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Gimeno Sacristan Diversos y Tambien Desiguales
Gimeno Sacristan Diversos y Tambien Desiguales
“Si deseamos descubrir lo que es el hombre, partida. Proyecto que tampoco podrá olvidar
sólo podremos encontrarlo en lo que son los la primera cara de la realidad: que las diferen-
hombres: y los hombres son, ante todo, muy cias son un hecho y que la singularidad es
variados” (pág. 57). también un valor.
Alguna consecuencia tendremos que sacar El lenguaje estimulante de la diversidad
de esta evidencia. Si los seres humanos son como aspiración encuentra audiencia fácil
distintos, lo que es una constatación empírica, desde la experiencia del uniformismo escolar
como dice Bobbio, que no merece la pena vivido, amparado además en valores de respe-
poner en tela de juicio, estamos ante un hecho to democrático, en la crítica a la cultura domi-
que la educación escolarizada no puede pasar nante que ha obviado discursos alternativos y
por alto. Ésta se topa, pues, inexorablemente, formas diferentes de ser y de ver la realidad. El
con una realidad compleja que organizar y lenguaje a favor de un curriculum común inte-
dirigir, que se proyecta en formas segregadoras grador, respetuoso con los valores de libertad,
o integradoras de abordar las diferencias en el de la democracia y de algunas diferencias es
plano de la estructura escolar, en el hecho de coherente con el ideal de igualdad y de liber-
seleccionar o no un curriculum para sujetos tad que tiene que guiar la reinvención de prác-
diferentes y a la hora de establecer la convi- ticas escolares coherentes para que la óptica
vencia, así como planificar y desarrollar expe- de la diversificación no caiga en el cultivo de
riencias de aprendizaje en las aulas. los particularismos y de la segregación social.
El primer problema para la educación, como Todo el sistema educativo, en cada aula, en
para toda acción social y política, es dilucidar toda actividad didáctica, se tiene que optar y
en el terreno de los principios, en primer lugar, de hecho se hace ante la posibilidad o no de un
si, como dice Bobbio, nos hemos de situar en proyecto educativo integrador, de la misma
una perspectiva en la que demos prioridad forma que se opta también ante el hecho de
más a lo que nos diferencia o a lo que nos une, que los estudiantes son diferentes entre sí. Así,
porque esta actitud es básica a la hora de con- puede pensarse en que hay una actitud educa-
figurar un proyecto global de educación, selec- tiva, unos contenidos y una práctica que se
cionar el curriculum coherente con dicho pro- deben diferenciar en función de las disimilitu-
pósito y estimular las prácticas más acordes des humanas, sean éstas individuales o de
con ambos. Es decir, que, aparte de contar con grupo (educación para las diferencias); se
ese panorama fáctico de las diferencias, urge puede pensar en el extremo contrario de edu-
discutir y aceptar o no, en coherencia con esa car unitariamente sin contar con las diferencias
otra cara de la realidad, si conviene y merece (educación homogenizadora, totalitaria); en
la pena pensar y hacer la educación en fun- medio una gama de posiciones matizadas den-
ción de todo lo que nos une y nos puede unir, tro las que cabe pensar en sistemas y prácticas
estimulando, precisamente esto, en función de educativas de educación para la igualdad y
un proyecto de vida en común y de acuerdo para el respeto a las diferencias que convenga-
con la aspiración a la igualdad democrática. mos en tolerar e, incluso, estimular. El proble-
Hoy, frente a corrientes adversas, es preciso ma está en encontrar el cómo trabajar por un
plantear también la necesidad y las bondades proyecto integrador e igualador (que no es lo
de un curriculum común, de una escuela mismo que uniformador) desde la realidad de
común, base de una experiencia cultural com- las diferencias, si es que aquél es nuestro obje-
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igualdades hay en términos generales una petar como si fuesen “paisajes humanos” inal-
doble actitud básica previa. a) La de conside- terables que conservar. Muchas diferencias tie-
rar que lo natural es la disimilitud y que si que- nen un origen social históricamente consolida-
remos ir contra esa realidad se acaba cerce- do y como protagonistas nos debemos pregun-
nando la libertad. b) La posición de que las tar si tratamos de mantenerlas o no. Esta es la
desigualdades, excepto algunas estrictamente primera interrogación que el binomio educa-
ligadas a la información genética, no son natu- ción-diversidad nos hace a todos los que ten-
rales en el sentido de que no son inevitables y gamos que ver con la enseñanza.
que la posición ética coherente es combatirlas De manera preventiva proponemos la reco-
para proporcionar libertad a quienes vienen mendación de no aceptar un lenguaje o un
siendo menos favorecidos por “el reparto”. El discurso abstracto unitario para abordar la
despliegue de las condiciones genéticas tam- diversidad en educación, independientemente
poco es indiferente a las posibilidades que da de cual sea la diversidad a la que nos referi-
ese reparto. mos, porque, como hemos dicho, lo importan-
Aunque la educación no sea herramienta te en nuestro caso es saber qué hacemos con
todopoderosa, estas grandes opciones repercu- las diferencias, con cada tipo de diferencia.
ten en la posición educativa que se adopta Ahora se está divulgando de forma simplifica-
ante las diferencias y desigualdades: en la da un discurso legitimador de curriculum “a la
mentalidad de los profesores, en la estructura carta”, cuando debajo de este paraguas
del sistema educativo que nació y se desarro- semántico anidan peligros muy importantes.
lló acomodándose a la desigualdad, en la dis- No se trata de abrirse a la evidencia de la
posición de los curricula para la diversidad, en multivariedad, sino de interrogarnos ante cada
los métodos educativos, en las prácticas de tipo de diferencia que se nos haga patente con
control y de selección, etc. Se trata de aceptar una perspectiva ética de respeto y fomento de
y organizar las diferencias en el sistema educa- la justicia. Precisamente, la lucha histórica por
tivo o de pretender superarlas en la medida en la igualdad, por el respeto y el reconocimien-
que sea posible. En medio cabe el pragmatis- to del valor de cada individuo -eso es también
mo inevitable de solidarizarse con la segunda asumir la diversidad-, ha supuesto no dar por
posición pero dar salida a la realidad incues- naturales a ciertas diferencias, no dar por sen-
tionable, con la perspectiva histórica de ir tado que cada uno estaba llamado a un desti-
modificándola paulatinamente. no y a poseer una posición, un tipo y un grado
Cuando se aborda el principio de la educa- de opciones culturales. Se ha buscando la
ción para la diversidad hay que aclarar cómo supresión de “singularidades” en aras de una
nos situamos ante esas posiciones básicas: si cultura, una forma de ser y de pensar en la que
simplemente hay que saber que las diferencias todos pudiesen considerarse iguales compar-
están ahí, sí se les da carta de naturaleza y se tiendo perspectivas, formas de ver el mundo y
obra en consecuencia, si es bueno estimular- de proyectarse ante el futuro como individuos.
las, o si, por el contrario, es conveniente Tanto el reconocimiento de ciertas diferencias
reducirlas y hasta anularlas. La diferencia, la como la anulación de otras han contribuido a
diversidad, la disimilitud no pueden ser puras la aceptación de principios éticos favorables a
constataciones objetivadas de antropólogo, no la libertad y a la igualdad, así como a la con-
son en todos los casos datos inevitables a res- solidación de prácticas sociales de progreso.
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mar un sistema educativo y una escuela progre- diversidades, que no sólo serán de creencias,
sista ha sido la de no separar, la de integrar las de referencias culturales y de aspiraciones,
diferencias en aras de la igualdad. En cada sino de capacidades para el dominio de la
envite el sistema y las prácticas chirriaron por- racionalidad universalizadora.
que las mentalidades, las instituciones y las El proyecto de escuela común tiene por
tareas escolares estaban constituidas para otro objeto luchar contra la segregación de las des-
propósito. Los principios –el de igualdad y igualdades discriminatorias. En primer lugar,
complementariedad– se han tenido que situar combatiendo la idea de la naturalidad de las
por encima de la realidad –la diversidad–, aun- diferencias-desigualdades ante las exigencias
que hubiese que afrontar problemas. escolares, aunque bien sabemos que esto no
basta para su supresión. Pero, como tantas
Los planos del discurso y de la práctica veces se ha dicho, si la escuela no es todopo-
derosa para suprimir diferencias-desigualdades
Para caminar hacia un proyecto educativo de origen externo, sí que puede no darlas
igualador y respetuoso con ciertas diferencias como un hecho para no estimularlas, al
se requiere actuar al menos en tres niveles: a) menos. Esa idea de naturalidad de las diferen-
disponer de una estructura en el sistema edu- cias es preciso revisarla también desde la pues-
cativo facilitadora, b) unos contenidos o un ta en cuestión del concepto de cultura asenta-
proyecto cultural adecuado y c) unos métodos da en los usos escolares. Ni la matemática o la
coherentes tanto con la búsqueda de la razón informática son sólo para chicos, ni la literatu-
como de la libertad. ra sólo para hijos cultos. En la medida en que
la cultura asentada en los usos pedagógicos se
La estructura del sistema revise se tiene la oportunidad de conectar de
otra forma y con otras posibilidades de los
En cuanto a la estructura del sistema educa- estudiantes.
tivo, el proyecto moderno de escuela para el No estamos razonando en abstracto, pensa-
logro de ese programa no puede tolerar el pro- mos en algunas argumentaciones, por ejemplo,
pósito de que cada individuo quede preso de que se han escuchado de labios de ciertos pro-
sus limitaciones (¿diferencias?). No puede exis- fesores y grupos políticos, cuando han declara-
tir un sistema educativo de celdillas para cada do que la reforma educativa será un fracaso por-
singularidad, sea ésta religiosa, ideológica, de que “vulgariza” la enseñanza secundaria que se
género, de clase social,... La escuela única degrada al querer impartirla a una base social
–que no quiere decir uniforme, sino común- no seleccionada por un sistema educativo que
para todas las diversidades es el proyecto más ha suprimido la dualidad formación profesio-
adecuado, más coherente con la vertebración nal-BUP en el tramo 14-16 años, al prolongar la
comunitaria, en lugar de la propuesta de que escolaridad obligatoria en un tramo común. Son
cada cual se eduque con “los suyos”. Ese pro- argumentos que presuponen que hay diferen-
yecto de escuela única que coincide con el cias inamovibles que tienen que “respetarse”
proyecto de escuela pública, y hasta con la pri- porque son naturales y para ello se tiene que
vada, si a ésta no le anima el afán de lucro o contemplar un sistema escolar con ramales en
cualquier tipo de proselitismo y captación ses- paralelo, especializados para la diversidad.
gada de clientelas, tendrá que vérselas con La variabilidad social en nuestras sociedades
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del utilitarismo que cada vez más presiona a sarial de la producción de materiales curricula-
los sistemas educativos. res. Cuando se habla de “curriculum para la
Nos urge redefinir la cultura escolar para dar diversidad” no se dice nada de esta realidad
acogida a la racionalidad universalizadora, a las que anula la riqueza cultural disponible para
variedad cultural y a la identidad no excluyen- conectar con la pluralidad de alumnos.
te. En otros lugares hemos argumentado sobre Al no abrir la cultura escolar a la cultura rica
los fenómenos de desregulación que afectan al y variada es como se uniformiza a los alum-
curriculum (Gimeno, 1994 y 1995a); práctica nos. Romper el monolitismo cultural del cono-
consistente en argumentar, diseñar y estimular cimiento “curricularizado” es condición para
la cultura escolar sin referentes claros, sin pro- poder hablar de un curriculum común en el
yecto unitario aceptado para todos, sin legitimi- que quepa la individualidad particularizante.
dad a la que asirse porque los fines educativos
se han relativizado ante la exaltación de las Las prácticas escolares
diferencias culturales en sociedades multiétni-
cas, plurinacionales, plurilingüísticas, en las Ya hemos dicho que la institucionalización
que cualquier propuesta común es hasta vista de la práctica, bajo las condiciones en que se
como un atentado a las peculiaridades sagradas realiza, implica una cierta coacción, un patrón
de cada pueblo. En la era del relativismo cientí- homogeneizador. A partir de ahí, y con la
fico y moral, en la aldea universal que hace selección cultural monolítica comentada, la
aflorar las peculiaridades enfrentadas, queda historia de las prácticas organizativas y didácti-
poco espacio para vertebrar opciones culturales cas han trabajado bastante porque el tiempo, el
universales para todos. espacio, la actividad y los recursos fuesen idén-
Bien es cierto que, al lado de las proclamas y ticos para todos los estudiantes. Hasta el punto
del asentimiento ante la emergencia de los par- de que la mayor parte de los profesores consi-
ticularismos y relativismos, comprobamos fuer- dera que es más fácil trabajar con alumnos
tes tendencias homogeneizadoras que contra- semejantes que con estudiantes diversificados.
rrestan y se ven enmascaradas por esos discur- Todo lo que pueda hacerse por romper la uni-
sos, como es la progresiva homogeneización formidad de las fuentes de información, por
de lenguajes, símbolos y valores propiciados introducir ritmos de aprendizaje diferenciados,
por la globalización que provocan los medios atención y recursos distribuidos entre alumnos
electrónicos de comunicación, reflejo de un según sus desiguales necesidades, por variar el
mundo de políticas y economías mundializa- monolítico esquema del horario escolar que
das. Es preciso recordar también la dependen- esclerotiza los procesos de enseñanza-aprendi-
cia escolar respecto de los libros de texto que zaje, por desbordar los espacios de aprendizaje,
no sólo son idénticos para todos y cada uno de por disponer de tareas distintas en las que se
los estudiantes de un aula o de un centro sino pueda trabajar al mismo tiempo con alumnos,
para amplios contextos nacionales y aún trans- por admitir estilos de aprendizaje diferenciados,
nacionales (Gimeno, 1995b). Una tendencia serán recursos para que, sin renunciar a un pro-
que incluso amenaza la posibilidad de que yecto de cultura común compartida desde la
exista una democracia cultural en la que la radical singularidad de cada uno, pueda hablar-
variedad de aspectos y de realidades queden se de una escuela estimuladora de la autonomía
cercenadas en la homogénea selección de con- y de la libertad, que es en la que puede acriso-
tenidos que produce la concentración empre- larse la idiosincrasia personal creadora.
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