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rEVISIÓN

Trastornos del movimiento y de la conducta durante el sueño


en el adulto
Laura Pérez-Carbonell, Enriqueta Gómez-Siurana, María Aguilar-Andújar, Mónica Díaz-Román, Ana Fernández Arcos,
Carles Gaig, Diego García-Borreguero, Iñaki García de Gurtubay, Carmen Iznaola-Muñoz, Óscar Larrosa,
M. Ángeles Martínez-Martínez, Milagros Merino-Andreu, Hernando Pérez-Díaz, Juan José Poza-Aldea,
Montserrat Pujol, Cristian Sánchez-Barros, Óscar Sans-Capdevila, Gemma Sansa-Fayos, Joan Santamaría,
Àlex Iranzo; en representación del Grupo de Trastornos de la Conducta y del Movimiento durante el Sueño
de la Sociedad Española de Sueño

Resumen. Los trastornos del movimiento y de la conducta durante el sueño pueden tener un impacto en la calidad del Sleep Disorders Centre; Guy’s and
St Thomas’ NHS Foundation Trust;
sueño del paciente y dar lugar a síntomas diurnos. En estos grupos de enfermedades se incluyen entidades como el sín- Londres, Reino Unido (L. Pérez-
drome de piernas inquietas, los movimientos periódicos de las piernas y las parasomnias del sueño de movimientos ocu- Carbonell). Unidad de Sueño;
lares rápidos (REM) y no REM. El conocimiento de sus características clínicas y nociones sobre su manejo es de gran impor- Servicio de Neurofisiología Clínica;
Hospital Universitari i Politècnic
tancia para el neurólogo y especialista en sueño por su frecuencia e impacto en la calidad del sujeto. Con frecuencia, estos La Fe; Valencia (E. Gómez-Siurana).
pacientes son referidos a dichos especialistas, y es relevante conocer que ciertos trastornos del sueño pueden asociarse a Servicio de Neurofisiología Clínica;
Unidad de Trastornos del Sueño;
otras enfermedades neurológicas. Hospital Virgen Macarena; Sevilla
(M. Aguilar-Andújar). Servicio de
Palabras clave. Movimientos periódicos de las piernas. Movimientos rítmicos durante el sueño. Parasomnia no REM. Pa- Neurofisiología Clínica; Hospital
rasomnia REM. Síndrome de piernas inquietas. Trastorno de conducta del sueño REM. Lluís Alcanyís; Xàtiva, Valencia
(M. Díaz-Román). AdSalutem
Institute; Barcelona (A. Fernández-
Arcos). Servicio de Neurología;
Hospital Clínic de Barcelona;
Barcelona (C. Gaig, J. Santamaría,
Introducción de otros trastornos, como la epilepsia durante el sue- A. Iranzo). Instituto del Sueño;
ño, y requieren en algunos casos un polisomnogra- Madrid (D. García-Borreguero,
C. Sánchez-Barros). Unidad
De acuerdo con la tercera edición de los criterios ma con registro audiovisual sincronizado (v-PSG). Multidisciplinar de Trastornos
establecidos por la Clasificación Internacional de El objetivo de este trabajo es revisar las caracte- del Sueño; Complejo Hospitalario
de Navarra; Pamplona, Navarra
los Trastornos del Sueño, tercera edición (ICSD-3), rísticas fundamentales y los últimos avances de las (I.G. Gurtubay). Servicio de
en 2014 [1], las alteraciones del movimiento duran- entidades específicas más prevalentes y con más re- Neurofisiología Clínica; Unidad de
te el sueño engloban trastornos como el síndrome levancia clínica englobadas en estos grupos de en- Sueño; Hospital Virgen de las Nieves;
Granada (C. Iznaola-Muñoz). Unidad
de piernas inquietas, los movimientos periódicos de fermedades, su presentación clínica, diagnóstico y de Trastornos del Sueño; Hospital
las piernas y los movimientos rítmicos durante el tratamiento. Quironsalud Sur; Alcorcón, Madrid
(O. Larrosa). Servicio de Neuro-
sueño (Tabla I). Se trata de entidades que con fre- fisiología Clínica; Unidad Multi-
cuencia causan un sueño fragmentado, y pueden disciplinar de Sueño y Ventilación;
Hospital Marqués de Valdecilla;
dificultar el inicio del sueño o dar lugar a síntomas Síndrome de piernas inquietas Santander, Cantabria (M.A. Martínez-
diurnos, como somnolencia o fatiga. Los movimien- Martínez). Unidad de Trastornos
Neurológicos de Sueño y Unidad
tos son a menudo simples, estereotipados e invo- El síndrome de piernas inquietas (SPI), o enferme- Pediátrica de Trastornos de Sueño;
luntarios [2]. Por otro lado, las alteraciones de la dad de Willis-Ekbom, es un trastorno sensitivomo- Hospital Universitario La Paz; Madrid
conducta durante el sueño fundamentalmente in- tor que afecta fundamentalmente a las extremida- (M. Merino-Andreu). Unidad
Multidisciplinar de Trastornos de
cluyen las parasomnias del sueño de movimientos ocu- des inferiores, de predominio vespertino-nocturno, la Vigilia y Sueño; Programa de
lares rápidos (REM) y no REM (NREM) (Tabla II). que aparece normalmente en reposo y se alivia con Epilepsia; Centro de Neurología
Avanzada; Sevilla-Málaga (H. Pérez-
Las parasomnias se definen como conductas anor- el movimiento de la zona afectada. Su prevalencia Díaz). Servicio de Neurología;
males, experiencias desagradables o percepciones en la población caucásica se estima en el 5-10% [3], Hospital Universitario Donostia;
San Sebastián, Guipúzcoa (J.J. Poza-
alteradas que aparecen durante el sueño o en las con una predominancia femenina. Aldea). Servicio de Neurología;
transiciones entre el sueño y la vigilia [2]. Conduc- Se sospecha que la fisiopatología del SPI está re- Unidad Multidisciplinar de Sueño;
tas elaboradas y especialmente bruscas o intensas lacionada con una disfunción dopaminérgica, de la Hospital Universitari de Santa
Maria; Lleida (M. Pujol). Unidad
pueden ocasionar lesiones y afectar no sólo a la vida adenosina y el glutamato, y una alteración de la dis- de Sueño; Hospital Universitari
del paciente, sino también a la del compañero de ponibilidad de hierro en el sistema nervioso central Sant Joan de Déu; Esplugues de
Llobregat, Barcelona (O. Sans-
cama. Estas entidades pueden suponer un reto diag- [4]. Hay un importante componente genético en la Capdevila). Servicio de Neurología;
nóstico y, en ocasiones, son difíciles de diferenciar enfermedad, y se han identificado numerosos poli- Unidad Multidisciplinar del Sueño;

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L. Pérez-Carbonell, et al

Hospital Parc Taulí; Sabadell, tes antidopaminérgicos, como la metoclopramida y


Barcelona, España (G. Sansa-Fayos). Tabla I. Categorías de trastornos del movimiento durante el sueño según la olanzapina, pueden provocar SPI. El diagnóstico
la Clasificación Internacional de los Trastornos del Sueño, tercera edición
Correspondencia: del SPI es clínico y se basa en los criterios estableci-
(ICSD-3).
Dr. Àlex Iranzo. Servicio de Neurología. dos por el International Restless Legs Syndrome
Hospital Clínic de Barcelona.
Villarroel, 170. E-08036 Barcelona. Síndrome de piernas inquietas Study Group [12]. Deben cumplirse cinco criterios
esenciales (Tabla III), y entre éstos se incluye des-
E-mail:
airanzo@clinic.cat Trastorno por movimientos periódicos de las piernas durante el sueño cartar otras patologías que puedan ser responsables
de síntomas en las piernas muy similares a los del
Aceptado tras revisión externa: Trastorno por movimientos rítmicos durante el sueño SPI, como claudicación intermitente, edema en los
16.09.20.
miembros inferiores, insuficiencia venosa, dolor ar-
Calambres nocturnos
Cómo citar este artículo: trítico, calambres, acatisia o compresión postural.
Pérez-Carbonell L, Gómez-Siurana E,
Aguilar-Andújar M, Díaz-Román M, Bruxismo La realización de un v-PSG no es necesaria, si bien
Fernández-Arcos A, Gaig C, et al. un índice de MPPS mayor de 15 por hora apoya el
Trastornos del movimiento y de la
conducta durante el sueño en el
Mioclono benigno de la infancia durante el sueño diagnóstico. Otros factores de apoyo son la presen-
adulto. Rev Neurol 2020; 71: 377-86. cia de familiares de primer grado, la respuesta a fár-
doi: 10.33588/rn.7110.2020365. Mioclono propioespinal
macos dopaminérgicos y la ausencia de somnolen-
© 2020 Revista de Neurología
Trastorno del movimiento durante el sueño debido a una condición médica
cia diurna excesiva [12]. Es recomendable la reali-
zación de un perfil férrico completo, que incluya,
Trastorno del movimiento durante el sueño debido a una medicación además de los niveles de hierro, la saturación de la
o sustancia transferrina y niveles de ferritina sérica, dada la re-
lación de este trastorno con alteraciones del hierro.
Trastorno del movimiento durante el sueño no especificado
El primer paso en el manejo del SPI es el trata-
Síntomas aislados y variantes normales: mioclono fragmentario excesivo, miento conservador (higiene del sueño). El tratamien-
temblor hipnagógico del pie, activación alternante de los músculos de to con hierro oral cuando hay una ferritina inferior
las piernas, mioclonía del sueño (o espasmo hipnagógico) a 75 μg/L y una saturación de transferrina inferior
al 45% puede ser beneficioso en pacientes con SPI,
con el objetivo de mantener niveles de ferritina su-
morfismos en varios genes, como MEIS1, BTBD9, periores a 75 μg/L. El uso de hierro intravenoso
PTPRD, MAP2k5/SKOR1, TOX3/BC034767 y en una puede ser de utilidad cuando el hierro oral no se to-
región intrónica en el cromosoma 2 (rs6747972) que lera o no consigue corregir las alteraciones obser-
incrementan el riesgo de SPI [5,6]. vadas [13]. El tratamiento farmacológico del SPI se
Clínicamente, los pacientes describen la necesi- basa en el uso de agonistas dopaminérgicos [14],
dad de mover las piernas, con frecuencia asociada a ropinirol (0,25-4 mg/noche) o pramipexol (0,088-
síntomas sensitivos (sensación desagradable, hor- 0,540 mg/noche) de liberación inmediata en pacien-
migueo, quemazón, dolor) [7]. Normalmente afec- tes con síntomas nocturnos, o parches de rotigoti-
tan de forma simétrica a ambas piernas, pero tam- na (1-3 mg/ 24 h) si los síntomas está presentes du-
bién se han descrito casos asimétricos o que involu- rante el día también. El fenómeno de potenciación
cran otras partes del cuerpo [8]. Los pacientes con (augmentation) consiste en el empeoramiento de los
SPI con frecuencia describen insomnio de inicio o síntomas, con mayor intensidad, extensión a otras
mantenimiento [9]. Se estima que en más del 80% zonas del cuerpo y aparición a cualquier hora del
de los pacientes con SPI, su PSG muestra movi- día, en pacientes en tratamiento crónico con ago-
mientos periódicos de las piernas durante el sueño nistas dopaminérgicos. El riesgo de desarrollar po-
(MPPS) [10] y, en algunos casos, movimientos pe- tenciación se relaciona con mayores dosis y duración
riódicos de las piernas durante la vigilia. El SPI pue- del tratamiento farmacológico y la presencia de fe-
de darse durante el embarazo o en el contexto de rropenia concomitante. Los síntomas deben mejorar
otras patologías que afectan a los niveles férricos, con la reducción del agonista dopaminérgico [15],
como las anemias ferropénicas y la insuficiencia re- si bien esto puede ocurrir de forma diferida. Los
nal en estado avanzado. Asimismo, no es infrecuen- agonistas dopaminérgicos también pueden provo-
te su asociación a patologías neurológicas, como po- car trastorno del control de impulsos en pacientes
lineuropatías o radiculopatías, enfermedades neu- con SPI. Los agonistas α2δ del canal de calcio (pre-
rodegenerativas y esclerosis múltiple. El riesgo de gabalina 25-300 mg o gabapentina 300-1.200 mg)
desarrollar depresión o ansiedad parece elevado en son efectivos y no se asocian al fenómeno de poten-
los pacientes con SPI, y se ha relacionado con la fre- ciación ni al trastorno de control de impulsos. Op-
cuencia y la gravedad de los síntomas [11]. Los agen- ciones de segunda línea incluyen opioides (oxico-

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Trastornos del movimiento y de la conducta durante el sueño

Tabla II. Categorías de parasomnias según la Clasificación Internacio- Tabla III. Criterios para el diagnóstico de síndrome de piernas inquietas del International Restless Legs
nal de los Trastornos del Sueño, tercera edición (ICSD-3). Syndrome Study Group a.

Despertares confusos Necesidad de mover las piernas normalmente, pero no necesariamente, debido a la presencia de una
sensación desagradable en los miembros inferiores
Sonambulismo
Parasomnias Necesidad de mover las piernas y sensaciones asociadas que comienzan o empeoran durante el reposo
no REM o situación de inactividad (sentado, tumbado)
Terrores nocturnos

Trastorno por ingesta durante el sueño Necesidad de mover las piernas y sensaciones asociadas que se alivian parcial o totalmente con el
movimiento (estiramiento, andar)
Trastorno de conducta del sueño REM
Necesidad de mover las piernas y sensaciones asociadas, durante el reposo o inactividad, que se dan
Parasomnias predominantemente a última hora del día (tarde/noche)
Parálisis del sueño aislada recurrente
REM
Los síntomas descritos no ocurren como consecuencia exclusiva de otras condiciones médicas o alteraciones
Trastorno por pesadillas conductuales

Síndrome de la cabeza explosiva a Criterios clínicos esenciales (todos deben estar presentes).

Alucinaciones relacionadas con el sueño

Enuresis despertar puede preceder al movimiento de la pier-


Otras
parasomnias na [22]. Se postula una relación entre los MPPS y
Parasomnia debido a una condición médica un mayor riesgo cardiovascular [23,24]. Los MPPS
son codificados en un PSG cuando se observan al
Parasomnia debido a una medicación o sustancia
menos cuatro movimientos de las piernas consecu-
Parasomnia no especificada tivos, de 0,5-10 s de duración y amplitud de al me-
nos 8 µV, y separados por 5-90 s [25]. Si el movi-
REM: movimientos oculares rápidos. miento se encuentra a menos de 0,5 s de un evento
respiratorio, no debe incluirse en la serie de MPPS.
Los MPPS son muy frecuentes en la población
dona/naloxona) y perampanel. El clonacepam pue- sana que duerme bien, especialmente en sujetos de
de ser útil en algunos casos al conseguir que el pa- más de 60 años. Para el diagnóstico de trastorno
ciente se duerma y no se despierte. El tratamiento por MPPS, los movimientos deben ser responsables
del SPI durante el embarazo se fundamenta en me- únicos y directos de síntomas como insomnio y sue-
didas conservadoras y hierro [16,17]. ño no reparador. Se recomienda solicitar un perfil
férrico en pacientes con trastorno por MPPS, y, si
se cree indicado, pueden tratarse de la misma ma-
Movimientos periódicos de las piernas nera que el SPI [2].

Los MPPS se caracterizan por un movimiento de


dorsiflexión del tobillo y extensión de primer dedo Trastorno por movimientos
del pie –similar al signo de Babinski–, a veces acom- rítmicos durante el sueño
pañado de flexión de la rodilla y la cadera, que ocu-
rre de forma repetitiva. Normalmente se dan con Los movimientos rítmicos durante el sueño inclu-
mayor frecuencia en la primera mitad de la noche yen entidades como el mecimiento del cuerpo (body
[18]. Se han descrito movimientos periódicos que rocking), el rodamiento de la cabeza (head rolling),
pueden afectar a las extremidades superiores y la el rodamiento del cuerpo (body rolling) y el golpeo
cabeza [19,20]. Se cree que los MPPS tienen un ori- de la cabeza (head banging). Estos movimientos son
gen subcortical y es posible que se relacionen con voluntarios, se dan en la transición entre la vigilia y
una hiperexcitabilidad en la médula espinal, donde el sueño, y se piensa que persiguen conciliar el sue-
los receptores dopaminérgicos D3 serían el objetivo ño. A menudo, los sujetos no explican bien por qué
de los agonistas dopaminérgicos [21]. hacen estos movimientos, pero comentan que tie-
Los MPPS se han relacionado con microdesper- nen la necesidad de realizarlos. Pueden detenerlos
tares (arousals) corticales, si bien parece que, en voluntariamente, pero de forma inconsciente vuel-
una proporción importante de pacientes, el micro- ven a surgir como si fuera un impulso difícil de con-

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L. Pérez-Carbonell, et al

tener. Es un fenómeno frecuente y transitorio en Los episodios pueden consistir en despertares


niños sanos, si bien pueden persistir hasta la edad confusos, en los que el paciente se incorpora senta-
adulta, siendo un motivo de consulta por insom- do en la cama, o simplemente abre los ojos perma-
nio. Asimismo, debido a su elevada frecuencia en neciendo tumbado y mira a su alrededor confuso y
niños con trastornos del neurodesarrollo, se han re- diciendo algunos vocablos inconexos. En los episo-
lacionado con falta de maduración de los centros in­ dios de sonambulismo, el comportamiento incluye
hibidores corticales [1]. El tratamiento incluye me- desplazamientos del sujeto, que sale de la cama y se
didas de higiene de sueño y de seguridad en la ha- dirige a otras partes de la habitación, de la casa o fue-
bitación. En caso de ser necesario tratamiento far- ra de ella. Los terrores nocturnos se caracterizan por
macológico, puede probarse el uso de melatonina, cursar con descarga autonómica, con el individuo
triptófano y clonacepam, aunque no hay estudios agitado y a menudo gritando, llorando y moviendo
bien diseñados que demuestren su eficacia de ma- las extremidades; expresa una intensa sensación de
nera formal [26]. miedo y puede salir andando confuso o corriendo
de la cama. Los pacientes con trastornos del des-
pertar suelen tener los ojos abiertos durante estos
Parasomnias del sueño NREM episodios, presentan una amnesia parcial o total de
lo ocurrido y, si se les despierta durante el evento,
Estos trastornos emergen desde el sueño superficial se encuentran confusos. Las conductas no son este-
(fase N2) o profundo (N3) del sueño NREM, y con- reotipadas. Si los pacientes tienen recuerdo del con-
sisten en un estado intermedio entre la vigilia y el tenido de un sueño asociado, normalmente éste es
sueño, donde el sujeto presenta conductas involun- angustioso, y en él, el sujeto intenta escapar de una
tarias que no suele recordar al despertarse. situación de peligro (por ejemplo, un incendio o un
tren que le va atropellar) o salir de un lugar cerrado
Trastornos del despertar (por ejemplo, un zulo, un ataúd o un laberinto).
En el PSG se observan ondas delta síncronas di-
Los trastornos del despertar consisten en alteracio- fusas o un ritmo mixto lento (delta y theta), o, me-
nes de la conducta que surgen durante despertares nos frecuentemente, ausencia de enlentecimiento
parciales, fundamentalmente desde el sueño pro- (predominan los ritmos rápidos alfa y beta) [31]. A
fundo NREM. Característicamente, estos episodios menudo hay presencia de artefacto muscular que
comienzan en la infancia y suelen ser transitorios, y impide ver las ondas eléctricas del electroencefalo-
desaparecen en la adolescencia. No obstante, pue- grama. Fuera de los episodios, estos pacientes tienen
den persistir en la edad adulta e incluso aparecer una arquitectura normal del sueño, aunque, en oca-
por primera vez durante la adolescencia o la edad siones, se observa un sueño profundo (N3) fragmen-
adulta. Ocurren en el primer tercio de la noche tado por microdespertares o despertares breves.
(donde hay mayor densidad de sueño profundo), y Si bien la realización de un v-PSG no es necesa-
tienen frecuencia variable, habitualmente con un ria para el diagnóstico, puede ser de ayuda para con-
solo episodio por noche. En el 60-80% de los casos, firmarlo y descartar otras entidades que deben in-
hay un familiar de primer grado afecto. Asimismo, cluirse en el diagnóstico diferencial, como las para-
se ha asociado al haplotipo HLA DQB1*0501 y al somnias REM, las crisis epilépticas durante el sue-
locus cr20q12-q13.12 [27,28]. Factores que pueden ño, las crisis de ansiedad, los trastornos conversivos
precipitar episodios de trastornos del despertar in- o la simulación.
cluyen la privación de sueño, el consumo de alcohol El tratamiento de los trastornos del despertar de­
(especialmente su abuso por la noche), factores am- be incluir mantener una adecuada higiene del sue-
bientales (por ejemplo, ruido) y el estrés. También ño, evitando factores precipitantes, así como reco-
se han asociado a fármacos como el zolpidem y el mendar medidas de seguridad en el entorno para
oxibato sódico [29]. disminuir el riesgo de lesiones. Desde el punto de
Fisiopatológicamente, se trata de un despertar vista farmacológico, pueden ser de utilidad la mela-
incompleto y anormal. Hay actividad rápida en las tonina (2-6 mg/noche) y el clonacepam (0,25-2 mg/
áreas motoras, el cíngulo anterior y la amígdala (lo noche) [32].
que permitiría la elaboración de conductas com-
plejas y carga emocional), y persistencia del sueño Síndrome de la cena durante el sueño
profundo en las áreas asociativas frontoparietales y
el hipocampo (lo que da lugar a amnesia del episo- En este trastorno, los pacientes ingieren alimentos,
dio) [30]. a menudo inapropiados o no comestibles, en un es-

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Trastornos del movimiento y de la conducta durante el sueño

tado intermedio entre la vigilia y el sueño, con am- y magnocelular en el tronco del encéfalo y sus co-
nesia parcial o total del episodio. Pueden darse va- nexiones con el sistema límbico y la corteza. En ca-
rios episodios por noche [33] y suelen ser diarios. Se sos asociados a sinucleinopatías, como la enferme-
propone una fisiopatología similar a la de los tras- dad de Parkinson, la demencia por cuerpos de Lewy
tornos del despertar, así como una disfunción do- o la atrofia multisistémica, habrá un depósito de
paminérgica, dada su frecuente asociación con el α-sinucleína en dichas áreas. En formas asociadas a
SPI. Se asocia a depresión. El zolpidem y el oxibato la narcolepsia de tipo 1, el TCSR se da como conse-
sódico lo pueden causar [34]. Fármacos como el to- cuencia del déficit de hipocretina/orexina caracte-
piramato y los agonistas dopaminérgicos pueden rístico de esta enfermedad, que no interacciona co-
ser eficaces [35]. rrectamente con los núcleos del tronco que inducen
atonía muscular en la fase REM.
Conductas sexuales durante el sueño o sexsomnia El TCSR se caracteriza por la presencia de sue-
ños desagradables o de contenido violento, así co­
Clínicamente, los pacientes tienen comportamien- mo por movimientos vigorosos debido a la pérdida
tos sexuales involuntarios consigo mismo (mastur- de atonía muscular durante el sueño REM [37]. Con
bación) o la pareja con la que está durmiendo (in- frecuencia, estos pacientes, mientras duermen du-
tento de penetración), durante despertares parciales, rante el sueño REM, dan puñetazos, patadas, ríen,
con amnesia al día siguiente del episodio. La pareja hablan o gritan, como consecuencia de la represen-
percibe que no es un acto voluntario. La sexsomnia tación del sueño, que incluye circunstancias ame-
suele iniciarse en sujetos de entre 15 y 40 años, y nazantes o de peligro [39]. Normalmente, el pacien-
predomina en los varones. Su frecuencia es variable te mantiene los ojos cerrados y, si se le despierta,
y no suele asociarse a sueños de contenido erótico o rápidamente estará orientado, contrariamente a lo
de otro tipo. Deben descartarse causas que produz- que suele ocurrir en las parasomnias NREM.
can un microdespertar (como apneas o MPPS) y La forma primaria del TCSR, o TCSR idiopático
que sirvan de precipitante de estos eventos. Puede o aislado, se define en ausencia de quejas motoras o
darse en pacientes con trastorno del despertar con- cognitivas importantes en sujetos mayores de 50
comitante. Además de los riesgos obvios por reali- años sin patología neurológica asociada. Sin em-
zar determinadas conductas durante el sueño, es bargo, el seguimiento a largo plazo indica que una
importante tener presentes las implicaciones foren- proporción elevada de estos pacientes, si no todos,
ses que las parasomnias NREM pueden involucrar desarrolla síntomas típicos de la enfermedad de
en algunos casos. El clonacepam puede resultar de Parkinson, la demencia por cuerpos de Lewy y la
utilidad [36]. atrofia multisistémica [40-44]. El riesgo de un pa-
ciente con TCSR idiopático de padecer una de es-
tas sinucleinopatías es del 91% a los 14 años desde
Parasomnias del sueño REM el diagnóstico del TCSR [45]. Estos hallazgos se
ven apoyados por la presencia, en la exploración
En este grupo englobamos tres entidades que ocu- física y pruebas complementarias de estos pacien-
rren exclusivamente durante el sueño REM, como tes, de otros síntomas y signos característicos de
el trastorno de conducta del sueño REM, las pesa- las sinucleinopatías [46], así como por los hallaz-
dillas y la parálisis del sueño. gos en estudios neuropatológicos post mortem y la
presencia de α-sinu­cleí­na en las biopsias del colon,
Trastorno de conducta del sueño REM la piel, las parótidas y las glándulas salivares en su-
jetos vivos [47-49]. Un estudio reciente ha estima-
Descrito por primera vez en seres humanos hace do la proporción de conversión de TCSR a parkin-
más de tres décadas, hoy sabemos que el trastorno sonismo o demencia en un 6,3% por año, que se ve
de conducta del sueño REM (TCSR) es, en su forma aumentada en presencia de hiposmia, deterioro
idiopática, la primera manifestación de una enfer- cognitivo leve, síntomas motores y DAT-SPECT
medad neurodegenerativa que se asocia al depósito anormal [50].
de la proteína α-sinucleína en el sistema nervioso Las formas secundarias de TCSR se definen en
[37]. Su prevalencia se estima en un 0,7% de la po- presencia de patologías neurológicas ya diagnosti-
blación mayor de 60 años [38]. cadas, como enfermedad de Parkinson, demencia
Su fisiopatología se fundamenta en la disfunción por cuerpos de Lewy, atrofia multisistémica, enfer-
de estructuras que regulan la atonía y los sueños del medad de Machado-Joseph, parkinsonismo por mu-
sueño REM, especialmente los núcleos subcerúleo tación del gen de la parkina y LRRK2, y narcolepsia

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L. Pérez-Carbonell, et al

de tipo 1. Otras enfermedades que pueden cursar terror nocturno, y sabe que ha tenido una pesadilla.
con TCSR incluyen trastornos autoinmunitarios Es un trastorno benigno y aislado que no se asocia a
(encefalitis anti-LGI1, enfermedad por anti-IgLON5 otras patologías de forma importante y no tiene
[51], encefalitis anti-Ma2) y lesiones estructurales consecuencias, más que la mala experiencia de ha-
que dañan el tronco (ictus o esclerosis múltiple). berlas soñado. Contrariamente a lo que ocurre en
Los antidepresivos y los β-bloqueadores liposolu- un episodio de TCSR, el paciente con trastorno por
bles, como el bisoprolol, pueden desenmascarar un pesadillas no se mueve durante las pesadillas, si
TCSR hasta entonces latente [52]. bien se puede observar un aumento de los movi-
En los pacientes que presentan TCSR y para- mientos oculares rápidos, y de las frecuencias car-
somnias NREM, se habla de una parasomnia de so- díaca y respiratoria. El trastorno por pesadillas afecta
lapamiento. En la mayoría de los casos se trata de aproximadamente al 2-6% de los niños y al 3-4% de
una coincidencia, si bien puede darse en el contexto adultos. Puede ocurrir en situaciones de estrés o
de una narcolepsia, trastornos psiquiátricos trata- depresión, y hasta en un 80% de los pacientes con
dos con psicofármacos, romboencefalitis o un sín- estrés postraumático [2].
drome congénito de Möbius. Fisiopatológicamente, se han involucrado una hi­
Las mismas manifestaciones clínicas del TCSR peractivación de la amígdala y una disminución de
(conductas anormales durante el sueño y sueños de la regulación del miedo por parte del hipocampo o la
contenido desagradable) también pueden darse en corteza prefrontal, lo que da lugar a sueños de con-
otros trastornos del sueño, como el síndrome de las tenido desagradable [54]. La suspensión de fárma-
apneas obstructivas durante el sueño y el trastorno cos que suprimen el sueño REM (antidepresivos) y
de los MPPS. Por eso, la historia clínica no es sufi- el abandono del consumo crónico de alcohol tam-
ciente para hacer el diagnóstico de TCSR. Para el bién pueden precipitar pesadillas.
correcto diagnóstico del TCSR es imprescindible La realización de un v-PSG no es necesaria, pero
un v-PSG que permita evidenciar la característica puede ser de utilidad en casos con duda diagnósti-
pérdida de atonía durante el sueño REM. La activi- ca. No hay un tratamiento eficaz.
dad fásica y tónica en los flexores comunes de los
dedos de los miembros superiores y del mentón ha Parálisis del sueño aislada recurrente
de ser superior al 33% del tiempo pasado en REM y
asociarse a conductas anormales [53]. Se estima que hasta un 40% de la población general
El tratamiento de primera línea de este trastorno ha sufrido al menos un episodio de parálisis del
será conservador, siempre aconsejando mantener sueño en su vida [2]. Éste se produce cuando hay
un entorno seguro tanto para el paciente como para una extensión de la atonía característica del sueño
el compañero de cama. El tratamiento farmacológi- REM en un estado de vigilia, que ocurre típicamen-
co incluye clonacepam (0,25-2 mg) y melatonina te en la transición de la vigilia al sueño (hipnagó­
(3-12 mg) tomados antes de acostarse. Se debe tener gica) o viceversa (hipnopómpica). Así, el sujeto no
en cuenta la presencia de deterioro cognitivo, sín- puede moverse o hablar durante segundos o pocos
drome de apnea/hipopnea del sueño o polifarmacia minutos, encontrándose sin embargo despierto, lo
como factores que pueden limitar el uso de clonace- que da lugar a una experiencia que se describe
pam. Dado que el TCSR constituye la primera mani- como desagradable o aterradora para el paciente.
festación de las sinucleinopatías, estos sujetos son Tanto la función diafragmática como la musculatu-
candidatos a entrar en ensayos clínicos con medica- ra ocular extrínseca se mantienen activas. Hasta en
mentos neuroprotectores. un 75% de los casos se asocian alucinaciones [1].
Factores precipitantes de estos episodios incluyen
Trastorno por pesadillas la privación de sueño, el estrés o despertares desen-
cadenados por comorbilidades, como las apneas del
Hay que recordar que los sueños desagradables pue- sueño.
den ocurrir en cualquier fase del sueño. Las pesadi- En un episodio, el v-PSG objetiva un ritmo alfa
llas son sueños que aparecen durante el sueño REM, posterior característico de la vigilia, asociado a ato-
y se caracterizan por ser desagradables, angustiosas nía muscular.
o aterradoras. En el trastorno por pesadillas, éstas El tratamiento de las parálisis del sueño consiste
se dan de forma repetida y producen una sensación en evitar factores precipitantes manteniendo una
de desasosiego al despertar. Si el sujeto se despierta adecuada higiene del sueño. Opciones farmacológi-
durante el episodio, está completamente orientado cas que supriman el sueño REM, como la clomipra-
y alerta, al contrario de lo que ocurriría durante un mina o la fluoxetina, se reservan para casos graves.

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Trastornos del movimiento y de la conducta durante el sueño

La terapia postural puede proponerse cuando los Epilepsia durante el sueño


episodios se dan en decúbito supino.
La presencia de conductas anormales o movimien-
tos estereotipados durante el sueño puede obser-
Estado disociado (status dissociatus) varse también en relación con episodios de origen
epiléptico. La previamente conocida como epilep-
Los estados fisiológicos de la mente se pueden divi- sia nocturna del lóbulo frontal ha pasado a denomi-
dir en vigilia, sueño REM y sueño NREM. En un es- narse epilepsia hipermotora asociada al sueño (sleep-
tado de disociación, se produce una alteración en related hypermotor epilepsy) [58]. Su prevalencia se
la transición o un solapamiento de aquéllos, tal y estima en 1,8 de cada 100.000 individuos y afecta
como ocurre en las parasomnias REM y NREM ya por igual a ambos sexos. La etiología se desconoce,
comentadas. La enfermedad por anti-IgLON5 pre- si bien hay formas familiares de herencia autosómi-
senta un trastorno de sueño grave caracterizado ca dominante asociadas a mutaciones de genes del
por movimientos y conductas anormales, estridor receptor nicotínico de la acetilcolina, el canal de po­
laríngeo y apneas obstructivas [55]. El estudio PSG tasio dependiente del sodio y el gen de la epilepsia
muestra que en la fase NREM hay conductas com- con focos variables (CHRNA4, KCNT1, DEPDC5).
plejas (manipular objetos, hablar) y en el sueño REM En otros casos, se trata de una epilepsia secundaria
hay TCSR. Esta enfermedad se debe a la presencia a una lesión subyacente como, por ejemplo, una dis-
en la sangre y el líquido cefalorraquídeo del anti- plasia cortical.
cuerpo IgLON5 dirigido contra la superficie de la Las crisis suelen darse varias veces por la noche
neurona. Además de estas alteraciones durante el y durante el sueño NREM (con frecuencia en la fase
sueño, los pacientes pueden presentar un síndrome N2). Muchas veces van precedidas de un microdes-
bulbar, deterioro cognitivo, corea o un síndrome si- pertar y suelen tener una corta duración (< 2 min).
milar a la parálisis supranuclear progresiva [51]. La Las manifestaciones pueden ser variadas, pero es-
necropsia suele demostrar depósitos de la proteína tereotipadas en un mismo paciente. Se pueden dar
tau en el tronco y el hipotálamo. automatismos bimanuales, conductas hipermotoras
Se habla de estado disociado (status dissociatus) (pedaleo, patadas), posturas tónicas, vocalizaciones
en formas extremas de estados de disociación, ca- (gritar, hablar, reír), microdespertares paroxísticos
racterizados por un nivel de consciencia fluctuante, o comportamientos de deambulación fuera de la
confusión, sueños vívidos y alucinaciones, presen- cama (epileptic nocturnal wandering), difíciles de
cia de actividad motora involuntaria con vocaliza- diferenciar del sonambulismo en algunas ocasio-
ciones, sueño inestable con constantes cambios de nes. En algunos casos el paciente tiene cierta cons-
vigilia a sueño y pérdida del ritmo circadiano, y au- ciencia de lo ocurrido.
sencia de los marcadores polisomnográficos del El diagnóstico diferencial va a ser fundamental-
sueño NREM y REM [56]. La forma más extrema se mente con las parasomnias NREM, para lo cual se
ha denominado agrypnia excitata, en la que la pro- han creado escalas para distinguirlas [59]. Sin em-
funda disrupción del ciclo vigilia-sueño se asocia bargo, debe considerarse que en algunos pacientes
con un estado casi permanente de hiperactivación coexisten ambas entidades (parasomnias NREM y
motora y autonómica [57]. Ocurre en el insomnio epilepsia relacionada con el sueño). Es necesaria la
familiar fatal (enfermedad priónica de herencia au- realización de un v-PSG con montaje de electroen-
tosómica dominante), el síndrome de Morvan (en- cefalograma completo para caracterizar los episo-
fermedad autoinmunitaria por anticuerpos contra dios adecuadamente, aunque no es infrecuente que
la proteína CASPR2), o el delirium tremens (síndro- no se encuentre actividad ictal, debido a que el ori-
me por privación brusca de alcohol). gen del foco es profundo. Se dan tres niveles de cer-
En todos estos casos, será imprescindible la rea- teza diagnóstica en función de la cantidad de evi-
lización de un v-PSG que incluya audio y electro- dencia de la que se disponga:
miografía de las extremidades superiores. Hay que – Posible: cuando se dispone de historia clínica com-
tener en cuenta que, en estos trastornos, el estadio patible dada por un testigo de los episodios.
de sueño convencional puede ser imposible de apli- – Clínico: si se dispone de un vídeo de uno o, prefe-
car, por lo que será necesario describir los hallaz- riblemente, dos eventos completos característicos.
gos. Esto abre la posibilidad de que se cree un nue- – Confirmado: episodio evidenciado durante un re-
vo sistema de clasificación de estadios de sueño que gistro videoelectroencefalográfico o un v-PSG con
también podría aplicarse a enfermedades neurode­ montaje de electroencefalograma 10-20, y pre-
gene­rativas. sencia de actividad epiléptica o interictal [58].

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L. Pérez-Carbonell, et al

El tratamiento de elección será la carbamacepina (o gías neurológicas, es importante el conocimiento de


fármacos similares, como la oxcarbacepina), si bien su fisiopatología y tratamiento.
otros fármacos antiepilépticos de elección en las Los episodios de parasomnias NREM y REM se
epilepsias focales pueden resultar beneficiosos. consideran estados disociados en los que puede ha-
ber un solapamiento entre estados de vigilia y sue-
ño, o entre fases del sueño. Por otro lado, en pre-
Trastornos del movimiento en la vigilia sencia de alteraciones de conducta estereotipadas,
y cómo se modifican durante el sueño será necesario descartar formas de epilepsia rela-
cionadas con el sueño.
Es importante considerar la relación con el sueño Conocer las implicaciones a largo plazo de enti-
de los síntomas que ocurren típicamente en los tras- dades como el TCSR idiopático es especialmente
tornos del movimiento durante la vigilia. importante, dado que constituye la primera mani-
En general, se considera que el temblor caracte- festación, en prácticamente todos los casos, de una
rístico de la enfermedad de Parkinson disminuye en enfermedad neurodegenerativa, lo que implica que
amplitud y duración durante el sueño [60]; si bien el diagnóstico se ha de hacer de forma precisa reali-
puede observarse en algunas de sus fases, parece zando un v-PSG. Mantener la seguridad del pacien-
estar abolido durante el sueño REM [60]. En pa- te va a ser un elemento importante en el tratamien-
cientes con degeneración corticobasal, se ha descri- to de las parasomnias, y las implicaciones médico-
to la persistencia de posturas distónicas o mioclo- legales de algunas de estas entidades deben consi-
nos durante el sueño [61], al contrario de lo que derarse y discutirse con el paciente.
ocurre en la distonía cervical idiopática, que desa­ El conocimiento de los trastornos del movimien-
parece en todas las fases del sueño [62]. La presen- to y de la conducta durante el sueño será de utilidad
cia de alteraciones del sueño en el síndrome de no solamente para el especialista en medicina del
Tourette se ha revisado recientemente [63]. Se con- sueño, sino también para el neurólogo general, dada
sidera que hay un mayor riesgo de alteraciones del la elevada frecuencia de asociación de estas entida-
sueño en los individuos con síndrome de Tourette y des con otras patologías neurológicas y las implica-
trastorno por déficit de atención/hiperactividad [64]. ciones pronósticas de algunos de estos trastornos.
Aunque es un tema controvertido, se ha demostra-
do la persistencia de tics durante el sueño en estos Bibliografía
pacientes, que fundamentalmente aparecen en el 1. American Academy of Sleep Medicine. International
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Sleep-related movement and behavioural disorders in adults

Summary. Sleep-related movement and behaviour disorders may have an impact on sleep quality and lead to daytime
symptoms. These groups of conditions include diseases such as restless legs syndrome, periodic leg movements, and REM
and NREM parasomnias. The knowledge of their clinical features and management is of utmost importance for the
neurologist and sleep specialist. Frequently, these patients are referred to such specialists and it is relevant to know that
certain sleep disorders may be associated with other neurological conditions.
Key words. Non-REM parasomnia. Periodic leg movements. REM parasomnia. REM sleep behaviour disorder. Restless legs
syndrome. Rhythmic movements during sleep.

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