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AMÉRICA

El descubrimiento de América

Antecedentes y causas:

A finales del siglo XV parecía claro que los portugueses se habían adelantado a los castellanos en la
conquista de la ruta de las especias y de los metales preciosos, gracias al dominio que ya ejercían sobre la
costa occidental africana. En este momento, Cristóbal Colón, que había estado a las órdenes del rey de
Portugal, ofreció a los Reyes Católicos el proyecto de llegar a las Indias siguiendo una ruta hacia el oeste en
lugar de bordeando todo el continente africano. Para poner en práctica su proyecto, Colón partía de la idea
de la esfericidad de la Tierra, cuestión controvertida en la época. La aventura colombina era, por tanto, la
única alternativa que se le ofrecía a Castilla para establecer una ruta directa con Oriente, capaz de competir
con la travesía africana de Portugal.

Finalmente, los Reyes Católicos firmaron con Colón las Capitulaciones de Santa Fe (17 de abril de 1492),
que sorprenden por la amplitud de las concesiones, inusuales en estos monarcas, partidarios de limitar la
expansión señorial.

Los viajes de Colón:

Colón partió del puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, con una nao y dos carabelas. El 12 de octubre
arribó a la isla de Guanahaní (en las Antillas), a la que denominó San Salvador. Después descubrió Cuba y
La Española (Haití) y emprendió el regreso a la península Ibérica en 1493.

Ante el éxito de la expedición, Colón realizó tres viajes más a los nuevos territorios entre 1493 y
1504:
• Segundo viaje (1493): descubrió Puerto Rico y Jamaica.
• Tercer viaje (1498): se descubrieron la isla de Trinidad y la desembocadura del río Orinoco.
• Cuarto viaje (1502): se exploró la costa centroamericana.

Aunque los contemporáneos pronto se percataron de que se había descubierto un nuevo mundo, Colón
murió convencido de que había llegado cerca de las costas orientales de Asia, en las proximidades de
Japón.

El tratado de Tordesillas

El descubrimiento de América provocó inicialmente ciertas tensiones con Portugal. Tras el primer viaje de
Colón a América, en las bulas Inter caetera (1493), otorgadas por el Papa de origen valenciano Alejandro VI,
se reconocían los derechos de los reyes de Castilla sobre todas las tierras descubiertas y sobre las que
pudieran descubrir al oeste de una línea de demarcación imaginaria, trazada de polo a polo a cien leguas al
oeste de las islas Azores y de Cabo Verde.

Pero este arbitraje papal no satisfacía a los portugueses, y los Reyes Católicos –interesados en mantener
buenas relaciones con el reino vecino– llegaron a un nuevo acuerdo mediante la firma del Tratado de
Tordesillas (1494), que desplazaba la línea divisoria entre ambas zonas de expansión a trescientas setenta
leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Esto no solo incluía para Portugal la ruta que bordeaba África,
sino que también le permitiría la futura ocupación de Brasil, pues la nueva línea atravesaba el extremo más
oriental de este territorio.

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Conquista y colonización de América

Conquista:

Tras el descubrimiento de América en tiempos de los Reyes Católicos, Carlos I continuó la exploración y
colonización del nuevo continente. Entre las numerosas campañas que se emprendieron destacaron por su
importancia las conquistas de los dos grandes imperios del Nuevo Mundo: el imperio azteca de México,
sometido por las tropas al mando de Hernán Cortés (entre 1519 y 1521), y el imperio inca de Perú,
explorado y finalmente sometido por Pizarro y por Almagro entre 1531 y 1533.

A estas grandes empresas las siguieron otras que fueron completando el conocimiento o la ocupación del
nuevo continente: Núñez de Balboa descubrió el océano Pacífico en 1513, Orellana, impulsado por el afán
de hallar el mítico El Dorado, exploró el Amazonas; Pedro de Valdivia, Chile; Hernando de Soto, el
Mississippi; etc. En apenas diez años (entre 1540 y 1550) se había explorado casi toda América, desde
California hasta el Río de la Plata.

La monarquía hispánica se convirtió así en una gran potencia económica y colonial, que intentó sacar el
máximo beneficio de aquellas tierras, mediante la explotación sistemática de las minas americanas y el
monopolio del comercio con América a través de la flota de Indias, que partía de Sevilla.

La explotación colonial de América

Desde el punto de vista económico, la monarquía hispánica intentó sacar el máximo beneficio de
América mediante las medidas siguientes:
• La explotación sistemática de las minas americanas, especialmente las de plata de Zacatecas
(México) y Potosí (Perú), de cuya producción la Corona obtenía, en concepto de impuesto, el 20% o
quinto real, que constituía uno de sus principales ingresos.
• El monopolio del comercio con América, que se realizaba por el siguiente procedimiento: cualquier
mercancía, española o extranjera, que se quisiera vender en el Nuevo Mundo debía ser registrada
en la Casa de Contratación de Sevilla y pagar a la Corona los impuestos correspondientes; de
Sevilla partía la flota de Indias, que llevaba las mercancías a los puertos centroamericanos y
después regresaba nuevamente a Sevilla con mercancías americanas, oro y plata. El oro y la plata
eran acuñados en la Ceca o Casa de la Moneda de Sevilla; una parte era para la Corona (el quinto
real y otros impuestos) y otra se destinaba al pago de las mercancías enviadas en el viaje de ida a
América.

Sin embargo, la explotación española del Nuevo Mundo tuvo que enfrentarse a dos graves problemas:
• Los ataques de piratas, corsarios y flotas de guerra de países enemigos, que trataban de
apoderarse de los importantes cargamentos de oro y plata que traía la flota de Indias de regreso a
Sevilla.
• El contrabando europeo con América, que burlaba el monopolio español, lo que suponía privar a la
monarquía de importantes ingresos en concepto de impuestos comerciales.

Las consecuencias de la conquista y la coloniazación para la población indígena

La conquista y colonización de América tuvo terribles consecuencias para los pobladores indígenas, entre
las que cabría destacar:
• Un fuerte descenso demográfico, por el efecto de las enfermedades de origen europeo y por la
dureza del trabajo al que fueron sometidos (encomiendas, trabajo en las minas, etc.); para
compensar la pérdida de mano de obra, se importaron esclavos negros de África.
• La destrucción de sus formas tradicionales de vida y de su organización social.
• La extensión entre la población indígena de un espíritu pesimista de derrota y desgana vital que se
tradujo en suicidios y en una notable caída de la natalidad.

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El gobierno y la administración de América

La incorporación de los territorios americanos exigió, en primer lugar, establecer órganos de gobierno e
instituciones para integrarlos en la monarquía. Los asuntos americanos se llevaban desde España a través
de dos instituciones:
• El Consejo de Indias, con jurisdicción sobre todos los territorios y organismos americanos, y entre
cuyas funciones estaban la de elaborar la legislación de Indias, nombrar cargos y fiscalizar todos los
asuntos económicos relativos a América.
• La Casa de Contratación de Sevilla, cuyo cometido era organizar, registrar y controlar el comercio
y la navegación con América.
Aunque América pertenecía a la Corona de Castilla, sus peculiaridades y lejanía explican que las
instituciones de la administración territorial allí establecidas adquirieran ciertos rasgos propios:
• Los virreinatos constituían la circunscripción de rango superior. Existían dos: el de Nueva España,
con capital en México; y el de Perú, con capital en Lima. El límite entre uno y otro estaba en
Panamá. Los virreyes, como en el resto de la monarquía hispánica, tenían amplísimos poderes en
su calidad de representantes del rey.
• Las gobernaciones y las capitanías generales eran circunscripciones equivalentes a provincias,
regidas por gobernadores o capitanes generales, respectivamente, subordinados a los virreyes. La
diferencia esencial entre unas y otras era que las capitanías generales se encontraban en las zonas
fronterizas o donde la presencia militar era más necesaria.
• Los corregimientos eran similares a las gobernaciones en cuanto a funciones, pero de menores
dimensiones, generalmente una ciudad y su territorio circundante. Estaban a cargo de un corregidor.
• Las Audiencias eran, como en otras partes de la monarquía, tribunales superiores de justicia. Pero
en América tenían, además, importantes funciones gubernativas al servicio de los virreyes. En el
siglo xvi se crearon diez Audiencias, a las que se añadieron otras tres posteriormente. Sus límites
jurisdiccionales coincidían a grandes rasgos con los de los nuevos países que surgirían tras el
proceso de independencia del siglo xix.
• Por último, la unidad administrativa básica la constituían los cabildos o ayuntamientos de las
ciudades, en las que residía la población blanca y cuya organización era similar a la de los
municipios castellanos.

El impacto de América en España

El descubrimiento de América tuvo importantes repercusiones en España:

• Las remesas de oro y plata permitieron durante décadas a los monarcas llevar su política imperial.
• El eje económico se trasladó del Mediterráneo al Atlántico, tanto en España como en Europa.
• Avanzaron las técnicas mercantiles y bancarias.
• Llegaron nuevos productos que tuvieron gran incidencia en la dieta y las costumbres europeas:
tabaco, patata, maíz, cacao…

Pero quizá el impacto más importante fue el fenómeno conocido como “revolución de los precios”. El siglo
XVI fue una fase de expansión económica, favorecida por el crecimiento de la población y por el aumento de
la circulación monetaria, consecuencia del oro y la plata procedentes de América. Se desencadenó así, en
España y en toda Europa, un proceso inflacionario que se ha denominado revolución de los precios:
• La llegada a Europa, a través de Sevilla, de una gran cantidad de metales preciosos americanos
(oro y plata) permitió la acuñación masiva de monedas, de las que Europa andaba escasa por su
deficitario comercio con Oriente.
• El aumento de la masa monetaria, unido a la mayor demanda derivada del crecimiento de la
población, provocó una inflación continua –subida generalizada de precios–, cuya magnitud no
tenía precedentes en toda la historia europea.
• Por otra parte, la perspectiva de vender las mercancías cada vez más caras estimuló a los
productores para aumentar su producción, por lo que toda Europa vivió a lo largo del siglo xvi una
fase expansiva de fuerte crecimiento económico.
• Pero en España el impacto fue negativo. La mayor inflación en Castilla hizo que los productos
castellanos fueron aún menos competitivos con respecto a las mercaderías de Holanda, Inglaterra y
Francia lo que agudizó la decadencia de la producción castellana y española.

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