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Sebastián Lorente
Información personal
Nacimiento 13 de diciembre de 1813
Alcantarilla (Murcia) España
Nacionalidad Español
Familia
Educación
Información profesional
Ocupación Teólogo, filósofo, médico y educador
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Índice
1Biografía
2Obra
3Véase también
4Enlaces externos
Biografía[editar]
Hijo de Sebastián Lorente y Saavedra e Isabel Ibáñez y Aparicio, inició sus estudios en
el Seminario Mayor de San Fulgencio de Murcia, donde obtuvo el grado de bachiller en Teología
en 1828, pasó a la Universidad de Valencia, en cuya facultad de medicina optó grado de médico
en 1834. Con el propósito de cursar derecho se trasladó a Madrid en el año de 1835. Por
concurso obtuvo la cátedra de Filosofía en el Colegio Real de San Isidro; y vista su eficiencia, fue
recomendado para enseñar a los hijos del marqués de Santa Cruz. Pero su adhesión al
liberalismo lo expuso al ensañamiento de la reacción absolutista; y en tal coyuntura, optó por
acogerse a las proposiciones que le hiciera el entonces Presidente del Perú, Domingo Elías, en
1842, y viajó al país para incorporarse al Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Inicialmente
asumió la enseñanza de geografía en 1843, luego ejerció la dirección entre los años 1844 a 1849
y efectuó una fundamental reforma en sus orientaciones, introduciendo nuevas
asignaturas; Historia Antigua, Media y Moderna, Historia General de América y particularmente
del Perú, Literatura, Economía Política, Estadística e Historia Natural, elevando la calidad de sus
lecciones hasta convertirlo en un centro de instrucción media, y renovando la metodología. Por
falta de profesores se ve obligado a dictar hasta diez asignaturas en 1846, y por añadidura,
asumió en el Convictorio de San Carlos la enseñanza de Geografía y Literatura, y en el Colegio
de Medicina inició la de Filosofía, Higiene, Historia Natural y Medicina Legal.
Tan arduo trabajo quebrantó su salud en junio de 1849, y después de permanecer brevemente en
los distritos de Tarma y Jauja, se estableció en Huancayo en 1850. En esta ciudad fundó
el Colegio de Santa Isabel en 1851, y secundó la revolución liberal en 1854. Luego redactó el
primer reglamento general de instrucción pública el 7 de abril de 1855 y con el título de inspector
de instrucción pública, fue encargado de aplicarlo. En calidad de secretario, integró la legación en
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1856 que sucesivamente condujo Pedro Gálvez, su antiguo discípulo, ante los gobiernos de
la América Central, Colombia, Venezuela, España y Francia. Al retornar en el año 1866, fue
nuevamente nombrado inspector de instrucción pública. Incorporado a la Facultad de Letras de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para regentar la cátedra de Filosofía
Trascendental, poco después el 26 de enero de 1867, fue elegido decano. Se le otorgó grado de
doctor en Letras el 11 de julio de 1868.
Por segunda vez viajó a Europa permaneciendo entre 1870 y 1872, a fin de estudiar las
orientaciones educativas aplicables al Perú. Y restablecido en el decanato el 10 de abril de 1872,
inauguró la enseñanza de historia de la civilización peruana en 1875, donde tuvo oportunidad de
defender a la institución universitaria contra las intromisiones autorizadas por Nicolás de
Piérola durante su gobierno dictatorial en 1880 y contra las depredaciones chilenas.
Obra[editar]
Aparte de numerosos textos escolares, memorias e informes, artículos y discursos, se le debe:
Véase también
3
Historia de la Institución Educativa Pública, Centenaria y Emblemática "Santa
Isabel": Sebastián Ignacio Lorente Ibáñez
¿Y quién fue Sebastián Lorente?
Sebastián Ignacio Lorente Ibáñez fue un teólogo, filósofo, historiador y
médico español, afincado en el Perú, e impulsor de la educación en ese
país.
Nacimiento: 13 de diciembre de 1813, Alcantarilla, España
Fallecimiento: 28 de noviembre de 1884, Lima
Educación: Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Padres: Sebastián Lorente y Saavedra; Isabel Ibáñez y Aparicio
Durante los años previos y posteriores a la Guerra del Pacífico, destacó en el Perú un personaje cuyas ideas
liberalistas, que le ocasionaron grandes problemas en su país natal, España, fueron de gran utilidad para
impulsar la educación en nuestro país, en ese entonces una joven república de apenas medio siglo de
independencia. La obra de nuestro biografiado de hoy se extiende no solo a colegios y universidades
importantes de la capital, sino también en la región Junín, especialmente en Tarma, Jauja y Huancayo,
donde actualmente varias instituciones educativas llevan su nombre. Hoy en “¿Y quién fue?” les contamos
la historia de don Santiago Ignacio Lorente Ibáñez.
Sebastián Lorente e Ibáñez (Alcantarilla de Murcia, 1813 – Lima, 1884) es considerado uno de los
intelectuales liberales más importantes y gran impulsor de la educación en el Perú del siglo XIX. Antes de
su arribo a nuestro país, estudió teología, medicina y leyes, ocupando la cátedra de Filosofía en el Colegio
Real de San Isidro de Madrid en el año 1835.
Pero su adhesión al liberalismo lo expuso al ensañamiento de la reacción absolutista; y en tal coyuntura,
optó por acogerse a las proposiciones que le hiciera el entonces Presidente del Perú, Domingo Elías en
1842, y viajó al país para incorporarse al Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Inicialmente asumió la
enseñanza de geografía en 1843, luego ejerció la dirección en los años 1844 a 1849 y efectuó una
fundamental reforma en sus orientaciones, introduciendo nuevas asignaturas; Historia Antigua, Media y
Moderna, Historia General de América y particularmente del Perú, Literatura, Economía Política,
Estadística e Historia Natural, elevando la calidad de sus lecciones hasta convertirlo en un centro de
instrucción media, y renovando la metodología.
Por falta de profesores se ve obligado a dictar hasta diez asignaturas en 1846, y por añadidura, asumió en
el Convictorio de San Carlos la enseñanza de Geografía y Literatura, y en el Colegio de Medicina inició la de
Filosofía, Higiene, Historia Natural y Medicina Legal.
Se retiró de la capital, a causa de una seria enfermedad que lo aquejaba, y se trasladó a Huancayo donde
fundó el Colegio de Santa Isabel; posteriormente, participó en la Revolución Liberal del año 1854 y fundó el
diario La Voz del Pueblo, su tribuna para apoyar la abolición de la esclavitud y servidumbre.
Luego redactó el primer reglamento general de instrucción pública el 7 de abril de 1855 y con el título de
inspector de instrucción pública, fue encargado de aplicarlo. En calidad de secretario, integró la legación en
1856 que sucesivamente condujo Pedro Gálvez, su antiguo discípulo, ante los gobiernos de la América
Central, Colombia, Venezuela, España y Francia.
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Al retornar en el año 1866, fue nuevamente nombrado inspector de instrucción pública. Incorporado a la
Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos para regentar la cátedra de Filosofía
Trascendental, poco después el 26 de enero de 1867, fue elegido decano. Se le otorgó grado de doctor en
Letras el 11 de julio de 1868.
Por segunda vez viajó a Europa, a fin de estudiar las orientaciones educativas aplicables al Perú. Y
restablecido en el decanato el 10 de abril de 1872, inauguró la enseñanza de historia de la civilización
peruana en 1875, donde tuvo oportunidad de defender a la institución universitaria contra las
intromisiones autorizadas por Nicolás de Piérola durante su gobierno dictatorial en 1880 y contra las
depredaciones chilenas.
A partir de 1866, Sebastián Lorente se incorporó como catedrático en la Universidad de San Marcos y
ocupó el decanato de la Facultad de Letras desde el año 1868 hasta su muerte en 1884; su labor en dicho
claustro fue tan significativa que su sucesor, Carlos Lisson, la resumió con las palabras siguientes: “El
pasado de la Facultad de Letras, en el año transcurrido y todos los anteriores, desde su fundación, está
concretado en un solo nombre: Lorente. Todo es obra suya; plan de estudios, establecimiento de cátedras,
textos escolares, métodos, disciplina, todo, repito, es obra suya, en todo está su mano”.
Finalmente, la obra histórica conocida de Lorente representada por sus cursos elementales, compendios y
la celebrada Historia del Perú, compendiada para el uso de los colegios y de las personas ilustradas (Lima,
1876) demuestra, como lo apuntó Raúl Porras Barrenechea, “la capacidad de Lorente para la síntesis
histórica, y sus dones didácticos. Es fácil, preciso, documentado en los hechos y a la vez con una visión
general filosófica que los aclara y coordina” (1954).
https://blog.derrama.org.pe/y-quien-fue-sebastian-lorente/
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