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Espacio y perspectiva

T odos los historiadores del arte


occidental parecen estar de
acuerdo en que las técnicas de
representación del espacio experimenta-
ron una notable m u t a c i ó n en Rorencia
durante los primeros decenios del siglo
X V . Gracias sobre todo a los nuevos m é -
todos de la perspectiva lineal, los artistas
se volvieron capaces de dar «profundi-
d a d » a sus frescos y bajorrelieves. Con
el fin de definir la naturaleza de esta
i n n o v a c i ó n , el historiador del arte Erwin
Panofsky se sirvió de una oposición ya
clásica. Las obras t í p i c a m e n t e medieva-
les, explicó, nos proponen un espacio-
agregado, es decir, un espacio en el que
los objetos se yuxtaponen sin que se ten-
gan en cuenta sus relaciones espaciales
(ilustración 2). Los florentinos del siglo
X V , en cambio, crearon un espacio siste-
ma, en el cual los objetos ocupan situa-
ciones precisas unos con respecto a otros
y se organizan de un modo ordenado y
unitario. La concepción resultante toda-
vía nos es familiar: el espacio es una
especie de receptáculo transparente que
cabe caracterizar como tridimensional,
h o m o g é n e o , a n i s ó t r o p o e infinito. Para
representarlo correctamente, conviene
recurrir a la «geometría», al estudio de
las « p r o p o r c i o n e s » , al cálculo de las «di-
mensiones aparentes». Tal es, sucinta-
mente definido, la a p o r t a c i ó n de los ar-
quitectos y pintores florentinos, aporta-
ción que m á s tarde sería precisada, teori-
zada y explotada de varías maneras, en
particular en el campo de la ciencia.

Del arte como


preparación a la ciencia

Se olvida con demasiada facilidad que


el desarrollo de las brillantes teorías de
Galileo y Newton requería que las nocio-
nes de tiempo y espacio hubieran adquiri-
do ya cierto rigor. Sólo así era posible
una física a la vez m a t e m á t i c a y experi-
mental. Por supuesto, en la elaboración
de estos conceptos fundamentales parti-
ciparon filósofos y científicos. Pero su

Ilustración 1. Fue hacia 1425 cuando Tomma-


so di Giovanni Guidi, llamado Masaccio, pintó
su Trinidad en una pared de la iglesia Santa
Maria Novella de Florencia. Todos los histo-
riadores admiten que era la primera vez que
un pintor del Renacimiento utilizaba conscien-
te y sistemáticamente la perspectiva lineal: se
trata, por tanto, de una obra esencial en la
historia de la perspectiva (Donatello es conside-
rado el iniciador en escultura). Hay un punto
de fuga tínico, situado en el punto medio de
la línea de horizonte. Esta última está situada
a un nivel que coincide aproximadamente, de
acuerdo con los cánones clásicos, con el de los
ojos de un observador colocado de pie frente
^ al fresco. Unos diez años más tarde (1435),
W León Battista Alberti explicitaría el método
% para uso de pintores. (Foto Giraudon.)

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HISTORIA DE LAS CIENCIAS

en el Quattrocento por Pierre Thuillier

Actualmente, la perspectiva lineal nos parece una herra- tural. L o cual significa concretamente,
mienta matemática bastante sencilla; asimismo, la idea de que hay que intentar comprender de q u é
modo el nacimiento de un nuevo «senti-
que las paralelas puedan cortarse «en el infinito» resulta do del espacio» resultó favorecido por
casi obvia... Pero no siempre ha sido así; fueron necesarias un complejo conjunto de tradiciones y
muchas etapas para que fuera fraguando poco a poco una cambios históricos. Cada civilización, en
efecto, crea su propio sistema de percep-
geometrizacion coherente de la representación espacial a ción y representación; quienquiera haya
partir de principios claramente explicitados. contemplado algunas obras de la pintura
La primera teorización de la perspectiva, obra de pintores china clásica se h a b r á dado cuenta, por
ejemplo de que el espacio es allí distinto
y arquitectos, se produjo en Florencia a principios del siglo porque depende de otra «visión del m u n -
XV (Quattrocento) teorización que tendría una honda influen- do». Son estas diferencias, a menudo d i -
cia en el pensamiento científico. No sólo hizo posible la fíciles de definir verbalmente, las que
habría que explicar.
aparición de la geometría proyectiva, sino que «preparó»
el concepto de espacio sobre el cual se fundaría la mecáni-
ca clásica. Como demuestra Pierre Thuillier, la geometriza- Del Trecento al Quattrocento:
algunos puntos de referencia
cion del espacio ha de conprenderse históricamente por
referencia a un contexto sociocultural extremadamente rico. Empecemos por algunas referencias
cronológicas. Los expertos coinciden
u n á n i m e m e n t e en que el pintor G i o t t o
(nacido hacia 1267. muerto en 1337) ocu-
tarea había sido considerablemente pre- tualmente, en v i r t u d de una d i v i s i ó n del pa un lugar importante en la prehistoría
parada por los artistas. Como veremos, trabajo estrícta, la historía del arte y la del espacio « m o d e r n o » . .Aunque no u t i l i -
fueron los artistas quienes, al poner a historia de la ciencia suelen estar separa- zó la perspectiva de un modo sistemáti-
punto ciertas técnicas de representación, das. Pero la geometrizacion del espacio co, en las Bodas de Cana (1304-1306) el
elaboraron concretamente la n o c i ó n efectuada entre los siglos x i v y x v i i t u v o efecto de profundidad es evidente (ilus-
« m o d e r n a » de espacio. que ver con ambas. tración 3). Por notables que fueran los
Asi pues, estudiar el nacimiento de Hay que evitar, no obstante, una tram- « p r e c u r s o r e s » del siglo x i v , hubo que
una nueva organización espacial es hacer pa. La e x p r e s i ó n « g e o m e t r i z a c i o n del es- esperar no obstante al siglo x v para que
historia del arte. Pero es t a m b i é n investi- pacio» evoca especialmente la perspecti- las investigaciones sobre perspectiva se
gar los orígenes de una nueva forma de va; se p o d r í a creer, pues, que la nueva hicieran precisas y m e t ó d i c a s . En 1425
percibir y concebir la naturaleza, estudiar c o n c e p c i ó n del espacio se reducía a una (o inmediatamente después) se produjo
un momento esencial de la prehistoría i n n o v a c i ó n puramente m a t e m á t i c a , la en Florencia un doble acontecimiento
de la física clásica. Los pintores, los es- i n v e n c i ó n del « p u n t o de fuga» (que reú- decisivo.
cultores y los arquitectos, en efecto, lle- ne las paralelas en el infinito). Desde el En primer lugar, Brunelleschi (1377-
vaban a cabo una especie de r e v o l u c i ó n punto de vista de la historia sociocultu- 1446) se d e d i c ó a realizar a u t é n t i c o s «ex-
silenciosa al idear y representar un espa- ral, tal interpretación es demasiado es- p e r i m e n t o s » ópticos. N o era pintor, sino
cio h o m o g é n e o , y luego al geometrizarlo. tricta. La técnica y la teoría de la perspec- orfebre, escultor y arquitecto: una de sus
Para Aristóteles, h a b í a un centro absolu- tiva lineal tuvieron sin duda una gran obras m á s importantes fue la catedral de
to del mundo y diversos «lugares» dife- importancia (y una buena parte de este Florencia, Santa Maria del Fiore. Deseo-
renciados hacia los que t e n d í a n respecti- artículo estará dedicado a ellas). Pero so de demostrar que era posible crear
vamente el elemento tierra, el elemento resulta esencial ver que detrás de los ra- una apariencia de profundidad en el pla-
fuego, etc. El nuevo espacio, por el con- zonamientos m a t e m á t i c o s h a b í a algo no, realizó dos paneles que representa-
trario, no era ya cualitativo y heterogé- m á s i n t u i t i v o : una nueva manera de con- ban respectivamente el baptisterio y la
neo sino ilimitado, unitario y anterior a templar el mundo, de «sentir» su organi- plaza de la Señoría, dos lugares m u y co-
los objetos que debía contener. Como zación, de imaginar sus estructuras. El nocidos por los florentinos. Las dos
dice Pomponius Gauricus a principio del que las cuestiones propiamente g e o m é - obras se han perdido. Pero algunos histo-
siglo X V I hablando de la perspectiva: «Al tricas revistieran tanta importancia fue ríadores han intentado reconstruirlas; se
existir antes que el cuerpo situado en este debido a preocupaciones extremadamen- cree que, con el fin de producir sus efec-
lugar, el lugar mismo debe necesariamen- te v a r í a d a s , que iban desde la estética y tos de perspectiva, Brunelleschi utilizó
te ser el primero en quedar fijado gráfica- la óptica a la artillería y la teología... los recursos del dibujo de arquitectura.
mente». Pierre Francastel, historiador y soció- Una de sus ideas esenciales fue la de que
Son palabras de pintor, claro está. Pero logo del arte, ha insistido particularmen- el pintor debía adoptar una situación fija
hay consideraciones análogas en el pro- te en este aspecto: el Renacimiento no con respecto a los objetos que reproducir.
pio Galileo. Pues según ciertos testimo- descubrió de una vez por todas el espa- Para crear g e o m é t r i c a m e n t e la ilusión de
nios, éste se h a b r í a sentido a t r a í d o por cio tal como existe desde toda la eterni- la tercera d i m e n s i ó n , hay que partir de
la pintura antes que por la física... Estaba dad... Es preferíble decir que inventó un un « p u n t o de vista» estrictamente defini- Pierre Thuillier
muy directamente interesado en este arte cierto orden espacial a partir de una serie do. Y para observar el cuadro así obteni- e n s e ñ a episte-
y en el problema de representar la pro- de experiencias de orden social y cultu- do, hay que tener en cuenta este « p u n t o mología e histo-
ria de la ciencia
fundidad. Relegando la pintura a un se- ral. Q u e d ó transformada «la naturaleza de vista» privilegiado. De hecho, Brune- en la universi-
gundo plano, escríbió, por ejemplo, lo misma del espacio h u m a n o » . ' - ' Y no se lleschi utilizó un dispositivo ingenioso dad París VII;
siguiente: «La imitación más artística es trata sólo de la aparición de una teoría pero bastante complicado: el espectador f o r m a parte del
equipo de re-
la que representa la tridimensionalidad (en el sentido intelectual del t é r m i n o ) era obligado a ponerse d e t r á s del panel d a c c i ó n de La
en su opuesto: la superficieplana».^'^ Ac- sino de un episodio de antropología cul- pintado, en el cual se abria un agujero, Recherche.

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Fueron gentes prácticas, especialmente pintores y arquitectos,
quienes empezaron a geometrizar el espacio.

y a mirar el panel a t r a v é s de dicho aguje- m ó esta laguna escribiendo en 1435 su esta idea, que sería fundamental para la
ro por medio de u n espejo (ilustración 4). tratado De la pintura. pintura clásica: a partir de entonces ha-
En segundo lugar, y t a m b i é n en 1425, Era eclesiástico; h a b í a sido sucesiva- bría que concebir u n cuadro o u n fresco
Masaccio p i n t ó en la iglesia Santa M a r i a mente secretario de u n cardenal y titular como la t r a n s c r i p c i ó n de las formas per-
Novella de Florencia u n fresco, La Trini- de u n cargo en la corte pontificia. A p r i - cibidas a t r a v é s de una « v e n t a n a abier-
dad, que está considerado como la p r i - mera vista, una carrera como ésta no ta». Dicho con mayor precisión, estas
mera aplicación rigurosa del « p u n t o de parece conducir a la práctica de las artes formas d e b í a n ser proyectadas sobre el
fuga». Debido al contenido de la obra, y de la perspectiva... Pero a d e m á s de plano ideal definido por el marco de la
que representa una hornacina bastante tener una vasta cultura, Alberti estaba « v e n t a n a » . De lo cual resultaba la defini-
profunda, el efecto de relieve es m u y interesado en numerosas cuestiones ción siguiente: «El cuadro es una inter-
acusado (ilustración 1). Es m u y posible prácticas y poseía experiencia como ar- sección plana de la pirámide visual»; p i -
que Masaccio aprovechara los consejos tista-ingeniero. Sin ser propiamente ar- r á m i d e cuya base es el marco de la venta-
de Brunelleschi, mayor que é!. Algo m á s quitecto o maestro de obras, dirigió la na y cuyo vértice es el ojo del pintor.
tarde, utilizó la perspectiva de una mane- c o n s t r u c c i ó n de diversos edificios (igle- La perspectiva, en particular, proporcio-
naba los medios para «geometrizar» co-
rrectamente las rectas m á s notables (ver-
ticales, rectas ortogonales al plano del
cuadro, etc.).
En realidad, el rodeo teórico no se i m -
p o n í a de manera absoluta. Pues, como
decía Alberti. cabía utilizar un lienzo
muy fino dotado de una cuadrícula regu-
lar («velo») para reproducir e m p í r i c a -
mente los contornos obser\ados; bastaba
identificar por lectura directa la posición
de determinados pumos especiales en la
«reja» así colocada en la « v e n t a n a » . Se
utilizaron m é t o d o s como éste en nume-
rosas ocasiones. En su tratado de 1525,
Durero indicó, por ejemplo, que cabe
utilizar un hilo en tensión provisto de
un visor, una varilla vertical con un orifi-
cio en uno de sus exiremos, etc. (ilustra-
ciones 6A y 6B). Pero este empirismo
no le parecía suficiente a Alberti. Aunque
a menudo sea difícil (la simple proyec-
ción de una circunferencia plantea ya u n
problema teórico complejo), las estructu-
ras espaciales del cuadro deben definirse
y controlarse matemáticamente. Ade-
Ilustración 2. Esta estampa de la Alta Edad Media ilustra la concepción del espacio a la que
el historiador Erwin Panofsky dio el nombre de espacio-agregado. Los objetos y los individuos
m á s , es necesario disponer de una pers-
se yuxtaponen en un mismo plano sin que el artista intente crear metódicamente una ilusión pectiva teórica para representar paisajes
de profundidad ni se preocupe de relacionar las magnitudes aparentes. No sólo «no pasa aire» y escenas imaginarios. En resumidas
sino que el castillo parece demasiado pequeño y queda esquematizado de un modo bastante poco cuentas, el ideal consiste en llegar a una
«realista». Los tamaños de los diversos personajes nada deben a la perspectiva geométrica; los geometrizacion perfecta.
determina más bien la posición social. Un señor es, por naturaleza, mayor que un albañil... A
fines de la Edad Media se fue manifestando el deseo de representar un espacio «profundo» En su tratado, A l b e n i no explícita la
verdaderamente tridimensional. (Chantilly, Museo de Conde, foto Giraudon.) c o n d i c i ó n del « p u n t o de fuga» (al que
denomina « p u n t o central»). ¿Se trata de
ra m á s sobria pero con mayor eficacia en sias y palacios). Cabe pues considerarlo una ficción m a t e m á t i c a , de un « p u n t o »
un fresco que adorna la iglesia de Santa como un personaje-bisagra que hizo de dotado de realidad física, de un s í m b o l o
Maria della Carmine (ilustración 5). puente entre la teoría y la práctica. del infinito? Como señala Samuel Edger-
El tratado De la pintura era esencial- ton, Alberti nada nos dice sobre el parti-
Alberti, primer teórico mente didáctico y p r o p o n í a a los pintores cular.'-'* Esto no significa que fuera inca-
(1) Erwin Pa-
de la perspectiva una c o n c e p c i ó n totalmente general de su paz de abordar el asunto. Pero conviene
nofsky, obra arte. La perspectiva ocupaba sin embar- observar que la idea de las paralelas « q u e
colectiva. Cen- Precisemos que en la Edad Media el go u n lugar importante en esta obra. La se cortan en el infinito» no es tan sencilla.
tro Georges t é r m i n o « p e r s p e c t i v a » designaba la cien- exposición era deliberadamente mate- A fines del siglo x v , el propio Leonardo
Pompidoii, cia de la óptica («perspectiva commu- m á t i c a y descansaba en sólidos conoci- da V i n c i se percató de la dificultad: «Si
Pandora Édi- nis»). M á s tarde, en el Quattrocento, aca- mientos de g e o m e t r í a y de óptica: para miramos entre dos líneas paralelas, nun-
tions, 1983, p. b ó por designar el conjunto de especula- ca miraremos lo bastante lejos para ver
estudiar la r e p r e s e n t a c i ó n del espacio
210.
ciones y técnicas relacionadas con la conviene analizar los triángulos y las de- que se cortan»...-.^"^^ Como dice L . Brion-
(2) P. Fran-
r e p r e s e n t a c i ó n razonada del espacio m á s figuras que forman los rayos visua- Guerry, « h u b o que esperar a Kepler para
castel, Eludes
de sociologie («perspectiva arlificialis»). U n hombre les. Pero Alberti t u v o buen cuidado en que se reconociera la convergencia de
de l'art, De- ocupa un lugar central en esta e v o l u c i ó n : señalar que se expresaba ame todo en el las paralelas en un punto del infinito, y
noél-Gonlhier, L e ó n Battista Alberti (1404-1472). Hay lenguaje de los pintores y no en el de a Desargues para que fuera explícitamen-
1970, p. 143. en ello una cierta paratíoja, pues la pala- los m a t e m á t i c o s . te analizada».'^' Para los pintores, estas
(3) S. Y . E d - bra prospcttiva no figura ni una sola vez A l representar el baptisterio de R o r e n - lagunas no c o n s t i t u í a n u n obstáculo; en
gerton, The en sus escritos... Pero si el vocablo está cia, Brunelleschi se h a b í a situado en el el caso del punto de fuga ¡la práctica
Renaissance ausente, los principios fundamentales es- vino antes que la teoría!
pórtico de la catedral, u n poco hacia el
discovery of ¡i-
t á n claramente definidos y justificados. interior de ésta. Los bordes del pórtico
near perspecli-
Brunelleschi y Masaccio eran ante todo c o n s t i t u í a n , pues, una especie de marco Un primer sistema de coordenadas:
ve, Basic
hombres prácticos, y no dejaron escritos a t r a v é s del cual se percibía el panorama los pavimentos
Books, 1975,
p. 26. que explicaran sus m é t o d o s . Alberti col- por reproducir. Alberti recogió y e l a b o r ó Durante los decenios que siguieron,

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HISTORIA DE LAS CIENCIAS

muchos autores redactaron tratados de ción perspectiva, claro está, s u m i r í a n a


perspectiva (en los que a veces propusie- los teóricos modernos en la m á s total
ron m é t o d o s algo distintos de la «costru- perplejidad. Pues a menudo hay varios
zione legitima» de Alberti). Mencione- puntos de fuga, unas veces distribuidos
mos sólo el de Filarete (compuesto en al azar y otras dispuestos sobre una verti-
1460-1464), el de Fiero della Francesca cal (ilustración 7). Es posible que este
(hacia 1474) y el de Pomponius Gauricus ú l t i m o procedimiento, llamado del «eje
(1504), por no hablar de numerosos tex- de fuga», sea de origen bizantino; aunque
tos de Leonardo da V i n c i sobre el asunto. carece de fundamentos racionales, per-
Pero' el tema que nos ocupa aquí, ante mite lo que cabría llamar una cuasipers-
todo, es el del nacimiento de la perspecti- pectiva.*^*
va moderna. M á s vale pues afinar el es-
quema histórico que acaba de ser presen- Ilustración 4. Este esquema permite captar el
tado someramente, porque hasta el m o - fundamento de los «experimentos ópticos» lle-
mento se ha hecho q u i z á s excesivo hinca- vados a cabo por Brunelleschi en Florencia
hacia 1425. A la vez artista e ingeniero, conoci-
pié en las discontinuidades de la historia do sobre todo por sus obras de arquitectura,
de la persf)ectiva y del « s e n t i d o del espa- quería demostrar la posibilidad de pintar metó-
cio». I m p o r t a recordar que antes de G i o t - dicamente unos paneles que dieran la ilusión
to se había manifestado una cierta btis- de profundidad espacial. Uno de los dos que
pintó (ambos perdidos) representaba el baptis-
queda de la profundidad en mosaicos, terio de Florencia, observado desde el pórtico
frescos o paneles pintados. Tanto en el de la catedral. Es indudable que Brunelleschi
periodo bizantino como en el carolingio utilizó los recursos del dibujo de arquitectura
hay algunas obras que retrospectivamen- para «racionalizar» la elaboración de sus pun-
tos de vista experimentales. Para contemplar
te presentan detalles m u y significativos. los paneles había que utilizar un espejo y mirar
El m o t i v o del techo se prestaba harto por un orificio practicado en el cuadro. Podía
fácilmente a una geometrizacion sugesti- ocurrir que el cielo se reflejara en el espejo,
va, sobre todo cuando comportaba vigas incrementando asi el efecto «realista»... (Dibu-
y artesones. Estos esbozos de representa- jo tomado de Samuel Edgerton.)

Ilustración 3.
Se suele
considerar a
Giotto (nacido
en 1267,
muerto en
1337) como
uno de los
principales
iniciadores de
una nueva
concepción del
espacio
pictórico. Este
fresco de la
capilla
Scrovegni de
Padua, pintólo
en 1304-1306,
representa las
Bodas de
Cana. Gracias
al dibujo y a
los efectos de
sombra se crea
una clara
impresión de
profundidad,
patente en la
mesa y sobre (4) Les carnets
todo en el de Léonard de
marco Vinci (pre-
arquitectónico. sentados por
Pero en esta E. MacCurdy)
obra, en la que Gallimard,
la búsqueda de 11.^ ed.. 1954,
ilusión vol. I I . p. 300
espacial es (5) L Brion-
particularmente Guerry. Jean
clara, Giotto Pélerin Viator
no se basó en Belles Lettres,
un método 1962., p. 38.
geométrico
estricto. Sin (6) E . Pa-
embargo, está nofsky. La
muy claro que perspective
el pintor posee comme forme
cierto «sentido symholique,
del espacio». Édilions de
(Foto Minuit. 1975,
Giraudon.) p. 123.

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MUNDO CIENTÍFICO N.o 43
El nacimiento de la perspectiva en el siglo xv fue preparado
por numerosas especulaciones antiguas y medievales.

Así pues, la geometrizacion del espacio en general como m á s e m p í r i c o ) . El pri- después de C , Toiomeo r e d a c t ó t a m b i é n
p o d í a ser m á s o menos completa, m á s mer tratado de perspectiva impreso en una Óptica, pero con preocupaciones
o menos coherente. Los pavimentos aje- Europa (Toul, 1505) entronca precisa- m á s p r ó x i m a s a las de los físicos y los
drezados, t a m b i é n fáciles de estructurar, mente con la tradición del Norte y su pintores. Daba una gran importancia a
brindaban otra ocasión para lograr efec- autor es un francés, Jean Pélerin Viator. la noción de «rayo central», eje del cono
tos de perspectiva. Por ejemplo, A m b r o - Todos estos detalles nos recuerdan que visual. Este rayo sería llamado m á s tarde
glio Lorenzeiti. en su Anunciación en el aspecto técnico las exploraciones por Alberti «príncipe de los rayos»... T o -
(1344). representó cuidadosamente un fueron numerosas (i>ensemos, por ejem- iomeo m a t i z ó las ideas de Euclides en
pavimento mediante un punto de fuga plo, en el « m é t o d o bifocab> que utilizaba un punto esencial: en vez de limitarse a
ú n i c o (ilustración 8). Aunque el espacio dos puntos de fuga laterales). Y que la tomar en consideración el ángulo visual,
no estaba totalmente unificado, había a b ú s q u e d a de un espacio h o m o g é n e o y tuvo t a m b i é n en cuenta las longitudes.
pesar de todo, como escribe E. Panofsky. unificado c o r r e s p o n d í a ciertamente a Según esta concepción, la magnitud apa-
una «escala de valores espaciales». Pues una p r e o c u p a c i ó n general de las socieda- rente del objeto es inversamente propor-
bastaba contar las baldosas para tener des « a v a n z a d a s » de aquella época. M á s cional a su distancia al ojo. Durante el
una medida, en sentido estricto, de la adelante hablaré de las nuevas activida- Renacimiento se afirmó precisamente
profundidad «objetiva». Para la historia des que se habían desarrollado en una con gran claridad la prioridad de las lon-
del pensamiento científico, el hecho no ciudad tan d i n á m i c a como Florencia. Pe- gitudes sobre los ángulos. Para decirio
carece de interés. «No es excesivo afirmar ro quisiera antes evocar una tradición en t é r m i n o s simples, un objeto « d o s ve-
que, utilizado de este modo, un motivo que influyó innegablemente en .Alberti; ces mayoD> es un objeto cuya medida
asi representa en cierta medida el primer a saber, la larga serie de especulaciones en el plano, de proyección es dos veces
ejemplo de sistema de coordenadas: en (unas científicas y otras teológicas) relati- mayor, según la c o n c e p c i ó n angular de
la esfera de lo concreto artístico, este siste- vas a ia óptica, que de hecho se remontan Euclides, en cambio, un objeto dos veces
ma permitía ver materialmente el «espa- a ios griegos. mayor es u n objeto que es visto con un
cio sistemático» moderno, antes incluso ángulo doble. Nos encontramos aquí an-
de que la abstracción matemática lo hu- La óptica antigua: Euclides y te un problema fundamental que compe-
biera postulado.»^^^ M á s tarde, Alberti Toiomeo te no sólo al análisis g e o m é t r i c o sino
sintetizaría y conceplualizaría estos lo- t a m b i é n a la físico-fisiología de la percep-
gros; la g e o m e t r í a proyectiva del siglo Así, en el siglo !V antes de C . Euclides ción.
X V I I , por su parte, iría m á s lejos t o d a v í a . había escrito una Óptica, esencialmente Las apreciaciones sobre la influencia
Sin embargo, estos grandes éxitos requi- geométrica, fundada en la idea de que de los griegos dependen de la manera de
rieron un largo trabajo de p r e p a r a c i ó n , el t a m a ñ o aparente de los objetos estaba definir sus concepciones sobre la magni-
(7) E . Pa- una larga serie de investigaciones pre- determinado por el á n g u l o desde el cual
nofsky, obra
tud aparente. Erwin Panofsky estableció
vias. eran vistos. Pero no se preocupaba del una oposición radical entre los griegos
citada, p.
125-126. Los florentinos dieron sin duda un problema de la representación del espa- y los renacentistas. «Asi pues, una vez
(8) E . Pa- gran paso hacia delante. Pero hay que cio: no había pues tratado las cuestiones sentadas las bases de su procedimiento,
nofsky. obra saber que los flamencos innovaron tam- referentes a lo que actualmente entende- la óptica de los antiguos se orientaba en
citada, p. 59. bién con un estilo propio (considerado mos por punto de fuga. En el siglo i l una vía decididamente opuesta a la pers-

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HISTORÍA DE LAS CIENCIAS

Ilustración 5. El Pago del Tributo, pintado ble. Roger Grosseteste, que era mayor
por Masaccio hacia 1427 en la iglesia Santa que Bacon, p r á c t i c a m e n t e h a b í a integra-
Maria della Carmine de Florencia, es una de
las grandes obras en las que se concreta la do la óptica a la teología.'''' Pues la luz
nueva representación del espacio. La linea de fue creada por Dios el primer d í a ; se
horizonte está situada a nivel de los ojos de identifica, por tanto, con una forma pri-
los personajes; en el fresco, el punto de fuga vilegiada de la energía divina; m á s a ú n ,
está justo detrás de la cabeza de Cristo. Esta
organización del espacio no sólo asegura la permite comprender a n a l ó g i c a m e n t e la
coherencia de la escena sino que también re- difusión de la Gracia entre los hombres.
fuerza su «mensaje» espiritual. Pues, de acuer- La c o m p a r a c i ó n alcanzaba detalles m u y
do con una larga tradición, esta geometrizacion precisos; por ejemplo, Bacon explicaba
del espacio óptico posee una significación reli-
giosa. En el siglo xia, varios teólogos habían
que el rayo luminoso que incidía «directa
afirmado el carácter privilegiado de la luz-' de y p e r p e n d i c u l a r m e n t e » sobre el ojo era
una parte, era una de las creaciones más puras la imagen perfecta de la Gracia... Estos
de Dios y, de otra, evocaba el modo de difundir- razonamientos pueden parecemos extra-
se la Gracia divina en el mundo. Incluso en ñ o s pero lo cierto es que ayudaron a que
el Renacimiento seguía viva esta sensibilidad
a las connotaciones espirituales de la óptica. la óptica fuera investigada con serie-
dad.
Durante el Renacimiento, esta manera
de interpretar los f e n ó m e n o s ó p t i c o s atri-
Óptica y teología b u y é n d o l e s un sentido simbólico se man-
en la Edad Media tuvo viva. Pues el ideal de la « i m i t a c i ó n
de la naturaleza», formulado a menudo,
Directa e indirectamente, Alberti y sus no excluía la p r e o c u p a c i ó n por los valo-
c o n t e m p o r á n e o s conocieron esta tradi- res; aunque fuera «realista», una obra de
ción medieval. N o sólo el tratado de arte se presentaba como un mensaje ela-
John Pecham había tenido una gran difu- borado a partir de un cierto código que
sión, sino que Blas de Parma había es- asignaba determinados significados a las
crito hacia 1390 u n tratado de óptica formas, los colores y los elementos pro-
(Questiones perspectivae). H a b í a circula- piamente espaciales. En la pintura reli-
do a d e m á s durante los a ñ o s 1420 un giosa, por tanto, la r e p r e s e n t a c i ó n del
tratado, llamado Della prospettiva, direc- espacio se prestaba a m i l matices gracias
tamente escrito en italiano y debido sin a los cuales cada artista expresaba su
duda a Paolo Toscanelli. Es muy proba- propia i n t e r p r e t a c i ó n de tal o cual escena
ble que este ú l t i m o sea uno de los perso- del Evangelio.'"^'
najes clave del siglo x v ; conocedor de Aunque fue m á s un humanista que un
campos muy diversos, lanzó muchas católico ferviente, el propio Alberti con-
pectiva plana.»^^^ Si se tiene en cuenta a ideas nuevas que tuvieron influencia lo s e r v ó alguna de las e n s e ñ a n z a s del siglo
Toiomeo, este j u i c i o debería ser matiza- mismo sobre Cristóbal C o l ó n que sobre x i i i . En su o p i n i ó n , las obras de arte
do. De todos modos, Toiomeo no elabo- Brunelleschi. Por desgracia, la figura de d e b í a n contribuir al equilibrio moral de
r ó una teoría sistemática de la perspecti- Toscanelli t o d a v í a no es demasiado co- los hombres. U n fresco tenía como finali-
va; como veremos m á s adelante, su i n - nocida, lo cual complica la interpreta- dad la n a r r a c i ó n de una historia y la
fluencia sobre los pintores del Renaci- ción de un periodo en el que se mezclan propuesta de un mensaje (la n o c i ó n de
miento se produjo por otro camino. Por de manera a veces m u y sutil las ideas historia es esencial en Alberti); la propia
lo d e m á s , parece que los pintores de la nuevas con las antiguas. Pero las innova- organización del orden espacial tenía,
A n t i g ü e d a d nunca utilizaron la perspec- ciones del siglo X V deben comprenderse pues, un valor d i d á c t i c o . Por muy « m o -
tiva de un modo absolutamente riguroso; por referencia a un trasfondo teórico bas- d e r n a » que fuese, la perspectiva, según
se trata, sin embargo, de una cuestión tante rico. En cualquier caso, es imposi- Alberti, estaba asociada t o d a v í a a preo-
discutida. ble seguir sosteniendo la leyenda (toda- cupaciones éticas y espirituales.''' * Inclu- (9) Véase A.
El Occidente medieval ignoró durante vía muy difundida) del « o s c u r a n t i s m o so en Newton se pueden hallar especula- C. Crombie,
largo tiempo el legado t e ó r i c o de los grie- m e d i e v a l » . ciones como éstas. En su Óptica, por Roberl Grosse-
gos. Fue sólo en el siglo x i i cuando los Por el contrario, es cierto que los auto- ejemplo, explicó que el espacio es el sen- teste and the
tratados de Euclides y Toiomeo ñieron res medievales se interesaron por la ó p t i - sorium Dei, lo cual es una manera de origins of ex-
perimental
traducidos al latín a partir de versiones ca dentro de un marco teológico que sor- decir que Dios es omnipresente y puede
science,
á r a b e s anteriores. T a m b i é n los á r a b e s ha- p r e n d e r í a sin duda a los científicos del actuar en todo momento y lugar. Se trata
1100-1700,
b í a n aportado importantes contribucio- siglo X X . Samuel Edgerton lo subraya sin duda de una herencia de las tradicio-
Clarendon
nes, especialmente gracias a A l k i n d i (si- insistentemente: el estudio de los rayos nes medievales relativas a la óptica. Press, 1953.
glo I X ) Avicena y Alhazen (siglos x - x i ) . luminosos poseía motivaciones religio- (10) Véase M .
Todas estas obras influyeron en los teóri- sas y una significación simbólica. Así, El nuevo mundo de ingenieros Baxandall,
cos medievales. Alhazen, que sostenía Roger Bacon (nacido hacia 1220, muerto y empresarios Painting and
que los rayos visuales proceden de los hacia 1292) explica prolijamente en su experience in
objetos, e s t i m u l ó de manera particular Opus majus por q u é es necesario un co- Pero influyeron t a m b i é n otros factores fifteenth cen-
tury Italy, Cla-
las especulaciones sobre óptica del siglo nocimiento detallado de la estructura mucho m á s prosaicos. Si se desea com- rendon Press,
X I I I (Robert Grossetesle, Roger Bacon, geométrica de las formas. Pues no basta prender por q u é a c a b ó i m p o n i é n d o s e 1972.
John Pecham). N o es posible esbozar leer la Biblia para descubrir en ella p r i n - una nueva c o n c e p c i ó n , m á s «racional», (11) Sobre la
a q u í un balance de las ideas formuladas cipios espirituales; a d e m á s hay que ha- del espacio, hay que tomar en considera- filosofía de A l -
durante este periodo sobre la naturaleza cerse una idea literal de sus relatos. El ción toda una e v o l u c i ó n técnica, e c o n ó - berti véase,
y la p r o p a g a c i ó n de las imágenes. E n Arca de N o é y el templo de S a l o m ó n , mica y social. N o es m i i n t e n c i ó n preten- por ejemplo,
todo caso, este campo de estudio estaba afirma Bacon, deben percibirse por me- der que el capitalismo florentino fue la A. Blunt, La
bien v i v o ; a t r a v é s de lo que hoy p o d r í a n dio de la vista. Analizando con la ayuda «causa» única y directa de la e l a b o r a c i ó n théorie des
arts en Italie
parecer tanteos, se preparaba una síntesis de Euclides las líneas, los ángulos, las del sistema perpectivista. Semejante ma-
de 1450 á
cada vez m á s estrecha entre el análisis superficies y los v o l ú m e n e s , se ha de nera de recurrir a los «factores sociales» 1600, Galli-
g e o m é t r i c o y el estudio de la visión de llegar a percibir mejor la manifestación c o n d u c i r í a a resultados ilusorios. Pero, mard, 1966,
los objetos. de la s a b i d u r í a divina en el m u n d o visi- de una manera m á s dialéctica, sin duda cap. I.

MUNDO CiENTÍFICO HP 43 VOLUMEN 5 PÁGINA 45


A fines de la Edad Media, los ingenieros y los comerciantes
contribuyeron al florecimiento de las matemáticas prácticas.

Ilustración 6. En un tratado escrito en 1525,


Alberto Durero enseñó varios métodos de repre-
sentar fielmente las formas más complejas. Es-
tos dos grabados ilustran perfectamente la con-
cepción de Alberti: el ojo del observador está
fijo en un determinado punto, a partir del cual
los contornos observados se proyectan en el
plano definido por una ventana. En la ilustra-
ción B, la posición del ojo queda materializada
por el extremo de una varilla; en la ilustración
A, el vértice de la pirámide visual se concreta
mediante una anilla fijada a la pared a través
de la cual pasa un hilo en tensión. Este hilo,
que representa el rayo luminoso, permite deter-
minar empíricamente la proyección de cada
punto observado.

es indispensable tener en cuenta la apari- un m u n d o nuevo, mofivados por la bús- del arte y del saber, esta e v o l u c i ó n gene-
ción de ciertos esquemas de pensamiento queda del rendimiento y el beneficio. Co- ral supuso la a p a r i c i ó n de nuevos objeti-
estrechamente vinculados a nuevas p r á c - rrelativamente, se i n s t a u r ó una nueva vos y de un nuevo estilo. El nacimiento
ticas industriales, comerciales y políti- mentalidad, marcada por un « r e a l i s m o » de la perspectiva debe conectarse tam-
cas. y un « r a c i o n a l i s m o » completamente fa- bién con este m o v i m i e n t o histórico (del
A partir de los siglos x y x i , en efecto, vorables al estudio sistemático de la na- cual ya e x a m i n é algunos aspectos signifi-
Occidente e x p e r i m e n t ó una fuerte ex- turaleza. Para que el nuevo ideal que- cativos en Mundo Científico « L a revolu-
p a n s i ó n de las técnicas y un importante dara plenamente explicitado, hubo que ción cienfifica del siglo x i i » . Mundo
m o v i m i e n t o de u r b a n i z a c i ó n . Se m u h i - esperar al siglo x v i i (Descartes: conver- Científico, n." 19, p. 1048, noviembre
plicaron los molinos de agua y de viento, tirse en « a m o s y señores de la naturale- 1982.
así como diversas m á q u i n a s ; hizo su apa- za»). N o obstante, parece fuera de duda Hay que empezar por atender a una
rición u n nuevo personaje, el ingeniero, que desde los siglos x i i o x i i i se t o m ó objección: ¿ n o es paradójico (o incluso
que d e s e m p e ñ a r í a un papel cada vez m á s una nueva o r i e n t a c i ó n , que resulta fácil contradictorio) referirse a un condiciona-
importante; la p r o d u c c i ó n y el comercio caracterizar mediante las nociones de se- miento s o c i o e c o n ó m i c o después de ha-
se volvieron m á s eficaces; poco m á s tar- cularización o laicización. Aunque las ber admitido la influencia de ciertos te-
de, los bancos concretaron de manera viejas instituciones seguían m a n t e n i é n - mas teológicos? En realidad, no hay nada
d i n á m i c a esta gran m u t a c i ó n que condu- dose, empezaba a resquebrajarse toda inaceptable en ello; digamos que el desa-
cía a la época moderna. Los empresarios una serie de normas y costumbres pro- rrollo de la perspectiva pudo estar sobre-
se fueron afirmando como creadores de pias del m u n d o feudal. En los campos determinado; pudo ocurrir que ciertos

46 VOLUMEN 5 MUNDO CiENTÍFICO N ^ 43


HISTORIA DE LAS CIENCIAS

«factores» religiosos o filosóficos se unie- ficios, repartir herencias, convertir los nes y la identificación de triángulos, co-
ran a otros m á s directamente ligados a valores en función de las tasas de cam- nos o cilindros se convirtieron en lo suce-
la práctica. A este respecto, Samuel Ed- bio, etc. Pero la g e o m e t r í a no era menos sivo en « h á b i t o s culturales» ampliamen-
gerton nos pone en guardia contra la ten- útil. La medida de alturas o de distancias te difundidos.
t a c i ó n de atribuir a los hombres del Re- mediante m é t o d o s fundados en la seme- El propio Brunelleschi, artista e inge-
nacimiento u n «agnosticismo» que les janza de triángulos se hizo práctica co- niero, fue muy probablemente alumno
era ajeno. Indudablemente, había un m o - rriente; a d e m á s , en una época en la que de la escuela de abaco. Aunque recibió
v i m i e n t o creciente de «laicización»; pero los pesos y los v o l ú m e n e s no estaban una e d u c a c i ó n m á s clásica, Alberti esta-
«al menos hasta finales del siglo xv, el estandarizados, era necesario disponer ba m u y cerca del m u n d o de los prácticos.
nueVo capitalismo italiano vivió en estre-
cha simbiosis con la fe religiosa legada
por la Edad MediaM^^ Es pues legítimo
preguntarse por las implicaciones de las
nuevas actividades técnicas y comercia-
les. Cabe pensar incluso que los propios
teólogos quedaron marcados por las nue-
vas maneras de v i v i r , las nuevas exigen-
cias de « r e a U s m o » , . el nuevo estilo de
pensamiento, aunque fuera de mala ga-
na. La apertura de los franciscanos al
estudio de la naturaleza es sin duda tribu-
taria de una e v o l u c i ó n general; por su
parte, el filósofo y teólogo Nicolás de
Cusa, al hacer en 1450 el elogio de la
medida (en el sentido m a t e m á t i c o de la
palabra), se limitaba a constatar la i m -
portancia que iban tomando ciertas téc-
nicas intelectuales en u n mundo de em-
presarios, artilleros y banqueros...*'^*

La explosión de
las «matemáticas prácticas»
Las m a t e m á t i c a s cambiaron en efecto
de rango social a fines de la Edad Media.
N o es que anteriormente la aritmética y
la g e o m e t r í a fueran ignoradas; pero cual-
quier estudio algo serio de los n ú m e r o s
o de las formas geométricas requería el
marco de una e n s e ñ a n z a teórica univer-
sitaria. En otras palabras, las m a t e m á t i -
cas no formaban parte de la vida cotidia-
na; y los ideales de rigor y exactitud que
asociamos a las m a t e m á t i c a s no recibían Ilustración 7. A posteriori, es posible identificar en obras antiguas ciertos elementos que parecen
gran e s t í m u l o . La situación c a m b i ó con- anunciar la perspectiva moderna. El motivo del techo, por ejemplo, se prestaba fácilmente a
lograr determinados efectos. En la Cena de Duccio (pintada en 1301-1308), se aprecia una
siderablemente con el ascenso de los em- clara organización del espacio, que se manifiesta en particular en el dibujo del techo. Desde
presarios. El arte de medir y de calcular un punto de vista geométrico estricto, la perspectiva no es rigurosa: hay varios puntos de fuga
fue tomando una importancia creciente. situados irregularmente a lo largo de una vertical central. Esta técnica, llamada «del eje de
Los hombres de negocios d e b í a n deter- fuga», aplicable de un modo más o menos sistemático, era conocida mucho antes del siglo xiv;
los expertos llaman a veces a esta construcción «espina de pez»... Fue utilizada, por ejemplo,
minar correctamente sus mercaderías;
en la Biblia de Alcuino (Londres, segundo cuarto del siglo ix) para representar un techo. En
los banqueros, que manipulaban dinero la época carolingia, los ejemplos como éste eran muy escasos y no implicaban ningún conocimiento
de manera cada vez m á s diversa y «abs- explícito de los principios de la perspectiva lineal. Confirman, no obstante, la existencia de
tracta», necesitaban técnicas de cálculo; diversos procedimientos técnicos, a veces antiguos, que fueron preparando los grandes logros
los ingenieros, por su parte, se veían obli- del siglo XV. (Duccio, foto Scala.) (12) S. Edger-
ton, obra cita-
gados a utilizar las m a t e m á t i c a s para que da, p. 23.
sus actividades fueran m á s «racionales» de buenas técnicas de medida. Gracias Como señala Joan Gadol, Alberti escri- (13) Nicolás
(y por tanto m á s eficaces). Es indudable a instrucciones precisas, el negociante bió un libro de Juegos matemáticos (Ludi de Cusa, El
que el recurso a las medidas y el sentido italiano era capaz de determinar, por mathematici) que constituía una divulga- profano (Idio-
de lo cuantitativo se desarrollaron consi- ejemplo, el volumen de una barrica. Fie- ción para «clases m e d i a s » de u n cierto ta). 1450. Véa-
derablemente en los arsenales y los talle- ro della Francesca, pintor y autor de un n ú m e r o de recetas matemáticas.*'^' Casi se Oeuvres
Choisies edita-
res de m e c á n i c a . Así se explica la crea- tratado de perspectiva, escribió en el si- no es exagerar decir que, m á s que una das por M . de
ción de escuelas especiales (escuelas de glo X V un manual para comerciantes (De ciencia especulativa, la perspectiva era Gandillac, Au-
abaco) en las que en particular p o d í a n abaco) en el que se trataban problemas la expresión de una «filosofía práctica» bier, 1942, p.
instruirse los futuros comerciantes. Esta de este tipo. Como ha demostrado M i - de una especie de «proyecto» que preten- 214 y siguien-
e n s e ñ a n z a era laica y práctica; proporcio- chael Baxandall, el análisis de las formas día reorganizar a la vez el espacio real y tes.
naba una cierta cultura literaria pero (co- geométricas se c o n v i r t i ó en preocupa- la representación de este espacio. Algunos (14) M . Ba-
m o prueban los manuales que han llega- ción c o m ú n a comerciantes, ingenieros detalles son significativos al respecto. I n - xandall, obra
do hasta nosotros) hacía especial hinca- y artistas (que a menudo eran t a m b i é n cluso la c a m p i ñ a florentina, por ejemplo, citada, p. 86-
pié en las m a t e m á t i c a s . ingenieros).'"^* Este desarrollo de las ma- había sido « o r d e n a d a » . Aludo al nuevo 93.
La regla de tres, en particular, era obje- temáticas prácticas en la Italia de los sistema (mezzadria) mediante el cual ha- (15) J. Gadol,
León Battista
to de u n aprendizaje muy intenso; n o siglos X I V y x v ayuda a comprender por bía sido parcelada y explotada m á s efi- Alberti, U n i -
en vano m e r e c i ó el calificativo de «regla q u é y c ó m o se t r a n s f o r m ó , «geometri- cazmente. En 1434, cuando Alberti vol- versity of Chi-
de o r o » o de «llave del c o m e r c i a n t e » . zándose», la manera de contemplar las vió a Florencia, de donde su familia ha- cago Press,
Gracias a ella, se p o d í a n distribuir bene- cosas. El descubrimiento de proporcio- bía sido expulsada, q u e d ó sin duda i m - 1969, p. 170.

MUNDO CIENTÍFICO 43 VOLUMEN 5 PÁGINA 47


Durante el Renacimiento, el sentido de la vista
se afirmó como particularmente noble y racional.

convertido en «la regla y el c o m p á s » me-


diante los cuales se dividen las tierras;
« t o d o está sometido a la doctrina g e o m é -
trica»... Leonardo da Vinci se s u m ó tam-
bién a este elogio de la vista decretando
que el ojo posee una « n o b l e z a » superior.
«El ojo, precisaba, es la vía principal por
la que nuestro intelecto puede apreciar
plena y magníficamente la obra de la
naturaleza.» Comprendamos que el sen-
tido de la vista hace posible una verdade-
ra ciencia del espacio. Pues la perspecti-
va, siempre según Leonardo, se funda
en « d e m o s t r a c i o n e s racionales».

Espacio táctil contra espacio visual

Aunque ha dado a su tesis un carácter


excesivamente rígido, W . M . Ivins ha
acertado al oponer el universo percepti-
vo de los griegos, «táctil y muscular», al
de los renacentistas, esencialmente vi-
sual. En el primer caso, cada objeto es
considerado aisladamente, como si su
forma individual fuera conocida exclusi-
vamente a partir del sentido del tacto;
lo cual impide p r á c t i c a m e n t e la concep-
ción de un espacio unitario. Si bien los
objetos representados pueden yuxtapo-
nerse, no pueden relacionarse entre sí
mediante una red m a t e m á t i c a a la vez
abstracta y omnipresente. En el segundo
caso, en cambio, los objetos se sitúan y
ordenan unos con relación a otros en un
espacio h o m o g é n e o que se prolonga i n -
definidamente en todas direcciones. Se-
g ú n Ivins, el espacio «táctil y musculaD>
Ilustración 8. En e¡ siglo M\, el motivo geométrico del pavimento fue metódicamente utilizado de los griegos i m p o n í a estrechos líinites
para organizar el espacio. Según Erwin Panofsky «fueron los hermanos Lorenzetti los principales a su geometría. Esta última, en efecto,
artífices de este avance». En la Anunciación que pintó en 1344, Ambroglio Lorenzetti realizó era métrica y se fundaba ante todo en
lo que se llama una perspectiva parcial: la parte superior de la obra carece de profundidad;
las nociones de congruencia y de parale-
pero el dibujo riguroso del pavimento ajedrezado, con un punto de fuga único, proporciona «en
cierto modo el primer ejemplo de sistema de coordenadas». Más tarde, por supuesto, los lismo. Sólo en el espacio «visual» inven-
matemáticos y los físicos perfeccionaron estas primeras tentativas de geometrizar el espacio. tado por el Renacimiento p o d r á consti-
(Foto Giraudon.) tuirse la g e o m e t r í a proyectiva y se p o d r á
considerar (por decirlo brevemente) que
presionado, escribe Edgerton, por la dis- mente la evolución del « s e n t i d o del espa- una p a r á b o l a es una elipse cuyo segundo
posición regular de las terrazas en los cio». En los a ñ o s 1420, d e s p u é s de un foco está en el infinito."^-
flancos de las colinas toscanas, con sus conflicto entre Florencia y Milán, fiae Hay sin embargo, como han demostra-
olivos estrictamente alineados y sus filas trazada entre ambos Estados una ft-onte- do brillantemente Joan Gadol y Samuel
paralelas de cepas. «Los intelectuales y ra rectilínea totalmente abstracta. «Qui- Edgerton, un v í n c u l o notable entre los
los hombres de negocios de la época de zá era la primera vez en la historia que griegos y los renacentistas, a saber, la
Alberti apreciaban esta geometrizacion se reconocía como límite territorial una cartografía tolemaica."^' El primer por-
del suelo no sólo por su belleza sino linea matemática imaginaria en vez de tulano conocido procede quizá de Tosca-
porque estaban convencidos de que un una referencia física»Al narrar este na. Desde principios aei siglo w . Floren-
(16) S. Edger-
ton, obra cita-
orden m a t e m á t i c o como aquél llevaría acontecimiento en un texto de 1440, G i o - cia d e s e m p e ñ ó un papel de primer plano
da, p. 35. a incrementar los beneficios."^' vanni Cavalcanti era consciente de dicha en el desarrollo de la geografia y de la
(17) S. Edger- Hay otro hecho que confirma clara- originalidad. El ojo, constataba, se ha cartografía. Hay una estrecha relación
ton, obra cita-
da, p. 114.
(18) Véase W. Ilustración 9. Es muy probable que la Geogra-
M. Ivins, Arí fía de Toiomeo, que los florentinos conocieron
and geometrv. a principios del siglo \y, estimulara considera-
Dover, 1964. blemente las investigaciones sobre la represen-
(19) J . Gadol tación del espacio. El esquema adjunto permite
hace constar comprender uno de los métodos que proponía
su deuda para Toiomeo (pero que no utilizó). Un observador
ideal se sitúa ante la esfera terrestre, de la
con D. Frey
cual se trata de reproducir la parte sombreada.
(Goíhik und Su ojo está situado en el plano de un paralelo
Renaissance convenientemente elegido y en posición «cen-
ais Grundla- tral»; a partir de esta posición bien determina-
gen der mo- da, es posible dibujar en un plano, por proyec-
dernen Wel- ción, las formas observadas. La perspectiva li-
tanschauung, neal del Renacimiento puede ser contemplada
B. Filser Ver- como una aplicación particular de este método.
lag. 1929). (Dibujo tomado de Samuel Edgerton.)

48 VOLUMEN 5 MUNDO CIENTÍFICO N.o 43


HISTORIA DE LAS CIENCIAS

entre estas ú l t i m a s ciencias y la perspecti- Toiomeo p r o p o n í a varios m é t o d o s de Resulta tanto m á s tentador conceder
va. Por lo d e m á s , el propio Toiomeo proyección cartográfica. El tercero y ú h i - una importancia decisiva a la Geografia
h a b í a ya comparado la pintura con la mo, que él no había utilizado, se presen- de Toiomeo cuanto que León Battista
cartografía. Se trata en ambos casos de taba como una c o n s t r u c c i ó n perspectiva Alberti m o s t r ó mucho interés por la car-
construir la imagen de u n conjunto dado bien caracterizada. Consideremos un ob- tografía. Durante su estancia en Roma,
respetando las proporciones entre sus servador ideal situado a una distancia entre 1432 y 1434, hizo un plano de esta
elementos. En este sentido, la topografía, determinada del globo terrestre cuyo ojo ciudad. El plano se ha perdido; dispone-
la cartografía y la perspectiva aparecen se encuentra en el plano de un paralelo mos sin embargo de un texto de los a ñ o s
como distintas ramas de una ciencia ge- convenientemente elegido. El procedi- 1440 en el que nos informa sobre su
nera) de la r e p r e s e n t a c i ó n espacial. miento de Toiomeo consistía en repre- técnica, que indiscutiblemente debe m u -
En 1400, llegó a Florencia una copia sentar sobre un plano la superficie terres- cho a Toiomeo. El principio g e o m é t r i c o
de la geografía de Toiomeo, y pronto fíie tre así observada mediante una proyec- es l í m p i d o : tomando como punto central
traducida. T o d o induce a creer que dicha ción en todo punto comparable a la que la cima de la colina del Capitolio, Alberti
obra, que c o m p r e n d í a un texto teórico iba a preconizar Alberti (véase ilustra- apuntaba a los disUntos monumentos de
y un atlas, fíje objeto de un intenso estu- ción 9). Era la primera vez, dice Edger- Roma y determinaba su dirección con
dio. Brunelleschi (quizá por medio de ton, que se daban instrucciones precisas respecto al Norte, luego m e d í a la distan-
Toscanelli) y Alberti sacaron provecho para constituir una imagen de este tipo cia que separaba cada monumento del
de ella. Expresaba incluso la idea de u t i l i - a partir de un punto fijo que representaba punto central: d e s p u é s de haber elegido
zar s i s t e m á t i c a m e n t e una «reja» para el ojo del observador.'-"' Toiomeo, por una escala, bastaba con llevar estas i n d i -
descomponer, medir y representar el es- su parte, deseaba representar el « m u n d o caciones a una hoja de papel para obtener
pacio (paralelos y meridianos); corres- h a b i t a d o » con el cual estaban familiari- un mapa fiel. A l b e n i utilizaba, pues, lo
p o n d í a perfectamente a ciertas técnicas zados los griegos. Pero bastaba trasponer que hoy l l a m a r í a m o s un sistema de coor-
ya utilizadas y a la nueva sensibilidad el m é t o d o para abrir nuevas posibilida- denadas polares; su mapa ha podido ser
de la que ya he hablado. En una palabra, des a los pintores. Con la distancia, los reconstruido a partir de los datos que
el redescubrimiento de la geografía tolo- análisis cartográficos de Toiomeo pare- r e u n i ó (véase ilustración 11). Conoce-
meica p e r m i t í a el perfeccionamiento o cen conducir directamente a las nociones mos t a m b i é n el tipo de instrumento que
la i n v e n c i ó n de diversos procedimientos fundamentales de la perspectiva clási- Alberti utilizaba en sus medidas. Era un
«racionales» de representación. ca. «horizonte», compuesto por un disco ho-

Ilustraciótt 10. Este grabado de Brueghel el Viejo (siglo xa) titulado L a Primavera nos recuerda que, mediante sus actividades agrícolas u
hortícolas, los hombres pueden modificar y «racionalizar» la naturaleza. Resulta significativo que, a principios del Renacimiento, los tqscanos
elaboraran un sistema de cultivo que geometrizaba el paisaje rural mediante alineamientos estrictos. Por supuesto, este hecho no explica porsi^ (20) S. Edgcr-
solo el gusto de los florentinos por la perspectiva... Pero es innegable que a fines
" de ia Edad Media
' ' se produjo un cierto cambio de mentalidad ton, obra cila-
que conducía a valorar en todos los campos las nociones; de proporción, de medida y de orden matemático. (Foto B.N., J.-L. Charmet.) da, p. 104.

MUNDO CIENTÍFICO N.O 43 VOLUMEN 5 PÁGINA 49


La representación del espacio fue matematizada
de un modo concreto por artilleros, marinos y cartógrafos.

rizontal graduado (48 grados, cada uno


i I.Olí,i .1' íuiiu de los cuales estaba d i v i d i d o en cuatro
« m i n u t o s » ) y u n « r a d i o » , t a m b i é n gra-
duado, que concretaba la línea de mira.
Este instrumento expresaba directamen-
te la escala, puesto que su d i á m e t r o era
igual al del mapa.

La línea de mira de
los artilleros y los marinos

Las dos grandes ideas que sirven de


base a este sistema son, de una parte, la
de analogía, que implica u n respeto abso-
luto por las proporciones, y de otra, la
de visual o línea de mira, solidaria de
una « g e o m e t r i z a c i o n ó p t i c a » del espacio.
Es extremadamente interesante que el

< Ilustración 11. Alberti, a quien se debe el pri-


mer tratado sobre perspectiva «clásica» (1435),
mostró mucho interés por la cartografía. Du-
rante una estancia anterior en Roma había
dibujado un mapa de esta ciudad mediante lo
que hoy llamaríamos coordenadas polares. La
base del método era simple: tras elegir como
«centro» la colina del Capitolio, determinó
con un instrumento de enfoque la dirección de
cada punto notable; para definir la posición
exacta bastaba medir la distancia entre dicho
punto y el centro. Aunque el mapa original se
ha perdido, D. Gnoli y Campanari lo han re-
construido a partir de los datos conservados.
Estos trabajos de cartografía contribuyeron in-
dudablemente a que Alberti elaborara su siste-
ma de perspectiva. (Foto J.-L. Charmet.)

•< Ilustración 12. En Occidente, la artillería em-


pezó a adquirir importancia durante el siglo
v/^. Sus inicios fueron modestos y más ruido-
sos que mortíferos... Pero la situación evolucio-
nó a partir del siglo xv; muy pronto, los inge-
nieros responsables de las fortificaciones hubie-
ron de contar con los progresos realizados por
los metalúrgicos y los químicos. Esta innova-
ción militar constituyó un poderoso estimulan-
te para la balística; para empezar, los artilleros
se vieron inducidos a aprender de un modo
cada vez más preciso las técnicas relativas a
la medida del espacio: para mejorar los tiros,
había que medir con exactitud los ángulos y
las distancias. Los artilleros incorporaron de
un modo muy natural el uso de coordenadas
polares: la posición de un objetivo puede defi-
nirse mediante una dirección y un «alcance».
Como en el caso de los marinos, esta geometri-
zacion del espacio se operó concretamente gra-
cias a instrumentos de puntería o enfoque, cada
vez más perfeccionados. A su modo, la técnica
de la perspectiva contribuyó a esta empresa de
racionalización espacial. (Grabado alemán, fo-
to Roger Viollet.)

Ilustración 13. Una vez constituida la perspec- •


tiva lineal, apareció la posibilidad de diversos
desarrollos, tanto en el arte como en las mate-
máticas. Este grabado, tomado de un tratado
del dibujante francés Georges íluret (¡606-
1670), evoca varias aplicaciones de la perspec-
tiva y especialmente propone esquemas de ana-
morfosis; estas últimas consisten en deformar
geométricamente las figuras, de tal manera que
recuperan su aspecto normal si se las mira
desde un cieno ángulo. En matemáticas, Gé-
rard Desargues (1593-1662) merece especial
mención. Ingeniero y arquitecto (como Brune-
lleschi...), procedió a una intensa racionaliza-
ción de la perspectiva y formuló en 1639 las
nociones fundamentales de la geometría pro-
yectiva (que estudia las propiedades de las figu-
ras que se conservan por transformación homo-
gráfica). (Foto J.-L. Charmet.)

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HISTORIA DE LAS CIENCIAS

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La formación del nuevo concepto de espacio interesa
a la historia de la ciencia, pero también a la del arte.

propio Alberti afirmara en sus Juegos ción de nuestros procesos perceptivos. subrayan con r a z ó n algo que parece i n -
matemáticos el parentesco de su « h o r i - El análisis parte del supuesto de u n ob- discutible: la elaboración de la perspecti-
z o n t e » con los instrumentos empleados servador tuerto cuyo ú n i c o ojo está i n - va lineal constituye u n episodio impor-
por los artilleros y por los especialistas móvil... En el caso general, estos dos su- tante en la historia del pensamiento cien-
en cartografia marina. En realidad, h a b í a puestos no se cumplen, con lo que de tífico. En el mismo momento en que ios
utilizado un astrolabio, instrumento que inmediato aparecen diversos problemas arquitectos y los pintores descubrían una
permite que los a s t r ó n o m o s y los nave- que han dado lugar a múltiples discusio- «espacialidad infinitamente extensa», es-
gantes m i d a n la elevación del Sol o las nes. La esfericidad de la imagen retinia- cribía Panofsky en 1927, «el pensamien-
estrellas. Para adaptarlo a la cartografía na, que h a b r í a que tener en cuenta en to abstracto consumaba pública y decisi-
terrestre bastaba, pues, fijarlo horizontal- un estudio serio de la psicofisiología de vamente la ruptura, hasta entonces vela-
mente y utilizar la alidada como « r a d i o » . la visión, complica t o d a v í a m á s las cosas. da, con la c o n c e p c i ó n aristotélica del
(Reparemos, de paso, en que el « r a d i o » Digamos tan sólo que la visión espacial mundo, por medio del abandono de la
del círculo deriva e t i m o l ó g i c a m e n t e de es un f e n ó m e n o m u y complejo en el que n o c i ó n de un cosmos edificado alrededor
radius, que significa rayo luminoso.) Se intervienen el aprendizaje, la memoria, del centro de la Tierra considerado como
operaba así concretamente una unifica- procesos de « c o m p e n s a c i ó n » , relaciones un centro absoluto y encerrado por la
ción general de los diversos «espacios»: con los datos táctiles, etc. A pesar de su esfera celeste considerada como u n lími-
espacio de los cartógrafos, espacio de los interés, la perspectiva lineal clásica no te a b s o l u t o » . ' " '
artilleros, espacio de los marinos, espacio puede considerarse dotada de un interés En una obra dedicada precisamente a
de los a s t r ó n o m o s . . . La idea era promete- absoluto. Es fácilmente manipulable y este tema, Alexandre Koyré se olvida
dora, pues a b r í a el camino a una « m e c á - da una cierta satisfacción al intelecto; casi por completo del vasto trabajo de
nica general» válida tanto para las balas pero son posibles otros sistemas (como «racionalización» llevado a cabo por ar-
de c a ñ ó n como para los cuerpos celes- la llamada perspectiva « c u r v a » o « c u r v i - tistas, ingenieros, cartógrafos y otros
tes. línea», cuyo fundamento es conocido prácticos.'-^' En el índice de su libro n i
Merece destacarse la influencia de la desde hace tiempo). siquiera figuran los nombres de Brune-
navegación; pues Alberti indica explíci- lleschi, Masaccio y Alberti... Podria com-
tamente que el apuntar los aparatos a Historia del arte prenderse semejante prejuicio purista en
los objetivos que observar era una opera- e historia de la ciencia un filósofo idealista: sin embargo, es de
ción conocida de los marinos. En sus gran pobreza desde el punto de vista de
Juegos matemáticos explicó, a d e m á s , c ó - Tradicionalmente, el nacimiento de la la historia de las ideas y de la antropolo-
m o realizar mapas exclusivamente a base perspectiva ha sido estudiado sobre todo gía cultural.
de visuales de este tipo, recurriendo sólo por los historiadores del arte. De donde, Es indudable que los filósofos y los
a algunas medidas directas. El teodolito, m i segundo comentario: sería m u y desea- científicos conceptualizaron y refinaron
este maravilloso aparato tan útil a astró- ble que. al abordar el problema del espa- los descubrimientos de los iniciadores
nomos y topógrafos, surgió de la combi- cio en los albores de la ciencia moderna, de la perspectiva; pero esta iniciativa,
n a c i ó n de u n «círculo» horizontal y un los historiadores de la ciencia aceptaran precisamente, influyó de una manera de-
«círculo» vertical. En todo caso, es inne- las aportaciones de los «artistas». Tanto cisiva en la geometrizacion del espacio.
gable que a la g e o m e t r í a p r á c ü c a de los Erwin Panofsky como Samuel Edgerton Sería una ingratitud olvidarlo. •
cartógrafos cupo un papel en la génesis
de la c o n c e p c i ó n albertiana de la perspec-
tiva. C o m o ha demostrado Joan Gadol,
Alberti o p e r ó la síntesis entre la « v e n t a - ara m a s intormacion:
n a » de Brunelleschi y las técnicas «geo-
gráficas» de Toiomeo. En el tratado De
la pintura, la perspectiva se expone a
veces con la ayuda de las nociones carto- • E . Panofsky. La perspective comme • R Klein, La forme et l'inielligible,
gráficas de «paralelas», « l o n g i t u d » y «la- forme svmbolique, Editions de Minuit Gallimard, 1970.
t i t u d » ; este vocabulario debe tomarse al (ed. original: 1927).
pie de la letra.'-'* Por supuesto, no hay • A. Blunt, La théorie des aris en Italie
• E . Panofsky, L'oeuvre d'arí et ses sig-
que subestimar las diversas tradiciones nifications. Gallimard, Í969 (véase espe- de 1450 á 1600, Gallimard, 1966 (edi-
pictóricas o especulativas que contribu- cialmente el ensayo «Artiste, savant, ge- c i ó n original: 1940; revisada en 1956).
yeron a que « m a d u r a r a » el sistema de nio». 1962).
la r e p r e s e n t a c i ó n perspectiva; el redescu- • P. Francastel, La figure ei le lien. L 'or-
brimiento de un texto antiguo es incapaz • J . Gadol. León Battista Alberti, uni- dre visuei du Quallrocenio. Gallimard,
versal man of the early Renaissance, 1967.
por sí mismo de «explicar» la e v o l u c i ó n
University of Chicago Press, 1969.
que va de G i o t t o a Alberti. Pero parece
fuera de duda que Toiomeo, al que se • L . Brion-Guerry, Jean Pélerin-Viator. • P. Francastel, Eludes de sociologie de
suele considerar como el s í m b o l o de la Belles Lettres, 1962. Parí, D e n o é l , 1970.
«vieja ciencia», participó (lo deseara o
• S. Y . Edgerton Jr. The Renaissance
no) en la racionalización del nuevo espa- discoverv of the linear perspective, Basic
• R. Arnheim, Visual ihinicing. Univer-
cio... sity of California Press, 1969.
Books, 1975.
C o n c l u i r é con dos comentarios: el p r i -
mero fen relación con la pregunta siguien- • E . Cassirer, Individu et cosmos dans • E. H . Gombrich, L'ari el l'ilhision,
te: ¿cuál es el « v a l o r objetivo» de la pers- ia philosophie de la Renaissance, Edi- GalHmard, 1971 (ed. original: 1959).
tions de Minuit, 1983 (ed. original:
(21) J . Gadol, pectiva albertiana en tanto que represen- 1927).
obra citada, p. tación del espacio visual? Caben pocas • L . B. Alberti. On painting. translated
74. dudas acerca de la racionalidad de este with introduction and notes by J . R.
• W. M. Ivins Jr.. Arí and geometry. A
Spencer, Yale University Press, 1966.
(22) E . Pa- sistema y de su capacidad para ordenar siudy m space inluilions. Dover, 1964
nofsky. obra la percepción. Pero conviene no identifi- (primera edición; Harvard University
citada, p. 157. Press, 1946). • Leonardo da Vinci, The nolebooks (e-
car pura y simplemente esta reconstruc- dited by J . P. Richter), 2 vol.. Dover.
(23) A. Koyré.
c i ó n con el «espacio real». Pues se trata • M . Baxandall, Painting and experien- 1970 (da los textos originales; el volu-
Du monde dos
á l'umvers in- precisamente de una r e c o n s t r u c c i ó n fun- ce in fifteenth century Italy. Clarendon men I contiene numerosos textos sobre
dada en presuposiciones que, en el mejor Press. 1972. perspectiva).
fini, P U F
1962. de los casos, conducen a una simplifica-

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