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Numero :
Expediente : 1 Fecha: 15/12/2016
1179
6-0882
Procedimiento:
Acción de Amparo
Partes:
ERICK ALEXANDER CAMACHO HERNÁNDEZ
Decisión:
Declara IMPROCEDENTE IN LIMINE LITIS
Ponente:
Lourdes Benicia Suárez Anderson
EN SALA
CONSTITUCIONAL
Expediente 16-0882
I
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL
E) Luego de que el 3 de marzo de 2016 se diera apertura del debate de juicio oral y
reservado, en el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito
Judicial Penal con Competencia en Delitos de Violencia Contra la Mujer de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, el 24 de mayo de 2016 culminó el referido
debate y el 27 de junio de 2016 se publicó la sentencia en la que el mencionado tribunal de
juicio condenó al ciudadano Erick Alexander Camacho Hernández a cumplir la pena de un
año de prisión por la comisión del delito de acto carnal, previsto en el artículo 378, primer
párrafo, del Código Penal, en concordancia con la agravante prevista en el artículo 217 de
la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, además de las penas
accesorias previstas en el artículo 69, ordinales 2.° y 3.° de la Ley Orgánica Sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en concordancia con el artículo 16
del Código Penal. Asimismo, se le impuso al accionante una medida menos gravosa, “por
cuanto la pena impuesta no excede de cinco años y por vía de [sic] consecuencia se fija la
prohibición de salida del país sin previa autorización del Tribunal y la prohibición de
comunicarse con la adolescente [se omite identificación de conformidad con el parágrafo
segundo del artículo 53 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes] […] asimismo se impone de las medidas de protección y seguridad a favor
de la víctima […] referidas a la prohibición del agresor de acercarse a la víctima, y en
consecuencia, se le prohíbe acercarse al lugar de estudio y residencia de la adolescente
así mismo se le prohíbe por sí mismo o terceras personas realizar actos de persecución,
intimidación o acoso de la mujer agredida o algún integrante de su familia, hasta tanto, la
sentencia quede definitivamente firme y así lo decida el Tribunal de Ejecución que
corresponda en su debida oportunidad legal”.
II
DE LA SENTENCIA ACCIONADA
Es importante señalar, que uno de los particulares sobre los cuales descansa la
nulidad de oficio de la sentencia recurrida, es que el proceder de la Jueza de
Instancia en cuanto al cambio de calificación jurídica efectuado, hace
incongruente la sentencia en relación a los hechos debatidos y sentenciados,
evidenciando esta Alzada, el erróneo procedimiento asumido por la Jueza de
Mérito en el debate oral, el cual se realizó en franca omisión de aquel que
prevé el artículo 333 del Texto Adjetivo Penal.
Es necesario recordar, que la calificación jurídica “…viene a ser el punto en el
que confluye la interpretación de la norma con el resultado de la prueba
acerca de los hechos aportada por las partes… se puede afirmar que en la
calificación jurídica coexiste un elemento de derecho con otro de hecho: el
elemento de derecho es la interpretación de la norma jurídica que ha realizado
el juez, el elemento de hecho es el aportado por las partes y en el que se ha
basado el juez para otorgar una u otra calificación” (Couture, Eduardo.
“Pruebas y su Valoración”. 1° Edición. Caracas. Paredes Editores. 2000. pag.
488).
Cabe destacar que, el artículo 350 del Código Orgánico Procesal Penal,
preceptúa:
[…]
Al comentar dicha disposición legal, la Sala de Casación Penal del Máximo
Tribunal de la República, en la Sentencia Nro. 258, dictada en fecha 02 de
junio de 2009, con ponencia de la Magistrada Deyanira Nieves Bastidas, Exp.
Nro. C08-512, dejó sentado:
‘La Sala, al realizar la interpretación de la citada disposición legal, tal
como lo ha determinado en anteriores oportunidades, observa que dicha
norma contempla la hipótesis del posible cambio de calificación jurídica
cuando el Juez Presidente observe que ninguna de las partes lo ha
considerado, caso en el cual deberá advertir al acusado sobre ese
posible cambio de calificación para que así prepare su defensa.
De acuerdo a los Principios Generales del Derecho, Principios
constitucionales de nuestra Carta Magna y Principios del Derecho
Procesal Penal, esta es una norma garantista del derecho a la defensa,
que ciertamente tiende a prevenir al acusado sobre sorpresivas
calificaciones jurídicas del hecho por el cual es sometido a juicio; y
aunque el supuesto está referido a la hipótesis señalada, esa advertencia
debe ser hecha por el Juez en cualquier caso en que sobrevenga un
cambio de calificación que pueda conculcar el derecho de defensa del
acusado, reconocido como derecho fundamental en el artículo 49
(numeral 1) de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Igualmente, observa la Sala que el supuesto de hecho anterior, está
estrechamente vinculado con lo establecido en el artículo 363 del Código
Orgánico Procesal Penal, que consagra el principio de congruencia
entre la sentencia y la acusación, en los términos siguientes: ‘… La
sentencia de condena no podrá sobrepasar el hecho y las circunstancias
descritos en la acusación y en el auto de apertura a juicio o, en su caso,
en la ampliación de la acusación [sic].
En la sentencia condenatoria, el tribunal podrá dar al hecho una
calificación jurídica distinta a la de la acusación o del auto de apertura a
juicio, o aplicar penas más graves o medidas de seguridad, siempre que
no exceda su propia competencia.
Pero el acusado no puede ser condenado en virtud de un precepto penal
distinto del invocado en la acusación, comprendida su ampliación, o en
el auto de apertura a juicio, si previamente no fue advertido, como lo
ordena el artículo 350, por el Juez presidente sobre la modificación
posible de la calificación jurídica’ (Subrayado del Tribunal Supremo de
Justicia).
La norma jurídica transcrita ut supra, contempla la posibilidad de que las
partes, incluso el Juez como director del debate, puedan cambiar durante el
contradictorio la calificación jurídica atribuida por la parte acusadora a los
hechos imputados; en tal caso, este incidente puede ser planteado hasta
después de la recepción de pruebas; esto es, antes de las conclusiones que
deberán efectuar las partes, debiendo el o la Jurisdicente [sic] recibir nueva
declaración al imputado y advertirle a las partes tal cambio, a los fines de que
las mismas, de considerarlo, puedan solicitar la suspensión del juicio,
garantizando así el Principio del Debido Proceso.
En tal sentido, esta Sala al cotejar el acta de debate con la norma jurídica
antes señalada, observa que la tramitación otorgada por el Tribunal de Juicio,
al cambio de calificación jurídica, no fue realizada tal y como el Legislador lo
estableció en la mencionada disposición legal transcrita (art. 350 COPP),
constituyendo tal circunstancia un error in procedendo, que conduce a la
vulneración del principio del Debido Proceso y de la garantía de la Tutela
Judicial Efectiva, puesto que el posible cambio de calificación jurídica, está
permitido hasta después de la recepción de las pruebas, debiendo recibir nueva
declaración al imputado y advertirle a las partes sobre tal cambio, para que
éstos, si así lo consideran, soliciten la suspensión del juicio para ofrecer
nuevas pruebas o preparar su defensa, circunstancia que no ocurrió, puesto
que la Jurisdicente [sic], si bien advirtió que existía un cambio de calificación
jurídica y manifestó que suspendía la audiencia “…para ofrecer nuevas
pruebas en virtud de la advertencia sobre la posibilidad del cambio de
calificación jurídica”, no materializó la suspensión del mismo, máxime al
haberlo solicitado la Vindicta Pública, quien en su exposición, una vez
anunciado el cambio de calificación jurídica refirió:
‘SEGUIDAMENTE LA FISCAL 33 DEL MINISTERIO PUBLICO
SOLICITO LA PALABRA Y EXPUSO: en cuanto al cambio de
calificación anunciado, esta Representación se opone, en virtud si bien es
cierto del debate han surgido nuevos elementos, el consentimiento dado
por parte de la victima (sic), considera que los hechos deben ser
encuadrados en el articulo (sic) 44 ordinal 2 de la Ley Orgánica Sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es decir ACTO
CARNAL CON VICTIMA ESPECIALMENTE VULNERABLE, en
razón del parentesco entre la victima (sic) y el acusado. En caso de los
nuevos elementos, considera esta representación que se ajusta más a los
hechos el delito tipificado en el articulo (sic) 44 ordinal 2 de la Ley
Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia. El Ministerio Publico se opone al cambio de calificación, y
solicita al Tribunal se otorgue el lapso legal para promover las pruebas.
Es todo’ (Folio 167, II de la causa principal), (Negrillas del Juzgado a
quo), (Subrayado nuestro).
Se observó igualmente, que la Jurisdicente [sic] además de no suspender el
juicio, conforme lo plasmó el Legislador y peticionó la Vindicta Pública para
promover nuevas pruebas, ratificó el cambio de calificación anunciado por el
delito de Acto Carnal Con Adolescente Consentido, previsto y sancionado en el
encabezado del artículo 378 del Código Penal, en concordancia con la
agravante genérica establecida en el artículo 217 de la Ley Orgánica para La
Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, sosteniendo a su vez, que de
conformidad con el artículo 133 del Texto Adjetivo Penal, impuso al acusado
del contenido del Precepto Constitucional previsto en el artículo 49. 2 y 5 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, procediendo a
preguntarle si deseaba declarar, quien manifestó “no deseo declarar”, para
luego imponerlo del Procedimiento por Admisión de los Hechos, previsto en el
artículo 375 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código
Orgánico Procesal Penal, señalando el acusado ‘…admito los hechos por el
delito de ACTO CARNAL CON ADOLESCENTE, previsto y sancionado en el
encabezado del articulo [sic] 378 del Código Penal, en concordancia con la
AGRAVANTE GENÉRICA establecida en el articulo [sic] 217 de la Ley
Orgánica para La Protección de Niñas Niños y Adolescentes’ (Negrillas del
Juzgado de Juicio), desprendiéndose de lo anterior, que la Jueza de Mérito
tramitó el cambio de calificación jurídica de manera distinta a lo previsto en el
artículo 333 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código
Orgánico Procesal Penal, vulnerándose en consecuencia el principio de
congruencia, antes analizado.
Ahora bien, constatan estas Juzgadoras y este Juzgador, otro error in
procedendo, que conduce a la vulneración del principio del Debido Proceso y
de la garantía de la Tutela Judicial Efectiva, como lo es, el haber admitió los
hechos el acusado, una vez cambiada la calificación jurídica por la cual fue
procesado.
En tal sentido, es preciso señalar que la admisión de los hechos, es una
institución procesal cuyos antecedentes a nivel de Derecho Comparado
‘podemos ubicar en el plea guilty americano y en la ‘conformidad’ española’
(Exposición originaria de motivos del Código Orgánico Procesal Penal), que
configura un acto de disposición de la parte acusadora y respecto al acusado
un acto de arrepentimiento, mediante el cual asume voluntariamente su
responsabilidad en relación al hecho a él imputado y renuncia a varios
derechos de carácter constitucional, incluso a no auto incriminarse; así como
al derecho a un juicio justo y contradictorio, con lo cual se procede a la
aplicación de penas sensiblemente disminuidas que en algunos casos,
dependiendo de las circunstancias puede llegar hasta la mitad, evitando al
Estado el costo de un proceso judicial, es así como tal institución es adoptada
en nuestra legislación interna, consagrándose en el Texto Adjetivo Penal.
La admisión de hechos, es definida por la doctrina como ‘…una de las formas
consensuales de tratamiento de las situaciones penales, así como una de las
formas de autocomposición procesal mediante la cual, el legislador crea una
especial manera de terminación anticipada del proceso con prescindencia del
juicio oral y con la condena del imputado’ (Vecchionacce, Frank. ‘Segundas
Jornadas de Derecho Procesal Penal’. Caracas. Universidad Católica Andrés
Bello. 199. p: 45).
Así las cosas, esta institución en su naturaleza y forma, se erige como un acto
procesal personalísimo, donde el acusado admite de manera voluntaria, libre
de coacción y apremio, concreta, clara e inequívoca, los hechos atribuidos por
la Vindicta Pública y que condujeron a la iniciación del proceso; esto es la
expresión de voluntad propia por parte del imputado de su participación en el
hecho delictivo, que trae como consecuencia, la imposición de la pena de
manera inmediata y disminuida como contraprestación a la economía procesal
generada para el Estado.
En este orden de ideas, es preciso señalar que el Texto Adjetivo Penal prevé en
el artículo 375, la institución de la admisión de los hechos, en los siguientes
términos:
[…]
De la norma transcrita ut supra, a juicio de esta Sala, se determina que el
procedimiento por admisión de hechos, opera en el procedimiento ordinario
desde la audiencia preliminar una vez admitida la acusación, mientras que en
la fase de juicio hasta antes de la recepción de pruebas; debiendo el
Jurisdicente rebajar la pena aplicable desde un tercio a la mitad, pudiendo
además cambiar la calificación jurídica del delito, estimando el bien jurídico
afectado y el daño social causado, exigiendo además que la pena a imponer
sea motivada; estableciendo de manera expresa, en su tercer aparte, para los
delitos donde haya habido violencia contra las personas cuya pena exceda de
ocho años en su límite máximo y en los casos de los tipos penales de Homicidio
Intencional, Violación; delitos que atenten contra la libertad, integridad e
indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; Secuestro, Corrupción,
aquellos que causen grave daño al Patrimonio Público y la Administración
Pública; Tráfico de Drogas de Mayor Cuantía, Legitimación de Capitales,
Contra el Sistema Financiero y Delitos Conexos, con multiplicidad de víctimas,
Delincuencia Organizada, violaciones graves a los Derechos Humanos, Lesa
Humanidad, delitos graves Contra La Independencia y Seguridad de la Nación
y Crímenes de Guerra, sólo la rebaja es hasta un tercio de la pena aplicable.
Al analizar dicha norma, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, en la Sentencia Nro. 1066, dictada en fecha 10 de agosto de 2015,
Exp. Nro. 14-1292, con ponencia de la Magistrada Carmen Zuleta de
Merchán, con carácter vinculante estableció:
[…]
En el caso concreto, se determina que la Jueza de Instancia impuso al acusado
del Procedimiento por Admisión de los Hechos, previsto en el artículo 375 del
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal
Penal, una vez que cambió la calificación jurídica por la cual inició el debate,
esto es, cuando ya había recepcionado las pruebas y si bien tal imposición
devino del cambio de calificación jurídica advertida por la Jurisdicente [sic]
en atención al artículo 333 del Texto Adjetivo Penal, para ese momento
procesal, no se había realizado un análisis previo del bagaje probatorio
promovido por las partes, entre el cual destaca principalmente, la declaración
que como prueba anticipada rindió la adolescente [se omite identificación de
conformidad con el parágrafo segundo del artículo 53 de la Ley Orgánica para
la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes], en su condición de víctima, en
fecha 15 de julio de 2015, por ante el Juzgado Tercero de Primera Instancia en
Funciones de Control, Audiencias y Medidas del Circuito Judicial con
Competencia en Delitos de Violencia Contra Las Mujeres de la circunscripción
Judicial del estado Zulia (Folios [sic] 84 al 91 de la Pieza I de la causa
principal), plasmando en el fallo la Jueza de Mérito sobre dicha prueba, que
era inoficiosa la incorporación de la misma en el juicio, por lo cual no la
apreciaba y en consecuencia no la valoraba, por haber admitido el acusado los
hechos, por el delito de Acto Carnal Consentido, previsto y sancionado en el
primer párrafo del artículo 378 del Código Penal, en concordancia con la
agravante prevista en el artículo 217 de la Ley Orgánica Para la Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes (Folio [sic] 243 de la Pieza [sic] II de la causa
principal), (Negrillas [sic] del Juzgado de Instancia).
Ahora bien, sobre el cambio de calificación jurídica en los procedimientos por
admisión de los hechos, el Máximo Tribunal de la República dejó establecido:
‘Siendo así las cosas, si bien la acusada podía admitir los hechos desde
la audiencia preliminar, una vez admitida la acusación, hasta antes de la
recepción de las pruebas, conforme a lo dispuesto en el artículo 375 del
Código Orgánico Procesal Penal, el juzgador de Juicio no podía
cambiar la calificación jurídica por la cual se dio la apertura del debate
oral, sin realizar un análisis previo del material probatorio ofrecido por
las partes y que le correspondía evacuar’ (Sentencia Nro. 252, dictada en
fecha 08 de de agosto de 2014. Exp. Nº 2014-002, con ponencia del
Magistrado Héctor Manuel Coronado Flores).
Por lo que, en el caso en análisis la Jueza a quo en virtud de la advertencia de
la nueva calificación, debió recepcionar todo el material probatorio
previamente admitido, circunstancia que no sucedió, dejando de incorporar al
debate una prueba esencial, como lo era la declaración de la víctima,
imponiendo la Jurisdicente [sic] al acusado de manera errática del
procedimiento por admisión de los hechos, como si no hubiere existido
cambios en la calificación jurídica; esto es sin recepcionar prueba alguna que
sustentara dicha admisión de hechos, recordando esta Sala, que la sentencia
que se dicta cuando medie una admisión de hechos es sui generis. En cuanto a
tal exigencia, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, ha
dejado asentado:
‘…debe cumplir como lo ha dicho la Sala, con el establecimiento
correcto de los hechos constitutivos del delito que se les imputa, los
cuales son admitidos por el imputado, debiéndose precisar las
circunstancias, el bien jurídico afectado y el daño social causado a fin de
aplicar la pena correspondiente’ (Sentencia Nro. 280, dictada en fecha
20 de noviembre de 2006, Exp. Nro. C06-0159, con Ponencia de la
Magistrada Blanca Rosa Mármol).
Se determina en consecuencia, que la Jueza de Mérito aplicó de manera errada
el procedimiento por admisión de hechos, previsto en el artículo 375 del
Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal
Penal, constituyendo tal circunstancia un error in procedendo, que conduce a
la vulneración del principio del Debido Proceso y de la garantía de la Tutela
Judicial Efectiva.
En otro contexto, quienes aquí deciden observan del fallo impugnado, la
existencia de otro in procedendo, como lo es el haber impuesto al acusado una
medida cautelar sustitutiva de libertad, una vez dictado el dispositivo de
condena, precisando en el tercer pronunciamiento del fallo accionado, lo
siguiente:
‘TERCERO: Se modifica la Medida Preventiva Privativa Judicial de
Libertad, y se impone una menos gravosa por cuanto la pena impuesta no
excede de cinco años y por vía de consecuencia se fija la prohibición de
salida del país sin previa autorización del Tribunal y la prohibición de
comunicarse con la adolescente (SE OMITE IDENTIFICACIÓN DE
CONFORMIDAD CON EL ARTÍCULO 60 DE LA CONSTITUCIÓN DE
LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA Y DE LA
SENTENCIA NRO. 568, DICTADA EN FECHA 08/05/2012, POR LA
SALA CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA,
EXPEDIENTE NRO. 11-0855, CON PONENCIA DE LA MAGISTRADA
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN), de conformidad con lo previsto en
el artículo 242 numerales 4 y 6 del Código Orgánico Procesal Penal,
asimismo se impone de las medidas de protección y seguridad a favor de
la víctima previstas en el artículo 90 numerales 5 y 6, de la Ley Orgánica
Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, referidas
a la prohibición del agresor de acercarse a la víctima, y en
consecuencia, se le prohíbe acercarse al lugar de estudio y residencia de
la adolescente así mismo se le prohíbe por sí mismo o terceras personas
realizar actos de persecución, intimidación o acoso de la mujer agredida
o algún integrante de su familia, hasta tanto, la sentencia quede
definitivamente firme y así lo decida el Tribunal de Ejecución que
corresponda en su debida oportunidad legal” (Folio 252 de la Pieza II
de la causa principal), (Negrillas del Juzgado de Instancia).
De lo anterior se desprende, que la Jueza de Juicio, luego de haber declarado
responsable y culpable al ciudadano ERICK ALEXANDER CAMACHO
HERNANDEZ, por la comisión del delito de ACTO CARNAL, previsto y
sancionado en el primer párrafo del artículo 378 del Código Penal, en
concordancia con la agravante genérica establecida en el artículo 217 de la
Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, en perjuicio
de la Adolescente (SE OMITE IDENTIFICACIÓN DE CONFORMIDAD CON
EL ARTÍCULO 60 DE LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA
BOLIVARIANA DE VENEZUELA Y DE LA SENTENCIA NRO. 568, DICTADA
EN FECHA 08/05/2012, POR LA SALA CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL
SUPREMO DE JUSTICIA, EXPEDIENTE NRO. 11-0855, CON PONENCIA
DE LA MAGISTRADA CARMEN ZULETA DE MERCHÁN), condenándolo a
cumplir la pena de UN (01) AÑO DE PRISIÓN, más las accesorias de ley
establecidas en el artículo 69 ordinales 2° y 3° de la Ley Orgánica Sobre el
Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en concordancia con el
artículo 16 del Código Penal; modificó la medida de privación judicial
preventiva de libertad que recaía sobre el acusado antes del dictamen de la
sentencia e impuso una menos gravosa, por estimar que la pena impuesta no
excedía de cinco (05) años, decretándole al acusado la prohibición de salida
del país sin previa autorización del Tribunal y la prohibición de comunicarse
con la víctima, fundamentándose en lo previsto en el artículo 242 numerales 4
y 6 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico
Procesal Penal.
En este sentido, debe necesariamente destacar esta Superioridad, que en el
Proceso Penal Venezolano, las medidas cautelares, en este caso la medida de
privación judicial preventiva de libertad, está dirigida a garantizar las resultas
de un proceso, lo que quiere decir, que tiene un carácter preventivo, puesto que
cumple fines estrictamente cautelares, medida que puede ser impuesta antes
del dictamen de un dispositivo de condena, siempre que exista un hecho
punible, perseguible de oficio, cuya acción no se encuentre evidentemente
prescrita; así como, fundados elementos de convicción para estimar que el o la
acusada, ha sido autor, autora o partícipe en la comisión de un hecho punible;
aunado a la existencia de un riesgo razonable de que el o la acusado evadirá el
proceso y que haya un temor fundado de destrucción u obstaculización de
pruebas o un peligro grave para la víctima, el denunciante o un testigo; por lo
que es preciso que para su dictamen, concurran los presupuestos imperantes
para toda providencia cautelar, como lo son, el fumus boni iuris y el periculum
in mora. En consecuencia, se establece que su naturaleza es preventiva, de
carácter provisional, cumpliendo una finalidad asegurativa.
Al respecto, es oportuno traer a colación el criterio sostenido por la Sala
Constitucional del Máximo Tribunal de la República, en la Sentencia Nro.
1998, dictada en fecha 22 de noviembre de 2006, con ponencia del Magistrado
Francisco Carrasquero,
[…]
A diferencia de las medidas cautelares (la de privación judicial preventiva de
libertad, prohibición de salida del país sin previa autorización del Tribunal y
la prohibición de comunicarse con la víctima, señaladas por la Jurisdicente en
la sentencia), la pena de prisión, decretada por la Jueza de Instancia al
término del juicio oral realizado al acusado ERICK ALEXANDER CAMACHO
HERNANDEZ, deviene de una sentencia condenatoria, la cual, conlleva el
internamiento del acusado en un establecimiento de reclusión destinado a tal
fin.
Es necesario acotar, que si bien tanto la medida de privación judicial
preventiva de libertad, como la pena de prisión, son corporales, ambas varían
ya que la pena de prisión, es tendente a ‘…reprimir la conducta delictual y
servir de escarmiento al penalmente responsable (más allá de todos los fines
atribuidos a la pena privativa de libertad)’, mientras que la privación judicial
preventiva de libertad ‘en cambio, cumplen una función netamente cautelar,
garantizan las resultas del proceso, son providencias que procuran una justicia
palpable y material’ (Rionero&Bustillos. ‘El Proceso Penal’. Valencia-
Venezuela. Vadell Hermanos Editores. 2006. p: 259).
Ahora bien, partiendo entonces de la naturaleza jurídica y finalidad, de la
medida de privación judicial preventiva de libertad como la pena de prisión,
quienes aquí deciden, consideran que resultan desacertadas y fuera de todo
contexto en este estado procesal, las consideraciones efectuadas por la Jueza
de Instancia de sustituir una medida cautelar por otra, una vez que había
dictado un dispositivo de condena. Por lo que, la Jueza de Juicio una vez
decretada la pena de prisión, debió continuar detenido el acusado, para
garantizar las resultas del fallo condenatorio, sin que ello implicara la
subrogación de la competencia funcional asignada al Juez en Funciones de
Ejecución, quien tiene la competencia para ‘…Todo lo concerniente a la
libertad del penado o penada, las fórmulas alternativas de cumplimiento de
pena, redención de pena por el trabajo y el estudio, conversión, conmutación y
extinción de la pena’, esto es, ejecutar la sentencia (Vid. artículo 471. del
Texto Adjetivo Penal, relativo a la competencia del Juez o Jueza de Ejecución).
En este contexto, la Sala Constitucional del Máximo Tribunal de la República,
sostiene:
[…]
Por lo que, continuar detenido el acusado al finalizar el juicio oral, no
vulneraba principios, garantías y/o derechos constitucionales o procesales, en
el entendido que la Jueza de Juicio, no estaría ejecutando la pena de prisión
decretada, una vez que declaró la responsabilidad penal del acusado, sino que
estaría garantizando las resultas de su dispositivo de condena, como una
potestad del poder cautelar que tiene el o la Jurisdicente [sic], sin que ello se
traduzca en la ejecución anticipada de la pena, ya que en materia de ejecución
de las medidas, es el Juez o la Jueza en Funciones de Ejecución, quien debe
vigilar que éstas se cumplan dentro de los parámetros fijados por el Legislador
y la Legisladora, esto es, que los y las Jurisdicentes [sic] deben ser garantes
en cuanto a los lineamientos y normativas adoptados en la ley para tal
cumplimiento; en consecuencia, esta Corte Superior ordena la aprehensión del
ciudadano ERICK ALEXANDER CAMACHO HERNANDEZ, venezolano,
titular de la cédula de identidad Nro. V.- 7.738.428, de 30 años de edad, hijo
de la ciudadana Carmen Hernández y del ciudadano Luís Camacho,
domiciliado en la urbanización ‘La Pomona’, Sector ‘El Pinar’, Edificio Pino
Cembro II, Apartamento PBC, Parroquia Manuel Dagnino, Municipio
Maracaibo del estado Zulia.
Finalmente, no puede pasar por alto esta Corte Superior, lo decidido por la
Jueza de Juicio, en la audiencia efectuada en fecha 24 de mayo de 2016,
cuando una vez constituida en la Sala de audiencias, dictó la parte dispositiva
del fallo, a lo cual la Representación Fiscal solicitó la palabra y expuso:
‘Vista la decisión emitida por el tribunal a su digno cargo, no comparte el
criterio de cambio de calificación, ejerce recurso de apelación, de acuerdo a lo
previsto en el artículo 111 ordinales 2, 3 y 4 del artículo 112 de la Ley
Orgánica sobre (sic) el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia;
en relación a lo establecido en el artículo 430 parágrafo único del Código
Orgánico Procesal Penal, aplicable por remisión del artículo 67 de la ley
especial (sic), anuncio (sic) el recurso de apelación en contra de la sentencia
de esta misma fecha, por lo cual me acojo en el lapso establecido para la
fundamentación y presentación formal del mismo’ (Folio 171 de la Pieza II de
la causa principal).
Para decidir la Jurisdicente [sic], lo siguiente:
‘Se ratifica la medida cautelar dictada anteriormente a favor del penado
ERICK ALEXANDER CAMACHO HERNANDEZ sustitutiva a la privativa de
libertad, establecida en el artículo 242 ordinales 4 y 6 del Código Orgánico
Procesal Penal; el delito no se encuentra dentro de los establecidos en el
parágrafo primero del artículo 430 del Código Orgánico Procesal Penal, se
condenó por un hecho admitido de acto carnal consentido; el hecho punible
contiene una pena privativa de libertad menor de tres años en su límite máximo
y el imputado carece de antecedentes penales. Asimismo, la representación
fiscal (sic) no fundamenta ni demuestra la corporeidad material del hecho por
el cual se condena al acusado de autos para que merezca pena privativa de
libertad; libertad que opera desde esta sala de juicio, cónsona con el principio
establecido en los artículos 44.1 Constitucional y 9 del Código Orgánico
Procesal Penal. Es inconstitucional hacer extensivo el efecto suspensivo
recogido en el parágrafo del artículo 430 ejusdem. Hay que resaltar, que el
artículo 44 numeral 5 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela establece expresamente que: ‘Ninguna persona continuará en
detención después de dictada orden de excarcelación por la autoridad
competente o una vez cumplida la pena impuesta’, manteniendo así el espíritu
del Código Orgánico Procesal Penal y del Principio de Primacía
Constitucional. El artículo 439 del Código Orgánico Procesal Penal, establece
que la interposición de un recurso suspenderá su ejecución salvo que
expresamente se disponga lo contrario, aunado al hecho que el artículo 44.1 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que
ninguna persona puede estar detenida sin una orden judicial y dado que esta
juzgadora ha acordado medidas cautelares de libertad que se ejecutan desde la
misma sala de juicio dada la naturaleza de las mismas, este derecho
constitucional a la libertad está por encima del derecho que tiene el Ministerio
Público de impugnar, además existen múltiples maneras de perseguir al
acusado y asegurar que éste no evada las finalidades del proceso; de igual
manera ha sido señalado en decisión de la Sala Constitucional con ponencia
del Magistrado Pedro Rafael Rondon Haaz, de fecha 31/07/2009, en la cual
señala [sic] ‘En todo caso y sin perjuicios de las razones que puedan ser
expresadas a favor de la constitucionalidad del artículo 439 del Código
Orgánico Procesal Penal, la sala estima que es pertinente, para efecto futuros,
la expresión de la advertencia de que en el proceso penal que se encamina,
dicha disposición legal no era impeditiva de la ejecución inmediata del decreto
judicial de sometimiento de los imputados a medida cautelar sustitutiva de la
privación de libertad personal. En efecto …./… resulta incontrastable
conclusión de que la antes citada disposición legal no constituye una regla
absoluta porque la misma admite expresamente excepciones, una de las cuales
es justamente, la que, en materia de apelación contra autos, preceptuó el
mismo Código Orgánico Procesal Penal en su artículo 449…’ (Subrayado del
Tribunal) así pues, el Tribunal conforme a lo previsto en el artículo 5 del
Código Orgánico Procesal Penal en relación con el 44 numeral 1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, acuerda que se ejecute
la decisión de medida cautelar dictada en sala y ordena la remisión del
recurso de apelación interpuesto por la Fiscal Trigésima Tercera del
Ministerio Público a la Corte de Apelaciones de este Circuito Judicial Penal y
sede...’ (Folios 171 y 172 de la Pieza II de la causa principal), (Subrayado del
Juzgado de Instancia).
De lo transcrito supra, se observa que la Vindicta Pública interpuso recurso de
apelación de sentencia con efecto suspensivo, de conformidad con lo
establecido en el artículo 430 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
del Código Orgánico Procesal Penal, decidiendo la Jurisdicente que el delito
por el cual fue condenado el acusado de actas, no se encuentra previsto en el
parágrafo primero del citado artículo 430 del Texto Adjetivo Penal, por cuanto
se trata del tipo penal de Acto Carnal Consentido; el cual prevé una pena
privativa de libertad menor de tres años en su límite máximo y el acusado no
posee antecedentes penales, aunado a ello, el Ministerio Público no
fundamentó ni demostró la corporeidad material del hecho por el cual se
condenó al acusado para que mereciera pena privativa de libertad.
Ahora bien, establece el artículo 430 del citado Texto Adjetivo Penal, lo
siguiente:
[…]
De la citada norma legal, se colige que la interposición de un recurso de
apelación, suspenderá la ejecución de la decisión, no obstante, cuando se trate
de un pronunciamiento judicial que otorgue la libertad al imputado, la
interposición del recurso no suspende la ejecución del fallo, a menos que se
trate de los delitos expresamente establecidos por el Legislador, como lo son el
Homicidio Intencional; Violación; los delitos que atentan contra los bienes
jurídicos tutelados por el legislador relativos a la libertad, integridad e
indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; Secuestro, Corrupción, que
causen grave daño al Patrimonio Público y la Administración Pública; Tráfico
de Drogas de mayor cuantía; Legitimación de Capitales; Contra el Sistema
Financiero y Delitos Conexos; con multiplicidad de víctimas, Delincuencia
Organizada, violaciones graves a los Derechos Humanos, Lesa Humanidad,
delitos graves contra la Independencia y la Seguridad de la Nación y Crímenes
de Guerra.
En este sentido, si bien el tipo penal por el cual fue condenado el acusado de
autos, no lo prevé expresamente el Legislador en la norma señalada, esta Sala
debe aclarar que dicho delito atenta contra los bienes jurídicos tutelados
relativos a la libertad, integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y
adolescentes, por ello, debe entenderse como incluido en la excepción de los
delitos previstos en el artículo 430 del Texto Adjetivo Penal, referido al efecto
suspensivo del recurso de apelación.
Cabe destacar, que estamos en presencia de una Jurisdicción Especializada, en
consecuencia, el Estado tiene la obligación de adoptar las medidas
administrativas, legislativas y judiciales necesarias para asegurar el
cumplimiento de la Ley Especial y garantizar los derechos humanos de las
mujeres víctimas de violencia. En este sentido la Ley Orgánica Sobre el
Derecho de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia, específicamente a su
artículo 1, se estatuye como un instrumento garantista y protector de los
Derechos y Garantías del género femenino, y a su tenor señala:
[…]
Por otra parte, encontramos que tal texto adjetivo en el artículo 3.4, resguarda
la protección de víctima, en los siguientes términos:
[…]
Por ello, la consecuencia de tal protección, el proceso penal en materia
especializada, necesita caminar en sintonía a un conjunto complementario de
medidas jurídicas que conlleva una cautelosa utilización de esos derechos de
la mujer, como eje primordial de tal Ley. En este contexto, la Jurisprudencia
Constitucional ha señalado que ‘…los jueces y operadores jurídicos en
general, en materia de género, deben abandonar los tradicionales esquemas
del sistema social patriarcal y androcéntrico imperante, de las creencias,
comportamientos, roles, expectativas y atribuciones que sustentan a dicho
sistema, así como la discriminación y violencia contra las mujeres en general,
y adoptar fielmente el régimen especial de protección a favor de las mujeres,
en pro de la justicia social, pues de lo contrario se estaría vulnerando la
integridad física y moral de quien demanda esa protección especial…’.
(Sentencia Nro. 486, dictada en fecha 24 de mayo de 2010, por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del Magistrado
Arcadio Delgado Rosales).
En congruencia con lo expuesto, esta Sala de la Corte de Apelaciones,
considera menester destacar en este punto, el criterio jurisprudencial adoptado
por el Tribunal Supremo de Justicia, con relación al efecto suspensivo del
recurso de apelación en esta Jurisdicción Especializada, previsto en la Norma
Procesal Penal y en este sentido se observa:
[…] (Sentencia Nro. 331, dictada en fecha 02 de mayo de 2016, Exp.
Nro. 02-16-0069, por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, con ponencia de la Magistrada carmen [sic] Zuleta de
Merchán).
Por ello, cónsono con los criterios legales y jurisprudenciales antes expuestos,
esta Corte Superior, declara que en caso concreto era procedente en derecho
en esta Jurisdicción Especializada, la interposición del recurso de apelación
de autos, con efecto suspensivo, en atención al artículo 430 del Decreto con
Rango Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal.
De todo lo anterior se colige, que la Jueza de Mérito subvirtió el proceso, al
tramitar el procedimiento por admisión de hechos, la calificación jurídica en el
decurso del juicio y otorgar medidas cautelares de manera contraria al
propósito del Legislador; esto es, que con su actuar creó un desorden procesal.
Sobre esta figura, el Tribunal Supremo de Justicia, en la Sentencia Nro. 807,
dictada en fecha 28 de julio 2010, por la Sala Constitucional, con ponencia de
la Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, ha referido:
[…]
Así las cosas, lo procedente en el caso concreto, es dejar sin eficacia jurídica
el fallo impugnado, ya que éste fue pronunciado obviándose procedimientos
que debieron realizarse en el transcurso del juicio oral de obligatorio
cumplimiento por mandato legal.
Visto así, al haber una transgresión de garantías y principios constitucionales,
para cualquiera de las partes, la consecuencia directa es la nulidad de dicho
acto, así como de los subsiguientes, a aquel donde se configuró el mismo, ya
que el legislador, ha dejado establecido que de existir una vulneración de
derechos y garantías previstos en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, ha de procederse inmediatamente a la nulidad del acto que lo
produjo, para así poder sanear el mismo.
Debe entenderse entonces, que la nulidad ha de manifestarse como efecto de
una lesión esencial al acto procesal, ello en atención a lo expuesto en el
artículo 174 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código
Orgánico Procesal Penal, donde se establece que no podrá fundarse una
decisión judicial, ni utilizar como presupuesto para ella, los actos cumplidos
‘…en contravención a las normas que prevé el Código, la Constitución
Venezolana, las leyes tratados y convenios suscritos por la República’, esto es,
que estaríamos en presencia de una evidente declaratoria de nulidad absoluta.
Asimismo, el artículo 175 del referido Código Penal Adjetivo, prevé que serán
consideradas nulidades absolutas las que impliquen inobservancia o violación
de derechos y garantías fundamentales previstas en dicho código y en la
Constitución.
Constatándose en consecuencia, la conculcación de garantías y principios
constitucionales, debe concluirse en la declaratoria de la nulidad absoluta de
tales actos, de conformidad con lo establecido en los artículos 174, 175, 179 y
180 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico
Procesal Penal, por ser violatorio de los artículos 26 y 49 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela.
En consecuencia, en el caso concreto, el decreto de nulidad absoluta dictado
por esta Sala de la Corte de Apelaciones, está referido a:
1) La Sentencia Nro. 12-2016, dictada en fecha 27 de Junio de 2016, por el
Juzgado Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito
Judicial Con Competencia en Delitos de Violencia Contra Las Mujeres de la
Circunscripción Judicial del estado Zulia.
2) Todos los actos subsiguientes a la Sentencia Nro. 12-2016, dictada en fecha
27 de Junio de 2016, por el Juzgado de Instancia.
En tal sentido, se repone la presente causa, al estado de ordenarse la
aprehensión del ciudadano ERICK ALEXANDER CAMACHO HERNANDEZ,
venezolano, titular de la cédula de identidad Nro. V.- 7.738.428, de 30 años de
edad, hijo de la ciudadana Carmen Hernández y del ciudadano Luís Camacho,
domiciliado en la urbanización “La Pomona”, Sector “El Pinar”, Edificio
Pino Cembro II, Apartamento PBC, Parroquia Manuel Dagnino, Municipio
Maracaibo del estado Zulia; ordenando la realización de un nuevo juicio oral,
ante un Juez o Jueza en funciones de Juicio Con Competencia en Delitos de
Violencia Contra Las Mujeres de la Circunscripción Judicial del estado Zulia,
distinto a quien dictó el fallo anulado, conforme lo establecen los artículos 425
y 449 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley del Código Orgánico
Procesal Penal, aplicados por remisión del artículo 64 de la citada Ley
Especial de Género; para brindar seguridad jurídica a las partes intervinientes
en el proceso y preservar los derechos, garantías y principios constitucionales
que les asisten, ello en atención al artículo 425 del Decreto con Rango, Valor y
Fuerza de Ley del Código Orgánico Procesal Penal. Así se decide.
OBSERVACIÓN: Genera preocupación a esta Alzada y no puede pasar por
alto, el proceder por parte del Juzgado de Instancia, al invisibilizar a la
víctima en un proceso penal, donde se prevé la protección al género femenino
del maltrato y la violencia ejercida en su contra y quien espera del Estado, una
debida aplicación, sin dilaciones indebidas, de aquellos medios que permitan,
prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia de género; así mismo se
evidencia que la Jueza desacató el criterio jurisprudencial, emanado del
Máximo Tribunal de la República, fuente de nuestro derecho positivo, relativo
al efecto suspensivo en virtud de la interposición de un recurso de apelación de
sentencia y en cuanto al procedimiento por admisión de hechos (Vid. Sentencia
Nro. 331, dictada en fecha 02 de mayo de 2016, Exp. Nro. 02-16-0069, por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia de la
Magistrada carmen [sic] Zuleta de Merchán y la Sentencia Nro. 1066, dictada
en fecha 10 de agosto de 2015, Exp. Nro. 14-1292, con ponencia de la
Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, con carácter vinculante).
Por ello, esta Alzada procede a realizar llamado de atención al Órgano
Jurisdiccional de Primera Instancia, para que en futuras decisiones, sea
cuidadoso al momento de dictar las decisiones; por cuanto constituye un deber
para los Jueces y Juezas de la República, al momento de pronunciar los fallos,
que éstos cumplan con los requerimientos de Ley y evitar que errores y/u
omisiones constituyan impunidad, en consecuencia se insta al Juzgado a quo,
para que en futuras ocasiones, garantice lo previsto en el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; atinente a la Tutela
Judicial Efectiva, que debe imperar en todo proceso. Así se decide”.
III
DE LA COMPETENCIA
IV
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
1. Previo al conocimiento del fondo del asunto plateado, esta Sala observa que la
presente pretensión de amparo constitucional cumple con los requisitos contemplados en el
artículo 18 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales.
Asimismo, se estima que esta acción de amparo no se encuentra incursa en las causales de
inadmisión previstas en el artículo 6 eiusdem, así como tampoco en las causales señaladas
en el artículo 133 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia. Así se declara.
En este sentido, hay que determinar, en primer lugar, si la sentencia objeto del
presente amparo constitucional (emanada de la Corte de Apelaciones, Sección
Adolescentes, con Competencia en Materia de Delitos de Violencia contra la Mujer del
Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia el día 23 de agosto
de 2016, en el expediente n.° VP03-R-2016-000827, según la nomenclatura de dicha corte
de apelaciones) fue dictada por el tribunal actuando fuera de su competencia constitucional
(ya sea porque incurrió en usurpación de funciones o porque incurrió en extralimitación o
abuso de poder) y en segundo lugar, que tal incompetencia hubiere violado un derecho
constitucional.
3. Habría usurpación de funciones cuando un juez asume y ejerce una función que
constitucionalmente corresponde a otro órgano del Poder Público, vicio que no se encuentra
denunciado en la presente acción de amparo constitucional ni esta Sala observa que se
hubiere materializado, porque la sentencia objeto de la presente acción de amparo dictó una
decisión que se encuentra dentro de las competencias que son propias y exclusivas del
Poder Judicial.
Preliminarmente, esta Sala observa que el accionante fue sometido a juicio por un
delito contra la libertad e indemnidad sexual previsto en los artículos 260; 259, primer
aparte, y 217 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes,
concatenados con el artículo 99 del Código Penal, en perjuicio de una ciudadana
adolescente [se omite identificación de conformidad con el parágrafo segundo del artículo
53 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes], de 15 años de
edad, es decir, una persona que se encuentra en la adolescencia. Asimismo, se observa que
el accionante fue juzgado en primera y segunda instancia por tribunales especializados en
violencia contra la mujer. Al respecto, el artículo 259, último aparte, de la Ley Orgánica
para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes señala que si el autor del abuso sexual es
un hombre mayor de edad, como es el caso del accionante, y la víctima es una niña,
conocerán los tribunales especiales previstos en la Ley Orgánica sobre el Derecho de la
Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Como se puede advertir, en la mencionada disposición legal el legislador ha
señalado que el fuero de atracción que ejercen los tribunales especializados en materia de
violencia contra la mujer opera cuando la víctima sea niña, con lo cual excluye de la
aplicación de tal fuero de atracción a los procedimientos penales por abuso sexual cuando
la víctima sea adolescente y del sexo femenino, como es el caso de autos. Sin embargo, en
virtud de lo señalado por esta Sala en sentencia n.° 1959, del 15 de diciembre de 2011, el
legislador atribuyó la competencia para conocer del delito de abuso sexual a adolescente a
los tribunales especiales de violencia contra la mujer.
Esta Sala debe recordar que, por un lado, la calificación jurídica señalada en el
referido auto de apertura a juicio es provisional según lo prevé el contenido del artículo
314.2 del Código Orgánico Procesal Penal, es decir, la calificación jurídica no es definitiva
ni vinculante, por lo que el órgano jurisdiccional en fase de juicio, en virtud del
principio iura novit curia, tiene la potestad de advertir al acusado o acusada, durante el
transcurso del debate y hasta el momento inmediatamente después de terminada la
recepción de pruebas, de la posibilidad de una nueva calificación jurídica distinta a la
señalada en el mencionado auto de apertura a juicio, según se desprende del contenido del
artículo 333 eiusdem. Ahora bien, como se lee en esta disposición procesal, el juez o la
jueza de juicio debe recibir nueva declaración del acusado o acusada e informar a las partes
que tienen el derecho a pedir la suspensión del juicio para ofrecer nuevas pruebas o
preparar la defensa.
Sin embargo, la jueza de juicio, a pesar de que el Ministerio Público había solicitado
expresamente la suspensión del juicio dado el cambio de calificación jurídica, procedió a
aplicar el procedimiento especial por admisión de los hechos, previsto en el artículo 375 del
Código Orgánico Procesal Penal.
De tal manera que, en virtud de lo dispuesto en el artículo 333 del Código Orgánico
Procesal Penal, el órgano jurisdiccional, al advertir la posibilidad de un cambio de la
calificación jurídica, debe recibir nueva declaración al acusado e informar a las partes que
tendrán derecho a pedir la suspensión del juicio para ofrecer nuevas pruebas o preparar la
defensa. En el caso concreto, a pesar de que el Ministerio Público reconoció que pudo
haber consentimiento de la víctima, tenía derecho a ofrecer nuevas pruebas para acreditar si
tal consentimiento se encontraba viciado, o la vulnerabilidad de la persona que prestó el
consentimiento. De esta manera, esta Sala señala que la Corte de Apelaciones, Sección
Adolescentes, con Competencia en Materia de Delitos de Violencia contra la Mujer del
Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia no actuó fuera de su
competencia ni usó de modo arbitrario sus atribuciones al dictar la sentencia n.° 007-16 del
día 23 de agosto de 2016. Así se declara.
En el supuesto que nos ocupa, esta Sala ya señaló en este fallo que el procedimiento
por admisión de los hechos se aplicó extemporáneamente, por lo que todo lo ocurrido en su
seno y sus consecuencias están viciadas de nulidad, por lo que tampoco son susceptibles de
violar derechos del accionante.
V
DECISIÓN
Por las razones expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,
declara IMPROCEDENTE IN LIMINE LITIS la acción interpuesta por el
ciudadano ERICK ALEXANDER CAMACHO FERNÁNDEZ contra la sentencia n.°
007-16, del 23 de agosto de 2016, dictada por la Corte de Apelaciones, Sección
Adolescentes, con Competencia en Materia de Delitos de Violencia contra la Mujer del
Circuito Judicial Penal de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia.
Publíquese, regístrese y archívese el expediente. Cúmplase lo ordenado.
La Presidenta,
El Vicepresidente,
Los Magistrados,
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
LOURDES BENICIA SUÁREZ ANDERSON
Ponente
La Secretaria (T),
DIXIES J. VELÁZQUEZ R.
Exp. 16-0882
LBSA/