ambas fases: estática y dinámica.
También hay que distinguir la divisibilidad de la división. La divisibilidad es la simple aptitud de la prestación de ser dividido, mientras que la división implica el
fraccionamiento.

El artículo 805 del CCCN define a la obligación divisible como “la que tiene por objeto prestaciones susceptibles de cumplimiento parcial”4. Por ejemplo, esto ocurriría si, en el
accidente de tránsito sufrido por tu cliente, el Sr. Martínez, se pacta una suma de dinero como resarcimiento a los daños padecidos y si las partes pactan que los deudores
pagarán dicho importe en cinco cuotas mensuales y consecutivas.

[4] Art. 805, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Esta conceptualización debe ser relacionada con el artículo 806 del CCCN, que establece los requisitos de las obligaciones divisibles, y con el 807, que impone que las
obligaciones de sujetos singulares (1 acreedor y 1 deudor) son siempre indivisibles.

Desde ya, cabe adelantar que el criterio que sigue el CCCN para determinar la divisibilidad o indivisibilidad se proyecta sobre la base de dos parámetros (Pizarro y
Vallespinos, 1999):

El objeto de la prestación: su aptitud para ser fraccionado, si admite o no cumplimiento parcial.

Los sujetos: para que sea divisible, se requiere pluralidad; de lo contrario, la obligación será siempre indivisible (art. 807), pues el acreedor no está
obligado a recibir pagos parciales (art. 869), aun cuando la prestación sea divisible.

En síntesis, siguiendo a los autores citados (Pizarro y Vallespinos, 1999) y de acuerdo con las normas del CCCN, hay que distinguir las siguientes obligaciones:

Divisibles: dependen exclusivamente de la naturaleza de la prestación y de sus aptitudes para ser fraccionadas materialmente, pues no hay otra
divisibilidad que la natural, y se descarta la ideal o intelectual (arts. 805 y 806 del CCCN). Por ejemplo, entregar 100 Códigos Civil y Comercial de la
Nación, pagar $10 000 o trabajar 6 horas diarias en la programación de un software.

Indivisibles: pueden surgir de la naturaleza de la prestación o de la voluntad de las partes o la ley, que pueden determinar que una prestación que
naturalmente es fraccionable por convenio o ley no lo sea (arts. 813 y 814 del CCCN). Por ejemplo, entregar un perro beagle recién nacido o un horno
eléctrico marca Z, pagar $10 000 en efectivo en una cuota, cantar en un show internacional, prestar servicio de catering para un evento, no hacer
competencia desleal, etcétera. En el caso del Sr. Martínez, que no aceptara el pago del resarcimiento en cuotas, sino solamente en un pago único.

Requisitos de la divisibilidad

Los requisitos que deben concurrir para que exista una obligación divisible son sintetizados en el artículo 806 del CCCN:

1 Ser materialmente fraccionable: que cada una de sus partes tenga la misma calidad del todo. Es la aptitud física o material de la cosa o del hecho para
ser dividido.

2 Inalterabilidad económica: que el fraccionamiento no altere el valor de la cosa ni haga antieconómico su uso y goce.

Pizarro y Vallespinos (2014) agregan otros requisitos que, si bien no fueron expresamente consagrados en el CCCN, merecen atención para facilitar la comprensión de la
identificación de este tipo de obligaciones, a saber:
Homogeneidad: que cada parte sea homogénea a otra, tenga la misma calidad, que puedan juntarse y volver a formarla.

Inalterabilidad del objeto: que el fraccionamiento no transforme a cada parte en una cosa distinta a la debida.

Utilidad: que la división sea útil social o familiarmente.

Por otro lado, la ley exige que en la obligación haya pluralidad de sujetos, pues, si hay solo un acreedor y un deudor, la obligación es indivisible (art. 807 del CCCN).

La divisibilidad e indivisibilidad en las obligaciones de dar, hacer, no hacer, alternativas y


facultativas

El CCCN se ocupa de clasificar obligaciones en divisibles e indivisibles, según la naturaleza de la prestación adeudada, en el artículo 815, cuadro que es completado por la
doctrina.

Obligaciones de dar cosa cierta: es por regla indivisible, salvo pacto en contrario. Por ejemplo, entregar un automotor o un electrodoméstico.

Obligación de dar sumas de dinero: la regla en este caso es la divisibilidad, pues el dinero es fungible y divisible. Por ejemplo, se pueden fraccionar los
trescientos mil pesos del resarcimiento del accidente sufrido en diez pagos de treinta mil cada uno.

Obligaciones de valor: son, por regla, divisibles. Por ejemplo, una indemnización por daños y perjuicios se termina pagando en dinero y, en
consecuencia, se aplica el caso anterior.

Obligaciones de género: por regla, son indivisibles. Serán divisibles cuando el número de cosas que se deben entregar sea igual o múltiplo exacto del
número de acreedores y deudores. Por ejemplo, dos deudores deben dar 100 kilos de cemento a cuatro acreedores.

Obligaciones de hacer: por regla, son indivisibles, salvo las obligaciones convenidas por unidad de medida (por días o metros cuadrados).

Obligaciones de no hacer: por regla, son indivisibles. Hay que distinguir el tipo de obligación de no hacer y tener presente el interés del acreedor. En
principio, no se acepta un no hacer parcial o a medias, por lo que son indivisibles, salvo que al acreedor igualmente le interese que, a pesar del
incumplimiento, le sirva que siga cumpliendo. Por ejemplo, no presentarse a una determinada licitación es, por regla, indivisible.

Obligaciones alternativas: según la prestación elegida. Por ejemplo, debemos entregar la suma de $50 000 o una motocicleta de determinadas
características; según sea la prestación que escoja quien está facultado para elegir, se determinará su divisibilidad o no.

Obligaciones facultativas: según la prestación principal.

Obligaciones accesorias: es indivisible si así lo es la principal. Recordemos que lo accesorio sigue la suerte de lo principal.

Efectos de la divisibilidad en las relaciones entre acreedores y deudores. El principio de división.


Límite

En las obligaciones divisibles, rige el principio del fraccionamiento o de división, en virtud del cual se fracciona en tantos créditos o deudas iguales como acreedores y
deudores haya (art. 808 del CCCN). La excepción a la regla es el acuerdo de partes en sentido contrario, autorizado por el principio de la autonomía de la voluntad de las partes.
Esto significa que las partes pueden, de común acuerdo, establecer cuotas partes no iguales.

El artículo 809 del CCCN prevé el caso del codeudor que se hace cargo de pagar la totalidad de la deuda y aclara que no puede invocar la divisibilidad; en consecuencia, se trata
de una excepción al fraccionamiento del pago.

En relación con la exigibilidad, cada una de las partes equivale a una prestación diversa e independiente, y cada acreedor solo tiene derecho a exigir y cobrar la parte que le
corresponde en el crédito; recíprocamente, cada deudor solo debe cumplir con la parte que le toca (art. 808 del CCCN).

Como consecuencia del principio de división, las vicisitudes que puedan afectar a una de las relaciones, en principio, no afectan a las demás. Esto significa que no hay efecto
expansivo, sino personal (Pizarro y Vallespinos, 2014), lo que se proyecta en las siguientes cuestiones:

La extinción de cualquiera de las relaciones no produce efecto con respecto a las demás.

La insolvencia de un codeudor debe ser soportada por el acreedor, quien no puede reclamar más a los codeudores por la parte del insolvente.

La interrupción y suspensión de la prescripción.

Cosa juzgada.

Culpa y dolo.

Cláusula penal.

El Sr. Martínez ha vendido mercaderías por la suma de $100 000 a Juan y Pedro, y ha convenido que cada uno de ellos le debe la suma de pesos $50 000. Al momento del
vencimiento, el Sr. Martínez no podrá exigirle a cada uno de sus deudores la cuota parte que cada uno de ellos le debe, es decir, no podrá exigirle a cada uno más de cincuenta
mil pesos. Asimismo, si Pedro al momento del pago entra en un estado de insuficiencia patrimonial y no tiene fondos para pagar su deuda, quien soporte ese incumplimiento
será el Sr. Martínez, que no podrá exigirle a Juan más de los cincuenta mil que este debe. Cada deuda es totalmente independiente de la otra.

Efectos de la divisibilidad en las relaciones internas

Ahora bien, podría suceder que, al momento del cumplimiento de la obligación asumida, Pedro decidiera pagarle al Sr. Martínez la totalidad de los $100 000 adeudados; es
decir, hay un pago en exceso de Pedro. Si uno de los deudores paga más de lo que le corresponde, tendrá derecho al reintegro, pero (tal como lo menciona el art. 810) habrá que
distinguir según el caso las reglas aplicables a tal fin:

1 Si lo hace sabiendo que paga una deuda ajena: reglas de la subrogación por cumplimiento por un tercero (art. 914 y ss. del CCCN).

2 Si lo hace creyendo ser deudor del todo, paga sin causa; entonces, se rige por las reglas del pago indebido (art. 1796 y ss. del CCCN). En este caso,
Pedro tendría una acción para cobrarle a Juan lo que ha pagado de más en función de su cuota parte debida al Sr. Martínez.

Por su parte, el artículo 811 del CCCN dispone que, si uno de los acreedores recibe más de lo que le correspondía, se determina según las reglas del artículo 841, es decir, de
acuerdo con las reglas de la solidaridad. La norma aludida señala que la cuota se determina según la autonomía privada, según la fuente y finalidad de la obligación, según las
relaciones de los interesados entre sí, o según demás circunstancias. Si de todo ello no fuera posible determinarlo, entonces será en partes iguales.
Finalmente, el CCCN prevé en el artículo 812 un supuesto particular cuando la obligación divisible es, además, solidaria, en cuyo caso manda a aplicar directamente las reglas
de las obligaciones solidarias, pasivas o activas, según el caso.

En este caso el supuesto que regula la norma es que Sr. Martínez ha vendido mercaderías por la suma de $100 000 a Juan y a Pedro y ha convenido que, pese a que la prestación
es divisible, cualquiera de ellos, al momento del vencimiento, debe pagarle la totalidad de la suma adeudada. En este caso el Sr. Martínez, al momento del pago, podrá exigirle a
cualquiera de ellos la suma de $100 000, independientemente de que entre los deudores existan relaciones internas que permitan que cada uno internamente pague la suma a la
que se hubieran comprometido. En la siguiente unidad, analizaremos con mayor detenimiento lo aquí expresado.

Pero en este caso puede verse claramente que, pese a que la prestación es fraccionable, las partes han pactado que su cumplimiento sea íntegro por cada una de ellas; de esa
manera se han comprometido los deudores.

Obligaciones indivisibles

Concepto. Indivisibilidad material e ideal

La obligación es indivisible cuando no es susceptible de cumplimiento parcial, sino que solo puede ser cumplida por entero (art. 813 del CCCN). Negri (en Rivera y Medina,
2014) explica que el criterio no radica solamente en el objeto (el bien debido), sino también en la posibilidad de cumplimiento parcial o no de la prestación (contenido de la
prestación).

Casos de indivisibilidad: de acuerdo con el criterio para definirla, el artículo 814 del CCCN dispone las siguientes opciones:

Material: objetiva u ontológica. Responde a un criterio fáctico: si la prestación no puede ser materialmente dividida, según su naturaleza. Por ejemplo, la
redacción de un contrato de locación o la entrega de una cámara de fotos.

Ideal: intencional o voluntaria. Prescinde de la naturaleza de la prestación, es determinada por la voluntad de las partes. Por ejemplo, la venta del Sr.
Martínez de mercaderías por la suma de $100 000 a Juan y Pedro, habiendo convenido que, pese a que la prestación es divisible, cualquiera de ellos al
momento del vencimiento debe pagarle la totalidad de la suma adeudada.

Legal: surge de una disposición expresa de la ley, que determina que una obligación es indivisible, independientemente de que la prestación pueda ser
divisible o no. Por ejemplo, la entrega de una cosa cierta (art. 815 del CCCN).

Efectos en la indivisibilidad en las relaciones entre acreedores y deudores

En las obligaciones indivisibles, se establece un comportamiento colectivo de cada uno de los polos de la obligación que impone la vigencia del principio de propagación o
concentración de efectos.

Pizarro y Vallespinos (2014) señalan que la propagación de efectos es el principio en virtud del cual ciertos hechos ocurridos entre un coacreedor y un codeudor proyectan sus
consecuencias a los restantes, como consecuencia del carácter compacto y no divisible de la prestación. Los autores (Pizarro y Vallespinos, 2014) aclaran que, en cambio, no
propagan los efectos los hechos independientes de la prestación ocurridos entre el coacreedor y el codeudor que solo producen efectos personales.

Los artículos 816 y 817 del CCCN disponen que cualquiera de los acreedores tiene derecho a exigir la totalidad del pago a cualquiera de los codeudores o a todos, simultánea o
sucesivamente, y recíprocamente cada uno de los codeudores tiene derecho a pagar la totalidad de la deuda a cualquiera de los coacreedores. De igual modo, la prescripción
extintiva cumplida propaga sus efectos y puede ser invocada por cualquiera de los deudores contra cualquiera de los acreedores (art. 822 del CCCN).
Con respecto a otros modos extintivos que no hagan al pago propiamente dicho, el artículo 818 exige la unanimidad de los acreedores para extinguir el crédito por transacción,
novación, dación en pago, remisión y cesión de crédito, no así la compensación. El fundamento de dicha exigencia se encuentra, según Negri (en Rivera y Medina, 2014), en
que los coacreedores no son individualmente dueños del crédito; en consecuencia, si uno hubiera perfeccionado alguno de estos modos extintivos, los demás conservan su
derecho para reclamar el pago íntegro del crédito, siendo inoponible el acto al acreedor que no prestó su consentimiento.

Por el contrario, con respecto a la responsabilidad de los codeudores, rige el principio de la personalidad en la mora, culpa y dolo, es decir, no se produce la propagación de
efectos (art. 819 del CCCN).

Efectos de la indivisibilidad en las relaciones internas

Los efectos internos en cada uno de los polos de la obligación indivisible se rigen por las reglas de los artículos 820 y 821 del CCCN, que consagran los principios de
contribución y de participación, respectivamente.

En primer lugar, si uno de los deudores paga la totalidad de la deuda, repara la totalidad de los daños o realiza gastos en interés común, tiene derecho a reclamar a los demás la
contribución del valor de lo que invirtió a favor de todos, de conformidad con las reglas de las obligaciones solidarias (art. 841 del CCCN), a los efectos de definir la cuota de
cada uno. Así, si Pedro paga la totalidad de la deuda, veremos que, frente al Sr. Martínez, la obligación se habrá extinguido, pero subsistirá el derecho de exigirle a Juan que le
reintegre lo que internamente Pedro pagó de más.

En segundo lugar, si uno de los acreedores recibe la totalidad del crédito o de la reparación de los daños, o más que su cuota, los demás tienen derecho a que les pague el valor
de lo que les corresponde a cada uno (con igual criterio del art. 841 del CCCN).

Analizándolo desde el otro polo de la obligación, lo mismo sucedería si hubiera otro acreedor además del Sr. Martínez, y Pedro le hubiera pagado la totalidad de lo adeudado a
Martínez. Así, este le deberá reintegrar a su coacreedor lo que —según sus relaciones internas— hubiera recibido de más con el pago de $100 000 pesos por parte de Pedro.

Régimen jurídico aplicable subsidiariamente

Dada la estrecha relación entre los efectos de las obligaciones indivisibles y las solidarias que estudiaremos en la próxima unidad, el artículo 823 del CCCN expresamente
dispone que las normas de las obligaciones solidarias son subsidiariamente aplicables a las indivisibles.

El fundamento de la remisión se justifica en la necesidad de no reiterar reglas que son aplicables a ambos tipos de obligaciones, lo que justifica su estudio en conjunto a fin de
comprender adecuadamente los efectos de ambos tipos de obligaciones, distinguiendo las diferencias entre cada una de ellas.

Las obligaciones indivisibles impropias. Concepto. Régimen jurídico. Efectos

Las obligaciones indivisibles impropias son aquellas “cuyo cumplimiento solo puede ser exigido por todos los acreedores en conjunto, o realizado por todos los deudores en

conjunto”5. La norma prevé que, excepcionalmente, se puede otorgar a cada uno el derecho de cobrar o pagar individualmente.

[5] Art. 824, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

El típico ejemplo es la obligación de escriturar que pesa sobre varios condóminos de un inmueble. La venta traslativa de dominio no puede ser otorgada, sino por todos los
dueños del inmueble, ya que uno solo no puede traspasar el dominio de la cosa en común. También puede mencionarse la obligación del equipo médico ante una cirugía, o la de
la banda musical en un recital.

Actividad

La suegra del Sr. Martínez ha adquirido la casa por boleto de compraventa hace ya varios años. Ha solicitado un crédito hipotecario al banco, pero este

se lo ha rechazado, ya que la propiedad no figura a su nombre. Tu cliente te consulta, ya que los vendedores eran cuatro hermanos y no tiene contacto

con dos de ellos. La consulta es la siguiente: ¿pueden celebrar la escritura solo los dos hermanos con quienes tiene contacto?

Escriba su respuesta aquí

SUBMIT
LECCIÓN 2 de 6

Clasificación de las obligaciones en relación con los sujetos

Obligaciones de sujeto único y de sujeto múltiple

Como ya hemos estudiado, las obligaciones pueden tener como sujetos a un acreedor y a un deudor, pero también pueden existir varios acreedores o varios deudores, por lo
que existiría una pluralidad de personas en cualquiera de los dos polos de la relación jurídica o en ambos a la vez. Estas variantes pueden graficarse así:

Figura 1: Varios acreedores y deudores

Fuente: elaboración propia.

Concepto. Clasificación

La obligación puede ser de sujeto único, cuando está compuesta por un solo deudor en favor de un solo acreedor (primer caso del esquema), o de sujeto múltiple, que relaciona
más de un acreedor o más de un deudor. En este caso se habla de obligaciones mancomunadas, lo que significa que varias personas se unen con una finalidad en común
(Moisset de Espanés, 2004).

“La pluralidad de sujetos puede ser originaria o sobreviniente. Es originaria cuando, desde la constitución de la obligación, hay varios acreedores o varios deudores”
(Enciclopedia Jurídica, s. f., http://www.enciclopedia-juridica.com/d/obligaci%c3%b3n-de-sujeto-m%c3%baltiple-o-plural/obligaci%c3%b3n-de-sujeto-m%c3%baltiple-o-
plural.htm). En el accidente de tránsito, por ejemplo, hay dos deudores: tanto el conductor del automóvil al momento del siniestro como el titular de la cosa riesgosa, el
automóvil.

“Es sobreviniente cuando, habiendo comenzado la obligación con un único sujeto, activo o pasivo, pasa a tener un sujeto múltiple, generalmente por incorporarse a la relación
obligacional los herederos del originario acreedor, o deudor, que hubiese fallecido” (Enciclopedia Jurídica, s. f., http://www.enciclopedia-juridica.com/d/obligaci%c3%b3n-de-
sujeto-m%c3%baltiple-o-plural/obligaci%c3%b3n-de-sujeto-m%c3%baltiple-o-plural.htm).

Las obligaciones de sujeto plural pueden contraerse de una manera conjunta o disyuntiva:

Obligaciones contraídas de manera conjunta: cuando las personas que estipulan o que prometen se hallan unidas junto con los otros; existe la
conjunción y. Juan y Pablo deben $100. La obligación conjunta, a su vez, se subdivide del siguiente modo:

Simplemente mancomunada: ocurre cuando hay pluralidad de vínculos disociados que provocan el fraccionamiento
del objeto de la prestación.
Solidarias: cuando la pluralidad de vínculos es coligada entre sí, la prestación se debe por entero, con una única causa
fuente.

Concurrentes: varios deudores deben a uno o varios acreedores el mismo objeto en razón de causas fuente diferentes.

Obligaciones contraídas de manera disyuntiva: son aquellas en las que los sujetos se excluyen entre sí; se representan con la conjunción o. Juan o Pablo
deben $100. Es una pluralidad aparente, originaria, pues en realidad hay sujeto único, pero inicialmente indeterminado; por ello no son de sujeto múltiple.

Figura 2: Obligaciones de sujeto único y múltiple

Fuente: elaboración propia.

Paralelo entre las obligaciones de sujeto múltiple y las divisibles e indivisibles. Semejanzas y
diferencias

La regulación de las obligaciones divisibles e indivisibles y las de sujeto múltiple tiene, ya desde el Código Civil de Vélez Sarsfield, una relación y remisión en diversos efectos
que hacen que sea necesario su estudio en conjunto.

El Código Civil de Vélez Sarsfield establecía en el artículo 668 que “la solidaridad estipulada no da a la obligación el carácter de indivisible, ni la indivisibilidad de la

obligación la hace solidaria”6. Si bien el CCCN no incluyó una norma que así lo disponga, de la regulación de los diversos tipos de obligaciones se advierte que se mantuvo el
criterio, distinguiendo cada una de las clases de acuerdo con el criterio de clasificación, a pesar de los efectos similares o comunes (entre las simplemente mancomunadas y las
divisibles, y entre las solidarias y las indivisibles). De tal modo, de la combinación de los cuatro criterios se desprende que puede haber cuatro tipos de obligaciones:

[6] Art. 668, Ley 430. (29 de septiembre de 1869). Código Civil de la Nación [Abrogado por Ley 26994]. Poder Legislativo de la Nación. Recuperado de http://www.saij.gob.ar/340-nacional-

codigo-civil-lns0002653-1869-09-25/123456789-0abc-defg-g35-62000scanyel

1 Obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisibles (Juan y Pedro deben al Sr. Martínez la suma de $100 000).

2 Obligaciones simplemente mancomunadas de objeto indivisible (Juan y Pedro deben a Pablo una motocicleta X, modelo Y, color Z).

3 Obligaciones solidarias de objeto divisible (Juan y Pedro deben solidariamente al Sr. Martínez la suma de $100 000).

4 Obligaciones solidarias de objeto indivisible (Juan y Pedro deben solidariamente al sr. Martínez una motocicleta X, modelo Y, color Z).

La doctrina destaca que el fundamento de la similitud de efectos se encuentra en que, para que sea posible el cumplimiento fragmentado, es necesario que el objeto sea divisible;
de lo contrario, la obligación actúa como indivisible (Compagnucci de Caso, en Rivera y Medina, 2014; Moisset de Espanés, 2014; Pizarro y Vallespinos, 2014). De allí la
relación entre ambas clasificaciones. La afirmación se justifica, pues Vélez Sarsfield solo concebía la clasificación de divisibles e indivisibles mientras hubiera pluralidad de
acreedores o deudores, tal como se aclara en la nota al artículo 673 del CCCN.

En definitiva, resulta imprescindible diferenciar unas de otras obligaciones:

En las obligaciones divisibles e indivisibles, el criterio de clasificación y, en consecuencia, lo que las distingue, es la aptitud del objeto para ser
fraccionado —material o idealmente según el caso—, tal como se estudió en la Unidad 7. Se trata de una clasificación objetiva.

En las obligaciones de sujeto múltiple, el criterio es la pluralidad de sujetos y la estructura del vínculo jurídico (simplemente mancomunado o
solidario). Es una clasificación subjetiva.

Caracteres de las obligaciones de sujeto plural en general

Las obligaciones de sujeto plural simplemente mancomunadas y solidarias tienen en común los siguientes caracteres:

Pluralidad de sujetos: en cualquiera de los dos polos de la obligación o en ambos. Puede ser originaria o sobrevenida. Los codeudores le deben al Sr.
Martínez.

Unidad de objeto: la prestación debida es por todos los deudores a todos los acreedores, independientemente de su carácter divisible o indivisible. Los
deudores deben el resarcimiento por los daños sufridos con motivo del accidente de tránsito ocurrido.

Unidad de causa fuente: es la misma para todos los sujetos, como un contrato, un hecho ilícito que generó la responsabilidad de más de una persona o la
ley.

Pluralidad de vínculos: es una sola obligación, pero con pluralidad de vínculos, que pueden ser disociados (obligaciones simplemente mancomunadas) o
coligados (obligaciones solidarias). La que se manifiesta en los vínculos que unen al Sr. Martínez con el titular registral del auto y el vínculo que liga al
Sr. Martínez con el conductor del camión.

Por el contrario, en las obligaciones de sujeto plural concurrentes, si bien los caracteres son casi idénticos, la diferencia radica en que en estas existe la pluralidad de causa
fuente.

En nuestro ejemplo los deudores deben responder por el daño causado, pero cada uno de ellos por causa fuente diversa: el conductor del camión, por el hecho dañoso provocado
al conducir de manera imprudente; el dueño o titular registral, por ser el guardián/titular de la cosa riesgosa, esto es, el automóvil que ha ocasionado el daño.

Método del Código Civil y Comercial de la Nación

La comisión redactora del CCCN aclaró en los fundamentos: “La regulación de las obligaciones de sujeto plural también ha perseguido el objetivo de hacer más claras las reglas
y los conceptos. A tales fines se dividen en simplemente mancomunada, solidaria y concurrente” (Lorenzetti, Highton de Nolasco y Kemelmajer de Carlucci, 2012, p. 110).

En general, las clasificaciones de las obligaciones se ubican en el Libro Tercero: “Derechos personales”, Capítulo 3: “Clases de obligaciones”. En particular, con respecto a las
clases de obligaciones que estudiamos en las unidades 7 y 8, se mantiene la doble regulación: por un lado, la de las obligaciones divisibles e indivisibles (en la Sección 6), y por
otro, la de las obligaciones simplemente mancomunadas (aunque en este caso se remite a las reglas de las divisibles e indivisibles, según el objeto de la prestación), las
solidarias y las concurrentes (en la Sección 7).
Obligaciones simplemente mancomunadas

Concepto

La obligación simplemente mancomunada se encuentra definida en el artículo 825 como “aquella en la que el crédito o la deuda se fracciona en tantas relaciones como

acreedores o deudores haya”7; y las cuotas y créditos se consideran distintos los unos de los otros. En estas obligaciones hay vínculos disociados, fraccionados entre sí, como las
“piezas de un todo” (Pizarro y Vallespinos, 2014, p. 446). Pizarro y Vallespinos (2014) aclaran que, cuando el fraccionamiento además es de objeto divisible, opera con
plenitud.

[7] Art. 824, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Obligaciones simplemente mancomunadas de objeto divisible e indivisible. Régimen general. Remisión

Las obligaciones simplemente mancomunadas se clasifican según su objeto, y esto determina el régimen jurídico aplicable, del siguiente modo:

Objeto divisible: opera el fraccionamiento del objeto y del vínculo jurídico. Se aplica el régimen legal de las obligaciones divisibles por expresa remisión
del artículo 826.

Objeto indivisible: el fraccionamiento es más reducido, pues solo tiene efectos respecto del vínculo jurídico y no en relación con el objeto; en
consecuencia, cualquier acreedor puede reclamar la totalidad de la prestación porque el objeto es indivisible. Se aplica el régimen legal de las obligaciones
indivisibles por manda del artículo 826.

El artículo 826 del CCCN dispone un régimen jurídico claro y sencillo de las obligaciones simplemente mancomunadas, pues realiza una remisión a las reglas de las
obligaciones divisibles e indivisibles, según cuál sea la calidad del objeto de la relación jurídica mancomunada. Compagnucci de Caso expresa que “importa una extensión y
aplicación normativa de otro tipo de relaciones jurídicas” (en Rivera y Medina, 2014, p. 196).

Obligaciones solidarias

Concepto. Caracteres. Clases de solidaridad. Fuentes. Prueba. Criterio de aplicación

Las obligaciones solidarias son aquellas con pluralidad de sujetos, originadas en una misma causa fuente: en razón de un título constitutivo (contrato) o de la ley, y cuyo su
cumplimiento total puede exigirse a cualquiera de los deudores por cualquiera de los acreedores (art. 827 del CCCN).

Un ejemplo de ello es el contrato de locación suscripto por el Sr. Martínez en cuanto lo establecido en la siguiente cláusula:
Décimo tercera: Garante y codeudora. La señora Susana Beatriz Croati, DNI 11 829 192, argentina, mayor de edad, domiciliada en la calle Coronel Olmedo 7, piso 5,
departamento D, de la Ciudad de Córdoba, Provincia de Córdoba, se constituye en codeudora solidaria, lisa, llana y principal pagadora de todas las obligaciones emergentes
del presente contrato, inclusive las costas judiciales o extrajudiciales, renunciando desde ya a los beneficios de excusión, interpelación, aviso previo y los demás que las leyes
acuerdan a fiadores hasta que el inmueble sea entregado al locador desocupado tanto de personas o bienes que del locatario dependan, sin deudas de ninguna naturaleza y en las
condiciones convenidas, firmando conjuntamente con los contratantes en prueba de conformidad.

Esta no es ni más ni menos que una cláusula mediante la cual se fijan deudores solidarios. Tanto al locatario, el Sr. Martínez, como a la Sra. Croati puede exigírsele
íntegramente el cumplimiento de las obligaciones que surgen con motivo del contrato de locación suscripto.

Los caracteres de la solidaridad de clasifican del siguiente modo:

Generales:

Pluralidad de sujetos. En el contrato de locación, la Sra. Croati y el Sr. Martínez.

Unidad de objeto. La totalidad de las obligaciones que surgen con motivo del contrato de locación suscripto.

Unidad de causa fuente. El contrato de locación suscripto.

Especiales:

Exigibilidad total de la prestación por cualquiera de los acreedores a cualquiera de los deudores.

Carácter expreso de la solidaridad.

Pluralidad de vínculos coligados que justifica la propagación de efectos (arts. 830 y 837).

Hay distintas clases de solidaridad:

Activa: existe una pluralidad de acreedores y un solo deudor.

Pasiva: existe una pluralidad de deudores y un solo acreedor.

Mixta: existe una pluralidad en ambos polos, el activo y el pasivo.

El CCCN establece disposiciones comunes para las obligaciones solidarias en general (arts. 827 a 832), y luego específicas para las pasivas (arts. 833 a 843) y la activas (arts.
844 a 849).

El fundamento de la solidaridad radica en la idea de representación recíproca entre quienes integran el frente de acreedores o deudores, derivado del interés común que existe
entre ellos en el cumplimiento de la prestación (Pizarro y Vallespinos, 1999).

El CCCN dispone en el artículo 828, como regla general, que “la solidaridad no se presume y que debe surgir inequívocamente de la ley o del título constitutivo de la

obligación”8. Por ello, existiendo más de un acreedor o más de un deudor, la obligación será mancomunada, salvo pacto o ley en contrario. En consecuencia, quien alegue la
solidaridad debe probarla y, en caso de duda, será simplemente mancomunada.

[8] Art. 828, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm
Ossola (2014) señala que el fundamento de la no presunción de solidaridad radica en el principio favor debitoris, por la menor propagación de efectos, y tiene tradición jurídica
en nuestro país.

Las fuentes de la solidaridad pueden ser las siguientes:

Título constitutivo: la autonomía de la voluntad plasmada en el acuerdo de partes, bilateral en un contrato o unilateral en una donación o testamento, por
ejemplo, como el contrato de locación suscripto.

La ley: surge del ordenamiento jurídico. Solo puede crear obligaciones solidarias pasivas para proteger al acreedor, nunca activas. Por ejemplo, la
responsabilidad directa de varias personas en la producción de un hecho con causa única (artículo 1751) o la responsabilidad solidaria del fiador cuando
así se convino expresamente o cuando el fiador renuncia al beneficio de excusión (art. 1590), entre otros.

Efectos: circunstancias de los vínculos, defensas, cosa juzgada

El CCCN establece un criterio de aplicación de las obligaciones solidarias en el artículo 829, en virtud del cual se produce la propagación de efectos entre los diferentes
vínculos.

El fundamento se encuentra en la representación que la ley impone a cada uno de los codeudores solidarios en la solidaridad pasiva, y a cada uno de los acreedores en la activa,
ya que en ambos casos cada individuo representa la totalidad del polo al que pertenece.

El vínculo jurídico que genera la obligación solidaria puede verse afectado por diversas vicisitudes y extinguido.

Por otro lado, se establece que la incapacidad o capacidad restringida de alguno de los acreedores o deudores no perjudica ni beneficia a los demás, ni tampoco la existencia de
modalidades en la obligación (art. 830). Lo dicho implica que producen efectos personales y no propagan sus efectos al resto de los sujetos que siguen obligados o con derecho
a reclamar por el todo.

Con respecto a las defensas que pueden oponer los codeudores, el CCCN distingue entre las comunes, que puede oponer cualquiera de ellos a cualquiera de los coacreedores
(pago, prescripción, nulidad del acto), y las personales, que solo pueden oponerse exclusivamente por el deudor o acreedor a quien corresponda y solo tienen efecto entre ellos
(vicio de la voluntad, modalidad especial de la obligación a favor de un codeudor, como un plazo solo para este, confusión, renuncia parcial a la solidaridad a favor de un
codeudor, etc.) todas previstas en el artículo 831 del CCCN.

Cabe aclarar que las defensas personales producen una cierta expansión limitada de sus efectos al resto, pues reducen el monto total de la deuda hasta la concurrencia de la parte
de la deuda del codeudor que invocó aquella, ya que “disminuye el importe total de la obligación” (Compagnucci de Caso, en Rivera y Medina, 2014, p. 204).

Otro efecto expresamente consagrado es el de la cosa juzgada, mencionado en el artículo 832 del CCCN. Compagnucci de Caso (en Rivera y Medina, 2014) señala que la
cuestión tiene lugar cuando se dicta sentencia entre un deudor y un acreedor, con autoridad de cosa juzgada, si surte efecto respecto del resto de los codeudores y coacreedores
que no intervinieron en el juicio.

La regla legal dispone que la sentencia “no es oponible a los demás, pero estos pueden invocarla cuando no se funda en circunstancias personales del codeudor demandado”9.

[9] Art. 832, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Siguiendo a Compagnucci de Caso (en Rivera y Medina, 2014), la norma establece que, cuando la sentencia favoreció al deudor, los codeudores que no tuvieron intervención en
el juicio no pueden invocar la cosa juzgada que se sustentó en defensas personales del deudor en juicio.
Por su parte, si bien los acreedores que no intervinieron le pueden oponer al deudor que intervino la sentencia, este tiene derecho a alegar otras defensas personales que tenga
contra los coacreedores que no estuvieron en juicio.

Luego el CCCN regula separadamente los efectos de cada tipo de solidaridad (pasiva y activa).

Actividad

Pensemos en el supuesto de que, frente al incumplimiento del pago de las mercedes locativas del contrato de locación suscripto, se asciende a la suma

de $150 000 por tal concepto. El locador, el Sr. González, al intimar el cobro de lo adeudado, le exige a la Sra. Croati la suma de $75 000. ¿Qué

implicaría tal decisión? ¿Cómo repercute esto en la deuda que tiene el Sr. Martínez? Elige la respuesta correcta:

No es posible, ya que la naturaleza de la obligación solidaria que los une implica que la Sra. Croati está inevitablemente obligada frente a la totalidad de la deuda tanto el Sr.
Martínez que debe lo mismo.

Hay un supuesto de renuncia tácita a la solidaridad por parte del locador frente a la Sra. Croati. El Sr. Martínez no puede exigir la renuncia a su solidaridad, pero sí puede
invocar la otorgada a la Sra. Croati y, por lo tanto, repercute en el monto adeudado por Martínez toda vez, abonando la Sra. Croati su deuda, Martínez se beneficia por el saldo
adeudado.

Hay un supuesto de renuncia tácita a la solidaridad por parte del locador frente a la Sra. Croati, por lo que el Sr. Martínez tiene derecho a exigir la misma situación respecto a él.
Estamos frente a un supuesto de renuncia total de solidaridad por parte del locador.

SUBMIT

Solidaridad pasiva. Noción. Efectos: derecho a cobrar y pagar. Modos extintivos. Responsabilidad. Interrupción y
suspensión de la prescripción. Contribución. Determinación de la cuota de contribución. Insolvencia. Muerte de un
deudor

En la obligación solidaria pasiva, en la que existe un acreedor y varios deudores, el principal efecto es que aquel tiene derecho a cobrar el pago a uno, a varios o a todos los
deudores, de modo simultáneo o sucesivo (art. 833 del CCCN). Recíprocamente, cualquiera de los codeudores tiene derecho a pagar la totalidad de la deuda (art. 834 del
CCCN). La norma aclara que, si uno de los codeudores fue liberado de la solidaridad por renuncia de su acreedor solo respecto de su persona, este paga entregando la parte que
le corresponde y los demás pagarán de modo íntegro si lo hacen descontando la parte de ese deudor del todo.

Con respecto a los modos extintivos de la obligación, cabe distinguir entre los siguientes:

Los que trasladan sus efectos a todos los deudores: pago, novación, compensación y dación en pago. Así, el pago que hiciera la Sra. Croati sobre la
totalidad de la deuda existente produce efectos en la deuda que tiene Martínez frente al locador, la cual desaparece.

Los que tienen efectos relativos: pues la obligación solo se extingue entre los sujetos que tienen intervención. Comprende la confusión entre el acreedor
y uno de los codeudores y la transacción que solo produce efectos entre los que participaron de ella, aunque el resto puede adherir, sin derecho del
acreedor a oponérsela.
Otra clasificación deriva de la extinción de la solidaridad y ya no de la obligación propiamente dicha. En este supuesto, el acreedor tiene derecho a renunciar a las
características específicas del vínculo solidario y a transformar la obligación en una simplemente mancomunada. La extinción de la solidaridad puede ser:

Absoluta: “si el acreedor, sin renunciar al crédito, renuncia expresamente a la solidaridad en beneficio de todos los deudores solidarios, consintiendo la
división de la deuda, esta se transforma en simplemente mancomunada”10. Compagnucci de Caso (en Rivera y Medina, 2014) entiende que lo que debe
ser expreso es la renuncia a la solidaridad, pero que la voluntad puede expresarse de manera expresa o tácita. Pensemos, por ejemplo, en la deuda
existente: el locador, al exigir el pago de lo debido, le reclama al Sr. Martínez la suma de $75 000 y a la Sra. Croati le reclama la suma de pesos $75 000.

[10] Art. 836, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Relativa (art. 835): si el acreedor, sin renunciar al crédito, renuncia expresa o tácitamente a la solidaridad en beneficio de uno solo de los codeudores. En
este caso, este deudor tiene derecho a liberarse pagando su parte, y la deuda se mantiene solidaria respecto de los demás codeudores, con deducción de la
parte del beneficiado con la renuncia.

El CCCN también regula de manera especial el efecto de la responsabilidad de los codeudores en caso de incumplimiento (en el art. 838), en cuyo caso hay que distinguir:

La mora —retardo en el cumplimiento imputable al deudor— de uno perjudica y se propaga a los demás. Deben la prestación más los daños por la mora.

Ante incumplimiento absoluto:

Si es imputable a uno de los codeudores a título de culpa, los demás responden por el equivalente de la prestación y los
daños y perjuicios.

En caso de dolo, las consecuencias propias de este solo son soportadas por quien incurrió en él y no por los demás, pues,
en virtud del artículo 1728, el resarcimiento va más allá de las consecuencias previsibles (Compagnucci de Caso, en
Rivera y Medina, 2014).

En cuanto a la interrupción y suspensión de la prescripción, el CCCN realiza una remisión a las normas específicas que regulan la temática en los artículos 2540 y 2549,
respectivamente.

En las relaciones internas, una de las cuestiones de mayor relevancia es la acción de contribución y determinación de la cuota que corresponde a cada uno de los codeudores
en el cumplimiento de la prestación única (arts. 840 y 841 del CCCN).

Si un deudor paga la totalidad de la deuda, puede repetir de los demás codeudores la participación que cada uno tiene, salvo que se hubiera remitido gratuitamente la deuda,
pues resultaría injusto que le intente cobrar a sus pares lo que no pagó. Esta es la denominada acción de contribución, que tomará la forma de la relación jurídica que relacione
a las partes, pues puede ser subrogación, gestión de negocios, acción societaria, etcétera (Compagnucci de Caso, en Rivera y Medina, 2014).

Pizarro y Vallespinos definen las acciones recursorias o de regreso como “las que el ordenamiento jurídico reconoce al codeudor que pagó la totalidad de la deuda solidaria para
reclamar a los restantes la parte que les corresponde en dicho pasivo” (1999, p. 596).

Con respecto a la forma de determinar la cuota que corresponde a cada codeudor, el artículo 841 brinda reglas claras en sus cuatro incisos y aclara que, si no fuera posible
definirlo de conformidad con los criterios que establece, será en partes iguales. Compagnucci de Caso detalla que los criterios normativos que determinan la cuota parte,
“sucesivamente” (en Rivera y Medina, p. 222), son:
Lo pactado: se otorga prioridad a la autonomía de la voluntad de las partes, es decir, lo que emerge del contrato.

La fuente y finalidad de la obligación o, en su caso, la causa de la responsabilidad: que entiende que son tres pautas de interpretación, sin prelación
entre ellas.

Las relaciones de los interesados entre sí: Impone analizar la vinculación entre los codeudores.

Las demás circunstancias: que puedan válidamente utilizarse para definir la cuota de cada uno.

Por otro lado, en caso de insolvencia de un codeudor, la cuota correspondiente a este debe ser asumida por el resto de los obligados (art. 842).

Por último, la muerte de un codeudor que deja varios herederos genera que la deuda ingrese a la masa indivisa y habilita al acreedor antes de la partición a impedir que se
entreguen bienes a los herederos o legatarias hasta que no se pague su crédito. Sin embargo, luego de la partición cada heredero está obligado a pagar según la cuota que le
corresponde en el acervo (art. 843).

De lo dicho se desprende que la muerte de un codeudor produce la extinción de la solidaridad respecto de su parte, y los herederos solo deberán cumplir en la proporción de su
cuota parte en el haber hereditario.

Solidaridad activa. Noción. Efectos: derecho al cobro. Prevención de un acreedor. Modos extintivos. Participación y
cuotas. Muerte de un acreedor

La solidaridad activa implica la existencia de un deudor y más de un acreedor. Los efectos de estas obligaciones en particular están previstos en los artículos 844 a 849 del
CCCN.

El principal derecho que consagra la solidaridad activa es a cobrar al deudor la totalidad de la prestación que tiene individual o conjuntamente cada uno de los acreedores.

Cabe recordar que este tipo de solidaridad solo puede tener como causa fuente la voluntad de las partes, que establece la intención de actuación común de todos.

El límite a este libre derecho al cobro está dado por el principio de prevención que introduce el artículo 845 del CCCN, en virtud del cual se establece que, si un acreedor
demanda al deudor y lo notifica de dicha acción, este solamente podrá pagar a quien lo demandó, pues, si lo hace a otro, el pago no será oponible al accionante.

Con respecto a los modos extintivos, el CCCN vuelve a clasificar sus efectos —tal como lo hace en la solidaridad pasiva— en el artículo 846, según cada uno de ellos:

Propagan sus efectos al resto de los deudores: pago, renuncia, novación, compensación y dación en pago.

No propagan: confusión (solo libera a los que son parte de esta) y transacción (solo beneficia a las partes de este contrato; el resto puede adherir luego).

Los efectos internos de la solidaridad activa imponen el principio de la participación, cuyos alcances están previstos en el artículo 847 del CCCN:

Si uno de los acreedores recibió el pago total o la reparación del daño (cobra la totalidad de la prestación o su equivalente) o más de lo que le correspondía
(pago parcial), los demás tienen derecho a reclamarle la parte que le corresponde a cada uno.
En caso de renuncia, novación, dación en pago o compensación, el resto de los acreedores tiene derecho a reclamar la participación al actor de esos actos
extintivos de la obligación (Compagnucci de Caso, en Rivera y Medina, 2014).

Si un acreedor realiza gastos en interés común, tiene derecho a reclamar a los demás la participación en el reembolso de su valor.

La forma en que debe determinarse la cuota de participación resulta de las reglas del artículo 841, sobre el que ya hemos referenciado ut supra, por expresa remisión al artículo
848 del CCCN.

Finalmente, en caso de muerte de un acreedor el crédito se divide entre sus herederos en la proporción de su participación en la herencia. También se distingue —como en el
caso de la solidaridad pasiva— que, luego de la partición, cada heredero tiene derecho a percibir según su cuota parte en la herencia (art. 849). Compagnucci de Caso (en Rivera
y Medina, 2014) destaca que en este supuesto se produce un efecto extraño, pues cada heredero pierde el carácter de solidario del crédito y solo puede reclamar la parte que en
la proporción le corresponde en la herencia.

La solidaridad en el derecho comercial. Nociones

En caso de concurso o quiebra de un codeudor, la Ley 2452211 establece reglas específicas que determinan que no se propagan los efectos al resto de los codeudores por
imperio de la ley, es decir, el resto queda obligado.

[11] Ley 24522. (20 de julio de 1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/25000-29999/25379/texact.htm

Con respecto al concurso, el artículo 55 de la Ley 24522 dispone la novación legal de todas las obligaciones del concursado con anterioridad al estado de cesación de pagos, por
el acuerdo homologado, y aclara que no se extingue la obligación de los fiadores ni de los codeudores solidarios.

Por su parte, el artículo 128 de la Ley 24522 señala que la sentencia de quiebra produce la caducidad de los plazos otorgados al fallido y no altera el derecho de los acreedores,
que pueden reclamar al resto de los codeudores o ir a la quiebra a verificar. Esta norma debe ser analizada a la luz de la caducidad de los plazos regulada en el CCCN, lo que
podría afectar estas consecuencias previstas.

Comparación de las obligaciones solidarias con la fianza

Tabla 1: Comparación entre las obligaciones solidarias y la fianza

SOLIDARIDAD FIANZA

INTERÉS Propio. Ajeno (del fiador).

OBLIGACIÓN Principal. Accesoria (garantiza una principal).

DEFENSAS No pueden oponerse defensas personales de otros El fiador puede oponer sus defensas personales y las del deudor principal,
OPONIBLES codeudores. salvo incapacidad.
Fuente: elaboración propia.

Obligaciones concurrentes

Concepto. Casos. Naturaleza jurídica

Las obligaciones concurrentes, conexas o indistintas son aquellas en las que varios deudores deben el mismo objeto en razón de causas fuente distintas. Están expresamente
reguladas en los artículos 850 a 852 del CCCN.

El Código Civil no regulaba expresamente este tipo de obligaciones, pero sí tenía diversas normas que las contemplaban (art. 1113: responsabilidad por el dependiente y
responsabilidad del dueño o guardián; art. 1117: responsabilidad de establecimientos educativos; art. 1646: responsabilidad del constructor, director y proyectista de obra, etc.),
que hoy se reiteran en el CCCN (arts. 1753 a 1756: responsabilidad por el hecho de terceros; arts. 1757 a 1759: responsabilidad derivada de la intervención de cosas y
actividades riesgosas, entre otros).

Este tipo de obligaciones tiene un rol trascendental en materia de responsabilidad civil. El típico ejemplo es ante un accidente de tránsito, en el que la víctima (acreedor) tiene
derecho a reclamar contra el conductor del vehículo que lo chocó (por ser el responsable material del hecho; causa fuente: hecho ilícito) y contra la compañía aseguradora de
este (causa fuente: el contrato de seguro que celebró el propietario con la compañía de seguros para tener cobertura de seguro frente a terceros). La prestación debida es la
misma: la indemnización por los daños y perjuicios, y el acreedor es la víctima del siniestro, pero los deudores son dos y este puede accionar contra cualquiera de ellos.

Pizarro y Vallespinos (2014) enseñan que, a diferencia con las obligaciones solidarias, que son por naturaleza una relación jurídica única, en las concurrentes existe una
pluralidad de obligaciones que presentan los caracteres comunes de tener identidad de objeto debido y de acreedor. Esto determina la naturaleza jurídica de estas obligaciones.

Diferencia con las obligaciones solidarias

En la doctrina nacional, se ha debatido sobre la similitud entre las obligaciones concurrentes y las solidarias, e incluso sobre si debía aplicarse el régimen de estas a aquellas. El
CCCN resuelve esta cuestión, pues, si bien las distingue en cuanto a su noción, características y efectos, en el artículo 852 termina disponiendo que subsidiariamente se aplican
las reglas de las obligaciones solidarias. Sin embargo, resulta necesario distinguir con claridad cada obligación para poder identificarla adecuadamente en un caso concreto.

Tabla 2: Obligaciones solidarias y obligaciones concurrentes

SOLIDARIAS CONCURRENTES

Una sola obligación con pluralidad de vínculos


Naturaleza Varias con objeto único e identidad de acreedor.
coligados.

Causa fuente Una sola común. Distintas.

Efectos (en general) Propagan. No hay propagación.

Relaciones internas Se rigen por el principio de participación y No hay relaciones internas.


contribución.

Pago de la totalidad de la Derecho al reembolso a los demás codeudores, No. Quien paga puede ser el único responsable y no tener derecho
deuda por un codeudor según la cuota parte de cada uno. a repetir. No hay conexión entre deudores.

Prescripción Propaga efectos. Efectos personales, incluso pueden tener distintos plazos distintos.

Fuente: elaboración propia.

Efectos

Los efectos de las obligaciones concurrentes están expresa y detalladamente contemplados en el artículo 851 del CCCN, que establece las siguientes reglas:

1 el acreedor tiene derecho a requerir el pago a uno, a varios o a todos los codeudores, simultánea o sucesivamente;

2 el pago realizado por uno de los deudores extingue la obligación de los otros obligados concurrentes: este es el principal efecto distintivo de este tipo de
obligación;

3 la dación en pago, la transacción, la novación y la compensación realizadas con uno de los deudores concurrentes, en tanto satisfagan íntegramente el
interés del acreedor, extinguen la obligación de los otros obligados concurrentes o, en su caso, la extinguen parcialmente en la medida de lo satisfecho;

4 la confusión entre el acreedor y uno de los deudores concurrentes y la renuncia al crédito a favor de uno de los deudores no extingue la deuda de los otros
obligados concurrentes;

5 la prescripción cumplida y la interrupción y suspensión de su curso no producen efectos expansivos respecto de los otros obligados concurrentes;

6 la mora de uno de los deudores no produce efectos expansivos con respecto a los otros codeudores;

7 la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada dictada contra uno de los codeudores no es oponible a los demás, pero estos pueden invocarla cuando no
se funda en circunstancias personales del codeudor demandado;

8 la acción de contribución del deudor que paga la deuda contra los otros obligados concurrentes se rige por las relaciones causales que originan la
concurrencia12.

[12] Art. 851, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Con respecto al último punto, habrá que determinar cuál es el vínculo que los liga, si es que existe y, en su caso, si corresponde o no la acción de contribución.

Por su parte, el artículo 852 del CCCN manda que, subsidiariamente, para las cuestiones no previstas de modo expreso en el artículo 851, se apliquen las reglas de las
obligaciones solidarias, por la similitud que existe entre ambos tipos de obligaciones, lo que la doctrina y la jurisprudencia nacional venían sosteniendo antes de la sanción.

Obligaciones disyuntivas
Concepto. Clases de disyunción. Características

Las obligaciones disyuntivas son aquellas que se establecen a favor de un acreedor que se encuentra indeterminado entre varios sujetos, o sobre un deudor indeterminado entre
varios sujetos determinados (Pizarro y Vallespinos, 2014). Se caracterizan por la conjunción o en la previsión de los sujetos. Estas obligaciones están estipuladas en los artículos
853 a 855 del CCCN.

Tal como ya señalamos al inicio de la unidad, se trata de una pluralidad de sujetos aparente, pues, luego de la elección entre las distintas personas, será parte de la relación
jurídica solo ese determinado.

De lo dicho se advierte que pueden existir dos clases de disyunción:

Activa: cuando la obligación debe ser cumplida a favor de uno entre varios sujetos (acreedores). Por ejemplo, Juan le debe $5000 a Ana o a Laura.

Pasiva: si la obligación debe ser cumplida por uno de varios sujetos (deudores). Por ejemplo, Lucas o Mauro le deben $5000 a Pedro.

Las características comunes a ambos tipos de disyunción son:

Pluralidad originaria de vínculos.

Indeterminación de los sujetos, hasta la elección.

Unidad de objeto debido: el pago por uno o a uno extingue la obligación.

Condicionalidad: Pizarro y Vallespinos (2014) afirman que en la disyunción pasiva la obligación asumida alternativamente está condicionada —
resolutoriamente— a que pague el objeto debido otro deudor, en cuyo caso la obligación se extingue para todos, incluso para los que no pagaron.

Diferencia con las obligaciones solidarias

Tabla 3: Diferencia entre las obligaciones solidaras y las disyuntivas

SOLIDARIAS DISYUNTIVAS

Conjunción Y O

Relación Concurrentes porque sus


Se excluyen entre sí.
acreedor-deudor deudas coexisten.

Interés Común o grupal. No.


Principios Distribución y participación. No rigen. El pago realizado por uno no beneficia ni perjudica al resto. No hay derecho a
distribución ni reembolso por quien paga.

Fuente: elaboración propia.

Régimen jurídico. Remisión

Las obligaciones disyuntivas están reguladas en los artículos 853 a 855 del CCCN. Los alcances y efectos se clasifican del siguiente modo:

Específicos: según el tipo de disyunción:

1. Activa: en principio, el deudor elige a cuál realiza el pago, salvo estipulación en contrario. La demanda de un coacreedor no
limita el derecho del deudor a elegir, es decir, no rige el principio de prevención. El acreedor que recibe el pago no está obligado
a participarlo con los demás (art. 854 del CCCN).

2. Pasiva: el acreedor elige cuál deudor debe pagar, salvo convenio en contrario. Mientras el acreedor no demande a uno,
cualquiera tiene derecho a pagar, y quien lo haga no tiene acción de reembolso respecto de los demás (art. 853 del CCCN).

Generales: se aplican subsidiariamente las reglas de las obligaciones simplemente mancomunadas por expresa remisión del artículo 855 del CCCN. Esta
cuestión era debatida en la doctrina antes de la sanción del código, pues parte de aquella entendía que se asemejaba más a las solidarias y parte a las
simplemente mancomunadas, ante lo cual el CCCN da prevalencia a la segunda y así lo manda.

Actividades

Ante el incumplimiento de las obligaciones que genera el contrato de alquiler, ¿qué tipo de obligación se genera entre el Sr. Martínez y la Sra. Croati?

Son obligados concurrentes.

Son obligados solidarios.

Son obligados disyuntivos.

SUBMIT

La cláusula por la cual se estipula que el próximo 30/07 debemos abonar la suma de $10 000 al Sr. Julio Rodríguez o al Sr. Luis Rodríguez establece

una obligación:
Alternativa.

Disyuntiva.

Concurrente.

SUBMIT

Las obligaciones de resarcir las consecuencias perjudiciales del accidente de tránsito ocasionado a tu cliente por parte del conductor del camión y del

titular registral son:

Obligaciones solidarias.

Obligaciones divisibles.

Obligaciones concurrentes.

SUBMIT

Obligación de rendir cuentas

Definición. Requisitos. Sujetos obligados

Un cliente te realiza consulta en tu estudio jurídico, ya que ha celebrado como nuevo propietario con un gestor un contrato de mandato a los efectos de la inscripción de la venta
de un automotor. Tu cliente te ha proporcionado la documentación y los formularios del automóvil que se va a inscribir en el registro de la propiedad del automotor
correspondiente, junto con dinero para realizarlo. El trámite se encuentra concluido, pero el gestor se niega a devolverle la documentación en su poder y le exige que le pague
más dinero de lo oportunamente entregado. Frente a esta situación, tu cliente te consulta acerca de qué solución jurídica tiene.

La obligación de rendir cuentas se ubica metodológicamente en la Sección 11 del Capítulo 3, del Título I, del Libro Tercero, es decir, dentro de las clases de obligaciones, lo que
ha sido criticado por la doctrina, que entiende que no se trata de una de estas, sino más bien de un efecto de determinadas obligaciones, por lo que no debió ubicarse en este
capítulo, sino en el siguiente (Negri, en Rivera y Medina, 2014, quien cita con igual opinión a Heredia, Gómez Leo, Martorell y Gómez Alonso de Díaz Cordero). De cualquier
modo, la regulación legal de la rendición de cuentas se encuentra en los artículos 858 a 864 del CCCN.

La rendición de cuentas es una obligación que surgió del derecho comercial y se imponía a todo comerciante. En materia civil se exigía a quien realizaba una actividad a
nombre de otro, como en el mandato, o al tutor, al curador, etcétera. En materia contractual se estableció como un cumplimiento del deber de informar todo lo relacionado con
el encargo o actividad a favor de otro.

La fuente de la obligación puede ser legal o convencional. En el caso planteado por tu cliente, la fuente es convencional: el contrato de mandato suscripto.

Lo primero que corresponde es realizar las siguientes distinciones:

Cuenta: es la descripción de “los antecedentes, hechos y resultados pecuniarios de un negocio, aunque consista en un acto singular”13. Es la forma
ordinaria en que se cumple con la obligación de rendir cuentas, el modo de cumplimiento es indiferente al derecho (Negri, en Rivera y Medina, 2014). Es
la descripción gráfica de los diversos hechos y resultados pecuniarios relativos a una operación (Siburu, citado por Negri, en Rivera y Medina, 2014).

[13] Art. 858, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Rendición de cuentas: “hay rendición de cuentas cuando se las pone en conocimiento de la persona interesada”14. La definición legal debe completarse,
pues “es un deber de poner en conocimiento del dueño del negocio los resultados y circunstancias en que el negocio se ha realizado” (Negri, en Rivera y
Medina, 2014, p. 257).

[14] Art. 858, Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

La naturaleza jurídica de la obligación de cuentas es una obligación de hacer, de fuente legal o convencional, que comprende a toda operación realizada en interés ajeno
(Negri, en Rivera y Medina, 2014).

Si bien no se establece la forma concreta y precisa en que debe hacerse la rendición de cuentas, sí se establecieron cuáles son sus requisitos indispensables en el artículo 859:

1 Ser hecha de modo descriptivo y documentado: que sea clara, completa y por escrito o en formato digital o similar, a fin de que pueda conservarse y
volver a analizarse en el tiempo.

2 Incluir referencias y explicaciones razonablemente necesarias para su comprensión: con el objetivo de que su destinatario pueda entenderlas y no
solo sirvan a quien las realizó.

3 Acompañar los comprobantes de ingresos y egresos, excepto que sea de uso no extenderlos: para acreditar los actos realizados, gastos e ingresos.

4 Concordar con los libros que lleve quien las rinda: si es que el comerciante o persona lleva libros contables (art. 323 del CCCN).

Además, se dispone que la rendición puede ser privada, excepto que la ley disponga que debe ser realizada ante un juez (art. 860 del CCCN).

Por otro lado, los sujetos obligados a rendir cuentas están expresamente consagrados en el artículo 860 del CCCN, que reúne todos los supuestos antes previstos en el Código
Civil, en el de Comercio y los definidos por la doctrina y jurisprudencia, a saber:

Quien actúa en interés ajeno, aunque sea en nombre propio.

Quienes son parte en relaciones de ejecución continuada, cuando la rendición es acorde al negocio en cuestión.

Quien debe hacerlo por manda legal, como la obligación que tiene el gestor que contrató con tu cliente, tal cual surge del artículo 1334; al tutor, en el
artículo 130 ante el juez; al gestor de negocios ajenos, en el artículo 1782, inciso e), entre otros.
Así, frente a la consulta de tu cliente, hay que intimarlo judicialmente a que rinda cuentas de la labor realizada. A continuación, le reenviarás por correo electrónico el texto por
el que tu cliente intimaría al gestor, el cual es el siguiente:

Intimo a Ud. para que, en el plazo de 72 horas de recibida la presente, proceda a cumplimentar su obligación de rendir cuentas sobre la gestión efectuada según mandato
debidamente suscripta, por la cual Ud. se comprometió a efectuar toda la tramitación necesaria para proceder a la inscripción de mi automóvil, dominio…… marca…. ante el
registro de propiedad del automotor correspondiente.

Asimismo, le solicito que me informe tasas, impuestos y demás gastos efectuados atento la suma de pesos… que yo le entregara para su gestión.

Lo intimo, asimismo, a que en el mismo plazo ya indicado proceda a entregarme toda la documentación referida al trámite efectuado, la cual es de mi propiedad.

Queda Ud. debidamente notificado.

Oportunidad y aprobación. Relaciones de ejecución continuada

La rendición de cuentas tiene por fin informar al interesado (quien encargó el negocio o actividad o el juez, en su caso, cuando está de por medio el orden público, como en la
tutela) sobre las actividades y gestiones realizadas. Una vez presentada la cuenta, el interesado debe analizarla y, en su caso, aprobarla y abonar lo que correspondiere al sujeto
que llevó a cabo la actividad. Todo este proceso está previsto en los artículos 861 y 862 del CCCN.

Con respecto al momento u oportunidad en que deben rendirse las cuentas, rige el principio de la autonomía de la voluntad de las partes, que puede ser pactado de modo expreso
en el contrato fuente de la relación jurídica. Si la obligación surge de la ley, generalmente esta dispondrá la oportunidad para hacerlo. Sin embargo, si las partes nada dijeron o si
la ley no lo prevé expresamente, supletoriamente el CCCN brinda reglas a tal fin en el artículo 861:

Al concluir el negocio.

Si es de ejecución continuada:

1. al concluir cada período;

2. al final de cada año calendario.

La aprobación de las cuentas puede ser realizada de dos modos:

Expreso: cuando el interesado manifiesta su voluntad y acuerdo con las cuentas presentadas por el obligado.

Tácito: cuando el interesado recibe la cuenta y deja pasar el plazo legal o convencional establecido o, en su defecto, a los 30 días de presentada, sin hacer
observación alguna. La aprobación tácita importa una presunción iuris tantum, que admite prueba en contrario (Negri, en Rivera y Medina, 2014).

En ambos casos, las cuentas quedarán aprobadas y surtirán los efectos que establece el artículo 864 del CCCN. De lo contrario, el interesado puede realizar observaciones por
estar en desacuerdo con alguna cuenta, en cuyo caso el que las rindió podrá prestar o no su consentimiento. Si lo hace, quedarán aprobadas con las observaciones; de lo
contrario, se puede generar un pleito (Negri, en Rivera y Medina, 2014).
Una cuestión particular ocurre en las relaciones de ejecución continuada, en las que la ley establece que la aprobación de la rendición de cuentas del último período hace
presumir que también lo fueron los anteriores (art. 863 del CCCN), y también se trata de una presunción que admite prueba en contrario.

Saldos y documentos del interesado

Una vez aprobada las cuentas, nacen dos obligaciones en cabeza de las partes del negocio:

El interesado debe pagar el saldo en el plazo convenido o dispuesto por ley o, en su defecto, en el de 10 días (art. 864 del CCCN). El plazo comienza a
correr desde la aprobación de la cuenta.

El obligado a rendirlas debe devolver al interesado los títulos y documentos que le hayan sido entregados, excepto las instrucciones personales.
LECCIÓN 3 de 6

Video conceptual
LECCIÓN 4 de 6

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos:

Introducción. La relación jurídica



En esta lectura hemos ubicado a la relación jurídica obligacional dentro de las relaciones jurídicas patrimoniales y la hemos definido, identificando sus caracteres al compararla asimismo con los
derechos reales e intelectuales y precisando sus elementos esenciales. Hemos efectuado una introducción a la relación obligatoria dentro de una relación de consumo definiendo al mismo y sus
características.

Clasificación de las obligaciones en relación con el vínculo jurídico



Se han comenzado a estudiar distintas clasificaciones de la relación jurídica obligatoria, en función del elemento vínculo jurídico, tales como obligaciones recíprocas, obligaciones principales y
accesorias, obligaciones puras y simples y modales, estudiando los elementos accidentales de la obligación.

Clasificación de las obligaciones con relación al objeto



Se continúan analizando distintas clasificaciones de las relaciones jurídicas obligatorias, analizando las mismas en función del elemento esencial objeto. Se estudian las obligaciones de dar sumas
de dinero, obligaciones de hacer, no hacer, divisibles y facultativas.

Clasificación de las obligaciones. Divisibles e indivisibles



En esta lectura terminamos de estudiar las distintas clasificaciones de la relación jurídica obligatoria en función de los sujetos, por lo que estudiamos las obligaciones simplemente
mancomunadas y solidarias. Asimismo estudiaremos las obligaciones concurrentes y disyuntivas.
LECCIÓN 5 de 6

Referencias

Busso, E. B. (Dir.). (1951). Código Civil anotado. Tomo IV: Obligaciones. Buenos Aires, AR: Ediar.

Enciclopedia Jurídica. (s. f.). Obligación de sujeto múltiple O plural. Recuperado de http://www.enciclopedia-juridica.com/d/obligaci%c3%b3n-de-sujeto-m%c3%baltiple-o-
plural/obligaci%c3%b3n-de-sujeto-m%c3%baltiple-o-plural.htm

Lorenzetti, R. L., Highton de Nolasco, E. y Kemelmajer de Carlucci, A. (2012). Fundamentos del anteproyecto del Código Civil y Comercial de la Nación. Recuperado de
http://www.nuevocodigocivil.com/wp-content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf

Ley 430. (29 de septiembre de 1869). Código Civil de la Nación [Abrogado por Ley 26994]. Poder Legislativo de la Nación. Recuperado de http://www.saij.gob.ar/340-
nacional-codigo-civil-lns0002653-1869-09-25/123456789-0abc-defg-g35-62000scanyel

Ley 24522. (20 de julio de 1995). Ley de Concursos y Quiebras. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/25000-29999/25379/texact.htm

Ley 26994. (1 de octubre de 2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/235000-239999/235975/norma.htm

Moisset de Espanés, L. (2004). Curso de obligaciones. Buenos Aires, AR: Zavalía.

Ossola, F. A. (2014). Obligaciones solidarias y concurrentes: necesidad de un replanteo. La cuestión en el Derecho vigente y en el Proyecto de 2012. Revista de responsabilidad
civil y seguros, (9), 5-25.

Ossola, F. A. (2015). La teoría general de las obligaciones en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación. En C. A. Calvo Costa (Dir.), Doctrina y estrategia del Código
Civil y Comercial (pp. 5-20). Buenos Aires, AR: La Ley.

Pizarro, R. D. y Vallespinos, C. G. (1999). Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones. Buenos Aires, AR: Hammurabi.

Pizarro, R. D. y Vallespinos, C. G. (2014). Compendio de obligaciones (Tomos 1 y 2). Buenos Aires, AR: Hammurabi.

Rivera, J. C. y Medina, G. (Dirs.). (2014). Código Civil y Comercial de la Nación Comentado. Buenos Aires, AR: La Ley.
LECCIÓN 6 de 6

Descarga en PDF

Clasificación de las obligaciones. Divisibles e indivisibles.pdf


291.7 KB

También podría gustarte