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Historia de la Arquitectura II B

WILLIAM MORRIS Y
EL ARTS & CRAFTS

Taller Vertical de Historia ‘T’


PROFESORA ADJUNTA AUXILIARES DOCENTES
Arq. Ana Zagorodny Arq. Sofía Cuenca
JEFA DE T.P. Arq. Mariana Fernández Olivera.
Arq. Rosana Alvarez- Arq. Eleonora Acin
Teórico, escritor y profesor de arte y arquitectura, John Ruskin -al igual que William Morris (1834 - 1896) y
Augustus Welby Pugin (1812 - 1852)- propone una reacción antimaquinista dentro de un contexto europeo de
paulatina industrialización e implantación de un universo artificial. [1] Se trata de una resistencia contra la cultura y
la ciudad industrial, contra la fealdad maquinista que como pecado original poseen los objetos creados por las
nuevas tecnologías que amenazan con hacer desaparecer el precioso mundo del trabajo artesanal. Ruskin
defiende la recuperación de la arquitectura medieval [tiene especial interés por la arquitectura de Venecia] y de la
artesanía en el contexto de una encendida pasión religiosa.

Augustus Welby Pugin. Apología del Revival de la arquitectura Cristiana en Inglaterra. Imagen de
Londres sembrada de catedrales y arquitectura gótica.

Arriba: Remodelación de la Abadía de


Westminster.

Izquierda: “Comparación entre las


viviendas para pobres modernas y las
antiguas…” (medievales)
John Ruskin siempre creyó que la naturaleza
es una revelación directa de la verdad de Dios.
"Modern Painters", que publicó en 6 volúmenes entre 1843 y 1860 demuestra particularmente la forma en que se
pueden usar fenómenos naturales como las nubes, piedras o árboles, para hacer pronunciamientos sobre leyes
morales. La obra de Ruskin destaca por la excelencia de su estilo. Rebelándose contra el
entumecimiento estético y los perniciosos efectos sociales de la Revolución Industrial, formuló la teoría de que el
arte, esencialmente espiritual, alcanzó su cenit en el gótico de finales de la Edad Media, un estilo de inspiración
religiosa y ardor moral.

Como economista y reformador social, se manifestó franco e inflexible enemigo de lo que consideraba egoísta y
letal en las doctrinas de la llamada escuela manchesteriana, siendo en esta esfera donde se concentró su serie de
cartas dirigidas a los obreros y braceros del Reino Unido, que influyeron en los reformistas sociales por espacio de
tres generaciones. Obtuvo la primera cátedra Slade de Arte de la Universidad de Oxford en 1869, cargo que ejerció
hasta 1879. Legó a la universidad una importante colección de grabados, dibujos y fotografías; además de donar
una importante suma de dinero para la creación de un centro de enseñanza del dibujo. Ruskin ilustró numerosas
de sus obras con dibujos de su propia mano. Desde 1885 hasta su muerte en 1900, vivió retirado en Brantwood (su
casa en el noroeste de Inglaterra), después de que en 1889 quedara incapacitado por el agravamiento de los
episodios de locura que venía padeciendo desde 1870. Entre las obras que tratan de asuntos económicos, sociales
y éticos; destacan «Sesame and Lilies» (1865), «Ethics of the Dust» (1866) y «Crown of Wild Olive» (1866).

Con su libro "The Seven Lamps of Architecture" (1849) muestra las claves que hacen a la arquitectura un arte:

Las Siete Lámparas de la Arquitectura

1. Lámpara del sacrificio. Para Ruskin la arquitectura es el arte que dispone y adorna los edificios, separando la
arquitectura de la construcción. Es el esfuerzo extremo empleado en la construcción de elaborados ornamentos lo
que verdaderamente importa en la arquitectura, más aun que el resultado final.
2. Lámpara de la verdad. Ruskin afirma que hay dos tipos de engaños: los de tipo estructural, donde la estructura
no cumple su función; y los de textura, donde los materiales no pueden aparentar ser otros ni donde los
ornamentos se construyan con moldes.
3. Lámpara del poder. Hay dos tipos de edificios que impresionan: los delicados, a los que se les guarda cariño y
se les recuerda por finos y por la suavidad de sus lías; o los que se recuerdan con respeto, que nos hacen sentir
pequeños porque son imponentes en escala, peso y masa. Ambos pueden ser bellos, pero los que imponen su
fuerza son los que dan poder.
4. Lámpara de la belleza. Para Ruskin, la belleza ya existe en la naturaleza, por lo tanto, el hombre sólo tiene que
descubrirla, abstraerla y colocarla en el lienzo. Abstracción y proporción
5. Lámpara de la vida. La visión de la obra como un todo, el concepto global de un edificio, es lo más importante en
la arquitectura. Perderse en el detalle puede ser muy peligroso. Hay que hacer que los detalles funcionen como
conjunto: diseñando los detalles como unidad total.
6. Lámpara de la obediencia. No se debe intervenir en un edificio ya iniciado por otro, sin tomar en cuenta lo que
hizo el primero. Ser creativo pero respetando lo que se ha hecho antes.
7. Lámpara de la memoria. La arquitectura es el medio ideal para transmitir la cultura de un pueblo por lo que es la
más poderosa de todas las artes. Las otras artes no hacen esto porque quedan guardadas en casas o museos y
no muestran de manera cotidiana y por donde se mire, la cultura del pueblo.

A partir de Ruskin se inicia en Inglaterra la opción de juzgar las obras de arte desde el punto de vista de la
honestidad y sinceridad de su creador, en la medida que se manifiesten los elementos esenciales de la
construcción.

Los escritos de Ruskin se convirtieron en fuentes claves para Jeanneret, y la implicación moralista de su lámpara
de la verdad será básica en el ideario de la arquitectura del movimiento moderno. Sobre Ruskin, Le Corbusier
escribió: "En nuestra juventud escuchábamos en las advertencias de Ruskin un intrincado, complejo, contradictorio
y paradójico apóstol. Su mensaje era que aquellos días no podían perdurar, las cosas no podían continuar como
eran; todo revela un estúpido y abrumador filisteo, bañado en materialismo, adornado sin sentido de decoraciones
mecanizadas: decoraciones hechas por máquinas que superan el poder de control, produciendo objetos papier-
maché y fundiendo rollos de metal [...] Ruskin habló de temas espirituales. En sus "Siete Lámparas de la
Arquitectura" fue la lámpara del sacrificio, la lámpara de la verdad y la lámpara de la humildad las que brillaron...

“…La calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia…”

“…La grandeza no se enseña ni se adquiere: es la expresión del espíritu de un hombre hecho por Dios...”
“…La misma esperanza deja de ser felicidad cuando va acompañada de la impaciencia.
El que tiene la verdad en el corazón no debe temer jamás que a su lengua le falte fuerza de persuasión...”

“….Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía...”

“…Perder el dinero es a menudo un delito; adquirirlo por malas artes es aún peor, y malgastarlo es lo peor de
todo…”

“…Cada vez que las facultades humanas alcanzan su plenitud, necesariamente se expresan mediante el arte…”

LOS PRERRAFAELITAS

En el campo de la pintura Ruskin había hecho un llamado pidiendo fidelidad a la naturaleza en su volumen
primero de Pintores modernos, lo que tuvo eco en algunos artistas ingleses.
En este contexto apareció un grupo de pintores que reflexionó sobre las causas que llevaron el arte por un
peligroso camino; entendieron que las academias representaban la tradición continuista del pintor renacentista
Rafael y lo que se conocía con el apelativo de “gran estilo”. Según ellos el arte había tomado un rumbo erróneo a
partir de Rafael pues se continuó el procedimiento de idealizar la naturaleza fijándose en lo bello más que en lo
real. Así entonces la reforma debía basarse en el arte anterior a Rafael retornando a la época en que los artistas
eran artesanos que se esforzaban por copiar la naturaleza sin pensar en la fama terrenal. Basados en dichas
afirmaciones un grupo de artistas se autodenominó la Hermandad Prerrafaelista.
Uno de sus principales miembros fue Dante Gabriel Rosetti (1828-1882) quien expuso el primer cuadro del
grupo con las iniciales PRB en 1849. La primavera siguiente se hizo público el significado de las misteriosas
iniciales y el grupo fue ampliamente criticado precisamente por rechazar la tradición renacentista. Ruskin salió
en su defensa escribiendo Prerrafaelismo, un folleto publicado en 1851 que alababa su fidelidad a la naturaleza,
es decir, lo que él años atrás había aconsejado. El aval de Ruskin ayudó para conseguir aceptación, aunque el
grupo no permaneció unido mucho tiempo.
La influencia del crítico inglés fue muy amplia, sus ideas fueron la base para otros reformistas como William
Morris quien por su lado y junto a los prerrafaelitas llevó a la práctica sus tesis abriendo el camino a el diseño y la
modernidad arquitectónica.
Prerrafaelismo, que empezó siendo en el fondo una erupción romántica, con Burne-Jones y William Morris
acabaría adquiriendo verdadera trascendencia artística.
Las concepciones artísticas de los prerrafaelistas ejercieron una notable influencia en las artes decorativas, sobre
todo a través de Morris.
EDWARD BURNE
JONES

DANTE
GABRIELE
ROSETTI.

“PANDORA” “ASTARTÉ SIRIACA”


“OPHELIA” -
JOHN EVERETT
MILLAIS

Poeta, pensador, político, pintor y diseñador, William Morris (1834-1896) es una figura singular en la historia
inglesa de la segunda mitad del siglo XIX, el artífice del gran impulso renovador en el dominio de la estética y la
popularización del arte en Inglaterra y en casi toda Europa. Él acuñó el término “Pre -Raphaelite” y fue el miembro
de los prerrafaelistas más interesado en la manualidad, retomar el modo de hacer de la edad media, huyendo de la
revolución industrial. Defiende una conciencia social, intenta llevar a todos a un cambio cultural y de vida a través
de la fabricación de los objetos cotidianos de calidad. Se preocupa por las condiciones laborales y de vida del
trabajador y reniega de las nacientes formas de producción en masa, está en contra de los ideales de la revolución
industrial.

Retrato de William Morris con su mandil de trabajo

Nacido en el campo, de familia acomodada, se formó en Oxford donde


conoció a los prerrafaelistas y entró en contacto con las ideas del escritor
inglés John Ruskin, gran defensor del neogoticismo y destacado teórico y
crítico del arte. Influido por este pensador, se apasionó por cuestiones
teológicas, de poesía medieval, y durante las vacaciones se dedicó a visitar
las grandes catedrales inglesas y francesas. Esta experiencia y su amistad
con los prerrafaelistas le llevaron a reflexionar sobre el modelo medieval y a
revisar los peligros deshumanizadores de la incipiente sociedad industrial
que se estaba generando en su país. Entró en 1856 en el estudio del
arquitecto y arqueólogo G. E. Street, autor de The Gothic Architecture of
Spain, conoció a Rossetti y dos años después publicó su primer libro poético
The Defense of Guinevere.
En 1859 contrajo matrimonio con Jane Burden, modelo de los pintores prerrafaelistas, y junto al arquitecto Philip
Webb construyó su propia casa, la Red House, en Upton, un ejemplo arquitectónico verdaderamente importante
por hallarse llena de novedades decorativas. Algunos de los artistas de la hermandad prerrafaelista, junto al propio
Morris, colaboraron en la decoración de la casa diseñando la mayor parte del mobiliario e incluso las pequeñas
piezas utilitarias.
Animado por la experiencia de la Red House, creó en 1861 la firma Morris & Co., sociedad dedicada a proyectos
de decoración, vidriería, papeles para paredes, alfombras, etcétera. La compañía funcionaba como un taller y una
organización comercial para la producción y distribución de piezas de decoración. Aspiraba con ello a reavivar la
nobleza del antiguo artesanado.
A través de sistemas de elaboración artesanales y utilizando materiales de gran calidad, Morris realizó vidrieras,
cerámica, mobiliario, tejidos y papeles para paredes. Con estos trabajos quería llevar a cabo sus teorías,
defendiendo el protagonismo del artesano, la nobleza del trabajo manual ante la servidumbre de la producción
mecanicista y la consideración de que a través del arte el individuo podía mejorar la calidad de vida de la sociedad.
La razón social se disolvió en 1873, y entonces Morris pasó a ser el único propietario de aquel negocio que amplió
en 1881, con la fábrica de tapices de Merton (Surrey).
Sus ideas sobre un arte socializador le indujeron a una actuación política militante y fue uno de los fundadores de
la Liga Socialista. Era necesario cambiar la sociedad, y el arte podía ser uno de los medios. Publicó artículos, dio
conferencias por todo el país y participó en manifestaciones.
Personaje polifacético, Morris cultivó también la literatura, practicó el ensayo y tradujo antiguas leyendas nórdicas.
Su obra novelada News from Nowhere (1891) tuvo una gran difusión y es la que mejor resume el pensamiento
político y social de su autor.
Los últimos años de su vida los dedicó al taller imprenta Kelmscott Press, donde imprimió libros de gran calidad y
creó nuevas tipografías de reminiscencias góticas. Editó, entre otros títulos, las obras completas de Chaucer en
volúmenes bellamente encuadernados y pulcramente impresos con ilustraciones de gran sensibilidad.
La Kelmscott Press fue una imprenta privada que fundó en 1890. En general todos los libros incluyen
ornamentación. Para Morris la propia belleza de la tipografía era suficiente para hacer ediciones de primera
calidad, como ya lo habían conseguido los impresores de la primera época. Los trabajos de Geoffrey Chaucer es la
obra más importante de entre los libros editados para la Kelmscott Press. Un libro anacrónico, de gran tamaño en
folio mayor, impecablemente producido, con ilustraciones y orlas grabadas en madera. El resultado fue un de los
diseños editoriales más impactantes de todos los tiempos.
La idea de crear la Kelmscott Press parece que llegó a Morris en 1888, tras escuchar una conferencia que Walker
pronunció en la Sociedad Arts & Crafts de Londres, sobre la relación entre los libros impresos y los primeros
incunables. Las encuadernaciones, diseñadas en ocasiones por el propio Morris, eran también de extraordinaria
calidad gráfica y de materiales. No utiliza ni los adornos ni las tipografías convencionales, tras una investigación
llega a nuevas tipografías, apostando por una estética medieval.

Pero el mérito de Morris ha sido el de haber introducido a través de su labor práctica y teórica una nueva manera
de entender el arte y en especial las artes decorativas. Su influencia dio lugar a la aparición de las Arts & Crafts y
otros movimientos posteriores, participando plenamente de la concepción modernista sobre la integración de las
artes y consecuente revalorización de las denominadas artes menores. Según Morris, cualquier objeto debe estar
concebido pensando en su belleza, su función y su calidad. Denunció la fealdad de la producción industrial, el
desordenado y sórdido desarrollo de las ciudades y reivindicó la belleza para el entorno humano defendiendo de
manera sincera los derechos del pueblo y su acceso al arte. Sus propias palabras son reflejo de un ideario
ciertamente romántico: No quiero el Arte para unos pocos. Pero paradójicamente sus productos resultaron
asequibles sólo para unos pocos, ya que la artesanía no podía competir con los sistemas de producción
industrial, mucho más baratos. Belleza, sociedad y economía debían resolver aún nuevos litigios.
En el siglo XIX los artistas y diseñadores dedican a la flor diversas investigaciones y aplicaciones. Los
tejidos y las tapicerías de William Morris son un buen ejemplo. En ellas se aprecia como la flor se
descompone como en un esquema didáctico y se dibuja como en una ilustración de botánica. Whistler
dice que el tema de la flor sugiere al artista la idea de armonía: "él no se limita a copiar
imparcialmente, sin pensamiento, cada brizna de hierba, según el consejo del subconsciente, sino que,
en la larga curva de una estrecha hoja, corregida por un tallo esbelto y recto, aprende cómo se
conjugan gracia y dignidad, cómo la fuerza acrecienta la dulzura, obteniendo como resultado la
elegancia".
Textos extraídos de: ARQUITECTURA DE LOS SIGLOS XIX Y XX.
Henry-Russell Hitchcock.
Manuales Arte Cátedra.
E.W. GODWIN
White House.
1887
Casa para James
Mc Nail Whistler

CHARLES F. A. VOYSEY.
RICHARD NORMAN SHAW - “Cragside” - Rothbury - Northumberland

WILLIAM R. LETHABY.

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