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TESIS 33: Dios ha creado de la nada todo cuanto existe. La creación continua y la consumación
del mundo muestran que la creación es el presupuesto necesario de la salvación de todo el
universo. La realidad, en cuanto creada, está dotada de bondad y consistencia propia, al tiempo que
el hombre colabora en la obra creadora de Dios y es responsable ante él.
INTRODUCCIÓN
Esta es la primera tesis dedicada a la Antropología Teológica: Sobre Dios, creador de todo, y la primera
afirmación sobre el hombre, que es criatura (al tiempo distinto y en dependencia absoluta de Dios).
Esta afirmación es un acto de fe. La fe en la creación no es primariamente una afirmación de tipo
cosmológico, sino antropológica.
El esquema del tratamiento de la tesis sigue los siguientes puntos:
I. La Creación en la Sagrada Escritura
II. La Creación en la Tradición de la Iglesia
III. Elaboración teológica y sistemática de la fe en la Creación
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Mateo K
circundantes. En esos capítulos es previa la idea de la acción de Dios sobre todos los
pueblos, y a partir de ella se explica la especial predilección por Israel.
A pesar de todo, parece clara la vinculación entre creación y salvación: es decir en la fe
de Israel está la idea de creación comprendida dentro del horizonte de la Alianza, que
es el concepto teológico primario.
c) Ladaria dice que creación y la alianza son dos nociones relacionadas, aunque distintas,
con las que se expresa el conjunto de la acción de Dios, dos momentos distintos y
relacionados del único designio salvador de Dios. (Tesis: Dios crea libremente como
presupuesto de su autocomunicación al hombre.)
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Mateo K
Cuando Dios crea al hombre, Él deja de nombrar las realidades, para que sea éste quien las
nombre. Así, el hombre aparece en el texto como creado creador, bendecido, llamado a
continuar la obra de Dios, pero nunca podrá hacerlo como Dios.
La Creación es creada al modo armónico en que nosotros tenemos que vivir: un
esquema de seis días y descanso sabático.
c) Deuteroisaías (Is 40-55) (exílico)
Niega el poder de otros dioses. Sólo Dios es poderoso, porque lo ha creado todo
(40,25ss.). A todo da sentido para dar poder y fuerza al pueblo cansado y agobiado, que
nunca ha sido abandonado por Dios a pesar de las apariencias,
Is 45,5-13: Monoteísmo + creación: Yo soy Yahvé, no hay ningún otro...; yo modelo la
luz y creo la tiniebla...Yo, Yahvé, lo he creado... Ábrase la tierra y produzca salvación.
Is 54,5: Tu esposo es tu hacedor y el que te rescata, el Santo de Israel. La situación es
comparable a la mujer desamparada a la que Dios sale a proteger.
erbo barah / crear se usa no sólo para referirse a la acción creadora, sino también para
señalar los hechos históricos de Dios a favor de su pueblo.
LA CREACIÓN DE LA NADA:
En griego “nada” no es un concepto positivo, es una forma absoluta de “no ser”.
La creación de la nada significa que en su acción creadora Dios no está condicionado por nada
ajeno a él, por ningún presupuesto externo que limite su total libertad; de ahí que en la creación
Dios pueda expresarse libremente. Como se ve, hablar de creación en libertad y de creación de la nada
son dos aproximaciones diversas a la misma verdad, la omnipotencia de Dios y la ausencia en él de
todo condicionamiento interno o externo que se manifiestan en su obra creadora.
Hay en la Escritura muy pocos pasajes que, de modo directo, afirmen la creación de todo a partir del
no-ser o de la nada. En el AT, tenemos el texto de 2 Mac 7,28: “te ruego, hijo, que mires al cielo y a la
tierra y al ver todo lo que hay en ellos sepas que de la nada lo hizo Dios”.
Esta confesión se realiza en un contexto de fe en la resurrección futura. Lo mismo ocurre en un pasaje
del NT en que se habla de la creación de la nada, donde la conexión con la idea de la resurrección es
aún más llamativa: “Dios que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son para que sean”
(Rom 4,17). Creación y Resurrección se consideran como dos momentos de una única obra salvífica de
Dios, ambas son igualmente demostración de su omnipotencia y por ello son fundamento suficiente
para que el hombre viva de la fe, se fíe de Dios enteramente.
Del hecho de la escasez de formulaciones explícitas acerca de la creación de la nada no se debe deducir
que esta idea no esté presente de un modo más amplio en la Escritura y en particular en el AT.
En primer lugar hay que tener presente la evolución que se da entre el relato de la creación del yahvista
y el sacerdotal. Desde el Dios que trabaja con sus manos una materia preexistente (por supuesto que
esto no dice nada en contra de la creación “de la nada”), se pasa a la creación por la palabra,
concepción que, si bien es cierto que no indica la carencia de algo previamente existente, tampoco
decirse que lo presuponga. Con todo esto llegamos al análisis del significado y del uso del verbo barah,
que en el AT hebreo, se emplea para designar la actividad creadora de Dios.
En el Deuteroisaías este mismo verbo se emplea referido a la salvación; también en este caso se trata de
algo que sólo Dios puede hacer, ya que es imposible que la salvación venga del hombre.
Según parece desprender del relato de la creación de Gn 1, Dios, al hacer el mundo, se enfrenta no
tanto con la “nada” o “no-ser” cuanto con el caos.
La doctrina de la creación del mundo de la nada en su formulación positiva, quiere decir que: “todo lo
que existe procede de Dios absolutamente”.
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CONCLUSIÓN/ RESÚMEN AT
1. Experiencia bíblica de la creación: La creación es el intento de respuesta a la cuestión de la
contingencia experimentada en contextos y situaciones límites de la vida: persecución, destierro o
muerte, de forma dramática y a la cuestión de la gratuidad sentida en contextos de paz y vida. El
elemento fundamental de la fe judía es el acontecimiento histórico de la liberación, la relación criatura/
creador se profundiza como sostén y garante de las posteriores situaciones de peligro individual o de
opresión social. En muchos textos, tanto del AT como del NT se vinculan el problema muerte y el de
esperanza en la vida, por Otro en un futuro y de salida de la situación, con la afirmación de un Dios
creador, se introducirá el término resurrección. El dramatismo de la existencia, en su complejidad
amenazante y exultante, de la creación aparece reflejado con insistencia en los distintos contextos
históricos, políticos, sociales y religiosos (monarquía...) en los que surgen los discursos sobre la
creación/ salvación en el seno de la tradición judeocristiana.
A.2 - LA CREACIÓN EN EL NT
El NT recoge como evidente que todo ha sido creado por Dios. La novedad radical y decisiva
está en la relación entre la Creación y el Misterio de Cristo, cuyo fundamento radica en que la
Creación entera está en Cristo, no sólo como fin, sino como principio de la creación: Todo fue
hecho por él y para él (Col 1,16). En Cristo se consuman creación, revelación y salvación.
a) En los sinópticos: La actitud de Jesús ante el uso y el disfrute de los bienes de la
creación, da por supuesta la concepción de Dios creador (Mt 5,45: Hace salir el sol sobre
buenos y malos). Se puede apreciar en las parábolas de la naturaleza o en los milagros, que
tratan de restablecer el orden primigenio.
b) La creación en el Prólogo de Juan (Jn 1): La exégesis de Gn 1,1 elaborada por
Agustín, y otros anteriores a él (En el comienzo / bereshit creó Dios el cielo y la tierra) se hace
en clave cristológica (el acontecimiento Jesús proyectó luz sobre todo lo demás), es decir, la
Creación fue hecha en el Hijo. Este texto (Jn 1, 3.10) confirma esta correspondencia creación-
salvación, pero intercalando entre ambas la encarnación del Creador-Salvador. La entera
creación recibe la permanencia en el ser de la vitalidad inagotable del Logos. El Logos cristiano
suma, al papel de creador y salvador, el de revelador.
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Primacía también cronológica: existe con anterioridad a todo.
Es el fundamento continuo de la permanencia en el ser de todo: otorga unidad, armonía y
cohesión a la realidad.
c.2) Cristo es mediador de la Creación y de la Salvación. Porque lo es de la Salvación, lo es
también de la Creación.
Junto a lo dicho anteriormente encontramos 1Cor 8, 6: “para nosotros no hay más que un
solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas y para el cual somos, y un solo Señor,
Jesucristo, por quien son todas las cosas y nosotros por él.”
Función mediadora ya preparada por la literatura sapiencial y en la sabiduría personificada
que está y actúa junto a Dios en la creación. El Padre es Principio y fin, y el Hijo mediador
de la creación.
Recogida también en Jn 1: función mediadora del Logos preexistente que es el mismo que el
Logos encarnado. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada.
c.3) Cristo, principio, centro y fin de la creación. (Col 1,15-20). Texto prepaulino. Destaca
una primacía ontológica y cronológica. La novedad aquí es la causalidad final. Se ve la
voluntad de homologación entre lo cosmológico y lo soteriológico. Es un himno cristológico
con dos estrofas:
a) Cosmológica (15-17): Jesús, imagen/eikon de Dios: revela al Padre, y es modelo,
paradigma, a partir del cual Dios ha creado el mundo. Primogénito de toda criatura: no
sólo de manera cronológica, sino también en excelencia y dignidad. El universo fue
creado por medio de él (dià), subsiste en él y camina hacia él (eis auton). Cristo, Palabra y
sabiduría de Dios, da unidad y armonía a todo.
b) Soteriológica y eclesiológica (18-20): Él es Cabeza del cuerpo, que es la Iglesia: en ella
y a través de ella ejerce su señorío. Primogénito de entre los muertos: Él es el primer
resucitado, y estamos llamados a reproducir su imagen.
El designio de Dios es hacer habitar en Él la plenitud. A través del Resucitado ejerce Dios
su dominio sobre todo el Universo.
c.4) Destino cristológico de la creación (Ef 1,3-14): La creación ha sido, desde la eternidad,
finalizada en Cristo, es decir, el designio del Padre es anterior al inicio del mundo.
“Recapitulación” de todas las cosas en Cristo. Con su resurrección, Cristo lo llena todo.
c.5) Creación y resurrección son dos momentos de una única obra salvífica (Rom 4,17):
Abraham es el padre de todos nosotros... ante Dios, en quien creyó, el Dios que da la vida a los
muertos y llama a la existencia a las cosas que no existen ( ).
Aquí aparece la forma relativa de expresar “no ser”, con el sentido de “lo que no es
todavía”. Si lo comparamos con 2 Mac, constatamos que aún no estaba clara la formulación
creatio ex nihilo. Incluso en el Pastor de Hermas se sigue con la forma relativa.
1. Nicea (325)1. Dimensión cristológica, enfatizada contra los arrianos. Se enfatiza la libertad de la
creación frente a la generación, al distinguir entre el Hijo “engendrado” y el mundo “creado”.
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FIC 272: “Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador de todas las cosas visibles e invisibles: y en un solo
Señor Jesucristo (...) por quien todo fue hecho, tanto lo que hay en el cielo como en la tierra”.
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3. Concilio de Braga (561) (FIC 201-207) Muestra la estima que la Iglesia ha tenido desde siempre por la
materia, y en especial del cuerpo humano como obra de Dios. Ataca a los priscilianistas, que habían
asumido las tesis maniqueas y aceptaban dos principios eternos, del bien (Dios) y del mal (diablo).
5. Concilio de Florencia (1442)4 : Promulgado contra el maniqueísmo de lo jacobitas, subraya que las
cosas fueron creadas por la bondad de Dios, cuando él quiso. Buenas, pero mudables.
6. Concilio Vaticano I (1870) definirá dogmáticamente la libertad del acto creador y el fin de la creación,
en el primer capítulo de Dei Filius (FIC 217-224).
El fin de la creación es la misma gloria de Dios. No busca ni adquiere nada creando. Es un acto
totalmente libre y no necesario para Dios.
Creación ex nihilo esta vez afirmada contra el panteísmo: Dios y las criaturas son sustancialmente
distintos. Dios es “real y esencialmente distinto al mundo”
7. Concilio Vaticano II: La definición dogmática ya está hecha. El CVII recoge una imagen dinámica del
mundo, proceso abierto en el que intervienen Dios y el hombre, el cual prolonga y actualiza la obra de
Dios (GS 34), hace un reconocimiento de la autonomía de las realidades creadas (GS 36) y recupera la
dimensión cristológica e histórico salvífica de la doctrina de la creación (GS 38-39) Insistencia en el fin
de la Creación: recapitulación en Cristo, consumación de la historia humano conforme al designio
amoroso de Dios.
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FIC 295: “Porque hay un solo Dios y Padre de quien provienen todas las cosas, y un solo Señor Jesucristo por quien
todo fue hecho, y un solo Espíritu Santo en el cual todo se contiene...”
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FIC 208: “Hay un solo Dios verdadero, único principio de todo, creador de todos los seres, tanto visibles como invisibles,
espirituales y corporales, que con su poder omnipotente creó de la nada juntamente al principio del tiempo, a ambas clases
de creaturas: las espirituales y las corporales.”
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FIC 213: (La santa Iglesia romana) firmísimamente cree, confiesa y predica, que un solo Dios verdadero, Padre e Hijo y
Espíritu Santo, es el creador de todas las cosas visibles e invisibles. Éste creó por su bondad, cuando quiso, absolutamente
todas las criaturas, tanto las espirituales como corporales. Las creó ciertamente buenas, porque fue el bien soberano quien
las hizo; pero sujetas a mutación, puesto que estaban hechas de la nada. También afirma que no existe el mal por
naturaleza, porque toda naturaleza, en cuanto tal, es buena...
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1. Todo procede de Dios: La fe cristiana señala que todo ha sido creado por Dios. Así se vence al
dualismo y al panteísmo.
Frente al dualismo, la tesis defiende la idea de que: Todo procede de Dios. En cuanto tal,
todo es bueno.
Frente al panteísmo se afirma que: Dios trasciende infinitamente al mundo. Este posee una
realidad propia, distinta de Dios. La dignidad de los seres humanos queda así salvaguardada
tanto del pesimismo dualista como del ilusorio optimismo panteísta [forma teísta del
monismo: Dios coincide con el universo natural y con el devenir histórico, el gran todo en el
que vivimos, nos movemos y somos]. Contra éste se rechaza la valoración del mundo como
Bien absoluto. Contra aquél se rechaza la devaluación del mundo (material) como un mal
absoluto. El mundo es un valor, pero relativo5.
2. “Creatio ex nihilo”: Dios crea el mundo de la nada. La doctrina de la creación de la nada ha
sido constante en la Iglesia, pero no se impuso al principio sino con ciertas vacilaciones. Con
esta enseñanza la Iglesia ha defendido la bondad de todo cuanto existe frente a todas las formas
más o menos larvadas de maniqueísmo que han aparecido a lo largo de la historia: los
priscilianistas, los albigenses, etc.
Si la libertad de Dios al crear excluye todo tipo de monismo [univocidad del ser, olvido de la
analogía del ser y olvido de la diferenciación ontológica entre el Ser y el ente; aniquilación del
yo en el gran todo del universo...], y la creación por medio de la palabra elimina la posibilidad
del emanatismo [doctrina panteísta según la cual todas las cosas proceden de Dios por
emanación], la creación de la nada excluye radicalmente todo dualismo. Todo ha salido de las
manos de Dios y, por consiguiente, toda la creación es radicalmente buena.
Esto es consecuencia del monoteísmo judeocristiano6. Para nosotros sólo hay un Dios y fuera de
Él no hay nada que tenga en sí mismo su consistencia. No es posible afirmar la existencia de un
principio coeterno con Dios que no fuera creado por el mismo Dios. La doctrina de la creación ex
nihilo viene a confirmar lo dicho anteriormente:
Dios es creador de “todo”.
Dios y el mundo son ontológicamente distintos: Dios es eterno e infinito; el mundo es temporal
y finito. La exterioridad de la creación, ser distinto de Dios, no es exterior a Dios sino distinto
de Dios en su plenitud de ser. El mundo estaría en el seno de la divinidad.
[Moltmann contrapone dos concepciones a cerca de Dios creador: la Doctrina de los Decretos de K.
Barth, según la cual la creación es el resultado de la voluntad de Dios, libre, de forma que nada
predetermina la creación (a lo que Moltmann dirá que el decreto de creación es eterno y se encuentra
enraizado en Cristo, de forma que encarnación y creación están unidas); y la Doctrina de la Esencia de P.
Tillich, por la que vida divina y creación se identifican por cuanto Dios es el ser en sí, la vida eterna que
rebosa plenitud del ser, es la creación eternamente enraizada en Dios (en este punto Moltmann dice que la
creación es una autolimitación de Dios mismo para dejar sitio a la realidad creada.]
Se tiende a suponer que Dios y creación chocan en el ámbito ontológico de la realidad, de
forma que para que la creación sea, Dios tiene que dejar de ser. La inmanencia y la
trascendencia ha de conjuntarse de forma más fructífera: Cristo es más hombre por cuanto es
Dios (y esto podría retrotraerse a la creación).
4. Creación continua: Dios conserva en su ser todas las cosas: Después de todo lo que
acabamos de decir sobre el comienzo del mundo y su relación con la idea de creación de la
nada, no debemos perder de vista el carácter cristocéntrico de la creación, que nos impide
pensar en una consumación o plenitud de la realidad creada distinta o al margen de la entrega
de todo por Jesús glorificado al Padre al final de los tiempos. Es decir que si no ha terminado la
acción de Dios en la salvación de los hombres por medio de Cristo no podemos tampoco dar
por terminada la creación; de lo contrario estableceríamos entre estos dos órdenes una
separación muy difícil de mantener desde los presupuestos establecidos con base en el NT.
En esto habrá que evitar de caer en un antropomorfismo exagerado. No se trata de atribuir al
mundo, una vez creado, una existencia que en cierto modo depende menos de Dios como sería
el caso de cualquier obra humana que, una vez realizada, puede existir con dependencia de su
autor. En el caso de la criatura, vemos que sigue dependiendo igualmente del Creador en todos
los momentos, su existencia se basa sólo en la voluntad divina de mantenerla en el ser. Dios
crea continuamente, crea siempre “de la nada”.
5. La Consumación del mundo: El AT, que nos presenta la acción de Dios en los dos grandes
aspectos de la creación y la alianza con su pueblo, repite con mucha frecuencia la idea de la
fidelidad de Dios a su obra. Esta fidelidad siempre renovada de Dios, aparece en el NT al
modo de Dios manifestado en Cristo. Esta fidelidad de Dios y su conservación en el ser de
aquello que él mismo ha creado y sin cesar perfecciona nos lleva de la mano a otra cuestión
tradicionalmente conectada con ésta: es la de la “providencia divina”.
En efecto, esta acción creadora de Dios prolongada en el tiempo se manifiesta en el cuidado que
tiene de sus criaturas y en su dirección de la historia hacia el final querido por él. Dios ha creado
y dirige el mundo por Cristo y hacia la consumación en él. Del mismo modo que no hay
creación sin finalidad concreta a que Dios la ha destinado, tampoco cabe hablar de providencia
sin hacer referencia a lo omnipotencia creadora de Dios en virtud de la cual las cosas se
sostienen en su ser y el mundo es conducido hacia su destino final.
En el NT, también tenemos en boca de Jesús bellas expresiones sobre el cuidado de Dios por las
más pequeñas criaturas, los pájaros y las flores; el contexto en que estas frases se insertan es la
llamada a los discípulos a la confianza en Dios Padre; es decir, a que vivan fiados en su amor
paternal, como vive Jesús. La muerte y resurrección de Jesús es el momento culminante de
la historia y principio de la vida para los hombres; hacia esta finalidad apunta todo el plan
divino de la historia. En Cristo todos los hombres hemos sido elegidos y predestinados
hasta llegar a reproducir su imagen (Rom 8,22-32).
Esta noción de providencia, entendida a la luz del NT, nos ayuda también a entender la
creación como una obra concluida hasta el final, hace recomendable por consiguiente la idea
de la creación continuada.
RESUMEN: No es que Dios creara sólo en el pasado. Es que está creando continuamente porque la creación no
tiene en sí la fuente de su existencia, sino que la recibe cada segundo del Creador. Dios cuida de las criaturas
manteniéndolas en el ser continuamente y llevándolas hacia su propia plenitud: providencia. En virtud de su
fidelidad Dios no sólo conserva lo realizado, sino que lleva a término lo iniciado hasta la consumación
escatológica.
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MUESTRAN QUE LA CREACIÓN ES EL PRESUPUESTO NECESARIO DE LA
SALVACIÓN DE TODO EL UNIVERSO.
La GS 36 nos dice que: “Por la propia naturaleza de la creación, todas las cosas están dotadas de
consistencia, verdad y bondad propias”.
La realidad temporal se rige por sus propias leyes y valores y esto responde a la voluntad del
Creador. El hombre existe, vive, trabaja, y se desarrolla en este mundo de forma autónoma. La
religión y la fe no sólo no se oponen a la autonomía, sino que la hacen posible.
La GS 39,22 dice que: “La espera de una tierra nueva no debe debilitar, sino más bien avivar la
preocupación de cultivar esta tierra, donde crece aquel cuerpo de la nueva familia humana, que puede
ofrecer ya un cierto esbozo del siglo nuevo”.
Ahora bien, autonomía no significa independencia de Dios, porque la criatura sin el Creador se
desvanece. El mundo y todo cuanto hay en él, al ser obra de Dios, son lugar de encuentro con él.
Quienes creen en Dios, han descubierto su voz en el lenguaje de la creación. Por el contrario, el
olvido o la negación de Dios traen consigo la devaluación de la criatura, al privarla de su
referencia Trascendente que le confiere su bondad definitiva.
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L.F. LADARIA, Antropología Teológica I. El hombre en la Creación, UPCO (Madrid 1999) 11-107.
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Mateo K
4. Bondad de la creación: La bondad de todas las cosas salidas de las manos de Dios (Gn 1-2,4a)
ha de afirmarse a su modo también de aquello que el hombre ha hecho y hace en el
cumplimiento del designio divino de dominar la tierra, puesto que el pecado no destruye la
radical bondad del mundo creado (GS 37).
5. La responsabilidad del hombre en la creación del mundo (GS 348): son consecuencias
necesarias de la fe en la creación: Dios crea por amor y quiere el bien del hombre. Le dio el
mandato de gobernar el mundo en justicia y santidad. El hombre coopera con Dios en su
designio en la historia. El cristianismo no aparta al hombre de la historia sino que lo remite a su
transformación.
La historia entera es la única historia humana que el Señor conduce a sí, porque el Creador de
todo es el Señor de la historia. En esa historia él realiza su salvación. No hay dos historias
distintas (la de salvación y la profana, autónoma y humana). La historia de salvación acontece
en la única historia del mundo, aunque no se identifica con ella (hay injusticias, opresión...) y la
desmitifica.
ANEXO
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Mateo K
* La extenuación de los recursos
a) La carrera armamentista. Gran cantidad de recursos naturales, humanos y económicos
han sido desviados para este fin.
b) La interacción de los factores. Estos cuatro factores se involucran e realimentan
mutuamente, y ejerce un efecto multiplicador sobre los demás. Por eso una estrategia
efectiva pasa por una respuesta en conjunto y no por un ataque aislado del problema.
Un elemento que se puede ver a nivel mundial es un intento de enmascaramiento de la crisis.
Sólo dos agencias norteamericanas controlan el 70% de la información que transmiten los
más media occidentales.
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Mateo K
4. Universo estacionario. Igual que en el modelo anterior no es necesario plantearse el
principio o el término del universo.
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