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JOSE ANTONIO ENCINAS

BIOGRAFÍA
Nació en Puno el 31 de mayo en 1888, sus padres fueron Mariano Encinas y Matilde
Franco, en 1913.

José Antonio primogénito de una familia de 9 hermanos nació en una casa ubicada
formada de lima y por la calle de Azángaro casa que queda en la esquina del parque del
pino.
Los primeros años del maestro encinas lo discurrió entre puno y acora debido que su padre
don Mariano Encinas ejercía el cargo de gobernador del distrito el propio maestro contaba
que su infancia lo transcurrió en un bello pueblecito serrano.
El nacimiento en la infancia del José Antonio encina se aconteció en los años de la pos
guerra después del desangramiento del país a pocos años de la ocupación de puno por
parte del ejército chileno, como se recuerda el ejercito chileno invasor ingreso a puno el
4 de noviembre de1983 la casa de familia de encinas franco hizo de cuartel improvisado
pernotando por varios días parte de las tropas chilena
El maestro encinas curso sus estudios primarios en la escuela municipal dirigida por José
María Miranda, así mismo en el colegio particular del sacerdote francisco Velarde y en
el colegio Seminario Conciliar San Ambrosio.
La educación secundaria de Encinas la efectuó en el colegio nació de San Carlos dirigida
por Alberto Ele Gadea una vez que concluye su educación secundaria en 1902, en 1903
se agrupan con jóvenes de ese entonces bajo la dirección de Telésforo Catacora ese año
instauran la muy famosa escuela de perfección también documentos recientes
encontrados por el historiador Rene Calzan dan cuenta que el segundo hombre de
transcendencia de la escuela de perfección era el secretario José Antonio Encinas.
El padre de José Antonio fallece el 2 de febrero de 1912 después de que haya sido director
del famoso centro escolar n° 881.
José Antonio Encinas inicia su labor docente en la escuela de perfección el 1903 después
de haber tenido esa experiencia, después de haberse topado en la práctica con alumnos se
va a lima y a su vuelta con el título de normalista recién asume el centro escolar 881 y
logra esa proeza que todos conocemos la famosa escuela nueva la primera experiencia y
la mas importante registrada a nivel nacional en el siglo XX en Marzo de 1911 después
de haber sido director 4 años del centro escalas Encinas sale de Puno a Lima a causa de
algunos religiosos y personajes que ostentaban el poder, pero esos 4 años han sido los
más fructíferos de ahí salió una importante generación para honra de Puno.
José Antonio encinas una vez fuera de Puno llega a la escuela normal de Lima ahí asume
la secretaria y tesorería; además sin pago alguno Encinas enseña la asignatura Sociología
cuando la escuela Normal no contaba con recursos, así también alterna con la docencia
en colegios particulares.

Ingresa a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Mayor de San Marcos, donde


obtiene el grado académico de bachiller en Letras en 1913 con la tesis La educación: su
función social en el Perú. Posteriormente, se matricula en la Facultad de Jurisprudencia
de la misma universidad, y obtiene el grado de bachiller y de doctor en Jurisprudencia en
1917 y 1918, respectivamente, con las tesis Las causas de la criminalidad indígena y
contribución a una legislación tutelar indígena, esta tesis ha servido para que José Carlos
Mariátegui escriba todo un ensayo “el Problema del indio”. En 1920, junto con el doctor
Carlos Enrique Paz Soldán, fue elegido delegado estudiantil al consejo universitario de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, como expresión de una conquista de
cogobierno de la reforma universitaria que se inició en Córdoba (Argentina) en 1918,
cuyo impacto se sintió en el Perú más que en otros países de América Latina.

Elegido diputado por la provincia de Puno en 1919, Encinas se opone a una reelección
que prepara el presidente Augusto B. Leguía, motivo por el cual es deportado del Perú,
trasladándose primero a Panamá, luego a México y, finalmente a Guatemala, donde se le
designa consejero del ministro de Educación, cargo que ejerció con extraordinarios
méritos y que le hizo merecedor de una beca otorgada por la fundación Carnegie para la
paz internacional para seguir estudios en la Universidad de Cambridge (Inglaterra)
optando en ella el título de Master of Arts. Y Master in Sáciense en 1927 con la tesis Las
virtudes de la raza Olla. En Francia, estudió en la universidad de París, graduándose de
doctor en Educación en 1928. En 1929, en Barcelona (España) funda el “Pedagoga”
Instituto de Investigación y Experimentación Pedagógica; aquel mismo año se traslada a
Padua y Bolonia para estudiar el origen y desarrollo de las universidades de estas dos
ciudades, que fueron las primeras en el mundo. Ingresó a la Universidad de París ("La
Sorbona") entre 1928 a 1929, obteniendo el título de Doctor en Ciencias de la Educación.
Muere sin gozar de pensión alguna del Estado en el año de 1958.

Después de 1929 en España crea un colegio experimental, ese colegio estaba en su


primero años y ya daba excelentes resultados, por otro lado en el Perú se abren las puertas
democráticas en UNMSM y por primeras vez había la posibilidad de elegir un rector por
votos de estudiantes y profesores las fuerzas se polarizaron en dos candidatos el Dr.
Víctor Andrés Belaunde y el Dr. José Antonio Encinas que estaba en el exilio el Dr. José
Antonio Encinas gana más por los estudiantes y asume el rectorado por 14 meses en esos
breves 14 meses se hizo una reestructuración de toda la UNMSM elecciones.

Lamentablemente después de esos 14 meses fue exiliado nuevamente, en Cuba es


nombrado jefe del Departamento Psicopedagógico del Liceo Aguayo de la Habana, cargo
que ejerció entre 1937 y 1944. En 1940 fue invitado al primer congreso indigenista de
Pátzcuaro.

En 1944, el doctor Encinas retorna al Perú y al año siguiente es elegido nuevamente


senador por Puno, asistiendo al segundo congreso indigenista que se realizó en el Cusco,
ocupando la presidencia de dicho congreso. En 1950 es elegido por tercera vez senador
por Puno. En 1956 asiste al primer congreso sobre el desarrollo de la educación primaria
en América Latina realizado en Lima. Al año siguiente es elegido director del Instituto
Indigenista y presidente del Instituto de Lenguas Aborígenes. En 1956 y 1957 la Escuela
Normal Superior de La Cantuta y la Facultad de Educación de la Universidad Nacional
Mayor de San Marcos le otorgan el doctorado Honoris Causa, respectivamente. Además,
Encinas registra en su prolífica biografía, su incursión en la educación privada, como
medio de aplicar sus experiencias educativas fundando el colegio Dalton. José Antonio
Encinas fallece el 30 de julio de 1958 a los 70 años de edad. Como homenaje póstumo,
el entonces ministro de Educación, doctor Jorge Basadre, le otorga las Palmas
Magisteriales.
EL PENSAMIENTO PEDAGÓGICO DE JOSÉ ANTONIO ENCINAS
La obra y el pensamiento de José Antonio Encinas se desarrolló en el contexto
sociocultural, en el que destacaban dos movimientos intelectuales: el Positivismo y la
corriente Indigenista. Como bien sabemos el Positivismo le atribuye a la educación el
papel de motor del desarrollo y progreso económico de la sociedad, planteamientos que
fueron recogidos por la llamada Escuela Nueva o Activa. Bajo esta concepción, se
tomaron en el Perú medidas como la Ley de Instrucción de 1920 en la que se establece la
necesidad de desarrollar la educación rural respetando el idioma nativo. Estas medidas
quedaron en el papel. «Implicó un ordenamiento de arriba hacia abajo, con enunciados
dogmáticos y teóricos de carácter general sin que hubiese quien ensamblara su contenido
dentro de la realidad cotidiana. Representó una estructura mental nominalista que se
satisface con la expresión de las obligaciones o de los compromisos más o menos bellos
o justos del Estado, frente a la colectividad». De otro lado la estructura política,
económica y social del país de entonces presentaba al campesinado, integrado
básicamente por las masas indígenas, como un sector, dominado y explotado por la clase
terrateniente. Esta situación determinará que el propio campesinado protagonice
movimientos de sublevación en todo el país, suscitando en sectores de la intelectualidad
sentimientos de adhesión, quienes formaron movimientos democráticos nacionalistas y
anti oligárquicos que hicieron causa común con las reivindicaciones del sector indígena,
dando origen, por ejemplo, a instituciones como la Asociación Proindígena, fundada en
1909, teniendo como sus principales representantes a Pedro Zullen y Dora Mayer. El
Comité Proderecho Indígena Tahuantinsuyo creado en 1920, constituido por los
indigenistas residentes en Lima, y el movimiento Orkopata con la destacada personalidad
de Gamaliel Churata, escritor y poeta de la vanguardia literaria del Perú de los años ‘20.
La actividad permanente de estos movimientos, que denunciaban y abogaban por suprimir
el estado de explotación del indio, constituyó uno de los factores que dio forma a la
corriente indigenista. En este contexto, en el campo educativo, los indigenistas apostaban
por una educación que asumiera como tarea principal la incorporación del indio a la
sociedad. Se trataba de comprometerá la escuela en la solución del problema de la
explotación, dominación y aislamiento del indio.
LA ESCUELA SOCIAL EN JOSÉ ANTONIO ENCINAS

La condición del indio, al margen de la responsabilidad política del Estado peruano, es


señalada por Encinas como un obstáculo en la forja de nuestra nacionalidad. Frente a este
problema sostuvo que la escuela debía iniciar la campaña de reivindicación de los
«derechos del indio» tipificando, de este modo, el carácter social de la Escuela, no como
un enunciado sino como un espacio vivo de experiencias capaces de transformar dicha
situación a partir de la transformación de la personalidad del niño. En esta línea, señala,
«superar el doloroso cuadro que presenta esa juventud triste y apática llevando una vida
homogénea sin que las incertidumbres del porvenir aguijoneen su alma».

Se trata de hacer conciencia en el indio la inmensa posibilidad de ser gestores de su


propio destino, nutriendo la actividad escolar no sólo con los conocimientos que lo hagan
más efectivo sino también potenciando la capacidad de proponerse las utopías de cambio
en las que la participación de ellos mismos es un valor importante. Está claro, pues, que
la escuela social debe ser entendida no sólo en el objetivo del mejoramiento del estudiante
sino en el mejoramiento de las condiciones de su entorno social y económico. Recalcaba,
la necesidad de adaptar la orientación de la escuela en su sentido verdadero dándole una
nueva visión, diferente a la que se pretendía mediante los planes oficiales de estudios.
Coincidió con Mariátegui, al entender que la solución del problema del indígena no puede
encararse sólo desde el análisis pedagógico y lo que es más serio, reducir la función de la
escuela a la enseñanza de la lectura y la escritura, a contar y rezar, cuestiones ajenas al
problema fundamentalmente económico que en el agro es lo esencial. No tener en cuenta
esta realidad ha llevado a la escuela al fracaso. Es imposible pues, como decía Encinas,
querer civilizar al indio «mediante la escuela».

Esta función social de la escuela aparece fuertemente ligada a la necesidad de contribuir


con un proyecto nacional en el que el sector indígena sea considerado como un
componente importante reconociendo en su condición humana la acción transformadora
y no como un obstáculo como era asumido por los indígenas del «Perú Oficial». Este es
un punto a destacar en el ejercicio magisterial de Encinas, que va más allá de un
asistencialismo con los más necesitados, pues se trata de darles las herramientas que
ofrece la educación para que el sujeto ejercite su vida como ser humano productivo y
creativo.

Es necesario reconocer el avance que significó la tipificación del carácter social de la


escuela, en tiempos en que en el país primaba una práctica educativa enciclopédica. La
escuela social va a exigir un nuevo maestro, siendo necesaria la revisión de los planes y
programas de estudios de la Escuela Normal de Lima, debiéndose enseñar materias que
preparen al maestro en la psicología indígena, historia de la evolución política y
económica del país, en la cual el sistema de dominación y explotación del indio sea tema
de análisis y reflexión, así como la historia desde la visión de los vencidos, planteamiento
que sería retomado años más tarde. Incorpora en esta preocupación la formación de un
maestro capaz de cumplir con su función política, entendiendo lo político como la acción
encaminada a solucionar los problemas que enfrenta en su ejercicio profesional y como
agente socio cultural en su comunidad haciendo del maestro el leader social que reclama
nuestra sociedad. Llevar a la práctica la escuela social fue para Encinas apostar por un
modelo de Escuela Rural.

LA ESCUELA RURAL
La visión crítica de la realidad social del indio tiene una importancia en el pensamiento
pedagógico de José Antonio Encinas, para quien el indio es reconocido en su dimensión
humana. Es desde esta concepción que el maestro Encinas no ve a los indios como una
masa amorfa sino, como el elemento vital que debe ser parte de un proyecto nacional en
el que la educación tiene un papel importante que cumplir: «el factor indígena, la realidad
psicológica del indígena, basada en una experiencia profundamente social de los hábitos
indígenas que pudieron servir como una posibilidad de educación peruana». En este
sentido expresa que la escuela «debe comenzar infundiendo la más grande confianza y
demostrando previamente su utilidad social, para ello debe ejercitar su acción cerca del
adulto, interesándose en las actividades de su vida, tales como el trabajo, las distracciones,
los alimentos, las relaciones sociales, alentándolas, encarrilándolas y quizás
transformándolas».
La escuela rural, que concibe Encinas, debe ser un factor de utilidad para el indio, una
preparación en la propia vida y para la propia vida en relación a su entorno social. Esta
escuela no puede y no debe ser una institución que lo desarraigue de su vida cotidiana,
respetando su modo de vida y su organización social, siendo su verdadero significado el
de su vocación “revolucionaria”.
En consecuencia, antes de organizarse pedagógicamente, estableciendo planes de estudio,
programas, horarios, la escuela debe organizarse socialmente promoviendo en las
comunidades la organización de diferentes grupos para mejorar la agricultura, la crianza
de animales y en suma la vida económica. Se trata, en lo esencial, en saber qué orientación
debe tener la escuela, debiendo estar relacionada con el medio social y económico. Esta
relación, en el plano pedagógico, es para Encinas el mejor estímulo para que el indio sin
mayor esfuerzo logre aprender a leer, escribir y contar, como la más sencilla de las tareas
puesto que se trata de dominios que se hacen necesarios para desenvolverse y responder
a las necesidades en la relación dinámica de actuación de vida en su entorno. En este
sentido, el estudiante sentirá que la educación le abre el horizonte y con ella aspiraciones
que le permitan convertirse en un ser histórico. La escuela, pensada por Encinas, deberá
ser un espacio de permanente reflexión, observación, experimentación fecunda y de
agitación espiritual. Esta visión diagnóstica crítica, de la realidad social, donde la escuela
tiene, una responsabilidad ineludible hace que Encinas se aboque a pensar en una escuela
que tenga como prioridad incorporar el problema del indio como parte de sus objetivos a
resolver; podemos reconocer que la obra de Encinas representa un modelo de escuela
rural.

Coherente con este compromiso, encontramos a José Antonio Encinas, recién egresado
de la Escuela Normal de Varones, decidido a hacer del Centro Escolar N° 881 de Puno la
escuela que él aspiraba para el sector indígena. Es así que durante los cuatro años que
dirigió este Centro Escolar, ensayó el modelo de escuela social eliminando de ella toda
forma de maltrato hacia el indio e iniciando la campaña de reivindicación de los derechos
del indio. Encinas plasma esta experiencia educativa en su libro Un ensayo de escuela
nueva en el Perú en cuyo prólogo Gamaliel Churata escribió lo siguiente: «Este libro es
acaso el mensaje de un hombre reclamado por las necesidades del país. A través de la
exposición de su doctrina pedagógica —exposición llena de vivacidad, de energía,
colorido y pasión— se descubre al estadista, al hombre signo en quien deben mirar los
hombres nuevos la posible realidad de un conductor que en la sabiduría empírica, hace
radicar la mayor riqueza de una cultura».
ELEMENTOS DE LA EDUCACION:

EL EDUCANDO: Encinas sostuvo que el niño era el eje y protagonista principal de la


educación. Había que poner en juego su capacidad de observar, de raciocinar y de
juzgar todo género de fenómenos para que deduzca la injusticia que envolvía el orden
social.

EDUCADOR: El maestro debe ser capacitado para que se encuentre apto para enseñar,
sostenía Encinas. La formación del maestro es un problema que no había sido abordado.
Al maestro debía capacitársele para estudiar permanentemente y para que esté
actualizado y por consiguiente apto para enseñar.
CONTENIDOS EDUCATIVOS

Afirmaba que el currículo era bueno si reflejaba las manifestaciones de la cultura social
en el espacio y en el tiempo en que se vive y permitía transferirlos al niño sin perturbar
su capacidad de aprendizaje. Sostenía que había “que adaptar a los discípulos a su
mundo natal, señalando las riquezas que tiene y la manera como él puede
transformarse”. Encinas le da un sentido realista al currículo y plantea que debe surgir
de las necesidades individuales, sociales y contribuir a mejorar la sociedad.
APORTES EDUCATIVOS

La educación dentro del campo social


Una de las ideas claramente argumentadas que propuso el autor consistía en que, más que
ser una complicación pedagógica, el problema educativo era de índole social.

Es decir, que si los niños se encontraban desnutridos o debilitados debido a las


condiciones de pobreza, estos no desearían dedicarse a los estudios, puesto que no
tendrían el suficiente ánimo ni interés para aprender.
Además, Encinas también planteó que el Estado no estaba teniendo en cuenta la realidad
social de su país, lo que hacía que el sistema educativo fallara. Incluso estableció que el
Estado solo se apoyaba de experiencias extranjeras, dejando de lado las necesidades de la
población indígena.

Una de las soluciones que planteaba el autor era que el Estado debía encargarse de
impartir alimento y vestido a las comunidades de mayor pobreza.

Redefinición de las escuelas peruanas


Encinas estableció que, al momento de hablar de la escuela peruana, los fundamentos de
esta no podían forjarse desde lo abstracto, sino que cada escuela debía velar por trabajar
en función de las diferentes necesidades de su entorno social, ubicándose en el contexto.
El autor propuso que las escuelas debían ponerse al servicio de sus respectivas
comunidades.

De igual forma, el autor propuso que cada escuela debía estar adecuadamente organizada
y estructurada antes de impartir clases.

Por ejemplo, se estableció que era necesaria la creación de diferentes grupos que velaran
por la agricultura, la arquitectura, la higiene, el deporte, la música y la danza. De este
modo, se fomentaba la participación del alumno en las labores sociales.
CONCLUSIONES

• Encinas fue un gran maestro que defendió la educación con sus ideas que defiende
la equidad y justicia social.

• Se pedagogía es social y humana: la educación y la escuela deben reivindicar los


derechos del niño, desterrándose toda marginación. La Universidad debe ser el espacio
para formar a los dirigentes que el país necesita.

• José Antonio Encinas fue uno de los iniciadores de la Escuela de trabajo que
defendió la educación con sus ideas

• Encinas guarda una relación entrañable con la niñez, menciona que son los niños
los mas incomprendidos

• Concibe al maestro con un rol de orientador y líder


• Defiende la equidad y la justicia social

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