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Contrato de fianza

Cuando el acreedor quiere obtener alguna seguridad o certeza del cumplimiento


de las obligaciones asumidas por su deudor, puede requerir que ofrezca alguna
especie de garantía, la cual puede tener un carácter real, como aquellas que
recaen sobre bienes muebles o inmuebles, o personales, como en el caso de la
fianza.

El contrato de fianza es del tipo de contrato que tiene por finalidad garantizar el
cumplimiento de las obligaciones de un tercero. En este sentido, podemos decir
que, principalmente, involucra la confianza existente entre el deudor garantizado
y el fiador, ya que, aunque el deudor no sea parte integrante del contrato, en la
mayoría de los casos, el contrato entre el acreedor y el fiador se celebrará a
instancias de aquel.

En el artículo 1574 del Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante, CCCN),
se define la fianza: “hay contrato de fianza cuando una persona se obliga
accesoriamente por otra a satisfacer una prestación para el caso de
incumplimiento”2.
[2] Art. 1574, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Caracteres:
Unilateral
La única parte obligada es el fiador, quien deberá satisfacer una obligación ante el
incumplimiento del deudor.

Gratuito
Asegura una ventaja para el acreedor, quien, a su vez, no deberá cumplir con ninguna
prestación a favor del fiador. Si el deudor se comprometiera a cumplir alguna
prestación al fiador, ello no cambiaría su naturaleza gratuita, puesto que el deudor
no es parte en el contrato de fianza; las partes son el acreedor y el fiador.

Típico
Posee una regulación específica en el CCCN.
Formal
El artículo 1579 del CCCN establece que debe celebrarse por escrito; esta formalidad
se exige con carácter solemne relativo3.

[3] Art. 1579, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Accesorio
El contrato de fianza tiene como característica principal la accesoriedad, lo cual
significa que, si el contrato principal celebrado entre acreedor y deudor se extingue,
también se extinguirá la fianza.
Subsidiario
El fiador sólo estará obligado a cumplir cuando el deudor no cumpla con las
obligaciones asumidas.

Objeto de la fianza
La fianza puede tener como objetivo garantizar todo tipo de obligaciones,
presentes o futuras. Sin embargo, en protección del fiador, en el CCCN, se
establecen ciertos límites a esa responsabilidad.
 La fianza se extiende a las obligaciones asumidas o a contraer por el
deudor, no más que ello. Asimismo, la obligación a la que se
compromete el fiador debe ser de la misma naturaleza que la del
deudor. En tal sentido, si la obligación del deudor fuese de entregar
dinero o cantidades de cosas, la del fiador deberá tener las mismas
características. Pero si la obligación del deudor fuera de hacer e intuitu
personae, el fiador cumple indemnizando los daños provenientes de
incumplimiento.
 Además, la extensión de la responsabilidad del fiador se limita a las
obligaciones del deudor y no a más. En caso de excederlas, se deberá
limitar a aquellas.
 El fiador, a su vez, puede afianzar las obligaciones de otro fiador, de
manera que pueden existir una cadena de fiadores, en cuyo caso
deberá observarse el deber del acreedor de ejecutar primero los bienes
del primer fiador para luego recurrir a los de los siguientes,
dependiendo de la clase de fianza de la que se trate.
 Fianza general u ómnibus: el fiador puede otorgar su garantía respecto
de una multiplicidad de obligaciones que puede contraer un deudor en
distintas relaciones que lo vinculen con el acreedor. Es una de las
garantías más comunes en la vida negocial moderna aunque implica un
serio riesgo para el fiador, la indeterminación de las obligaciones por
las que deberá responder. Por ello, el artículo 1578 determina que para
aquellos casos en los que la fianza es otorgada con carácter general,
existen dos restricciones: en primer lugar, que se determine el monto
máximo por el cual responderá el fiador; en segundo lugar, que la
fianza tendrá un plazo máximo de vigencia imperativo de 5 años.4
[4] Art. 1578, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

En el caso presentado, el de la obligación asumida por Donzino, no hay dudas de


que no se trata de una fianza ómnibus, ya que solo se lo obligó al cumplimiento
del pago del préstamo otorgado. En ese sentido, la responsabilidad del fiador se
limita solamente al incumplimiento de esa obligación.

Clases de fianza
Resulta de suma importancia determinar cuáles son las diferentes especies de
fianza para así poder comprender cuáles son los efectos que cada una de ellas
produce. Podemos mencionar las siguientes clases de fianza:

FIANZA SIMPLE
La fianza simple es aquella que reconoce al fiador dos beneficios:

1. El beneficio de excusión: es aquel por el cual el acreedor, previo a


ejecutar los bienes del fiador, deberá recurrir a los del deudor y
requerir el cumplimiento. Ello se encuentra expresamente previsto
en el artículo 1583 del CCCN, del que surge que, si los bienes del
deudor no alcanzaren para saldar la deuda, el acreedor podrá
recurrir ante el fiador solo por el saldo5.
2. El beneficio de división: consiste en que, para el caso que existan
varios fiadores, o bien la deuda se reparta entre todos ellos; de
manera que cada uno responda por la parte acordada, o bien, si
ello no estuviera determinado, se reparta a prorrata. Así, en el
artículo 1589 se establece lo siguiente: “Si hay más de un fiador,
cada uno responde por la cuota a la que se ha obligado. Si nada se
ha estipulado, responden por partes iguales. El beneficio de la
división es renunciable”6.
[5] Art. 1583, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8
[6] Art. 1589, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Cuando nos referimos a la fianza simple, es importante destacar que, si nada se ha


estipulado al respecto, se presume que la fianza se acordó como simple, de manera
que el fiador contará con los beneficios de excusión y división.

FIANZA SOLIDARIA.
si bien, por regla, la fianza se presume acordada como simple, el fiador puede
acordar que sea solidaria o esta característica puede desprenderse de la renuncia al
beneficio de excusión. En este sentido, el artículo 1590 del CCCN determina que “la
responsabilidad del fiador es solidaria con la del deudor cuando así se convenga
expresamente o cuando el fiador renuncia al beneficio de excusión”7.

[7] Art. 1590, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de
la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Esto quiere decir que la fianza será solidaria en los siguientes dos casos:

 cuando sí lo convengan las partes; y


 cuando el fiador renuncia al beneficio de excusión.

En definitiva, es propio de la fianza solidaria que el fiador ya no cuente con el


beneficio de excusión. Es decir, que el acreedor podrá ejecutar sus bienes, previa
intimación al deudor afianzado, y que no contará con el beneficio de división; en caso
de existir varios fiadores, el acreedor le podrá exigir la totalidad de la deuda a uno
de ellos. Ello no obsta a las acciones de regreso que pueda ejercitar el fiador que
pague la deuda frente al resto de los fiadores. Sin embargo, el contrato seguirá
manteniendo las características propias de la fianza, como la accesoriedad y la
subsidiariedad.

El principal pagador
Uno de los temas más controvertidos en torno a la fianza ha sido la naturaleza
jurídica del principal pagador, ya que, tanto en el Código derogado como en el
actual CCCN, se la menciona entre las disposiciones de la fianza.
En este sentido, en el artículo 1591 del CCCN se determina: “Principal pagador.
Quien se obliga como principal pagador, aunque sea con la denominación de
fiador, es considerado deudor solidario, y su obligación se rige por las
disposiciones aplicables a las obligaciones solidarias”8.
[8] Art. 1591, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Debemos considerar que, más allá de las discusiones doctrinarias, esta es la


modalidad más frecuentemente utilizada en la práctica, de manera que es de
suma importancia determinar si se le aplicarán las disposiciones de la fianza o de
las obligaciones solidarias.

Sin embargo, el CCCN adoptó una postura clara: el principal pagador es un


codeudor solidario. Por lo tanto, debemos interpretar que se le aplicarán las
disposiciones de las obligaciones solidarias; consecuentemente, el vínculo entre
acreedor y fiador ya no contará con los caracteres de accesoriedad y
subsidiariedad propios de la fianza.
Figura 1: Principal pagador

Fuente: elaboración propia

En el caso, la excepción interpuesta por Donzino respecto de la necesidad de


reclamar primero al deudor principal, cuando este se comprometió a ser el
principal pagador, no será exitosa, ya que el principal pagador se encuentra en la
misma posición que el deudor principal, y su obligación no tiene las características
propias de la fianza.

Referencias
Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975
CNAC, Sala J. Garantizar S.G.R. c. Donzino, Máximo y otros/ Ejecución hipotecaria. (5 de
mayo de 2018). Recuperado de https://abogados.com.ar/archivos/2018-06-06-071313-
garantizar-sgr-c-donzino-maximo-y-otro-s-ejecucion-hipotecaria.pdf
Contrato de comodato
El contrato de comodato, por su naturaleza gratuita, históricamente se ha basado
en vínculos de confianza, amistad o familiaridad por los cuales alguien decide
beneficiar a otro permitiéndole el uso gratuito de ciertas cosas.
Veamos la situación planteada a continuación para comprender completamente
el alcance de sus efectos.
Introducción

1.
Contrato de comodato

2.
Obligaciones del comodatario

3.
Obligaciones del comodante

4.
Extinción del contrato de comodato

5.
Referencias

6.
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Introducción
Embotelladora del Norte S. A. es una empresa que se dedica a la producción y
venta de bebidas gaseosas y aguas en un amplio sector de la zona noroeste de
nuestro país.

Como una práctica habitual, al celebrar contratos de suministro con diferentes


comercios mayoristas, la embotelladora entrega una serie de heladeras para la
exhibición y conservación de las bebidas comercializadas por la misma empresa.

Fue así que entregó al supermercado El Federal S. R. L. cinco heladeras verticales,


en las cuales el comodatario debería exponer las bebidas suministradas por
Embotelladora del Norte SA. El contrato tenía un plazo de 3 años; una vez vencido
el contrato, el supermercado debería restituir las heladeras. Transcurrido el plazo
acordado, la comodataria restituyó las heladeras. La comodante constató que
tres de ellas habían sufrido un serio deterioro en las puertas, lo cual impedía que
se cerrarán correctamente, y que otras dos tenían el motor inutilizado.

Contrato de comodato
Concepto y caracteres
El contrato de comodato ha sido, como anticipáramos, un contrato que ha tenido
como fundamento las relaciones de confianza o de amistad entre las partes,
debido a que, en definitiva, tiene por objeto la realización de una liberalidad en
beneficio del comodatario, el otorgamiento del uso de una cosa de manera
gratuita.

Sin embargo, las necesidades de la vida negocial han encontrado en este contrato
una herramienta que va de la mano de otras operaciones de índole onerosa,
como la entrega de módems para la provisión de servicios de internet o, en el
caso reseñado, la entrega de heladeras para la exposición de bebidas.

El artículo 1533 del Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante, CCCN)
define el comodato de la siguiente manera: “Hay comodato si una parte se obliga
a entregar a otra una cosa no fungible, mueble o inmueble, para que se sirva
gratuitamente de ella y restituya la misma cosa recibida”1.
[1] Art. 1533, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8
De esta definición, extraemos sus elementos esenciales:

 La obligación de entregar una cosa por parte del comodante.


 La obligación de transmitir el uso gratuito de la cosa
 La obligación del comodatario de restituirla.

Caracteres
Consensual
El contrato de comodato, según la normativa del CCCN −y a diferencia de la
regulación del Código Civil, en el cual era considerado un contrato real−, es un
contrato consensual. Esto quiere decir que el mismo se perfeccionará con el acuerdo
de partes sin necesidad de la entrega de la cosa objeto del comodato, como es propio
de los contratos reales.
Bilateral
De la propia definición surgen las obligaciones que deben cumplir ambas partes: para
el comodante, la entrega de la cosa con la autorización de uso; y para el comodatario,
la restitución de la misma.

Gratuito
El contrato de comodato es esencialmente gratuito, puesto que al beneficio que
recibe el comodatario no le es impuesta obligación alguna con carácter recíproco,
sin perjuicio del deber de conservación de las cosas recibidas del comodante.

No formal
El CCCN no impone para la celebración del contrato la observancia de solemnidad
alguna, sin perjuicio de que, en concordancia con el principio de libertad de formas,
las partes puedan elegir para su celebración la solemnidad que crean conveniente.

De ejecución continuada
Las obligaciones y derechos contemplados en el contrato se prolongan en el tiempo,
principalmente, para satisfacer los intereses del comodatario.

Objeto
Pueden constituir el objeto del contrato de comodato tanto cosas inmuebles
como muebles no fungibles. Si bien, en esencia, las cosas fungibles no pueden ser
objeto del comodato, puede que las partes le otorguen esa característica cuando
el comodatario se obligue a restituir las mismas cosas.

En el caso de las heladeras entregadas por Embotelladora del Norte al El Federal


S. R. L., por tratarse de cosas muebles no fungibles, el comodatario estará
obligado a restituir las mismas heladeras recibidas.

Obligaciones del comodatario


Si bien el contrato de comodato es, en esencia, gratuito, el beneficio que recibe
del comodante le impone el deber de cumplir con ciertas obligaciones, las cuales
han sido receptadas en el artículo 1536 del CCCN:

1) Usar la cosa conforme al destino convenido. Cuando las partes hubieran


acordado el destino que debía darse a las cosas entregadas en comodato,
el comodatario cumple ajustándose a las previsiones contractuales. Sin
embargo, si nada se hubiere acordado en ese sentido, será determinante
establecer el destino que se puede dar a la cosa de acuerdo con su
naturaleza o el que tenía al momento de la celebración del contrato.

2) Pagar los gastos ordinarios de la cosa. Son los que surgen del uso mismo
de la cosa, los comunes y regulares, así como también los necesarios para
su conservación.

3) Pagar los gastos realizados para servirse de la cosa. Estos gastos están
referidos al propio beneficio que obtendrá el comodatario por el uso de
la cosa y, en consecuencia, los necesarios para que ese uso se haga
efectivo2.
[2] Art. 1536, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

En el caso presentado, los gastos pueden ser, por ejemplo, la energía eléctrica
que fuera necesaria para la utilización de las heladeras entregadas por
Embotelladora del Norte SA.

Ello se encuentra en consonancia con lo establecido en el artículo 1538 del CCCN,


el cual establece claramente que el comodatario no puede solicitar el reembolso
de los gastos ordinarios realizados para servirse de la cosa3.
[3] Art. 1538, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

4) Conservar la cosa. Cuando finaliza el contrato, el comodatario debe


restituir las cosas; por ende, es claro que debe conservarlas para
restituirlas en el mismo estado en que la recibió4.
[4] Art. 1536, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8
Es en esta cuestión que radica el conflicto suscitado entre las partes
mencionadas, ya que, como comodataria, la supermercadista tenía el deber de
conservar las cosas en el mismo estado en que las recibió para cumplir
completamente con su deber de restituirlas.

5) Responder por la pérdida o deterioro de la cosa. Al ser el comodatario


beneficiado con la cesión del uso de la cosa de manera gratuita, se le
imponen un cúmulo de obligaciones que son de toda justicia. Así, el
artículo 1536, inc. d) establece que el comodatario será responsable por la
pérdida o deterioro de la cosa acaecidos por su culpa o de sus
dependientes e incluso los acaecidos por caso fortuito.5
[5] Art. 1536, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

En el caso propuesto, la restitución de las heladeras con serias deficiencias de


funcionamiento y deterioros imputables al comodatario otorga el derecho a la
embotelladora de solicitar la indemnización de los daños sufridos por el
incumplimiento esencial de conservación de la misma.

6) Restituir la misma cosa con sus frutos y accesorios en el tiempo y lugar


convenidos. Ello resulta lógico, ya que al comodatario solo se le transmite
el uso, no así el derecho a percibir los frutos que la cosa produzca. Esta
restitución se debe realizar en el mismo estado en que la cosa se
encontraba al momento de la celebración del contrato, excepto pacto
contrario. Si existe plazo determinado de vigencia del contrato, la
restitución se realizará a la finalización del contrato, excepto que el
comodante manifieste necesidad de la cosa o que el comodatario le dé
un destino diferente al pactado6. Ahora bien, si no existiera plazo
determinado de vigencia, es decir, si se tratase de un comodato precario,
el comodatario podría restituirla en cualquier momento.
[6] Art. 1539, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Obligaciones del comodante


Asimismo, como principal obligado, el comodante tiene a su cargo las siguientes
obligaciones según lo establecido en el artículo 15407:
[7] Art. 1540, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

1) Entregar la cosa. Constituye una obligación nuclear en este contrato, ya


que de su cumplimiento depende el efectivo uso por parte del
comodatario de la cosa. La entrega debe realizarse en el lugar y el plazo
establecidos en el contrato. A falta de convención, se aplicará lo
dispuesto en los artículos 871 y 874 del CCCN8.
[8] Arts. 871-874, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de https://bit.ly/2tYXaE8

2) Permitir el uso de la cosa. Este deber le impone al comodante una


obligación de no hacer y de abstenerse de desplegar conductas que
restrinjan el derecho del comodatario.

3) Responder por los daños causados al comodatario que fueran


ocasionados por el vicio de la cosa entregada. Son los daños que la cosa
produce en la persona o los bienes del comodatario a raíz de defectos o
vicios de la cosa.

4) Reembolsar los gastos de conservación extraordinarios que realice el


comodatario en la cosa. Estos gastos deben interpretarse como aquellos
gastos que normalmente no son necesarios para el uso y conservación
cotidianos de la cosa. Para ello, el artículo 1540, inc. d) establece como
condición que el comodatario dé aviso de la forma más urgente al
comodante para que este realice los gastos, sin perjuicio de que, si los
gastos por realizar revistieran la naturaleza de urgentes y si una demora
pudiera redundar en un grave perjuicio para la cosa, el comodatario
podría realizarlos por cuenta del comodante9.
[9] Art. 1540, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8
Te recomendamos ver el siguiente video, en el que encontrarás las
características principales de los contratos de mutuo y comodato:

Video 1: Contratos de préstamos


Fuente: DERECHO PRIVADO II y COMERCIAL I UNSE [DERECHO PRIVADO II y COMERCIAL I UNSE]. (20 de mayo de 2020).
Contratos de Préstamo [YouTube]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=T83IsQjtNS0

Extinción del contrato de comodato


El artículo 1541 del CCCN establece cuáles son las causales de extinción del
contrato de comodato, además de las generales para los contratos, entre las que
podemos mencionar las siguientes:
 Por vencimiento del plazo: es una causal lógica en caso de que el
vencimiento haya sido previsto. Ya hemos mencionado que, de no
existir plazo, el comodatario podrá restituir en cualquier momento la
cosa objeto del contrato.
 Por voluntad unilateral del comodatario: como el contrato de
comodato se celebra en interés primordial del comodatario, aún si
existe plazo determinado, este podrá restituir la cosa con anterioridad
al vencimiento del plazo, lo que constituye un claro supuesto de
rescisión unilateral.
 Por muerte del comodatario: por tratarse de un contrato que por
naturaleza es intuitu personae, es decir, que busca beneficiar
exclusivamente al comodatario, el fallecimiento del comodatario es
causa de la extinción del contrato, excepto que se haya pactado lo
contrario10.
[10] Art. 1541, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Referencias
DERECHO PRIVADO II y COMERCIAL I UNSE [DERECHO PRIVADO II y COMERCIAL I UNSE]. (20
de mayo de 2020). Contratos de Préstamo [YouTube]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=T83IsQjtNS0

Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975
Contrato de mandato
En la mayoría de los casos, los actos jurídicos son realizados por sus directos

interesados; sin embargo, hay ocasiones en las que, por motivos de conveniencia

personal del interesado, puede que exista una autorización a un tercero para que

realice actos en el nombre e interés del interesado. Hablamos, entonces, de un

vínculo que surge entre el mandante y el mandatario con base en el contrato de

mandato.

1.
Introducción

2.
Concepto

3.
Formación del contrato

4.
Obligaciones

5.
Referencias

6.
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Introducción
María Eugenia Pacheco ha decidido estudiar Arquitectura. Como vive en
Chivilcoy, la entusiasmó el hecho de que abriera en esa localidad un instituto
terciario que publicitaba las carreras de Contador Público y Arquitectura con el
respaldo de la Universidad Católica de La Plata (UCLP), lo cual fue publicitado por
diferentes medios de comunicación de la ciudad. Eugenia cursó varias materias,
incluso con profesores dependientes de dicha universidad, y obtuvo excelentes
calificaciones.

Sin embargo, los responsables del instituto le comunicaron que el


emprendimiento debía cerrar, por lo cual expidieron un certificado en el que
constaban las materias cursadas y aprobadas. Cuando María Eugenia se dirigió a
la Universidad Nacional de La Plata para continuar la carrera y solicitar el
reconocimiento de las asignaturas cursadas en el instituto, recibió la negativa de
esta universidad, por no tratarse de un certificado oficial. A su vez, la UCLP negó
tener representación alguna en Chivilcoy, pero reconoció la celebración de un
convenio para el dictado de la carrera de Contador que no obtuviera aprobación
por el Ministerio de Educación. Con respecto a la carrera de Arquitectura, no
celebró convenio alguno, pero reconoció que los programas eran idénticos y los
profesores pertenecían a la universidad1.
[1] CACC, Sala I. Pacheco María, E. c. Universidad Católica de La Plata s/daños y perjuicios. (1 de marzo de 2012).
Recuperado de https://bit.ly/39Mlgo2

Concepto
El contrato de mandato tiene como objeto la realización de uno o varios actos
jurídicos en interés de otro, independientemente de que esos actos sean
realizados en representación del mandante o de que el mandatario los realice a
nombre propio.
Figura 1: Contrato de mandato
Fuente: [imagen sin título sobre contrato de mandato], s.f., https://bit.ly/3rle3kY

El contrato de mandato está definido en el artículo 1319 del Código Civil y


Comercial de la Nación (en adelante, CCCN): “Hay contrato de mandato cuando
una parte se obliga a realizar uno o más actos jurídicos en interés de otra”2.

El mandato podrá ser con o sin representación, según el mandatario actúe a


nombre del mandante o a nombre propio.

El mandato es un contrato que descansa en la confianza que posee el mandante


en el mandatario y sus capacidades para la realización de los actos
encomendados.

En el caso de las carreras ofrecidas por el instituto privado de Chivilcoy, no


quedan dudas de que los negocios celebrados con los estudiantes constituían
verdaderos actos jurídicos, un contrato de enseñanza por el pago de un precio en
dinero.
[2] Art. 1319, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Formación del contrato


Los principios generales aplicables para la formación del contrato resultan
aplicables al contrato de mandato. Sin embargo, el CCCN ha destacado la
posibilidad de que las manifestaciones de voluntad que conforman el contrato se
manifiesten de manera tácita. Ello ha sido receptado en el propio artículo 1319
del CCCN.
El mandato puede ser conferido de manera expresa cuando exista una
manifestación oral, escrita o por signos inequívocos de acuerdo con lo establecido
en el artículo 262 del CCCN3.

Además, el mandato puede ser conferido tácitamente, y en este sentido, son las
actitudes del mandante las que harán presumir la existencia del mandato.
[3] Art. 262, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Queda claro, a partir del artículo 1319, que, si el mandante conoce que alguien
realiza actos jurídicos en su interés y aunque puede evitarlo, no lo hace, se
presume que ha otorgado tácitamente autorización para realizarlos.

La posibilidad de determinar la responsabilidad de la Universidad Católica de la


Plata se fundamenta en el conocimiento aceptado de la misma de los cursos
ofrecidos por el instituto y la participación de los profesores de la misma
universidad en su dictado. Se entiende en este caso que ha existido un mandato
tácito otorgado por esta última al instituto para dictar las carreras mencionadas,
de manera tal, que podría haberlo impedido, pero no lo hizo.

Caracteres
Consensual
El contrato de mandato se perfecciona con el acuerdo de las partes sin necesidad
de que alguna de ellas deba cumplir con alguna prestación para que se
perfeccione.

Nominado
Se trata de un contrato que tiene recepción normativa en el CCCN a partir del
artículo 1319.

Oneroso
Este ha sido una de las innovaciones del CCCN en relación con el Código de Vélez.
Originariamente, era un contrato gratuito porque se entendía que se celebraba
en el cumplimiento de un deber de amistad. En el régimen actual, se presume
oneroso, de manera que el mandante deberá abonar al mandatario la prestación
convenida4. Si las partes quisieran darle una naturaleza gratuita, ello deberá
pactarse expresamente.
[4] Art. 1322, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Bilateral
Ambas partes resultan obligadas luego de su celebración. El mandatario tiene la
obligación de cumplir con el negocio encomendado, y el mandante, la de
colaborar con la gestión y abonar la remuneración pactada.

Tipos de mandato

Mandato con representación. Es importante que diferencies los conceptos de


“mandato” y “representación”. El mandato se limita al vínculo que surge entre
mandante y mandatario, y a partir del cual se regularán las obligaciones entre
ellos. La representación surge cuando un individuo realiza actos jurídicos en
nombre de otro, mientras que en el mandato los actos jurídicos se realizan
en interés del mandante.

Cuando el mandato es conferido con representación, los efectos de los actos


jurídicos celebrados por el mandatario se producen directamente en la persona
del mandante.

Recordemos, entonces, las diferencias entre estos institutos:


Figura 2: Diferencias entre representación, poder y negocio base

Fuente: elaboración propia


El poder es la autorización que el interesado otorga al mandatario o
representante para habilitarlo frente a terceros a que realice actos jurídicos en su
nombre.

La representación hace a esta facultad de celebrar actos jurídicos en nombre de


otro, de manera que los efectos de negocio se produzcan entre el representado
y los terceros.

El mandato es el contrato celebrado entre mandante y mandatario que regula el


vínculo interno entre ellos.

Mandato sin representación: Cuando el mandato es otorgado sin


representación, los actos que realiza el mandatario lo vinculan directamente con
quienes los ha celebrado, ya que se entiende que los realiza a nombre propio.
Ahora bien, el artículo 1321 del CCCN establece que el mandante puede
subrogarse en las acciones que tiene el mandatario con los terceros5.
[5] Art. 1321, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

El contrato de mandato requiere de una actitud colaborativa, de manera que.


aunque el mandatario actúe a nombre propio, lo hace en interés ajeno. Es por
esto que se hace necesario que el mandatario transmita los efectos de los
negocios celebrados al mandante. De hecho, una de las obligaciones que impone
el CCCN en el artículo 1328 inc. c) al mandante es la de “liberar al mandatario de
las obligaciones asumidas con terceros”6.
[6] Art. 1328, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/2tYXaE8

Referencias
[Imagen sin título sobre contrato de mandato], (s.f.). Recuperado de
https://www.gerencie.com/contrato-de-mandato.html
CACC, Sala I. Pacheco María, E. c. Universidad Católica de La Plata s/daños y perjuicios. (1 de marzo
de 2012). Recuperado de https://informacionlegal-com-
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105&docguid=ifa20fda40e5a7bd0eb28d70421f5def3&hitguid=ifa20fda40e5a7bd0eb28d70421f5d
ef3&tocguid=&spos=3&epos=3&td=21&ao=i0adfab8ac74b1d1f81c755df29aad1d3&searchfrom=&
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Garzón, R.; Macagno, A. (2016). Una situación jurídica llamada "representación" con autonomía
funcional pero vinculada al contrato de mandato. En RCCyC p.193.

Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975
Contrato de depósito
El contrato de depósito es aquel que tiene en miras la guarda de las cosas que el
depositante le confía al depositario. Esta es la finalidad característica y común a
las diferentes modalidades, aun a aquellas relaciones en las que el depósito es un
vínculo accesorio de otro principal.

La custodia a la que se obliga el depositario es siempre efectuada en interés del


depositante y se completa con la de restitución de la cosa depositada. Esta es una
consecuencia natural de este contrato, que implica la custodia temporal de la
cosa en interés del depositante.
1.
Introducción

2.
Contrato de depósito

3.
Obligaciones del depositario

4.
Obligaciones del depositante

5.
Clases de depósito

6.
Video conceptual

7.
Referencias

8.
Revisión de Módulo

9.
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Introducción
Delia es una importante artista plástica argentina. El Centro Cultural Rojas,
dependiente de la UBA, organizó una exhibición de las obras de Delia en la Ciudad
de Buenos Aires.

Los contratos celebrados fueron de los denominados “de exhibición de obras de


arte”. Las partes convinieron la entrega y el traslado de los trabajos a Capital
Federal, los cuales quedaron bajo la guarda del Centro Cultural Rojas y de Mariana
Eugenia Ron, dependiente de esa institución y encargada del proyecto. Las obras
ingresaron al Depósito Norte, de María del C. Terranova, con quien Ron celebró
el contrato de depósito pertinente, que duraría seis meses. Este último contrato
no se celebró por escrito.

La UBA, de quien depende el Centro Cultural Rojas, abonó un canon mensual de


USD 149,79 por el depósito de las obras en el predio de Terranova.

A los dos meses de celebrado el contrato entre Ron y Terranova, ocurrió un


incendio en el referido depósito, causado por un corto circuito que destruyó toda
la obra de la artista (bocetos, diseños, dibujos y fotografías) (Actualidad Jurídica,
2020).

Contrato de depósito
El artículo 1356 del Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante, CCCN)
define este contrato como aquel en el que una parte se obliga a recibir de otra
una cosa con la obligación de custodiarla y restituirla con sus frutos1.

Esta obligación de custodia por parte del depositario no se limita a conservarla,


sino también a preservar su valor de cambio y su destino económico. De allí, que
el depositario deba responder, por ejemplo, por su sustracción o deterioro.

No se menciona como una obligación del depositante la entrega de la cosa. Ello


se debe a que el interés que se encuentra en juego no es el del depositario, sino
el de quien entrega la cosa y tiene la libre decisión de dar o no sus bienes para
resguardo.

Debido a que por el contrato de depósito no se transmiten ni se constituyen


derechos reales, excepto en el caso del depósito irregular2, sino que solo se
transmite la tenencia de una cosa para su custodia, no es necesario que el
depositante justifique ser titular del dominio de la cosa entregada en depósito3.
La legitimación para solicitar su restitución surge del propio contrato de depósito.

[1] Art. 1356, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[2] Art. 1357, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[3] Art. 1365, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Caracteres
Consensual. El CCCN ha innovado respecto de lo que preveía el Código Civil de
Vélez en cuanto a que este caracterizaba al contrato de depósito como real, lo
cual implicaba que el contrato no se perfeccionaba hasta tanto el depositante
entregará la cosa objeto del depósito. Con la nueva regulación y la eliminación de
la categoría de contratos reales, el depósito es ahora un contrato consensual, es
decir, que se perfecciona con el mero acuerdo de partes. Ello se desprende de la
definición del artículo 1356 CCCN cuando reza: “cuando una parte se obliga a
recibir de otra”4.

[4] Art. 1356, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Oneroso. En el CCCN se presume que el contrato de depósito es oneroso, lo que


significa que a la obligación de custodia por parte del depositario le corresponde
la obligación de abono de una remuneración por parte del depositante. Si las
partes quieren celebrarlo con carácter gratuito, se deberá pactar expresamente,
ya que este supuesto implica la realización de una liberalidad por parte del
depositario, quien no recibirá ninguna remuneración por la custodia que asume.
Sin embargo, aún en este caso, el depositante deberá reembolsar al depositario
los gastos razonables en que incurra para la guarda y restitución.

La presunción de onerosidad también constituye una modificación del régimen


del Código de Vélez, ya que en él se presumía la gratuidad del contrato de
depósito.
En el caso del contrato de depósito celebrado a través de Ron por la UBA, no
quedan dudas de que es oneroso; esta última se obligó a pagar una suma mensual
por la custodia de las obras de arte.

Unilateral o bilateral. El contrato de depósito será unilateral o bilateral según su


carácter oneroso o gratuito. Si el contrato es oneroso, también será bilateral, ya
que a la obligación del depositario de custodiar y restituir la cosa entregada se
contrapone la del depositante de pagar la remuneración pactada. Cuando se
pacte la gratuidad del depósito, solo nace para el depositario el derecho a solicitar
el reembolso de los gastos que le hubiere insumido la custodia.

No formal. El contrato de depósito por regla es un contrato no formal, no hay una


solemnidad en particular que se exija para su celebración. Sin embargo, cuando
se trata de un contrato celebrado con casas de depósito5, la ley impone la entrega
de un recibo por los bienes recibidos en custodia6. Esta forma es exigida a los
fines de la prueba, por lo que su inobservancia no afecta la validez del contrato,
sino tan sólo la posibilidad de su acreditación. En tal caso, es aplicable el art. 1020,
que admite otros medios de prueba cuando se den las circunstancias que la
misma norma prevé. En materia de depósito, habitualmente, se utilizan otros
medios, como tiques de estacionamiento, simples recibos, etcétera.

De duración. Para poder cumplir con el objetivo de la guarda o custodia de los


bienes entregados, será necesario un período de tiempo de acuerdo con las
necesidades del depositante y con lo acordado en el contrato. Por lo tanto, el
contrato de depósito será un contrato de duración al que le será aplicable lo
dispuesto en el artículo 1011 del CCCN7.

[5] Art. 1376, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[6] Art. 1377, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[7] Art. 1011, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

De consumo. Las previsiones de los artículos 1092 y 1093 del CCCN8 serán
aplicables a todos aquellos casos en los que el depositario fuera un profesional,
proveedor de ese servicio, aunque el deber de custodia lo fuera de manera
accesoria a otras prestaciones. Uno de los supuestos especialmente regulados es
el de las casas de depósito arriba referido (artículos 1376 y 13779).
[8] Arts. 1092-1093, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[9] Arts. 1376-1377, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Objeto
No existe previsión legal respecto de qué bienes pueden ser objeto del contrato
de depósito, salvo la referencia a “cosas” del artículo 1356 del CCCN10, las que
deben ser restituidas con sus frutos. Es por eso que se entiende que puede
celebrarse para la custodia de bienes muebles o inmuebles. En caso del depósito
irregular, rige el artículo 1367 del CCCN11.

[10] Art. 1356, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[11] Art. 1367, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Plazo
El contrato de depósito no tiene plazos mínimos ni máximos determinados. El
artículo 1359 del CCCN prevé que, si se ha convenido un plazo, y en tal caso, este
será en interés del depositante, quien podrá exigir su restitución en cualquier
momento12. No obstante, si el depósito fuere gratuito, el depositario puede
restituir la cosa al depositante en cualquier momento, manteniendo su derecho
al reintegro de los gastos que hubiera insumido la custodia.

[12] Art. 1359, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Obligaciones del depositario


Obligación de guarda
Es esta la obligación principal del depositario, por lo que es necesario determinar
cuál será la diligencia que deberá observar el depositario para la custodia de los
efectos que le son confiados.

El artículo 1358 prevé que le serán exigibles al depositario dos estándares de


conducta diferentes, según la gratuidad u onerosidad del contrato de
depósito13. En aquellos casos en los que el depósito sea acordado a título
oneroso, la diligencia requerida al depositario debe ajustarse a las reglas de
conducta propias del profesional diligente, cuya responsabilidad siempre es
objetiva. En este sentido, atendiendo a la profesionalidad del depositario, la
conducta exigible será la del buen hombre de negocios, que incluye deberes de
garantía, seguridad, información, además del deber principal de guarda.

Si el depósito se ha celebrado a título gratuito, no es razonable exigirle al


depositario una diligencia mayor que la que pone en el cuidado de sus propias
cosas. La doctrina, con fundamento en el artículo 512 del Código Civil de Vélez,
sostenía que el depositario no estaba obligado a salvar las cosas depositadas
antes de las propias, por ser autor de una liberalidad, dado que este contrato se
presumía gratuito14. En tal caso, el depositario no necesita ir más allá de la
conducta que normalmente despliega en sus asuntos, ya que es ese
comportamiento el que el depositante ha tomado en cuenta para darle su propia
cosa en depósito.

Es destacable la novedosa previsión del artículo 1362 del CCCN, según el cual, en
aquellos casos en los que se haya estipulado una modalidad específica de realizar
la custodia y, por circunstancias sobrevinientes, fuera necesario modificarla, los
cambios deberán comunicarse de inmediato al depositante15. De esto se colige
que, si el depositario es un profesional que desarrolla un modo especial de
custodia, no será necesario detallar las condiciones en que esta se llevará a cabo.
En este caso, los usos y costumbres serán determinantes para dirimir cualquier
controversia en ese sentido. Sin embargo, si las partes han acordado modalidades
específicas para su ejecución, cualquier cambio de circunstancias sobrevinientes
deberá ser notificado por el depositario al depositante. A su vez, si los cambios
implicarán también una modificación importante en el precio acordado, el
depositante podrá rescindir el contrato. La valoración de las circunstancias
sobrevinientes corre por cuenta del depositario, de manera que, si las
modificaciones fueron innecesarias o causaron daños en las cosas depositadas,
este deberá indemnizar al depositante.

Cuando se trate de un depósito irregular, en el que las cosas fungibles pasan al


dominio del depositario16, la custodia ya no está orientada a mantener su
individualidad, sino su valor de cambio, pues el depositario está obligado a
restituir cosas equivalentes en cantidad y calidad.

La obligación asumida por Terranova era principalmente de custodia de las obras


de arte de Delia, las cuales, por ser únicas, requerían de un deber de diligencia
especial. El incendio y la pérdida de las obras constituyen un incumplimiento
esencial de las obligaciones de Terranova como depositaria.

[13] Art. 1358, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[14] Art. 512, Ley 340. Código Civil de Argentina. (1871). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://bit.ly/37UUrK0

[15] Art. 1362, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[16] Art. 1367, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Prohibición de usar la cosa


Este límite es impuesto por el artículo 1358 del CCCN, lo cual tiene su fundamento
en el hecho de que, si el depositario tuviera la facultad de uso, se vería afectado
el equilibrio económico del contrato, puesto que, además de percibir una
remuneración, se beneficiaría con la utilización de la cosa17. No obstante, esta
prohibición no es absoluta y debe ser analizada de acuerdo con las circunstancias
que pueden rodear la ejecución del contrato. En algunos supuestos, la utilización
de las cosas será necesaria para su correcta conservación; en otros, se podrá
realizar siempre lo que sea en beneficio del depositante. Consecuentemente, se
debe interpretar que la actitud prohibida es la de “servirse de la cosa”, es decir,
una utilización en exclusivo provecho del depositario, como la percepción de
frutos. En caso de inobservancia de esta prohibición, el depositario deberá
indemnizar en los términos del artículo 778 del CCCN18.

[17] Art. 1358, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[18] Art. 778, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Deber de restitución
El depositario debe restituir los bienes que le han sido confiados al depositante.
El artículo 1363 del CCCN19 regula dos situaciones que pueden presentarse en
este caso: a) si se ha previsto que la restitución se realice al depositante o a otra
persona determinada en el contrato, el depositario cumple con su obligación
devolviéndole a la persona indicada, lo que podrá realizarse incluso sin
autorización del depositante; b) si las cosas fueron depositadas en interés de un
tercero, se trata de un supuesto de estipulación a favor de tercero, regulado en
los artículos 1027 y 102820. En este caso, el tercero beneficiario no podrá
modificar las condiciones pactadas para la custodia de los bienes, ni solicitar la
restitución anticipada, facultades que solo competen al depositante, excepto que
dicha facultad se le haya concedido expresamente.

En cuanto al lugar de restitución, se estará en el que hayan acordado las partes.


En caso de silencio o falta de claridad en este sentido, el artículo 1361 del CCCN
establece que la restitución se realizará en el lugar donde debía realizase la
custodia21.

Finalmente, el artículo 1366 regula el supuesto en el cual los herederos del


depositario hayan enajenado de buena fe las cosas depositadas22. Por aplicación
de los principios generales de transmisión de los efectos del contrato23, el deber
de custodia y restitución de las cosas confiadas al depositario fallecido recae
sobre los herederos. En el supuesto de enajenación de buena fe, los herederos
deberán entregar al depositante el precio percibido, aunque este no fuere el
precio de plaza.

Para aquellos casos en los cuales el precio aún no haya sido pagado, y a fin de no
perjudicar a los terceros adquirentes de buena fe, los herederos deberán ceder
al depositante el crédito que corresponda. Si me dio mala fe en la enajenación
efectuada por los herederos del depositario, deberán ceder además lo
correspondiente a los daños y perjuicios que esta transmisión ocasione al
depositante.

[19] Art. 1363, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[20] Arts. 1027-1028, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[21] Art. 1361, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[22] Art. 1366, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[23] Art. 1024, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Obligaciones del depositante
Pagar la remuneración
En virtud de la presunción de onerosidad que caracteriza al contrato de depósito,
una de las obligaciones primordiales del depositante es pagar la remuneración
pactada al depositario. En ese sentido, el artículo 1360 del CCCN dispone que el
depositante debe pagar la remuneración pactada por todo el plazo acordado
excepto pacto en contrario24. En consecuencia, para el caso en que el depositante
decida solicitar la restitución anticipada de la cosa depositada, igualmente deberá
abonar la totalidad de la remuneración. De otro modo, la legítima expectativa en
cuanto a la percepción del precio que surge para el depositario al momento de la
celebración del contrato se vería frustrada por la sola voluntad del depositante.

[24] Art. 1360, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Pagar los gastos


En atención a que la custodia se realiza en exclusivo interés del depositante, este
deberá reintegrar al depositario los gastos extraordinarios que haya tenido que
efectuar para la conservación de la cosa depositada. Debe tratarse de gastos
necesarios, que no pudieron ser previstos al momento de la celebración del
contrato y de los cuales se deberá dar noticia al depositante. Con el solo aviso, el
depositario queda liberado de responsabilidad (según se establece en el segundo
párrafo del artículo 136025.

Si los gastos tuvieran el carácter de urgentes, sin los cuales la cosa no puede ser
conservada, el depositario estaría facultado a realizarlos a exclusiva cuenta del
depositante, ya que, de otro modo, no cumpliría con el deber de custodia.

Si el depósito fuera gratuito y surgiera la necesidad de realizar gastos, el


depositario no estaría obligado a afrontarlos y se liberaría restituyendo las cosas
al depositante, en uso de la facultad que le acuerda el artículo 1359, segunda
parte26.

[25] Art. 1360, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[26] Art. 1359, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
Responsabilidad por la pérdida de la cosa
De acuerdo con el artículo 1364 del CCCN, el depositante es responsable de la
pérdida de la cosa, siempre que ella no se produzca por culpa del depositario27.
Es aplicable a este caso el principio res perit domino, en tanto el depositante no
transmite el dominio de las cosas al depositario, su pérdida o deterioro son a su
cargo.

Esta regla es aplicable al depósito regular, en el cual el depositario debe restituir


las mismas cosas que recibió; no así en el depósito irregular, en el cual cumple su
obligación restituyendo la misma cantidad y calidad, y debe soportar el caso
fortuito.

[27] Art. 1364, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Clases de depósito
El contrato de depósito puede clasificarse siguiendo dos criterios rectores: según
la naturaleza de los bienes que sean objeto del mismo y según las circunstancias
que rodean la celebración del contrato. Atendiendo a la índole de los bienes, el
depósito podrá ser regular o irregular. Según las circunstancias, será voluntario o
necesario.

El depósito regular
El Código de Vélez realizaba una sistematización de las normas del depósito atendiendo a
la naturaleza de los bienes depositados, clasificando el contrato en regular e irregular,
según si el depositario debía restituir la misma cosa u otras de la misma calidad y
cantidad. En el Código Civil y Comercial, estas categorías subsisten, por lo que el depósito
regular es la regla a la cual se le aplicarán las disposiciones ya analizadas, mientras que,
para el irregular, rige el artículo 136728.

[28] Art. 1367, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

En el depósito regular, el depositario está obligado a restituir la misma cosa


porque solo se le transmite la tenencia, con la consecuente obligación de custodia
en interés del depositante. Por excepción, puede ser que los bienes dados en
depósito sean fungibles o consumibles por su naturaleza y que las partes hayan
querido que se restituyan las mismas e idénticas cosas. Esto sucede si se entregan
billetes con indicación de su numeración o piezas de monedas antiguas, que, si
bien por naturaleza son fungibles, tienen características que las hacen únicas.

El contrato de depósito celebrado entre la UBA y Terranova constituye un


supuesto de depósito regular, ya que las obras de Delia no son cosas fungibles.
Ello coloca al depositario en la obligación de restituir las mismas cosas recibidas
en el estado en que se encontraban al momento de la celebración del
contrato. Este deber no fue cumplido por Terranova, lo cual la obliga a
indemnizar los daños a Delia.

El depósito irregular
El depósito irregular es aquel en el cual el depositante entrega cosas fungibles al
depositario, que adquiere el dominio de ellas aunque el depositante no autorice
su uso o lo haya prohibido29. La característica determinante de esta clase de
depósito es que el depositante no las haya entregado en saco cerrado; en tal caso,
no está obligado a restituir las mismas cosas, porque, si las cosas están en algún
contenedor o saco del cual no ha entregado las llaves al depositario, se entiende
que este no podrá utilizarlas y debe restituir las mismas cosas dadas en custodia.

El desplazamiento del dominio al depositario desplaza también el riesgo por


pérdida o deterioro de las cosas, que serán por cuenta del depositario, sin que
pueda invocar las eximentes de responsabilidad como el caso fortuito o la culpa
del tercero.

Se puede decir que el criterio correcto para diferenciar el depósito regular del
irregular será la posibilidad de que las mismas sean individualizadas. La alusión a
cosas fungibles puede incluir dinero, productos agrícolas, bienes manufacturados
que puedan ser fácilmente reemplazados por otras de idéntica calidad.

El segundo párrafo del artículo 1367 del CCCN establece que, si se entregan cosas
fungibles, de las cuales el depositario tiene la facultad de servirse, se aplicarán las
reglas del mutuo30. Solo una línea delgada permite diferenciar el contrato de
mutuo del depósito irregular, ya que en ambos el objeto del contrato son cosas
fungibles. Sin embargo, el contrato de depósito se celebra en exclusivo interés
del depositante, quien podrá solicitar la restitución de las cosas entregadas antes
del plazo acordado. Por otro lado, el contrato de mutuo se celebra en interés del
mutuario, por lo cual el mutuante no podrá solicitar su restitución antes del plazo
acordado
[29] Art. 1367, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[30] Art. 1367, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

El depósito voluntario
Es aquel que surge como consecuencia del pleno ejercicio de la autonomía de la
voluntad, que permite a las partes elegir libremente a su cocontratante, en
especial, el depositante, quien escogerá al depositario de acuerdo con las
condiciones personales y profesionales de este.

El depósito necesario
El artículo 1368 del CCCN regula el depósito necesario, el que se configura en
aquellos casos en los que el depositante no es totalmente libre en la elección de
la persona del depositario por circunstancias que lo someten a una necesidad
urgente de resguardar sus bienes31.Debe tratarse de situaciones que reúnan las
características de fuerza mayor, y están incluidos aquellos casos en que el
depósito es consecuencia de otro contrato de diferente naturaleza, como lo es el
depósito en hoteles y otros establecimientos asimilables, cuyas características
permiten calificar el depósito como un supuesto de conexidad contractual en el
que confluyen una serie de variadas relaciones. Estos supuestos están enunciados
en el artículo 137532.

En esta clase de depósito, la situación de necesidad no excluye la autonomía de


la voluntad, sino que ésta se ejercita con restricciones porque el depositante
presta su consentimiento pero en el contexto de circunstancias que no le
permiten actuar con libertad en la elección del depositario.

[31] Art. 1368, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[32] Art. 1375, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8
VIDEO CONCEPTUAL.

Referencias
Actualidad Jurídica, (2020). Arte en llamas: Depositario es responsable por la destrucción total de
las obras de una artista plástica al incendiarse el inmueble en el que eran guardadas, ya que la
obligación más importante era su conservación y custodia. Recuperado de
https://actualidadjuridicaonline.com/arte-en-llamas-depositario-es-responsable-por-la-
destruccion-total-de-las-obras-de-una-artista-plastica-al-incendiarse-el-inmueble-en-el-que-eran-
guardadas-ya-que-la-obligacion-mas-importante-era-su/

Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Ley 340. Código Civil de Argentina. (1871). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texact.htm

Revisión de Módulo
LECCIÓN 8 de 9
Hasta acá aprendimos

Contrato de fianza

En esta lectura reconocemos los caracteres principales del contrato de fianza y principalmente los
efectos que cada una de ellas produce entre las partes y el deudor afianzado. Asimismo, nos
referimos brevemente a una modalidad de uso frecuente en la vida negocial como lo es el principal
pagador.

Contrato de comodato

En esta lectura identificamos a las partes que forman parte de este contrato y principalmente, las
obligaciones que surgen para ellas, en especial para el comodatario, quien, por beneficiarse con este
contrato debe conservar las cosas recibidas gratuitamente.

Contrato de mandato

Aquí identificamos institutos como la representación, el poder y el mandato los cuales tienen
características propias. Además, identificamos cuáles son las obligaciones de mandante y
mandatario, y cuándo hablamos de mandato tácito.

Contrato de depósito

Del análisis de esta lectura podemos advertir cuáles son las obligaciones principales del depositario
y en especial cuáles son las clases de depósito reguladas por el CCCN y qué efectos produce entre
las partes.

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