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EL ACOMPAÑAR PARA

CREER.

Manuela Orellana Alvarez


  09/07/2021
Prof. Rodolfo Núñez
La religiosidad de los jóvenes hoy en día es que ellos están aún lado de la iglesia,
al parecer ellos están sacando a la luz cosas muy validas, están en una búsqueda
e inquietud donde no quieren seguir normas y cada uno sigue su rumbo sin mucha
comprensión. “El desarrollo de una persona se daría relación a tres ejes
temporales: el de su nacimiento, el de la historia en que este se dio y el de la
sociedad en que vive” Haude, citado en Undurraga, 2010.

Con respecto a las personas somos una realidad biológica, nuestra cultura está
integrada dentro de nuestro desarrollo desde el comienzo, nos expresamos de una
forma muy diversa desde el nacimiento a la muerte, tenemos que considerar que
este proceso tiene tres dimensiones un tiempo individual, otro histórico y otro
social. Podemos definir que nuestros procesos de superación y crecimiento nos
ayuda a identificar nuestros verdaderos intereses y objetivos.

En esta modernidad vivir lo cotidiano y lo excepcional es un proceso de


personalización esto quiere decir que debemos vivir de una manera organizada y
orientada cumplir reglas impuestas por las personas, las familias, las instituciones
donde estás se adaptan para incitar en la participación de cosas que se tiene en
común entre ellas, ejemplo el placer, el tiempo libre y el ocio son finalidades o el
objetivo de vida. En nuestra comunidad se da mucho esto por la sencilla razón de
que los jóvenes no participan, sus objetivos son otros y ya no buscan el bien
supremo de la vida humana.

Lipovesky; en la modernidad de hoy cada vez más está invadida de cosas


superficiales que en la práctica le llamamos ligereza donde nuestras vidas pasan a
ser totalmente individualistas y que la razón del ser es el ligera miento de la vida,
vivimos el vacío del consumismo embargando nuestro ocio, sexo, nuestra política,
nuestras relaciones laborales y nuestra comunicación. Es inevitable que la ligereza
es el precio que debemos pagar por nuestra libertad.

La sociedad individualista te ofrece condiciones de vidas ligeras (placer, turismo,


bienestar y tecnologías) pero la vida es un peso. El consumo es ligero, pero se
vuelve una carga, se vuelve un trabajo si el presupuesto no es tan grande como
tus necesidades.
Los cambios que experimentan las creencias religiosas dentro de mi comunidad
se dan en el contexto de diversos encuentros con la pastoral juvenil, adultos y
también elaborando nuevos proyectos donde tratamos de integrar a los niños. La
ideología que hay hoy en día en los jóvenes está corriendo una suerte de
desamparo. Hay mucha juventud desamparada sin creencia alguna, creo que
debemos identificarla falla de esto, es que dentro de su núcleo a lo mejor no fue
comprendido y quiso revelarse por otra parte a veces los padres siendo muy
creyentes, los hijos no lo hacen, por eso es diverso todo esto de la aproximación
de la creencia de los jóvenes, tiendo a pensar que no se practica la creencia por
temor a la sociedad al qué dirán o porque en verdad la juventud no se siente
representada por ninguna religión, debemos asumir que la juventud abandona
progresivamente la religión.

“Los jóvenes cada vez más se distancian de los ritos y actos religiosos
dominantes. Podemos hablar de que se alejan de la práctica religiosa accidental
dominada fundamentalmente por el catolicismo romano. No van a misa por gusto
para decirlo más claro, este es un ejemplo común que visibiliza una molestia
mayor; no están de acuerdo con el modelo religioso heredado por sus padres” –
Alejandro Ortiz.

Los jóvenes no son devotos ni practican ninguna religión, como las generaciones
pasadas, se dice que ya no creen, aunque esto es inexacto como veremos, es
cierto que a las nuevas generaciones juveniles les cuesta mantenerse dentro de la
religión expresar la fe heredada por sus padres y todo lo que conlleva con ella es
algo muy poco significativo para la juventud y es ahí donde puede parecer un poco
terrible para generaciones más mayores, esto no inquieta para nada a estas
nuevas generaciones “no pasara nada dirán ellos”.

También se puede decir que los jóvenes de hoy no se sienten muy acompañados,
y ese es un muy buen motivo para no sentir esta creencia y menos tener una
aproximación a la iglesia. Ellos están en esa búsqueda donde se encontrarán con
muchas cosas que los desviarán en otro sentido y así ellos no tendrán que dar
mucho de ellos. Hay que buscar maneras de experiencias en el acompañamiento
sin pasarlos a llevar que no sea de modo fuerte para aproximarse a ellos, si no
con mucha comprensión y cariño. La catequesis es una buena instancia para tener
ese acercamiento mirándolo como primera opción, donde la persona a cargo de
este acercamiento desee asumir esta responsabilidad, siendo verdaderamente un
creyente desde donde se puede dar vida a algo muy hermoso (como las
enseñanzas de Jesucristo, anunciando la buena noticia) dejando de lado todo tipo
de comportamientos erróneos que puedan confundir al acompañado, siempre se
debe buscar el bien del otro con la verdad de nuestra creencia y para que exista
una relación más personal con Dios.

Para que los jóvenes no tengan dudas de fe, debemos replantearnos como iglesia
que todo lo que requiere en torno a la veracidad de las afirmaciones de esta,
siempre deben estar abiertos a hablar las cosas sobre todo en estos tiempos de
angustia y crisis que viven los jóvenes a no ocultar la verdad creo que así
podremos avanzar hacia un mundo más verdadero para que nuestra iglesia sea
de verdad siempre admirada y querida por los jóvenes, dejando egoísmos y
egocentrismos a un lado y a las personas que les parezca que los jóvenes están
demás, están equivocadas.

Los jóvenes deben ser el protagonista y en acción como dice el papa, la iglesia los
necesita, la fe y el discernimiento deben ser temas centrales para los jóvenes,
incorporándose dentro de lo que se pueda al tema religioso para que haya una
construcción de identidad personal y tener una relación con Dios, que descubran y
exploren como es el amor de Dios y actuar como guías formando referencias
juveniles.

Hay algunos que no se sienten representados por las religiones y está bien porque
dentro de nuestra elección también está el no creer y menos seguir religiones,
Dios así nos da la libertad de elegir, algunos buscan creer a su manera como está
tan de moda hoy en día, buscan su identidad con otras situaciones, en otro modo
de vida donde nos damos cuenta que a veces a nuestro parecer están medios
perdidos, pero es su elección y la idea no es obligar a nadie, sino que todo fluya
natural.
También debemos mostrar y comunicar una posición de ética donde nos vemos
enfrentados a clarificar lo que es el bien y el mal, aclarando temas sobre la
creación todo aquel que es increpado por dichos asuntos, debe estar preparado,
dispuesto a recibir todo tipo de discrepancias, se debe alejar de todo tipo de abuso
de conciencia.

El papa nos llama “ser protagonistas del bien” porque “no hacer el mal no basta”
cada uno es culpable de hacer el bien, debemos aprender a no odiar siempre a
perdonar, no tener rencor, rezar por nuestros enemigos, debemos hacer el bien y
no alimentar el mal, renunciar a las tentaciones, al pecado, a satanás y varias
cosas más, para ser un buen cristiano debemos hacer el bien por donde se le mire
y hacerlo bien.

Debemos señalar que la juventud de hoy vive una suerte de libertad que se están
llevando demasiado en serio, y no toman en cuenta todas las tradiciones que lleva
en si nuestra religión y todo se lo toman a la ligera ellos se toman a pecho todas
nuestras faltas, se sienten que no los estamos tomando en cuenta, se sienten
excluidos de alguna manera, se sienten privados de medios y trabajos. Por lo
tanto, es fundamental construir caminos para ellos, que tengan una base sólida y
puedan seguir el camino del señor como discípulos, sé que puede ser largo el
camino, pero es un desafío que vale la pena.

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