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La gestión pedagógica de la escuela (Espeleta – Furlán)

A lo largo de la gestión implementada en las escuelas se ha generado un fuerte impacto


en ellas, un ejemplo podría ser Brasil, donde los profundos cambios políticos, tecnológicos
y sociales que están en curso en el escenario mundial y los desafíos están en
transformaciones planteados a los sistemas educativos. Otro impacto es la constatación
del proceso de agotamiento de los paradigmas teóricos que empleamos para analizar y
proponer solución a los graves problemas educacionales.  Entender la escuela es
realimente un desafío permanente. Hubo épocas en que se estuvo aprisionado en ella, por
prácticas y reflexiones bastante ingenuas. Se llegó a creer que por medio de la educación
escolar se podría cambiar la sociedad, terminar con la injusticia social y promover la
distribución de la renta.
En este esfuerzo por rescatar a la escuela del abismo en que parecía ahogarse, fue el
proceso de transmisión y apropiación del conocimiento la tierra firme en que se logró
sustentar su defensa. Fue a partir de este punto que la calidad de la enseñanza se planteó
con la misma importancia que la democratización de las oportunidades de acceso a la
escuela. Mientras emprendíamos nuestros accidentados análisis de la escuela,
Latinoamérica vivía importantes procesos de cambios políticos-institucionales en periodos
llamados de transición democrática de los cuales no estuvimos ausentes. Se enfatiza que
las relaciones escuela-sociedad están fuertemente impregnadas de las características de la
organización del Estado tal como este se constituyó en nuestros países.  Las nuevas
propuestas políticas educativas establecen como objetivo principal el mejoramiento
cualitativo de la enseñanza. El enfoque que los docentes le dan a la equidad ha producido
una expansión de las instalaciones físicas y del número de docentes, sin embargo se sigue
sin garantizar la enseñanza eficaz en las escuelas, es interesante como existen países con
lugar para toda la población, sin embargo las instituciones que se encuentran inútiles y
sobrecargadas, donde los profesores faltan constantemente y hay salones con más
alumnos de los que deberían. Aquí se observa la desigualdad, donde el que puede entra a
una escuela pública que cuenta con mejores condiciones técnicas y materiales, y los que
no, tendrán que conformarse con una escuela donde hagan falta profesores, sillas,
pizarrón o hasta plumones.  La función de la escuela y el proceso pedagógico a nivel de
gestión institucional, crean una gran cantidad de demandas de profesionales especialistas
en áreas de educación, tales como directivos, administradores, psicólogos escolares,
fonoaudiólogos, nutricionistas, asistentes sociales y otros más. La razón de esta gran
demanda es porque aunque la enseñanza siga siendo una meta importante, la oferta de
enseñanza superior ir privada creció más. Gran parte de estos profesionales tenían en la
escuela una segura y estable oportunidad de empleo. La escuela fue lenta pero
continuamente transformándose en espacio de trabajo. Existe algo realmente grave que
neutraliza a los profesionales al momento de responder ante un desafío de gestionar,
cuantos más niños carentes se encuentran en el aula, pareciera ser que la escuela pierde
cada vez más la visión del conjunto y el poder de decisión.
La distribución de los recursos humanos y la estabilidad del empleo son entendidas como
una permanencia en la escuela, impidiendo que se ejerza la selección de docentes y la
autonomía para mantenerlos, despedirlos o colocarlos de acuerdo a sus necesidades de su
propuesta pedagógica y a su vez el espacio que fue quedando para la decisión al nivel de
la escuela es cada vez menor, además el deterioro de los cursos de formación docente
impide este ejercicio de autonomía por ausencia de capacidad de gestión, de dominio de
los contenidos curriculares, de conocimiento sobre procesos de aprendizaje y
determinaciones en las condiciones de organización de la enseñanza.
El nuevo enfoque de las políticas educativas ha desarrollado profundidad en las demandas
de la sociedad a los sistemas de enseñanza motivadas por el avance tecnológico, mientras
que también ha provocado un agotamiento del modelo económico basado en el bajo
costo de la mano de obra y en la abundancia de materia prima.  La importancia de la
educación en la pauta de las políticas gubernamentales está siendo entendida no
solamente como una exigencia sino también como necesidad estratégica de los países en
la promoción del desempeño social y económico de su población.
En el caso de América Latina, se necesitará alcanzar un equilibro entre los ejes de la
organización institucional de los sistemas educativos: la descentralización y la integración. 
En la descentralización se tiene como objetivo llevar a las escuelas los recursos materiales
y los aportes técnicos necesarios para una eficiente organización de la enseñanza. En el
sentido de la integración, se deben considerar los aspectos de evaluación de resultados y
responsabilidad de las escuelas, la corrección de los desequilibrios regionales, el
establecimiento de criterios básicos para el uso de los recursos humanos, el diseño de
estrategias para desarrollar la capacidad de gestión al nivel de la escuela y del sistema
educativo, para convivir con los conflictos, y compartir la responsabilidad de rendir
cuentas en los resultados.  El equilibrio entre descentralización e integración plantea
dificultades, sin embargo es importante no repetir el error de sobrevalorar los medios y en
cambio entenderlos como medios para promover la calidad.
La investigación e innovación sobre la gestión pedagógica de los equipos de profesores se
centran en la necesidad de entender el desarrollo del currículo en contexto prácticos, las
derivaciones procedentes de una forma colegiada de entender el pensamiento y
comportamiento de los profesores y la experiencia intelectual y practica derivada de la
evaluación.  El papel de la gestión, más que minimizado parece descartado, de hecho, en
el universo de la formación profesional, la representación del mundo escolar asimila la
débil noción de gestión al terreno de lo administrativo que no llega a rozar el campo del
currículo.

El crecimiento de complicación y lentitud excesiva en la realización de estas gestiones, que


acompaña a la expansión del sistema educativo, genera requerimientos que amplían
permanentemente las obligaciones de las escuelas.

En este contexto, los problemas pedagógicos encuentran su lugar casi exclusivo en el


espacio destinado para que el maestro cumpla con su trabajo: en las aulas, es decir en el
horizonte de cada docente con sus niños.

La atención a la gestión pedagógica, como focalización de un campo de problemas,


permite advertir articulaciones que desafían la capacidad de desplegarlas y mostrar su
significación.
Gestión pedagógica es un concepto pertinente a la escala de las unidades escolares; las
escuelas singulares son al mismo tiempo su condición de posibilidad y su ámbito de
existencia.

Hablar de gestión pedagógica implica tener un puente hacia las gestiones políticas,
administrativa y técnica cuya auto nominación en los niveles superiores a la escuela les ha
hecho prescindir de esta instancia donde sus políticas para realizarse necesariamente
confluyen.

Para la articulación teoría de los procesos cotidianos la categorización de ‘’sujeto’’ es la


referencia central. Este sujeto se constituye el cruce de múltiples relaciones sociales y
decanta interés y valores personales múltiples y aun contradictorios. La inserción del
maestro en la escuela reconoce una doble e inseparable vinculación pedagógica y laboral.

La docencia constituye un mercado cuyo crecimiento comparativamente, se mantiene.


Para algunos, la escuela resuelve principalmente esta necesidad de trabajar; para otros es
también un ámbito de la realización personal.

Las practicas que sostienen la doble calidad de profesional y asalariado ayudan a


comprender mejor las tan heterogéneas relaciones como la docencia que pueden
encontrarse en el magisterio y asimismo, a descubrir en la escuela ámbitos, significados,
estructuras, controles que amplían su generalizada y dominante representación
unidimensional como agencia de trasmisión de valores y conocimiento.

El objetivo de elevar la calidad del servicio junto a la calidad de la enseñanza sucede hoy
en el momento en que todo gira alrededor del adelgazamiento del Estado. La concepción
de fondo sobre la operación de los establecimientos, no parece haber cambiado, aunque
el tema de la gestión ha sido destacado en las nuevas políticas.

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