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La 

calificación crediticia, calificación de crédito o simplemente rating (en inglés credit


rating/credit score) establece la capacidad de una entidad para pagar su deuda
(creditworthiness) y el riesgo que conlleva invertir en esta deuda (ej. bonos). Los
prestamistas se fijan en la calificación de riesgo para evaluar la posibilidad de impago
(default) por parte de la entidad emisora de deuda. La calificación de crédito es
determinada por las agencias de calificación de riesgo. Para asignar una calificación de
crédito las agencias tienen en cuenta tanto el historial de pagos como la actual relación de
bienes y deudas del emisor de deuda. La calificación de crédito da a los posibles
prestamistas una medida clara y sencilla sobre el emisor de deuda, de modo que pueden
cuantificar cuánto deben cargar por el préstamo que hacen, así como qué garantías
adicionales (colateral) se deben incluir en el acuerdo a fin de minimizar el riesgo de
impago. En el caso de los bonos, una calificación de crédito permite del mismo modo a los
inversores determinar el riesgo de crédito, así como evaluar si el interés ofrecido es
razonable de acuerdo con el riesgo asumido.

La calificación crediticia ayuda a comprender el estado de salud de una economía o de una


empresa, pero ¿cómo funciona esta valoración y por qué es tan importante?

Qué es la calificación crediticia


La calificación crediticia   o rating  es la valoración expresada por un sujeto externo e
independiente (la agencia de calificación crediticia) en cuanto a la solvencia de títulos y
empresas. Se trata, por tanto, de una estimación sintética de la capacidad de una empresa para
generar los recursos necesarios para hacer frente a sus deudas, y es tan importante que
las agencias de calificación crediticia son capaces de estimular los mercados con sus previsiones.
Veamos por qué.

Para qué sirve la calificación bancaria


La calificación creditcia se utiliza para calcular el rendimiento de los títulos de renta
fija emitidos por la empresa y, por tanto, expresa el coste de la deuda para el
emisor. Para los bancos es uno de los factores que determinan el coste del préstamo y las
condiciones del reembolso. Para los inversores, es una herramienta útil para supervisar la
evolución del valor de su inversión a lo largo del tiempo: la rebaja de la calificación de
una o varias clases de activos por parte de una agencia de calificación crediticia
representa una señal evidente de alerta.
La emisión de la calificación crediticia
El procedimiento de atribución comienza con el análisis de las características
económicas y financieras de la sociedad. Los analistas comprueban tanto los
parámetros cuantitativos (los estados financieros, la rentabilidad, la capacidad de
producir recursos y beneficios, los flujos de caja, etc.) como los factores cuantitativos,
como la fiabilidad, las capacidades de la dirección y la credibilidad de los proyectos
empresariales. Además, la agencia consulta la central de información de riesgos del país
en cuestión, supervisa los movimientos de capital y las actividades de la empresa y
entrevista a los directivos.
Después, los parámetros se comparan con los de las demás empresas que operan en
el mismo sector, con las características del sector y con la evolución del mercado .
Asimismo, es frecuente que las agencias emitan dos calificaciones distintas, haciendo
distinción entre corto y largo plazo. Una vez establecida, la calificación se expresa en
una escala de valor alfabética y se publica en el sitio web de la agencia y en los
principales medios de información financiera.
Las escalas de valores
Existen dos métodos para estimar la calificación crediticia: uno matemático-
cuantitativo y uno cualitativo. Este último, utilizado por las principales agencias
mundiales, se basa en el análisis de un amplio abanico de información con una estructura
flexible. Las escalas de valores varían en función de la agencia que asigna la valoración,
pero en general los títulos con una calificación de hasta «BBB» se consideran
inversiones relativamente seguras, mientras que los títulos de renta fija por debajo de
este nivel se consideran especulativos porque presentan un mayor perfil de riesgo,
aunque también una mayor capacidad de aportar beneficios.
Los tipos de calificación
La calificación relativa a la deuda de una sociedad (también conocida como « rating» o
calificación crediticia) es solo uno de los tipos de calificación existentes. Entre otros,
las calificaciones relativas al crédito internacionales valoran los riesgos para el
inversor que transfiera en su divisa valores denominados en la moneda de otro Estado.
Además, las calificaciones relativas a la deuda de los países se emiten en base a la
capacidad demostrada por los distintos Estados de hacer frente a sus deudas, mientras
que la denominada capacidad techo país (Country ceiling rating) valora los riesgos de
invertir en un país que podría aplicar medidas para bloquear las fugas de capitales afuera
de sus fronteras.

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