Está en la página 1de 4

EL ROL QUE

CUMPLIMOS EN
EL EQUIPO

CHARLA DE
5 MINUTOS
El éxito o el fracaso del equipo se define por el cumplimiento de cada uno
de los roles del equipo.

Cuando somos parte de un equipo de trabajo, lo creamos o no, cada uno de nosotros tiene dos
funciones; se puede decir que cumplimos con dos roles. El primero es el rol en el trabajo, es decir
la tarea que se nos ha asignado y por la que somos responsables para que el equipo cumpla con
los objetivos, ya sea la operación de una máquina, el abastecimiento de materiales, inspección,
mantenimiento, la generación de reportes etc. etc.
Así como los roles de trabajo, hay otros que son igual y algunas veces más importantes para el
éxito o el fracaso del equipo, son los roles en el equipo. Fijémonos que los primeros hacen
referencia a la ejecución del trabajo en sí, el rol en el equipo, por otro lado, se refiere a nuestro
modo individual de contribuir al equipo que, más que tomar en cuenta las capacidades técnicas,
toma en cuenta nuestras cualidades personales, valores y comportamientos. Es la manera en que
contribuimos, no como trabajador, sino como persona.

¿Cuál es el rol que desempeñamos en el equipo?

Hay dos categorías en las que podemos encontrarnos. En la primera categoría se encuentran los
roles que verdaderamente contribuyen al equipo entregando valor. Pero como en todos los
equipos, siempre habrá contrapartes que más que aportar valor, restan al equipo con conductas
y comportamientos perjudiciales, son los roles “destructivos”. Identifiquemos que rol cumplimos:

Las personas que cumplen un rol de valor hacen un esfuerzo para que su
contribución al equipo sea importante, especialmente cuando el equipo
experimenta alguna situación extraordinaria. Los roles son los siguientes:
El creativo. Es la principal fuente de ideas para el equipo, sobre todo cuando se
necesitan soluciones rápidas e innovadoras.

El especialista. Es quien aporta el conocimiento especializado sobre el que se basa el


servicio o producto que fabrica el equipo.

El evaluador. Es quien analiza las ideas y sugerencias y evalúa la viabilidad y su


adecuación a los objetivos del equipo.

El impulsor. Es quien estimula al equipo hacia la acción. Convierte un ambiente


pasivo en un ambiente de motivación para que las cosas se hagan.

El implementador. Es la principal fuente de transformación de las ideas en acciones


dentro del equipo.

El finalizador. Realiza un seguimiento continuo de las tareas del equipo, buscando el


cumplimiento de los plazos y los mayores niveles de perfección.

El cohesionador. Es el rol que fomenta la unidad y las relaciones armoniosas entre


los miembros del equipo.

El buscador de recursos. Es el que explora los recursos en el exterior y establece


contactos que puedan ser útiles para el equipo.

El coordinador. Es quien organiza, motiva y controla las actividades del equipo,


logrando metas comunes en base a un trabajo compartido y solidario. Es el líder.

Dificultan la dinámica interna del equipo. Reflejan solo sus motivaciones


personales y no las expectativas de todos los integrantes. Ciertamente
estos roles son malos para el equipo:

El que obstruye. Se opone a la marcha del equipo, rechazando ideas o teniendo una
actitud negativa sobre los temas. Se niega a cooperar.
El agresivo. Lucha por rebajar el prestigio de otros. Crea conflictos. Destruye las ideas
del equipo con comentarios negativos.

El desertor. Muestra indiferencia y distancia. Se aparta de los temas, interviene con


conversaciones que no tienen nada que ver con el tema que se trata.

El dominador. Interrumpe el dialogo para meterse en largos monólogos. Se muestra


autoritario. Trata de acaparar el tiempo del equipo.

El que busca reconocimiento. Pretende llamar la atención de una manera exagerada.


Cuenta historias pasadas para presumir, que nada tienen que ver con el tema que se
está tratando en una búsqueda ansiosa por obtener consideración de otros.

El juguetón. Muestra su falta de participación en el equipo con un humor fuera de


lugar, alardea de cosas que causan molestia y muestra cinismo en su falta de empuje.

Absolutamente todos cumplimos un rol en el equipo que puede ser de valor o destructivo. Incluso
aquella persona que parece mostrarse neutral e indiferente cumple el rol de desertor. Lo
importante de aprender sobre los roles del equipo es que nos identifiquemos con uno, pero sobre
todo que hagamos un ejercicio de reflexión para ver si verdaderamente es el rol que deseamos
estar cumpliendo y, todavía más allá, que podamos cambiarlo.
El rol que cumplimos en un equipo no nos define como persona, pero es una gran referencia de
nuestra actitud, de nuestra conducta y de nuestro carácter. ¿Podemos adoptar un nuevo rol?
Absolutamente. Pero necesitamos conocernos primero y luego hacer un cambio intencional.
Como se dijo, nuestro rol no nos define como personas, pero casi siempre es como nos ven
nuestros compañeros y es el concepto que tienen de nosotros, en especial, nuestro jefe directo.

También podría gustarte