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Carlos lora
Integrantes:
Krisbel payano 2022-0889
Yessica Villavizar 2021-1056
Stephany Jimenez 2022-0146
Reporte grupal de la exposición
Arte gótico
El gótico es un estilo artístico que surgió en Île-de-France (Francia) a mediados
del siglo XII. Durante los tres siglos siguientes, se difundió por toda Europa
adquiriendo en cada región características particulares.
Fue un estilo muy valorado por el Romanticismo y los movimientos historicistas
del siglo XIX, cuando las formas del gótico resurgieron como estilo neogótico.
El término «gótico» fue usado por primera vez por el italiano Giorgio Vasari en
el siglo XVI para designar a todo el arte medieval. Lo llamó así asimilándolo a
un arte de bárbaros (godos) ya que lo consideraba burdo y decadente en
comparación con las producciones que seguían la tradición clásica y que en la
Italia renacentista se planteaban como la máxima forma de expresión artística.
El arte gótico se desarrolló entre los siglos XII y XVI, época de gran desarrollo
económico y cultural. El fin de la época feudal supuso el afianzamiento de los
estados centralizados, con mayor predominio de las ciudades sobre el campo,
al tiempo que un sector cada vez mayor de la sociedad tenía acceso a la
cultura, que dejó de ser patrimonio exclusivo de la Iglesia. El auge de las
universidades comportó un aumento de los estudios científicos, filosóficos y
literarios, sentando las bases de la cultura moderna.
La arquitectura sufrió una profunda transformación, con formas más ligeras,
más dinámicas, con un mejor análisis estructural que permitió hacer edificios
más estilizados, con más aberturas y, por tanto, mejor iluminación. Aparecieron
nuevas tipologías como el arco apuntado y la bóveda de crucería, y la
utilización de contrafuertes y arbotantes para sostener la estructura del edificio,
permitiendo interiores más amplios y decorados con vitrales y rosetones. Es la
época de las grandes catedrales, entre las que cabe destacar: Laon, Chartres,
Amiens, Reims, Bourges y Notre-Dame de París, en Francia; Canterbury,
Salisbury y Gloucester, en Inglaterra; Siena, Orvieto, Florencia, Bolonia y Milán,
en Italia; Colonia, Estrasburgo, Ulm y Magdeburgo en Alemania; San Esteban
de Viena en Austria; Barcelona, Gerona, Palma de Mallorca, Sevilla, Toledo,
Burgos, León, Zamora y Sigüenza, en España; y los monasterios de Batalha y
Alcobaça en Portugal. En España cabe destacar también el desarrollo del arte
mudéjar, fuertemente influido por las formas islámicas, y que se caracteriza por
el empleo del ladrillo, el yeso y la madera de pequeña escuadría: Cristo de la
Vega (Toledo), San Lorenzo de Sahagún, Las Huelgas (Burgos), Santa Clara
de Tordesillas, Convento de Guadalupe (Cáceres), Alcázar de Sevilla, etc.
La escultura continuó enmarcada en la obra arquitectónica, aunque comenzó a
desarrollarse la escultura exenta, con formas más realistas, inspiradas en la
naturaleza. Los artistas buscaban la belleza ideal, en formas sencillas y
diáfanas, con cierta melancolía y nobleza en los sentimientos, y con escenas
de carácter narrativo. En Francia destacan el Pórtico Real y las portadas del
crucero de la Catedral de Chartres, así como los conjuntos de Amiens y Reims.
En Italia destaca el taller de Nicola y Giovanni Pisano en Pisa, mientras en
Alemania descuella la obra de Veit Stoss y Tilman Riemenschneider. En
España destaca el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de
Compostela, las portadas de la Colegiata de Toro y de las catedrales de Tuy y
Ciudad Rodrigo, los conjuntos de Burgos, León y Toledo, así como la obra de
Pere Johan y Gil de Siloé.
La pintura dejó de ser mural para pasar a retablos situados en los altares de las
iglesias, y empezó a desarrollarse la pintura en lienzo, al temple o al óleo. Se
sucedieron cuatro estilos pictóricos:
Gótico lineal o franco-gótico: se desarrolló desde el siglo XIII hasta
principios del XIV, caracterizado por el dibujo lineal, el fuerte
cromatismo, un naturalismo de líneas sencillas y el idealismo de los
temas representados. Este estilo se desarrolló sobre todo en vidrieras y
miniaturas.
Gótico itálico o trecentista: surgido en el siglo XIII en Italia, se
caracteriza por la aproximación realizada a la representación de la
profundidad que cristalizará en el Renacimiento con la perspectiva lineal,
los estudios sobre anatomía y el análisis de la luz para conseguir la
matización tonal. Destacan dos escuelas: la florentina (Cimabue, Giotto,
Andrea Orcagna) y la sienesa (Duccio, Simone Martini, Ambrogio
Lorenzetti).
Gótico internacional: corresponde a finales del siglo XIV y primera
mitad del XV, suponiendo una fusión de los estilos anteriores. Se
caracteriza por la estilización de la figura y el predominio de la línea
curva, el detallismo técnico y el naturalismo simbólico de la narración.
Destacan los pintores Paul de Limbourg, Stefan Lochner, Conrad Soest,
Bernat Martorell y Lluís Borrassà.
Gótico flamenco: surgió en Flandes a principios del siglo XV,
predominando a lo largo de ese siglo en la mayor parte de Europa
excepto Italia, donde ya descollaba el Renacimiento. Su principal
aportación es la técnica al óleo, que da colores más brillantes y permite
su gradación en diversas gamas cromáticas, a la vez que permite mayor
minuciosidad en los detalles. Cabe destacar a Jan y Hubert van Eyck,
Robert Campin, Rogier van der Weyden, Hans Memling, Gerard David,
Hugo van der Goes y el Bosco; en el resto de Europa, Jean Fouquet,
Conrad Witz, Martin Schongauer, Hans Holbein el Viejo, Nuno
Gonçalves, Lluís Dalmau, Jaume Huguet, Bartolomé Bermejo, Fernando
Gallego, etc.